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En naranja, está la primera versión del guión, con las primeras correcciones.
En negritas, está la segunda versión con sus correcciones. En rojo, lo último que
agregamos y en celeste lo que queremos cambiar o eliminar.
Entiendo que deben haber hecho esto con la mejor voluntad, pero la verdad, es preferible
que agreguen con otro color los cambios respecto de la primera o segunda corrección y, en
todo caso, utilicen la función de tachado que facilita un montón la lectura del trabajo.
GUIÓN CONJETURAL
Inés Rando
Paloma Vidal Ruiz
Curso 4º 2da
Clases- contenidos:
Sigue siendo muy interesante que la misma persona que dice que los alumnos no
leyeron nunca un libro, se largue con este camión con acoplado de lecturas!
La profesora nos dijo explícitamente que teníamos que reponer el contexto histórico
así los alumnos se orientaban. También nos pidió que lo relacionáramos con los contenidos
del programa.
Por otro lado, nos advirtió que no contáramos con que los alumnos trabajaran en sus
casas (muchos chicos trabajan y por eso van en ese horario al colegio), sino que es
necesario hacer los trabajos en las clases. Con lo cual, nuestra idea sería que lean algunas
cosas en clase para luego debatir o realizar las actividades planificadas dentro de las clases.
Cuando la profesora nos asignó los temas nos dijo también que teníamos que hacer
un trabajo de simplificación de los contenidos, porque tienen “un nivel muy básico” y que
no les diéramos las obras literarias en su totalidad porque no las van a leer. Entonces nos
sugirió que trabajáramos con fragmentos y más bien en términos de “aplicación” de las
características de los movimientos a cada fragmento. Por lo dicho anteriormente, el trabajo
de lectura va a ser necesario hacerlo en el transcurso de las clases.
El grupo, además, parece muy tranquilo y con un buen ambiente de trabajo.
en principio habría que pensar qué es lo que se supone que estamos enseñando cuando
decimos que enseñamos literatura.
¿las características de los movimientos de los cuales las obras son exponentes en los que
pueden “marcarse” las características de modo tal que se vea que el profesor no se equivocó
cuando seleccionó ese texto y no otro?
¿historia de la literatura?
¿la relación que existe entre el contexto histórico y las producciones literarias?
¿modos específicos de leer y escribir? ¿modos socioculturales de leer y escribir?
¿posibles maneras de leer textos de la cultura escrita?
¿posibles lecturas de textos canónicos?
¿…?
GUIÓN CONJETURAL
Inés Rando
Paloma Vidal Ruiz
Curso 4º 2da
Clases- contenidos:
Respecto de esto, nos damos cuenta que no se condice con la imagen que tienen de los
alumnos. Probablemente el programa no lo decidió la profesora, de hecho es el
programa del año 2008 (Sería interesante pensar ¿quién hace, entonces, los
programas?) . Ella nos dijo también que no iba a ser posible que leyeran una novela
entera, “ni siquiera terminaron de leer El matadero”, según ella. Entonces nos dijo que
teníamos que trabajar con fragmentos. Una nueva desilusión para nosotras.
Otra cosa que remarcó la profesora es que no podemos contar con que trabajen en sus
casas, así que tendremos que trabajar en clase todos los contenidos.
Pensamos, insistimos con esto, que tenemos que considerar las demandas de la
profesora (darles contexto histórico, que conozcan las características principales de
los movimientos, trabajar sólo con fragmentos), pero intentaremos reformular el
enfoque porque no compartimos su visión sobre los alumnos ni sobre la enseñanza de
la literatura. (y, además, nuevamente, el sentido del contexto histórico para quienes
tienen que leer unas obras que, tampoco, eligieron)
Por otra parte, las características de los movimientos resultan cuestiones teóricas
que ustedes van a exponer sin textos.
(quizás podría contraponerse con cuadros de otras épocas para que se viera la
diferencia…)
¿qué pasaría si empezaran por los textos literarios? (o por los fragmentos de los
textos…pero habría que seleccionarlos bien, textos que cuenten algo interesante; no
fragmentos en los que solo puedan verse “características”)
(si empiezan por las características, lo único que van a poder hacer los alumnos es
marcar en los textos lo que ustedes ya adelantaron)
Clase 1:
Para introducir el tema del realismo comenzaremos por darles imágenes de cuadros
realistas y también incluiremos cuadros de otros movimientos (románticos, de
vanguardias). La idea es que en grupos puedan “deducir” qué imágenes son realistas y
cuáles no, según lo que ellos mismos puedan entender por “realismo” (creemos que,
por contraste, no les va a resultar difícil) y cuáles son románticos, para que entre
todos podamos formular una definición de realismo, partiendo de la contraposición
con el romanticismo. Para el romanticismo apelaremos a los conocimientos previos
que tienen por haber estudiado el tema en el transcurso del año. Haremos un cuadro
comparativo en el pizarrón. Esto nos ayudará a sistematizar este conocimiento que
construiremos entre todos.
Luego, les daremos fragmentos de textos realistas (entre los que incluiremos
fragmentos de la novela de Alarcón que está como lectura obligatoria en el programa).
La idea es leerlos entre todos y hacerles preguntas para inferir una definición del
realismo literario decimonónico a partir de lo que surgió de la actividad anterior y de
los textos.
Por ejemplo, cómo están presentados los personajes, cómo están descriptos, qué pasa
con la descripción de los lugares, etc. Terminaremos la primera clase entonces con
una idea sobre el movimiento realista surgida de este debate.
Ojo, no se queden simplemente en el plano de encontrar las características del
movimiento en esos textos. Presten especial atención al modo específico en que esos
sujetos se relacionan con los textos. Qué cuestiones quieren destacar, dónde ponen el
acento, qué aspectos del relato les llama la atención, por qué, etc.
Esperamos que de este debate surjan opiniones de los alumnos, formas de leer, etc.
Veremos qué destacan especialmente, qué les llama la atención, por qué. Nos gustaría
que esto enriqueciera el debate y que lo vaya guiando más naturalmente. (Nada es
“natural”, y menos la construcción de una mirada sobre el objeto artístico, en este
sentido la intervención del docente dialoga permanentemente con los saberes
culturales de los alumnos)
Cuando observamos las clases vimos que la profesora, al evaluarlos, hacía hincapié en
las biografías de los autores. Como ella los va a evaluar, pensamos en darles las
biografías de los autores que trabajemos en caso de que necesiten en el futuro
estudiarlo para una evaluación. Pero no será objeto de discusión en nuestra clase.
Clase 2:
¿Por qué no arrancar directamente con los fragmentos? Me parece que la riqueza
semántica, tanto de los cuadros como de los relatos, es una variable sumamente
productiva para problematizar estas cuestiones, un desafío cognitivo mucho más rico
que arrancar por lo que “dicen unos textos acerca de los movimientos” y que los
lectores queden reducidos al plano de la corroboración de unos sentidos construidos
en otro lugar…
Clase 2:
En la tercera clase vamos a introducir el tema del naturalismo. Leeremos entre todos
una selección de pasajes del prólogo de Thèrése Raquin, de Zolá, donde el autor explica
qué es lo que quiso hacer en su novela. La idea es que lean las palabras del propio autor
para introducirse en el tema de otro modo, no sólo desde las explicaciones de “manual”. A
raíz de esto, sacaremos en limpio las características del movimiento. Esto nos llevará 30
minutos. Luego vamos a retomar el contexto histórico que trabajamos en la primera clase,
también existe la posibilidad –de acuerdo a como hayan respondido en clases anteriores—
de trabajar con un apunte sobre las características del naturalismo en Argentina en este
momento de la clase. La idea es terminar la clase leyendo el principio de En la sangre, de
Eugenio Cambaceres , para introducirnos directamente en el naturalismo argentino. La
lectura del fragmento y la explicación nos ocupará el resto de la clase. Nos parece que un
buen acercamiento al texto es la lectura en voz alta, cosa que no habremos hecho
anteriormente y que puede resultar interesante.
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En vez de pensar en un mini taller pensaría en un maxi taller o en un taller a secas.
Tomaría más tiempo para discutir la consigna, crear un personaje en un ambiente y
después inventar y escribir una situación narrativa en la que esté metido ese personaje.
Las producciones pueden cruzarse con los textos realistas que leyeron y ver cómo
funciona eso que llamamos realismo (abriría además para pensar que el realismo es un
movimiento por un lado, pero, por otro, cada época tiene una idea de realismo. Quizás
podrían llevar y leer textos realistas actuales)
Clase 3:
Otra posibilidad podría ser que escriban una breve anécdota y, en una segunda
instancia, que la reescriban ampliándola al imaginar otros personajes, espacios,
diálogos, conflictos que pudieran incluirse para ficcionalizarla. Acá también podrían
plantear el problema de la verdad y la verosimilitud; la relación verdad y ficción.
Clase 3:
En esta clase y la siguiente vamos a trabajar la producción escrita. Desde un
primer momento tuvimos la idea de trabajarla pero, pensando en que tenemos que
respetar los contenidos, se nos ocurrió trabajar la producción de un texto “a la
manera realista”. Ésta –la de escribir— es una actividad que en general no hacen en
clase, entonces, para darles coraje, los incentivaremos a que lo hagan en grupos.
El curso no es muy numeroso, así que no habrá más de tres o cuatro grupos, por lo
tanto, no más de tres o cuatro textos. Aprovechando que somos dos, podemos ir
pasando por los grupos para resolver problemas que surjan de la actividad y
ayudarlos a avanzar.
El trabajo constará de la producción de un texto a partir de una serie de tareas
escalonadas. Para esto pensamos consignas guiadas para ayudarlos con el trabajo de
escritura. Creemos que la escritura compromete a las personas y facilita la tarea de
aprendizaje desde ese lugar.
La consigna está dividida en siete pasos que se pueden separar en dos momentos que
distribuiremos entre la tercera y la cuarta clase. En la tercera nos ocuparemos del
lugar, el personaje y la situación y en la cuarta, de la acción, para llegar a la
producción de un texto breve.
Consigna:
1. El lugar
A) Imaginen un lugar que conozcan bastante bien, a una determinada hora del día. Por
ejemplo, el patio del colegio, el aula, una cancha de fútbol, su lugar de trabajo.
Recórranlo como una cámara de TV o cine y registren mentalmente sus características.
Escriban palabras que tengan que ver con ese lugar (un mínimo de diez).
2. El personaje.
En la cuarte clase queremos trabajar la escritura, para eso hablamos con la profesora
sobre hacer una especie de “mini taller”. Dado que tenemos que responder a las demandas
de la profesora que está tratando de ajustar los tiempos para poder dar todo el contenido, la
idea es hacer actividades que tengan que ver con los temas explicados.
De esta manera, vamos a proponerles a los chicos que elijan una de las consignas
que les demos para escribir en la hora de clase. Una consigna, tomada de un manual, será
hacer una descripción al estilo realista:
“Imaginen un lugar que conozcan bastante bien, a una determinada hora del día.
Recórranlo como una cámara de TV o cine y registren mentalmente sus características.
Descríbanlo. Después coloquen un personaje que sea fuertemente dependiente de ese
espacio, describir cómo es, qué hace allí, cómo actúa y por qué. Esta escena puede
generar un cuento”
Entiendo quién es la profesora titular del curso y qué entiende la profesora por
enseñar literatura a partir de lo que ustedes manifiestan en este guión. Pero supongo que
ustedes se darán cuenta de que este guión no responde para nada a todo lo que se estuvo
discutiendo respecto de enseñar lengua y literatura en la escuela. Pensando en esto anoté en
el guión posibles modificaciones. Por supuesto, pueden pensar en otras.
Clase 4:
Clase 4
A) Elijan una de las siguientes situaciones que pueden pasarle a su personaje en el lugar
en donde se encuentra, también pueden pensar en otras: Podrían proponer las
situaciones como hipótesis ¿qué pasaría si…? Y que el relato las desarrolle…
7. Para terminar peguen sus relatos en la cartelera del aula. Si quieren, pueden
agregarle una ilustración.
Creemos que los chicos van a reaccionar con entusiasmo a estas consignas. Esperamos
que se diviertan y que trabajen la creatividad y puedan articular el trabajo en grupo.
Nosotras vamos a tener una actitud participativa y de apoyo a lo largo de las tareas de
escritura y esperamos lograr con esto un buen diálogo. En caso de que no nos alcance
el tiempo para la tarea de cierre (pegar los relatos en el aula), les armaremos un
cuaderno con los textos para llevarles la clase siguiente.
Clase 5:
La experiencia de la primera clase fue muy buena. Cuando llegamos al curso vimos que
sólo habían venido 5 chicas (el curso es de 11 personas y en general siempre había por lo
menos 9).
Al principio esto nos desanimó un poco, pero después pensamos que nos iba a ayudar a no
estar tan nerviosas en la primera clase. Por supuesto, tuvimos que cambiar un poco los
planes. Habíamos llevado cuatro fragmentos de distintos textos (Flaubert, Stendhal,
Dickens y Alarcón) para trabajar la segunda parte de la clase. La idea era que se dividieran
en 4 grupos. Pero como eran tan poquitas, decidimos que íbamos a trabajar sólo un
fragmento entre todas y dejamos el resto para trabajar la clase siguiente.
Hubo muy buena respuesta de las chicas. Al principio parecía que sólo iban a participar las
dos que estaban adelante, pero me sorprendió que las otras tres - que al principio estaban
hablando y no demostraban mucho interés - participaron de la misma manera. Lo bueno fue
que se generó un diálogo entre todas. Empezamos mostrándoles unas imágenes y mientras
las miraban se escuchaban comentarios como "esta está re buena", "esta es re conocida (por
una pintura de Dalí)", "esta no me gusta".
Nosotras queríamos presentar el tema del realismo y habíamos seleccionado una imagen
que se llama "Los picapedreros" de Coubert. Una alumna nos dijo que esa imagen le hacía
acordar al padre porque él se había dedicado a hacer ese trabajo en el campo, donde vivía
antes, y habían abierto un camino de esta manera. Ya había escuchado a esa misma alumna
decir que Facundo Quiroga le hacía acordar a su papá (leyeron sólo algunos capítulos del
principio) también por la vida de campo. Creo que esto ayudó - por lo menos en este caso
particular - a fijar la idea de por qué esa era una pintura realista y ayudó a representar la
idea de realismo.
Todas opinaron sobre las imágenes y el trabajo fue muy productivo. Retomamos un poco el
tema del romanticismo, también con imágenes. Les preguntamos qué se acordaban de este
tema y así fuimos comparando los dos movimientos para ver algunos tópicos
fundamentales. Todo esto fue saliendo de lo que decían las chicas y de las cosas que
aportábamos nosotras.
Me dio la sensación - después se lo comentaba a mi compañera - de que por la ansiedad que
teníamos les dimos un poco más de información de lo necesario. Es decir, hubo algunas
cuestiones que esperábamos que salieran del trabajo en grupo (como por ejemplo, que
siempre está presente el tema del dinero) y en el momento nos emocionamos hablando con
las alumnas y les explicamos algunas cosas. Quizás esto que esperan que “salga” obedece a
un recorrido que como lectoras uds. ya hicieron del Realismo a partir de algunas
recurrencias que fueron apareciendo, habría que esperar a ver qué sucede en las próximas
clases. De hecho, algo sucedió con la lectura de Dickens ¿no? De todas maneras, como
dije, creo que en general las ideas salían de ellas y después nosotras ampliábamos la
información.
También se tomaron un tiempo para copiar las cosas que habíamos ido anotando en el
pizarrón; esto, por ejemplo, fue un tiempo que yo no había contemplado cuando hicimos la
planificación pero que me di cuenta que es importante para los alumnos. Sobre todo, si eso
que quedó plasmado en el pizarrón fueron sus voces que iban dialogando con la teoría a
partir de la “lectura” de esas imágenes.
Cuando les dimos para leer el fragmento (empezamos con el de Dickens, Canción de
Navidad) no sabíamos bien si dejarlas que lean solas o que leamos en voz alta todas juntas.
Como no nos decidíamos, directamente le preguntamos a ellas. Eligieron leer en voz alta y
una alumna se ofreció para leer porque “le encanta”.
Fueron muy interesantes dos intervenciones de la profesora titular, las cuales no
compartimos. Primero, cuando la alumna estaba leyendo, dijo "Escuchame" en vez de
"Escúchame (acentuada así)". La profesora ahí intervino diciéndoles que lean bien, que ella
estaba usando el "lenguaje popular" pero que ahí decía ESCÚCHAME. La alumna a partir
de ahí se preocupaba por acentuar bien y le preguntaba a la profesora. Personalmente no
creo que esta diferencia agregue algo a la forma de leer un texto e interpretarlo. Estaría
bueno ir desarmando esa categoría de “interesante”, ¿para quién lo fue? ¿en qué sentido?
Cuando terminamos la clase (no llegamos a terminar el fragmento así que lo cortamos
antes) estábamos viendo qué cuestiones aparecían en el texto, qué les parecía, etc. y la
profesora intervino diciendo que "es muy importante saber la vida Dickens para entender
mejor el texto".
Nosotras incluimos una biografía al final del texto para que tengan la información pero no
nos interesa trabajar sobre esto en las clases. Creo que es importante que sepan a qué época
pertenecen la obra y el autor, eso sí, pero no creo que saber la vida de Dickens les cambie
mucho la lectura del texto en sí. La verdad que las chicas rescataron muchas cosas del texto
que les llamó la atención, preguntaron palabras que no entendían, daban sus opiniones
como "es un tacaño" (hablando del señor rico) y marcaron las diferencias sociales que
aparecen en el texto y qué características tenían los personajes de cada clase social (por un
lado, rico - malo - solo - tacaño - infeliz y, por otro lado, pobre - bueno - generoso - feliz -
en familia).
Al terminar la clase una alumna se ofreció para sacar fotocopias para todos en su trabajo y
la verdad que el trato fue muy bueno con todas.
Autorregistro.
Autorregistro
Inés Rando
Clase 2: 15/10/09
Cuando llegamos a la puerta del aula (los chicos todavía estaban en la clase
anterior) vimos que habían venido más chicos que la vez pasada. En total eran 11,
cinco chicas y cuatro chicos. Como supusimos que iba a pasar esto, teníamos en
mente reponer un poco lo que habíamos empezado la semana pasada.
Cuando empezó la clase les explicamos a los chicos que habíamos empezado con
un tema nuevo: el realismo. Para reponer lo que habíamos visto les preguntamos
a las chicas qué se acordaban que habíamos visto. Ellas empezaron a decir las
cosas que habíamos anotado en el pizarrón y en base a eso explicamos
nuevamente los puntos principales del realismo (a modo de introducción). También
repusimos de qué se trataba el texto de Dickens Canción de Navidad. Con el
grupo de los varones se notaba más la dispersión y de hecho suelen hablar
durante la clase cuando alguien más está hablando. Sin embargo, el clima de
trabajo siempre es bueno y suelen hacer chistes todo el tiempo.
La alumna que se había ofrecido a sacar las fotocopias sacó varios juegos de más
de cada cosa, y por eso al juntar todos los juegos se había formado un pilón
bastante alto. Nos dimos cuenta que los chicos miraban el pilón con "asombro".
Les aclaramos que no se preocupen, que no iban a tener que leer todo eso.
Después cuando les entregamos los fragmentos para leer en la clase, los chicos
se pusieron a contar las hojas antes de empezar a leer.
A las chicas que habían venido la clase pasada les dijimos que sigan trabajando
con el texto de Dickens que había quedado sin terminar. A los varones los
dividimos en dos: dos chicos trabajaron con un fragmento de Madame Bovary y
dos con un fragmento de El capitán Veneno, de Alarcón. Les dimos tiempo para
leer.
Para finalizar les preguntamos si creían que se podía ser objetivo. Los alumnos de
4º 2º dijeron que sí (respondieron casi todos) y un alumno de 4º 1º dijo que no.
Acá se podría haber armado un debate interesante pero por una cuestión de
ansiedad estaría bueno tratar de ir recuperando esas intervenciones sino parece
como que hacen preguntas y si no aciertan, uds. les proponen la respuesta.
Además, ahora tenían que “incorporar” a los de 4 1 que no habían participado de
la clase y los que sí lo habían hecho pensaban diferente… - por lo menos en mi
caso - seguimos directamente con este pensamiento para pensar que siempre hay
una persona que escribe, que está inmersa en un contexto social, que pertenece a
una clase determinada, etc. Frente a esto Paloma rescató algo fundamental y es
que hay formas de hacer que el relato parezca objetivo (lo que estuvimos viendo
de las descripciones, el narrador en 3º, etc). Después me di cuenta que hubiera
sido mucho más interesante que ellos se pongan a debatir y defender sus
opiniones, para ver además qué surgía del debate. Claro, o al menos preguntarles
y que justifiquen qué marcas encontraban en el texto para sostener su posición…
¡Que la ansiedad no las traicione!
Igualmente creo que la clase resultó muy bien y se generó un buen diálogo con los
alumnos.
Autorregistro.
En esta clase hubo más chicos que la clase anterior. A las chicas se sumaron cuatro chicos
que se sientan exactamente en la otra punta del aula. Nos habíamos imaginado esta
situación, entonces habíamos decidido que, con la ayuda de las chicas íbamos a reponer los
puntos clave que estudiamos la semana anterior. Entonces empezamos la clase pidiéndoles
a las chicas que les contaran a sus compañeros de qué habíamos estado hablando.
Empezaron contando la actividad de las imágenes. Repusimos con los comentarios que
ellas iban haciendo el cuadro sobre romaticismo y realismo en el pizarrón y luego hablamos
del fragmento que habíamos leído de Canción de Navidad. Ellas dijeron que la historia se
trataba de un hombre muy amarrete y que mostraba también a una familia pobre. A partir de
ahí hablamos un poco del contexto histórico del realismo (retomando otra vez los temas del
encuentro anterior) en relación con el texto que estuvimos trabajando.
Después les repartimos fragmentos para leer. A las chicas que habían estado la clase
anterior les pedimos que siguieran leyendo el texto de Dickens. A los chicos (eran cuatro)
les pedimos que se pusieran de a dos y les repartimos un fragmento de Madame Bovary y
uno de El capitán Veneno. Entonces les pedimos que leyeran. “¿ Todo esto hay que leer?”
se escuchó del lado de los chicos. Pero la verdad es que los textos son cortos y les dijimos
que leyeran hasta donde llegaran, y al final, excepto alguna que otra distracción con el
celular, todos leyeron. Creo que el fragmento de El capitán Veneno resultó un poco más
difícil que los otros al sacarlo de contexto, así que los chicos que lo estaban leyendo nos
pidieron que les contáramos un poco como era la historia. Yo pensé que, ya que estaban en
grupos, iban a leer en grupos, en voz alta, pero prefirieron leer cada uno por su cuenta. Y al
final se generó un lindo clima de lectura donde todos leían en silencio y bastante
concentrados.
La idea después de la lectura de los fragmentos era que discutiéramos entre todos qué veían
en ellos. Por grupos, queríamos que contaran qué habían leído y qué pensaban de los textos,
un poco en relación con lo que estábamos trabajando. Pero tuvimos un problema. (Estos
imprevistos, que no están en el guión, forman parte de la vida escolar) Cuando apenas
habíamos comenzado con la puesta en común, los chicos del otro cuarto le preguntaron a la
profesora si podían entrar a nuestro curso porque habían quedado solos en el suyo. Así que
mientras tratamos de hacer la actividad que teníamos planificada, había gente entrando al
aula, moviendo sillas, hablando. Además, no sabían de qué estábamos hablando, así que no
los podíamos hacer participar. A mí esta situación me puso un poco nervios. Pero igual
seguimos adelante con la actividad. Empezamos con el grupo que tenía el fragmento de
Madame Bovary. Primero contaron de qué se trataba lo que habían leído, dijeron que en el
texto había mucha descripción y que eso los aburría un poco, nosotras aprovechamos para
decirles que esa era una característica típica del movimiento (claro, la descripción, no el
aburrimiento). Deténganse en esas intervenciones e indaguen un poquito más, ¿por qué se
aburren?, ¿qué estrategias podría tomar un lector ante esos enormes “párrafos estáticos”?
Podrían, recuperar estas intervenciones para pensar en sentidos y efectos de esas
descripciones… Después hablamos del fragmento de El capitán Veneno. Los chicos
primero contaron la historia que les habíamos contado al principio y después un poco qué
pasaba en el episodio que tenían que leer. Les preguntamos cómo era el relato si habíamos
dicho que en Madame Bovary había mucha descripción, y marcaron que el texto era casi
puro diálogo.
Finalmente retomamos el texto de Dickens. Las chicas contaron cómo terminaba el
fragmento y dijeron más o menos lo mismo que veníamos conversando sobre este texto.
Luego les preguntamos si pensaban que se podía ser objetivo. Algunos dijeron que sí, pero
un chico del otro curso dijo que no. Acá creo que podríamos haber explotado un poco más
el debate, porque nos quedamos sólo con la respuesta del chico. En cambio, les
preguntamos cómo creían que se conseguía ese “efecto de objetividad” en los textos y
marcamos (marcaron porque les dijeron que tenían que marcar o porque pudieron verlo en
el texto) Frente a esto Paloma rescató algo fundamental (lo que no veo en ninguno
de los dos registros es desde dónde Paloma rescató esto)…
el tema del narrador en tercera persona. Supongo que la interrupción del final de la clase
nos puso un poco nerviosas y la actividad se hizo un poco más larga de lo que esperábamos.
Pero al margen de eso, pienso que la clase salió bien.
Chicas: desde lo metodológico, no se apuren porque aparezcan las cosas que quieren
que aparezcan, dense y denles un tiempo para poder ver y explorar esos textos.
Recuperen las intervenciones y trabajen desde ahí, quizás no vean lo que uds. creen
que es importante para ver y se detengan en otras zonas y, desde ahí, vayan viendo los
rasgos de esa estética. Nunca sabemos por dónde puede ingresar un lector para
“mirar” ese texto. Creo, eso sí, que tenemos que estar muy alertas a esas
intervenciones, darles un valor y recuperarlas para ir acercándoles unos textos a estos
lectores que se van construyendo ante la mirada de sus compañeros y de ustedes.
Respecto del guión, traten de ir recuperando y dialogando con esas voces para que
“digan” algo más, para “leerlas”, según propone la etnografía. No es necesario que
recuperen absolutamente toda la clase, quizás sólo las escenas que uds. crean
significativas. Recorten y, desde ahí, propongan una lectura posible de la escena que
les permita ir avanzando hacia algún tipo de conocimiento.
Autorregistro.
En estas dos clases nos dedicamos a la consigna de escritura que habíamos separado en dos
partes, una para la clase del lunes y otra para la del jueves. Teníamos miedo con los
tiempos, no sabíamos bien cómo manejarlos con estas actividades, pero al final el cálculo
fue bueno: en la primera clase el tiempo fue exacto (¿suerte de principiante?). En la
segunda nos quedamos un poco cortas, alcanzaron a terminar la actividad pero la puesta en
común quedó para la clase siguiente.
En la siguiente clase, entonces, haremos la puesta en común. La idea es leer las
producciones, pero ya nos dijeron que les da vergüenza, así que las llevaremos en una
especie de revistita para que ellos las tengan y las leeremos en voz alta nosotras. Corrijan
esos textos, lo de la ortografía es un problema más de “superficie”.
Pasaron varias cosas en estas dos clases. En primer lugar, la consigna de escritura funcionó
bastante bien y todos trabajaron, algunos más dispersos que otros, pero todos trabajaron.
Siempre marco esto, me doy cuenta ahora, y creo que se debe a que la profesora no para de
hacerles mala propaganda, desde que entramos al aula hasta que nos vamos, y por eso me
sorprende que la realidad (o la realidad que veo yo) esté tan alejada de la percepción que
ella tiene. En realidad, la profesora no estuvo en las dos clases, sólo en la primera. En la
primera clase los chicos empezaron a trabajar en tres grupos. La consigna era para discutir,
debatir, tomar decisiones grupales, pero la profesora los retó, desde el fondo del aula
cuando hablaban o se reían (era una de las cosas que queríamos, que se divirtieran con la
consigna, y se lo dijimos antes de empezar) y les dijo “Esmérense, que esto va con nota.”
Nota no pusimos y no vamos a poner, no es nuestro lugar y no pensamos la consigna para
eso. Pero la verdad es que es difícil trabajar así, es como que la profesora nos sobrepasa a
nosotras también. Pasó algo respecto de esto, en la segunda clase de trabajo con la consigna
de escritura, la profesora no estaba. En uno de los grupos empezaron a escribir un texto,
según lo que pudimos escuchar, un poco subido de tono. No sabíamos que hacer, porque la
verdad es que son todos adultos y no parecía algo que rompiera las barreras del respeto,
pero, quizás por temor, decidimos decirles a las chicas que tuvieran cuidado con lo que
escribían, porque la profesora lo iba a ver eventualmente Más que la profesora, en todo
caso, como uds. pensaron en una revista, me atrevería a pensar en quién será el destinatario,
quizá de ese modo, se pueda pensar “qué corresponde o no” en función del público lector.
Por otra parte, también la literatura se hace cargo de trabajar con una estética particular
estos temas. En ese momento nos preguntamos, qué se puede hacer en un curso cuando
surgen textos “polémicos” o que hablan sobre la homosexualidad, cómo se maneja eso. Por
supuesto, hablamos de instituciones y ámbitos pero no llegamos a ninguna conclusión, creo
que es un tema para pensar.
En cuanto a los textos, salieron buenas producciones. Hay una recurrencia, en todas las
historias los personajes son de alguna forma marginales. Creo que hay varias lecturas que
se pueden hacer de esto, pero fundamentalmente dos. Por un lado, en la parte introductoria
al realismo, la parte teórica, hicimos bastante hincapié en la denuncia social de los textos y
les dijimos que en esta actividad tenían que escribir un texto “a la manera realista”. Por otra
parte, y volviendo al tema del realismo, la propia realidad de estos sujetos, aunque esa
lectura puede ser un poco simplista creo que tiene alguna influencia.
Otra cosa interesante que es recurrente en los textos es el registro “elevado” que usan, en
los conectores, en el uso del pronombre tú. Me parece interesante porque creo que habla de
la concepción que tienen sobre la literatura, como si se tratara solamente de textos escritos
en ese registro, y como si ese fuera el modelo a imitar. También, probablemente, parte de la
influencia en este sentido esté dada por los fragmentos que trabajamos con ellos. Hay un
texto muy interesante para pensar en estas cuestiones de Blanche-Benveniste “La escritura
del lenguaje dominguero” que justamente piensa en este lenguaje que adoptan los sujetos
cuando se enfrentan a determinadas situaciones de escritura que da cuenta de las
representaciones acerca de lo que “debe ser” el lenguaje escrito, y compara justamente esta
situación con la ropa dominguera.
Es una punta interesante esto de buscar las recurrencias y, en función de ellas, avanzar
hacia hipótesis posibles acerca del modo en que los sujetos se relacionan con la escritura de
ficción.
La consigna, parece, les resultó interesante. Al menos creo que se divirtieron (sobre todo la
clase en la que no estaba la profesora a cargo, en la que les tuvimos que pedir que hablaran
más despacio cuando discutían). Cuando les tocó completar el cuadro con las características
de los personajes, uno de los chicos dijo: “esta es la parte más divertida”. La segunda parte
de la consigna, sin embargo, no fue tan clara y no todos la respetaron. Pero está bien, les
dijimos que eran simplemente disparadores para que ellos escribieran. La dinámica de
trabajo, que se repitió en todos los grupos, fue que alguien escribía e “hilaba” todo lo que
decían sus compañeros y los otros participaban en mayor o en menor medida. Pero por
momentos todos estaban trabajando y debatiendo sobre las producciones.
Cuando terminaron de escribir, les preguntamos si era común que hicieran este tipo de
trabajos y nos dijeron que no, que nunca habían escrito un texto así en todo el secundario.
También les preguntamos por qué pensaban que les dábamos este trabajo para hacer y uno
de los chicos nos dijo “porque ustedes no tenían ganas de trabajar.” Creo que esto, sumando
al “lleva nota” de la profesora, da cuenta de cuál es el concepto que tienen sobre la
escritura: no sirve, no tiene sentido, es para no trabajar. Para finalizar les preguntamos si se
habían divertido, dijeron que sí pero uno de los chicos nos aclaró, medio en broma, medio
en serio, “agradezcan que lo hicimos.” Quizás esta representación obedezca a las
situaciones en las que, generalmente, la hora de la lectura o de la escritura aparece como la
actividad de recreación. Ahora, si pensamos en que la escritura es algo más que “volcar las
ideas sobre un papel” y, podemos proponer situaciones en las que la escritura se transforme
en un verdadero desafío para el conocimiento, esta representación cristalizada podría
empezar a “hacerse trizas”, ¿no?
De todos modos, yo me fui contenta los dos días, la actividad salió bien, las producciones
están buenas, y creo que todos trabajaron. El trabajo, la escuela, el entorno, tienen
dificultades, pero supongo que es parte de la práctica aprender que están ahí y pensar en
cómo se pueden capitalizar.
Autorregistro
Inés Rando
Clase 3: 19/10/09
La tercera clase salió realmente muy bien. Nos fuimos muy contentas, ya que planteamos
una consigna de escritura y durante toda la hora los chicos estuvieron desarrollándola. La
idea era empezar a describir un lugar, un personaje y luego situar al personaje en ese lugar.
Les dimos hasta el punto 3 de la consigna que pusimos en el guión, para que comiencen a
escribir a partir de ahí. Les dijimos que después de la clase nos íbamos a llevar sus
producciones para seguir con ellas la clase siguiente.
Se dividieron en tres grupos (esta vez eran sólo 7). Nos sorprendió ver cómo se
engancharon con la consigna; después de que la leyéramos todos juntos, se pusieron a
pensar el lugar y a escribir de inmediato. Al contrario de la clase anterior, esta vez era uno
de los grupos de las chicas el que estaba más disperso; los dos chicos que habían venido
trabajaron toda la hora con la escritura y prácticamente no se dispersaron.
Si bien ese grupo de chicas estuvo más disperso al principio, a medida que avanzó la clase,
nos dábamos cuenta de que estaban discutiendo cosas de la consigna: cómo tenía que ser el
personaje, los rasgos físicos, etc. También hubo una discusión sobre si el personaje
estudiaba o no. El personaje de ellas tenía 25 años y estuvieron discutiendo si iba o no a la
facultad. Finalmente pusieron que era muy trabajador y que su amiga estudiaba medicina.
En un momento una de las chicas le dijo a otra “Tené un poco de imaginación”. Creo que
acá están jugando los parámetros con los que uno se maneja para hacer ficción. Al plantear
un texto “al estilo realista”, surgieron discusiones sobre las posibilidades de los personajes
(qué es realista y qué no), pero al mismo tiempo se pone en juego la imaginación y la
creatividad de cada uno y el hecho de poder “jugar” con el texto e inventar una historia.
El otro grupo de chicas fue muy tranquilo (son más grandes) y prácticamente ni se las
escuchó mientras trabajaban. Los chicos también discutían acerca de cómo era el personaje.
Mientras uno escribía el otro le dijo que iba a ir llenando el cuadro. Pero el que escribía le
dijo que no, que lo espere, porque eso era divertido.
Surgieron preguntas y observaciones muy interesantes que nosotras no nos habíamos
planteado. Por ejemplo, una de las chicas nos preguntó si lo tenían que escribir en 3º
persona o si podían utilizar la 1º. Nos quedamos pensando un poco, pero les dijimos que
como tenían que describir también al personaje, iba a ser más fácil que utilicen la 3º
persona, ya que de esta manera podían describir las cosas desde afuera, como habíamos
visto en los textos realistas. También surgieron dudas con respecto al cuadro: si tenían que
completarlo todo o sólo un personaje, si podían cambiar algunas características que
aparecían ahí, etc. Nosotras siempre les aclaramos que ellos podían poner lo que se les
ocurra, que eso era más bien una guía.
Nuevamente hubo intervenciones de la profesora titular: en la mitad de la clase nos dijo
(delante de los chicos) que le pongamos nota al trabajo y luego, cuando vio que las chicas
se reían y hacían comentarios, les dijo “esmérense, porque va con nota el trabajo”. Lo que
ella no estaba escuchando era que las chicas se estaban riendo de cosas que se les ocurrían
para el personaje. Además, justamente, lo que nos gustó a nosotras fue que se divirtieran
con la consigna.
Los relatos además resultaron ser muy buenos y a mí personalmente me sorprendió que las
faltas de ortografía no son tantas ni tan graves como nos lo planteó la profesora. De hecho,
uno de los chicos nos dijo cuando nos entregó el trabajo “bueno, las faltas de ortografía…”
y, si bien hay faltas, tampoco es tan “desastroso” como nos lo plantearon. Además, esta
mirada sobre la superficie del texto podría plantearse en una segunda instancia, atendería
sobre todo, al modo en que resolvieron la consigna a partir de los saberes con los que
estuvieron trabajando a lo largo del encuentro.
Nuestra idea es, por el contrario, validar estos relatos que resultaron ser muy buenos. Uno
trata sobre un estudiante inquieto en la escuela, otro sobre un boxeador que termina siendo
panchero en la cancha de Racing por desperdiciar su talento y otro sobre un chico de 25
años que trabaja y se encuentra de improvisto con una amiga de la infancia de la que está
enamorado. Lo curioso fue que en dos de los tres trabajos, surgieron cosas que no estaban
planteadas en la consigna. En el caso del boxeador, los chicos intentaron darle “un final” a
ese personaje (que termina siendo panchero) y en el caso del chico que se encuentra con su
amiga, las chicas desde el principio hicieron un relato más bien narrativo y no tanto
descriptivo, con un punto intrigante: el encuentro inesperado.
La idea es volver a leer estos relatos y ver cómo planteamos la consigna para la próxima
clase, para que continúen estos relatos. Pueden pensar en incluir alguna peripecia para
“hacer crecer” esa historia.
Autorregistro
Inés Rando
Clase 4: 22/10/09
Al llegar al curso nos encontramos con que la profesora titular no había ido a la escuela. De
todas maneras dejó dicho que nosotras íbamos a seguir con nuestras clases. Esto a mi me
pareció algo positivo, ya que tuvimos la posibilidad de estar solas con los chicos sin los
comentarios innecesarios de la profesora. Nos dio libertad para movernos, aunque también
nos costó un poco al principio que hagan silencio y presten atención para empezar a
trabajar.
Continuamos con la actividad de escritura. Esta vez la idea era continuar con lo que habían
empezado a escribir la clase anterior. Es decir, retomar el lugar y el personaje y ponerlo en
situación para que surja un relato. Habíamos leído sus textos y decidimos no cambiar las
situaciones que habíamos pensado para la consigan, pero sacamos los últimos dos puntos
que eran designar un lector “oficial” y colgar las producciones en el aula porque nos
parecieron un poco infantiles para estos alumnos. Nos pareció mejor ver si ellos querían
leer y después juntar nosotras sus relatos para que cada uno se lleve una copia de todos los
textos (que son tres en total).
Había un alumno que no conocíamos porque nunca fue a las clases anteriores y que cuando
llegamos estaba haciendo cosas de otra materia. A él y a los que no habían venido la clase
anterior les dijimos que se acoplen a los grupos ya formados. Lo bueno fue que este chico,
que al principio estaba haciendo otra cosa, se enganchó también con la construcción de este
relato y con el personaje que habían inventado sus compañeros (el boxeador que terminaba
vendiendo panchos en la cancha de Racing). Igualmente se dispersaban de vez en cuando y
pasaba lo mismo que la clase anterior: escribía uno, que era el más concentrado, y los
demás aportaban y a veces charlaban de otras cosas. Fue curioso que la opción que ellos
eligieron (el personaje se encuentra una valija llena de plata) suscitó en un momento
anécdotas sobre otras situaciones con plata (por ejemplo un chico que le quiso dar una
sorpresa a la madre y le cambió el colchón y cuando la madre lo vio se quiso morir porque
tenía su plata escondida en el colchón viejo, etc.) Creo que está bueno que surjan historias
de este tipo, ya que pueden ser disparadores para incluir en los relatos o crear otra historia
nueva. Es decir, si bien no incluyeron nada en este caso, creo que este tipo de relatos o
historias recolectadas podría ser material de escritura.
Los chicos nos corrigieron una de las situaciones que habíamos planteado para el personaje.
Habíamos puesto como opción qué pasaría si le regalan entradas para ver el superclásico
pero ese día tiene que rendir una previa. Los chicos nos dijeron que eso era improbable que
pase porque los superclásicos se juegan los domingos. Por supuesto tenían razón y no
habíamos pensado en esto. Finalmente los chicos incluyeron el tema del fútbol
(introdujeron el superclásico Racing-Independiente) pero lo mezclaron con la opción de
encontrarse una valija llena de plata. Me pareció bueno que se tomaran la libertad de
mezclar estos dos elementos y sobre todo de cambiar la nota con la que venía la valija.
Nosotras habíamos puesto “este dinero está maldito” y ellos pusieron “este dinero tendrá
que ayudar a mucha gente, en caso contrario, el que lo malgaste tendrá una vida llena de
desgracias”.
Por otro lado, en todos los relatos aparecieron personajes trabajadores y humildes. Puede
ser que en parte hayamos guiado a la construcción de este tipo de personajes por las
características que pusimos en el cuadro y por la selección de fragmentos que les dimos
para leer. Habíamos hablado, cuando leímos los fragmentos, que en general aparecían
personajes de baja condición social, que tenían aspiraciones de ascender en la escala social
y que siempre estaba presente el tema del dinero. Esto apareció en los tres relatos.
Un grupo de chicas eligió como personaje a un estudiante inquieto, humilde, que se ganaba
una beca para trabajar con el presidente, por su buen desempeño académico. Este grupo
(son las más grandes) hizo un trabajo más bien descriptivo y les costó despegarse de las
consignas; más bien trataron de seguir todo al pie de la letra.
El otro grupo de chicas hizo una historia más trágica, donde los dos protagonistas se
declaraban su amor, el chico vendía su casa para poder viajar con la chica a África (ella
debía viajar por su carrera) y ambos morían en un accidente al caerse el avión en el que se
iban. Este grupo en particular estuvo debatiendo muchísimo acerca de cómo debía ser la
trama y se reían a carcajadas como la clase anterior. También se tomaron más libertades a la
hora de armar la historia.
Hacia el final de la clase, nos entregaron los trabajos y como quedaban 5 minutos les
hicimos algunas preguntas. Ya estaban todos dispersos esperando que sonara el timbre pero
les preguntamos si les había gustado la actividad. “Si, estuvo buena /estuvo buenísima”
“Fue divertida”. Uno de los chicos nos dijo “Agradezcan que lo hicimos”. Lo dijo en el
sentido de que no suelen trabajar, o por lo menos no de esa manera, tan concentrados. Les
preguntamos si les hacían hacer este tipo de actividades y nos dijeron que no, nunca. “¿En
todo el secundario?” les preguntamos. Y nos contestaron que no, algunos dijeron que en la
primaria sí les habían hecho escribir este tipo de textos.
La verdad me parece lamentable, ya que evidentemente no tuvieron lugar para la creación,
la creatividad, la recreación y para esta otra forma de aprendizaje que es mucho más
divertida que sentarse a hacer trabajos prácticos durante cuatro años. Además me parece un
desperdicio ya que, si bien hubo faltas de ortografía, acentos que faltaban o falta de
puntuación, los textos estuvieron muy bien en general y sobre todo no fueron para nada el
“desastre” de lo que nos había hablado la profesora. Podrían haber ejercitado la escritura
muchísimo más durante la secundaria.
Por otro lado uno de los alumnos nos dijo “Nosotros teníamos a X (nombre de la profesora.
Nunca hicimos nada. X no quería trabajar”. Esto habla de la falta de estímulos y de cómo
los alumnos perciben a los profesores. Si el alumno tiene esa imagen del profesor, es lógico
que no tenga la iniciativa de trabajar y además se aburra. Es “gracioso” además cómo
después los profesores dicen que son los alumnos los que no trabajan.
Me pareció una experiencia muy positiva y creo que el entusiasmo que mostraron los
alumnos habla de la falta de motivación y no de sus pocas ganas de trabajar. También creo
que esto demuestra una reacción frente a la “novedad” (una actividad que no hicieron
nunca) que los saca del aburrimiento.