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Crónicas del Bicentenario: Coronel Remigio Silva

Vida heroica y penurias de Remigio Silva Aranda,


Prócer de la Independencia del Perú
Jorge Barrantes Arrrese - Carlos Castro Villa

R
econocido desde los albo- la presidencia del Centro de Estu- Los años iniciales
res del Perú Republicano, dios Histórico-Militares del Perú, Remigio Silva Aranda nació el
como meritísimo patriota no solo ha negado los méritos de 28 de Febrero de 1783, en el barrio
y prócer de la independencia, el ese insigne patriota, sino que le ha de San Lázaro del actual distrito
coronel Remigio Silva Aranda cerrado las puertas del Panteón de del Rímac, donde su padre el co-
fue designado en hora feliz Pa- los Próceres, santuario patriótico merciante don Toribio Silva tenía
trono del Servicio de Inteligencia donde deberían reposar sus restos varias propiedades, ubicadas en
del Ejército del Perú. Sus virtudes mortales. las calles de Trujillo, Marañón y
como egregio ciudadano, proba- El prestigioso historiador na- Tintoreros. Su niñez transcurrió
do patriota, valeroso conspiradorcional Germán Leguía y Martínez, con la tranquilidad propia de un
y Libertador de Chile y el Perú, en su Historia de la Emancipación hogar bien constituido, y tras reci-
han sido destacadas no solo por del Perú, resaltó con detalle las bir una esmerada educación entró
connotados protagonistas de la acciones patrióticas de Remigio también en el ejercicio del comer-
guerra separatista en virtud de Silva, llamándolo repetidamente cio. Pero eran los días en que la
la cual el Perú se independizó de
“meritísimo ciudadano” y “meri- efervescencia patriótica emergía
España, sino también por esclare-tísmo prócer”. Es muy posible que ardorosa en la capital, siendo uno
cidos historiadores de Argentina,no lo hayan leído quienes hace al- de sus más fervientes prosélitos su
Chile y Perú. gunos años permitieron, de otro hermano Mateo, insigne abogado
Y sin embargo de todo ese re- lado, el ingreso del traidor Miguel que sembró en él la ideología de la
conocimiento, en fecha reciente Iglesias a la Cripta de los Héroes. libertad. Bien se sabe que en 1809

Diploma de la Orden del Sol firmado por el Libertador don José de San Martín y conferido al Sargento Mayor
D. Remigio Silva el 10 de diciembre de 1821, en reconocimiento de “haber tenido una parte muy distinguida
en la gloriosa empresa de libertar al Perú, contribuyendo directamente a llenar las esperanzas de los pueblos
oprimidos”. Se le declaró entonces “acreedor al reconocimiento de la patria y de la posteridad”. Y pese a todo ello
se le ha negado el ingreso al Panteón de los Próceres, en una extraña decisión que preocupa.

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Mateo fue hallado líder de una conspiración patriota, Peregrino de la libertad


encarcelado y condenado a diez años de cárcel, en la Conspirador desde 1809 con su desventurado
que moriría. Remigio, tal vez por su juventud, que- hermano Don Mateo Silva, que murió preso en El
dó en libertad, pero no por ello cejó en sus afanes Callao el año 1816, Remigio se convirtió en uno de
conspirativos sino que, por el contrario, se dedicó de los “Peregrinos de la Libertad”. Tenazmente persegui-
lleno a tan difícil tarea. do por los realistas en Lima y refugiado en Huacho,
Nadie lo igualó en la obtención de datos, planos y se incorporó a las fuerzas navales de Lord Cochrane,
pormenores militares; en la vigilancia de movimien- a quien guió, sirvió y asesoró decididamente. Con
tos y expediciones, en la infiltración secreta de insti- esas fuerzas pasó a Chile, donde en reconocimiento
tuciones y en la exposición y descripción de hechos. de sus notables servicios a la causa libertadora, fue
Este soterrado trabajo de inteligencia se hizo clara- agraciado con la clase de sargento mayor de ejército.
mente patente desde 1817, año en que Remigio Silva Y de allá regresó al Perú con la Expedición Liberta-
preparó un informe completo de la Expedición Oso- dora, para volver a la luchar por nuestra indepen-
rio, que sirvió de mucho al libertador San Martín en dencia.
la victoriosa campaña de 1818. Remigio Silva utilizó varios seudónimos, entre
ellos “Aristipo”, “El Curioso” y “El Ciudadano de
Lima”. Entre los muchos informes de inteligencia
que suscribió, destaca en que firmó el 27 de febrero
de 1820, con el título: “Diario de lo más notable que
se está haciendo en Lima”. Dio allí pormenores del
accionar enemigo, habiendo obtenido datos de em-
pleados de la secretaría y oficinas subalternas milita-
res del gobierno virreinal, teniendo entre sus prin-
cipales informantes a Berindoaga, Morales Ugalde,
Herreros y Sañas.
En ese “Diario” Remigio Silva informaba que no
solo en Lima, sino en todos los ámbitos del virreinato,
se producían frecuentes deserciones que, por cierto,
provocaban el desánimo de los realistas, como en la
siguiente anotación: “Habiéndose relevado los cien
hombres que había en Supe y Carabayllo, con otros
tantos del mismo regimiento o escuadrón, a su vuelta
y en el camino se han desertado más de la mitad”. A lo
que luego agregaría: “Ha venido la noticia de que tra-
yendo doscientos ochenta soldados quintados, de An-
dahuaylas para acá, cerca de Jauja se han desertado
todos. Y aseguran que los oficiales bajo cuyas órdenes
venían, mandaron hacer fuego, que mataron como a
dieciséis y que solo han llegado aquí catorce”.
Abnegado, activo y útil, entusiasta y arrojado, Re-
migio Silva fue miembro una familia de esclarecidos
patriotas. Los méritos de su hermano, el mártir Ma-
teo Silva, figuran en todos los relatos históricos de
la independencia. Pero también es de justicia citar
a su valerosa hermana, la también Prócer de la In-
dependencia Brígida Silva de Ochoa, abnegadísima
limeña de quien se refiere, entre otras varias haza-
ñas que dieron testimonio de su temeridad, audacia
y patriotismo, el haber propagado, en las iglesias y
calles de Lima, papeles impresos a favor de la causa
Certificado firmado por O’Higgins, reconociendo los
méritos del prócer Remigio Silva. de la libertad.

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“Aristipo” y “El Número 11”


¿Figuró Remigio Silva entre los radicales que más
que propaganda esperaban ya la acción decidida del
Ejército Libertador? Surge la pregunta al conocerse
que utilizó también el sobrenombre de “Aristipo”,
vinculado con un anónimo patriota conocido solo
como “El Número 11”. Hay quien supone que se tra-
tó del mismo Remigio Silva; como quiera que sea,
“El Número 11” escribió una carta singular dirigida
a los gobiernos de Chile y de Buenos Aires, exalta-
da comunicación fechada el 13 de junio de 1819 que
contenía, entre otros, estos exaltados párrafos:
“No es tiempo ya de remitir proclamas ni papeles;
sino, secamente, tropas, cañones y balas por ser lo
que únicamente se precisa… Sin vencer (a los realis-
tas en el) Perú, jamás habrá en Buenos Aires y Chile,
ni tranquilidad en el interior, ni sosiego por de fuera,
respecto a los acometimientos del enemigo común; ni
menos serán reconocidas por independientes por las
naciones que consideran a los estados dichos haciendo
un solo cuerpo con el Perú, y a éste como la parte más
esencial de él… Mientras que, estando el Perú libre, no
hay que temer cosa alguna; y antes, sí, el ser reconoci-
dos en el acto mismo como independientes, con lo que Soldado de la Libertad. Óleo de Jorge Vinatea Reinoso.
es concluido todo, y para siempre… 1819, con el título “Manifiesto que hace un ciudadano
“Y haré ver –agregaba “El Número 11”-, que si al- de Lima a los estados de Buenos Aires y Chile”, en el
guno opina en contra de la remisión pronta de tropas, que expuso con minuciosidad la situación política y
siquiera en pequeño número, se debe considerar como militar del virreinato, proponiendo la estrategia para
traidor a la Patria… Por lo tanto, sigo que aquel es lograr su caída. Redactó asimismo otro valioso in-
digno del más severo castigo… No hay, puede decirse, forme de cómo infiltrar en Lima tropas patriotas.
no hay un solo hombre que no se preocupe de ayudar Realizaba viajes con frecuencia y de incógnito
la expedición en su caso. Hasta las mujeres se ensayan se presentaba en Lima. Las autoridades virreinales,
para hacerlo del mismo modo, a la vez… Para ahorrar sospechando de sus actividades, lo conminaron a
palabras, lo que comprueba más este hecho es lo que, presentarse “por edictos y pregones en tres bandos
por fortuna, advirtió el señor almirante Cochrane en consecutivos”. Remigio Silva sabía que presentarse
la primera vez que tocó por víveres en la costa, aún sin era como echarse la soga al cuello, por lo que vivió
estar estos pueblos surtidos de papeles (o proclamas)… a salto de mata, incluso protegido por los frailes
“La esperanza dilatada, excelentísimo señor, es tor- franciscanos, hasta que a punto de ser cogido pasó
mento, muerte o infierno; y como el hombre vive de a Huacho, cuyos humildes pobladores lo acogieron
ella, en no viendo el pronto cumplimiento de lo que se durante un tiempo. El virrey Pezuela, al ser infor-
le promete, se desespera y desanima… Los patriotas mado de su paradero, ordenó a los subdelegados de
no ven más que trabajos, peligros, opresiones y tribu- Chancay y Santa tomarlo prisionero, escapando Sil-
laciones, asolaciones y todo género de calamidades y va a Huarmey y luego a Ancón.
miserias… Tal es la devoradora y lamentable situa- Bien puede imaginarse lo difícil que debió haber
ción del partido patriótico”. sido el accionar de este abnegado patriota, a quien
Hombre de inteligencia no arredró ningún peligro, llegando a realizar osa-
días inimaginables. Utilizó así varios disfraces, y con
Como ideólogo de la libertad y como precursor
el de marinero viajó entre el Callao y Huacho, apoya-
del proyecto de la integración americana, Remigio
do siempre por humildes pescadores a los que supo
Silva dejó para la posteridad un extraordinario do-
convencer su emotiva prédica. Finalmente entró en
cumento suscrito en Lima, el 20 de Diciembre de
contacto con Lord Cochrane, a bordo de su escuadra

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y con el trajinado, viejo y sucio disfraz de marinero da a última hora, enviándosele a Guayaquil para ser
llegó a Valparaíso en 1820. encerrado en una mazmorra, un año entero. Luego
Entre San Martín y Bolívar se le encarceló en Chagres, en las peores condicio-
nes. Fueron tantas sus penurias que pidió ser de una
En Chile sus hazañas eran ya conocidas por los vez fusilado o que se le expulsase a Colombia para
estadistas de la naciente república. San Martín y buscar el pan en tierra extranjera. Increíblemente,
O’Higgins lo recibieron como a un dilecto amigo “y las odiosidades políticas habían convertido al prócer
hasta dieron en su honor un banquete de 50 cubiertos en un mendigo. Se accedió a ese pedido y un buque
en celebración de su llegada, fiesta a la que Remigio lo trasladó a Jamaica, donde sobrevivió cuatro años
Silva, con aplauso público, asistió tal como había lle- y medio, en la más terrible pobreza, pues más tarde
gado a Chile, esto es, en traje de marinero, por care- recordaría que pasó días enteros “sin probar un boca-
cer en absoluto de vestido con qué presentarse”. Fue do”, padeciendo “hambres, desnudeces y necesidades”.
entonces que San Martín le dio la clase de sargento
mayor efectivo, con la que vino al Perú integrando la En fin, no se sabe cómo, estaba de regreso en el
Expedición Libertadora, como ya se ha dicho. Perú en abril de 1828, en que se presentó ante el
Congreso, arruinado, triste, mísero y desengañado,
Al desembarcar otra vez en suelo patrio, fue nom- implorando un lugar donde vivir, la ratificación de
brado “primer gobernador independiente de su queri- su grado militar para percibir una pensión y el re-
do Huacho”, sin paga, como él mismo recordó. No conocimiento de sus servicios a la causa patriota.
era un nombramiento cualquiera, pues Huacho era Leamos lo que dijo en su increíble súplica: “Por la
posición estratégica, apoyando con sus recursos a la libertad del país, el suplicante, de la clase de rico des-
provisión de las tropas independentistas. Los días cendió a la de pobre; toda su fortuna se ha confundido
que siguieron a la proclamación de la independen- en la causa de la patria; cuando consagró a su servicio
cia en Lima fueron para él tal vez los más dichosos, su persona e intereses, no tenía otras aspiraciones que
aunque esta felicidad iba a ser efímera. El 12 de di- el logro de su emancipación. Nunca procedió por la
ciembre de 1821 el Libertador San Martín lo recono- esperanza del premio; y si hoy contase con una media-
ció como “Asociado a la Orden del Sol”, para luego na subsistencia, tampoco gestionaría; pero la absoluta
encargársele la contaduría de la Dirección General desaparición de sus cuantiosos bienes y las deudas que
de Tabacos. ha contraído para alimentarse, le obligan a elevar hoy
En medio de los sucesos que precipitaron la sa- al Soberano Congreso la presente moción”.
lida de San Martín y la llegada de Bolívar, Remigio Desgraciadamente, los nuevos amos del Perú
Silva obtuvo los grados de teniente coronel, el 3 de desoyeron su dramático clamor, una y otra vez. Re-
marzo de 1823, y coronel, el 9 de mayo del mismo cién en 1845 se le reconoció una irrisoria pensión de
año, nombrándosele asimismo Presidente del De- retiro y tuvo que esperar hasta 1853, cuando era ya
partamento de Huaylas. Procuró desde allí auxilios un achacoso anciano de setenta años de edad, para
pecuniarios para el Ejército Libertador, provisión de que el Congreso reconociera sus servicios a la Patria.
cientos de mulas, perfectamente aparejadas; y reclu- Con ese mínimo consuelo, Remigio Silva murió en
tamiento de cuatro mil soldados, la mitad de los cua- Lima poco tiempo después, el 20 de noviembre de
les envió a Lima. 1854, siendo sepultado en el cementerio Presbítero
De prócer a mendigo Maestro de Lima.
Pero su cercanía con Riva Agüero le creó enemi- Hace más de medio siglo un Senador de la Re-
gos y para él vinieron luego desazones, sufrimientos pública quiso reivindicar a tan egregio peruano so-
y desgracias. Al ser reemplazado en la Presidencia de licitando el traslado de sus restos mortales al Pan-
Huaylas decidió pasar a Brasil, para eludir los odios teón de los Próceres. A pesar de lo justificado de esa
de los bolivaristas más recalcitrantes. Pero al poco demanda, los mal llamados “padres de la Patria” hi-
tiempo retornó para responder a graves y calumnio- cieron oídos sordos a tal pedido, como hoy lo han
sas acusaciones en su contra. vuelto a hacer otros “notables”. Pero es de esperarse
de que pronto, muy pronto, Remigio Silva Aranda
Oculto en Huamachuco, solicitó garantías a jefes encuentre al fin las gratitud del pueblo por cuya li-
militares amigos. Lo que obtuvo fue un permiso para bertad diera la vida entera, ingresando como tenía
pasar a Trujillo, pero al entrar allí fue encerrado en que haber sido hace mucho tiempo, al Santuario Pa-
un “calabozo inmundo”. Bolívar, llegado a esa ciudad, triótico destinado a honrar el recuerdo de los Próce-
lo condenó a muerte, pero la pena le fue conmuta- res de la Independencia.

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