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2017

Revista de arte, literatura y pensamiento.

Fabián Trigos Valentín Navarro


Rosa Berbel Rafael Maya
Gema Palacios Enrique G. Bolaños
Antonio Sancho Julia Pumarinho
Julian Montijo Francesco Mª Tipaldi
Julia Vasta Álvaro Valverde
Indalecio Iglesias Ráquel López F.
David Roldán Narciso Raffo
Directores y comité editorial:

Juan Carlos Polo Zambruno

Narciso Raffo Navarro

David Roldán Eugenio

Julia Vasta

Este libro se ha impreso en Madrid


en la imprenta Estugraf, 2016.

La traducción de todos los poemas es


propiedad de Zéjel. Revista de arte,
literatura y pensamiento. Y han sido
llevado a cabo por Julia Vasta.

Depósito legal: SE 1310-2016.


E-ISSN: 2530-0601.
ISSN: 2530-0598.

Zéjel editores,
Calle Picasso, 36, Dos Hermanas (Sevilla).

© De los textos, sus autores.


Zéjel
Revista de arte, literatura y pensamiento.

Número 2 - Enero de 2017


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Índice
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Editorial
Narciso Raffo Navarro.

Poesía
Fabían Trigos, Valentín Navarro, Rosa Berbel, Rafael Maya, Gema
Palacios, Enrique García Bolaños, Antonio Sancho y Julia Pumarinho.

Desembarcos
Julian Montijo (San Diego, California, EEUU) y
Francisco Mª Tipaldi (Nocera Inferiore, Italia).

Poeta invitado
Álvaro Valverde.

Cultura visual
“La tensión de mamá” de Indalecio Iglesias. Crítica de arte de Raquel
López Fernández.

Ensayo
Fragmento del libro “Claros del bosque” de María Zambrano.

Reseñas
David Roldán Eugenio.

Colaboradores
Editorial
En el último límite del invierno las flores del almendro cantan
la canción del artista joven: sube, savia nuestra, más aprisa: ábrenos
ahora que todavía es invierno. Así, cuando sea primavera por fin para
todos parecerá que las demás han imitado el arte de nuestros pétalos.
Rafael Cansinos-Asséns

S ólo cabe la justicia poética ante los crímenes estéticos. Si


bien es cierto que no existen veredictos o, si se prefiere, que el
veredicto es el proceso en sí por el cual tratamos de emular el
mundo hasta llegar a aquél. En cualquier caso la conclusión no
habrá de ser jamás definitiva. Aquí, la tarea del poeta consistirá,
como mínimo, en procurar que los «parches» que constituyen su
obra no sean igual de patéticos y fallidos que aquello que sentencia.
Aclaración: que suceda lo peor no es síntoma de fracaso. Éste vino
mucho antes, y ya estaba de alguna forma implícito en el recorrido.

Narciso Raffo Navarro.


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Poesía

“La luz de la mañana saja el vértice


de la montaña como un haz de plata.”
Valentín Navarro
Fabián Trigos Baena

Despertar es conjugar el mundo sobre el sueño,


tornar la carne enredadera,
hacer de las venas un cauce de flores,
todo para exprimir su savia en poema.

Y es de ese susurro de lo que todo surge.

Si mi sangre es veneno
mi rumor se origina
en la piedra caída de un estanque olvidado; respuesta de
onda sobre onda.
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Valentín Navarro Viguera
Luces

Supongo que la tarde es una caja


de sorpresas, de nubes encendidas
al rojo vivo, a punto de estallar
en la noche de lomo gris y oscura.
El musgo de los ídolos no piensa
que es pátina en la piedra a la que adoran
otros que se ahogarán bajo el agua estancada
que ya no corre al mar porque es el mar,
la placenta que el tiempo va formando
en torno a la cintura como lluvia
del que reza a los pies de las estatuas
en el nombre del padre o de los santos.
La luz de la mañana saja el vértice
de la montaña como un haz de plata.

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Rosa Berbel
Ars poética

Todo poema recuerda alguna imagen.

Una canción que parte en dos la tarde


mientras duermes la siesta en el sofá.
Cualquier frase ingeniosa que despierte
una necesidad inesperada,
un estremecimiento adolescente.
Una postal mandada desde Roma
con las comas mal puestas.
La foto de tu exnovio en el salón.

Imágenes vulgares,
no necesariamente interesantes,
exentas de poesía,
sin demasiada fuerza narrativa.
Pero basta de nuevo con un fugaz
instante, una mirada rápida,
la inercia de la vida llevando tu cabeza
hacia el lugar exacto,
en el momento exacto,
y de repente el tiempo se detiene.
Y solo existe eso, esa imagen cualquiera,
esa escena trivial, ese fluir tan obvio
del recuerdo,
y de repente sabes
que no,
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que el poema no puede
empezar
de otra forma.

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Rafael Maya

Eran las pequeñas cosas. Como el ajetreo silencioso y adormecido de


entrada y salida a los baños, la cisterna a través de las paredes, los in-
deseables susurros de cortesía introductorios al intercambio. La som-
bra de las sábanas fugazmente proyectada sobre el pasillo en rápidos
y negros espasmos; la abuela preparando la cama, perfecta. Y real-
mente eran las pequeñas cosas. Como el rostro de aquella niña pecosa
del restaurante que abría mundos enteros con accidentales y malinter-
pretadas miradas, para luego desmoronarlos sobre el final de la velada
y atarlos a los primeros sueños de la noche, prematuros a la inciden-
cia del verdadero y necesario despilfarro. Luego la pequeña oscuri-
dad, algunas conversaciones censuradas por puertas mal cerradas y
paredes famélicas e inconsistentes, las últimas risas apropiadamente
contenidas con mayor o menor éxito e igualmente tranquilizadoras.
Finalmente la gran oscuridad, sin fronteras, sinfín de posibilidades.
Siempre. Siempre eran las pequeñas cosas. La sobrecogedora fuerza
del regreso, sin saber cuánto tiempo hemos estado ausentes, incapac-
es de adivinar remedio para lo que no ocurrió. Y así, el recuerdo y los
proyectos vuelven a nosotros, apoyándose mutuamente para alcanzar
la voluntad que bautice nuestro cuerpo con el aire del nuevo día.
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Gema Palacios
El viaje más largo

Un hombre desciende la colina en el borde de un paraguas


Deseo que haya luz suficiente para intuir el humo de otro idioma
Pero es blanco el perfume del niño que amé
Retengo la primera gota en la punta de la lengua como una forma
de decirme adiós
Todos los árboles esperan un roce de pájaro una caricia oxidada
Todas las cruces serán verdes y nos dolerán en los ojos cuando
ignoremos a quién
llevamos dentro
Y no es el tiempo que pasa, somos nosotros quienes vamos hacién-
donos niebla
Eras el sueño hecho cuerpo en el quicio de una puerta oyéndome
llorar
El amor no nos escoge con el dedo índice, sino con todos y cada
uno de los dedos
Me senté a mirar por la ventana cómo avanzaba hacia mí el viaje
más largo
He jugado y he vivido: tumor de la inmovilidad.
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Enrique García Bolaños
Guardador de rebaños

Ojalá mi vida fuera una carreta de bueyes [...].


Yo no tendría que tener esperanza: sólo tendría que tener ruedas...
Alberto Caeiro

Sentado a la puerta de la casa, espero


el paso del repartidor de cartas sin más interés
que el de verle pasar y saludarle
y darle los buenos días y saber que todo sigue
en orden en esta mañana de otoño.
El sol brilla –porque abro los ojos y lo veo brillar–
y entiendo que todo sigue, de momento, su curso.

A veces las horas pasan despacio como un rebaño


de ovejas hambrientas y calladas. A veces,
como hoy, como esta mañana, no pasa nadie
y son las sombras las que marcan la vida,
las que ponen el límite entre lo que es real
y lo que va pasando por encima de mi cabeza.

Lo que el sol dice que soy contra la pared encalada,


lo que yo os digo que soy contra la página de luto,
lo que otros os dicen que soy contra todo pronóstico,
nada de eso es cierto pero es verdad
que todos –también yo– tenemos que construir
bulos, personajes, sombras y caretas.
La soledad a sangre fría no se cura con sombreros.
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Antonio Sancho
Platero

Platero es un terpenoide semisólido, cristalino y ceroso, de penetrante


olor.

Cuando lo llamo, acude impulsado por sus retromotores a chorro de


gas propaxol excavado en los géiseres de Venus,

y quema los prados en su vuelo rasante, aniquilando las florecillas


rosas, celestes y gualdas.

Sus ojos fluorescentes alumbran la noche como dos malsanas estrellas


verdes, reconociendo los montes en busca de rebeldes mutantes que
exterminar con sus cañones de plasma, sus balas guiadas por rastro
de calor e inteligencia crítica.

Programado para perseguir cualquier indicio de humanismo,


cualquier tropelía mística, lo dejo suelto y parte a incinerar libros de
poesía, soñadores y heréticos veganos.

Fabricado en serie en los muelles orbitales de Daesong Industries


& Weaponry, Platero es la perfecta máquina de odio-muerte, es la
ausencia de vida, es la aleación pura y el puro fuego de altos hornos
y ruedas de oruga quebrantahuesos.

Sumergido con su trotecillo alegre en la masacre, las placas de su


fuselaje cubiertas de carne ojos y sesos desmenuzados, entre el
zumbido de las sierras semi-automáticas y los cañones de púas,
parece que se rie en no se qué cascabeleo ideal...

Todos, arrodillaos ante el poder terrible de Platero, suplicad por


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vuestras vidas miserables, no levantéis la mirada del suelo sepultado
bajo los huesos de vuestros seres queridos.

Llorad, pues Platero desea vuestras lágrimas, desea vuestra sangre y


vuestros primogénitos no-natos.

Rogad a vuestros dioses caídos, desterrados al polvo por la producción


superior de Daesong Industries & Weaponry. Y larga no vida, y larga
no vida a nuestros amos de Daesong Industries & Weaponry.

-Fin del comunicado. Sumisión inmediata, exigimos sumisión


inmediata-.
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Julia Pumarinho
Habitaciones

Las habitaciones de este hospital tienen dos camas ocupadas por


dos seres./ La mayor parte del tiempo están acompañados por
la luz de las bombillas de bajo consumo, por los carteles de NO
FUMAR, de NO OCUPEN LOS PASILLOS, por la televisión en
mute y por la cara de una virgen bajo la almohada. / Las habita-
ciones son salas donde manos con guantes tocan pieles desinte-
gradas./ Las habitaciones ven morir a seis coma cuatro personas
a la semana, ven llorar a catorce coma dos mujeres al día, oyen
las quejas de la comida, oyen las quejas del dolor de las úlceras,
huelen el olor putrefacto de las úlceras./ La habitaciones tienen
paredes con colores claros, para reflejar el brillo apagado de las
pupilas en dilatación./ Las habitaciones de este hospital es-
cuchan siete come tres premoniciones cada día. Ocho coma tres
oraciones al minuto y seis coma siete pensamientos de suicidio.
Las habitaciones de este hospital se vacían poco a poco./ Los médicos
se marchan./ Los enfermeros se marchan./ Los celadores se march-
an./ No hay palabra que pueda describir el silencio de la muerte./
Dios observa/ atento/ las expresiones de dolor/ las muecas /los rictus/
atiende a los profundos deseos de los seres que duermen/ comen/
son curados y mueren en las camas sujetas a las paredes de estas salas.
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Desembarcos
Julian Montijo
Del Color Azul

Hace años me levantaba con el sol


invitaba a los hombres al mundo &
los llevaba lo más lejos que llegaban sus barcos.

Por las noches, cuando yo oscurecía


me enroscaba en la comodidad de tus vaqueros
mientras tu mano tocaba la mía en el cine de la ciudad.

Nos quedábamos quietos, mientras yo resucitaba


en cada píxel de cada película
en cada tono acuoso en tus ojos.

Entonces, en un esplendor, tú te desteñiste


diciendo “nunca cambiarás”
diciendo “tú también me pones triste, a veces.”

Cuando era pequeño quería ser un camaleón


Real, cian, índigo, profundo, tranquilo y fresco
pero ahora sé
que lo único que seré es Azul.
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Julian Montijo
From the Color Blue

Years ago I rose with the sun


invited men into the world &
carried them as far as their ships could sail

In the evenings, when I shaded to black


I curled in the comfort of your jeans
your hand in mine at the movies downtown

We watched, as I came back to life


in every pixel of every film
in every hue of water in your eyes

Then, like brilliance, you faded away


saying ‘you will never change’
saying ‘you make me sad sometimes, too.’

When I was little I wanted to be a chameleon


Royal, cyan, indigo, deep, calm and cool
but now I know
all I’ll ever be is Blue.
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Julian Montijo
Cómo Hablar a los Adultos

Ante todo, miente.


No hiciste lo que hiciste anoche.
Las clases van genial.
Tu vida va genial y tus amigos son increíbles.
Todavía soltero, pero no gay.
Todavía dispuesto a configurar sus iPhones.
Segundo, pregúntales algo aburrido.
¿Qué tal tus vacaciones en casa?
¿Qué título le darías a esa viñeta de The New Yorker del mes pasado?
¿Perdonarías a Snowden?
Pensarán que eres encantador y se irán por las ramas
mientras desconectas.
Piensa en el olor del servicio anoche
mientras te arrodillabas y presionabas el gatillo en The Tipsy Crow.
Piensa en tu C- en Álgebra Linear.
Piensa en cuánto
preferirías estar fuera con tus amigos.
Recuerda que ningún amigo te invitó a salir.
Ríete, definitivamente toca reírse.
Piensa en Charlie,
ese chico que conociste en Tinder
que te llevó a Taco Bell, y luego te pidió una paja.
Piensa en tus amigos que trabajan para Apple,
ganan seis cifras y se van de surf los fines de semana con sus jefes.
Finalmente, retírate cordialmente.
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Julian Montijo
How to Talk to Adults

First and foremost, lie.


You did not do what you did last night.
School is great.
Your life is great and your friends are awesome.
Still single, but not gay.
Still willing to help set up their iPhones.
Second, ask them something boring.
How was your staycation?
What caption would you give last month’s New Yorker cartoon?
Would you pardon Snowden?
They’ll think you’re charming and go off
while your mind drifts.
Think about the smell of the bathroom last night
as you knelt down and pulled the trigger in The Tipsy Crow.
Think about your C- in Linear Algebra.
Think about how much
you’d rather be out with friends.
Remember that no friends invited you out.
Laugh, it’s definitely time to laugh.
Think about Charlie,
that guy you met on Tinder
who brought you to Taco Bell, then asked for a handjob.
Think about your friends who work for Apple,
make six figures and surf on the weekends with their bosses.
Lastly, excuse yourself politely.
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25
Tienes un proyecto enorme que terminar,
y entonces di que te alegras de haberlos visto.
Oh y gracias por la cena.
Conduce con cuidado para salir del parking.
Conduce a casa.
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You’ve got a huge assignment to finish,
then say you’re glad you saw them.
Oh and thanks for dinner.
Drive safely out the parking lot.
Drive home.

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Francesco María Tipaldi
obra del rapto

con un gran trapo en la boca parece tener


una mirada más potente
¿es eso cierto?
¿es sano que se vea esa vena verde?
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Francesco María Tipaldi
opera del rapimento*

con un grosso panno nella bocca sembra avere


uno sguardo più potente
è vero?
è sano che si veda quella vena verde?

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*Tipaldi, Francisco Mª, Nuova poesia extraterrestre, Carteggi Leterrari, 2016.


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Francesco María Tipaldi

El monstruo sufría como Dios en la tierra

aleja de mí, poeta


este cáliz espantoso...

Lo metieron en un gran barreño


antes de dispararle.

Después el estruendo, el asco de la sangre entre los pelos.

¿Es que hay que elegir

entre el horror de estar en el mundo o aquel de abandonarlo?


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Francesco María Tipaldi
*

Il mostro soffriva come un Dio sulla terra

allontana poeta
da me questo calice tremendo...

Lo misero in una bacinella larga


prima di sparargli.

Poi il boato, lo schifo del sangue tra i capelli.

Bisogna preferire

l’orrore dello stare al mondo a quello di uscirne?

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*Tipaldi, Francisco Mª, Nuova poesia extraterrestre, Carteggi Leterrari, 2016.


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© Fotografía de Javoer Gato.
Poeta Invitado

“Siempre imagino a alguien


que habita esos lugares
tan solos y en silencio.”
Álvaro Valverde
Álvaro Valverde
Montañas

Mi hijo me pregunta
qué miro en las montañas.
Su atracción es antigua.
Como el mundo, diría,
al menos para uno
que recuerda su imagen
remota en la memoria.
Mi pena es que dejara
muy pronto esos caminos
-las trochas, los senderos-
por laderas y cimas.
Tal vez por eso observo
con fundada nostalgia
sus perfiles azules
o sus cuerdas blanquísimas
o, por fin, esos verdes
que los bosques procuran.
Las mira uno pensando
que hay alguien allí arriba.
Un pastor con sus cabras,
un montañero, un guarda,
un cazador furtivo…
Da igual que nieve o no,
que haga calor o frío,
que no vea las cumbres
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por culpa de la niebla.
Siempre imagino a alguien
que habita esos lugares
tan solos y en silencio.
Allí donde se roza
el misterio del cielo.

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Álvaro Valverde (Plasencia, 1959) es maestro, poeta, novelista y
ensayista. Ganador del Premio Loewe en 1991, autor de poemarios
como Las aguas detenidas (Hiperión, Madrid, 1989), Ensayando
círculos (Tusquets, 1995), Mecánica terrestre (Tusquets, 2002), Desde
fuera (Tusquets, 2008) y Más allá, Tánger (Tusquets, 2014) entre otros.
Participa en numerosas antologías poéticas, entre ellas La generación
de los ochenta, de José Luis García Martín; La nueva poesía española
de Miguel García-Posada; La poesía plural y Los senderos y el bosque,
de Luis Antonio de Villena; Poesía española reciente (1980-2000),
de Juan Cano Ballesta; 20 años de poesía. Nuevos Textos Sagrados
(1989-2009), de Andrés Soria Olmedo y Las moradas del verbo.
Poetas españoles de la democracia, de Ángel Luis Prieto de Paula.
Pero además trasciende nuestras fronteras y participa en antologías
por toda Europa, siendo sus poemas traducidos al inglés, francés,
alemán, portugués, italiano, neerlandés y polaco. Ha publicado dos
libros de ensayo literario y es autor de las novelas Las murallas del
mundo (Sevilla, Algaida, 2000), premio “Extremadura a la Creación”
y finalista de los premios Café Gijón y Tigre Juan (a la mejor primera
novela publicada), y Alguien que no existe (Seix Barral, 2005).Ha
colaborado con notas críticas, ensayos y poemas en suplementos de
periódicos y en numerosas revistas nacionales y extranjeras, y fue
cofundador, con Ángel Campos Pámpano y Diego Doncel, de la
revista hispano-portuguesa Espacio/Espaço Escrito.

Montaña es una confesión íntima, un rumor -recordando a


Kawabata- que atormenta por su nostalgia en el día a día, en el si-
lencio, tras la experiencia de los años y la conformación de una me-
moria bien cosida. La montaña trae la sensación de una larga vida,
entera, ya hecha, para ser tragada en una sola mirada. Es esto lo que
ocurre cuando la encuentras la montaña y sientes el peso de toda la
geografía del mundo, y con ella la historia del hombre y de lo que lo
hace hombre.
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Cultura visual
© La tensión de mamá, obra de Indalecio Iglesias.
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La tensión de mamá
Indalecio Iglesias

Mi cuerpo
-ahora el espacio
que nos une- es una forma
de morder mandíbula
despacio
unos ojos que se enfrentan
a la mutación de la carne.

Buscar continuo
-otros espejos
en los que rompernos-
carne ofrecida
al alimento líquido
Destrozar el pavor
por otros agujeros
donde
toda claridad
es cemento
piedad indescifrable
No encontraré otro descenso (algún dique)
para la descomposición
de nosotros
y no sabrás recomponer
mi aliento
en el frío de la amapola.
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Crítica de arte
La tensión de mamá
Indalecio Iglesias
-
Raquel López Fernández

H ubo un tiempo lejano en el que las artes plásticas solo


tomaron parte de las musas cuando las sacaron del Parnaso,
encarnándolas en mármol y terracota, en cal y pigmento. Cambió
las tornas un ciego orfebre que se atrevió a forjar, a golpe de
hexámetro, un escudo damasquinado en oro, plata, bronce y
estaño, que perteneció al mismísimo Aquiles. Era entonces tiempo
de héroes, de semidioses. Ahora, que hasta los humanos parecen
estar en peligro de extinción, cuesta arrancarse con una ecfrasis.
Tampoco se arriesga con tan antiguo género Indalecio
Iglesias (Sevilla, 1985), el autor de ambas obras reproducidas en
estas páginas, pues la labor de sus versos –si es que esta existe– no
es describir la imagen a la que hacen compañía. Acompañar que,
además de hacer simultáneo, vuelve partícipe, es verbo generador
de comparaciones y, pese a su fama de odiosas, las establecidas
entre pintura1 y poesía si no tan antiguas, sí son coterráneas de las
compañeras de Apolo y del poeta Homero. Tuvo, sin embargo, que
hacer justicia un romano y sentenciar que “como la pintura así es la
poesía”, Ut pictura poesis.
La unión originada por el tópico horaciano alcanzó sus
máximas en Edad Moderna. El Renacimiento llenó de alegorías,
metáforas y metonimias la pintura. La poesía dibujó bellas
“Simonettas Vespucci”, “Galateas” rafaelescas y amenas arcadias
bellinianas. Con el Barroco dominó el hipérbaton, el circunloquio y
la elipsis. Al verso llegó el claro-oscuro, las “Magdalenas” de Reni,
la voluptuosidad trémula de Rubens o las vanitas de Pantoja de
1 Se toma aquí el concepto de pintura como aplicación de color sobre una deter-
minada superficie con una determinada técnica.
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la Cruz. Testigos, ambos períodos, de fervorosos resurgimientos
religiosos, abundó en ellos el “Retrato de María”2: Inmaculada,
Señora o madre como la Virgen con el Niño que ocupa el centro de
la composición. Aunque la “tensa” Madonna de nuestro artista no
puede negar su filiación a la corriente más clasicista, se recicla como
icono de la iglesia encabezada por el “Papa” André Breton. El
papillon surrealista –símbolo de transformación– se posa, a modo
de antifaz, sobre las mejillas de la santa para asomar unos “ojos que
se enfrentan a la mutación de la carne”, a su resurrección. Y como
ecos de lo que fue y será muerte, unas punzantes heridas rompen la
equilibrada belleza de unos dedos que ya no sostienen el “Todo”,
sino la parte. Cierto, carne. Unas nalgas femeninas alejadas de las
que, infantiles, fueron castigadas ante la mirada indiferente de Paul
Eluard, Max Ernst y el ya citado Breton. Cierto, mutación. Ya no
la que supuso la victoria de Cristo, sí la de Samotracia. Paradójica
Niké, perdedora ante la belleza del automóvil en una gara arbitrada
por Marinetti despliega aquí sus alas junto a las de pájaros de acero
y otros oscuros objetos de deseo de los futuristas.
Pero, a propósito de los vanguardistas ¿no fueron otros los
reyes del collage? La técnica, de paternidad cubista, es adoptada
por Indalecio en su vertiente más Dadá. Los artistas afines al
movimiento expandido desde 1916 en el suizo Café Voltaire vieron
en el uso del “corta y pega” un potente medio con el que expresar su
rechazo a la sociedad contemporánea, caracterizada por un ingente
incremento de la mecanización y de la violencia que azotaba a un
mundo inmerso en la Gran Guerra. Así, instruido por el manual de
Tristan Tzara “Para hacer un poema dadaísta”3, el joven sevillano
mete en la bolsa recortes de periódicos y revistas; fragmentos de
estampas y grabados; fotografías y hasta una gráfica taquicárdica.
Agitados y posteriormente extendidos sobre el cartón, desmontan
con ironía Pop y, tal vez, destrozan “el pavor por otros agujeros”

2 Título del soneto de Lope de Vega que pronuncia, a modo de écfrasis, uno
de los personajes del Auto Sacramental El nombre de Jesús (1625-1635). Véase:
VEGA, Lope de, Obras de Lope de Vega: Autos y Coloquios, tomo II, Ed. Menén-
dez Pelayo, Madrid: Atlas, 1943, pp. 164.
3 Poema VIII contenido en TZARA, Tristán, Dadá, Manifiesto sobre el amor débil
y el amor amargo, París: Jean Budry, 1924, p. 23.
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por los que se cuelan los ecos de otra Victoria, ahora sí militar, para
la que las piedras de la imperial máquina escurialense fueron fondo
ante el que erigir los diques del nacionalcatolicismo. Pastiche al que
también asisten unas modestas lecciones de John Heartfield.
Como sea, Iglesias no se limita a la captación de un instante.
Con ello contradice a los que abogaron por la separación del avenido
matrimonio entre el arte poético y el pictórico. Mitad pintor, mitad
poeta. Ut pictura poesis, ut poesis pictura. Como cualquier bisnieto
posmoderno de Wagner, él es un unificador de ambas.
Con todo, conviene advertir que nada de lo dicho sobre estas
líneas debe de ser tomado como verdad. Tan solo es la realidad
de unos ojos que todo lo quieren ver, probablemente a punto de
quedarse ciegos, ahogados por las palabras que tantas veces sobran,
cuando lo que importa es lo que falta, lo que el tocayo de un gran
poeta definió como “El resto”4. Por eso, tomadas sus advertencias
evitamos: servirles como adivinos que “cuentan [...] de lo que han
oído y de lo que han visto con nuevos ojos que son como los que
tenían”5. Asimismo, les trasladamos nuevamente a Grecia y les
rogamos: ¡Vuélvanse epicúreos! ¡Gocen del mismo modo que ellos!
Deléitense, como Ángel González, con el brillo… aquel producido
“donde toda claridad/ es cemento/ piedad indescifrable”.

Raquel López Fernández

4 González García, Ángel, “El resto”, en González García, Ángel, El resto. Histo-
ria invisible del Arte Contemporáneo, Bilbao: Museo Bellas Artes de Bilbao, 2000.
5 Ibíd, p. 51.
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Ensayo
Fragmento del libro
Claros del Bosque
María Zambrano
Cátedra, 2011.*

A ntes de los tiempos conocidos, antes de que se alzaran las


cordilleras de los tiempos históricos, hubo de extenderse un tiempo
de plenitud que no daba lugar a la historia. Y si la vida no iba a dar
a la historia, la palabra no iría tampoco a dar al lenguaje, a los ríos
del lenguaje por fuerza ya diversos y aun divergentes. Antes de que
el género humano comenzara su expansión sobre las tierras para
luego ir en busca siempre de una tierra prometida, rememoración
y reconstitución siempre precaria del lugar de plenitud perdido,
las tierras buscadas, soñadas, reveladas como prometidas venían
a ser engendradoras de historia, inicios de la cadena de una
nueva historia. Antes. Antes, cuando las palabras no se proferían
proyectadas desde la oquedad del que las lanza al espacio lleno o
vacío de afuera; al exterior. Y así el que profería, el que ha seguido
profiriendo sus palabras, las hace de una parte suyas, suyas y no de
otros, suyas solamente, entendiendo o dando por entendido que
quienes las reciben quedarán sometidos sin más. Ya que el exterior
es el lugar de la gleba, de lo humano amorfo, materia dispuesta para
ser conformada, configurada, y a la que se pide que siga así, gleba
bajo la única voluntad de quien profiere las palabras materializadas
también, ellas también materialización de un poder.
Antes de que tal uso de la palabra apareciera, de que ella misma,
la palabra, fuese colonizada, habría sólo palabras sin lenguaje
propiamente. Al ser humano le ha sido permitido, fatalmente,
colonizarse a sí mismo; su ser y su haber. Y de haber sido esto
el verdadero argumento de su vivir sobre la tierra, la palabra no
le habría sido dada, confiada. El lenguaje no la necesita, como

*Claros del Bosque, María Zambrano, Madrid, 2011. Págs. 193-195.


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hoy bien se sabe de tantas maneras. Y así existirá la pluralidad de
lenguajes dentro del mismo idioma, del lenguaje descendiente de
la palabra primera con la que el hombre trataba en don de gracia y
de verdad, la palabra verdadera sin opacidad y sin sombra, dada y
recibida en el mismo instante, consumida sin desgaste; centella que
se reencendía cada vez. Palabra, palabras no destinadas, como las
palomas de después, al sacrificio de la comunicación, atravesando
vacíos y dinteles, fronteras, palabras sin peso de comunicación
alguna ni de notificación. Palabras de comunión.
Circularían estas palabras sin encontrar obstáculo, como al
descuido. Y como todolo humano, aunque sea en la plenitud, ha
de ser plural, no habría una sola palabra, habrían de ser varias, un
enjambre de palabras que irán a reposarse juntas en la colmena del
silencio, o en un nido solo, no lejos del silencio del hombre y a su
alcance.
Y luego, ahora, estuvieron llegando y llegan todavía algunas
de estas palabras del enjambre de la palabra inicial, nunca como
eran, como son. Cada una, sin mengua de su ser, es también las
demás, y ninguna es propiamente otra —no están separadas por
la alteración—. y cada una es todas, toda la palabra. Y no pueden
declinarse. Y lo que es completamente cierto es que no podrían
nunca descender hasta el caso ablativo, porque en la plenitud, ni tan
siquiera en la de este nuestro tiempo, no existen las circunstancias.
Se borran las circunstancias en la más leve pálida presencia de la
plenitud.
Aparecen con frecuencia las palabras de verdad por
transparencia, una sola quizá bajo todo un hablar; se dibujan
a veces en los vacíos de un texto —de donde la ilusión del uso
del punto suspensivo y del no menos erróneo subrayado—. Y en
los venturosos pasajes de la poesía y del pensamiento, aparecen
inconfundiblemente entre las del uso, siendo igualmente usuales.
Mas ellas saltan diáfanamente, promesa de un orden sin sintaxis,
de una unidad sin síntesis, aboliendo todo el relacionar, rompiendo
la concatenación a veces. Suspendidas, hacedoras de plenitud,
aunque sea en un suspiro.
Mas se las conoce porque faltan sobre todo. Parecen que vayan
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a brotar del pasmo del inocente, del asombro; del amor y de sus
aledaños, formas de amor ellas mismas. y es al amor al que siempre
le faltan. Y por ello resaltan inconfundibles cuando en el amor se
encuentra alguna; es única entonces, sola. Y por ello palabra de la
soledad única del amor y de su gracia.
Si se las invoca llegan en enjambre, oscuras. y vale más dejarlas
partir antes de que penetren en la garganta, y alguna en el pecho.
Vale más quedarse sin palabra, como al inocente también le sucede
cuando le acusan.
Cuando de pensamiento se trata, ellas, las palabras hacedoras
de orden y de verdad, pueden estar ahí, casi a la vista, como un
rebaño o hato de mansas ovejas, dóciles, mudas. Y hay que
enmudecer entonces como ellas, respirando algo de su aliento, si lo
han dejado al irse.
Y volver el pensamiento a aquellos lugares donde ellas, estas
razones de verdad, entraron para quedarse en «orden y conexión»
sin apenas decir palabra, borrando el usual decir, rescatando a la
verdad de la muchedumbre de las razones.
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Reseñas
Martin Eden, Penguin Classics, inicia en la ardua y valiente
United States, 1994. Jack tarea de ser escritor. Aunque
London. incentivado por el mundo al que
Ruth pertenece y su necesidad
¿Acaso es que la sabiduría aparece en la de sorprenderla, termina
tierra como un cuervo, al que un tenue
descubriendo el placer de la
olor a carroña lo entusiasma?...
belleza por la belleza. Ignorante
-El problema de Sócrates-. El crepúsculo y feliz en su inocencia inicial, el
de los ídolos. Friedrich Nietzsche.
conocimiento lo conduce a un
estado de incómoda conciencia,
Martin Eden (1909) es
de intenso dolor ante el peso
la mejor advertencia que el
del mundo, a una situación de
joven del siglo XXI puede
derrota, melancolía y absoluta
recibir de aquellos que vivieron
oscuridad. Martin es, en
en el XIX. Es la confesión
palabras de Andrew Sinclair,
más íntima y honesta que
un auténtico Bildungsroman,
Jack London (1876-1916),
un individuo que en su
podía dejar a la posteridad;
evolución de hombre primitivo
y Martin, su personaje
a hombre sabio descubre
más complejo, acabado,
la más profunda tristeza1.
autobiográfico, universal,
Al igual que los jóvenes
eterno, atemporal y necesario
poetas actuales, estaba
de ser nombrado a los oídos de
hambriento de cultura, lectura,
los jóvenes de todas las épocas.
escritura, manuscritos en mano
Martin Eden es un
y fama, sin tener apenas tiempo
marinero del San Francisco
para degustar con las manos
finisecular que, tras enamorarse
y ojos los libros e ideas que el
de Ruth, una joven burguesa
mundo le ofrecía. Había que
intelectual y estudiante de
trabajar. Había que volver
literatura en la Universidad de
al mar. Los periódicos no
California - Berkeley, alimenta
publicaban las que consideraba
con una punzante obsesión el
sus mejores obras. Pero el
deseo de alcanzar una buena
mar quedaba demasiado lejos.
educación y cultura. Entonces
Había que trabajar, sí, trabajar
Martin abandona el mar,
corrige su manera de hablar, 1 Sinclair, Andrew, “Introduction”, en
London, Jack, Martin Eden, Penguin
perfecciona su escritura y se Classics, United States, 1994, p. 17.
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en cualquier otra cosa, ¡en del capitalismo estadounidense
una lavandería!, y leer, leer de floreciente a inicios del XX,
madrugada y luego levantar de sigue perviviendo entre
la dura tabla que era la cama nosotros hoy: seguimos siendo
para planchar la blancura esclavos de la exigencia de tener
del traje del prójimo. Había que elevarnos constantemente.
que comer. Había hambre. No hay libertad posible.
Narra London también Pero Martin Eden también
el quehacer, destino y lastre trae otra verdad universal:
de muchos escritores actuales: el impulso de cultivarse a
ante la necesidad de obtener uno mismo por amor. Por
dinero y de ser ligeramente impresionar, por llenar y
conocido, Martin optará por llegar al otro. Mientras tanto,
escribir bromas sencillas y Ruth generará el paternalismo
vacías para los suplementos de propio del que admira a su hijo
los periódicos: it’s not art, but dar los primeros pasos. Aunque
it’s a dollar2, diría Martin; It may los deseos de ser publicado
be a dollar [...] but it is a jester’s y conocido lo arrastrarían a
dollar, the fee of a clown3, diría una lucha constante con las
Ruth con la tristeza propia del altas esferas corrompidas y
que observa al que se deja llevar estancadas del mundo editorial,
por aquella marea inevitable. el joven Eden, sobre todo, ansía
Martin Eden demuestra dejarse caer en los brazos de
la más bella intimidad del ser la belleza y ser mecido ante la
humano que ama la cultura y atenta mirada de Ruth. Esta
belleza universal: el fetichismo intimidad juvenil, este anhelo de
de verse rodeado de libros, un muchacho de veintiún años,
tocarlos, hojearlos y quitarles trasciende a día de hoy y nos
el polvo, verse con la boca habla de nosotros mismos: sólo
llena de ideas en una charla en una mujer o un hombre al que
público... Uno queda absorbido amar y la poesía en el celaje...
por el cultivo y culto a uno Martin Eden no obtuvo
mismo. Y es que el aquí bien el recibimiento esperado entre
retratado sentido individualista sus contemporáneos, y es
2 London, Jack, Martin Eden, Penguin que la había escrito para las
Classics, United States, 1994, p. 237. generaciones venideras, no
3 Ibidem, p. 238.
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para la suya propia. Resulta acabando la última página de
extraño, incluso, que no esté la novela, uno siente las fuertes
completamente olvidado en la ansias de escribir y dominar
actualidad: London ridiculiza el mundo. Martin contagia
el esfuerzo y trabajo diario, que y atrapa pese a que London
no llevan más que a la derrota advierta y diga “cuidaos y que el
de uno mismo. Y sin embargo, amor por la belleza no os lleve”.
ahora que el capitalismo y el Lo que London nunca dijo
individualismo más perfecto fue que Martin era él mismo,
triunfan, Martin sigue alzándose y que nunca pudo escapar
para muchos entusiastas: en él de la inevitable hambre que
encuentran cobijo a su soledad. también nos llevará a nosotros.
Pocos perciben la verdadera
intención de London: ¡Martin David Roldán Eugenio
fue una víctima del mundo que
se aproximaba, de los aires de
grandeza, de la belleza por la
belleza, que hoy no alimenta
ni llenará nuestros estómagos!
London construye así el
perfecto retrato del individuo
contemporáneo del siglo XX:
el futuro héroe nietzscheano.
Por eso, aunque normalmente
cercano a los valores
progresistas de la época, el
escritor californiano recibiría
duras críticas de los sectores de
izquierdas. Pero, en realidad,
no construye un nuevo ídolo,
sino que en Martin se percibe
una caricatura de la ambición
humana. Somos lo que nos
han dicho que debemos ser.
Que no debemos seguir
este camino, dice. Pero aun
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Colaboradores
Editorial
Narciso Raffo. Nació un 6 de agosto de 1992, en Sevilla. Estudia
Antropología Social y Cultural en la Universidad de Sevilla. Fue becado
Erasmus en la promoción 2013-2014 con destino a Sassari, Italia. Fue allí,
en pleno Mediterráneo, donde se conjugaron Ausencia y Luz como factores
indisociables de su composición poética. Hasta el momento cuenta con un
único poemario publicado, titulado Implosión de la memoria (En Huida
2015). Ha formado parte de la antología de jóvenes poetas sevillanos La
pirotecnia peligrosa (En Huida 2015). Más recientemente ha colaborado
con diversas revistas literarias como Maremágnum, Estación Poesía o
Caligrama. Es editor de Zéjel. Revista de arte, literatura y pensamiento.
Poesía
Manuel Fabián Trigos Baena (Andalucía, 1991). Graduado en
Historia por la Universidad de Sevilla, completó su formación universitaria
con los másteres de Estudios Americanos y MAES realizados ambos en
la misma Universidad, actualmente trabaja en el CEIP Enrique Asensi
de Puente Genil, como maestro dentro del Programa PROA. Toda su
obra es inédita, salvo “Un poema por Du Fu” publicado en la revista El
Coloquio de los Perros, y el presente poema, el cual constituye su segunda
publicación.
Valentín Navarro Viguera Licenciado en Filología Hispánica por
la Universidad de Sevilla y profesor de Enseñanza Secundaria de Lengua
Castellana y Literatura. Tesis doctoral: El pensamiento poético de Leopoldo
de Luis. Finalista del Premio Gerardo Diego de Poesía para Autores
Noveles en los años 2012, 2014, 2015 y 2016. De lo visible, lo invisible, I
Premio Internacional de Poesía La Isla de Aklan-Rafael Suárez Plácido,
Palimpsesto, 2016. Artículos de revistas: “El yo y la autorreferencia en
Cómo se hace una novela”, Esfera, N.º 1, 2009. “La primera poética
de Leopoldo de Luis”, Salina: revista de lletres, N.º 24, 2010, págs. 57-
62.
“Leopoldo de Luis, el poeta”, Semiosfera. Segunda Época. Nº 3 (Enero
2015), pp. 50-51.
Rosa Berbel nace en Estepa (Sevilla) en 1997. Escribe
fundamentalmente poesía, aunque ha hecho algunas incursiones en la
prosa, los artículos, las reseñas y las entrevistas. Es estudiante del Grado
en Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada, ciudad
en la que reside desde hace unos meses. Sus textos han aparecido en
diversas revistas nacionales e internacionales. Fue incluida en La poesía
posnoventista española en 15 voces; (2014), con selección de Luna Miguel.
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Forma parte de la antología de poetas sevillanos La pirotecnia peligrosa.
11 poetas sevillanos para el siglo XXI (Ediciones en huida, 2015) y de la
antología internacional de jóvenes poetas Hot Babes, coordinada por Dante
Tercero. Es antóloga, junto con Pablo Romero, de la antología hispano-
argentina Orillas. Es ganadora de la IV Edición (2016) de Ucopoética,
certamen convocado por la Universidad de Córdoba.
Rafael Maya Muñoz (Sevilla, 1994). Actualmente cursa el Grado en
Antropología Social y Cultural en la Universidad de Sevilla.
Gema Palacios (Zaragoza, 1992) es graduada en Filología Hispánica
por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Estudios Literarios
por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente se encuentra
cursando estudios de doctorado. Ha publicado los poemarios Morada y
Plata (Ebediziones, 2013), Compañeros del crimen (Ediciones Paralelo,
2014) y Treinta y seis mujeres (El sastre de Apollinaire, 2016). Sus poemas
han aparecido en revistas como Nayagua o Chéjere y en antologías como
Nacer en otro tiempo (Renacimiento, 2016). Escribe cotidianamente en su
blog: gemabpalacios.wordpress.com
Enrique García Bolaños (Huelva, 1988) es Ingeniero Químico
Industrial. Músico autodidacta, toca varios instrumentos (bajo, guitarra
y teclados) en distintas bandas locales. En 2012 crea junto a un grupo
de amigos un programa de radio desde donde se promueve la cultura de
forma activa. En 2016 publica su primer poemario, Peluquería Canina
(Versátiles Editorial), que llega a ser propuesto como lectura en el Máster
en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales de la Universidad de
Sevilla. A principios de 2017, La Isla de Siltolá publicará su libro Señales.
Sus poemas han sido incluidos en los libros Tod@s con el 1900, Combinados
Poéticos, Antología de poesía joven onubense (Niebla, 2015), Luz nueva del
suroeste (En Huida, 2015), AguasVivas (CanalSonora, 2016), Alienígenas
(Cangrejo Pistolero, 2016), y en las revistas Cuaderno de Creación (#17,
Palimpsesto 2.0, 2015) y CAL (#2, 2017). El azar ha marcado siempre su
trayectoria y es socio del Real Club Recreativo de Huelva, Decano del
fútbol español.
Antonio Sancho Villar. Nació en el año 1992 en Sevilla. Entre otras
fechorías, ha publicado un poemario titulado Tierras Extrañas (Ediciones
en Huida, 2014) y ha colaborado en las antologías de relatos Visiones
2015, publicada por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción
y Terror, y Criptozoología, de la editorial Saco de Huesos. También ha
publicado relatos en las revistas Sable, ¡Por Crom!, Cosmocápsula y Relatos
Increíbles, y algún que otro poema en Nueva Grecia. Participó en el ciclo de
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recitales Nuevas Miradas III y el 11 Recital Chilango Andaluz organizados
por la PLACA (Plataforma de Artistas Chilango Andaluces). En sus
ratos libres le gusta viajar al pasado y crear líneas temporales alternativas
mediante, por ejemplo, la venta de armas automáticas en el medievo.
Julia Pumarinho (Sevilla, 1994). Es graduada en Enfermería por la
Universidad de Sevilla. Obtuvo un accésit en el “Certamen Andaluz de
Escritores Noveles” en 2011. Asistió al curso de formación del Centro
Andaluz de las Letras “IX Escuela de Verano para Escritores Noveles”
en 2011 y 2014. Fue finalista del concurso de la Universidad de Córdoba
Ucopoética en 2015. Ha aparecido en antologías como Donde veas.
Ganadores de Ucopoética 2015 (La Bella Varsovia, 2015), La pirotecnia
peligrosa. 11 poetas sevillanos para el siglo XXI (Ediciones en Huida,
2015), Anónimos 2.3 (Ayto. de Córdoba, 2016) y la plaquette Familia
(Plurabelle, 2015). Ha publicado en las revistas digitales Azul Violencia,
Digopalabra.txt, Porque tiemblan y la antología online argentino-española
Orillas. Sus poemas han sido traducidos al italiano por Ángelo Néstore
para la web Parco Poesía. Ha diseñado y editado la plataforma de
poesía online Despolarizadas desde el año 2013 al 2015. Ha colaborado
habitualmente con la web El Juglar publicando poesía, narrativa y
entrevistas, coordinando también la sección de fotografía destacada. Ha
participado en ciclos literarios como El Show de la Sala (Sevilla), Poesía
con nombre de mujer (Sevilla) y Poesía Random (Córdoba y Málaga).
Recientemente ha participado en el Festival Internacional de Poesía de
Córdoba Cosmopoética 2016 y en el Festival Internacional de Poesía de
Sevilla Perfopoesía 2016.
Desembarcos
Julian Montijo Tras terminar las carreras de Literatura Comparada
y Economía en Cornell University en 2015, Julian viajó a Buenos Aires
para unirse a una compañía de teatro. Allí actuó en obras en inglés para
niños de centros escolares por Argentina y toda Latinoamérica. Al volver
a EEUU, Julian empieza a trabajar en un laboratorio de entomología
médica, estudiando biología portadora. Originalmente de San Diego,
California, en la actualidad Julian trabaja como actor y escritor en Nueva
York.
Francesco Maria Tipaldi (Nocera Inferiore, 1986) es autor de los
poemarios La culla (Lietocolle 2006), Humus (Arcolaio 2008) y TRAUM
(Lietocolle 2014). En 2010 algunos de sus textos fueron compilados
y traducidos en la antología estadounidense In our own words (MW
Publisher). En 2012 publicó Il sentimento dei vitelli (EDB), junto con
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Luca Minola, poemario que mereció el premio Sea/Maconi en 2013,
posteriormente traducido al español por Juan Carlos Reche para la revista
de creación literaria Estación Poesía 6 (CICUS).
Julia Vasta. Nacida en Framingham, Massachusetts (EEUU) en
1993. Graduada en Sociología y Filología Española en Cornell University
(New York), donde recibió el Premio J. G. White de Excelencia en
Filología Española en 2015. Acaba de concluir su primera traducción
literaria del español, la del poemario español First as a Poet. En su tiempo
libre realiza traducciones voluntarias para ONGs en Europa y América
Latina. También le interesan los ámbitos de investigación relacionados
con la sociología de la inmigración, el derecho, el urbanismo y la literatura
española y latinoamericana, estando en búsqueda constante de proyectos
de traducción literaria. Es editora de Zéjel. Revista de arte, literatura y
pensamiento.
Artes visuales
Indalecio Iglesias Fernández (1985) es un artista que reside y trabaja
en Sevilla. Su obra plástica se centra en el collage analógico que mezcla
con técnicas mixtas. El arte como des-humanización de mitos, la belleza
del simbolismo religioso unido a la política y su descontextualización
son algunos de los temas más utilizados. Su obra se desarrolla a través
del apropiacionismo: utilización de cuadros clásicos y su mezcla con la
cultura pop, el surrealismo, el rock o la poesía. Algunas de sus obras se
han expuesto en muestras colectivas de Comunicación Artífices Cultura
Integral y está preparando exposiciones tanto en España como Estados
Unidos. Ha escrito los poemarios Ciudad Blues, Exilio Interior y Latir,
los tres inéditos. Ha aparecido en publicaciones como La pirotecnia
peligrosa.11 poetas sevillanos para el siglo XXI. (Ediciones en Huida,
2015), la revista de arte Cinosargo; en la revista poética estacional Poe+; en
Ariadna-rc.com o en la Revista Almiar (Margen Cero), entre otras.
Raquel López Fernández es graduada en Historia del Arte
desde 2015 por la Universidad de Oviedo. Se ha especializado en Arte
Contemporáneo con los estudios del Máster en Estudios Avanzados en
Historia del Arte Español de la Universidad Complutense de Madrid.
Actualmente, realiza sus estudios predoctorales en el Departamento de
Historia del Arte III de la citada ciudad madrileña, en los que desarrolla
una parte de sus principales líneas de investigación: la escenografía, el
figurinismo y el vestuario para artes escénicas de las últimas dos centurias.
Partidaria de la “causa multidisciplinar” y convencida de la capacidad
sincrónica del arte, trata, por ello, de hacer simultáneas sus incursiones
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al pasado con las exploraciones del presente, a través de una incipiente
colaboración en revistas, blogs y publicaciones de índole artística.
Reseñas
David Roldán Eugenio. Nace en Sevilla (1993), y tras graduarse en
Historia del Arte por la universidad hispalense (2011-2015) se traslada a
Madrid, donde concluye el Máster de Estudios Avanzados en Historia del
Arte español contemporáneo en la Universidad Complutense. En 2012
comienza a formar parte del Centro Andaluz de las Letras. En junio de
2016 publicó su primer poemario, Radiografías, en Ediciones En Huida.
Publicará un poema en el próximo número de primavera de 2017 de la
revista sevillana Estación Poesía. Actualmente compagina la escritura
con la presentación de su nueva novela, Aeneas, a concursos nacionales,
internacionales y a diversas editoriales para su publicación. Es editor de
Zéjel. Revista de arte, literatura y pensamiento.
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