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Falta de conocimiento de Dios

Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. -- 1


Samuel 2:12.

¿Será posible que haya en la casa de Dios sacerdotes que no le conozcan? ¿Será
posible que las personas que ministramos hoy día no tengamos conocimiento de
Dios? ¿Será tal cosa posible?

¡Es perfectamente posible! Los discípulos de Cristo estuvieron caminando junto a Él


por 3 años y no lo reconocieron después de la resurrección. Sí, es posible. Es posible
estar en la cara de Dios y no conocerlo. Es posible encontrarse con Jesús de frente y
no reconocerlo. Es posible pasar 20 y 30 años en una iglesia y no tener el mínimo
conocimiento personal de quien es Dios. La desgracia de la religiosidad es que no nos
deja tener un conocimiento personal de quien es Dios. El gran infortunio de la
religiosidad es que puede poner a grandes personas como líderes sin que tengan
realmente una experiencia viva con Dios.

Los hijos de Elí son el ejemplo de una generación que nació en la iglesia, pero que
nunca ha nacido de nuevo. Yo pasé los primeros años de mi vida asistiendo a una
iglesia todos los domingos, escuchando la prédica, cantando algunas canciones y
diciendo una que otra cosa piadosa, pero nunca se me dio la oportunidad de tener un
encuentro con Dios. Hay algunas iglesias donde de todas maneras esa no parece ser
la meta. Hay congregaciones donde el equipo de sonido es tan terrible que parece
que a nadie le importe si la gente entiende lo que se está diciendo desde el púlpito.

Las iglesias en nuestros países se reúnen cada domingo para "adorar", siguen un
programa que han estado cumpliendo por muchos años y salen exactamente igual
que como entraron. ¿Me pregunto por qué? Porque estamos perpetuando la religión,
y la religión no le permite a las personas tener un encuentro con Dios.

"Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando


alguien ofrecía sacrificio, mientras se cocía la carne, venía el
criado del sacerdote trayendo en su mano un garfio de tres
dientes y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la
marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba
para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.
Asimismo, antes de quemar la grasa, venía el criado del sacerdote
y decía al que sacrificaba: Dame carne para asársela al sacerdote;
porque no aceptará de ti carne cocida sino cruda. Y si el hombre
le respondía: Hay que quemar la grasa primero, y después toma
tanto como quieras, él decía: No, dámela ahora mismo; de otra
manera la tomaré por la fuerza."
Los israelitas traían sus sacrificios al tabernáculo, y los hijos de
Elí en lugar de ofrecerlos a Dios como debían hacerlo, se los
guardaban para sí. Se guardaban la mejor parte del animal del
sacrificio para ellos mismos, y no la ofrecían al Señor. Eran
completamente fraudulentos en el servicio del Señor.
Continuemos con el versículo 17:
"Así pues, el pecado de estos ayudantes era muy grande ante el
Señor, porque menospreciaban las ofrendas del Señor."
El resultado de su deshonestidad fue que muchos se alejaron de
Dios. Los israelitas vieron lo que hacían los hijos de Elí en el
tabernáculo, y en lugar de acercarse más al Señor, se iban
alejando cada vez más. Debiéramos tener en cuenta que, en la
actualidad, muchas personas se han apartado de los círculos
cristianos por los malos ejemplos que han observado y otros, no
se sienten atraídos hacia el cristianismo por los mismos motivos.
Todo ello tendría que llevarnos a la reflexión, a rectificar, a
desechar toda hipocresía y a vivir tan cerca de Dios, para que los
que nos rodean puedan percibir Su presencia en nuestra
conducta, es decir, en nuestra forma de actuar y de expresarnos.
Leamos los versículos 18 y 19 de este capítulo 2 del primer libro
de Samuel, que nos presentan a

La falta de disciplina
Eli pudo haber confrontado a sus hijos (aunque bajo coacción) pero nunca tomó ninguna acción
disciplinaria contra ellos. Él pudo haber pensado que tenía una actitud de amor hacia sus hijos, pero
la Escritura dice que era prácticamente odio: " El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo
ama lo disciplina con diligencia" (Proverbios 13:24).
Recuerde el consejo de Salomón: " Corrige a tu hijo mientras hay esperanza, pero no desee tu alma
causarle la muerte." (Proverbios 19:18). “Mientras hay esperanza", sugiere que llega un momento
en que es demasiado tarde para que el proceso disciplinario pueda hacer algún bien. En el caso de
Eli, era muy viejo para el momento en que confrontó a sus hijos. Y él sólo lo hizo a causa de los
graves testimonios que escuchó entre los israelitas. Por otra parte, la advertencia concluyente del
proverbio —" no desee tu alma causarle la muerte "— no es una amenaza divina vacía. Tenga en
cuenta la conclusión y pronto las palabras son cumplidas de 1 Samuel 2:25: "porque el SEÑOR
quería que murieran.."
Por otra parte, el comportamiento de los hijos de Eli es exactamente lo que la Biblia advierte que
ocurrirá si los padres no disciplinan a sus hijos: " La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño
consentido avergüenza a su madre." (Proverbios 29:15). “La necedad está ligada al corazón del
niño; la vara de la disciplina la alejará de él."(Proverbios 22:15).
La desaprobación de Eli de la conducta de sus hijos no tenía sentido porque no estaba respaldada
con disciplina. De hecho, su actitud pasiva frente a su pecado reveló una falta de pasión por su
Dios. Y Dios envió un profeta para hacer frente a Eli sobre su crianza pasiva: “¿Por qué pisoteáis
mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos más que a mí,
engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel?” (1 Samuel 2:29).
El hecho de no disciplinar a los hijos demuestra una falta de amor por ellos, y aún más preocupante
es la falta de amor a Dios.

1. Los hijos de Elí no tenían conocimiento.


“12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová” (1 Samuel
2:12)

El hecho de que un padre sea sacerdote del Dios Altísimo, no significa que sus hijos sean
santos como él. ¿Por qué unos hijos, como los del sacerdote Elí, no guardan respeto a Dios
ni tienen “conocimiento” de Él? En primer lugar es necesario decir que la salvación y la
actitud que tengamos hacia Dios, es personal. La Escritura no nos habla de la esposa de
Elí, pero se deja ver que no hubo una intervención positiva de ella en cuanto a la fe de sus
hijos; tampoco su padre pudo formarlos. La crianza de los hijos es una tarea del matrimonio.
Elí les daba ejemplo con su ministerio y seguramente les hablaba de la Palabra de Jehová,
pero esto no tuvo resultados en ellos, como sucede en muchos matrimonios cristianos,
sobre todos en las parejas mixtas, en que uno es creyente y el otro no. Ahora bien, es más
probable que los hijos sigan el buen camino si la madre es convertida, por la preponderancia
materna en el rol educativo de los hijos. Casi siempre la madre está más cercana a ellos
que el padre. Fue el caso del joven Timoteo y del mismo Pablo, de quien él comenta: “3
Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar
me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 4 deseando verte, al acordarme de tus
lágrimas, para llenarme de gozo; 5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la
cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti
también.” (2 Timoteo 1:3-5)

Yo conozco al pastor severo pero no lo cosnosco a profudidad quien lo conoce asi son su
esposa y sus hijas

Ahora bien, cuando la Escritura dice que los hijos de Elí no tenían conocimiento de Jehová,
esto no significa que ellos no supiesen acerca del Señor sino que no tenían comunión con
Dios. El “conocer” del que nos habla la Biblia es una experiencia completa y no sólo un
dato. No es suficiente entregar información sobre Dios, sea a nuestros hijos o cualquier
prójimo; es preciso llevarlos a tener comunión con Él y la más cercana experiencia a esto
es la oración. Estimular la vida devocional acercará a las personas a su Creador.

impío, a
(Del lat. impius.)
1. adj./ s. Que no tiene piedad les aplicó un castigo impío para enmendar su irreverencia. indevoto
piadoso

2. Que no tiene fe religiosa los impíos eran castigados por el tribunal de la Inquisición. descreido, i
rreligiosocreyente

3. adj. Que es irrespetuoso con las cosas sagradas. irreverente

La carencia de hijos era considerada como una gran desgracia, incluso como un castigo divino.
La mujer, al ser madre de un hijo, era considerada: había dado a su marido el regalo más
precioso.

Persona debidamente consagrada para ministrar en cosas sagradas como mediador entre el
hombre y Dios, y para ofrecer sacrificios por los pecados de los hombres (He. 5:1; 8:1-3; cf v
6)..

http://vidacristiana.com/articulos-de-revista/articulos/1298-los-hijos-de-el

http://charlasbiblicas.blogspot.com/2016/05/el-pecado-de-los-hijos-de-eli.html

https://sermons.faithlife.com/sermons/123268-los-hijos-de-eli-y-samuel-un-contraste

https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=369

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