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El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento Titulo

Quijano, Aníbal - Autor/a; Autor(es)


En: Cuestiones y horizontes : de la dependencia histórico-estructural a la En:
colonialidad/descolonialidad del poder. Buenos Aires : CLACSO, 2014. ISBN
978-987-722-018-6
Buenos Aires Lugar
CLACSO Editorial/Editor
2014 Fecha
Colección Antologías Colección
Imaginario; Producción del conocimiento; Conocimiento; Capitalismo; Resistencia; Temas
Capítulo de Libro Tipo de documento
"http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140507044604/eje3-9.pdf" URL
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El regreso del futuro
y las cuestiones del conocimiento*

L as notas que siguen abren algunas cuestio-


nes acerca de las implicaciones del regreso
del futuro sobre la producción del conocimien-
era pues la mera continuación del presente y
del pasado. Era nuevo, entrañaba el cambio y
anunciaba o prometía lo deseado o lo espera-
to. Quizá muchos, si no todos, concuerden con do, quizás incluso lo soñado. De todos modos,
que al final de los años ochenta todo lo que era un sentido distinto para cada historia, en cada
opuesto al capitalismo, resistía al imperialis- espacio / tiempo.
mo o rivalizaba con él, había sido derrotado en Debido a eso, las numerosas derrotas de
todo el mundo. La especificidad de esa derrota las innúmeras luchas y de las muchas gentes
consiste, en mi opinión, en la extinción de todo que perseguían la conquista de algunas de esas
un determinado horizonte de futuro. Permítan- metas fueron asumidas como transitorias siem-
me explicarme. pre, como coyunturales muchas veces, esto es
Durante los últimos quinientos años, es de- de plazo histórico, pero en caso alguno como
cir desde América, siempre ha habido al fren- finales o definitivas: el horizonte estaba allí
te de todos, de todo el mundo, un horizonte delante, el buscado futuro estaba allá, invicto,
brillante, incluso resplandeciente para ciertas con más alto resplandor cuanto más distante
promesas y en ciertos momentos: la moderni- después de una derrota. Además, en los últi-
dad, la racionalidad, el progreso, el liberalis- mos tres siglos habíamos logrado, de veras,
mo, el nacionalismo, el socialismo. El tiempo muchas victorias. Las formas peores de explo-
que ese horizonte anunciaba o prometía no tación habían sido arrinconadas. En muchas
partes del mundo, la fauna, dominante había
* Este texto fue publicado en Hueso húmero (Lima) tenido que admitir, por lo menos, negociar los
N° 38, abril de 2001. límites de la dominación y de la explotación.
834 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Los grandes imperios coloniales habían sido, No es mi propósito, esta vez, hurgar en las
casi todos, destruidos. Y en un momento has- determinaciones de esas derrotas. Lo que me
ta pareció real que la dominación y la explota- interesa es señalar, primero, que desde fines de
ción comenzaban, en ciertas áreas del mundo, los sesenta (Shanghái 1967, París 1968, Praga
a quedar atrás. Esas victorias sólo confirmaban 1969) comenzó a eclipsarse –y no ya sólo para
la poderosa certidumbre de que las luchas se una reducida y arrinconada minoría– el más
orientaban hacia un real horizonte de futuro, brillante horizonte de futuro de ese período y
no a una visión engañosa. Para esa esperanza, que desde mediados de los setenta (el estallido
toda derrota era sólo un momento de la lucha. de la crisis mundial del capitalismo) hasta fines
Por eso, millones de gentes pudieron resistir- de los ochenta (la “caída del muro” y la desin-
lo todo, desde el exilio, la cárcel, la tortura, la tegración final del “campo socialista”), terminó
muerte, hasta lo más personal y doloroso, el sa- extinguiéndose en todo el mundo. Y segun-
crificio o la pérdida de vidas amadas. do, preguntar por sus implicaciones sobre las
Estoy seguro de que muchos lo saben perso- cuestiones del conocimiento.
nalmente, país por país. O pueden haberse pre- Sobre lo primero, no creo que sean muchos
guntado lo que sintieron los derrotados de la los que nieguen que todos los movimientos, or-
guerra civil española, toda una generación de ganizaciones y regímenes políticos que busca-
revolucionarios de todo el mundo, temiendo o ban sea una importante desconcentración del
sabiendo que sería largo el tiempo de la derro- control del poder, sea su radical redistribución
ta. Pero no hay testimonio alguno de esos años para fines de los ochenta habían sido todos, en
que indicara una renuncia al camino que el ho- todo el mundo, derrotados. Todos ellos se ex-
rizonte señalaba. «Si España cae, digo, es un tinguieron. Y con ellos se extinguió también, no
decir, niños del mundo id a buscarla», clamaba sólo se eclipsó, todo horizonte de futuro para
Vallejo. Pero estaba seguro de que los niños del toda la década de los noventa, a menos que al-
mundo irían a buscarla. En América Latina, la guien estuviera dispuesto a sostener, en serio,
más análoga experiencia colectiva fue, proba- que ese horizonte fuera el neoliberalismo. Para
blemente, la caída de Allende en 1973, prelu- algunas de las vertientes neoliberales, inclusi-
diada por la derrota de la Asamblea Popular en ve había llegado al fin de la historia (Fukuya-
Bolivia, en 1972. ma). Por primera vez en quinientos años los
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más ilustres sueños de la especie parecían ha- debate, si de verdad lo fue, en América Latina
ber sido enterrados. Extraviada la esperanza, tiene en rigor virtud testimonial: la “crisis de
el temor oscurecía de nuevo el horizonte1. paradigmas”. Y fue nada menos que Fernando
Sobre lo segundo, sugiero que la extinción Henrique Cardoso, uno de los primeros, si no el
del horizonte de futuro se hizo perceptible para primero, en acuñar la fórmula.
todos sobre todo desde fines de los ochenta. En Son muchos y muy fuertes los núcleos de
todo caso, es desde entonces que la intersub- cuestiones que aquí se abren. En esta ocasión,
jetividad mundial aparece marcada, intempes- quiero apuntar sólo a dos de ellos. En primer
tivamente, por dos rasgos: uno, para muchos lugar, a las relaciones entre las perspectivas
la extraña sensación de que las ideas, las pro- históricas del imaginario y las del conocimien-
puestas, las promesas y las razones de cambios to. Y en segundo lugar, a algo más complejo:
históricos radicales pertenecían a un pasado las relaciones entre el imaginario, las accio-
súbitamente remoto; dos, el abandono, rápido nes sociales y los modos de producción de
y masivo e igual de repentino, de las perspec- conocimiento.
tivas mentales, de las cuestiones y categorías
conceptuales asociadas a aquellas que pregun-
taban por el poder en la existencia social y por Imaginario y conocimiento
los modos de su crisis y de su cambio radical
o de su remoción definitiva. O, para decirlo en La idea de un horizonte de futuro en cuanto
fácil, lo que se reconocía como el “pensamien- un tiempo nuevo para la existencia social y
to crítico” era abandonado sin debate. El único de ese modo portador de un sentido nuevo de
historia, total o parcial, radical o de superficie,
apunta obviamente a una específica perspecti-
1 Todos recuerdan sin duda el Prometo de Esquilo.
No tengo a la mano ningún ejemplar mientras escribo va de imaginario: la de un imaginario histórico.
estas notas. Cito, pues, de memoria su diálogo con las Muy diferente, en consecuencia, que la de un
náyades que van a visitarlo encadenado: imaginario místico o mágico que trasciende a
– ¿Qué has hecho para merecer este castigo? la historia.
– He desterrado de los hombres el temor a la muerte.
La perspectiva de imaginario histórico,
– ¿Y cómo has hecho para lograr ese milagro?
– He hecho nacer entre ellos la ciega Esperanza. que ha sido mundialmente hegemónica has-
836 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ta hace poco, comenzó con América, aunque Esta vez no iré muy lejos en esta indaga-
su elaboración central correspondiera a Eu- ción. Lo que me interesa es hacer notar que
ropa. Implicó un cambio de porte histórico sin esas ideas / imágenes, determinadas
para las relaciones intersubjetivas de la po- preguntas a la “realidad”, es decir a la expe-
blación de todo el mundo. Y para Europa, en riencia social, al poder en primer término, la
particular, el abandono del pasado como la elaboración de las cuestiones respectivas, la
edad dorada de la humanidad, por la del fu- búsqueda de las instancias de la “realidad” en
turo como el continente histórico de la espe- donde encontrar los elementos de respuesta,
ranza. Dos elementos me interesa destacar los campos de relaciones que se establecen o
en esa específica perspectiva de imaginario: se descubren en esa búsqueda, las explicacio-
1) la idea de modernidad / racionalidad aso- nes y los sentidos que se elaboran para esas
ciada a las ideas de progreso y de mercado; respuestas, no serían posibles. O lo serían
2) la idea de democracia como un interés so- de modo muy diferente del que ha llevado a
cial concreto, como la expresión cimera de la constitución del conocimiento “crítico”,
le modernidad2. la perspectiva de conocimiento que hizo del
poder del capital la cuestión central de inves-
tigación, de debate y de teoría científica. En
2 En el poder del capital el mercado es el piso de la otros términos, sugiero que la perspectiva de
igualdad, pero es también su techo, es decir su límite.
Por lo tanto, dentro de ese patrón de poder la igualdad conocimiento implicada en el “pensamiento
no puede dejar de ejercerse sino como un conflicto irre- crítico” y en la “teoría crítica de la sociedad”,
soluto que, de un lado, ha llevado a institucionalizar la fue compañera y asociada de una perspectiva
negociación de los límites, las condiciones y las modali- de imaginario también “crítico” que se instaló
dades de la dominación / explotación / conflicto, lo que
junto con la modernidad.
se expresa en la igualdad jurídico-política de desigua-
les sociales y en el universo institucional del moderno
Estado-nación. Pero de otro lado, lleva a un continuado
conflicto de una parte por la reducción continua de ta-
les límites; de otra parte, por la continuada ampliación contradictoria y conflictiva, pero no es evitable. Es una
y profundización de la igualdad en la sociedad misma, necesidad histórica. En ese específico y preciso sentido
lo que, por supuesto sobrepasa los límites del poder del constituye un interés social concreto, el que define la
capital y del moderno Estado-nación. Esa relación es modernidad.
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 837

Imaginario e historia ¿Se desprende de allí, simplemente, que el


capitalismo ha salido victorioso, porque es in-
¿Qué hizo que tales perspectivas de imaginario vencible? ¿Y que, como lo propone el pensa-
y de conocimiento que se desarrollaron asocia- miento “posmodernista”, esa crítica, sus pro-
das se derrumbaran y se extinguieran también puestas y sus proyectos eran solamente “gran-
asociadas? Si las cuestiones que la segunda in- des narrativas”, quiméricas en lo fundamental,
dagaba estaban asociadas a la primera, ¿podría que hay que admitir que el poder o es una abs-
decirse que fue la extinción de ese específico tracción teóricamente impertinente o un dato
horizonte de futuro lo que arrastró a la perspec- inmutable de la vida tal como es, y respecto
tiva de conocimiento que le estaba asociada? ¿O del cual, en consecuencia, apenas tiene sentido
fue al revés, la derrota de las acciones sociales ubicar sus intersticios más aptos donde jugar
vinculadas a esa perspectiva de conocimiento con la libertad individual, como lo propone hoy
lo que llevó a la extinción de la perspectiva de la lectura postmodernista de Foucault?
imaginario con la cual estaba asociada? En la sociedad, todo poder es una relación
La extinción de todo un horizonte de futuro social de dominación / explotación / conflicto.
o perspectiva de imaginario histórico no podría Esos tres elementos constitutivos de toda re-
ser explicada sino por cambios muy profundos lación de poder están allí en medidas y formas
en las fuentes intersubjetivas de donde surtía. diferentes cada cual, según las situaciones, los
Pero eso, sin duda, vale lo mismo para lo que espacios / tiempos concretos. El poder que se
ocurre o puede ocurrir con una dada perspec- articula en torno del capitalismo ha resultado
tiva de conocimiento histórico social. En otras ser hasta ahora más fuerte que sus adversarios.
palabras, lo que estoy sugiriendo es que el Eso no es necesariamente, sin embargo, una
patrón capitalista de poder ha venido modifi- demostración de su invencibilidad, sino la in-
cando las fuentes mismas que alimentaban las dicación de una relación de fuerzas que lleva a
corrientes del específico imaginario histórico, indagar por la de sus adversarios: ¿dónde resi-
que podríamos llamar “crítico” y del conoci- de su debilidad?
miento social “critico” que le estaba asociado. Para comenzar esa exploración, sugiero par-
En ambos lados se trata sin duda alguna de una tir de otra pregunta, indispensable: ¿podría un
profunda victoria del capitalismo. imaginario histórico, y “crítico” en particular,
838 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

vivir y desarrollarse largamente sin referentes una parte de la experiencia concreta, preci-
demostrativos, en consecuencia victoriosos, en samente aquella vinculada a la fuerza hege-
la experiencia concreta? Probablemente, no. O mónica, responsable en consecuencia por las
mejor, sin duda no. Porque un imaginario histó- derrotas o las victorias, ha tendido a orientar-
rico no es lo mismo que un imaginario místico se y a desarrollarse en una dirección distinta
o mágico sobre un universo que trasciende a a la del imaginario crítico. Y en ese caso, las
la historia concreta. Respecto de estos últimos, acciones destinadas a la materialización del
la experiencia concreta o no es un referente imaginario eran o derrotadas o, mucho peor,
demostrativo necesario, porque ese imaginario precisamente las victorias mismas conducían
la trasciende, o es siempre, de todos modos, a otra parte3.
una continua demostración del imaginario. Quizás es útil una corta historia. Desde co-
Por ejemplo, para quien cree que el universo mienzos del siglo XX y en especial desde la
ha sido “creado”, la experiencia es una conti- derrota de la República en España, se reduce
nua demostración. Pero para quien cree en la el espacio del debate y de los movimientos so-
“inmaculada concepción”, la experiencia es del ciales para los cuales la lucha por el control del
todo irrelevante. Sin embargo, ambas creen- Estado-nación no es el camino que lleva al ho-
cias corresponden a una misma perspectiva de rizonte de futuro donde la dominación y la ex-
imaginario místico. plotación no son las que organizan la sociedad.
Desde ese punto de vista, no es arbitrario, Su espacio se reduce de tal modo que para una
ni impertinente, sugerir que entre el imagina- inmensa mayoría de la población mundial esas
rio histórico-crítico y la experiencia histórica corrientes simplemente no existen. Se instala,
concreta, las relaciones originalmente ceñi- en cambio, como mundialmente hegemónico
das, casi podría decirse que simétricas si se
consideran los siglos XVIII y XIX desde la
perspectiva europea, durante el siglo XX han 3 Fue quizás en el cine italiano, sin duda no por mera
tendido hacia un creciente desencuentro, el coincidencia, donde por primera vez y desde tan tem-
que ha ido llevando a la frustración continua prano como desde los sesenta, comienzan a ser ela-
boradas las imágenes de ese desencuentro. Recuerdo
y a la subalternización final de la subjetivi-
sobre todo la devastada conciencia, atrapada entre el
dad vinculada a ese imaginario. Es decir que cinismo y la angustia, de “Nos habíamos amado tanto”.
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 839

el llamado “materialismo histórico” y desde a pesar de la experiencia de los “procesos” de


la llamada Revolución socialista en Rusia, en Moscú, del asesinato de Trotsky, de los campos
1917, la vertiente que conserva su nombre po- de trabajo forzado, Rusia y los bolcheviques
lítico original corno socialdemocracia cede su lograron establecer una auténtica constelación
lugar en la hegemonía mundial a la que adopta de prestigio sobre los revolucionarios de todo
el nombre de “marxismo-leninismo” y que pasa el mundo. En particular, su apoyo a las luchas
a ejercer el dominio mundial desde el nuevo anticoloniales y antiimperialistas de todo el
Estado ruso, a partir de 1924. mundo hizo de Rusia un polo mundial de atrac-
Se sabe bien que ya desde 1917 algunas im- ción y de dirección política, y su prestigio y su
portantes minorías habían introducido críticas influencia no hicieron sino agrandarse después
radicales sobre el carácter y el futuro del nuevo de la Segunda Guerra Mundial con la forma-
poder instalado en Rusia y que se reclamaba ción del “campo socialista” que incluía a todos
como revolucionario y socialista. Así, entre los países de Europa Oriental, a China después
1917-1918 Rosa Luxemburg denuncia el despo- de la Revolución China (1949) y a Cuba, des-
tismo, Anton Pannekoek la contrarrevolución pués de 1962.
burocrática, Rodolfo Mondolfo el capitalismo
de Estado que usurpa el lugar del socialismo y
desde 1927 sobre todo Trotsky y sus seguidores tación. Pero no hay cómo inferir la propuesta teórica
alternativa, ni la perspectiva de conocimiento a la cual
denuncian las “deformaciones burocráticas” dicha sospecha pudiera estar asociada. Sus seguidores,
en lo que, sin embargo, reconocen aún como los llamados trotskistas, nunca recogieron esa pro-
“Estado obrero”4. Pero a pesar de las críticas, puesta, bien pasados esos cincuenta años, ni siquiera
cuando se publicó el notable libro de Rudolf Bahro, Die
Alternative (Koln: Europaische Verlagsansalt, 1977;
4 Es interesante e intrigante que al final de su libro Barcelona: Editorial Malenales 1979) cuya tesis central
principal en ese debate, La revolución traicionada, es, precisamente, que el poder en Rusia y en el “campo
Trotsky pareciera sospechar que quizás había algo socialista” no sólo no es socialista, sino que se trata de
más que una “deformación burocrática” en el proceso un patrón históricamente nuevo de dominación y de
de Rusia. De otro modo no podría explicarse que sugi- explotación. Véase también de Bahro: El socialismo
riera que si esa situación fuera a durar mucho tiempo, realmente existente. Seis conferencias críticas (Lima:
digamos unos cincuenta años, habría que pensar en que Mosca Azul editores, Serie Debate Socialista N° 3, 1981)
se trataba de otro sistema de dominación y de explo- con “Prólogo” de Aníbal Quijano y Mirko Lauer.
840 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Sin embargo, no mucho después de la Se- esos partidos (pienso en el desolado balance
gunda Guerra Mundial, en el “campo socialista” de La Somme et la Reste de Henri Lefevre). La
comenzó una secuencia de hechos que comen- gran mayoría de ellos no dejó, sin embargo,
zaron a reintroducir dudas sobre el carácter de ser socialista y marxista. Las dudas se hi-
real de dicho “campo” respecto del horizonte cieron definitivas cuando a la muerte de Stalin
de futuro, del “imaginario crítico” anticapitalis- comenzaron a ser confirmadas, desde dentro
ta. Desde entonces, las dudas no hicieron sino mismo de la fauna dominante, las acusaciones
crecer y hacerse más profundas. Primero fue de despotismo, de criminalidad y de abusos
la ruptura de Tito y de Yugoeslavia con Stalin del régimen estaliniano. El célebre Informe
y con la URSS y dentro de la propia Yugoesla- Kruschev, ante el XX Congreso del PCUS, tuvo
via la disidencia que denuncia a la burocracia un efecto devastador, a pesar de que los par-
dominante como una “nueva clase” (Djilas). tidos estalinianos procuraban embutir todo
Luego fue la revuelta obrera de Berlín Este, en en la inefable fórmula de “culto a la persona-
1953, tan brutalmente reprimida que Brecht no lidad”. Después vino la ruptura chino-rusa,
dudó en hacer pública su feroz ironía: ya que el la expansión de la influencia maoísta como
Estado estaba tan descontento de sus ciudada- la versión substituta del estalinismo. Pero la
nos, debería elegir otros. No mucho después, masacre de la Comuna de Shanghái, en 1967,
en 1956, fue la Revolución en Hungría, en don- ordenada por el propio Mao, anunciaba ya la
de fueron los propios tanques soviéticos los orientación y el desemboque futuros del régi-
encargados de la sangrienta represión. A esos men chino. La secuencia final que lleva desde
hechos se añadieron pronto las repetidas re- la represión y ocupación de Praga, 1969, por
vueltas de los obreros de Polonia, durante las los mismos tanques rusos, liquidando lo que
décadas del cincuenta y del sesenta. prometía ser una liberalización democrática
Tras cada uno de esos hechos, numerosos del despotismo burocrático, pasando por la
intelectuales ligados a los partidos comunistas revuelta finalmente exitosa de los obreros de
en muchos lugares, especialmente en Europa, Solidarnosc en Polonia, 1976, a pesar del gol-
decidieron romper con el partido. Después de pe militar estaliniano del general Jaruzselsky,
la revuelta húngara se estima en unos 6 mil hasta la “caída del muro” en Berlín en 1989 y
los intelectuales europeos que abandonaron a la desintegración del “campo socialista”, está
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 841

sin duda fresca aún en la memoria de todos y madas las tendencias revolucionarias críticas
no requiere más comentarios. dentro de los países del “campo socialista”, se
Esa secuencia fue en verdad suficientemen- ampliaron rápidamente y se hicieron explíci-
te larga para mostrar al mundo la naturaleza tos los conflictos entre los controladores del
real del patrón de poder impuesto en Rusia y poder y sus víctimas.
en todo el “campo socialista” desde octubre de Fuera de esos países, los millones de tra-
1917. Su minoría dirigente –como es evidente bajadores y de revolucionarios socialistas en
por lo que ha hecho en todas partes después todo el mundo continuaron combatiendo por
de la “caída”– durante ese período estaba in- las promesas del brillante horizonte de futuro
teresada cada vez más en la privatización del asociado a la idea de socialismo. Y la crítica re-
control del poder, no en su destrucción5. Y volucionaria del poder comenzó a enfrentarse
debido a eso las disidencias, como fueron lla- tanto al capitalismo como al despotismo buro-
crático dentro del “campo socialista”. Como
5 “Los peligros de la democracia” es, precisamente,
Rudy Dutschke dijera en un mitin de Berlín
el título del artículo de Gavril Popov, alcalde de Moscú, poco antes de ser víctima de un intento de ase-
el primero electo de la historia de Rusia, después de la sinato, era perceptible un poder despótico que
desintegración de la URSS. La ominosa tesis de Popov comenzaba a extenderse desde Washington
–profesor de Marxismo y Dialéctica hasta apenas la hasta Vladivostok y era urgente enfrentarlo an-
víspera de tal desintegración– es que la destrucción del
“socialismo real” en Rusia fue la obra de una alianza tes de que se hiciera más fuerte.
entre las masas trabajadoras y la inteligencia soviética, Fue, pues, tanto al lado como separado de
pero que ambos sectores persiguen intereses opues- la hegemonía del “materialismo histórico” o
tos: las masas quieren la democracia para conquistar “marxismo-leninismo”, que desde los años se-
la igualdad social y el control del poder, mientras que
senta se desarrolló en todo el mundo un nuevo
esa inteligencia está interesada en una nueva jerar-
quización de la sociedad. Es decir, cuanto más amplia movimiento social que se dirigía no solamente
sea la democracia las masas avanzarían en dirección a la subversión del poder capitalista-imperialis-
de la igualdad social, en contra de los intereses de la ta, sino también a la del despotismo burocrá-
inteligencia. Por eso, para Popov, la democracia es un tico del “campo socialista”. Ya no se trataba
peligro que es necesario controlar (“Dangers of Demo-
solamente de la liberación de los obreros del
cracy” en New York Review of Books, 16 de agosto de
1997, p. 27). trabajo explotador, sino de la liberación de las
842 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

gentes, de todas las gentes, de la dominación y mismo año, en las calles de Praga en 1969, en la
de la discriminación en cada uno de los aspec- parte más activa del movimiento juvenil en los
tos de la vida humana en sociedad: de la mu- Estados Unidos, incluso en el medio millón de
jer, de los homosexuales, de los jóvenes, de los gentes que concurrieron a la fiesta de la subver-
discriminados por razones racista-etnicistas. sión de Woodstock.
Se trataba ahora de la plena liberación de la Un horizonte de futuro aún más encendido
subjetividad, de la producción del conocimien- comenzó a instalarse. En otros términos, un
to de sus ataduras en el poder, de la liberación imaginario crítico más radical y más global,
de cada uno de los campos de la cultura, del que se enfrentaba al capitalismo y al despotis-
arte en especial, de la defensa de la naturale- mo burocrático del “socialismo real”, al mis-
za frente la depredación humana, capitalista mo tiempo.
en particular. Se trataba de la liberación de las Después de casi un siglo retornaba el debate
gentes de la autoridad encarnada en la “razón sobre el lugar del Estado en la articulación del
de Estado”. poder, liberarse del cual era el sentido de toda
La lucha por la ampliación y la profundiza- revolución. Se trataba, en suma, de un imagi-
ción de la democracia en la sociedad, no sólo nario asociado a la liberación de las gentes del
en el Estado-nación, no sólo como negociación poder, de todo poder. Y como es normal en la
de los límites y de las condiciones de la explo- historia, fueron la música, las artes visuales, la
tación y de la dominación, ni sólo como libe- poesía y el relato las formas de expresión más
ración del trabajo explotado, sino, ante todo, ceñidas del nuevo imaginario.
como la materialización de la idea de igualdad Nada sorprendente, desde ese punto de vis-
social de las gentes, como modo de las relacio- ta, que los dos poderes, el del capitalismo pri-
nes cotidianas entre las gentes, en cada ámbito vado y el del despotismo burocrático, actuaran
de la existencia social, en todo el mundo, emer- de algún modo al unísono para derrotar ese
gió como el núcleo más brillante del nuevo ho- nuevo asalto al cielo. Tuvieron entonces pleno
rizonte de futuro. Esas eran las propuestas y las éxito. Pero el resultado fue esta genuina catás-
imágenes de todos los movimientos de los jóve- trofe histórica que estoy aquí tratando de hacer
nes en ámbitos diversos, en Shanghái en 1967, perceptible: la derrota de todos los movimien-
en mayo del París de 1968, en Tlatelolco en ese tos, organizaciones, regímenes, opuestos a o
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 843

rivales del capital y de la burocracia, en todo el 1. Que ese “pensamiento crítico” y esa “teo-
mundo, hasta su virtual extinción. Y con ellos, ría crítica” de la sociedad se constituyeron
la extinción también de todo horizonte de futu- dentro de la perspectiva eurocéntrica de
ro, de todo imaginario crítico, el ensombreci- conocimiento y referidas al poder social es-
miento de un horizonte que pasaba a estar ocu- pecífico de Europa. Aunque ya con el atisbo
pado, total y únicamente, por las predatorias de las principales dificultades epistemoló-
necesidades del capital financiero. gicas de dicha perspectiva, las preguntas
La derrota del movimiento revoluciona- a la realidad y las categorías conceptuales
rio mundial fue también la derrota del nuevo básicas fueron elaboradas en y para la ex-
“imaginario crítico”. Este no tuvo la duración periencia europea.
suficiente como para generar también su pro- 2. La hegemonía mundial fue ganada por la
pio “pensamiento crítico” y su propia “teoría más definidamente eurocentrista de las ver-
crítica” de la sociedad. Una década o década siones de tal “pensamiento crítico” y de su
y media no son, sin duda, suficientes para pa- respectiva “teoría crítica”: el “materialismo
sar del nuevo imaginario a la producción de un histórico” o “marxismo-leninismo”. Y fue esa
nuevo modo de conocimiento. Es pertinente, versión la que tenía el dominio en la conduc-
en consecuencia, preguntarse también qué ción de las acciones y en la evaluación de la
ocurrió con el llamado “pensamiento crítico” orientación y de la eficacia de éstas desde el
anterior y con su producto la llamada “teoría comienzo del siglo XX.
crítica de la sociedad”. Primero, porque esa 3. Esa vertiente del pensamiento y de la teoría
perspectiva de conocimiento era la que orien- social ha sido desde entonces alimentada,
taba, conducía en la práctica, las acciones so- en lo fundamental, por la perspectiva cog-
ciales hacia el horizonte de futuro. Y, segundo, nitiva del eurocentrismo y su desarrollo ha
porque era también ella misma el tribunal que corrido, por eso, ceñido a las tendencias de
juzgaba y evaluaba la orientación y la eficacia tecnocratización creciente de esa específica
de las acciones. racionalidad.
Tampoco en este asunto quiero ir aquí más
lejos. Me limitaré, por ahora, a reiterar lo que Ese específico proceso de la versión mun-
ya he tratado de mostrar en otros textos: dialmente dominante del pensamiento y de
844 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la teoría social que conducía y evaluaba las debió parecer que las victorias anticapitalistas
acciones frente al poder, fue generando un estaban más próximas. Si no fue así, en conse-
desencuentro creciente entre el imaginario cuencia, no se debió a que las gentes hubieran
crítico, la experiencia social concreta y la teo- comenzado a salir de los horizontes críticos del
ría social. Ese desencuentro se hizo cada vez imaginario, sino a que la conducción intelec-
más perceptible, esto es para cada vez mayor tual y política mundialmente hegemónica había
número de gente, desde el fin de la Segunda hecho más profunda y definitiva su pertenencia
Guerra Mundial. y su identidad eurocéntrica. Sugiero, por eso,
Las tendencias más profundas del capita- abrir esta nueva cuestión en el laberinto: la de-
lismo (no sólo del capital) que han llevado a rrota mundial en la dimensión material estaba
la situación actual ya estaban en visible curso ya dada, primero, en la dimensión intelectual-
desde mediados de los sesenta: las limitaciones política. La derrota entregó a las víctimas del
crecientes a la mercantilización de la fuerza in- capitalismo, en su mayoría, a un vacío del ima-
dividual de trabajo; la “desocupación estructu- ginario. A una minoría, a ingresar en los cami-
ral”; la sobre-acumulación en unas áreas y la nos conformistas del imaginario. Pero a los
sub-acumulación en otras; la fragmentación profesionales del conocimiento, a ellos, en su
del trabajo; la tecnocratización del conoci- mayoría abrumadora, les llevó a fortalecerse
miento; la reducción del espacio de la demo- en sus propensiones eurocéntricas y abando-
cracia. Pero todo eso estaba en conflicto con nar sin complicaciones psicológicas los ele-
un importante proceso de desconcentración mentos cognitivos de la perspectiva crítica de
del control del poder, en la mayor parte de los conocimiento.
casos, y de efectiva redistribución de ese con-
trol, en menos casos. Y finalmente, con una ola
mundial de cuestionamientos de las bases mis- A la hora de la resistencia
mas del poder del capitalismo, entre mediados mundial: ¿el regreso del futuro?
de los sesenta hasta mediados de los setenta.
Por eso, cuando estalla la crisis mundial Al terminar la década de los noventa, también
del capital a mediados de los setenta, para la el tiempo de la derrota está comenzando a ter-
inmensa mayoría de la “izquierda” del mundo minar. La resistencia contra las más perversas
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 845

tendencias del capitalismo, lo que se conoce titución de un imaginario crítico, la reconstitu-


con el nombre de globalización, está ya levan- ción de otro horizonte de futuro, diferente del
tándose en todo el mundo. En América Latina, que se ha extinguido. Aún no está con nitidez a
en particular en América del Sur, ningún país la vista ese probable horizonte nuevo. Pero si
esta exceptuado de la creciente resistencia de la resistencia no es aplastada pronto y del todo,
los trabajadores y de la inestabilidad política esa será una indicación de que hay, de todos
que allí se genera. modos, un horizonte de futuro en plena consti-
Ese nuevo período de acciones sociales tución. ¿Cuáles son, cuáles serán, las imágenes
que enfrentan el poder capitalista mundial, históricas que allí se instalen? Sobre ellas, por
comienza a desarrollarse en un escenario casi el momento, apenas puede tenerse sospechas
totalmente cambiado, en su estructura, en sus de imágenes: la que fue derrotada y parecía
elementos específicos, tanto en la dimensión enterrada, la esperanza más iluminada de los
material, como en la intersubjetiva de las rela- años sesenta, la democracia como igualdad
ciones sociales. En especial, en un tiempo de social, no sólo como ciudadanía en el Estado-
reconcentración casi total del control del po- nación, como legitimación de la diversidad de
der, del lado de los dominantes, y de fragmen- las gentes y de la heterogeneidad de sus crea-
tación y desconcentración social, en el lado de ciones, como liberación de la vida en sociedad
los trabajadores. respecto de cada una de las formas y de los
No es inevitable que las versiones eurocén- mecanismos de explotación, de dominación,
tricas convencionales (el “materialismo his- de discriminación, como descolonización y
tórico”) obtengan la primacía inmediata en el liberación del conocimiento y del imaginario,
comando de la resistencia. Pero casi siempre como la co-presencia de la igualdad, de la so-
ocurre que las gentes comienzan a actuar no lidaridad y de la libertad de todas las gentes
sólo frente a sus problemas y a sus necesi- en todas las sociedades, tenderá a buscar y a
dades, sino también apelando a su memoria producir otro universo institucional donde
para definir las nuevas situaciones y orientar- pueda, realmente, ser expresada y defendida.
se en ellas. Las disputas y combinaciones entre el mo-
En todo caso, la resistencia mundial ya co- derno Estado-nación y la nueva Comunidad,
menzada implica, o puede implicar, la recons- serán quizás las que expresen la búsqueda de
846 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nuevas formas institucionales de autoridad de todos modos, de un horizonte paralelo de


donde el poder no esté presente o esté reducido conocimiento, de una racionalidad no-eurocén-
y controlado su espacio. trica, que pueda también ser parte del propio
Lo que aquí interesa realmente es la explora- horizonte de futuro. En cualquier caso, hay una
ción, por incipiente que pudiera ser, necesaria tarea planteada.

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