Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Niveles Neurológicos
Una herramienta poderosa para comprendernos y cambiarnos de forma deliberada y conciente.
Los niveles propuestos por Bateson de abajo para arriba son: Entorno
Entorno,
comportamiento, Capacidad, sistema de valores y creencias, e
identidad. Robert Dilts complementó este trabajo agregándole un nivel
superior, al dividir el nivel de identidad en dos, el de identidad personal
y uno de identidad superior, al que llamo “espiritualidad y propósito”.
Revisemos cada uno de los niveles:
Entorno
Entorno.
Comportamiento.
Capacidad.
Valores y Creencias.
Tanto los valores como las creencias conducen nuestras actitudes y por
tanto tienen un componente emocional, por ejemplo, si alguien que
experimento comer muchas lentejas en las épocas de pobreza
económica de su niñez, es posible que este persona siendo adulto al ver
servido un plato de lentejas, lo perciba o interprete como algo mínimo o
despreciable y no le entusiasme comerlo, así no recuerdo las
circunstancias en que aprendió dicho valor. Alguien puede decir que no
es racista y expresarlo con sinceridad aparente, pero en un bus prefiere
sentarse con la persona de piel blanca. Esto ejemplo nos muestra como
los valores y las creencias trascienden el entendimiento intelectual.
La Identidad.
Se resume con “Quien soy”. Se refiere a “quien creo que soy”, con “que
me identifico”, como “me califico”. Si queremos entender algunas de
nuestras identificaciones pensemos en las cosas que digo de mi o me
califico, por ejemplo, “Soy amigable”, “soy desordenado”, “soy
medico”, “soy fumador”. Estas etiquetas personales confunden la
conducta con la identidad, el hecho que una persona fume, no lo hace
un fumador, ¿Acaso en esencia hay alguien fumador?, ¿Se es fumador o
se cree o asume a si mismo fumador? Robert Dilts y Todd A. Epstein
dicen: “Decirle a alguien “disléxico” se convierte más en una etiqueta
de identidad que en una descripción de su falta de capacidad” (1)
David Puchol nos dice “Es esencial tomar conciencia de que nos
definimos a nosotros mismos no sólo por quiénes somos o por quiénes
creemos que somos, sino también por quiénes no somos. Lo que
podemos o no hacer, lo que nos suponemos capaces de alcanzar (o por lo
que contrario consideramos totalmente fuera de nuestras posibilidades
de actuación), lo que presuponemos como algo posible o imposible en
función de nuestras habilidades y nuestro propio autoconcepto, en raras
ocasiones se encuentra realmente en función de nuestra ‘verdadera’
capacidad o de la ‘realidad objetiva’, sino que se trata de premisas y
presunciones más estrechamente vinculadas o relacionadas con nuestras
propias creencias acerca de quiénes somos y del tipo de capacidades y
habilidades que nos atribuimos de una forma sistemática, coherente y
constante”(2).
Desde el análisis transaccional, para un niño pequeño sus padres son sus
referentes, ellos dan la pauta de cómo “ser” y comportarse. Una madre
que se identifica a si misma “nerviosa” y por ende se comporta como si
lo fuera, es posible que transmita esta identidad a sus hijos.
El tipo de cambio:
Bibliografía:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Página principal
Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)