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Otra Economía, 6(11):159-170, julio-diciembre 2012

© 2012 by Unisinos - doi: 10.4013/otra.2012.611.06

La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo


contexto de la Economía Social y Solidaria:
Una mirada desde Bolivia

The communal economy of reciprocity in the new context of


the Social and Solidarity Economy: A view from Bolivia

Julio Alvarez Quispe1


jalvarezq@hotmail.com

Resumen. Este trabajo pretende comprender la di- Abstract. The present work intends to understand
námica económica propia de los pueblos indígenas, the economical dynamic of Indigenous towns, as
como una alternativa en el gran tejido de la Eco- an alternative in the great network of the social
nomía Social y Solidaria, que se va construyendo and solidary economy which is being built in Latin
en América Latina, con diferentes matices en cada America, with different nuances in each one of the
uno de los Estados; en este caso es una lectura des- States. In this case, it is an interpretation of the New
de el Nuevo Estado Plurinacional de Bolivia. Es un Plurinational State of Bolivia. It is an exercise of
ejercicio de análisis de la economía comunitaria de analysis of the communitarian economy of reciproc-
reciprocidad, bajo la figura del don. Paradigmática- ity, based on the gift’s concept. Paradigmatically,
mente toma como referencia teórica aquella desa- it takes Dominique Temple’s theoretical reference
rrollada por Dominique Temple, al que se suman and then Alain Caillé and Jacques Godbout, who
Alain Caillé y Jacques Godbout, quienes han gene- have developed, in the last years, a new epistemo-
rado en los últimos años una nueva vertiente epis- logical slope. This study includes filed research in
temológica. El trabajo es corroborado con ejercicios Viacha and other areas of the department of La Paz.
de campo en el Municipio de Viacha y otros escena-
rios del departamento de La Paz.

Palabras clave: economía de reciprocidad, econo- Key words: economy of reciprocity, economy of
mía del don, reciprocidad y redistribución. gift, reciprocity and redistribution.

Introducción Siendo que el conocimiento de la experien-


cia indígena-originario-campesina cada vez
Lo que contiene el presente trabajo va en la cobra mayor atención en el mundo entero,
perspectiva de poner en el tapete del debate esta realidad emerge de escenarios proscritos,
otras formas de economía, procurando desmi- para anunciar su presencia en un mundo glo-
tificar la exclusividad de la economía de mer- balizado, hasta hace poco extremadamente ex-
cado. Son varias las corrientes alternativas en cluyente y monocultural. La economía en este
la actualidad; esta discusión se concentra en sentido es vital para cualquier sociedad, y por
una de ellas: la reciprocidad. pertinencia la antropología económica permite

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Programa de Doctorado, Facultad de Humanidades y Estudios Sociales, Atlantic International University. Pioneer Plaza,
900 Fort Street Mall 40, Honolulu, HI 96813, USA.
La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo contexto de la Economía Social y Solidaria

avizorar mayores luces para comprender la Polanyi, George Dalton; y a los marxistas:
realidad de estos fenómenos. Marshall, Friedman, Godelier, Terray, entre
La estructura del presente trabajo con- otros (Contreras, 2005, p. 12). Cada una de es-
tiene dos partes; la primera habla sobre los tas vertientes y otras posturas nuevas que van
fundamentos teóricos de la economía de reci- emergiendo han ido escarbando las diversas
procidad y está compuesto por dos acápites: formas o expresiones de las economías tradi-
La antropología económica y la reciprocidad cionales, en las poblaciones primitivas de las
y redistribución; inicialmente se revisan las distintas regiones del mundo.
posturas teóricas más relevantes; estas son las Los argumentos formalistas apuntan que
vertientes formalista, sustantivista y marxista; no existen medios ni fines específicamente
a continuación se hace una retrospectiva del económicos; sólo es económico el proceso de
concepto reciprocidad de la mano de la redis- asignación de recursos escasos a fines alterna-
tribución, tomando en cuenta el avance de los tivos. Manifiesta que todas las sociedades se
antropólogos clásicos y concluyendo con teóri- enfrentan con el reto de conseguir los recursos
cos contemporáneos, entre ellos Temple, Caillé necesarios para satisfacer las necesidades, esto
y Godbout. es, todas disponen de un sistema económico.
En la segunda parte, denominada Praxis de Los formalistas, así, acentúan la idea de maxi-
la economía comunitaria de reciprocidad, se mización y consideran que la teoría económi-
desarrolla el tema central de este trabajo, con- ca (neoclásica) es susceptible de ser aplicada
trastando el análisis teórico con la experiencia a toda realidad sociocultural (Molina y Va-
contextual; para ello se ha subdividido en tres lenzuela, 2006, p. 48). Esta versión denota un
puntos: El influjo de la reciprocidad, la pervi- proyecto homogeneizante, al universalizar los
vencia del don, y humanización de la econo- principios y la lógica capitalistas y proyectar-
mía; en este decurso se describen y analizan los sobre realidades socioculturales ajenas y en
manifestaciones que hacen latente la virtuosa muchos casos totalmente diversas.
funcionalidad de la reciprocidad generalizada, Por su parte los sustantivistas arguyen que:
trasuntada en el concepto del don y el presti-
gio, denominado a nivel local como Ayni, mos- 1. La economía, tal como nosotros la percibimos,
es una construcción social históricamente deter-
trando sus virtudes humanas y constituyendo
minada.
alternativas no solo a la economía mercantil 2. En la sociedad primitiva y en los imperios an-
sino al mismo concepto de desarrollo. tiguos la economía no forma una esfera separada
de actividad sino que está incrustada (imbricada)
Los fundamentos teóricos en el resto de instituciones sociales.
3. La pregunta no es por qué comercio, moneda
de la economía de reciprocidad
y mercado han estado históricamente separados,
sino por qué se han unido en nuestra sociedad
La antropología económica (Molina y Valenzuela, 2006, p. 50).

La ciencia antropológica ha sentido una Los marxistas rechazan la posturaforma-


gran preocupación por el entorno económico lista y esgrimen que el perfil sustantivista es
y ecológico de todos los pueblos, con princi- insuficiente; proponen analizar y explicar las
pal énfasis en los indígenas y/o tradicionales. formas y estructuras de los procesos de la vida
Desde principios del siglo XX se han publica- materialde las sociedades con la ayuda de los
do una serie de escritos referidos a la econo- conceptos elaborados por Marx, es decir, bajo
mía llamada “primitiva”, intentando legitimar los conceptosmodo de producciónyformación
un campo específico dentro de la ciencia de la económica y social (Contreras, 2005, p. 12).
cultura. Los formalistas y los sustantivistas, Esto permite colegir que la tarea de los antro-
cada uno a su turno, han nutrido con una bas- pólogos marxistasinsinúa anexar el dominio-
ta bibliografía a la investigación de las formas de la antropología económica al campo de la
económicas de las culturas tradicionales; a es- aplicación del materialismohistórico, intentan-
tos se ha sumado con bastante prodigalidad la do probar la universal validez de los conceptos
corriente marxista. y métodos elaborados por este.
Entre los principales precursores de esta Bajo este paraguas teórico-conceptual, los
triada teórica, se pueden mencionar a los estudios emergentes enfocaron su atención en
formalistas: Herkovits, Leclair, Burling, Sa- territorios alejados del contexto latinoamerica-
lisbury, Schneider; a los sustantivistas: Karl no, peor aún, de la región andina; es recién en

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los últimos treinta años que este tema se cons- comerciales [...], a trasferencias entre desigua-
tituye en caldo de cultivo de los investigadores les” (Molina y Valenzuela, 2006, p. 184); bajo
antropólogos y otros cientistas sociales, en esta esta matriz se hace referencia alas relaciones de
parte del continente. En este marco, van emer- patronazgo o trasferencias agonísticas, como
giendo nuevas tendencias en la lectura de la en el caso de las instituciones de la economía
economía de los pueblos indígenas, en torno de prestigio. Así, por una parte, la circulación
a viejosconceptos comola “reciprocidad”, “re- material puede coincidir con la norma moral,
distribución”, “prestigio” y “don”; éstos van pero, por otra, la norma moral escondería pre-
cobrando vigor como una perspectiva propi- cisamente la desigualdad.
cia, en particular en Bolivia, Perú, Ecuador y Marshall Sahlins es quizá uno de los antro-
otros países vecinos. pólogos que más sólidamente ha trabajado so-
Sectores progresistas de la antropología van bre este tema; el proponetres tipos de recipro-
discurriendo en procura de enmarcar a las eco- cidad: generalizada, negativa y equilibrada.
nomías tradicionales de los pueblos indígenas
al concepto de reciprocidad. En el presente estu- La reciprocidad generalizada es el polo altruista,
dio, profundizamos precisamente este concep- una forma de compartir en la cual no se llevan
to, como una manifestación de las nacionalida- cuentas. Das algo pero no esperas (ni sueles reci-
des indígena, originaria y campesina existentes bir) nada a cambio, al menos no de inmediato[...]
La reciprocidad negativa es como un gemelo
en Bolivia, incluida en la economía plural del
malvado: te quitan algo sin expectativas de que
país, a través de la nueva constitución, como recibas nada a cambio, como cuando un ladrón
“COMUNITARIA”; puesto que la nueva Cons- se roba tu auto. La reciprocidad equilibrada es
titución Política de Estado ahora habla de una aquella en las que las transferencias son iguales,
economía plural,abarcando a la comunitaria, es decir, se sabe quiénes son los portadores y
estatal, privada y mixta. El actual Estado Plu- cuando se produjo (Barfield, 2000, p. 435).
rinacional de Bolivia en su PlanNacional de
Desarrollo, inspirado en las economías de los A manera de hipótesis, la reciprocidad ge-
pueblos indígena-originario-campesinos, ha re- neralizada y la reciprocidad equilibrada son
cuperado el concepto del “SUMA QAMAÑA”2. el caldo de cultivo de la reciprocidad andina;
esta es también la jurisdicción del don y el
Reciprocidad y redistribución prestigio, como se irá viendo más adelante.
El célebre antropólogo Marcel Mauss defi-
Inicialmente, este concepto encarna “[...] ne a los actos de intercambio recíproco como
un principio para organizar una economía, “fenómenos sociales totales”, donde se mani-
en el cual los intercambios se producen entre- fiestatodo un sistema de prestaciones y con-
personas (más o menos) iguales, tienen una traprestaciones de una serie de bienes, estando
fuerte tendencia a equilibrarse a largo plazo, involucrados los miembros del grupo social.
ambaspartes sonlibresderetirarsedel patrónde Estos intercambios constan detres operacio-
intercambio [...]” (Barfield, 2000, p. 434). Casi nes: “dar, recibir y devolver”; además, cada
todas las sociedades contemplan en su eco- una implica una obligatoriedad, de tal modo
nomía el principio de reciprocidad, cada una que quienes hoy son donadores mañana serán
de estas con sus rasgos peculiares que hacen a donatarios. Estos dones circulan con la “segu-
su entorno ecológico y cultural. La economía ridad” de que serán devueltos en la “misma
de intercambio basada en el mercado no está dimensión” y en el “mismo tiempo”. Estos
exenta de la reciprocidad; un claro ejemplo procesos de reciprocidad sólo en apariencia
son los regalos de navidad. serían voluntarios y desinteresados, por cuan-
De manera general, la reciprocidad denota to son movidos porel “principio de obligato-
dos fenómenosmuy relacionados entre sí, la riedad” (Mauss, 1971, p. 157).
circulación prolongada de bienesy un constructo Este concepto de Mauss sobre la reciproci-
ideológicoque motiva la obligación de devol- dad en la actualidad parece no ser tan sólido,
ver de forma más o menos equilibrada. “Así, ya que su basamento tiene asideroen una con-
bajo la denominación ‘reciprocidad’ podemos cepción dual y, por lo tanto, restringidaa una
designar desde trasferencias entre iguales, por visión doméstica y no así social. Un autorcon-
ejemplo el intercambio de regalos entre socios temporáneo crítico de las posesiones tibias con

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Es la acepción en lengua aimara del Buen vivir o Vivir bien.

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respecto a la economía indígena y por tanto la sumir. Evidentemente, la cadena de dones así
reciprocidad y la redistribución es Dominique abierta se tiene que cerrar tarde o temprano,
Temple, quien plantea una postura más atrevi- hasta formarun gran círculo de reciprocidad
daal respecto, tomando como elemento válido generalizada.
el DON y el prestigio; el sostiene que: En esta misma línea, encontramos a otro
escritor muy emparentado con el anterior; él
La reproducción del don está dirigida a un “ter- es Jacques Godbout, que suma argumentos en
cero”, así como el don se dirige al prójimo. Tal torno a la reproducción social del don:
es la razón de ser del don, que al sistematizarse
permite la construcción de sociedades de recipro- Entonces, casi inevitablemente estamos llevando
cidad. El movimiento de reproducción del don a considerar la exigencia de crecimiento y de de-
basta para explicar la génesis de los sistemas de sarrollo que se manifiesta tan fuertemente en el
reciprocidad sin que sea necesaria la intervención don -hay que devolver y dar siempre más- [...]
de la obligación de restitución[...]Por consigu- y como primera manifestación del deseo que ani-
iente no hay, a priori,necesidad alguna de limitar
maría a todos los individuos a percibir una tasa
la dinámica del don desde el origen, encerrándola
de interés sobre cualquier “capital” que pusieran
dentro de lo que Polany llama dualidad del inter-
en circulación (Godbout, 1997, p. 169).
cambio (Temple, 1995, p.45).

Con respecto al concepto de redistribu-


En los hechos, lo que este investigador insi-
ción, éste “es un principio de organización de
núa es que la visión clásica de que la recipro-
la economía en el cual una dirigencia central
cidad implica necesariamente una dualidad,
recolecta los bienes y luego los redistribuye a
donde unos recibeny posteriormente deben
algunas o todas las unidades que produjeron
devolver en la misma proporción, es poco me-
o proporcionaron dichos bienes. La redistri-
nos que cuestionada. Lo que Temple aporta es
bución requiere una organización política for-
la intervención de un tercero, que vendría a ser
mal” (Barfield, 2000, p. 436).
la sociedad en su conjunto. Es decir, si la re-
Dentro de la cosmovisión andina, la redis-
ciprocidad sólo involucrara a dos entidades y
tribución está muy ligada al prestigio; la per-
no trascendiera más allá, este sistema no se de-
sona, la familia que más redistribuye, que más
sarrollaría, y su marco de acción vendría a ser
dona, goza de un status privilegiado. Esto se
muy pequeño o nada social, llegaría a cubrir a
ve con mucha profusión en el sistema político
lo sumo el nivel de los parientes.
de cargos, que aún se mantiene vigente en las
De igual manera, se pueden extraer aspec-
comunidades con una dinámica rotativa y tie-
tos coincidentes en la lectura de otro autor
ne incidencia en las poblaciones urbanas.
contemporáneo del paradigma del don como
es Alain Caillé, sobre la cualidad social y sos-
tenida del concepto en cuestión. Praxis de la economía
comunitaria de reciprocidad
Así pues mientras el intercambio mercantil se
apoya en el ideal regulador de la equivalencia y El influjo de la reciprocidad
de la abolición de la deuda, la triple obligación
de dar, recibir y devolver apunta en cambio ha-
cia la creación de cierta dosis de no-equivalencia
En los Andes bolivianos, donde la gran ma-
y endeudamiento. En la circulación de la deuda yoría de la población se reconoce como indí-
y la desigualdad alternada es donde se crea y se gena, originaria y campesina, la reciprocidad,
prolonga la relación social (Caillé, 1996, p. 147). después de vencer la barrera del tiempo, se ha
adaptado a nuevos escenarios, interactuan-
Entonces, si limitáramos la interpretación do la más de las veces de manera subalterni-
del don como una distribución que circuns- zada y otras sin mucho inconveniente con la
criba sólo al círculo de parentesco cercano, el economía de mercado; aunque este fenómeno
excedente de la producción no podrá ser con- no siempre es visibilizado, puesto que a los
sumido dentro del marco doméstico, cuando ojos de la economía hegemónica estas formas
en las sociedades de redistribución el presti- locales son reducidas al concepto de econo-
gio ligado a la capacidad del don mide la au- mía informal, en consecuencia el aporte de la
toridad; la redistribución es la expresión del ciencia antropológica es muy importante para
poder. Recibir un don implica socialmente la una lectura adecuada de la dinámica económi-
reproducción de éste, y el ciclo debe conti- ca que se va articulando, al menos en el área
nuarintegrando al resto de la sociedad a con- rural del occidente boliviano, aunque con los

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últimos flujos migratorios una multitud de ai- indígena-originarios, con características de et-
maras han llevado consigo la economía de sus nicidad cada vez más notorias, se van avizo-
comunidades a las grandes ciudades. rando de a poco formas alternas y hasta hace
En el marco de las ciencias positivistas, en poco proscritas de hacer economía, que han
todas las casas superiores de estudio, sean estas subsistido por cientos de años sin la presen-
universidades o institutos superiores de educa- cia relevante del Estado en sus territorios, en
ción, el paradigma económico válido es la econo- cuanto a políticas públicas que incidan en su
mía mercantil de mercado, que cuantifica y ma- desarrollo; ahora abriéndose campo y anun-
terializa toda la conducta humana, jactándose ciando su presencia en el nuevo concierto de
de ser la única válida. Siendo así, “[...] la política la Economía Social y Solidaria.Este panorama
económica del neoliberalismo es fundamentalis- que tiene su nacimiento en las comunidades
ta y tiende a negar la vida en todas sus dimensio- rurales ha ingresado paulatinamente a las ciu-
nes. El fundamentalismo neoliberal sostiene que dades, gracias a las migraciones galopantes, a
el mercado es infalible [...] lleva a la exclusión tal punto de consolidar un gobierno con mati-
metódica deotras naciones, culturas y religio- ces étnicos y liderado por un indígena; eso ha
nes” (Dierckxsens, 2005, p. 5). Esta perspectiva ocurrido al menos en Bolivia.
con matices bastante deshumanizantes avizora En la praxis económica de los comerciantes
la autodestrucción de la especie humana. migrantes aimaras asentados hoy en el sector
Sin embargo, la reciprocidad que tiene sus comercial de la Huyustus y Eloy Salmón de la
orígenes en los pueblos llamados “primitivos”, ciudad de La Paz, se puede observar la presen-
los mismos recogidos, sistematizados y teoriza- cia viva de la reciprocidad. Los hijos y nietos
dos por la antropología económica, después de de aimaras residentes en aquellas zonas, al re-
atravesar las vicisitudes del tiempo y la exclu- producir los valores ético-humanos de sus pa-
sión, ha ido emergiendo de su escenario local o dres y abuelos, manifiestan en todos sus actos
“tribal”, para marcar su presencia en socieda- conductas de dones y contradones claramente
des modernas, interactuando con la economía visibles en toda su cotidianidad, ya sean es-
hegemónica de mercado, con experiencias inte- tos formales o rituales. Así, cuando requieren
resantes en cada caso, demostrando su existen- dinero, tienen dos fuentes; por una parte, la
cia y su funcionalidad en el presente, rompien- banca comercial, con cuyas reglas son bastante
do viejos esquemas teóricos deterministas. cumplidores y, por otra,la red de dones y con-
tradones al interior de su circulo de familiares,
Todos los días, recibimos al otro, lo invitamos compadres, padrinos, ahijados y amistades; es
a compartir víveres, le ofrecemos hospitalidad y decir, en su gestión económica están presentes
nuestra protección, de forma privada o colectiva los dos componentes: el intercambio y la reci-
(cobertura médica universal, retiro, asignaciones procLos comerciantes de la Huyustus y Eloy
familiares, seguros sociales). Practicamos la reci-
Salmón hoy en día están llenos de prosperidad
procidad en lo real ya que somos de lo real, y más
de la mitad de nuestra actividad productora está y muchos analistas los aluden como la nueva
destinada a esta reciprocidad [...] y otros en lo fuerza del poder económico en la sede de go-
que llaman economías alternativas, paralelas, bierno. Quizá su éxito radique en la manera en
subterráneas, marginales, etc. [...] todas pre capi- que manejan su economía, echando mano de
talistas (Temple, 2003, p. 77). las dos vertientes existentes en su entorno sin
discriminar a ninguno de ellos; siendo así, es-
En consecuencia, la economía comunitaria taríamos hablando de una interfase funcional
de reciprocidad ya no es un atributo privativo y pragmática en plena urbe paceña; empero,
de lo “indio”, sino que va incursionando en te- éste será otro tema de investigación y análisis.
rrenos antes vedados, se va incorporando de En el municipio de Viacha, donde mayori-
a poco a la vida moderna con características tariamente viven aimaras, la expresión de la
muy funcionales.“[...] la experiencia del don reciprocidad es también latente; si bien hay
no se limita a los regalos de navidad ni a la un aparente revestimiento de las relaciones de
limosna. Por el contrario, el don se observa en intercambio, es inmanente la presencia de la
todas partes: en la familia, en las organizacio- economía comunitaria en todos los estadios de
nes y las empresas, en el mercado del arte, et- la vida, desde que las personas vienen al mun-
cétera” (Godbout, 1997, p. 306). do hasta que dejan éste, así como se practica
En la región andina de América Latina, en las comunidades circundantes, de donde
ante el develamiento de la existencia de otros son originarios. En el centro urbano de Viacha
modos de vida y la emergencia de los pueblos también se gestan las idas y venidas de dones;

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La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo contexto de la Economía Social y Solidaria

bajo la premisa de “antes de cosechar hay que La joven ciudad de El Alto, colindante con
sembrar”, “ayuda al prójimo”, “taqi kunas ayni- Viacha, denominada por los propioshabitantes-
kiw”3, la gente procura dar para luego recibir, como una urbe aimara, manifiesta la presencia
sobre todo al interior de redes de parentesco, de la economía comunitaria de reciprocidad, in-
ya sea esto sanguíneo o ritual. Se debe aclarar tersectada en la cotidianidad de los alteños. En la
que en el mundo aimara el parentesco ritual denominada guerra delgas de octubre de 2003,
abarca a toda la comunidad; por eso, los niños toda la estructura de organización sociopolítica
y niñas cuando saludan a una persona mayor ha sido a la usanza aimara; es decir, bajo el pa-
siempre anteponen el término “tío”. Contra- radigma comunitario se han tejido una serie de
riamente, en la visión occidental este vocablo acciones reciprocas, que han sustentado la efec-
alude exclusivamente a los hermanos de los tividad de las movilizaciones, que por cierto han
padres de ego y nada más. durado muchos días, teniendo al frente el cierre
A pesar de que Viacha es una ciudad inter- de mercados y otros centros de abasto en su con-
media, donde ingresan todos los canales de te- tra.Las acciones comunitarias de los alteños tra-
levisión, el Internet, existe televisión por cable, ducidas en dones y contradones se han reflejado
es decir, viven en un mundo globalizado, por lo en las estrategias de movilizaciones tomando en
tanto de la mano de las leyes del mercado, pa- cuenta el modelo rotativode las autoridades origi-
ralelamente coexisten valores profundamente narias y la dualidad hombre-mujer en los roles y
éticos que subyacen en el imaginario de la gente funciones. La alimentación en aquellos días de
aimara citadina, con una visión de alteridad. En crisis ha sido resuelta bajo el marco de diferentes
formas recíprocas, que van desde la ayuda mu-
la mente de estas personas están imágenes como
tua, pasando por los préstamos, hasta la solidari-
“yo tengo mis hijos y no debo hacer ningún mal
dad, y complementariedad.
a mis semejantes, puesto que los míos podrían
En contrapartida a estas experiencias, exis-
cosechar aquello”; esto ratifica la vigencia de la
ten muchas opiniones reduccionistas que tie-
reciprocidad generalizada o ternaria, motor de
nen la costumbre de confundir todas las formas
la movilidad de dones a nivel social y no solo
de ayuda social mutuas con relaciones de reci-
bilateral; por eso es que los valores de vivir en
procidad, simplificando su verdadera esencia;
comunidad son aún sólidos, tanto en las socie-
inclusive hubo tendencias de reducir todas las
dades rurales, como en la ciudades. formas económicas no mercantiles al concepto
Ciertamente, la economía convencional de “trueque”, cuando más bien ésta es la forma
más conocida como de mercado o de intercam- primigenia del intercambio. En todo caso,aquel
bio es innegablemente oficial y patente en los representa la práctica de una mera transacción
estados nacionales, con mucho arraigo en los comercial en la que se utilizan productos en
centros urbanos. Empero, la realidad del mun- lugar de dinero; por tanto, la economía de los
do rural, a pesar de su contacto permanente pueblos indígenas no tendría nada que ver con
con el mundo moderno, manifiesta otras di- este fenómeno atribuido erróneamente.
mensiones económicas, legitimando la econo- En términos de análisis, de manera intrín-
mía comunitaria de reciprocidad en términos seca se pueden visualizar dos conceptos cen-
funcionales, resistiendo los embates de la eco- trales; el primero de ellos es la: reciprocidad
nomía capitalista y adaptándose muchas veces equilibrada bilateral, muy trillada en la biblio-
con posturas dialógicas bastante novedosas, grafía etnográfica durante muchísimos años y
en salvaguarda de su propia integridad. teniendo en su haber a otro tanto de famosos
teóricos antropólogos. En efecto,
En cierto sentido, la generosidad obligada está en
todas partes y no sólo dentro de la socialidad pri- La antropología clásica ha observado, en general,
maria. No funcionarían ni un minuto las empre- que las comunidades originarias estaban sis-
sas si no consiguieran movilizar la adhesión de sus temáticamente estructuradas por dualidades; sin
asalariados; sin ética del servicio público el Estado embargo, ha limitado su interpretación al juego
no es más que una cáscara vacía, y la ciencia no de dos unidades A y B. Según esta interpretación,
puede progresar más que si los investigadores ex- cada una, para adquirir lo que le falta, desarrolla,
perimentan más o menos el sentimiento de partici- con la otra, estructuras sociales simétricas: las
par de una empresa común (Caillé, 1996, p. 147). organizaciones dualistas (Temple, 2003, p.108).

3
En aimara quiere decir: todo es producto del ayni. Este término es el equivalente del Don, como se irá viendo
mas adelante.

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Julio Alvarez Quispe

Por otro lado, se abre paso una segunda Tiene que quedar un margen de incertidumbre y
postura: la reciprocidad generalizada, que pre- desigualdad entre el don y su vuelta, el contra-
tende ir más allá de aquella camisa de fuerza don, que hace que todos los protagonistas tengan
dual, incluyendo un tercer elemento, que, para una deuda inextinguible de todos hacia todos,
deuda que la lógica del don [...] requiere cada vez
Dominique Temple, se resume en el concepto
más amplia y compleja (Caillé, 1996, p. 147).
del don,constituyendo una ruptura en la con-
cepción tradicional de la reciprocidad equi-
Cuando la reciprocidad deja de ser bilate-
librada. Sobre este respecto, la antropología
ral y se adentra en la redistribución recíproca
clásica no ha tenido la fuerza para incidir en
del tercero incluido, cada actor está obligado
esta perspectiva teórica, quizá por ser tributa-
a dar a ciertos socios y de recibir de donado-
ria de la lógica científica del siglo XIX, según
res distintos de aquellos a quienes él ha dado.
la cual la realidad de un hecho contradictorio
En esta reciprocidad generalizada, cuya forma
está fuera de toda posibilidad de existencia.
más simple es una relación ternaria, cada aso-
En consecuencia, el ser humano tiene que ser
ciado, en vez de donar y recibir de quien está
reducido a un principio no contradictorio, la
enfrente, da de un lado y recibe del otro; he ahí
unidad bilateral de Ay B, pero ahora puesta en
el carácter societal del don.
tela de juicio.
Para concluir esta parte, se debe remarcar
La reciprocidad generalizada, al tener una
que la economía de intercambio afincada en
característica altruista, implica una forma de
compartir en la cual no se llevan cuentas de las leyes del mercado remite a la competencia
los gestos recíprocos; es como dar algo sin es- y acumulación individual privada; en cambio,
perar precisamente nada a cambio, por lo me- la reciprocidad productiva o generalizada in-
nos no de manera inmediata. Contrariamente, duce a la redistribución social; en otros térmi-
en la reciprocidad equilibrada las transferen- nos significaría decir: “cuanto más doy, más
cias son iguales, en la misma proporción y/o soy”. Lo contrario del refrán español: “Tanto
cantidad; es decir, se sabe quienes son los valgo, cuanto tengo” (Temple, 2003, p.115).
portadores, cuánto y cuando se produjo. En En la perspectiva teórica de la reciprocidad
los hechos, la interpretación clásica de que generalizada, se desarrollan las mayorías indí-
la reciprocidad implica necesariamente una genas del Estado Plurinacional de Bolivia, te-
dualidad simétrica, donde unos reciben y niendo su punto de partida en las comunidades
posteriormente deben devolver en la misma rurales y actualmente presentes en las ciudades
dimensión, ya no es ahora sostenible. En con- intermedias y grandes urbes. Los aimaras están
secuencia, recibir un don significa simultánea diseminados en todo el territorio boliviano; se
y socialmente la reproducción de éste, de tal dice que han conquistado las diferentes regio-
modo que continúe fluidamente hasta conse- nes del país pacíficamente, validos del comer-
guir la integración delresto del grupo social cio, tal como lo hiciera hace doscientos treinta
al consumo. A su vez, la cadena así abierta años el líder indígena Tupaj Katari4.
se cerrará tarde o temprano para formar un
círculo de reciprocidad muy fértil. La pervivencia del don
“Por la redistribución, el indígena ‘da mas
de lo que recibe’ y se empeña en aumentar El concepto del Don5 como manifestación
esta diferencia con la esperanza de someter al de la reciprocidad generalizadano es un des-
otro a las relaciones de reciprocidad” (Tem- cubrimiento reciente; lo que hacen los autores
ple, 2003, p.102). Aunque la economía de re- contemporáneos, entre los que se destacan
distribución y reciprocidad pueda, en prime- Temple, Caillé y Godbout, es reflexionar so-
ra instancia, aparentar únicamente consumo, bre los aportes de antropólogos clásicos como
el prestigio que generan las contribuciones Marcel Mauss, Marshall Sahlins, Bronislaw
es el motor de la producción. Cada persona Malinowski, Polanyi, Levi Strauss y otros,
querrá serel donante y competirá para ganar recreando los conceptos emergentes de con-
prestigio; para ello trabajará más buscando textos en los que esta ciencia jugaba un rol-
ser el autor de la producción, aunque ésta no presumiblemente ideológico-político. En todo
sea empresarial. caso, se retoman los avances desarrollados,

4
Tupaj Katari, en el año 1781, ha articulado su estrategia de rebelión con su par peruano Tupaj Amaru, mimetizado en el
comercio de la coca.
5
El Ayni, en idioma aimara, al ser el equivale del Don,traduce con toda precisión la praxis de dones y contradones.

Otra Economía, vol. 6, n. 11, julio-diciembre 2012 165


La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo contexto de la Economía Social y Solidaria

generando aportes en base a la realidad contex- deshonrará a toda sufamilia en todo acto pú-
tual del presente, una postura que ha sido visto blico. Todo lo que la pareja de autoridades ori-
con buenos ojos por los propios intelectuales in- ginarias hombre-mujer ha invertido o donado
dígenas, al menos en los Andes bolivianos. retornará cuando sus sucesores hagan lo pro-
pio, y así sucesivamente cada uno tratará de
[...] un sistema abierto de redistribución-reci- superar a su antecesor, es decir, redistribuirá o
procidad en el que el movimiento de las riquezas donará más. Cuanto más aynis siembren, más
no puede ser interpretado como un intercambio aynis cosecharan.
entre dos socios; es más, para alejar cualquier
idea de igualdad entre los dones, precisa que no Así, el don puede propagarse hasta los límites del
hay acuerdo alguno entre los socios en cuanto al campo social, donde se refleja como una onda.
valor del don. El don pasa a un tercero y retorna En adelante los movimientos de retorno o de cir-
solo después de un lapso durante el cual ha sido culación contraria no podrán ser interpretados
transformado, lo que implica su consumo y su re- como intercambios, es la fuerza misma del don la
producción (Temple, 2003, p.309). que explica la ida y la vuelta. La multiplicación
de los centros de redistribución no cambia en
Este concepto en la actualidad se puede nada su principio; multiplica más bien su efecto
patentizar en las comunidades aimaras del extendiéndolo sobre una totalidad social aun mas
departamento de La Paz, de manera particu- vasta. Teóricamente, la estructura más simple
lar en el municipio de Viacha, donde el siste- que expresa esta aventura del don en relación al
otro es triádica. El tercero es el que permite la
ma de cargos en la sucesión de las autoridades
generación social del don, configurar el primer
originarias6 es un escenario propicio para la ciclo de la economía política de una sociedad de
dialéctica del don; este tejido socio-político y redistribución (Temple, 2003, p. 310).
económico, en contraposición a los convencio-
nales espacios urbano-occidentales de lideraz- Otro escenario de fertilidad de aynis o do-
go, aún mantiene su esencia; no solo eso sino nes en el contexto aimara de Viacha es la te-
que tiene un fuerte influjo en las organizacio- chada de casa;punto de partida de la pareja ai-
nes cívico-vecinales del centro urbano de este mara o jaqi9, es la construcción del nido de los
municipio, denotando una funcionalidad y/o futuros donantes en términos económicos; en
complementariedad con las formas de manejo esta ocasión hace su manifiesto todo el entor-
de estos escenarios. no de lazos afectivos constituido por parientes
En este proceso de ejecución de los cargos sanguíneos, compadrazgos, padrinazgos (pa-
de Mallku7 o autoridad originaria de la comu- rientes espirituales) y las parentelas de todos
nidad o ayllu8, éste debe dar de sí los 365 días los encadenamientos;los gestos de estos se
del año todo cuanto ha preparado en los días y traducen en bebida, comida, material de cons-
meses precedentes concernientes en dinero en trucción y otros bienes, que son recepcionados
efectivo y bienes materiales. Le está prohibido por los anfitriones como resultado de dones y
a la pareja matrimonial aimara durante este contradones. En reciprocidad la nueva pareja
periodo de tiempo desarrollar cualquier tra- devolverá el favor a otros que próximamente
bajo que vaya en beneficio propio o familiar. tengan un acontecimiento similar; de esta for-
Véase entonces que esta dinámica no induce ma el ayni se reproducirá a terceros abarcando
a la acumulación sino más bien a laredistribu- a toda la comunidad, el ayllu y la marka.
ción; lo que garantiza el funcionamiento del Las prestaciones de ayni pasan por mu-
sistema de cargos y el flujo de dones está cir- chos estadios de la vida social aimara y con-
cunscrito a valores ético-morales, puesto que cluirán con el fallecimiento de un miembro del
aquella autoridad comunal que haga mal su ayllu; en esta ocasión, los gestos de reciproci-
trabajo o haya obrado con mezquindad será dad generalizada movilizan a todo el conglo-
anotada en el imaginario colectivo de toda la merado humano, que muchas veces abarca
sociedad y para toda la vida, que prestigiará o otras comunidades, producto de las filiaciones

6
La restitución de los cargos originarios en lugar del sindicato campesino se ha venido dando en los últimos 25 años.
Antes se usaban denominativos como secretario ejecutivo, secretario general, etc.
7
En aimara este término alude a la personificación del cóndor de los Andes (kunturi), cuyo significado caracteriza a los
líderes indígenas. Existe toda una gradación o jerarquía de Mallkus, que tiene su denominación específica para cada caso,
contexto y espacio territorial.
8
El Ayllu es el conjunto de varias comunidades, que luego se agrupa en una conglomeración mayor: Marka.
9
Literalmente significaría persona, pero la persona en el mundo aimara está compuesto por la pareja matrimonial.

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Julio Alvarez Quispe

matrimoniales consumadas. Se puede obser- privado del derecho a la vida” (Temple, 2003,
var que no existe una sola pareja que vaya p. 311); consecuentemente el decurso del ayni
con las manos vacías; todos llevan algún bien en el mundo aimara es natural e imparable.
principalmente consistente en alimentos, que Si bien, la práctica del don se reduce a
son estocados en una despensa para cubrir to- tres categorías: dar, recibir y devolver; éste tie-
dos los rituales, desde el velorio, el entierro, el ne su punto de partida en el criterio de dar
lavatorio, el quemado de ropa, hasta la misa antes que recibir.Por eso, muchos autores han
de ocho días. Pero si el difunto o sus allega- concebido a los pueblos indígenas-origina-
dos cercanos no han generado aynis adecua- rios-campesinos,no sólo de los de los Andes-
damente, como consecuencia no cosecharán sino también de otras latitudes, como dona-
mucho o quizá nada. dores por excelencia; asimismo el concepto de
He aquí, una vez más, cómo los dones y recibir,aunque sean pudientes, es un derecho
contradones realizados por la pareja aimara y al mismo tiempo una obligación moral de los
son sancionados o medidos por la acción co- miembros de la comunidad; si todos los miem-
munitaria, como producto del gran miedo a bros de un ayllu son donadores, todos también
la censura de aparecer como descarado o sin deben ser receptores. Está grabado en la con-
prestigio y, más aún, como pobre. En conse- ciencia profunda de la humanidad aimara el
cuencia se puede inferir que el mismo concep- acto de devolver todo favor recibido, puesto
to de pobreza aquí cobra otra cariz, a partir de que todo en la vida es producto del ayni. Así como
que rico no sería el que más tiene sino el que en la economía de intercambio existe una es-
más ha dado o donado en la vida. Esto se verá pecie de mano invisible que regula las leyes
traducido cuando a la pareja o familia le toque del mercado, en la práctica del ayni el acto de
enfrentar alguna contingencia fortuita o un devolver tendrá algo así como un valor agre-
ritual tradicional; por eso es que las personas gado, controlado por el ser comunitario que
mayores siempre lanzan el siguiente apoteg- permite acrecentar los contradones, al estilo
ma: “taqi kunas aynikiwa”10 y suelen concluir: de las famosas devaluaciones, siendo este un
“ukhamaxaynjt’asiwañani”11, refiriéndose a ges- claro indicador económico sostenible.
tos a favor de desconocidos, sabiendo que este
don al prójimo retornará a ellos tarde o tem- Por lo tanto, teóricamente, el don de retorno no
prano. Así se demuestra que estos favores no puede reducirse a la simple restitución sin perder
son bilaterales únicamente, sino que abarcan a su ser y el contradon, por ser don, solo puede ser
toda la conciencia comunitaria, incidiendo de superior al don de origen. El don dejaría de ser
manera efectiva en la generación y regenera- un flujo económico si de retorno fuese equiva-
lente a si mismo. Para ser don, en su movimiento
ción del don o ayni.
de retorno, como lo era en su movimiento de ida,
debe ser por lo menos superior a la que era. Toda
Como enfatizan Godbout (1998) y Caillé (1992),
la esencia del don, contenida en el contradon, se
el don no sólo mantiene su relevancia en la con-
vuelve a encontrar en esta sobrepuja (Temple,
temporaneidad, sino que también se constituye
2003, p. 312).
en un aspecto central de las relaciones sociales.
A diferencia de las perspectivas de carácter utili-
tarista, que tienen como eje al individuo, en la Esto ocurre al interior de la red de relacio-
óptica del don la precedencia está en el lazo social nes de reciprocidad entre donadores; el don
(in Cardozo de Oliveira, 2004, p. 29). volverá a pasarnecesariamente por sus oríge-
nes, pero aumentado por la sucesión de los
Si en ocasiones, cuando los anfitriones son dones que se sumaran a la reproducción de los
muy pudientes y/o tienen lazos muy fuertes bienes recibidos, denotando su profunda fer-
con el ser o pensamiento occidental rechazan- tilidad. La comparación del valor del don en
do donaciones, esto no sería un óbice para la su fuente y cuando vuelve a pasar por el mis-
práctica del don, obligando espontáneamente mo lecho pone de manifiesto este crecimiento.
a estos a enmarcarse en la lógica de recipro- Esta crecida o excedente es lo característico
cidad y redistribución. “[...]si el otro no acep- del movimiento del don. Es en estaperspectiva
tase el don, el donador debería desesperarse, que se puede afirmar que el don se convierte
puesto que se vería privado del derecho a dar; en el motor del crecimiento y de la producción

10
La vida está constituido por aynis.
11
Entonces hagamos inversión de ayni.

Otra Economía, vol. 6, n. 11, julio-diciembre 2012 167


La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo contexto de la Economía Social y Solidaria

de la economía de reciprocidad y redistribu- El cuidado por el otro es solicitud; es tener con-


ción indígena-originaria-campesina. sideración por las condiciones de existencia de la
Asimismo, la fertilidad y la productividad humanidad, cosas prácticas, finitas, limitadas,
del don o ayni no se puede traducir que con que no requieren esfuerzos considerables o heroi-
cos, que están al alcance de todos. Así, la primera
el término prestigio, antítesis del concepto de
manifestación concreta de la reciprocidad es la
jan pinqani, jan ajanuni12. Aquel es un status hospitalidad, la segunda la protección, la tercera
muy apetecido por los aimaras; esta búsque- el don (Temple, 2003, p. 322).
da de prestigio induce a convertirse en un ser
donador por excelencia; éste es el gran rédito Se sabe que, desde los trabajos de Mauss,
de aquellos que más han donado en su ciclo de Malinowski y otros antropólogos clásicos, to-
vida. En consecuencia, este crédito es sinóni- das las sociedades han conocido la reciproci-
mo de autoridad, pero no aquel influjo vertical dad; asimismo a partir de Levi-Strauss, y las
muy trillado en las sociedades urbanas, sino estructuras elementales del parentesco, se ra-
este otro cargado de referente horizontal, ético tifica que lasprimeras organizaciones sociales
y respeto. Siendo así,la autoridad no depende están regidas por el principio de reciprocidad,
de la acumulación sino, más al contrario, de la aunque para ello se apeló a instrumentos como
prodigalidad, en suma, del ayni. el intercambio y el interés, para dar cuenta de
aquellos descubrimientos de la economía po-
Humanización de la economía lítica de su tiempo. Hubo intentos manifies-
tos de situar la reciprocidad y redistribución
Es innegable la tendencia deshumanizan- como una forma arcaica del intercambio, y la
te de la economía de acumulación mercantil, economía de mercadocomo la forma más evo-
como una opción cerrada y única en el planeta, lucionada del desarrollo económico, en conse-
cuando en los hechos se han ocultado preme- cuencia fin último de todo desarrollo humano,
ditadamente otras posibilidades pragmáticas desconociendo que “[…] lo que circula en de-
de la experiencia económica, algunas de ellas finitiva es la vida, este valor supremo del mun-
proscritas por las políticas públicas de los esta- do arcaico, y sus símbolos, las mujeres como
dos nacionales, en detrimento de las mayorías madres en potencia, el prestigio, el nombre,
poblacionales que por siglos han hecho uso, y los bienes preciosos (la ‘moneda’ primitiva)”
lo seguirán haciéndolo por el resto de sus vidas, (Caillé, 1996, p. 147).
de estas otras formas de la conducta económica. Cada vez es más evidente que, en los An-
desy América Latina, es posible otro caminoen
El “conocimiento ecológico tradicional” forma el desarrollo económico, ligado a valores huma-
parte del conocimiento indígena. Se trata de un nos que apuestan por el bien común, el comuni-
conocimiento acerca de la relación entre los seres
tarismo. Así, en la experiencia de los aimaras de
(incluidos los humanos) y su medio ambiente,
que implica un corpus de saber (sobre especies y
Viacha, el criterio de Khuyapayasiña13 ha regido
fenómenos medioambientales), prácticas (relati- la vida de las comunidades rurales ahora influ-
vas al empleo de los recursos) y creencias (rela- yentes en las ciudades. En términos de solidari-
cionadas con la interacción con el medio) (Mo- dad, cuando algún miembro del ayllu es objeto
lina y Valenzuela, 2006, p. 66). de alguna desgracia, por ejemplo, las inclemen-
cias del tiempo como granizadas, heladas,
En esta perspectiva, los pueblos indígena- inundaciones o accidentes automovilísticos y
originario-campesinos están mostrando al sus posteriores consecuencias, entra en juego
mundo posibilidades humanas y sustentables la actitud de velar por el prójimo al igual que
para el desarrollo actual. Una de las manifesta- para si mismo, entendiendo conscientemente
ciones más relevantes de esta emergencia eco- que cualquiera en el futuro puede correr con la
nómica comunitaria es la dialéctica del don, misma suerte, aludiendo a la lógica trivalente y
que redescubre y señala el carácter humano y social del don, uniendo a todo el conglomerado
de alteridad,entre otras virtudes, de la recipro- humano a la actitud de dar, recibir y devolver.
cidad y redistribución, en el devenir histórico Bajo estas consideraciones, lo que toca por
de las comunidades aimaras del territorio bo- hacer es superar el postulado de economía y
liviano en particular. pensamiento único, que excluye y cierra las

12
Desvergonzado, descarado o exento de prestigio.
13
Hacer el bien al prójimo.

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Julio Alvarez Quispe

puertas a otras alternativas. El término plural presidencia de Evo Morales Ayma, existe un
que hace su aparición en muchas investigacio- notorio acercamiento a los llamados movimien-
nes recientes debería de conjurar el concepto tos sociales, constituidos principalmente por
de que existe una sola economía. El Estado indígenas, originarios y campesinos, lo cual
Plurinacional de Bolivia ha avanzado renom- fertiliza y denota una interlocución válida con
brando al ente sectorial como Ministerio de la economía comunitaria.
Economía plural, aunque solo sea de momento
como discurso; todavía queda todo un trecho Conclusión
por transitar hasta su consolidación y legiti-
mación final. A manera de conclusión, todos los estados
En este desafío de humanizar la econo- nacionales se han enmarcado en una especie
mía, llama poderosamente la atención el ca- de monólogo económico bajo el pretexto del
rácter profundamente humano de la praxis- desarrollo, industrializacióny crecimiento,
comunitaria del don vigente en los ayllus aunque este discurso marca de manera cada
de Viacha,que concibe al hombre y la mujer vez más elocuente el deterioro del entorno
no únicamente como fuerza de trabajo, sino social y ecológico, lo que es peor, anuncia la
principalmente como seres con sentimientos, propia destrucción de la vida como tal en todo
pensamientos y creencias, es decir, de manera el planeta tierra; esto llama poderosamente la
integral.“Producir para donar es otro motor de atención de los cientistas sociales y de todas
la economía, diferente que el de producir para las personas que quieren el bienestar de sus
acumular” (Temple, 2003, p. 327). El primer descendientes.
enunciado habla de la alteridad, empatía, re- En Bolivia, con una mayoría de habitan-
ciprocidad, solidaridad ycomunitariedad; en tes de origen indígena, a pesar de 187 años de
suma, una conducta humana asociada al VI- vida republicana, han subsistido en las comu-
VIR BIEN; el segundo se refiereal individua- nidades y poblaciones urbanas otras formas
lismo y egoísmo, es decir, la deshumanización de economía, catalogadas por los antropólo-
de la vida. gos clásicos como precapitalistas o primitivas,
A propósito, el término aimara14 suma qa- sinónimo de retraso, aunque a los ojos y senti-
maña, que se ha puesto muy en boga en el ac- miento de sus portadores estas viejas prácticas
tual gobierno de Evo Morales, se traduce como han sido funcionales en toda su estructura de
“vivir bien o vivir en plenitud, que entérminos vida y organización sociopolítica, tal como se
generales significa vivir en armoníay equilibrio, ha podido describir y analizar en el presente
en armonía con los ciclos de laMadre Tierra, trabajo.
del cosmos, de la vida y de la historia, y en Enla emergencia del nuevo contexto de
equilibrio con toda forma de existencia” (Hua- Economía Social y Solidaria,surgecomo al-
nacuni, 2010, p. 21). En contraste a las corrien- ternativael redescubrimiento de aquellas
tes occidentales que centran como sujetos refe- manifestaciones milenarias, no solo del com-
rentes del desarrollo al dinero y al hombre, el portamiento económico, sino del modelo de
modelo de desarrollo a partir del suma qamaña desarrollo mismo, donde la economía comuni-
privilegia la vida no solo de los hombres sino taria de reciprocidad, a pesar de haber vivido
de todos los seres vivientes; esto significa una un destino proscrito, conlleva un perfil pro-
visión mucho más abarcante y completa en fundamente humano con un tono ético contra-
términos conceptuales, que se plantea como rio al intercambio, capaz de dar respuestas a
un buen referente para la emergente Economía los impactos sociales y ambientales del creci-
Social y Solidaria. miento económico que trae consigo el modelo
El actual gobierno boliviano está legalizan- de desarrollo vigente en el mundo.
do las otras formas de economía proscritas Este panorama, de por sí, es auspicioso
o invisibilizadas hasta el 2005, pero vigentes para los indígena-originario-campesinos y to-
desde hace cientos de añosen la praxis de las dos los habitantes del continente y el mundo
nacionalidades indígena-originarias, con ca- entero, tomando en cuenta los resultados del
racterísticas funcionales no solo en las comu- modelo de desarrollo y su economía depreda-
nidades rurales, sino también presentes en los dora vigentes. En la Bolivia excluyente hasta
centros urbanos. A partir de la asunción a la el año 2005, se han dado una serie de cambios

14
La nacionalidad aimara es la que tiene mayor arraigo étnico cultural en todo el territorio boliviano.

Otra Economía, vol. 6, n. 11, julio-diciembre 2012 169


La economía comunitaria de reciprocidad en el nuevo contexto de la Economía Social y Solidaria

desde el 2006, intentandosuperar el monopo- DIERCKXSENS, W. 2005. Utopía y sujeto en una


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menos en términos legales y/o normativos. Sin da Época, 8:5-8.
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embargo, no se otea con claridad la objetivi-
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corriendo el riesgo de quedar en la meraaren- políticas, estrategias y experiencias regionales andi-
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conómica comunitaria, en su relación asimétri- ciones Indígenas, 80 p.
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aquí ya es un gran avance y un cúmulo de lec- Editorial Tecnos, 250 p.
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Universidad de Barcelona, 110 p. Aceito: 18/07/2012

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