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El personaje está obsesivo por la sexualidad pero bajo la mirada rígida de la educación religiosa,

así se presenta una contradicción nunca superada entre lo físico y lo espiritual. Lo primero,
entonces se como algo bajo, repugnante, que rápidamente se olvida y que requiere excitación que
tare la reflexión. Usado y abusado para suplir la comunicación, una especie de aglutinante que se
desquebraja en las rencillas conyugales. La complicidad omg! En lo criminal. En su sarta de
imprecaciones lanza, como decía Lenin - alma bendita, junto con el agua sucia de la bañera al
niño. “¿Quién refrena, si no, el movimiento progresivo de la humanidad? La mujer.” Habrase
visto? Un diagnostico enfermizo de un efecto mal comprendido. Ese cambio de siglo fue terrible
en la psique europea, acá no se ha sentido! Su opinión acerca del ideal de mujer pura y como se
hace tal por medio de la educación es interesante. Objeto de goce y esclavitud!

Reciben menos placer del encanto del niño que del sufrimiento del miedo por él, y por lo tanto no
quieren tener al hijo al que tomarían cariño. No se sacrifican ellas al ser querido, sino que
sacrifican al ser que pudiera nacer

Pero lo que dirá Iván Zajárovich, no lo sabe nadie, y él menos que nadie, pues sabe muy bien que
no sabe nada y que no puede ayudar, sino que dice cualquier cosa al azar, con tal que la gente no
deje de creer que sabe algo.

Hasta donde puedo recordarlo ahora, las opiniones que yo defendía no me eran tan preciosas que
no hubiera podido sacrificarlas; pero ella tenía la opinión contraria y ceder hubiera significado
cederle a ella.

Yo no reparaba que esos períodos de irritación se originaban en mí con la mayor regularidad y


estaban relacionados con los períodos de lo que llamamos amor. A un período de amor seguía
otro de odio; un período de amor enérgico traía otro largo de cólera; un período de amor más
débil traía un período de irritación más corto. Nosotros no comprendíamos que aquel amor y
aquel odio eran los dos lados opuestos del mismo sentimiento animal.

cuando vive irregularmente puede ilusionarse para no ver su desdicha.

Esas nuevas teorías del hipnotismo, de las enfermedades mentales, del histerismo, no son
simplemente una sandez, sino una sandez peligrosa y baja. Charcot hubiese dicho de fijo que mi
mujer era histérica, y yo un ser anormal, y se hubiera empeñado en curarme, pero no había nada
que curar. Así vivíamos en una bruma perpetua que nos impedía reconocer nuestra situación. Y de
no haber sucedido lo que sucedió, hubiera vivido así hasta mi vejez y al morirme hubiera pensado
que había llevado una buena vida, no muy buena tal vez, pero tampoco mala, igual como todos;
no hubiera comprendido en qué abismo de desgracia y de baja mentira me debatía.

Para que las gentes trabajen juntas en el arte más noble, en la música, se necesita cierta intimidad
y esta intimidad no tiene nada de censurable; sólo un marido estúpido y celoso puede ver en ello
algo indeseable. Y, sin embargo, cualquiera sabe que, gracias precisamente a esas ocupaciones, y
sobre todo a la música, se preparan gran número de adulterios en nuestra sociedad.
Evidentemente los dejé perturbados, con la misma perturbación que experimentaba yo; por largo
ralo no pude decir nada. Estaba como una botella que se pone boca abajo y de la que el agua no
sale porque está demasiado llena.

Nunca había leído una crítica tan brutal hacia la música no-funcional. Siempre se hacen loas a a lo
sublime de su manifestación, más nunca hacia los aspectos invasivos que esta puede tener, por
eso no siempre oímos la música que nos place, se requiere de ciertos entornos, fuera de los cuales
puede generar su efecto contrario. La experiencia liberadora de tensión que maneja el compositor
y luego el intérprete su puede volver una pesadilla como se presenta en la historia,

La tétrica paz de espíritu previo a la tempestad, esos estados de mórbida lucidez de la consciencia
previo a un acto abominable. Los rusos son buenos describiéndolos. Odio, celos, humillación un
coctel que también conocen. Los estados paranoicos de sus personajes acercan a Dostoievski con
Tolstoi

A lo largo del relato el cinismo agresivo inicial del personaje se halla contenido por su autocontrol,
situación que paulatinamente se va deteriorando a medida que los eventos descritos por él
desencajan su discurso llevándolo al paroxismo.

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