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192 Disputaciones ntetafisíc.

Aristóteles, en el primer pasaje no pretende un sentido absoluto, es decir, que


infinito en acto pueda convenir de algún modo a la cantidad, sino que habla eli~
sentido condicionado o hipotético: si existe el infinito, debe referirse a la can~;
tidad, pues la razón de infinito ~afirn1a- se vale de la cantidad. Y esto es;
enteramente verdadero; de acuerdo con dicha interpretación podemos tambiéU"
afirmar que, como no es cierto que la cantidad no pueda ser infinita, por est
aquella propiedad se asignaba y concebía en sentido disyuntivo -en cuanto
n1iembro que aludía al infinito- por la no repugnancia de la virtud de la can
tidad como tal, como señaló Santo Tomás en la 1nencionada solución ad 2, al DISPUTACION XLII
decir que el infinito no estaba en contra de la razón de magnitud en general. Ett
cambio, en otro lugar del lib. III de la Física trata Aristóteles simultáneamente;- LA CUALIDAD Y SUS ESPECIES EN GENERAL
de la magnitud, el movimiento y el tiempo, cada uno de los cuales -dice- es:
menester que sea infinito o finito. Sin embargo, según ese pal'ecer no hay repug:.
nancia en que se dé el infinito en acto, al menos en el movimiento y en el tiempo·:-;
y, por ello, al menos por ese motivo pudo usar dicha disyunción. Sin embarg~
hablando en sentido absoluto y en conformidad con la opinión verdadera, tod~ RESUMEN
cuanto, incluso el movirniento y el tiempo, es finito.
18. La figura es una propiedad de la cantidad continua.- Finalmente, a esas, Comienza Suárez esta disputación preguntándose previamente en el .Prólo~o
propiedades pueden agregarse otras que no convienen a la cantidad como tal, sinó-,: r que' se ha de tratar de la cualidad inmediatamente· , l trns de la cantidad
l ' sin
que le convienen, bien a la continua, bien a la discreta, del modo como puede enu:> teponer la relación, orden que emplea a veces Aristote.~s y parece e mas aco-
merarse la figura entre las propiedades de la cantidad continua') aun cuando se· dado. La razón es que se atiende al orden de. perfeccion, .el c~al .e~ mayor en
la coloque en un predicamento propio por incluir una razón especial de acci.;:<- cualidad que en la relación (1). Con referencia a los varios significados, ~es­
dente. Igualmente se atribuye a la cantidad continua que sus partes tengan posi-< , de enumerar algunos (2-3), afirma Suárez que va. a tratar .de la cualidad
ción en el todo, y lo opuesto de esto se atribuye a la cantidad discreta. A ésta\ 'dental (4) y pasa a exponer la división de la disputación, que tiene tres partes
se le atl'ibuye también como propiedad ser par o impar, cosas todas que son claras ___ ~ndamentales:
por lo dicho anteriormente y no necesitan una nueva interpret?ción.
Definición de la cualidad (Sec. l).
Su división y propiedades de ésta (Sec. ll-Vl).
Propiedades de la cualidad (Sec. VII).
attinet, in priori loco non intendit sensum infinitum in actu, saltem in motu et tem-
absolutum, nimirum, quod infinitum in actu pore; et ideo vel ob eam causam potuit ea
possit aliquo modo quantitati convenire; sed ECCIÓN
disiunctione uti. Absolute tamen loquendo,,
. Se trata de averiguar en esta sección si se da una r~zón común de c.ualidad (1),
sub conditione seu ex hypothesi loquitur, si
infinitum est, illud ad quantitatem debere et Ílrn:ta veram sententiam, omne quantum1
etiam motus et tempus, finitum est.
spectare, nam infinití (inquit) ratio quantitate antes de resolver la cuestión refiere varias descripciones .de. la cuali4ad e;i co-
18. Figura est proprietas quantitatis con- ,
uútur. Et hoc verissimum est; iuxta quam
tinuae.- Denique ad has proprietates addi \iín (2-4 ). En la resolución de la cuestión sienta las ~tguientes afzrmacion~s:
interpretationem dicere etiam possumusi quia
non est certum quantitatem non posse esse possunt aliaei quae non conveniunt quanti~ cualidad sirve para modificar intrínsecamente a la sus,tancza en. su ser o en su vir:
infinitam, ideo sub disiunctione proprietatem tati ut sic, sed aut continuae, aut discretae, d activa (5), razón por la cual se dice de modo peculiar que sigu_e a la f?rm,a (6),
illam assignari et intelligi, quantum ad illud ut figura numerari potest inter proprietates _si determina al ser accidental se ha de entender esto .del ser acct~ental .zntrinseco
membrum de infinito, per non repugnantiam quantitatis contínuae, quamvis haec in pro- absoluto (7). Por estas razones, finalmente, se designan las diferencias de las
ex vi quantitatis, ut sic, ut significsvit D. prio praedicamento collocetur, quia includit
Tho1n., in dict. solut. ad 2, dicens infinitum specialem rationem accidentis. Item tribuitur
sas atendiendo a sus cualidades (8).
non esse contra rationem magnitudinis in quantitati continuae, quod partes eius ha~ ,
communi. In alio vero loco 111 Phys., Aristo- beant positionem in tato, cuius oppositum II
teles agit simul de magnitudinc, motu et tribuitur quanrilati discretae. Cui etiam a'S~
tempore, quorum unumquodque, ait, aut in- signatur ut proprietas, quod sit par vel imw (_,- -Entramos a estudiar la división de la cualidad~ y, at~ndi.endo. a las propiedades
finitum, aut finitum esse necesse est. Iuxta
illius autem sententiam non repugnat dari
p1r; quae omnia clara sunt ex superioribus ;::;Je una división perfecta) inquiere Suárez en przm~r ,termino si se trata de una
nec nova indigent interpretatione. división adecuada. Para ello cita los lugares de A ns to teles en qu,e se halla (1) Y
::~_e limita en la presente sección a enunciar las d'ificultades q'!'e podrtan oponerse a la
_-Perfección de la división. Son éstas: 1.ª No todo l~ .que incluye pa;ecen ser cu~­
Jtdades (2) 2 a Los miembros no parecen ser suficientemente distinto~ .entre si,
sino confu; 0 ; y entremezclados (3-4). 3.' La división no f:ª".e_c,e su_ficiente, ya
~Ue hay cualidades que no se incluyen (5-6) .. 4:'. Sobre la div.mon bimembre de
«da parte: 0 son términos sinón!mos o la dtvzs~o:z no es cuatrtmembre (7-8). Las
-,,-_~cciones siguientes irán respondiendo a estas dificultades.
194 Disputaciones metafísi XLII.-Resumen 195

los espíritus no son capaces de todas ellas (11-12). Finalmente se resuelven


SECCIÓN III dificultades que al principio de la sección se propusieron (13-17).
El tema de esta sección es la dificultad primera, es decir: ¿esas especies corn~> VI
pren.den s?lo v~rdaderas cualidades? La respuesta viene dada. ya en el n. J et(_
sentido afirmativo. Con todo, en los nombres de esas especies de cualídad s#X Se refiere a los dos nombres con .que se enuncia:n las cuali~a~es, ~ se pregunta
impone una distinción de significados que pasa a hacer Suárez seguidamente-,: ' dican diferencias esenciales o accidentales (1). Se pueden dI-stingui.r tres f!rupos
Distingue en el hábito el sentido participio! del nominal (2-4), indicando que .,;_ t:piniones: l.ª, enuncian diferencias sólo accidentales (2);, 2.ª, l~s diferencias son
esta sección se toma sólo en sentido nominal. La disposición es el orden de zJ-- ciales (3), y 3.ª, intermedia, que mantiene que las. ~zterencias son en parte
que tiene partes, entendido como la forma de la realidad total; pero como et' ciales y en parte accidentales (4). La segunda optnion se ha de rechazar,
orden puede darse por razón del lugar, de la virtud o potencia o de la formá to que no es universalrnente_ verdadera, ~º1!;º se prueba por el recorrido .Po~­
examina Suárez estos tres miembros, y excluye el primero por pertenecer al sitio~< orizado de todos los casos (o-14). La opinwn del autor es que pueden diferir
y acepta los otros dos, refiriendo el primero a las disposiciones del cuerpo y e-i:_ ncíalmente bajo un significado peculiar y restringido~ .~unque rechaza. el '!1'!ºªº
segundo a las del alma (5-8). Al tratar de la potencia distingue dos sentidos: uno explicación propuesta (15-16); c~n'lfleta ~u. expostcion con la aplzcaczon a
la no repugnancia al ser; otro, un elemento positivo, tomado de tal potencia real: os particulares y la respuesta a ob¡eciones incidentales (17-18).
que es el que pertenece a este predicamento (9-10). Dedica a continuación u~­
breve apartado para la impotencia, haciendo notar que es cualidad en cuanú;Y VII
per se es una clase de potencia destinada a un acto (11-13). Sobre la paslón··
señala dos significados primordiales: el primero, cualquier mutación de una cos;, Bn esta sección, la má.s breve de toda la disputación, s.e ocupa Suárez de l~s
opiedades de la cualidad, puesto que sus causas son las mismas .q1:fe en las demas
y el segundo, la cualidad que se produce por la alteración sensible (14). Termina
lidades y de sus efectos se trató ya al hablar de la causa eficiente ( 1). Sobre
la sección con la figura y la forma. Estos dos términos son sinónimos y propia-:
propiedades pueden hacerse algunas afzt·maciones genera~es para todas . las
mente significan un modo que resulta en el cuerpo por la terminación de la:
cualidades (2 ); así, la primera propiedad, que es la contrariedad, no conviene
magnitud; atiende una dificultad de Soto (15-17) y cierra la sección insistien ·
~íz todas las cualidades en un sentido idéntico; pero de ello se ocupará Suárez. en
en que la división es adecuada y las dificultades nacían de la equivocidad
términos (18). ~ótras disputaciones (3). La segunda propiedad es la intensidad; tampoco conviene
· todas, y como su explicación requiere el conocimient.o de la. naturaleza .de la
tensidad, lo remite .a la disputación XLVI (4). Por últim.o, la tercera pmpiedad,
SECCIÓN IV
es la semejanza; 'su explicación se dio al tratar de la igualdad cuantitativa, ya
Va a exaniinar Suárez en esta sección si las cuatro especies de cualidad sat{ las razones son las mismas (5J.
distintas entre sí. La respuesta es que lo son, tanto en su realidad como en su--
razón formal (1). Comienza a probarlo enfrentándose con las opiniones adversas,-
que son dos: la primera afirma que la distinción de las cualidades se limita a su·
aspecto formal, pero no real (2), opinión que rechaza a continuación (3); la s~-:
gunda afirma que no se trata de la división de un género en sus especies, sino de
un sujeto en sus accidentes (4), y la rechaza con mayor facilidad. Enuncia lti
solución con tres afirmaciones: l.ª, el género de la cualidad puede tener especies'
esencialmente diversas; 2.ª, las diferencias esenciales de las cualidades se distin ..
guen no sólo conceptual, sino realmente; 3.ª, la división de la cualidad tal como'
se propuso, puede explicarse perfectamente de ese modo (5-6). Responde a conti-
nuación a las dificultades, y dedz'ca atención particular a la segunda, que esclarece
con toda amplitud (7-17). Cierra la sección con la resolución de los casos particu-.
lares que va proponiendo como especialmente difíciles (18-24).

SECCIÓN V

Trata de la suficiencia de la división en cuatro especies y, después de ex- ""


poner el texto de Aristóteles que suscita la duda (1), enuncia la solución en sentido
afirmativo (2). Propone cuatro razones de suficiencia (3-8), y acepta la cuarta por
estar tomada de las diferencias más intrínsecas y diversas que podemos concebir.
Pasa a dar la razón del orden de las especies de la cualidad, que se funda en sll
mayor perfección y utilidad (9), pero podría atenderse igualmente a la dignidad.
de los sujetos (10). Las cualidades enumeradas se hallan sólo en los cuerpos, ya
DISPUTACION XLII
LA CUALIDAD Y SUS ESPECIES EN GENERAL

1. Por qué la consideración de la cualidad es inmediata al tratado de la canti-


. - Diversas significaciones de la palabra cualidad.- Aunque en la Dialéctica
istóteles, al seguir el orden de los predicamentos, trató antes de la relación
aliquid) que de la cualidad, tal vez porque el predicamento ad aliquid es en
Cierto modo más general, pues conviene de alguna manera a todos los demás
entes, sin embargo en el lib. V de la Metafísica cambió el orden y puso el tratado
e la cualidad primero, y después el de la relación, orden que está más conforme
'JColl la perfección de las realidades, pues la cualidad supera mucho a la relación
''\tm cuanto a su perfección. Y en el mismo pasaje, en el c. 14, enumera el mismo
:,--Aristóteles varias significaciones de esta palabra cualidad, entre las cuales -como
dice allí mismo- hay dos principales: una es aquella por la que la diferencia esen-
--;:0Cial suele llamarse cualidad; en ese sentido dijo Porfirio que la diferencia se
ºpredica in quale, y lo explica Aristóteles por el modo de interrogar y responder,
pues al que pregunta qué clase de animal es el hombre se le suele responder
:_:éJ.ue es racional.
\ 2. La otra significación de esta palabra es aquella con que se señala un"
.-modificación accidental de una cosa. Y, atendiendo a estas dos significaciones, no
;,hay ninguna duda de que esta palabra es análoga. Y aunque, si nos fijamos en Ja
'.'/'.realidad significada, tiene más importancia la diferencia esencial, sin embargo el
",nombre de cualidad parece que se ha impuesto preferentemente para significar
\una afección y determinación accidental, y que después, por proporcionalidad, se

D!SPUTATIO XLII huius vocis, qualitas, piures significationes·.


recenset idem Aristoteles, inter quas (ut ibi-
Dli QUALITATE ET SPECIBBUS Eros dem dicit) duae sunt praecipuae : una est,
IN COJIAMUNI qua solet differentia essentialis qualitas ap-
pellari; quo modo dixit Porphyrius differen-
Qualitatis consideratio cur únrnediata tiam praedicari in quale, et Aristoteles ex
'tractationi de quantitate.- Variae significa- modo interrogandi et respondendi id decla-
,, tiones vocis qualitas.- Quarnvis Aristoteles rat, nam interroganti quale animal sit horno,
'in Dialectica in orcline praedicamentorum responderi solet esse ratíonale.
prius de ad aliquid quam de qualitate dis- 2. Alia huius vocis significatio est, qua
seruerit, fortasse quia praedicarnentum ad significat accidentalem rei affectionem. Et
.alz'quid quodarnmodo generalius est~ nam secundum has duas significationes, dubium
omnibus aliis entibus aliquo modo accidit, in non est quin haec vox analoga sit. Et quam-
V tamen Metaph. ordinem commutavit, prius quam quoad rem significatam essentialis dif-
de qualitate) et postea de relatione disputaos, ferentia praecipua sit, tamen nomen quali-
qui ordo est magis consentaneus perfectioni tatis per prius videtur impositum ad signifi-
rerum, narn qualitas relationem longe in per- candam accidentalem affectionem et deter-
fectione superat. Atque eodem loco, c. 14, minationern, et deinde per proportionalitatern
-----------... .........---------- ----------

199

pecies 0 propiedades que encierran mayor dificultad y participan propiamente


~a trasladado a significar la diferencia, ~n cua~1to es una. forma del género y está' e la abstracción metafísica.
fuera de s~ concepto; .en efecto, la d1ferenc1a no se dice que es una cualidad
de la especie que constituye, sino del género al cual contrae; y por eso Arist, <
t~les no. dice que a la pregunta "cómo es el hombre" se responda por llledio de
d1ferenc1a del hombre, sino a la pregunta "qué clase de animal es el hombre'iª
r SECCION PRIMERA
porque, respecto del género, se comporta con10 una cualidad. > RAZÓN COMÚN O MODO ESENCIAL DE LA CUALIDAD
3. . Por ello suele emplearse también esta palabra para significar la forma
sustancial, no. sólo en Platón, en el Timeo, sino también en Aristóteles, en el IV 1. Se expone la razón de la dificultad.- Ciertamente es difícil exponer en
de l~ Metafísica, c. 5, donde a la materia prima la llama cantidad, y a la form eral en qué consiste ese modo y cuasi diferencia que contrae o determina al
ci:ahdad, en cuanto modifica y determina a la materia. Más todavía, en los Pr~ idente en común al ser de la cualidad y la distingue de los demás géneros de
dicamentos, en el c. sobre la Sustancia, y en el lib. VII de la Metafísica, c. 3, 'dentes. Por eso Aristóteles, en el lib. V de la Metafísica, no emplea ninguna
parece que llama a la cualidad sustancia segunda respecto de la primera, en cuanto .. nición común de él; en cambio, en los Predicamentos: Llamo cualidad -dice-
afirma que la s,ustancia segunda significa la esencia cualificada, concretamente, por..·.:;;.; lo por lo que algunos se llaman cuales, definición que, aunque por esa razón
que la sustancia segunda se comporta de algún modo con la primera a manera.:;.· ca esencial, ya que viene dada por la relación al efecto formal, al que toda
de forma. a se ordena esencialmente, sin embargo, en lo que a nosotros se refiere, la
4. Omitiendo, pues, todos esos significados analógicos, aquí se trata sola... 6n propia de la cualidad se nos queda igualmente oscura. De la m~sma manera
mente de la cualidad accidental. Pero hay que considerar además que a veces a,. e si se definiese la cantidad como aquello por lo que somos denominados cuan-
cualquier accidente se le llama cualidad de aquella realidad a la que sobreviene: .s aun cuando confusamente quedaría indicado el efecto y la denominación de
en ese sentido dice Porfirio en el c. de Gener., que todos los accidentes se pre- :1~. ~antidad, sin embargo permanecería igualmente d7sconocido lo que en ~o~otros
dican en quale quid, es decir, cor.no algo cualificado, pues en ese sentido hay.,-.· ::.es .ser cuanto o lo que la cantidad confiere a la real~dad cuanta. Por co~s1gu1ente,
que explicar la partícula quid tomada con esa amplitud. Sin embargo, también, \le la misma 1nanera en el caso presente, permanece igualmente desconocido lo que
esa significación es muy análoga, en cuanto que todo accidente es .una cierta :, .·:-es ser cual o el modo peculiar de modificación que se expresa mediante esta
afección, modo y determinación de su sujeto, y algo ajeno a su concepto. No 'palabra. En efecto, al que pregunte qué ~s ~ual se le respondería adecuadamente
obstante, los demás accidentes de los otros predicamentos tienen modos peculiares ,9ue es aquell? que está afectado o ~onstitu1do por la cua!tdad; sin embargo, st
de afectar a la sustancia, y, de acuerdo con ellos, son designados con sus propios' ~or otro camino no se supo~e conoc:do lo que es la cualidad, to.d~. el probl7ma
nombres; en cambio, el nombre de la cualidad en su significación más propia · c·guedará igualmente desconocido. Agreguese que a veces es muy dif1c1l determn;ar
se usó para significar un cierto género de accidentes que posee un modo deter- ·. .Si con una denominación queda cualificada una cosa o no, como cuando se dice
minado de afectar a la sustancia de distinta clase que los demás géneros de acci., <::~í hombre amante o vidente; pero es incierto si esa denominación es de tipo
dentes, y acerca de la cualidad concebida de esta manera se establece la presente ~·'.:'.liualitativo o de otra naturaleza; y cuando una cosa se dice sabia, esa denomina-
disputación. Sobre la cualidad hay que investigar, en primer lugar, qué es y qué . 'ción se tiene por cualidad en la criatura, pero no en el creador. Igualmente,
especies o propiedades tiene. Después hay que tratar en particnlar de algunas . ::cuando una cosa se dice blanca, es una denominación cualitativa; por tanto, ¿por

translatum ad significandam differentiam, qualitate accidentali. Est autem ulterius con-


quatenus est forma generis, et extra rationem siderandum, interdum omne accidens vocari :';'.:.:qúae miorem difficultatem continent et meta- ratio qualitatis. Sícut si definiretur quantitas
eius; non enim dicitur differentia qualitas qualitatem eius rei cuí accidit; qua modo ; ·:physicam abstractionem propríe participant, esse a qua dicimur quanti, licet confuse in-
speciei quam constituit, sed generis quod Porphyr., in c. de Gener., dicit accidentia disserendum est. dicaretur effectus et denon1inatio quantítatis,
contrahit; et ideo Aristoteles non ait ad in- omnía praedicari in quale quid, id est, in tamen aeque ignotum maneret quid in nobis
terrogationem qualis sit horno responded per quoddam quale; ita enim exponenda est illa SECTIO PRIMA sit esse quantum, vel quid conferat quantitas
differentiam hominis, sed ad interrogationem partícula quid, in ea generalitate sumpta. Q'UAE SIT COMMUNIS RATIO, SEU ESSENTIALIS
reí quantae. Ita ergo in praesenti, aeque
quale animal sit horno, quia respectu generis Tamen haec etíam significatio est valde ana- MODUS QUALITATIS
ignotum manet quid sit esse quale, seu quis
se habet ut qualitas. loga, quatenus omne accidens est quaedam peculiaris modus affectionis per hanc vocem
3, Unde etiam solet haec vox usurpari ad affectio, modus ac determinatio sui subiecti 1, Ratio difficultatis aperitur.- Difficile explicetur. Percontanti enim quid sit quale,
signíficandam formam substantialem, non so- et extra rationem eius. Tamen caetera acci- ;..,_:•:n:!J\'.lem est in communi exponere in quo bene etiam respondebitut' esse id quod qua-
1um apud Platoncm, Íi.1 Timaeo, sed erian1 dentia aliorum praedicamentorum habent p·é:.; . . ·c:onsistat ille modus et quasi differentia con- litate affectum vel constitutum est; tamen
apud Aristotelem, IV Metaph., c. 5, ubi ma- culiares modos afficiendi substantiam, et iux- ·.rrahens seu determinans accidens in commu- nisi · alia via supponatur ut notum quid sit
teriam primam quantitatem. formam vero ta eos propriis nominibus appellantur; no- 'ní ad esse qualitatis et -distinguens illam a qualitas, to ta res aeque ignota relinquetur.
qualitatem appellat, quatenus materiam affi- men vero qualitatis in significatione propriis- · ·.caeteris generibus accidentium. Unde Arista- Adde interdum obscurissímum esse discerne-
cit et determinat. Quin etiam in Praedícam., sima usurpatum est ad significandum quod- .. ·..teles, in V Metaph., nullam eius communem re an res denominetur qualis, necne, aliqua
t. de Substant., et VII Metaph., c. 3, se- dam genus accidentium habens determinatum · ··.définitionem adhibet; in Praedic. vero: Qua- denominatione; ut dicitur horno amans aut
cundam substantiam qualitatem appellare vi- modum afficiendi substantiam, alterius ratio- litatem (inquit) dico, qua quales quidam di- videns; incertum autem est an illa denomi-
detur respectu primae, ·quatenus ait secun- nis a caeteris generibus accidentium, et de cuntur. Quae definitio, licet ea ratione es- na tío sit qualis, vel alterius rationis; cum
dam substantiam quale quid significare, ni- qualitate hoc modo sumpta instituitur prae.- sentialis videatur, quod detur per habitudi- autem res dícitur sapiens, in creatura cen-
mirum, quia secunda substantia aliquo modo sens disputatio. De qua primum in genere netn ad effectum formalem quem omnis for- setur denominatio qualis, non vero in crea-
comparatur ad primam per modum formae. ínquirendum est quid sit et quas species vel ,·.ma essentialiter respicit, tamen quod ad nos tore. Item cum res dicitur alba, est denomi-
4. Omissis vero his omnibus analogicis proprietates habeat. Deinde vero in particu- spectat, aeque obscura nobis manet propria natio qualis; cur ergo non eadem erit cum
5Ígnificationibus, hic tantum est sermo de lari de nonnullis speciebus vel proprietatibus
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qué no ha de serlo también cuando se dice blanqueada?, ¿qué razón se pu
dar de esa diferencia? de la sustancia, así aquello según lo cual queda determinada la potencia del
'jeto en cuanto a su ser accidental se llama cualidad accidental. De ello parece
Varias descripciones de la cualidad en común erir Santo Tomás esta razóñ común de cualidad: La cualidad es un modo o
terminación del sujeto según su ser accidental. Pero inmediatamente se presenta
2. , Por tai;to, ha ha~ido quienes h~n intentado explicar de varios modos algu". objeción, porque, cuando se llama a la cualidad modo de la sustancia, si el
na razon comun de cualidad; y en primer lugar suele decirse que la cualidad · odo se toma con aquel rigor con que se distingue de la propia entidad acciden-
u~ a~cidente, absoluto que sigue a la forma. Esta razón puede tomarse de la suf~ ·áI, la proposición es falsa, pues consta que muchas, o casi todas las cualidades,
c1ei;c1a comun de lo~ pred1cam.ent~s accidentales; en la cual se supone que e}:, _son entidades propias que modifican a la sustancia; en cambio, si se toma más
a~c1dente a.bsoluto e inherente intr1nsecamente, st resulta de la materia, es can..:_-:: 11111pliamente (como en realidad se toma), en cuanto forma determinativa de la
t1dad, y s1 resulta de la forma, es cualidad, como se ve en Santo Tom • -\ ;i!apacidad del sujeto, en este sentido dicha definición no conviene solamente a
V Meta~h., lec. 9, y III Phys., lec. 5, y III, q. 77, a. 2, e In IV, dist. 12, q. ~'f' J!t cualidad, sino también a la cantidad; más aún, incluso a los restantes acciden-
y alli mismo, en Escoto, en la q. 2, y en otros autores con frecuencia. Pero en: s, sobre todo a los que inhieren de modo propio; pues también la cantidad
contra de esto puede objetarse que también la acción sigue a la forma. Pe :.; determina al sujeto según su ser accidental, y lo mismo la pasión, el donde y el
est o no. es un argumento serio, .
porque 1a acción
. no sigue
. r<r
a· la forma como inhe-z,:;: -sítio. Previendo esta objeción, Cayetano afirma que en ese pasaje tales palabras
rente, .smo como eman3?-te; la cualidad, en cambio, se dice que sigue a la form~{-:::. :tto se han de tomar en un sentido universal, sino limitado, ya que no se habla
como mherente en la rmsma, o en el compuesto de ella, en cuanto tal. Más parece--: ·. de una determinación accidental de modo absoluto, sino de aquella que tomó
oponerse el hecho de que hay algunas cualidades que no se siguen de la forma, sino :'.-'~para sí el nombre común de diferencia accidental, concretamente de cualidad.
de la materia, como la figura; otras, que no resultan ni de la materia ni de Ja<: '-:pero esto mismo es lo que preguntan1os: cuál es esa determinación que se indica
forma, ~orno, por ejemplo, la luz del ~ire. Finalmente hay otros accidentes que _: con dicho nombre. Y tampoco aquello de la diferencia accidental es universal, pues
ac?mpanan ~ la ~orma ,ue no s?1:1 cualidades, coi:io el lugar natural, y el movi.J'. ,a veces la diferencia accidental puede tomarse de la acción o de la pasión.
fillento en d1recc1ón a el, y el s1t10; y muchos piensan también que la cantidad 4. Opinión de algunos.- Otros, por consiguiente, piensan que no podemos
resulta de la forma, y al menos en cuanto al límite de su grandeza o pequeñez es- explicar esta razón común por una diferencia positiva, por no conocer la razón
claro, sobre todo en los vivientes. ' :'.- ___ propia de cualidad, pero que podemos expresarla por una negación, a la manera
3. Segunda descripción de la cualidad.- Otros afirman que la cualidad es un como dijo Aristóteles en este capítulo, que absolutamente todo lo que hay en la
modo de la sustancia que determina su potencia respecto de un ser accidental: Sustancia que no es cantidad es cualidad; pues, aunque él hable especialmente
peculiar. Esta opinión está tomada de Santo Tomás, I-II, q. 49, a. 2, donde se de los números, nosotros podernos extenderlo a todas las cuaiidades de la sustan-
expresa así: Propiamente, la cualidad importa un cierto modo de la sustancia· ·: cía, sobreentendiendo que todo lo absoluto que hay en la sustancia concebida en
pero el modo -como atestigua San Agustín- es lo que la medida determina'~ ,Sí y en su ser quieto y perfecto es cualidad, para que queden excluidas así tanto
por lo cual importa una cierta determinación en algún orden de medida· y pof<- :=:·:-:-_>13s relaciones como todos los predicamentos últimos. Y esta es una exposición
eso, de la »'!isma manera que aquello seg~n lo cual queda determinada la Pot~ncia •• probable.
de la materia en cuanto a su ser sustancial se llama cualidad, que es una difereh-
:'.:',l:'.\'--_rentia substantiae, ita id secundum quod de- sed de illa quae com1nune nomen acciden-
dicitur dealbata? aut quae potest huius tei nus tale est. Magis videtur obstare quia quae- terminatur potentia subiecti secundum esse talis dijfereníiae, qualitatem, scilicet, sibi
differentia assignari? dam sunt qualitates quae non consequuntm: :, (fCcidentale dicitur qualitas accidenta lis. Unde usurpavit: Sed hoc ipsum est quod inquiri-
formam, s~d materiam, ut figura; aliae, quae ,: videtur D. Thomas hanc communem ratio- mus, quaenam sit illa determinatio quae illo
Variae descriptiones qualitatis nec matenam nec formam consequuntur~ ut, :nem qualitatis colligere: Qualitas est 1nodus nomine significatur. Neque illud de acciden-
in communi lumen aeris, verbi gratia. Alia denique sunt seu determinatio subiecti secundum esse ac- tali differentia est universale, nam interdum
2. Aliqui ergo conati sunt communem accidentia comitantia formam, quae non sunt 'ct'dentale. Statim vero sese offert obiectio, potest accidentalis differentia sumi ex actio-
aliquam rationem qualitatis declarare variis qualitates, ut naturalis locus, et motus ín quia cum dicitur qualitas modus substantiae, ne vel passione.
modis, et primo dici solet qualitatem esse illum, et situs; et multi etiam putant quan- si modus sumatur in eo rigore in quo a pro- 4. Aliquorum sententia.- A1ii ergo pu-
accidens absolutum consequens fonnam. titatem sequi formam, et saltem quoad ter- pria entitate accidentali distinguitur, falsa est tant hanc communem rationem non posse a
Quae ratio sumi potest ex communi suffi- minum magnitudinis seu parvitatis id est cla.. assumptio; nam constat plures aut fere omnes nobis explicari per positivam differentiam,
cientia praedicamentorum accidentium, in rum, praesertim in· viventibus. qualitates esse proprias entitates afficien- quia non cognoscimus propriam rationem
qua supponittur accidens absoluturn et ir1- 3. Secunda qualitatis descriptio.- Aiü ·d¡:::-,., te-s- substantiam; si vero sumatur latius (ut qualitatis, sed per negatíonem posse decla-
trinsece inhaerens, si consequatur materiam, cunt qualitatem esse modum substantiae de- revera sumitur) pro forma determinante ca- rari ad eum modum qua Aristoteles in hoc
esse quantitatem, si formam, esse qualitatem, terminantem potentiam eius ad peculiare esse , pacitatem subiecti, sic definitio illa non soli capite dixit omnino id quod praeter quan-
ut patet ex D. T4oma, V Metaph., lect. 9, accidentale. Haec sententia sumitur ex D. qualitati, sed etiam quantitati convenir; im- titate1n in substantia inest esse qualitatem;
et III Phys., lect. 5, et III, q. 77, a. 2, et Thoma, I-II, q. 49, a. 2, ubi sic ait: Propríe mo et caeteris accidentibus, praesertim pro- quamvis enim ille de numeris specialiter lo-
In IV, dist. 12, q. 2; et ibi Scoto, q. 2, et aliis qualitas importat quemdam modum substan- prie inhaerentibus; nam etiam quantitas de- quatur, nos id possu1nus extendere ad omnes
auctoribus frequenter. Sed contra hoc obiici tiae; modus autem, teste Augustino, est quem terminat subiectum secundum esse acciden- substantiae qualitates, subintelligendo omne
potest quia etiam actio sequitur. formam. mensura praefigit; unde importat quamdam ~ale, et passio, et ubi, et situs. Quam ob- id absolutum quod inest in substantia se-
Hoc tamen non multum urget, quia actio non determinationem secundum aliquam mensú- Iectionern videns Caietanus, super dictum cundum se, et in esse quieto et perfecto, esse
sequitur formam ut inhaerens, sed ut ema- ram; et ideo sicut id secundum quod deter- Jocum inquit illa verba non esse universali- qualitatem, ut ita excludantur tam relationes,
nans; qualitas autem dicitur sequi formam ut minatur potentia materiae secundum essi , tet sumenda, sed limitate, quia non est ser- quam omnia ultima praedicamenta. Atque
inhaerens ipsi vel composito ex ipsa .quate- substantiale dicitur qualitas quae est di/Je- mo de determinatione accidentali absolute, haec expositio probabilis est.

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202 Disputaciones ¡ putación XLil.-Sección l
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a y otra perfección, sigue a la forma, ya sea por dimanación, ya por cierta
Resolución de la cuestión proporción conveniente. Y no importa que algunas cualidades no sean convenientes
5. Pero podemos explicar más este punto diciendo que, como todos los acci..- tira determinados sujetos, pues-existen en ellos per accidens; sin embargo, están
dentes son de alguna. manera modificaciones de la sustancia y se le añaden :fnstituida~ per se para completar la ,perfecció~ de alguna ~ust::incia. ~or lo cual)
por razón de alguna imperfección de ésta, o para suplir algún defecto suyo, la -:f:::irnbién la figu~a, aun. cuando, segun su entidad y capacidad material, parez~a
cualidad dentro de este género presenta esta peculiaridad, que ha sido instituida !seguir a la cantidad, sm embargo, en cuanto se refiere al ornato de la sustancia
esencial y prirnaria1nente para ornamento intrínseco y para perfección de la sus- y puede de alguna manera servir para las acciones o movimientos naturales, sigue
tancia, con el fin de que esté modificada convenientemente en su ser o en su -~- la forma. En carnbio, la cantidad se dice que sigue a la 1nateria por una razón
virtud activa. En efecto, la cantidad ha sido dada a la sustancia corpórea para este -particula~·,, ya que la materia es la primera raíz de e~a masa c~rpórea, a cuya
efecto peculiar, que es tener masa corpórea y extensión e impenetr~bilidad de constituc1on o complemento se ordena de modo peculiar la cantidad.
partes. Las relaciones, en cambio (si es que son algo), no se pretenden por sí, sino 7. Además, de acuerdo con esta razón peculiar hay que entender lo que se
que resultan, ya que consisten en una mera referencia. Igualmente, la acción y la -;-dice de que la cualidad es el modo de la sustancia que deter1nina a la potencia
pasión son únicamente vías para un término, y la acción, como acción, tiene de ésta a algún ser accidental según la medida conveniente. Se ha de entender, en
razón de accidente con suma impropiedad; la pasión, por su parte, ·no es tanto erecto, sobre el ser accidental intrínseco y absoluto y esencialmente ordenado a com-
una perfección cu~nto una vía para la perfección de la sustancia. Sin embargo >pletar la perfección for111al -por decirlo así- de la sustancia rnisma. Y por la
los cuatro restantes predicamentos, o son accidentes impropiamente, que más qu; : ínisma causa se ha atribuido a este accidente el nombre de cualid2d por antonoma-
perfeccionar a la sustancia se añaden a ella, o si alguno es intrínseco, como el sía, porque suele llamarse cualidad toda realidad que n1odifica o determina a otra a
donde, es solamente un cierto modo que sigue a la limitación de aquélla, más ;--_n:ianera de acto o de forma, y tomada absolutamente expresa algo fuera de la sus-
bien que algo que se le añada para completar su perfección. Por consiguiente, la :'-< ta'ncia de la cosa modificando a aquélla, y, por lo mismo, se ha atribuido por una
cualidad parece ser un accidente absoluto, añadido a la sustancia creada para · · razón peculiar dicho nombre a este género de accidentes, porque tiene por su
completar su perfección, tanto en orden a existir corno a obrar, pues, coffio la ',---propio concepto esta función peculiar, tal como se ha explicado.
sustancia creada es inuy limitada) no puede tener por sí misma complemento de B. Y de la misma raíz nace que todas las diferencias de las cosas que no
perfección. Por consiguiente, la cualidad se ha instituido primariamente con este pueden atribuirse en virtud de la propia esencia se atribuyan normalmente en
fin, y, por ello, por razón de su género es el más perfecto de todos los accidentes, , virtud de las cualidades, pues son éstas las que de algún n1odo completan en su
y acon1paña a la sustancia creada por el hecho mismo de ser tal, y no solamente en ser perfecto a las realidades creadas. Y, aunque a veces esas d.iferencias acciden-
cuanto a alguna razón peculiar. tales se to1nen de los efectos o de las acciones, esto ocurre sólo en cuanto con
6. Con esto puede también explicarse rectamente por qué la cualidad, de un -ellos se indican las diversas propiedades o cualidades de las cosas. Finahnente,
modo peculiar, se dice que sigue a la forma: en efecto, como es la forma la que_ si consideramos la variedad casi infinita de cualidades, de cuya conveniencia se
completa y perfecciona la esencia de la cosa y le confiere la principal virtud de abstraer el género comunísimo de la cualidad, comprenderemos fáciln1ente,
activa, se dice por este motivo que la cualidad, que se une para complemento de según creo, que no podemos explicar de otro modo en qué consiste esta conve-
Quaestionis resolutio improprie accidentia, adiacentia potius quam
perficientia substantiam, vel si aliquod est in-
5, Possumus autem arnplius rem hanc trinsecum I, ut ubi, solum est modus quidam dicitur consequi formam, sive per dimanatio- nis formdi;; (ut ;;ic dicam) ipsius substan-
declarare dicendo, cum omnia accidentia sint consequens limitationem eius, potius quarn nem, sive per quamdam convenientem pro- tiac. Et ob eamdem causJn1 huic nccidenti
aliquo modo affectiones substantiae eique aliquid ei additum ad consummandam per- portionem. Nec refert quod aliquae qualita- per antonornasiam tributun1 est nomen qua-
adiungantur ob aliquam eius imperfectionem fectionem eius. Qualitas ergo esse videtur res sint disconvenientes aliquibus subiectis, litatis. Na1n qualitas dici solet omnis res
vel ad supplendum aliquem defectum eius, accidens quoddam absolutum, adiunctum nam per accidens in eis existunt; per se quae per modum actus et formae aliam af-
qualitatem in hoc genere hoc habere pecu- substantiae creatae ad complementum per- ;i.utem institutae sunt ad complendam per- ficit vel determinar, et simpliciter dicta ex-
liare, quod per se primo instituta est ad or- fectionis eius, tam in existendo quam in fectiúnem alicuius substantiae. Unde etiam plicat aliquid extra substantiam rei~ illam
nandam intrinsece et perficiendam substan- agenda. Nam quia substantia creata valde figura, licet secundum rnateriale1n capacita- modificans, et ideo peculiari ratione tributum
tiam, ut convenienter affecta sit in suo esse limitata est, non potest per seipsam habere tem et entitatem videatur consequi quanti- est hoc nomen huic. generi accidentium, quod
vel in virtute agendi. Quantitas enim data complcmentum perfectionis. Ad hunc ergo t_atem, tamen quatenus pertinet ad ornarnen- ex sua Íatione habet hoc peculiare munus,
est subst<1ntiae corporeae ad hunc peculiarem finem primario instituta est qualitas, et ideo tum substantiae et aliquo n1odo deservire prout declaratum est.
effectum, qui est habere molero corpoream ex suo genere est perfectissimum omniurn-~-·­ potest ad actiones vel naturales mntus, for- 8. Et ex eadem radicc provcnit ut omncs
et extensionem ac impenetrabilitatem par- accidentium, comitaturque substantiam crea- inam consequitur. Quantitas vero peculiari differentiae rerum quae per propriam essenn
tium. Relationes vero (si quid sunt) non per tam, hoc ipso quod talis est, et non tantum ratione dicitur consequi materiam, quia ma- tiam assignari non possunt, per qualitates
se intenduntur, sed resultant, quia in sola secundum aliquam peculiarem rationem. teria est prima radix huius molis corporeae, regulariter assignentur; nam hae sunt qua.e
habitudine consistunt, Actio item et passio, 6. Hinc etiam recte exponi potest cur ad quam constituendam vel complendam pe- quodammodo complent res creatas in suo es-
solum sunt viae ad terminum, et actio, ut qualitas peculiari ratione dicatur consequi culiari modo quantitas ordinatur. se perfecto. Et quamvis interdum huiusmocli
actio, impropriissimam habet rationem acci- formam : nam quia forma est quae complet 7. Rursus iuxta hanc peculiarem rationem accidentales differentiae ex effectibus vel
dentis; passio vero non tam est perfectio ac perficit essentiam rei et confert principa- intelligendum est cum dicitur qualitas esse actionibus sumantur, id solum est in quan-
quam via ad perfectionem substantiae. Reli- lem vim agendi, ideo qualitas quae adiungi- substantiae determinans potentiam tum )lis diversae rerum qualitates aut pro-
qua vero quatuor praedicamenta, vel sunt tur ad complementum utriusque perfectionis1 e¡us ad aliquod esse accidentale secundum prietates indicantur. Denique, si paene infi-
debitam mensuram. Intelligendum est enim nitam qualitatum varietatem consideremus,
1 En otras ediciones extrinsecum, a nuestro juicio menos acorde con el pensamiento de de esse accidentali intrínseco et absoluto et ex quarum convenientia communissimum ge-
Suárez. (N. de los EE.) per se ordinato ad complementum perfectio- nus qualitatis abstrahendurn est, facile, ut
Disputaciones metafísic 'sputación XLll.-Sección Il 205

niencia tan general. Por tanto, la razón común de la cualidad ha sido siernp · .·
explic~da de este modo, y los demás modos de explicar esto han quedado e r~ Dificultad primera, sobre la amplitud de la división
apnornzados de tal forma que no surge en esta exposición ninguna nueva dff~
cultad. · z. .En esta división se ofrecen cuatro dificultades principales. La primera es
)<ue en dichos miembros o términos parecen abarcarse muchas cosas que no son
SECCION lI ·~alidades .. ~n efecto, el hábit?. se die~ _que constituye un predicamento. especial;
Íil. disposic10?. pertenece tamb1en . al s1t~o, ~u~,s estar. sentado o. de pie es ~na
¿Es ADECUADA Y COMPLETA LA DIVISIÓN DE LA CUALIDAD EN CUATRO ~lerta dispos1c1on del cuerpo. Y s1 la d1spos1c1on se dtce en sentido comparativo,
ESPECIES? cuanto una cosa dispone para otra, también así la cantidad es una disposición
la materia para recibir la forma u otros .accidentes; y la acción u operación es
1. Aristóteles, al dividir tácitamente la cualidad en los Predicamentos, enu- na disposición para la virtud, o un movimiento para la salud, o una pasión para
mera cuatro especies de ella, cada una de las cuales es bimembre, o sea que a corrupción. Además, la potencia, si se toma como pasiva, es indiferente para la
constituye un binomio, a saber, hábito y disposición, potencia e impotencia 'natu~ Sústancia, para la cantidad, etc.; es más, muchos dicen que se distribuye entre
ral, pasión y cualidad pasiva, figura y forma. Sin embargo, en el lib. V de la todos los géneros, de tal manera que en cada uno exista una propia potencia pasiva
Metafísica, c. 14, propone la división de un modo más oscuro, ya que parece torrespondiente a su propio acto. En cambio, si se toma como virtud activa,
haber omitido la potencia e impotencia natural, a no ser que entendamos que también la sustancia es por sí misma una potencia para obrar, como se dijo cuando
quedan comprendidas bajo la virtud de operar bien o mal. E igualmente explica :~e trató de la causa eficiente. La impotencia, por su parte, al ser una cierta pri-
la figura solamente en el caso de los números y la atribuye especialmente a las :Yación, no hay razón para enumerarla entre las cualidades. Además, la pasión cons. .
realidades inmóviles, es decir, matemáticas. Y, por último, la acepción de cualidad . ·f.ituye un predicamento propio distinto de la cualidad; porque, si no se toma como
la restringe más bien a la significación que se aplica sobre la diferencia sustancial
en lo cual o bien se expresa de acuerdo con el dogma pitagórico de que I~
r. ~1 proceso mismo, sino como el término de la pasión, no sólo será pasión la
' cualidad, sino también la cantidad y el donde, ya que se producen por medio
realidades matemáticas estén realmente separadas y sean inmóviles, o al menos .de pasiones físicas. Y qué es le que añade la cualidad pasiva sobre la razón
trata de esas cosas tal como las consideran los matemáticos, que tratan de ellas ::.común de cualidad es algo muy oscuro. Y no es menos recóndito lo que en la
como si fuesen sustancias y conciben estas cualidades como diferencias sustanciales :··.Cuarta especie se significa con el nombre de forma, ya que esta palabra no sólo
de ellas, tal como lo interpreta Santo Tomás. Por consiguiente, la división pro~ común a todas las cualidades, sino también a los accidentes y a las formas sus-
puesta en los Predi'camentos es más clara y, por lo n1ismo, es la más comúnmente Finalmente, la figura, como solamente es un cierto tétmino de la canti-
admitida; por ello es la que tenemos que explicar. En su exposición abordaremos y un modo suyo, parece que se ha de reducir más bien a la cantidad.
aquí los puntos que pueden resolverse brevemente, tanto en común como en parti-
cular; y reservaremos para sus propias disputaciones algunos otros que requieren una Dificultad segunda, acerca de la distinción de esos miembros
explicación más detenida.
3. La segunda dificultad es que estos mismos miembros, en cuanto pueden
e pertene<:er a la cualidad, no parece que sean suficientemente distintos entre sí, sino
existimo, intelligemus non posse a nobis ali- operandi con1prehendisse intelligamus. Figu-
ter declarad in quo illa generalissima con- ram etiam in numeris tantum explicat, et Prima difficultas de amplitudine de causa efficienti dictum est. Impotentia
venientia consistat. Est ergo utcumque ex- rebus irnmobilibus, id est, rnathematicis, spe- divisionis vero, cum sit privatio quaedam, immerito
plicata hoc modo communis ratio qualitatis, cialiter illam attribuit. Ac denique illam qua- inter qualitates numeratur. Praeterea passio
et alii modi hoc explicandi fere ita sunt in litatis acceptionem revocat potius ad eam Quatuor autem praecipuae difficultates proprium praedicamentum a qualitate distin-
concordiam redacti, ut nova difficultas in significationen1 quae dicitur de differentia hac divisione occurrunt. Prima est quia ctum constituit; quod si non pro ipsa via,
bac declaratione non occurrat. substantiali. In quo vel loquitur 1uxta dogma multae res sub illis membris seu terminis sed pro termino passionis sumatur, non so-
pythagoricum, quod res mathematícae sint comprehendi videntur quae qualitates non lum qualitas, sed etiam quantitas et ubi,
SECTIO !! reipsa separatae et immobiles, vel certe Jo- sunt. Nam habitus speciale praedicamentum erunt passiones, quia per physicas passiones
UTRUM QUALITAS IN QUATUOR SPECIES quitur de his rebus prout considerantur a constituere dicitur; dispositio ad situm etiam fiunt. Quid vero addat passiva qualitas supra
CONVENIENTER ET SUFFICIENTER DIVISA mathematicis, qui de his considerant ad mo- pertinet, nam sedere aut stare quaedam cor- communem ratione1n qualitatis, obscurissi~
SIT dum substantiarum, et has qualitates cogí.::-_,_ .. Poris dispositio est. Quod si dispositio com- mum est. Nec minus occultum est quid in
,;, parative dicatt:ü', quatenus una res ad aliam quarta specie signifi.cetur nomine fonuae,
1. Aristoteles tacite dividens qualitatem tant ut differentias substantiales earum, sicut disponit~ sic etiam quantitas est dispositio cum haec vox communis sit non solum qua-
in Praedicamentis, quatuor eius numerat D. Thom. interpretatur. Divisio ergo data in materiae ad formam vel alia accidentia reci- litatibus omnibus, sed etiam accidentibus et
species, unamquamque earum bimembrem Praedicamentis magis perspicua est, et ideo pienda; et actio seu operario est dispositio substantialibus formis. Denique figura, cum
vel binomiam constituens, scilicet, habitum illa est communiter recepta, ac proinde est ad virtutem, vel motus ad valetudinem, vel solun1 sit quidam terminus quantitatis et mo-
et dispositionem, naturalem potentiam et im~ a nobis explicanda. In eius autem explica~ passio ad corruptionem. Rursus potentia si dus eius, potius ad quantitatem reducenda
potentiam, passionem et passivam qualitatem, tione, ea quae breviter expediri possunt, tam sumatur pro passiva, indifferens est ad sub- videretur.
figuram et formam. At vero, lib. V Metaph., in communi quam in particulari, hic attin- stantiam, quantitatem, etc.; immo multi cen-
c. 14, obscurius tradit divisionem, quia natu- gemus; nonnulla vero, quae longiorem trae~ sent vagari per omnia genera, ita ut in uno- Secunda difficultas de distinctione
ralem potentiam et impotentiam omisisse vi- tationem requirunt, in proprias disputaciones q.uoque sit propria potentia passiva proprio íllorum membrorum
detur, nisi eam sub virtute bene ve! male reservabimus. actui correspondeos. Si vero sumatur pro vi 3. Secunda difficultas est quia haec ipsa
agendi, etiam substantia per seipsam est membra prout ad qualitatem pertinere pos-
Pótentia ad agendum, ut ínter disputandum sunt, non videntur esse satis inter se distin-
2o~6:_________________________D_ís~p_u_t_ac_i_o_n_e_s_m~e~ta~f~ís~ic~~~--: putación XLII .-Sección lI 207

que están confusos y entremezclados. En efecto, el hábito con frecuencia es activo~"­ · do restringido pues en tal sentido las ciencias y las opiniones no serán
luego bajo tal consideración se reviste de verdadera razón de potencia, pues de I~ :'' asta ni disposiciones.
itos · y ma1 es 1o ffilsmo
' Pero, s1. bien · que afec t ar. a una cosa ,
acción se infiere perfectamente la potencia; por tanto, del mismo modo que obra- " d0 conveniente o disconveniente con su naturaleza, en tal sentido no solo
el hábito tiene potencia o es potencia. Esta dificultad tiene lugar sobre tode> en : ~o ¡" primera especie.. ,~sino también principalmente
v1eneaG•~ f bla las cualidadesd "dedla
algunos hábitos, de los cuales enseñan los teólogos que confieren poder Pai:a Pecie · en efecto el calor afecta al fuego avora emente, es ec1r, e
obrar, como son los hábitos infusos per se y, en la opinión de muchos, el carácter;<' ceraes' '
0 conveniente con su naturaleza, y e
. lfºr10 a1 agua, y as1. ei: Iod em~s, '·es
También las especies inteligibles y sensibles podrán ponerse en este orden, porque ,d bº 'n la figura puede afectar favorablemente en este sentido al su¡eto, a
confieren una virtud activa tal, que sin ella no puede producirse el acto. Y no as' tam. Jecorno la hermosura es una buena dispos1c1on· • ·• d 1 ·
e su1eto. Fºma1ment e,
manera . · d" · ·'
importa que dicha virtud sea parcial, no sólo porque en su género, es decir, poi l"d d connatural aun cuando se trate de una potenc1a o 1spos1c1on,
la vertiente del objeto, puede decirse total, sino también porque, hablando en a cuaniveªnientemente ~l su¡· eto como afecta el entendimiento al alma, y la luz
ectaco ' "d • d
sentido absoluto, es también parcial la virtud del entendimiento o de los sentidos, sol· más todavía, esos dos modos de afecta: se ~xt1en en a otros generos e
y, no obstante, dichas cualidades se llaman potencias en sentido absoluto. Ade- ºd ' t s pues el movimiento es en tal sentido violento
acciene, 1 . o natural, l .en cuantob
más, entre las cualidades que Aristóteles llama pasivas hay muchas que verdadera rn·ente o disconveniente para la naturaleza de su1eto, y o mismo ca e
y propiamente son potencias activas, como la gravedad y ligereza, que enumer.a ·. . · d l lugar y otros casos parecidos. Con lo cual se entten e que ic a 1 e~
es conve · d d" h d"f
Aristóteles entre las cualidades pasivas, en este pasaje del lib. V de la Metafísica, dec~ eo tiene aptitud para discriminar las cualidades. Y la razón parece estar en
c. 14. Igualmente, el calor y el frío, tanto aquí como en los Predicamentos, son ¡encta
que aque n '!la es trascendental y se refiere al bien trascendental. Por lo cual sucede
considerados entre las cualidades pasivas, a pesar de que son potencias verdaderas tarnbién que aquellos ~os mi:mbros pued an convenir · a nna misma · es pecie de
para calentar o enfríar. Más aún, la blancura y la negrura y los restantes objeto$ cualidad respecto de su¡etos diversos.
de los sentidos que enumera Aristóteles entre las cualidades pasivas por causar
pasión en los sentidos son verdaderas potencias activas bajo esa misma razón, Dificultad terce1'a, acerca de la suficiencia de la división
ya que verdaderamente producen esa pa.sión o especie en los sentidos; de la misma
manera que también el calor puede llamarse cualidad pasiva, es decir, eficiente de s. La dificultad tercera es que hay muchas c~alidades que no parecen quedar
la pasión en el leño o en el agua, y, a pesar de todo, bajo esa razón es una '.:·''t::omprendidas dentro de esas especies. Pues, en prrmer lugar, los actos 1.~manent~s
verdadera potencia activa. Porque el hecho de que la pasión que produce la son cualidades, ya que confieren forrnal~ente el úl.timo acto ~ perfecc1on, y, sin
blancura en el sentido sea intencional no tiene importancia por no estar aquélla embargo, no pertenecen a ninguna de dichas espec1es, _com.o fac1!mente se a?ver-
fuera del ámbito de la verdadera eficiencia. De lo contrario, tampoco el entendi- Íirá recorriéndolas todas. En segundo lugar, las especies intencionales,. s.~gun ~l
miento agente sería una verdadera potencia activa, ya que su acción es intencional; .: arecer común, son cualidades, y, sin ~mbargo, de ~cuerdo _con .1ª. op1n1on mas
es más, incluso cualquier acción del entendimiento o del sentido puede llamarse de idmitida, no son hábitos, como despues veremos, ru sor: d1spos1c1ones, ya que
ese modo intencional. .>:·::·.de suyo se separan difícilmente del sujeto, ni son potencias, por hallarse _en las
4. Además, a la primera especie le atribuye Aristóteles el afectar bien o mal :,¡¿i_.,·..-. otencias, y, acerca de las demás especies, es m_ás claro que no les convienen;
al sujeto; esto, , ciertamente, si se entiende referido al bien y al mal moral, es ;::'P hay además una cosa particular en e~ta~ cualidades, y es que todas aqu~llas
, ;:·. ~species de cualidad enumeradas por Ar1stoteles de tal manera afectan al SUJeto,
eta, sed conf~sa et permixta. Nam habitus gus, tam ibi quam in Praedicamentis, po-
saepe est act1vus; ergo ea consideratione nuntur inter passivas qualitates, cum tamen enim scíentiae et opiniones non erunt habi- duo membra eidem speciei qualitatis respectu
habet veram rationem potentiae; nam ex sint verae potentiae ad calefaciendum vel tas nec dispositiones. Si vero bene vel male diversorum subiectorum convenire possint.
actione optime infertur potentia; ergo, ea frigefaciendum. Immo albedo et nigredo et idem sint quod convenienter vel dis7onve-
modo qua habitus agit, habet potentiam seu níenter ad rei naturam illam affice~e, sic i;ion Tertia difficultas de sufjicientia
alia obiecta sensuum quae ab Aristotele nu-
est potentia agendi. Quae difficultas maxime .\> solum convenit primae, sed maxune etiarn divisionis
merantur inter passivas qualitates, eo quod
locum habet in quibusdam ñ.abitibus, de causent passionern in sensibus, sub illa ea- ·::~{_qualitatibus tertiae speciei; n~m calor bene 5. Tertia difficultas est quia piures sw:it
quibus theologi docent conferre potestatem dern ratione sunt verae potentiae activae, afficit ignem, id est, conyen1ente~ n~turae qualitates quae su~ illi~ speci7bus non .v1-
agendi, ut sunt habitus per se infusi, et in quia vere efficiunt illam passionem seu spe- eius, et frigus aquam, et sic de alus; rmmo dentur comprehend1. Pnmo en1m actus ~­
multorum opinione character. Species etiam ciem in sensibus. Sicut calor etiam potest et figura potest hoc modo bene afficere su?- manentes qualitates sunt, cum ~ormahter
intelligibiles et sensibiles poterunt in hoc
vocari qualitas passiva, id est, effectiva pas.:- {i'': iectum quo modo pulchritudo est bona d1s- conferant ultimum actum et perfectionem, ~t
ordine poni, quia c::onferunt talem vim agen- sionis in ligno vel aqua, et niliilominus sub .~·,>positio' subiccti. Denique o~nis qual~tas ~o"fl­ ~amen ad nullam ex dictis speciebus pert1-
di, ut sine illa non possit fieri actus. Nec ea ratione est vera potentia activa, Nam naturalis etiamsi sit potent1a vel d1spos1tio, ~ent ut facile patebit per singulas discur-
refert quod illa vírtus partialis sit, tum quia quod passio quarn efficit albedo in sensu convenie~ter afficit subiec.tum, ut intellectus renti. Secundo, species intentionales, ex om-
in suo genere, id est, ex parte obiecti, dici sit intentionalis, nihil refert, curn illa non sit anímam lux solem; quin etiam ad alia ge- nium sententia, qualitat~s sunt, et tame?
potest totalis, tum etiam quia, simpliciter extra latitudinern verae efficientiae. Alias nec nera ac~identiurn illi duo modi afficiendi ex- iuxta communem sententmm non s~nt h~?1-
loquendo, etiam virtus intellectus vel sensus intellectus agens esset vera potentia activa, tenduntur; sic enim etiam motus est yio- tus ut infra videbimus, nec sunt d1spos1t10-
est partialis, et nihilominus illae qualitates quia eius actio intentionalis est, imrno etiam lentus vel naturalis, quatenus est conven1ens ne; cum ex se difficile removeantur a sub-
absolute dicuntur potentiae. Praeterea, inter ornnis actio intellectus vel sensus potest illo vel <lÍsconveniens naturae subiecti, et ídem iec;o, nec sunt potentiae, cum ins~t i~ p~­
eas qualitates quas Aristoteles vocat passivas, modo dici intentionalis. est de loco et similibus. Ex quibus intelligi- tentiis et de caeteris speciebus clanus slt eis
multae sunt quae vere ac proprie sunt po- 4. Praeterea, Aristoteles primae speciei at· tur illam differentiam non esse aptam ad non c~nvenire; estque aliud singulare in bis
tentiae activae, ut gravitas et levitas, quas tribuir quod bene vel male afficiat subiec- discernendas qualitates. Et ratio esse videtur, qualitatibus, quod ornnes illae species qua~
inter passivas qualitates nurnerat Aristoteles tum; quod quidem si intelligatur de bono quia illa transcendentalis est, ad bonum litatis numeratae ab Aristotele 1ta afficrunt
in hoc V Metaph., c. 14. Item calor et fri- et malo morali, nimis limitatum est; sic transcendens spectans. Unde etiam fit ut illa subiectum, ut illud denominent; species au-
XLil.-Sección lll 209
208
i.rnero no sólo porque sería inútil· esa multiplicación de nombres y engen-
que le confieren una denominación; las especies intencionales, en can:ibio [a conÍusión, sino también porque no puede cumplirse con verdad ace~ca de
afectan de tal modo que no lo denominan, como es claro pr~c~paltnente en' pues ¿cómo pueden significar la misma especie de cualidad la potencia l:' la
especies visibles existentes en el aire o en el espejo; por cons1gumte, es señal 8
fencia que parecen oponerse-- en sentido privativo? Y tampoco puede decirse
und~
que pertenecen a un nuevo género de cualidad distinto de las otras. En ter 0
no sólo porque o deberían haberse enum.erado inmediatamente ocho
lugar, el enrarecimiento y la densidad, la aspereza y la suavidad son cualidad síes ede gcualidad,
'. y no cuatro, o, s1. cada una de 1as pare¡as
" de esas especies .
y, sin embargo, no están contenidas en las especies enumeradas antes, como lt{ .~ un género próximo peculiar, deberían haberse nombrado o explicado esos
verá fácilmente el que discurra a lo largo de ellas.
0 géneros o cuatro especies, sino tam~ién por9ue esto no pue~e ~er ver~ad
6. Y viendo esto Aristóteles, en los Predicamentos, en el c. sobre la Cualiddi dos los casos, pues la pasión y la cualidad pasiva no pueden diferir esencial-
niega que éstas. se.an cualidad e~, y las reduce al sitio o posición de las partes, por~; e ya que difieren únicamente en la duración más breve o más larga; y éstas
que el enrarecun1ento o densidad no parecen ser otra cosa que la distancia O: i;dican una diversidad de la esencia, porque .pueden na.c~r d~ caus~s
proximidad de las partes; en cambio, la aspereza y la suavidad es -por decirlo .f.tnsecas o de la !Ilayor o. men.o~, intensidad de. ~a cuah~ad; y ca.si idéntica razon
así- la posición de una posible igualación o desigualación de las partes. Sin em; da para el hábito o la disposic10n, pues tambien se ~ice que difieren. e.n que la
bargo, esta respuesta de Aristóteles no carece de dificultad, porque, aull cuando és.. -: posición se quita con facilidad y el hábito con dificultad, que viene a ser
tas surjan de la posición de las partes, sin embargo no consisten formalmente en lá'., · mismo. Tampoco en la figura y en la forma puede idearse fácilmente esa
posición misma, sino que son ciertos modos peculiares que no pueden pertenecer si:.-:_ '.í.·.'~tínción por ser la figura misma una cierta forma.
no a la cualidad. En otro caso, tampoco la figura pertenecería a la cualidad, pues el.' 8. P~ro en contra de esto tenemos la opinión y autoridad de Aristóteles, que
triángulo, por ejemplo, surge de una determinada disposición de las líneas, y la her·· sido seguida por los demás filósofos; de acuerdo con ella hay que mant~ner
mosura, de una concreta disposición de las partes. Igualmente, por idéntica razón,:. la referida división se ha propuesto acertadamente y que todos esos miem-
no pertenecería la salud a la cualidad, pues surge de una cierta proporción y como s son verdaderas cualidades distintas entre sí, que abarcan todo el ámbito
posición de los humores, que a su manera son partes del animal. Finalmente, la Ja cualidad. Para probar esta aserción y responder a las dificultades propuestas
densidad o enrarecimiento no es una cantidad, sino un modo de la cantidad, y no preciso tratar por separado de cada uno de los mie;nbros, y P:"'ª proceder de
es una mera relación, como es evidente por sí, ya que no sólo se produce por una do más claro distribuiremos cada una de ellas en diversas secciones.
acción propia, sino que dispone favorable o desfavorablemente al sujeto en orden
a su conservación o a su modo connatural de existir; por consiguiente, no puede_\
ser otra cosa que una cualidad. SECCION Ill
Sr TODAS LAS ESPECIES DICHAS COMPRENDEN SÓLO VERlJADERAS
Dificultad cuarta, acerca de la división bimembre de cada uno CUALIDADES
de los miembros
1. Hay que afirmar, en primer lugar, que en estas especies no se enumera
7. La cuarta dificultad es por qué Aristóteles propone con dos palabra~ se contiene nada que no posea verdadera razón de cualidad. Esta afirmación de-
cada. una de las especies de este predicamento. En efecto, o bien ambas significan
una realidad o esencia idéntica, o significan una diversa; sin embargo, ninguna primum, tum quia inutilis fuisset est. In figura etiam et forma non potest
de las dos cosas puede convenientemente afirmarse. Ciertamente no puede decirse nominum multiplicatio et confusionem facile fingi illa distinctio, cum figura ipsa
tum etiam quia non potest de om- quaedam forma sit.
verificari; quomodo enim potent1a et 8. In contrarium vero est Aristotelis sen-
tem intentionales ita afficiunt, ut non deno- gura pertineret ad qualitatem; consurgit quae privative videntur opponi, tentia et auctoritas, quam caeteri philosophi
minent, ut maxime patet in speciebus visi- enim triangulus, verbi gratia, ex tali dispo- speciem qualitatis significare pos- secuti sunt, iuxta quam asserendum est recte
bilibus existentibus in aere vel speculo; sitione linearum, et pulchritudo ex tali dis- ? Neque enim dici potest secundum, datam esse praedictam divisionem, omniaque
signum ergo est pertinere ad novum genus positione partium. Item eadem ratione sani- quia vel debuissent octo qualitatis spe- illa membra veras esse qualitates inter se
qualitatis, ab aliis distinctum. Tertio, raritas tas non pertineret ad qualitatem, nam con.., immediate numerari et non quatuor, distinctas totamque latitudinem qualitatis
et densitas, asperitas et lenitas, qualitates surgit ex quadam proportione et quasi posi- .,,}:l si unusquisque binarius illarum specie- comprehendentes. Ut haec assertio probetur
sunt, et tamen in supra dictis speciebus non tione humorum, qui suo modo sunt partes Y:tg_m habet peculiare genus proxi~um, de- et difficultatibus tactis satisfiat, oportet si-
continentur, ut per eas discurrenti facile animalis. Denique densitas vel raritas non ;~-~ssent illa quatuor genera seu quatuor gillatim de singulis membris dicere_, atque
constabit. est quantitas, sed quantitatis modus, et non .t:P~cies nominari et declarari; tum etiam· quia ut distinctius procedamus, in varias sectiones
6, Quod quidem videns Aristoteles in est sola relatio} ut per se constat; quia eL ."_ potest id esse verum in omnibus, nam singula distribuemus .
Praedicamentis, c. de Qualit., negat has esse per propriam actionem fit, et bene vel male ,_ _ }p_~_ssio et passiva qualitas non possunt essen-
qualitates, et ad situm seu partium positio- disponit subiectum in ordine ad conservatio- ;\;tialiter differre, cum solum differant in bre- SECTIO III
nem eas reducit, quia raritas et densitas nihil nem suam vel connaturalem essendi mo- ,_tYi, aut longiori duratione, quae non indicant UTRUM OMNES DICTAE l SPECIES VERAS
aliud esse videntur quam distantia et pro- dum; ergo non potest esse nisi qualitas. <',-~1Versitatem essentiae, cum possint ab in- ET SOLAS QUALITATES SUB SE
pinquitas partium; asperitas vero et lenitas, _:-"}tí,nsecis causis provenire, aut ex maiori vel COMPREHENDANT
aequabilis (ut sic dicam) et inaequabilis par- Quarta difficultas de bimembri distinctione .,.__njinori intensione qualitatis; eademque fere
tium positio, Haec vero Aristotelis responsio singulorum membrorum ·,---~tio, est de habitu et dispositione; nam l. Dicendum imprimís est nihil in his
difficultate non caret, quia, licet haec consur- 7. Quarta difficultas est cur Aristoteles ;;\,- :_-~tiam dicuntur differre quia dispositio facile speciebus 11umerari aut con~ineri quod ve-
gant ex partium positione, non tamen in singulas species huius praedicamenti duplici ~:;;,~-_:: _removetur, habitu~ difficile, quod perinde ram rationem qualitatis non habeat. Haec
ipsa positione formaliter consistunt, sed sunt nomine proponat. Aut enim eamdem rem vel
quidarn peculiares modi, qui non possunt essentiam utrumque significar, vel diversam; 1 Distinctae en otras ediciones. (N. de los EE.)
nisi ad qualitatem pertinere. Alias, nec fi- neutrum autem potest convenienter dici. Non
·-'D}SPUTACIÓNES VI. ....:....14
210 Disputaciones metafísic XLII.-Sección llI 2II

pende en. gran parte. de las significaciones de las palabras qne, por lo mismo, e >-,dou (habitus) a veces no es nada real, sino una relación de razón, o una
preciso dtstmgwr cuidadosamente, puesto que pueden envolver equivocidad. rninación nacida de la volunt~d o estimación humana; a veces, sin embargo,
V arias significaciones de la palabra "hábito" a potestad moral que surge de allí, y de esta clase es el dominio humano
jurisdicción, por razón de la cual se dice que alguien tiene una casa, o súb-
2. En primer lugar, por consiguiente, el nombre hábito y el verbo haber:i ete. Pero otras veces significa una relación peculiar de algún predicamento,
(=tener), o su gerundio habiendo(= teniendo) lo distingue de varias maneras Aris~ ' esta manera puede también extenderse entre varios predicamentos, como
tóteles en los Predicamentos, c. últ., y en el lib. V de la Metafísica, c. 20 y 23. Pero 0 se dice que la materia tiene forma, aquel tener no significa otra cosa que
hablando en términos generales, el nombre hábito puede tomarse en razón de par~:-­ ormado por la forma; y cuando se dice que el fuego tiene acción, aquel
ticipio o en razón de nombre. Como participio, se deriva del verbo haber y puede • no significa información, sino emanación de la acción desde el fuego;
decirse de tantas maneras como el mismo haber. Pero el verbo haber ( = tener) es ando se dice que el hombre tiene un traje, este tener puede significar o bien
muy equívoco, pues a veces significa el dominio y posesión de una cosa, a }Í(: ente poseerlo, a la manera como se dirá que lo tiene, aun cuando lo tenga
~anera como se dice que alguien tiene dinero, o un reino, y en general, quier('· arca, y entonces no dice un modo real de ningún predicamento, sino una
tiene derecho sobre una cosa se dice que de algún modo la tiene; de esa maner;f ci6n moral, como dije; o bien puede significar estar vestido con él, y así tener
se dice que el varón tiene esposa y la mujer marido. Por otra parte, cualquíer- ,vestido es lo mismo que estar adornado y como informado por el vestido, cosa
cosa que contiene a otra de algún modo se dice que la tiene, como se dice que se refiere al predicamento del hábito. En el caso presente, por tanto, no se
el sujeto tiene accidentes, y que el todo tiene partes, y la materia, forma, y el a el hábito en esta significación, o sea, en su función de participio, aun
vaso, agua; así dice también Aristóteles: Lo que detiene a una cosa para que na' do tal denominación pueda convenir también a los hábitos propios; · pues el
se mueva o descienda según su inclinación, se dice que la tiene, como la pared aJ bre, se dice verdaderamente que posee el hábito de la ciencia, de la virtud, etc.,
techo. De aquí que también, por diversas razones, pueda decirse que dos cosa~ esa denominación común con que el sujeto se dice que tiene los accidentes;
se tienen mutuamente, pues la materia tiene forma porque es el receptáculo de ,la misma manera que, por el contrario, también el hábito puede decirse que
ella, y la forma tiene materia porque de alguna manera la domina. En este sentido',- ·e al hombre, sobre todo si está arraigado y es intenso, porque en cierto modo
afirma Aristóteles: En ocasiones se dice que la fiebre tiene a un hombre, sobre domina.
todo cuando ha hecho presa en él con gran violencia; y así se dice también que':- _-<,,4, Por consiguiente, en otro sentido el hábito se toma como un nombre, y
el reino tiene un rey, porque a él se somete, y al revés, que el rey tiene un , ~c-~~tonces tiene también una significación múltiple; pero, en lo que a nosotros nos
reino, porque tiene potestad sobre él. :--;~(ªteresa, tres significaciones parecen las principales. Una es que esta palabra sig-
3. Por consiguiente, como haber(= tener) se dice en tantos sentidos, también ,¡{':9_ilica cualquier disposición de una cosa, o cualquier modo de comportarse, y
el hábito, tomado en su matiz de participio, o mejor, la cosa tenida, puede decirse :as! se dice de cualquier forma, y sobre todo de cualquier cualidad, y en tal
en otros tantos. En esta significación es claro que no indica una realidad pertene- -;i~}~t;iltido suele atribuirse a 'las partes del cuerpo y a las realidades inanimadas;
ciente a ningún predicamento determinado; pues materialmente (por decirlo así} ,,''::$>este sentido, pues, se dice el hábito del lugar, de la boca, etc. Y suele llamarse
puede tenerse y denominarse cosa tenida tanto la sustancia como un accidente _·_':"'.S:-~f 'sobre todo en cuanto dispone bien o mal a un sujeto, sea en sí mismo., sea
de cualquier predicamento; pero formalmente esa denominación o relación de-- ?:éá orden a alguna utilidad, como nota el Filósofo en el lib. V de la Metafísica,
;z:)1:',~0, a la manera como la salud se dice un hábito del cuerpo. En segundo lugar,
assertio magna ex parte pendet ex vocum et vas aquam; sic etiam ait Aristoteles:
significationibus, quas propterea oportet ac- Quod detinet rem, ne sua propensione mó..
minatio ab hu1nana voluntate seu aesti- significatione, seu in vi participii; quamvis
curate distinguere, nam possunt aequivoca- 'Ueatur aut descendat, habere illam dicitur~ óne; aliquando vero est moralis potestas haec denominatio propriis etiam habitibus
tionem continere. ut paries tectum. Hinc etiam diversis ratio- ' orta, et huiusmodi est Pumanum do- convenire possit; nam vere dicitur horno
nibus duae res mutuo se habere dici possunt, aut iurisdictio, ratione cuius dicitur habere habitus scientiae, virtutis.i etc., com-
Variae significationes huius vocis, nam et materia habet formam, quia est sus-
habitus habere domum, subditos, etc. Aliquando muni illa denominatione qua subiectum di-
ceptivum eius, et forma habet materiam} signi:ficat peculíarem habitudinem ali- citur habere accidentia; sicut e contrario
2. Primo ergo nomen habitus et verbum quia quodammodo dominatur. Quomodo ait
'P_~ltis pi'aedicamenti, et potest etiam hoc mo- etiam habitus potest dici ;babere hominem,
habere seu habendi varie distinguitur ab Aristoteles: Febris interdum dicitur habere
-~_&::];1er varia praedicamenta vagari; ut curn praesertím si sit radicatus et intensus, quia
Aristotele in Praed., c. ult., et in V Metaph., hominem, praesertim quando maxima vi ei
'S---~~teda dicitur habere formam, illud habere ei quodammodo dominatur.
c. 20 et 23. Generatim autem loquendo, no- adhaeret; sic etiam regnum dicitur habere
men habitus sumi potest aut in vi participii, regem, quia ei suhiiciturJ et e converso- re-:x:.-.
·piJ#l. aliud significat quam inforrnari forma; 4. Alio ergo modo sumitur hahitus ut no-
'~;,e._1¿iii~ Vero ignis dicitur ;babere actionem, illud men quoddam, et sic etiam multiplicern ha-
aut in vi nominis. In vi participii, .descendit habere regnwn, quia potestatem in illud ,;1J#,b~re non significat informationem, sed bet significationem; quod vero ad praesens
a verbo habere, et tot modis dici potest, quot habet.
':;;_~:lllJmationem actionis ab igne; cum autem spectat, tres significationes videntur praeci-
ipsum habere. Verbum autem habere valde 3. Cu1n ergo habere tot modis dicatur,
<~~PJO dicitur habere vestem, illud habere puae. Una est qua haec vox significat quam-
aequivocum est. Interdum enim signi:ficat do- habitus etiam, in vi participii sumptus, seu
:_,s:_~-~fficare potest vel tantum possidere il- cumque rei dispositionem aut modum se ha-
minium et possessionem rei, ut dicitur quis potius res habita, eisdem modis dici potest.
habere pecunias, vel regnurn, et in universurn In qua significatione constat nullius certi
;}am, quo modo dicetur ;babere illam, etiamsi bendi, et sic dicitur de qualibet forma, et
>;~l:f ~ca habeat, et sic non dicit realem mo- praesertím de quacumque qualitate, et hoc
qui habet ius in aliquam rem dicitur aliquo praedicamenti rem significare; nam materia-
modo habere illam; quomodo dicitur vir _ ::~~ alicuius praedicamenti, sed moralem modo tribuí solet et par ti bus _corporis et re-
liter (ut sic dicam) tam substantia quam ac- c:;_-~spectum, ut dixi; vel significare potest es- bus inanimatis; sic cnim dici solet habitus
habere uxorem, et uxor virum. Rursus omnis cidens cuiuslibet praedicamenti potest habe-
res quae aliquo modo aliam continet, dicitur /~~<illa indutwn, et sic habere vestem idem loci, orís, etc. Et maxime solet ita appellari,
ri et res habita denominari; formaliter au- <;~sJ_ -quod ornari et quasi informari veste, quatenus bene vel male disponit subiectum,
habere illam, ut subiectum dicitur habere ac- tem illa denominatio seu relatio habíti inter- -;,q~od spectat ad praedicamentum habitus. In vel secundum se, vel in ordine ad aliquem
cidentia, et totum partes, et materia formam, dum nihil reale est_, sed relatio ratíonis aut r~esenti ergo non sumitur habitus in hac usurn, ut notat Philosoph., V Metaph., c. 20,
212

el hábito significa el vestido o la indumentaria del cuerpo; esta significaci6 tación XLII.-Sección lll 213
bastante usada vulgarmente y pertenece al predicamento especial del hábito n
embargo, advierte Aristóteles en el pasaje citado que el hábito en esta sigrili¡ puede entenderse en dos sentidos: uno, que sea la misma relación de orden
ción no alude tanto a la realidad misma, que es el vestido, cuanto -por dec·c entre las partes de aquella realidad que tiene partes, surge por el hecho de
así- a la acción misma de tener, es decir, a aquella cuasi información que ti1r ' cada una esté establecida en su lugar; el otro, que sea la constitución o
el hombre por razón del vestido, en virtud de la cual se dice que e] home 0 la forma de la realidad total que surge en el todo por la colocación de las
está. "con ~ábi~o" y se dice del vestido que es hábito como en acto y no sólo_ 8 en sus lugares. Y parece que este nombre de disposición se toma en sen-
sentido aptltudmal. A pesar de todo, si atendemos a la significación corriente de propio en la última acepción; pues así entre los retóricos se llama disposición
palabra, puede to1narse con el mismo derecho para significar el vestido mismo q un discurso a la colocación conveniente de sus partes en sus propios lugares y
es ~orno la forma en abstracto del predicamento hábito ya sea que ejer~a la proporción debida. Y entre los dialécticos se llama figura del silogismo a
oficio a~tualment~, o que no, aun cuando, hablando en términos filosóficos, p isposición debida de los términos; y de modo semejante, en el cuerpo humano,
u.n i;notivo p~cultar suela tomarse por lo concreto o cuasi efecto formal que onveniente colocación o proporción de las partes o de los humores se llama
s1gn1fica mediante e~a~ palabra_s, ~s decir, estar vestido. En t~rcer lugar, fin osición buena del cuerpo. Por lo cual, la salud y la hermosura se tienen
mente, se tor;i;i el habito para s1gmficar la forma que confiere facdidad y pron 0 disposiciones buenas. Y esta disposición la divide Aristóteles en tres miem-
de la operac1on, y como el operar sigue al ser, suele extenderse, por ello es' s, diciendo qu.e este orden de partes puede darse, o atendiendo al lugar, o a
significación a las cualidades que disponen a las cosas favorable o desfavo~abl virtud o potencia, o a la forrna. El primer miembro de éstos parece pertenecer
mente en su ser, a la manera como la salud se llama hábito, y los médic predicamento del sitio, pues tal disposición no parece ser o.tra cosa que el
llaman al hábito bueno o malo. de un cuerpo disposición natural del cuerpo, do que resulta en todo el cuerpo por el hecho de que sus partes estén colocadas
cual se or1gma que todos sus organos y todas sus partes ejerzan bien o mal en el lugar, que es la razón del predicamento del sitio, como veremos. Los
funciones. Por consiguiente, en esta tercera significación, el hábito es siempre s dos miembros, en cambio, parecen pertenecer a la cualidad, pero de diverso
cualidad o una combinación armónica de cualidades. Sin embargo, pienso do. En efecto, el orden de lo que tiene partes según la forma parece que per-
también en esta significación se da alguna analogía de proporcionalidad co ece a las disposiciones del cuerpo, como son la figura, que suele llamar Aris-
expondré en la tercera dificultad; y, por ello, propiamente el hábito sign°ifica eles forma, como se ve por el predicamento de la cualidad. Por ello, la hermn-
forma que confiere a la potencia la prontitud en la operación, y así es claro q puede llamarse perfectamente disposición, pues es una forma resultante del
siempre es una cualidad, y por ese aspecto opino que el hábito tomado en sentid n debido de las partes en sí mismas; igualmente, la debida organización del
p_ropio constituye la primera especie de cualidad, como se verá más por lo q erpo puede llamarse de este modo disposición. Más todavía, si damos más
sigue~ plitud al nombre partes, también la salud y toda forma del cuerpo parecida
ue resulte del debido orden y proporción de partes puede llamarse disposición
Sobre la disposición y sus significados erteneciente a este miembro.
S. Se aclara una división célebre de la disposición.- La disposición -afir 6. En cambio, el otro miembro, es decir, atendiendo a la virtud, parece que
Aristóteles en el lib. V de la Metafísica, c. 19- es el orden de lo que tiene part ice referencia a las disposiciones del alma, y, por ello, en esta disposición se
plica con más dificultad de qué partes es el orden. Y puede explicarse primera-
quomodo sanitas dicitur habitus corporis. Se-
te acerca de las partes potenciales de la misma alma, que son sus mismas
ideo extendi solet haec signi:ficatio ad qu
cundo, significat habitus vestem seu indu-
mentum corporis; quae significatio vulgo est
tates quae res bene aut male disponunt
suo esse, quomodo sanitas habitus appella
~;~;:·~'- 19, est ordo liabentis partes, Quod du- aliud esse videtur quam modus qui in toto
:-':<f:iliciter potest intelligi: uno modo, ut sit ip- corpore resultat, ex eo quod partes eius ita
satis usitata, et pertinet ad speciale praedica- et medici bonum vel malum habitum W:-'::_~a: relatio ordinis quae consurgit inter partes sunt in loco collocatae, quae est ratio prae-
mentum habitus. Advertit tamen Aristoteles, poris vocant naturalem corporis díspos' ;_::_t'::~ius reí quae partes habet, ex eo quod una- dicamenti situs, ut videbimus. Alía vero duo
loco citato, habitum in hac significatione non nem, a quo provenít ut omnia eius orga :,_;:_ _--_-ftuaeque in suo loco constituta sit; alío mo- membra ad qualitatem pertinere videntur~
tam significare rem ipsam, quae est vestís, omnesque partes bene vel male suas funct ·::<<:~o, ut sit totius reí constitutio ac veluti for- sed diverso modo. Nam ordo habentis partes
quam (ut sic dicam) habitionem ipsam, id nes exerceant. In hac ergo tertia sígnifi >-3\~a consurgens in tato ex collocatione par- secundum formam videtur ad dispositiones
est, illam quasi informationem quam habet tione habitus semper est aliqua qualitas, \'.<<\_~Jt1m in suis locis. Atque hoc modo posterio- corporis pertinere, quales sunt figura, quae
horno a veste, ratione cuius et horno dicitur temperamentum qualitatum. Existimo t ,if videtur hoc nomen, dispositio, proprie ab Aristotele solet forma appellari, ut con-
esse habituatus, et vestís dicitur habitus ve- etiam in hac sígnificatione esse aliquam ._' ___-~!:cipi; sic enim apud rhetores dispositio ora- stat ex praedicamento qualitatis. Unde pul-
luti in actu, et non tantum in aptitudine. logiam proportionalitatis, ut in tertia d --'-Jionis dicitur conveniens collocatio partium chritudo aptissime potest dispositio appellari,
Verumtamen, si vulgat~m illius vocis signi- cultate declaraba; ideoque proprie hab' <:'JlüS' in suis propriis locis et cum debita pro- nam est forma resultans ex debito ordine
ficationem attendamus, aeque accipi solet ad significare formam quae confert pote portione. Et apud dialecticos figura syllogi- partium secundum se; de bita etiam otgani-
significandam ipsam vestem, quae est quasi promptitudinem ín operando, et sic co -:; ~itndi dicitur debita terminorum dispositio; zatio corporis potest hoc modo dispositio va-
forma in abstracto praedicamenti habitus, si- semper esse qualitatem, et sub hac ratio ~~ similiter in jJ.umano corpore conveniens carí. Immo, si nomen partium extendamus,
ve actu exerceat munus suum sive non, existimo habitum proprie sumptum prima 'partium aut humorum collocatio aut propor- etiam sanitas et omnis similis forma corpo-
quamvis, philosophice loqueado, peculiari ra- speciem qualitatis constituere, ut ex dicend_ ~:-:-'; -tfo, bona corporis dispositio dicitur. Unde ris ex debito ordine et proportione partium
tione sumi solear pro illo concreto seu quasi magís constabit. ' .,, aánítas et pulchritudo bonae dispositiones resultans potest dici dispositio ad hoc mem-
effectu formali qui per illa verba significa- :Stnsentur. Hanc autem dispositionem Aristo- brum pertinens.
tur, scilicet, 'esse vestitum. Tertio denique De dispositione et significationibus
eius _feles in tria membra distinguit, dicens hunc 6. At vero aliud membrum, scilicet, se-
sumitur habitus ad significandam formam ' - qrdinem pa1tium esse posse aut secundum cundum virtutem, videtur ad dispositiones
quae confert facilitatem et promptitudinem 5. Celebris divisio disposition'is elucida'"; '<' .. -!~cum, aut secundum virtutem seu potesta- anirni referri, et ideo difficilius in ñ,ac dispo-
operandi, et quia operari sequitur ad esse', tur.- Dispositio, ait Aristoteles, V Metaplt;'1) ten;iJ aut secundum formam. Ex quibus pri- sitione explicatur quarum partium sit ordo.
~urn membrum videtur ad praedicamentum Potest autem primo exponi de partibus po-
S1tus pertinere; nam illa dispositio nihil tentialibus ipsius animae, quae sunt ipsae-
214 XLll.-Sección lll
potencias, y quedan reducidas a un orden conveniente por las disposiciones "' 1 tas y perfectas, se dice que están según su especie, como trad:ice él
les son de pidas; por lo cual, tal disposición no resulta del orden de las part rnp e Sin embargo no expone Santo Tomás de qué modo sean estas virtudes
sino que más bien ella misma constituye el orden debido en el alma que se d m0den · de lo que 'tiene partes-; a pesar de que aquell as pa1abras " segun ' 1a po-
que tiene partes en potencia. Apoya esta exposición también el mismo Aristótel ~r y según la forma" no parece que en el contexto de Aristóteles. se ~ªY.an
pues inmediata111ente, en el siguiente c. 20 del mismo lib. V de la Metafísica di eta¡ rir a la disposición misma, sino al sujeto al cual pertenece la d1spos1c1on,
que se llama hábito en un sentido a la disposición que afecta bien o mal: 0 e~; eree
. a aquel que tiene las partes según la potencia · o segun ' laforma. Y, fil na -
alguna parte de dicha disposición: De lo cual resulta -dice- que también l sea, as palabras de Aristóteles
l
. que en .
griego son xai::a
, ',
uovaµtv
, xat" ' el'uoi;,
Yj
virtud de las partes es un cierto hábito, en donde parece entender como partes ~­ te,"nterpretan '
adecuadamente como ser imperfecto y perf ecto. p or cons1gu1ente,
· ·
sel · ¡ ·
las potencias del alma, a cada una de cuyas disposiciones se llama virtudes suy m~
· admisible la interpretación primera, que . , es 1a que sostiene e mismo
puesto que, aunque ninguna por sí sola sea la disposición adecuada que constituji(:/_ to Tomás en V Metaph., y casi los demás mterpretes.
el orden íntegro en estas potencias, sin embargo cada una es parte de dicha dispo~<'­ án8 Pero de acuerdo con esas significaciones de esta palabra, con~ta que la
sición. De otro modo puede explicarse: que cada hábito del alma se diga que tien~'' ·. · · 'ct"o'n ~o está en la cualidad sola, sino también en otros predicamentos,
spost . h- ¡
las partes en potencia, de cuyo orden o constitución surge la disposición. Esto pued_- , sitio o también el de la cantidad, como pretenden mue os; en e ecto,
e1 del .
entenderse formalmente, o sólo virtualmente. Formalmente, si suponemos q moosición de las partes en el todo, que es propia de la cantida continua, pue de
' · d ·
el hábito del alma no es una simple cualidad, sino que surge de la debida coord pb"'n llamarse disposición la cual piensan muchos que pertenece al tercer
nación de muchos hábitos; en este sentido, pues, la ciencia íntegra se llam
ron·embro
ie , 1 d" . ., fi
establecido antes. Igualmente, en cuanto a . 1spo~1c1oi;- se r.e ~re ª.,a
1
disposición, porque es como un cierto orden de lo que tiene las partes virtualment "d d no solamente puede comprender una especie baJO dicha s1grnficac1on
es decir, los hábitos parciales ordenados entre si. Acerca de estas partes PUé
1
ª' -
al Sino a todas como puede manifestarse por los .
· 1os aduc1"dos Y pue de
e¡emp
entenderse también lo que se afirma en el c. 30, que una parte de esta dispó:i rmarse asimismo, con otros. Efectivamente, 1
er, as mismas potencias " del l a n;a
s.ición se llama también hábito o disposición. Virtualmente, en cambio, pued~'. eden llamarse disposiciones convenientes para el alma y pueden. ordenarla segun
decirse que el hábito del alma consiste en este orden de partes, aun cuando virtud 0 potencia y en algún modo según las partes de la virtud, en c~anto
sí sea una cualidad simple, ya que por parte del objeto constituye un cierto ord da en la misma alma un poder y virtud radical para. otr?s ~ctos Y func1ones,
debido; como, por ejemplo, pueden llamarse partes de la prudencia la delibera· atendiendo a esta razón pueden considerarse en el alma ~nchnactones Y fa~ultad_es
ción, el juicio y el hnperio, en las cuales constituye el orden debido la prü~ iales, según las cuales ·es puest~ en. orden por :ne~10 :fe las pot~nc1as ~~­
dencia; y pueden llamarse partes de la liberalidad dar dinero, y retenerlo cuandci s; de igual modo, cada potencia tiene como inclmacioi:e~ parc1ales hacia
es preciso, entre las cuales establece el orden debido la liberalidad. ' ersos objetos, de acuerdo con los cuales se ordena a los hábitos: Por esto, ~odos
7. Pero estos dos miembros los expone Santo Tomás de otro modo en 1-II~- 'Ós_ hábitos son también disposiciones. Igualmente, por una ra.zc.:n proporcional,
q. 49, a. 1, ad 3, donde refiere estos dos últimos modos de disposición a las di&-- las especies intencionales que ~eterminan l~s _potencias o los ~a~1tos I?ueden lla-
posiciones del alma, como son las virtudes y ciencias, las cuales, en cuanto estátii ttíarse por ese motivo disposiciones. Y, as1m1smo, los actos ultimas, n:manente~
incoadas y en estado imperfecto, se dicen potenciales; en cambio, en cuanto estáiÚ -·ueden llamarse disposiciones, bien sea en cuanto son efectos de los hab1tos, y ast

met potentiae, et ad convenientem ordinem simplicem qualitatem, sed consurgere ex de-, ·frfectae dicuntur secundum potentiam; nere ad tertium 111embrum supra positum.
rediguntur per de bitas dispositiones suas; bita coordinatione plurium _habituum; siC ut ve~o 8 unt completae et perfectae, di- Item, prout dispositio ~d qualitatem spectat,
unde talis dispositio non resultat ex ordine enim integra scientia dicetur dispositio, quia' tur secundum speciem, ut ipse transfett. non unam tantum spec1em, sed omnes potest
partium, sed potius ipsa constituit debitum cst veluti ardo quidam habentis partes se.:.- on tamen exponit D. Tho1nas quomodo comprehendere sub dicta generali significa-
ordinem in anima, quae habere partes dici- cundum virtutem, id est, partiales habitu$ ~li,ae virtutes sint ordo habentis pa.:tes; cum tione, ut ex adductis exemplis constare pot-
tur secundum potentiam. Cui expositioni fa- inter se ordinatos. De quibus partibus potest tiimen illa verba secundum potent1am et se- est et aliis etiam potest confirmari. Nam
vet idem Aristoteles, nam statim, sequenti etiam intelligi, quod in c. 30 dicitur: partero :t:undum formam' iuxta contextum Aristotelis ips~emet animae potentiae possunt dici con-
c. 20 eiusdem lib. V Metaph., ait habítum huius dispositíonis etiam vocari habitum seli -nOn videantur r;ferenda ad ipsam dispositio- venientes animae dispositiones, et ordinare
uno modo dici dispositionem bene vel male dispositionern. Virtualiter autem potest dici Uém, sed ad subiectum cuius est dispositio, illam secundum virtutem seu potentiam, et
afficientem, vel aliquam huius dispositionis habitus animae consistere in hoc ordine par.:._ fámquam habentis partes secundum poten- quodammodo secun~um partes .vir~utis, qua-
partem, qua fit (inquit) ut etiam virtus par- tium, etiamsi in se simplex qualitas sit, quia-':: vel secundum formam. Ac denique ver- tenus in ipsamet anuna est rad1cahs potestas
tium habitus sit quidmn, ubi per partes po~ ex parte obiecti constituir quemdam debitum.:.-: -istotelis, quae graece sunt · xai:¡;( tóv'1- et virtus ad alios actus et munera, secundum
tentias anii11ae intelligere videtur, quarum ordínem; ut, verbi gratia, partes prudentiae , 1¡ xa.t'E180.; 1 non recte exponuntur per quam rationem possunt in ipsa anima consi-
virtutes singulae dicuntur dispositiones ea- dici possunt consultatio, iudicium et impe;.._ L:!!'sse imperfectum et perfectum. Prior ergo derari partiales inclinationes et potestates, se-
rum, quia licet nulla per se sola sit adae- rium, in quibus debitum ordinem prudentía, ::'(b:tterpretatio magis probatur, quam ipse D. cundum quas in ordinem redigitur per ipsas
quata dispositio constituens integrum ordi- constituit; et partes liberalitatis dici pos- ;0>'rhomas sequitur V Metaph., et fere alii in- potentias. Sicut etiam unaquaeque potentia
nem in bis potentiis, tamen unaquaeque est sunt et elargiri pecunias, et retinere quandd :;>:,~e_rpretes. habet veluti partiales inclinationes ad diversa
pars huius dispositionis. Aliter potest expo- oportet, inter quas debitum ordinem libera- :;>,- 8, Iuxta has vero significationes huius obiecta secundum quas ordinatur ad habi-
ni, ut unusquisque habitus animae dicatur litas constituir. '\'Ocis constat dispositionem non esse in sola tas. U~de omnes etiam habitus sunt dispo-
habere partes secundum potentiam, ex qua- 7. Aliter vero exponit haec duo membra ,-,'._qualitate, sed etiam in aliis praedicamentis, sitiones. Item proportionali ratione species
rum ordine vel constitutione dispositio con- D. Thomas, I-II, q. 49, a. 1, ad 3, ubi hoS: ''.'ivel situs, vel etiam quantitatis, ut multi vo- intentionales, quae determinant potentias vel
surgit. Quod potest intelligi vel formaliter, duos ultimas dispositionis modos refert ad:'. :lmit; nam positio partium in toto, quae pro- habitus, ea ratione dici possunt dispositiones.
vel virtualiter tantum. Formaliter quidem, dispositiones animae, ut sunt virtutes et ;~Sia est quantitatis continuae, dispositio Item actus ultimi immanentes possunt dispo-
si supponamus habítum animae non esse scientiae, quae prout sunt inchoatae et im-- ~tiam dici potest, quam multi censent perti- sitiones appellari, vel quatenus sunt effectus
216
Disputaciones tnetafísi ~'spr'u".'t'.'.ac'.'.i'.'.'ón::_:X:_:L=I=l:::._::.S:_:e:_:cc:_:i:_:ón_::.1:_:11_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _217
constituyen un orden peculiar en potencia respecto del hábito o bien al me ' porque no consiste en una facultad simple y real, sino en la .s~~a no :ep~7-
, . . ' ' n
en s1 1;llismos, en cuai:to. confieren a la potencia la última actualidad, y así cia de los extremos, y así aparece mejor en orden a la compos1c1on y d1v1s1on
perfe~c1onan de rn?do ultimo en un orden determinado. Además, sobre la e-u la mente, que es propia del lógico. Por lo cual, esta potencia lógica no pert~­
espe~1e hemos .expltcado ya cómo pued~ llru:i~rse disposición. Finalmente, todasª ce en modo alguno a la constitución de ningún predicamei;to, coro.o es ev1-
cualidades ~asibles i;ueden llamarse disposiciones, bien sea en cuanto, por parié- nte por sí mismo. El otro elemento que se halla en una realidad posible como
de la materia, constituyen un orden determinado para tal forma concreta es la denominación positiva por la que se dice posible, la cual está tomada de
0
parte de la forma determinan un orden conveniente en la virtud activa. y 'en P~l".· a potencia real, sea activa o pasiv.a; se dice, en efect.o,, ~asible. en este senti~o
"d Ar" , l es,e
s~nt1 ~ . istote es enumera, en el c. de la Cualidad, el calor y el frío entre las: que está contenido en la potencia de algo; y se d1ra unpos1ble, en carnb10,
~ispos1ciones, y en general, y según la manera vulgar de hablar, todas estas cua- que supera la potencia de una cosa o no queda contenido en ella. Sobre la
h?ades se llaman disposiciones, bien sea que preparen la materia para la form '"' efinición de una y otra potencia -que expo?e Ar.istót~l.es en los pasajes citados-
bien. que c?nfieran ornato y perfección, o bien que afecten desfavorablemen~ '.~e trató antes en la disp. XVIII, y en el Indice anstotehco anotamos algo respecto
al mismo s~¡eto .. ~?r ello, en lo que se refiere a la primera dificultad que ahora tra'. ~ los mencionados textos. ., . ,.
tam.o~, la d1sposic1on, tal como se enumera entre las cualidades, no expresa la solit e, 10. Con lo cual puede manifestarse tambien que la pote~cia real o fisica
posi~ión ~~ las partes corporales en un lugar, o en un todo, sino que expresa nnii:: ~ene muchísima am~litud, pues. en general puede y suele decirse, de cualqmer
mod1ficac10n. del cuerpo. o del alma, que la ordena se~ún la forma· o la virtud, Y. Virtud activa o capacidad receptiva, y en .tal sentido no .se afi:ma un1c~ente. de
en este sentido es rnarufiesto que pertenece a la cualidad. Después se expondtá _-:IOs accidentes, sino también de las sustancias, pues en Dios ex1st~ potencia activa,
cómo es una especie peculiar de cualidad. -;--:,y en la materia hay P?tencia. receptiv.a, la~ cuales ~ºD: ~ustanc1ales, y la. for1na
:sustancial, en cuanto t1e?7 virtud actn:a, es un pr1nc1p10. d; transn:iutac1on de
Sobre la potencia y las significaciones de esta palabra :·;6tra cosa, que es la defimción de potencia p~opuesta por Anstoteles. Sm ei;nbargo,
-~más estrict:imente, conforme al uso de los filosofas, suele tomarse la potencia co~o
9. El nombre de potencia es también equívoco o análogo, como indica Aris-o
\<~t principio próximo, connatural al agente creado_ para hacer ~lg?, .Y en ,es.e sent~do
tóteles en el lib: V de la M~tafísica, c. 12, y en lib. IX, desde el principio. E¡¡'
:~s siempre un accidente, pues la forma sustancial n.o es principio proxrmo, s~o
efecto, 1~ potencia en un sentido se toma respecto de lo posible, entendido en toda:
principal, como se dijo en lo que pr~cede. Y, entendida de e~te modo la P?te~c.ia,
su amplitud; y se dice posible de esta manera cuanto no envuelve en sí repug~_:
nancia,_ sobre lo cual dijo Aristóteles, en el lib. IX de la Metafísica, c. 3, que
'--dice referencia únicamente a la cualidad; pues sólo las cualidades son prmcip1os
<próximos activos en las criaturas, como se expli7ó en la disp. XVIII,_ s_ec. 2 ~ 3.
es posible aquello de lo cual no se sigue nada imposible una vez que se ha puesto
en acto. En efecto, como es imposible lo que no puede existir en la realidad'
>; ·Sin embargo, diremos después si todas las cualidades que son p~mcip10s actlvos
'':pertenecen a la segunda especie de cualidad, que se llama potencia. Y_ lo que se
Y lo que está en acto tiene existencia en la realidad, se encierra una maniliesl~'.;
.:' ha dicho del principio próximo de la acción se ha de entender proporcionalmente
:epugi;iancia en que, de lo que es posible una vez puesto en acto, se siga ú-:'
unposible. P_ero en fo que se llama posible parece que se incluyen dos cosas, una
·;:O' ·del principio próximo de la recepción de los accide.ntes, si es que hay alg~~o
que es cuasi negat1va, concretamente la no repugnancia para ser, y a esto suele_ f\:;,Ú ·_destinado per se a esta función; tal vez no ha)'."a runguno que no sea t.am.b1.en
...' · principio próximo de acción, aun cuando, contrariamente, haya muchos pr1nc1p1os
llamarse posible lógico, y a él le corresponde la potencia lógica, que se llamá
:'.'.$_:':'.'_--e'orrespondet potentia logica, quae ita appel- sed etiarn de substantiis dicitur, narn in Deo
habituurn, et ita constituunt peculiarem or-
dinem in potentia respectu habítus, vel certe
formam aut virtutem, et ita manifestum :;:f\~:::-Jatur quia non consistit in aliqua simplici est potentia activa, et in materia est recepti-
secundum se, quatenus conferunt ultimam
pertinere ad qualitatem. Quomodo autem :~;,~:>:~t reali facultate, sed in sola non repugnan- va, quae substantiales sunt, et forma sub-
peculiaris qualitatis species, infra declara.:,: ,,':- da extremorum, et ita magis cernitur in or- stantialis, quatenus vim habet agendi, prin-
actualitatem potentiae, et ita ultimate perfi- bitur. 'filne ad mentiS compositionem ac divisionem, cipium est transmutandi aliud, quae est de-
ciunt illam secundum quemdam ordinem. finitio potentiae ab Aristotele data. Strictius
quae ad logicum spectat. Unde haec poten-
Rursus de quarta specie iam declaravimus De potentia et huius vocis
quomodo possit dispositio vacarí. Omnes de- . tia logica nihil pertinet ad constitutionem vero iuxta usum philosophorum sumi soler
significationibus <-:::: álicuius praedicamet;iti, ut per se clarum est. potentia pro principio proximo, connaturali
nique passibiles qualitates possunt disposi- 9. Potentiae etiam nomen est aequivocum_ agenti creato ad aliquid agendum, et hoc
tiones vacarí, quatenus vel ex parte materiae ': :Alrerum, quod in re possibili ut sic inve-
seu analogum, ut Aristoteles tradit, V Me·-- :nitur, est positiva denominatio qua possibile modo semper est aliquod accidens, nam for-
constituunt determinatum ordinem ad talem taph., c. 12, et lib. IX, a princ. Potentiií
fotmam, vel ex parte formae convenientem
":::<_--dicitur, quae sumitur ab aliqua potentia rea- ma substantialis non est principium proxi-
enim uno modo sur.nitur respectu posSihillS . ,,. li 'Vel activa vel passiva; possibile enim hoc mum, sed principale, ut in superioribus dic-
ordinem conferunt in virtute agendi. Atque latissime sumpti; dicitur autem hoc modo ~odo dicitur quod in alicuius potentia con- tum est. Atque hoc modo sumpta potentia
ita Aristoteles, in· c. de Qualit., calorem et possibile quidquid in se repugnantiam non-- Hnetur; impossibile vero dicetur quod su- ad qualitatem tanturnmodo spectat; nam
frigus inter dispositiones recenset, et in com- involvit, de qua dixit Aristoteles, libro IX -¡:ierat rei potentiam vel in ea non contine- solae qualitates sunt principia proxima agen-
til.uni ac vulgari modo loquendi orones hae Metaph., c. 3: Possibile id esse ex qua i'« tur. De utriusque autem potentiae definitio- di in creaturis, ut in disp. XVIII, sect. 2 et
qualitates vocantur dispos'itiones vel praepa- actu pasito nihil ~equitur impossibile, Nam
rantes materiam ad formam, vel ornantes et ~' _quam tradidit Aristoteles citatis locis, 3, declaratum est An vero omnes qualitates
cum impossibile sit quod a parte rei esse ~upra dictum est disp. XVIII, et in indice quae sunt principia agendi pertineant ad se-
perficientes, aut certe male afficientes ipsum non potest, et quod est in actu in re habeat ':
subiectum. Quod igitur spectat ad primam ai'istOtelico circa praedictos textus aliquid cundam speciem qualitatis, quae potentia di-
esse, apertam involvit repugnantiam ut ex anhotavimus. citur, infra dicemus. Quod autem dictum est
difficultatem, quam nunc tráctamus, dispo- possibili in actu pasito aliquid sequatur im- . 10. Ex quibus etiam constare potest rea- de principio proximo agendi, intelligendum
sitio, prout inter qualitates numeratur, non possibile. In eo autem quod possibile dici- --~­
dicit solan1 positionem partium corporalium ~e;rt potentiam seu physicam latissime patere, proportionaliter est de principio proximo re-
tur, duo includi videntur: unum est quasi :Q_arn in universum dici potest et solet de qua- cipiendi accidentia si aliquod sit per se ad
in loco, vel in toto, sed dicit affectionem cor- negativum, nimirum, non repugnantia essen-:>
poris vel animae ordinantis illam secundum cumque vi agendi, aut de capacitate recipien- hoc munus destinatum; fortasse enim nullum
di, et hoc dici solet possibile logicum, eíque di, quo modo non tantum de accidentibus, est quod non sit etiam principium proxi-
218 Dlsputact'ones metafísíc XLII .-Secci6n lll 2r9

próximos tente para ser dividido o terminado con facilidad; y la humedad del cerebro
. . activos
. ,.que no. son receptivos, y, por ello' bajo la designación general
de prmc1p10 proxlUlo activo puede abarcarse todo este género de llamará impotencia en cuanto lleva consigo la debilidad de la memoria para
ello trataremos más ampliamente en la disputación siguiente. ener, y se llamará potencif!_ en cuanto confiere facilidad para aprender. Se
de a esto que tal debilidad de acción o pasión no se origina muchas veces de
Sobre la impotencia a sola cualidad, sino de diversas, o de un agregado de muchas, a la manera
roo la torpeza de ingenio nace a veces de una complexión, y a veces de otra,
11. Origen y. significa?io~es. del n?mb.r,e "impoten~ia".- Si atendemos al:~'.- esto es más claro en los cuerpos enfermizos, porque se origina de muchas y di-
valod~ del fnori:bre, tmpo~encza s1gn1fica pr1vac1on de potencia, o más bien negación:-•- _ __ -Vérsas disposiciones; por tanto, esa debilidad no pertenece per se a la cualidad,
se ice: e .ect1vamente, i~potente .el 9-ue ~~ece de potencia, a~n cuando no pUed~-----_:; :'Sino que es un impedimento accidental que nace de varias cualidades, ya sea de
tenerla, sin embargo, ba¡o esta s1gmficac1on es claro que la impotencia no pert 2:'"
nece. al género de la cualidad, más aún, ni a ningún género de ente, ya
consiste solamente en una negación. Pero, en otro sentido, se dice impotencia une
q: cada una de ellas, ya de todas conjuntamente.
13. Se responde que estos argumentos persuaden que la impotencia no queda
'i~onstituida formalmente dentro de la cualidad, en cuanto es impotencia, y que
cierrn debilidad o ~eptitud positiva para hacer.º padecer algo, como es el embq~ \por consiguiente la debilidad de fuerzas, la torpeza del ingenio y demás similares
~arruento del ingenio par~, entender, o la deb1hdad de la n1emoria para retener; _que denotan únicamente un impedimento para la acción o la recepción, for-
igualmen.te, una complex10~ del cuerpo que lo hace enfermizo o valetudinario; <;'tnalmente y bajo ese aspecto no constituyen ni demandan una especial razón de
~e la m1.sma mane~a'. también..e_n l', cera, por ejemplo, se llama a su blandura ; :_cualidad. Pues, aunque tal impedimento nazca a veces de una o de varias cuali-
impo.ten~1a para resistir la d1v1s1on; estos vienen a ser los ejemplos corrientes dí:: i<-daétes, sin embargo no dice referencia per se a la razón de esas cualidades, sino
tal s1gmficado.
·_que es algo consecuente y cuasi accidental. Por tanto, la impotencia se enumera
. 12. Pero encierran_ una di.ficultad no pequeña; pues cualquier especie de cua.. "-<: como cualidad en tanto en cuanto es una clase de potencia destinada per se a un
hdad, como de cualquier realidad, se ha de estimar por aquello que le conviene 'ácto. Pero como a veces es una potencia tal que es insuficiente para ejercer su
p~r se, .no por lo que le .conviene como consecuencia y cuasi per accidens; ahota- ,:>acto, o que queda fácilmente impedida en su ejercicio, toina de ahí esa denomina-
b1en, ~1nguna cu~hdad tiene P_er se e~ hac~r al sujeto débil o inepto para una ,---ción de impotencia. Y de dónde le viene a esa potencia el ser de tal clase lo
obra, smo q:ie, st es u.na ci.:altd~d activa, tiene per se el conferir energías pata diremos después, al tratar de la cuarta dificultad.
su obra; y s1 no es activa, solo tiene per se el conferir su perfección formal o su
efecto;. pero que de all~ s~ siga un impedimento para otras acciones o pasiones,
es accidental; por co,ns1guien~e, n? hay razón para llamarla impotencia, 0 , por Sobre la pasi6n y sus significados, y sobre la cualidad pasiva
lo menos, J.?.º .hay. :azon para incluirla entre l~s especies de la cualidad por causa-
de ,es~ denom1?ac1on. En otro caso, toda cualidad, que es potencia para un acto, 14. El nombre de pasión tíene también varias significaciones, como se lee
seria. :n;ipotenc1a para el opuesto, como la dureza, que es potencia para resistir Aristóteles, V de la Metafísica, c. 21. Sin embargo, dos son las principales.
la d1v1s1ón, será impotenci~ para la misma división, y al contrario, de la misma es la que se dice generalmente de cualquier mutación o de la recepción de
manera gue lo blando se dice impotente para resistir la división, se dirá asimismo 'una realidad que se realiza en acto en un sujeto. Y, en este sentido, la pasión cons-
'':{::tiruye un predicamento especial. Aunque en tal significación se diga que padece
mum agendi, quamvis, e contrario, multa mollitudo dicitur impotentia ad resistendum
sint principia proxima agendi quae non sunt divisioni; haec enim sunt fere communfa -> --'c,ile dividatur seu terminetur; et humiditas Nam, licet illud impedimentum saepe a qua-
recipiendi, et ideo sub generali appellatione exempla huius significationis. :::'{~'_--cerebri dicetur impotentia quatenus imbecil- litate vel qualitatibus proveniat, tamen non
principii proximi agendi totum hoc genus 12. Habent autem non parvam difficulta"' >!---;::;Jitatem affert memoriae ad retinendum, et per se spectat ad rationem talium qualitatum,
potentiae comprehendi potest; de qua latius tem; nam omnis species qualitatis, sicut et ''Hicetur potentia quatenus confert facilitatem sed est quid consequens et quasi per acci-
dicturi sumus disputatione sequenti. cuiuslibet rei, pensanda est ex eo quod per :-,ad apprehendendum. Accedit quod haec im- dens. Impotentia ergo in tantum sub quali-
se illi convenir, non ex eo quod consequen- ~_ecillitas agendi vel patiendi saepe non pro- tate numeratur, in quantum est aliqualis po-
De impotentia ter et quasi per accidens; nulla autem qua- {:_ -::'Venit ex una qualitate, sed ex diversis, aut tentia per se instituta ad aliquem actum.
litas per se habet reddere subiectum imbe- '\,,,'ex aggregato multarum, ut hebetudo ingenii Quia vero interdum talis est potentia ut
11. Nominis irnpotentia origo et significa- c~lle au~ ineptum ad aliquod opus, sed si interdum provenir ex una complexione, in- imbecillis sit ad suum actum exercendum,
tiones.- ImpotentiaJ si vim nominis atten- s1t quahtas activa, per se habet conferre vi- \ :_terdum ex altera, idque evidentius constat vel ut facile impediatur ne illum exsequi pos-
damus, privationem potentiae significat, vel res ad suum opus; si vero non sit activa, in valetudinariis corporibus, quod ex variis sit, inde accipit illam denominationem impo-
potius negationem; dicitur enim impoten~, per se solum habet conferte suam formalem--"¡ ;~~·"':)~t, multis dispositionibus proven_it; i_J_fa_ ergo tential!. TJnde vero habeat talis potentia qucd
qui potentia caret, etíamsi illam habere non perfectionem seu effectum; quod vero inde :-;'.:- ímbecillitas non per se pertinet ad qualita- eiusmodi sit, dicemus inferius circa quartam
possit; sub hac tamen significatione, mani- consequatur impedimentum ad alias acciones tem, sed est impedimentum per accidens pro- difficultatem.
festum est non pertinere impotentiam ad ge- vel passiones, est per accidens; non est ergo '\.'eniens ex variis qualitatibus, vel ex singu-
nus qualitatis, immo neque ad aliquod genus lisi vel ex multis simul. De passione eiusque significatis, et de passiva
cur inde impotentia nominetur, vel saltem,
entis, cum tantum in negatione consistat. 13. Respondetur argumenta haec convin- qualitate
non est cur ob eam denominationem inter
Alio vero modo dicitur impotentia, positiva species qualitatis referatur. Alias omnis qua- cere impotentiam non constituí sub qualitate 14. Passionis nomen plutes etiam habet
quaedam imbecillitas ve1 ineptitudo aliquid litas quae est potentia ad unum actum- esset furmaliter, quatenus impotentia est, et con- significationes, ut constat ex Aristotele, V
agendi vel patiendi, ut est hebetudo ingenii impotentia. ad oppositum, ut durities, quae sequenter imbecillitatem virium, hebetudinem Metaph., c. 21. Duae tamen sunt praecipuae.
ad percipiendum, vel imbecillitas memoriae est potentia ad resistendum divisioni, erit ingenii, et similia omnia, quae solurn deno- Una est qua generaliter dicitur de quacum-
ad retinendum; item quaedam complexio cor- impotentia ad ipsam divisionem, et, e con- 'tant impedimentum agendi aut recipiendi, que mutatione vel receptione alicuius rei,
poris qua constituitur insalubre aut valetu- verso, sicut molle dicitur irnpotens ad ;resí... formaliter et sub ea ratione nec constituere quae actu fit in aliquo subiecto. Et hoc mo-
din8rium; sic etiam in caera, verbi gratia, stendum divisioni, ita dicetur potens ut fa- , lléc postulare specialem rationem qualitatis. do passio constituir speciale praedicamentum.
221

220
bio, el nombre de forma, aun cu'ando sea por lo demás muy general, sin
bargo tal como se enumera entre estas especie~ no significa otra cosa que la
alguien. sobre ~odo cuando recibe algo contrario y nocivo a su naturaleza p<:{ t
razón, de lo cual q~eda privado de una p~rf~cción que. le es debida, como' not~ sroa figu ra ' ya que ésta es .como
. la forma
. exterior que aparece en los cuerpos.
r lo cual, parece que se s~gn:fica lo 1!11smo con las d?s. palabras~ excepto que
tambien San!o Tomas en I-II, q. 32, a. 1, Slguiendo a Anstóteles en el mencionad el nombre de figura se s1gn1fica segun el uso matemat1co y haciendo .abstrae-
c. 2!. Y anade también que ésta se llama pasión principalmente cuando tra~ n de Ja materia· por ello dijo Aristóteles, en el lib. V de la Metafísica, que
consigo dolor o molestia. Y de aquí se ha derivado también que los afectos del n alidad se hall; de este modo en los seres inmóviles; y con el nombre .de
alma se uan::n pasi~nes; pero ~orno esta c.lase de pasión se co.noce sobre todf)' cua se significa de modo físico. Y para mí no es improbable que la forma diga
en la alterac10n sensible, de aqm se ha denvado el nombre a significar también orrn · sen.ttd?',
·d s111Bo
·
·e: este modo figura, no en cualquier ~n cuanpto eds.ta· adornaDa
d c~n
l~ cualidad que se produce por esta pasión y alteración sensible. Y esta significá: · 'dentes sobre todo con colores, como m 1co oec10 en rae icamen 1. e es a
ción la ,establee!? en primer lugar. Aristóteles e;i el referido c. 21, y, según ella:, CCl ' ' ' d
Jllanera, pues, la imagen sensible parece per~enecer a esta es~ecie p~r razol~d de su
enumero la pas1on entre las especies de la cualidad. Pero, como la alteración por
forma. Es verdad que tal forma parece que mcluye no u~a, sino .va.:1as cua i a .es;
la que se pr?duce esta cualidad es a veces repentina y pasa rápidamente, de ial
manera que ¡untamente con ella se deshaga o destruya también su término, conib
·;;ro embargo, del mismo modo que en. las otras la umdad artifici~l .º que tie~e
· ta proporción o subordinación se ¡uzga sufic1ente para const1tu1r en algun
se ve da'.? en el ~ubor del rostro. debido a la vergüenza o suscitado con cualquier '.:,-~~~tido una cualidad, aun cuando surja de muchas, como es manifiesto en la
~tra ocas1on parecida, y, en cambio, a veces se produce por la alteración una cua-
lidad estable y duradera, atribuye por esto Aristóteles de un modo peculiar el al d la hermosura y otras, así puede afirmarse de esta . clase
su, 1 de. forma. h En tal
')entido es también probable que pertenezca a esta especie a rmsma ermosura,
nombre de pasión a la cualidad producida de la primera manera. Efectivamente
la ~asión más bien parece significar una realidad en proceso que en su ser pro-~ ,:ya que surge pdncipalmente de la figura. . . .
- - 16. y no importa que Soto, en P1'aedicam., ob1ete que conc~etar;iente la her~
?ucido. E hizo esto para siguificar que dichas, cualidades, aun cuando parezcan
;fnosura pertenece a la primera especie, porque expresa una conven1enc1a .de la cosa;
unperfectas y transeúntes, son, sin embargo, verdaderas especies de cualidad
pues el mismo argumento podría haber hecho. d.e muchas otras cualidades, que
En otros pasajes llamó a las que son más duraderas cualidades pasivas o pasibles'
coloca él mismo bajo diversas especies por distintas razones. Sobre este punto
porque por su naturaleza tienen aptitud, o para ser producidas por una pasión)
/_trataremos en la sección siguiente.
o para obrar mediante una pasión, pero, con todo, no consisten siempre en un~
como pasión actual. , 17. Finalmente se ha de observar acerca de esta especie, que Aristót~les la
atribuye en la Metafísica sobre todo a los nú?1er?,s comp':estos que, sep:llD; los
Sobre la figura y la forma ::-~_t:<-L'.>matemáticos, son aquellos que resultan de la aphcac1on del nu~ero sobre s1 rmsmo
l'.i,f:_: _o sobre otro, co1no el nueve, de tres grupos de, t:es; o ~l seis, de dos grupos de
15. Varias acepciones de los nombres figura y forma.- Finalmente, el nombre I:':>':tres y así en los demás. Por tanto, los matemat1cos atribuyen ~as figuras a esos
de figura. tiene una significación más definida. Pues, para omitir otras impropias n~eros por una cierta proporción con .las figuras de las magnitudes? en cuanto
Y m~tafóncas, .Pº'. las que ~e dice de la figura del silogismo y de la figura retórica, '<_:-surgen de la aplicación de un número igual, ma~o~ o menor. Y?' .sm embargo;
propiamente. significa un ~ierto modo que resulta en el cuerpo por la terminación pienso que todo este sentido de figura es metafonco, y que ob¡etivamente esta
de la magrutud. Tal modo pertenece al género de la cualidad, porque conviene .
:-.-:>
con las demás cualidades en la razón de afectar y perfeccionar al sujeto. En
:''-S'.<k<>convenit. Formae vero nomen, licet alioqui similibus, ita dici potest de eiusmodi fonna.
Quamquam in ea significatione maxime di- passionis nomen peculiariter attribuit quali.-
-
~~;r-- valde generale sit, tamei:i pr<;>ut. ínter has Quo modo etiam probabile est, ad hanc
::;Le~: __ species numeratur, non allud s1gnrfi.cat qu~m speciem pertinere ipsam pulchritudinem, quia
catur quis pati quando aliquid recipit suae tati priori modo factae. Quia passio magis-: ';:\~'\'.---,·-Ípsam figuram, quia illa est veluti extenor haec maxime ex figura consurgit.
naturae contrarium et nocivwn, ratione cuius videtur significare rem in fieri quam in _;:~};:.Jorma quae in corporibus appare.t. .Und~ 16. Nec refert, quod Soto in Praedicam.
privatur aliqua perfectione sibi debita, ut facto esse. Quod ideo fecit ut significaret >i-;_ Jdem videtur his duabus vocibus s1gni:ficar1, obiicit, quod, scilicet, pulchritudo pertineat
notavit etiam D. Thomas, in I-II, q. 32, a. 1, eas qualitates, etiamsi imperfectae et trans~ '.:':,:,;!(_:::::_---_niSi quod nomine figurae significatur more ad primam speciem, quia dicit rei convenie?-
post Aristotelern, dicto c. 21. Qui etiam ad- euntes esse videantur, nihilominus veras 5:r'.;';;<_; rrtáthematico et abstrahendo a materia; pro- tiam. Narn idern argumentum facere potllls-
dit tum maxime vocari hanc passionem, esse qualitatis species. Alias autem, quae i-!)--';r_:::·:-- _ptér quod dixit Aristoteles, in V Metaph., set de multis aliis qualitatibus, quas diversis
quando dolorem vel molestiam affert. Et in- diuturniores sunt, vocavit passivas seu pas·
de etiam factum est ut affectus animae pas- sibiles qualitates, quia natae sunt aut per
,_· ·<<-__ _ qúalitatem hoc modo reperiri in immobili- rationibus sub diversis speciebus ipse collo-
:¿-,_",- bús; nomine autem formae signi:ficatur mo- cat. De qua re dicemus in sequenti sectione.
siones vocentur. Quia vero huiusmodi passio passionem fieri, aut per passionem efficere, ,·:_-::: d(i' physico. Et mihi improbabile non est 17. Denique annotandum est circa hanc
in alteratione sensibili maxime nota _est, hinc non tamen semper veluti in actuali passione~ Lo:.,~_,,.formam hoc modo dicere figuram; non ut- speciem Aristotelem in Metaphy!lica earn
ulterius derivatum est hoc nomen ad signi- consistunt. cúmque, sed ut ornatam accidentibus, prae- rnaxime attribuere numeris compositis, qui
ficandam qualitatern quae per huiusmodi sértim coloribus, ut Boetius in Praedicamen- sunt apud mathematicos illi qui consurgunt
passionem et alterationem sensibilem fit. Et De figura et forma tiS índicavit. Sic enim imago sensibilis ad ex ductu eiusdem nurneri in seipsum vel in
hanc signi.ficationem primo loco posuit Ari- 15. Variae acceptiones nominu1n figura et hlinc speciem pertinere videtur ratione suae alium, ut novenarius ex tribus ternariis, vel
stoteles, in dicto c. 21, et in eadem nume- forma.- Denique figurae nomen magis cer".' formae. Verum est huiusmodi formam non senarius ex binario ternariorum, et sic de
ravit passionem inter species qualitatis. Quia tam habet significationem. Ut enim omítta- uziáín, sed plures videri includere quaUtates; aliis. His ergo numeris attribuunt mathema-
vero alteratio per quam fit haec qualitas, mus. alias improprias et metaphoricas, quibus tamen sicut in aliis unitas artificialis, vel tici figuras, per quamdam proportionem ad
interdum subita est et cito transit, ita ut dicitur et de figura syllogismi et de figura alié:'uius proportionis aut subordinationiS suf- figuras magnitudinum, quatenus ex ductu ae-
cum ea simul etiam terminus eius dissipe- rhetorica, proprie significat rnodum quem7 fiCí!re censetur ad constituendam aliquo mo- qualis aut maioris vel minoris numeri con-
tur seu destruatur, ut patet in rubore vultus dam resultantem in corpore ex terminatione dó: unam qualitatem, etiamsi ex multis con- surgunt. Ego vero existimo hanc totam ra-
ex verecundia vel alía simili occasione ex- magnitudinis. Qui modus ad genus qualitatís surgat, ut patet in sanitate, pulchritudine, et tionem figurae metaphoricam esse, magisque
citato, interdum vero per alterationem fit pertinet, quia in ratione afficiendi et perfi- ' '
qualitas stabilis et diuturna, ideo Aristoteles ciendi subiectum cum caeteris qualitatibus
222 Disputaciones metafísicas XLII.-Sección lV _ _ _ _ _ _ _ _ _ 223

más en el entendimiento que en la realidad, y, por lo mismo, no pienso que pro.:.


piamente pertenezca a las especies de cualidad. Diversas opiniones
2 Cuántos modos de dístÍnción pueden concebirse entre estas especies.-
Conclusión y resolución de la cuestión ·n~'ón primera.- Para explicar esto y resolver los argumentos propuestos en
tra en Ja sec. 2, dificultad segunda, hay que advertir. que puede enten;terse
18. Con esto ha quedado suficientemente probada la aserc1on sentada al dos modos la distinción de estas espec_ies y, por de~1rlo así, la .carencia .de
principio de la sección y queda bastante respondida la primera dificultad de Ja. rferencia de las mismas. Primero, atendiendo. a la realidad, es decir, ~ue nir:-
sección precedente, pues toda ella se funda en la equivocidad de los términos; a que quede colocada bajo una de estas e~pec1es pueda qu~dar establecida_ ba¡o
Declarada ella, se ve suficientemente en qué sentido queda constituido todo en otras. En segundo lugar, que sólo se conciba que las e~pec1es carece~ de 1nter-
el ámbito de la cualidad.
ncia según sus propias raz~nes formales, pero n o . siempre ~~end1endo a la
idad misma. Por tanto, comunmente parece. que 1a mterpreta~1on es que esta
ción no debe ni puede entenderse del pnmer modo, smo solo del segundo.
SECCION IV ue el modo prilnero no puede ser universal parecen persuadirlo los argumen-
q ropuestos en la dificultad segunda; y, excluido ese primer modo, es menester
SI LAS CUATRO ESPECIES DE LA CUALIDAD SON TOTALMENTE DISTINTAS pel último sea verdadero, ya que no queda rungu-? . , otr? en qu~, pued~ ser
ENTRE SÍ
bién verdadera esta segunda conclusión y tener cons1stenc1a la d1v1s1on rmsma.
tiene esta interpretación un gran fundamento. en Arist.ót~le~, que. ~~loca unas
1. Aunque en el modo de distinción de estas especies haya diversidad de opi- mas realidades bajo diversas especies de cua!Idad. E idenuca op1mon supone
s to Tomás, I-II, q. 49, a. 2, ad 1 y 2, donde afirma que la figura y la cu~lídad
niones, como después diremos, sin embargo todos piensan que son distintas. Y,
por ello, hay que decir brevemente que esas cuatro especies de cualidad son
distintas y no tienen interferencia alguna, ya sea en cuanto a su realidad, ya al ible en cuanto conviene a la naturaleza del sujeto, pertenecen a la prrrnera
ecie' de cualidad. Y ésta es una opinión frecuente entre los autores, sobre
menos en cuanto a su razón formal. Esta conclusión, tomada en general, se prueba
por la razón o condición común de la buena división, en la cual los mie1nbros o los modernos.
deben ser opuestos y, por consiguiente, distintos; de lo contrario, no sería una: 3. 1uicio de la primera opinión.- ~ero. tal opinión, ~un . cuand~ t~ . vez
división, sino una ficción y repetición inútil. Igualmente es necesario esto sobre Pueda defenderse para distingu1; las prt~d1cac1ones º. ~enoi:i1nac1on;~ d1alect1cas,
todo en la división del género en sus especies, pues las cosas que difieren en es- parece, sin e!llbargo, . apta n1 ~onven1ente para d~st1ngi:1r metaf1s1camei;ite las
pecie difieren esencialmente; por consiguiente, no pueden convenir a una misma especies y esencias de dichas cualidades,, P?rque es 1mpos1b.le que una misma e
cosa según una misma razón. Luego, si la mencionada división ha sido propuesta idéntica realidad esté esencialmente constituida en especies diversas ~ opuestas ~e
de modo conveniente, y es de un género en sus especies, como suponemos, es !ih mismo género. Y no basta con responder q:ie esto ~s verdad segun ~a razon
menester que los miembros que dividen sean distintos y sin interferencias. Y quiero tbrmal, pero que, según diversas, no es un Inconveniente; esto ~~ep1to- no
significar al decir sin interferencias, que ninguna cosa que está colocada en una katisface, porque o bien esas razones formales son actu.ali;nente ?1st1ntas en Ja
especie puede colocarse en otra, ya que una especie no puede colocarse bajo alidad, al menos ex natura reí o modalmente, o son distintas solo conceptual-
géneros opuestos, es decir, de tal modo distintos que no estén colocados en
subalternación. Variae opiniones consistere. Habetque haec interpretatio mag-
num fundamentum in Aristotele, qui eas-
> 2. Quot distinctionum madi cogitabiles dem res sub diversis speciebus qualitatis po-
esse obiective in intellectu quam in re, et has quatuor species qualitatis distinctas esse )i_ter has species.- Prima sententia.- Ut nit. Et eamdem sententiam supponit D. Tho-
ideo non existimo pertinere proprie ad spe- et inter se impermixtas, vel secundum rem, ¡iútem hoc explicemus et argumenta in con- mas, I-II, q. 49, a. 2, ad 1 et 2, ubi ait
cies qualitatis. vel saltem secundum rationem formalem. ttáríum in sect. 2, difficultate secunda, posita figuram et passibilem qualitatem, prout con-
Haec conclusio in genere sumpta probatur '.ólvamus, advertendum est duobus modis venir naturae subiecti, pertinere ad primam
Quaestionis conclusio ac resolutio _iptelligi posse distinctionem harum specie- speciem qualitatis. Et haec opinio est fre-
ex generali ratione seu conditione bonae di-
18. Ex P.is igitur satis probata est assertio visionis, in qua membra esse debent oppo- J:lim et (ut sic dicam) impermixtionem ha- quens apud auctores, praesertim recentiores.
in principio sectionis posita. Satisque respon- sita, et consequenter distincta; alioqui non i•µm. Primo secundum rem, id est, ut nulla 3. De prima sententia fertur iudicium.-
sum est ad primam difficultatem sectionis erit divisio, sed nugatio et repetitio inutilis. i:¡U:ae sub una harum specierum collocatur, Sed haec sententia, licet fortasse ad distin-
praecedentis; teta enim fundatur in aequi- Item hoc maxíme necessarium est in divi- ¡}OSSit constituí sub aliis. Secundo, ut solum guendas dialecticas praedicationes vel deno-
vocatione terminorum; qua declarata, satis sione generis in species, nam quae specie ,-_Ji¡felligantur species impermixtae secundum minationes sustineri possit, non tamen vi-
constat quo sensu omnia sub qualitate con- differunt essentialiter differunt; ergo non proprias rationes formales earum, non vero detur apta neque conveniens ad metaphy-
stituantur. possunt eidem secundum eamdem rationem :':!-{;'.'.> s_eniper quoad res ipsas. Communiter ergo sice distinguendas species atque essentias
convenire. Si ergo dicta divisio convenienter _-;-_:'.};:::}ttterpretatio esse videtur hanc distinctionem harum qualitatum; quia fieri non potest ut
SECTIO IV est tradita, et est generis in species, ut sup- · ;:-::->:D.on debere nec posse intelligi priori modo, una et eadem res constituatur essentialiter
AN QUATUOR QUALITATIS SPECIES SINT INTER ponimus, necesse est ut membra dividentia fjk-_--Sed tantum posteriori. Nam quod prior mo- in diversis et oppositis speciebus eiusdem
SE OMNINO DISTINCTAE distincta sint et impermixta. Vaco autem :1_~'->d_us_ non possit esse universalis_, videntur generis. Neque satis est respondere hoc esse
impermixta, quia nulla res in una specie :\_----convincere argumenta proposita in secunda verum secundurn unam rationem formalem,
1. Quamvis in modo distinctionis harum constituta potest sub altera collocari; quia (i~:_'-~difficultate; secluso autem illo priori modo, tamen secundt1m diversas id non esse in-
specierum diversitas opinionum sit, ut infra non potest una species collocari sub gene- ·<;< :n_ecesse est ut posterior verus sit, quia nul- conveniens; hoc (inquam) non satisfacit~
attingemus, tamen quod distinctae sint, om- ribus oppositis, seu ita condistinctis ut non 'Jus alius superest in quo possit et haec se- quia vel illae rationes formales a parte re1
nes sentiunt. Et ideo breviter dicendum est sint subalternatim posita. fUnda conclusio vera esse et divisio ipsa sunt actu distinctae, saltem ex natura rei
224
Disputaciones metafísz'C
mente. Lo primero no puede afirmarse en el caso presente, no sólo po~ ,· .. ;.:_¡;.· utad6n XLII.-Secci6n IV
·
e¡emp 1o, en e1 calor no pued en ct·il)ttngmrse
· · en ¡a realidad
· que, por.·.·
dos elementos tal
225

se comporten como una cosa y un modo ya que el mismo calor segun' la es · que accidentales o no indican distinción esencial, no conocemos ningunas difer.encias
'dd. l 1 ' , misma.
ent1 a s1mp e por a que es cualidad pasible, es también virtud próxima Pata -cualidades por las cuales podamos tener una distinción esencial. Y, además, se
calentar, Y afecta favorable o desfavorablemente al su¡' eto y no puede.n sep ite el argumento propuesto, ya que, o bien estos modos son distintos ex natura
d e esa cuali.d ad to d as estas razones; por lo cual se fingiría
' , ararse.,,
de modo total respecto de sus cualidades, o lo son únicamente por la razón. Lo primero no
· 1 d. · .,
gratuito a 1stlncion ex natura rei entre ellas. Sino además también porque
mente
· .<,_ ede afirmarse, ya que no puede hallarse ningún fundamento de tal distinción
bleci~a dicha ~istinción, no podrían ser esenciales para ta~ r_eali~ad una y 0~~:s~~<< estas cosas, como se ha explicado. En cambio, si son distintos únicamente con
esas razones_, s1n~ solamente aquella que realmente no se d1stmguiese de la entid -d··.: razón, ¿por qué se llaman accidentales, siendo así que también la diferencia
ya que la esencia de la forma no se distingue de la forma misma· y la aón, cíal se distingue conceptualmente de la cosa, y por lo demás estos modos son
mo.dl a seria· acc1·denta¡ o, a lo más, a manera de una pasión propia respecto
' raztal:
de intrínsecos y absolutos respecto de dichas cualidades, cuanto puede serlo una
e1:1t1~ad, aunque i:ueda llamars.e esei:-cial para el modo mismo, en cuanto es alió· .;: rencia esencial, como explicaremos en breve? Finalmente, si de ese modo no
~1st1nto ~e. la entidad. Pero, s1 se. d~ce que aquellas dos razones formales se dis. . -:. : da señalada una diferencia esencial entre las cualidades, preguntamos esto mis-
tinguen un1c~mente c~n el entend1rmei;to, y ;ma y otra se afirma que es esencial"· es decir, ¿a qué razón se ha de atender para dividir el género común de la
para, esa ent1da~, se s1~e que una~ diferencias opuestas y que dividen por igu_al alidad en especies esencialmente diversas?
a~ ~~nero superior, convienen esencialmente para constituir la misma cualidad in~
d1v1s1ble, que era e~ i!:conveniente que se infería y que repugnaba absolutament~:·
.. 4. Segunda opinion.- Se rechaza.- Por esta razón no han faltado quien~s
d;1eran que aquell?s cua~ro miembros no se. diferencian entre sí como especies Solución
d1ve~sas de la cualidad, s1no como modos accidentales o relaciones diversas de laS-::·:
cualidades, de t.al manera que .no es la división de un género en sus especies, sinQ.,, En primer lugar pienso, por tanto, que el género de la cualidad puede
como de un SUJ~to en sus accidentes. Esto opinó Escoto en Praedic. de Qualitat.' er especies propias esencialmente diversas: esto es evidente por sí mismo, ya
q. 1, e In IV, d1st. 6, q .. 10. Pero es una opinión más antigua, pues hace menció~.­ pertenece al concepto de todo género. En segundo lugar afirmo que, una vez
de ella Alberto en Praed1c., tratado De Qualit., c. 3. Sin embargo, esta opinión no gnadas las propias y adecuadas diferencias esenciales de las cualidades, que
parece que tenga. que ser admitida, primero, porque Aristóteles llama a éstas ex"'.. - stituyen especies esencialmente diversas, éstas no distinguen sólo con la razón
presarnente esp~c1.es o géneros de la cualidad, y en otro sentido no hubiera podid.Ó Jas cualidades que constituyen, sino realmente, y, por ello, una e idéntica cualidad
establecer Y ~lVld!r acertadame~te el predicamento de la cualidad. Además, porque\ puede quedar constituida en la realidad por varias diferencias que dividen de
de lo contrario, n? quedaría rungún camino para establecer la distinción esencial : modo el género de la cualidad. Esto me imagino que lo prueban suficiente-
entre algunas cualidades, pues si todas las diferencias enumeradas en estas especies·.~ nte las razones expuestas. En efecto, una cualidad sólo puede ser una entidad,
de una entidad no hay más que una constitución esencial dentro de un género.
}
seu modaliter, vel tantum ratione. Primum differ~ntias oppositas et dividentes ex aequo·:'.:¿; imismo, porque una cualidad no es solamente un modo o accidente de otra
non potest dici in praesenti, tum quia non super1us genus, essentialiter convenire ad alidad distinto real o conceptualmente de otra cualidad; por consiguiente, las
possunt in calare, verbi gratia, distinguí illa eamdem indivisibilem qualitatem constituen.:. \·! ··iferencias que constituyen ·esencialmente la cualidad distinguen también real-
duo a parte reí, quae se habeant ut res et dam, quod erat inconveniens illatum et plane
modus; narn ídem calor secundum eamdem repugnans.
simplicem entitatem, secundum quam est 4. Secunda sententia.- Improbatur.-
passibilis qualitas, est etiam virtus proxima Propter hoc non defuerunt qui dicerent illa
ad calefaciendum, et bene vel male afficit quatour membra non dividí in.ter se tam.. · Peciebus numeratae accidentales sunt vel Resolutio
subiectum, nec possunt hae omnes rationes quam diversas species qualitatis, sed tam- S§entialem distinctionem non_ indican!, nul-
ab i~a qualitate separari; quapropter gratis quam modos accidentales seu habitudines . nobis differentiae qualitatum not'le sunt, S. Censeo igitur in primis posse genus
omn1no fingeretur distinctio ex natura rei varias qualitatum, ut ita divisio non sit ge-:-·-:: quibus essentialen1 distinctionem habere qualitatis habere species proprias essentiali-
ínter illas. Tum etiam quia, posita illa di- neris in species, sed quasi subiecti in acci- ssimus. Et praeterea redit argumentum ter diversas: quod est per se notum, cum
stinctione, non posset utraque illarum ratio- dentia. Quod sensit Scotus, in Praedic. de tum, quia vel isti madi sunt distincti ex hoc sit de ratione omnis generis. Secundo
num esse essentialis tali entitati, sed illa Qualitat., q. 1, et In IV, dist. 6, q. 10. Est-. , tura rei a qualitatibus suis, vel solum ra- existimo, assignatis propriis et adaequatis
tantum quae in re non distingueretur ah que antiquior opinio, nam eius meminit Al- .., ne. Primum dici non potest, quia nullum differentiis essentialibus qualitatum, consti-
entitate; quia essentia formae non distin- bertus in Praedic., tract. de Qualit., e;· ·3:,·-"·: amentum talis distinctionis inveniri pot- tuentibus species essentialiter diversas, illas
guitur ab ipsa forma; ratio autem modalis Sed haec sententia non videtur probanda. ~St in huiusrnodi rebus, ut declaratum est. non ratione tantum, sed re distinguere qua-
esset accidentalis, vel ad summum per mo- Primo, quia Aristoteles expresse vocat has Si vero tantum sunt ratione distincti, cur litates quas constituunt; atque adeo unam
dum propriae passionis respectu talis enti- species vel genera qualitatis. Nec in alio sen• \fócantur accidentales, curo etiam essentialis et eamdem qualitatem non posse in re con-
tatis, quamvis possit dici essentialis ipsi t su recte constituisset atque divisisset quali- \l:lífferentia ratione dístinguatur a re, et alio- stitui pluribus differentiis, sic dividentibus
modo, ut est quid distinctum ab entitate. Si tatis praedicamentum. Deinde quia alias _:qui hi modi tam intrinseci sint et absoluti qualitatis genus. Hoc satis probant rationes
vero dicantur illae duae rationes formales nulla relinqueretur via ad constituendam .:;.:fcéspectu talium qualitatum, quantwn esse factae, ut existimo. Nam una qua-litas solum
solum per intellectum distinguí, et utraque ~istinctionem essentialem inter aliquas qua:; $f.POtest differentia essentialis, ut mox expli- potest esse una entitas, et unius entitatis
esse dicatur essentialis illi entitati, sequitur htates; nam si omnes differentiae in bis ::d::abimus? Denique si illo modo non est una est essentialis constitutio sub uno ge-
1 >:,i;ssJgnata differentia essentialis inter quali- nere. Item, quia una qualitas non est tan-
.Preferimos la l:ctura ~psi en lugar de ipso, como aparece en algunas ediciones, porque ,::t_a~es, hoc ipsum inquirimus, qua, nimirum, tum modus aut accidens alterius qualitatis,
la· prunera se armon12a me1or con el sentido del párrafo. (N. de los EE.) ···ratione dividendum sit commune qualitatis re vd ratione distinctus ab alia qualitate;
;'.~enus in species essentialiter diversas. er~o differentiae essentialiter constituentes
XLll.-Sección IV 227
Disputaciones metafísi'cJ'
incipios próximos de acción, de tal manera que se ordenen a este fin de
mente las entidades mismas de la cualidad. Finalmente, aunque admitiésemos que- pr primario y de él tomen su propia razón y especificación. En efecto, que a
en una e idéntica entidad pueden reunirse varias diferencias o modos de cualida..::-: 0
entes creados les hayan sidó dadas por la naturaleza facultades de esta clase
des distintos, bien sea ex natura rei, bien por razón razonada, sería necesario que en> ag suficientemente por la experiencia y por lo dicho antes en la disp. XVII!
dicha entidad hubiese alguna diferencia primaria y esencial, que no podría ser sino a los principios eficientes de las causas creadas. En cambio, que esas facul-
una sola que de modo último constituiría tal esencia, ya que, como decía, para una:- sean cualidades es consentimiento común de todos los filósofos, que afirman
entidad simple no puede haber sino una única constitución esencial. Por con- , 'n en general que no hay ningún principio 7reado y próximo de acci~? ~ue
siguiente, indagamos aquí estas diferencias esenciales, ya que parece cierto qtie)~'.:-'. a cualidad, como se observó en la misi;ia d1sp. XVIII, y puede. tamb1en m-
el género de la cualidad puede dividirse en sus especies por esta clase de diferen. '· . fácilmente de la razón general de cualidad expuesta en la secc1on preceden-
cias; pues, si las tiene ¿por qué no ha de poder dividirse atendiendo a ellas? · ;~almente, que aquella segunda especie q~ede expuesta perfe.ctamente. de ese
6. En tercer lugar pienso que la mencionada división de la cualidad puede· es claro primeramente por el nombre illlsmo de potencia o rmpotenc1a natu-
explicarse perfectamente de este modo, como parecen haberla explicado Simplicio· ~n seguodo lugar, por la explicación de Aristóteles en el Predicament.o de la
y Arnmonio, en Praedicament. Qualitatis. Y tal afirmación se probará facilmente rdad donde expresamente declara esto acerca de la facultad concedida por
incluso por la sola solución de los argumentos que se propusieron en la dificultad ~tur~leza y excluye la que se ha adquirido mediante ~l uso. o el arte: En
segunda. En efecto, si en ninguna de estas especies se ha establecido cualidad alguna lugar, porque, hablando formalmente, sólo esta cualidad tiene esencial y
que sea preciso que quede establecida bajo otra, ni atendiendo a la misma razón ariamente la razón y especificación de potenc~a. .
formal, ni a diversa, será un argumento suficiente de que estas especies, hablando 8. Por qué los hábitos no es~án en la espec!~ de pot.e~cta na~ural.- Y por
metafísicamente, están libres de interferencia no sólo en el orden de la razón,_ sucede que, aunque los hábitos ~ean tamb~en pr:nc1p1os activos y, por lo
sino también en el orden real. Y como, de esta manera, la división es más real
0 puedan decirse a su manera vrrtudes activas, sin embargo no pertenecen
(por decirlo así) y más apta para explicar las esencias de las cualidades, habrá que m¿do alguno a la seguoda especie por no ser facultades concedidas J?Or la
exponerla así. La consecuencia es clara, y el antecedente se muestra recorriendo, raleza para ser principios próximos de operaciones, sino que son cuahdades
cada una de las especies y objeciones que se mencionaron en la segunda dificultad_. uiridas y sobreañadidas a las potencias p~ra venir c~mo a ai;udarlas Y dru:les
'dad en sus operaciones. Así, pues, el habito operativo se d1stmgue esenc1a1-
Respuesta a la primera parte de la segunda dificultad e de la potencia en que no es el primer p:incipio pr~ximo y c~nn_ar_ural ?e la
acerca de la potencia natural ración sino que es algo que cuasi deterffilna y modifica al prrnc1p10 mismo.
7. Qué principios activos pertenecen a esta especie.- Y la primera dificultad con es~o se excluyen no sólo los hábito~ ~dquiridos, sino ~arnbién los infusos
depende ciertamente de la explicación de la segunda especie, que es la potencia . se; pues, aun cuando éstos parezcan ~1tar a l~~ pote~c1as porque no s?}º
o la impotencia; ésta, como dije anteriormente, se ha de entender, sobre todo,-:; facilidad en la operación como los hábitos adqmridos, smo que dan tamb1.en
como la potencia activa, pero puede abarcar también a la potencia pasiva, y, por , :)>_;~l_:::tnismo poder, sin embargo suponen esenci,almente una p~tenc1a que sea prm-
ello, habrá de explicarse en ambas. Pertenecen, por consiguiente, a esta especie . '~'.;_:~jpio próximo, a la cual elevan a un nuevo gene.ro de operaciones, de ~al :oanera,
las facultades que esencial y primariamente han sido dadas por la naturaleza para ~t-Z:$in embargo, que suponen en ella alguna eficacia, sea natural u obed1enc1al, y a

qualitatem1 distinguunt etiarn realiter ipsas sit constituí sub alia, nec secundum eam.. ut in hunc :finem primario ordinentur, 8, Habitus cur non sint in specie natu-
entitates qualitatis. Denique quamvis admit- dem, nec secundum diversam rationem for- ''inde habeant suam propriam rationem et ralís potentiae.- Atque hinc fit ut, licet
teremus posse in una et eadem entitate con- malem, sufficiens argumentum erit has spe- ' cationem. Nam quod huiusmodi facul- habitus sint etiam principia agendi et ideo
iungi plures differentias vel modos qualita- cies metaphysice loquendo non tantum sé.. datae sint a natura agentibus creatis, suo modo dici possint virtutes activae, nullo
turn, aut ex natura rei, aut ratione ratioci- cundum rationem, sed etiam secundum rem constat experientia, et ex dictis supra, tamen modo pertineant ad secundam spe-
nata distinctos, necessarium esset ut in illa esse ünpermixtas. Cumque hoc modo rea- , XVIII, de principiis efficiendi causa- ciem, quia non sunt facultares <latae a na-
entitate aliqua esset differentia prima et es- lior (ut ita dicam) sit divisio, et aptior ad creatarum. Quod vero illae facultates tura ut sint principia proxima operationum,
sentialis, quae non posset esse nisi una ul- qualitatum essentias explicandas, ita decla· litates sint, est communis consensus om- sed sunt qualitates acquisitae et superaddí-
timate constituens talem essentiam, quia, ut randa erit. Consequentia est manifesta et_ philosophorum, qui etiam generatim tae potentiis ut eas veluti adiuvent aut fa-
dicebam, unius entitatis sirnplicis unica tan- antecedens declaratur discurrendo per sin.. runt nullum esse creatum ac proximum ciles reddant ad suas operationes. !taque
tum esse potest essentíalis constitutio. Has gulas species et per singulas instantias quae di principium quod non sit qualitas, ut habitus operativus in hoc distinguitur essen-
ergo differentias essentiales nos hic investi- in secunda dif:ficultate tactae sunt. disp. XVIII visum est, et facile etiam tialiter a potentia, quod non est primum
gamus, cum certum videatur posse genus gi potest ex generali ratione qualitatis, principium proximum et connaturale opera-
qualitatis in species suas per huiusmodi dif- Responsio ad priorem partem secundae 'one praecedenti declarata. Denique quod tionis, sed est quasi determinans vel afficiens
ferentias dividí; nam si eas habet, cur non difficultatis de naturali potentia secunda species optime in eum modum ipsum principium. Atque ita excluduntur
poterit secundum eas dividí? 7. Quae principia agendi ad hanc spe- natur, patet primo ex ipso nomine na- non solum habitus acquisiti, sed etiam per
6, Tertio censeo praedictam divisionem ciem pertineant.- Et prima quidem diffi- potentiae vel impotentiae. Secundo, se infusi; nam, Iicet hi videantur imitari
qualitatis posse optime in ,hunc modum ex- cultas pendet ex declaratione secundae spe- istotelis explicatione in Praedicamento potentias, quia non solum dant facilitatem in
plicari~ ut eam explicuisse videntur Simpli- ciei, quae est potentia vel impotentia; quae, tis, ubi expresse hoc declarat de fa- operando sicut habitus acquisiti, sed etiam
cius et Ammonius, in Praedicamento Quali- ut supra tetigi, potissimum intelligenda est te a natura data, et excludit eam quae ipsum posse, tamen essentialiter supponunt
tatis. Eritque haec assertio facilis ad persua- de potentia activa, compre.hendere vero etiant Vel arte conquisita est. Tertio, quia, for- potentiam quae sit principium proximum,
dendum, vel ex sola argumentorum solutio- potest passivam, et ideo in utraque expli· lit_er loquendo, haec sola qualitas habet quam elevant ad novum genus operationum,
ne quae in secunda difficultate sunt propo- canda erit. Pertinent ergo ad hanc speciem t se pri.tno rationem ac specificationem ita tamen ut aliquam efficacitatem eius,
sita. Nam si nulla est qualitas in aliqua illae facultates quae per se primo <latae sunt tentia e. vel naturalem, vel obedientialem supponant,
harum specierum constituta, quam necesse a natura ut sint principia proxima agendi,
...........................................................------------------·~

tación XLll .-Sección IV 229


228 Disputaciones metafísi
ésta l~ co?-1.Pletan en su orden. Además quedan excluidas las especie sensib actividad es igualmente conco1nitante; en efecto, esas cualidades no han sido
o las mtehg1bles, porque, aunque no sólo confieran facilidad en la operación · . blecidas esencial y primariamente para dicha eficiencia, como parece evidente
que ~n su or den sean t a1nb1en . para 1a operac1on,
.• necesarias . • no d an, sin. emb' &lll r sf sino con el fin expreso----de modificar a sus objetos de una determinada
la primera facultad próxima de la ,oper_ación, sino que la det~r1ninan y en c~!;t aner~ y con una perfección formal concreta a la que acompaña esa actividad"
modo la completan, y, por ello, mas bien pertenecen a la prunera especie qu .,en este punto pienso que hay una gran diferencia entre el entendimiento agente
la segunda, aun cuando sean infusas per se, como en los ángeles o en los bie cualquier objeto productor de especies propias, pues el entendimiento agente
aventurados, como diremos después con más extensión. e e como misión esencial y primaria la producción de las especies, y, por lo
~· Además, las primeras cualidades, como ei calor y el frío, aun cuando 8 mo, es con toda propiedad una potencia activa perteneciente a la segunda
c~a.hdade~ ~onnaturales .~ los elementos o a l?s co1npuestos y sean también prin..\ ecie de cualidad; en cambio, los objetos cognoscibles no existen esencial y
c1.p1os proxunos de acc1on, no pertenecen, sin embargo, en sentido propio a l ariamente para producir especies intencionales, ya que esencial y primariamen-
especie de potencia natural n~ fueron ~alocada~ nu.nca ahí por Aristóteles, y:, no existen para ser conocidos o sentidos, sino para tener sus perfecciones
males o para conferírselas a sus sujetos, y así tienen de modo concomitante
que no so~ facult~des .establecidas e~enc1al y pr1mar1amente. para la acción, sino~
que esencial y pr1rnar1arnente son ciertas formas que modifican formalmente poder ser conocidos o sentidos. Por consiguiente, la blancura y la negrura y
su~ sujetos, para cuyo fin han sido establecidas esencial y primariamente y co:: ás cualidades parecidas no son potencias activas por el hecho de poder pro-
ir especies intencionales; es más, bajo tal aspecto no tienen ninguna peculiar
ob1eto de que conserven de modo conveniente la unión de la forma con la mat
o dispongan a ella. En cambio, el ser principios de acción lo tienen de modo e specificación en el género de la cualidad.
concomitante por el hecho de ser formas de una índole tal que pueden prod 11. Se responde a una objeción.- Y no importa que Aristóteles diga en los
otras semejantes a sí, por lo cual no tienen peculiar especificación o relación trasc redican1entos que éstas son cualidades pasivas, porque por su naturaleza han
dental a sus propios efectos; pues, por ser formas de la misma especie y absol producir una pasión en el sentido; no sólo porque pudo describir la cualidad
no puede tomar una la especi.e por la relación a otra. Y éste es el inotivo por, r un cierto efecto suyo, sino sobre todo porque ahí no parece explicar la
que hemos distinguido en lo que precede una doble actividad: una, que convie raleza y esencia de la realidad, sino la etimología e imposición del nombre.
de modo esencial y primario a una entidad por su fin primario; otra, que le convi 'LPor lo cual afirma que otras cualidades semejantes han sido llamadas por otra
ne concomitantemente por razón de su perfección. Por consiguiente, juzgamos q ;:hi;azón pasivas, concretamente porque han sido producidas mediante una pasión,
la segunda especie de cualidad queda establecida en el primer género de activida " pesar de que la razón esencial común deba ser la misma en todas. Se refiere,
pero que las cualidades activas que están en la tercera especie tienen activi ues, en esa interpretación no tanto a la razón esencial de la realidad cuanto del
sola1nente de la última manera, y, por ello, ni quedan constituidas en la segun rigen del nombre.
especie ni bajo tal aspecto tienen una especificación peculiar en el género de , 12. Una mayor duda se me presenta a mí ciertainente acerca de si la grave-
cualidad. -'.~ad y la ligereza deben enumerarse en la segunda especie o más bien en la tercera;
10. Los objetos que producen las especies quedan excluidos de la especz porque parece en realidad que son potencias activas con toda propiedad y estable-
de potencia_ natural.- Y pienso lo mis1no de las cualidades que son objeto propi cidas primariamente con esta función de mover y trasladar sus cuerpos a los pro-
de los sentidos, en cuanto son capaces de producir la especie en el sentido; pue pios lugares naturales. Y se confirma, porque el impulso impreso al proyectil por
_:"él que lo dispara se coloca en la segunda especie, ya que esencial y primaria-
eamque in suo ordine compleant. Rursus agendi, habent quasi concomitanter ex _ :Vitas est concomitans; non enim sunt illae 11. Obiectioni satisfit.- Neque refert
excluduntur species sensibiles vel intelligi- quod sunt tales forrnae quae possunt effi c(qualitates per se primo institutae ad illam quod Aristoteles in Praedicamentis dicit has
biles, quia, licet non solum conferant faci- re sibi similes, ex qua non habent pecul ·efficientiam, ut per se notum videtur, sed esse passivas qualitates, quia natae sunt ·ef-
litatem operandi, sed etiam necessariae sint rem specificationem, aut habitudinem tra -, >ad hoc ut tali modo afficiant subiecta sua ficere passionem in sensu; tum quia potuit
in suo ordine ad operationem, non tamen cendentalem ad propria effecta sua; na :<:_et cum tali perfectione formali, quam illa per quemdam effectum qualitatem descri-
dant primam facultatem proximam operan- cum sint formae eiusdem speciei et abs ,;_::;aJ;tivitas comitatur. Et in hoc censeo rnag- bere, tum maxime quia ibi non reí naturam
di, sed determinant illam et quodammodo lutae, non potest una speciem sumere ·--,nutn esse discrimen inter intellectum agen- et essentiam, sed nominis etymologiam et
complent, ideoque ad primam speciem potius habitudine ad aliam. Et hac ratione distinxi., ..,jem et quaelibet obiecta productiva propria- impositionem explicare videtur. Unde alias
pertinent quam ad secundam, etiamsi per mus in superioribus duplicem activitatem; \rum specierum; nam intellectus agens per símiles qualitates aliunde dicit vocatas esse
se infusae sint, ut in angelis aut beatis, ut unam per se primo conveniente1n alicui en-· Se primo institutus est ad munus efficiendi passivas, scilicet, quia per passionem sunt
latius inferius dicturi sumus. tita ti ex primario fine eius; aliam concomí ""species, et ideo est propriissime potentia factae, cum tamen commonis ratio esseiitia-
9. Praeterea primae qualitates, ut calor tanter ex perfectione eius. Secundam ·---efgo ;;"'aC1:1Va pertinens ad secundam speciem qua- lis eadem debeat esse in 01nnibus. Agit ergo
et frigus, etiamsi sint qualitates connatura- speciem qualitatis putamus priori genere ac-'· --,, litatis; obiecta vero cognoscibilia non sunt
les elementis vel mixtis, et sint etiam pro- .per se primo ut producant species intentio- in ea interpretatione non tam de essentiali
tivitatis constitui, qualitates vero activas,,
xima principia agendi, non tarnen proprie quae sunt in tertia specie, solum habere:- nales, quia non sunt per se primo ut cogno- ratione rei, quam de no1ninis origine.
pertinent ad speciem naturalis potentiae, nec activitatem posteriori modo et ideo neque. , scantur vel sentiantur, sed ut habeant vel 12. Maius sane dubium mihi est de gra-
in ea sunt unquam ab Aristotele collocatae, in secunda specie constituí, neque sub ea: :'i\-,conferant subiectis suis suas formales per- vitate et levitate, an debeant in secunda, an
quia non sunt facultates per se primo in- ratione peculüirem specificationem in gene~<:F fectiones, et ita concomitanter habent ut potius in tertia specie nu1nerari; nam. vi-
stitutae ad agendum, sed per se primo sunt re qualitatis habere. -,- , cognosci vel sentiri possint. Albedo ergo, et dentur revera esse propriissime potentiae
quaedam formae forrnaliter afficientes sub- 10. Obiecta specierum effectiva excludu*"- · -. nigredo, et símiles qualitates, non sunt po- activae, et ad hoc munus primario institu-
iecta sua, ad quem finem primo ac per se tur ab specie naturalis potentiae.- Atque: '.:tentiae activae eo quod species intentiona- tae, ut moveant ac deferant sua corpora· in
sunt institutae, et ut convenienii modo con- idem censeo de qualitatibus quae sunt pro~:_, <:_,'les efficere possint; irnmo sub ea ratione propria naturalia loca. Et confinnatur, nam
servent unionem formae cum materia, vel ad pria obiecta sensuurn, quatenus efficere pos·'.: '< -nullam peculiarem specificationem habent in impulsus impressus proiecto ab impellente in
illam disponant. Quod ve1·0 sint principia sunt speciem in sensu; nam etiam illa actt•',f genere qualitatis. secunda specie collocatur, quia per se primo
XLII.-Sección IV 231
230
. J4. Exposición de '!n pasaje de (lristóteles. en el capítulo sobre la Cualidad.-
mente no tiene más función que ser una virtud instrumental activa del que esto sin embargo, mfiero que ciertas cualidades que suelen llamarse pasivas,
dispara; ¿por qué, entonces, no se ha de decir lo mismo con más razón de rque ~o tien~n actividad, .sino que <lis.ponen al sujeto para rec~bir algún .act~
gravedad? Y si alguien quiere defender esto, que responda a Aristóteles en oponerse a el, ~s~as cualidades -repito---:- no p~rtenecen a dicha especie s1
Metafísica que allí no estableció distinción entre la potencia natural y las de D.sideramos rnetaf1s1ca y realmente su esencia. Y st alguna vez se enumeran en
especies, como dejamos notado, y, por ello, enumeró indistintamente todas las a especie, o es solamente por razón del modo vulgar de hablar, o por alguna
lidades que o bien producen una pasión o son producidas por medio de una pasió ideración y denominación dialéctica. El ejemplo lo tenemos en la dureza y
Y si alguien no pretende atribuir a esas cualidades otro género de actividad distint dura, que Aristóteles pone en este género en el capítulo sobre la Cualidad, al
del que atribuye al calor y decir que ellas esencial y primariamente son disposi alude también en el lib. V de la Metafísica, c. 12, donde, entre otras acep-
ciones formales de los sujetos que concomitantemente poseen dicha actividad> '·-nes de la potencia, enumera los hábitos por los que las cosas están totalmente
le será difícil defender eso.
-yentes de pasión, etc. Yo, sin embargo, pienso que, aunque con el nombre de
13. Y, de acuerdo con esto, hay que tratar proporcionalmente acerca de ncia o de impotencia se signifiquen a veces cualidades de esta clase, sin em-
potencia pasiva, porque en primer lugar no se trata de la potencia sustan go de verdad y seg~n la ~azón esencial de. esta especie, no .perte~ecen a ella,
ordenada esencial y primariamente al acto sustancial, pues aquélla no es que ni son potencias activas, como es evidente por s1, ni pasivas, por no
accidente, sino una sustancia. Por consiguiente, sólo puede entenderse acerca arse a recibir en si ningún acto. Pero, si disponen el sujeto para recibir
la potencia para el acto accidental. Sobre ella dijimos también en lo que anteced acto o forma, esto lo llevan a cabo solamente informando y actuando a la
que algunas veces cGnv.iene a una cosa sólo de modo concomitante, y no porqu-~_: encia de alguna manera, juntamente con la conexión o proporción natural que
esté ordenada esencial y primariamente a esa función, como, por ejemplo, con_~-: tten con otro acto, o a veces se dice que disponen solamente porque no pueden
viene a la superficie ser receptiva del color o de la luz. Y una potencia o capacidad ·00er resistencia, como el enrarecimiento o la blandura dispone a la división
tal no pertenece a esta especie, más todavía, tampoco se refiere por sí a ningúij';' 'éil. De la misma manera que también, por el contrario, disponen a veces al
género de accidente, pues esa cosa a la que conviene tal capacidad no tiene, ___, :to opuesto, o hacen al sujeto incapaz de ese acto sólo mediante su información
ello, ninguna especificación propia, ni ninguna nueva realidad o modo real, sino- una relación a tal acto, sino más bien por la resistencia- concomitante, la
que por sí tiene capacidad de tal acto o accidente. Por lo cual, en este punto ei!:' por tanto, no pertenece a un género especial de potencia, como mostrare-
una misma la razón para la potencia pasiva que para la activa. Por tanto, sf s' después, y en este sentido la dureza está en relación con la división. Por
alguna potencia pasiva pertenece a esta especie de cualidad, es menester q 'cual, Aristóteles, en el II De Generatione, c. 2, enumera entre otras cualidades
sea una entidad ordenada esencial y primariamente a la recepción de algún a la tercera especie a la dureza y a la blandura, aunque afirme allí mismo que
accidental; pues tal potencia será accidental, y por la relación a ese acto ten nombre se ha tornado de la pasión. Así, pues, cuando en el capítulo sobre la
la propia especificación, ]a cual ni puede pertenecer a otro predicamento ni a o alidad se vale de este ej ernplo al explicar la segunda especie, no se preocupó
especie de este predicamento. En la disputación siguiente se tratará de si ·ato de la verdad exacta del ejemplo cuanto de la semejanza y proporción para
da en la realidad una potencia accidental tal, que sea puramente pasiva.

ad hoc solum instituitur, ut sit instrumen~ munus sit per se primo ordinata, ut convé~
taria virtus activa proiicientis; cur ergo non nit superficiei, verbi gratia, esse susceptiv
ídem dicetur maiori ratione de gravita te? coloris aut Juminis. Et talis potentia vel ca 14. Aristotelis locus in ~- de Qualitate actum in se recipiendum ordinentur. Si ve-
Quod si quis velit hoc defendere, ad Aristo- pacitas non pertinet ad hanc speciem, imm nitur.- Hinc vero colligo qualitates ro disponunt subiectum ad alium actum vel
telem, in Metaph., respondeat ibi non di- nec per se spectat ad aliquod acciden am quae solent passivae appellari eo formam recipiendam, id solum praestant in-
stinxisse naturalem potentiarn a caeteris spe- genus, nam res illa cui convenit talis capa activitatem non habeant, sed dispo- formando et actuando aliquo modo poten-
ciebus, ut annotavimus, ideoque indistincte citas non habet inde propriam aliquam spe subiectum ad aliquem actum recipien- tiam, adiuncta' connexione vel proportione
numerasse qualitates omnes quae vel pas- cificationem, nec novam realitatem aut rea vel ad resistendum illi, has (inquam) naturali quam habent cum alio actu, vel in-
sionem efficiunt vel per passionem efficiun- 'tates non pertinere ad hanc speciem, térdum dicuntur disponere solum quia non
lem rnodum, sed per sese est capax taifa
tur. Si quis autem velit his qualitatibus non aphysice et realiter essentiam eius con- possunt resistere, ut raritas vel mollitudo
tribuere aliud genus activitatis quam calori, actus vel accidentis. Unde quoad floc ea.. us. Quod si aliquando in hac specie disponit ad facilem divisionem. Sicut etiam,
et dicere eas esse per se primo formales dis- dem est ratio passivae et activae potentiae:; tur, aut solum est propter vulgarem e contrario, interdurn disponunt ad opposi-
positiones subiectorum, concomitanter ha- Si quae ergo potentia passiva ad hanc spe.. di modum, aut propter aliquam dia- tum actum, vel reddunt subiectum incapax
bentes eam activitatem~ non difficile id sus- ciem qualitatis pertinet, necesse est ut sit_ icam considerationem vel denominatio- talis actus, solurn per infonnationem suam
tinebit. entims pe-r se pri...rn.o ordinata ad aliquem- ;-----Exemplum est in dul'itie et moliitudi- absque habitudine ad talem actum, sed po-
13. Et iuxta J.iaec dicendum cum propor- accidentalem actum recipiendum ; talis enim QUás Aristoteles, c. de Qualitate, in hoc tius per concomitantem resistentiam, quae
tione est de potentia passiva, nam imprimís potentia accidentalis erit, et ex habítudine_ ponit, ad quod etiam alludit V Me- proinde non pertinet ad speciale genus po-
non est sermo de potentia substantiali per ad illum actum habebit propriam specifica- ' c. 12, ubi inter alias acceptiones po- tentiae, ut infra ostendemus, et hoc modo
se primo ordinata ad substantialem actum; tionem 1, quae neque ad aliud praedica- numerat habitus quibus res omnino durities ad divisionem comparatur. Unde
nam illa non est accidens, sed substantia. mentum, neque ad aliam speciem huius_ passionis expertes, etc. Ego vero existi- Aristoteles, II de Gener., c. 2, ínter alias
Solum ergo potest intelligi de potentia ad praedicamenti pertinere potest. An vefC! de- quamvis nomine potentiae vel impoten- qualitates tertiae speciei, duritiem et molli-
actum accidentalem. De qua rursus diximus tur in rerum natura talis potentia acc1den• huiusmodi qualitates interdum signifi- tudinem numerat, quamvis a passione no-
in superioribus aliquando convenire alicui talis quae pure passiva sit, dicam disputa• ' vere tamen et secundum essentialem men traxisse, ibídem fateatur. !taque, cum
rei solum concomitanter, et non quia ad hoc tiene sequenti. nem huius speciei ad illam non perti- in c. de Qualit. hoc exemplo utitur decla-
, quia nec sunt potentiae activae, ut per rando secundam speciem, non tam curavit de
' constat, neque passivae, cum ad nullum exacta exempli veritate quam similitudine et
l Significationem en otras ediciones. (N. de los EE.)
232

explicar la manera de hablar acerca de la potencia y la impotencia como utación XLI/..-Sección IV 233
también Fonseca en el lib. V Metaph., c. 14, q. 1, sec. 4. ' al al sujeto en que está, pues como los hábitos se añaden a las potencias para
onerlas a sus actos, por ello tienen por su naturaleza la función de dar faci-
Respuesta a la otra parte de la dificultad segunda sobre el hábito
--ád a la potencia en su operación, y como la perfección de una cosa consiste
~S. Falta que solucionemos la otra parte de aquella dificultad se"'! la operación, se dice, por ello, que el hábito dispone bien ( = favorablc1nentc)
exphcando la razón esencial del hábito y la disposición; pues, aunque Aristót la cosa en orden a su perfección última. Aunque, como las operaciones de una
las haya enumerado. en la primera especie de cualidad, sin embargo, de acuer tencia son a veces opuestas, mientras un hábito da facilidad para un acto,
con el modo que sigue para exponer esas especies, la potencia es anterior ce más difícil el ejercicio de otro, y al revés. Y como entre actos opuestos uno
naturaleza, y, por 1~ ~smo'. tuvo también que se: explicada ai:tes. Por tant' conveniente para el sujeto y otro inconveniente, se dice por esto que el hábito
con. el nombre de h~bito (ba¡o el cual. abarcamos s~empre a la disposición) con pone bien o mal al sujeto, ya sea porque un mismo e idéntico hábito dispone
cebunos que se significan aquellas cuahdades que disponen a las potencias nar---.:- y mal con respecto a diversos actos, pues, mientras da facilidad para uno,
r~les Y que las actúan o determinan a sus actos o a sus objetos. Tal interpi: ~: nvierte en más dfícil al otro; ya al menos porque aquel hábito que dispone al
c~ón de esta especie est~ conforme con Simplicio y Ammonio, in Praedic. Qe to conveniente se dice que afecta favorablemente, y en cambio se dice que afecta
litat., Y parece que la sigue Escoto en el mismo pasaje. Se explica breveme sfavorablemente el que inclina a un acto menos conveniente.
P?rque, que en las cosas existan algunos accidentes que modifiquen a las pot 17. De ello resulta que este disponer bien o mal no ha de entenderse del
c1as de esta manera, lo damos por conocido por la experiencia misma, y ·en o mal moral, pues, aunque éste quede también comprendido, y tal vez la
mostraren:os más ampli'.'11'ente después en la disp. XLV. Y que tales acciden nominación baya surgido principalmente de él, sin embargo el nombre hábito
sean cualidades es maru:fiesto, no sólo porque no pueden quedar colocadas e mayor amplitud, e indicó ambas cosas Aristóteles en el lib. V de la Meta-
ningún ?tro género, sino también porque les conviene palmariamente la defini ica, c. 14, en las últimas palabras, al decir: El bien y el mal significan sobre
de c~ahdad expue.sta ant~s. Además, que tal cualidad tenga una razón pro o una cualidad en las cosas animadas, y principalmente en aquéllas que gozan
especifica y esencial, distlnta de la razón de potencia explicada anteriormen elección. Además se infiere gue este bien o mal no se ha de tomar por cual-
parece manifiesto no sólo porque la potencia natural sigue inmediatamente ier disposición conveniente o inconveniente de una cosa; pues esta razón, tomada
la naturaleza, hablando de los casos normales y per se, y esta cualidad :en toda su amplitud, es trascendental, y puede convenir a la cantidad, a la acción
cam?io, se a?qui~r: o se sobreañade a la naturaleza; sino también porque' e J¡ a la pasión y a otras, y limitada al género de la cualidad puede atribuirse a
cual1~ad o d1spos1c16n es un acto de la misma potencia, a la cual determina das las cualidades, como se objetaba con razón en la segunda dificultad. Por
en cierto modo reduce al acto; es, por tanto, de especie distinta de ella. y siguiente se ha de tomar como una disposición buena o mala en orden a la
con la misma razón se dis:IDgue de las cualidades de la tercera o cuarta espe ección última de una cosa, que es la operación; y esa diferencia se ha de sobre-
ya que no pertenece a nmguna de ellas esta función peculiar de modificar nder con cierta precisión, de manera que mediante ella se distinga esta espe-
determinar a la potencia. Cie de la potencia natural, ya que concretamente el hábito o disposición no con-
16. C6mo es un atributo del hábito disponer bien o mal.- Y con esto ;iJiere el poder mismo radical o próximo, sino que lo supone, y lo modifica favo- ·
entiende de qué modo se atribuye particularmente a esta especie disponer b' >rabie o desfavorablemente. Y con esto queda resuelta toda aquella dificultad
proporcione, ut modum loquendi de poten- ponimus ex ipsa experientia,
tia et irnpotentia declararet, ut etiam nota- XL V, latius ostendetur. Quod vero talia
vit Fons., V Metaph., c. 14, q. 1, sect. 4. cidentia qualitates sint, patet, tum quia s habitus adduntur potentiis hendatur, et inde fortasse maxime sumpta
nullo alio genere collocari possunt; t ad suos actus, ideo ex na- sit denominatio, plura tamen nomen habitus
Responsio ad alteram parte1n secundae etiam quia illis manifeste convenit defini :tura sua habent facilem reddere potentiam complectitur, et utrurnque significavit Arist.,
difficultatis, de habitu qualitatis supra declarata. Rursus quod ?~d operationem, et quia perfectio rei in ope- V Metaph., c. 14, in ultimis verbis dicens:
15. Superest ut alteram partero illius se- qualitas habeat propriam, specificam, et _::t,atione consistit, ideo dicitur habitus bene Maxime autem bonum aut malum qualita-
cundae difficultatis expediamus, declarando sentialem rationem distinctam a ratione :--disponere rem in ordine ad suam ultimam tem in rebus animatis significant, in his po-
essentialem rationem habitus et dispositionis · tentiae superius explicata, manifestum vi ·--perfectionem. Quamquam, quia operationes tissimum quae electionem habent. Deinde
nam, licet haec in prima specie qualitati~ tur, turn quia naturalis potentia pro ' ;c'tiotentiae_ interdum sunt oppositae, ideo durn colligitur hoc bene vel male non esse su-
Aristoteles numeravit, tamen iuxta modum consequitur naturam, regulariter ac per , 'Unus habitus dat facilitatem ad unum ac- mendum pro quacumque convenienti vel
declarandi has species, quem prosequitur, loquendo; haec vero qualitas acquiritur :<_tum, difficilius reddit exercitium alterius, et disconvenienti dispositione rei; narn haec
potenti::i est- natur~. p.rior1 et -ideo p.rius- etiam superadditur naturae; tum etiam quia 2~~--,c:onverso. Et quia ínter actus oppositos ratio in tata sua latitudine sumpta trans-
declaranda fuit. Nomine ergo habitus (sub qualitas seu dispositio est actus ipsíus 'ÚOUS est conveniens subiecto, alius vero dis- cendentalis est, et quantitati, actioni ac pas-
quo semper dispositionem comprehendirnus) tentiae, quam determinat et in actum aliq Conveniens, ideo habitus dicitur bene vel sioni, et aliis convenire potest, et coarctata
significari credimus qualitates filas quae modo reducit; est ergo distincta species .:::_male disponere subiectum~ vel quia unus et ad genus qualitatis potes~ omnibus qualita-
disponunt naturales potentias easque actuant illa. Et eadem fere ratione distinguitur ,'idem habitus respectu diversorum bene et tibus attribui, ut recte in secunda difficul-
vel determinant ad suos actus, vel ad ob- qualitatibus tertiae vel quartae speciei, q 'male disponit, nam dum facilitatem confert tate obiiciebatur. Surnendum ergo est pro
iecta sua. Quae interpretatio huius speciei ad nullam earum pertinet hoc peculiare . 'ad unum acturn, alium reddit difficiliorem; dispositione bona vel mala in ordine ad ul-
consentanea est Simplicio et Ammonio, in nus afficiendi aut determinandi poteotiam :vel certe quia ille habitus qui ad convenien- tirnam perfectionem rei, quae est operatio;
Praedic. Qualitat., eamque ibidem Scot. se- 16. Bene vel male disponere, ut sit ha tem actum disponit, bene afficere dicitur, ille et subintelligenda est illa differentia cum
qui videtur. Et declaratur breviter, nam tus attributum.- Atque hinc intelligi :·vero male, qui ad actum minus convenien- quadam praecisione, ut per eam haec spe-
quod sint in rebus aliqua accidentia quae quomodo huic speciei peculiariter attrib ·tem inclinat. cies a naturali potentia distinguatur, quia,
hoc modo potentias afficiant, et noturn sup- tur bene vel male disponere subiectunt 17. Ex quo fit ut hoc bene vel 1nale dis- nimirum, habitus vel dispositio non confert
'.'Pónere intelligendum non sit de bono vel ipsum posse radicale aut proxirnum, sed
ínaló morali, nam Iicet }J,oc etiam compre- supponit illud, et bene vel male illud afficit.
1!1111'--------------------------,.

234 Disputaciones metafísic putaci6n XLll.-Secci6n IV 235


segunda, pues ninguna cualidad de la tercera o de la cuarta especie perten Ja adecuada combinación [ ~ temperamento] de los humores o de todo el cuer-
.
prrmera . exp l"tead a de esta manera como es por sí suficienteme tece l a
especie como mantiene la opinión verdadera, porque no hay necesidad o razón alguna
' ne e arn;_ ¡,'fingir tal cualidad ni hay efecto alguno que la muestre; y el temperameuto no es
a cualidad per se una, sino que es un agregado, o -valga la expresión- un com-
Se resuelven algunas objeciones tlesto cuasi artificial de las cualidades primeras reducidas a cierta medida y pro-
18 .. Sin embargo, surgen las objeciones de otro lado y como por el extrem rción. Por lo cual no tiene la salud más motivo para ser un hábito que las mismas
opuesto, porque, .en primer lugar, suponemos que el hábito es operativo, co ?··:' alidades primeras. Y las cualidades primeras, como el calor y el frío, no pueden
que no todos adillten, como. consta por Escoto, In I, dist. 16, q. 2, y por otr~~:. iUilatSe hábitos sino por una razón muy impropia y general, como se ve por el
Pero esto no n?s supon~, d1fi~ultad alguna, porque no solamente creemos ue··:._ ·so común de este término. Y se llaman disposiciones en cuanto preparan la ma-
e~ verdadero,. smo tamb1en cierto, como mostraremos más ampliamente e q ¡ ·. ) ~ria para la forma o en cuanto modifican el compuesto de modo conveniente a
disp. XLV. n a. ·'su naturaleza. Pero esta razón, como dije, no es propia y específica de la pri~
19. ¿Existe algún hábito que no sea operativo?- En segundo lugar en fuera especie y disposición, en cuanto de manera peculiar se adapta a esta especie,
bio, mayor dificultad ofrece el que parece que suponemos que no h~y h ~b-1'· §ino que conviene a cualquier cualidad connatural, porque, de acuerdo con ella,
algu':1o q~~ no se~ ope~~tivo, o, si hablamos en sentido más general, que no seaª~~ sujeto se encuentra bien en sí mismo.
mod1fic~c1?? o d1spos1c1ón de una potencia operativa, cosa que parece estar en·< 21. Por lo cual, cuando Aristóteles, al explicar la especie primera de cualidad,
contradiccion no sólo con la filosofía, sino también con la teología. Lo prim •; vale del ejemplo del calor y el frío, de la enfermedad y otros parecidos, no lo
es claro; J?OXque la salud es un cierto hábito, por lo cual Aristóteles, en el lib. ~~l
de la Fi~tca, c. 3, 1? coloca en esta primera especie, y en el mismo pasaje coloca
· _hace para enseñar que éstas sean cualidades verdaderas de dicha especie, sino
:'$_ólo para explicar, según una cierta analogía con las realidades sensibles, cómo
en la misma espec1.e la hermosura, que claramente no es un hábito operativo. los hábitos internos y verdaderos disponen las potencias del alma y son separados
Igualment.e Pº'.1~ Aristóteles al calor y al frío en la ffiisma especie, a pesar de que Bon facilidad o dificultad. Y así expusieron la mente de Aristóteles Alberto, Ale·
º? son d1s~os1c1ones de otras, P.ote1:1cias. Lo segundo es claro, porque la gracia ]andro, Simplicio y otros. Y se insinúa suficientemente en las palabras de Aris·
dicen ~os te.ologos que es un .habito 1';1-Íus~, y, sin embargo, ni está en una potencia '.tóteles, que dice primeramente que éstas son de algún modo disposiciones, y
op7rat1va ru se ordena esencial y primar1amente a la operación sino sólo a co .. ífiade después que a causa de su duración pueden llamarse también hábitos,
ferir formalment~ ~a partic!pación d~ la naturaleza divina. Se ~esponde, sin e~­ .;indicando que propiamente no son hábitos, pero que por una cierta imitación
bargo? que el habito propiamente dicho, y en cuanto se distingue de las otras · articipan de la denominación de hábitos.
especies d~ cu~dad, es una cualidad operativa, no la que da la virtud primera 22. La belleza no es una cualidad.- Y pienso que de la ffiisma manera hay
la operacion, smo la que confiere a la potencia (por decirlo así) la capacidad para ·que reflexionar acerca de la hermosura; porque, en primer lugar, no es propia-
obrar. mente una cualidad per se, sino que surge de la figura y el color o los colores;
20. La sa~ud no es .una cualidad sim~le.;- Las cualidades primeras no son ·:y, por ello, tal vez por sí misma no tiene un lugar propio en estas especies, sino
propiamente habitas.- ,Sin em~a~~o, a la ms1stencia en favor de lo opuesto res.. que se reduce a las especies .simples de que consta, o, si pertenece a alguna especie
pondo que la salud, segun la opllllon verdadera, no es una cualidad simple, distinta

Atque ita expedita manet tota illa secunda ab ~ristotele, VII Phys., c. 3, in hac prima verior habet opinio, quia nulla est neces- cans primam speciem qualitatis, exempla
difficultas; nulla enim qualitas tertiae ve! spe~1e c~llocatur, et ibidem ponit pulchri- s vel ratio :fingendi talem qualitatem, ponit in calore et frigore, in morbo, et si-
quartae speciei pertinet ad primam speciem tud1nem 1ll eadem specie, quam constar non neque est ullus effectus qui illam ostendat; milibus, non ideo id facit ut doceat has esse
hoc modo explicatam, ut per se satis con- esse habitum operativum. Item calor et fri· :_temperamentum autem non est aliqua qua- veras qualitates illius speciei, sed solum ut
star. :Jitas per se una, sed est aggregatum, vel per quamdam analogiam ad res sensibiles
g_us ponuntur ab Aristotele in eadem spe..
c1e, cum tamen non sint dispositiones alfa- :(µt sic dicam) quasi artificiale compositum declaret quomodo intemi ac veri habitus
Expediuntur nonnullae obiectiones -'~X: primis qualitatibus ad certam moderatio- disponant potentias anirnae, et facile aut dif-
.rum. p~t7ntiarum. Secundum patet, nam
18. Verumtamen aliunde et quasi ex alio grat1a d1c1tur a theologis esse habitus infu- 'ii.em et proportionem redactis. Unde non ficile dimoveantur. Ita enim exposuerunt
ex.tremo ins?rgunt o~iectiones; nam irnpri- s_us, et tamen neque est in potentia opera- - agis potest sanitas esse habitus quam Aristotelis mentem Albert. 1 Alex., Sirnpli-
m1s supporumus hab1tum esse operativum, tiva nec per se primo ordinatur ad ope- 'Í_psaemet qualitates primae. Primae autem cius, et alii. Et innuitur satis in verbis Ari-
quod tamen non omn~s admittunt, ut con- randum, sed solum ut formaliter conferat J:¡ualitates ut calor et frigus non nisi valde stotelis, qui primum ait has esse aliquo mo-
stat ex Scoto, In I, d1st. 16.i q. 2; et aliis. participationem divinae naturae. Resporide---"~ lmpropria et communi raticne possunt ha- do dispositiones, et deinde subdit ob diutur-
Se? ~oc nullum nobis facessit negotium, tur tall1:eD: h~bitum proprie sumptum, et .Sitos appellari, ut constar ex communi usu nitatem posse etiam habitus nuncupari, sig-
qwa id non solum verum, sed etiam cer- pr?ut d1stmgu1~ur ab aliis speciebus quaH· huius vocis. Vocantur autem dispositiones, nificans non esse proprie habitus, sed pro-
tum esse credimus, ut disp. XL V Iatius tatis, e~se qual~tatem operativam, non quae tenus praeparant materiam ad formam, pter quamdam imitationem, habituum ap-
ostendemus. -~el quatenus afficiunt compositum conve~ pellationem participare.
dat prrmam vrm operandi, sed conferens
19, An sit aliquis habi'tus non operaiz·- potentiae (ut sic dicam) habilitatem ad ope- ~ienter ad naturam eius. Sed haec ratio, ut 22. Pulchritudo non est una qualitas.-
v!l5.- Secundo vero difficilius obstat quia randum. a~ non est propria et specifica primae Atque eodem modo philosophandum censeo
v1demur supponere nullum esse habitum qui ~O. Sani'ta! non est qualitas simplex.- ~peciei et dispositionis, prout ad hanc spe- de pulchritudine; nam imprimís non est
no~ sit operativu~, vel si latius loquamur, Przmae qualttates non sunt proprie habi- :'-c_1em peculiariter accommodatur; sed cuili- proprie una qualitas per se, sed ex figura
qw n?n s1t affectto vel dispositio potentiae tus.- Ad instantias vero in oppositum re- ,bet qualitati connaturali convenit, quia se- et colore vel coloribus coalescit; et ideo
operauvae, quod tamen et philosophiae et spondeo sanitatem iuxta veram sententiam cundum illam bene se babet subiectum in fortasse per seipsam non habet propriam se-
theologiae repugnare videtur. Primum pa- non esse qualitatem simplicem, distinctam a se ipso. dem in his speciebus, sed revocatur ad sim-
tet, quia sanitas est habitus quidam, unde temperamento humorum vel totius corporis, 21. Quocirca quando Aristoteles, expli- plices species quibus constat, vel, si secun-
2 36 Disputaciones metafísüf
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;¡putación XLll.-Sección V 237


atendiendo a esa u11idad que posee, se coloca perfectamente en la cuarta, co
se expuso antes. Y no hay ninguna verdadera y propia razón real por la cu
SECCION V
se haya de colocar en la primera especie, ya que la razón aquella de convenienté-
o inconveniente es muy trascendental, como con frecuencia dije. Por esto, sola~­ SI LA DIVISIÓN DE LA CUÁLIDAD EN CUATRO ESPECIES ES SUFICIENTE
mente con una deno1ninación análoga puede llamarse hábito a la belleza, ya que
adorna el cuerpo, como la virtud al alma. No han faltado quienes duden en este punto acerca de la opinión de Aris-
23. En qué especie de cualidad se coloca la gracia habitual.- Sin embargo, Ó ¡ debido a que, después de la enumeración de aquellas especies, añade
acerca de la gracia habitual, suponiendo que esté en la esencia del alma y que teasespalabras.· y ciertamente tal vez parecerá darse algún otro, modo de cualidad;
,
esencial y primariamente no sea operativa -ya que ambas cosas son inciertas--..-:' n embargo, los que principalmente su~~en nomp brars~ son mbas o mhenos est~s . .
niego que sea una cualidad de la primera especie, sino que es de la tercer~ 2. Solución afi'rmativa de la cuestzon.- ero, sm em arg~, ay q'":e ecrr
(aunque tal género de cualidad fuese desconocido para Aristóteles y los filósofos) ;. existe ninguna cualidad que no pertenezca a las especies mencionadas,
ya que esencial y primariamente se ordena sólo a perfeccionar y cualificar -1~ ne ue00 por •
lo mismo, la división es exacta. Este ·
pienso que es e1 parecer d. e1
sustancia por medio de su ser formal, y ésta pienso que es la razón propia-_,·_' qó f' que no añadió esas palabras porque pensase que se den otras especies
il sao, .. . '?O·
de la tercera especie, como explicaré más en la sección tercera. Se llama, empero d ualidad. En efecto, ¿por qué habla de silenciar1as si 1as conocia. ¿ co".'o
hábito a la gracia por la designación general con que suele llamarse hábito del · ::-_f\d~a excusarse de haber hecho una división insuficiente? Por tanto, que adrmta
cuerpo o del alma a toda buena disposición permanente de suyo, que se añade ~í:tóteles que no conoce otros modos de cualidad; sin em~argo, como e~ .género
a éstos, ya que por ella una cosa se comporta bien en sí misma. ___ ,¡¡ la cualidad es amplísimo, y él no habla propues~o, m tal vez admitid~, la
24. Conclusíón de todo lo afirmado.- Por consiguiente, de acuerdo con esta..-
manera de interpretar, se explica con gran facilidad y claridad de qué manera---- .;·;.:sucie
_ _ _efi · nci·a de esa división por eso añade por modestia esas palabras. Lo mismo
, , hbl , . d
"<'t¡ue si dijese que él no tanto conoció o ?-emostro que no a a ~as es~e~~es e
son distintas y carecen de interferencias estas especies, atendiendo a su misma rea:. ' modo positivo cuanto de modo negativo, concretamente ~ue e no. :i 1a en-
lidad; y por esta razón (hablando en sentido metafísico) la mantengo como ver- 's Y si agregamos nosotros que tampoco despues de Ar1stoteles se
dadera y la más apta para explicar adecuadamente la esencia de cada cualidad' contrado ma · ·1·d d 1
'h_¿- hallado otra especie de cualidad, ten?-remos. un argumento v~ ~,o e que. a
y el oficio propio al que por su naturaleza ha sido destinada. Pero no niego que, ivisión era suficiente. Y mostraremos sat1s~actor1amente la propos1cion subsumida
hablando en sentido dialéctico, y prescindiendo mentalmente esas cualidades y",, ·ál resolver los argumentos en la tercera dificultad propuesta.
sus esencias mediante conceptos inadecuados o aspectos diversos, pueda defen.;--·;_,
derse el primer modo de expresión, porque contribuye también a explicar las<:_ ;- Prímera razón de la suficiencia de la dívisíón
varias denominaciones que suelen tomarse a veces de una misma cualidad numé~--,~
3. Pero antes intentaremos mostrar de modo pos~tivo . 1~ suficpiencida dQe e~~t
rica.
1
división que en este sentido trae por primera vez Srmp ic10. en ra~ . . ~a i .
Toda c'ualidad es natural o adventicia: esta última es háb.1to o disp?sic1ón;
la primera, por su parte, o modifica en cuanto a la potencia, y constituye. la
dum eam unitatem quam habet ad aliquam declarabo. Vocatur autem gratia habitus~ et- ;' !legun.da especie, o modifica en cuanto al acto, y ésta o es solam~nte superficial,
speciem pertinet, in quarta optime colloca- communi appellatione qua omnis bona dis-- constituye la cuarta especie de figura, o es profunda, y constituye la tercera
tur, ut superius declaratum est. Neque est positio ex se permanens, corpori vel animae:-_
ali qua vera et propria ratio rea lis secundum addita, solet habitus eius appellari, quia pe_r-
quam in prima specie collocetur; nam illa illam bene se habet res in se ipsa. SECTIO V nerat sufficientiam illius divisionis, ideo mo-
ratio convenientis vel disconvenientis est val- 24. Dictaru¡n omnium conclusío.- Iux~ destiae causa addidit illa verba. Ac si dice-
UTRUM DIVISIO QUALITATIS IN QUATUOR ret se non tam positive cognoscere aut de-
de transcendens, ut saepe dixi. Quapropter ta hanc ergo interpretandi rationem, magna:· SPECIES SUFFICIENS SIT
sola denominatione analoga potest pulchritu- facilitate et claritate exponitur quomodo- 0
'
monstrasse non esse plures specíes, quam
do habitus appellari, quia ornat corpus, sícut istae species secundum rem ipsam distin- 1. Non desunt qui hac in parte de sen- negative plures, scilicet, non invenisse. Quod
virtus animam. ctae sint et impermixtae; et ideo (metaphy~ , _ :tentia Aristotelis dubitenti eo quod post si nos ~ddimus etiam post Aristotelem non
23. Gratia habitualis in quanam specie sice loquendo) eam censeo veram esse, et _ , illarum specierum enum~ratione.m, haec v;r- esse aliam speciem qualitatis inventam, suf-
qualitatis.- De gratia vero habituali, sup~ aptissimam ad declarandam adaequate unius- ba subiecit: Atque forsitan quidem et altus ficiens argumentum erit divisionem e~s~ suf-
ponendo quod sit in essentia anímae et cuiusque qualltatis essentiam et ptoprium_ quispiam qualitatis modus vide?itur esse; ficientem. Subsumptam vero proposttlonem
quod per se prii-no non sit operativa (utrum- munus ad quod a natura instituta est. NQ _ -:¡qui- tamen maxime dici solent hi fer_e ~unt. ostendemus satis, solvendo argumenta in
que enim incertum est), nego esse qualita- nego tamen quin, loquendo dialectice et· '<>';"-- 2. Affirmativa quaestionis resolutio.- tertia <lifficultatc facta.
tem primae speciei, sed tertiae (quamquam mente praescindendo has qualitates et ea--' ----sed nihilominus dicendum est nullam esse
Aristoteli et philosophis incognitum fuerit rum essentias per inadaequatos conceptus--:- Prima sufficientia divisionis
tjualitatem quae ad dictas species non per-
tale qualitatis genus), quia per se primo so- seu varios respectus, possit prior dicendi: tineat, ideoque divisionem e~<.>.ctam . esse: 3. Prius vero conabimur positive osten-
lum ordinatur ad perficiendam et qualifi- modus sustineri, quia etiarn confert · ad ex... - - - Hanc censeo esse mentem Philosoph1, qu1 dere sufficientiam huius divisionis, quam
candam substantiam per suum esse formule, plicandas varias denominationes, quae ab ea:..:, addidit illa verba quia putaverit alias primo tradidit Simplicius in Praedic. Qua-
quam existímo esse propriam rationem ter- dem numero qualitate interdum solent de- ' ' esse qualítatis species. Cur enim illas ta- lit. in )J.unc modum. Omnis qualitas aut
tiae speciei, ut in sequenti sectione magis sumi. cuisset, si eas agnovisset? Aut quomodo. :x- na{uralis est, aut adventitia; haec posterior
posset quod insufficientem partltio- habitus est, aut dispositio; prior vero aut
nem fecisset? Fateatur ergo Aristoteles se afficit secundum potentiam, et constituit se-
non agnoscere alias qualitatis modos; ta- cundam speciem, vel secundum actum, et
trten, quia genus qu3litatis ampliss~um haec aut est in sola superficie, et constituit
est, et ipse non tradiderat, nec forte 1nve- quartam speciem figurae, vel in profundo~
XLll.-Sección V 239

se atribuyen, sino también a otras. En efecto, ser una cuali:fad innata. no


especie. Sin embargo, Santo Tomás rechaza esta suficiencia, porque también en: eente le conviene a la potencia, sino también a la cualidad pasible_; ta;ri;b~én,
la tercera y en la cuarta especie hay cualidades adventicias, y en la pritnera e insensible per se convien~ a- varias cualidades. Y -lo que es mas d1ficil-
-afirma- hay disposiciones naturales, como la salud y la belleza. Pero a esta Uas no parecen ser las diferencias adecuadas para estas especies; porque, en
última parte podría responderse, conforme a lo que dijimos antes, que la salud y la lugar las cualidades pasibles no parecen todas sensibles per se, en cuanto
belleza no pertenecen de modo propio y real a la primera especie. Por esto se •t
• propios, de los sentidos, ya que la dens1'dd ..
a o enrareclllllento es una cua-
08
podría responder también, a la parte primera, que la diferencia apuntada es que ad de la tercera es~ecie y no es esencial y prir_nariamente sensible c?mo objeto
la primera especie tiene de suyo e intrínsecamente el ser cualidad adventicia;--", io. y lo mismo ocurre con la aspereza o suavidad, que no son sensibles per se
ya que se adquiere con actos o se infunde desde el exterior. Y en este punto no p ayor grado que la figura. Además es verosímil que en las realidades naturales
se hallará excepción en las realidades inferiores o sensibles o en las humanas. En · ':'an más cualidades que las afecten de modo connatura.l, las cuales no ~on
cambio, en los ángeles las especies inteligibles parecen ser connaturales, ya que- s51__'bles per se ni esencial y primariamente son potencias para obrar, sino
patenecen a la primera especie; también el acto con que se contempla un ángel
a sí mismo es natural, a pesar de que pertenece igualmente a la primera especie _<f
como diré después. Pero, sin embargo, esas especies pueden también llamars:·--,
t: on únicam'ente formas accidentales ordenadas al ornato y perfección del
lo cual no es verosímil únicamente en los cuerpos corruptibles, sino mucho
~ los celestes. Igualmente, en las cualidades espirituales ha?' algunas posibles
adventicias, por no emanar de la naturaleza intrínseca, sino que son infundidas_ convienen con las cualidad~s pasibles en esa manera de 1:11-odifi~ar y perten~cen
por Dios, aunque se otorguen según la proporción y exigencia de la naturaleza· J tercera especie, como refer1amos antes acerca de la gracia y piensan lo mismo
también el acto de conocimiento se adquiere por una eficiencia propia, y desd~ u~hos teólogos acerca del carácter. Además, la afirmación de que la figura está
ese punto puede llamarse adventicio o adquirido; en cambio, las cualidades de -famente en la superficie última, ~i se entiende como que .~rucame,nte en ella apa-
las demás especies po~een de suyo el poder ser connaturales, sobre todo si están: e y se termina, es verdadera; sm embargo, ello es tamb~er;i .comun a.los colo~es,
en sus propios sujetos, porque, que en los sujetos extraños puedan ser adventi- "mo consta por Aristóteles en el lib. De S:nsu et Sens~bi~t; pero, s~ .el sentido
cias, es accidental; por ello, no varían sus razones. Y, en este sentido, la sufi- $ que la figura está solamente en. la superfici~ de modo un1co y. prec1~ivo, puede
ciencia es probable. :,arecer incierto, pues el cuerpo circular es circular en toda su m~egr~d~d. Y no
ijo Aristóteles en parte alguna que la figura i;sté en la superficie uni~amente,
Segunda razón de suficiencia que se termina en ella, de tal manera que sm tener un terfillno ?º tiene una
ta y determinada razón o especie de figura, como se ve por el lib. III de la
4. Otros proponen de este modo la razón de suficiencia: la cualidad o está
etafísica, c. 5, text. 17, aunque allí lo exponga. i::ás en. f~rma di; duda Y. de
en la sola superficie de la sustancia, y así constituye la cuarta especie, o está entación en uno y otro sentido que de definic1on. Asurusmo, s1 la densidad
también más intrínsecamente; y ésta, por su parte, o es sensible per se, como obje- el enrarecimiento pertenecen a esta especie, no están solamente en la superficie,
to propio de algún sentido, y así constituye la tercera especie, o es insensible, y és..
ta, a su vez, o es innata, y constituye la segunda especie, o es adventicia, y constituye 0 que son ciertos modos que afectan íntimamer;ite al cuerpo ,de la cantidad en
a su integridad. Pero, sin embargo, como he dicho, esta razon es probable, ya
la primera. Esta razón es también probable, aunque venga determinada por diferen-
cias muy extrínsecas y accidentales, que pueden convenir no solamente a las especieS
eciebus quibus tribuuntur, sed etiam aiiis. ad tertiam speciem pertineant, ut de gratia
et haec constituit tertiam speciem. Hanc turae; actus etiam cognitionis per propriam esse qualitatem innatam non solurn supra dicebamus, et de charactere idem cen-
vero sufficientiam reiicit D. Thomas, quia efficientiam acquiritur, et ex hac parte ad- enit potentiae, sed etiam passibili qua- sent multi tn_eologi. Deinde, quod dicitur
etiam in tertia et quarta specie sunt quali- ventítius vel acquisitus appellari potest; at i· esse etiam insensibilem per se pluri- figura esse tantum in ultima superficieJ si
tates adventitiae, et in prima (inquit) sunt vero qualitates aliarum specierum ex se ha ... <,bus qualitatibus convenir. ~t (quc;d diffi~i­ intelligatur quod in ea tantum apparet ac
dispositiones naturales, ut sanitas et pul- bent quod possint esse connaturales, maxi- JiUs est) non videntur esse illae differentiae terminatur, verurn est; tamen id etíam est
chritudo. Sed ad hanc posteriorem partem me si sint in propriis subiectis; quod vero i'Jidaequatae bis speciebus; nam imprimis pas- commune coloribus, ut constat ex AristoteleJ
responded posset iuxta superius dicta, sani- in extraneis possint esse adventitiae, acci- , Sibiles qualitates non videntur omnes per se lib. de Sensu et sensibili; si vero sit sensus
tatem et pulchritudinem proprie et secun- dentarium est; unde non variat rationes ea- s~nsibiles, ut propria obiecta, sensuu1!1; nam figuram tantwnmodo esse in sola ac praeci-
dum rem non pertinere ad primam speciem. rum. Atque hoc modo est probabilis suf'.. '.dénsitas aut raritas est quahtas tertiae spe- sa superficie, videri potest incertum; nam
Unde ad priorem etiam partem responderi ficientia. _-_<dei, et non est sensibilis per se primo ut corpus circulare secundum se totum circu-
posset differentiam intentam esse, quod pri- f-:obiectum proprium; et ídem est de asperi- lare est. Neque Aristoteles alicubi dixit fi-
ma species per se et ab intrinseco habet Altera ratio sufficientiae ;~~t:ate __ et lenitate, quae non magis sunt per guram e"3:oe in sola superficie, sed in ea
quod sit qualitai; adventitia, quia actibus ac- 4. Alii rationem sufficientiae hoc modo i>>-se sensibiles quam figura. Praeterea verisi- terminad, ita ut absque ullo termino non
quiritur, vel ab extrínseco infunditur. Ne- proponunt : nam qualitas aut est in sola <->iñile est esse in rebus naturalibus piures habeat certam ac determinatam rationem seu
que in hoc invenietur exceptio in rebus in- superficie substantiae, et sic constituit quar- · ·:<,quatitates connaturali modo afficíentes illas, speciem figurae, ut patet ex III Metaph.,
ferioribus, seu sensibilibus, aut hurnanis. In tam speciem; vel est etiam interius: et \, _qua:e non sunt per se sensibiles, neque per c. 5, text. 17, quamquam ibi magis dubi-
angelis vero videntur species intelligibiles haec rursus vel sensibilis est per se tam- -se primo sunt potentiae ad agendum, sed tando, et in utramque partem argumentan-
esse connaturales, cum ad prirnam speciem quam proprium obiectum alicuius sensus, ><--solum formae accidentales ad ornandum et do, quam definiendo procedat. Itern si den-
pertineant; actus etiam quo seipsurn angelus et haec constituit tertiam speciem; vel est :perficiendum subiectum ordinatae, quod sitas et raritas pertinent ad hanc speciem,
intuetur, naturalis est, cum tamen etiam ad insensibilis, et _haec rursus aut est innata, _i\-:-i10n solum in corporibus corruptibilibus, sed illae non sunt in sola superficie, sed sunt
prirnam speciem pertineat, ut infra dicam. et constituit secundam speciem, aut adven~ :;,:,\X,:::Jnulto magis in caelestibus verisimile est. quidam madi intime afficientes co:p~s q:uan-
Nihilominus tamen et species illae possuI'l.t titia, et constituit primam. Quae etiam ratio ,\\,·::\'_-:-ltern in qualitatibus spiritualibus sunt ali- titatis secundum se totum. Sed n1hilom1nus,
dici adventitiae, quia non ab intrínseca na~ est probabilis, quamquam per differentias :-·,-E::l--qpae possibiles, quae in hoc modo afficiendi ut dixi, haec ratio probabilis est; quia non-
tura manant, sed a Deo infunduntur, etiam- valde extrínsecas et accidentarias assignetur, · >'Z:ttofiveniant cum passibilibus qualitatibus 1 et nullae ex dubitationibus contra eam facile
si dentur iuxta proportionem et debitum na- quae convenire possunt non tantum illis
putación XLil.-Sección V
que algunas de las dudas pueden fácilmente argüir contra ella y las otras
~u parte, no muestran de manera positiva que aquellas diferencias asignadas' Po tes, incluso para esa distinción formal que pertenece al género de la cualidad;
inadecuadas, aun cuando muestren que en virtud de tal suficiencia no se que, por ejemplo, cuando se afirma que la tercera especie queda constituida
que seru: adecuada.s; pues lo que se supone en tal suficiencia, es decir, qu~~~
¿i el hecho de ser una cualidad terminativa del movimiento, no parece esto
las cualidades pasibles son sensibles per se, no se prueba en ella y es -par nforrne con Aristóteles, que afirmó en el capítulo sobre la Cualidad que no
muy incierto. ª- da cualidad pasible es tal porque se produce por una pasión, sino o bien porque
produce por una pasión, o porque causa una pasión en el sentido. Además,
Tercera razón de suficiencia, tomada de Santo Tomás ando esa cualidad se dice que es término del movimiento, pregunto si se trata
1 movimiento tomado en sentido propio y riguroso o de cualquier mutación
5. Santo To~ás prop?ne otra razón de esta suficien~ia en 1-II, q. 49, a. z;- acción; si se afirma lo primero, se sigue que, por ejemplo, la luz del sol no
En efecto, la. cualidad -dice- es un modo de la sustancia según el ser accide una cualidad pasible, más aún, tampoco la luz del aire, ya que no se produce
tal; ahora bien, tal modo puede tomarse o en orden a la naturaleza del suj t . un movimiento propio, a pesar de que produce en grado máximo una pasión
o atendiendo a la acción y pasión, o atendiendo a la cantidad. Con el pr' e los sentidos. En cambio, si se afirma lo segundo, se sigue que las operaciones
modo queda constituida la primera especie de cualidad; con el tercero se con entendimiento y de la voluntad, y en general todas las cualidades que se
tuye la cuarta, y con ~l segundo se constituyen la segunda y tercera; pues, si e- ducen por una acción propia, pertenecen a la especie tercera; y así habrá
un .modo de la ~us~a?c1a como ~érmino de la acción, queda constituida la tercera}, colocar en ella a todos los hábitos adquiridos. Además, pregunto si, cuando
Y s1 es coz:io pr1nc1p10, se consttt:iye la segunda. Esto, pues, aunque Santo To~ , afirma que este género de cualidad es el término del movimiento, se trata del
no lo exJ?hque de esta manera, sin embargo Cayetano, en el c. De Qualit., y · o esencial y primariamente terminativo de la propia acción o movimiento,
comentaristas, .en I-II, lo exponen en este sentido, y era evidente por sí, ya que de este modo la blancura no será cualidad pasible, puesto que nunca puede
e:as dos especies no podían quedar establecidas de otro modo bajo dicha diferen: aducirse así, sino en cuanto es el resultado de una acción, como del calenta-
c1a común. Y esta razón de suficiencia es asimismo bastante probable. iento, del enfriamiento o de una combinación. O bien queda comprendido tam-
'n el término secundario que resulta del térrnino primario del movimiento; y
Se proponen las dificultades acerca de dicha razón ·, la figura será también cualidad pasible, porque se produce de este modo por
movimiento y las potencias naturales pueden también terminar el movimiento
6. Sin embargo, hay un punto difícil en ella, y es que de ese modo no s. _e esta manera. Finalmente pregunto, cuando se afirma que la cualidad queda
señala la distinción de estas cualidades según las naturalezas reales de las mismas- 'onstituida en esta tercera especie en cuanto es término del movimiento, si se
sino según l~s diversas razones que nosotros podemos concebir, de tal maner tiende formalmente que queda constituida en esa especie bajo la razón de
q~e una cuah~ad que es 1.a misma en. el plano real quede colocada en especi · o, y esto es imposible, porque dicha razón de tér1nino indica o una pura
diversas atend1endo a las diversas relaciones, cosa que consecuentemente admite _relación o una denominación tomada del movimiento, cosas ambas que están fuera
supone Santo Tomás; sin embargo, presenta las dificultades que se tocaron en Ja-' de la razón formal de la cualidad. O bien se toma materialmente o fundamental-
aser~ión precedente. Y además, aun cuando queramos admitir que una mismm: 'Jnente (que es como en verdad debe tomarse), a saber, en cuanto se con-
cualidad ~n el plano real puede per~enecer. a distintas especies de cualidad bajo }:tibe que pertenece a la tercera especie la cualidad que por naturaleza tiene
razones diversas, s1n embargo esas d1ferenc1as señaladas no parecen siempre sufi,.:~
loqui possunt, aliae vero non ostendunt po- mas hoc non declaret, tamen Caiet,, in c.
sitive illas differentias assignatas esse ina- Qualit., et interpretes, in I-II, exponunt hoc· -~~:hanc distinctionem formalem ad genus qua- genus qualitatis esse terminum inotus, an
daequatas, quamquam ostendant ex vi illius modo, et erat per se manifestum, quia nori_,: _i:LJitatis pertinentem; na1n cun1 dicitur, verbi intelligatur de termino per se primo pro-
sufficientiae non probari esse adaequatas; poterant aliter illae duae species sub illa-- '-,'\gl'atia, tertia species constitui, ea quod sit priam actionem seu n1otum terminante, et
nam quod in illa sufficientia supponitur, communi differentia constitui. Quae ratio ->:tk;g:ualitas terminans rnotum, id non videtur sic albedo non erit passibilis qualitas, quia
omnes passibiles qualitates esse per se sen- sufficientiae est etiam valde probabilis. ' :. ~,:consentaneum Aristoteli, qui in c. de Qun- nunquarn ita fieri potest, sed quatenus ex
sibiles, in ea non probatur et mihi est valde Jit., dixit non ornnem qualitatern passibilem nliqua actione resultar, ut ex calefactione,
incel'turn. Difficultates circa dictam rationem -:>::Jalem esse quia per passionem fit, sed vel frigefactione, aut aliqua rnixtione. Vel com-
proponuntur <.;_:guia fit per passionem, vel quia causat pas- prehenditur etiam secundarius terminus re-
Tertia ratio sufficientiae ex D. Thoma 6. Illud autem est in ea difficile, quod <<:sionem in sensu. Deinde, cum haec qualitas sultans ex primario termino motus; et sic
5. Aliam rationem huius sufficientiae af- iuxta illam non assignatur distinctio harum ;:::\dicítur esse terminus motus, interrogo an etiam figura erit passibilis qualitas, quia hoc
fert D. Thomas, I-II, q. 49, a, 2. Nam qualitatum secundum reales naturas earu'rn,. -.:>:intelligatur de n1otu proprie et in rigore modo fit per moturn, et naturales etian1 po-
qualitas (inquit) est modus substantiae se- sed secundum varias rationes conceptibiles a ,~llmpto, vel de qualibet mutatione seu ac- tentiae possunt hoc modo terminare motum.
cundum esse accidenta le; hic autem modus nobis, ita ut eadem qualitas realiter secun- :'!>:tione; si primurn dicatur, sequitur lucem Tandem inquiro, cum dicitur qualitas consti-
potest accipi, vel in ordine ad naturam sub- dum diversos respectus in diversis speciebus: solis, verbi gratia, non esse passibilem qua- tui in hac tertia specie, quatenus est terminus
iecti, vel secundum actionem et passionem, collocetur, quod consequenter adrnittít vel -\ ·>litatem, immo nec lumen aeris, quia non motus, an id intelligatur formaliter quod sub
vel secundum quantitatem. Primo modo supponit D. Thomas; habet tamen difficul- ' t per proprium motum, cum tamen maxi- l'atione termini constituatur in illa specie, et
constituitur prima species qualitatis; tertio tates tactas in assertione praecedenti. Et e faciat passionem in sensibus. Si vero hoc est impossibile, quia haec ratio tennini
modo constituitur qual'ta; secundo autem praeterea, etiamsi velimus admittere eamdem ,:'-:- _ idicatur secundum, sequitur operationes in- vel dicit puram relationem, vel denominatio-
modo constituuntur secunda et tertia; nam qualitatem secundum rem posse sub diversfa--,,> };;¡-_:<:::;:tellectus et voluntatis, et in universurn qua- nem a motu, quae sunt extra formalem ratio-
si sit modus substantiae, ut terminus actio- rationibus ad distinctas species qualitatis '.J!b-:<:_Jitates omnes quae per propriam actionem nem qualitatis. Vel sumitur (ut revera sumi
nis, constituitur tertia; si ut principium, pertinere, tamen illae differentiae assignatae :::;\t:::,;~unt, pertinere ad tertiam speciem; atque debet) materialiter seu fundamentaliter, nimi-
constituitur secunda. Quamvis enim D. Tho- non videntur sernper sufficientes, etiam ad' ;,Ltta omnes habitus acquisiti in illa colloca- rum, ut illa qualitas intelligatur esse ter-
·.-:-:buntu.r, Rursus inquiro, cum dicitur hoc tiae speciei, quae nata est terminare mo-
DISPUrACIONES VI. - 16
XLII.-Sección V
243
la misión de terminar el movimiento; y, de este modo, tal diferencia no ind
una razón formal de cualidad diversa de aquella que indica la diferencia atribuid Cuarta razón de s3ficiencia de esta niisma división
a la primera especie, es decir, que sea un modo del sujeto en orden a su natura
leza; pues la misma cualidad que puede adquirirse por su naturaleza mediarfü Por tanto.. se ofrece otra razón para explicar esta div1~ión y su suficienci~,
el movimiento puede adquirirse con el fin de modificar al sujeto según su natlí uede tomarse del diverso fin a que se ordena!1 las cualidades y, po~ cons1-
raleza; por tanto, estas diferencias no solamente no distinguen la realidad sin p te del diverso modo de afectar a la sustancia. En efecto, hemos dicho en
ni siquiera las razones formales de la cualidad. De la misma manera que el 'hec en ?ó terior que la cualidad es un accidente establecido por la naturaleza
de que la sustancia pueda producirse solamente por creación, y que sea de natu secc1 n o:o un complemento de la sustanci¡¡ creada en Jo referente a i;;~ ope~
raleza intelectual, no cambia la razón formal de la sustancia. Y de modo parecid u,;e~o~servación u ornato. Por consiguiente, la cualidad puede soh;:ven1r ª. la
en la cantidad, el hecho de que por su naturaleza afecte al sujeto de un modo: ' · 0 bien esencial y primaria1nente por razón de la operac1on, o bien
determinado y que pueda producirse mediante aumento no son dos razones forrna~,,: ancia,
ente por razón de su ser formal, concretamente que se ord ene .s?·1 o a1 ornato
les de cantidad. Y un argumento parecido puede hacerse para aquella diferendl! f cción formal de la misma sustancia, miembros ambos .que d1v1den adecua-
que consiste en ser un modo de la sustancia en orden a la naturaleza del sujeto-: p~n~e la cualidad, como es por sí evidente, ya que en ninguna cosa s~, halla
concretamente en cuanto es conveniente o inconveniente para él (pues de ' ue no sea el ser y la operación y lo que se ,ord~n~ .ª la perfecc1on de
modo se la entiende). Tal diferencia, en efecto, se entiende formal o mate~> q Ad más la cualidad del primer género podna dmdirse de ~~te modo,
rialmente. Lo primero no puede afirmarse, no sólo porque ésta -como dije cori- os. 0 e; la ~peración misma 0 es el principio próximo de la operac~~n. Y, por
frecuencia- es más bien una díferencia trascendental perteneciente a la razóri--
del bien que no algo que confiera una especificación determinada al ente; sino' •p
:te, el principio 0 es connatural y de origen intrínseco y ,en defi~t1v.a .lo q~e
constituye a la realidad como capaz de operar en r~zon de p~mc1p10 pro-
también porque ésa es una razón respectiva, o una denominación extrínseca, pues' .un~ro de esta manera queda constituida la segunda especie de cualidad~ que es
una misma cualidad puede ser conveniente para una naturaleza e inconveniente- ~te~cia. o es un principio sobreañadido a la potenc1~, 9ue la dete:mm~ o le
para otra. Pero, si esa diferencia se toma materialmente, no puede ser suficient~_;­ p a 0 le da facilidad en la operación; y así queda const1~1da la espec~e primera,
para producir una diversidad formal y específica en el género de la cualidad, nó hábito y si la operación misma pertenece tamb1en a la cualidad, como
sólo porque, si hay alguna distinción de razones formales entre estas especi~s;-;_· es el · ., · · t es una
iremos poco después, se incluye tamb1en en 1a primera espe~1e, en cuan o
no puede darse en una e idéntica cualidad en cuanto a su entidad material, sina--- -, - · 'ó y de esta manera aquellas dos primeras especies abarcan todas las
en cuanto a alguna formalidad; pero además también porque ese elemento materia{ 1spos1c1 n. · ·¡ · · te en
subyacente a dicha relación y que se explica por ella es común a toda cualidad;•. •
l1.d ªdes que pueden atribuirse a las sustancias
d ¡ · ·
esencia y pr1mar1amen .
· · · l d la operación
zón de la operación. En efecto, además e pr1nc1p10 pr1nc1pa e . ,
Y por esa relación no se explica o indica tampoco algún modo peculiar de afectar. e no es la cualidad, sino la sustancia, solan1ente pu~den hallarse. en la r,ea~1dad
a la sustancia que requiera alguna razón propia de cualidad. · tres cosas pertenecientes a la operacíón, es decir, la po~enc1a, el habito y
eración misma, como se ve P?r ~ristóteles, II de la !Jttca, c. 5. Por otr.~
t~ la cualidad, que esencial y _pr11nar1ament~ se ordena so;o. al ornato o mod1
0

cación de la sustancia por medio de su ser rormal, o es un1camente un modo


rum; et hoc modo talis differentia non in- ferentia intelligi~ur formaliter, vel materiali~ ::_::
dicat diversam rationern formalern qualitatis ter. Primum dici non potest, tum quia illa, ;-:: Quarta ratio sufficientiae eiusdem rationis. Et rursus principium vel est con-
8b ea quam indicat differentia attributa pri- ut saepe dixi, magis est differentia trans- '\ divisionis naturale et ab intrinseco proveniens, ac de-
mae speciei, nimirum, quod sit modus sub- cendentalis pertinens ad rationem boni, quam ·:: nique primo constituens rem ut potentem
iecti in ordine ad naturam eius; nam ea- conferens determinatam specificationem en-,, 7, Alia igitur ratio occurrit explicandi ad operandum in ratione principii proxID:i;
dem qualitas quae natura sua est acquisi- tis; tum etiam quia illa ratio est respectiva} e divisionem et sufficientiam eius, q~ae ex et hoc modo constituitur secunda spec1es
bilis per motum, ad i:iunc finem potest esse vel denominatio extrinseca; nam eadem qua~ · tso fine ad quem ordinantur quah?tes-; qualitatis, quae .est potentia: Vel est prin-
acquisibilis, ut afficiat subiectum secundum litas uni naturae potest esse conveniens, alteri consequenter ex diverso .rr:odo affi~1en?1 cipium superadd1tum potent1ae, d~~errn1na1:1s
naturam eius; hae igitur differentiae non disconveniens. Si vero differentia illa sumatur :. stantiam sumi potest. Dix1mus eni;n in vel adiuvans illam, aut dans facihtatem in
solum res, verum nec rationes formales qua- rnaterialiter, non potest sufficere ad efficien- i~ctione praecedenti qualitatem esse acc1dens, operando; et sic constitui~ur pr~a ~pecies,
litatis distinguunt. Sicut quod substantia sit darn formalern et specificam diversitatem in ffistitutum a natura ut sit veluti complemen- quae est habitus. Quod si operat10 ~psa ad
ex se producibilis tantuin per creationem, genere qualitatis, tum quia, si quae est distin:-: :ciilm substantiae creatae, in his quae spectant qualitatem spectat, ut paulo J?OSt d1cemus,
et quod sit natura intellectualis, non variat ctio rationurn fol'malium inter has specfos ''.~d"-"Oi5erationem, vel conservatio~ern, vel '?r- ad priu.1an1 etiam speciem pertrnet,. quatcnus
rationem formalem substantiae. Et similiter non potest esse in una et eadem qualitate !namentum eius. Potest ergo quahtas advenire est dispositio. Atque hoc modo illae du~e
in quantitate, quod sit nata sic afficere sub- quantum ad entitatem materialem, sed quan- ·JUbstantiae, vel per se primo. ratione oper~­ primae species complectuntur omnes q?al:-
iectum et quod sit producibilis per augmen- tum ad aliquam formalitatem; tum etiam nis, vel solum ratione su1 esse formalis, tates quae per se primo ratione operat10~1s
tationem, non sunt duae rationes formales quia illud materiale quod subest illi respe- irum, quod solum ad ornandam, et for- substantiis tribuí possunt. Nam praeter pr1n-
quantitntis. Et simile argurnentum fieri pot- ctui et per illum declaratur, commune est :fualiter perficiendam ipsam substantiam .º~­ cipium principale operandi, qu~d no? ~st
est Cie illa diff~renti8. c¡uae est esse modum omni qualitati. Neque per illum respectum <~inetur, qnae duo membra adaequate .d1v;- qualitas sed substantia, tantum illa tr~a m-
substantiae in ordinc fiel naturam subiecti, explicatur aut indicatur aliquis modus peM veniri possunt in rebus, quae ad operat1onem
,'<-'<:-~unt qualitatem, ut per se constat, quia in
id est, ut conveniens vel disconveniens illi culiaris afficiendi substantiam qui propriam '.'t\'.\c'.)~tilla re aliud invenitur quam esse et ope- pertineant, scilicet, pote~tia, habitus. et ope-
(ita enirn intelligitur). Vel enim haec dif- aliquam rationem qualitatis requirat. :<~k:ratio, et quae ad utriusque perfection:m or- ratio ipsa, ut ex Aristot.ele sum1tur, II
::\y¿:{~\qIDantur. Rursus qualitas prioris gener~s pos-
Ethic., c. S. Praeterea qualltas, quae per se
5-<-,'-~eJ in hunc modum dividí: aut enrm est
primo ad hoc solum ordinatur, ut per suum
'-i}t;~\-~peratio ipsa, aut principium proximum ope• esse formale ornet vel afficiat substantiam,
244 Disputaciones metafísi ,
'6n simple en una seríe de predicamentos hasta la última especie. Ade1nás,.
consecuente a la cantidad y cuasi terminativo e infor1nativo de la misma encionadas diferencias son enteramente adecuadas a sus miembros y tienen
constituye la última especie que es la figura o forma, la cual difiere grand~r! aptitud para abarcar y coor_9inar todos. los géneros de cualidades, cosa que
de las demás, ya porque es un cierto modo de la cantidad, mientras las d e e difícilmente atendiendo a la razón prunera. expuesta antes. Por tanto, esta·
poseen s~s propias entidades, ya también porque las otras siguen a la forma y n de suficiencia parece bastante probable y digna de anteponerse a las otras.
en .cambio, parece resultar más bien por razón de la materia, aunque ~am
reciba el modo y determinación por razón de la forma. Por consiguiente cualq Razón del orden de las especies de cualidad
otra .cualid_ad que siga o imite a la forma de tal modo que posea t:UUbién
9, Se da razón de la cuarta especie.- Y en c~nformidad con este modo. ~e
propia ent1dad y no sea operación ni se ordene esencial y primariamente a
licar dicha suficiencia podemos dat: alguna razon del orden y .enumerac1on
operación, sino a la perfección formal y ornato de la sustancia, pertenece a la t
dichas especies, aunque no sea precrno que tal orden y enumeración conte?ga
cera especie de cualidad, que se llama pasión o cualidad pasible, ya que la co
pre algún miste~io. Así, pues, la especie cuarta. _obtuvo con razón el último
cernos nosotros en las realidades sensibles mediante estas señales o efectos
como la inferior a todas tanto en la perfecc1on como en el modo de su
porque la razón formal de su especie quede explicada mediante esas palabra~ ' hasta tal punto que parezca a a1gunos que apenas merece un1vocamen ' te
dad
tampoco porque sea preciso que toda cualidad .de esa especie posea dicha r;z. nombre de cualidad. Omitida, por tanto, dicha especie, las otras tres podrían
o relación de la cual se ha tomado aquella palabra, pues una cosa es aquello p
lo que se pone el nombre y otra lo que significa. erarse desde otro punto de vista en un orden contrario. Pues, en cuanto el
se presupone para el operar, la cualidad pasible que de suyo se ordena a la
8. Pero esta suficiencia tal corno la hemos expuesto pienso que se hace por ección del ser mismo podría colocarse en el primer lugar, y com~ la poten~1a
misma probable, incluso por su mera proposición y explicación. Además} si pone para el hábito y la operación, podrían enumerarse el hábito y la d1s-
compara con las anteriores, ciertamente tiene muchas 1nenos dificultades y tna . ión después de la potenc~a en ~l tercer lugar y. retener l.a potencia el segundo
.aptitud para explicar las esencias propias de cada una de las especies de cualid aunque bajo una relación diversa. En cambio, atendiendo a un punto de
pues está tomada de las diferencias más i.ntrínsecas y de las más diversas a' distinto, que se refiere al orden de perfección y de mayor actualidad, se
podemos concebir nosotros dentro del género de la cualidad. Por esta razón enumerado con un criterio magnífico, pues una cosa es perfecta en sumo
establecen la distinción de esas especies atendiendo a las relaciones y consid
0 cuando está en el acto último, al cual se aproxima inmediatamente el há-
ciones del entendimiento} sino atendiendo a la realidad; y de este modo pode cosas ambas que han quedado comprendidas en la primera especie, Y des-
volver a poner cada cualidad en su especie de un modo simple y absoluto y a de ellas sigue la potencia, que constit_uye la segunda espec~e. E? la ter~era
huirle su esencia simple, cosa que no puede hacerse siguiendo a las otras opi ie en cambio se han colocado las cualidades que, o carecen de virtud activa,
nes, sino que es menester siempre atender a las relaciones o razones formales, · 0 s~ ordenan a'esta función de modo esencial y primario, sino solamente al ser.
tal manera que cualquier cualidad, atendiendo a una razón formal, quede colo 10, Puede también considerarse estq orden atendiendo a la dignidad de parte
en una especie, y atendiendo a otra, en otra distinta, lo cual es enojoso. Y es los sujetos; pues la especie primera, tal como la hemos ·explicado, tiene l_ugar
por sí mismo difícil de creer que no haya ninguna cuElidad que posea una/ co icamente en los vivientes y en los cognoscentes, sobre todo en los seres 1nte~
arnentorum 1 usque ad ultimam speciem, operari, posset passibilis qualitas, quae per
etiam p1?aedictae differentiae omnino se ordinatur ad perfectionem ipsius esse,
quatae suis membris, et aptissimae ad primo loco constituí, et quia potentia sup-
vel est tantum modus quidam consequens sumpta est; nam aliud est a quo no prehendenda et coordinanda ornnia qua- ponitur ad habitum et operationem, posset
quantitatem et quasi terrninans et inforn1ans imponitur, aliud quod significat. um genera, quod iuxta primam ratio- habitus et dispositio post potentiam tertio
illam, et haec constituit ultimam specien1, 8, Hanc vero sufficientiam sic exposit supra traditarn difficile fit. Videtur er- loco nmnerari, et potentia secundum locurn
quae est figura vel forma, quae multum dif- existimo per se fieri probabilem, vel ex s haec ratio sufficientiae satis probabilis, retinere, quamvis sub diversa habitudine.
fert a reliquis, tum quia solum est modus eius propositione et declaratione. Deinde, 'reliquis praeferenda, At vero secundum aliam considerationem
quidam quantitatis, alia vero habent suas cum prioribus conferatur, certe multo pertinentem ad ordinem perfectionis et ma-
proprias entitates; tum etiam quia aliae ciares habet difficultates, et aptior est Ratio ordinis specierun1 qualitatis ioris actualitatis, optima ratione numeratae
consequuntur formam, haec vero magis vi-
detur sequi ex ratione materiae, quarnvis
explicandas proprias essentias singula :9. De quarta specie ratio redditur.- Et sunt; nam res tune est maxime perfecta
specierum qualitatis; nam et sumitur ex a hunc modurn explicandi hanc suffi- quando est in ultimo actu, ad quem proxime
etiam recipiat modum et determinationem ferentiis magis intrh1secis magisque dive tiam reddere possumus rationem ali- accedit habitus, quae duo in prima specie
ratione formae. Omnis ergo alia qualitas, quae intra genus qualitatis concipi a,,no ordinis et enumerationis harum spe- comorehensa sunt. Post illa vero subsequitur
quae ita consequitur formam vel earn imi- possunt. Unde non distinguunt filas spe ·5f$rum, quamquam necesse non sit huius- poteiitia, quae constituit secundan1 speciem.
tatur, ut suam propriam habeat entitatem, secunduin habitudines et considerationes J:1leídi ordinem aut enumerationem semper In tertia autem specie collocatae sunt quali-
et non sit operario neque ad operationem tellectus, sed secundum rem; atque ita p : _:9:?ntínere aliquod mysterium.
0
Quarta itaque tates, quae aut vim agendi non habent, aut
per se primo ordinetur, sed ad forrnaliter sumus unamquamque qualitatem simplicl ,_:s'Pecies merito ultimum locum obtinuit tam- ad hoc munus per se primo non ordinantur,
perficiendam et ornandam substantiam, ad et absolute in sua specie reponere, ei ~;@arn omnium intima, et in perfectione et sed tantum ad esse.
iertia1n speciem qualitatis pertinet, quae pas- suam simplicem essentiam tribuere, q Liff--modo entitatis, adeo ut aliquibus videatur 10. Potest etiam hic ordo secundum
sio vel passibilis qualitas nominatur, quia iuxta alias sententias fieri non potestJ mereri univoce nomen qualitatis. Omissa dignitatem attendi ex parte subiectorum;
per haec signa vel effectus maxime a nobis semper oportet distinguere respectus seu go illa specie, aliae tres possent certe con- nam prima species, ut a nobis explicata est,
cognoscitur in sensibilibus rebus, non quia tiones formales, ut omnis qualitas sub • ordine numerari sub aliqua considera- solurn habet locu1n in viventibus et cogno~
formalis ratio illius speciei per illa verba ex- ponatur in una specie, et sub alia in a1 . Nam quatenus esse supponitur ad scentibus, maxime in intellectualibus rebus;
plicetur, neque etiam quia necesse sit om- quod operosum est. Et per se est cred'
nem qualitatem illius speciei habere illam difficile quod nulla sit qualitas habens otras ediciones, (N. de los EE.)
rationem vel habitudinem, a qua vox illa simplicem constitutionem in una serie práé,'
246 Disputaciones meta¡;,{
XLll.-Sección V 247
le~tuales, P1;1es éstas son las urucas realidades que pueden perfeccionarse _:·
mismas Y d!Sp?nerse ordenadamente por medio de sus actos y de los hábitos a -.renatural. Pero como el metafísico no alcanza esas cualidades, coloca por esa
adquieren mediante ellos, o que reciben para producirlos. La potencia q n las cualidades pasibles en el orden más bajo de cualidades corporales. Y por
. • b" , en cainb Inis.ma razón no consideraremos más cosas en particular acerca de la tercera
.t ien: un am 1to mayor, pues es común también a las realidades inferiore -
inantmadas, al menos a aquellas que pueden obrar algo mediante u 8 c~arta especie, puesto que por ser materiales no se refieren al objeto de la
transeúnte. En cambio, la cualidad pasible puede encontrarse tambi"éna acci :·tafísica más que en cuanto es preciso para establecer la división de las cua-
real"d d · · d n
1 a es 1nanuna as que no poseen virtud alguna ordenada esencial y
en· 'ades; en cambio, sobre los hábitos y las potencias emprenderemos disputacio-
r lamente a la acción. pr .s propias, porque de suyo prescinden de la materia.
11. Observación importante.- Aunque en esa especie tal como la h
expuesto, hay ,otra cosa digna de notarse, concretamente que 'esta clase de cuafid
(al menos segun el orden natural de las cosas) se halla solamente en los cu Se responde a las dificultades propuestas al comienzo
pues las s:istancias espirituales, exceptuando el entendimiento y la volunt ~rp
son. ~otenc1as natura.les de ellas, no tienen capacidad más que de hábitos 0 ~e 13. Sz' los actos inmanentes son cualz'dades propi·as.- Y basándonos en la
pos1c1ones de las mismas potencias. Y puede darse una razón ya que al .·ficiencia que hemos propuesto, responderemo$ con facilidad a las instancias
de materia
. esas sus t anc1as
· y ser d e suyo unos ciertos
· actos' incorruptibl
' care bre la dificultad tercera. La primera trataba de los actos inmanentes, y muchos
necesitan las cualida~es ni para la conservación, ni para ornato, ni para la ~~ll solucionan negando que sean cualidades, y afirmando que son acciones sola-
natural de. su ser, smo. solamente para la operación, lo cual sucede al contr te, opinión que parece muy admitida entre los to1nistas, como veremos des-
en las reahda~es rnate.r1ales y. sobre tod? en las corruptibles, y, por ello, se s al tratar del predicamento de la acción. Pero, aunque sea verdad que en la
cuentran en estas varias cualidades pasibles. Por esta razón dijo Santo Tom ucción de actos inmanentes interviene una verdadera acción, como mostrare-
V Metaph., lec. 16, que las cualidades de la tercera y cuarta especie se encuen allí, sin embargo no puede negarse que dicha acción tenga un término in-
en las solas real~dades corporales, lo cual es manifiesto en el caso de la espe eco producido por medio de ella, como mostraremos allí mismo; ahora bien,
cua;ta. En, cambio, acerca de la terc~ra es bastante probable y conforme con término no puede ser otro más que la cualidad, como se evidencia fácilmente
razon, segun nuestra manera de explicarlo. urriendo a lo largo de los demás predicamentos. Asimisrr10, en conformidad
21. Y he dich? hablando en un plano natural, porque sobrenaturalme estos actos se nos aplican con verdad predicados cualitativos, es decir, somos
una ~ustanc1~ es~1ritual puede ser modificada por cualidades que se orde ados buenos o malos, sabios, amantes, airados, etc. Igualmente, esos actos
esencial y pr1mar1an1.ente a dar o perfeccionar el ser, las cuales coinciden en las formas que en último término actúan y perfeccionan a las sustancias en
aspecto con las cualidades de la tercera especie y han de ser colocadas en están; por consiguiente, les conviene la razón común de ·cualidad señalada
Y la razón es que, por más qi:e tales sustancias no necesiten dicha perfeccióne es. Y esta opinión es común entre los autores; la defiende Santo Tomás,
l~, referente a su ser natural, ~in embargo pueden quedar elevadas a la particí use. 48; y Soncinas, V Metaph., q. 36, y más ampliamente lib. IX, q. 21;
c1on ~e un ser de orden superior y ser ordenadas y perfeccionadas con una b lI rar., II cont. Gent. c. 82, y II De Anima, q. 22; Herveo, Quodl. IX, q. 8;
superior, y, por ello, pueden recibir tales cualidades por la elevación al ~rd gidio, tract. de Mensur. Angel., q. 10. Y en el mismo parecer está Escoto, In I,
ist. 3, q. 6, § Hic sunt, y en Quodl., x2, § Ad tertium principale, a quien
nam hae tantum res possunt sese perficere 9ue ad naturalem pulchritudinem sui e
ac recte disponere suis actibus et habitibus mdigent qualitatibus, sed ad operatio
quos per eos acquirunt, vel ad eos elicien- tantum, quod secus est in rebus inateriati
dos re~ipiu~t. ~ot~ntia vero latius patet; e~ max~e. corruptibilibus, et ideo plures Quia vero metaphysicus has qua- sit in effectione actuum immanentium inter-
nam etiam 1nfenor1bus et inanimatis rebus h1s pass1biles qualitates reperiuntur. Pr es non attingit, ideo passibiles qualitates venire veram actionem, ut ibi ostendemus,
communis est, saltem iis quae per actionem pter quod d?rit D. Thomas, V Metaph,; cat in inferiori ordine corporalium qua- tamen negari non potest quin illa actio ali-
transeuntem aliquid operari possunt. At ve- ~ect. ~6, qualltates tertiae et quartae speciél um. Et ob eamdem causam de illa ter- quem habeat terminum intrinsecum qui per
ro passibilis qualitas etiam in rebus inani- ln sohs reb~s corl?oralibus reperiri, quod d~ et quarta specie plura in particulari non eam fiat, ut ibidem ostendemus; ille autem
matis inveniri potest, quae nullam habent ~uarta spec1e manifestum est. De tertia ver siderabimus, quia curn materiales sint, terminus non potest esse nisi qualitas, ut
virtutem per se primo ordinatam ad agen- iuxta nostram dicendi rationem est satis pro. bn spectant ad obiectum metaphysicae nisi facile patebit discurrendo per caetera prae-
dum. babile et rationi consentaneurn, ' -_quantum necesse est ad divisionem quali- dicamenta. Item secundum has actus vere
. 1~. Notat[one dignum.- Quamqua1n est 12. Dixi autem loquendo ex natura r ·•' .)atum tradendam; de habitibus vero et po- dicimur quales, nempe boni aut mali, scien-
1n illa spec1e, prout est n nobis exposita }'entiis proprias disputationes instituemus_. tes, amantes, irati, etc. Item hi actus sunt
quia supernaturaliter potest substantia spíí'i
aliud notatione <lignum, nimirum huiusmo~ tualis affici qualitatibus quae ad dand ·quia ex se a materia abstrahunt. foimae ultimo actuantes ac perficientes sub-
di qualitatis genus (saltem iuxta' naturalem vel perficiendum esse per se primo ordinen stantias quibus insunt; ergo convenit illis
o.r~inem reru.~), solum in corporibus repe- t!ll', quae in ea ratione curn qualitatibus ter
Satisfit diffícultatibus initio propositis communis ratio qualitatis supra assignata.
ru1; nam sp1ntuales substantiae praeter in- tlae speciei conveniunt et in illa constitúen· > 13. l mmanentes aetus an sint propriae Atque haec sententia est communis inter
tellectum et voluntatem, quae sunt natura- dae ~unt. Et ratio est quia, licet hae suh; }1Ualitates.- Atque ex sufficientia tradita fa- auctores; eam tenet D. Thomas, Opuse. 48;
les potentiae earum, non sunt capaces nisi stantiae quoad suum esse naturale non in:' '&ile respondebimus ad instantias in tertia et Soncin., V Metaph., q. 36, et latius, lib.
habituum vel dispositionum earumdem po- digeant illa perfectione, elevari tamen pos.:.:_ ~ifficultate positas. Prima erat de actibus IX, q. 21; Ferrar., II cont. Gent., c. 82,
~entiarum. Et. ratio reddi potest, quia cum si;nt ad parti~ípandum esse superioris ardí;-,;~· ,.}mmanentibus, quam rnulti expediunt ne- et JI de Anima, q. 22; Hervaeus, Quodl.
i~lae su.bstantlae materia careant et per se nis,, et or~ar1 ac perfici superiori puchrÍ-;:/ 'gantes illos esse qualitates, sed actiones tan- IX, q. 8; Aegidius, tract. de Mensur. An-
s1nt qu1d~m actus incorruptibiles, neque ad tudine, et ideo per elevationem ad superna~} tum, quae inter thornistas videtur esse valde gel., q. 10. Et in eadem sententia est Scot.,
conservationem, neque ad ornarnentum, ne- turalem ordinem possunt eiusmodi qualitates('. ·.recepta opinio, ut infra videbimus, tractando In I, dist. 3, q. 6, § Hic sunt, et Quodl., 12,
;:·Qe praedicamento actionis. Sed licet verum § Ad tertium principale, quem sequuntur
Disputaciones 1netafísi XLil.-Sección V 249
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siguen los escotistas, principalmente Antonio Andrés IX Metaph., q. 4; y el parecer de Simplicio, se han de colocar en la primera especie. Además,
mismo opinan Durando y Gabriel, In I, dist. 27, q. 2: . cualidades son en alto grado convenientes o disconvenientes según la na-
14. Se explica un pasaje difícil de Aristóteles.- Ni en contra de este p <e leza, y por ellas nos convertirnos en buenos o malos; .P?; tanto, pert7n~:
veo que tenga probabilidad ningún argumento que sea preciso resolver a~ece: a la primera especie, de acuerdo con aquella segunda op1n1on, como adv1rtto
mente puede ob¡etar~e un pasaj~ difícil de Aristóteles, lib. X de la Btic~, ~~li eca lib. V, c. 14, q. 1, sec. 3, porque ni son objeto de los sentidos ni tér-
donde se expresa as1: Ahora bten, si el placer no es una cualidad no p ss Je movimiento o de pasión tornada con propiedad. Pero, de acuerdo con
no es ur: ,b'zen, -pues tampoco las operaciones
. ' ~-
de la virtud son cualidades, ni ¡ @rima razón de suficienc~a que, ~emos propuesto, ~a cosa resu.Ita manifiesta,
es fo felicidad misma.. Pero consta que el placer, la felicidad y las operaciones que esos actos son perfecciones ultimas de las potencias; ahora bien, se colocan
la virtud son actos mmanentes. Y de modo absoluto lo enseñan tamb · · la primera especie todas las cualidades que se establecen para, actuar .Y deter-
Santo T m· tr · d ien -· ar las potencias; luego a ella pertenecen tales actos. Ademas, mediante los
. o as ~ o os, no mterpretan o de otro n;odo las palabras de Aristóteles::<
Srn em~a~go, Juzgo que necesitan al~una acotac1on, concretamente que el place{""' 'tos se alcanzan los háb~t?s; por lo cual, ::iediante los ~ct~s se dispone Ja
o la f7!1c1dad no son una pura cualidad que no consista necesariamente en < t ncia para alcanzar fac1hdad en su operac1on; por cons1gu1ente, estos actos
ope:acmn actual de aquel que es afectado por el placer 0 la felicidad, ya a
1 edan perfectamente establecidos bajo aquella especie, que es la disposición.
nadie puede ser . afectado por el placer o llegar a ser feliz más que hacie¿ en esto no encuentro dificultad alguna de importancia.
actu?lmente algo, no puede negarse, empero, que aquello que hace sea 16. Qué puesto ocupan entre las cualidades las especies intencionales.- La
cualidad. una cultad que en segundo lugar insistía en lo mismo trataba de las especies inten-
~5. Suponiendo, por tanto, que esos actos sean cualidades, puede parecer ax{ ales; Jos que las admiten no dudan de 9ue todas ellas son cualidades, ya que
alguien qu~ hay ~ue coloc~:los en la ter~er~ especie, no sólo porque son términos;-_: pueden participar de otro género de accidente. Por tanto, sobre ellas hay que
de sus acciones, s~o tambien porque Artstoteles coloca en esa especie las pasioneS>:-:: • que pertenecen a la primera especie y que, hablando en términos generales,
del alma, como la ira, el gozo, etc., las cuales, sin embargo, son actos inmanentes<: dan comprendidas bajo el nombre de hábitos, aun cuando pueda ofrecerse
Pero :~as razones no s,on apremiantes, pue~ hemos dicho ya que ser término d;: a duda acerca de las especies de los sentidos externos, tal vez más nominal
la acc1on no es la razon adecuada o esencial de esa tercera especie. En camb' _-_; e real, como expondré en la sección siguiente. Luego las e~pecies intencionales,
!aspa· s1ones de l al ma P.ºr s~·rmsmas,
· io,
ei: cuanto son actos inmanentes, no perte--- cuanto esencial y primariamente se ordenan a la operación, pertenecen a la
necen a la ~ercera especie mas que atendiendo a aquello de donde reciben el nom~, da de las dos primeras especies; pero, como no suministran la virtud activa
bre ?e pasión, concr:ta1!1ente de la alteración que producen en el cuerpo, y de-<-:'. · era sino que la suponen y determinan, no se refieren a la segunda especie,
su. termino. P?r co:is1gu1en:~' hay que a~rmar que esos actos o cualidades de la la
0 a primera, y. como no actúan la potencia como actos últimos de el1a, sino
prunera ;specie est~n ta;i:~ien c~m~rendidos con toda propiedad bajo el nombre ---0 mo actos primeros, que son los principios de los segundos, están, por ello, inclui-
y la razon _de la d1spos1c1on. As1 piens~n con frecuencia los autores citados, loé, :'as entre los hábitos dentro de esa especie. Por lo cual, en cuanto depende de
cuales ensenan que esos actos son cualidades, y puede mostrarse ello basándose s, pueden ser permane~tes y difícil~:nte .movibles. Y 1:º .importa que en el
en t?das las ra~ones d.e suficiencia adu~i~as antes. Pues tales actos, considerado endimiento estas especies suelan distinguirse de los habitas, pues en esos
en s1, son cualidades internas y advent1c1as, ya que no son innatas; por tanto:{ robres cabe una significación múltiple. En efecto, en el entendinúento hay há-

scotistae, praesertim Anton. Andr., IX Me- 15. Supposito ergo quod _hi actus sint' -~~e; ergo iuxta sententiam Simplicii, in prima erat de speciebus intentionalibus, quas qui
taph., q. 4; et idem sentiunt Durand. et qualitates, videri potest alicui esse collocan-:- --st)ecie collocandi sunt. Rursus hae quali- admittunt, orones qualitates esse non dubi-
Gabr., In I, dist. 27, q. 2. tátes sunt maxime convenientes vel discon- tant, quia non possunt aliud genus acciden-
dos in tertia specie, tum quia sunt tennini,
14, Difficilis Aristotelis locus explica- _Véníentes secundurn naturam, et per eam tis participare. De his ergo dicendum est
suarum actionum, tum etiam quia Aristo-
tur.- Neque contra hanc sententiam video _iifficimur boni vel mali; ergo pertinent ad pertinere ad primam speciem, et, regulari-
probabilem aliquam rationem quarn solvere tele~ passiones .animae in illa specie collocat,,-
-tf.timam speciem, iuxta secundam illam sen- ter loquendo, sub nomine habitus compre-
necesse sit. Solum potest obiici difficilis lo- ut iram, gaud1um, etc., quae tamen actas
{éntiam, ut notavit Fonseca, lib. V, c. 14, hendi, quamvis de speciebus sensuum exter-
cus Aristotelis, X Ethic., c. 3, ubi sic ait: irnmanentes sunt. Sed hae rationes non ur- norum possit esse nonnulla dubitatio, magis
~11.- 1, sect. 3, quia neque sunt obiecta sen-
Atqui neque si voluptas non est qualitas gent; iam enirn dixirnus esse terminum ac- forte de nomine quam de re, ut in sequenti
tionis non esse adaequatam vel essentialem, ~uum, nec termini motus seu passionis pro-
propter hoc bonum non est, neque enim -p_rie sumptae. Iuxta ultimam verQ rationem sectione declaraba. Species igitur intentiona-
operationes virtutis sunt qualitates neque rationem illius tertiae speciei. Passiones au- les, quatenus per se primo ordinantur ad
tem animae per se ipsae, ut sunt actus __ ixn::,:, cientiae a nobis datam res est mani-
felicitas ipsa. Constat autem volupta'tem, fe- _(esta, quia )J.i actus sunt pcrfectiones ulti- cperandum, ad alteram ex duabus primis
licitatem et operationes virtutis actus esse manentes, non pertinent ad tertiarn speciem, , ', ,1;'.nae potentiarum; sed in prima specie col- speciebus pertinent; quia vero non dant pri-
immanentes. Et ita etiam absolute docent sed secundum id a quo accipiunt nomen mam vim agendi, sed illam supponunt et
>}O,cantur omnes qualitates quae ad actuan-
ibi D. Thornas et alii, non aliter interpre- passionis, nimirum ex alteratione quam in , das et detenninandas potentias institutae determinant, non ad secundam, sed ad pri-
tando verba Aristotelis. Existimo tamen ali- corpore efficiunt, et ex termino eius. Dicen- $Unt; ergo ad illam pertinent huiusmodi ac- mam speciem referuntur, et quia non ac-
quo indigere moderamine, nimirum, volu- dum ergo est hos actus aut qualitates primae li:'S· Praeterea per actus comparantur habi- tuant potentiam ut ultirni actus eius, sed
i:tatem aut felicitatem non esse puram qua- speciei, et propriissime sub nomine et ra- :':-tUs; unde per actus disponitur potentia, ut ut actus primi, qui sunt principia secundo-
htatem, quae non necessario consistat in tione dispositionis comprehendi. Ita sentiunt -)';:h>:->:Jacilitatem in operando J:iabeat; ergo opti- rum, ideo in ea specie sub habitibus com-
actuali operatione eius qui voluptate vel fe- frequentius auctores citati, qui hos actus qua- :;_:;~<""-_me constituuntur hi actus sub illa specie, prehenduntur. Unde quantum est ex se, per-
licítate afficitur, quia nema potest aut vo- litates esse docent, et iuxta orones rationes ',,<;< -Q.uae est dispositio. Neque in hoc invenio manentes et difficile mobiles esse possunt.
luptate affici vel fieri felix, nisi actualiter sufficientiae supra adductas id ostendi potest. difficultatem alicuius momenti. Nec refert quod in intellectu distinguí so-
aliquid efficiendo; non tamen potest negari Nam hi actus secundum se internae qualitates 16. Intentionales species quam sedem in- leant hae species ab habitibus, nam in his
quin illud quod facit qualitas sit. sunt atque adventitiae, non enim sunt inna- / 'tér qualitates obtineant.- Secunda instantia nominibus potest esse multiplex signific:atio
250 .Disputaciones metafisic .. '1,:putación XLII.-Sección VI 25r
hitos judicativos que se dan de parte de la potencia y que, según la opinión~ m; · . . "n de las partes, así la aspereza y suavidad pueden ser cualidades que surjao
común, se distinguen de las especies. Hay también hábitos aprehensivos que :~­ s1c10 •. , de las partes y así piensan más frecuentemente Averroes, Alberto
dan de parte del objeto, y éstos no se distinguen de las especies, razón Por e Ja spos1c10n ' . · . l d
ue interpretan y restringen el sentido de Ar1stote es e m.ar;;ra que
haya
cual son llamados frecuentemente por Santo Tomás hábitos. Por consiguient1ti: otro Je éstas únic;:imente en cuanto se percibe en ellas una pos1c1on de partes.
cuando las especies suelen distinguirse de los hábitos, se habla de los judicativ tadonto su oniendo que éstas son cualidades, hay que colocarlas en la c~arta
a los cuales se atribuye comúnmente el nombre de hábitos en sentido absolut ,- t.~ c~ncr~tamente la aspereza y la suavidad, por9-ue realme~te no consisten
por el hecho de que son propiamente los que dan a la potencia intelectiva Jáii; ~pect ~ una cierta figura. y no interesa con qué sentido se p~rc1ban, ya que no
facilidad en la operación. Y no importa que las especies intencionales no parezcaii-'~'.:'. olo e iben como sensibles propios, sino como comunes, ,lo mismo que ~a fi.gura,
conferir a sus sujetos una denominación, pues en realidad se la confieren, puestói{ e rnosevepore
perc l l'b
1. ¡¡ De Anima' · c s. y hasta aqm sobre la sufic1enc1a de
que los informan, pero es innominada, cosa que sucede en muchas otras cua}¡~; ícha división.
dades, y sobre todo en las que no son sensibles per se y se producen únicamenté--:
como para comunicar la virtud instrumental. Pero, no obstante, esta denominacióU -,· SECCION VI
queda de algún modo explicada respecto de las potencias, en cuaoto se dice que
las potencias se constituyen en acto primero mediante estas especies. :1 PAREJAS DE NOMBRES CON QUE SE DESIGNAN DICHAS ESPECIES SIGNIFICAN
17. Si el enrarecimiento, la densidad, la aspereza y la suavidad son cualida... DIFERENCIAS ESENCIALES O ACCIDENTALES DE LAS MISMAS
des.- La tercera dificultad versaba sobre el enrarecimiento y la densidad la,.
aspereza y la suavidad, que Aristóteles rechaza en absoluto del género de la .'.ua.': 1 Aun ue Aristóteles enumere sólo cuatro especies de cualidad; ~in em~argo
lidad; si es esto verdad, desaparece la dificultad. Pero Gilberto, en el libro De ·. . ' qtodas bajo un doble nombre; a la primera le llama habito y d1spo·
sex principiis, cap. De Situ, parece contradecir absolutamente a Aristóteles y _,l~s. J'r~po~~ se nda, potencia 0 impotencia; a la tercera, pasi~n o cuali?ad pa-
establecer todas estas cosas dentro de la cualidad. Y verdaderamente Aristóteles -:~~c10~' a la cu~a, figura 0 forma. Por ello se duda con razon de. cual es . la
en el lib. VII de la Física, c. 2, text. 11, enumera el enrarecimiento y la densidad $t?fle, ª. entre cada uno de los miembros de los cuatro comple1os menc10-
d1 erenc1a
entre las cualidades en orden a las cuales se da la alteración, y al menos suele pen~­ nados.
sarse así con bastante frecuencia acerca del enrarecimiento y la densidad. Y absO.:.
Juramente parece más probable, ya que el enrarecimiento y la densidad no parecen ·· Diferentes opiniones
consistir principalmente en una posición de parte_s, sino en una cierta propiedad
y en un determinado modo de comportarse, por razón del cual puede hallarse · 2 En este punto pueden pensarse tres fórmulas. La p~i~era es que ~odas
mucha materia dentro de dimensiones pequeñas, como afirma Santo Tomás, I~ ·difieren sólo accidentalmente, de tal manera que. por 1."ed10 de c~da Pª'.~ª d~
b si nifique una misma especie o esencia baJO un mo. o acc1 enta
IV, dist. 12, q. 1, a. 1, q. 3, ad 6. Esto lo entiendo referido a una intensificación h?m res ~= ra~ón uede estar en que esa división, tal como ha s1~0 propuesta
pequeña de Ja cantidad en orden a Ja ocupación del lugar. En cambio, la aspe-
reza y la suavidad parecen consistir más bien en una posición igual o desigual
d1:e~Ístóteles tieJe solamente cuatro miembros; por tanto, es pr~c1so. que cadda
_po U ' una especie simple de cualidad; de lo contrario, s1 en ca a
de las partes. Pero, no obstante, de la misma manera que la figura surge de la uno de e os sea · 1 d' · " t '
miembro estuviesen contenidas inmediatamente dos especies, a 1v1s1011 cons aria
de ocho miembros esenciales.
Sunt enim in intellectu habitus iudicativi, 17. Raritas, densitas, asperitas et lenitas
qui tenent se ex parte potentiae et distin- utrum qualitates.- Tertia instantia erat de
guuntur ab speciebus iuxta comrnuniorem raritate et densitate, asperitate et lenitate_, proponit sub dupli~i no~ine; primam ap-
sententiam, Sunt etiam habitus apprehen- ;''-: :surgit ex partium positione, ita asperitas et
quas Aristoteles simpliciter reiicit a genere lenitas esse possunt qua!itates cons~i:rgentes pellat habitum et d1sp~s1uonem ;. secunda?1•
sivi, qui tenent se ex parte obiecti, et hi qualitatis; quod si verum est, cessat díffi ... ex positione partium, et ita fn:9.~ent1us sen- potentiam vel impotentl~m; tertmm, pass1~­
non distinguuntur ab speciebus, quae pro- cultas. Gilbertus autem, libro de Sex prin- tiunt Averroes, Albertus et al11 interpretan- nem vel passibilem quahtatem; quartam, fl-
pterea frequenter a D. Thorna habitus no-
minantur. Quando ergo distingui solent spe-
cipiis, c. de Situ, absolute contradicere vi~ -:- tes et limitantes Aristotelem, ut t.antum l~cu­ guram vel formam. Unde ~erito dubitatur
detur Aristoteli, et haec omnia sub qualitate tus sit de bis prout in illis cern1tur part1?111 qualis sit differentia in~er .s1ngula n1embra
cies ab habitibus, sermo est de iudicativis, constituere. Et revera Aristoteles, VII Phys,, dictarum quatuor comphcat1onum.
quibus solet nomen habitus simpliciter at- positio. Supponendo igitur has esse qu.a!1ta-
c. 2, textu 11, raritatem et densitatem nu- tes in quarta specie collocandae sunt, scil1cet,
tribui, eo quod illi proprie sunt qui dant n1erat inter qualitates ad quas est alteratio,
potentiae intellectivae facilitatem in operan- asPeritas et lenitas, quia revera solum non V ariae opiniones
et saltem de raritate- et densitate ita fre- --consistunt in figura quadam. Nec. r:fert quo
do, Neque etíam refert quod species in- quentius censeri solet. Et simpliciter videtur sensu percipiantur, quia non perc1p1?ntu~ ut 2. In qua re tres possunt. ex~ogitari di-
tentionales non videantur conferre suis sub- probabilius, quia densitas et raritas non vi- cendi madi. Primus est omn1a 1lla tantum
iectis denominationem; nam reipsa confe- sensibilia propria, sed ut colll:mun1a, s1cut
runt, quandoquidem ea informant, sed in-
dentur praecipue consistere in positione par- figura, ut constat ex 11 de. Ann:i~'. c.. s. Et accidentaliter differre, ita ut per ~ingula
tium, sed in proprietate quadam et tali modo hactenus de sufficientia hu1us d1vis1on1s. binaria illorum nominum eadem spec1es seu
nominata est, quod in multis aliis qualitati- se habendi, ratione cuius multa materia pot-
bus accidit, et praesertim in iis quae et non essentia sub diverso modo ac:ide.ntali .sifr_ii-
est esse sub parvis dimensionibus, ut ait SECT!O VI ficetur. Ratio esse potest quia illa d1v1s10,
sunt per se sensibiles, et solum fiunt quasi D. Thomas, In IV, dist. 12, q. 1, a. 1, q. 3, AN DUPLICATAE VOCES QUIBUS DICTAE SPECIES prout ab Aristotele tradita est, tant~ est
ad deferendam instrumentariam virtutem. ad 6, Quod intelligo de parva intensione
Nihilominus tamen respectu potentiarum PROPONUNTUR, SIGNIFICENT ESSENTIALES VEL in quatuor membra; ergo .ºP?rtet .ut s.m~~a
quantitatis in ordine ad occupandum locum. ACCIDENTALES DIFFERENTIAS EARUM sint simplices species quahtatl~, ah?qu1 s: 1n
aliquo modo explicatur P.aec denominatio, Asperitas autem et lenitas magis videntur
quatenus potentiae dicuntur constitui in actu singulis membris du~~ . sp:c1es 1mmed1ate
primo per has species. consistere in partium positione aequali vel 1. Quamvis Aristoteles q~atuor tantum continerentur, esset d1v1s10 m octo membra
inaequali. Sed nihilominus sicut figura con- species qualitatis numeret, s1ngulas tamen essentialia.
252 Disputaciones metafísic
'¡8 putaci6n XLII.-Secci6n VI 253
3. La segunda fórmula es que los dos miembros cualesquiera de aquella 8 <
cies pueden reducirse a una especie próxima en la que convienen y que e~pe"'. · ple de cualidad, sii:o que se considera únicamente como un compu.esto arti-
... , . b ' asies
~na. d1v1s1on cuatr1mem re, y la propuso de este modo Aristóteles con el fin de:,, ial de muchas especies natq_rales, o al menos para estar en la especie cuarta,
md1car que cada uno de esos miembros que se dividen en otros dos ti"e debe incluir la cualidad misma del color, sino sólo la figura que surge en
s1. una especia
·1 un1"dd . . pero que, sin embargo, en cada unneen.
a . y conven1enc1a; d términos de un mismo color o de varios colores. Así, pues, por razón de esas
ellos se ?an dos especies próximas, esencialmente distintas, que se significan e ° 05
alabras de figura y forma no hay una diversidad esencial en dicha especie.
esa p_areJa de nombres, y en este sentido la división consta de ocho miem.bcon:\ 6. Pero por otro motivo pueden enumerarse en ese miembro varias especies
esenciales. ros
diversas esencialmente; pues los matemáticos multiplican las especies de figuras
4· La fórmula tercera es intermedia : esos miembros difieren en parte a. '.. 'por el número de los ángulos, o de las líneas, o de las superficies, o por la propor-
denta~mente y e~ parte esencialmente. Y esta opinión es verdadera, aun cua~~~ ción de ellas. Del primer modo, en efecto, difiere el triángulo del cuadrilátero,
la pr~era no diste mucho de .la verdad, ya que no interviene una diferencia y el círculo de uno y otro, ya que carece de todo án~ulo .Y queda encerrado en
esencial más que entre el hábito y la disposición bajo algún aspecto, como expli- :;;_:una línea o superficie; del segundo modo, en cambio, difiere el cuadrado del
caremos. , cuadrilátero. Pero físicamente pueden distinguirse muchas figuras de cuerpos
Se rechaza la segunda opinión ''_naturales o incluso ~rtificiales. Y si bajo esta especie queda co1nprendido todo
·• odo de cantidad que pertenezca a la cualidad, puede dividirse así en el modo
. S. . Que la segunda opinión no es universalmente verdadera lo mostraremos que afecta íntimamente a toda la cantidad, como es la densidad o enrarecimiento,
d1scurr1endo a lo largo de todas esas especies. Y para comenzar por lo más claro ,: 0 que la afecta solamente de modo externo .en su téi:n~~o, c?mo es, la aspereza y
acere~ de la figura y la forma no hay ninguna razón para dudar de que no difiere~ suavidad y, en general, la figura, como mantiene la opin1on mas co1nun.
esencialmente, y así no se da diversidad de opiniones entre los autores acerca de 7. La pasión y la cualidad pasible son distintas sólo accidentalmente.- Sobre
ellas, ya que consta que la figura es una cierta forma cuasi externa de la realidad Ja pasión y la cualidad pasible enseña expresamente Aristóteles que no difieren
cuan~a, y con e~ nombre de forma no puede significarse realmente otra cosa dentro , "-esencialmente, sino sólo accidentalmente. Difieren, en efecto, por la permanencia
de drch~ esp~cre. Por l.o c~al, entr~ los significados de esas palabras no parece >:':'breve o prolongada, como explica el mismo Filósofo; ahora bien, la permanen-
haber ru s1qu1era una diversidad accidental por parte de las cosas, sino sólo en el ,' Cía breve o prolongada, hablando per se, no diversifica la esencia de una cosa,
modo de sgnificar de los términos, ya que es una misma cosa la que se significa con como consta por sí mismo. Y en el caso propuesto puede suceder (afirma Aris-
el n.om?re de figura, prescindiendo de la materia a la manera matemática, y la que tóteles) que un mismo color, que en un hombre es causado por el pudor u otra
se s1gn_ifi:ca con el non;bre de ~orma en sentido físico, connotando de alguna manera pasión semejante, y pasa rápidamente, sea en otro connatural )'." permanente,, ya
la materia a la ~u~I dice relación l~ forma. Y esto viene a ser lo que dijo Alberto, que la disposición que surge en el cuerpo, en el moinento preciso en que siente
que la forma s1gn1fica la figura misma, en cuanto está en una realidad natural 0 pudor, puede también p;oducirse idént!ca en la constitución nati:-ral. Y así. con-
le conviene por razón de la forma. Y si, como decíamos antes tomándolo de vienen en esto todos los mtérpretes. Untcamente puede dudar alguien sobre ciertas
Boecio, la forma no dice la figura escueta, sino en cuanto está adornada con cualidades que por su naturaleza son fugaces, con10 el sonido_, la luz y las que
colores, en la cual consiste la belleza, en este caso o la forma no es una especie baya parecidas. Respondo primera1nente que, sea lo que fuere de este punto, sin

3. Secundus modus dicendi est quaelibet las illarum specierwn discurrendo. Et ut


duo membra illarum specierum posse ad a clarioribus incipiamus, de figura et for-
unam proxi.mam speciem in qua conveniunt ma non est ulla dubitandi ratio, quin essen- ut una artificiose composita ex multis natu- tem, ut est densitas vel raritas, vel tantum
reduci, et sic esse quadrimembrem divisio- tialiter non clifferant, et ita inter auctores ralibus speciebus, vel certe ut sit in quarta externe in termino eius, ut est asperitas
nem, et ita fuisse ab Aristotele propositam non est de illis diversitas opinionum, quia specie, non debet includere ipsam qua1ita~e1? et lenitas, et in universum figura, ut habet
ut indicaret singula ex illis membris, quae constat figuram esse quamdam formam coloris, sed tantum figuram, quae term1nrs communior sententia.
in duo alia dividuntur, habere in se specia- quasi externam rei quantae; non potest au- ipsius colorís vel plurium colorum consur- 7. Passio et passibilis qualitas acciden-
lem unitatem et convenientiam; nihilomi- tem in ea specie nomine formae aliud in gít. Itaque ex vi illarum vocum figurae et taliter tantum distincta.- De passíone et
nus tamen in singulis dari duas proxi.mas re significari. Quocirca inter significata illa- formae non est essentialis diversitas in illa passibili qualitate Aristoteles ipse expresse
species essentialiter distinctas, quae illis bi- rum vocum nec accidentalis diversitas esse specie. docet non differre essentialiter, sed acci-
nis nominibus significantur, et hoc sensu videtur ex parte rerum, sed solum in mod0- 6. Alia vero ratione possunt plures spe- dentaliter tantum. Differunt enim per bre-
esse divisionem octo membrorum essentia- significandi terminorum, quia eadem res no- cies essentialiter diversae sub illo membro vem aut diuturnam permanentiam, ut idem
lium. mine figurae significatur, mathematice abs- Cr;¡;···~:i::~i~~~l~~u.r"~·,ª~;m~
>:; species
mathemntici multiplicant
per ·numerum angulonun,
philosophus declarat; brevis autem aut diu-
turna permanentia, per se loquendo, non
4. Tertia sententia media erit illa mem- trahendo a materia; nomine autem formae
bra I?ª~tim accidentaliter differre, partirn significatur modo physico connotando alí- aut linearum, vel superficierumi aut per pro- distinguunt rei essentiam, ut per se constar.
essent1ahter. Et haec sententia vera est Iicet quo modo materiam, ad quam forma dicit nortionen1 earum. Priori enim modo differt Et in proposito (ait Aristoteles) fieri potest
prima non multum a veritate distet,' quia habitudinem. Et hoc est quod Albertus di- iriangulus a quadrangulo, et circulus ab ut idem color, qui ex pudore vel alia simili
differentia essentialis non intercedit, nisi in- xit, formam significare ipsam figuram, quate- lttroque, quia omni caret angulo, et una passione in uno homine causatur et cito
t~r habitwn et dispositionem sub quadam linea vel superficie concluditur; posteriori transir, in alio sit connaturalis et permanens,
nus inest rei naturali vel ei convenit ratione autem modo differt quadratum a quadran- quia dispositio quae nunc, dum pudet, circa
consideratione, ut explicabi.mus. formae. Quod si, ut supra dicebamus ex gulo. Physice autem distingui possunt plu- corpus emergit, eadem et in naturali con-
Secunda opinio reciicitur Boetio, forma non dicit nudam figuram, sed .tes figurae corporum naturalium, vel etiam stitutione fieri potest. Et ita in hoc etiam
ut ornatam coloribus, in qua pulchtitudo artificialium. Quod si sub hac specie com- omnes interpretes conveniunt. Solum potest
5. Secundam ergo sententiam non esse consistit, sic vel forma non est una sirnplex
in universum veram ostendemus per singu- species qualitatis, sed consideratur tantum prehenditur omnis modus quantitatis ad quis dubitare de quibusdam qualitatibus,
qualitatem pertinens, sic dividi potest in quae natura sua sunt cito transeuntes, ut
modum nfficientem intime totam quantita- sonus, lumen, et si quae est alia similis.
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embargo aquí con el nombre de pasión no se significan esas cualidades1 Si e inferirse de ahí que la pasión y la cualidad pasible como tales difieran
todas aquellas que se producen por una alteración repentina y brevemente pan ecíficamente, sino que haya alguna pasión que no pueda llegar al estado de
jera, de tal modo que sólo entonces denominan absolutamente que el sujeto es ts~~-,< "dad pasible, y consecuentemente que haya también alguna pasión que difiera
Por ello se afirma, en segundo lugar, que las cualidades de la tercera esp ~ · jficarnente de toda cualidad pasible; y ésta difiere tambiéu específicamente de
•. d l . ecie demás pasiones que tienen causas de distinta clase, y pueden, por ello, en
no poseen d e suyo el pasar rap1 amente o e permanecer, sino que se lo deben 'i
sus causas y a la dependencia que de ellas tienen. I-Iay, en efecto, ciertas cuali::- nt<> de ellas depende, alcanzar el estado de cualidades pasibles.
d.a,des que dependen ~e sus causas próximas en su producción y en su conserva.. 10. Si la potencia se distingue de la impotencia esencialmente.- En tercer
c~on; otras, en cambio, que dependen solan1ente en su producción, y esta diver..
ar hay que tratar de la potencia e impotencia, sobre las cuales hay una contro-
s1dad es un signo evidente de la diversidad esencial de tales cualidades, no porque sia mayor, pues muchos pretenden que la impotencia se distinga esencialmente
sea pasión o cualidad pasible, pues estas dos denominaciones pueden hallarse en la potencia por el hecho de ordenarse por su naturaleza a actos contrarios,
cada una de las cualidades, sino porque el modo de dependencia indica la natu- que, siendo la potencia una cualidad que da la facultad de la operación, la
raleza de la cosa. otencia es la facultad que más bien impide la facultad de operar o de recibir.
8. Por consiguiente, cuando la cualidad depende de su causa únicamente en lo que es casi lo mismo, se llama potencia a la que da la facultad para algún
su producción, aun cuando desaparezca rápidamente la causa, puede dejar un o, e impotencia, a la que da la facultad para el acto opuesto, y como los mismos
efecto permanente y duradero. Y así, no obstante la breve permanencia de la tos se comportan entre sí con respe.cto al sujeto co1no positivo y privativo, o
causa, puede ser pasible la cualidad producida. Pero sucede- a veces que, aunque mo perfecto e imperfecto, por ello se llama impotencia la que da aptitud para
la cualidad no dependa per se en su conservación de la causa, sin embargo, sepa.. n acto imperfecto, a la manera como la salubridad es potencia, y la debilidad, en
rada ésta, perece inmediatamente la cualidad producida por la acción de los elemen· bio, se llama impotencia.
tos contrarios que la rodean, como ·sucede con la mano que se ha calentado con 11. Pero, si se consideran las cosas que dijimos anteriormente acerca de la
el sol o el fuego, y entonces esa misma cualidad se llamará solamente pasión. 'ficación de estas palabras, es más probable que ésta sea la única especie que
Por lo dicho se ve claramente que hay sólo una distinción accidental entre aquellas: iera significarse adecuadamente con el nombre de potencia. Pues, si hablarnos
dos. al y esencialmente, no se coloca nada en esta especie en cuanto impide o
9. Pero, cuando una cualidad depende de su causa en la conservación, enton- ce a la facultad más dificultosa o menos apta para la operación (pues estas
ces tendrá de una manera mucho más intrínseca la duración prolongada o breve sas son accidentales), sino en cuanto positivamente da la facultad o capac_idad
según el modo de aplicación o de duración de la causa, y así una misma luz a el acto, ya que esto es lo que la cualidad puede conferir esencialmente y
en el aire, e incluso en la luna, se dará a modo de pasión; en cambio, en las que formalmente se refiere a esta especie, como se ha declarado suficiente-
estrellas fijas, por ejemplo, será a manera de cualidad pasible. Finalmente, si hay te. Pero añadió Aristóteles el nombre de impotencia para indicar que aquellas
alguna causa . de alguna cualidad que por su naturaleza es transeúnte o que no se ultades que son débiles en sus especies, o que se ordenan a actos contrarios a
aplica sino de manera transeúnte, en ese caso dicha cualidad será producida la' naturaleza o al sujeto, están contenidas también dentro de la especie de po-
siempre a manera de pasión, y de tal clase parece ser el sonido; sin embargo, no tencia, en cuanto dan de algún modo la posibilidad de la operación. Y el que

sonus; tamen inde colligi non potest et quia ipsi actus inter se respectu subiecti
od passio et passibilis qualitas ut sic spe- ut positivum et privativum, vel ut perfectum
Respondeo primo, quidquid de hoc sit, ta- vi permanentia causae, potest quallt2s facta é clifferant, sed quod sit aliqua passio~ vel imperfectum comparantur, ideo illa vo-
men hic non significari nomine passionis esse passibilis. Contingit autem interdum ae non possit ad statum passibilis quali- catur impotentia quae ad actum imperfec-
huiusmodi qualitates, sed omnes illas quae ut, licet qualitas per se non pendeat in con- tis pervenire, et consequenter, quod sit tum praebet aptitudinem; ut salubritas est
per subitam et breviter transeuntem altera- servari a sua causa, tamen illa rernot:i, sta- m aliqua passio quae specie differat ab potentia, debilitas autem dícitur impotentia.
tionem fiunt, ita ut pro tune absolute deno~ tim pereat qualitas facta, oh actionem con- ~mni passibili qualitate; quae etiam differt 11. Si vero considerentur ea quae supe-
minent subiectum esse tale. Unde dicítur trariorum circumstantium, ut contingit in ·specie ah aliis passionibus quae habent cau- rius de significatione harum vocum dixiraus,
secundo qualítates tertíae speciei ex se non manu calefacta a sale vel igne, et tune ilfa .. ~as diversae rationis, et ideo possunt, quan- probabilius est hanc esse unicam speciem,
habere quod cito transeant vel permaneant, met qualitas dicetur passio tantum. Ubi con- tUtn est ex se, obtinere statum passibilium quae nomine potentiae adaequate sígnificl!.ri
sed ex suis causis et ex dependeptia quam stat aperte tantum esse distinctionem acd ... qualitatum. posset. Nam si forrnaliter ac per se loqu<:.-
ab ipsis habent. Sunt enim quaedam qua- dentalem inter illa duo. -'.;<·~10. Potentía num ab impotentia distin- mur, nihil in hac specie collocatur quatenus
litates quae a suis proxirnis causís pendent 9. Quando vero qualitas pendet in con- , guatur essentialiter.- Tertio loco dicendum impedit aut dífficiliorem reddit vel minus
in fierí et in conservari, aliae vero quae in servari a sua causa, tum multo magis intrin- ~-:est de potentia et impotentia, de quibus aptam facultate1n operandi ()J.aec enim per
fieri tantum; quae diversitas est signum sece habebit diuturnam aut brevem dura- -':~onnulla maior est controversia; nam mul- accidens sunt), sed quatenus positive dat
evidens diversitatis essentialís taliurn quali- tionem iuxta modum applicationis vel du- cft volunt impotentiam distingui essentialiter facultatem vel capacitatem ad actum; nam
tatum, non quia sit passio vel passibilis qua- rationis causae, et ita idem lumen in aere,_ Potentia, eo quod ad contrarios actus or- hoc est quod per se potest conferre qualitas,
litas, nam haec utraque denominatio potest et etiam in luna, erit per modum passionis; natura sua; nam cum potentia sit quodque formaliter ad hanc speciem spectat,
in singulis qualítatibus reperiri, sed quia in stellis autem fixis, verbi gratia, erit per dans facultatem operandi, impoten- ut satis declaratum est. Addidit vero Aristo-
modus dependentiae indicat naturam reí. modum passibilis qualitatis. Denique si sit est qualitas quae potius impedit faculta- teles nomen impotentiae, ut significaret illBs
8. Quando ergo qualitas pendet tantum aliqua causa alicuius qualitatis quae natura operandi vel recipiendi. Vel (et in idem facultates quae vel in suis speciebus debiles
in :fieri a rlJa causa, etiamsi causa cito trans- sua est transiens, vel non applicatur nisi ,¿¡ '•••~-redit) potentia dicitur quae dat facul- sunt, vel ad actus naturae vel subiecto con-
eat~ potes\. effectum perrnanentern et du- transeunter, tune illa qualitas semper fiet ad aliquem actum; impotentia vero, tnirios ordinantur, etiam contineri sub spe-
rabilem relinquere. Et ita non obstante bre- per modum passionis, et huiusmodi videtur dat facultatem ad oppositum acturn, cie potentiae, quatenus aliquo modo dans
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.____D_isfuta_~etai
ajo concluye que todo hábito es disposición, pero no al contrario, ya que
las potencias en ocasiones se. ord enen a actos_ o~uestos, de los cuales es ' arnente el hábito dice la esencia de la disposición y le añade una perfec-
perfecto que . otro, puede ciertamente contr1bu1r a alguna distinció uno cidental que la disposición como tal no requiere.
de _las potei:c1as, pero de allí no se saca la distinción propia de la u espec¡_ Segunda opinión.- Pero 1'1 mismo Santo Tomás, en I-H, q. 49, a. 2,
la 1mpoten.c1a como tal.es; p~es la gravedad y la ligereza se dist~º~:ncia l'."" unque juzgue probable la mencionada opinión} sin embargo piensa. que más
mod~, Y nm~na de las. dos tiene razón de impotencia. y en Jos há~to u de rroe con la intención de Aristóteles es que el hábito y la disposición difieran
e~ mismo hn~J~ d~ d1~t1nción, como es manifiesto en la ciencia y el er: se ¡almente, ya que aquellas dos diferencias, fácil y difícil de mover, no signi-
virtud Y. ~l v1c10, y, sm embargo, no distinguen dos razones generales or, ; diversos estados de una misma cosa según el ser perfecto e imperfecto,
una, positiva Y la ~tr~ cuasi privativa, sino que todas están contenid~e h~b____ que indican diferencias esenciales en orden a diversas causas que exigen las
razon gen~ral del habito, y después se distinguen específicamente por sus8 ba¡o •· sas cualidades. Pues hay ciertas disposiciones que tienen per se por razón de
acto: Y ob¡etos; ,luego, lo mis1?º. ocurre proporcionalmente en la potencia. prop~, aturaleza, en virtud de sus causas, un ser permanente y difícilmente separa-
2· Por 1ut; razon se distinguen el hábito y la disposición.- o i ·" el sujeto, y éstas son esencialmente los hábitos, aun cuando accidentalmente
~~ª·¡ lºr d~tlmo, . acerca del hábito y la disposición existe todavía ~~on ca que no duren mucho tiempo o que sean de fácil remoción. Pero hay otras
1 cu ta Y 1_ erenc1a de opiniones, pero tal vez fundada más en las iciones que per se en virtud de sus causas son fácilmente mudables; y
q.ue. en la realidad. En efe~to, que aquellas dos palabras de hábito dispa!~ no son nunca esencialmente hábitos, aun cuando accidentalmente se separen
~igmfiten la mrnma esencia según diversos estados accidentales lo yens ~os¡ es con dificultad. Explicadas, pues, así estas diferencias, indican claramente
Serto T agn_o, Escoto, Egidio y algunos otros, en el c. De Qualitate. y ~~an ias diversas: pues las cosas que por su naturaleza reclaman para sí condi-
anto . , ornas, q. 7 De Malo, a. 2, ad 4, donde se expresa así· La f ¡ ap d opuestas y causas propias y per se de ellas, es menester que posean natu-
;·en-:i~cwn. ~~ es una dife1"encfo constitutiva del hábito; pues ta;,.poco ~;c~J;d diversas, de las cuales se origine esto.
a . t~p~sicion pertenecen a diversas especies, ya que, de lo contrario un i~d Y de ello infieren algunos en conformidad con esta opinión que la ciencia es
e..tdentica ,c~alzda~ que primer~n:ente fue disposición no pod1'Ía des' uésac~ts ialmente un hábito, aun cuando se haya adquirido de modo imperfecto, y que
tn se en habito, sino que la facilidad de remoción y la dificultad d/rem ·' _que decir lo mismo de las virtudes morales, la justicia, prudencia, etc. Y esto
co~bortan c?mo lo ~erfecto y lo imperfecto acerca de una misma cosa. yocton ·ensa Aristóteles en el mencionado capítulo, al decir: la ciencia es un hábito,
pa a ras e~ta, conterudo el fundamento de esta opinión, que corrobora een e se aparta con dificultad, aun en el caso de que alguien la adquiera media-
manera Ar1stoteles en el mismo c. sobre la Cualidad ya que primeram t n fi.g nte. Y agrega: Igualmente también la virtud, como la ;usticia, templanza, etc.
que el hábito d"fi 1 er e d e la d"1spos1c1on
· ., porque permanece
' · más tiempoen e a ambio, el error, según esta opinión, no es esencialmente hábito nunca, aun
duradero. Por lo cual, habiendo enumerado más aba¡"o algunas d" y .e~ o parezca muy arraigado y difícil de perder, a causa de la excesiva costum-
añade· A n l d 1spos1c10
· o ser que a g~na e estas mismas se haya convertido ya en nat del sujeto, pues como se funda en falsos principios, cuanto de sí depende
leza Y n~ pued.a ser removida, ,º pueda cambiarse con dificultad suma. y a ésta e siempre rechazarse fácilmente. Y lo mismo se piensa de los vicios morales,
ese motivo, ciertamente habrta ya alguien que la llamaría hábito.' y ~ por- '

ex accidente interdum difficulter dimovean-


posse op~rari. Quod autem potentiae inter- eamde~ essentiam secundum diveraos esse dispositionem, non vero e con- tur. Sic enim explicatae hae differentiae pla-
dum ordmentur. ad a~tus oppositos, quorum tus accidentales significent, docent Albe ' quia, nimirum, habitus dicit essentiam ne indicant diversas essentias: nam res
unus est perfectior aho, potest quidem con- !Vlagnus, Scot.us, Aegidius, et nonnulli a "tionis et addit accidentalem perfec-
ferre ~d aliquam distinctionem specifica 1n quae natura sua vendicant sibi conditiones
1n c. de Quahtate; et favet D. Thomas~ quam dispositio ut sic non requirit.
oppositas et proprias ac per se causas illa-
po~entl~r';lm,. non tamen inde sumitur pro- de l':'lalo, a. 2, ad 4, ubi sic ait: Dif Secunda sententia.- At vero ídem
~na d1stinct10. potentiae et impotentiae, ut inobile non est dífferentia constitutiva rum, necesse est ut diversas habeant natu-
Thomas, I-II, q. 49, a. 2, ad 3, quamvis
sic; nam gravitas et levitas illo modo distin- b~tus; neque enim dispositio et habitus abilem existimet dictam sententiam, ma- ras,14.a Atquequibus id proveniat.
hinc inferunt aliqui iuxta hanc
g.uuntur, .et neu~:i- ha~et rationem impoten- dtversae sp_ecies; alioqui non posset u tamen consonum intentioni Aristotelis
sententiam scientiam esse habitum essentia-
ti~e: E~ 1i; hab1tibus invenitur idem genus eade~ 9uali~as, quae prius fuit dispositio, putat habitum et disposítionem essen-
d1st1nctlon1s, ut patet in scientia et errore liter, etiamsi imperfecte acquisita sit, idem-
ea fieri. habztus; sed facile mobile et dif r differre, quia illae duae differentiae,
virtute et vitio, et turnen non distinguun~ le mobile _se habent sicut perfectum et im ét diffícile mobile, non significant di-
que esse dicendum de virtutibus moralibus,
duas generales rationes habitus, alteram po- iustitia, prudentia, etc. Quod sentit Aristo-
fectum czrca eamdem rem. Et in his v status eiusdem rei secundum esse teles dicto c8pite, dicens: scientiam esse
sit1vam~ ~lteram quasi prívativam, sed om~ continetur fundamentum huius senten fum et imperfecttlIIi, sed indicant dif~
nes cont1nentur sub generali ratione habi- habitum, quia cum difficultate dimovetur,
cui plurimum favet Aristoteles in e · s essentiales per ordinem ad diversas
tus, ~t pastea specifice distinguuntur per etiamsi quispiam mediocriter eam acquirat.
capite de Qualit., nam primum 'ait hab quae diversae qualitates postulant. Et subdit: Similiter et virtus, ut iustitia~
prop_nos ~ctus. et obiecta: idem ergo est pro- differre ? dis~osltione quh magis per quaedam dispositiones sunt quae per
temperantia, etc. At vero error (iuxta hanc
poruonallter 1n potentia. atque d1uturn1or est. Unde, cum infe X natura sua habent ex vi suarum cau-
.12. Habitus et dispositio qua ratione di- sententiam) nunquam est essentialiter habi-
quasdam dispositiones numerasset ad tn esse permanens et difficile mobile
sttn'!uantur.- Prima sententia.-Vltimo de Nisi et harum ipsarum aliqua vers~ iam eta, et hae sunt essentialiter habitus, tus, etiamsi maxime radicatus esse videatur~
hab1tu et dispositione maior adhuc difficul- natur~m; sit dimoverique nequeat, aut s'tlrft~;: contingat ex accidenti non diu per- et difficulter amitti ob nimiam consuetudi-
nem subiecti, quia cum falsis principiis ni-
~as et . opinion~m dissensio est, sed fortasse ma dtf~icultate mutari possit. Quam quidettt re aut facile dimoveri posse. Aliae vero
10. vo~1bus pot1us quam in re posita. Quod
tatur, quantum est de se, semper potest
hac. rattone quispiam habitum iam nuncupa•< dispositiones, quae per se ex vi suarum facile dimoveri. Idemque existimatur de vi-
enun illae duae voces habitus et dispositionis veru; et ideo inferius concludit omnem h!C' rum sunt facile transmutabiles; et hae
uam sunt essentialite1· habitus, etiamsi tíis moralibus; haec enim, cum sint naturae
1 Alex. Alens., IV p., q. 9, mem. 5, a. 1, parag. 1, q. 1, ad 1.
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tación XLII.-Sección VI 259
ya que éstos, por ser contrarios a la naturaleza racional, cuanto de ellos dep
pueden perderse fácilmente, aun cuando por razón de la condición del sui
se hagan a veces más duraderos. Por lo cual, además, en lo tocante al uso de
términos, afirman que el nombre de disposición puede tomarse doblemente:
·:ª
··· nera como la fiebre hética o la salud robusta se llamará hábito, y así en los
asos. Además, en las potencias del alma podemos distinguir los actos
-- ~se0 segundos de los priméros, que son principios de los segundos,. junt_o
un modo, en sentido general, y así es un género para la disposición y el háb~ las mismas potencias. De. ellos, los acto~ ~egundos pueden, llamar~e d1spos1-
de otro, en sentido particular y precisivo, y como tal significa una especie s; los primeros, en cambio, se llaman hab1to s por una razon propia y pec?-
tinta del hábito; esta distinción está conforme con Aristóteles, que afirtna
1
y una y otra cosa es clara por el modo comun de habla.r de todos., razon 1:ª
todo hábito es una disposición, pero no al contrario; y de este modo Aristóiéi que por medio de los actos se disponen las potencias a los habitas y a
en el lib. V de la Metafísica, c, 20, define al hábito por la disposición como en la facilidad en la operación que confiere el hábito. Igualmente, el acto
ener .
do,. como depende del influjo actual y .de la atenc1on
., d e .1a potencia
· vitad,
· l
su género. Finalmente, dicen que el hábito y la disposición se dicen en dos 8
tidos, concretamente atendiendo a la realidad y atendiendo al modo, a la ma tiene por su género el ser enteramente fiJO y permanente, sm o q~e se mu a
como la ciencia o la virtud poco arraigada tiene accidentalmente el modo rnente; en cambio, el acto primero, de suyo y por su natura1eza, tiene un ser
una disposición, pero en realiqad es un verdadero hábito; pero, cuando está anente; pues, aunque la potencia cese de obrar, p;iede conservarse en ell~, ·
arraigada, es un hábito según la realidad y el modo; en cambio, el ~rror 0 ser que por otro motivo dependa d~ u~ agen~e extr1nseco, por ~uya ausencia
vicio no es nunca un hábito según la realidad, aun cuando a veces por parte de existir, como sucede en las especies 1ntenc1onales de lo~ sentidos externos.
sujeto presente el modo de un hábito. Y así queda constituida una diversi 6. Por consiguiente, usando estas palabras en este senttd? es muy verda-
específica y esencial entre el hábito y la disposición atendiendo a la realidad. que el hábito y la disposición difieren específica y esenCTalme~te, pues el
ito y el acto, según consentimiento unánime, difieren en especie, como es
0
por la manera de alcanzar su objeto. El acto, en efecto, lo. alcanza P?r. se
'Juicio del autor ediatamente, y es como la unión próxima y formal con el obJeto; el. habito,
ambio lo alcanza únicamente mediante el acto, y, por ello, se dice que
15. Esta última opinión la admito yo en cuanto a la conclusión que pretencÍ :'• .~e por 'causa del acto y que es solame-°:te la unión radical con e.l, objeto,, des-
concretamente que el hábito y la disposición pueden diferir específicamente baf de la potencia misma, como principio. del a~to. Pu,e~e t~~1~n explicarse
una significación peculiar y restringida; sin embargo, el modo de explicación or diversidad esencial mediante aquellas diferencias: Faczl y d1f1c1l de mover,
puesto no me agrada en todas sus partes. Así, pues, supongo, por lo dicho, ·q r su naturaleza y por sus propias causas. En_ efecto, la cuaiid~d que depe,n~e
en esta especie bajo el nombre de hábito y disposición se comprenden solamen r su naturaleza del influjo actual de la potencrn, y de ello le viene .el ser facil-
las cualidades que perfeccionan a las potencias del alma; pues en las cuali ·. te transmutable, difiere esencialmente de la cualldad que no tiene .Por su
del cuerpo no se da esa razón peculiar que constituye a la mencionada especi aleza esa dependencia, y, por lo mismo, en cuanto de sí depende, tien~ ~n
tal como la hemos explicado nosotros. Por lo cual, en ese sentido en que, usan permanente y duradero; a~ora bie~, éste es .~I modo com? d!fieren el habJto
el nombre de hábito de modo ímpropio o amplio, se atribuye a las cualidades d a disposición según la mencionada inte~retac1on; P?r ~ons1gu1ente. La menor
cuerpo, nunca se distingue esencialmente de la disposición, sino accidentalment, clara por lo dicho, y la mayor parece evidente por si m1Sma, -~ª que no pued~
por la mayor intensidad o por otras causas de adherencia más firme al sujetÓ' 'scernirse mejor la naturaleza de cada cosa que por la relac1on a sus causas ..

rationali contraria, quantum ex se est, facile specifica et essentialis diversitas constituí vel sanitas firma vocabitur habitus, et nem specie ac essentialiter differe; nam ha~
amitti possunt, licet ex conditione subiecti ínter habiturn et dispositionem secund de aliis. Rursus in potentiis animae di- bitus et actus, ex omnium consensu, diffe-
diuturniora interdum fiant. Unde ulterius, rem. ·guere possumus ~ctus ult~~s, seu se- runt specie, ut patet ex modo attingendi ob-
quoad usum terminorum, aiunt nomen dis- das; a primis, qui sunt pnnc1_¡;na secun- ,;_ectum. Actus enim per se et immediate
positionis dupliciter sumí: uno modo ge- Auctoris iudicium illud attingit et est quasi formalis et pro..,
curn ipsis potentiis. Ex qu1bus actus
neratim, et sic esse genus ad dispositionem 15, Haec posterior sententia, quantum di vocari possunt dispositiones; primi xima unio ad obiectum; _habitus vero solum
et habitum; alio modo speciatim et cum conclusionem intentam mihi probatur, nhni7 propria et peculiari ratione vocantu~ attingit mediante actu, et ideo dicitur esse.
praecisione, et ut sic significare speciem rum, quod habitus et dispositio sub pecúj itus. Et utrumque constat ex commun1 propter actum et esse tantum radicalis unio
condistinctam ab habitu; qua e distinctio est liari quadam et contracta significatione pos do loquendi omniun1. Et ratio est quia ad obiectum, post ipsam potentiam, tam-
consentanea Aristoteli dicenti omnem habi- sínt specie distingui; tamen modus explf actus disponuntur potentiae ad habitus, quam principium actus. Potest etiam haec
tum esse dispositionem, non vero e conver- candi propositus non mihi probatur quoa ad obtinendam facilitatem in operando, essentialis diversitas declarari per il1as dif-
so; et sic Aristoteles, V Metaph., c._ 20_, ornnia. !taque suppono ex dictis, in hac ,spe - confert habitus. Item actus secundus ferentias: Facile et difficile mobile ex na-
habítum definit per dispositionem tamquam cie sub nomine habitus et dispositionis sol suo genere quia pendet ex actuali in- tura sua et ex propriis causis. Nam qua-
per genus. Tandem aiunt habitum et dispo- comprehendi qualitates perficientes potentí U et attentÍone potentiae vitalis, non ha- litas quae natura sua pendet ex actuali in-
sitionem dupliciter dici, scilicet, secundum animae; nam in qualitatibus corporis n esse omnino fixum et pennanens, sed fluxu potentiae, et inde habet quod sit facile
rem et secundum modum; ut scientia vel est illa peculiaris ratio quae dictam specie e transmutatur; at vero actus primus transmutabilis, essentialiter differt a quali-
virtus parum radicata ex accidente habet constituit, prout a nobis explicata est. Uqdt,t· Sé et natura sua habet esse permanens; tate quae natura sua non habet talem de-
modum dispositionis, re tamen ipsa est ve- eo modo quo improprie aut late utendo no:{' etiamsi potentia cesset ab operando, pendentiam, et ideo quantum est ex se, ha-
rus habitus; quando vero iam est radicata, mine habitus, attribuitur qualitatibus carpo ..<,, st in ea conservari, nisi aliunde pen- ber esse permanens et durabile; sed hoc
est habitus secundum rem et modum; error ris, nunquam distinguitur essentialiter a dÍS.":"/, ab extrinseco agente, per cuius absen- modo differunt habitus et dispositio iuxta
autem aut vitium nunquam est habitus se- positione, sed accidentaliter per maiorem ín;:·., desinat esse, ut contingit in speciebus praedictam interpretationem; ergo. Minar
cundum rem, quamvis interdum ex parte tensionem, vel alias causas firmioris adhae-·:' '·tentionalibus sensuum externorum. constat ex dictis, et maior videtur per se
subiecti habeat modum habitus. Atque ita sionis ad subiectum, quomodo febris hecd--:- ':-'.16. In hoc ergo sensu utendo illis voci- nota, quia uniuscuiusque rei natura non pot-
'U.s, verissimum est habitum et dispositio- est melius diiudicari quam ex habitudine ad
. ---------------------------------------~,

XLll.-Sección VI
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acto bueno o malo; y en q. 57, a. 2, ad 3, distingue en los hábitos in.te~~c­
Y, de acuerdo también con esta interpretación, se dice con toda verdad que aquellos que son virtudes y los que no son virtudes, como la op1n1on.
nombre o concepto de disposición puede tomarse genérica y específicarne
Porque del primer modo es lo mismo que el acto que perfecciona y actúa a
:s razón está e~ que todas es3.s cualid?des sor: por .su natu~aleza, P.ermanentes
1 'cilmente movibles en el sentido explicado mas arriba; y s1 el habito se toma
potencia operativa, en cuanto prescinde del acto primero y del segundo y co farnente en cuanto puede adquirirse de suyo mediante muchos actos, no hay
tituye como tal esta primera especie de cualidad en cuanto es cierta especie sub uno que por parte de su causa no sea ~ifícilmente movible, ~n cuanto la
terna simple que se divide por su parte en acto primero y segundo, como e robre es otra naturaleza, que, por lo mismo, se muda con dificultad. Por
hábito y disposición tomada en sentido estricto y específico. Y en este sentid' no sólo por la condición del sujeto, sino también por virtud de los mismos
tal distinción carece de toda dificultad. 's 0 de la costumbre, es difícil para el hombre no sólo pasar del vicio a la
17. Advertencia importante.- Pero, en cambio, tomando el hábito y d sino también de la virtud al vicio, e igualmente en el entendimiento la:
disposición en cuanto tales palabras pueden atribuirse al acto primero del ente 'bre del error hace difícil la ciencia misma o la inteligencia de la verdad. Por
dimiento o de la voluntad, no pienso que se dé una distinción específica entre "guiente, todos esos hábitos coinciden en aquella razón general: difícil de
hábito y la disposición, hablando en sentido propio y en cuanto son tales. p aver. En cambio, el que de entre esos hábitos tengan unos causas más firmes
todos los actos primeros de estas potencias son de suyo permanentes y dif ás inmóviles que otros puede servir para la 111terior distinción específica de
mente movibles, sobre todo si alcanzan su estado perfecto; y al contrario, t mismos hábitos; así pueden, efectivamente, distinguirse en el entendimiento
ellos, bien sea por la imperfección del estado, o por la condición del sujeto, 0 p virtudes de las no-virtudes, y en la voluntad las virtudes de los v1c1os; pero
·Dtras causas extrínsecas, pueden a veces ser apartados fácilmente; hasta tal pun no basta para que dichas cualidades queden excluidas de la razón verdadera
-que la ciencia misma, que en el entendimiento parece estar muy adherida, pue ropia del hábito, sobre todo teD:i~ndo como tie?-en el mism~ modo general de
a veces perderse fácilmente y tener el modo o estado de una disposición, co ectar a la potencia y de darle facilidad para realizar sus propios actos, cosa que
1o enseñó expresamente Aristóteles en el c. sobre la Cualidad. Y en la volunta siguifica propiamente con el nombre de hábito. Fin~lme~te no hay. duda de
la caridad, que parece un hábito muy arraigado, se pierde fácilmente por razó estas cualidades tengan entre sí una especial conven1enc:« que no tienen con
de la condición del sujeto. ós actos segundos, en cuanto convienen en la razón de principio próximo que da
18. Las opiniones, los errores y los victos son verdaderos hábitos.- Final >ta potencia la facultad o actuación para el acto segundo, por razón de la cual se
mente, para abordar el punto mismo en que puede haber diversidad, en el ente ''ponen entre s~ l~s mismos h~bitos ~e ~anera n:ás propia y formal que co? .los
dimiento no sólo las ciencias son hábitos, sino también las opiniones, ya seaii , tos; por cons1gu1ente, tal razon se s1grufica pr~p1amen~e con el r:ombre de hab1~0~
verdaderas, ya falsas y erróneas, y en la voluntad no sólo son verdaderos hábitos: así todas estas cualidades son verdaderos hábitos segun su realidad y su esencia,
las virtudes, sino tarnbién los vicios, que es la opinión expresa de Aristóteles~­ cuando puedan participar de aquella razó?, común. en una mayor ~ 1?1ei;i?r
lib. VII de la Física, c. 3, text. 17, cuando dice: De los hábitos, ciertamentd> fección sea accidental, sea alguna vez tamb1en esencial. Y sobre la d1stmc1on
unos son virtudes y otros) en cambio, vicios. Es también la opinión de San dichas 'especies baste con esto, con lo cual se ha dejado satisfecha la dificultad
Tomás, l-II, q. 51, a. 3, donde afirma que el hábito de la ciencia se adquie arta propuesta en la segunda sección.
mediante un solo acto, y el hábito de la opinión, mediante varios; y en q. 5
:a. 13, divide los hábitos en vicios y virtudes, en cuanto disponen la potencia virtutibus, et in voluntate virtutes a vitiis;
malum disponunt potentiam; et q. 57,
2, ad 3, distinguit habitus intellectuales non tamen id satis est ut hae qualitates ex-
suas causas. Et iuxta hanc etiam interpre- tione subiecti et aliis causis extrinsecis, pos _fu_ eos qui sunt virtutes, et qui virtutes non cludantur a vera et propria ratione habitus.
tationem verissime dicitur nomen seu con- sunt interdum facile dimoveri; adeo ;{~:unt, ut opinio. Et ratio est quia hae om- Maxirne cum habeant eumdem generalero
<::eptum dispositionis generice et speci:fice scientía ipsa, quae in intellectu videtur _qes qualitates sunt ex natura sua permanen- modum afficiendi potentiam et dandi facili-
surni posse. Nam priori modo idem est maxime adhaerens, possit interdum fac ';tes et difficile mobiles in sensu superius tatem ad operandos proprios actus, quae no-
quod actus perficiens et actuans potentiam amitti et habere modum seu statum dis " ' ato; et si proprie sumatur habitus, mine habitus proprie significatur. Denique
operativam., ut abstrahit ab actu primo et sitionis, ut expresse docuit Aristoteles, atenus ex se acquiri potest per n1ultos non est dubiuro quin istae qualitates habeant
secundo, et ut sic constituit hanc primam c. de Qualit. Et in voluntate charitas, tus, nullus est qui ex parte suae causae inter se specialem convenientiam, quam non
speciem qualitatis, quatenus est sin1plex videtur potentissimus habitus, facile amit ):ton sit difficile mobilis, quatenus consuetu- habent cum actibus secundis, quatenus con-
quaedam species subalterna, quae ulterius titur ex conditione subiecti. !)lo est altera natura, quae proinde difficile veniunt in ratione principii proximi, dantis
divíditur in actum primum et secundum, 18. Opiniones, errores, vitia, veri su ;mutatur. Unde non solum ex conditione potentiae facultatem vel actuationem ad ac-
taroqua1n in habitum et dispositionctn stricte habitus.- Denique (ut rem ipsam in_ ·- :":~1:1_biecti, sed etiam ex vi ipsorum actuum tum secundum, ratione cuius ipsi habitus-
et sPecifice sumptam. Atque ita caret omni potest esse diversitas attingamus) in in - u consuetudinis difficile est homini, non inter se proprius et íonnalius opponuntur,
difficultate haec distinctio. lectu non solum scientiae sunt habitus, --solum a vitio ad virtutem, sed etiam a vir- quam cum actibus; illa ergo ratio proprie
17. Anin1adversione dignum.- At vero etiam opiniones, sive verae, sive falsae ':_:fute ad vitium transmutari, et in intellectu significatur nomine habitus. Atque ita oro-
suroendo habitum et dispositionem prout rroneae, et in volunto.te non tantum V '_ etiam ipsa consuetudo erroris reddit diffi- nes hae qualitates sunt veri habitus secun-
hae voces attribui possunt actui primo intel- tutes, sed etiam vitia sunt veri habit :pilem ipsam scientiam, vel intelligentiam ve- dum rem et essentiam, etiamsi secundum
lectus vel voluntatis, non opinar esse di- quae est expressa sententia Aristotelis, VI titatis. Ornnes ergo hi habitus conveniunt maiorem vel minorem perfectionem, vel ac-
stinctionem specificam inter habitum et dis- Phys., c. 3, text. 17, dicentis: Habituu Jn illa generali ratione, difficile mobilis. cidentalem vel aliquando etiam essentialem~
positionem, per se loquendo et quatenus alii quidem virtutes, alii vero vitia. Es Quod vero inter hos habitus quidam habeant possint communem illam rationem partici-
tales sunt. Nam orones actus primi harum etiam sententia D. Thomae, I-II, q. 51 thmíores vel immobiliores causas quam alü, pare. Atque _haec satis sint de distinctione
potentiarum ex se sunt permanentes et dif- a. 3, ubi dicit habitum scientiae acquir servire potest ad ulteriorem distinctionem harum specierum, ex quibus satisfactum est
ficile mobiles, praesertim si suum statum per unum actum, habitum autem opinion' ecificam ipsorum habituum; sic enim in quartae difficultati propositae in secunda
perfectum acquirant; et e converso, omnes per plures; et q. 54, a. 13, distinguit habit Jfitellectu distinguí possunt virtutes a non sectione.
illi, aut ex imperfectione status, aut candi- in vitia et virtutes, prout ad actum bon
tación XLII.-Sección VII
SECCION VII sta en efecto, que no todas las cualidades tienen contrario, como la figura,
p;opiamente no tiene contr~rio, ni tampoco la potencia natural; más aún,
QUÉ PROPIEDADES CONVIENEN A LA CUALIDAD
ega Aristóteles que tampoco los colores intermedios tienen contrario, cosa que
ha de entender de la contrariedad en toda su propiedad, la cual se da entre
l. Después de haber tratado de la esencia y especies de la cualidad pue extremos. Se duda, sin embargo, de si e_sta propiedad se encuentra en el
desearse que hablemos de sus causas y de sus efectos. Sin embargo, no s; ofré ro de la cualidad solamente; pues Aristóteles atribuye a la sustancia, a la
nad~ peculiar que decir de ellos, porque, hablando en general,. las causas de la~:': tidad y a la relación la propiedad opuesta, que es no tener contrario; en
cualidades son las m1.smas q~e las de las de~ás cosas; en particular, en cambio<:~ bio a la acción y a _la pasión les atribuye la misma propiedad, es decir, tener
cada una de las cualidades tiene causas propias acomodadas a ella, cuyo cono /·
miento pertenece a las ciencias particulares en que se trata de las propiedades
~rarÍo · pero de los cuatro restantes predicamentos no dice nada. Sin embargo,
erto 'parece negar la contrariedad en todos ellos, cosa que ofrece alguna
cualidades de cada una de las cosas. Y lo mismo hay que afirmar proporcional ultad en el donde. Pero todo esto depende de que se entienda con exac-
mente sobre los efectos; pues el efecto más propio de cada cualidad es el efect<1{ lo que propiamente es la contrariedad y cómo difiere de cualquier otra
formal mismo que esencial y primariamente confiere; pero algunas, además d~;_ ición o repugnancia e incompatibilidad de formas. Pero éste ~s un punto
éste, tienen otros efectos en el género de causa eficiente, punto sobre el que hen¡Qg_, requiere una disputación particular, sobre todo siendo así que pa.ta declararla
tratado anteriormente en particular, cuando exponíamos la causa eficiente. Tamb_ié#: uesto Aristóteles el libro X de su Metafísica; por esta razón la expondremos
frecuentemente una cualidad es el fin de otra cosa o cualidad, y puede así tener; ués de las dos disputaciones siguientes.
también un efecto en el género de causa final, y además, en cuanto una puede s_er~­
sujeto próximo de otra, puede tener un efecto en el género de causa materiaf-J Sobre la segunda propiedad, que es la intensidad
cosas todas que son claras en general por lo dicho antes en la disputación sobr~--,
las causas; en cambio, en particular pertenecen a varias Ciencias y diremos algcr;, 4. La segunda propiedad de la cualidad es que ~ea capaz de ii;tensific~ción
de ellas en las dos disputaciones siguientes. .-, remísión, o sea, capacidad de más y de men~s, propiedad que expltc~, as~1smo
2. Igualmente, acerca de las propiedades de la cualidad apenas puede ded istóteles que no conviene a todas las cualidades, lo cual es tamb1en cierto.
algo en general; sin embargo, para complemento de esta materia, y para prep ro parece dejar en la duda si esta propiedad conviene .a las cualidades e;i abs-
el camino a lo que tenemos que tratar después, hay que notar unas cuantas cosag:':: to o sólo a los concretos, o a los sujetos que part1c1pan de estas cualidades,
tomadas de Aristóteles en los Predicamentos, c. sobre la Cualidad, donde señal~ taÍ manera que, por ejemplo, una blancura no se diga más blancura que ot_ra,
tres propiedades. 0 que es lo blanco mismo lo que se dice más blanco que otro, o lo que recibe
articipa más de la blancura; pero esta cuestión requiere que expliquemos la
Sobre la primera propiedad, que es la contrariedad aleza de la intensidad y de qué modo se produce; para tratar de este
to emprenderemos la disp. XL VI, donde expresamente nos ocuparemos de esta
3. La primera propiedad es que en las cualidades se da contrariedad propia;' opiedad y la explicaremos.
la cual explica de tal manera Aristóteles que afirma no convenirle a toda cualidad,

tí convenire doceat. Constat enim non cum in ea declaranda X lib. suae Metaphy-
SECTIO VII altedus rei vel qualitatis, et ita etiam potest: s qualitates habere contrarium; ut fi- sicae Aristoteles posuerit, et ideo post duas
QUAE PROPRIETATES QUALITATI habere effectum in genere causae finalis, a proprie contrarium non habet, nec na- sequentes disputationes eam trademus.
CONVENIANT rursus, quatenus una esse potest proximuni' alis potentia; immo addit Aristoteles ne-
1 . Postquam dictum est de essentia et
subiectum alterius, potest habere effectum- e medios colores habere contrarium, quod De secunda proprietateJ quae est intensio
in genere causae materialis, quae omnia irt ·gendum est de propriissima contra-
speciebus qualitatis, desiderari potest ut de communi sunt clara ex dictis supra, in dís• e, qua e ínter extrema versatur. An vero 4. Secunda proprietas qualitatis est quod
tausis et effectibus eius dicamus. Verum- putatione de causis, in particulari vero ad proprietas in solo qualitatis genere in- intensionem recipiat et remissionem, seu
tamen de his nihil peculiariter occurrit di- varias scientias pertinent, et in duabus dis..: tur, dubium est; nam substantiae, quod recipiat magis et minus, quam pro-
cendum, quia, in genere loquendo, causae putationibus sequentibus nonnihil attinge- titati et relationi attribuit Aristoteles prietatem declarat etiam Aristoteles non
qualitatum eaederri sunt quae aliarum re- mus. sitam proprietatem, quae est non ha- convenire omoibus qualitatibus, quod etiam
rum; in particulari vero singulae qualitates 2. De proprietatibus item qualitatis __ _y~_;' e contrarium; actioni autem et passioni certum est. In dubio autem relinquere vide-
habent causas proprias et sibí accommoda- potest aliquid in communi dici; tamen ad dem attribuit proprietatem, scilicet, ha- tur an haec proprietas qualitatibus in abs-
tas, quarum cognitio pertinet ad particulares huius materiae complementum et ut pare- e contrarium; de caeteris vero quatuor tracto conveniat, vel solis concretis aut sub-
scientias, in quibus de singularum rerurn mus viam ad ea quae inferius disputaturí dicamentis nihil ipse dicit, Gilbertus au- iectis participantibus has qualitates, ita ut
proprietatibus et qualitatibus agitur. ldem- sumus, pauca notanda sunt ex Aristotele in in eis omnibus 1 videtur contrarietatem una albedo, verbi gratia, non dicatur magis
que est proportionaliter dicendurn de effec- Praedicamentis, c. de Qualit., ubi tres pro- e, quod in ubi nonnullam habet diffi- albedo quam alia, sed ipsum album dicatur
tibus; propriissimus enim effectus unius- prietates assip._nat. tem. Sed haec omnia pendent ex eo magis album quam aliud, aut magis recipere
-cuiusque qualitatis est ipse formalis effectus, exacte intelligatur quid sit propria vel participare albedinem; haec vero quae-
quem per se primo confert; quaedam vero De prima proprietate, quae est arietas, et quomodo a quacumque alia stio requirit ut naturam intensionis declare-
ultra hunc habent alias effectus in genere contrarietas sitione, vel repugnantia et incompossibi- mus, et quo modo fiat, de qua re institue-
causae efficientis; de qua re peculiariter dic- 3. Prima proprietas est contrarietatem te formarum differat. Sed haec res pecu- mus disp. XL VI, ubi proprietatem hanc ex
tum est supra, dum de causa efficienti dis- propriam in qualitatibus inveniri, quam em postulat disputationem, praesertim professo tractabimus et explicabimus.
putaremus. Saepe etiam una qualitas est finis Aristoteles ita declarat ut non · omni qua-
1 Nominibus en otras ediciones. (N. de los EE.)
Disputaciones metafísi

Ultima propiedad
5.. La tercera pr?piedad es que algo se diga semejante o desemejaote a
atendiendo a la cualidad, y ésta afirma Aristóteles que es la más pro · d
. , porque s61o a ~lJ a ¡e conviene,
cualidad · . por razón de p1a
y ~uede converur cual e ~
cuahda~. Pero esta propiedad se ha de exphcar del mismo modo y con 1 'JU!
propo~c1ón con que expusimos ~l caso semejaote de la igualdad de la c:n:!a
l~ ra~on, efectivamente, es la misma enteramente. Por ello no se ofrece nada DISPUTACION XLIII
anadir, fuera de lo que diremos más abajo, al tratar de las relaciones q
de lasrl ·
e ac1ones · de semeJanza
propias · .
y deseme¡anza. ,acer
LA POTENCIA Y EL ACTO
Ultima proprietas eadem proportione explicanda est qua s·
lem d~ aequali~ate quantitatis declaravim
S. 'fertia proprietas est ut secundum est en1m omnmo eadem ratio. Unde 0 ·
qualitatem simile aliquid vel dissimile dica- ad~endum occurrit praeter ea quae de pr
tur, quam dicit Aristoteles esse maxime pro- prus relationibus sirnilitudinis et dissimili RESUMEN
~riam q~alitati, quia illi soli convenir, et ra- d~is inferius, inter disputandum de rela
none cwuscumque qualitatis potest conve- n1bus, trademus. El pr6logo de esta disputación hace una enumeración detallada de los signi-
nire. Haec vero propdetas eodem modo et ícados del término potencia, tanto en sentido trascendental como predicamental,
istiendo en que se va a tratar ahora de la potencia en cuanto es la segunda
eci'e de la cualidad. Se pueden advertir dos partes con sUs subdivisiones corres-
pondientes:
l. La potencia: a) Se divide en activa y pasiva (Sec. !).
h) Divisi6n que no es siempre real (Sec. II).
e) Obieto de esa división (Sec. lll).
d) No toda potencia es natural (Sec. IV).
11. El acto: a) Corresponde siempre a una potencia (Sec. V).
b) Sobre su prioridad respecto de la potencia (Sec. VI).

Los primeras líneas de esta sección enuncian el orden que se va a seguir, tanto
\:'_ en la presente como en las secciones inmediatamente siguientes: J.c ¿Es suficiente
(':'liJ división en activa y pasiva? 2. 0 ¿Son esos miembros siempre realmente distin-
_)os? 3.c ¿Hay una razón común de potencia? (1). La primera interrogación se
'propone con ocasión de la potencia objetiva y otras (2-3), en especial la potencia
:'para resistir (4); afirma, sin embargo, Suárez que la división es suficiente (5-6) y
•. la prueba, con el fin de dedicar la última parte de la sección a la potencia de re-
><,si'stir, donde examina la opinión de Soncinas (7), y declara largamente lo que es
resistir y las maneras como puede suceder (8-10), así conzo el origen de la des-
~jgµaldad en el resistir, que se debe a cuatro razones que expone con pormenor
(11-15).

I I

Se va a ocupar aquí Suárez de la distinción que se da entre esos miembros,


Y afirma primeramente que se dan potencias que difieren realmente de los actos
(1-Z). Plantea a continuación el problema de si se da una cualidad que sea po-
tencia puramente pasiva (3), al cual hay que responder en sentido negativo (5-8),
4 pesar de los argumentos que se aducen en favor de la respuesta afirmativa (4),
.que pueden quedar satisfechos cómodamente (9). Pasa a exponer el axioma: "A todo
Disputaciones metajísic

Ultima propiedad
~· La tercera pr?piedad es que algo se diga semejante o desemejante a
aten. 1endo a la cualidad, y ésta afirma Aristóteles que es la más pro ia d~tro
cual~dad, porque sólo a ella le conviene, y puede convenir por razón de pcual _J
cuahda~', Pero esta propie~ad se ha de explicar del mismo modo y con la ml~ler,
¡roporc10n con que expusimos el caso semejante de la igualdad de la cantid ~a
ª. . ra~ón, efectivamente, es la misma enteramente. Por. ello no se ofrece nada a ; -, DISPUTACION XLIII
anadir, fuera de lo que diremos más abajo, al tratar de ]as relaciones, qu~
de las relaciones propias de semejanza y desemejanza. acerca,
LA POTENCIA Y EL ACTO

Ultima proprietas eadem proportione explicanda est qua simi


lem d~ aequali~ate quantitatis declaravimus;
s.. ·rertia proprietas est ut secundum est enllll ommno eadem ratio. Unde nihil
quahtatem simile aliquid vel dissimile dica- ad~endum occurrit praeter ea quae de pr ..:
RESUMEN
tu:, quam dicit Aristoteles esse maxime pro- p;u.s ~elati?nib~s similitudinis et dissimili~::
~rrnm q~alitati, quia illi soli convenit, et ra- d~1s infer1us, mter disputandum de relatio-.:
tlone cwuscumque qualitatis potest conve- n1bus, trademus. El pr6logo de esta disputación hace una enumeración detallada de los signi-
nire. Haec vero proprietas eodem modo et ficados del término potencia, tanto en sentido trascendental como predicamental,
insistiendo en que se va a tratar ahora de la potencia en cuanto es la segunda
'especie de la cualidad. Se pueden advertir dos partes con si.ts subdivisiones corres-
pondientes:
l. La potencia: a) Se divide en activa y pasiva (Sec. I).
b) División que no es siempre real (Sec. ll).
e) Obieto de esa división (Sec. Ill).
d) No toda potencia es natural (Sec. IV).
11. El acto: a) Corresponde siempre a una potencia (Sec. V).
b) Sobre su prioridad respecto de la potencia (Sec. VI).

SECCIÓN 1
Las primeras líneas de esta sección enuncian el orden que se va a seguir, tanto
en la presente como en las secciones inmediatamente siguientes: 1.º ¿Es suficiente
la división en activa y pasiva? 2.º ¿Son esos miembros siempre realmente distin-
tos? 3.º ¿Hay una razón común de potencia? (1). La primera interrogación se
propone con ocasión de la potencia obietiva y otras (2-3), en especial la potencia
para resistir (4); afirma, sin embargo, Suárez que lo división es suficiente (5-6) y
lo prueba, con el fin de dedicar la última parte de la sección a la potencia de re-
sistir, donde examina la opinión de Soncinas (7), y declara largamente lo que es
resistir y las maneras como puede suceder (8-10), así como el origen de la des-
-igualdad en el resistir, que se debe a cuatro razones que expone con pormenor
(11-15).

SECCIÓN 11
Se va a ocupar aquí Suárez de la distinción que se da entre esos miembros,
y afirma primeramente que se dan potencias que difieren realmente de los actos
(1-2). Plantea a continuación el problema de si se da una cualidad que sea po-
tencia puramente pasiva (3), al cual hay que responder en sentido negativo (5-8),
a pesar de los argumentos que se aducen en favor de la respuesta afirmativa (4),
que pueden quedar satisfechos cómodamente (9). Pasa a exponer el axioma: "A todo
266 Disputaciones metafísicas isputación XLllI.~Resumen

acto corresp.onde _una potencia pasiva proporcionada", que define como referid VI
0
a fo potencia activa absoluta y ,simplemente (10) y restringido al orden de ¡
criaturas (11), y dentro de ,e;tos límites puede considerarse como verdadero (12-13~ Completando la doctrina de fa sección anterior, se ocupa en ésta de la priori-
Entra ª. tratar de la posibilidad de una potencia que sea activa y pasiva, y pued ,.dad del acto sobre la potencia en distintos aspectos (1). Advierte que la compa-
darse siempre que se refiera a distintos actos (14); al referirse al problema q,,: :_ración es distinta si se trata de la cosa en potencia objetiva y en acto y si se trata
esto plantearía para colocar a tal potencia en una o dos especies, responde que l de la potencia real con el acto real (1). En el primer sentido, el acto tiene prio-
cuestión tiene sólo sentido en el orden conceptual, puesto que realmente no Q ridad sobre la potencia en perfección (2). En el orden del conocimiento tiene
da distinción entre esas potencias (15-17); de ahí infiere la resolución de le asimismo prioridad el acto en dos sentidos que expone largamente (3-6), Com-
c~estión: la potencia activa se distingue de la pasiva en que la activa no es recep~ '.' paradas la potencia y el acto en cuanto a su duración, se da de ordinario la prio-
tiva! .ªl!?que la receftiva pueda ser activa (18). Termina la sección explicando la ridad de la potencia en las criaturas (8), aunque en absoluto no sea forzosamente
defmicton de potencia activa (19), así como la de pasiva (20). necesario (7). Pasa a la segunda parte de las enunciadas al principio, o sea, la
comparación de cada potencia con su acto (9); de ella resulta que el acto del
agente como tal no es más perfecto que la potencia (10-13), y que la potencia
SECCIÓN !Il activa tiene prioridad de naturaleza sobre el acto y puede, tenerla también de
duración (14-17), excepto la potencia pasiva, que necesariamente debe tenerla (18),
El problema que plantea acerca del objeto de esta división queda fácilmente aun cuando sea más imperfecta que su acto (19-20), y, por ello, se comporta mejor
res~~lto con lo que. se dijo ar:teriormente ( 1 ). Se define la potencia como principio con el acto que sin él (21). Con ocasión de este último punto se refiere a la per-
p~o~imo de oper~cion~s destinado a ellas por su naturaleza (2) y se distingue del fección que pu~da aportar un acto malo ª.la potencia _(22), y lo re;u~lve distin-
habito por ser prtncipto de las operactones en cuanto a su sustancia (3-4). Termina guiendo el sentido moral, en el cual es me¡or la carencia que la posicion del acto
esta breve sección aclarando los modos de reconocer la cualidad ordenada prima- malo (23) y el sentido físico, en el cual cabe aún subdistinguir y afirmar que en
riamente a la operación (5-6). las potencias que tienen indiferencia para los actos, incluso el acto malo en cuanto
a su entidad positiva es más perfecto que su carencia (24). Termina la sección
y la disputación afirmando que la potencia pasiva ordenada primariamente al acto
SECCIÓN IV tiene respecto de él posterioridad de conocimiento y de definición (25-26),

La sección última de esta parte 1.ª de la disputación investiga si toda potencia


es n~tural e ~nfundida naturalmente. La sección, perfectamente ordenada, tiene
u~za introducción (1-3) en que se plantea el sentido de la cuestión, y una serie
d~latada de números en que se expone la resolución, que cifra en tres afirma-
ciones. La primera es que la potencia activa to-mada como trascendental no siem-
pre es natural (4-9), tesis que prueba largamente, solucionando de paso las obje-
ciones que se ofrecen. La segunda afirmación: la potencia pasiva tomada en sentido
trascendental no es siempre absolutamente natural (10); a propósito de esta afir-
mación resuelve incidentalmente la cuestión de la potencia neutra de Escoto (11-
15 ), toca el tema de la potencia obediencia/ (16), así como el de las formas artifi-
ciales ( 17) y otras de menor importancia que podrían ofrecerse (18-21 ). La tercera
afirmación se refiere a la potencia predicamental; declara que ésta es siempre
natural en comparación con su acto, pero no siempre en comparación con el sujeto
en que está (22-25), Con ella termina la sección.

SECCIÓN V

Comienza a tratar del acto, y lo primero que se pregunta Suárez acerc;a de él


es si a cada potencia corresponde un acto propio. Para solucionar la Cuestión
advierte previamente que se trata de la potencia real y de su acto propio (1 ), y
resuelve la interrogación en sentido afirmativo ~~-6). Esta solución se comple-
menta con varias aserciones más: el acto propio de la potencia activa es la apción
más bien que el efecto (7-9); la distinción de potencia y acto no siempre es real,
sino que a veces es meramente modal (10-13); el acto y la potencia no están
siempre bajo un mismo género y con mucha frecuencia están bajo géneros dis-
tintos (14). · ·
DISPUT ACION XLIII
LA POTENCIA Y EL ACTO

Acepción múltiple de potencia.- Sobre este punto trató Aristóteles en el


lib. V de la Metafísica, c. 12, y con más amplitud expresamente en todo el lib. IX
'de la Metafísica. Pero allí toma el nombre de potencia en un sentido más amplio
_:_ del que usamos nosotros en la presente disputación; pues, como notó Santo Tomás
eri el Opúsculo 48, c. 3 de Qualit., la potencia puede tomarse en un sentido tras-
. ce:ndentalmente, y en otro predicamentalrnente, o sea, en cuanto es una especie
de un determinado predicamento. Del primer modo suele decirse que todo ente
-:_--está dividido por la potencia y el acto, o, como dicen otros, que ésta es una de
. las propiedades disyuntivas del ente, de acuerdo con la cual se divide el ente
...:-sobre todo el creado- en ente en potencia y en acto, división que hemos ex-
plicado anteriormente en. la disp. XXXI, sec. 2 y 3. Y allí explicamos también,
de paso, qué es potencia objetiva; pues ésta, si es algo, o sea lo que fuere, perte-
nece a dicha potencia trascendental; y sobre tal potencia objetiva dijimos tam-
bién algunas cosas anteriormente -disp. XIV- al explicar aquel axioma: La
potencia y el acto están dentro de un mismo género. Además, por la potencia
tomada en sentido trascendental se denomina una cosa posible, bien con potencia
lógica por la no repugnancia, o con potencia física por la denominación extrínseca
tomada de la potencia agente o paciente, como con frecuencia se refirió también
en lo que precede. Finalmente, potencia real tomada en sentido amplio, ya sea
activa o pasiva, se dice de cualquier principio de acción o de pasión, y así se

DISPUTATIO XLIII tentia et in actu, quae divisio explicata a


DE POTENTIA ET ACTU nobis est superius, disp. XXXI, sect. 2 et 3.
Et ibi etiam obiter explicuirous quid sit
1.Wultiplex acceptio potentiae.- De hac re potentia obiectiva; illa enim, si aliquíd est,
scripsit Aristoteles, lib. V Metaph., c. 12, et vel quidquid est, ad hanc potentiam trans-
"'·•• '"·"'" ex professo toto 1 lib. IX Metaph. Sed cendentalem pertinet, de qua etiaro poten-
latius accipit nomen potentiae quam in tia obicctiva nonnulla diximus supra; disp.
praesenti disputatione a no bis sumatur; ut JCIV explicando illud axioma: Potentia et ac-
enim notavit D. TP.om., Opuse. 48, c. 3 tus sunt sub eodem genere. Rursus a potentia
de Qualit., potentia uno modo sumi potest transcendenter sumpta denominatur res pos-
transcendenter, alio modo praedicamentali- sibilis, vel potentia logica per non repugnan-
ter, seu quatenus est species cuiusdam prae- tiam, vel potentia physica per extrinsecam
dicamenti. Priori modo dici solet omne ens denominationem a potentia agente vel pa-
dividí per potentiam et actum, vel, ut alii tiente, ut saepe etiam in superioribus tactum
loquuntur, hanc esse unaro de proprietati- est. Denique potentia realis late sumpta, si-
bus disiunctis entis, secundum quaro divi- ve activa sive passiva, dicitur de quocumque
ditur ens, praesertim creatum, in ens in po- principio agendi vel patiendi, et sic tribuitur
1 Esta palabra falta en la ed. Vives. (N. de los EE.)
270 Disputaciones metafísicas XLlll.-Sección l 271
-'-~~~~~~~~~~~~~~~~~--~~~~-· -~··~~-~~~~-

atribuye al principio sustancial como a la materia prima, en cuanto es potencia la potencia en agente y paciente, y después define a ambas diciendo que
receptiva de las formas, y a la forma sustancial, en cuanto es principio principal ent~ cía activa es 'el principio de transmutación de ot1:a cosa en. cuanto es otra;
de acción, y a Dios mismo, en cuanto es omnipotente. Se atribuye también este po ~io que la pasiva es el principio de transmutación a partir de otra cosa.
nombre a los hábitos que son principios de operaciones; pues en este sentido cam xp'¡1·cado de paso estas definiciones anteriormente al tratar sobre la causa
emos
· e e·1· principio de acción. Pero ahora hay que exp¡·icar d.teha d"iv1s1on
· ·' con
Aristóteles, en el lib. IX de la Metafísica, c. s, enumera las artes y las virtudes eficiente Y · · h p · · 1
entre las potencias; también las cualidades de la tercera especie, como el calor y :... ás ormenor. Acerca de ella hay que investtg~r mue as. cosas. rimero,. s1 a
el frío, que son principios próximos de acción, quedan incluidos dentro de esta . tn p · queda dividida suficientemente en activa y pasiva. Segundo, s1 esos
acepción trascendental de la potencia. Y, finalmente, todo lo que es principio
· notencia• mbros son siempre realmente d1stmtos,
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y ah'1 exp¡·1caremos
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de acción o de recepción se denomina potencia en este sentido general; sobre , 0 si hay alguna potencia puramente activa o pasiva, o ? ~na que 1nc u~a
dicha acepción se ha tratado suficientemente cuando se habló de la causa materia] .nernbp azorres con Jo cual quedarán más declaradas las defimc10nes de potencia
amasr
activa y pasiva. ' Finalmente habrá que ver que, razon ' comun ' d7 po tenc1a · pued e
y de la eficiente. Nosotros, sin embargo, nos ocupamos aquí de la potencia en
un sentido más restringido, concretamente de la potencia en cuanto es la segunda ··. sen-a1 arse, en cuanto es una especie simple subalterna de la cualidad.
especie de la cualidad. En efecto, habiéndose expuesto ya suficientemente las
restantes acepciones en los pasajes citados, resta solamente ésta, y es propia de La potencia objetiva ¿es acti'va o pasiva?
este lugar, como observamos en la disputación precedente. Pero como el acto Acerca de Ja primera dificultad, la razón _Principal. d_e duda suele ofrecerse
responde a la potencia proporcionalmente, por ello trataremos al mismo tiempo Z.causa d e Ja potencia ob¡· etiva' que algunos
del acto proporcionado a esta potencia, aun cuando .éste pertenezca a la primera P or .. ¡uzgan distmta de la activa Y de
· Pero si se considera lo que se dtJO poco antes, esto no nos .presenta
especie de cualidad, como se dijo antes. Por consiguiente, acerca de esta potencia la pasiva. ' . bº . d t r
roblema alguno, no sólo porque la potencia o Jetlva no es una especie e ~. -
hay que ver primero qué es y de cuántas clases, y después cómo se comporta res.. ::U.,ada de Ja cualidad, que es la potencia de que tratamos, ahora, smo tamb1en
pecto al acto.
0 no es una potencia física y real, s1110 solamente lag.tea y una como no
porque i 0 bien en cuanto es real y física, no es distinta de la activa Y la
SECCION PRIMERA rep~gnai;c srnoª'que la llaman así por repugnancia o denominación tomada
. de ella.
Pasiva, .
3. Otra razón de duda podría estar e~ que_ hay ciertas potencias que m. son
·
LEGITIMIDAD Y SUFICIENCIA DE LA DIVISIÓN DE LA POTENCIA EN ACTIVA Y PASIVA).
asivas ni activas, sino que tiene~ una razon mas eminente, en ,la cual participan
Y EN QUÉ CONSISTE CADA UNA
~ de uno y otro de dichos m¡embros; por esto, Santo To~as, en la q. 1 De
1. Aun cuando la potencia en general sea una especie de cualidad, sin embar-
vTr~utibus, a. 1, parece que propone esa división en tres miembros. Pero esta
dificultad se ha de tratar extensamente en d segundo punto p~o¡.:mesto, y, por ello,
go Aristóteles no dio nunca una definición común de la misma; pues en el pre-
baste decir de momento que ese tercer miembro se reduce facilmente a los otros
dicamento de la cualidad no expuso tanto esta especie con la definición de la
esencia de la cosa cuanto con la interpretación del nombre, al decir que es otro dos.4. Razón de dudar acerca de la potencia para rests· 1ir.- p ~r cons 1·gu·ien te,
género de cualidad aquel por el que se dice que somos aptos para Z. lucha, la ahora se ofrece una única razón de duda, que se toma de la potencia para resistir;
carrera o la salud. En cambio, en el lib. V de la Metafísica, c. 12, divide primera-
vidit potentiam in agentem et patientem, et obiectivam, quae ab aliq~ibus exist~atur
deinde uu·amque definir, dicens pot~nti~m distincta ab activa et pass1va. Sed s1 con-
principio substantiali, ut materiae primae, Quia vero actus potentiae respondet cum activam esse principium transn1utandt aliud siderentur paulo antea dictal h?c nullur_n
quatenus est potentia receptiva formarum, proportione, ideo simul dicemus de actu quantum aliud; passivam vero esse prin- nobis facessit negotium, tum quia potentm
et fonnae substantiali, quatenus est pdnci- huius potentiae accommodato, quamvis ille cipium transmutandi ab alio. Quae defini- obiectiva non est determinata species qua-
pium principale agendi, et Deo ipsi, quate- ad primam speciem qualitatis pertineat, ut tiones obiter sunt a nobis explicatae supra, litatis de qua poten tia nunc agimus; tum
nus est omnipotens. Tribuitur etiam hoc supra dictum est. De hac ergo potentia, pri- disputando de causa efficienti et principio etiam' quia vel non est potentia physica et
nomen .habitibus, qui sunt principia ope- mo videndurn est quid et quotuplex sit1 agendi. Nunc autem diligentius exp!ican~a realis sed tantum logica et non repugnnn-
randi; sic enim Aristoteles, IX Metaph., deinde quornodo ad actum comparetur. est ~aec divisio. Circa quam multa mvest1- tia ¿uaedam, vel prout est -;-ealis et P?Y-
c. 5, artes et virtutes inter potentias nume- ganda sunt, Primo, an sufficienter dividatur sica non est distincta ab activa et pass1va,
rat; qualitates etiam tertiae speciei, ut ca- SECTIO PRIMA potentia _in activam et passivam. Secundo, sed' per repugnantiam vel denominationern
lor _et frigus, quae sunt principia proxima an illa duo membra semper sint in re di- ab eis dicitur.
UTRUM POTENTIA RECTE ET SUFFICIENTER . .
agendi, sub hac transcendentali acceptio- Stíncta, ubi simul explicabimus sitne aliqua 3. Alia dubitandi ratio esse poterat quia
DIVIDATUR IN ACTIVAM ET PASSIVAM,
ne potentiae comprehenduntur. Ac denique potentia pure activa, vel passiva, vel aliq~a sunt quaedam potentiae quae nec passivae
ET QUID UTRAQUE SIT
quidquid est principium agendi aut recipien- utramque rationem includens,. ex quo def1- sunt nec activae, sed erninentiorem habent
di, hac generali ratione potentia vocatur; 1. Quamquarn potentia in communi sit nitiones potentiae activae et passivae magis rationem, in qua aliquid de utroque illorum
de qua acceptione inter disputandum de cau- una qualitatis species, nunquam tarnen Ari- declarabuntur. Tandem videndum erit quae- me1nbrorum participant, unde D. Thomas~
sa materiali et efficienti satis dictum est. stoteles unam communem eius definitionem nam communis ratio potentiae, ut est sim- q. 1 de Virtutibus, a. 1, trimembrem. videtur
Nos autem hic pressius de potentia disputa- assignavit; nam in praedicamento qualitatis plex quaedam species subalterna qualitatis, illam divisionem facere. Sed haec difficultas
mus, nimirum de potentia ut est secunda non tam definitione quid rei, quam nominis assígnari possit. fuse tractanda est in secundo puncto pro-
species qualitatis. Nam cum de caeteris ac- interpretatione declaravit huiusmodi speciem, posito, et ideo satis n~nc sit di~ere terti~
ceptionibus satis sit dictum in citatis locis, Potentia obiectiva activane an passiva illud membrum ad alta duo facile revocan.
dicens aliud genus qualitalis esse, quod ad
haec sola $Uperest et est huius loci propria, luctam, cursu1n aut sanitate1n apti esse dici- 2. Circa primam difficultatem solet esse 4. Ratio dubitandi de potenlia ad t·esi-
ut in praecedenti disputatione annotavimus. mur. In V autem Metaph., c. 12, prius di- praecipua ratio dubitandi propter potentiarn stf!Yldum.- In praesenti ergo unica sese of-
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Disputaciones metafísicas:' 273


en efecto, ésta es una verdadera potencia real, y, sin embargo, no es activa ni -~etarda la pasión~ por consiguiente, la potencia de res1strr no es la potencia pa-
pasiva; por consiguiente se da un tercer miembro además de esos dos; por tanto, -~íva sino más bien la opuesta a ella; por consiguiente se da un tercer género
dicha división no es suficiente. La mayor consta, primeramente, por Aristóteles en jJe ~otencia distinto de la activa,-y la pasiva.
los Predicamentos, c. sobre la cualidad, en donde en la especie de potencia pone
a ía potencia que uno tiene para no padecer fácilmente, como, por ejemplo, -Ia
dureza, por la cual tiene poder el cuerpo para no dividirse fácilmente; ahora bien, La división de la potencia en activa y pasiva es suficiente
ésta no es sino la potencia de resistir, como es claro por sí; por consiguiente. 6. Sin embargo, hay que afirmar que toda potencia real y predicarnental es
En segundo lugar es un axioma común de los filósofos que la acción natural :,áctiva o pasiva; y que, de este modo, la división propuesta es suficiente. Esta
resulta de acuerdo con la proporción de la actividad del agente y de la resistencia :ífumación consta primeramente por la autoridad del Filósofo y de todos los
del paciente o del medio, cosa que está tomada de Aristóteles, IV libro de la autores e intérpretes. Además se verá por la solución de la propia dificultad, pues, si
Física, c. 8, text. 71, y lib, VII, c. 5, y IV De Caelo, c. 6, y I De Generatione, >- ostrásemos o que la potencia para resistir no es una propia y especial potencia
c. 1O, y lo explicamos nosotros anteriormente cuando tratábamos de la causa ::tea1, o que no es distinta de la activa y la pasiva, concluiremos manifiestamente que
agente. Por consiguiente, lo mismo que la actividad dice en el agente una cierta -::-Ro hay otro género de potencia fuera de aquellos dos, ya que ningún otro género
potencia real, del mismo modo la resistencia en acto primero dice en el paciente _;He potencia se ha inventado hasta ahora. Finalmente, puede darse la razón de que
una potencia real. Y se explica por los mismos actos, pues, así como obrar actual~ _Ja potencia como tal es un cierto acto primero que dice relación al segundo;
mente es algo real, también lo es resistir actualmente; y lo mismo que una cosa, --~'ahora bien, el acto segundo próximo e inmediato de una potencia no es más
incluso cuando no obra, tiene aptitud para obrar, del mismo modo, aun cuando que la acción o la pasión; por consiguiente, tampoco la potencia puede ser más
no resiste, tiene aptitud para resistir. Por consiguiente, la facultad de resistir es ,-:,que activa o pasiva. La menor es clara, porque sólo puede concebirse una doble
una potencia real que infundió la naturaleza a las cosas para que se defendiesen relación del acto a la potencia, a saber, co1no a principio por el que se produce,
de sus contrarios. , ó bien en el que o desde el que se produce; de ellos, el primero constituye
5. Y se prueba la proposición menor. En primer lugar, que la potencia para • la acción, y el segundo la pasión.
res1strr no e$ activa. Es manifiesto primeramente porque resistir no es obrar,
pues una cosa resiste incluso cuando no obra sobre otra; por consiguiente, la po-
tencia de resistir como tal no es potencia de obrar, pues como es el acto, así es la Sobre la potencia de resistir
potencia. En segundo lugar, porque sucede que una 1nisma cosa es menos activa 7. Opinión de Soncinas.- Dificultades que tiene.- Por tanto, acerca de la
y más resistente, y al contrario, como se dijo en lo que precede; por consiguiente, 'potencia de resistir afirma Soncinas, en IX Metaph., q. 6, que en la realidad se
la potencia de resistir no es potencia de obrar ni al contrario. Y con las mismas identifica con la potencia activa, pero que se distinguen según diversas razones,
razones puede mostrarse que la potencia de resistir no es potencia pasiva, pues ./J que ello basta para que una misma cualidad tenga más capacidad de resistencia
resistir no es padecer, sino más bien impedir la pasión. Por lo cual, cuanto más ',_,-~e de acción, o al revés. De la misma manera que una misma potencia -afir-
padece uno, tanto menos puede resistir; y resiste en aquello en que impide o' 1na- es entendimiento y memoria, y, sin embargo, es más perfecta en la razón
, 'de entendimiento que en la de memoria, y de modo parecido -sigue- un mismo

fert dubitandi ratio sumpta ex potentia re- sicut actu agere est aliquid reale, ita et actu
sistiva; illa enim vera potentia realis est, resistere; et sicut res etiam curn non agit, Passionem; ergo potentia resistendi non est sed actus secundus proximus et immediatus
et tamen non est activa, neque passiva; da- apta est ad agendum, ita etiam cum non 'Potencia patiendi, sed potius illi opposita; alicuius potentiae non est nisi aut actio,
tur ergo tertium membrum praeter illa duo; resistit, apta est ad resistendum. Est ergo _:>datur ergo tertium potentiae genus distin- aut passio; ergo etiam potentia tantum potª
igitur non est illa divisio sufficiens. Maior vis resistendi potentia quaedam realis, quam :<!tum ab activa et passiva. est esse aut activa, aut passiva. Minar patet,
constat primo ex Aristotele, in Praedica- natura rebus indidit ut sese a contrariis quia duplex tantum habitudo actus ad po-
mentisj c. de qualitate, ubi in specie po- tuerentur. Sufficiens potentiae divisio in activain tentiam intelligi potest, scilicet) ut ad prin-
tentiae ponit illam potentiam quam aliquis 5. Minar autem propositio probatur. Et et passivam cipium a quo, vel in quo seu ex quo fit;
habet ut non facile patiatur, ut, verbi gra- primum, quod potentia resistiva non sit ac- '6, Dicendum nihilominus est omnem rea- ex quibus prior constituit actionem, poste-
tia) duritiem, per quam corpus est potens tiva. Patet primo, quia resistere non est <lem et praedicamentalem potentiam esse ac- rior passionem.
ut non facile dividatur; haec autem non agere; resistir enim res, etiam dum non agit tiVam vel passivam, atque ita divisionem
est nisi potentia resistendi, ut per se con- in aliam; ergo potentia resistendi, ut sic,,,_ ~:C.datam sufficientem esse. Haec assertio con- De potentia resistendi
stat; ergo. Deinde, commune est axioma non est potentia agendi; nam qualis est :i:;-;:Ntat primo ex auctoritate Philosophi et om- 7. Soncinatis sententia.- Quas difjicul-
philosophorum naturalem actionem sequi actus, talis est potentia. Secundo, quia con- ,>~':-:~ium auctorum et interpretum. Deinde con- tates patiatur.-De potentia igitur res1sten-
iuxta proportionem activitatis agentis et re- tingit eamdem rem esse minus activam et ~,,,:;;_::~tabit ex solutione propriae difficultatis; si di, Soncin., IX Metaph., q. 6, ait secundum
sistentiae passi vel medii, quod sumptum magis resistivam, et e contrario, ut in supe- L::,;,enim ostenderimus potentiam resistivam aut rem esse eamdem cum potentia agente, di-
est ex Aristotele, IV Phys., c. 8, text, 71) rioribus dictum est; ergo potentia resisten- ::--;:~:~:~~~º-º esse propriam et specialem potentiam stingui tamen secundum diversas rationes,
et lib. VIIJ c. 5, et IV de Caelo, c. 6, et I di non est potentia agendi, neque e con"' ':'.--,-:-:~ealem, aut non esse distinctam ab activa idque satis esse ut eadem qualitas magis sit
de Generatione, c. 10, et superius a nobis verso. Et eisdem rationibus ostendi potest :----~'.-_E~t passiva, aperte concludemus non esse resistiva quam activa, vel e contra. Sicut
declaratum est, dum de causa agente dispu- potentiam resistendi non esse potentiam pa- >:_'- '/'''µud genus potentiae praeter illa duo, quia eadem potentia (inquit) .est intellectus et
taremus. Sicut ergo activitas dicit in agente tíendi; nam resistere non est pati, sed potius --_-::-'._:\~~Wlum aliud potentiae genus hactenus ex- memoria, et tamen perfectior est in ratione
potentiam aliquam realem, ita resistentia in est passionem impedire. Unde quantum quis : -' ;\~§itatum est. Tandem reddi potest ratio} intellectus quam in ratione memoriae; et si-
actu primo dicit in passo potentiam aliquam patitur, tantum resistere non valet; in eo ;;qwa potentia, ut sic, est quidam actus pri- militer (ait) idem actus potest esse amor
realem. Et ex actibus ipsis declaratur; nam, autem resistir in quo impedit vel retardat -J'nUs, qui dicit habitudinem ad secundum; finis et medii, et tamen censetur maior amor
-:\~~:1rnPUTACIONES VI. - 18
274 Disputaciones metafísic ·,
XLlll.-Sección l
acto puede ser amor del fin y del medio, y, no obstante, se tiene por un amor nia.:,_;¡
yor cuando se refiere al fin que cuando se refiere al medio, ya que aquello por causa istinga po~ la razón ~ .I~, denominación, .ª pe~ar de todo no constituye un
de lo cual una cosa es tal, lo es en mayor grado. Pero en esta respuesta quedan,-_,- bro pecu~iar en la d1v1s1~n de la potencia, bien sea porque la potencia de
dos dificultades: una es que, aunque con frecuencia suceda que una misma cosa_· ir no ~sta fuera d.el ámbito --formal de l~ potencia activa, sino que es algo-
sea fuerza de acción y de resistencia, no lo es, sin embargo, siempre, pues la se le. anade, o, me¡or, porque esa potencia no se ha establecido per se par2
blancura, por ejemplo, resiste a la introducción de la negrura y, a pesar de todo, ir, sino que esto es algo como consecuente y concomitante a la virtud activa.
no tiene virtud para producir otra blancura o la disminución de la negrura. -:_t la mis?1a manera que la po~encia de engendrar lo semejante y de corromper
igualmente, la dureza y densidad no parecen tener ninguna virtud activa, yj 8 ~ contrar1?, no ~on dos potencias,_ ya que la potencia no se ha instituido para
embargo, resisten vehementemente o impiden la acción. La segunda dificultad :corrupc1on, s!no que esto lo tiene como consecuencia, por el hecho de ser
es que, lo mismo que la virtud de resistir es en ocasiones realmente idéntica ei1cia generatxva: Pero ocur~e lo co~trari.o con. la potencia propia de padecer},
a la potencia activa, y es distinta de ella conceptualmente, así también la potencia puede hab,er sido establecida c~n idéntica prrmacía para recibir, como expli~
pasiva es a veces realmente idéntica a la potencia activa y es distinta de ella ernos despues; Y con esto se entiende que, en cuanto a este modo de resistir.
sólo conceptualmente, como mostraremos después; por consiguiente, si basta cada cualidad es igual la virtud de acción y la de resistencia, ya que es una ;·
la distinción de razón para distinguir las potencias, tendría que darse esa divisi6~_ ntica realmente, y en c:i?-°to .pueden distinguirse conceptualmente, una se
trimembre; o, si no basta, tampoco tendría que distinguirse la potencia pasi'lla e de la otra con p~oporc1on e igualdad, pues cuanto más fuerte y eficazmente
de la activa. e obrar una cualidad sobre su contrario, tanto más debilita las fuerzas de
8. Qué cosa es resistir y de cuántas maneras acaece.- Por consiguiente::: , y, por lo mismo, más le resiste con este modo de resistir.
para que este punto se entienda con más exactitud hay que declarar, en prime::: 9. Pero, en cambio, el otro modo de resistir no consiste en una acción com(jr>
lugar, qué es resistir, pues con ello se verá en qué consiste la virtud de resistir< ··-Jsuadex:i las razones propuest.as al principio. Por tanto, ni esencial y primaria~·
y por qué no se enumera entre las potencias propias. Por tanto, sucede de dos,, ente, ru de modo con~ecuenc1al esta manera de resistir proviene de la potencia.
maneras que una cosa resista a otra: primero, formalmente por repugnancia in;i -tiva. e~ cuant? es actrv.~, como pers1;1ade asimismo la razón de que este modo.
mediata; segundo, radicalmente y cuasi por la disminución de la virtud de Ja. resistir conviene t~mb1en a las ~u~hdades que no poseen virtud activa alguna.
otra cosa. De este último modo resiste el calor del fuego al agua fría, previniendo. t lo. cual, ?e la virtud pa~a resistir. de ese modo no puede decirse, sino con
su acción en cuanto puede y disminuyendo su poder; de la misma manera que-· a 1lllprop1~dad y en se~tido material,. que sea i~éntica a la potencia activa~
entre los hombres se dice que uno resiste a otro si anticipándose a herirle le< qu~ esto. nr es general .n1 cuando conviene a alguien proviene de la razón de
corta la mano o le merma sus fuerzas de otra manera. Por consiguiente, esta tenc1a activa como tal, smo de otros motivos; y, por ello, es también verdadero-
resistencia no es, en realidad, sino una cierta acción y difiere únicamente por ia: ame.nte en este modo ~e re~istir que U?-ª .misma cualidad tiene más capacidad
denominación o relación; pues se llama acción en cuanto procede de un principiQ/-v· acción Y menos de resistencia. Por cons1gu1ente, acerca de este modo de resistir
agente, y resistencia en cuanto disminuye las fuerzas de otro para que no pueda,: que ~rmar que no consiste en algún acto positivo que provenga de esa virtud
obrar. Y así, en cuanto a esta manera de resistir es muy verdadero que ia: e se dice que es la fuerza de resistir, sino que consiste más bien en la privación
potencia de resistir no es distinta en la realidad de la potencia activa, y aunque -~¡ acto. Por lo cual, esa virtud de resistir es más bien ~a cierta impotencia 0:.

.respectu finis quam respectu medii, quia niat.- Ut ergo res haec exactius intelliga.:: tione distinguatur, non tamen constituir resistit hoc resistendi modo.
propter quod unumquodque tale, et illud tur, declarandum prius est quid sit resiste- , >----- ,-- 'a:e membrum in divisione potentiae, 9, At vero alius resistendi modus non'
magis. In hac vero responsione duae super- re; nam inde constabit in quo c-0nsistat vi~-:_ -:;:k:~el-- quia potentia resistendi non est extra consistit in actione, ut convincunt rationes
sunt difficultates: una est quia, licet saepe resistendi et cur inter proprias potentias not( '.:::::;_;::fatitudinem formalem potentiae agendi sed in principio .factae. Unde, nec per se primo"
contingat eamdem rem esse viro agendi et nurneretur. Duobus ergo rnodis contingit ,;.;,":~líquid ei additurn, vel melius, quia ' talis nec consecutive provenit hic resistentiae mo-·-
resistendi, non tamen semper; nam albedo, unam rem alteri resistere: primo, formaliter· ntia non est per se instituta ad resisten- dus ex potentia activa ut activa est ut
verbi gratia, resistit introductioni nigredinis, per irnmediatarn repugnantiam; secundo, ra-'--.: sed illud est quasi quid consequens et convincit etiam illa ratio, quod hic resi;ten-
et tamen non habet vim agendi aliam albe- dicaliter et quasi per diminutionem virtuth co~itai;is. vim agendi. Sicut potentia ge- di modus convenit etiam iis qualitatibus
dinem aut remissionem nigredinis; durities alterius rei. Hoc posteriori modo resistit:' tand1 Slrnile et corrurnpendi conttarium, quae. ~ullam v~ agen~i habent. Quapropter
etiam et densitas nullam vim agendi habere calor ignis aquae frigidae, praeveniendo ~, n. s~t duae potentiae, quia poten tia non nonn1s1 valde impropne et materialiter dici
videntur, et tamen valde resistunt vel impe- quantum potest actionem eius, et vires illiiu mstiruta ad corrumpendum, sed id con- potest de virtute ad resistendum hoc modo
diunt actionem. Secunda difficultas est, quia diminuendo; sicut in ter homines unus di.,- en!er habet, eo quod est potentia ge- 9uod sit idem cum potentia agendi, qui;
sicut vis resistendi interdum est ídem rea- citur resistere alter~ si anticipato vulnere_ "'""', ____. nd1: Secus vero est de propria potentia id neque generale est, neque, quando ali-
liter cum potentia activa, et ratione ah illa abscindit manum, aut alio modo diminuít '."i;,:'.ll8,tiendi, quae potest esse aeque primo in- cui convenir, provenit ex ratione potentiae
distincta, ita etiam potentia passiva inter- vires illius. Haec ergo resistentia revera non "'.::,--!Mtuta ad recipiendum, ut pastea declara- activae ut sic, sed aliunde; et ideo etiam
dum est ídem realiter cum potentia activa est nisi actio quaedam solumque differt de- {,,_>,,~ us; et hinc intelligitur, quoad hunc in hoc tantum resistendi modo verurn habet
et ratione tantum distincta, ut inferius os- norninatione aut habitudine; dicitur ením i::_-:tl~~tstendi rnodum, viro agendi et resistendi eamdem qualitatem esse magis activam et
tendernus; ergo si distinctio rationis suffi- actio quatenus est a principio agente, resi- >,;::,\~>:, unaquaque qualitate aequalern esse, quia minus resistivarn. De hoc ergo resistendí
cit ad distinguendas potentias, <landa esset stentia vero quatenus diminuit vires alterius, ,'.:,2~f- Una. et eadem secundum rern, et quate- modo di~~ndurn est ~on consistere in aliquo
illa divisio trimembris; vel si non sufficit, ne possit agere. Atque ita quoad hunc resi~ >:!!!Us raaone distingui possunt, una ex altera a~tu p~s1t1vo! prove~1~nte a v.irtute illa quae
neque potentia passiva esset ab activa di- stendi rnodum, verissirnum est potentiam •..•. ~---:-_,;'.~ proportione et aequalítate consequitur, "._lS r~s1ste~d1 .esse d1c1tur, sed consistere po-
stinguenda. resistendi non esse distinctam in re a po.. . ,::>->~~,ni qua una qualitas fortius et efficacius
t1us m pr1vat1one actus. Unde talis resisten-·
8. Quid sit resistere, et quot modis eve- tentia agendi; et licet ratione aut denomi- '.-}~-,¡;,;>:test, agere in suum contrarium, eo magis di vis potius est impotentia, vel incapacitas
,-<:\;>, _üs 'Vues debilitat et consequenter magis ei
quaedam, quam propria potentia, ideoque
Disputaciones rnetafíst"' tación XLIII.-Sección l 277
incapaci~ad que una propia potencia, y, por lo mismo, no debió añadirse aqu esistir, es ver~~d lo que com~nme~te se dice ~e que una cualidad puede ser
tercer miembro en la división de la potencia. capaz de acc1on que de res1stenc1a, y al reves, ya que esta resistencia no
. 1º; . Se explica toda esta opinión porque esa resistencia actual y formal >< a la actividad, sino precisamente a láinformación o disposición. Por lo cual,
s1ste un1carr1ente en que el sujeto, por medio de una cualidad o disposi·c1·, co o con frecuencia he dicho, una cualidad puede ser capaz de resistencia de este
·1 · ·d ·
~en t e ~n e , unp1 e que se mtroduzca en si mismo otra forma o acción
on e
, a pesar de no ser activa; y_~ por ello, aun cuando ese modo de resistir
1mpedrmento no consiste , . en alguna acción que realice ese paciente ' ya s' y
easo enga a las cualidades activas, no es preciso que la 'resistencia y la actividad
otro agente o so bre si rnrnmo, como es claro por lo dicho porque tal resist · den entre sí proporción o igualdad, ya que tal resistencia no conviene en
. 1 l'd d . • ' encia
co_mun a, as cua 1 a. ~s no ac.t1vas y adem~s porque no es posible pensar ni ción al modo de obrar, sino en atención al modo de infor1nar. Pero no es fácil
phcar que es esa acc~on. Consiste, por cons1gu1ente, en una cierta incompatibil'1 expli~ar en qué consiste o de dónde nace el que una cualidad sea más capaz de
~ormal. o repugnancia, de la cual nace que la acción del agente contrario enc1a que otra en este último sentido, ya que esta resistencia consiste única-
unp~d1da absolutamente, o sea retardada, y se produzca más débilmente. te en la incompatibilidad o repugnancia formal. Porque, si, por ejemplo, compa-
cons1gu1ente,..de esta manera, esa re~istencia act~~ n~ consiste en algún a os entre sí el calor y el frío, en tanto grado repugna formalmente el calor al frío
s7gundo positivo que ~rovenga de la virtud de resistir, sino más bien en la e o el frío al calor, ya que son igualmente incompatibles en un mismo sujeto y en
c1a~ ~etraso o atenuación de la acción contraria. Y, por lo mismo, tal virtud mismos grados; ¿por qué se dice, entonces, que la frialdad es una cualidad que
resistir no es una facultad.
ordenada
l per se a esa carencia o retraso de la aCC!· e más capacidad de resistir que el calor? Y el mismo argumento se da para
pues l o que
. una potencia
, natura no se ordena per se a una privación·, , y sequedad y humedad y para otros casos semejantes.
~¡¡d
o, ~crmos que . esta no es tanto una potencia con10 una impotencia y e_ 12. Peto, sin embargo, hay que decir que este exceso o desigualdad de resis-
mcapac1dad. que tl~ne ~a~~cter consecuencial con respecto al efecto fortnal ia puede explicarse de varias maneras. Primero, por el diverso modo de
algun~ cualidad. o d1spos1c1on: Por esto, tal fuerza de resistencia no constituye 'n, pues una cualidad puede ser de tal naturaleza que por medio de su infor-
~spec1e determ1n.ada de cualidad, pero puede acompañar a cualquier cualidad ión se una con más firmeza e inmovilidad al sujeto, no sólo por razón de la
incluso a cualqmer form_a, que, al afectar y d~sponer al sujeto, repugna de mo or intensidad, sino también en cada uno de los grados de intensidad campa-
for~~ a la for~a y acc1on que le es contraria. De la misma manera que pu~ s proporcionalmente, de tal manera que esto provenga de la misma especie de
atnbmrse tamb1en. a las formas o cualidades la virtud o facultad de expulsar ¡ 'ón y no de la intensidad; en esto, pues, no hay repugnancia alguna, y admi-
malmente las cualidades o formas que les son opuestas, virtud que no consti o esto se entiende perfectamente cómo una forma a causa de su unión formal,
una razón o especie peculiar, sino que acompaña a cada 'forma, en cuanto es a -siste más que otra forma a la acción que se le opone. Y también de esta manera
para o.torgar Sll; ~fecto formal.. Por consiguiente, de este modo consta que · te más a la división la dureza que la blandura, ya que une las mismas partes
poten.c1a de :eststlr, de cualqruer modo que se la conciba, no pertenece a u< grales en mayor grado y con más firmeza. En efecto, de la misma manera
esp~c1e pecu!tar de cualidad o de potencia distinta de la potencia activa y de en los objetos artificiales las partes que se enlazan mediante un aglutinante
pasiva. dividen tanto más difícilmente cuanto mayor poder unitivo tiene el aglutinante
. 11. Cómo se ~o?tportan la actividad y la resistencia.- De dónde nace la a>':
igualdad en el resistir.- Y con esto se entiende que, acerca de este último m
eriori resistendi modo verum esse quod ergo dicitur frigiditas esse qualitas magis
non debuit tertium illud membrum in divi- per se ad aliquam privationem; et ideo uniter dicitur, unam qualitatem posse resistiva quarn calor? Et ídem argumentum
sione potentiae adiungi. ~imus ;b.anc non tam esse potentiam qu est de siccitate et humiditate, et de aliis si-
e magis activarn quam resistivam, et e
10. Explicatur tota haec sententia nam impotentiam et quasi incapacitatem, q verso; quia haec resistentia non conse- milibus.
haec actualis et formalis resistentia 'solum consequenter se habet ad effectum fo ur activitatern, sed praecise informatio- 12. Dicendum vero est variis modis ex-
in hoc consistit, quod subiectum per quali- lem alicl'.-ius qualitatis seu dispositio aut dispositionern. Unde (ut saepe dixi) plicari posse :hunc excessum vel inaequali-
tatem aut dispositionem in ipso existentem Quare hutusmodi resistendi vis non co st qualitas hoc modo esse resistiva, tatem resistentiae. Primo, ex diverso modo
impedit ne alia forma vel actio in ipsu~ tuit . ce~tam aliquam speciem qualitatis, si activa non sit; et ideo etiamsi talis unionis, nam una qualitas potest esse talis
introducatur, quod impedimentum non con- co.m1tan potest quamcumque qualitatem, endi modus qualitatibus activis conve- naturae, ut per suam informationem firmius
sistit in actione aliqua quam tale passwn ettam f?rmam quae afficiendo et dispo non oportet ut resistentia et activitas et immobilius uniatur subiecto, non propter
efficiat, v~l .in aliud agens vel in seipsum, do sub1ectum formae et actioni sibi se servent proportionem aut aequalita- solam rnaiorem intensionem, sed etiam in
ut ex d1ctis patet; nam talis resistentia trariae formaliter repugnat. Sicut etiai:n ' quia talis resistentia non convenit iuxta singulis gradibus intensionis cum proportione
c_gmmunj.s est _qualitatibus non activis, et quia tribuí potest formis aut qualitatibus vis dum agendi, sed iu.'!:ta modum informan- comparatis, ita ut id provenlat ex ipsa spe-
nec :fingi nec declarad potest quae sit talis facultas ad expellendum formaliter qúa Non est autem facile ad explicandum in cie unionis, non ex intensione; in hoc enim
actio. Consistit ergo in quadam formali in- tes aut formas sibi repugnantes, quae consistat, vel unde proveniat, quod una nulla est repugnantia, et illo posito optime
compossibilitate seu repugnantia, a qua pro- non constituir peculiarem rationem aut litas sit magis resistiva quam alía hoc intelligitur quomodo una forma propter
venit ut actio contrarii agentis vel impedia- ciem, sed comitatur unamquamque forro suammet formalem unionem magis resistat
~i:iori modo, cum ;b.aec resistentia solum
tur prorsus, vel retardetur ac remissior fiat. prout apta est ad suum effectum forma istat in formali incompossibilitate seu re- actioni sibi repugnanti, quam alía. Et ad
Sic ergo haec resistentia actualis non con- tribuendum. Sic igitur constat potent ntia. Nam si calorem, verbi gratia, et hunc etiam rnodum durities magis resistit
sistit in aliquo actu secundo positivo prove- resistendi, quacumque ratione sumatur, s ínter se comparemus, tantum repug- divisioni quam mollitudo 1, quia magis et
niente a virtute resistiva, sed potius in ca- pertinere ad peculiarem speciem quali formaliter calor frigori, sicut frigus ca- firmius unit partes ipsas integrales. Nam,
rentia aut retardatione seu remissione con- vel potentiae distinctam a potentia aét ; nam aeque sunt incompossibiles in sicut in artificialibus, partes quae glutine
trariae actionis. Ideoque illa virtus resisten- et passiva. em subiecto et in eisdem gradibus; cur aliquo connectuntur, eo difficilius dividun-
di non est facultas aliqua per se ordinata 11. Activitas et resistentia, ·Ut se
ad illam carentiam vel retardationem actio- beant.- Inaequalitas fn resistendo u 1 Inexplicablemente, varias ediciones, entre ellas la Vives, sustituyen mollitudo por muJ-
nis; quia natura lis potentia non ordinatur proveniat.- Atque hinc intelligitur de-~
do. (N. de Jos EE.)
Disputación XLlll.-Seccíón ll
para unirlas o para unirse a ellas, igual puede entenderse proporcionalmente en laa_,_-
cualidades naturales.
'>o le lleva, empujando hacia el lugar opuesto; y lo duro resiste al cuerpo que lo
divide, haciéndolo romo, y tal vez también deteniéndolo activamente para que no
13. En segundo lugar, esta mayor resistencia puede surgir de que a esa cua.
penei;e en tal l~gar. Sin e~bargo, es ve~dad que ese modo de resistir se reduce
lidad le sigue una desigualdad en alguna condición requerida para la acción; como
:al prunero explicado anteriormente; decimos, empero, que esta desigualdad de
por ejemplo, la densidad en el paciente contribuye a una mayor resistencia, ya qu~­
resistencia surge a veces del hecho de que el modo anterior se une al posterior,
por razón de ella, sucede que las distintas partes del paciente se unen más entre y al contrario, la misma resistencia debida a la actividad es mayor por la dispo-
sí para resistir al agente contrario, el cual no puede obrar simultáneamente sobie--, '.'
sici6n peculiar del mismo paciente, disposición que por este motivo se dice que
:todas esas partes así dispuesta~ como podría hacerlo sobre cada una de ellas si se tiene mayor virtud para resistir o que es más apta para resistir. Y hasta aquí
aplicase por separado. Y tal vez por este motivo resiste más la sequedad cuando:
hemos tratado de la potencia de resistir, la cual es claro que no constituye una
contribuye a una mayor densidad como en la tierra y demás cuerpos terrestres_ especie peculiar de cualidad; y, por tanto, que por esta parte no queda aumentado
pues en el fuego quizá no ocurre lo mismo; e igual sucede tal vez con la durez~
el número de las potencias, sino que están contenidas de modo suficiente en la
que tiene siempre mezclada una densidad, y por esa razón contribuye a una mayor; activa y la pasiva.
xesis tencia.
14. En tercer lugar, esta desigualdad puede quedar reducida a algún género
1
rle actividad de tal manera que el primer modo de resistir se una con el último.
·Pero esta actividad puede ser doble. La primera es la de la resultancia natural de Ja
,cualidad a partir de su forma, como si alguien dice que la frialdad en el agua SECCION II
_resiste más a su corrupción que en el aire, ya que en el agua resiste no sólo por
:su información, sino también por la dimanación natural a partir de la forma misma
.del agua; tal emanación es una cierta actividad, como vimos antes. Y del misma Si LA DISTINCIÓN QUE SE DA ENTRE LA POTENCIA ACTIVA Y LA PASIVA
.modo podría opinar alguien -incluso comparando dos propiedades que dimanan
<de sus formas- que puede darse entre ellas desigualdad en el modo de dlnama- ES SIEMPRE REAL, O A VECES SÓLO DE RAZÓN
nación, de tal manera que una dimane de una mayor virtud o actividad que l~ ,
otra. De la manera como si alguien, por ejemplo, dice que el tacto dimana más-<:
fuertemente del alma sensitiva que los otros sentidos externos; y de modo pare::<->' 1. Se dan algunas potencias puramente activas.- Queda, pues, por explicar
..cido puede entenderse que un cuerpo pesado que se encuentra en su lugar re-síste-'.:- lo que se propuso en segundo lugar acerca de la distinción de aquellos miembros
.al movimiento no natural, concretamen_te porque por su peso retiene o conserva_:\_ _ entre sí. Y, en primer lugar, supongo que se dan algunas potencias puramente
.activamente la existencia en ese lugar y por medio de esa actividad resiste al - actiV-as que, ciertamente, se distinguen real y esencialmente de las potencias ver-
_.motor contrario, que no puede superarle si no tiene una mayor virtud activa. dadera y propiamente pasivas, ya sean puramente pasivas o no. Lo primero es
15. El otro modo de esta resistencia por actividad puede ser por reacción claro en todas las potencias que se ordenan esencial y primariamente a obrar por
·contra otro agente; de este modo, el cuerpo pesado resiste también al que_le mueve:___ una acción transeúnte, como principios de esas acciones completos en su orden,
tur quo gluten maiorem vím habet uniendi
como es, por ejemplo, el entendimiento agente, la potencia motiva del viviente,
ma est naturalis resultantíae qualitatis a suá
illas aut sese illis uniendi, ita potest pro- forma, ut si quis dicat frigiditatem in aqua
:portionaliter intelligi in qualitatibus natura- magis resistere suae corruptioni quam in
Jibus. aere, quia in aqua resistit non solum pet:
13. Secundo potest haec maior resisten- informationem suam, sed etiam per natur~::­
'iia oriri ex eo quod ad talem qualitatem lem dímanationern ab ipsa forma aquae;
consequitur inaequalitas in aliqua conditione quae emanatio quaedam activitas est, ut su-/ :<: JllOVenti vel portanti illud, impeliendo versus SECTIO II
requisita ad agendum; ut, verbi gratia, den- pra vidimus. Atque eodem modo posset quiS': :'CO'lltrarium locum; et durum resfatit corpo- AN POTENTIA ACTIVA ET PASSIVA SEMPER
sitas in passo confert ad maiorem resisten- opinari, etiam comparando duas propríetate,s'.-' ::a
<:-__ dividenti hebetando illud, et fortasse etiam RE, VEL INTERDUM TANTUM RATIONE
tiam, quia ratione illius fit ut plures partes a suis formis dimanantes, posse ínter eaS:-: ¡,-active detinendo illud, ne in talem locum DIFFERANT
:passi magis inter se uniantur ad resistendum esse inaequalitatem in modo dimanationisj·-- ingrediatur. Verum est tamen Jiunc müdum
-.contrario agenti, _quod non potest aeque age- ita ut una ex maiori virtute vel activitate: :,~-t:esistendi pertinere ad priorem superius de- l. Potentiae aliquot dantur pure acii-
re simul in omnes illas partes ita applicatas, dimanet quam alía. Ut si quis dicat tact ,, - :daratum; dicimus vero hanc inaequalitatem vae.- Iam vero sequitur explicandum quod
ac posset in singulas, si sigillatim appli- verbi gratia, fortius dimanare a b anima seni _-;,1:idstentiae interdum oriri ex eo quod prior secundo loco propositum est de distinctio-
caretur. Et fortasse hac ratione siccitas ma- sitiva quam alias sensus externos; et simill 'modus posteriori coniungitur, et e converso ne illorum membrorum inter se. Et impri-
gis resistit quando ad maiorem densitatem modo intelligi potest corpus grave existen$ }psa resistentia per activitatem maior est ob mis suppono dari aliquas potentias pure ac-
confert, ut jn terra et aliis corporibus ter- in suo ~oco resistere motui non naturali, -·-peculiarem dispositionem ipsius patíentis, tivas, quas certum est et re et essentía di-
restribus, nam in igne fortasse non ita nimirum, quia per gravitatem suam actiy~­ ,'.-:ti_U~e dispositio propterea dicitur habere ma- stinguí a potentiis vere ac proprie passivis,
contingit; et idem forte est de duritie, qua e retinet seu conservat existentiam in tali loco, _}orem vim resistendi, seu esse ad resisten- sive sint pure passivae, sive non. Prímum
semper habet densitatem admixtam, et ea per quam activitatem resistit contrario m_o: :dum aptior. Et hactenus de potentia resisti- p3tet in omnibus potentiis quae per se pri-
ratione confert ad maiorem resistentiam. tori, a quo superari non potest, nisi habeat ""Y'a,- quam constat non constituere peculia- mo ordinantur ad agendum per actionem
14. Tertío, potest Paec inaequalitas reduci maiorem vim agendi. :<::rem speciem qualitatis; ideoque ex hoc ca- transeuntem, tamquam principia talium ac-
ad aliquod genus activitatis, ita ut prior 15. Alius modus huius resistentiae per ":'-'-Pite- non augeri numerum potentiarum, sed tionum in suo ordine completa, ut est, verbi
resistendi modus cum posteriori coniungatur. activitatem esse potest per reactiqnent. i!1-~ ,:sufficienter contineri in activa et passiva, gratia, intellectus agens, potentia motiva vi-
Potest autem haec activitas duplex esse. Pri- aliud agens, quomodo etiam grave res1sUt:;
280··--· Dispu~acio,n~
· - - · · - - · - - · · · - . _ ._ _ utación XLlll.-Sección ll
o la potencia de atracción que hay en el imán, o la impulsiva que hay en { 1
poder de expulsar y las otras parecidas ; estas potencias, en efecto, son principi: ¿Se da una cualidad que sea potencia puramente pasiva?
de acción, como es claro, y no son principios de pasión, ya que ni padecen i·> Si, por el contrario, exis"te alguna potencia p':rame°;,te pasiva .que ~onsti­
recibir el propio acto o su acción, porque no obran con acción inmanente ~-·, :;·
padecen tampoco al ,recibir ~lg? . a m~nera de acto p;imero, por el cual ~eaJ :·una especie propia de cualidad, es 7osa que ~o sm razon puede investigarse.
t!lYd. que constituya una especie propia de cualidad porque, hablando en ~bso-
completados en la razon de prmc1p10 activo; porque, segun supongo, son principio's;.. ·
completos en su orden, es decir, principios próximos o instrumentales, y no requie~ ~l"I;' tgo
1
hay duda de que en todo el ámbito del ente hay algunas potencias o
..Juto .ndodes puramente pasivas como es la materia en el género de la sustancia,
ren un acto ulterior por el que sean completados intrínsecamente en orden a 1 capact a
_:: ;:. ·
, "d , s·
anera la cantidad en orden a muchos acc1 entes corporeos. rn em argo,
b
,::Y:;-ª1su rnt ncia de la mat~ria dice referencia al género de la cualidad, sino de la
acción. Y no importa que tales facultades necesiten a veces la aplicación o mocíó:
de otra potencia para ejercer sus acciones, como la potencia locomotriz de un
animal necesita la moción del apetito; pues esta acción no se lleva a cabo por uná
JJ1 a Pº · e ni tampoco la capacidad pasiva· de la cant1"d ad es una cualºd1 ad, n1·
sústancia, . d 1 .d d .
a~ción y pasión física sobre la misma potencia locomotriz, sino que se produce por _:'_.-·.tiene ninguna propia especificación de e~t~, d.1v~rdsa e ª. cant1 a. m1~ma, y a que
sunpatía de las potencias de la misma alma; y, por ello, esto no impide que tal ;: _:esa realidad que es la cantidad 11:º esta. m.st1tu1 a esencia1. y primar1amen1e. con
facultad, en sentido físico y hablando con propiedad, sea puramente activa. fi ino que tiene eso cuasi cons1gu1ente o concom1tantemente en virtud
2. Las potencias puramente activas difieren realmente de las pasivas.- En ·dese n, n~idad corno se explicó en lo que precede, sobre todo en la disp. XIV.
·Por e suello
e hicimos
' · ·, preced ente. que so'l? p~ rtenece
notar tan1bién en la d1sputac1on
cambio, la segunda parte, concretamente, que tal potencia sea distinta real y esen-
cialmente de la potencia pasiva, se ve fácilmente no sólo por la inducción, sin.o determinada especie de cualidad la facultad que esencrnl y prnnanamente
auna
ha · . · y ord errad a para u~ ac to. .Aq~,1' por tanto,
sido por su naturaleza mstitu1da
también por la razón propia y por el fin de tales potencias; es, en efecto, hasta
tal punto diverso, que indica suficientemente una diversidad esencial en dichas tamos si hay alguna potencia accidental que esencial y pr11:11ar1amente hay~
potencias. Pues, si la potencia es puramente pasiva, tiene una función primaria- P.~~ stituida por su naturaleza sólo para recibir algún acto accidental; pues, s1
~ mesa potencia, será en sentido propio puramen.te pasiva, y pertei:ecerá. a esta
81
mente diversa de la potencia puramente activa; por lo cual no se distinguen
entre sí en menor grado de lo que difieren entre sí la materia y la forma, dado ~:pe;ie de cualidad, y se distinguirá con toda propiedad de la potencia activa.
que una potencia es pasiva y la otra un acto formal. En cambio, si la potencia
no es puramente pasiva, será activa por acción inmanente; y la potencia que es Argumentos en favor de la parte affrmativa
solamente principio de acción transeúnte difiere absolutamente de la potencia
que es principio de acción inmanente, ya que tanto esas acciones como esos 4. Por tanto, que se dé tal potencia puede prdobar se primeramente dpor la
modos de obrar son totalmente diversos, como es evidente por sí. Así, pues, en misma división propuesta por Aristóteles. En segun .º 1ugar,_ po~que se a una
este punto no hay ningún motivo de duda ni se ofrece dificultad alguna de :potencia sustancial puramente pasiva, ordenada esencial y prun~1amente al, acto
importancia. ·sustancial; ¿por qué no podrá darse, por t.anto, ~~ el orden ~c~tdental un g~nero
parecido de potencia? En tercer lugar, por ·mducc10n, pue~ Anstotel~s, en el hb. U
De Generatione, afirma que el calor y el frío son cualidades activas, y que la
ventis, aut potentia attractiva quae est in
2. Pure activae potentiae realiter diffe-
magnete, vel impulsiva quae est in vi ex- Deturne qualitas quae sit potentia in praecedenti disputatione annotavimus so-
pellente, et similes; hae namque potentiae runt a Passivis.- Altera vero pars, quodi
nirnírum, talis potentia et re et essentia di- pure passiva larn illam facultatem pertinere ad deter!11i-
sunt principia agendi, ut constat, et non natam speciem qualitatis, quae per se pruno
sunt principia patiendi, quia ·nec patiuntur stincta sit a potentia passiva, facile constat
3 An vero e converso sit aliqua poten- ex natura sua instituta est et ordinata ad
tum inductione, tum etiam ex propria ratio-
recipiendo prowium actum seu actionem tia · pure passiva, quae p:opriai:i SJ?ecie~ aliquem actum. Hic igitur inquirimus an
suam, quia non agunt actione immanente, ne et fine talium potentiarum; adeo enim qualitatis constituat, non lffim:nto inq~1rr1 sit aliqua potentia acci~e~tali~ quae per se
neque etiam patiuntur recipiendo aliquid per diversus est, ut satis indicet essentialem di- potest. Dico au~em quae. proP_nam_ .speciem primo ex natura sua s1t mstltuta. solum ad
modum actus primi quo compleantur in versitatem in huiusmodi potentiis. Nam si qualitatis constttuat, quia (slmpbc1ter lo- recipiendum aliquem actum. acc1~entalet11:;
ratione principii agendi; quia, ut suppono, potentia sit pure passiva, habet munus pri- quendo) in tata latitudine enti~ non est du- nam, si talis potentia detur, ill~ ent pr?pr~e
sunt principia completa ,in suo ordine, id mo diversum a potentia pure activa; unde bium quin sint aliquae potentrne seu capa- pure passiva, et ad hanc spec1em 9ualit~tls
est, proxirna, vel instrumentalia, et non re- non minus inter se distinguuntur quam ma- citates pure passivae, ut est materia _in g~­ pertinebit et propriissime a potentrn activa
quirunt ulteriorem actum quo intrinsece teria et forma inter se differunt, eo quod nere substantiae et suo modo quant1tas 1n condistinguetur.
cornpleantur ad agendum. Nec refert quod una potentia sit passiva et altera actus fot- ordine ad rnult; accidentia corporalia. Vc-
huiusmodi facultates interdum indigent ap- malis. Si vero potentia non sit pure passiva, rumtamen nec potentia materiae spectat ad Argumenta partis affirmativae
plicatione vel motione alterius potentiae ut erit activa per actionem immanentem; po- genus qualitatis, sed substantiae, ne~ etiai;i 4. Quod ergo tal.is pot7n,ti~ detur, su?de-
suas actiones exerceant, ut potentia loco mo- ten tia autem quae tantum est principium capacitas passiva quantitatis es~ quahtas. ah- ri potest primo ex 1psa diy1s1one ab Ar1stc:'-
tiva animalis indiget motione appetitus; actionis transeuntis omnino differt a poteo- qua, nec habet aliquam proprrnm spe~ifica­ tele tradita. Secundo, quia datur potenua
haec enirn motio non fit per physicam actio- tia quae est principium actionis immanen- tionem entis, diversam ab .ipsa quant1tate; substantialis pure l passiva, per se primo or-
nem et passionem circa ipsammet potentiam tis, quoniam et tales actiones et tales madi quia illa res quae est quant1tas non est pe: dinata ad actum substantiale~; cur .erg?
loco motivam, sed fit per sympathiam po- operandi sunt omnino diversi, ut per se se primo instituta ad illud munu~, sed qua.si non poterit in ordine accidei;it1u1? dar~ s1-
tentiarum eiusdem animae; et ideo hoc non constat. !taque in hac parte nulla est dubi- consequenter vel concomitanter 1d habet 1n mile genus potentiae? Tert1~ mduct1one,
impedit quominus talis facultas, physice ac tandi ratio, nec difficultas alicuius momenti 'vi suae entitatis, ut in superioribus decl~ra­ nam Aristoteles, II de Generat1oi;ie, calorei;i
proprie loquendo, sit pure activa. occurrit. tiu:n est, praesertim disp. XIV. Ex quo etlam et frigus dicit esse qualitates activas, hum1-

1 Falta en algunas ediciones. (N. de .los EE.)


Disputaciones metctfísicas Disputación XLlll.-Sección ll
humedad y sequedad son pasivas. De la misma manera, en el aire la diafanidad bién porque ninguna de esas primeras cualidades queda colocad.a de modo
se tiene por potencia puramente pasiva para recibir la luz. En cuarto lugar, porque talllpio y esencial bajo la especie propia de cualidad que es la potencia, tal como
Santo Tomás, q. 1 De Virtut., a. 1, al referirse a esta división, propone tres ~h~ra hablamos de ella, cosa que se explicó y probó en la disputa~ión precedente.
miembros; afirma, en efecto, que hay una potencia puramente activa, otra pura... Finalmente, porque la sequedad y la humedad no son unas cualidades tales que
mente pasiva, otra, en camb~·~ -dice-, qu~ a~túa y que es ~ctuada. En el segundo "ban en sí otras cualidades o formas por las que sean actuadas, en lo cual
orden pone las fuerzas sensitivas; por consiguiente, los sentidos son potencias pu- reci · te la razón propia de potencia pasiva, sino que disponen la materia para la
~ ión de la forma sustancial o también de los otros acci"dentes, y en ese sentl"d o
ramente pasivas. En quinto lugar podemos argüir que a toda potencia activa recepc . . . al"d d .
natural corresponde una pasiva, y al revés, como atestigua Aristóteles en el IX de llaman pasivas pero no potencias pasivas, sino cu i a es pasivas que perte-
la Metafísica; por tanto, si se da una potencia accidental puramente activa, y orde- se a la tercera' especie· en ese aspecto también el calor y el frío son cualidades
necen ' . .
nada al acto accidental, se dará también una potencia accidental puramente pasiva ivas aunque en comparación con las otras se denominen activas.
proporcionada a ella. pas 6. 'La diaf<rYlidad no es una potencia pasiva.- Y ~el mismo modo parece
e la diafanidad es una disposición del sujeto para recibir la luz, y no la poten-
Se prueba y define la parte negativa i~ receptiva pr~pia de ese acto, -~ algo instituido por su .naturaleza de.,modo
esencial y primario con ese fin. Ind1c10 de ello es qne tal propiedad de ser diafanos
5. La humedad y la sequedad, _ni son potencias, ni puramente pasivas.- ces connatural para muchos cuerpos que ni por su naturaleza tienen la luz de m~do
y esta opinión podrá, ciertamente, defenderse con facilidad y sin inconvenientes ·nnato ni la exigen para su estado connatural, como se ve en el caso del arre,
sobre todo si con algún experimento suficiente puede probarse tal modo de poten~ ~I cri:ral y otros parecidos. Y si tuviesen una potencia. connatural, o:denada esen-
cía. Yo, por mi parte, no he hallado hasta ahora ninguna cualidad que haya sido . 1 primariamente a la recepción de ese .acto, también el acto mismo pertene-
instituida únicamente con la finalidad de recibir exclusivamente las demás cuali- cm Y p · · 1
cería a la perfección debida connaturalment~ a esas cosas. or cons1gu1ente, a
dades o accidentes. Ahora bien, no hay que confundir la razón de disposición diafanidad no es una potencia de esa clase, smo que a lo sumo. s:: comporta como
material o pasiva con la potencia propiamente receptiva; la cantidad, en efecto, una disposición de esos cuerpos, neces.aria pa.ra q1:1-e pue~an rec1b1r la ~uz, a1mque
es a su manera una disposición material y pasiva respecto de la forma sustancial, no se reciba inmediatamente en la m1s.ma diaf~dad~ .s,1no en la ~a!ltldad cori:ó-
y de ningún modo puede decirse potencia receptiva de ella; y en las cualidades . de la misma manera que hay también una disposicion para recibir las especies
de la tercera especie hay muchas que son disposiciones materiales para la forma rea, . . .. "b" 1 . d 1
· "bles 0 co1no el enrarecimiento es una dispos1c1on para rec1 ir as especies e
sustancial y no son potencias receptivas. Por consiguiente, la razón de la disposi- ~fil ' y f .
"do del olor o también para recibir el calor perfecto. , con recuenc1a, una
ción consiste únicamente en la información propia con una cierta proporción res- soru , 0 ' · · · A'
cualidad es disposición para otra, aun cuando no sea su potenc1.a receptiva. s1,
pecto al efecto de otra forma, pero no con la recepción propia de la forma misma pues, en todo el or~en de ~as ~ualidades naturale~ no apar~ce rui;igu.na que ha~a
a la cual debe ordenarse la potencia receptiva propia. Por esto, lo que se aduce sido instituida esencial y prrmar1amente para ser _solo :potenc1a pasiva, en camb10,
de Aristóteles acerca de la humedad y sequedad no tiene valor alguno, no sólo en el orden de las cualidades o de las potencias vitales hay algunas que son
porque consta que éstas son cualidades activas, aunque no con tanta eficacia corno
el frío o el calor, y en comparación con éstas se llaman aquéllas pasivas, sino
ratione illae passivae dicuntur; tum etiam quia illa proprietas diaphaneitatis connatura-
ditatem vero et s1cc1tatem, passivas. Ita in mento possit talis l modus potentiae con- quia nulla ex bis prim1s. qualitatibus coll<?- lis est multis corporibus quae neque natura
aere diaphaneitas censetur esse potentia pure vinci. Ego vero hactenus non inveni quali- catur proprie et essentiahter s~b propria sua habent lumen innatum, neque ad suum
passiva ad recipiendum lumen. Quarto, quia tatem aliquam quae solum instituta sit ad specie qualitatis, quae est. potenua, ut . nu~c connaturalem statum illud postulant, ut de
D. Thom., q. 1 de Virtut., a. 1, attingens hoc munus recipiendi tantum alias qualitates de illa disserimus, quod 1n praecedentl dis- aere constat, et vitro, ac similibus. Si autem
hanc divisionem, trimembrem eam facit; vel accidcntia. Non est autem confundenda putatione declaratum et probatum est; tum haberent connaturalem potentiam per se pri-
ait enim quamdam esse potentiam pure ratio materialis seu passivae dispositionis, denique quia siccitas et humiditas non sunt mo ordinatam ad talem actum recipiendum,
activam, aliam pure passivam; alia vero (in- cum potentia proprie receptiva; quantitas tales qualitates quae in . se recipiant ali~s etiam ipse actus pertineret ad perfectionem
quit) agens et acta. Et in secundo ordine enim est suo modo dispositio matel'ialis et qualitates vel formas q~bus ac~uentur, l? connaturaliter debitam huiusmodi rebus. Non
ponit vires sensitivas; sunt ergo sensus po- passiva respectu substantialis formae, et nul- qua propria ratio potentiae pass1vae cons1- est .ergo diaphaneitas huiusmodi potentia 1,
tentiae pure passivae. Quinto argumentari lo modo dici potest potentia receptiva illius; stit · sed disponunt materiam ad receptionem sed ad summum se habet ut dispositio ta-
possumus, quia omni naturali potentiae ac- et in qualitatibus tertiae speciei, quamplures fo~ae substantialis, vel aliorurn etiam acci- lium corporum necessaria ut possint lumen
tivae correspondet passiva, et e converso, sunt dispositiones materiales ad formrun dentium et sub ea ratione passivae vocan- recipere, quamvis non recipiatur immediate
teste Aristotele, IX Metaph.; ergo, si datur substantialem, et non sunt potentiae recep..:_,~,· tur, non' quidem passivae poten~iae, sed J?as- in ipsa diaphaneitate, sed in quantitate corp
potentia accidentalis pure activa et ad ac- tivae. Ratio, ergo, dispositionis solum con- sivae qualitates, quae ad tertrnm spec1em parea; sicut etiam est dispositio ad recipie.n-
tum accidentalem ordinata, dabitur etiam sistit in propria informatione cum propor- pertinent; quo modo etiam calor et frigus das species visibiles; vel sicut raritas est d1s-
potentia accidentalis pure passiva illi pro- tione quadam ad effectum alterius formae, sunt qualitates passivae, quamquam compa- positio ad recipiendas species soni, aut odo-
portionata. non tamen cum propria receptione ipsius ratione aliarum activae nominentur. ris vel etiam ad recipiendum calorem perfe-
formae ad quam ordinari debet propria po- 6. Diaphaneitas non est potentia passi- ct~. Et frequenter una qualitas est dispo-
Pars negativa suadetur ac definitur tentia receptiva. Unde quod de humiditate va.- Atque eodem modo videtur diaphanei- sitio ad aliam, etiamsi non sit potentia rece-
5. Humiditas et siccitas, nec potentia nec et siccitate ex Aristotele affertur, nullius tas esse dispositio subiecti ad recipiendum ptiva illius. !taque in toto ordine qualita~11m
pure passiva.- Atque haec quidem senten- momenti est, tum quia constat illas esse lumen, et non propria potentia receptiva ta- naturalium nulla apparet quae per se primo
tia poterit facile et sine inconvenienti de- qualitates activas, quamvis non tanta effica- Hs actus, neque ad hunc finem per se primo instituta sit ut sit tantum potentia passiva;
fendí, praesertim si aliquo sufficienti experi- cia quanta frigus et calor, quarum campa- ínstituta ex natura sua. Cuius signum est in ordine vero qualitatum seu potentiarurn

l En otras ediciones aliquis. (N. de los EE.) 1 Falta en algunas ediciones. (N. de los EE.)
• J)isputación XLlll .-Sección ll
,_el razonamiento que expusímos queda suficientemente aclarado que la división
potencias pasivas, pero no puramente pasivas como veremos· por co · ·
h abl and o en ab soI:ito, no h ay ninguna
· · ' que esencialmente
' nsigu1ente :;-propuesta se explica con ~oda co~odidad, aun cuando no se dé ninguna cualidad
cualidad diga relació~ ;:_que sea una pura potencia rec~tlva.
a la.segunda es~ec1e, que sea pura potencia pasiva; en efecto, la diafanidad y Ias , 8. La sustancia no necesita de cualidad alguna que sea potencia puramente
cualidades parecidas. pert~necen más bien a la tercera especie. ___:pasiva.- Y puede darse una razón suficiente por la cual no es necesaria para las
7· Y no puede mfenrse algo en contra basándose en la división de Arisn 0 1 sustancias una potencia de esa clase. En efecto, las sustancias espirituales son por
no sólo porque éste no habla exclusivamente de la potencia que es una e e~, ,_-_sí roismas capaces inmediatamente de todos los accidentes que pueden darse en
determinada de cualidad, sino en sentido general y trascendental de la p ~spe~ie ellas y no son actos vitales o hábitos ordenados próximamente a ellas. Y para
en cuanto se dice de cualquie~ aptitud activa o pasiva, de la manera que ~ae~i~~ recibir estos actos o hábitos tienen, ciertamente, potencias pasivas, pero no pura-
mos que se dan algunas potencias puramente pasivas, sino además porque aun J 1 mente pasivas, ya que son potencias vitales que necesariamente tienen alguna
caso de que entendamos la división acerca de la potencia tomada en' el p ~n e actividad. Y para recibir esas mismas potencias o algún otro accidente no necesitan
s~ntido propio, no. es preciso entender dicho miembro como referido a una pr1fer rtinguna potencia pasiva peculiar, no vital, ya que, por el mismo motivo, para la
c1a. p~ramente pas~va. En. efecto, el entendimiento y los sentidos son llamado~ e~; recepción de esa misma potencia necesitarían otra, y así se seguiría hasta el
Aristoteles potencias pasivas, aun cuando no sean puramente pasivas sino p ,_infinito. En cambio, las sustancias corpóreas, como están compuestas sustancial-
tengan alguna actividad. Más aún, parece que de este modo se explica '1a div" ~~e mente de acto y potencia esenciales, necesitan primeramente como fundamento de
más cómoda . me nte, pues, si· hu b'iese una potencia
· puramente pasiva
· 'y otra pISion su ser (por decirlo así) una potencia sustancial que sea puramente receptiva de
mente activa, habrí~ que añadir un tercer nliemPro de alguna potencia como · ;ira- modo primario y per se del acto sustancial; no obstante, ella misma es conse-
~ q;ie abarque c?nJuntamente. la raz~n de potenc~a act~va y la de pasiva, co::':~ cuentemente receptiva, o sea, razón suficiente y próxima de la recepción de algún
nalo Santo To1?1as en el pasa1e referido; ahora bien_, s1 no existe ninguna potencia accidente, concretamente de la cantidad; ahora bien, por medio de la cantidad
pu~am:nte pasiva, entendemos ,P~rfectamente que toda potencia que esencial y -en lo que se refiere a la pura recepción- la sustancia corpórea se convierte en
prnnariamente y como de modo ultimo se ordena a la recepción se denomine pa 1• suficientemente apta para la recepción de otros accidentes, que o bien son comunes
auncudt an o enga a lguna ·actlvi
''dd a .Es verdad que esta razón
' no basta de ssva,
P=== s , que no . .
existe lllllJ?una p~tencia puramente pasiva, ~
pues, admitida
ella, po~r1~ afirmarse 9ue en dicho fillembro queda comprendida tanto aquélla
con los cuerpos inanimados, o siguen inmediatamente a la forma, en cuanto infor-
mativa de la materia, como facultades o potencias materiales de ella; pues, para
recibir a éstas, no puede exigirse otra potencia peculiar, a fin de que no ten-
com? as1ffilsmo cualqui:r~ otra que de suyo sea receptiva, aun cuando por lo gamos que seguir hasta el infinito por paridad de razón. Por consiguiente, sola-
demas p~sea al?una act1vid~d. O, p~r lo m~nos, podría decirse que la potencia mente para determinados actos peculiares, concretamente, los vitales e inmanentes,
que al fillsmo. tiempo es ac.tiva y pasiva, o bien pertenece por diversos conceptos se requieren potencias receptivas proporcionadas a causa de la singular condición
a es.o~ dos miembros, o ciertamente dice referencia al mierr1bro de cuya razón y naturaleza de los mismos; dichas potencias, sin embargo, no pueden ser pura-
paruc1pa más,, a la ~anera com? el sentido se dice absolutamente potencia pasiva1 mente pasivas, ya que son vitales. Por consiguiente, no se ofrece causa ninguna
por9ue es ma~ pas1yo que activo. En cambio, el apetito, contrariamente, puede por la que sea necesaria a la realidad una cualidad tal que esencial y prima-
decirse potencia activa, porque es más activo que pasivo. Pero, no obstante, con

rnmen declaratur satis ex discursu facto, tamquam fundamento sui esse (ut ita di-
vitalium, aliquae s_unt potentiae passivae, non dend:im . esset tertium membrum potentiae1 commodissime explicari divisionem datam, cam) potentia substantiali pure receptiva pri-
t~me~ .pure passivae, ut videbimus; ergo, veluti mixtae seu complectentis unite ratio- etiamsi nulla qualitas detur quae sit pura mo et per se actus substantialis; tamen illa-
srmphc1ter loquendo, nulla est qualitas es- nem potentiae activae et passivae, ut D. met consequenter est receptiva, seu suffi-
potentia receptiva.
sentiali~er spectans .ad secundam speciem, Thomas citato loco significavit; at vero si 8. Substantia nulla eget qualitate quae ciens et proxima ratio recipiendi aliquod
quae s1t pura potentia passiva; diaphaneitas nulla est potentia pure passiva, optime intel- sit potentia pure passiva.- Potestque suffi- accidens, nimirum quantitatem; per quanti-
enim et similes qualitates potius ad tertiarn ligimus omnem potentiam quae per se pri.. ciens ratio reddi ob quam huiusmodi po- tatem vero est substantia corporea (quan-
speciem pertinent. mo et qu~si ultimare ordinatur ad recipien- tentia non sit substantiis necessaria. Nam tum ad puram receptionem spectat) suffi-
. 7. Neq1;1e ex diyi~ione Aristotelís aliquid d_u~, pass1vam appellari, etiamsi aliquid ac- substantiae spirituales per seipsas sunt im- cienter apta ad alia accidentia recipienda,
m contrarium collig1 potest_, tum quia ille tiv1tat1s habeat. Verum est rationem hanc mediate capaces omnium accidentium quae quae vel communia sunt inanimatis corpo-
non loquitur de sola potentia quae est de- per se non sufficere ad ostendendum nul- in eis esse possunt et non sunt actus vi- ribus, vel immediate consequuntur formam
terrninata species qualitatis, sed generaliter lam esse potentiam pure passivam · nam ;.,,_..,tales vel habitus ad illas proxime ordinati. ut informantem materiam, tamquam facul-
et transcendenter de pote11ti:a prout dicitur illa posita, dici posset sub illo ~embiÓ,. "~ Ad hos autem actus vel habitus recipiendos, tates, vcl potentiae materiales eius; ad has
de quacumque ap~i~udine activa vel passiva, comprehendi tum illam tum etiam quam- habent quidem potentias passivas, non ta- enim recipiendas non potest alia peculiaris
quo modo rnrn. d1xnnus dari aliquas poten- cumque aliam quae per se receptiva sit~ men pure passivas, quia sunt potentiae vi- potentia requiri, ne in infinitum proceden-
t1~s.. pure i;iass1vas; tum etiam quia,' licet etiamsi aliunde aliquid activitatis habeat. tales quae necessario habent aliquam acti- dum sit ob paritatem rationis. Solum ergo
d_1v1s1one1?1 mtelligamus de potentia in prio- ~el certe di~i posset potentiam illam quae vitatem. Neque ad ipsas potentias recipien- ad quosdam peculiares actus, nimirum vita~
ri propr1etate surnpta, non oportet illud s1mul est activa et passiva, aut sub diversis das, vel ad aliquod aliud accidens indigent les et imrnanentes, requiruntur accommoda-
membrum intelligere de potentia pure pas- rationibus. ad illa duo membra pertinere, aut peculiari potentia passiva, non vitali; quia tae potentiae receptivae, ob singularem illo-
siva. Nam intellectus et sensus vocantur ab certe ad illud membrum spectare cuius ra .. eadem ratione ad illammet potentiam reci- rum conditionem et naturam; illae tamen
Aris~otele pote_ntiae passivae, etiamsi pure tionem magis participar; ut sensus dicitur piendam indigerent alia, et sic procederetur potentiae non possunt esse pure passivae,
pass1vae non smt, sed aliquid activitatis ha- absolute potentia passiva, quia magis passi- in infinitum. Substantiae vero corporeae, cum vitales sint. Nulla ergo occurrit causa
beant. Immo hoc modo videtur commodius vus est quam activus. Appetitus vero e con- quia substantialiter compositae sunt ex actu ob quam sit in rerum natura necessaria talis
explicari divisio; nam si esset quaedam po- v~rso ~ici potest potentia activa, quia ma- et potentia essentialibus, indigent imprimis qualitas quae per se- primo ad solum mu-
ten tia pure passiva et alia pure activa, ad- g1s actlvus est quam passivus. Nihilominus
286
Disputaciones metafísic~
riarnente se haya establecido para la sola función de ·b · -
más probable d• .d rec1 ir; y, por ello, parece or ello, tampoco para la acción que puede producir en un sujeto o a partir de un
que no se e ninguna tal potencia acc1 ental puramente pasiva. jeto le corresponde a ella adecuadamente una potencia pasiva natural, sino abso-
tamente la potencia receptiva, §_ea natural u obediencial, como más ampliamente
Repuesta a los argumentos scnten los teólogos. Y en este punto pensamos que se da la misma razón acerca
9i Las razones, ~ues, propuestas en contra han quedado solucionadas t d e la potencia de la criatura, en cuanto puede ser asumida por Dios como iustru-
c~n o que llevamos dicho, excepto la cuarta y la quinta. Por tanto a 1 as. ° -io.-ento por encima de todas las leyes de la naturaleza, acerca de lo cual se tratará
dice que ?anto Tomás no divide .alli la p~tencia en general, sino la ~oten:i~=r~~ se en otra ocasión.
puesad-dice- una es la potencia exclusivamente agente y otra la exclusi g te, 11. Pero, si se habla de la potencia activa natural o connatural a algún
actu a o movida,· Y. otra l~ que es agente y actuada. Por tales palabra:ª::nte gente creado, en este sentido, hablando absolutamente, es verdad que no hay
~aram~nte que el prrmer miembro y el tercero contienen potencias activas p Sta_ · guna potencia activa connatural a la criatura a la que no responda una potencia
exp. car el segundo miembro, dice: Y son exclusivamente actuadas a. u ~ro, pasiva connatural asimismo a alguna criatura y que pueda recibir naturalmente
potencias q1!e no obran sino movidas por otras; ni depende de ellas el & e las tal acto o efecto. Y la razón es que ninguna potencia activa creada (tal como lo
no obrar,, si?º que- obran siguiendo el impulso de la naturaleza que las o ºm:ar _suponemos por lo que se trató en lo que precede) es activa si no es a partir de un
Por cons1gu1ente, de esta manera coloca Santo Tomás a los sentidos eve. sujeto que se presupone, ya que no puede obrar partiendo de la nada; por consi-
~erndo. n;iáe~bro, pues no pudo pensar que las potencias sensitivas care:i~se¿.~t guíente, si una potencia activa tal es natural para alguna criatura, es menester
; ª áactiv1 a1 , por ser p~tencias vi~ales, y, por ello, enseña con frecuencia Sant~ que a ella responda en la realidad incluso creada una potencia receptiva de dicho
~-efecto. Porque la potencia activa dice relación a un efecto o acción absolutamente
om s que os actos de estas son mmanentes I q. 54 a 2 y I-II 31
Pero
. acerca
. d. e .esa d'1v1s1on
· ·' de Santo Tomás ' trataremos
' ' más
· ' ampliament
' q. ' a· 1l. posible y no hay una acción posible o un efecto dependiente esencialmente del
d1sputac1ón s1gu1ente, sec. l. e en a sujeto si en la realidad no hay un sujeto capaz de ;al acción a partir del cual pueda
producirse dicho efecto, ya que no hay cosa alguna absolutamente posible si no
Exposición del axioma: ':A
toda pot~ncia activa corresponde
una pasiva proporcionada"
, son posibles todas las causas que se requieren necesariamente para esa cosa.
::;-:-Además es necesario que la capacidad o potencia de tal sujeto sea natural, es decir,
-~ para un acto connatural, ya que el agente natural no puede producir un acto
. 10· L a obº¡ec1.6n qumta
· se funda en aquel principio de que a toda ot · q forma sobrenatural. Pero esta razón no prueba tanto que se dé actualmente una
acttva correspond~ una potencia pasiva, y al revés. Esto no lo he encontfad~~~~ potencia pasiva, si se da la activa, cuanto que sea posible. Y ello no tiene nada de
p;esamente en Ar1st?teles con es~s mismos términos, y necesita alguna inter reta- extraño, puesto que la ciencia y la demostración prescinde de la existencia actual.
c~ón. Porque, en pmner lugar, s1 hablamos de la potencia activa absoluta / sim- Sin embargo, como consecuencia se muestra con una razón filosófica bastante pro-
p .emente, en c~anto ~omprende también la potencia divina, no corresponde a ella bable que es algo conforme con la naturaleza de las cosas y la perfección del univer-
nmguna potencia pasiva que sea como un receptáculo adecuado de su acción y so de tal manera que, en la hipótesis de que se dé en él una virtud activa natural, se
que P1:ede o?rar fuera de toda potencia pasiva y puede producir la misma prrr:ier: dé también una materia o ;:;ujeto sobre· el cual pueda obrar naturalmente esa virtud;
potencia p~s1va ~ .pero corresponde adecuadamente a ella todo cuanto es posible
por potencia obJetlva o por potencia lógica, es decir, por la no repugnancia de ser.
;tespectu illius actionis quam potest in sub- aliqua potentia receptiva illius effectus. Quia
nus recipiendi instituta sit; et ideo proba- iecto vel ex subiecto efficere, non corre- potentia activa respicit effectum vel actio-
bilius videtur nullam esse huiusmodi poten- et ideo saepe ipse D. Thomas docet earum pondet illi adaequate potentia passiva natu- nem simpliciter possibilem, non est au-
tiam accidentalem pure passivam. actus es.se immanentes, I, q. 54, a. 2, et I-II, . ralis, sed simpliciter potentia receptiva, sive tem possibilis actio vel effectus l essentiali-
q. 31, ª: 1. Sed de illa divisione D. Thomae naturalis, sive obedientialis, ut latius theo- ter pendcns ex subiecto, nisí sit in rerum
Responsio ad argumenta plura d1cemus disputatione sequenti, sect. 1. logi disputant. Et quoad hoc. idem esse natura subiectum capax talis actionis, ex
9. Rationes vero in contrarium proposí- existimamus de potentia creaturae, quatenus quo possit talis effectus fieri; quia non est
Exponitur axioma: omni potentiae activas
tae omnes su~t solutae ex dictis, praeter a Deo assumi potest ut instrumentum supra res possibilis simpliciter, nisi sint possibiles
correspondet passiva proportionata
quartam et qumtam. Ad quartam ergo dici- omnes naturae leges, de quo alias. causae orones quae ad talero rem necessa-
10. Quinta obiectio fundatur in illo prin- 11. Si autem loquamur de potentia acti¿ riae sunt. Rursus necessarium est ut capa-
~ur D. Tho~am ibi non dividere potentiam
c1p10, quod omni potentiae activae corre- va naturali seu connaturali alicui agenti citas seu potentia talis subiecti naturalis sit,
in. co.mm1:1n1, sed potentiam agentem, nain spondet po~entia passiva, et e converso.
alia (inqu1t) est potent1:a tantum agens alia creato, sic, absolute loquendo, verum est id est, ad connaturalem actum, quia agens
tantum acta. vel mota; alia vero age~s et 9uod. sub his terminis non inveni. expresse ~- nullam esse potentiam activam connatura- naturale non potest efficere actum seu for-
1~ Ar1stotele, et nonnulla indiget interpreta- lem creaturae cui non respondeat aliqua mam supernaturalem. Haec autem ratio non
acta. Ex qu.1bus verb1s plane constat pri-
t1on;. N~m irnprimis, si loquamur de po- potentia passiva connaturalis etiam alicui tam probat dari actu potentiam passivam, si
n;ium et tert1um membrum continere poten- tent1a ac;:uva absolute et simpliciter ut com-
tlas acti~as, Explicaos vero secundum mem- cÍ'eaturae, quaeque naturaliter recipere pos- datur activa, quam esse possibilem. Neque
prehend1t etiam divinam potentiam' illi non sit talem actum vel effectum. Et ratio est, id est mirum, quia Scientia et demonstratio
brum, a1t: Illae vero potentiae sunt tantum
actae, quae non agunt nisi ab aliís motae C?rrespo~det aliqua potentia passiva quae quia nulla .potentia activa creata (ut suppo- abstrahit ab actuali existentia. Consequenter
neque est _in eis agere vel non agere, sed s:t velu': adaequatum susceptivum actionis tiimus ex tractatis in superioribus) est acti- tamen satis probabili ratione philosophica
secundum zmpetum naturae moventis agunt e.tus; qui~ potest a~ere extra omnem poten- va nisi ex praesupposito subiecto, quia non ostenditur esse consentaneum naturis rerum
tiam pass1v~m, et ipsammet primam passi-
Hoc ergo modo collocat D. Thomas sensu~ potest agere ex nihilo; ergo si talis potentia et perfectioni universi ut si in eo datur
vam potentiam potest efficere · sed corre- activa est naturalis alicui creaturae, necesse virtus activa naturalis, detur etiam materia
in. secundo illo membro; neque enim exi-
sttmare potuit potentias sensitivas omni ca- spond~t illi .ada.equate quidquid' possibile est est ut illi respondeat in rebus etiam creatis vel subiectum circa quod possit talis virtus
potentta ob1ectiva, . vel potentia logica, seu
rere activitate, cum sint potentJ.ae vitales, per non repugnantiam essendi. Unde etiam 1 E.n algunas ediciones actus en vez de effectus. (N. de los EE.)
288 Disputaciones metafísicai isputación XLlll.--Sección Il
pues, d~ lo contrario, tal y~rtud sería superflua en la naturaleza al tener que carecer ya de dar también una cualidad que .sea pot~ncia !'uramente pasiva: En prim~r
necesariamente de su acc1on. ar ciertamente, porque, para que la potencia activa :hga referencia al propio
12. Y con un razonamiento parecido, partiendo incluso de lo contrario se 0 Posible y lo ejerza, es suficiente que tenga una potencia pasiva proporcionada,
muestra que, si se da una potencia pasiva de algún orden, se da en él -habl;ndo sea puramente pasiva o no, pues esto nada importa para la actividad de la
per se- la potencia activa proporcionada por la cual pueda reducirse al acto .-'dtra. De este modo, el . entendimiento agent~ es una po~en~ia purai:iente activa
Y esto no solamente porque también esa potencia dice relación a un acto absolu~ >la cual responde suficientemente como pasiva el entendumento posible, el cual
tamente posible, sino porque además, en el caso contrario, esa potencia serfa :~especto de esa acción se comporta de modo puramente pasivo, aunque, por lo
superflua en la naturaleza. Y digo hablando per se porque accidentalmente puede eIIláS, teng~ alguna virtud. activ~. ~d~más porque no es men~~ter que, si ~a
suceder que la potencia pasiva natural no pueda ser reducida a acto alguno por -o.tencia activa es una cualidad 1nst1tu1da de suyo para la acc1on, la potencia
ningún agente natural; como la materia, por ejemplo, no puede recibir de un -~asiva esté también instituida. esen~ial y primariamente para la ~ecepc~ón, pues
agente natural la forn1a que ha poseído una vez y ha perdido, ya que ello se · ·calor, en cuanto es una virtud mstrumental del fuego, obra mmed1atamente
juzga cuasi accidental por el fallo de alguna circunstancia necesaria para dicha re la potencia sustancial de la materia prima, educiendo la forma sustancial
acción. En cambio, esencialmente basta con que esa potencia, considerada en su potencia; pero, en cuanto es la virtud principal de la acción de calentar,
absoluto, haya podido ser reducida al acto por la virtud de un agente natural ra sobre el cuerpo en cuanto afectado por la cantidad y no responde a ella nin-
tanto más cuanto que no es necesario que la potencia pasiva, que adecuadament~ a otra peculiar potencia pasiva; y casi lo mismo sucede en otras cualidades
dice relación a algún grado o ámbito de actos que abarca varios específica y numé~ · as y activas con acción transeúnte. La razón es que no es preciso que a un
ricamente diversos, pueda de hecho quedar redµcida por algún agente nahlral a ~2cto accidental responda una potencia receptiva del mismo género, como se mostró
todos aquellos actos en su especie y número, ya que, si se reduce a varios de ilntes en la disputación XIV. Igualmente, porque, para que la virtud activa quede
ellos, no será ya superflua esa potencia en la naturaleza. Por lo cual, para mí es Wstituida de modo conveniente y pueda ejercer su propia función, es suficiente
verosímil que la materia prima pueda recibir más formas distintas específica 0 don que tenga en la naturaleza un paciente proporcionado, bien sea que tal sujeto
numéricamente de las que ahora pueden ser producidas por virtud de las causas · ·énga la potencia pasiva ordenada de modo esencial y primario a esa función, o
naturales de este universo, ya que, según pienso, partiendo de esta materia podría lo de manera consiguiente y secundaria y según la doctrina expuesta en la
Dios crear otros elementos distintos específicamente, y, por consiguiente, otros ferida disputación XIV.
compuestos. Igualmente podría fundar otros cielos que podrían inducir en esta
materia otras formas de las que estos cielos no son capaces, pues no tienen una
virtud activa infinita y la potencia de la materia, en cambio, es en cierto modo ¿Hay alguna potencia que sea activa al mismo tiempo que· pasiva?
infinita. Por lo cual, la divina potencia, en cuanto tiene virtud par-a educir la forma 14. Una misma cosa puede ser potencia activa al mismo tiempo que pasi-
de la materia, parece que es la única absolutamente adecuada a su capacidad. Queda por tratar si se da alguna potencia que no sea ni puramente activa
13. Pero de esta cuasi mutua relación entre la potencia activa y la pasiva no tú puramente pasiva, sino que abarque una y otra razón. En esto puede tener
puede inferirse que, si se da una cualid.:id que sea potencia puramente activa, se ida una cuestión en parte real y en parte que se refiere únicamente a nuestro
do de hablar o de concebir. En efecto, puede preguntarse si una misma cualidad

naturaliter operari; quia alias superflua es- tudinem actuum plures et specie et nume- :qtentia pure activa, <landa sit etiam quali- activis actione transeunte. Et ratio est, quia
set talis virtus in rerum natura, cum neces- ro diversos comprehendentem, possit de fac• - quae sit potentia pure passiva. Primo non oportet ut actui accidentali respondeat
sario caritura esset actione sua. to ad omnes illos actus in specie et numero ) quia, ut activa potentia respiciat et potentia receptiva eiusdem generis, ut su-
12. Atque simili discursu etiam a con- ab aliquo agente naturali i:educi; quia) si at proprium actum possibilem, satis pra, disp. XIV, ostensum est. Item, quia ut
trario colligitur, si datur potentia passiva ad plures illorum reducatur, iam non erit quod P,abeat potentiam passivam propor- vis agendi sit convenienter instituta et pro-
alicuius ordinis, in eodem dari, per se lo- supervacanea illa potentia in rerum natura. atam, sive illa sit pure passiva, sive prium munus exercere possit, satis est quod
quendo, potentiam activam proportionatam, Unde verisimile mihi est materiam primam ; hoc enim nHill refert ad activitatem habeat in natura passum proportionatum}
per quam possit in actum reduci. Tum quia recipere posse piures formas, vel specie vel 'us. Ut intellectus agens est potentia sive tale subiectum habeat potentiam passi-
etiam illa potentia respicit actum simpliciter numero distinctas, quam nunc possint fieri activa, cuí sufficienter respondet ut vam per se primo ordinatam ad illud mu-
possibilem; tum etiam quia alias superflua virtute causarum naturalium huius universi, a intellectus possibilis, qui respectu nus, sive tantum consequenter et secunda-
esset talis potentia in rerum natura. Dice nam ex hac materia posset Deus (ut opinar) s actionis pure passive se habet, quam- rio et iuxta doctrinam traditam in prae-
autem per se loquendo, quia ex accidente alia elementa specie distincta procrearer-·et-~· lias. aliquam vim agendi habeat. Deínde; dicta disp. XIV.
:fieri potest ut potentia passiva naturalis non consequenter alía mixta. Item posset alias non est necesse ut, si potentia activa
possit reduci ad aliquem actum ab ullo agen- caelos condere, qui possent alias formas in- qualitas per se instituta ad agendum, Sitne aliqua potentia activa simul
te naturali; ut materia, verbi gratia, non ducere in hanc materiam, quas hi caeli non tia passiva sit etiam qualitas per se et passiva
potest recipere a naturali agente formam possunt; neque enim vim habent agendi in- instituta ad recipiendum; nam ca- 14. Res eadem activa simul et passiva
quam semel habuit et amisit; id enim cen- finitam; potentia autem materiae quodam· t est virtus instrumentaría ignis, im- potentia es se potes t.- Ultimo dicendum
setur quasi per accidens, ex defectu alicuius modo infinita est. Quare sola divina poten- te agit in potentiam substantialem ma- superest an sit aliqua potentia quae nec
circumstantiae necessariae ad illam actionem. tia, ut vim habet educendi formam ex ma- primae, educendo formam substan- pure activa, nec pure passiva sit, sed utram-
Per se vero satis est quod illa potentia, ab- teria, videtur esse simpliciter adaequata ca- de potentia eius; ut vero est princi- que rationem complectatur. In qua partim
solute sumpta, potuit ad talem actum reduci pacitati eius. virtus calefaciendi, agit in corpus ut potest esse quaestio ad rem spectans, par-
virtute agentis naturalis, eo vel maxime quod 13. Ex hac vero quasi mutua relatione um quantitate, neque aliqua alia pecu- tim ad modum loquendi vel concipiendi
non est necesse ut potentia passiva, quae inter potentiam activam et passivam coµigi s potentia passiva illi respondet; et ita nostrum. Potest enim quaeri an eadem qua-
adaequate respicit aliquem gradurn vel lati- non potest quod, si datur qualitas quae sit áccidit in aliis qualitatibus physicis et litas esse possit simul et per eamdem en-
Disputaciones metafísicas 'sputación XLlll.-Sección 11 29r
puede ser al mismo tiempo y por la misma entidad virtud activa y pasiva, sea con -8otamente en una que, por modo simple y unido, abarque una y otra razón.
relación a diversas cosas o con relación a sí misma. Y en tal sentido juzgo verda... pienso que esta cuestión afecta más bien a nuestro modo de concebir o de
dera la opinión afirmativa. Ciertamente, acerca de la primera parte, concretamente lar que a la realidad. Pues en)a realidad juzgo que no se da ninguna distin-
respecto de diversas cosas, no encuentro controversia o discrepancia entre los: actual y ex natura rei entre dicha potencia en cuanto activa y en cuanto
autores. Se ve esto claro por la inducción, pues el entendimiento posible es una · a, ya que tal cualidad incluye esencialmente ainbas razones, de tal n1anera
potencia pasiva respecto del entendimiento agente y es activa respecto de _la es imposible, incluso por potencia absoluta de Dios, que se conserve esa rea-
intelección. La razón está en que respecto de actos diversos no hay contradicción d sin que tenga al mismo tiempo ambas razones, o que una de ellas se separe
alguna en que sea uno el principio de acción y otro el de recepción. En cambio la otra; por consiguiente, es esto señal de que en la realidad no se da ninguna
respecto a la segunda parte, es decir, con relación a sí misma, se da una contra~ iStinción. Iguahnente, porque esa entidad, por ejemplo, la voluntad, tiene como
versia entre los autores, ya que en tal sentido coincide esta cuestión con aquella nción adecuada la producción y la recepción del acto de querer, ya que uua
otra de si una misma cosa puede obrar sobre sí misma bajo un mismo aspecto ra cosa es esencial y absolutamente necesaria para querer; por consiguiente,
cuestión que tratamos antes extensamente en la disputación XVIIl A pesar -a~ cto de dicha entidad no puede considerarse una de esas razones esencial y
todo, en lo que se refiere al punto presente apenas cabe diversidad de opiniones ra un modo accidental, ya que no existe mayor razón para una que para otra;
pues, aun cuando se discuta si una misma realidad puede ser principio próximo Y consiguiente, ambas son esenciales para la misma entidad; por tanto, no hay
adecuado, activo y pasivo de la misma acción, sin embargo que la misma facultad inción actual y ex natura rei entre ellas. La consecuencia es clara, porque,
numérica tenga virtud activa y sea al mismo tiempo principio receptivo de la acción o hemos mostrado en la disputación VII, no se da esta distinción sino entre
que produce no puede ponerse en duda con alguna probabilidad, supuesta la doc- a cosa y un modo que de alguna forma sea accidental y ajeno a su esencia.
trina verdadera acerca de los actos inmanentes que se reciben en las mismas poten- 16. Y de esto resulta que, concibiendo y definiendo la esencia de esa cualidad
cias por las que son producidos, ya sea que para tal producción requieran algún otro e rnodo adecuado y completo, es solamente en realidad una única potencia que
coprincipio, como la especie, el objeto o algo semejante, o no lo requieran. Porque cluye de manera unida y absoluta la razón de potencia activa y la de pasiva,
sea la que fuere la opinión que en esto se mantenga, es, sin embargo, verdad qu~ simultánea y esencial y primariamente tiene la misión de ser principio pró-
la misma facultad en _su realidad es al mismo tiempo potencia activa y pasiva res... de producción y recepción de dicho acto. Este modo de potencia se halla
pecto del mismo acto, y respecto de sí mismo, en cuanto recibe y produce un mis- amente en las cognoscitivas y apetitivas, ya que solas éstas tienen actos inma-
mo acto. Y la razón está en que esa misma cualidad, en cuanto posee la perfección 'ilentes que son los únicos para los cuales es necesario tal género de potencias.
actual de esa especie, puede ser una virtud que contenga eminente o virtualmente '¡¡n cambio, si en tanto que esa cualidad o potencia puede distinguirse mediante
otro acto y puede formalmente ser actuable por -el mismo acto, como dijimos con, :,tttiestros conceptos inadecuados en activa y pasiva, ha de decirse que tiene la
más extensión en la mencionada disputación XVIII. Ni en esto se ofrece algtína ble razón formal de potencia y que queda constituida en la doble especie de
nueva dificultad que no se haya tratado allí. alidad o de potencia, pienso que es un punto de escasa importancia y que se
15. Una cosa que es activa y pasiva al mismo tiempo, ¿se ha de colocar efl: fiere más al modo de expresión que a la realidad misma.
una especie o en dos?- Pero, admitido todo esto acerca de una cosa, podrá pre-- . . 17. Por ello puede fácilmente alguien pensar y defender que, de la misma
sentarse la cuestión de si ésta se ha de colocar en una doble especie de potencia' -'.~anera que la acción y la pasión, aunque se distingan únicamente con raz~n razo~

:tentíae, vel in una quae simpliciter et unite nisi inter rem et modum qui sit aliquo
titatem virtus agendi et patiendi, vel re- recipiendi actionem quam elicit, non potes jllam utramque rationem complectatur. Et modo accidentalis et extra essentiam eius.
spectu diversorum, vel respectu suiipsius. Et cum aliqua probabilitate dubitari, supp -lianc censeo magis esse quaestionem de mo- 16. Atque hinc fit ut adaequate et com-
in hoc sensu censeo esse certam partem af- vera doctrina de actibus immanentibus, J:ifo- concipiendi aut loquendi nostro quam plete concipiendo ac definiendo essentiam
firmantem. Et quidem de priori parte, scili- recipiuntur in eisdem potentiis a quibus eU;;;: -:de re. Nam in re existimo nullam esse di- illius qualitatis, revera tantum sit unica po-
cet, respectu diversorum, non invenio con- ciuntur, sive ad eam effectionem indigeant ctionem actualem et ex natura rei inter tentia unite et simpliciter includens rationem
troversiam aut dissensionem ínter auctores. aliquo alio comprincipio, ut specie vel ob'i tiarn illam ut activam et ut passivarn, potentiae activae et passivae, nam simul ac
Et patet inductione, nam intellectus possi- iecto, aut alio simili, sive non. Nam quid.:.:-' iUa qualitas essentialiter includit utrarn- per se primo instituta est ut sit principium
bilis est passiva potentia respectu intellectus quid iii hoc sentiatur, verum nihilom' rationem ita ut impossibile sit etiam proximum agendi et recipiendi talem actum.
agentis, et est activa respectu intellectionis. est earndem facultatem secundum rem potentia Dei absoluta rem illam conser- Qui modus potentiae solum in cognoscitivis
Et ratio est quia respectu diversorum ac- simul potentiam activam et passivam res ·, quin utrarnque rationem simul habeat, et appetitivis invenitur, quia hae solae ha-
tuum nulla est repugnantia quod idem sit tu eiusdem actus et respectu suiipsius, q alteram ah altera separari; ergo signum bent actus immanentes, ad quos solos ne-
principium agendi unurn et 1'ecipiendi aliud. tcnus eumdem actum et recipit et elicit,__ _ nullam esse distinctionem in re. Itero cessarium est tale potentiarum genus. An
De altera vero parte, scilicet, respectu suiip- ratio est quia illamet qualitas, quaten illa entitas, verbi gratia, voluntas, adae- vero quatenus illa qualitas seu potentia per
sius, est controversia inter auctores; nam in habet actualem perfectionem talis spe e instituta est ad agendum et recipien- nostros inadaequatos conceptus distingui pot-
hoc sensu haec quaestio cOincidit cum illa, potest esse virtus eminenter vel virtute con:' actum volendi, quia utrumque est per est in activam et passivarn, dicenda sit ha-
an idem possit agere in seipsum secundum tinens alium actum, et potest esse formaliter: ac simpliciter necessarium ad volendum; bere duplicem rationem formalem potentiae
idem, quam supra, disp. XVIII, late tracta- actuabilis per eumdem actum, ut in prae•- o respectu illius entitatis non potest una et in duplici specie qualitatis seu potentiae
vimus. Tamen, quod ad rem praesentem dicta disp. XVIII latius diximus. Nec -m- io illarum censeri essentialis et altera mo- constitui, censeo esse quaestionem parvi mo-
attinet, vix potest esse opinionum diversitas; hoc occurrit nova difficultas quae ibi tracta.:;-- accidentalis, quia non est maior ratio menti, et magis ad modum loquendi quam
nam, licet controversum sit an eadem res ta non sit. a quam de alia; ergo utraque est es- ad rem pertinere.
possit esse principium proximum et adae- 15. Res símul acti'va et passiva, in una ialis eidem entitati; ergo non est di- 17. Unde facile potest quis opinari et
quatum, activum et passivum eiusdem actio- an in duplici specie collocanda.- His allte ctio actualis et ex natura reí inter illas. defendere quod sicut actio et passio, licet
nis, tamen, quod eadem numero facultas de re ipsa suppositis, poterit esse quaesti et consequentia, quia, ut disp. VII osten- tantum distinguantur ratione ratiocinata, di-
simul habeat vim agendi et sit principium an illa res collocetur in duplici specie us, huiusmodi distinctio non intercedit versa genera constituunt, ita principium pro-
Disputaciones metafísic' 293
nada, constituyen géneros diversos,. a~í también el prin~ipio próximo de acción, _-,Y~_g: que prodi:-ce su acción o acto, pero no lo recibe, y e~, potenci~ pasiva la
pasión, aun cuando a veces no se d1stmgan realmente, smo por nuestros conceptos -':\-~ e es receptiva de su acto, aun cuando sea productora tamb1en del mismo; y de
pertenecen a diversas especies predicamentales de potencia. I~ual~ente, tambié~-~-:­ modo consta que tales potencias son siempre distintas en la realidad, ya que
la memoria y el entendimiento suelen enumerarse c.om? potencias d1v:rsas, aunque: una de ellas queda excluida en la realidad la función receptiva, como antes se
se distingan únicamente con la razón; por cons1gu1ente., de la ~1sma manera<::_ lícó.
puede hablar alguien del entendimiento en cuanto es activo o pasivo. Puede, en-,_:-~/ 19. Se explica la definición de potencia activa.- Y, de acuerdo con esta in-
efecto defenderse con facilidad, en el género de cualidad y bajo la especie de · · pretación, se aplica fácilmente a esta división la definición de potencia activa
poten~ia, que ésta es solamente una especie simple y que, en virtud de su dife.. 'e expone Aristóteles, concretamente, que es el principio de la transniutación
rencia última, por el hecho de ser potencia vital y perfecta, abarca una y otra otra cosa en cuanto es otra; pues, hablando de la potencia puramente activa,
razón de producción y recepción de su acto. En efecto, que nosotros. podamos sta que ésta es un principio de acción sobre otra potencia distinta de sí;
hacer precisión de esos aspectos mediante nuestros conceptos, no es suficiente para lo contrario, no es puramente activa. Por consiguiente, en este sentido siempre
la distinción de las especies de potencias, ya que con ninguno de esos aspectos -a potencia es un principio de acción sobre otra cosa. En ca1nbio, la cuestión
tomado precisivamente queda consumada la naturaleza perfecta de tal potencia., si es necesario que tainbién se distingan las potencias en el supuesto, o al menos
Esto es verdad sobre todo considerando físicamente la esencia Y la especie de el sujeto, según las diversas partes del mismo supuesto, de tal manera que
dicha potencia, y de este modo tratamos con más frecuencia de tales potencias-; bién por este motivo se diga que la potencia es, por parte del sujeto, principio
en efecto, la voluntad es una potencia, aun cuando al mismo tiempo sea activa transmutación de otra cosa, se ha tratado expresamente antes, en la disputa-
y receptiva de su acto. Por consiguiente, de ese modo hablaremos siempre nos- n XVIII. Ahora consta suficientemente que, en virtud de la razón formal de
otros, pues consideramos estas cosas atendiendo más a las esencias propias y ade.- tencia activa, por muy puramente activa que sea, esto no se requiere; porque,
cuadas que tienen en la realidad que a la precisión de nuestra mente, como hemos:- que acontezca que la potencia receptiva está en el mismo supuesto, y en la
notadó también al explicar las cuatro especies mismas de cualidad. a parte del sujeto en que está la potencia activa, sin embargo la potencia
18. Se infiere de lo dicho la resolución última de la cuestión.- .Y de esto tiva será puramente activa y será principio de transmutación de otra cosa en
inferimos además cuán grande sea la distinción que se da entre los miembros de anto es otra distinta no ya únicamente t;::n el orden conceptual, sino en la misma
esa división. Pues si alguien pretende distinguir las especies de potencia activa y idad, al menos según los principios de acción y de pasión, que es ya sufi-
pasiva en todas las cosas, de cualquier manera que se hallen en .ellas, y exponet te.
así esta división, es preciso que diga consecuentemente que esos miembros tomados:-:-'. 20. Se explica la definición de potencia pasiva de acuerdo. con lo dicho.-
en común se distinguen formalmente, prescindiendo de la distinción formal que _ _; _ero, sin embargo, la definición de potencia pasiva propuesta por Aristóteles se
se da por precisión mental y de la que se da por distinción de las cosas. Pero,-__:f' "comoda con más dificultad al segundo miembro de esa división, según la expo-
en cambio, hablando en un sentido más físico y real, tal como lo hacemos nosotros,_-__, cjción que diinos, ya que la potencia pasiva, tal como la hemos explicado, no es
hay que decir que esos dos miembros son distintos en la realfdad, de tal m?~era.t_,,: --- pre principio de una transmutación o de una pasión a partir de otra cosa en
sin embargo, que a la potencia que se llama pasiva ~o se la pr1v~ de toda ~ct1v1~ad to es otra. En efecto, las potencias animales o espirituales, aun cuando sean
en la realidad misma. Por consiguiente, en este sentido se denomina potencia activa-' ivas, se inmutan a sí mismas. Más todavla, si se habla de la potencia pasiva

ximum age.ndi et patiendi, licet interdum etiamsi simul sit activa et receptiva sui ae:-, tentia activa dicitur quae est elicitiva suae princ1p1um transmutandí aliud, 'ex professo
non distinguantur re, sed nostris concepti- tus. Hoc igitur modo nos semper loquemur; · · vel actus, non tamen receptiva, pa- tractatum est supra, disp. XVIII. Nunc sa-
bus, pertinent ad diversas species praedica~ magis enim consideramus has res secundum' vero passíva, quae est receptiva sui tis constat ex vi rationis formalis potentiae
mentales potentiae. Sicut etiam memoria et proprias et adaequatas essentias quas in re> etiamsi illius sit etiam elicitiva; hoc activae, quantumvis pure activa sit, non esse
intellectus numerari solent ut diversae po- habent quam secundum praecisionem men- modo constat tales potentias semper id necessarium; quia, licet contingat poten-
tentiae, quamvis ratione tantum distinguan- tis no;trae, ut etiam inter explicandas ipsas in re distinctas, cum ab una in re ipsa tiam receptivam esse in eodem supposito, et
tur · ita ergo potest aliquis loqui de intel- quatuor species qualitatis adnotavllnus. ludatur rnunus recipiendi, ut superius de- in eadem parte subiecti in quo est potentia
lect~ quatenus activus vel passivus est. Fa- 18. Ultima quaestionis resolutio ex dictis ratum est. activa, nihilominus activa potentia erit pure
cile enim defendi potest in genere qualitatis elicitur.- Et hinc praeterea colligirous quan--:,- 19. Definitio potentiae activae explica- activa, et erit principium transmutandi aliud
et sub specie potentiae hnnc tantum esse ta sit distinctio inter membra illius divisid_- .- Et iuxta hanc interpretationem facile in quantum aliud, non tantum ratione di-
unam simplicem speciem, quae ex vi suae nis. Nam si quis velit specie~ potentiae --ª~!~:::,:! mrnodatur huic divisioni definítio po- stii1ctun1, sed etiam .in re ipsa, snitem se-
differentiae ultimae, ea quod sit potentia vae et passivae in omnibus distinguere, quo-:-j" . e activae quam Aristoteles tradit, ni- cundum principia agendi et patiendi, quod
vitalis et perfecta, compre):lendit utramque modocumque in eis reperiantur, et ita expo~~< ' quod sit principium transmutandi satis est.
rationem eliciendi et recipiendi suurn actum. nere divisionem illam, oportet ut consequen~ in quantum aliud; nam loquendo de 20. Potentiae passivae definitio iuxta dicta
Nam quod hi respectus possint per nostros ter dicat membra illa in communi sumpta --. tia pure activa, constar illam esse prin- explicatur.- At vero definitio potentiae pas-
conceptus praescindi, non satis est ad di- distingui formaliter, abstrahend~ a fo~.ali ium agendi in aliam potentiam a se di- sivae ab Aristotcle tradita difficilius accom-
stinguendas species potentiarum, quia ex distinctione, quae est per ment1s ~ra;c1s~o--, ctam, alioqui non esse pure activam. In modatur alteri membro illius divisionis Íw¡:ta
neutro illorum respectuum praecise sumpto, nem et ab ea quae est per rerum d1stmct10_.._ e ergo sensu semper haec potentia est expositionem datam; quia potentia passiva,
completur perfecta natura talis potentiae. nem~ At vero loquendo magis physice . ac' cipium agendl in aliud. An vero neces- prout a nobis declarata est, non semper
Quod maxime verum est physice consideran- realiter, ut nos loquimur, dicendum est illa, um etiam sit potentias distingui suppo- est principium transmutationis vel passionis
do essentiam et speciem huiusmodi poten- duo membra esse in re distincta, ita tamen' vel salteril subiccto, secundum diversas ab alio in quantum aliud. Nam potentiae
tiae, atque ita frequentius de his potentiis ut a potentia quae passiva dicitur n?n ex- es eiusdem suppositi, ut hac etiam ra- animales vel spirituales, etiamsi passivae
Ioquimur; vol untas enim una potentia est, cludatur in re ipsa omnis actiVitas. S1c ergo- ne dicatur potentia ex parte subiecti esse sint, immutant seipsas. Immo, loquencto de
Disputaciones XLIII.-Sección lll 295

que sea una especie propia de cualidad, no es nunca principio de transmutaci


a partir de otra cosa, ya que nunca es puramente pasiva, como dijimos. p SECCION III
de este punto hemos tratado ya ampliamente, no sólo en el índice aristot' CUÁL ES EL OBJETO DE AQUELLA DIVISIÓN, O CUÁL ES SU DEFINICIÓN
sino también en la referida disputación XVIII. Por ello, hay que decir breve
en primer lugar, que Aristóteles no definió la potencia pasiva con esa misma pro l. Esta cuestión se define también fácilmente con lo dicho. En efecto, pode-
dad por la que pertenece a una especie peculiar de cualidad, sino de modo absolut~! tnos definir también así la potencia, que es el objeto de esa división.
y cuasi trascendental, puesto que tal definición conviene también a la matetli.'~
prima y a la cantidad en cuanto es potencia pasiva. Por ello puede afirmarse fácil-
mente que esa definición la propuso Aristóteles para la potencia puramente pasiva:' Definición de la potencia en común
y que, por consiguiente, en tales definiciones no hizo mención de las potencias--
que son como mixtas, o sea, activas y pasivas juntamente, ya que tal vez trató- 2. Potencia es el principio próximo de una operación para la cual ha sido
únicamente de la potencia en cuanto es principio de acción transeúnte y de trans->:: Jiistitui'do y ordenado por su naturaleza.- En esa descripción se sobreentiende el
mutación física y sensible. o bien, en segundo lugar' hay que decir que, cuando se: género de cualidad, en el cual conviene la potencia con las demás especies de este
afirma que la potencia pasiva es principio de transmutación a partir de otra e , predicamento y se distingu; .de las realidades de los de~ás predicamentos. Y por
en cuanto es otra, no se excluye que la cosa misma que es potencia pasiva puedá: las partículas principio proximo, etc., se expresa, en prrmer lugar, la razón por
también concurrir activamente a esa transmutación, sino que se indica que, adeqiás' la cual esta clase de potencia es una cualidad y se distingue peculiarmente de la
de ella, se requiere también alguna otra cosa, ya sea co1no principio íntegro 'de-~:. forma sustancial que, aunque sea principio de la operación, no es próximo, sino
la acción o como parcial, es decir, como complemento del principio o como algcf· principal, como se mostró en la referida disputación XVIII. Igualmente hemos
que en algún sentido incite y mueva a esa potencia a la acción. O al menos_ puede _;tratado allí por qué motivo los principios próximos de las acciones en las criaturas
afirmarse que esas partículas, a partir de otro, han quedado matizadas y limitada:( \'son realidades distintas de la13 sustancias o de las formas sustanciales, de lo que
por la partícula disyuntiva o en cuanto es otro; pues con ella se indica que -no'-~ Se sigue manifiestamente que son cualidades, pues es evidente que no pueden
siempre se requiere una distinción en la realidad, sino que a veces basta con -colocarse en ningún otro género de accidentes. Y con el nombre de operación
formal o virtual, que consiste en que el principio de pasión está siempre en pote '.;:--_puede entenderse en esa definición, tanto la acción como la recepción, para que
cia formal para la recepción del acto. Y si alguna vez esa misma realidad sea una definición co1nún a la potencia activa y a la pasiva. Aunque, si es
principio activo de dicho acto, no es bajo ese aspecto, sino en cuanto tal reali verdad que no hay ninguna potencia puramente pasiva que pertenezca a esta
contiene virtual o eminentemente tal acto, como se trató y explicó con más exte especie de cualidad, podemos entender lógicamente con el nOmbre de operación
sión en el lugar referido. lo que el nombre mismo significa propiamente, a saber, la acción o el acto que
emana propiamente de la misma potencia o facultad, el cual es doble, uno que
potentia passiva quae sit propria species nis ab alío in quantum aliud, non exclu surge de la potencia y pasa a otro sujeto, y otro que permanece en la misma po-
qualitatís, nunquam est príncípium transmu- quin ipsamet res quae est potentia passiv_ tencia que es su principio próximo, y de este modo se distingue una doble poten-
tationis ab alio, quia nunquam est pure possit etiam active concurrere ad illam trans'.
passiva, ut diximus. Sed de hac re iam mutatíonem, sed indicad praeter illam ié cía, una puramente activa y otra que es también receptiva o pasiva, como se ha
multa diximus, tum in índice aristotelico, quiri semper aliquid aliud, sive ut integr
tum etiam dicta disp. XVIII. Et ideo bre- principium actionis, sive ut partiale, seu
viter dicendum est imprimis Aristotelem non complementum principii, sive ut aliquo SECTIO !!! muro, sed principale, ut in dicta disp. XVIII
definiisse potentiam passivam in ea proprie- modo excitans et movens talem potent QUODNAM SIT DIVISUM ILLIUS PARTITIONIS, ostensum est. Ubi etiam tractavimus qua
tate in qua pertinet ad peculiarem speciem ad agendum. Vel certe dici potest par · QUAEVE DEFINITIO ILLIUS ratione principia proxima actionum in crea-
qualitatis, sed absolute et quasi transcenden- lam illam ab alio correctam esse et J.i.m turis res distinctae sint a substantiis vel sub-
ter, nam illa definitío etíam materiae primae tam per particulam disiunctivam vel p 1. Haec etiam quaestio facile ex dictis s tantialibus formís, ex quo plane sequitur
et quantitatí ut potentia passiva est conve- alterum est: nam per eam significatur definitur. Possumus enim potentiam in com- quod sint qualitates; nam in nullo alio ac-
nit. Unde fucile clici potest illam definitio- semper requiri distinctionem in re, sed_ muni, quae divisum est illius partitionis, ita cidentium genere collocari posse, per se
nero datam esse ab Aristotele de potentia malem vel virtualem interdum satis _.definire. notum est. Nomine autem operationis, in
pure passíva, et consequenter in eis defini- quae in hoc consistit, quod principium ea definitione intelligí potest tam actio quam
tionibus non n1eminisse earum potentiarum tiendí semper est in potentia formali Definitur potentia in communi receptio, ut definítio communis sit poten-
quae sunt veluti ínL-xtae scu actívae simul actum recipiendum. Quod si aliquando tiae. activae et pasivae. Quamquam sí verum
et passivae, quía fortasse solum egit de po- eadem res est principium activum talis act 2. Potentia est principiu-m proxiniurt1 est nullam esse puram potentiam passivam
tentia, ut est príncipium actionis transeun- non est sub ea ratione, sed quatenus illa alicuius operationis ad quam natura sua ad hanc speciem qualítatis pertinentem, rec-
tís, et physicae ac sensibilis transmutatíonis. virtute aut eminenter continet talero act i'nstúutum et ordinatum est.- In qua de- te possumus intelligere nomine operationis
Vel secundo dicendum est, curo dicitur po- ut in dicto loco latius ttactatum et explt scriptione subintelligitur genus qualitatís, in id quod nomen ípsum proprie significat,
.tentia passiva esse principium transmutatio- cattun est. quo potentia convenit cum aliis speciebus scilicet, actione1n vel actum proprie manan-
huius praedicament~ et distinguitur a rebus tem ab ipsa potentia seu facultate; qui du-
aliorum praedicamentorum. Per illam vero plex est, unus eggrediens a potentia et trans-
particulam principium proximum, etc., de- íens in aliud subiectum, alius manens in
claratur imprimis ratio ob quam huiusmodi ipsamet potentia quae est principium pro-
potentía est qualitas et peculiariter distin- ximum eius, et ita dístinguitur duplex po-
guitur a forma substantíali, quae, licet sít tentia, una pure activa, alia vero etiam re-
principium operatíonis, non tamen proxi- ceptiva seu passiva, ut satis declaratum est.
296 Disputaciones metafísia" XLlll.-Sección lll 297
~
declarado suficientemente. Y no conviene añadir que la operación sea accidentá'F: 6ximos de sus acciones, no están, sin embargo, destinadas esencial y primaria-
como indican algunos, ya que, a pesar de que dicha operación frecuentement '- nte para esa función, sino sólo para disponer y perfeccionar formalmente al
sea de esa clase, sin embargo, incluso cuando es sustancial, como lo es la gene"':- jeto de lo cual les viene con§ecuente o concomitantemente el poder obrar algo
ración de la sustancia, la potencia que es su principio próximo y no principal será:-·--:~ i:nej~te a sí, pues es~s cualidad~s quedan c?nstituidas ese?cial?;ente ei: la ter-
a pesar de todo, una cualidad accidental, según lo dicho anteriormente en la men~­ ra especie de las cualidades pasibles y no nenen la espec1ficac10n propia de la
cionada disputación XVIII. ocia; y, por ello, no las incluimos en la definición de potencia que es la
3. Pero hay que sobreentender que en esa definición tal principio próximo peculiar de cualidad, de la cual tratamos ahora.
debe ser principio de la operación en cuanto a su sustancia, a fin de que
esto se distinga la potencia del hábito, que es también principio próximo de la Cómo ha de reconocerse la cualidad ordenada primariamente
operación, pero no se requiere esencialmente para la sustancia, sino para el modo_ a la operación
de la operación, en lo cual se distingue de la potencia. O tal vez se ha de entender
en un sentido mejor y más universal acerca del principio próximo que por parte Pero se preguntará con qué señal puede conocerse si una cualidad activa
de la operación sea el primero y cuasi radical en ese orden, pues a ése suele no destinada esencial y primariamente a esa función, es decir, a su acto,
llamársele de modo absoluto y cuasi por antonomasia principio próximo. En efecto tal manera que pueda también reconocerse así si está en una especie propia
aunque el principio próximo en comparación del principal no sea el primero, ni eÍ e potencia o de cualidad pasible. Respondo que con dificultad puede fijarse una
radical, sino que es un principio segundo y radicado en el primero, 'sin embarga egla general, antes bien, ello tendrá que ser juzgado a partir del efect? · formal y
cuando en el orden de principio próximo concurren varios subordinados entre s{ modo y necesidad de dichas cualidades. En efecto, cuando la cualidad es tal
uno de ellos es en ese orden el primero y radical, y él es el que tiene propiament~ e descartada su acción o su acto, exista per se en razón de su perfección
razón de potencia, y los demás, por su parte, son hábitos o disposiciones de tal 'al necesaria para la sustancia, tenemos entonces una señal manifiesta de que
potencia. Y, de esta manera, no sólo los hábitos adquiridos, sino también los' esa cualidad no se ha instituido esencial y primariamente por causa de la acción,
infusos, y las especies intencionales, y todo lo que sea de esta clase, queda excluido- _:§ino por razón de su perfección ~ormal, y tales s.on el calor, el frío. y .otras
de la razón de potencia. Y he dicho si esos principios están propiamente subor-_ cualidades parecidas. Pero, en camb10, cuando la cualidad es tal que, prescrnd1endo
dinados entre sí, pues, si solamente son parciales y concurren en plano de igual-: e la necesidad de la acción o del acto, se la juzgaría no solamente no necesaria,
dad, de tal manera que el uno no sea una afección o disposición del otro, entonces< 0 incluso superflua en la naturaleza, tenemos entonces una señal manifiesta de
uno y otro tendrá razón de potencia, aunque incompleta y parcial, y de ambos -: ue esa cualidad ha sido instituida esencial y primariamente por causa de la ope-
surgirá un único principio próximo adecuado y el primero en ese orden. ·,-, ación, como, por ejemplo, sería superfluo el entendimiento agente en la naturaleza.,
4. Por último, en la mencionada definición se añadió que ese principio que la acción de las especies inteligibles no fuese necesaria, o si pudiese quedar
tiene una razón propia y especial de potencia debe estar de modo esencial y prí· c; ucido de modo conveniente a otro principio connatural; esto, por consiguiente,
mario establecido y ordenado por naturaleza para la operación, de tal manera que.. es una señal suficiente de que tal cualidad ha sido instituida esencial y primaria-
mediante esas palabras se excluyan las cualidades que, aun cuando sean principio$'· mente por razón de esa acción. Además se colocan en este orden todas las poten-
i:ias pasivas que en sí mismas tienen la actividad de sus operaciones, como son
el entendimiento y la voluntad y las potencias sensitivas parecidas, pues todas
Non oportet autem addere quod operatio dicatum in primo, tamen quando in ordine • t principia proxima suarum actionum, clusa actione vel actu eius, per se sit prop-
accidentalis sit, ut aliqui significant; quia, principii proximi plura concurrunt subordi---:: n tamen sunt per se primo ad illud mu- ter suam formalem pe"rfectionem necessariam
licet frequentius huiusmodi sit talis operatio, nata ínter se, unum eorum est in eo ordine_. institutae, sed solum ad disponendum substantiae, tune signum manifestum est
ramen etiarnsi substantialis sit, ut est sub- primum et radicale, et illud proprie habet perficiendum formaliter subiectum, ex talem qualitatem non esse per se primo
stantiae generatio, nihilorninus potentia quae rationem potentiae, caetera vero sunt babi~ o consequenter vel concomitanter habent institutam propter actionem, sed ob suam
est principium proximum eius et non prin- tus vel dispositiones talis potentiae. Et hoc:,-\ possint agere sibi simile; hae namque formalem perfectionem, et huiusmodi sunt
cipale, erit accidentalis qualitas, iuxta supe- modo non solum habitus acquisiti, sed etiam- litates essentialiter constituuntur in tertia calor, frigus, et similes. At vero quando
rius dicta in disp. XVIII. infusi, et species intentionales, et quidquid_ --,- ecie passibilium qualitatum, et non habent qualitas talis est ut, seclusa necessitate ac-
3. Subintelligendum vero est in illa de- huiusmodi est, a ratione potentiae excludun.. priam potentiae specificationem; et ideo tionis vel actus, non solum non necessaria,
finitione huiusmodi principium proximum tur. Dixi autem, si talia principia proxÍnle comprehenduntur a nobis in definitione verum etiam superflua censeretur in natura,
debere esse principiurn operationis quoad sint subordina ta inter se; nam si sint tan;. ntiae quae est peculiaris species qualita- tune signum manifestum est talem qualitaJ
substantiam eius, ut per hoc distinguatur tum partialia et ex aequo concurrentia, -~~~:: de qua nunc disputamus. tem per se primo esse institutam propter
potentia ab habitu, qui est etiam principíum ut unum non sit affectio vel dispositio alt~ operationem; ut, verbi gratia, intellectus
proximum operationis, non tamen est per se rius, tune utrumque habebit rationem po-, nde dignoscenda qualitas primo ordinata agens superfluus esset in natura, si actio
requisitum ad substantiam, sed ad modurn tentiae quamvis incompletae et partialis, e~ ad operationem intelligibilium specierum non esset neces-
operationis, in quo a potentia differt. Vel ex utroque coalescet unum principium pro-: S. Sed inquires quo signo cognosci pos- saria, vel si posset in aliud connaturale prin-
fortasse melius et universalius intelligendum ximum adaequatum et primum in illo or.-' • an qualitas activa per se primo sit institu- cipium convenienter reduci; hoc ergo est
est de principio proximo quod ex parte din e. necne ad illud munus, seu ad actum suum, sufficiens signurn talem qualitatem per se
operationis siJ: primum et quasi radicale in 4. Additum est ultimo in praedicta defi-- ita etiam discerni possit an sit in propria primo esse institutam propter illam acüo-
illo ordine; Poc enim solet simpliciter et nitione boc principium quod habet propriam cie potentiae, vel passibilis qualitatis. nem. Deinde in hoc ordine collocantw· om-
quasi per antonomasiam vocari principium et specialem rationem potentiae, debere esse ndeo vix posse generalem regulam as- nes potentiae passivae quae in seipsas acti-
proximum. Quamquam enim principium per se primo institutum et ordinatum natu- i, sed ex formali effectu, et modo, ac vae sunt suarum operationum, ut sunt in-
proximum comparatione principalis non sit ra sua ad operationem, ut per eam particu- ssitate talium qualitatum pensandum id tellectus et voluntas, et similes potentiae
primum nec radicale~ sed secundum et ra- lam excludantur qualitates illae quae, licet-_:- $e. Quando enim qualitas talis est ut, se- sensitivae; nam omnes hae potentiae tales
Disputación XLlll.-Sección IV 299
estas potencias son tales que sin sus actos tienen un estado imperfecto y se juz
garían totalmente superfluas a no ser que tales actos fuesen posibles y por rázQ < que son únicamente virtudes instrumentales, como la que hay en el semen, o
de éstos fuesen ellas necesarias, lo cual consta suficientemente por el concept :-sirVen únicamente para un determinado uso o moción, éstas parecen instituidas
y razón común de tales potencias. --esencial y primariamente para- la acción, aunque, por lo demás, sean puramente
6. Y, partiendo de las cualidades purarnente activas -cuando próxitnamente:-
producen otras semejantes a sí _mediante una acción unívoca-, tenemos una seña't-
suficiente de que tales cualidades no están instituidas esencial y primariatn.ente___:\ SECCION IV
para la acción, ya que ningún individuo de una especie está ordenado esencial y:~ SI TODA POTENCIA ES NATURAL Y NATURALMENTE INFUNDIDA
y primariamente a otro, sobre todo en las cosas o cualidades absolutas; ni puede -<--
consistir en esa relación la razón esencial de tal especie, a pesar de que la 1. El motivo de dudar puede encontrarse en que Aristóteles, en el capítulo
razón esencial de potencia, que está instituida esencial y primariamente para el de la cualidad, al señalar la segunda especie, la llama potencia natural. Ahora bien,
acto, estriba en esa relación, como diremos después. De este modo, por tanto, el lo natural está en su sujeto de modo natural. Pero en contra tenemos que,
calor, que próximamente es causa activa de otro calor, no está por su naturaleza fuera de la potencia natural, muchos ponen una neutra en el orden de la natu-
instituido esencial y primariamente para esa acción, sino que eso lo tiene cuasi - raleza, a la manera como ~e cree que está en el cielo la potencia para el movi-
de modo concomitante por razón de la perfección que tiene en su ser formal, y lo miento. Otros agregan la potencia obediencia!, sea en el orden natural con res-
mismo ocurre con los casos parecidos. Por consiguiente, para que la potencia esté pecto a las cosas artificiales, o en el orden de la gracia con respecto a las sobre-
instituida per se para el acto es preciso que su acción sea de alguna manera naturales. Puede baber también alguna potencia adquirida o añadida de modo
equívoca, es decir, de distinta clase en cuanto a su término; aunque no sea lícito extrínseco y no infundida por la naturaleza, como el ímpetu que se le imprime a
inferil' por llna conversión simple la regla opuesta o contraria, concretamente, una. piedra. Por consiguiente, no toda potencia es natural.
que siempre que la virtud tiene una acción de distinta clase está instituida per se __ _
para ella, ya que tal proposición universal no es verdadera. En efecto, no toda Exposición del sentido de la cuestión
virtud equívoca está ordenada esencial y primariamente a sus acciones, pues la_
virtud divina es equívoca en sumo grado respecto de sus efectos o acciones exter.., 2. Partimos de la base de que se trata de la potencia verdadera y real que
nas y no está ordenada per se a ellas; y lo mismo ocurre tal vez con la luz del - puede llamarse, en general, potencia física, ya sea activa o pasiva, pues la potencia
sol respecto de sus efectos y considerando su naturaleza intrínseca y su esencia- lógica, al no poner en la realidad nada de entidad, ni es natural ni violenta, sino
(pues ahora no tratamos de la intención extrínseca del agente), y tal vez son tam---:-' que es una no repugnancia; por ello, muchos la llaman potencia obediencial, ya
bién de la misma clase las demás formas o cualidades que tienen per se la finali- que es de suyo indiferente; otros, en cambio, la denominan potencia objetiva, ·pero
dad de adornar o perfeccionar formalmente su sujeto connatural, pero que, con- no importa nada con qué nombre se la designe con tal de que conste que no es una
secuentemente, son comunicativas de su ser, ya sea de modo unívoco o solamente_~­ potencia real. Podemos, sin embargo, añadir que esta no repugnancia, de la misma
equívoco. En cambio, las cualidades que no obran para comunicar su manera que se llama potencia, puede en ocasiones llamarse también natural, bien
porque está conforme con las naturalezas y esencias de las cosas, bien porque se
funda en ellas. Es distinta, en efecto, la no repugnancia que consiste en la sola
sunt, ut sine suis actibus imperfectum ha· tum, oportet ut actio eius sit aliquo modo_ no implicación de contradicción, a la cual puede aplicarse con más propiedad el
beant statum, et prorsus supervacaneae cen- aequivoca seu diversae rationis quoad ter-:-:
serentur, nisi et tales actus essent possibiles minum suum; quamquam non liceat inde"
et propter illos ipsae essent necessariae, quod inferre per simplicem conversionem oppo.-- ad communicandum suum esse, sed solum ex:trinsecus addita et non a natura indita,
satis constat ex communi conceptu et ratio- sitam seu contrariam regulam, scilicet, quo..;- sunt vel instrumentariae virtutes, ut illa quae ut ímpetus lapidi impressus. Non ergo om-
ne talium potentiarum. ties vírtus habet actionem diversae rationis; est in semine, vel solum deserviunt ad usum nis potentia naturalis est.
6, Ex qualitatibus autem pure activis, esse per se institutam ad illam, quia haeé aliquem vel motionem, hae videntur per se
quando proxime efficiunt alias sibi similes propositio universalis vera non est. Nori-- primo institutae ad actionem, etiamsi alias Exponitur sensus quaestionis
per actionem univocam, sufficiens signum est enim omnis virtus aequivoca est per se pri- _ pure activae sint. 2. Suppono quaestionem esse de potentia
tales qualitates non esse per se primo institu- mo ordinata ad suas actiones; nam divina- vera ac reali, quae generatim dici potest
tas ad agendtun; quia nullum individuum virtus est maxirne aequivoca respectu suo~'. SECTIO IV physica, sive activa sive passiva sit, nam
unius speciei est per se primo ordinatum ad rum effectuum vel actionum externarum, et UTRUM OMNIS POTENTIA SIT NATURALlS, potentia logica, cum in re nihil entitatis po-
aliud, praesertim in rebus aut qualitatibus-ab- non est per se ordinata ad filas; et iélé'ni_'_ BT NATURALITER INDITA nat, nec natutalis est nec violenta, sed est
solutis; nec potest essentialis ratio talis spe- forte est de luce solis, respectu effectuUIIí ; non repugnantia quaedam; un de ab aliqui-
ciei in illa habitudinc consistere, cum tamen eius, et considerando intrinsecam naturam--- l. Ratio dubitandi esse potest quia Ari- bus vocatur potentia obedientialis, quia de
essentialis ratio potentiae, quae per se primo stoteles, in c. de Qualit., assignando secun- se est indifferens; ab aliis autem vocatur
et essentiam eius (nunc enim non agimus poten tia obiectiva; nihil vero refert quo no-
instituta est ad actum, in illa habitudine posi- dam speciem, naturalem potentia·m vocat.
de extrinseca intentione agentis), et eiusdem Quod autem naturale est, naturaliter inest. mine vocetur, dummodo constet illam non
ta sit, ut infra dicemus. Sic igitur calor, qui
proxime activus est alterius caloris, non est rationis fortasse sunt aliae formae vel qua- - In contrarium vero est quia praeter poten- esse potentiam realem. Addere vero possu-
per se primo ad illam actionem natura sua litates quae per se sunt ad ornandum vel tiam naturalem multi ponunt neutram in or- mus hanc non repugnantiam, eo modo quo
institutus, sed id quasi concomitanter habet perficiendum formaliter suum connatutale dine naturae, qualis censetur esse in caelo potentia dicitur, interdum posse vocari na-
ratione talis perfectionis quam in suo esse subiectum, consequenter vero sunt com:nlU- ad motum. Alii addunt potentiam obedien- turalem, vel quia tst consentanea naturis
formali continet, et idem est de similibus. nicativae sui esse, sive univoce, sive aeq1Ji.. - tialem, vel in ordine naturae ad artificialia, et essentiis rerum, vel quia in eis fundatur.
Ut ergo potentia sit per se instituta ad ac- voce tantum. Qualitates vero quae non agunt vel in ordine gratiae ad supernaturalia. Ali- Alía enim est non repugnantia quae est
qua etiam potest esse potentia acquisita, vel per solam non implicationem contradictio-
300 Disputaciofies metafísiC' · isputación XLIII.--Sección IV 301

nombre de potencia obediencia! en esta significación, que es más negativa qu ; ote. En efecto, en cuanto a las acciones transeúntes puede operar, de modo
positiva; porque esta potencia no tanto obedece cuanto que no resiste, a pes e ural y físico, por la educción de la forma de la potencia natural de la materia,
de que en la presente expresión o traslación obedecer parece significar, en cier~ puede operar también de modo ultranatural, concretamente por la creación.
modo, ejecutar un precepto- de otro o cooperar. con él. °' pesar de que en razón de este modo de operar por creación esa potencia no
3. Además, la potencia real y física, sea activa o pasiva, puede tomarse rnpre puede denominarse sobrenatural, pues, aunque supere siempre el modo
sentido trascendental o predicamental, como hemos expuesto antes, y acerca tural de obrar de los restantes agentes, que es obrar partiendo de un sujeto
ambas puede plantearse la presente cuestión; y, aunque nosotros tratemos princi- supuesto, sin embargo no siempre obra de modo distinto a como pide la rea-
palmente de la predicamental, con .todo nos referimos incidentalmente a las dos d natural, y, por lo mismo, en cuanto opera de forma conveniente a las natu-
Ahora bien, una potencia puede llamarse natural según varios respectos 0 razO: zas de las cosas, puede denominarse natural. Pero, además, la potencia divina
nes: primeramente, porque en sí es de orden natural, y de este modo se distingue ede operar, ya sea por creación o por educción, más allá de aquello que es
de la sobrenatural. O bien porque ha sido infundida en la naturaleza y engen- tural a las cosas, ya sea en cuanto al modo de producción, ya en cuanto a la
drada con ella, y así se distingue de la potencia adquirida o infundida de manera roa, es decir, en cuanto al ser producido; y, en este aspecto, esa potencia se
extrínseca. O bien puede decirse natural la potencia en comparación con el acto nomina sobrenatural. Por tanto, en este sentido la potencia divina, por razón
como, por ejemplo, en el caso de que sea activa, porque puede ejercitar por s~ su amplitud e ilimitación en orden a sus acciones, ni es precisivamente natural
virtud natural ese acto sin ningún concurso extrínseco y preternatural, o, si es. sobrenatural, sino que tiene una cierta razón eminente de potencia, en la cual
pasiva, se llamará natural cuando por su naturaleza pida ese acto o pueda, al menos comprenden ambas cosas.
recibirlo mediante causas naturales. Sin embargo, la causa natural no se tom~ S. En cambio, la potencia activa creada es a veces natural, es decir, infun-
aquí en cuanto se contrapone a la libre, sino en cuanto se distingue de la causa :Ída naturalmente en el sujeto, pero a veces no lo es en manera alguna, sino
sobrenatural, que es la que opera fuera del orden de causas del universo, propor--. ue ha sido sobreañadida, y ésta, por su parte, aun cuando no sea congénita, sino
cionado a las naturalezas de las cosas. ªdquirida, está acomodada a las fuerzas naturales y a la capacidad del sujeto, como
os hábitos adquiridos, concretamente las artes, etc.; pues todas estas cosas quedan
Solución de la cuestión mprendidas dentro de la potencia activa con esta aptitud, como consta por
4. En primer lugar afirmo que, si la potencia activa se toma en sentido tra~~ tóteles; y, limitándonos a la razón natural, no puede advertirse en las criatu-
cendental y general, no toda potencia activa es natural según todos sus aspectos, otro modo de potencia activa, y, por ello, Aristóteles no hizo mención de otro.
:;-~ora bien, de acuerdo con los principios de la teología, se dan otras virtudes
aun cuando no haya ninguna que no tenga algún aspecto de naturalidad; pero se
dan también dentro de este orden las potencias sobrenatural y obediencia!. Lo ':,áctivas que no solamente no son congénitas a la naturaleza lli emanan de ella
explico, primeramente, por inducción, pues, en primer lugar, la potencia divina :haturalmente, sino que incluso superan su capacidad y fuerzas naturales. Y éstas,
en comparación con el mismo supuesto del cual es potencia, es connatural a él, · ttamente., no pueden denominarse potencias naturales respecto del sujeto, sino
como es evidente por sí mismo; sin embargo, en comparación con los efectos plemente sobrenaturales, a pesar de que, respecto a sus propios actos, son
sujetos que puede inmutar, no solamente es natural, sino también sobrenatural, ncipios connaturales de los mismos, y, por ello, en ese aspecto tienen alguna
o bien no es ninguna de las dos cosas precisivamente, sino las dos de modo emi-

nis, cui magis potest accommodari nomen praeternaturali concursu, si vero sit passiva,, utrumque. Potest enim, quantum ad ac- sed eminentem quamdam rationem potentiae
potentiae obedientalis in hac significatione, dicetur naturalis si vel talem actum natura iones transeuntes, agere modo naturali et habet, in qua utrumque complectitur.
quae negativa potius est quam positiva; haec sua postulet, vel certe si per naturales cau- bysico, educendo formam de potentia na- S. At vero potentia activa creata inter-
enim potentia non tam obedit quam non sas possit illum recipere. Naturalis autem Jirali materíae, et potest etiam agere modo dum est naturalis, id est, a natura indita
resistit, cum tamen obedire in praesenti lo- causa non sumitur hic ut distinguitur con- tranaturali, per creationem scilicet. Quam- subiecto, interdum vero minime, sed super-
cutione seu translatione esse videatur aliquo tra liberam, sed ut distinguitur a superna- Uam ex vi huius madi agendi per creatio- addita, et j:iaec rursus, quamvis non sit con-
modo exsequi praeceptum alterius vel coo- turali, quae praeter ordinem causarum uni- -_em potentia illa non semper potest super- genita, sed acquisita, proportionata est na-
perad illi. versi naturis rerum consentaneun1 operatur. turalibus viribus et capacitati subiecti, ut
aturalis denominari; nam licet semper su-
3. Rursus potentia realis et physica, sive habitus acquisiti, scilicet, artes, etc.; nam
Quaestionis resolutio éret naturalem modum agendi reliquorum
activa, sive passiva, accipi potest vel tran- haec omnia comprehenduntur sub potencia
scendentaliter vel praedicamentaliter, ut su- 4. Dico primo: si potentia activa ttan- tium, qui est agere ex praesupposito
activa in hac aptitudine, ut ex Aristotele
pra declaravimus~ et de utraque potest prae- scendenter et generatim sumatur, nún om.. -~­ · to, non tamen semper agit aliter quam constat; et sistendo in rati.one naturali non
sens quaestio versari; et quamvis de praedi- nis potentia activa est naturalis secundurn a rerum postulet, et ideo quatenus potest cognosci alius modus potentiae acti-
camentali nos praecipue agamus, de utraque omnem respectum, quamvis nulla sit quae tur consentanee ad naturas rerum, na- vae in creatutis: et ideo Aristoteles alterius
tamen obiter dicemus. Potest autem poten- respectum aliquem naturalitatis non habeat; 's dici potest. Ulterius vero potest di- non meminit. At vero iuxta principia theo-
tia dici naturalis vadis respectibus vel ratio- dantur vero etiam in hoc ordine potentia ina potentia, sive per creationem, sive logiae dantur aliae virtutes activae, quae
nibus: primo, quia in se est naturalis ordi- supernaturalis et obedientialis. Declaro primo er eductionem, operari ultra id quod na- non solum non sunt congenitae cum natura,
nis, et sic distinguitur contra supernatura- inductione, nam imprimís divina potencial urale est rebus, vel quoad modum fa- neque ab illa naturaliter manant, sed etiam
lem. Vel quia est indita et congenita cwn comparatione ad ipsum suppositum cuius i, vel etiam quoad formam seu esse excedunt capacitatem et vires naturales eius.
natura, et sic distinguitur contra acquisitam est potentia, connaturalis illi est, ut per se um; atque hoc respectu illa potentia Et haec quidem non possunt dici potentiae
vel extrinsecus inditam. Vel dici potest po- constat; tamen comparatione effectuum vel pernaturalis appellatur. Sic igitur divina naturales respectu subiecti, sed simpliciter
tentia naturalis comparatione ad actum, ut subiectorum quae immutare potest, non so- tentia, propter amplitudinem et illimita- supernaturales, tamen respectu propriorum
si activa sit, quia talem actum virtute natu- lum naturalis est, sed etiam supernaturali&, nem suam in ordine ad suas actiones, actuum sunt principia connaturalia eorum_,
rali excrcere potest sine aliquo extrínseco et vel neutrum est praecise, sed eminenti mo- nec praecise q.aturalis est nec supernaturalis, et ideo secundum eam rationem habent ali-
302 Disputaciones metafísic~y-:;
relación de potencia natural. De este modo dicen los teólogos que el entendimi . :'
ilustrado por el lumen gloriae ve a Dios de modo connatural. Es más la en;n ·· ación de connaturalidad, es claro también por lo dicho, ya que o tiene conna-
· · 1 de poner esas virtu
prn:c1pa " d es es para que el que opera tenga los 'razon
princi · alidad respecto de la acción, o al menos respecto del sujeto, en cuanto es
mtr1nsecos connaturales a esos actos Ptos- génita con éste natura1r:1e1;1te. .
. 6, Pero? además de ésta, se da. en la criatura la potencia para cooperar co 8. En contra de esto ultrmo sola1nente puede urgirse el hecho de que puede
Dios como mstrumento suyo, en orden a los efectos o acciones que superan t 0 dIl una cualidad que en sí sea sobrenatural e infusa y que no tenga virtud
0 a producir ningún acto connatural~ pero que pueda ser instrumento de acciones
el orden natural, como profesa la opinión más verdadera de los teólogos.
consiguiente, esa potencia no puede de¡' ar de ser real ya que por ella un ' por renaturales, a la manera como piensan muchos teólogos que es el carácter;
"fl f · . ' acosa r consiguiente, esa cualidad tendrá potencia obediencia!, la cual no será natural
m uye en .un e ecto real, m puede deJar de ser actiya, por ser principio de acción
al. menos mstrumentalmente, y comparada con el efecto o acción no puede d ' respecto del sujeto ni respecto de la acción. Respondo que, aunque dicha
minarse natural, por superar dicha acción absolutamente la naturaleza d eno- otencia no sea connatural al sujeto de esa cualidad, es connatural a la cualidad
. t s· b ' . e ese
ms rumen.to. 1n em argo, en s1 y en su entidad no es de suyo una entidad sobte... isma, en cuanto no puede separarse de ella; pues, aun cuando esa cualidad sea
na~ral, sm~ qu~ es tal como sea la entidad de la misma criatura, ya que en la renatural, tiene, sin embargo, su propia esencia, y, atendiendo a ella, puede tener
realidad se 1dentrfica enteramen_te con ella y no le confiere ninguna especi"fic ·, ibutos connaturales y necesariamente congénitos con ella.
· p ?r 1o cua.1 tam b",
propia. .
1en es necesariamente congénita con la entidad de laac1on
cual 9. Resolución de una pequeña duda.- Por otra parte, en esa conclusión
es potencia, y en virtud de esta t'elación puede llamarse natural. Sin embargo ab 'uede plaotearse la duda de por qué entre las potencias activas no se dice de
lutamente y ate~diendo a su relación al efecto, y teniendo en cuenta el m~do sr lguna que es violenta activamente, es decir, que infiere violencia, a pesar de
obrar~ se ~enom1n.ª. perfectamente potencia obediencia! activa, no sólo en sentid: ue esta relación de la potencia al acto se halla en las cosas, como es manifiesto,
negativo, sino positivo, ya que en realidad ejecuta de manera positiva el impe · .Y es distinta de las restantes enumeradas anteriormente. Se responde, en primer
o 1a moc1"ón de un agente superior,· con el cual coopera activamente y no pued rio fugar, que el término violento propiamente no se toma en sentido activo, sino
obrar de otra manera; sobre tal potencia hemos tratado abundantemente en ~ 'pasivo, como es claro por el uso corriente y por la conocida definición de Aris-
tomo I de la parte III, disp. XXI, s. 5 y 6. e ·:cóteles. En segundo lugar, la acción no puede ser violenta para el agente como tal,
?. Por tanto, con lo dicho queda suficientemente probada toda la conclusión- 'l)ues, si obra por virtud natural, tal acción se conforma con una inclinación natu-
ral; y, si obra por virtud sobrenatural u obediencial, la acción no irá ei1 contra
y como d,entro de este or~en se da la potencia natural, sobrenatural y obediencial~
Y ~a razon no . es otra sin~ que, al tomarse aquí trascendentalmente la potencia :_de la inclinación de la naturaleza, sino sobre ella. Y, en cuanto a que la acción
activa, es preciso que encierre en sí todos los órdenes de potencias posibl -sea violenta para el paciente, no es razón suficiente para que. la potencia activa
Y que todos e~os órdenes mencionados son posibles es claro por lo que preced:s; -:·-··se llame violenta, tanto más cuanto que, si hablamos formalmente y per se del
en efecto, est:in ~o~ormes, en parte con las naturalezas de las cosas, en parre -paciente en cuanto es tal, la acción no es violenta para él, ya que está en potencia
con la potencia d.1vma y con la, su?ordinación que debe tener la criatura con el : respecto de ella, sino que le es violenta en cuanto está afectado por una forma
creador. En cambio, que no se de rnnguna de esas potencias que no tengan alguna cualidad contraria, cosa que es accidental para la razón de potencia activa.

quem respectum naturalis potentiae. Quomo- potentia, secundum quam habitudinem na- tum connaturalitatis, patet etiam ex dictis, ter potentias activas non dicatur aliqua esse
do aiunt theologi intellectum lumine gloriae turalis dici potest. Simpliciter tamen et se- ·-·quia aut respectu actionis habet connaturali- violenta active, id est, violentiam inferens,
illustratum connaturaliter videre Deum. Jm- cundmn habitudinem ad effectum, et con- -tatem, aut saltem respectu subiecti, quate- cum haec habitudo potentiae ad actum in
mo potissima ratio ponendi eas virtutes est, siderato modo agendi, optime appellatur po- -- nus illi est naturaliter congenita. rebus inveniatur, ut constat, et sit diversa
ut operans habeat intrinseca principia con- tentia obedientialis activa, non negative tan- 8. Solum potest contra hoc ultimum in- a reliquis supra numeratis. Respondetur im~
naturalia talibus actibus. tum, sed positive, quia revcra positive exse.. stad quia potest dari qualitas in se super- primis violentum proprie non sumi active,
6. Praeter haec vero est in creatura po- quitur imperium vel motionem superioris < .naturalis et infusa quae non habeat vim
sed passive, ut constat ex usu omnium et
tentia ut cooperetur Deo tamquam instru- age.ntis, cui active cooperatur, et aliter ope- : . agendí aliquem actum connaturalem, possit ex vulgari definitione Aristotelis. Deinde
mentum eius ad effectus vel actiones su- rar1 non potest; de qua potentia copiase autem esse instrumentum actionum super-
actio non potest esse violenta agenti ut sic,
perantes totum naturae ordinem, ut verior disputavimus in I tom., III partis_, disp. naturalitun, qualem multi theologi putant
nam si virtute naturali agit, actio illa est
sententia theologorum docet; illa ergo po- XXI, sect. 5 et 6. esse characterem; illa ergo qualitas habebit
potentiam obedientialem, quae nec respectu naturali inclinationi conformis; si autem
tentia non potest non esse realis, cum per 7. _ Ex bis ergo satis Probata manet tata agat virtute supernaturali vel obedientiali,
illam influat res in effectum realem, nec conclusio, et quomodo in- hoc ordine dentur subiecti, nec xespectu actionis naturalis sit.
potest non esse activa, cum sit principium Respondeo, etsi illa potentia non sit conna- actio non erit contra inclinationem naturae,
potentia naturalis, supernaturalis et obedien- sed supra illam. Quod autem actio sit vio-
agendi saltero instrumentaliter, comparata- tialis. Ratio autem non est alia nisi quia turalis subiecto illius qualitatis, esse conna-
que ad effectum vel actionem non potest dici turalem ipsi qualitati, quatenus ab illa sepa- lenta passo, id non est satis ut potentia ac-
cum potentia activa hic transcendenter su- tiva dicatur violenta, eo vel maxime quod,
naturalis, cum talis actio omnino sit supra matur, oportet ut sub se complectatur om- rad non potest; quamvis enim haec quali-
naturam talis instrumenti. In se tamen et tas supernaturalis sit, suam tamen propriam si formaliter ac per se loquamur de passo
nes ordine~ potentiarum possibilium, omnes ut passum est, actio non est illi violenta, cum
in enti~ate sua non est ex se entitas super- a:ite.m ord1nes praedictos esse possibiles ex habet essentiam, secundum quam potest ha-
naturahs, sed talis est qualis fuerit entitas d1ct1s. patet; sunt enim consentanei parcim bere attributa connaturalia sibique necessa- sit in potentia ad illam, sed est illi violenta
ipsius creaturae, quia in re est omnino idem natur1s rerum, partim divinae potentiae et rio congenita. quatenus est affectum contraria forma seu
cum illa, et illi non confert propriam ali- subordinationi quam habere deber creatura 9, Dubiolum dissolvitur.- Rursus dubi- qualitate, quod est per accidens ad rationem
quarn specificationem. Unde etiam est ne- ad ~.reat?rem. Quod vero nulla,- ex his po- tari potest circa illam conclusionem, cur in- activae potentiae.
cessario congenita cum entitate cuius est tentus s1t quae non habeat aliquem respec...-
XLlll.-Sección IV
ielo para su movimiento circular, la cual dice que es neutra, puesto que el
Afirmación segunda es de suyo indiferente para ese movimiento por no afectar en nada a su
ección particular, que era la opinión de Avicena, lib. IX de su Metafísica,
10. En segundo lugar afirmo que, si la potencia pasiva se toma en sentida;; z. y dice Escoto que es semejante la potencia del ángel para el movimiento
trascendental, no toda potencia pasiva es simplemente natural; pues hay algUn,a
para existir en un lugar o en otro, y la potencia de la superficie para la blancura
que es obediencial, o incluso neutra, aun cuando no haya ninguna potencia _de-:;~~ la negrura, ya que, aun cuando la superficie tenga aptitud para la recepción
esta clase que no sea natural bajo algún aspecto. Esta afirmación se ha de explica{:
_estas formas, es, sin embargo, indiferente a ellas.
y probar en la misma proporción que la precedente; pero no tiene aplicación
12. Segunda opinión.- Otros, en cambio, se niegan a admitir semejante pa-
en el caso de Dios, sino solamente en las criaturas; en Dios, en efecto, no hay_-: cía neutra, como Cayetano en sus opúsculos, tomo III, tratado III, q. 1; y Soto,
ninguna potencia pasiva, sino que ésta es algo propio de las criaturas. Y puede
Phys., q. 1, ad 2. Y el fundamento es que la potencia, o bien se compara con
referirse o bien al sujeto en que está, o al acto que recibe, porque el acto ett
acto adecuado, o con actos particulares e inadecuados contenidos en aquél.
ocasiones es tal que no solamente puede la potencia recibirlo naturalmente, sino primer modo no puede darse la potencia neutra, ya que toda potencia se
que incluso tiene inclinación natural a él; algunas veces, en cambio, el acto es
ituye por causa de un acto, sobre todo del acto adecuado al cual por lo mismo
de tal clase que se le puede atribuir en virtud de las causas naturales, pero no es
referencia de modo esencial y primario, y a él se inclina, según la doctrina
algo debido a esa potencia pasiva, ni proviene de una inclinación suya natural
Filósofo, IX de la Metafísica, text. 13, 14, 15 y 16, donde dice, por ello, que
e intrínseca. Por otra parte, el acto en ocasiones puede ser tal que ni nazca de'
a potencia se define por el acto. En cambio, si la potei:cia. se compara con .s':s
una inclinación del paciente ni pueda tampoco llevarse a cabo por causas natú..
os inadecuados, aun cuando de alguna manera sea 1nd1ferente para rec1b1r
rales; pero puede ser inducido en un sujeto determinado por un agente divino y
u otro, sin embargo en absoluto no puede llamarse neutra, sino más bien
sobrenatural.
atural para cada uno de ellos, al menos de modo esencial y secundario, ya
en cada uno de ellos se encuentra la razón común de objeto o de acto
Solución incidental acerca de la potencia neutra
ecuado. En otro caso, la materia estaría solamente en potencia neutra para
11. Primera opinión.- Por consiguiente, cuando la potencia pasiva es no a una de las formas, y la vista para los actos de ver, etc., y de ese modo la
sólo innata, sino connatural al sujeto, y tiene también una inclinación connatural ncia, en cuanto está bajo el acto, nunca sería potencia natural, ya que no
al acto que puede recibir por medio de las causas naturales, entonces es una á nunca más que bajo un acto singular y determinado.
potencia natural con toda propiedad y bajo todos los aspectos, y en este sentido 13. Se ha de afirmar necesariamente alguna potencia neutra.~ Pero no puede
la materia es una potencia natural para la forma, la visión para las especies o ·:égarse que alguna potencia puede denominarse neutra; y esto, doblemente, es
para los actos de ver, etc. Otras veces, en cambio, la potencia es innata cierta- cir, o bien en cuanto está bajo un acto determinado, o bien en sí misma. Se ex-
mente e intrínseca al sujeto, pero el acto que en ella se recibe no es de tal clase , a porque la materia prima puede considerarse de dos maneras: primera, en cuan~
que por sí diga referencia a la perfección de esa potencia o que surja de una está bajo una forma, por ejemplo, del fuego; segunda, precisivamente y en sí
inclinación suya, aun cuando pueda ser inducido por causas creadas y contenidas a. Y la misma consideración doble tiene lugar en cualquier potencia pasiva.
bajo el orden natural. Y a esta potencia la llamó Escoto neutra, q. 1 del Prólogo, cuanto está bajo una forma puede decirse que está
e In 11, dist. 2, q. 6, al fin; y se vale del ejemplo de la potencia pasiva que tiene
siva quam caelum habet ad suum motum taph., text. 13, 14, 15 et 16, ubi propterea ait
Secunda assertio esse, ut neque sit ex inclinatione passi, ne- ularem, quam dicit esse neutram, quia omnem potentiam definíri per actum. Si ve-
que etiam possit per naturales causas fierÍ; ex se indifferens est ad illum mo- ro comparetur potentia ad actus inadaequa-
10. Dico secundo: si potentia passiva a divino autem et supernaturali agente pos- ' eo quod nihil ad eius particularei:i tos, licet aliquo modo indifferens sit ad hunc
transcendenter sumatur, non omnis potentia sit in tale subiectum induci. fectionem pertineat, quae fuit sententla vel illum recipiendum, simpliciter tamen
passiva est simpliciter naturalis; aliqua est icen., lib. IX suae Metaph., c. 2. Simi- dici non potest neutra, sed potius connatu-
enim obedientialis, vel etiam neutra, quam- Resolutio incidens de potentia neutra que dicit Scotus esse potentiam angeli ralis ad singulos, saltem per se secundo, quia
quam nulla sit huiusmodi potentia quae se- 11. Prima sententia.- Quando ergo po- motum vel ad existendum in hoc aut in singulis reperitur cornmunis ratio obiecti
cundum aliquem respectum non sit natura- tentia passiva et est innata et connaturalis loco, et potentiam superficiei ad· albe- seu actus adaequati. Alias materia tantum
lis. Haec assertio eadem proportione qua subiecto et connaturalem etiam habet incli- em vel nigredinem, quia, licet superficies esset in potentia neutra ad singulas formas,
praecedens declaranda est et probanda; non nationem ad actum quem per naturales cau- sit ad has ~ormas recipiendas, indiffe- et visos ad visiones, etc., atque ita nunquam
habet tamen locum in Deo, sed tantum in sas .recipere potest, tune propriissime et om-· · tamen est ad illas. potentia, ut est sub actu, esset potentia na-
creaturis, quia in Deo nulla est potentia ni respectu est potentia naturalis, sicque 2. Secunda sententia.- Alii vero nolunt turalis, quia nunquam est nisi sub uno actu
passiva, sed haec est creaturarum propria. materia est naturalis potentia ad formam, ittere huiusmodi potentiam neutram, ut singulari et determinato.
Quae comparari potest, vel ad subiectum visos ad species vel actus videndi, etc. Ali- etanus, in suis opuse., tom. III, tract. III, 13, Potentia aliqua neutra necessario as-
cui inest, vel ad actum quem recipit, quia quando vero est potentia innata quidem et 1; et Soto, II Phys., q. 1, ad 2. Funda- serenda.- Sed negari non potest quin ali-
actus interdum talis est, ut non solum pos- intrinseca subiecto, actus vero qui in ea m autem est, quia vel potentia com- qua potentia neutra possit appellari; id que
sit potentia naturaliter illum recipere, sed recipitur talis non est ut per se spectet ad actum adaequatum, vel ad par- dupliciter, scilicet, vel ut est sub aliquo actu,
etiam ad illum habeat naturalem inclinatio- ad perfectionem talis potentiae, quive sit ex ulares et inadaequatos sub illo contentos. vel secundum se. Declaratur, nam materia
nem; aliquando vero a e tus est talis, ut vir- inclinatione eius, etiamsi a causis creatis et iori modo non potest dari potentia neutra, prima dupliciter considerari potest: primo,
tute causarum naturalium tribui possit, non intra ordinem natutae contentis induci pos- 'a omnis potentia instituta est propter ac- ut est sub aliqua forma, verbi gratia, ignis;
tamen sit debitus tali potentiae passivae, sit. Et hanc potentiam appellavit neutram praesertim adaequatum, quem propter- secundo, praecise ac secundum se. Et ea-
neque ex intrinseca et naturali inclinatione Scotus, q. 1 Prologi, et In II, dist. 2, q. 6, per se primo respícit et ad illum incli- dem duplex consideratio locum habet in
eius, Rursus potest aliquando actos talis in fine; adhibetque exemplum in potentia ' iuxta doctrinam Philosophi, IX Me- qualibet potentia passiva. Materia igitur, ut
Disputaciones metafísic ispulación XLlll.-Sección lV
en potencia neutra para los actos indiferentes a esa for~a, aunque ~llo se diría' 0 incluso para el color en absoluto, ya que no tiene ninguna inclinación natural
con más propiedad de todo el compuesto, en cuanto esta en potenc1~ para ese$ él. Por ello, en el cielo hay superficie sin ·ningún color, y también en los
actos. Así, ciertamente, el fuego (prescindiendo por ahora de la cuestión relativa' Illentos simples, y tiene un estado tan natural como en los compuestos en que
al cielo) -está en potencia neutra para moverse en su lu~ar n~tu-1:<1.1 :n
sentido-~­ tá coloreada. Y si en los compuestos no puede exlstir naturalmente sin color,
circular, o para reposar, ya que la forma del fuego no tiene mcl1?ac~ón ni re.. es por razón de sí, sino de la forma. Casi del mismo modo pienso que la can-
pugnancia para ninguna de esas cosas, si?o que. nat~ralmente se 1nclma s~lo .ª ad está en potencia neutra para varias figuras, ya que absolutamente nada per-,
existir en su lugar, y éste es com~ ~l objeto P~ll11:ar10 y a~ec~ado de .esa mch~ ,- en a su perfección o inclinación natural considerada en si misma. E igualmente,
nación· en cambio el modo de existir con mov1ll1.lento o srn el es accidental, y el parecer y modo de hablar de todos los filósofos, las realidades natnrales
no es ~ropiamente 'un acto contenido esencialment~ bajo el obje~o primario, sino 0 se dice que estén en potencia natural para las formas artificiales, que son
una condición concomitante y accidental. Del ffilsmo modo pienso que puede guras determinadas, sino en potencia obediencial, la cual en esas cosas es de la
decirse que el aire está en potencia neutra para la luz, porque la .form~ del aire ·sma clase que la neutra; por qué razón se la llame obediencia! lo explicaré
no tiene inclinación natural para ella, aun cuando no le ofrezca resistencia; y -son diatamente. Y lo mismo pienso que sucede en la materia prima con respecto
fáciles los ejemplos semejantes. Y no es vá~ido contra e_sta parte el fundamento algunos accidentes, en cuanto se refieren a ella, ya que la materia prima, esencial
de la segunda opinión, ya que esta potencia se denom~a neutra, no tanto en primariamente, es por razón de la forma sustancial; en cambio, a los accidentes
comparación con la misma potencia pasiva cuanto en relac1on con la forma, la cual ~cepto la cantidad, que es una propiedad que le es connatural) sólo dice refe-
no se inclina a ninguno de esos actos. . . . , ia o mediante la forma sustancial o por razón de ella. Por esto, si hay
14. y considerando de la segunda manera la materia o potencia pasiva en s1 nos accidentes que en nada se refieren a la forma sustancial ni se exigen por
misma, pi~nso que entonces se ha de emplear otra di~tinción; porque la potencia ón de ella, respecto de éstos la materia prima puede decirse que está en
0 · bien se ha instituido y ordenado per se al acto, o tiene solamente para ese acto- tencia neutra, como con respecto al movimiento y el reposo, la densidad y el
una aptitud cuasi concomitante de su entidad, ~e tal modo que no pertenezca a arecimiento.
su fin primario. Cuando la potencia es de la prunera clase, ya se la compare con 15. Ni tiene valor en contra de esta parte el fnndamento de la segunda
la razón adecuada de su acto ya con las razones específicas y singulares contenidM inión, porque tal potencia no está ordenada per se, por su propia naturaleza,
bajo ella, no puede denominarse potencia neutra, sino natural,. como prueba ati~_:-X''. una forma o accidentes de esta clase, ni en particular, ni en común, sino que
nadamente el fundamento de Cayetano y de otros. En cambio, ~ando la po- se está ordenada a un acto de otro género, y concomitantemente tiene capa-
tencia o capacidad es únicament~ de la se~unda. cl~se, se denom~a rectamente,:;;--: ad para los restantes. Pero esa razón o denominación de potencia neutra no
potencia neutra, ya que en reahda~ . no exige nmgun acto determrnado po~ S:tl-:_· luye que tal capacidad sea connatural por parte del sujeto, como necesaria-
inclinación natural ni adecuada, ru rnadecuadamente, puesto que esa capacidad, te concomitante a la naturaleza o entidad de esa realidad, e incluso realmente
no está en una co~a determinada porque esencialmente esté ordenada a ese acto~­ ºstinta de ella y distinta sólo conceptualmente.
sino sólo por estarlo concomitantemente. En este sentido pienso que la superficie: 16. La potencia obediencial pasiva no es la sola no repugnancia.- Y con esto
está en potencia neutra para los colores, y no sólo para cada uno de los colorea1_: ente se entiende qué hay que decir de la potencia que tienen las realidades
eadas para recibir algunos actos de la virtud divina y sobrenatural que no
singulos colores, sed etiam ad colorem media forma substantiali, vel ratione illius.
est sub una forma, dici potest esse in po- vae quam formae, quae ad nullum ex · salute, quia nullarn naturalem inclinatio- Unde, si quae sunt accidentia quae ad sub-
tentia neutra ad actus indifferentes tali for- actibus inclinatur. m ad illum habet. Unde in caelo est su- stantialem formam nihil conferunt neC ra-
mae · quamquam id proprius dicatur de toto 14. Considerando autero posteriori mo cies sine ullo colore, et in sirnplicibus tione illius postulantur, respectu illorum dici
com~osito, prout est in potentia ad tales ac~ materiam seu potcntiam passivam secund entis, et tam naturalem statum habet ac potest materia prima esse in potentia neutra~
tus. Sic certe ignis (quidquid pro nunc de se, sic alia distinctione utendum cens mixtis, ubi est colorata. Quod si in mixtis ut ad motum vel quietem, densitatern vel
caelis sit) est in potentia neutra ut in suo nam vel potentia est per .se instituta et non potest naturaliter sine colore, id raritatem.
naturali loco vel circulariter moveatur vel dinata ad actum, vel solum habet aptitu í.l est ratione sui, sed ratione formae. Eo- 15. Neque contra hanc partem procedit
quiescat, quia forma ignis ad neutrum. ho- nem ad talem actum quasi concomitante tn fere modo existimo esse quantitatem in fundamenturn alterius sententiae, quia talis
rum inclinationem habet vel repugnantiam, entitatem eius, ita ut non pertineat ad P tentia neutra ad varias figuras, quia nihil potentia per se ordinata non est ex natura
sed solum inclinatur naturaliter ad existen- marium finem eius. Quando potentia nino pertinent ad naturalem perfectionem sua ad huiusmodi formam vel accidentia, ne-
durn in suo loco, et hoc est quasi obiectum prioris generis, sive ad adaequatam ration inclinationem eius secundum se. Sic que in particulari, nec in communi, Sed est
primarium et adaequatum illius inclinatio- sui actus, sive ad specificas et singulares--s m ex sententia et modo loquendi philo- per se ad actum alterius generis, concomi-
nis; modus autem existendi cum motu, vel illa contentas cornparetur, non potest rum omnium, res naturales non dicun- tanter vero habet capacitatem ad reliquos.
sine illo, accidentarius est, et non est pro- tentia neutra vocari, sed naturalis, ut rec _ J esse in potentia naturali ad formas ar- Haec vero ratio seu denominatio potentiae
prie actus per se contentus sub primario probat fundamenturn Caietani et aliorUOii. iales, quae sunt figurae quaedam, sed in neutrae non excludit quin talis capacitas
obiecto, sed conditio concomitans et acciden- At vero quando potentia vel capacitas ea~, clientiali, quae in illis rebus eiusdem ra- connaturalis sit ex parte subiecti, tamquam
taria. Eodem modo censeo dici posse aerem tantum posterioris rationis, recte dicitur PO:-::: , est curo neutra; cur autem obedien- necessario concomitans naturarn vel entita-
esse in potentia neutra ad lumen, quia for- tentia neutra, quia revera nullum actum taT dicatur, statim declaraba. Et idem teril talis rei, immo 41 re ipsa indistincta
ma aeris non habet naturalem inclinationem lem postulat ex inclinatione naturali, neq~­ imo accidere in materia prima respectu ab illa, nisi secundum rationem.
ad illud, etiamsi illi non repugnet: et simi- adaequate, neque inadaequate, quia illa Ol;, uorum accidentium, quantum ad illam 16. Potentia obedientialis passiva non est
lia exempla sunt facilia. Neque contra hanc pacitas non inest tali rei eo quod sit tant, quia materia prima per se primo sola non repugnantia.- Atque hinc facile
partem procedit fundamentum secundae sen- se ordinata ad illum actum, sed solum C propter formaro substantialem; acciden- intelligitur quid dicendum sit de potentia
tentiae, quia haec potentia non tam dicitur comitanter. Sic existimo super:ficiem esse vero (praeter quantitatem, quae est pro- quam res creatae habent ad recipiendos ali~
neutra comparatione ipsius potentiae passi~ potentia neutra ad colores et non tan tás sibi connaturalis) solum respicit vel quos actus divinae et supernaturalis virtutis.,
tación XLI!l.-Sección IV
308 f?.isputaciones metajist:
e expuse en el tomo I de la parte III, disp. XXXI, sec. 6. Y puede verse,
pueden recibir por medio de las causas naturales, como es la capacidad del a ás, en Santo Tomás, q. 29 De Veritate, a. 3, ad 3, y q. única De Virtutibus,
para la gracia y la del entendimiento para el lumen gloriae. E,n efecto, no o ad 13, y q. 1 De Potentia,~ª· 3, ad 1; y Capréolo, ln l, dist. 42, q. 1, a. 3,
duda de que tal potencia sea positiva y real y fundada en la misma entidad 5' contra la conclusión 4; y el Ferrariense, III cont. Gent., c. 102, donde lo
la cosa. No puede, pues, afirrnarse que sea la sola no repugnancia, pues, aunqi:{;'. a Santo 'l'omás en la razón 4.
ésta intervenga al mismo tiempo, sin embargo sola no es suficiente para la caus·.j.: 17. De qué clase es ~a potencia que se da en las realidades físicas para las
lidad real material que estas cosas tienen sobre el acto que reciben en sí, ya q:<) as artificiales.- Y de este modo hablan algunos filósofos de la potencia pasiva
es el verdadero y real sujeto del mismo, del cual depende ·ese acto accidental en·sÜ·:. se da en las realidades naturales para las forn1as artificiales, rnodo de hablar
ser y en su hacerse. Por tanto, en dicho sujeto hay capacidad pasiva real patá ese está tomado de Santo Tomás, II Phys., lec. 1. La razón es que ta1npoco.
acto. Sobre tal capacidad, pues, discuten los teólogos si se ha de llamar natural. y' potencia tiende a su perfección, o a su inclinación natural.. Por lo cual, desde
Escoto, In ll, en el texto citado anteriormente, y sus discípulos le llaman ~lt- · aspecto, dicha potencia puede llamarse también neutra, ya que ni se inclina
tura!. Cayetano, en cambio, en la I p., q. 1 y 12, a. 1 de las dos, y los demás acto naturalmente ni le ofrece resistencia. Pero como no la reduce al acto un
tomistas, la llaman obediencial y hablan con más propiedad, aun cuando la difé~ nte meramente natural, sino intelectual, operando bien mediante el arte, que
rencia puede estar en solo el modo de hablar. Es cierto, en efecto, que esta algún modo se sobreañade a la naturaleza, bien por la moción de la voluntad,
potencia no es una realidad sobreañadida a las naturalezas de las cosas o distinta _ suele llamarse imperio, por esto dicha potencia se llama obediencia!; pues,
de ellas realmente, pues sería preciso que ésta supusiera otra capacidad, sobre la o antes dijimos, la potencia pasiva corresponde a la activa, y, por ello, toma
cual caería de nuevo la misma cuestión. Por tanto, en este aspecto esa potencíá"·,- ''a denominación proporcionada a ésta. Pero existe una marcada diferencia entre
puede llamarse natural para el sujeto, ya que no solamente ha sido producida _-potencia obediencia! para las formas artificiales y para las sobrenaturales, pues
juntamente con él, sino que es su misma entidad natural. En este sentido afirmó :aquélla puede reducirla al acto un agente creado operando por medio de las
Agustín, De Praedestinat. sanct., c. 5: Es propio de la naturaleza de los fieleS--"- rzas naturales, y a ésta, en cambio, solamente el agente increado, al menos
poder tener la fe y la caridad; y Santo Tomás, I-II, q. 113, a. 1, afirma en el o agente principal. Igualmente porque la acción sobre la pritnera potencia,
mismo sentido que el alma racional es capaz naturalmente de la gracia; y e~: que no sea meramente natural, en cuanto la acción natural se distingue de la
I, q. 48, a. 4, dice que la aptitud del alma para la gracia se sigue de su naturaleza. re, ni sea tampoco natural en cuanto debida a la naturaleza, está, sin embargo,
Sin embargo, comparándola con el acto y con el agente, de los cuales recibe absolu~'.-,:_ tenida de modo absoluto en el orden de la naturaleza, en cuanto se distingue
tamente la denominación de potencia, no puede esta potencia llamarse natura:l,:,- orden sobrenatural de la gracia, y no es milagrosa, porque en esa acción no
como acertadamente afirma Santo Tomás, In 1, dist. 14, q. 9, a. 2, no solamenté:,,,-- ·terviene ningún efecto o movimiento que no puedan producír las virtudes o
porque tal acto es de modo absoluto y en sí mismo sobrenatural, y porque n§:; }>tencias naturales. Ni tampoco mediante esa acción se produce forma alguna
puede ser llevada al acto por un agente natural) sino también porque ni tal acto,' ;ue pertenezca a un grado u orden superior de realidades. En cambio, la segunda
se le debe a esa potencia por la naturaleza misma de la cosa, ni ella tiene inclin-~~ encia no queda reducida al ac~o si no es mediante una acción sobrenatural o
ción natural hacia él, según la opinión más verdadera de los teólogos. Y_, por- ello;--s á.grosa, sea en cuanto al modo o en cuanto a la sustancia. Finalmente, la capa-
esta potencia suele llamarse obediencia! o potencia de obediencia, como amplia;. ad primera es muy limitada y restringida a las formas imperfectas; la última,

tavi in 1 tom. III partis, disp. XXXI, poten tia obedientialis vocatur; nam, ut su-
quos per naturales causas recipere non pos- capacitatem, de qua eadem rediret quaes et. 6. Et praeterea videri potest D. Thom., pra dix.irnus, potentia passiva correspondet
sunt, ut est capacitas animae ad gratiam et Unde secundum hunc respectum potest 29 de Verit., a. 3, ad 3, et q. unica de activae, unde etiam suscipit denominationern
intellectus ad lumen gloriae. Non est enim talís potentia naturalis subiecto, quia et Jrtutibus, a. 10, ad 13, et q. 1 de Potent., proportionatam illi. Est autem latum discri-
dubium quin talis potentia positiva et rea- cum illo naturaliter congenita, et est ipsa 3, ad 1; et Capreolus, In I, dist. 42, q. 1, men inter potentiam obedientialern ad for-
lis sit, et in ipsius rei entitate fu.ndata. Non entitas naturalis eius. Quomodo dixit A 3, ad 5 contra 4 concl.; et Ferrar., III mas artificiales et supernaturales, nam illa
ením dici potest quod sit sola non repugnan- stinus, de Praedestinat. sanct., c. 5: P tra Gent., c. 102, ubi D. Thomas, ra- potest reduci in actum ab agente creato per
tia; nam, licet P,aec simul intercedat, tarnen habere fidl!m el charitatem naturae est ne 4. naturales vires operante, P,aec vero nonnisi
sola non satis est ad realem causalitntem lium; et D. Thom., I-II, q. 113, a. 11 eo -17. Potentia quae est in rebus physicis ab agente increato, saltero ut principali.
materialem quam huiusmodi res habent cir- sensu ait rationalem animam naturaliter formas artificiales, qualis sit.- Atque ad Item, quia actio circa priorern potentiam,
ca acturr1 quem in se recipiunt, nam est capacem gratiae; et I, q. 48, a. 4, ait h e modum loquuntur nonnullí philosophi licet non sit mere naturalis, ut naturalis ac-
verum ac reale subiectum eius a ouo talis litatem anirnae ad gratiam consequi. na,t. potentia passiva quae est in rebus natu- tio distinguitur a libera, neque etiam sit
r(ctus accidentalis in esse et fieri - pendet. eius. At vero comparatione ad actum et a'"', ·bus ad formas artificiales, sumiturque hic naturalis ut naturae debita, est tarnen abso-
Est igitur in tali subiecto realis capacitas agens, a quibus potentia simpliciter deno-.:t quendi modus ex D. Thom., II Phys., lute contenta in ordine naturae, ut distin-
passiva ad talem actum. De hac e.tgo capa- rnínatur, non potest haec potentia dici ná;.,: t. 1. Quia etiam illa potentia non est ad guitur ab ordine gratiae supernaturali, et non
citate disputant theologi an naturalis dicen- turalis, ut recte dicit D. Thom., In I, dist;<- s perfectionem vel naturalem inclinatío- miraculosa, nam in illa actione nullus inter-
da sit; et Scotus, In II, ubi supra, et disci- 14, q. 9, a. 2, tum quia ille actus est sim~ , Unde sub hac ratione potest etiam venit effectus aut motus qui non possit per
puli eius íllam naturalem appellant. Caieta- pliciter et in se supernaturalis; tum etiant talis potentia neutra, quia neque incli- virtutes et potentías naturales fieri. Neque
nus vero, I p., q. 1, et 12, a. 1 utriusque, quia non potest a naturali agente reduci ad, r ad actum naturaliter, neque illi re- per illarn actionem fit aliqua forma quae
et alii thomistae vocant obedientialem~ et actum; tum praeterea quia neque talis acttí$ __:, at. Quia vero non reducítur in actum pertineat ad superíorem gradurn seu ordinem
melius loquuntur, licet · possit esse dissensio est ex natura rei debitus tali potentiae, ne-::::- agente mere naturali, sed ab intellectuali, rerum. Posterior vero potentia non reduci-
in solo modo loquendi. Certurn est enim hanc que ipsa habet naturalem inclinationelii ad;" rante et per artem, quae aliquo modo tur ad actum nisi per supernaturalem aut
potentiam non esse aliquam rem superadditam illum, iuxta veriorem theologorum sente~ superaddita naturae, et per motionem vo- miracu1osam actionern, aut in modo aut in
naturís rerum, aut ab eis in re ipsa distin- tiam. Et ideo vocari solet haec potentia obe_".: untatis, quae imperium dici solet, ideo talis substantia. Denique prior capacitas valde
ctam, na1n oporteret illam sllpponere aliam dientialis, seu potentia obedientiae, ut late:-
310 . • putación_XLlll.-Sección IV
en cambio, es amplisima, hasta el extremo de que no puede quedar plen •· acto per se y de modo absoluto haya podido obtenerse de manera y por camino
saciada Y colmada, ni siquiera por la potencia absoluta de Dios, como s':"~nte.,
ural.
prende
l . de Santo Tomás, II-II,
· q. 24, a. 7, y q. 29 De Verítate , a. 3. En efecto
es,·' 20. Qué potencia se requiery en las realidades físicas para las formas físicas
cu~ quier cosa que opere ~ros en ella, permanece siempre la capacidad para re 'b·>' e pueden producirse solamente de modo artificial.- Pero, además, surge de
mas cosas, ya que esto mISmo pertenece a la potencia infinita de Dios. Cl It uí otra cuestión que solucionaremos brevemente, a saber, si en las realida-
;_aes naturales hay una potencia natural para algunas formas sustanciales que no
Se resuelven de paso algunas dudas ;'1!eden introducirse si no se pone en juego el arte y habilidad humanos, y que,
18. Qué potencia tiene la materia prima respecto al alma racional - y '.jor lo mismo, más bien parecen ser producidas de manera artificial que natural,
lo dicho se resuelve fácilmente la cuestión de qué clase de potencia tien." la mat· co.u · · mo son la forma del pan, la de la harina y semejantes. Hay que decir, pues,
para e11a ma raciona s:
· 1 y · se hd a e llamar n?tural. Efectivamente, hay que afirmareria e esto no es obstáculo para que exista en las cosas una potencia natural para
s formas, la cual no es otra que la potencia misma de la materia prima, que
que es verdadera y propiamente una potencia natural, ya que el alma racional
verdadera ~ naturalmente el acto de la materia. Y no importa que esa alma pu J" uye asimismo estas formas dentro de su objeto adecuado; sin embargo, por
n de las peculiares disposiciones que se requieren para esas formas, es nece-
ser pr?duc1da solamente por creación, no sólo porque la materia no está e a
potencia para la creación del alma, sino para la unión, y ésta puede Uevarl en ia una habilidad especial en la aplicación de los principios activos a los pasivos,
cabo un agent.e natural, sino también porque Dios no crea esa alma como age~t: n de que las disposiciones requeridas para tales formas puedan ser introducidas.
sobrenatural sino en cuanto pertenece en su orden al complemento de las -causa ás todavía, con dificultad se hallan realidades algunas sustanciales aplicadas a
naturales. s usos del hombre que no requieran la habilidad humana para que puedan
19. . Igualmente, ~on lo .dicho se define fácilmente otra cuestión, concreta~ producidas de modo conveniente; pero toda esta habilidad se limita a la apli-
mente s1 en la materia o su1eto hay potencia natural para la recepción del acto ión de las causas agentes o pacientes. Sin embargo, hay algunas de esas cosas
9-ue tuvo una vez y 9ue perdió, aun cuando naturalmente no lo pueda ya recibir;>:§ :qµe dependen más del arte, porque nunca pueden ser engendradas por sus seme-
_Hay, pues, qu~ decir que~ en cuanto a la entidad y capacidad de esa fotm3t · :jjntes; pero la virtud de introducir per se las formas de éstos se da en las causas
per~a~e~e. la mt?ma pote~c1a, no sólo porque ~n sí no ha quedado di~minuida, por iversales solamente, las cuales no operan a no ser que la materia quede conve-
ser ind1v1s1bl~, sino tam~1en porque ~e cualquier modo que se le restituya tal acto ntemente preparada y aplicada mediante el arte.
a esa pot~~cia lo acoger1a con una virtud natural. En cambio, en cuanto al modo<;- 21. ¿Hay alguna potencia pasiva que sea violenta?- Por último, acerca de
de recepc1on ?~ hay en ta.l sujeto una capacidad próxima, esto es, que tenga conclusión puede preguntarse si se da una potencia pasiva violenta. Efecti-
todas las cond1c1ones requeridas para poder recuperar tal acto de un agente natu.:_ ente, lo niegan algunos porque la acción no es nunca violenta por parte de
r~. Y, por eso, tal pot~ncia puede denominarse obediencia!. Y no hay inconve~: la potencia pasiva, ya que ésta, de suyo, es indiferente para los opuestos, como
n1ente en que la potencia en sí y respecto del acto cuasi en término sea natural tigua Aristóteles, libro X de la Metafísica, c. 6, texto 14. En cambio, Caye-
y que, en cambio, sea obediencial respecto del proceso o modo de recepción:,- o, en el opúsculo antes citado, aunque niega la potencia neutra, afirma, sin
pu~~ esta relació°: ,es accidental,, resultando de la ~resuposición de la anterior gen;;;. lnbargo, que la pasiva se divide en violenta y natural; pues la potencia pasiva
rac1on y corrupcion; en cambio, para la potencia natural es suficiente con que ·µe tiene la piedra para ser movida hacia arriba es violenta. Sin embargo, se

límitata est, et ad formas imperfectas; po- agens, sed ut pertinens in suo ordine ad tiam autem naturalem satis est quod per industriam non requirant ut convenienti
sterior vero amplissima est, adeo ut plene complementum causarum naturalium. et absolute potuerit ille actus modo et modo gigni possint; tota vero haec industria
satiari et impleri non possit, etiam per po- 19. Item definitu1· ex dictis facile aliíl naturali obtineri. in applicandis causis agentibus vel patienti-
tentiam Dei absolutam, ut sumitur ex D. quaestio, scilicet, an in materia vel subiecto- , Quae potentia in physicis ad physi- bus versatur. Quaedam vero sunt ex his re-
Thorna, II-II, q. 24, a. 7, et q. 29 de Verit., sit potentia naturalis ad recipiendum acturii_:' formas sola arte effectibiles.- Rursus bus quae magis pendent ab arte, eo quod
a. 3. Quidquid enim Deus in illa operetur, quem semel habuit et amisit, etiamsi iam hinc oritur et breviter expeditur alia nunquam possint a sibi similibus generari;
semper manet capax ad plura recipienda; non possit naturaliter illum recipere. Dicen.-' stio, scilicet, an in rebus naturalibus sit sed vis per se introducendi illorum formas
nam hoc ipsurn pertinet ad infinitam poten- dum est enim, quoad entitatem et capacita.,:_ entia naturalis ad quasdam formas sub- in solis est universalibus causis, quae non
tiam Dei. tem talis formae eamdem potentiam manere, tiales quae, nisi adhibita humana arte agunt nisi materia convenienter per artem
tum quia illa non est in se diminuta, cum,:·: industria, introduci non possunt, ideoque praeparetur et applicetur.
Obiter aliquot dubia expediuntur sit . indivisibilis, tum etiam quia quacumque."- 21. An aliqua passiva potentia sit vio-
·us per artem fieri videntur quam per na-
18. Materia prima quam potentiam ha- ratione restituatur illi potentiae talis actus,_, ' ut sunt forma panis, farinae, et si- lenta.- Ultimo inquirí potest circa hanc
beat ad animam rationalem.- Atque bine naturali vi illum complectetur. At vero quóad·:· Dicendum est enim Poc non obstare conclusionem, an detur potentia passiva vio-
resolvitur facile illa quaestio, qualis sit po- modum recipiendi non est in tali subiecto inus ad illas formas sit in rebus natu- lenta. Aliqui enim negant, quia actio nun-
tentia materiae ad animam rationalem et an capacitas proxima, id est, habens omnes con~­ potentia, quae non est alia praeter po- quam est violenta ex parte solius potentiae
sit dicenda naturalis. Dicendum est enim ditiones requisitas ut possit a naturali agente:-_,- m ipsam materiae primae, quae has passivae; haec enim de se indifferens est
vere ac proprie esse naturalem potentiam, recuperare talem actun1. Et ideo quoad hoc m formas includit sub adaequato obiecto ad opposita, teste Aristotele, lib. X Metaph.,
quia anima rationalis vere ac naturaliter est potest talis potentia vacarí obedientialis~ ; propter peculiares tamen dispositiones c. 6, text. 14. Caietanus vero, in opusculo
actus materiae. Nec refert quod illa anima Neque est inconveniens quod potentia in seJ- huiusmodi formas requisitas, necessaria supra citato, quamvis neget potentiam neu-
tantum fieri possit per creationem, tum quia et respectu actus quasi in termino, sit na-_, peculiaris industria in applicando activa tram, dicit tamen passivam potentiam in
materia non est in potentia ad creationem turalis, et tamen quod respectu viae aut mo~ ssivis ut dispositiones ad huiusmodi for- violentam et naturalem distinguí; nam po-
animae, sed ad unionem, et haec fieri potest di recipiendi sit obedientialis; nam hic re..., requisitae introduci possint. Quin po- tentia passiva quam lapis habet ut sursurn
ab agente naturali; tum etiam quia Deus spectus est accidentarius ex praesuppositione·-. vix sunt aliquae res substantiales ad moveatur, violenta est. Sed dístinctione opus
non creat illam animarn ut supernaturale prioris generationis et corruptionis; ad pO- anos usus accommodatae quae humanam est: potest enim potentia passiva considerad
312

impone una distinción, porque la potencia pasiva puede considerarse 0 en s' · -:· ;_
ma o en cuan t o esta'b"
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ªJº algun
' acto. De lpr1mer
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modo es verdad que nm·lmts• ··<
-isputacíón XLlll.~Seccíón IV
primariamente instituida y ordenada al acto; por consiguiente es una potencia
atural para su acto. Y esto, de modo primario y esencial, ciertamente respecto del
313

potencia pasiva es v10 enta, ya que, al ser ella misma capaz de tal acto y alguna no to adecuado, pero secundariamente también respecto de los actos inadecua~os
s~ponerse que ~ay en el.la :in acto o~uesto, no hay motivo para que le repugne e están contenidos bajo el objeto adecuado. Esto puede corroborarse también
5 · mente por la inducción sobre todas las potencias, tanto las propias del alma,
smo que mas bien o se inclina a él, s1 por su naturaleza ha sido instituida p
para él, o al menos no le repugna, sino que es indiferente, si tiene esa capa;{d s;··:, ue son simultáneamente activas y pasivas, como en las otras puramente activas,
so~amente de modo concomitante. Pero, si se considera la potencia en cuanto e ~á ;·:;~ue se inclinan s~empre a sus acciones. E~ segun~o I:igar se ~e claro por exclusión
baJo algún acto, entonces la potencia puede decirse violenta para el acto opue s \de los demás miembros; pues la potencia obed1enc1al en virtud de su concepto
r:specto de todo el compuesto en que permanece tal potencia; pues para éste sto :,:·µo es nunca una particular potencia predica.mental, sino que aco~paña a cuales-
violento el tal acto, y no para la potencia misma considerada en sí. y se d'es quiera realida_des'. adaptándose. al modo de. éstas. Por lo cual, s1 _alguna v~z la
violenta esa potencia no porque ella misma esté de modo violento en el coice .·potencia obed1e~c1al es una reahd~d perte~ec1~nte a la segunda. especie de cualidad;
puesto, pues más bien es natural, de la misma manera que es natural al horn.:1.. }Como es, por e¡emplo, la potencia obed1enc1al del alma racional para el lumen
ser mortal, sino qu.e se llama violenta, porque es potencia para un acto violen~e0 _;:-gloriae, que no es otra más q~e el misn:o entendimiento, tal .pot7ncia .-repito-
para el supuesto mismo. De ello resulta que esa potencia violenta no se distingu _,D.o es precisamente una especie de cualidad porque es obed1enc1al, sino porque
realmente de la natur~l, sin~ sólo por la relació?- a los diversos actos. Añádase que: ~compaña a una cierta entidad, y se identifica con ella, que, por otra parte,
aun cuando la potencia pasiva respecto de varios actos positivos de los cuales ·es una potencia natural según su propia razón, y lo mismo ocurre en todos
receptiva, considerada en sí misma no sea violenta para alguno' de ellos ya ques los casos parecidos.
. , . ' e 23. Además, en este género de potencia predicamental no se da la potencia
no determ1na para s1 a ninguno de ellos por su inclinación natural sino po
virtud de. ~lguna .forma, sin embargo, si se establece la comparación n~ entre lo~ ··neutra, ya que éstas incluyen razones opuestas; en efecto, la potencia neutra es la
actos pos1ttvos, sino entre el acto positivo y la privación de él, puede resultar que no se in~lin~ al acto; en cambio, la .Pºt.encia ,predicamental,. al esta: ins~ituida
entonces que la potencia pasiva considerada en sí sea violenta para la carencia del .·esencial y pr1mar1amente para el acto, se 1nchna a el, ya sea esencial y prlllar1amen-
acto, como cuando por la inclinación pasiva natural determina para sí un acto ée, ya esencialmen~e. y ~e m~do secundario. Y si adm~timos q.ue e~ una m~sm~ r~a­
concreto como siéndole debido, a la manera que la materia del cielo estaría vio- lidad puede coinc1d1r sunultaneamente el estar esencial y pr11nar1amente 1nst1tu1da
lenta sin la forma propia, punto sobre el que traté algo en el tomo I de la parte e inclinada a algún género de actos y el tener concomitantemente la capacidad para
III, disp. VIII, sec. 4. . ·-ia recepción de alguno.s actos a los que no está inclinada, como referíamos antes
--~-:----acerca de la 1nateria prima respecto de algunos actos accidentales, hay que afirmar,
Afirmación tercera sobre la potencia predicarnental < en primer lugar, que tal potencia no es neutra en cuanto es predicamental, sino
en cuanto concomitantemente incluye alguna capacidad trascendental. Además,
22. Digo, en tercer lugar, que la potencia predicamental es siempre potencia . añadimos que no hay ninguna potencia predicamental que tenga propiamente dicha
natural comparándola con su acto, pero no lo es siempre comparándola con el ,·~··potencia neutra, sino la obediencial. Y la razón es que no hay ninguna potencia
sujeto en que está. Esta afirmación se colige fácilmente de todo lo dicho hasta
aquí; pues, en primer lugar, toda potencia que es especie de cualidad está esencial
est species qualitatis, est per se primo insti- tionem est naturalis potentia, et idem est
vel secundum se, vel prout subest alicui spectu plurium actuum positivorum, quorum tuta et ordinata ad actum; ergo est poten- in omnibus similibus.
actui. Priori modo revera nulla est poten- est receptiva, non sit secundum se spectata ·' tía naturalis ad suum actum. Primo _quidem 23. Rursus in hoc genere praedicamen-
tia passiva violenta, quia curo ipsa sit de violenta ad alterum illorum, quia neutruni et per se respectu actus adaequati, secunda- talis potentiae non datur potentia neutra,
se capax talis actus et non supponatur in sibi determinat ex naturali sua inclinatione~ rio vero etiam respectu inadaequatorum ac- quia hae includunt oppositas rationes; nam
ea oppositus actus, non habet unde illi re- sed ex aliqua forma, tamen, si comparado tuurn qui sub adaequato obiecto continen- potentia neutra est quae non inclinatur ad
pugnet, sed potius vel ad illum inclinatur, fiar non inter actus positivos, sed inter po- tur. Quod etiam facile confirmari potest in- actum; potentia autem praedicamentalis, cum
si ad illum sit per se instituta, vel saltem sitivum actum et privationem eius, sic fieri ductione in omnibus potentiis, tam propriis sit per se primo instituta ad actum, inclina-
illi non repugna!, sed indifferens est, si tan- potest ut potentia passiva secundum se sit , ·anirnae, quae simul sunt activae et passivae, tur ad illum, sive per se primo, sive per se
tum concomitanter illam capacitatem habeat. violenta ad carentiam actus, ut quando ex quam in aliis pure activis, quae semper in- secundo. Quod si demus in eamdem rem
Si vero potentia consideretur ut est sub naturali inclinatione passiva determinat síbi clinantur ad actiones suas. Deinde patet ex- posse simul cadere ut sit per se primo insti~
aliquo actu, sic potest dici esse potentia vio- talem actum tamquam sibi debitum, _ quq alia membra; nam potentia obe- tuta et inclinata ad aliquod genus actuum, et
lenta ad opposítum actum, respectu totius modo materia caeli esset violenta sine pro- ex vi suae rationis nunquam est quod concomitanter habeat capacitatem ad
compositi in qua manet talis poten tia; illi pria forma, de qua re aliqua tetigi I tomo particularis potentia praedicamentalis, sed aliquos actus recipiendos ad quos non in-
enim violentus est talis actus, non ipsi po- III partís, disp. VIII, sect. 4. quascumque res comitatur iuxta modum ea- clinatur, ut de materia prima respectu ali-
tentiae secundum se. Dicitur autem talis rum. Unde, si aliquando potentia obedien- quorum actuum accidentalium supra diceba-
potentia violenta, non quia ipsa violenter Tertía assertio de potentia tialis est res pertinens ad secundam speciem mus, dicendum imprimís est talem potentiam
insit composito, nam potius est naturalis, praedícamentali qualitatis, ut est, verbi gratia, potentia obe- non esse neutram quatenus praedicamen-
sicut homini est naturale esse mortalem; 22. Dico tertio: potentia praedicamenta- dientialis animae rationalis ad lumen gloriae, talis est, sed ut concomit;'lnter includit ali-
sed violenta dicitur quia est ad actum ipsi lis semper est potentia naturalis compara- quae non est alía nisi intellectus ipse, talis quam capacitatem transcendentalem. Deinde
supposito violentum. Unde fit ut talis po- tione ad suum actum, non tamen semper (inquam) potentia non ideo est species qua- addimus nullam esse potentiam praedicamen-
tentia violenta non distinguatur re a natu- comparatione ad subiectum cuí inest. Haec litatis quia obedientialis est, sed quia co- talem quae proprie habeat huiusmodi po-
rali, sed habitudine tantum ad diversos ac- asséi'tio colligitur facile ex omnibus hactentls mitatur quamdam entitatem estque idem tentiam neutram, sed obedientialem. Et ra-
tus. Adde quod Iicet potentia passiva re- dictis; nam imprimis omnis potentia quae cum illa, quae alias secundum propriam ra- tio est quia nulla est potentia praedicamen-
Disputaciones metafísicak XLlll.-Sección V

predica.mental puramente pasiva, como dijimos; y la potencia puramente activ regular las potencias predicamentales de esta clase son pasiones propias, y así
naturalmente puede hacer sólo las acciones que le sean proporcionadas, con té~­ or parte de los sujetos son también potencias naturales innatas que fluyen de las
pecto a las cuales no es potencia neutra, sino natural; en cambio, que se v! ncias de las sustancias, como es evidente por sí mismo; algunas veces, en
elevada a otras acciones sólo podrá suceder por potencia obediencia!. Y, por_ ~ bio, se agregan de modo extrínseco, cosa que parece acontecer únicamente
mismo motivo, las potencias del alma, en cuanto son activas, no tienen potenc~ '> algunas virtudes activas que son instrumentos de los agentes externos, como
neutra. Ni tampoco en cuanto son pasivas, ya que reciben por sí mismas, y, por la ,' claro en el caso del ímpetu que se imprime a Ja piedra para que se mueva
mismo, reciben de manera connatural. Y, si algunas veces se comportan de ma~ ltacia arriba. Por consiguiente, a causa de estas facultades instrumentales afirmé
nera meramente pasiva con respecto a algunos actos que reciben naturalmente de que la potencia predicamental no es siempre connatural al sujeto, pues esas facul-
otras, ello se da siempre en orden a la perfección de los propios actos, y por eso tades pertenecen a esta especie de cualidad. Y pueden a veces ser violentas, como
reciben también connaturalmente esos actos, a no ser que queden elevadas a actos el ejemplo propuesto; otras veces, en cambio,. son sobrenaturales e infundidas
superiores por potencia obediencia!. acción divina; y algunas veces pueden ser indiferentes, aun cuando provengan
24. Ninguna potencia perteneciente al género de la cualidad es violenta res. causas creadas, como si al fuego se le imprime un ímpetu para que se mueva
pecto de su acto.- Y con esto se concluye, a fortiori, que en este orden no se ·~ su esfera en sentido circular. Ni por lo demás se ofrece en esto una dificultad
da una potencia violenta respecto del acto, ya que naturalmente se inclina y ordena particular.
a él. Y digo respecto del acto, porque respecto de algún sujeto puede ser violenta
como en el caso de que no le sea a éste innata, sino añadida de modo extrínseco' SECCION V
según explicaremos en seguida. En este sentido, pues, se ha de entender y limita:
SI A CADA POTENCIA CORRESPO,NDE UN ACTO PROPIO, Y EN QUÉ SENTIDO
lo que dijimos antes acerca de la potencia activa. Podrá decirse que un acto vicioso
es violento para la voluntad, pues es contrario a su naturaleza, como se ve por
Santo Tomás, I-U, q. 71, a. 2; por consiguiente, la potencia de la voluntad para l. Supongo que una cosa es comparar la cosa en potencia con la cosa en
un acto tal es violenta, y, sin embargo, es una potencia propia y predicamental -:acto y otra comparar la potencia con el acto. En efecto, en la primera comparación
respecto de esos actos. Se responde, en primer lugar, que ese acto se dice que es _::iío se relaciona la potencia activa o pasiva con su acto, sino la realidad misma
contrario a la naturaleza porque va en contra de la inclinación más perfecta de ,'posible en cuanto posible consigo misma en cuanto existente en acto; y éstas
la naturaleza, pero no porque vaya en contra de toda inclinación natural; pues la -propiamente no se comportan corno la potencia y el acto, sino como una cosa
~-n potencia y una cosa en acto, que es algo muy distinto. Sobre esta distinción
voluntad misma tiene también alguna inclinación al cuerpo y a los bienes sensi-
bles, y, por ello, ese acto no e_s simplemente violento, lo cual es manifiesto tam- <hemos tratado antes, en la disputación XXXI, donde expusirµos también si la
bién por el hecho de que es absolutamente voluntario. Añádase también que ese esencia y la existencia de la criatura se comparan como verdadera potencia y acto
·-:tn la realidad, o solamente en la consideración de la mente. Por tanto, en el caso
acto, en cuanto es acto, no es propiamente contrario a la naturaleza sino en
cuanto tiene algún defecto o privación, y como tal no pertenece a la potencia, sino ::presente no comparamos la cosa en potencia con la cosa en acto, ya que no
más bien a la impotencia. -:tratamos de la potencia objetiva o lógica, como vimos antes, sino que establecemos
25. Alguna potencia perteneciente al género de la cualidad es violenta para
la comparación entre la potencia real -que no es sino activa o pasiva- y su
su sujeto.- Finalmente, es fácil la parte última de la conclusión. En efecto, por
talis pure passiva, ut diximus; poten tia sit illi innata, sed extrinsecus addita, ut sta·
autem pure activa naturaliter solurn potest tim declarabimus. Sic enim intelligendum
efficere actiones sibi proportionatas, ad quas est et limitandum quod supra de potentia
non est potentia neutra, sed naturalis; quod activa dixllnus. Dices: actus vitiosus est \;onclusionis pars facilis est. Regulariter enim SECTIO V
vero elevetur ad alias actiones, id solurn violentas voluntad, nam est contra naturam ''huiusmodi potentiae praedicamentales sunt UTRUM UNICUIQUE POTENTIAE PROPRIUS
esse poterit per potentiam obedientialem. Et eius, ut patet ex D. Thoma, I-II, q. 71, ,-p_ropriae passiones, et ita etiam ex parte sub- ACTUS RESPONDEAT ET QUOMODO
eadern ratione potentiae animae, quatenus a. 2; ergo potentia voluntatis ad talem ac- Jt:ctorum sunt naturales potentiae innatae et
activae sunt, non habent potentiam neutram. tum est violenta; et tamen est propria et fluentes ab essentiis substantiarum, ut per 1. Suppono aliud esse comparare rero in
Neque etiam ut passivae sunt, quia reci- praedicamentalis potentia respectu talium :s_e constat; aliquando vero sunt extrinsecus potentia ad rem in actu, aliud vero esse
piunt a seipsis, et ita connaturaliter reci- actuum. Respondetur primo talem actum adiunctae, quod solum videtur contingere in comparare potentiam ad actum. In priori
piunt. Quod si aliquando mere passive se dici contra naturam quia est contra perfec- quíbusdam virtutibus activis quae sunt in- enim comparatione non confertur potentia
habent respectu aliquorum actuum quos ab tissimam inclinationem naturae, non vero_ strumenta externorum agentium, ut patet de agens vel patiens ad actum suum, sed ea-
aliis recipiunt naturaliter, id semper est in quia sit contra omnem naturae inclinatio- impetu impresso lapidi ut moveatur sursum. dem res possibilis ut possibilis ad seipsam
ordine ad proprios actus perficiendos, et ideo nem; ipsa enim voluntas etiam habet ali- Propter :has ergo facultates instrumentarías ut actu existentem; qua e non se habent
etiam illos actus connaturaliter recipiunt, quam inclinationem ad corpus et ad bona dµd potentiam praedicamentalem non sem- proprie ut potentia et actus, sed ut res in
nisi per potentiam obedientialem ad supe- sensibilia, et ideo non est actus ille simpli- per esse connaturalem subiecto; nam hae potentia et res in actu, quod valde diversum
riores actus eleventur. citer violentus, quod ex eo etiam patet, quod fucultates ad :hanc speciem qualitatis perti- est. De qua distinctione diximus supra, disp.
24. Potentia nulla de genere qualitatis absolute voluntarius est. Adde etiam illwn n,ent. Possunt autem interdum esse violentae, XXXI, ubi etiam tractavimus an essentia et
violenta est respectu sui actus.- Atque hinc actum, ut actus est, non esse proprie contra 'ut in exemplo pasito; interdum vero super- existentia creaturae comparentur ut vera po-
a fortiori concluditur non dari in hoc ordine naturam, sed ut aliquem defectum vel pri- _naturales et divinitus infusae; et aliquando tentia et actus secundum rem, an secundum
potentiam violentam respectu actus, cum ad vationem habet, et ut sic non ad potentiam1 Possunt esse indifferentes, licet sint a causis rationem tantum. In praesenti ergo non
illum naturaliter inclinetur et ordinetur. Di- sed ad impotentiam potius pertinere. _c~eatis, ut si igni imprimatur ímpetus quo comparamus rem in potentia ad rem in actu,
co autem respectu actus, quia respectu sub- 25. Aliqua potentia de genere qualitatis -~uculariter in sua sphaera moveatur. Neque quia non agimus de potentia obiectiva seu
iecti alicuius potest esse violenta, ut si non violenta est suo subiecto.- Tandem ultima ,ln hoc occurrit specialis difficultas. logica, ut supra vidimus; sed comparamus
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Disputaciones metafísica$--
[Jisputación XLIII.-Sección V
propio acto. Sobre estas potencias podemos tratar también, ya sea en sentido
lato y cuasi trascendental, ya en sentido estricto y predica.mental, es decir, en cuanto }---e-star s_iernpre bajo su acto, corno diremo~ con más amplitud en la sección si-
tales potencias pertenecen al predicamento de la cualidad. Y explicaremos una y -~:- iente. Sin embargo, pertenece a su razon que le corresponda un acto formal
otra cosa; pues, aunque en este punto tratemos de las potencias solamente en •.froporcionado a. ella y que. sea~posible según la proporción de la potei.1da misma,
el último aspecto, sin embargo, para que la cuestión quede perfectamente enten- ~<es decir, que, s1 la potencia es meramente natural, sea el acto tamb1en natural-
dida, es preciso abarcar todos los modos de potencias y. de actos y compararlos '.,:_j:nente posible; y, si la potencia es solamente obediencial, sea posible el acto
entre sí. __: por medios artificiales o por virtud sobrenatural, de acuerdo con el modo
0
:~,_-de la potencia obediencia1 y con la regla anteriormente establecida de que a la
:potencia pasiva corresponde la potencia activa proporcionalmente.
Resolución de la cuestión 4. Además, acerca de este acto de la potencia pasiva hay que considerar
2. Por consiguiente, afirmo, en primer lugar, que a cualquier potencia, tanto '.-:'que en ese acto se encuentra una doble razón distinta ex natura rei (sobre todo,
activa como pasiva, le corresponde su propio acto, pero de modo diverso, pues ·::cuando el acto no es congénito): una es la razón de pasión actual, la otra la razón
a la potencia pasiva le corresponde siempre algún acto formal que la actúa y per· de forma en su ser producido. En efecto, que estas dos razones sean distintas ex
fecciona; en cambio, a la potencia activa como tal no corresponde un acto que for... natura rei e intervengan en la reducción de la potencia pasiva al acto se verá
malmente la actúa, sino que emana de ella. La primera parte de la afirmación está después, cuando tratemos de la pasión. Y que bajo ambas razones esté el acto
tomada de Aristóteles, libro IX de la Metafísica, donde explica toda potencia formal de potencia pasiva es claro, porque bajo una y otra se adhiere intrínse-
por su relación al acto, como diremos con más amplitud en la sección siguiente~ ::camente a la potencia pasiva y la reduce de la potencia al acto. Por ello, Aristóteles_,
Además, consta por el mismo nombre y razón de potencia, a la cual corresponde al definir el movimiento (que en realidad es lo mismo que la pasión), dice que es
una operación o, por lo menos, lo operado, es decir, el término de la opera- -el acto del ente en potencia. Y, a1 definir la forma o el alma, dice que es el acto
~-de la materia o del cuerpo. Y no repugna que una misma e idéntica potencia
ción; ahora bien, la operación significa un acto, corno es evidente por sí mismo.
3. Igualmente, la segunda parte de la conclusión es de suyo suficientemente sea actuada de dos modos, ya que éstos están ordenadas entre sí, y donde se da
clara por la razón propia de potencia pasiva, que está ordenada a la recepción; -una cosa por razón de otra, se da una cosa solamente. Por lo cual, de la misma
en efecto, en esto se distingue de la activa en cuanto tal; ahora bien, la recepción ':,'tnanera que el hacerse se ordena al ser, y la vía al término, asi el acto o la
propia y física consiste en la adhesión o unión de algún acto formal. Y digo actuación de la pasión se ordena al acto de la forma o información. Por ello,
propia y física porque se dice también que el agua se recibe en un vaso, y que lo aun cuando en la vía de la generación la pasión sea el acto primero e inmediato
localizado se recibe en el lugar; sin embargo, esa recepción es sólo extrínseca, por de Ja potencia pasiva, sin embargo en la vía de la intención y perfección es un
medio de un cierto contacto, por lo cual no le corresponde una potencia pasiva acto anterior la forma misma o el término de la pasión. Y, por ello, la potencia
propia, que es de la que tratamos; por consiguiente, la recepción o pasión propia '.-- pasiva se adapta de manera esencial y primaria a él, y de él toma su propia
es la que se lleva a cabo por la unión intrínseca y por la actuación de la tazón y especie, de acuerdo con lo que expondremos después.
potencia. Por consiguiente, es necesario que a la potencia pasiva corresponda un' 5. Y con esto se ve fácilmente la parte última, acerca de la potencia activa y
acto propio que actúe formalmente a tal potencia; que la actúe, repito, aptitudi.. su acto; pues la potencia activa como tal no se ordena a la recepción, sino a la
nal o actualmente. No pertenece, pues, a la razón de potencia pasiva como tal accíón; por consiguiente, el acto que le corresponde no debe darse por manera de
potentiae passivae ut sic semper esse sub haeret potentiae passivae et illam reducit de
realero potentiam, quae non est nisi activa cemus sectione sequenti. Praeterea constat actu suo, ut latius dicemus sectione sequen- potentia in actum. Unde Aristoteles, defi-
vel passiva, ad proprium actum. De quibus ex ipso nomine et ratione potentiae, cui ope- -ti, Est tamen de ratione eius ut ei corres- niens motum (quod. in re ídem est quod
etiam potentiis agere possumus vel late et rario correspondet, aut certe operatum:1 seu pondeat actus formalis illi proportionatus, passio), dicit esse actum entis in potentia.
quasi transcendentaliter, vel stricte et prae- terminus operationis; sed operatio actum quique possibilis sir iuxta proportionem ip- Definiens vero formam seu anim:.:im, dicit
dicamentalíter, id est, prout tales potentiae significat, ut per se manifestum est. sius potentiae, scilicet, ut si potentia mere esse actum materiae seu corporis. Neque re-
ad praedicamentum qualitatis pertinent. Et 3, Secunda item pars conclusionis est sit naturalis, actus sit etiam naturaliter pos- pugnat unam et eamdem potentiam duobus
utrumque explicabimus; nam licet hic pos- per se satis clara ex propria ratione poten- sibilis; si vero sit potentia tantum obedien- modis actuari, quia illi sunt inter se ordi-
teriorí tantum ratione de potentiis agan1us, tiae passivae, quae ad recipiendum ordina~ tialis, actus sit possibilis vel per artem, vel nati, et ubi est unum propter aliud, ibi est
tamen, ut exacte res intelligatur oportet tur; in Poc enim distinguitur ab activa, ut -per supernaturalem vim, iuxta modum obe- unum tantum. Quocirca sicut fieri ordinatur
omnes modos potentiarum et actuum attin- talis est; receptio autem propria et physica dientialis potentiae, et iuxta regulam supe- ad esse, et via ad terminum, ita actus seu
gere et inter se comparare. consistir in adhaesione vel unione alicuit_!_§__,~­ positam, quod potf'.ntiae passivae. cor- actuario passionis ordinatur ad actum for-
actus formalis. Dico autem propria et phy- _respondet potentia activa cum proportione. mae seu informationis. Unde, licet via ge-
Quaestionis resolutio sica, quia etiam dicitur recipi aqua in vase. 4, Deinde circa hunc actum potentiae nerationis passio sit primus et immediatus
2. Dico ergo primo : cuilibet potentiae, et locatum in loco: illa tamen receptio so- passivae considerandum est duplicem ratio- actus potentiae passivae, tamen via inten~
tam activae quam passivae, responder pro- lum est extrínseca, per quemdam contactum~ nem ex natura reí distinctam in tali actu tionis et perfectionis prior actus est ipsa
prius actus, sed diversimode: nam potentiae unde illi non correspondet propria potentia inveniri (praesertim quando actus non est forma, seu terminus passionis. Et ideo illi
passivae correspondet semper aliquis actus passiva, de qua loquimur; propria ergo re- cangenitus): una est ratio actualis passionis, primo et per se proportionatur potentia pas-
formalis actuans et perficiens ipsam; poten- ceptio seu passio est quae fit per intrinse- alía est ratio formae in facto esse. Quod siva, et ab illo sumit propriam rationem
tiae vero activae ut sic non responder actus cam unionem et actuationem potentiae. Ne- enim hae duae rationes sint ex natura rei et speciem, iuxta ea quae inferius dicemus
formaliter actuans ipsam, sed ab ea manans. cesse est ergo ut potentiae passivae corre- distinctae, et interveniant in reductione po- 5, Atque hinc facile constar ultima pars
Prima pars assertionis sumitur ex Arist., spondeat proprius actus actuans "formalíter tentiae passivae in actum, constabit infra, de potentia activa et actu eius; potentia
IX Metaph., ubi omnem potentiam decla- talem potentiam; actuans (inquam) vel ap- disputando de passione. Quod vero sub utra- enim activa ut sic non est ad recipiendum,
rat per habitudinem ad actum, ut latius di- titudine vel actu. Non est enim de ratione que ratione sit formalis actus potentiae pas- sed ad agendum: ergo actus illi correspon-
sivae, patet, quia sub utraque intrinsece ad- dens non debet esse per modum receptionis
Disputaciones metafísicas Disputación XLIII.-Sección V

recepción o información, sino solamente por manera de emanación. Y se confirma y _:potencia activa y la pasiva, y la razón de ello es que, aun cuando esencial y pri-
explica porque, de la misma manera que a la potencia pasiva corresponde la pasi6n Illariamente se pretenda el efecto y a él se ordene la acción, sin embargo no dice
o el término de la pasión, así a la potencia activa le corresponde la acción y el efecto referencia tan formalmente al agente con relación intrínseca y trascendental como
o término de la acción, y acerca del efecto sabemos, hablando con propiedad la acción misma, y, por esto, la potencia activa queda constituida en la razón
que no es un acto que informe a la potencia activa; más aún, que propiament~ .'_--de agente actual por la acción como tal, y no por el efecto, y, por tanto, propia y
no es ni siquiera acto suyo, como diré inmediatamente. En cambio, acerca de la ac- , formalmente se dice que la acción es el acto que corresponde a tal potencia. En
ción enseña Aristóteles, en el lib. III de la Física, y en el IX de la Metafísica, que en la_ potencia pasiva no sólo la pasión, sino también la forma, que es
no es el acto formal del agente mismo. Y, aunque hable especialmente de la su término, dice referencia a tal potencia con relación intrínseca y trascendental,
acción transeúnte, sin embargo mostraremos después al tratar de la acción, que y la actúa. Se dirá, por consiguiente, que el acto que corresponde a la potencia
formalmente esto es verdadero de toda acción como tal, ya que, por más que la activa es su acto ~ormal, pues la acción como tal es el acto formal del agente.
acción inmanente sea el acto formal de su potencia activa, esto no le viene del Respondo que es el acto formal por denominación, no por información, ya que
hecho de ser acción, sino de que al mismo tiempo es una pasión de esa potencia no dice referencia al agente como a aquello en que está, sino como a aquello
en cuanto es pasiva. Del mismo modo que también el término o el efecto de es~ _de que procede; y, por esto, aun cuando en el modo de denominar imite al acto
acción es el acto formal de la misma potencia, no porque (hablando formalmente) formal, sin embargo, en realidad de verdad no es tal acto.
sea efecto suyo como de principio eficiente, sino porque es una forma que dice 8. Consecuencia de lo dicho.- De lo cual se infiere que no toda potencia se
relación a la capacidad pasiva de tal potencia; por tanto, en general, el acto de refiere al acto como su propio sujeto, sino solamente la potencia que es pasiva.
la potencia activa, en cuanto es activa, no es su acto formal. Se prueba fácilmente por lo dicho, ya que sólo el acto de la potencia pasiva
6. Por esta razón, Santo Tomás, en I, q. 25, a. 1, ad 1, afirma que la poten- es el acto que informa o actúa a ésta. Y esto lo encierra también en sí la razón
cia activa no se divide en contraposición al acto, sino que más bien se funda en misma de potencia pasiva; pues, siendo su misión recibir, es ella sola la que
él, en lo cual parece que de algún modo contradice a la primera parte de nuestra posee o constituye la razón de sujeto de un acto. Pero aquí se insinuaba inme-
aserción; sin embargo, no la contradice, porque habla del acto informativo, o sea diatamente la cuestión de si la acción transeúnte está en la potencia agente como
que da intrínsecamente el ser; en cambio, nosotros hemos hablado en un plan~ en su sujeto; mas ahora suponemos corno verdadera la opinión negativa,
más abstracto. Así, pues, pretende que a la potencia activa no le corresponde y, en general, que la acción como acción no se recibe en la potencia agente como
un acto que la actúe en sentido propio; y no es contradictorio con eso el que res- tal, sino que, si en alguna ocasión permanece en ella, esto sucede en cuanto que al
ponda a ella un acto que emane de ella, que no tanto es un acto suyo como mismo tiempo es paciente, cosa que no acontece nunca más que cuando recibe
de otro, es decir, del efecto o de la potencia pasiva. en sí el término de la acción. Sobre este punto trataremos más ampliamente
7. El acto propio de la potencia activa es la acción más bien que el efecto.- después, al ocuparnos de la acción y la pasión.
Con esto puede entenderse que, a pesar de que emanan de la potencia activa dos 9. Se resuelve una objeción contra la inferencia.- Pero puede objetarse aquí
realidades distintas ex natura rei, concretamente el acto y el término o efecto, se que todo acto se recibe en alguna potencia; por tanto, especialmente_ en aquella de
dice que la acción misma es el acto que corresponde a la potencia activa, más propia la cual es acto, o a la cual dice referencia; consiguientemente, al contrario toda
y formalmente que su término. En esto parece darse alguna diferencia entre la potencia es sujeto de su acto. Se responde que hay que establecer una distlnción
num eius. In quo videtur esse nonnullum ut proprium subiectum eius, sed illam tan-
discrimen ínter potentiam activam et pas- tum quae passiva est. Probatur facile ex
vel informationis, sed per modum emana- citatern passivarn talis potentiae; ergo in sivam, cuius ratio est quia, licet effectus díctís, quia solus actus potentiae passivae est
tionis tantum. Et confinnatur ac declaratur; universum actus potentiae activae, ut activa sit per se primo intentus et ad illum actio actus informans vel actuans ipsam. Quod
nam, sicut potentiae passivae correspondet est, non est formalis actus eius. ordinetur, tamen non ita formaliter respicit etíam ipsa ratio potentiae passivae prae se
passio vel terminus passionis, ita potentiae 6, Propter quod D. Thornas, I, q. 2.5; agens habitudine intrínseca et transcenden- fert; nam, cum eius munus sit recipere, illa
activae correspondet actio et effectus seu a. 1, ad 1, dicit potentiarn activam non tali, sicut ipsa actio, et ideo per actionem sola est quae ):iabet vel constituit rationem
terminus actionis; de effectu autem constat, dividi contra actum, sed potius fundad in ut sic constituitur potentia activa in ratione subiecti alicuius actus. Hic vero statim sese
pe.r se loquendo, non esse actum informan- eo, in quo videtur aliquo modo repugnare actualiter agentis, et non per effectum, et insinuabat quaestio, an actio transiens sit in
tem potentiam agentem, immo nec proprie primae partí nostrae assertionis; non vero ideo proprie ac formaliter dicitur actio esse poten tía agente ut in subiecto; nunc vero
actum eius, ut statim dicam. De actione repugnat, quia loquitur de actu informante, actus correspondens tali potentiae. At vero partem negantem ut veram supponimus, et
vero Aristoteles, III Phys., IX Metaph., do- seu intrinsece dante esse; nos autern abs- in, potentia passiva, non sola passio, sed universaliter actionem ut actionem non re-
cet non esse actum formalem ipsius agentis. tractius locuti sumus. Itaque vult poten- ·:-,.-,--e!tam forma quae est terminus eius respi- cipi in potentia agente ut sic, sed si aliquau-
Et quamvis de actione transeunte specialiter tiae activae non correspondere actum qui c1t talem potentiam intrínseco et transcen~ do in ea manet, id esse quatenus ipsa simul
loquatur, tamen infra disputantes de actione eam proprie actuet; cui non repugnat quod dentali respectu, et actuat illam. Dices:· er- est patiens, quod nunquam contingit nisi
ostendemus forrnaliter id esse verum de orn- illi respondeat actus qui ab illa sit, qui non go actus respondens potentiae activae est quando in se recipit terminum actionis. De
ni actione ut sic, quia, licet actio imrnanens tarn est actus eius quam alterius, scilicet, formalis actus eius, nam actio ut sic est for- qua re dicemus late infra, de actione et pas-
sit formalis actus suae potentiae activae, non effectus vel passivae potentiae. malis actus agentis. Respondeo esse actum sione disputantes.
ta.men id habet ex eo quod actio est, sed ex 7. Activae potentiae proprius actus est formalem denominatione, non informatione, 9. Obiectio contra illationem solvitur.-
eo quod sirnul est passio talis potentiae, ut actio potius quam effectus.- Ex quo intel- quia non respicit agens ut in quo sit, sed Sed obiici hic potest: nam omnis actus re-
passiva est. Sicut etiarn terminus vel effectus ligi potest, cum a potentia activa duo ex ut a quo sit; et ideo licet in modo deno- cipitur in aliqua potentia; ergo maxime in
illius actionis est actus formalis eiusdem natura rei distincta manent, scilicef, actio et minandi imitetur actum formalem, re tamen illa cuius est actus seu ad quam dicit habi-
potentiae, non ex eo (formaliter loquendo) terminus seu effectus, proprius aut forma- vera non est talis actus. tudinem; ergo, e converso, omnis potentia
quod est effectus eius, ut principii efficientis, lius dici actionem ipsam esse actum corre.. 8. Illatio ex dictis.- Ex quibus infertur est subiectum sui actus. Respondetur distin-
sed ex eo quod est forma respiciens capa- spondentem potentiae activae, quam termi- non omnem potentiam comparad ad actum, guendum esse de actu, nam, ut supra dixi
320 Disputaciones metafísicJJ. XLIII.-Sección V 321

acerca del acto, pues, como dije antes tratando de la existencia de la criatura r'- 11. La segunda parte, acerca de la distinción real, puede probarse también
acto se dice en. ocasiones de modo absoluto, es decir, sin referencia a la pote~:-:-:: ltnente. Primeramente, en general, porque la relación de la potencia al acto
a
ag~nte ~ receptiva, ~ se opone l~ potenc!a obj.etiva y excluye el estado de rn~::­
ex1stenc1a en potencia; en tal sentido se dice D1os acto no sólo de la inteligen ·
real. En segundo lugar, en particular, porque la potencia activa es el principio
iente de su acto; ahora bien> no se da verdadera eficiencia sino entre aquellas
. d]
smo . . actua lP
e a ex1stenc1a C!a
. or tanto, al concepto de ese acto no pertenece e t ' as que se distinguen realmente. Pero la potencia receptiva es la causa material
. h s~
su acto, y, al contrario, el acto es la causa formal de tal potencia, a la cual
en un sujeto; a ora, pues, no tratrunos de este acto. Pero, en otro sentido
., l . . b
t orna .e1. act? en re.]?c1on con a potencia agente. o pa~1ente, y so re éste ha
,se duce de modo verdadero e intrínseco; por consiguiente, un acto y una
que d1st1ngu1r tamb1en; pues el acto de lq. potencia pasiva está propia y forrn
n1ent~ en un sujeto, ya que .ésta ~s la relación propia d~ él a su potencia; :n
r. tencia tales se distinguen necesariamente en la realidad misma. Por ello, Aris-
teles, en el libro IX de la Metafísica, c. 3, admite como evidente que la potencia
cambio., el acto de la potencia activa, formalmente y segun su razón propia n -el acto son dos cosas diferentes, para concluir de ello que una realidad que
está en un ~ujet.o, ya que, según su razón prop~a, no dice re~ación de e;isti~ en potencia no siempre está en acto, en contra de los antiguos que aseguraban
en su .potencia, sin? de emanar de ella. Pero, atend1endo a la realidad, si la acci6ú- :Contrario. De ello se saca una nueva confirmación, porque la potencia es sepa-
es accidental, está inherente en el sujeto en el cual inhiere la pasión; en cambio , le de su acto en la realidad misma; por consiguiente, se distinguen realmente.
si es sustancial, no es preciso que tenga siempre un sujeto propio, sino que-bast~ r lo cual, cuando Aristóteles afirma, en el lib. VIII de la Metafísica, c. 6, que la
con que se una con su término por identidad como un modo de éste, cosas todas tencia y el acto no componen muchas cosas, sino una, el sentido no es que sean
que se explicarán con más amplitud en la disputación XL VIII, y algo se indicó a e idéntica realidad, sino que componen una realidad; habla, en efecto, de la
ya en la disputación XVIII. ncía receptiva y del acto formal. Y casi en el mismo sentido afirma allí
lo que antes estaba en potencia está después en acto, no porque la misma
ncia receptiva se convierta en acto, sino porque aquella misma que antes
Afirmación última acerca de la distinción del acto y la potencia ía de acto queda después constituida bajo él. Aunque también puede enten-
referido no a la potencia y al acto de que tratamos ahora, sino a la cosa
10. Por último, hay que decir que, aunque a cada potencia responda un acto se dice que está en potencia, por la no contradicción o por denominación de
proporcionado a ella, sin embargo siempre es algo que se distingue de ella de ma- potencia agente o receptiva; así, pues, aquella misma cosa que estaba en
nera real, esencial y específica. La parte primera, acerca de la proporción, es mani.. ncia queda reducida al acto cuando es producida, cosa que explicamos ya
fiesta por sus misn1os términos, pues, si la potencia dice referencia al acto y el ando tratamos de la división del ente en ente en potencia y ~n acto.
acto responde a la potencia, es menester que guarden proporción entre sí. Igual.. 12. Pero hay que hacer notar aquí que esa distinción entre el acto y la
1nente, si la potencia es pasiva, se precisa que tenga capacidad para recibir el tencia no es siempre igual; pues a veces, propia y rigurosamente, es real, y a
acto y que el acto tenga aptitud para actuarla a ella, y ésta es la proporción reque- ces basta la modal, ya que también el modo es un acto bajo la modalidad de
rida entre tal potencia y su acto. Pero, si la potencia es activa, es preciso que de a de la cosa a la que modifica y puede también ser producido eficientemente
algún modo contenga en sí su acción y la virtud y perfección para producirla; ella. Ahora bien, cuándo es real esta distinción y cuándo es solamente modal
y ésta es la proporción requerida en tal potencia. que inferirlo de la naturaleza particular de cada acto y potencia y de otros

disputando de existentia creaturae, actus in- mino tamquam modus eius, quae omnia de- 11. Altera vero pars de distinctione in et actu formali. Et eodem fere sensu ibídem
terdum dicitur absolute, id est, sine respe- clarabuntur latius disp. XL VIII, et aliquid facile etiam probari potest. Primo in com- ait, quod prius erat in potentia, postea esse
ctu ad potentiam agentem vel recipientem, supra tactum est, disp. XVIII. ni, quia respectus potentiae ad actum in actu, non quia ipsamet potentia receptiva
opponiturque potentiae obiectivae excludit- is est. Deinde in particulari, quia poten- fiat actus, sed quia eadem quae prius ca-
que statum existendi tantum in potentia, et Ultima assertio de distinctione actus activa est principium effectivum sui ac- rebat actu, pastea sub illo constituitur.
sic Deus dicitur actus et intelligentiae et a potentia ; non est autem vera efficientia nisi Quamvis etiam intelligi possit non de po-
actualis existentiae, De ratione ergo talis r ea quae in re distinguuntur. Potentia tentia et actu de quibus nunc loquimur,
actus non est quod sit in subiecto; nunc 10. Ultimo dicendum est, quamvis uni- m receptiva est causa materialis sui ac- sed de re quae dicitur esse in potentia per
vero non loquimur de illo actu. Alio autem cuique potentiae respondeat actus illi pro- et e converso actus est formalis talis non repugnantiam> vel per denominationern
modo sumitur actus relative ad potentiam portionatus, semper tamen esse aliquid in ntiae, eam vere ac intrinsece efficiens; a potentia agente vel recipiente; sic enim
agentem vel patientcm, et de hoc etiam di- re et in essentia et specie distinctum ab huiusmodi actus et potentia necessario illa eadem res quae erat in potentia, redu-
stingucndum est; narn actus potentiae pas- ipsa. Prior pars de proportione ex teritílñir"- inguuntur in re ipsa. Unde Aristoteles, citur in actum cum fit, quod supra declara-
sivae proprie ac formaliter est in subiecto, ipsis est manifesta; nam si potentia respidt IX Metaph., c. 3, tamquam manifestum tum est cum de divisione entis in ens in
quia haec est propria habitudo eius ad suam actum et actus respondet potentiae, necesse t_Súínit potentiam et actum aliud et aliud potentia et in actu ageremus.
potentiam; actus vero potentiae activae for- est ut inter se servent proportionem. Itero, <~_~se, ut inde concludat rem quae est in 12. Est autem hic observandum distin-
rnaliter et secundum rationem propriam si potentia sit passiva, oportet ut capacita- ;'.P:ptentia non semper esse in actu, contra ctionem hanc inter actum et potentiam non
suam non est in subiecto, quia secundum tem habeat ad recipiendum actum, et ut ac,;,_ , · uos qui oppositum asseruerunt. Ex qua semper esse aequalem; nam interdum est
propriam rationem non dicit habitudinem tus habeat aptitudinem ad actuandam illami 'tur nova confirmatio: narn potentia est proprie et in rigore realis, interdum sufficit
inexistendi suae potentiae, sed emanandi ab et haec est proportio inter talero potentiam rabilis a suo actu in re ipsa; ergo di- modalis; nam etiam modus est actus per
illa. Secundum rem autem, si actio sit acci- et actum requisita, Si vero potentia sit ac- uuntur in re. Quocirca cum Aristoteles, modum formae eius rei quam modificar, et
dentalis, inhaeret illi subiecto cui inhaeret tiva, oportet ut aliquo modo in se contineat II Metaph., c. 6, ait potentiam et actum potest etiam ab illa effective fieri. Quando
passio; si vero sit substantialis, non oportet suam actionem et vim ac perfectionem ad facere multa, sed unum, non est sen- vero haec distinctio sit realis, quando vero
ut semper habeat proprium subiectum, sed eliciendam illam, et haec est proportio re- ipsa esse unum et idem, sed componere solum modalis, ex particulari natura unius-
satis est si per identitatem coniungatur ter~ quisita in tali potentia. m; loquitur enim de potentia receptiva cuiusque actus et potentiae, et ex aliis ef-
322 XLill.-Sección VI

efectos o señales. Y si dice alguien que a veces el acto y la potencia se disti iamente a un mismo género; más todavía, si se habla del acto propio e in-
sólo conceptualmente, como el género y la diferencia, responderemos que ello ti iato que responde a aquélla, y que es una acción, es siempre de diverso género,
lugar en el acto y potencia lógicos o metafísicos, mientras que nosotros est esto que el principio de acción es siempre una sustancia o cualidad; pero, si
hablando de la potencia real y física, comparada con su propio acto. Uama acto de esa potencia al mismo término o efecto, entonces a veces será
13. Finalmente, la parte última, que versa sobre la distinción esencial 1 mismo género, a veces de diverso, en conforn1idad con la razón de agente
clara fácilmente por lo dicho. Pues la potencia y el acto se distinguen atendí:ndo vaco o equívoco, como consta suficiente1nente por lo que se dijo anteriormente
a la realidad, y difieren según relaciones totalmente diversas y opuestas; por con..: las causas agentes. Sin embargo, la potencia pasiva tomada en sentido trascen-
siguiente, difieren por una razón esencial. Podrá decirse que también la acciótÍ:- tal no sie1npre pertenece al mismo género que su acto, sino solamente en el
y la pasión difieren por razón de las diversas relaciones, y, sin embargo no de que la potencia esté ordenada esencial y primariamente al acto, como
difieren realmente. Hay que responder que también la acción y la pasión' del os explicado ampliamente en el referido lugar. Por esta razón, si la potencia
mismo modo que se conciben como diversas, difieren esencialmente, al distin~se edicamental es pasiva, es siempre del mismo género que su acto formal y per-
en género y en predicamento. Y el que no se distingan realmente se debe a q1Ie cto; porque esta potencia pasiva, como hemos dicho, es sólo aquella que al
esas relaciones no son opuestas, sino que más bien están conexionadas necesaria•. 'smo tiempo es activa por un acto inmanente; y el acto inmanente pertenece al
mente en una e idéntica mutación; en cambio, el g.cto y la potencia no solamente. 'smo género que su potencia, por ser una verdadera cualidad, como se mostró
dicen relaciones diversas, sino también opuestas; más todavía, dicen referencia,:· , n la disputación precedente.
ambos entre sí como términos de dichas relaciones, y, por tal motivo, como:
por otra parte las relaciones son de diversas clases, es menester que el acto ·y
la potencia no solrunente se distingan reahnente, sino también que se diversifiquen SECCION VI
en sus razones formales o esenciales. Esto puede probarse también por inducción SI EL ACTO TIENE, CON RESPECTO A LA POTENCIA, PRIORIDAD DE DURACIÓN,
ya se tomen el acto y la potencia en sentido trascendental, como es claro e~ DE PERFECCIÓN, DE DEFINICIÓN Y DE CONOCIMIENTO
la materia y en la forma, y en cualquier principio activo y en su acción, ya se:
tomen predica.mentalmente, tal como nosotros hablamos principalmente; pues el l. Todas estas comparaciones entre el acto y la potencia las estableció Aris-
entendimiento y la intelección difieren esencialmente; y así en lo demás. '!¡jteles en el lib. IX de la Metafísica, c. 8 y siguientes. Y casi las mismas hicimos
14. Si el acto y la potencia están siempre bajo un mismo género.- Pero aqut: \:áótes entre la causa y el efecto, y después entre la sustancia y el accidente. Para
se ofrecía inmediatamente la cuestión de si, aun cuando la potencia y el act<f os se da casi la misma razón que para el acto y la potencia, pues también entre
dífieran específicamente, deben estar necesariamente bajo un mismo género; está; os interviene alguna razón de causa y de efecto. Pero siempre se ha de tener
cuestión, en efecto, suele disputarse extensamente~ sobre todo a causa de que,:_ te los ojos aquella distinción de que una cosa es comparar la cosa misma que
Aristóteles, en el lib. XII de la Metafísica, c. 5, afirma que son unos mismos lo~ e dice que está en potencia objetiva o lógica con la cosa existente en acto y otra
principios de las cosas en todos los géneros, a saber, el acto y la potencia. Perói amparar la potencia real con el acto real que le corresponde. Aristóteles, en efecto,
este punto lo hemos tratado ampliamente antes, en la disputación XIV, y, por' ·n el mencionado pasaje, parece hablar unas veces en un sentido y otras en otro.
ello, hay que decir brevemente que la potencia activa y el acto no pertenecen ne&;: in embargo, en esto la razón es muy distinta, y por eso hay que tratar en
,,:particular y brevemen~e de estas comparaciones.
fectibus vel signis colligendum est. Quod si~as; irnmo sese respiciunt
si quis dicat interdum distinguí solum ra- mmos illarum habitudinum, et ideo, e non necessario esse eiusdem generis; SECTIO VI
tione actum et potentiam, ut genus et dif- alias habitudines sint diversarum ration o, si sermo sit de proprio et immediato UTRUM ACTUS SIT PRIOR POTENTIA
ferentiam, respondebimus id habere locum necesse est ut actus et potentia non sol qui illi respondet quique est actio, sem- DURATIONE, PERFECTIONE, DEFINITIONE
in actu et potentia logicis, seu metaphysicis, in re distinguantur, sed etiam diversifice r ésse diversi generis, cum principium agen- ET COGNITIONE
nos autem loqui de potentia reali et physica tur in suis rationibus formalibus seu esseri . semper sit substantia vel qualitas; si vero
cum suo proprio actu cornparata. tialibus. Quod etiam inductione ostendi pot_ sé terminus seu effectus dicatur actus talis l. Has ornnes comparationes ínter actum
13. Ultima denique pars de distinctione est, sive sumantur potentia et actus trari otentiae, interdum erit eiusdem, interdum et potentiam fecit Aristoteles lib. IX Me-
essentiali facile ex dictis constat. Nam po- scendentaliter, ut patet in materia et fo diversi generis, pro ratione agentis univoci taph., c. 8 et sequentibus. Et fere easdern
tentia et actus distinguuntur secundum rem, et in quolibet principio activo et eius a <ilel aequivoci, ut satis constat ex supra dictis fecimus supra inter causam et effectum, et
et differunt secundum habitudines omnino ne, sive praedicamentaliter, ut nos praeci 'de causis agentibus. At vero potentia passiva postea inter substantiam et accidens. De
diversas et oppositas; ergo differunt secun- loquimur; intellectus enlln et intellectio eS- nscendentaliter sun1pta non semper est quibus fere eade1n ratio est quae de actu
dum essentialem rationem. Dices: etiam sentialiter differunt, et sic de caeteris. eiusdem generis cum suo actu, sed tune so- et potentia; nam ínter haec etiam aliqua
actio et passio differunt secundum diversas 14. Actus et potentia an semper sub eo lu.tn quando potentia est per se primo ordi- ratio causae et effectus intercedit. Sernper
habitudines, et tamen in re non diffetunt. dem genere.- Hic vero occurrebat sta · ·nata ad actum, ut citato loco late declara- autem est prae oculis habenda illa distinctio,
Respondetur etiam actionem et passionem, quaestio, esto potentia et actus specie · :imus. Quapropter potentia praedicamenta- quod aliud est comparare rem ipsarn quae
eo modo quo concipiuntur ut diversa, distin- rant, an necessario esse debeant sub eQ _Ja, si passiva sit, semper est eiusdem ge- dicitur esse in potentia obiectiva seu logica,
guí essentialiter, cum distinguantur genere genere; haec enim quaestio late disput neris cum suo actu formali et perfecto; nam ad rem existentem in actu; aliud vero est
et praedicamento. Quod vero non <listín~ solet, praesertirn propter Aristotelem, huiusmodi potentia passiva, ut declaravimus, comparare potentiam realem ad realem ac-
guantur secundum rem, ideo est quia illae Metaph., c. 5, dicentem eadem esse prin s:olum illa est quae simul est activa per tum illi correspondentem. Aristoteles enim,
habitudines non sunt oppositae, sed potius pia rerum in omnlbus generibus, scilic nentem actum; actus autem immanens in dicto loco, interdum in uno sensu, inter-
necessario connexae in una et eadem mu- actum et potentiam. Sed haec res late • sdem generis est cum sua potentia, cum dum in alio loqui videtur. Est autem in his
tatione; actus vero et poten tia non solum a nobis disputata supra, disp. XIV, et id Slt vera qualitas, ut praecedenti disputacione longe diversa ratio, et ideo sigillatirn ac bre-
dicunt diversas habitudines, sed etiam oppo~ breviter dicendum est potentiam activam ostensum est. viter de bis comparationibus dicendum est.
Disputaciones metafísi XLIII.-Sección VI
putación IX, sec. última. De una segunda manera puede entenderse la afirma-
Comparación de una cosa en potencia consigo misma existente en acto comparando una cosa en potencia consigo misma en acto, y en este sentido
blamos principalmente; y esto-lo indica Aristóteles más arriba, en el c. 11, al
2. Por consiguiente, en el primer sentido, ya sea que hablemos en general _ _ , cír que las cosas que están en potencia no pueden entenderse si no se reducen
del acto y la potencia, ya en particular acerca de una misma cosa en cuanto está- acto, ya que el acto es el principio de conocimiento de cada cosa. Esto es verdad
en potencia, comparada consigo misma en cuanto está en acto, es claro que- ei so para el acto de la existencia, y, hablando con propiedad, para la ciencia
acto tiene prioridad sobre la potencia en perfección, ya que para cualquier cosa anto se logra o se posee a partir de las cosas mismas. Este punto es claro en
es mejor estar en acto que en potencia; más todavía, sin estar en acto no hay ro caso, pues no podemos alcanzar un conocimiento de las cosas si no par-
ninguna perfección verdadera y real que sea algo en la realidad, como hemos os de las cosas existentes. 'En efecto, no conocemos las cosas posibles .si no
expuesto antes al tratar de la existencia. Y, por ello, incluso comparando absoluta._ partiendo de las actuales, ni las pretéritas o las futuras más que partiendo de
mente el acto con la potencia, por su propio género es mejor el acto; por esto que alguna vez fueron presentes; y no conocemos las privaciones más que por
siendo iguales las demás condiciones, cuanto más acto tiene una cosa y tná~ cosas positivas, ni los entes de razón sino por los reales. Y la razón es clara
separada está de la potencialidad, tanto es más perfecta. Y de aquí resulta también nosotros, porque adquirimos la ciencia partiendo de las cosas; es más, la reci-
que, en igualdad de condiciones, cuanto menos compuesta está una cosa de acto os por medio de los sentidos, y los sentidos no pueden ser inmutados más que
y potencia pasiva, y más actual es por sí misma, es tanto más perfecta, por r las realidades actualmente existentes.
alejarse tanto más del estar en potencia, ya que ese estar en potencia o se funda 4. Sin embargo, esto no solamente es verdadero en nosotros, sino en Dios
principalmente en la potencia pasiva, o en la potencia lógica juntamente con la -- 'smo, si se entiende de modo apropiado y en proporción, ya que también el
potencia activa extrínseca de la causa agente. 'smo Dios tiene toda su ciencia de manera esencial y primaria acerca de la
3. El acto tiene prioridad de conocimiento sobre la potencia.- Además, den.. existente en acto, o a partir de la cosa existente en acto; pues de modo
tro de esta misma comparación, es cierto que el acto tiene prioridad de conoci- ncial y primario se conoce a Sí mismo, que necesariamente existe en acto ; en
miento sobre la potencia, afirmación que puede tomarse en un doble sentido: ndo lugar, aunque conozca a las criaturas posibles con independencia de su
primero, comparando cosas diversas, de tal manera que se juzgue anterior en el 'stencia actual, no las conoce si no es por medio de Sí mismo y de su virtud
orden del conocimiento aquella que tiene más de acto y que incluye menos de 'nacida en cuanto contiene de modo eminente en su actualidad todas las cria-
potencialidad, afir1nación que es verdadera si con esa prioridad no se presupone ras posibles. En efecto, aunque Dios no reciba su ciencia de las cosas exteriores
algún orden entre estas cosas, de tal manera que una debiera conocerse antes que El, recibe (por decirlo a_sí) la ciencia de las cosas exteriores a El de Sí mismo,
la otra; esto, efectivamente, no es necesario, como es por sí evidente, sino que ha mo del objeto primario conocido. ·
de entenderse que esa prioridad consiste en una mayor aptitud que se da de parte 5. En cambio, se da otra razón acerca de la ciencia de los ángeles, que es
de esa cosa para ser conocida, a la manera como dijo Aristóteles, en el lib. Il de _mo intermedia entre la divina y la humana, y puede versar a veces sobre las
la Metafísica, text. 4, que de la misma manera que se comporta una cosa para sas posibles en sí mismas de modo inmediato. Y el motivo es que los ángeles
ser ente, se comporta también para ser cognoscible. Esto es también verdadero ienen la ciencia por infusión de las especies por parte de la causa primer"a, y en
considerando los valores de las cosas en sí mismas; considerándolas en relación ;)tanto a esto, en cierto modo, poseen la ciencia más bien por enseñanza que por
Con nosotros, no siempre sucede así, como expusimos con más amplitud en la

Co¡nparatur res in potentia ad seipsam datur in potentia passiva, aut in potentia }.t_ct. ult. Secundo modo intelligitur assertio 4. Verumtamen non solum in nobis, sed
in actu existentem logica cum extrinseca potentia activa causae , parando eamdem rem in potentia ad etiam in Deo ipso hoc verum habet, si recte
agentis. sam in actu, et sic praecipue loquimur; et accommodate intelligatur, quia etiam Deus
2. In priori ergo sensu, sive in communi 3. Actus prior est cognitione quam po.. ue significar Aristoteles supra, c. 11, di- ipse omnem suam scientiam habet primo et
de actu et potentia loquamur, sive in par- tentia.- Rursus secundum hanc etiam com- s: quae sunt potestate, non posse intelligi, per se circa rem actu existentem, vel ex re
ticulari de eadem re prout in potentia, com- parationem certum est actum esse priorem ' ' reducantur in actum, quia actus est actu existenti; nam primo ac per se cogno-
parata ad seipsam prout in actu, clarum est potentia cognitíone, quod in duplici sensu cipium cognoscendi unamquamque rem. scit seipsum, qui necessario actu existit ~
actum esse priorem quam potentiain per- sumi potest: primo, comparando res diver- od verum est etiam de actu existentiae, deíndej licet cognoscat creaturas possibiles
fectione, quia unicuique rei melius est esse sas, ita ut illa censeatur cognitione prior per se loquendo de scientia, quatenus ex independenter ab actuali existentia earum,
in actu quam in poten tia; immo absque es- quae plus habet de actu minusque potentia- us ipsis comparatur aut habetur. Quod non tamen cognoscit illas nisi per seipsum
se in actu nulla est vera et realis -perfectio3 litatis includit; quod est verum, si per illam"''.: nobis manifesturn est; non enim possu- et virtutem suam cognitam ut eminenter
quae in rerum natura aliquid sit, ut suPra prioritatem non intelligatur ardo aliquis in- s cognitionem rerum consequi, nisi a re- continentem in sua actualitate omnes crea~
tractando de existentia declaravimus. Et ideo ter huiusmodi res, ita ut una prius debeat existentibus initium sumamus. Neque turas possibiles. Quia licet Deus non acci-
simpliciter etiam comparando actum ad po- cognosci quam alia; hoc enim non est ne'"' res possibiles cognoscimus, nisi ex ac- píat scientiam a rebus extra sej accipit (ut
tentiam, melior est actus ex suo genere; cessarium, ut per se constat; sed intelligatur libus, neque praeteritas aut futuras, nisi ita loquamur) scientiam rerum extra se a
quare, caeteris paribus, qua res plus habet solum illa prioritas consistere in quadam :-' iis quae aliquando praesentes fuerunt; seipso, ut a primario obiecto cognito.
de actu magisque est separata a potentiali- maiori aptitudine quae ex parte talis rei est- <-- ue privationes cognoscirnus, nisi ex re- S. Alin vero ratio est de scientia ange-
tate, eo est perfectior. Et hinc etiam fit ut ut cognoscatur, quomodo dixit Aristoteles, positivis, neque entia rationis, nisi ex lorum, quae est veluti media inter divinam
caeteris paribus, qua res minus est compo- II Metaph., text. 4, sicut se habet aliquid ibus. Et ratio in nobis est clara, quia et humanam, et potest interdum esse de re-
sita ex actu et potentia passiva et per seip- ut sit ens, ita se habere ut sit cognoscibµ;. imus scientiam ex rebus, immo et per bus possibílibus in seipsis immediate. Et ra-
sam actualior est, eo sit perfectior, quia ea Quod etiam est verum consideratis mentls <'.~-ynsum ilbm accipirnus; non possunt au- tio est quia angeli habent scientiam per
magis elongatur ab esse in potentia; huius- rerum secundum se; quoad nos non ita :§:~J:n _sensus immutari nisi a rebus actu exi- infusionem specierum a prima causa, et
modi enim esse in potentia aut maxime fun- semper contingit, ut latius diximus disp. IX, <:-1ltentlbus. quoad hoc quodammodo habent scientiam
XLlll.-Sección Vl
intención. Y por esta razón dije que se trataba de la ciencia en cuanto se b · 0 existente ni a através de otra cosa conocida objetivamente como existente,
Y posee a partir·"d e las cosas mismas.
· Por· lo cual puede suceder tambi, ºtten de modo inmediato a través de su especie. Y la razón es que los ángeles
0
nosotros que por medio de la enseñanza tengamos noticia de cosas posible:n e_,>: iben de su Maestro, _que es ,Dios, las especies propias y perfectas de las cosas
cuando no muevan nuestro sentido ni nuestro entendimiento por su existe:~;:'; ta.mente con el lumen intelectual que les es connatural, las cuales son los
~ctua~. Esto se debe a que, cuando se posee el conocimiento por una enseñ ci:a:- cipios perfectos de la ciencia propia de tales realidades. Sin embargo, es
mfu. s1on, · · de esas mismas
· se supone ya ¡a c1enc1a · cosas en otro que la anzae ,..o,;>:: rdad que esas mismas realidades posibles no se conocen en el verdadero ser
o _infunde, en el cual está la ciencia por las cosas mismas o por algunansen~- · su esencia sin alguna relación al ser actual de la existencia; pues, como
existente actualmente; y así incluso en la ciencia obtenida por enseñanza COS:a irnos antes, no hay más esencia real que la que tiene aptitud para existir.
dad que aJ menos med"1atamente proviene · de alguna cosa existente en actoes ver- de acuerdo con esta explicación, puede decirse también que el acto tiene
1
tal sentido se extiende al conocimiento de los posibles. Y en 'ioridad de definición sobre la potencia, ya que no puede definirse ni entenderse
6. En esto hay que advertir también la diferencia entre el conocimi erfectamente qué es estar en potencia si no es a través del estar en acto o por
hum~no Y el angélico, y es que el conocimiento humano que se adquiere ento_ ferencia al mismo.
ensenanza no puede ser nunca perfecto ni tener razón de ciencia si al m· POt
· • lSillO
tiempo no se toma de las cosas actualmente existentes y de algún modo conocid Comparación de las cosas en acto y en potencia en cuanto a la duración
ya que el, entendir;tiento humano~ no es capaz de formar conceptos propios de j~
~osas. b_asandose so~o en la_ ensenanza, puesto. que el n1aestro humano no puede , 7. Por último hay que decir en esta comparación que no es absolutamente
1mp~1mrr las _esp~c1es propias de las cosas, smo únicamente hablar con palabras , cesario que el ser en potencia preceda en duración al ser en acto, ni al con-
Y signos arbitrarios, que no son suficientes para formar los conceptos pro¡)io ---, rio, que el ser en acto preceda al ser en potencia, tanto en un mismo individuo
d_e la~ cosas. Por ~sto es menester que a veces se ayude el discípulo con la ex ~ o en diversos dentro de la misma especie; sin embargo, de hecho, en todas las
nencia de los sentidos. Por esta razón dijo Aristóteles, en el lib. I de los Analítt~!s as que no son Dios el ser en potencia precede en duración al ser en acto,
Segundos, c. 14, que el que carece de un sentido no puede alcanzar la ciencia to en las especies como en cada uno de los individuos, aunque necesariamente
perfecta .d~ aquellas ~osas que sólo pueden percibirse con ese seutido, y en el n ser en acto virtual o eminente del mismo Dios preceda a cualquier ser en po-
de la Fistca, c. 1, dice que el ciego de nacimiento que raciocina acerca de los cia, no en tiempo, sino en naturaleza. La parte primera de esta afirmación
colores, habla de n?mbres, pues no es capaz de concebir la realidad misma. Por -~~ sigue de la opinión de Aristóteles, que establece que el mundo es eterno; de
tanto, el hom~re, incluso cuando aprende mediante la enseñanza, debe ayudar.. -> -ese modo, pues, el ser posible no precedió en duración al ser en acto, y no
se de los sentidos para poder adquirir la ciencia, los cuales versan únicamente-, ;$olamente en Dios, sino tampoco en las criaturas (hablando en general y confu-
acerca- de las cosas singulares y existentes, aunque, una vez adquirida la ciencia _: :_ amente, y no en particular de una u otra criatura), ya que se supone que las
'~ria.turas existieron desde toda la eternidad. Y, aun cuando esa afirmación de
pu.eda retenerla perfectamente y valerse de ella magníficamente para cosas n~<?
-~istóteles sea falsa, no es, sin embargo, de _todo punto imposible, y, por lo mis-
existentes, com~ es evidente por sí, y lo aduce Aristóteles en el II De Anima---~-'
c. 4, y en el hb. III, c. 4. En cambio, la ciencia angélica puede ser perfect~; :roo_, dijimos que no es necesario que el ser en potencia preceda en duración al
versando acerca de una cosa posible, aun cuando nunca la conozcan los ángeles r en acto. En cambio, los que niegan que una criatura pueda ser producida desde
toda la eternidad dirán consecuentemente que el ser en potencia se supone nece-
per doctrinan1 potius quam per intentionem. rum conceptus formare, quia doctor huma- ,cognita ut existens, nec per aliam rem ob- actu, neque, e converso, ut esse in actu prae-
Et ideo dixi sermonem esse de scientia qua- nus proprias rerum species imprúnere non_-. iective cognitam ut existentem, sed imme- cedat esse in potentia, neque in eodem in-
tenus ex rebus ipsis comparatur et habetur. potest, sed solum loqui verbis et signis ad_ .-diate per suam speciem. Et ratio est quia dividuo, neque in diversis in eadern specie;
Unde etiam in nobis contingere potest ut placitum, quae non sufficiunt ad proprios 3.ngeli a suo Doctore Deo proprias et per- de facto tamen in omnibus rebus extra
per doctrinam habeamus notitiam de rebus rerum conceptus formandos. Quare necesse-· .:-fectas rerum species accipiunt simul cum Deum esse in potentia praecedere duratione
possibilibus, etiamsi per suam actualem exi- est ut interdum iuvetur discipulus experi- Jntellectuali lumine sibi connaturali, quae esse in actu, tam in speciebus quam in sin-
stentiam non moveant sensum et intellectum mento sensuum. Propter quod dixit Arista~ Sunt perfecta principia propriae scientiae ta- gulis individuis, quamquam necessario esse
nostrum. Et ratio est quia, quando cognitio teles, I lib. Poster., c. 14, eum qui sensU-' . lium rerum. Verum est tamen has ipsas res in actu virtuali seu eminenti ipsius Dei an-
habetur per doctrinam vel infusionem, iam aliquo caret, non posse consequi perfectam- possibiles non sciri secundum verum esse tecedat non tempore, sed natura quodlibet
supponit scientiam earumdem rerum in alio scientiam earum rerum quae solo illo sensu -essentiae sine aliqua habitudine ad actuale esse in potentia. Prior pars huius assertionis
docente vel in-fluente, in qua est scientia possunt percipi, et II Phys., c. 1, ait caecum, esse existentiae; nam, ut supra diximus, es- sequitur ex opinione Aristotelis ponentis
ex rebus vel ex aliqua re actu existente· a nativitate qui de coloribus ratiocinatur, . ·de-\', sentia realis non est nisi quae apta est ad mundum aeternum; sic enirn non solum in
et ita etiam in scientia per doctrinarn ve: nominibus disserere, nam rem ipsam conci~/ ' existendum. Et secundum hanc considera- Deo, sed etiam in creaturis (loquendo in
rum _habet quod saltero mediate provenit ex pere non potest. Horno igitur, etiam cuui , tfonem potest etiam dici actus prior defini- communi ac confuse, et non in particulari
aliqua re actu existente, et sic extenditur per doctrinam addiscit, iuvari debet sensi- tione quam potentia, quia nec definiri pot- de hac aut illa creatura) non antecessit du-
ad cognitionem possibilium. bus, qui solum circa res singulares et exí.. , est, nec perfecte intelligi quid sit esse in ratione esse possibile ad esse in actu, quia
6. In qua est etiam notanda differentia stentes versantur, ut possit scientiam acqui• potentia, nisi per esse in actu vel per habi- ex aeternitate ponuntur creaturae actu ex-
inter humanam cognitionem et angelicam, rere, quamquam post semel acquisitam scien.. tudinem ad illud. titisse. Et quamvis illa assertio Aristotelis
quod humana cognitio quae acquiritur per tiam possit eam perfecte retinere, et ea per- falsa sit, non est tamen omni ex parte irn-
doctrinam nunquam potest esse perfecta et fecte uti circa rem non existentem, ut per Comparantur in duratione res in actu possibilis, et ideo diximus non esse neces-
habere rationem scientiae, nisi sirnul ex re- se notum est, et tradit Aristoteles, II de et in potentia sarium ut esse in potentia praecedat dura-
bus actu existentibus et cognitis aliquo mo- Anirn., c. 4, et lib. III, c. 4. At vero ange.. 7. Ultimo dicendum est in hac compa- tione ante esse in actu. Qui vero negant
do sumatur, quia non potest intellectus hu- lica scientia potest esse perfecta circa rem ratione non esse simpliciter necessarium ut fieri posse aliquam creaturam ab aeterno,
manus ex vi solius disciplinae proprios re- possibilem, etiamsi ab angelis nunquam sit esse in potentia praecedat duratione esse in consequenter dicent esse in potentia neces-
328 utación XLlll.-Sección VI

sariamente en el orden de duración antes que el ser en acto en las cosas qu--:-:: detenerse necesariamente en algún acto necesario de suyo que contenga todas
pueden estar en potencia; en Dios no tiene tampoco aplicación esta comparacióne_ cosas que tienen el ser en potencia. Y así, en todo el ámbito del ente, ser
ya que por necesidad intrínseca está en acto. Sin embargo, no tenemos a est) . acto es lo primero de todo, ,_y de él tiene su origen en cierto modo el que
opinión por verdadera más que en las realidade~ sucesivas, y, por ello, habland~ nas cosas estén en potencia. Y, aun cuando el ser en acto del mismo ente
en absoh.~to de las cr1atu~~s, no creemos necesario que el ser en. potencia precedá > esario no preceda en duración al ser en potencia de los otros entes posibles,
en duración a la producc10n de la cosa. En efecto, pudo producirse desde la eter~' • que inmediatamente que existe aquél por su propia virtud son posibles los
nidad cualquier especie de cosas permanentes, y así pudo tfl,mbién estar siempre<"· ás, sin embargo precede en orden de naturaleza por la misma razón.
en acto la misma especie por razón de uno o de varios individuos, y, habland(),"
en sentido diviso, cualquier individuo pudo estar en acto desde la eternidad al Comparación de cada potencia con su acto
arbitrio de Dios.
8. Todas las cosas menos Dios existieron en potencia con prioridad de dura.,. 9. Acerca de la segunda comparación entre la potencia real y su acto, que se
ción a la acción.- Sin embargo, de hecho, como sabemos por la fe que todas las ere más a nuestro propósito, podemos distinguir además entre la potencia toma-
cosas fueron hechas en el tiempo, resulta que todas las especies y todos los indi- en sentido amplio y trascendental y la potencia propia predicamental; sin
viduos de . la~ cosas creada~ existieron antes en po~~ncia que en acto propio y bargo, para no detenernos en una cosa sencilla, lo trataremos de modo absoluto
formal. Ar1stoteles, en cambio, como puso una suces1on perpetua de generaciones en general, e indicaremos al mismo tiempo lo que hubiere de peculiar en la
afirmó, en el lib. IX de la Metafísica,_ c. 8, que, aun cuando respecto de u~ tencia predicamental.
mismo sujeto el ser en potencia preceda al ser en acto, sin embargo respecto d~ 10. El acto del agente como tal no es más perfecto que la potencia.- En
toda la especie o del conjunto de todos los individuos previamente a cualquier iroer lugar hay que decir, por tanto, que el acto de la potencia agente como
ser en potencia precede un ser en acto, ya que lo que está en potencia no podrta por su propio género no ti~ne priorid~~ de perfección. sobre la p~tencia;
quedar reducido al acto, a no ser que se suponga otra cosa existente en acto. s todavía, que tampoco se le anade perfecc1on a una determinada potencia como
Sin embaz:go, esta opinión, como dije, parte de un fundamento falso, y la razón por el hecho de ejercer un determinado acto. Se prueba porque ese acto, o es
aducida prueba sólo la parte última de nuestra conclusión, concretamente, que- acción de esta potencia, o el término de la acción; ahora bien, la acción corno
respecto de toda la especie existente en potencia se supone en acto necesariamente es algo imperfecto, como es evidente por sí mismo; igualmente, el término de
alguna virtud eminente que pueda reducir al acto a esa potencia. Efectivamente1_ acción, hablando con propiedad, no supera a la virtud activa, a no ser tal vez
las especies de las criaturas no habrían podido estar en potencia si no hubiese: e aquélla sea solamente instrumental, como apuntó Aristóteles en el lib. VIII
precedido algún agente en cuya virtud estuviesen contenidas, y, por ello, es me- la Metafísica, c. 7. Por consiguiente, la potencia activa por ·SU propio género
nester que no hayan estado en potencia con más anterioridad que en algún acto tiene razón para ser menos perfecta que su acto; más todavía, como su acto
en el cual estuviesen contenidas virtual o eminentemente, acto que era preciso que cede de ella y participa de ella cuanto tiene de perfección, es menester que
fuese de suyo y absolutamente necesario, porque, de lo contrario, también él estaría a más perfecta por su propio género y que la potencia activa más perfecta
antes en potencia que en acto. Por ello también habría debido estar contenidó. pere en perfección a cualquier acto que puede emanar de ella, aun cuando
en otro acto eminente y :virtual, y, como no se puede seguir hasta el infinito, hay en particular alguna virtud activa pueda tener la misma perfección que su acto

sario supponi ordine durationis ante esse in eiusdem subiecti esse in potentia praecedat "ftecessario sistendum est in aliquo actu per quid fuerit proprium potentiae praedicamen-
actu, in iis rebus quae possunt esse in po- esse in actu, tamen respectu totius speciei _;"se necessario virtute continente omnia quae talis.
tentia; in Deo etiam non habet locum haec seu collectionis omnium individuorum, ante :habent esse in potentia. Atque ita in tata 10. Actus agentis ut sic non est perfectior
comparatío eo quod ex intrinseca necessi- quodlibet esse in potentia antecedere aliquod fatitudine entis esse in actu est prirnum quam potentia.- Primo ergo dicendum est
tate sit in actu. Hanc vero sententiam non esse in actu, quia non posset id quod est ;:o_fuoium, et ab illo quodammodo habet ori- actum potentiae agentis ut sic, ex suo gene-
existirnamus veram nisi in rebus successivis, in potentia in actum reduci nisi supponeret _.ginem quod res aliquae sint in potentia. Et re non esse priorem perfectione quam po-
et ideo, absolute loquendo de creaturis, non aliud in actu existens. Verum haec senten- Jícet esse in actu ipsius entis necessarii non tentiam, immo neque tali potentiae ut sic
censemus necessarium ut esse in potentia cia, ut dixi, procedit ex falso fundamento. p_raecedat duratione ante esse in potentia addi perfectionem ex eo quod exerceat ta-
duratione praecedat rei productionem. Potuit Ratio vero tacts solum probat ultimam par... áliorum entium possibilium, quia statim ac lem actum. Probatur: nam talis actus est aut
enim quaelibet species rerum permanentium tem nostrae conclusionis, nimirum respectu illud est, ex virtute eius caetera sunt possi- actio huius potentiae, aut terminus actionis;
ab aeterno produci, et ita potuit et ipsa spe- totius speciei existentis in potentia, neces- ·-bilia, antecedit tamen ol'dine naturae ob actio autem ut sic quid imperfectum est,
cies semper esse in actu ratione unius vel sario supponi in' actu aliquam eminentern; J~~mdem causam. ut per se constar; terminus item actionis,
pludurü iu<livi<luorum, et quodlibet etiam virtutem a qua possit illa potentia in actum per se loquendo, non excedit virtutem acti-
individuum, divisim loquendo, potuit ex ae- revocari. Non enim potuissent creaturarum Comparatur unaquaeque potentia varn, nisi fortasse illa tantum sit instrumen-
ternitate esse in actu pro Dei arbitrio. species esse in potentia nisi praecessisset ali- ad suum actum talis, ut attigit Aristoteles, lib. VIII Metaph.,
8, Res ornnes extra Deum prius duratio- quod agens in cuius virtute continerentur, c. 7. Potentia ergo activa ex suo genere non
ne extitere in pote11tia, quam in actione.- et ideo necesse est ut non prius fuerint in 9, Circa alteram compal'ationem inter po- habet quod sit minus perfecta quam actus
At vero de facto, cum ex fide constet om- potentia quam in aliquo actu in quo virtua- tentiam l'ealem et actum eius, quae magis eius; irnmo, cum ab illa procedat eius actus,
nia fuisse in tempore producta, fit ut omnes liter seu eminenter fuerint contentae, quem ----:ad nostrum institutum spectat, distinguere et ab ea participet quidquid perfectionis ha-
species omnhque individua rerum cl'eatarum actum oportuit esse de se et omnino neces- "tllterius possumus inter potentiam late et bet, necesse est ut ex suo genere sit per-
prius fuerint in potentia quam in actu pro- sarium, alioquin etiam ille prius fuisset in transcendentaliter sumptam, et propriam po- fectiol', et quod perfectissima potentia activa
prio et formali. Aristoteles autem, quia po- potentia quam in actu. Unde etiam debuis- ..tentiam praedicamentalem; verumtamen ne superet in perfectione quemlibet actum qui
suit successionem genel'ationum perpetuam, set contineri in alio actu eminenti et virtua- ::in re facili immoremur, dicemus simpliciter ab ipsa manare potest; quamvis in particu-
dixit, lib. IX Metaph., c. 8, licet respectu li; cumque non possit in infinitum procedi, ·et in communi, et simul indicabimus si ali- lari aliqu'.:l virtus activa possit esse aequalis
330 Disputuciones rnetafísi
putación XLlll.-Sección VI 331
en cuanto al término de la accton, como en los agentes unívocos, y otras vecé
sea menos perfecta, como en las virtudes instrumentales. ¿Tiene la operación de la potencia activa prioridad de conocimiento sobre
11. El efecto del agente transeúnte no le añade a él mismo ninguna perfec otencia? .- A~emás haY_ que afir171ar qu~ l~ operación d: l_a potencia activ~,
ción.- La acción transeúnte no perfecciona al agente.- Y, en cuanto a que Qndo en términos esenciales,- no tiene prioridad de co~oc11n1ento o d~ defini-
acto no perfeccione a la potencia misma, lo admiten _todos ac~rca _del término d(i- asobre la potencia misma, sino que sucede al c.ontrar10~ ex~epto ún1came:ite
la acción, a no ser que por otra razón se reciba en la potencia mtsma; entonce$.--::-)\ el caso de la potencia predicamental qu7, esencial y prunar1amei:te, ha s~do
1· uida para esa acción. Se prueba la primera parte porque la virtud activa
en efecto, la perfeccionará no porque sea término de la acción, hablando en sentid¿_:>
formal, sino porque él mismo_ es su acto formal, y se comporta con ella no como -- ~r su propio género más eminente que su acción y puede ser una realida~
con una potencia agente, sino como con una receptiva. Pero, prescindiendo dé S ~mente desligada incluso de la relación trascendental a su acto; por cons1-
esta relación, el término de la acción corno tal es una realidad extrínseca a la ot. te el conocimiento o la definición de esa virtud no supone de suyo el
ien, ... 1 .
¡"miento de su accion, ni tampoco a requiere
d e suyo en su dfi"··
e n1c1on ab -
potencia misma agente, y, como decía antes, no es propiamente su acto, ya que oc 1 d" 1 . . a d"icho
no dice relación a ella por sí, sino por medio de la acción; por consiguiente, ~o ta Es más al contrario, como esa acción en cuanto es ta ice re acion
u . ' .
•·. m" ipio requiere de suyo ser conocida y definida en or en a e .d '! y al reves,

es una perfección suya. En cambio, acerca de la acción consta esto primerarnenté. re
de la potencia activa de Dios y de su acción, que propiamente es sólo la acción ad .~·> e 'esa virtud es causa esenc1al
. de una accion .. deterrruna
. da que 1a contiene .
porqu · d d'
extra; y para esta potencia no es mejor· ni más perfecto obrar -actualmente que no- :e-·
·.... <nentemente, cuando se conoce perfectamente esa v1rtu . . , po ra conocerse . su
d
obrar. Y, acerca de la acción de la potencia activa creada, dudan algunos o piensari ;:.,. i"ón por medio de ella como por su causa; por cons1gu1ente, esa potencia es e
accyo anterior a su acto en el orden de conocrmiento,
. . mas. b"1~n qu~ a1 reve~.
,
lo contrario; sin embargo, si la acción es transeúnte, no es el acto formal de la
misma potencia agente, antes bien la denomina agente en acto sólo de manera· 13. Se soluciona una objeción.- Se dirá que la potencia activa de Dios, aun
extrínseca, y la denominación extrínseca no es una perfección propia y formal; ando es la más perfecta e independiente de. todas, no puede conocer~e o cap-
pues, aunque algunos la llamen perfección extrínseca, sin embargo ~n realidad de se exactamente sin que se conozca su acción, al menos como po.s1~le; por
verdad eso no es ser perfección más que de nombre sólo. Porque, si es extrínseca, nSl"guiente, el conocimiento exacto de la potencia dependeddel. conoc1m1ento . de
no confiere a la cosa denominada ningún set' real; por tanto, tampoco una per- acción; por tanto, esa acción, por este motivo,. puede. ecrrse anterior ~,su
fección real, pues ésta no se da sin el ser real, sobre lo cual trataremos con más· tencia en el orden del conocimiento. No faltan quienes nieguen esa afirmacion;
amplitud después al ocuparnos de la acción. Y si nos referim.os a la acción inma- , sin embargo, creo que hay que admitirla y que hay . que . negar la con~ecue~­
nente ésta, ciertamente, es la perfección formal de la potencia de que emana, ya: .:Cia ya que ello no sucede por razón de la dependencia, sino de la em1nenc1a
que Permanece en ella, y por eso no tanto es una perfección suya como agente de' la causa y de la necesaria consecución. Pues de la misma manera que hemos
cuanto como receptiva, y consecuentemente la acción no perfecciona e~ cuanto idicho con frecuencia en lo que precede que algunas veces ~ucede q1:1e una co.sa
acción, sino en cuanto recepción o pasión. Y así resulta 9ue la pot~ncia. agente'.. '110 puede darse sin otra, no porque dependa de ella en. sentido prop~o, es ~;crr,
por su propia razón no sea perfe~cionada po.r su acto, smo que mas bi~n ella como de causa y a priori, sino porque se le une necesariamente por d1manac1on o
perfeccione eficientemente a su acción, y mediante ésta perfeccione al paciente Ct: . de otro modo, en este sentido hay que entender, en el caso presente? que una
al efecto. ·(:osa pueda ser conocida necesariamente con otra, no porque ~enga prior1da? de
>conocimiento, sino más bien al revés, porque se conoce necesariamente por Vll'tud
perfectionis cum suo actu quoad terminum agere. De actione vero potentiae activae
actionis, ut in univocis agentibus; aliquando creatae aliqui dubitant, vel oppositum sen·,
vero sit minus perfecta, ut in virtutibus in- tiunt; tamen si actio sit transiens, non est 12. Operatio potentiae activae, an sit prior prior cognitione suo actu quam e converso.
strumentalibus. formalis actus ipsius potentiae agentís, sed ··éognitione quam potentia.- Deinde dicen- 13, Obiectio solvitur.- Dices: potentia
11. Effectus transeuntis agentis nullam solum extrinsece illam denominat actu agen.. ·: dum est potentiae activae operationem, per activa Dei, etsi sit omnium perfectissima et
addit illi perfectionen~.- Actio transiens non te1n; denominatio 2utem extrínseca non est '·,.Se loquendo, non esse priorem cognitione absolutissima, non potest exacte cognosci
perficit agens.- Quod vero talis actus non perfectio propria et formalis; licet enim a ·aut definitione ipsa potentia, sed potius e seu deprehendi, quin cognoscatur act10 eius~
perficiat ipsam potentiam, de termino actio- quibusdam vocetur extrínseca perfectio, re ,.·.Converso nisi solum in potentia praedica- salte1n ut possibilis; ergo pendet exacta
nis omnes fatentur, nisi aliunde recipiatur in tamen vera ;lloc non est esse perfectionem, mentali, 'quae per se primo ~stituta est a.d cognitio potentiae ex cognitio~e ac?oni~ ;.
ipsamet poten tia; tune enim perficiet illam, nisi nomine tantum. Quia si est extrinseca, talero actionem. Probatur prior pars, quia ergo ex hac ratione potest tahs acuo d1c1
non quia est terminus actionis eius, forma- nullum esse reale confert rei denominatae; :Virtus activa ex suo genere est eminentior prior cognitione sua potentia. Non desunt
liter loquendo, sed quia ipse est actus for- ergo nec realem perfectionem; haec _ ez.i~. >actione sua, et potest esse res omnino abso- qui negent assumptum; ego vero illud ~d­
malis eius, et ita comparatur ad illam, non non est sine esse realí, de quo plura dice~ luta, etiam a transcendentali habitudine ad mittendum censeo, et negandam consecut10-
ut ad potentiam agentem, sed ut ad reci- mus infra disputando de actione. Si vero suum actum; ergo cognitio aut definitio ta- nem quia id non est propter dependentiam
pientem. Seclusa autem hac habitudine, ter- loquamur de actione immanenti, illa quidem ~lis virtutis per se non supponit cognitionem sé:d 'propter eminentiam causae et necessa-
minus actionis ut sic est res extrinseca ipsi est perfectio formalis eius potentiae a qua actionis eius, nec per se illam requirit in riam consecutionem. Sicut enim in superio-
potentiae agenti, et, ut supra dicebam, non manat, quia in illa manet, et ideo non tam sua absoluta definitione. Quin potius e con- ribus saepe diximus aliquando contingere
est proprie actus eius, quia per se non ha- est perfectio eius ut agens est, quam :it re~i.. ,· verso, cum illa actio, quatenus talis est, di~ unam rem non posse esse sine alia, non
bet habitudinem ad illam, sed media actio- piens est; et consequenter non perfic1t act10 .' . cat habitudinem ad tale príncipium, per se quia ab illa pendeat proprie ut a causa et
ne · non est ergo perfectio eius. De actione ut actio, sed ut receptio seu passio. Atq_ue :>..:requirit ut per ordinem ad illud cognoscatur a priori, sed quia per dimanationero vel alío
ve:o primum id constat de potentia activa ita fit ut potentia agens ex ratione sua non -:: ac definiatur. Et e contrario, quia illa virtus modo necessario illi coniungitur, sic in prae-
Dei et actione eius, quae proprie solum est perficiatur actu suo, sed potius ipsa I?erfí:- est per se causa talis actionis eminenter con- senti intelligendum est posse unam rem
actio ad extra; non est autem melius aut ciat effective actionem suam, et per illam '. .tinens illam, cognita perfecte tali virtute, per necessario cognosci cum alía, non quia sit
perfectius illi potentiae actu agere quam non perficiat vel passum vel effectum. i1lam tamquam per causara poterit actio eius cognitione prior, sed potius, e converso, quia
cognosci; ergo ex se talis potentia est potius ex vi alterius necessario cognoscitur, Dixi
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Disputaciones metafísic putación XLlll.-Sección VI 333


de la otra. Y dije en la afirmación hablando en términos esenciales, es decft.·'.~ esiva, y, por ello, es preciso que al n1enos por un instante suponga la potencia,
considerando el orden o el modo del conocimiento que las cosas mismas requiere~·.>. as todas que fueron tratadas más ampliamente antes, en la disputación XXVI.
de suyo; pues, respecto a ·nosotros, sucede .con frecuencia que la operación tenga· 15. Y con esto se muestra---fácilmente, por el contrario, que no siempre es
prioridad de conocimiento sobre la p.otenc1a, ya que no 5ºn.ocemos las cosas q; .. eciso que la potencia agente preceda en duración a su acción; pues, si la acción
priori, sino a través de sus efectos. Sin embargo, se ha anad1do la excepción de suyo no se produce con resistencia del contrario, ni incluye intrínsecamente
aquellas potencias o cualidades que esencial y primariamente han sido instituidas,. esión, sino que puede producirse de repente, podrá existir con simultaneidad
por naturaleza para la acción; pues, como la esencia de éstas incluye una relación poral respecto de su potencia. En efecto, esa potencia en el primer instante de
trascendental a su acto, no puede conocerse o definirse si no es por medio de ser puede tener reunidos y aplicados al mismo tiempo todos los requisitos para
él o en orden a él, como diremos inmediatamente acerca de las potencias pasivas, acción; por consiguiente, si es libre, podrá ejercer al mismo tiempo su acción
porque en esto se da para ambas la misma razón. uso de su libertad; y, si es natural, tendrá por necesidad una acción de igual
14. La potencia activa tiene prioridad de naturaleza sobre el acto.- ¿Tiene- ración que ella.
también prioridad de duración?- En tercer lugar hay que decir que la potencia 16. Todas estas cosas son verdaderas comparando individualmente cada po-
activa es absolutamente anterior en naturaleza a su acto y que puede ser también ncia con su acto. Pero, comparando en común o en especie y respecto de indi-
anterior en duración, aunque esto no sea siempre necesario. Toda esta conclusión "duos diversos la potencia activa con su acto, piensan algunos, siguiendo a Aris-
está tornada de Aristóteles en el lugar citado, y la parte primera es clara po.r teles, lib. V de la Metafísica, c. 8, que es necesario que la potencia preceda en
lo dicho anteriormente acerca de las causas, porque la potencia activa es causa empo a su acto. Sin embargo, Aristóteles no compara allí la potencia activa con
eficiente de su acto; por consiguiente, es trunbién absolutamente anterior en natura- acto, sino el ser en potencia con el ser en acto, comparación que, aplicada
leza a él. En cambio, acerca del orden de duración, sabemos, en primer lugar, que el caso presente, sólo puede tener este sentido: que, si en algún individuo
la potencia no puede ser posterior en duración a su acto, ya que se presupone y una potencia agente sola~ente e!l potei:cia para la acción, necesariament~
para él como principio suyo. Sin embargo, Aristóteles exceptúa aquellas potencias cedió en otro una potencia parecida activa en acto; a la manera que st
que se adquieren con el uso, como es el arte; pero éstos son más bien hábitos: dro está en potencia para generar, precedió en otro la potencia produciendo en
y nosotros tratamos de la potencia más estrictamente en cuanto se distingue del to la generación. En tal sentido esta afirmación supone, en primer lugar, una
hábito. Y los mismos hábitos, aun cuando supongan los actos, no suponen, sin inión falsa acerca de la eternidad del inundo; por lo demás, consta que Adán
embargo, los que ellos producen, sino otros semejantes en cuanto a la sustancia tuvo en potencia, respecto de la generación, antes de haber engendrado a ningún
o la especie, que suponen necesariamente una potencia natural que los produce. bre. Además, aun admitido ese principio, tal comparación formalmente no
Además, es cierto que la potencia agente no depe~de de suyo de su acto; por e aplicación más que en las potencias de las cuales una procede de algún
eso en este aspecto no repugna que preceda en tiempo. Y, por otra parte, la o del acto de la otra, como sucede en ese ejemplo de las potencias generativas,
po(encia no siempre termina por necesidad en el acto, bien porqu~ se trate. de en el calor, que recibe la virtud de calentar mediante un calentamiento anterior.
una potencia libre, bien porque, aun cuando de suyo actúe por neces1dad, no tiene i~1 embargo, en las otras acciones esto no es preciso, hablando formalmente;
aplicados siempre todo~ los requisitos para obrar, o bien porque la acción misma es roo, por ejemplo, aun cuando Pedro esté en potencia para producir actos de
or a Dios y aun cuando hubiese hombres desde toda la eternidad, no es

saltero per instans supponat potentiam, teles ibi non comparat potentiam activam ad
autem in assertione per se loquendo, id est, potentia activa est causa efficiens sui ae tus; ae omnia latius dicta sunt superius, disp. suum actum, sed esse in potentia ad esse
considerando ordinem seu modum cognitio- ergo et simpliciter prior natura illo. De or- VI. in actu, quae comparatio in praesenti appli-
nis quem res ipsae secundum se postulant; díne vero durationis, constat itnprimis po- 15. Atque hinc facile e contrario ostendi- cata solum potest habere hunc sensum 1 quod
nam respectu nostri, saepe contingit ut op7- tentiam non posse esse posteriorem dura- irir non oportere ut semper potentia agens si in aliquo individuo est potentia agens
ratio sit prior cognitione quam potentia, quia tione suo actu, cum ad illum supponatur tluratione praecedat suam actionem; nam si t1ntLun in potentia ad agendum, necessario
non cognoscimus res a priori, sed per ef- tamquam principium eius. Excipit tamen ex se neque fiat cum resistentia con- in alio praecessit similis potentia actu agens:
fectus. Addita vero est exceptio earum po- Aristoteles illas potentias quae usu acqui-, ii1 neque includat intrinsece successio- ut si Petrus est in potentia ad generandum,
tentiarum seu qualitatum quae per se pri- runtur, ut est ars; sed illae potius sunt ' sed subito fieri possit, poterit simul in alio praecessit potentia actu eliciens gene-
mo natura sua sunt institutae ad actionem; habítus; nos autem strictius agimus de po- tempore cum sua potentia. Nam potest rationem. Quo sensu talis assertio supponit
nam cum earum essentia includat transcen- tentia ut contra hubitum distinguitur. Et potentia in primo instanti sui esse imprimís falsam sententiam de mundi aeter-
dentalem habitudinem ad suum act_um, non ipsimet habitus, licet supponant act'4S, no~ ere simul coniuncta et applicata omnin nitate; alioqui constat Adamum prius fuisse
potest nisi per illum seu in ordine , ad tamen eos quos eliciunt, sed alios similes equisita ad agendum; ergo si sit libera, in potentia ad generandum, quam ullum ho-
illum cognosci seu definiri, ut statim d1ce- quoad substantiam vel speciem, qui neces- ro sua libertate poterit simul exercere ac- minum genuisset. Deinde etiam pasito illo
mus de potentiis passivis; nam in hoc ea- sario supponunt potentiam naturalem a qua :~ionem suam; si vero sit naturalis, ex neces- principio, comparatio illa formaliter non
dem est utrarumque ratio. eliciantur. Deinde certum est potentiam sitate habebit a9tionem sibi coaevam. habet locum, nisi in iis potentiis quarum
14. Potentia activa prior est natura quam agentem per se non pendere ab actu suo. ,-, ,, 16. Quae omnia vera sunt comparando una procedit aliquo modo ab actu alterius,
actus.-An etiam prior duratione.- Tertio Et ideo ex hac parte non repugnat tempore ~In individuo unamquamque potentiam ad ut contingit in illo exemplo de potentiis ge-
dicendum est potentiam activam esse sim- antecedere. Aliunde vero non semper pote~­ <.'~~um -actum, Comparando autem in com- nerativis, vel in calare, qui vim calefaciendi
pliciter priorem natura suo actu, posse etiam tia ex necessitate procedit in actum, vel quta Jnuni seu in specie et respectu diversorum accipit per priorem calefactionem. At vero
esse duratione priorcm, quamquam non sem- libera est, vel quia, licet ex se agat ex: ne- ;J:ndivíduorum potentiarn activam ad actum in aliis actionibus id non est necesse, for-
per necessariutn id sit. Tata haec conclt;isio cessitate, non tamen semper habet applica!a ;_~u_um, censent aliqui, ex Aristotele, V Me- maliter loquendo; ut, verbi gratia, licet Pe-
sumitur ex Aristotele, citato loco, et prima omnia requisita ad agendum, vel certe quia ;;_!ttph., c. 8, necessarium esse ut potentia tem- trus sit in potentia ad eliciendum amorem
pars constat ex dictis supra de causis; nam actio ipsa successiva est, et ideo opQrtet :Jlóre praecedat actum. Verumtamen Arista- Dei, et homines essent ex aeternitate, non
334 Disputaciones metáfísi · putación XLlll.-Sección VI 335
preciso que en alguno precediese una potencia semejante ya actuada, porque la formal, ya que estas comparacione~ son de la misma clase. Por lo cual, el
acto de suyo no contribuye en nada a la serie de la generación. Por tanto, tampo tido de la parte primera de esta aserción es que la potencia pasiva, en cuan:o
es de suyo necesario, ni en el individuo, ni en la especie, que la potencia acti n lguna condición, es siempre--- menos perfecta que su acto, ya que la potenc1a
preceda en tiempo a su acto. . ----<-' ª·va dice algo informe y actuable; ahora bien, se forma y cuasi completa y
17. Ni de hecho es tampoco verdad esto en todas las potencias creadas, corno' úa por medio de su acto; por consiguiente, atendiendo a esta razón, es siempre
es claro en las potencias de los ángeles, y también en el pr~er hombre, segúti/;' nos perfecta que su acto. Pero esta comparación es sólo relativa; por esto
la opinión más probable, por lo menos en cuanto al entendmuento y la voluntad/ ella no puede deducirse que la potencia pasiva en su entidad sea absolutamente
y consecuentemente también en cuanto al sentido interno; y respecto de los sen~'' '. eenos perfecta qµe su acto. Esto:, sin embargo, es ciertamente verdadero en la
tidos externos, al menos para la vista, es más verosímil no sólo en el hombre ~tencia sustancial comparada con su acto sustancial, por el hecho de que este
sino también en los demás animales. Y lo mismo aparece también en la acción d~ icto da simplemente el ser y constit~ye la sustancia comple.ta, como se dijo en
la luz; y de otras virtudes creadas nada se sabe. En el creador, empero, la poten- que precede al comparar la m_ater1a. con la forma sustan~1.al. .
cia activa precedió en duración a toda su acción externa, aunque ello no haya 20. En cambio, en la potencia pasiva para un acto accidental es precisa una
sido por necesidad, como he dicho, sino por su libertad. tinción: porque o bien esa potencia no está esencial y primariamente ordenada
18. La potencia pasiva no puede ser posterior en duración a or su naturaleza a tal acto, y ésta es la que llamamos nosotros potencia en sen~
Y casi del mismo modo (para que no sea preciso repetirlo) hay que discurrir
sobre el orden de duración entre la potencia pasiva y su acto; en efecto, esa , 1'do trascendental, o es una potencia propia predicamental, ordenada esencial y
rimariamente al acto. Sobre la primera no puede darse una regla universal, ya
potencia por su propia naturaleza no puede ser posterior en tiempo a su acto; que, como la cosa que tiene esa capacidad no recibe .~e ahí su razón .específica y
ya que se supone para él. Ni tampoco es menester que le preceda temporalmente,. :esencial, no se ha de medir en cuanto a su perf~cc1on. p~r .la capacidad de ese
pues puede tenerlo congénito; sin embargo, no repugna por su propio género JÍ:cto, sino por otra parte, tomándola de sus propios prmc1p1os. Por esto resulta
que preceda en tiempo, ya sea, en sentido dividido, a cualquier acto signado, pues':' <:que unas veces se~ más p~r~ecta que el act? y otras menos; com~ en el caso ~e
to que con anterioridad a cualquiera de ellos puede estar bajo otro, ya sea colectiva"' :-ta sustancia que tiene prox1m~ente ca~ac1dad para algunos acc1d~ntes, es mas
mente, porque alguna vez puede estar sola.mente en potencia y sin ningún acto, perfecta que éstos; en cambio, la cantidad, que se compara pasivamente con
como es claro en el entendimiento humano y en casos parecidos, aun cuando en Ja luz es tal vez menos perfecta que ella. Pero la potencia última, propia y pre-
alguna potencia repugne esto por una razón especial, al menos por su naturaleza, 'dícam~ntal no es nunca puramente pasiva, como he dicho, sino que es, al
como en la materia prima; todo lo cual se trató antes con mayor extensión en _:<:mismo tie~po, principio activo de sus actos, y, por ello, según .pie:iso, es siempre
la disputación XXVII, al comparar la causa material con la formal. _:_ :más perfecto que éstos (me refiero a los actos naturales, presc1nd1endo ah?rª. ~e
19. La potencia pasiva como tal es más imperfecta que su acto.- En cuarto -'la comparación con los sobrenaturales, que no nos toca a nosotros), como prrnc1p10
lugar hay que afirmar que la potencia pasiva, en cuanto es tal, es menos perfect~­ ''<eminente y equívoco de los mismos; sobre este punto se trata más ampliamente
que su acto, no porque siempre sea absolutamente un ente menos perfecto, sino en los libros de De Anima, ya que dichas potencias se hallan solamente en el
porque se encuentra mejor con su acto, sobre todo con el perfecto, que sin él. · hlma.
Casi toda esta conclusión se ha tratado también antes al comparar la causa material_:_"

est necesse ut praecesserit in aliquo similis tentiam passiva1n et actum eius; non enim --;,- materialem ad formalem; nam hae campa- potentia propria praedicamentalis, per se pri-
potentia sub actu, quia ille actus per se nihil potest talis potentia ex natura rei esse tem..-; / Í'ationes sunt eiusde1n rationis. Unde sensus mo ordinata ad actum. De priori non potest
confert ad seriem generationis. Igitur neque pore posterior suo actu, cum ad illum sup-- primae partis huius assertionis est potentiam dari universalis regula, quia cum illa res,
in individuo neque in specie est per se ne- ponatur. Neque etiam est necesse ut sir · passivarn quoad aliquam conditionem sem- quae talem capacitatem habet, non habeat
cessarium ut potentia activa tempore prae- prior tempore illo; potest enim habere illum -per esse minus perfectam suo actu, quia inde suam specificam et essentialem ratio-
cedat actum suum. congenitum; tamen ex genere suo non re- potentia passiva dicit quid informe et ac- nem, non est mensuranda in perfectione ex
17. Neque etiam de facto id est verum pugnat quin tempore praeccdat, vel divisim tuabile; formatur autem et quasi completur capacitate talis actus, sed aliunde ex pro-
in omnibus potentiis creatis, ut patet in po~ quemlibet actum signatum, quia ante quem- et actuatur per suum actum; ergo secun- priis principiis. Unde fit ut interdum sit
tentiis angelorum, atque etiam primi homi- libet potest esse sub alio, vel collective, quia dum hanc rationem semper est minus per- perfectior quam actus, interdum minus per-
nis, ut est probabilius, saltem quoad intel- potest aliquando esse tantum in potentia et . fecta suo actu. J.Iaec vero comparado tan- fecta; ut substantia, qua e proxime est cap ax
lectum et voluntatem, et consequenter etiam sub nullo actu, ut patet in intellectu hwna..-, "'- tum est secundum quid; unde ex illa non aliquorum accidentium, est perfectior illis;
quoad interiorem sensum; et .de exterioxi- no et similibus, quamquam in aliqua poten~.-;-' ·--Hcet colligere passiva111 potentia1n in sua en- quantitas vero, quac passive cornparatur ad
bus, saltem quoad visum, est verisimilius tia ex speciali ratione id repugnet, saltem ex titate simpliciter minus perfectam actu suo. lucem, fortasse est minus perfecta quam illa.
non solum in homine, sed etiam in aliis ani- natura rei, ut in materia prima, quae omnia Sed est )J.oc quidem verum in substantiali Posterior autem potentia propria et praedi-
mantibus. Idem etiam apparet in actione latius dicta sunt supra, disp. XXVII, com- potentia comparata ad suum substantialem camentalis nunquam est pure passiva, ut
lucís, de a_liis autem virtutibus creatis nihil parando causam materialem ad formalem. actum, eo quod talis actus dat esse simpli- dixi, sed est simul principium activum suo-
constat. In creatore vero potentia agendi 19. Potentia passiva ut sic únperfectior citer, constituitque completam substantiam, rum actuum, et ideo, ut opinar, semper est
duratione praecessit omnem suam externam est suo actu.- Quarto dicendum est pote~­ ut in superioribus dicturn est comparando perfectior illis (loquor de actibus naturali-
actionem, quamquam id non fuerit ex ne- tiam passivam, quatenus talis est, esse fil'"' máteriam cum forma substantiali. bus, ut omittam comparationem ad super~
cessitate, ut dixi, sed ex sua libertate. nus perfectam suo actu, non quia sempt;r 20. At vero in potentia passiva ad actum naturales, quae ad nos non spectat) tamquam
18. Potentia passiva suum actum duratio- sit simpliciter rninus perfectum ens, sed qwa accidentalem distinctione opus est: aut enim principium eminens et aequivocum illorum;
ne subsequi nequit.- Atque eodem fere melius se habet actu suo, praesertim perfe~­ talis potentia non est per se primo natura de qua re latius in libris de Anima, nam
modo (ne id repetere necesse sit) ratioci- to, quam sine illo. Fere tata haec conclus10 sua ordinata ad talem actum, quam nos vo- huiusmodi potentiae tantum in anima repe-
nandum est de ordine durationis ínter po- tractata est etiarn supra comparando causaJJl camus potentiam transcendentaliter, aut est riuntur.
336 Disputaciones meta[í$iC tación XLlll.-Sección VI 337

21. La potencia se encuentra mejor con el acto que sin él.- Restricció acto comparado con su contrario sea peor y tenga razón de privación, sin
Aristóteles.- La parte última de la conclusión se prueba también fácilment n argo, comparado con la potencia escueta, tiene siempre razón de perfección
lo dicho; pues, al ser el acto de Ja potencia pasiva la perfección formal <lee ·"tºn.• or. Y se confirma, porque sL-no, la materia prima tendría que considerarse que
cuand o se 1e une 1e ana-d e una perf eccion
" que la potencHI . de suyo no tenía. esa." en un estado peor al existir con la forma de piedra que si careciera de toda
.. 1 . , , f . ,por. a, porque de este último modo sería indiferente para la forma imperfecta y
cons1gu1ente, a potencia sera mas per ecta con ese acto que careciendo d - 'f
Se dirá que el compuesto de ella y el acto será más perfecto que la potencia : 1~; a Ja perfecta, y en aquel estado se halla decididamente con una forma imper-
p~r.~ que ella no será más perfecta, ya que. siempre permanece la misma enthlad ta que presenta repugnancia y alguna oposición con la forma más perfecta.
d1sLmta del acto. Se responde que, de la misma manera que la potencia es infi .. 23. Resolución de una pequeña duda y explicación de Aristóteles.- Se res-
ma?a y a~tuada por el acto, es también perfeccionada por él, no porque la mis: ·nde, en primer lugar, que esta afirmación de Aristóteles puede entenderse acerca
ei:tidad. sm;ple de la potencia crezc:~ en su perfección esencial, sino porque se
anad~ 1ntr1nsecamente una perfecc1on que es como su complemento y que la
1: bien y el mal en sentido moral, pues en este sentido es mejor no obrar que
ar mal, y así es verdadera la proposición, sobre todo del acto de la potencia
constituye en el estado mejor y más perfecto. Y principalmente en este seó.tid , nte como tal. En efecto, el bien y el mal moral no se atribuyen a alguien for-
dice Aristóteles, en el lib. IX de la Metafísica, c. 9, que el acto es más perfect~ ente en cuanto es paciente, sino en cuanto es agente; y si la pasión se deno-
que la po~encia, porque la potencia se comporta de modo más, perfecto con el , a a veces mala, es solamente en cuanto es voluntaria por una acción mala.
acto qu: s1n él. ~ero esta parte :parece que !ª
restringe inmediatamente Aristóteles así desaparece la dificultad aludida, pues tiene valor únicamente para la per-
ción física y entitativa que se añade a la potencia receptiva a través de cual-
en el mismo pasa¡e, c. 10, al decir que, tratandose de lo bueno, ciertamente el acto
o e! estar en acto se ha. de preferir a .la potencia, pero no en lo malo. Y da I_a_ 'er acto real. Pero, aun cuando la doctrina de esta respuesta sea verdadera,
razon, porque es una misma la potencia para los actos contrarios, de los cuale-s obstante Aristóteles habla también del acto de la potencia pasiva como tal,
uno e~ b1;1~no y el otro in~lo; pues siempre uno de los contrarios tiene razón con más extensión del acto bueno y malo natural, como se manifiesta por los
de pr1vac1on, y, por lo mismo, tiene razón de mal respecto de la potencia·,_ mplos de que se vale, concretamente, poder estar sano, enfermar, etc.
por ello, la potencia se comporta siempre de modo más perfecto con el act~ 24. Por lo cual, en segundo lugar, puede afirmarse que en un acto imperfecto
bueno, ya que es mejor ser bueno absolutamente y en acto que permanecer en den considerarse dos cosas, a saber, la perfección positiva según la cual actúa
estado indiferente para lo bueno y para lo malo; y, por el contrario, es mejor, la potencia, y alguna privación, en razón de la cual se presenta como malo · desde
o menos malo, estar en estado indiferente para la bueno y lo malo que estar ya primer punto de vista puede concederse al argumento propuesto que e~ mejor
decididamente en un estado peor. ;!~rter ese acto que carecer totalmente de acto, ya que ese acto como tal no tiene
razón de mal, sino de bien, pero no en el segundo aspecto, ya ·que como tal no
¿Es mejor carecer de todo acto que tener uno malo? ~ne perfección, sino que la quita. Pero añado que, para explicar más esto, una
tencia receptiva puede hallarse en relación con algunos actos contrarios u
22. Pero sobre este punto se ofrece una dificultad, ya que un acto, sea el uestos de dos maneras. La primera como comportándose de modo totalmente
que fuere, añade alguna perfección a la potencia; por consiguiente, si se com-' 'indiferente para uno y otro de ellos, en cuanto que de suyo no exige de modo
para precisivamente la potencia escueta' y que existe sólo en potencia con ese 'definido ninguno de los dos, a la manera como la materia se comporta con todas
acto, es mejor para ella estar con ese acto que carecer totalmente de acto. Aunque
21, Potentia melius se habet sub actu actum seu esse in actu praeferendum esse ket talis actus comparatus ad contrarium cedit de perfectione physica et entitativa,
quam sine íllo.- AristoteliS limitatio.- Ul- potentiae, non ve1·0 in malis. Et rationem deterior .habeatque rationem privationis, quae additur potentiae receptivae per quem-
tima pars condusionis facile etiam probatur reddit, quia eadem potentia est contrariorum paratus tamen ad potentiam nudam, libet realem actum. Sed licet doctrina huius
ex dictis; nam cum actus potentiae passivae actuum, ex quibus unus est bonus et alius ~~;~éll1per habet rationem maioris perfectionis. responsionis vera sit, Aristoteles tamen et
sit formalis perfectio eius, cum illi coniun- malus; semper enim unum contrariorum ,~;;J-Ét- confurnatur, quia alias materia prima loquitur de actu potentiae passivae ut sic,
gitur addit illi perfectionem quam potentia habet rationem privationis, et ita habet .ra... ~:S:-fensenda esset in deteriori statu existere sub et latius de actu bono et malo naturali, ut
ex se non habebat; ergo poten tia sub tali tionem mali respectu potentiae; ideoque @\fórttta lapidis quam si careret ornni forma, patet ex exemplis quibus utitur, scilicet,
actu perfectior erit quam si illo careat. Di- potentia sub actu bono semper perfectius se hoc posteriori modo esset indifferens posse esse sanum, et aegrotare, etc.
ces: compositum ex illa et actu erit per- habet, quia melius est esse bonum simpli~ formam imperfectam et perfectam; in 24. Quare secundo dici potest in actu im-
fectius quam sola poten tia; ipsa vero non citer et in actu, quam esse in statu indiffe.,- ~"r::Jllo_ autern statu iam est definite sub forma perfecto duo considerari posse, scilicet, posi-
erit perfectior, quia semper manet eadem renti ad bonum et malum; e contrario vero 4::;,,¿mperfecta quae habet repugnantiam et ali- tivam perfectionem secundum quam actuat
entitas _dis.tinCta ab 2ctu. Respondetur: sicut melius est) vel minus malum, esse in statu,,,, f:iL'}uam oppositionem cum perfectiori . forma. potentiam, et privationem aliquam ratione
potentia informatur et actuatur per actum, indifferenti ad bonum et malum, quam de-- C':---23. Resolvitur dubiolum et Aristoteles cuius habet rationem mali; ex priori capite
ita etiam per illum perficitur, non quia ipsa finite iam esse in deteriori statu. ~plicatur.- Respondetur primo, intelligi concedi potest argumento facto melius esse
simplex entitas potentiae in sua perfectione J'()sse hanc assertionem Aristotelis de bono habere talem actum quam omnino carete
essentiali crescat, sed quia illi intrinsece ~J malo moraliter; sic enim melius est non actu, quia ille actus ut sic non habet ratio-
An melius sit carere omni actu quam erari. quam male operari, et sic vera est nem mali, sed boni, secus vero sub poste-
additur perfectio, quae est veluti comple- pravum habere
mentum eius et in optimo ac perfecto statu positio, potissimum de actu potentiae riori ratione, quia, ut sic, non ponit per-
illam constituit. Et in hoc praecipue sensu 22. Sed occurrit circa hoc difficultas, quia ntis ut sic. Nam bonum et malum morale fectionem, sed tollit. Addo vero, ad hoc ma-
ait Aristoteles, IX Metaph., c. 9, actum esse actus, quicumque ille sit, aliquam perfectio- attribuitur alicui formaliter ut patiens gis explicandum, dupliciter posse receptivam
perfectiorem potentia, quia potentia perfec- nem addit poten tia e; ergo si praecise com- sed ut est a gens; quod si passio inter- potentiam comparari ad aliquos actus con-
tius se habet sub actu quam sine illo. Hanc paretur potentia nuda et in sola potentía mala denominatur, solum est quatenus trarios seu repugnantes. Primo, ut omnino
vero partero videtur statim limitare Aristo- existens, ad talem actum, melius illi est esse actionem malam est voluntaria. Et ita indifferenter se habens ad utrumque lllorum,
teles, ibid., c. 10, dicens in bonis quidem, sub illo actu quam omnino carere actu. t difficultas tacta; nam illa solum pro- utpote quae ex se neutrum definite postu-
la forma se trató en las disputaciones XIII y XV. En cambio, en los accidentes s consta por lo que precede; pero estas potencias son propias de los animales
u opuestas, y, de este modo, concluye el argumento que esa potencia existe méj de los vivientes superiores; por ello, la demostración de esta conclusión perte-
con cualquier acto, incluso el más imperfecto, que sin ninguno, ya que tal ce especialmente a la ciencia .--del ahna, donde se prueba que las potencias se
no tiene razón de mal,, ~ino de bien m~nor ..En cambio, es distinta la potenci~\: ecifican por los actos. Con ese principio se ha de probar la referida aserción,
que, aunque pueda rec1b1r actos contrarios, sm embargo o es uno connaturaL·y}; que los principios son de algún modo anteriores en conocimiento a aquellas
el. otro violento, o uno se le debe absolutam~~te a la p~r!ección de esa pote~iajj as que se originan en ellos; es así que el acto es de algún modo el principio
mientras que el otro, aunque pueda ser admitido o rec1b1do en esa potencia, sin· la potencia en cuanto es especificativo de ella, y en cuanto es aquello por razón
embargo se opone a la perfección que a ella se le debe, ya provenga esto de otro lo cual se ha instituido primariamente esa potencia; por consiguiente, el acto
acto unido a esa potencia, ya de alguna inclinación intrínseca de la misma. ·ne roo tal tiene prioridad de conocimiento. Por otra parte, aquello por medio de
este modo hay en la piedra potencia pasiva para el movimiento haci~ arriba .,[· cual se define algo, tiene prioridad de definición sobre lo definido mismo; 'es
hacia abajo, pero por razón de la forma se le debe uno de ellos y el otro le que esta potencia se define por el acto como tomando de él la especie;
repugna. También Ja voluntad está en potencia para recibir Jos actos de virtud , _ego el acto es anterior en definición a la potencia. Y el principio de que éstas
o de vicio, de los cuales el primero se le debe a la inclinación más perfecta de tencias reciben su especie de los actos se supone ahora por nosotros como
la misma voluntad como tal, y el otro le repugna. Por tanto, respecto de tal roitido comúnmente, pues se ha de discutir más ampliamente en los libros De
potencias de esta clase las que se ordenan a la recepción de actos inmanentes nima. Ahora decimos únicamente que se ha de entender que la potencia se
el cual tiene propiamente razón de mal; en efecto, de este modo no se consider;:: ecifica mediante el acto, no como por una diferencia intrínseca, sino como por
la perfección del acto atendiendo a la sola perfección entitativa de esa forma que-::: término de la relación intrínseca de la potencia al acto; se ha de entender
es acto, sino sobre todo a la proporción entre el acto y la potencia. Por lo cual/ bién del acto adecuado, sea atendiendo a la realidad, sea a alguna razón común
aun cuando el calor sea absolutamente más perfecto que el frío, y el agua pueda, specto de la potencia. Y así, el problema carece de dificultad: pues en cuanto
estar bajo uno y otro acto, sin embargo para ella no es mejor estar bajo el calor:' esto se da la mfo1na razón para la potencia que para cualquier cosa que incluya
que bajo el frío, porque el calor no es algo tan debido y proporcionado a ella. y , elación trascendental a otra, como dijimos antes sobre la materia y la forma
principalmente en este sentido habló Aristóteles en el lugar citado. diremos después sobre los hábitos; allí explicaremos esto más ampliamente y dire-
25. La potencia pasiva ordenada primariamente al acto tiene respecto de él" mos algo al tratar de la relación, la acción y la pasión.
posterioridad de conocimiento y de definición.- Por último hay que decir que 26. Se responde a una objeción.- Pero se dirá que la potencia y el acto
la potencia pasiva es posterior en conocimiento y definición a su acto, no sólo:_~ n correlativos, y del mismo modo que la potencia no puede conocerse más que
para nosotros, sino también en sí misma y por su naturaleza. Esta conclusión se:_ r el acto, así tampoco el acto más que a través de la potencia;· por consiguiente,
refiere a la potencia pasiva instituida esencial y primariamente por causa del acto{: potencia no tiene mayor prioridad de definición que el acto, sino que, a lo
como es entre las sustanciales la materia prima; ~obre su conocimiento a través , o, tendrán simultaneidad de conocimiento. Se responde que el acto y la
las formas sustanciales, y, por consiguiente, también con las accidentales contrati potencia, tal como hablarnos de ellos ahora, no son relativos predica1nentales, sino
potencia es mejor carecer de uno y otro acto que estar con un acto que le repugna,,: trascendentales; ahora bien, en los relativos trascendentales no hay contradicción

lat, ut comparatur materia ad omnes formas pugnante, qui proprie habet rationem mali;y- '.,Perioribus constar; hae autem potentiae sunt differentiarn, sed ut per tenninum intrinse-
substantiales, et consequenter etiarn ad ac- mae quae est actus, sed maxime ex propor~-: 'Ptopriae animalium vel superiorum viven- cae habitudinis potentiae ad actum; intelli-
cidentales contrarias vel repugnantes, et hoc tur ex sola entitativa perfectione illius far"'._: _;tÍum; quare demonstratio ñuius conclusio- gendum etiam esse de actu adaequato, vel
modo concludit argumentum talem poten- nam hoc modo perfectio actus non attendi nis potissimum pertinet ad scientiam de ani- secundum rem, vel secundum aliquam ratio-
tiam melius esse sub quolibet actu, etiam tione inter actum et potentiam. Unde, lic 1 ubi ostenditur potentias specificari ab nem communem resi;;ectu potentiae. Et sic
imperfectissimo, quam sine ullo, quia ille calor sit simpliciter perfectior quam fri ~'.á:ctibus. Ex qua principio probanda est dicta est res carens difficultate: nam eadem est
actus non habet rationem mali, sed minoris et aqua possit esse sub utroque actu, n· ~:as-sertio, quia principia sunt aliquo modo ratio quoad hoc de potentia, quae est de
boni. Alia vero est potentia quae licet possit lominus non est illí melius esse sub cal -).;oguitione priora quam ea quae sunt ex qualibet re includcnte respectum transcen-
recipere actus contrarios, tamen vel unus est quam sub frígore, quia non est ita illi de-: 'pdncipiis; sed actus est aliquo modo prin- dentale1n ad aliam, ut supra diximus de ma-
connaruralis et alter violentus, vel unus est bitus et proportionatus. Atque hoc potissi_~ :~ípium potentiae in quantum est specificans teria et forma, et infra dícemus de habitibus,
simpliciter debitus ad perfectionem talis po- mum modo locutus est Arístoteles citatl>' --ipsam, et in quantum est id propter quod ubi hoc magis explicabimus, et aliquid di-
tentiae, alius .vero, licet admitti seu recipi loco. , :}:-ªli_s poten tia primario instituta est; ergo cemus tractantes de ad aliquid, et de actio-
possit in tali potentia, repugnat tamen per- 25. Potentia passiva ad actum prinio or"": !;lctus ut sic est prior cognitione. Rursus id ne et passione.
fectioni illi debitae, sive )loe proveniat ex dinata posterior est cognitione et definitione --;per quod aliquid definitur, est prius defini- 26, Obiectioni satisfit.- Sed dices: po-
alio actu coniuncto tali potentiae, sive ex quam ipse.- Ultüno dicendum est poten0 :tione quam ípsum definitu1n; sed potcntia tentia et actus sunt correlativa, et sicut
aliqua intrinseca inclinatione illius. Ut in tiam passivam esse posteriorem cognitione et_ huiusmodi definítur per actum tamquam potentia non potest cognosci nisi per actum,
lapide est potentia passiva ad motum sur- definitione suo actu, non solum quoad nOSi, aumens ab illo speciem; ergo est ae tus prior ita neque actus nisi per potentiam; etgo
sum et deorsum, ratione tamen formae unus sed etiam secundurn se et natura sua. HaeC definitione quam potentia. Principium au- non magis potentia est prior definitione
l!st illi debitus et alter repugnans. Voluntas conclusio intelligitur de potentia passiva pet z:tem illud, quod _huiusmodi potentiae spe- quam actus, sed ad summum erunt simul
etiam est in potentia ad recipiendum actus se primo instituta propter actum, qualis est '"ciem sumant ex actibus, nunc supponitur a cognitione. Respondetur actum et potentiam,
virtutis vel vitii, ex quibus prior est debi- in substantialibus materia prima; de cuius :-:_n~bis ut comxnuniter receptum; nam fusius prout nunc de illis loquimur, non esse re-
tus et alter repugnans perfectissimae incli- cognitione per formam dictum est in disput. ---<disputandum est in lib. de Anima. Nunc lativa praedicamentalia, sed transcendentalia;
nationi ipsiusmet voluntatis ut sic. Igitur XIII et XV. In accidentibus vero sunt hu--: :;solum dicimus intelligendun1 esse specificari in relativis autern transcendentalibus non
respectu talis potentiae melius est carere íusmodi potentiae illae quae ad actus im~ !'Otentiam per actum, non ut per intrinsecam repugnat terminurn habitudinis esse simpli-
utroque actu quam esse sub actu sibi re- manentes recipiendos orpinantur, ut ex au
en que el término de la relación sea absolutamente anterior en conocimiento __
mismo relativo trascendental. En segundo lugar concedo que el acto y la potenci
de que se trata ahora, tienen entre sí una dependencia mutua en el conocirni
y en la definición; y que, por ese motivo, o son de algún modo simultáneos
cuanto al conocimiento, o más bien se comportan entre sí como anterior y
terior en diversos géneros de causas, pero que en absoluto se tiene al acto por ante.:
ríor, ya que es el que determina y viene como a conferir la especie última. Pero:_-
hablamos del acto que actúa, porque, si se trata del acto en absoluto, puede darse:'
en este sentido un acto que prescinda de toda potencia y que no se defina de
ningún modo por este medio. Consúltese a Cayetano, I p., q. 13, a. 7, ad 2 de DISPUTACIÓN XLIV
Escoto. Y con esto basta sobre la potencia y el acto; porque las demás cosas-
que podrían tratarse acerca de ellos son propias de la ciencia del alma.
LOS HABITOS
citer priorem cognitione_ quam ipsum rela- est qui determinat et quasi dat ultimam
tivum transcendentale. Deinde concedo ac- speciem. Loquimur autem de actu actuante-·-_--<
tum et potentiam de quibus nunc est ser- nam si sit serme de actu simpliciter, sic darÍ,, ,--:
mo habere inter se mutuam dependentiam potest actus abstrahens ab omni potentia
in cognitione et definitione; et ea ratione qui per idem nullo modo definiatur. Vid~--<
vel esse aliquo modo simul cognitione, vel RESUMEN
Caietan., I p., q. 13, a. 7, ad 2 Scoti. Bt
potius invicem comparari ut prius et poste- haec sufficiant de potentia et actu; nam- ,-
rius in diversis generibus causarum, simpli- caetera quae de his disputari possent pro,., En la introducción precisa Suárez el sentido en que el término hábito se emplea
citer tamen actum censeri priorem, quia ille pria sunt scientiae de anima, esta disputación, cuyas partes principales son las siguientes:
l. Existencia, esencia y sujeto del hábito (Sec. 1-4).
11. Fin, efecto y eficiencia del hábito (Sec. 5-7).
lll. Eficiencia del acto sobre el hábito (Sec. 8-10).
IV. El aumento extensivo del hábito y la unidad del mismo (Sec. 11).
V. Disminución y corrupción de los hábitos (Sec. 12). ·
Vl. División de los hábitos, y estudio especial del especulativo y el práctico
(Sec. 13).

Las cuestiones referentes a la existencia y a la esencia de los hábitos pueden


so/verse fácilmente por lo dicho en disputaciones anteriores (1). Por ello, el
'mio se limita a indicar los diferentes modos de demostrar que existen hábitos
), consigna el fin de los mismos (5) y pasa a tratar -también brevemente-
/a esencia y definición del hábito (6-8). Por último, declara que los hábitos sólo
eden darse en los vivientes intelectuales (9) y, de manera próxima, en las poten-
~as que son a la vez activas y pasivas (10): la voluntad (11), el entendimiento (12),
~l apetito sensitivo del hombre (13) y la fantasía (14); las demás potencias son
capaces de hábitos (15).

11

En esta brevísima seccion se plantea y resuelve una dificultad referente al


ujeto del hábito: aunque parece que en la potencia locomotriz se adquieren hábitos,
stos no lo son en sentido propio (1-5).

¡ 11

Otra dificultad se centra sobre los sentidos internos de los animales irracionales:
arecen capaces de hábitos, pero en ellos no hrty ningún hábito distinto de las
pecies sensibles o fantasmas (1-5). En cambio, la cogitativa humana es susceptible
e hábitos propios (6-7).
560 Disputaciones metafísicas

uno destruye el objeto formal del otro, como he explicado más por extenso en el
pasaje citado de la III parte, en el tomo I, disp. XXXVIII, sec. 3. Y no se o~rece
nada que añadjr a eso, ni es necesario repetir en este lugar lo que allí se ha dicho.

quod unus destruat forrnale obiectum alte- Quibus nihil addendum occurrit, neque ibt
rius, ut latius explicui in citato loco III dicta hic repetere necessarium est
partis, in I tomo, disp. XXXVIII, sect. 3.

DISPUTACION XLVI

SOBRE LA , INTENSIF!CAC!ON DE LAS CUALIDADES

RESUMEN

Como Suárez nos dice en el proemio -donde también explica el doble sentido
de la palabra "intensificación"-, la,s principales partes de esta disputación son
las siguientes:
l. Si se da una escala intensiva en las cualidades; en qué consiste y por qué
conviene sólo a algunas cualidades (Sec. 1-2).
11. Si dicha escala se adquiere por mutación o sucesión cOntinua (Sec. 3).
lll. Características y alcance de esta propiedad de las cualidades (Sec. 4).

SECCIÓN I

Dando por supuesto que existen cualidades susceptibles de intensificación (1),


aunque algunos autores piensan que en realidad sólo se trata del cambio de una
sustancia imperfecta en otra más perfecta (2), pasa Suárez a examinar dos opinio-
nes diametralmente opuestas: según la primera, corriente entre los discípulos de
Santo Tomás, la intensificación y remisión de las cualidades -que son indivi-
sibles- consiste en que una misma forma modifica más o menos perfectamente a
un mismo su;eto (3-4 ). Las dificultades inherentes a esta sentencia han dado lugar
a que se la interprete de varias maneras, que el Eximio va exponiendo y refutando
por extenso (5-29). La segunda opinión, defendida por muchos teólogos, como San
Alberto Magno, San Buenaventura, Escoto, etc., sostiene que la cualidad intensi-
ficable es divisible y compuesta de las diversas partes de una misma forma, que
informan una misma parte del suieto o· un n1ismo suieto indivisible, consistiendo
en esta composición la escala intensiva de la forma (30). Pero de esto se siguen no
pocos inconvenientes (31-34 ). La verdadera opinión se despliega por un camino
intermedio entre las anteriores, y se concreta en dos afirmaciones:
1.ª La cualidad intensificable no es ind1:visible en su entidad, sino que unas
veces puede darse en su totalidad, y otras sólo parcialmente (35-38).
2.ª El ámbito entitativo de la cualidad intensificable no es un mero agregado
de varios grados semejantes, sino una composición per se de tales partes o grados,
cada uno de los cuales presupone naturalmente al otro (39-40). Por última, se
responde a los argumentos contrarios (41-42).
DISPUTACIONES VI. - 36
562 Disputaciones metafísícas

SECCIÓN II

La prirnera raíz de la intensificación se da en las cualidades (1) y sólo en


ellas (2-4). Son, por tanto, incapaces de intensificación la forma sustancial (5-7)
y la cantidad (8-9). Mas no todas las cualidades pueden aumentar o disminuir in-
tensivamente (10-12), sino que esta propiedad es exclusiva de las especies primera
y tercera de la cualidad (13-14).
DISPUTACION XLVI
SECCIÓN III
SOBRE LA INTENSIFICACION DE LAS CUALIDADES

Pasando a tratar de la intensificación como adquisición (1 ), Suárez da por su-


puestos los puntos que parecen ciertos (2), para detenerse más en los dudosos. El
primero -si la intensificación consiste en una adición real, en un mayor arraiga-
miento o en una educción de la forma- no ofrece dificultad alguna después de Esta es la segunda propiedad de la cualidad, propiedad que nos hemos pro-·
lo ya dicho (3-5). El segundo -si la intensificación se lleva a cabo por una sucesión puesto explicar en el presente lugar, porque también por su naturaleza abstrae de
continua o una discreta- se resuelve admitiendo la primera (6-8). El Doctor Exi- la materia y puede encontrarse en las realidades espirituales. Mas, acerca del
mio corrobora su aserción con numerosos argumentos y la defiende de las obje- nombre "intensificación", debe adversirse que es posible tomarlo en dos sentidos.
ciones (9-18), enfrentándose después con una dificultad de mayor em1ergadura, En el primero y más usado, como aquella mutación mediante la cual una misma
referente a la intensificación de los hábitos: también para ellos vale la solución cualidad se perfecciona cada vez más en un mismo sujeto según una misma parte
dada, con tal de que se la entienda debidamente (19-23) o entidad del sujeto. Y digo una misma cualidad para excluir el aumento por la
adición de una cualidad nueva enteramente distinta, porque de esto se ha tratad6
suficientemente en la disputación de los hábitos. Digo también según una misma
SECCIÓN IV parte para distinguir la intensificación de la extensión, que se realiza por la adi.;.
ción de partes de una cualidad en diversas partes del sujeto, y es de igual natu-
Está en función de la anterior (1). Fiiado el sentido de la cuestión (2), se raleza que el aumento de la cantidad, no siendo, en consecuencia, propia de las
exponen dos sentencias contrarias: la primera, de Soncinas y otros, admite un tér- cualidades, sino común a otras formas materiales o cuantitativas. En otro sentido
mino mínimo en la intensidad (3-4). La segunda, defendida por Soto y los Conim- puede tomarse la intensificación por la escala o modo de la entidad de una forma
bricenses, piensa que la remisión de las cualidades no puede llegar a un término que puede intensificarse y debilitarse, por razón de la cual es capaz de esa muta-
mínimo (5.-6). Aunque "ninguna de estas dos opiniones puede demostrarse con ción que se denomina intensificación. Así, pues, en este lugar tratamos principal-
evidencia", Suárez toma partido por la segunda, como más probable (7-10). Se- mente de la intensificación en el segundo sentido; porque toda la dificultad de esta
guidamente responde a los fundamentos de la opinión contraria (11-12) y resuelve materia consiste en explicar esta escala o modo de dicha forma, por razón de la
una pequeña duda (13-18), para cerrar la sección, y la disputación, ocupándose del cual puede conferir al sujeto un efecto formal mayor o menor. Por tanto, hay que
término máximo de la intensidad (19). insistir sobre todo en esto, ya que, explicado esto, se resolverán fácihnente lo~

DISPUTATIO XLVI de1n partem, ut distinguam intensionem ab


DE INTENSIONE QUALITATUM extensione,- quae fit per additionem partium
qualitatis in diversis partibus subiecti, est-
Haec est secunda proprietas qualitatis, que eiusdem rationis cum augmento quan~
quam declarare hoc loco proposuin1us, quia titatis; unde non est propria qualitatum,
etiam natura sua abstrahit a materia et in sed communis aliis formis materialibus seu
rebus spiritualibus inveniri potest. Est au- quantitativis. Alio modo sumi potest inten-
tem circa nomen intensionis advertendum sio pro latitudine seu modo entitatis formae
duobus modis accipi posse. Primo et maxi- intensibilis et remissibilis, ratione cuius est
me usitato, pro mutatione illa per quam capax illius mutationis quae intensio etiam.
eadem qualitaa magis ac magis in eodem nominatur. Hoc igitur loco agimus praecipué
subiecto secundum eamdem partem seu en- de intensione hoc posteríori modo; nam to ta
titatem subiecti perficitur. Dico autem eadem huius materiae difficultas consistit in expli-.
qualitas, ut secludam augmentum per addi- canda hac latitudine vel modo talis formae:.
tionem novae qualitatis omnino distinctae, ratione cuius potest maiorem vel minorem
quia de hoc satis dictum est in disputationc effectum formalem subiecto conferre. In ho6
de habitibus. Dico etiam secundum eam~ ergo praecipue insistendum est; nam hoc
564 Disputaciones metafísicas
Disputación XLVI.-Sección l 565
demás puntos que pertenecen al modo de la producción o mutación misma; y,
por último, explicaremos en qué sentido es propia de la cualidad esta característica. favor de la misma por Nifo, VIII Metaph., disp. XI, c. 3, y Burleigh, tratado De
intensione form. De esta opinióp. se sigue abiertamente que una sola e idéntica
forma no es capaz de intensificación y debilitación, sino que entre las cualidades
de la misma especie una puede cambiarse en otra más perfecta individualmente,
SECCION PRIMERA y en este sentido se dice que un.a forma se intensifica o es más intensa que otra.
Sr LA CUALIDAD SUSCEPTIBLE DE INTENSIFICACIÓN y DEBILITACIÓN ES EN sf Pero poco más adelante veremos cuán falsa es esta opinión.
INDIVISIBLE O COMPUESTA DE GRADOS DE ENTIDAD
Primera opinión que afirma que las cualidades, aun cuando experimenten
1. Doy por supuesto -y es cosa que se sabe por experiencia- que se dan intensificacz'ón, son indivisibles
algunas cualidades capaces de este aumento al que llamamos intensificación. En
esto coinciden todos los filósofos con Aristóteles, y es manifiesto; pues una misma 3. Esto supuesto, la dificultad está en saber en qué consiste esta escala inten-
agua o una misma mano se va haciendo poco a poco más caliente, no por extensión siva de la cualidad, y de qué manera una misma forma o cualidad puede conferir
del calor a las diversas partes del sujeto, sino según una misma parte, o también un efecto formal mayor o menor a un mismo sujeto. En esta cuestión, encuentro
según la totalidad, como experimentamos manifiestamente por los mismos sentidos, dos opiniones que discrepan diametralmente. La primera sostiene que la cualldad
sobre todo el tacto y la vista; y en las cualidades y sujetos espirituales, en los susceptible de intensificación y debilitación es en sí misma indivisible en su enti-
cuales no se da extensión de partes, es más evidente, porque también en ellos recibe dad, sin ningun~ composición intensiva de cualidades parciales en orden a un mis-
la cualidad este aumento, como el amor o el placer sobre un mismo objeto. Por mo sujeto indivisible, y que su intensificación y remisión consiste únicamente
eso esta verdad se demuestra también como cierta por los principios de la fe; pues en que una misma forma indivisible modifica a un mismo sujeto de manera más
la gracia, la caridad y la fe pueden aumentar y perfeccionarse en un mismo sujeto o menos perfecta. Esta opinión es común entre los discípulos de Santo Tomás, y
indivisible, incluso sin ninguna extensión por parte del objeto; luego ese aumento piensan que se toma de la doctrina del propio Santo Tomás, en I-II, q. 52, a. 1
sólo puede ser intensivo. Y la razón de que este modo de entidad o de informa- y 2, y II-11, q. 24, a. 5; Cayetano enseña lo mismo en esos lugares, y en I-11,
ción del sujeto convenga a las cualidades no es otra -hablando en general- sino q. 54, a. 4; y Capréolo, In l, dist. 27, q. 2; Herveo, en el pasaje citado, q. 5, y
que ésta es la naturaleza de tales formas; pero en particular pueden señalarse en Quodl. VI, q. 11; Soncinas, VIII Metaph., q. 21; Iavello, q. 6. Sostiene lo
diversas razones en las diversas cualidades, según veremos en la sección siguiente mismo Enrique, Quodl. V, q. 5, y Quodl. IX, q. 13. Y se atr:buye esta opinión
y en la cuarta. . a Aristóteles, lib. VIII de la Física, texto 84, donde dice que lo caliente se con-
2. Quiénes parecen opinar lo contrario.- En contra de esta sentencia puede vierte en más caliente, sin que se produzca nada caliente en la materia.
citarse la opinión de quienes dicen que, cuando parece intensificarse una forma, 4. El fundamento de esta opinión parece ser que, en una nllsma forma
no se perfecciona la misma forma, sino que una imperfecta se cambia en otra más accidental que informa a un mismo sujeto en cuanto tal, no pueden distingu~rse
perfecta. Sostuvo esta opinión Godofredo, Quodl. Xl, q. 3, y le siguió Durando, diversas entidades o partes de una misma entidad que realmente se distingan
ln [, dist. 17, q. 7, n. 25; y Avicena, Gilberto Porretano y Alberto son citados en y estén unidas entre sí; luego tal cualidad debe ser necesariamente simple. Se
prueba el antecedente: o esas entidades son de la misma especie o de especies

explicato facile reliqua expedientur quae ad hoc augmentum, ut amor vel voluptas circa bertus a Nipho, VIII Metaph., disp. XI_. remissionem solum in hoc consistere quod
modum ipsius productionis seu mutationis idem obiectum. Unde etiam ex principiis c. 3; et Burl., tractatu de Intension. form. eadem indivisibilis forma perfectius vel mi-
pertinent; ac tandem explicabimus quo mo- fidei certa redditur haec veritas; nam gratia, Ex qua opinione plane sequitur unam et nus perfecte afficit idem subiecturn. Haec
do haec conditio sit propria qualitati. charitas et :fides augeri et perfici possunt eamdem forman1 non esse intensibilem et opinio est communis inter discipulos D. Tho-
in eodem subiecto indivisibíli, etiam absque remissibilem, sed inter qualitates eiusdrm 1nae, putantque sumi ex doctrina eiusdem
SECTIO PRIMA aliqua extensione ex parte obiecti; illud er- speciei unam esse commutabilem in aliam D. Thomae, I-II, q. 52, a. 1 et 2, et II-II1
UTRUM QUALITAS INTENSIBILIS
go augmentum non potest esse nisi intensi- perfectiorem individualiter, et sic dici unam q. 24, a. 5. Quibus locis Caietanus idern
ET REMISSIBILIS SIT IN SE INDIVISIBILIS VEL
vum. Ratio autem cur hic modus entitatis formarn intendi aut esse intensiorem alía. docet, et I-II, q. 54, a. 4; et Capreolus, In
COMPOSITA EX GRADIBUS BNTITATIS
aut informationis subiecti qualitatibus con- Quam vero fah.a sit haec sententia, paulo I, dist. 27, q. 2; Herv., ibi, q. S, et Quodl.
veniat, generatim loqueado, alia non est nisi inferius videbimus. VI, q. 11; Soncin., VIII Metaph., q. 21;
l. Suppono id quod experientia notum quia haec est natura talium formarum; in Tavellus3 q. 6. Idem tenet Henric., Quodl.
est, dari qualitates aliquas capaces huius particulari vero possunt di versae rationes in Prima sententia asserens qualitates, etsi V, q. 5, et Quodl. IX, q. 13. Et tribuitur
augmenti quod intensionem vocamus. In diversis qualitatibus assignari, ut in sequen- intensionem recip-i"ant, esse indivisibiles ln.ec sententia Aristoteli, VIII Phys., text.
hoc conveniunt omnes philosophi cum Ari- ti et in quarta sect. videbimus. 3. Hoc supposito, difficultas est in quo 84, dicenti ex calido fieri magis calidum,
stotele, et patet; nam eadem aqua vel ma- 2, Qui oppositum sentire videantur.- consistat haec latitudo intendva qualitatis, nullo facto in lnateria calido.
nus paulatim fit calidior, non per extensio- Contra hanc sententiam referri potest opinio et quo modo eadem forma seu qualitas pos- 4. Fundamentum huius sententiae esse
nem caloris ad diversas partes subiecti, sed eorum qui dicunt, curo forma intendi vide- sít maiorem vel minorcm effectum formalen1 videtur quia non possunt in eadem forma
secundum eamdem partero, vel etiam secun- tur, non perfici eamdem formam, ~ed mu- eidem subiecto conferre. In qua re duas accidentali informante idem subiectum ut
dum totum, ut ipsis sensibus, praeserti.m tari unam imperfectam in aliam perfectio- invenio extreme discrepantes sententias. Pri- sic distingui diversae entitates seu partes
tactu et vis u, manifeste experimur; et in rem. Quam sententiam tenuit Godofred., ma est qualitatem intensibilem et remissi·. eiusdem entitatis quae sint inter se realiter
qualitatibus et subiectis spiritualibus, in qui- Quodl. XI, q. 3; quem secutus est Durand.~ bilem in se esse indivisibilem in sua entita- distinctae et unitae; ergo necessario talis
bus non est extensio partium, est id evi- In 1, dist. 17, q. 7, n. 25; et in eamdem te, absque ulla partialium qualitatum com- qualitas esse debet simplex. Antecedens pro-
dentius, quia etiam in illis qualitas recipit citantur Avicenna, Gilbert. Porret., et Al- positione intensiva in ordine ad idem indi- batur: nam, vel illae entitates sunt eiusdem
visibile subiectum; eiusque intensionem et speciei, vel diversarun1. Si diversarum, non
Disputación XLVl.-Sección l 567
566 Disputaciones metafísicas
~~~~~-~~~~~~~~~~~~~
en el sujeto. Lo mismo defiende Astudillo, en I De General., q. 8; y cita a Ca-
diversas. Si son de diversas, no podrán componer propiamente una cualidad, préolo, In 1, dist. 17, q. 1, a. 2, el cual no se expresa abiertamente, e incluso a
si no es por ventura accidentalmente por cierta colección o subordinación, con veces insinúa lo contrario, sobre todo en la 4.ª conclusión. Pero, al responder a los
lo cual no podrán hacer más intensa a la cualidad, ya que una cualidad más argumentos de Gregario contra ---las conclusiones 5. ª y 6. ª, insinúa esa opinión,
jntensa es en su totalidad una sola y de la misma naturaleza. En cambio, si esas aunque unas veces parece hablar de la existencia y otras de la inherencia, a pesar
entidades son de la misma especie, no pueden existir simultáneamente y distinguir... de que éstas son distintas.
se en el mismo sujeto. Además, de tal composición se sigue que la intensificación 6. Así, pues, esta opinión, entendida acerca de la existencia, me parece in-
de la cualidad es por completo de igual naturaleza que la extensión, y solamente creíble e improbable. En primer lugar, porque es más verdad que la existencia
difiere en que, en la extensión, las partes de la cualidad se hallan en las diversas y la esencia actual no se distinguen en la realidad, por lo que es imposible que
partes del sujeto, mientras que en la intens]ficación se encuentran en la misma varíe una y no la otra. En segundo h2gar, porque, aun cuando fuesen realmente dis-
parte del sujeto o en un mismo sujeto indivisible. De ahí se infieren muchos tintas, sin embargo son naturalmente inseparables, ya que la existencia es el acto
absurdos, a saber, que, así como la multiplicación extensiva de la cualidad es cuasi intrínseco de la esencia actual. En tercer lugar, porque el agente, cuanto sea lo
accidental para la perfección de la cualidad, también lo es la intensiva. Además, que introduce de la esencia de la forma, otro tanto puede introducir de la exis-
que, lo mismo que aquélla puede crecer hasta el infinito, en lo que de ella depende, tencia; luego, si introduce simultáneamente toda la entidad de la esencia, también
si hay partes en el sujeto, igualmente ésta puede avanzar hasta el infinito, ~n lo introducirá simultáneamente toda la entidad de la existencia. Se dirá que puede
que de ella depende, por reunión de varias partes semejantes de una misma cualidad haber impedimento por resistencia del sujeto. Pero en contra está el que, si hay en
en una misma parte del sujeto; porque, si no es contradictorio que un determinado el sujeto una repugnancia que impide que se produzca toda la existencia, impedirá
número de partes de una cualidad se reúna en una misma parte del sujeto, tampoco asimismo que se realice toda la esencia. La consecuencia es patente, ya porque
habrá contradicción en que se reúna un número cada vez mayor hasta el infinito. la esencia no es producida por el agente a no .ser en cuanto se le confiere la exis-
Y fácilmente pueden deducirse otros absurdos semejantes, que también ii1dicaremos tencia; más aún: propiamente no se hace sino la cosa existente; ya también
después. porque la existencia acompaña intrínsecamente a la esencia, y, al contrario, la
esencia es actualizada por la existencia; luego el sujeto impide o no impide por
Se expone y rechaza el primer modo de explicar la opinión antet'ior igual la acción del agente con respecto a una y otra. En cuarto lugar, porque,
5. Mas, como es dificil de explicar cómo una misma cualidad indivisible o la misma existencia es indivisible entitativamente, o tiene partes de las cuales
puede tener diversos modos de informar al sujeto de manera más o menos perfecta, se compone y que se van produciendo poco a poco. Si se afirma esto último, se
por eso se esfuerzan no poco en explicar esto los autores de la opinión antes presentará a propósito de la existencia la misma dificultad que· se ha propuesto
expuesta, y se han dividido entre sí. Pues algunos de ellos afirman que una cua- acerca de la esencia; y no hay razón alguna por la que ese modo de composición
lidad idéntica e indivisible según la entidad de la esencia puede tener diversas se admita más en la existencia que en la esencia. En cambio, si se afirma lo pri-
existencias, una más perfecta que otra, y que una forma intensa difiere de una mero, una existencia indivisible no podrá ser más o menos perfecta en mayor me-
remisa en que tiene una existencia más perfecta, pero no una entidad de esencia dida que una esencia indivisible.
más perfecta. Así opina Egidio, Quodl. ll, q_ 14, donde dice que la cualidad no
puede hacerse más intensa según la esencia, sino únicamente según la existencia

poterunt proprie componere unam qualita- merum partitun qualitatis congregari in ea- tudillo, I de Genera t., q. 8; et citat Ca- posse esse impedimehtum per resistentiam
tem, nisi forte per accidens per quamdam dern parte subiectí, nec maiorem et maiorem preol., In I, dist. 17, q. 1, a. 2, qui non ex parte subiecti. Sed contra, quia, si est in
collectionen1 vel sub'.:>rdinationem; et ita non in infiniturn repugnabit. Et alia similia ab- aperte loquitur, immo interdum insinuat op- subiecto repugnantia quae irnpedit ne fiat
poterunt facere intensiorem qualitatem, quia surda possunt facile inferri, quae inferius positum, praesei-tim in 4 concl. Responden- tata existencia, impediet etiam ne fiat tota
qualitas intensior tota est una et eiusdem etiam attingemus. do autem ad argumenta Gregorii cont. 5 et essentia. Patet consequentia, tum quia es-
rationis. Si vero illae entitates sunt eiusdem 6 conclusionern, illarn sententiam insinuat, sentia non fit ab agente, nisi quatenus illi
speciei, non possunt simul esse et distingui Primus modus explicandi dicta~n sententiam
refertur et improbatur quamquam interdum de existentia, interdum datur existentia; immo proprie non fit nisi
in eodem subiecto. Et praeterea sequittu· ex de inhaerentia loqui videatur, cum tamen res existens; tum etiam quia existen tia in-
tali compositione intensionem qu1litatis esse S. Quoniam vero difficile est explicatu hae distinctae sint. trinsece comitatui- essentiam, et e converso
prorsus eiusdem rationis curn extensione, so- quomodo eadem qualitas indivisibilis possit 6. Haec ergo opinio intellecta de exi- essentia actuatur per existentiam; ergo sub~
lumque diffcrrc quod in extensione p·ntes habere diversos modos informandi subiectum -·-·~ . - .... ~--­ stentia mihi videtur incredibilis et Ünproba- iectum aeque irnpedit vel non irnpedit actio-
qualitatis sunt in diversis pnrtibus subiecti, perfectius aut minus perfecte, ideo in hoc bilis. Primo, quia verius est existentiam et
explicando non parum laborant auctores nem agentis quoad utrumquc. Quarto, quia
in intensione vero sunt in eadern parte sub- essentíam actualem in re non distingui; vel ipsa existentia est indivisibilis entitative,
iecti seu in eodern indivisibili subiecto. Ex praemissae opinionis, et ínter se divisi sunt.
quare impossibile est unam variari et non vel habet partes ex quibus componitur et
quo sequuntui- multa absurda, nimirum, Nam quidam eorum aiunt qualitatem eam-
aliam. Secundo, quia, licet essent in re di- quae paulatim fiunt. Si hoc posterius dica-
quod sicut multiplicatio extensiva qualitatis dem et indivisibilem secundum entitatem stinctae, sunt tarnen naturaliter inseparabiles,
essentiae posse habere existentias diversas, tur, eadem difficultas erit de existentia, quae
·est quasi pei- accidens ad perfectionem qua- ea quod existentia sit intrinsecus actus es- proposita est de essentia; neque est ulla ratio
litatis, ita etiam intensiva. Item, quod sicut unam perfectioi-em altera, et in hoc differre sentiae actualis. Tertio, quia agens, quantum ob quam ille modus compositionis magis
illa potest crescere in infinitum, quantum est formam intensam a remissa, quod habet per- inducit de essentia forrnae, tantum potest admittatur in existentia quam in essentia.
de se, si in subiecto sint p'.lrtes, ita et haec fectiorem existentiam, non vero perfectiorem inducere de existentia; ergo, si simul indu- Si vero dicatur primum, non magis poterit
possit in infinitum procedere, qu1ntum est entitatem essentiae. Ita sentit Aegid., Quodl. cir totam entitatem essentiae, simul etiam
II, q, 14, ubi ait qualitatem non esse inten- indivisibilis existentia esse perfectior et mi-
ex se, per congregationem plurium partium inducet totam entitatern existentiae. Dices, nus perfecta quam indivisibilis essentia.
similiurn eiusdem qualitatis in eadem parte dbilem secundum essentiam, sed tantum
subiecti; nam, si non repugnat aliquem nu~ secundwn esse in subiecto. Idem tenet As~
569
568 " - - - - - - - - Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.--"Sección l

7. A no ser, por ventura, que alguien responda -cosa que insinúa Capréolo- de naturaleza la existencia; luego, ¿cómo puede dejar de corromperse ~sa forma,
que, cuando se intensifica la forma, pierde una existencia y adquiere otra más per- que depende naturalmente del sujeto, mediante tal inherencia y existencia?
fecta, adviniendo una y desapareciendo otra menos perfecta. Pero esto es tan in- 9. La tercera razón es que,,--Si en la intensificación se cambiase toda la forma,
creíble como lo que referíamos antes tomándolo de. Godofredo, a saber, que en sería imposible que la alteración fuese continua, cosa que después probaremos ~_ue
la intensificación siempre se pierde toda la forma precedente y se adquiere una es falsa. La consecuencia es patente; en efecto, supongamos que en el su¡eto
nueva. Porque las razones que suelen aducirse contra aquella opinión tienen igual existe calor como de un grado y que se intensifica hasta el cuarto grado; entonces,
validez contra ésta. La primera es que la acción intensiva no es corruptiva de si ese calor, cuando llega a los dos grados, se pierde por completo y se introduce
la forma que se intensifica, ya que nada es corrompido por su semejante; y, aná- en su totalidad otro de dos grados, y luego, para que ese calor de dos grados
logamente, tal acción no es corruptiva de la existencia de una forma semejante; llegue a los tres, debe ser también expulsado e introducirse otro más pe:fecto~
por la misma razón, y porque, en cuanto puede inferirse por la experiencia y por pregunto cuánto tiempo dura ~n el sujeto. ~l calor de dos grad~s. Porq~e, s1 duro
los sentidos, es prácticamente evidente que el sol no corrompe nada de la luz del algún tiempo en ese caso ceso la alterac1on durante todo el tiempo, sin avanzar
aire cuando la perfecciona; y, por otra parte, no hay ninguna razón que obligue más, con lo ~ual no se da una intensificación continua. En cambio, si sólo duró un
a afirmar esto apartándose de todo parecer, ya sea en la esencia, ya sea en la instante, seguirá teniendo valor el argumento respecto del tercer ?rado; pues enton-
existencia de la forma. ces es imposible que el calor de tres grados dure solame~te un mstante, !ª q?e no
3. La segunda razón es que, si en la intensificación se da tal mutación, en la se dan dos instantes ~ediatos, y por ~llo es necesario ~~e dure algu? tiempo
debilitación se daría otra semejante; luego, cuando el agua, por ejemplo, vuelve intermedio entre los dos mstantes del connenzo y de la cesac1on, y en ese tiempo no
a su primitiva frialdad y debilita el calor, expulsa todo el calor perfecto y adquiere avanzará la intensificación; porque, si avanzase, ya cor~ompería el .calor .de t~:s
otro imperfecto; entonces, ¿qué agente introduce ese calor menos perfecto en el grados, en virtud de la hipóte.sis dicha; I-i:ego es Ílnpos1ble que la mtensificac1on
instante en que se expulsa el más perfecto? Porque supongo que el agente contrario sea continua, si en ella se realiza un cambio de toda la forma. . . . ,.
está enteramente _separado y, en consecuencia, no puede ser producido por él; 10. Se confirma y explica: si el calor de un grado .~s una cuall?ad 1?-d1y1~1?le,
t~poco por la ~sn::~ forma del agua, como es evidente de suyo; luego es impo- y, de manera semejante, el calor de dos grados es tamb1en una cualidad ~nd1vlS1bl~
s1ble que la de.~1ht~c1on s: produzca de ese modo, sino que más bien tendría lugar distinta de la anterior y más perfecta que ella, y que la expulsa de tal su¡eto, Y as1
una desaparac1on 1nstantanea de toda la cualidad contraria. Pero esta razón es en los demás grados, vuelvo a preguntar si entre el calor de un grado y el de dos
igualmente válida con respecto a la existencia; pues, si toda la existencia del calor existe otra cualidad intermedia más perfecta que el calor de un grado y menos
es ~xpellda de ui:a vez. por eJ agua, no hay un agente por el que pueda ser intro- perfecta que el de dos; y lo mismo habrá que preguntar en cada uno de l?s
~uc~da la otra ex1stenc1a d~l calor, aunque sea menos perfecta. Se dirá que emana grados, concretamente si entre el calor de dos grad~s y el. de tres . se d~ aJgun
mtr1nsecamente de la esencia del calor, la cual permanece siempre idéntica. Pero es otro intermedio, etc. Porque, si no s~ dan otras cualidades intermedias, smo que
al contrario, porque repugna que ~a existencia emane activamente de la esencia, se realiza inmediatamente el tránsito de la primera cualidad, que se díct! de u?
como se ha tratado por extenso arriba. Además, porque, si se elimina toda la exis- grado, a la segunda de dos, y de ésta a ~a tercera, y así en las otras, resulta evt..
tencia, entonces también se elimina la inherencia, ya que ésta supone en orden dente que la alteración no es continua, sino que se lleva a cabo. como por tan~os
saltos o mutaciones indivisibles cuantos son los grados de cualidad que se dice

ma quae naturaliter pender a subiecto, me- tempore non proceder intensio; nam, si pro-
7. Nisi forte quis respondeat, quod pristinam frigiditatem et remittit calorem,
diante tali inhaerentia et existen tia? cederet, iam cotTumperet calorem ut tria ex
Capreolus insinuat, cum forma intenditur, expellit totum calorem perfectum et alium
9. Tertia ratio est quia, si tata forma dicta lÍypothesi; ergo impossibile est inten-
amittere existentiam et acquirere perfectio- imperfectum acquirit; a qua ergo agente
rem, adveniente una et desinente alía minus mutaretur in intensione, impossihile esset al- sionem esse continuam, si in illa fit commu-
inducitur ille calor minus perfectos in eo tatio totius formae.
perfecta. Sed hoc tam est incredibile quam instanti in quo perfectior expellitur? Sup- terationem esse continuarn, quod infra pro-
babimus esse falsum. Sequela patet, nam 10. Et confirmatur ac explicatur; nam,
quod supra ex Godofredo referebarnus, nern- pono enim contrarium agens omnino esse
supponamus esse in subiecto calorem ut si calor ut unum est qualitas indivisibilis,
pe, in intensione sernper amitti totam forrnam separatum, et consequenter ab illo produci
unum et intendi usque ad quartum gradum; et similiter calor ut duo est etiam indivi~
praecedentem et acquiri novam. Rationes non posse; nec vero ab ipsa forma aquae,
si ergo calor ille, quando fit ut duo, amitti- sibilis qualitas distincta a priori et perfectior
enim quae contra 1llam sententiam fieri so- ut per se constat; ergo impossibile est illo
tur omnino, et alius ut duo totus introduci- illa eamque expellens a tali subiecto, et sic
lent, aeque contra hanc procedunt. Prima modo fieri remissionem, sed potius fieret in- rur, et rursus, ut ille calor ut duo fiat ut de caeteris gradibus, interrogo rursus an ín-
est quia actio intensiva non est corruptiva stantanea desitio totius qualitatis contrariae. ter calorem ut unum et ut duo sit alia qua-
formae quae intenditur; nihil enim corrum- tria- debet ipse expelli et alius perfectíor
Haec autem ratio aeque procedit de existen=--- intr~duci interrogo quantum temporis duret litas media perfectior quarn calor ut unum
pilur a suo si.mili; similiter autem talis actio et minus perfecta quam ut duo; idemque
non est corruptiva existentiae similis for-
tia; nam, si semel tata existen tia caloris ex- in subie~to calor ut duo. Si enim duravit
pellitur ab aqua, non est agens a qua alia per aliquod tempus, ergo tato illo tet?pore interrogandum erit in singulis gradibus, sci-
mae, propter earndem rationem, et quia, licet an inter calorem ut duo et ut tria
quantum experientia et sensu colligi potest, existentia caloris, licet minus perfecta, intro- cessavit alteratio, neque ultra process1t, et
duci possit. Dices manare intrinsece ab es- ita non est continua intensio. Si vero dura- detu'r aliquod aliud medium, etc. Si enim
evidens fere est solem nihil de Jumine aeris non dantur aliae qualitates mediae, sed im-
corrumpere quando illud perficit; et alioqui sentia caloris, quae semper manet eadem. vit solum per instans, procedet ulterius ar-
Sed contra, quia repugnat existentiam ma- gumentum ad gradum tertium; tune enim mediate fit transitus a prima qualitate, quae
nulla est ratio quae cogat hoc asserere prae- dicitur ut unum, ad secundam ut duo, et
ter omnem sensum, sive in essentia, sive in nare active ab essentia, ut supra late tracta- irnpossibile est calorem ut tria durare t~n­
tum est. Item, quia, si tata existentia aufer- tum per instans, quia non dantur duo 1n-
ab hac ad tertiam, et sic de aliis, evidens
existentia formae. est alterationem non esse continuam, sed
8. Secunda ratio est quia, si in intensione tur, ergo etiam aufertur inhaerentia, quia stantia immediata, et ideo necesse est quod
haec supponit ordine naturae existentiam; duret per aliquod tempus intermedium ínter fieri quasi per tot saltus seu mutationes indi-
talis sit mutatio, similis fieret in remissione; visibiles quot dicuntur esse gradus qualita-
ergo cum aqua, verbi gratia, se reducit ad quomodo ergo potest non corrumpi illa far- duO instantia inceptionis et desitionis, in qua
Disputaciones metafísicas Disputacii;)n XLVI.-Secci9n l 571
570
que hay, pues, siendo indivisibles todas esas cualidades, en virtud de la naturaleza expresiones semejantes en De Virtutibus, q. 1, a. 1, y en In l Sententiarurn,
se producen indivisiblemente en el mis1no sujeto, y por eso no pueden realizarse dist. 17, q. 2, a. l. Esto puede confirmarse por los mismos pasajes; pues 1nedi.ante
sino por mutaciones intrínsecamente indivisibles, de las cuales no puede compo- la intensificación la forma cree€ en su virtud activa; luego crece en la ffilsma
nerse una sucesión continua. Ahora bien, si entre las cualidades del primero y las entidad de Ja forma, incluso en cuanto es entidad de la esencia actual, porque
del segundo grado se da una cualidad intermedia, preguntaré de nuevo si entre aquélla es realmente principio formal de obrar, ya tenga un ser distinto.' ya ~o l~
ese calor de un grado y la cualidad intermedia se da otra cualidad intermedia; tenga. Luego la virtud activa no crece por el solo a:imento de. la existencia, s1
pues? si no se da, se repite el argumento hecho, ya que añadiendo algún que otro ésta es distinta, sino que es preciso que aumente la misma esencia. . .
medio aumenta el número de mutaciones instantáneas, mas no por ello se produce 12. Se responde a una obieci9n.- Se dirá (y éste es el argumento de Eg1d10):
una sucesión continua. En crunbio, si más allá de ese medio se da otro, y se· la ·esencia consiste en algo indivisible; porque las especies son como los números,
avanza de esa manera hasta el infinito, se sigue que en el decurso de la intensi- según el lib. VIII de la Metafísica; luego la esencia misma no puede aumentar.
ficación continua se adquieren y se pierden infinitas cualidades totales indivisibles Respondo que en estos términos hay equivocidad, como observó Nilo, VIII Met~ph.,
y realmente distintas, cosa que parece inintelig:ble. Y no puede comprenderse una disp. XI, c. 4, ya que el que la esencia aumente pue~e entenderse en dos senti;ios.
continuidad en la mutación, si no existe en el término mismo de mutación; mas De un modo, por lo que respecta a las partes. esenc~ales en cuanto son esenciales
esos términos, por ser indivisibles, no pueden estar en continuidad, y, en conse- y pueden explicarse mediante el género y la diferen71a. De esta n;.an~i~a~ es verdad
cuencia, es imposible que tal multitud infinita, al ser discreta, se recorra en un que la esencia no puede aumentar, sino que consiste en algo md1v1s1ble, y, en
tiempo finito, según demuestra el argumento aducido, que se ha tomado de la este sentido, tan verdadero y tan esencialmente perfecto es el calor de ~ grado
duración. Y todo este razonamiento es igualmente válido acerca de la mutación como el de ocho. De otro modo puede decirse que aumenta la esencia en lo
de existencias indivisibles, como se patentizará fácilmente aplicando las razones del que concierne a la entidad de la mi~ma esencia y como .ª su integric_lad; así, ,por
mismo modo; pues no se fundan en la especial característica de la forma en cuanto ejemplo, cuando una línea de ~os pies se hace de ~res pies,. la esencia d~ la .hnea
a la entidad de la esencia, sino que son absolutamente válidas a propósito de cual- no aumenta metafísica o esencialmente, pero la misma entidad de la esencia de
quier sucesión de entidades indivisibles. la línea aumenta y se hace mayor cuasi integralmente; y lo ~ismo sucede1 .ª su
11. En cuarto y último lugar, se toma un argumento especial conu·a la expli- manera con el agua o el fuego. De igual modo, pues, decimos que, mediante
cacion antedicha, porque en la intensificación no sólo se perfecciona la forma en la inte~sificación, se perfecciona la misma esencia de la forma, no porque. se haga
cuanto al ser, sino tamb~én en cuanto a la misma entidad de la esencia, incluso esencialmente más perfecta, sino porque la misma entidad de la e~enc1a dt la
en opinión de aquellos que distinguen realmente estas cosas, como es manifiesta forma se perfecciona entitativa, modal o integralmente, o de cualquier otra ma-
por Capréolo, citado antes, conc1. 4, donde aduce a Santo Tomás, Il-II, q. 24, nera que se llame, y acerca de esa pe~fecció.n ~e. ~regunta en ·qué consiste, si la
a. 4, ad 3, el cual dice: ignoran su propia expresión quienes afirman que la cualidad, forma misma y la entidad de la esencia es indivisible, puesto que se h~ dem.os-
cuando se intensifica, no aumenta según su esencia, sino sólo según su radicación en trado que no puede consistir en la variación de las formas o de las existencias.
el ser. Porque, como es un accidente, su ser consiste en "estar-en". Por eso, el que
ella aumente según la esencia no es otra cosa sino que está en el sujeto en mayor
medida, lo cual equivale a que esté más arraigada en el sujeto. Santo Tomás tiene
magis in subiecto radicari. Et similia habet possunt. Et hoc modo, est verum non posse
D. Thomas, q. 1 de Virtutíb., a. 11, et In I augeri essentiam, sed consistere in indivisi-
tis, quia, curn omnes illae qualitates indivi- ternpore finito pertransiri, ut probat factum bili et sic tam est verus calor et tam es-
sibiles sint, ex natura rei indivisibiliter fiunt argumentum ex duratione sumptum. Hic Sent., dist. 17, q. 2, a. 1. Et ex eisdem locis
potest hoc ipsum confirmad; nam per in- sen~ialiter perfectus ut unum ac ut acto. Alio
in eodem subíecto, et ideo fieri non possunt autem discursus totus aeque procedit de mu- vero modo potest dici augeri essentia quan-
nisi per mutatíones intrinsece indivisibiles, tatione existentiarum indivisibilium, ut facile tensionem crescit forma in virtute agendi;
ergo crescit in ipsa entitate formae, etiam tum ad entitatem ipsíus essentiae et quasi
ex quibus non potest componi continua suc- patebit applicando rationes sub eadem for- integritatem eius; ut, verbi gratia, quando
cessio. Si autem Ínter qualitates primi et ma; non enim fundantur in peculiari con- ut est entitas essentiae actualis, quia ílla re-
vera est formale principium agendi, sive ha- linea bipedalis fit tripedalis, essentia lineae
secundi gradus datur qualitas media, quae- ditione formae quoad entitatem essentiae, metaphysice seu essentialiter non augetur,
ram rursus an inter calorem ut unum et sed absolute procedunt de quacumque suc- beat esse distinctum, sive non. Vírtus ei·go
agendi non crescit ex solo augmento exi- tamen ipsamet entitas essentiae lineae au-
ilfam medüim qualitatem detur ¡i{ja qualitas cessione entitatum indivisibilíum. getur et fit maior quasi integnüiter; et idem
media; nam, si non datul', redit argumen- 1 l. Quarto et ultimo sumitur speciale stcntiae, si haec distincta est, sed oportet
ipsam essentiam augeri. est suo modo in aqua vel in igne. Ad
tum factum, quia uddendo unun1 vel aliud argumentum contra praedictam explicatio- eumdem ergo modum dicimus per intensio-
medium augetur numerus rnntatinnum in- nem,, qllia in in_tensione non solum perfici- 12. Obiectioni satisfit.- Dices (quod est
argumentum Aegidii): essentia . consistir i-? nem perfici ipsammet essentíam formae, non
stant1nearum, non tamen propterea fit suc- tur fonna quoad esse, sed etíam quoad ip- quia fiat essentialiter perfectior, sed quía
cessio continua. Si vero ultra illud medium san1 entitatem essentiae, etiam secundurn eos indivisibili, nam species sunt sicut nume~1,
VIII Metaph.; ergo non potest essentla entitative, modaliter aut integraliter, vel
datur aliud, et sic proceditur in infinitum, qui haec in re ipsa distinguunt, ut patet ex quovis alío nomine appelletur, ipsamet enti-
sequitur in successu continuae íntensionis, Capreolo supra, concl. 4, ubi adducit D. ipsa augeri. Respondeo in bis terminis esse
aequivocationem, ut notavit Niphus, VIII tas essentiae formae perficitur, de qua per-
infinitas qu'11itates totales indivisibiles ac Thomam, II-II, q. 24, a. 4, ad 3, dicentem fectione inquiritur in quo consistat, si for-
re1liter distinctas acquiri et amitti, quod propriam vocem ignorare qui dicunt qua- Metaph., disp. XI, c. 4, nam augeri essen-
tiam dupliciter intelligi potest. Uno modo, ma ipsa et entitas essentiae indivisibilis est,
videtur inintelli¡:rible. Neque enim potest in litate1n, cum intendiiur, non augeri secun- cum ostensum sit non posse consistere in
mut1tione intelli:;i continuitas, si in ipso dum suam essentiam, sed solum secundum quantum ad partes essentiales ut essentiales
sunt et per genus et differentiam explicari variatione formarurn aut existentiarum.
termino mutationis non sit; termini autem radicationem in esse. Quia, cum sit accidens,
illi cum indivisibiles sint, non possunt con- eius esse i,Sl inesse. Unde nihil aliud est
tinu'1ri, et consequenter impossibile est talem ipsam secundum essentiam augeri, quam
multitudinem infinitam, cum discreta sit, eam magis inesse subiecto, quod est eam
5_7_2_______________________:D::.::isputaciones metafísicas

Se expone Y reprueba el segundo modo de explicar la misma opinión


¡
f.
Disputación XLVl.-Sección l
que pueda contribuir a la intensificación. Por tanto, como la razón aducida de-
muestra con evidencia que la forma misma, si es indivisible y siempre permanece
573

13. Hay, pue~, un segundo modo de explicar la misma primera opinión a l idéntica, no puede ser educida ,Gada vez más según su entidad, sino toda simul-
táneamente, resta que esa mayor educción sólo puede consistir en la unión; pero
sabe:,, que una misma forma indivisible se perfecciona cada veZ más por inte~ 8 ¡... una y otra cosa se realizan mediante la educción, y por eso, para afirmar que la
ficac1~~' porque ~e edu,ce cada, vez más d~ la potencia del sujeto, y mediante esa forma se educe más, es suficiente con que se una más, por lo cual se dice muy
e~ucc1on .se arraiga mas y mas en el SUJeto. Asi se expresa también Capréolo bien asímismo que se arraiga más. Y, en último término, parece que Cayetano
citado ~rr1ba, en la conc!usión s.:; Cayetano, I-II, q. 52, a. 2, al final. Pero, com~ expone así esta opinión, en el lugar citado, donde afirma que mediante la intensi-
el educirse ~e la potenc1~ del su1eto no consiste en otra cosa sino en que aquello · ficación se perfecciona la esencia simple de la forma precisamente porque somete a
que estab~ solo en potencia se hace en acto, dependiendo en su producción y en su sí misma el sujeto en mayor medida, de manera formal. Pero él no explica en qué
ser del SUJet?, fa~ta que e~tos autores expliquen de qué manera esa forma se educe consiste el someter a sí misma el sujeto en mayor medida, de manera formal. Parece,
cada vez mas, s1 su. entidad es indivisible. Pues, cuando esa forma comenzó a sin embargo, que esto lo enseña Santo Tomás, II-11, q. 24, a. 5, ad 3, donde
estar en. acto. p~r. i:;r1mera vez en tal sujeto, fue educida de la potencia al acto; dice: En la mutación según más y menos no es preciso que esté (en el sujeto)
luego, si e~ 1nd1v1s1ble, cuando fu~ edi:cid.a . ~or primera vez, fue educida toda y algo que antes no estaba en él, sino que esté en él en mayor medida lo que
en s1;1 totah?ad, pues en una realidad md1v1s1ble no es posible entender que sea anterionnente estaba en él en menor medida. Mas la inhesión y la unión son lo
educida segi:n ~l~o. Y perma.n~zca en potencia según algo; porque, de esta manera, mismo. Por consiguiente, todo el aumento o perfección de· la intensificación se
o un~ cosa .md1v1s1bI: se d1v1de realmente, o a una cosa indivisible se le aplican encuentra en la unión o en la razón de unión. Y esta exposición parece ser admi-
al m.smo. tiempo atr1but~s contradictorios, a saber, estar en acto y permanecer tida bastante comúnmente en la escuela de Santo Tomás.
en P?t~nc1a. ~nton.ces,, ¿como una misma forma indivisibl.e puede ser educida más 15. Refutación.- Parece, sin embargo, que contra !!lla pueden aplicarse, con
Y m~s · O b~en, e que es lo que se educe de nuevo, s1 anteriormente se había la misma proporción y eficacia., todas las razones que se han aducido contra la
educido toda la forma? exposición anterior. Porque esta mutación o mayor perfección en la unión de la
1~. Evasiva de la ra::ón precedente.- A esto cabe responder, según los auto- forma que se ip.tensifica puede entenderse de dos modos. Primero, que la unión
res c~tados, que e!educirse cada vez más una forma capaz de intensificación es misma sea también indivisible y, consecuentemente, se produzca toda de manera
lo mismo que unirse cada vez más al sujeto; porque en semejante forma acci- s;.multánea y, por tanto, no se perfeccione sino en cuanto se elimina una uillón
dental hay dos elememos: ~no es la entidad de la forma, en la cual incluyo la imperfecta al llegar otra más perfecta, mediante la acción intep.sificadora. De un
esencia actual con la ex1stenc1a, ya se distingan éstas, ya no, puesto que no importa segundo modo puede entenderse que en la misma unión existe cierta escala, por
para el ~~so presente, ::orno consta por lo dicho contra la opinión anterior. El otro razón de la cual puede producirse y crecer poco a poco, a la manera como la
es la u1:11on dC: tal entidad con el sujeto, unión cuya distinción real con respecto unión del alma racional con el cuerpo crece conforme va creciendo el cuerpo,
a la entidad misma de la forma se ha demostrado frecuentemente en lo que precede salvando la diferencia de que en este caso el aumento es extens:vo, mientras que
sobre todo en la disp. XV. Y aparte de ~stos dos elementos no puede imaginars: en aquél es intensivo. Por tanto, si esta opinión entiende que la unión se hace y se
o pensarse, en una forma de esta clase, nmguna otra cosa, especialmente una cosa perfecciona del primer modo, en contra de ella proceden evidentemente las razones

Proponitur secundus modus explicandi maneat in poten tia; sic enim aut res indivi- est in unione, seu ratione unionis. Atque
ad intensionem conferre. Cum ergo ratio
eamdem sententiam, et improbatur sibilis in re ipsa dividitur aut eidem rei haec expositio videtur communius recepta in
facta evidenter ostendat formam ipsam, si
indivisibili contradictoria sÍmul tribuuntur indivisibilis est et semper eadem manet, schola D. Thomae.
13. Est ~gitur secundus modus explicandi scilicet, esse in actu et manere in potentia~ 15. Refutatur.- Contra eam vero appli-
non posse secundum entitatem suam magis
eamdem pnmam sententiam nimirum eam- Quomodo ergo eadem forma indivisibilis ac magís educi, sed simul totam, relinqui- cari posse videntur, cum eadem proportione
dem .indivis.ibile~ formam 'magis et 'magis potest magis ac magis educi? Aut quid est tur ut illa maior cductio solum possit in et efficacia, ratíones omnes quae contr-1 prae-
p~rfic1 P.er 1ntens1onem, quia magis ac ma- cedentem expositionem alhtae sunt. Duobus
illi;id quod de novo educitur, si tata forma unione consistere; utrumque enim fit per
g1s e~uc1tur de .Potentia subiecti, per quam pnus educta erat? eductionem, et ideo, ut forma dicatur magis enim modis intelligi potest haec mutatio vel
educt1onem mag1s ac magis radicatur in sub- 14. Evasio praedictae ratíonis.- Ad hoc educi, satis est ut magis uniatur, propter maior perfectio in unione formae quae in-
iecto. Ita loquitur etiam Capreolus supra
~onclusione 5; Caietan., I-II, q. 52, a. z: responderi potest ex- dictis auctoribus for-
~am intensibilem magis ac magis educi,
quod ctiam optime dicitur magis radicad.
Et ita tandem videtur hanc sententiam ex-
tenditur. Primo, quod ipsa etiam unio indi-
visibilis sit, et consequenter tot1 simul tiat,
r~ ~ne .. Sed,. cum_ educi de patentia subiecti ldern esse q_uod magis ac n1agis uniri sub- ac subindc non perficiatur nisi qu1t~nus
ponere Caiet., citato loco, ubi ait pcr intcn-
nihil ahud s1t quam quod id quod erat in iecto; in huiusmodi enim forma accidentali quaedam imperfecta unio tollitur, adveniente
sionem simplicem essentiam formae perfici
pot~ntia. tantum fiat in actu, dependenter in 2lia perfectiori, per actionem intensivam.
?uo sunt: un1;1-111 est entitas forrnae, in qua in hoc ipso quod subiectum sibi magis sub-
fien et 1n esse a subiecto, explicandum su- includo essentrnm actualem cum existentía Secundo modo intelligi potest in ips'lmet
perest bis auctoribus quo modo tlla forma iicit formaliter. Quid autem sit magis sibi
sive haec distincta sint, sive non, narn ad subiicere subiectum formaliter, ipse non ex- unione esse quamdam latitudinem, ratione
~agi~ ~~ magis educatur, si entitas eius in- praesens non refe;t, ut ex dictis contra prae- cuius paulatim fieri et crescere possit, ad
d1vis1b1hs est. Nam, cum primum talis for- plicat. Videtur autem id docere D. Thomas,
cedentem sentent1am constat. Aliud est unio II-II, q. 24, a. 5, ad 3, ubi ait: In mutatione eum modum qua unía animae rationalis ad
m~ coepit actu esse in tali subiecto educta tal~s entitatis ad subiectum, quam esse ali- corpus crescit crescente corpore, servata dif-
secundum magis et minus non oportet quod
f1!1~ ?~ potentia in actum; ergo, si ~st indi- qu1d ex natura rei distincturn ab ipsa entitate aliquid insit quod prius non infuerit, sed ferentia quod hic augmentum est extensi-
vis1bihs, cum primum fuit educta, tata fuit formae saepe est in superioribus ostensum vum, ibi vero intensivum. Si ergo haec sen-
quod magis insit quod prius minus inerat.
~du.c~a. :t. secundum se totam, nam in re praesertim disp. XV. Praeter haec aute~ tentia intelligat unionem fieri et perfici priori
Idem autem sunt inhaesio et unio. Tata
ind1v1s1~Jlh. noi; potest intelligi quod secun-
durn ahqu1d s1t educta, et secundum aliquid
?uo i:-ihil al.iud fingí aut excogitari potest ergo augmentatio aut perfectio intensionis modo, contra eam manifeste procedunt ra-
m hu1usmod1 forma, praesertim quod possit
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574 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección l 575

aducidas contra la anterior. La primera, que mediante la intensificación no se su- en mayor medida. Y después afirma: Siempre, cuando es más intensa, se hace
prime de la forma que se intensifica nada positivo; porque un agente semejante
no rompe la unión de una forma semejante, ni ello está en conformidad con la
razón o con los sentidos. La segunda, que, en otro caso, también en la remisión
se r?mperí~ toda la unión inmediatamente al principio y no habría un agente que
' más perfecta en la {!sencia, en la existencia y en el estar en el sujeto. Lo mismo
opinan Capréolo y otros. Sin eJil_bargo, se de1nuestra la consecuencia, en primer
lugar por semejanza, pues, cuando el alma racional se une a un cuerpo mayor o
mejor dispuesto, no se perfecciona en la entidad de su esencia> ya que únicamente
pudiese un1r la forma de nuevo, por lo cual no se produciría una remisión, sino se perfecciona en la unión; luego, si cuando se intensifica la forma se perfecciona
la total corrupción de la forma. la unión sola, no se perfecciona la forma misma según la entidad de la esencia
16. La tercera, que la alteración no podría ser continua, pues, si cada un.ión es o de la existencia. Además, porque, si suponemos que dos calores, uno intenso y
en sí indivisible, debe ser producida simultáneamente ·en su totalidad mediante otro remiso, se separan del sujeto y se conservan así, según la opinión ·antedicha,
una mutación indivisible, y, en consecuencia, la intensificación será una sucesión esas dos cualidades serán igualmente perfectas; luego es señal de que el calor más
de m~tac.io_n~s indivisibles, sucesión que no puede ser continua, ya porque las intenso no se hizo más perfecto en su entidad de esencia o de existencia. Final-
cosas 1nd1v1s1bles no pueden tener continuidad, ya también porque, según la co- mente, la razón está en que la unión es algo realmente distinto de la entidad de la
existencia con nuestro tiempo, no es posible que todas esas mutaciones duren forma, y la unión sola es la que se perfecciona; luego no se perfecciona la entidad
sólo un instante, si una sucede a otra inmediatamente y sin interrupción de la de la forma misma en sí. Quizá se djga que es verdad que no se perfecciona
acción, .porque después del instante sigue de manera inmediata el tiempo; por la entidad de la forma con otra perfección distinta de la unión, pero que mediante
tanto, s1 una dura sólo un instante, la otra, que sigue inmediatamente, durará por ésta se perfecciona, porque la inherencia misma es el modo natural y, por tanto,
necesidad a través del tiempo, puesto que comienza coexistiendo con el tiempo la perfección de tal forma. Pero de esta manera también puede decirse que se
.
Y ese tiempo de su duración estará necesariamente determinado de tal suerte que' perfecciona el alma cuando se une al cuerpo, rna_s no se dice verdaderamente y
quede limitado entre dos instantes, de los cuales uno sea el último no-ser de tal propiamente que se perfecciona en la entidad de la esencia. Y, sea lo que fuere
mutación con respecto a nuestro tiempo, y el otro sea el instante de la desaparición; del modo de expresarse, parece que ello no es suficiente para la realidad misma,
porque, ya se asigne extrínsecamente por su primer no-ser, ya intrínsecamente por como parece demostrar el argumento a posteriori tomado de la virtud activa, la
el último instante de su ser, no obstante debe asignarse alguno. Por tanto, durante cual crece por intensificación, ya que la forma no actúa formalmente por la inhe-
ese tiempo no avanzará la intensificación, sino que permanecerá en el mismo rencia, sino por su propia entidad; luego, como crece la virtud activa interna,
estado, con lo cual no será continua. Y _si esas mutaciones no se suceden inme- es señal de que la propia entidad aumenta y se perfecciona en sí misma. Y no
diatamente, sino que pasa algún tiempo entre una y otra, la acción ya será dis- importa decir que la inherencia es la condición requerida para obrar, y que por
creta y no continua. la perfección de una condición suele aumentar también la faéilidad o la virtud
17. La cuarta razón puede ser que de este modo no se perfeccionaría la operativa, al menos en cuanto al modo o porque se eliminan los impedimentos.
forma que se intensifica en cuanto a la entidad de la esencia o de la existencia, Esto -digo- no es suficiente, ya que la inherencia en tanto es necesaria al acci-
sino únicamente en cuanto a la unión o inherencia; y eso está en contra de Santo dente para obrar en cuanto le es necesaria para poder existir; por tanto, si toda
Tomás y de las razones antes aducidas. Por eso Cayetano, arriba, dice que la la entidad y Ja existencia de la cualidad se conserva en el ser en sí inisma con
esencia de la forma se perfecciona por el hecho de someter a sí misma el sujeto una inherencia imperfecta tan bien como con una perfecta, aun cuando formal-

tiones factae contra praecedentem. Prima, cessario durat per tempus, quia incipit co- magis subiicit. Et infra ait: Semper quando quia ipsa inhaerentia est naturalis modus at-
quod per intensionem nihil positivum tol- existendo tempori, quod tempus durationis esl intensior, fil perfectior secundum essen- que adeo perfecrio talis formae. Sed hoc
litur a forma quae intenditur; nam agens eius necessario erit ita determinatum, ut tiarn, esse, et inesse subiecto. Et idem sentit modo etiam potest dici perfici anima dum
simile non dissolvit unionem similis formae; claudatut inter duo instantia quorum unum Capreolus et alii. Nihilominus tamen proba- unitur corpori1 non tamen vere ac proprie
neque id est consentaneum rationi aut sen- tur sequela, primo a simili, nam, cum anima dicitur perfici in entitate essentiae. Et, quid-
sit ultimum non esse talis mutationis per
sui. Secunda, quia alias etiam in remissione rationalís unitur maiori corpori aut melius quid sit de modo loquendi, id non videtur ad
dissolveretur statim a principio tota unio, respectum ad nostrum ternpus, aliud vero
disposíto, non perficitur in entitate suae es- rem ipsam sufficere, ut probare videtur ratio
neque esset agens a quo posset iterum for- sit instans desitionis; nam_, sive assignetur a posteriori sumpta ex virtute agendi, quae
sentiae, quia solum perficitur in unione; ergo,
ma uniri; un de non fieret remissio, sed extrinsece per primum non esse, sive intrin- crescit per intensionem, nam forma non agit
si durn forma intenditur, sola unio perficitur,
totalis corruptio formae. sece per ultimum sui esse, aliquod tamen non perficitur ipsa forma secundum entitatem formaliter per inhaerentiam, sed per suam-
16. Tertia, quia non posset alteratio esse assignandum est. Pro illo ergo tempore non esentiae vel existentiae. Deinde, quia, si met entitatem; ergo, cum crescat interna vis
continua, quia~ si unaquaeque unio in se est proceder intensio, sed in eodem statu mane- supponamus duos calores, unum intensum et agendi, signurn est ipsam entitatem in seipsa
indivi'-libilis, tota simul per mutationem indi- bit, et ita ncin erít continua. Quod si muta- alium remissum, separari a subiecto, et ita augeri et perfici. Nec refert dicere inhaeren-
visibilem fieri debet, et consequenter intensio tiones illae non immediate sibi succedant, conservari, iuxta praedictam sententiam 1 illae tiam esse conditionem requisitam ad agen-
erit successio mutationum indivisibilium, quae sed inter unam et alteram tempus aliquod duae qualitates erunt aeque perfecta e; ergo dum, et ex perfectione conditionis requisitae
non potest esse continua, tum quia indivisi- intercedat, iam erit discreta et non continua signum est calorem intensiorem non fuisse solere etiam augeri facilitatem aut vim agen-
bilia continuari non possunt, tum etiam quia actio. factum perfectiorem in sua entitate essentiae di, saltem quoad modum, vel quia tolluntur
secundum coexistentiam ad tempus nostrum 17. Quarta ratio sit quia hoc modo non aut existentiae. Ratio denique est quia unio impedimenta. Hoc (inquam) non satis est,
fierí non potest ut omnes mutatíones illae perficeretur forma quae intenditur quoad en- est aliquid ex natura rei distinctum ab enti- nam inhaerentia in tantum est accidenti ne-
durent per solum instans, si immediate et titatem essentiae aut existentiae, sed solum tate formae, et sola unio est quae perficitur; cessaria ad agendum in quantum est illi ne-
sine interruptione actionis una post alteram quoad unionem seu inhaerentiam; quod est ergo non perficitur entitas ipsius formae in cessaria ut possit esse; si ergo tota en titas
succedit, quia post instans immediate se- contra D. Thomam et rationes superius fac- se. Dicetur fortasse verum quidem esse non et existentia qualitatis aeque bene conserva-
quitur tempus; si ergo una durat per solum tas. Unde Caietanus, supra, dicit essentiam perfici entitatem formae alia perfectione di- tur in esse secundum seipsam curo imper-
instans, f:!ltera, quae immediate sequitur, ne- formae perfici hoc ipso quod subiectum sibi stincta ab unione, per ipsam vero perfici, fecta inhaerentia, sicut cum perfecta, etiam-
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~~~~~~~--~~~~~~~~~---'-"---~ Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección 1 577
mente no se, c?munique por igual al sujeto, tendrá igual virtud de obrar en
otro, y podra e¡ercerla por igual. Sobre todo cuando el sujeto no contribuye en exista impedimento o indisposici~n. Pe;·o es a~ c?ntra~i?? porque ~ veces s~ da
nada a la acción, si no es como sustentador de tal cualidad. una forma remisa, aunque no exista ninguna md1spos1c1on por parte del su1.eto,
18. Además de estas razones podemos añadir otra, que dernuestra especial- como den1ostraren:_ios después. Se responderá que, al menos por parte ?el agente,
mente que semejante mutación de la inherencia o de la unión no es posible de sie1npre interviene algún impedimento, por ra~ón del cual. no pu~d~ u111r la forma
modo natural en la forma, sobre todo en la que no es subsistente, sino que depende de modo tan perfecto. Mas ocurre al contrario; pues, si la activ1dad del age~,te
del sujeto en su producción y en su ser, mediante tal unión. Esto puede explicarse, es suficiente para producir toda la entidad de la forma .con tod~ s1: perfecc1on
en primer lugar, porque parece que tal forma, siendo en sí enteramente uniforme e entitativa y por lo demás suponemos que por parte del SUJeto .en si rrusmo no hay
indivisible, no parece ser capaz de diversas uniones indivisibles con respecto a un ninguna Índisposición 0 impedimento, ¿qu~ razón. puede aducirse por la cual 1:1na
mismo sujeto; pues, ¿de dónde pueden tener diversidad esas uniones? isma virtud y eficiencia no baste para unir al su1eto esa for1na, que puede ururle
19. En segundo lugar, es más difícil entender cómo una de esas uniones es :erfectísimamente, siendo así que esos extren:os le es~án
.tota.1?1-ente presentes y
más perfecta que la otra, si se distinguen por completo como modos indivisibles, entre ellos no existe repugnancia, sino más bien una 1nchnac1on.. natur.al para la
de los cuales uno. no está incluido en el otro. Porque pregunto si esos modos son, unión perfecta? Antes al contrario, Enrique y otros ~como d:¡e ~r;~ba, en la
en su orden, de diversas esencias o como de la misma especie. Si lo primero, ¿cómo disp. XV- afirman con probabilidad que, incluso exceptu~da la a~t'.v1dad .de i;n
pueden ser connaturales a una misma cualidad simple según la especie? Si lo agente extrínseco, la forma se une. na~r~lment~ a su rec1p1ente proxuno, s1 es tan
segundo, ¿de dónde tienen esos modos distinción en una misma cualidad con íntimamente presentes y no hay n1ngun rmped1mento por otra parte. . .
respecto a un mismo sujeto? O, si en ellos _es posible la distinción, ¿por qué no 21 Opinión de Cayetano.- Falta tratar del otro miembro del primer. d1lem_a.
lo es también entre los grados parciales de la forma? Además, ¿cómo uno es más Porque alguien puede decir que esta unión de la forma ~~paz de 1ntens1ficac1on
perfecto que. el otro, si son de la misma especie y completamente simples? O, si con el sujeto no es indivisible ni se perfecciona P.ºr mutac1on d~ una menos per-
esto se admite también en ellos, ¿por qué no en los grados? Por último, ¿cómo fecta en otra más perfecta, sino que posee un ámbito y se perfec~1ona por aume°;to
uno expulsa al otro, si tienen la misma naturaleza? Y de suyo es dificilísimo de de la unión preexistente. Parecen indica: más este mo~o los. t?m1~~as, y en esp~c1al
entender que una forma dependiente del sujeto pierda la unión con él para Cayetano, en el lugar citado, cuando dice que en la zntenszf:cacion se ~erfec~.ona
arraigarse más en él y unirse a él de manera más perfecta. la cualidad según la esencia, la existencia y el estar-en; y anade: Y ahi .no inte;-
20. E~ t::rc;er lugar, si esa forma es capaz de diversas uniones, ¿por qué viene ninguna corrupción, sino el solo aumento de todas las cosas ~~tedichas. SI?
desde el pr1nc1p10 no se une al sujeto tanto como puede unirse? Porque, así como embargo, también esta parte parece impu~narse ~on razones ~fi?ac1s1rn~~· En pri-
la cualidad natural obra naturalmente cuanto puede, así también informa natural- mer lugar la cuarta razón aducida en el primer miembro es as1mrnmo valLda contra
mente cuanto puede; luego, si toda la cualidad está en el sujeto, necesariamente éste, a s;ber, que de este modo no se perfecciona la. ,cualidad e,n. cuanto a la
se une a él del modo más perfecto que puede, al menos en virtud de la natural entidad de la esencia, sino únicamente en cuanto a la un1on, como fac1lmente, c~ns­
inclinación que tiene a informar al sujeto, según la cual causa por necesidad tará aplicando todo lo que allí se ha dicho: En segundo lugar; casi todo el últ1'.",'.'
natural. Quizá se diga que esto es verdad, a no ser que por parte del sujeto razonamiento, hecho en el miembro anterior, procede t~mb1~n ~o.n~ra esta pa1t.....
Porque realmente es muy difícil de entender que la entidad md1v1s1ble en cnanto
si non aeque se comrnunicet forrnaliter sub-
iecto, habebit aequalern virn agendi in aliud plíci secundum speciem? Si secundum, unde ex parte subiecti sit impedimentum vel in- 21. Caietani sententia.- Superest ut dica-
et aeque poterit exercere illarn. Maxirne habent illi madi distinctionem in eadem qua- dispositio. Sed contr~, quia .int.erd_um .e~t mus de alio mernbro primi dilemmatis. Pot-
quando subiecturn nihil confert ad actionern, litate respectu eíusdem subiecti? Vel, si in forma remissa, etiarns1 nulla s1t 1nd1spos1t10 est enim quis dicere unionem hanc. fo:n_i~e
nisi ut sustentans talem qualitatem. eis est possibilis illa distinctio, cur non
ex parte subiecti, ut inferius oste~demus. intensibilis cum subiecto non esse md1v1s1-
18. Praeter ):las vero rationes possumus etiam inter partiales gradus formae? Item, Respondebitur saltero ex parte agent1s sem- bilem nec perfici per mutationem unius mi-
addere aliarn, quae peculiariter ostcndit hu- quomodo unus est perfectior alio, si sunt per intervenirc nliquod impedimentum, ob nus perfectae in alian1 perfectiorem, sed ha-
iusrnodi rnutationern inhaerentiae vel unio- eiusdem speciei et omnino simplices?, vel, quod non potest ta~ p~r~ecte unir? forn1am. bere latitudinem et perfici pcr augme?tum
nis non esse naturaliter possibilern in forma, si hoc etiam in eis admittitur, cur non in Sed contra, nan1, s1 act1v1tas agentis es.t suf- praeexistentis unionis. Q~em modum v1de.n-
praesertim non subsistente, sed dependente gradibus? Denique, quomodo unus expellit ficiens ad producendu~ totam. e.nt1ta~em tur magis indicare thom1stae~ e.t i:raese~tlm
in fieri et esse a subiecto per talern unionem. alium, cum sint eiusdem rationis? Et per formae cum tota perfectlone ent1tat1,va :ius, Caietanus, citato loco, dum a1t in t1;aens1one
Hoc autem declarari potest primo, quia talis sese est intellectu difficillimum quod forma et alioqui supponi.-nus e~ p7rte ~~b1ectt se- perfici qualitatem secunduni ~ssent~ª1?1•. esse
forma, cum sit in se omnino uniformis et pendens a subiecto amittat unionem cum cundum se nullatrt esse Ind1sposit1onem vel et inesse· et subdit: Nec aliqua ibt tnter-
illo, ut in eu lnagís radicetur eique perfectius
indivisibilís, non videtur esse capax diver- uniatur. impedimentum, quae ratio afferri potest ?b venit co:ruptio, sed sola omnium praedicto-
sarum unionum indivisibilium respectu eius-
20. Tertio, si illa forma est capax diver- quam eaden1 virtus et efficientia 1?-ºº suffic1at rum aug1nentatio.- Verumtamen, haec;: etiam
dem subiecti; unde enim habere possunt ad uniendam talem formam sub1ecto, quam pars videtur efficacissimis rationib~s 1mpuJ-?-
uniones illae diversitatem? sarum unionum, cur a principio non unitur
perfectissime unire potest? quan~oqu1dem nari. Et primo quidem, qu1rta ratio facta in
19. Secundo, difficilius intelligitur quo- subiecto quantum unibilis est? Nam, sicut iam illa extrema sibi sunt praesentlss.1ma et priori membro contra hoc etiam procedit,
modo una earum unionum sit perfectior alia, naturalis qualitas naturaliter agit quantum inter ea non est repugnantia, sed pot1~s na- nimirum, hoc modo non perfici qualitate1n
si condistinguuntur omnino tamquam madi potest, ita etiam naturaliter informat quan- turalis propensio ad perf~ctam un1on~n~. quoad entitatem. essentiae,. sed s~lum quoad
indivisibiles, quorum unus non includitur in tum potest; ergo, si tata qualitas est in sub- Quin potius Henricus et aln, ut supra dix1, unionem ut facile constab1t apphcando om-
alio. Interrogo enim an illi madi in suo or- iecto, necessario unitur illi perfectissimo mo- disp. XV, probabiliter asserunt, etiam se- nia ibi 'dicta. Secundo, fere totus ultimus
dine sint diversarum essentiarum aut quasi do qua potest, saltem ex naturali propensio- clusa activitate extrinseci agentis, form::iJ? discursus, factus in praecedenti membro, pro-
eiusdem speciei. Si prirnum, quomodo pos- ne quam habet ad informandum subiectum, naturaliter sese unire suo proximo suscept~­ cedit etiarn contra hanc partem. Nam revera
sunt esse connaturales eidem qualitati sim- secundum quam ex necessitate naturae cau- vo, si intime sibi adsint et alias nullum s1t est difficillimum intellectu quod entitas indi-
sar. Dicetnr fortasse hoc esse verum, nisi
impedimentum. visibilis quoad perfectionen1 intensivam, quae
DISPUTACIONES VI. - 37
578 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección l 579
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a la perfección intensiva, que no es subsistente, sino que por su naturaleza está cada una de las partes de la forma con cada una de las partes de la materia
necesariamente unida al sujeto y dependiente de él, sea capaz de una unión divi- que les son proporcionadas, tal forma siempre se une a la materia y la informa
sible y que posea una escala intensiva. Ni puede concebirse suficientemente en cuanto puede.
qué consiste esa unión cada vez mayor, siendo así que toda la forma, en su tota- 23. Por últilnoJ con respecto al alma racional, aunque resulta claro que en
lidad, está unida a tal sujeto. Lo confirmo, pues si toda la forma está unida al las diversas partes orgánicas tiene diversos efectos accidentales y secundarios, sin
sujeto, entonces le confiere todo el efecto que puede conferirle; luego no puede embargo no resulta tan claro que la misma unión sustancial con las diversas partes
entenderse que se una más o que le confiera un efecto formal mayor. La primera de la materia sea de diversa naturaleza, ya que esa diversidad en los efectos secun-
consecuencia es patente, porque, así como la forma no puede unirse al sujeto sin darios puede provenir de la diversidad de accidentes y no de la diversidad de
conferirle un efecto formal, tampoco puede unirse toda sin Unirse totalmente para unión. Pero admitamos -cosa que es bastante verosímil- que la unión total del
conferir el efecto formal, en la medida que puede. alma racional con el cuerpo heterogéneo es en sí de algún modo heterogénea,
22. Se sale al paso de una objeción.- Pero se insiste, ya en el caso de la pues, como las disposiciones de la materia contribuyen mucho a la unión, es vero-
forma sustancial, sobre todo la que informa a un cuerpo orgánico, la cual no símil que las uniones parciales con las partes de la materia diversamente dispuestas
informa por igual cada una de las partes de la materia, aunque se una toda a sean en sí de algún modo desemejantes y de perfección desigual. Pero de aquí
ellas; ya también en el caso de la cantidad, que, aun cuando esté toda unida al no puede obtenerse ningún argumento a propósito de la cuestión que tratamos.
sujeto, no siempre se extiende igualmente, pues unas veces ocupa un lugar mayor Ya porque esto es peculiar del alma racional, por su eminente perfección y porque
y otras uno menor. Pero, ante todo, el primer ejemplo puede volverse en sentido es subsistente, por lo cual también le compete el poder informar toda el todo y
contrario; en efecto, la forma sustancial, en cuanto es indivisible o de naturaleza toda cada una de las partes, y además el poder informar toda un cuerpo extensi-
semejante, no puede tener una unión diversa y desigual con la materia, sino que, vamente mayor y menor sin que se le haga ninguna adición, a no ser únicamente
así como informa toda a la materia, así también la informa y se une a ella en en cuanto a la unión, cosa que no conviene a ninguna otra forma; ya también
la medida que puede; luego, de manera semejante, la cualidad, en cuanto es indi- porque, aun cuando esta alma informe desigualmente las diversas partes, no obs-
visible y se refiere a un mismo sujeto, siempre lo informa en la medida que tante, informa a cada una cuanto puede, en confor1nidad con la disposición de las
puede. En segundo lugar, en las formas sustanciales que informan cuerpos hetero- mismas, ni esa unión puede ser, con respecto a ellas, más o menos perfecta;
géneos (a excepción del alma racional), así como se estima que en las partes diver- con esto, si se hace un argurnento proporcional, más bien se confirma lo que
samente dispuestas existen uniones parciales de la forma desigualmente perfectas, pretendemos.
de igual modo ei:; más verosímil que también las mismas partes de la forma sean 24. El otro ejemplo acerca de la cantidad viene mucho me11:os al caso; porque
de alguna manera desemejantes o desigu~les en sus entidades parciales; porque es una misma cantidad, si no se hace ninguna adición o dis1ninución en su entidad,
más probable que todas esas formas sean divisibles y compuestas de partes que no puede tener diversa unión con la materia o conferir a ésta un efecto formal
informen las partes de la materia, mas no parece verosímil que esas partes de la mayor o menor, pues siempre extiende por igual las partes de la materia en orden
forma, que requieren en la materia disposiciones muy desemejantes, sean entre sí a sí misma, y la extensión en orden al lugar no es efecto formal de la cantidad,
totalmente semejantes en sus entidades. Por ello, si se hace una comparación sino de la presencia local, supuesto un determinado enrarecimiento o una deter...
proporcional, concretamente co1nparando toda la forma con toda la materia y minada densidad; y cada una de estas formas o modificaciones siempre tiene en el
non est subsistens, sed natura sua necessario est; nam forma substantialis, quatenus indivi-
unita et pendens a subiecto, sit capax divi- sibilis vel similaris est, non potest habere di-
sibilis unionis et habentis latitudínem ínten- ;versam et inaequalem unionem ad materiam,, singulas partes formae ad singulas partes sit tota informare totum et tota singulas p!:!r-
sivam. Nec satis concipi potest in qua consi- sed sicut tata informat materiam, ita etiam materiae sibi proportionatas. tes, itemque ut possit tata informare maius
stat illa rnaior et maior unio, quandoquidem informat et unitur illi quanturn potest; ergo 23. De rationali tandem anima, quamvis et minus corpus extensive sine additione ipsi
tata forma secundum se totam cst unita tali similiter qualitas, prout est indivisibilis et constet in diversis partibus organicis diversos facta, nisi tantum quoad unionem, quod
subiecto. Et confirmo, nam, si tata forma est respicit idem subiectum, semper informat habere effectus accidentales et secundarios, nulli alii formae convenit. Tum etiam quia,
unita subiecto, ergo confert illi totum ef- illud quantum potest. Deinde, in formis sub- non tamen est ita constans unionem ipsam licet haec anima inaequaliter informet diver-
fectum quem potest conferre; ergo non pot- stantialibus informantibus corpora heteroge- substantialem ad diversas partes materiae es- sas partes, tamen singulas informar quanturn
est intelligi quod magis uniatur aut quod nea (excepta anima rationali), sicut in par- se diversae rationis, quia illa diversitas in potest, iuxta illarum dispositionem, nec re-
maiorem effectum formalem illi conferat. Pri- tibus diversimode dispositis censentur esse effectibus secundariis potest provenire ex di- spectu illarum potest illa unio esse magis
ma consequentia patet, quia, sicut non pot- partiales uniones formae inaequaliter perfe- versitate accidentitun, et non ex diversitate vel minus perfecta; ex quo, si proportionale
est forma uniri subiecto quin conferat ei ctae, ita verisimilius- est etiam ipsas parte¡¡ unionis. Admittamus vero id quod est satis fiat argumentum, potius confirmatur quod
effectum formalem, ita etiam non potest tata formae esse aliquo modo dissimiles seu ínae- verisimile, totalem unionem animae rationa- intendiÍnus.
uniri quin totaliter uniatur ad formalem ef- quales in suis entitatibus partialibus; nam lis ad corpus heterogeneum esse in se ali- 24. Aliud vero exemplum de quantitate
fectum conferendum, quantum potest. probabilius est omnes illas formas esse divi- quo modo heterogeneam, quia, cum dispo- multo mínus est ad rem; nam eadem quan-
22. Obiectioni occurritur.- Sed instatur, sibiles et constantes ex partibus informan- sitiones materiae multum conferant ad unio- titas, si in eius entitate nulla fiat additio
tum in forma substantial~ praesertim illa tibus partes materiae, non videtur autem ve- nem, verisimile est partiales uniones ad par- vel diminutio, non potest aut diversam unio-
quae informat corpus organicum, quae non risimile illas partes formae, quae requirunt tes materiae diversirnode dispositas esse in nem habere ad materiam, aut maiorem vel
aeque informat singulas partes materiae, in materia dispositiones valde dissimiles, esse se aliquo modo dissimiles et inaequalis per- minorem effectum formalem ei conferre;
etiamsi tata eis uniatur; tum etiam in quan- ínter se in suis entitatibus omnino símiles. fectionis. Hinc vero nullum argumentum semper enim aeque extendit partes materiae
titate, quae, licet tota sit unita subiecto, non Quocirca, si proportionalis fiat comparatio, ad rem de qua agimus sumi potest. Tum in ordine ad se; extensio autem in ordíne
semper aeque se extendit, nam interdum occu~ tf\lis forma semper unitur materiae et infor- quia hoc est 5ingulare in anima rationali pro- ad locum non est formalis effectus quanti-
pat maiorem locum, interdum minorem. Sed mat illam quantum potest, comparando, sci- pter eminentem perfectionem eius, et quia tatis, sed praesentiae locatis, supposita tali
primum exemplum retorqueri imprimís pot~ licet, totam formam ad totam materiam et subsistens est; unde etiam habet quod pos- raritate vel densitate; et unaquaeque ex his
580 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección l 581

sujeto todo el efecto formal que puede tener por razón de su entidad. Con esto, perfeccionarse por razón de si misma, sino por razón de otra cosa. ¿Qué es,
fi.naln1ente, puede confirmarse este razonruniento con el argum·ento aducido en el pues, esa cosa? Verdaderan1ente es inexplicable; y, cualquiera que sea el modo de
anterior; pues, aunque concediésemos que en la unión de una rn'.sma cualidad explicarla o imaginarla, acerca -<le él preguntaré de nuevo si es algo indivisible o
indivisible existe un ámbito, no obstanteJ la cualidad siempre se uniría al sujeto que posee un ámbito y recibe adición; pues.., cualquiera de estas cosas que se
perfect:simamente y cuanto pudiese, sobre todo si por parte del sujeto no hubiese afirme, se refutará con una proporción semejante y con el mismo dilema. Así,
ninguna indisposición o repugnancia, cosa que, sin embargo, consta que no sucede pues, esta parte es manifiestamente imposible procediendo en consecuencia con la
así; luego es señal de que la intens~ficación no puede restringirse al solo ámbito opinión indicada.
de la unión. 26. Ahora bien, si la unión rn:t:ma posee un ámbito y se le hace adición de
25. En tercer lugar, y principalmente, podemos argumentar ad hominem partes de la unión,. contra esta sentencia tienen validez todos los argumentos con
contra esta exposición; porque, _si la unión de la forma que se intensifica posee que los autores de esta primera opinión prueban que no puede darse un ámbito
en si rn:srna una escala intensiva, o bien esa escala consiste en que dicha unión y una adición de partes en la forma misma, de suerte que haya que decir necesa-
consta de partes realmente distintas, de las cuales una se añade a la anterior riamente, o que esos argun1entos son ineficaces, o que esa opinión, con respecto a
cuando se realiza la intensificación, y del conjunto de ambas resulta una mayor lo que admite sobre el au1nento de la unión, es falsa. El antecedente es manifiesto,
unión, por la cual la for1na recibe la denominación de más arraigada e intensa, pues pregunto, de manera semejante, si esas partes de la unión son de la misma
o bien en la misma unión no hay ninguna distinción o adición real de tales partes. naturaleza o de diversa. Si son de diversa, ¿cómo componen una sola unión? Si
No puede afirmarse esto último, en primer lugar, porque esto equivale a establecer de la misma, ¿cómo se encuentran simultáneamente en un mismo sujeto? Respon-
que esa unión es indivisible, ya que no consta de partes realmente distintas. De dan lo que respondan, puede aplicarse con facilidad a unas preguntas semejantes
ello se sigue abiertamente que tal unión se hace, de manera necesaria, toda simul- acerca de los grados de la forma. Y podrá proceders~ de modo parecido en los
táneamente, pues lo que es indivisible no puede hacerse poco a poco, ya que esto demás argumentos o razones. Porque es suficiente con haberlo explicado en el dile-
equivale a hacerse por partes, lo cual repugna a una realidad indivisible. En terc~er ma ya expuesto, que es como la base y fundamento de dicha opinión. Se confirma,
lugar, porque, si no se hace adición alguna ni en la entidad de la forma, tanto por últüno, porque, si en la unión misma se concibe un ámbito y una adición de
de la esencia como de la existencia, ni tampoco en la misma unión, entonces no partes, ¿qué motivo hay para que parezca tan imposible en la entidad de la
se produce aumento en ninguna realidad o modo de tal forma, puesto que el forma?
aumento real ni siquiera puede concebirse mentalmente sin adición en alguna rea-
lidad o modo real. Pero en una forma de este tipo sólo existe su entidad o su Se refuta la tercera explicación de la opinión antes e_xpuesta
unión; por tanto, si no se produce adición en ninguna de éstas, no se produce en 27. La tercera y última exposición de la opinión dicha es que la cualidad sólo
ninguna realidad o modo real; luego no se produce ningún aumento real. Se se intensifica cuasi accidentalmente por la acción de rechazar a un contrario u
confirma, pues se decla que la for1na misma -según esta opinión- no aumenta otras disposiciones que repugnan a esa cualidad. Insinúa esta opinión Egidio, en
en si misma por razón de ella, sino por razón de la unión, ya que la entidad el citado Quodl. ll, q. 14, y en I De General., q. 18 y 15. Pero esta opinión puede
de la forma es indivisible y en cuanto tal no se le añade nada; consiguientemente, tener un doble sentido. El primero es que la misma remoción de una cualidad
si la unión es también indivisible y en cuanto tal no se le añade nada, no podrá contraria o de una disposición impediente sea condición necesaria para que la

fonnis seu affectionibus semper habet in <litio. I-Ioc posterius dici non potest, primo, ratione sui, sed ratione alterius. Quid ergo in eodem subiecto? Quidquid responderint,
~subiecto totum cffectum formJ.lem quem quia hoc est asserere illam unioncm esse est illud? Est sane inexplicabile; et quo- facile applicari potest ad símiles interroga-
hab;;:re potest ratione suae entitatis. Unde indivisibilem, quia non constat ex partibus modocumque explicetur aut fingatur, de tiones circa gradus formae. Et simili modo
tandem confirmari potest hic discursos ra- in re distincti::>. Ex quo aperte sequitur ta- illo rursus interrogabo an sit aliguid indivi- procedi poterit in caeteris argumentis seu
tione facta in supeúori, quia, hcet darernus lem unionen1 necessario fieri simul totam, sibile ve! latitudinem habens et additionem rationibus. Sufficit enim id explicasse in illo
in unionc eiusdem qualitatis indivisibilis cs- quia quod indivisibile est non potest paula- recipiens; quodcumque enim horu1n assera- dilernmate, quod est quasi basis et funda-
se latitudinem, nihilominus qu:ilitas semper tim fieri; quia hoc est fieri p::r pJ.rtes, quod tur, simili proportione eodemque dilemmate mentum illius opinionis. Et confirmatur tan-
uniretur subiecto pe:rfectissime et quantutn r::pugnat rei indivisibili. Tertio, quia, si ne- refutabitur. Haec igitur pars manifeste est dem, nam, si in ipsa unione intelligitur lati-
posset, praesertim si ex parte subiecti nulla que in entitate formae, t'am essentiae quam in1possibilis, consequenter procedendo iuxta tudo et partium additio, quid causae est quod
esset indispositio vel rcpugnanth, quod ta- cxistentiae, aliqua fit additio, neque etiam illam sententiam. in entitate forrnae tam irnpossibilis videatur?
rnen constar non ita fieri; ergo si~nun1 est In ipsa unione, ergo in nulla re vel modo 26. At vero, si unio ipsa Jatitudinem
non consist<..'TC intensionr::m in sola fatitudine t2\is formae fit augmentum, qui;1 augmentU.'Tl habet eique fit additio partilL'TI unionis, Tertia explicatio praedictae sententiae
unionis. reate sine additione in aliqua re vel modo procedunt contra hanc sententiam omnia improbatiir
25. Tertio ac praecipue argumentari pos- reali, nec mente concipi potcst. In huiusmo- argumenta quibus auctores huius primae
sumus ad hominem contra hanc expositio- di autem forma t1ntum est entitas aut unio opinionis probant non posse dari latitu- 27. Tertia et ultima expositio illius sen-
nem; quia, si unio formae quae intenditur eius; si ergo in neutro horilln fit additio, dinem et addítíonem partium in ipsa for- tentiae est qualitatem solum intendi quasi
habet in se latitudinem intensivam, aut Hla in nulla re vel modo renli fit additio; ergo ma, ita ut necessario dicendum sit vel illa per accidens per abiectionem contrarii vel
latitudo consistit in hoc quod illa unio con- nullum fit reale augmentum. Et confirmatur, argumenta esse inefficacia, vel illam sen- aliarum dispositionum repugnantium tali qua-
star ex partibus in re distinctis, quJrum n::un ipsa forma dicebatur iuxta hanc sen- rentiam, quantum ad id quod admittit de litati. Quae sententia insinuatur ab Aegid.,
una additur praeexistenti ctun fit intensio, tcntiarn non augeri in seipsa ratione sui, :o;ed augmento unionis, esse falsam. Antecedens dict. QuodL II, q. 14, et I de Generat.,
et ex utraque simul consur31t quaedam m:::ior r1tione unionis, quia entitas formae est in- patet, narn similiter inquiro an illae partes q. 18 et 15. Haec vero opinio duplicem pot-
unio, a qua denomin1tur forros m3gis r01di- divisibilis et ei ut sic nihil addiLur; si unionis sint eiusdem rationis, vel diversae. est habere sensum. Primus est quod ipsa
cata et int:::nsa, vel in ipsa etbm un1one nul- ergo ethm unio est indivisibilis et ei ut Si diversae, quamodo componunt unam remotio contrariae qualitatis vel dispositionis
Ja est talium partium distinctio aut realis ad- sic nihil additur, non poterit ipsa perfici unionem? Si eiusde1n, quomodo sunt simul impedientis sit necess?ria conditio ut forma
582 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sece1ón I 583
forma que se intensifica actúe e informe en mayor medida al sujeto, aunque no aumentar y perfeccionarse esencialmente. Y, en _los bienaventurados los lumina
se haga más perfecta en sí misma. Este parece ser el sentido que Egidio pretende; glort"ae o visiones son desiguales, aunque en la acción de rechazar a l~s contrarios
sin embargo, no contiene nada diverso del anterior, pues esa eliminación del impe- no exista una propia y formal gesigualdad entre los bienaventurados. Lo segundo
dimento que a veces preexiste en el sujeto es, sin duda, necesaria para la intensi- es patente, porque, pa~ece abiertam.ente _contra el testit~onio de 'los sentidos negar
ficación de la forma y, según la razón, precede en el género de causa material, que la luz se perfecciona en el rure de manera esencial y directa al ilurninarse
aunque se sigue de la misma intensificación de la forma en el género de causa más, Y lo mismo sucede en los actos de nuestra alma cuando amamos o tendemos
formal; por eso es manifiesto que, de manera formal y esencial, la intensificación con mayo.r esfuerzo. De ahí se elabora también un argumento, pues una mayor
de la forma no consiste, según esta opinión, en la misma acción de rechazar a un º. menor i~,tensificación no proviene sólo de la disposición material del recipiente)
contrario, y, por tanto, le queda por explicar en qué consiste o cuál es esa sino tamb1en de parte del agente: si es natural, porque es más fuerte 0 más
mayor actuación del sujeto y si aumepta por adición en la misma unión, y entonces débil, o porque está a mayor o menor distancia; si es libre, porque voluntaria-
se repiten todos los razonamientos hechos contra las opiniones anteriores. Tanto mente ejerce más o menos su virtud.
más cuanto que no es verdad en sentido universal que, en la intensificación de . 29. f'.de~~s, de aqu~ puede concluirse con evjdencia, de varios modos, que
la forma, el sujeto rechace a un contrario o una disposición repugnante, como la mtens1ficac1on no ~ons1ste en la acción de rechazar las disposiciones contrarias
vamos a decir en seguida. o :epugnantes ..En primer lugar, porque en un sujeto enteramente no repugnante
28. Así, pues, el otro sentido de esa opinión es que la intensificación consiste o igualmente dispuesto una forma puede ser más o menos intensa por razón del
formal y precisivamente en la acción de rechazar a un contrario o a los impedimen- agente, como se ha demostrado con ejemplos y por la razón. En segundo lugar
tos. De ahí resulta que, de acuerdo con esta opinión, no se da un verdadero y real p~rque la . ~xpulsión de una. disp~sición contraria o repugnante se realiza por l~
aumento de la forma o de su efecto formal, sino sólo cuasi accidentalmente_, ya n:i1sm~ acci?n por la que se intensifica la forma; pues el fuego no aminora el frío
· en cuanto a la eliminación de un impedimento, ya en apariencia y con respecto a smo intensificando el calor, y así en otros casos· luego esa acción aparte de la
nosotros; porque, eliminados los impedimentos, esa realidad obra o mueve con acción de rechazar a un contrario, tiene un término positivo anteri~r pues como
mayor perfección, y por eso nosotros la con~ideramos más perfecta. Y éste es el se ha dicho muchas veces, la acción positiva no tiende esencial y pri~ariam'ente al
primer absurdo que se sigue de tal opinión. La consecuencia es patente, ya que ~o-ser.; luego ese término n? es sino .una perfección positiva de la forma que se
a la forma y a su unión no se le añade nada positivo; luego no crece positiva- mte~s1fica, ~n .la cual consiste. esencial y formalmente la intensificación; pues
mente; por tanto, sólo puede quedar, o la remoción de los impedimentos, o cierta ¿que otro ter~1no. ~~ede e~~ogttarse e~ ese caso? Porque, si alguno dice que hay
apariencia. Pero la falsedad del consiguiente, según los principios de la fe, es cer- alguna otra d1spos1c1on positiva del su1eto, por razón de la cual otra forma actúa
tísima, y en filosofía es clarisima. Lo primero resulta manifiesto, ya que es erróneo ~ás al suj.eto, eso es completamente falso, ya que para la cualidad que se inten-
decir que la fe', la caridad y la gracia no aumentan verdadera y realmente en nos- sifica no siempre se requiere otra disposición; de lo contrario, se incurriría en un
otros, o que ese aumento consiste en la sola acción de rechazar a un contrario, pues proceso al infinito. Además,. no se explica la dificultad, pues acerca de esa misma
nada hay propiamente contrario a la gracia o a la caridad si no es el pecado, d~sposición ~a~ta preguntar cóm~ aumenta, ya que puede ser mayor y menor; y tam-
ni a la fe, sino la infidelidad; y esos contrarios se rechazan completamente por bién a propos1to de la otra cualidad, para la que dispone, queda por explicar cómo
una gracia o una fe mínima, respectiva1nente, y después esas cualidades pueden la actúa más, siendo ella il}divisible, y habrá que recurrir necesariamente a alguno

quae intenditur magis actuet et informet sub- Quo fit ut, iuxta hanc sententiam, non sit litates per se augeri ac perfici. Et in beatis pulsio contrariae vel repugnantis dispositionis
iectum, quamquam in se perfectior non :fiat verum et reale augmentum forrnae aut ef- lumina gloriae aut visiones inaequales sunt, fit per eamdern actionem per quam inten-
Et hunc sensum videtur Aegidius intendere; fectus forrnalis eius, sed solum quasi per ac- licet in abiectione contrariorurn non sit inter ditur forma; ignis enim non remittit frigus
nihil tamen continet diversum a praeceden- cidens vel quantum ad ablationem impedi- beatos propria et forrnalis inaequalitas. Se- nisi intendendo calorern, et sic de aliis; ergo
ti, nam illa ablatio impedimenti, quod inter-, menti, vel secundum apparentiam et quoad cundwn patet, quia videtur aperte contra illa actio, praeter abiectionem contrarii, ha-
dum praeest in subiecto, sine dubio est ne- nos; quia ablatis impedimentis illa res per- sensum negare lumen per se ac directe per- bet priorem terminum positivum, quia, ut
cessaria ad intensionem formae et secundum fectius agit aut movet, et ideo a nobis perfe- fici in aere dum magís illuminatur, et idem saepe dictum est, positiva actio non tendit
rationem praecedit in genere causae materia- ctior censetur. Et hoc est primum absurdum est in actibus animae nostrae dum maiori per se primo ad non esse; erg-o ille termi-
lis; subsequitur tamen ex ipsa intensione quod ex illa sententia sequitur. Sequela pa- conatu amamus aut íntendimus. Unde etiam nus non est nisi positiva perfectio formae
formae in genere causae formalis; unde ma- tet, quia formae et unioni eius nihil posi- sumitur ratio, nam maior vel minor intensio quae intenditur, in qua per se et formaliter
nifestum est formaliter ac per se non con- tivum additur; ergo positive non crescít; non solum provenit ex materíali dispositione consistit intensio; quis enim alius terminus
sistere intensionem formae, iuxta hanc sen- ergo solum superesse potest aut rcmotio im--·-- recipientis, sed etiam ex parte agentis: si ibi excogitari potest? Nam, si quis dicat es-
tentiam, in ipsa abiectione contrarii, et ideo pedimentorum aut apparentia quaedam. Fal- naturale sit, quia est fortius aut debilius, vei se aiiquam aliam posilivain dispositionern
explicandum illi superest in quo consistat sitas autem consequentis, iuxta principia fi- quia magis vel minus distat; si liberum, subiecti, ratione cuius alia forma magis ac-
aut quae sit illa maior actuatio subiecti, et an dei, est certissima et in philosophia claris- quia voluntarie magis vel minus exercet vir- tuat subiectum, illud est plane falsum, quia
augeatur per additionem in ipsa unione, et sima. Primum patet, quia erroneum est di- tutern suam. ad qualitatem quae intenditur non semper re-
redeunt ornnes discursus facti contra praece- cere fidem, charitatem et gratiam non augeri 29. Et hinc ulterius evidenter concludi quiritur alia dispositio; alioqui in infinitum
dentes sententias. Eo vel maxime quod non in nobis vere ac realiter, aut illud augmen- potest variis modis, intensionem non consi- procederetur. Et deinde non explicatur dif-
est in universum verum in intensione for- tum positum esse in sola abiectione contra- stere in abiectione contrariarum vel repug- ficultas, quia de illamet dispositione quae-
mae abiici contrarium, aut dispositionem rü; quia gratiae vel charitati nihil est pro- nantium dispositionum. Primo, quia in sub- rendurn restat quomodo augeatur, cum pos-
repugnantern a subiecto, ut iam dicemus. prie contrarium nisi peccatum, nec fidei, nisi iecto omnino non repugnante vel aeque dis- sit esse maior et minor; et de altera etiam
28. Alius ergo sensus illius sententiae est infidelitas; quae contraria omnino abiiciun- posito potest aliqua forma esse magis vel qualitate ad quam disponit restar declaran-
intensionem forrnaliter ac praecise consistere tur per minimam gratiam vel fidem, respe- minus intensa ratione agentis, ut exemplis dum quomodo magis actuet, si ipsa est indi-
in abiectione contrarii vel impedimentorurn. ctive loquendo, et postea possunt illae qua- et ratione ostensum est. Secundo, quia ex- visibilis, et necessario recurrendum erit ad
584 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección l 585
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de los modos ya rechazados. En tercer lugar, porque arriba se ha demostrado que fecta, pueden estar simultáneamente en una misma parte del sujeto; y ello no
los cont:arios en su ser.remiso pueden existir simultánerunente en un mismo sujeto; es superfluo, sino que se ordena a una mayor perfección, tanto del sujeto como.
luego, s1 la forma rem1sa es en sí igualmente perfecta que la intensa en cuanto a de la cualidad misma. Por último, la presente opinión denomina a estas partes de
la entidad Y a la unión, cuando dos contrarios están en simultaneidad, ambos poseen la cualidad grados de la misma; por eso se dice comúnn1ente, según esta opinión,
toda su perfección positiva; luego también existen sin1ultánean1ente en el grado que la intensificación se realiza por adición de un grado a otro. Esta s,:::ntencia,
supremo, Y uno no puede quedar debilitado por la introducción del otro ni el otro así explicada, la sostienen much.os teólogos, In I, dist. 17; Alberto, a. 10; Buena-
puede i~tensi~carse por la. expulsión del uno. Porque aquí se da un cí;culo total- ventura, en la 2.ª parte de la distinción, a. 1, q. 1, ad 2; Ricardo, a. 2, q. 2;
me17t~ rmpo~1ble;, pues, s1 la ~orma no se intensifica en sí mis1na, tampoco se Escoto, q. 3; Ockam, q. 6; Gabriel, Gregario y otros, en el mismo pasaje;
debilita en s1 misma; luego, mientras permanece un contrario, no se rechaza nada Marsilio, In ll, q. 1, a. 1, supposit. 8; Nifo, en VIII Metaph., desde la disp. V
de él; luego ta~Pº':º se intensifica el otro contrario; el mismo argumento puede hasta el final, sobre todo en la VI y la XI; Antonio Andrés, VIII Metph., q. 6;
hacerse, en sentido inverso, acerca de la debilitación de la forma. Toledo, I De General., c. 3, q. 4. El fundamento de esta opinión se ha propuesto
al impugnar la anterior y al explicarla, a saber, que en este género de composición
Se propone la segunda opinión sobre el ámbito de la cualidad intensificable no hay repugnancia alguna, y, por otra parte, es necesaria para salvar la verdadera
intens:ficación y desigualdad de perfección que se encuentra en una misma forma
30. Así, pues_, como parece que no queda ningún modo probable según el intensa o remisa.
cual pueda aumenrar re.al~ente en el mismo sujeto una cualidad indivisible, por
eso hay una segunda op1n1ón principal, que afirma que la cualidad intensificab1e es
di~isible Y está compuesta de diversas partes de la misma forma, que informan una
Dificultad que encierra la segunda opinión
rn1sma parte del sujeto o un mismo sujeto indivisible. Y los que así opinan estiman
que la escala intensiva de la forma consiste en esta composición. Añaden, además,
qu.e estas partes de la forma son enteramente de la misma naturaleza y no difieren 31. Pero en esta opinión hay un punto que me resulta difícil, concretamente,
entre si, por lo que respecta a sus entidades parciales, más de lo que difieren dos que establece esta escala de la cualidad intensificable del todo uniforme y com-
partes de una m{sma forma existentes en dos partes del sujeto, y toda la diferencia puesta de partes de igual naturaleza que las partes de la extensión, según se ha
entre ellas radica en la unión con el sujeto; pues, cuando están en diversas partes explicado. Pues de ahí se sigue que, si dos calores como de un grado existentes
del sujeto, aumentan la cualidad extensivamente, y cuando están en un núsmo en dos sujetos se ponen en uno mismo y en una misma parte, de ellos resulta
sujeto, la aumentan de manera intensiva. Y no consideran inconveniente el que dos un calor más intenso, a saber, de dos grados, cosa que concederán fácilmente los
partes de la cualidad, numéricamente distintas, pero unidas entre sí, estén en una autores citados. Mas de ahí parecen seguirse muchos inconvenientes. El primero,
~isma parte de.1 sujeto, ya que no reciben formalmente del sujeto la individuación, que este aumento intensivo es, con respecto a la forma, igualmente accidental que
sino de sus entidades que poseen unas referencias a tal sujeto, referencias que pue- el extensivo, por ser accidental para la cualidad el que .sus partes sean recibidas en
den diferir en número, aunque su término sea idéntico. Mas, por el hecho de una misma parte del sujeto o en diversas; luego la cualidad no se hace más per-
que esas partes no están divididas, sino unidas y componiendo una cualidad per- fecta por intensificación en mayor medida que por extensión.

aliquem ex modis iam ünpugnatis. Tertio, affirmat qualitatcm intensibilem esse divisi-
quia supra ostensum est contraria in esse ~ilem et compositam ex diversis partibus ip- sed unitae et componentes unam perfectam et inaequalitatem perfectionis quae in eadem·
remisso posse simul csse in eodem subiecto; s1us formae, quae eaindem partem subiecti qualitatem, possunt simul esse in eadem fonna intensa vel remissa reperitur.
ergo> si forma rernissa in se est aeque pe_r.- vel idem indivisibile subiectum informant Et parte subiectí; et id non est superfluum,
fecta ac intensa quo::id entitatem et unionem, in hac compositione existimant sic opi~an­ sed ad maiorem perfectionem, tum subiecti,
cum duo contraria sint simul, utrumque hs.- Quae difficultas in secunda sententia
tes consistere latitudine1n intcnsivam formae. tum ipsius qualitatis perti-nens. Denique, has
bet totam suam perfectionem positivam; er- Addunt deinde has partes formae on1nino partes qualitatis vocat haec sententia gradus 31. In hac vero sententia unurn est mihi
go et sunt simul in summo> et unum non esse eiusdem rationis, nec magis differre in- eius; et ideo dicitur communiter, iuxta hanc difficile> nimirum, quod ponit hanc latitu-
potest esse remissum ob introductionem al- ter se quoad suas partinles entitates, quam sententiam, intensionern fi.eri per additionem dinem qualitatis intensibilis omnino unifor-
terius, neque aliud intl".nsum ob alterius ab- duas partes eiusdem formae existentes in gradus ad gradum. Haec sententia sic expli- mem et constantem ex partibus eiusdem
iectionern. Est enim hic circulus plane im- duabus partibus subiecti; totumque discri- cata, est multorurn theologorum, In I, dist. rationis cum partibus extensionis, ut expli-
possibilis, quia, si forma in se non inten- men earum positum esse in unione ad sub- 17; Albert., a. 10; Bonavent., in 2.ª p. dist., catum est. Nam ex hoc sequitur, si duo
ditur> etü1m in .se non remittitur; ergo quam- iectutnj nam, quando sunt in diversis p1r- a. 1, q. 1, ad 2; Richard., a. 2, q. 2; calores ut unum existentes in duobus sub-
diu contrarium manet, nihil illius abiicitur; tibus subiecti, augent qualítatem extensive; Scoti, q. 3; Ocharn, q. 6; Gabr., Gregorii iectis, in eodem et in eadem parte ponantur,
ergo nequc aliud _contrarium intenditur; et 9uand? vero sunt in eodem subiecto, augent et aliorum, ibi; Marsilii, In II, q. 1, a. 1, consurgere ex illis unum calorem intensio-
e converso potest 1dem argumentum fieri de 1ntens1ve. Neque reputant inconveniens quod supposit. 8; Niph., in VIII Metaph., a rem, nempe ut duo, quod dicti auctores fa-
remissione formae. duae partes qualitatis numero distinctae, in- disp. V usque ad finem, praesertim in VI cile concedent. Videntur autem inde multa
Secunda sententia de latitudine qualitatis ter se tamen unitae, insint eidem parti sub- et XI; Anton. Andr., VIII Metaph., q. 6; sequi incommoda. Primum, quod hoc aug-
intensibilis proponitur iecti, quia non accipíunt formaliter indivi- Tolet., I de Generar., c. 3, q. 4. Fundamen- mentum intensivum aeque accidentarium sit
duationem a subiecto, sed ex suis entitatibu:s tum vero huius sententiae, impugnando prae- formae ac extensivum, quia accidentarium
30. Quoniam ergo nullus probabilis mo- habentibus habitudines ad tale subiectum, cedentern et explicando illam, propositum est qualitati quod partes eius in eadem vel
dus relinqui videtur, quo qua1itas indivisibi- quae h:abitudines possunt esse numero diffe- est, nimirum, quia in hoc gene.re composi- in diversis partibus subiecti recipiantur; non
~is possit in eodem subiecto realiter augeri, rentes, etiamsi terminus earum idem sit. Ex tionis nulla est repugnantia, et alioqui est ergo fit perfectior qualitas per intensionem
ideo est secunda principalis sententia, quae eo vero quod illae partes non sunt divisae, necessaria ad salvandam veram intensionem magis quam per extensionem.
586 Disputaciones metafísicas
32. En segundo lugar, se sigue que semejante aumento puede avanzar hasta el
Tl Disputación XLVl.-Sección l
paciente, éste ya es semejante al agente y no tiene privac1on de tal calor, por lo
587

infinito, lo mismo que el aumento extensivo; pero el consiguiente es ajeno a la que no puede recibir nada de parte de ese agente. Pero esto no es satisfactorio,
naturaleza de las cosas, en cuanto puede inferirse de la experiencia de las cuali- ya que el paciente tiene privación de otro grado, pues en otro caso no podría
dad es físicas. La consecuencia es patente, porque la composición y unión de dos recibirlo de ningún agente; luego, por este capitulo, no queda impedida la acción.
grados de calor en diversas partes del sujeto es de igual naturaleza que en una -:En cuanto a la desemejanza entre el agente y el paciente, es necesaria precisa-
misma parte; luego la diversidad en el sujeto no es obstáculo para que la compo- mente porque, si el paciente tiene toda la forma semejante a la forma del agente,
sición y unión de grado;:; pueda avanzar hasta el infinito en una misma parte del no puede recibir otra enteramente semejante; y si pudiese, no habría ninguna
sujeto igual que en partes diversas. Antes bien, podrá hacer.se con mayor facilidad razón o fundamento para que di.cha condición fuese necesaria. Luego) en el presente
en una misma parte, porque entonces ní siquiera resulta necesaria la multiplicación caso, si un mismo sujeto es capaz de varios grados de calor por completo seme.-
del sujeto. Se confirma y explica, porque no hay mayor repugnancia en que el jantes, aun cuando posea uno, y en él sea ya semejante al agente, no hay razón
cuarto grado se una al quinto que en que el tercero se una al cuarto, y lo mismo para que esa semejanza in1pida la acción ulterior; pues, en cuanto carece de
sucede con cualquier grado respecto del siguiente. Quizá se diga que con este otro grado semejante, es lo bastante desemejante para poder recibirlo. Y así resulta
argumento se prueba legítimamente que no hay repugnancia por parte de la cua- que una cosa caliente como de un grado puede producir un calor de dos grados
lidad, pero puede haberla por la capacidad limitada del sujeto, la cual se extiende y, consecuentemente, de ocho_, si por otra parte no existe una mayor resistencia
a un determinado número de grados y no a un número mayor. Pero, en verdad, del paciente. Resulta asimismo, en consecuencia, que dos cosas calientes como de
si esos grados son enteramente de la misma naturaleza, y por parte de ellos no un grado pueden hacerse mutuamente crecer en el calor, incluso hasta la com-
repugna la existencia simultánea cualquiera que sea su número, no hay motivo bustión que sigue al calor de ocho grados. Más aún: también se sigue que un
para que repugne por parte del sujeto, ya que éste es de suyo indiferente y capaz mismo calor de un grado puede, en virtud del solo calor, intensificarse hasta los
de cada uno de ellos y de muchos simultáneamente, y, por otra parte, aquéllos no dos y tres, y hasta cualesquiera grados, como se patentiza aplicando el argumento
-0cupan un lugar -por así decirlo- ni tienen efectos repugnantes entre sí; entonces, aducido. Pues el hecho de que el supuesto o una parte de él opere sobre sí mismo
¿por qué se va a decir que esa capacidad es limitada, y no más bien que de suyo -no constituirá impedimento, si por otra parte se supone (como realmente supone esa
es infinita en sentido negativo y potencial o pasivo? opinión) que un mismo sujeto, según un mismo aspecto, puede estar simultánea-
33. En tercer lugar, de la opinión indicada se sigue que, por ejemplo, un mente en acto formal con respecto a un grado y en potencia también formal para
calor como de un grado, de igual manera que puede producir muchos calores de otro grado del todo semejante.
un grado en diversos sujetos, así también puede producirlos en uno solo e idéntico; 34. En cuarto lugar, de esa opinión se infiere que, en la .debilitación de la
y, en consecuencia, puede producir un calor no sólo igual, sino también más cualidad, no puede señalarse ningún grado que, por naturaleza, se rechace prime-
intenso que él. La consecuencia es patente, porque esos calores son por completo ramente en virtud de la introducción del primer grado de la cualidad contraria;
de igual naturaleza, y la diversidad de sujetos es accidental para el agente, con tal pero el consiguiente es inconveniente; luego. Se prueba la consecuencia, porque
de que en uno solo e idéntico exista capacidad. Se dirá que no basta la capacidad todos los grados de esa cualidad son enteramerite semejantes entre s1, y también
sin la privación y desemejanza del paciente con respecto al agente. Pero, después están igualmente unidos entre sí; luego no es posible indicar ninguna razón
que una cosa caliente como de un grado ha producido un grado de calor en el natural de que un grado se rechace con anterioridad a otro. Quizá se diga que

-iam illud est simile agenti et non haber etiam usque ad ignitionem quae conse-
32. Secundo, quia sequitur huiusmodi dus illi eiusdem omnino rationis sunt, et ex privationem talis caloris et ideo pati non quitur ad calorem ut octo. Immo etiam se-
augmentum posse procedere in infinitum, parte illorum non repugna t es se simul in potest ab illo agente. Sed hoc non satisfacit, quitur quod idem calor ut unum possit ex
aeque ac augmentum extensivum; conse- quocurnqu;;: numero, non est cur repugnet quia passum illud habet privationem alterius ví solius caloris se intendere usque ad duos
quens autem est praeter naturam rerum, ex parte subiecti, quia ipsum de se indiffe- gradus, alias a nullo agente posset illum et tres et quoscumque gradus, ut patet ap-
quantum ex physicarum qualitaturn experien- rens est et capax singulorum et multorum .recipere; ergo ex hac parte non impeditur plicando argumentum factum. Nam quod
tia colligi potest. Sequela vero patet, quia simul, et alioqui illi non occupant locum actio. Dissimilitudo autem inter agens et suppositum aut pars eius agat in se, non
eiusdem rationis est compositio et unio duo- (ut ita dicam) neque habent effectus repug- patiens ideo necessaria est quia, si passum erit impedimentum, si aliunde supponitur (ut
_rum graduum caloris in diversis partibus nantes in ter se; cur ergo illa capacitas di- habet totam formam similem formae agentis, revera illa sententia supponit) idem sub-
subiecti, et in eadem; ergo diversitas in sub- cetur limitata, et non potius ex se infinita non potest aliam omnino similem recipere; iectum secundum idem posse simul esse in
iecto non obstat quominus compositio et negative et potentialiter seu passive? si autem hoc posset, nulla esset ratio aut actu formali respectu unius gradus et in po-
_unio gr_aduum aeque possit .in eadem parte 33. Tertio sequitur ex dicta serrtentia, ____ ~ __! ___ _ fundamentum cur illa conditio esset neces-
subiecti in infiniturn procedere, ac in di- calorem, verbi gratia, ut unum, sicut potest tentia etiam formali ad alium gradum om-
saria. Ergo in praesenti, si idem subiectum
versis. Quin potius facilius poterit fieri in facere piures calores ut unum in diversis nino similem.
est capax plurium graduum caloris omnino
eadem parte, quia tune neque multiplicatio subiectis, ita in uno et eodern posse; et similium, etiamsi unum habeat, et in illo 34. Quarto sequitur ex illa sententia in
subiecti necessaria est. Et confirmatur ac de- consequenter non solum posse fRcere aequa- iam sit simile agenti, non est cur illa simili- rem1ss1one qualitatis nullum gradum desig-
claratur, quia non magis repugnat quartum lem calorem, sed etiam intensiorem se. tudo ulteriorem actionem impediat; nam, nari posse qui ex natura rei primo abiicia-
gradum uniri quinto, quam tertium quarto, Sequela patet, quia illi calores sunt eiusdem quatenus alio simili gradu caret, est suffi- tur ex vi introductionis primi gradus con-
et idem est de quolibet gradu respectu ulte- omnino rationis, et diversitas subiectorum cienter dissimile ut illum possit recipere. trariae qualitatis; consequens est inconve-
rioris. Dicetur forte hoc argumento _recte accidentaria est agenti, dummodo in uno et Atque ita fit ut calidum ut unum possit niens; ergo. Sequela probatur, quia orones
probari ex parte qualitatis non esse repug- ieodem sit capacitas. Dices non sufficere efficere calorem ut duo, et consequenter ut gradus illius qualitatis sunt inter se omnino
nantiam, esse tarnen posse ex limitara capa- capacitatem sine privatione et dissimilitudine octo, si aliunde non sit maior resistentia símiles et aeque etíam ínter se uniti; ergo
citate subiecti, quae usque ad tot gradus ex- passi ad agens. Postquam vero calidum ut passi. Fit eti'lm consequenter ut duo calida nulla potest naturalis ratio assignari cur unus
tenditur et non ad plures. Sed certe, si gra- unum fecit unum gradum caloris in passo, ut unum possint se invicem augere in calort> gradus prius abiiciatur quam alius. Dicetur
Disputaciones 1netafísicas
588 ·~~~~~~~~~~~~~~~~~__._~~~~---'--~ Disputación XLVl.-Sección l 589
naturalmente se rechaza primero aquel que se ha adquirido en último lugar, ya
que el orden de la resolución es contrario al orden de. la generación. Pero Opinión verdadera y solución de la cuestión
esto no satisface, ya porque eso es accidental cuando del orden de la generación
no se origina en la realidad un orden especial de las partes que exija un orden 35. La cualidad intensificalfle no es indivisible en su entidad.~ Asi, pues,
opuesto en la resolución; ya también porque no siempre es nec~sario que una pienso que, entre estas opiniones, hay que optar por un camino intermedio. Porque,
forma intensa se haya hecho en ese orden, pues a veces una luz intensa se pro- en primer lugar, debe afirmarse que la cualidad intensificable no es indivisible en
duce en un instante. Se demuestra la falsedad del consiguiente, porque de no su entidad, sino que posee cierta escala de partes, por razón de la cual puede unas
ser así nunca podría incoarse la debilitación de la forma? ya que no hay razón veces estar en el sujeto toda ella, y otras una parte mayor o menor; y como una
alguna para que se expulse un grado más bien que otro;_ por eso, o no s.e cualidad tal no existe de modo natural en la naturaleza, a no ser que también
excluirá ninguno, o se excluirán todos juntos. Cabe decir que, en los acontec1- esté (en un sujeto), por eso su entidad es asimismo de tal manera que en unas
m:entos de este tipo, ia primera causa determina qué es lo que debe hacerse ocasiones puede existir toda en la naturaleza, y en otras puede estar en parte, y de
o expulsarse con preferencia a otra cosa. Mas esta respuesta no impide que sea ahí proviene el que pueda ser más intensa y más débil, y el que pueda mod;ficar
verdad que, por la naturaleza de los grados de la forma, no puede darse razón al sujeto en mayor y en menor inedida. A mi juicio, parecen persuadir y demostrar
de que uno sea expulsado antes que otro; y no hay que recurrir a la deterrnina-- esta afirmación todas las cosas que hemos aducido a propósito de la prirn.era
ción de la primera causa, si no obliga a ello una necesidad evidente o un defecto opinión, ya que sin semejante escala y divisibilidad no es posible entender cómo
de las causas, cosa que no ocurre ahora. Añádase que, si la intensificación es sólo una misma forma inherente indivisible modifica más o menos al sujeto. Porque
una colección y unión de grados enteramente semejantes, todos y cada uno de ellos ni puede entenderse que ella sea en sí una entidad mayor o menor, ni que tenga
tendrán la misma oposición formal con cualquier grado de la otra cualidad, y por una unión mayor o menor con el sujeto; ni, aparte de esas dos cosas, se encuentra
eso, si en un sujeto que estaba frío como de ocho grados se introduce un grado en tal forma alguna otra positiva y real, por razón de la cual pueda, bien ser
de calor, o se expulsarán todos los grados de frío o no se expulsará ninguno. término de una nueva acción real, bien conferir al sujeto un efecto formal mayor
Pues, como todos los grados de frlo son por co111pleto semejantes, si un grado de o menor. Y todas estas cosas se han explicado y demostrado suficientemente en los
calor repugna formalmente con algún grado de frialdad, tendrá la misma repug- razonamientos aducidos más atrás.
nancia con cualquier otro; o, si puede coexistir con uno, también lo podrá con 36. De esta conclusión se sigue que Ja forma intensa y la remisa no sólo se
todos juntos, ya que la colección de todos no introduce una repugnancia o incapa- distinguen en el modo de afectar actualmente al sujeto, sino tamblén en la entidad
cidad especial en el sujeto. Sobre todo, por haberse demostrado tarnb~én que de por la cual son aptas para afectar al sujeto. Es más: pueden tener un modo más
esa opinión se sigue que tal capacidad no está de suyo limitada a un determinado, o menos perfecto de afectar precisamente porque pueden tener una mayor o menor
número de grados, si esos grados son del todo semejantes y lo único que hacen perfección o integridad en su entidad; pues, en la medida en que poseen entidad,
es como amontonarse accidentalmente. En consecuencia, según esta opinión) nn en esa misma medida tienen aptitud para afectar al sujeto, y, en Ia n1edida en que
se explica suficientemente la escala de la cualidad intensificable. poseen aptitud, en esa misma medida afectan actualmente al sujeto (hablando en
sentido natural), porque una forma de esa clase está (en el sujeto) tanto cuanto es
y cuanto puede estar. Por ello, si dos calores, de uno y ocho grados, fuesen sepa-

Vera sententia et quaestionis resolutio maior ve! minar entitas sit, nec quod maio-
forte illum ex natura rei prius expelli qui in praesenti non occurrit. Adde quod, si in-
ultimo acqui.<iitus est, quia ordo resolutionis rem vel minorem unionem habeat ad sub-
tensio solum est collectio et nnio graduum 35, Qualitas intensibilis non est indivisi- iectum; nec praeter illa duo aliq uid aliud
est contrarius ordini generationis. Sed hoc omnino similium, 01nnes et singuli eorum bilis in sua entitate.- Inter has ergo sen-
non satisfacit, tum quia illud est per acci- positivum et reale reperitur in tali forma,
habebunt ean1dem oppositionem fonnalem tentias mediam quarndam viam amplecten- ratione cuius possit vel terminare novam
dens, quando ex ordine generationis non cum quolibet gradu alterius qualitatis, et darn censen. Primum enim dicendum est
consurgit in re specialis ordo partium qui actionem realem, vel maiorem aut minorem
ideo, si in subiecto quod erat frigidum ut qualitatem intensibilem non esse in entitate effectum formalem subiecto conferre. Quae
postulet oppositum ordinem in resolutione;
acto introducatur unus gradus caloris, vel ex- sua indivisibilem, sed habere aliquam lati- omnia in discursibus superius fuctis satis de~
turn etiam quia non semper necesse est ut
pellentur omnes gradus frigoris, vel nullus·. tudinem partium, ratione cuius potest inter- clarata et probata sunt.
intensa forma illo ordine sit facta; inter-
Quia, cum omnes gradus frigoris sint omni- dum secundum se totam inesse subiecto, in- 36. Et ex hac conclusione sequitur for-
dum enirn lumen intensum in instanti fit.
no similes, si unus gradus caloris formaliter terdu1n secnndum partem maiorem vel mi- 1nas intensa_m et remissam non tantum di~
Falsitas autem consequentis probatur, quia
repugnat cum aliquo gradu frigiditatis, cum nore~n; et quia talis qu~l~tas .natu~ali~~r ,n,on stingui in modo actualiter afficiendi sub~
alias nunquam remissio formae posset in-
quolibct habebit camden1 repugnantiam; vel, est t.TJ. rerum natura, ni.si etrnm 1DSIL, 1Qeo it:ctum, sed etiam in entitate per quam sunt
choari, quia nulia est ratio cur potius expel- talis est etiam illa entitas, ut aliquando pos-
latur unus gradus quam alius; unde vel si cu1n uno compati potest, etiam cum om- aptae afficere subiectum. Immo ideo possunt
nibus simul, quia collectio omnium non in- sit tota esse in rerum natura, aliquando ve- habere modum affi.ciendi magis vel minus
nullus excludetur, vel omnes simul. Dici pot- ro secundum partero, et inde provenit ut
est in huiusn1odi evcntibus determinari per ducit specialem repugnantiam vel incapaci- perfectum, quia possunt in entitate sua ha-
tatem in subiecto. Praesertim cum etiam possit esse intensior et remissior, et ut pos- bere maiorem vel minorem perfectionem seu
primam causam quid potius agendum sit vel sit magis et minus afficere subiectum. Hanc
expellendun1, quam aliud. Sed haec respon- ostenswn sit ex illa sententia sequi talem integritatem; nam, quantum habent de en-
cap~citatem ex se non Iimitari ad certum
assertionem videntur mihi convincere et de- titate, tantum habent de aptitudine ad affi-
sio non impedit quominus verum sit ex na-
numerum graduum, si gradus illi sunt om- monstrare omnia quae circa primam senten- ciendum subiectum, et quanturn habent de
tura graduum formae non posse reddi ra-
tiam adducta sunt, quía sine huiusmodi lati- aptitudine, tantum habent (naturaliter lo-
tionem cur unus prius expellatur quam nino símiles et solum quasi per accidens tudine et divisibilitate non potest intelligi quendo) de actuali affectione subiecti, quia
alius; ad determinationem autem primae cau- coacervantur. Igitur, iuxta hanc sententiam,
quomodo eadem indivisibilis forma inhae- talis forma tantum inest quanturn est et
sae recurrendum non est, nisi evidens ne- non satis explicatur latitudo qualitatis inten- rens magis ve! minus afficiat subiectum.
cessitas vel defectus causarum coegerit, quod sibilis. quantum inesse potest. Quocirca, si duo ca-
Nec enim potest intelligi quod ipsa in se lores, ut unum et ut acto, divina virtute se-
590 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección l 591
radas y conservados fuera del sujeto por virtud divina, no serían iguales en su deben entenderlo acerca de la intensificación natural, que se realiza mediante una
entidad y en su perfección, ya que uno tendría toda la entidad que le es debida mutación natural. De manera semejante, cuando se dice que en una forma separada
y el otro no; y siempre uno de ellos es de tal manera que, si se une de nuevo aÍ del sujeto no puede baber esc¡¡la de intensificación, hay que entenderlo de una
sujeto, necesariamente lo convierte en caliente como de ocho grados, mientras que forma que está separada por su naturaleza y que, por ello, no sólo está fuera
el otro, por mucho que se una, nunca puede causar ese efecto, sino sólo como un del sujeto, sino que además carece de aptitud y de orden al sujeto; porque una
grado. forma tal ya no será accidente, sino sustancia, la cual no es capaz de intensificación,_
37. Si podría intensificarse un calor separado.- Se dirá: luego el calor de como diré en la sección siguiente.
un grado, separado del sujeto, podría intensificarse y convertirse en un calor de ocho 38. Sí un calor es calor en mayor medida que otro.- Pero se insistirá, pues
grados, cosa que parece imposible, ya que la intensificación es ininteligible sin se sigue no sólo que una cosa caliente está más caliente que otra, sino además que
un orden al sujeto. Por eso, Santo Tomás suele decir a veces que, si la forma está un calor es más calor que otro; pues no sólo queda más modificado el sujeto, sino
separada, posee necesariamente toda la perfección de la especie; así, en I, q. 54, que también el propio calor posee más entidad de calor. Pero el consiguiente está
a. 1 y 2, y en otros muchos lugares. Respondo distinguiendo la consecuencia según en contra de Aristóteles, en los Praedicam., capítulo sobre la cualidad, donde da a
se trate de la acción de un agen'te natural o por virtud de Dios. Porque, del primer entender que los concretos son susceptibles de más y de menos, pero no los abs-
modo, un accidente separado no puede ser intensificado por un agente natural, tractos. Respondo: en lo que atañe a la cuestión, es verdad que la forma misma
ya que no es posible añadirle nada que se eduzca de la potencia del sujeto, por de calor es más y menos perfecta e íntegra en su entidad; y si esto es lo único
suponerse que tal accidente está fuera del sujeto; y un agente natural no puede que se significa con dichas palabras, concedo la consecuencia; y Aristóteles no pudo
obrar nada sino por educción de la potencia del sujeto. En cambio, por potencia enseñar lo contrario. Mas, en lo que respecta a la forma de expresión, esa locución
divina puede esa entidad aumentar y perfeccionarse en su entidad según su escala se admite más en los concretos que en los abstractos, ya sea por lo que decíamos
de intensificación, y en este sentido dicha acción puede denominarse intensificación; arriba, que la forma separada no puede aumentar naturalmente, y, puesto que en el
no en cuanto este término significa una mutación a partir del sujeto, sino en cuanto abstracto se significa como teniendo consistencia por sí mismo, por eso no se
significa producción de algunos grados de cualidad intens;ficable. Porque este per- dice que, en cuanto tal, sea susceptible de más y de menos, pero se dice del
feccionamiento puede realizarse por modo de creación; luego puede ser producido concreto, ya que participa de la forma en mayor o menor medida. O, por lo menos,
por Dios. El antecedente es manifiesto, porque, así como Dios puede conservar en esa expresión se niega en los abstractos porque parece significar lo más y lo menos
acto un accidente sin sujeto, igualmente puede producirlo; pero esa producción en la misma diferencia constitutiva del calor y, por tanto, en la razón esencial de
es de la nada, y, por ello, es cierta creación. Asimismo, igual que puede producir calor, en la cual, empero, no existe escala, sino en la integridad del calor, según
simultáneamente fuera del sujeto todo el accidente, también puede producirlo por dijimos antes, y por ello ninguno se denomina más calor que otro, sino mayor y
partes, si es divisible, y de este modo Dios podría aumentar sucesivamente, en su más perfecto, lo mismo que la línea no se llama más línea, sino mayor. Ahora
extensión, una línea o una superficie separada; luego por la misma razón podría bien, lo caliente se dice más caliente porque sólo se expresa el exceso en la partí~
aumentar en su perfección intensiva un calor separado. Por tanto, quienes afirman cipación de la forma constitutiva de lo caliente, y en este sentido únicamente se
que la intensificación no puede producirse fuera del sujeto, para decir la verdad ;¡:_
indica un exceso accidental, no esencial.

pararentur et conservarentur extra subiectum, naturale nihil agere potest nisi per eductio~
non essent in entitate et pcrfectione aequa- nem de potentia subiecti. At vero per divi-
! tationem naturalem fit. Similiter, cum dici- verbis, concedo sequelam; ne que Aristote-

¡
les, quia unus haberet totam entitatem sibi nam potentiam augeri potest illa entitas et tur in forma separata a subiecto non posse les potuit contrarium <lacere. Quod vero at-
debitam, alius vero minime; et semper al- perfici in entitate sua secundum latitudinem esse latitudinem intensionis, intelligendum tinet ad formam Iocutionis, magis admittitur
ter illorum est talis ut, si iterum uniatur intensibilem eius, quo sensu potest illa actio est de forma quae natura sua est separata, illa locutio in concretis quam in abstractis,
subiecto, necessario reddat illud calidum ut vocari intensio, non prout haec vox signifi- quae proinde non solum est extra subiectum, vel propter id quod supra dicebamus, nem-
octo; alius vero, quantumcumque uniatur, cat mutationem ex subiecto, sed prout sig- sed ethm caret aptitudine et ordine ad sub- pe, formam separatam non posse naturaliter
nunquam potest causare illum effectum, sed nificat effectionem aliquorum graduum qua- iectum; nam talis forma iam non erit acci~ augeri, et quia in abstracto significatur ut
tantum ut unum. litatis intensibilis. Haec enim perfectio fieri dens, sed substantia, quae intensibilis non per se stans, ideo ut sic non dicitur susci-
37. Calor separatus an posset intendi.- potest per modum creationis; ergo potest est, ut sectione sequenti dicam. pere magis et minus, de ipso vero concreto
Dices: ergo calor ut unus separatus a sub- fieri a Deo. Antecedens patet, quia, sicut
iecto oosset intencli et fieri calor ut acto; Deus potes.t conservare actu accidens sin_e_
1 38. An unus calor sit magis calor quan1
alius.- Sed urgebis, nam sequitur non so-
id dicitur quia magis vel minus participat
formam. Vel certe illa locutio negatur in

r
quod Videtur impossibile, quia sine ordine ad subiecto, ita et efficere; illa autem effectio lum unum calidum esse magis calidum abstractis quia significari videtur magis et
subiectum non potcst intelligi intensio. Un- est ex nihilo, et ideo est creatio quaedam. quam aliud, sed etiam unum calorem esse · minus in ipsa differentia constitutiva caloris,
de interdum solct D. Thom. dicere quod, Item, sicut potest efficere simul extra sub- magis calorem quam alium; quia non solun1 atque adeo in essentiali. ratione caloris, in
si forma est separata, necessario habet totam iectum totum accidcns, ita etiam potest illud ipsum subiectum magis afficitur, sed etü1m qua tamen non est latitudo, sed in integri-
perfectionem speciei, ut I, q. 54, a. 1 et 2, efficere per partes, si divisibile sit, et ita ipse calor magis habet de entitate caloris. tate caloris, ut supra diximus, et ideo nullus
et saepe alias. Respondeo distinguendo se- posset Deus successive augere secundum Consequens autem est contra Aristotelem, dicitur magis calor quam alius, sed maior et
quelam de actione agentis naturalis aut per extensionem lineam vel super:ficiem separa-
virtutem Dei. Priori enim modo non potest tam; ergo eadem ratione posset augere ~ i in Praedicam., c. de Qualit., ubi significat
concreta suscipere magis et minus, non abs-
perfectior; sicut linea non dicitur magis li-
nea, sed maior. At vero calidum dicitur ma-
separatum accidens intendi ab agente natu- perfectione intensiva calorem separatum. Qui tracta. Responden : quod ad rem spectat, gis calidum quia solum significatur excessus
rali, quia nihil potest ei addi quod de poten- ergo dicunt intensionem non posse fieri extra
tia subiecti educatur, cum supponatur tale subiectum, intelligere id debent, ut verum
f verum est ipsam formam caloris esse magis
et minus perfectam et integram in sua en-
in participatione formae constituentis cali-
dum, et ita solum indicatur excessus acci-
accidens esse extra subiectum; agens autem dicant, de naturali intensione, quae per mu- tltate; quod si hoc tantum significetur illis dentalis, non essentialis.
·..
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i
592 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI. Sección l 593
·-------'· -·----·---
39. En segundo lugar hay que decir que el ámbito entitativo de la cualidad ras partes, es manifiesto por lo dicho; ~n cua~to a la última, es patente, porqi:~
intensificable no es el mero amontonamiento de muchos grados de una misma cua- de este modo se resuelven facilísimamente las dificultades apuntadas en am~as. ~{;{
lidad enteramente semejantes, sino que es cierta composición per se de tales partes
o grados, de los cuales uno supone por su naturaleza al otro; y por razón de esa
niones. En efecto, concedemos que una forn;ia de esta. ~~ase no es 1n iv1s1
en su entidad y unión, sino que en ambas re~1b: una ad1c1on y un aumento. rea ,
t
subordinación uno se llama primero, y otro segundo, tercero, etc., de suerte que ya que esto ¡0 persuaden las dificultades mdicadas en contra de la primera
el primero y el segundo no se distingan solamente como los dos primeros grados opinión.
existentes en las diversas partes del sujeto, sino también porque son por su
naturaleza primero y segundo, y así en los demás. Prueban suficientemente la pri- Se responde a las razones aducidas en contrario
mera parte negativa de esta afirmación las razones que hemos elaborado contra la
segunda opinión; pues, aunque algunas de ellas puedan eludirse de alguna manera, 41. Resolvemos con facilidad su fundamento, en cuanto t.iene vali~ez cont.ra
sin em.bargo no pueden refutarse de modo suficiente, y todas en conjunto demues- esta parte, porque esos grados parciales, aunque sean de la ~tsma razon esencial
tran con suficiencia que ese modo de intens]icación por la sola agregación no en su entidad individual y parcial, no son enteramente seme¡antes, ~1 n:enos en
basta para salvar todas las cosas que experimentamos de estas cualidades y de su referirse al sujeto con un determinado orden entre sí, de suerte que e primero se
eficiencia y virtud. Además, también confirma esta parte en no pequeña medida presupone, por su naturaleza, al segundo, y el segundo, .por su na.~uraleza, no e~
el fundamento de la primera opinión acerca de la distinción numérica de los apto para inherir en el sujeto, a no ser en cuanto ya mod1ficado Y d1spuestf p~r e
rimer grado, diversidad que es suficiente para _qi:e puedan ;e.rsar sobre e m.smo
grados enteramente semejantes en una misma parte del sujeto. Pues, con10 se ha
tratado por extenso arriba, en la disp. V, los accidentes que sólo se distinguen !'ujeto aunque según su modo parcial sólo se distingan numencamente.
.a las ~tras razones que confirman dicha opinión, por. nu_e~t~a part~ las a m1tl~~:
E:~u_anto
numér.icamente y son del todo semejantes en el efecto individual no pueden mul-
tiplicarse en un mismo sujeto. Y las razones allí aducidas son igualmente demos- fácilmente pues no demuestran que tal forma sea 1nd1v1s1ble, sino que ebs .
trativas, ya sean totales esos accidentes, ya sean parciales. Y, en verdad, si tales '
per se y requiere una esca la y una compos1c1on
· " mas ' per se de la qne se . o tiene
accidentes pudLesen reunirse en un mismo sujeto, cualquiera que fuese el número por la sola reunión de grados enteramente semejantes. Confirman esto n;i1~1;1º en
en que pudieran multiplicarse, tampoco podría decidirse con ninguna razón sólida mayor medida los argumentos que se han objetado contra, l~ segunda op1n1on. ue
el término de tal reunión. 42 En cuanto a aquellos en los que se apoya ésta, un1cament: p~eba~ q
40. La segunda parte afirmativa de esta afirmación se sigue de las anteriores. la cu;lidad intensificable no es indivisible. De ahí parecen haber 1nfer1do 1n~e­
Primeramente, por enumeración suficiente de las partes, pues, excluidos los demás diatamente los autores de dicha opinión la composición por esa. ~era ª?regac1on,
modos, no parece posible pensar en otro con el que pueda explicarse la naturaleza como si eu la cualidad no fuese posible otro modo de compos1c1ó;i mas per se,
de tal entidad y ámbito. En segundo lugar, porque de esta manera se salva la divi- · embargo no han probado. Y no se me ocurre razon alguna que
cosa que, sm
demuestre siquiera con ' visos de apariencia la llllpos1
. 'bTd
l I a
d d e esa escala de cua-
sibilidad, la verdadera adic:ón -real y el aumento posible en tal entidad; se salva
asimismo la unidad y la composición per se en tal cualidad y, por otra parte, no se lidad con cierto orden esencial y definido por la naturaleza ent_re las par tes de la
descubre repugnancia en ese modo de entidad y de unidad; luego así debe opi- · A , n ¡ animal 0 en la planta se da un orden esencial entre 1as ~a~tes
misma. s1, e_ e ' · ' mpos1c1ón
narse a propósito de semejante ámbito. El antecedente, en cuanto a sus dos prime- heterogéneas de su forma, aunque en dicha forma sea extensiva esa co ,

39, Secundo dicendum est latitudinem tudine. Antecedens quoad duas p~imas par- partiali modo solo numero dist!nguantur.
ctione numerica graduum 01nnino similium
entitativam qu11it'.ltis intensibilis non esse tes notum est ex dictis; quoad ult1mam vero Alias vero rationes confirmantes illam sen-
meram coacervationem plurium graduum in eadem parte subiecti. Quia, ut supra late
tractatum est disp. V, accidentia solo nu- patet, quia hoc modo facillime sc;ilvuntur tentiam nos facile admittimus, quia non pro-
eiusdern qualit8.tis omnino similiurn, sed esse difficultates tactae in utraque sententia. Nam bant talem formam esse indivisibilem, sed
quamdam compositionem per se talium par- 1nero distincta et omnino similia in effectu
individuali non possunt in eodem subiecto concedimos huiusmodi formam non esse esse per se unam et requirere latitudinel?
tiurn seu graduum, quorum unos natura sua indivisibilem in sua entitate et ~n.ione, sed et compositionem magis per se quam .s1t
rnultiplicari. Rationes autem ibi factae aeque
supponit alium; 1·atione cuius subordin1tio- in utraque recipere realem . add1tion~m et per solam congregationer:i graduum omn1no
probant, sive illa accidentia sint totalia, sive
nis unus dicitur prirnus, et dius secundus, augmentum, quia J:¡oc conv1n~u?t d1fficul- similium. Id ipsum mag1s confirmant a.;gu-
p1rthlia. Et sane, si talia accidentia congre-
tertius, etc., ita ut primus et secundus non tates tactae conti·a primam opm1onem. menta obiecta contra secundam sententiam.
gari possent in eodem subiecto, in quocum-
solum distin3uantur sicut duo primi gradus 42. Illa vero quibus ipsa nititur, sol':1m
qtte numero multiplicari possent, neque pos-
existentes in diversis partibus subiecti, sed Satisfit rationibus in contrarium probant qualitatem intensibilem non ess~ ~n­
set firma aliqua ratione definiri terminus
etiam qui'.! sunt natura sua prirnus et secun- talis aggregntionis. adductis divisibilem. Ex quo videntur auctores. ill1us
dus, et sic de caeteris. Priorem p:;irtem ne- 41. Facile autem solvimus fundamentu~ opinionis immediate intu~isse comp~s~t1onem
gativam huius assertionis probant sufficienter 40. Posterior vero pars afirmativa huius
assertionis sequitur ex praecedentibus. Primo eíus, quatenus contr~ hanc. parte.m p~oced1t, per illam meram agg~e~~t1on~m, ac s1 m qua-
rationes qu3s confecimus contra secundam quia illi gradus partiales, hc~t s1n.t e.1~sde~ litate non esset poss1b1hs ahus modus com-
a sufficienti partium enumeratione, quia, se-
sententi'.101; quamvis enim aliquae earum rationis essentialis in sua ent1tate ind1v1dua11 positionis magis per se quam sit ille, quo;J
clusis aliis modis, non videtur excogitari pos-
possint aliqua ratione eludi, non tamen suf- et parthli, non sunt o~nino s~iles, saltem tamen ab illis probatum non est. Neque m1-
se alius, qua possit natura talis entitatis et
ficienter solvi, et omnes simul satis osten- latitudinís declarari. Secundo, quia hoc mo- quoad hoc quod respi~1unt sub~ectum cum hi occurrit aliqua ratio, quae vel appar_en-
dunt illum modum intensionis per solam do salvatur divisibilitas, et vera additio rea- certo ordine inter se, ita ut primus natura ter ostendat esse impossibilem illam latltu-
aggregationem non esse sufficientem ad r.3.l- sua supponatur ad secundum, et secu?dus dinem qualitatis cum quodam ordi~e pe~ se
lis, et augmentum possibile in tali en tita te;
vanda omnia quae de his qualitatibus et de salvatur etü1m unitas et compositio per se natura sua non sit aptus inhaerere sub1ecto et a natura definito inter partes eius. ~1cut
earum efficienti1 et virtute experimur. Dein- nisi ut iam affecto et disposito per prim~m in animali vel planta est ardo per se inter
in tali qualitate, et aliunde non apparet re-
de b'.lnc eti1m p~rtem non p1rum confinnat gradum, quae diversitas satis .est ~t P?Sstnt partes hetero!!,eneas formae eius, qua~vis in
pugnantia in tali modo entitatis et unitatis;
fundamenturn primae sententiae de distin- illa forma illa compositio sit extensiva, in
ergo ita sentiendum est de huiusmodi lati~ circa idem subiectum versan, etrnms1 suo
DISPUTACIONES VI. -- 38
594 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección ll 595
mientras que en la cualidad de que tratamos es intensiva; y tampoco hay que partes del sujeto, pero no según la intensificación. Se dirá: un movimiento local
buscar en los ejemplos una semejanza omnímoda. Y si por ventura alguno opina puede ser más veloz que otro, y ése parece un modo de intensificación. Se responde:
que esta opinión nuestra no es contraria a las anteriores, sino que es como una la velocidad del movimiento ng,__ es propiamente intens~ficación, sino como una
concordia e interpretación legítima de las mismas, no sólo no le contradecimos, condensación de las partes del movimiento dentro de un tiempo más breve, por
sino que incluso es lo que más deseamos. Y, por lo menos, estimo que no es lo que esa condición puede encontrarse tanto en el movimiento extensivo como
ajena al pensamiento de algunos autores a los que hemos citado en favor de dichas en el intensivo, y también en la remisión. Así, pues, con respecto a la acción o a
opiniones, y en especial de Santo Tomás, de cuya manera de pensar haremos más la pasión o movimiento, la intensificación sólo tiene lugar por razón de la cualidad
consideraciones en la sección tercera. . intens:ficable a la que tiende, y por tanto se dice que la escala intensiva está
esencial y primariamente, y como en su raíz, en la cualidad.
3. Explicada, pues, la conclusión de esta manera, se prueba porque a la cualidad
SECCION II le conviene esta escala de tal suerte que le conviene por su propia razón, y no por
SI SÓLO SON INTENSIFICARLES LAS CUALIDADES, Y POR QUÉ NO CONVIENE
razón de otra cosa; pero a otra cosa no le conviene de este modo; luego esta
ESTO A TODAS ELLAS propiedad es exclusiva de la cualidad. La mayor se patentiza por inducción en el
calor, la luz, el amor, etc., a los cuales conviene dicha escala, y no por razón de
l. La raíz primaria de la intensificación está en la cualidad sola.- Puesto que otro, ya que no puede indicarse ninguna cosa por razón de la cual les convenga.
el ser susceptible de más y de menos se asigna como propiedad de la cualidad, Alguno dirá que les conviene por razón del agente aplicado des:gualmente, o por
debemos explicar de qué modo es propio de ella, lo cual depende de dos puntos razón del sujeto desigualmente dispuesto, según Durando, In l, dist. 17, q. 6, n. 6.
que se han propuesto en la cuestión, concretamente si conviene a la cualidad sola, Pero esto no obsta, pues, como añade el propio Durando, en el n. 7, una y otra
y a todas ellas. causa, tanto la eficiente como la material, supone en la forma intensificable una
naturaleza tal, que posea una escala en su entidad y requiera para su integridad
En qué sentido es capaz de intensificación la cualidad sola una determinada composición. En este sentido decimos que la cualldad tiene de
suyo tal naturaleza, y no por razón de otra cosa, aunque con respecto a la existencia
2. Si la velocidad del movi1nz'ento es intensificación.- Así, pues, en primer sea reducida a un acto más o menos perfecto por un agente desigual, ya sea en la
lugar hay que afirmar que la raíz primaria (por así decirlo) de la intensificación virtud, ya sea en la aproximación, ya sea en la voluntad, si es libre; y a veces
se encuentra únicamente en la cualidad. Propongo la presente afirmación en esta puede también concurrir la disposición del sujeto, aunque no sea siempre necesaria.
forma porque también a propósito de la acción y la pasión dice Aristóteles, en 4. De qué manera la relación es susceptible de más y de m'enos.- La menor
los Predicamentos, que son susceptibles de más y de menos, pero eso no conviene se prueba porque las cosas de otros predicamentos, o no son intensificables, o lo
a la acción y a la pasión sino por razón de su término, en cuanto en él se da son únicamente por razón de la cualidad. Esto resulta patente por inducción, ya
una escala de intensidad. Por eso, ni en la generación sustancial ni en el aumento, que la sustancia y la cantidad no son susceptibles de más y de menos. En cuanto
en cuanto tiene por térmjno la cantidad, se da ese modo de ser susceptible de más a la relación, aunque se diga que de alguna manera es susceptible de más y de
y de menos, sino solamente según una adición extensiva. Y lo mismo sucede~ de menos, no lo es, empero, por su propia razón, sino por razón del fundamento, y
manera proporcional, en el movimiento local, que se denomina mayor o m~nor
por su extensión a un espacio mayor o menor, o por el mayor o menor número de vel per plures aut pauciores partes subiecti, ve! ratione subiecti inaequaliter dispositi, ex
non vero secundum intensionem. Dices: Durando, In I, dist. 17, q. 6, n. 6. Sed hoc
qualitate vero de qua agimus sit intensiva; quod ex duobus quae in quaestione propo- unus motus localis potest esse velocior alio, non obstat, quia, ut idem Durandus sub-
neque enim in exemplis quaerenda est om- sita sunt pendent, scilicet, an illi soli et qui videtur quidam modus intensionis. Re- iicit, n. 7, utraque causa, tam efficiens quam
nimoda sirnilitudo. Quod si fortasse quis sen- an omni conveniat. spondetur: velocitas motus non est proprie materialis, supponit in forma intensibili ta-
tiat hanc nostram sententiam non esse con- intensio, sed est veluti condensatio partium lem naturam, quae latitudinem in sua enti-
trariam praecedentibus, sed esse quamdam Quomodo sola qualitas intensionis motus intra brevius tempus; unde illa con- tate habeat et talem compositionem requirat
concordiam et legitimam interpretationem sit capax ditio tam in motu extensivo quam in inten- ad sui integritatem. Et hoc modo dicimus
earum, non solum non contradicirnus, sed 2. Motus velocitas an sit intensio.- Im- sivo, et in remissione etiam inveniri potest. qualitatem ex se habere talem naturam, et
etiam id maxime optamus. Et saltem existi- primis ergo dicendum est primam (ut ita Itaque, respectu actionis vel passionis seu non ratione alterius, quamvis quoad exi-
mo non esse alienam a mente aliquorum dicam) radicem intensionis in sola qualitate motus, intensio solum habet locum ratione stentiam redigatur in actum magis vel minus
auctorum quos pro illis sententiis citavimus, inveniri. Hanc assertionem sub hac forma qualitatis intensibilis ad quam tendit; ideo- perfectum ab agente inaequali, vel in vir-
et praesertim D. T'ho1nae, de cuius mente propano, quia etiam de actione et passione que latitudo intensiva dicitur esse per se pri- tute, ve! in approximatione, vel in volun-
plura dicemus sectione tertia. dicir Aristoteles, in Praedicamentis, susci- mo, et tai.nquam in, radice, in qualitate. tate, si sit liberurn; et subiecti etiam dispo~
pere magis et minus, tamen id non convenit 3. Sic ergo explicata conclusio probatur, sitio potest aliquando concurrere, licet non
actioni et passioni nisi ratione sui termini, quia qualitati ita convenir haec latitudo, ut semper necessaria sit.
SECTIO II quatenus in illo est latitudo intensionis. Unde ratione sui et non ratione alterius illi con- 4. Relatio ut suscipiat inagis et minus.-
AN SOLAE QUALITATES INTENSIBILES SINT, neque in substantiali generatione, neque in veniat; alteri autem non ita convenit; ergo Minor probatur, quia res aliorum praedica-
ET CUR NON OMNIBUS ID CONVENIAT augmentatione, ut ad quantitatem termina- est haec proprietas solius qualitatis. Maior mentorum vel intensibiles non sunt, vel non-
tur, est ille modus suscipiendi magis et mi- patet inductione in calare, lumine, amare, nisi ratione qualitatis. Quod patet inductione,
l. Prima radix intensionis est in sola nus, sed solum secundum additionem exten- etc., quibus convenit talis latitudo, et non nam substantia et quantitas non suscipiunt
quaUtate.- Quoniam suscipere maius et mi- sivam. Et idem est proportionaliter in localí ratione alterius, nihil enim assignari potest magis vel minus. Relatio vero, licet dicatur
nus assignatur proprietas qualitatis, explican- motu, qui maior aut minar dicitur propter ratione cuius eis conveniat. Dicet aliquis con- aliquo modo suscipere magis et minus, non
dum a nobis est quomodo sit illi proprium: extensionem ad rnaius vel minus spatium., venire ratione agentis inaequaliter applicati, tamen ratione sui, sed ratione fundament~
596 Disputaciones metafísicas
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Disputación XLVI.-Sección ll 597

no propiamente según la intensificación, sino según la variación, como explicaremos í susceptibles de más y de menos. Pues, así como está más caliente lo que posee
en la disputación siguiente, sección última. De la acci.ón y la pasión se ha hablado
ya. Con respec~o a los otros cuatro. pre_dicarnento.s, la cuestión es manifiesta, ya
porque se cons~dera que son denom1nac1ones extr.insecas, como consta acerca del
!
,_,
un calor más intenso, igualmente sería más fuego lo que tuviese una forma de
fuego más intensa. Pero es diH-cil la razón a priori de esto. Por eso Durando,
en el lugar antes citado, se limita a probarlo a posteriori por eJ modo de producción
hábito, y opinan muchos a propósito de los otros, ya porque, si son modos intrínse- de estas formas: efectivamente, la forma intens:ficable puede adquirirse con un
cos, se adaptan a las cosas mismas, como la duración puede, en verdad, ser mayor movimiento sucesivo, mientras que la forma sustancial nunca se adquiere de ese
o menor extensivamente, o también en perfección esencial, pero no propiamente modo_, sino indivisiblemente en una misma parte del sujeto. Pero, en este argumento,
de modo intensivo, a no ser, quizá, en cuanto la cosa misma que existe posee en parece igualmente difícil probar lo que se da por supuesto, a saber, que la forma
si misma y en su existencia una intensidad de la cual no se distingue realmente sustancial se adquiere siempre de manera indivisible en una misma parte del sujeto,
la duración, como diremos después. En el "donde" y en el "sitio", como no están- puesto que nosotros no tenemos experiencia de la introducc_:.ón de la forma sus-
-en, o sólo se conciben a manera de cantidad, puede comprenderse la extensión, tancial en sí misma, sino sólo en los accidentes. De ahí que por la sola experiencia
pero no la intensificación. no conste si la forma de fuego, por ejemplo, se introduce de modo divis:ble con
el calor, o indivisiblemente y toda al mismo tiempo en la consumac'.ón del calor.
Por qué no es capaz de intensificación la forma sustancial A pesar de ello, por lo dicho antes, en la disp. XV, sec. 1, puede persuadirse esto
con bastante probabilidad, ya que experimentamos que, en el calentamiento del
S. Si los géneros últimos son suscep·tibles de intensificación.- Pero la dificul- agua, verbigracia, aunque se introduzcan muchos grados de calor, con tal de que
tad está en explicar por qué la sustancia y la cantidad no son capaces de esta no se haya perdido la forma de agua, con gran facilidad se expulsa el calor, una
escala; porque en los restantes predicamentos inferiores no hay motivo ninguno vez eliminado el agente extrínseco, y el agua se reduce a su grado pritnitivo;
de dificultad, según consta por lo dicho. Acerca de la sustancia, puede aducirse luego es señal de que ni se remitió la forma sustancial del agua ni se introdujo
como razón el que no está en un sujeto, y la escala de intensidad no es inteligible la forma sustancial del fuego en algunos grados. De lo contrario, aquélla no
sino en orden al sujeto, como declamas antes; porque, si está fuera del sujeto, se podría intensificarse de nuevo a sí misma; y ésta superarla muchas veces a la otra,
tratará de una escala extensiva, no de una intensiva. Y, ciertamente, esta razón es y lo haría por sí misma, y la vencería como desde dentro, si fuese posible tal
excelente a propósito de la materia prima, y de cualquier realidad subsfstente en acción entre ellas. Porque con frecuencia parece que _se introducen muchos grados
cuanto tal. Sin embargo, con respecto a las formas sustanciales materü.1les, que a de calor.
su manera están en la materia y se educen de la potencia de ésta, la razón indicada 7. De este ·experimento cabe tomar una razón en cierto modo a priori por
no tiene validez, pues, según el modo como están en la materia, podrán también la causa final, ya que la forma sustancial se le confiere al supuesto como funda-
arraigarse más en ella o educirse de ella en mayor medida. Por eso no faltaron mento de su ser completo y de todas sus propiedades, sLendo, por ello, necesario
quienes afirmasen que las formas sustanciales de los elementos son capaces de que tal fundamento sea fijo e invariable mientras permanece la esencia de la cosa,
intens~ficación y de renlisión, como apuntamos anteriormente, en la disp. XV, para que en virtud del mismo pueda la cosa defenderse y reducirse a su estado
sec. 10, n. 41 y siguientes, tomándolo del Comentador y de otros. natural, si ha sufrido algún perjuicio. Y a esto parece apuntar el argumento de
6. Sln embargo, la verdad es que tales formas no pueden intensificarse y
remitirse; en otro caso, también sus efectos, o los compuestos mismos, serían
et non proprie secundum intensionem, sed ne cur substantia et quantitas non sint capa- ipsa reciperent magis et minus Sicut enim gradus caloris introducti sint, si tamen for-
secundum variationem} ut in disputatione ces huius latitudinis; in reliquis enim est magis calidum quod intensiorem habet ma aquae non est amissa, ab!ato extrinseco
sequenti, sectione ultima, dechrabin1us. De inferioribus praedícamentis nulla est dif- calorem, ita esset magis ignis qui intensiorem agente facillimo negotio calorem expelli et
actione item et passione iam dictum est. De ficultatis ratio, ut ex dictis satis constat. De haberet formam ignis. Rationem autem huius aquam ad pristinum gradwn se revocare;
caeteris vero qu:;i.tuor praedicamentis res est substantia vero ratio reddi potest, quia illa reí a priori reddere difficile est. Unde Duran- ergo signum est neque formam substantia-
manifesta, vel qui'l censentur esse denominam non est in subiecto; latitudo autem inten- dus, supra, id solum probat a posteriori ex lem aquae fuisse remíssam, neque formam
tiones extrinsecae, ut de habitu constat, et sionis non potest íntelligi nisi in ordine modo productionis h'Jrum formarum: nam substantialem ignis quoad aliquos grJ.dus
de aliis multi opinantur; vel quia, si sint ad subiectum, ut supra dicebamus; si eni._m forma intensibilis potest acquiri successivo fuisse introductam. Alioqui illa non pos-
modi intrinseci, accommodantur ipsis re bus; sit -extra subiectum, erit latitudo extensiva, motu; forma autem substantialis nunquam set seíps:im iterum intendere; et haec saepe
ut duratio extensive quidem potest esse non intensiva. Quae ratio est quidem optima acquiritur hoc modo, sed indivisibiliter in
superaret, et per seipsam et quasi ab intrin-
maior et minor, vel etb.m perfectione es- de materia prima et de quacumque re sub- eadem parte subiecti. Sed in hac ratione
seco vinceret aliam, si possibilis esset inter
sentilii, non tamen proprie intensive, nisi sistenti ut sic. Tamen, de formis substanti<r:.:- aeque difficilc vidctur probare id quod subsu-
mitur, nempe formam substantialem semper ipsas talis actio. Quia saepe videntur plures
fortasse qu:;i_tenus ipsa res quae existít in- libus materialibus, quae suo modo insunt gradus calorís introduci.
tensionem h1bet in se et in sua existentia, materiae et de eius potentia educuntur, non indívisibiliter acquiri in eadem parte sub-
iectí, quia nos non experimur introductionem 7. Ex qua experimento potest sumi ratio
a qua duratio non distinguitur ex natura procedit illa rntio, nan1 eo modo qua sunt aliquo modo a priori ex causa fin1li, quia
reí, ut infra dicemus. In ubi autem et situ~ in materia, poterunt etiam magis radicad in formae substantialis in seipsa, sed solum
in accidentibus. Unde ex sola experientía forma subst1ntfalis datur supposito tamquam
cum vel non sint in, vel non concipi:intur illa, vel magis educi ex illa. Unde non de-
,fuerunt qui dicerent formas substantbles non constat an forma ignis, verbi gratía, fundamentum sui esse completi et omnium
nisí ad modum quantitatis, intdligi quidem
elementorum esse íntensibiles et remissibiles, introducatur partibilíter cum ipso calare, vel proprietatum, et ideo necesse · est ut illud
potest extensio, non tamen intensio.
ut supra tetigimus, disp. XV, sect. 10, n. 41, indivisibiliter et tata simul in consummatio- fundamcntum sit fixum et invari':1bile, quam-
Gur fonna substantíalis non sit capax et seq., ex Commentat. et aliis. ne caloris. Sed nihilominus, ex dictis supra, diu reí essentia manet, ut ex vi cius possít
intensionis 6, Nihilominus tamen veritas est huius- dísp. XV, sect. 1, potest satis probabiliter res sese tueri et ad suum statum n1turalem
S. Ultima genera an recipiant intensío- modi formas non posse intendi et remitti; hoc persuaderi, quia experimur in calefaq se revoc'Jre, si aliquid incommodi p1ssa
nem.- Sed difficultas est in reddenda ratio- alioqui etiam effectus earum, seu composita ctione aquae, verbi gratia, etiamsi piures fuerit. Et huc videtur tendere ratio D. Tho-
598 Disputaciones metafísicm. Disputación XLVl.-Sección ll 599

Santo Tomás, en I, q. 66, a. 4, ad 4, y en II-II, q. 52, a. 1, a saber, que la forma porcional; así se expresó Santo Tomás, como hizo notar Soncinas, VIII Metaph.,
sustancial no puede intensificarse o debilitarse, porque es ella la que constituye q. 27, ad l. Y esa locución tiene fundamento en Aristóteles, lib. IV de la Física,
primeramente la esencia de la cosa, la cual debe ser fija e invariable. Acerca de texto 84; pero el tratar del enrarecimiento y la densidad es incumbencia del físico,
este argumento y de toda esta parte nos hemos ocupado por extenso en la disp. XV, porque esas cualidades y las mutaciones que se hacen según ellas son enteramente
sec. 10, n. 45, etc. físicas y materiales.
9. Con respecto a la cantidad discreta, la razón de que no pueda intensificarse
es que cada una de sus especies queda constituida por un término indivisible
Por qué no se intensifica la cantidad y, al cambiar éste por adición o sustracción, cambia la especie de esta cantidad.
8. Si el enrarecimiento y la condensación son una intensificación y una remi- Y, en proporción con estas especies, explica lo mismo Santo To1nás, en el lugar
sión.- Con dio resulta fácil dar razón de por qué en la cantidad no tiene lugar antes citado, acerca de la cantidad continua, porque también sus especies, como
la escala de intensificación. En efecto, la cantidad propia, que es continua, es una son "de dos codos" y "de tres codos", cambian por cierta adición o sustracción.
propiedad natural unida a la materia y muy cercana a ella; por eso, así como la Pero, como dije más atrás, éstas no son especies propias, sino que se conciben o
materia no posee esta escala, tampoco la posee su propiedad. Más aún: sucede denominan a manera de ellas, y por eso mediante las mismas se explica cómoda-
lo mismo con toda propiedad intrínseca y connatural a la esencia sustancial, como mente que estas cantidades no sean susceptibles de más y de menos según la
voy a decir en seguida. También puede obtenerse un argumento bastante probable intensidad.
del efecto formal de la cantidad y de su modo; porque el efecto formal de la
cantidad es la extensión de la materia o de la sustancia corpórea; mas, para este Cudles son las especies de cualidad que admiten intensificación, y por qué
efecto, no resulta proporcionada la escala intensiva, pues ésta se ordena a que
un mismo sujeto participe del efecto formal de la forma en mayor medida; y, 10. La figura no recibe intensificación, y por qué.- En segundo lugar, hay
como el efecto formal de la cantidad es la extensión, participar de tal efecto que decir que esta propiedad o escala intensiva no conviene a todas las cualidades,
en mayor o menor medida sólo es participar de una extensión mayor o menor, sino a algunas solamente. Esta afirmación es también cierta y se pone de mani-
pues, así como se comporta lo absoluto con respecto a lo absoluto, igualmente fiesto por inducción. Y parece que en esta propiedad están divididas entre sí las
se comporta lo que es más con relación a lo que es más; luego en la cantidad especies de la cualidad, pues las cualidades de las especies primera y tercera gozan
tiene lugar el aumento extensivo, no el intensivo. Se dirá: una misma cantidad, de la propiedad dicha, pero no las cualidades de las especies segunda y cuarta, a no
cuando se condensa o se enrarece, parece intensificarse y remitirse, como opina ser en cuanto participan en alguna medida de las otras especies. Esto debe enten-
también Santo Tomás, II-Il, q. 24, a. 5, ad l. Se responde en primer lugar: esa derse, no sólo de manera regular, sino también en cuanto nosotros, por una razón
variación no se da en el efecto propio y formal de la cantidad, sino en un 1nodo probable, podemos hacer conjeturas a propósito de estas cualidades. Así, pues,
suyo. En segundo lugar, no existe propiamente una mayor intensidad, sino una con respecto a la cuarta especie, es decir, la figura, hizo notar esto Santo Tomás,
mayor o menor extensión en orden al lugar, aunque, con respecto a esa cualidad arriba, y aduce como causa el que esa cualidad queda formalmente constituida y
que es la densidad o el enrarecimiento, posea un modo de intensificación. Y, como como completada en su especie por cierta indivisibilidad, como, por ejemplo, el
en orden al lugar parece producirse un aumento de la misma cantidad sin una estar limitada por unos determinados términos o líneas. Además, porque la figura
nueva cantidad, por eso se denomina a veces intensificación en cierto sentido pro- es cierto término de la cantidad, por lo cual, corno la cantidad no es susceptible de

mae, 1, q. 66, a. 4, ad 4, et I-II) q. 52, a. 1, corporeae; ad hunc autem effectum non est vocatur intensio; et ita locutus est D. Quae species qualitatis intensionem
scilicet substantialem formam non posse in- proportionata latitudo intensiva, nam haec Thom., ut Soncin. notavit, VIII Metaph., admittant, et cur
tendi D.ut remitti, quia illa est quae primo est ut ídem subiectum magis participet ef- q. 27, ad 1. Et habet fundamentum illa lo-
constituit rei essentiam, quae :fixa esse debet fectum formalem formae; cum autem effec- cutio in Aristotele, IV Phys., textu 84; sed 10. Figura non recipit intensionem, et
et invariabilis. De qua ratione et de tota tus formalis quantitatis sit extensio, partici- de raritate et densitate proprium est physici cur.- Secundo dicendum est hanc proprie-
hac parte plura diximus disp. XV, sect. 10, pare magis vel minus talem effectum solum disputare; quia illae qualitates, et mutationes tatem seu latitudinem intensivam non con-
n. 45, etc. est participare maiorem vel minorem exten- secundum illas, omnino physicae et mate- venire omnibus qualitatibus, sed aliquibus
sionem, qufa, sicut simpliciter ad simpliciter, riales sunt. tantum. Haec assertio etiam est certa et
Cur quantitas non intendatur ita magis ad magis; ergo in quantitate habet 9. De quantitate autem discreta, ratio cur constat inductione. Videntur autem in hac
8. Rarefactio et condensatio an sint in- locum au?;mentum extensivum, non intensi- intendi non possit est quia unaquaeque spe~ proprietate esse condivisae species qualitatis,
tensio et remissio.- Ex quibus facile est ra- vum. Dices: eadem quantitas cum conden- cíes eius constituitur per indivisibile1n ter- nam qualitatcs primae et tertiae speciei hac
tionem reddere cur in quantitate non habeat satur vel rarefit, videtur intendi et remnti, minum, quo mutato per additionem aut abla~ proprietate gaudent, non vero qualitates se-
locum latitudo intensionis. Nam propria ut D. Thomas etiam sentit, II-II, q. 24, a. S, tionem, mutatur species huius quantitatis. Et cundae et quartae, nisi quatenus aliquid ex
quantitas, quae est continua, est naturalis ad 1. Respondetur primo: illa variado non ad proportionem harum specierum ídem de- aliis speciebus partidpant. Quod intelligen-
proprietas coniuncta materiae eique propin- est in proprio et formali effectu quantitatis, clarat D. Thomas supra in quantitate con- dum est, et regulariter et quantum probabili
quissirna; et ideo, sicut materia non habet sed in quodam modo eius. Deinde, non est tinua, quia etiam eius species, quales sunt ratione nos possumus de bis qualitatibus con-
hanc latitudinem, ita nec proprietas eius. proprie maior intensio, sed maior vel minor bicubitum et tricubitum, per quamvis addi- iecturam facere. Igitur de quarta specie, sci-
lmmo idem contingit in omni proprietate extensio in ordine ad locum, qu1mquom tionem vel ablationem mutantur. Sed, ut licet, figura, id notavit D. Thom. supra, et
intrínseca et connaturali essentiae substan- respectu illius qualitatis quae est densitas vel supra dixi, hae non sunt propriae species, causam reddit, quia talis qualitas in sua spe-
tiali, ut statim dicam. Potest etiam ex for- raritas h1beat modum intensionis. Et quia sed ad maduro earum concipiuntur vel nomi- cie fonnaliter constituitur et quasi comple-
mali effectu quantitatis et modo eius proba- in ordine ad locum videtur fieri augmentum nantur, ideoque per illas commode explica- tur quadam indivisibilitate, ut, verbi gratia,
bilis ratio sumí, nam effectus formalis quan- ipsius quantitatis sine nova quantit'.lte, ideo tur has quantitates non suscipere roagis et quod talibus terminis seu lineis claudatur.
titatis est extensio mate.dae seu substantiae secundum quamdam proportionem aliquando minus secundum intensionem. Item, quia figura est quidam terminus quan~
600 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección ll 601
intensificación, tampoco la figura será susceptible de ella, sobre todo porque el cual es indivisible intensivamente. Mas estas potencias o facultades naturales dima-
término en cuanto tal exige indivisibilidad. Se dirá: en esta especie no sólo se nan próximamente de la forma y no dependen de las disposiciones en mayor me-
coloca la figura, sino también la forma, como la belleza, la cual puede intensi- dida que ella, por lo cual no es- necesario que ellas disminuyan en sí más que la
ficarse y debilitarse. Respondo, en primer lugar, que ya se ha dicho antes que forma" De igual manera que la potencia visiva, por ejemplo, requiere en su órgano
ésta no es una especie propia sino por razón de la figura. En segundo lugar, según una determinada mezcla proporcional, pero ella no se intensifica o debilita cuando
el modo como aquélla es especie, puede intensificarse en tanto en cuanto consta de varía dicha mezcla, sino que, o perece totalmente, cuando la descomposición de
alguna cualidad pasible, como la blancura u otra semejante. la mezcla llega a cierto término, o se conserva toda, aunque con mayor o menor
11. Si algunas cualidades de la segunda especie ion susceptibles de intensifi- aptitud para obrar por parte de la mezcla. Así, pues, es probable, aunque inc:erto,
cación.- Acerca de la potencia, se patentiza lo mismo por inducción en el caso que suceda lo mismo en las propias potencias connaturales, que ni son cualidades
del entendimiento, la voluntad, los sentidos, etc. Y la razón parece consistir en pasibles ni de suyo pueden ser producidas por una acción propia, sino únicamente
que estas cualidades dimanan intrínsecamente de la esencia sustancial, de suerte por dimanación natural a partir de la forma sustancial. Y si acaso algunas de estas
que no pueden producirse de otra manera, y por eso participan de la entidad indi- facultades pueden intensificarse y debilitarse, ello les compete en cuanto sólo
visible proporcionada a la esencia. Esta razónj si es eficaz, demuestra lo inismo tienen dependencia de la mezcla proporcionada de las cualidades pasibles, para
con respecto a todas las potencias, que se ordenan esencial y primariamente intensificarse o debilitarse con ella. Por último, siempre he limitado esta parte
a obrar y no tienen de suyo otro modo de producción, sino únicamente por a las potencias naturales, porque las virtudes instrumentales, que pueden advenir
dimanación a partir de la sustancia. Aunque es incierto si esto es verdad en sentido extrínsecamente y pertenecen a la segunda especie de la cualidad, como el ímpetu
universal acerca de todas las virtudes naturales de las hierbas, de las piedras y de y otras semejantes, pueden intensificarse y debilitarse. Por eso he dicho que esto
otras cosas semejantes que no son principios de actos vitales, sino de alteraciones debe entenderse de manera regular.
materiales; porque ésas son verdaderamente potencias y cualidades de la segunda 13. Las cualidades de la primera y la tercera especie son capaces de intensi-
especie y, sin embargo, la experiencia parece demostrar que algunas veces dismi- ficación.- Con esto, pues, se patentiza suficientemente la parte negativa de la
nuyen, ya que dependen de la mezcla proporcionada y de disposiciones que se in- conclusión, a saber, cómo es esto verdad en la segunda y en la cuarta especie de
tensifican y debilitan. No obstante, esta experiencia no prueba sufi.cienten1ente la cualidad. Y que la parte afirmativa es verdadera en la primera y en la tercera
que se debiliten las propias virtudes en sí mismas, sino sus acciones, porque en especie, consta de manera suficiente por inducción en los hábitos y en los actos
ellas quizá sean ayudadas de alguna manera por la mezcla proporcionada de las del alma, y en las primeras cualidades de los elementos, como en los colores y en
cualidades primarias, y, al debilitarse y cambiar dicha 1nezcla, también se hace otras cosas semejantes. Y puede aducirse corno razón que en estas cualidades se
más débil la acción. encuentran todas las cosas que pueden bastar para esta escala intensiva. Porque
12. Y, del hecho de que tales virtudes requieran una determinada mezcla pro- todas ellas se producen mediante propias acciones sin dimanación natural; o, si
porcional o unas determinadas disposiciones para su estado connatural, puede algunas de ellas emanan naturalmente de algunas formas, como el calor de la
inferirse legítimamente que se debilitan al debilitarse las disposiciones, pues la forma del fuego, y el _frío de la forma de agua, sin embargo tienen un contrario
forma sustancial exige mucho más las mismas disposiciones, y, sin embargo, no que puede impedirlas y disminuirlas, y también pueden producirse por sí mismas
disminuye en sí, aunque se debiliten las disposiciones. Porque, dentro de cierta
escala, una disposición mínima basta para conservar en la materia la forma, la
sufficit ad formam in materia conservandam, tur. Denique semper lirnitavi hanc partem ad
titatis, unde, cun1 quantitas non suscipiat in- Quamquam incertum est an universaliter id quae intensive indivisibilis est. Hae autem naturales potentias, quia virtutes instrumen-
tensionem, nec figura ilbrn suscipiet, maxime verum sit de omnibus virtutibus naturalibus potentiae seu naturales facultates proxime tariae, quae ab extrínseco advenire possunt
cwn terminus ut sic postulet indivisibilita- herbarum, lapidum, et similium quae non dimanant a forma, et non magis pendent a et ad secundam speciem qualitri.tis pertinent,
tem. Dices: in hac specie non solum ponitur . sunt principia actuum vitalium, sed materia- dispositionibus quam ipsa, et ideo non ma- ut ímpetus et símiles, intendi possunt er re-
figura, sed etiam forma, ut pulchritudo, quae lium alterationum; illae enim vere sunt po- gis necesse est eas in se minui quam for- mitti. Et ideo dix:i regulariter hoc esse intel-
potest intendi et remitti. Respondeo primo tentiae et qualitates secundae speciei, et ta- mam. Sicut etiam potentia visiva, verbi gra- ligendum.
fam supra dictum esse hanc non esse pro- men experientia videtur ostendi aliquando tia, requirit in suo organo certum tempera- 13. Qualilates prímae et tertiae speciei ca-
priam speciem nisi ratione figurae. Deinde, minui, quia pendent ex temperamento et mentum, ipsa vero non intenditur aut re- paces sunt intensionis.- Ex his ergo satis
eo modo quo illa est species, in tantum dispositionibus quae intenduntur et remit- mittitur variato temperamento~ sed vel tota patet negativa pars conclusionis qua modo
potest intcndi in quantum constat aliqua pas- tuntur. Haec tamen experientia non satis perit, quando dissolutio temperamenti perve- in secunda et quarta specie qualírntis verum
sibili qu?.Htf!te, ut elbedine, vel :?:!fa simili. probnt ips::w virtutes in se rcmitti, sed actio..-· nit ad certurn terminum, vel teta conserva~ habeat. Quod vero pars affirmativa sit vera
11. In secunda specie an aliquae qualita- nes earum, quia in eis fortasse iuvantur ali- tur, quamvis cum maiori vel minori aptitu- in prima et tertia specie, satis constat in·
tes recipiant intensionem.-De potentia idem quo modo a temperamento primarum quali- dine ad operandum t•x parte temperamenti. ductione in habitibus et actibus animae, et
patet inductione in intellectu, voluntate, sen- tatum, qua debilitato et irnmutato, actio Sic igitur probabile est, licet incertum, idem in prirnis qualitatibus elementorum, ut in
sibus, etc. Et ratio esse vidctur quia hae etinm fit debilior. contingere in propriis potentiis connaturali~ coloribus et aliis huiusmodi. Rrrtio vero red-
qualitates sunt intrinsece manantes ab essen- 12. Ne que ex eo quod tales virtutes re- bus, quae nec sunt passibiles qualitates, nec di potest, quia in bis qualitatibus inveniun-
tia substantiali, ita ut non possint aliter fieri, quirant tale temperamentum vel dispositiones per se possunt per propriam actionem fieri, tur omnia quae ad hanc latitudinem intensi-
et ideo p1rticipant indivisibilem entitatem ad statum connaturalem, recte inferri potest sed solum per naturalem dimanationem a vam sufficere possunt. Narn ornnes illae fiunt
proportionatam essentiae. Quae ratio, si ef- eas remitti remissis dispositionibus, narn substantiali forma. Quod si fortasse aliquae per proprias actiones absque dimanatione na-
ficax est, idem probar de omnibus potentiis, multo magis forma substantialis easdem dis- ex his facultatibus intendi possunt et remit- turali, vel si aliquae earum manant natura-
quae per se primo sunt ad agendum et non positiones postular, et tamen in se non mi- ti, id habent quatenus tantum dependentiam liter ab aliquibus formis, ut calor a forma
habent alium modum productionis per se, nuitur, etiamsi dispositiones remittantur. Quia habent a temperamento passibilium qualita- ignis, frigus a forma aquae, habent tarnen
sed solum per dimanationem a substantia. intra certam latitudinem minima dispositio tum~ ut cum illo intendantur vel remittan- contrarium a quo irnpediri possint et minui,

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602 Disputaciones metafísicas Disputación XLVl.-Sección Ill 603

0 por su propia acción. Además, estas cualídades, en virtud de sus r_azone~ esen- mismo término o en la cualidad; falta tratar del otro significado, concretamente
ciales, no implican una indivisibilidad que repugne con esta escala mtens1va; y, de la adquisición de esa escala, pues ayuda mucho para una mayor explicación
por otra parte, tienen sus propias entidades accidentales, en las cuales pueden ser de esta propiedad; y, aunque fa cuestión parezca fisica, tiene, empero, más am~
capaces de esta escala. Este razonamiento prueba muy bien que, si en algún plitu<l y -según veremos- encierra una propia dificultad metafisica. Ahora bien,
género se dan cualidades intensificables -y en realidad se dan-, es sobre todo en _para que se entiendan mejor los puntos sobre los que suele dudarse, conviene
··éstos. Prueba también que no nos consta que en estos géneros existan algunas adelantar algunos que parecen ciertos.
cualidades incapaces de esta escala. Y esto nos basta para afirmar que todas las
·cualidades de estas dos especies son intensificables; no podemos, empero, demos- Algunas suposiciones
trarlo, porque quizá se dé o sea posible alguna cualidad de estas es~ecies .que
·no pueda intensificarse, pues nosotros no demostramos una repugnancia pos1tlva 2. El primero es que esta adquisición de perfección intensiva es una verda-
en esto. Lo mismo que, en sentido inverso, quizá se dé alguna potencia natural dera y real acción y pasión o mutación. Esto consta por experiencia; e incluso no
que pueda intensificarse y debilitarse, como opinan muchos que es la gravedad hay ninguna alteración que nos sea más familiar; pues con ésta se transforman en
o la ingravidez, punto del que nos ocupamos en otro lugar. Y así se desvanecen mejores o en peores todas las cosas. El segundo es que semejante adquisición es
muchas veces una acción diversa de la primera adquisición o producción de la
con facilidad las objeciones que pueden presentarse aquí.
14. Pero hay una dificultad que suele ir aneja a esta cuestión, concretamente cualidad misma. Esto resulta claro asimisrno por experiencia, tanro en los hábitos
·si en las formas de la misma especie que no son intensificables puede darse del alma como en las cualidades sensibles. En efecto, una acción precede temporal-
desigualdad en la perfección individual. Pero ya anteriormente he remitido esta mente a otra. El tercero es que la escala intensiva no siempre se adquiere toda
cuestión a los libros De anima, porque, aun cuando sea general, no obstante, su de manera simultánea o mediante una acción indivisible, sino en el transcurso
dificultad afecta a las almas, sobre todo a la racional, y es en gran medida ajena a del tiempo, incluso después de la primera adquisición de la forma. Esto también
·este lugar, puesto que no contribuye en nada a explicar la intensificación de la es manifiesto por experiencia, y constará más por lo que se va a decir.
cualidad. Si la intensificación es un mayor arraigamiento y educción
de una misma forma
SECCION IIl 3. Sentado esto, hay muchas dudas que quedan comprendidas en el título
propuesto. La primera es aquella bastante conocida, de .si la adquisición o inten-
IlE QUÉ CLASE ES LA ACCIÓN O MUTACIÓN POR LA QUE SE ADQUIERE sificación es una adición real de una forma, o un mayor arra'.gamiento o educción.
LA ESCALA INTENSIVA DE LA CUALIDAD
Pero en este punto ya no queda problema alguno para nosotros, supuesto lo que
se ha dicho en la sección primera. Por eso, ahora sólo falta añadir que esas tres
l. Hasta abora nos hemos ocupado de la intens:ficación en el segundo de sus cosas, a saber, el intens~ficarse por adición, por mayor arraigamiento o por e:duc-
·significados arriba expuestos, a saber, de la escala gradual que expresa en el \ ción, no se oponen entre sí, antes bien todas son verdaderas, si se explican recta-
mente. Porque, en primer lugar, no puede negarse que en esta adquis:ción se da
una adición real, puesto que la forma preexistente se perfecciona realmente me-
et per se etiam seu per propriam actionem levitatem, de quo alias. Atque ita cessant
facile obiectiones quae hic fieri possunt.
:fieri possunt. Rursus hae qualitates ex vi
suarum rationum essentialium non includunt
-indivisibilitatem repugnantem huic latitudini
14. Una vero difficultas huic quaestioni
solet adiungi, nimirum, an in formis eius~
1 termino, seu qualitate; superest dicendum
de altero significato, scilicet, de acquisitio-
ne talis latitudinis, nam multum confert ad
aliam. Tertium est latitudinem intensivam
non semper acquiri totam simul aut per
unam indivisibilem actionem, sed successu
intensiva e; et alioqui habent proprias enti- dem speciei, quae intensibiles non sunt, pos~ magis explicandam hanc proprietatem; et, temporis, etiam post primam formae acqui-
tates accidentales, in quibus possunt esse ca- sit dari inaequalitas in perfectione individua- licet quaestio physica videatur, latius tarnen sitionem. Quod etiam manifestum est expe-
paces huius latitudinis. Qui discursus probat li. Sed P,anc quaestionem iam supra remisi patet, et propriam dif:ficultatem continet me- rientia, et ex dicendis magis constabit.
optime, si in aliquo genere dantur qualitates
intensibiles, ut revera dantur, in his maxime
in libros de Anima, quia, licet generalis sit,
eius tamen difficultas in animabus, et prae~ t taphysicam, ut videbimus. Ut autem ea quae
dubitari solent melius intelligantur, praemit. Sitne intensio maior radicatío et eductio
dari. Probat etiam nobis non constare esse in
bis generibus aliquas qualitates huius latitu-
dinis incapaces. Et hoc satis est ut nos af~
firmemus omnes qualitates harum duarum
sertim rationali, versatur; et ab hoc loco
maxime est aliena, cum ad intensionem qua-
iitatis expiicandam nihil conferat.
1
¡
tere oportet aliqua quae certa videntur.
Nonnullae suppositiones
2. Primum est acquisitionem hanc per-
eiusdem fonnae
3. His positis, multa sunt dubia Quae in
dtulo proposito comprehenduntur. Primum
est illud vulgare an acquisitio seu intensio
specierum esse intensibiles; id tamen de- SECTIO III fectionis intensivae esse veram et realero sit realis additio formae, vel maior radica-
monstrare non possumus, nam- fortasse vel QUALIS SIT ACTIO SEU MUTATIO PER QUAM nctionem et passionem seu mutationem. Hoc tio aut eductio. Sed in hoc iam nobis nulla
datur vel possibilis est aliqua quB1itas harum LATITUDO INTENSIVA QUALITATIS constat experientia; immo nulla est alteratio relinquitur quaestio, suppositis quae in pri-
specierum quae intendi non possit, quia in quae nobis familiarior sit; per hanc enim ma sectione dicta sunt. Unde nunc soium
hoc non ostendimus nos positiva1n repugnan-
ACQUIRITUR
1 res omnes in melius vel deterius commu- addendum restat illa tria, scilicet, intendi

l
tiam. Sicut e converso, forte datur aliqua na- 1. Hactenus egimus de intensióne in tantur. Secundum est huiusmodi acquisitio- per additionem, per maiorem radicationem,
turalis potentia quae intendi possit et remit- posteriori I eius significato superius posito, nem saepe esse diversam actionem a prima aut per eductionem, non esse inter se pug-
ti, qualem multi censent esse gravitatem aut scilicet, de latitudine quam dicit in ipso acquisitione vel effcctione ipsius qualitatis. nantia, sed omnia esse vera, si recte expli-
Hoc etiam constat experientia, tam in habi- centur. Primum enim negari non potest,
1 En otras ediciones se lee in priori, lectura que no admitimos de acuerdo con lo qu~ tibus animae quam in qualitatibus sensibi- quin in hac acquisitione intervenht realis
expuso Suárez en el prólogo de la Disputación. (N. de los EE.) libus. Nam una actio tempore antecedit additio, cum praeexistens forma realiter per-
604 Disputaciones metafísicas.
J Disputación XLVI.-Sección Ill 605
diante una nueva acción real. Y lo que se añade no puede menos de ser algo de la l mera agregación de diversas cualidades en una misma parte del sujeto, sino que
eritidad de la forma, cosas que se han demostrado arriba por extenso. Además, es
man:fiesto que lo que se añade mediante esta acción no preexistió en acto con
anterioridad a dicha acción, pues o preexistiría en el mismo sujeto o en otro;
¡ es educción de una sola e idéntica forma según sus diversos grados o partes, de
los cuales se compone una form-a una per se, y se dice que, cuanto más íntegra
se hace, tanto _m_ás se arraiga en el sujeto.
no en el mismo, ya que, de lo contrario, no se haría después ninguna adición; 1
S. Y muchos modernos estiman que puede exponerse de este modo la opinión
taro.poco en otro, porque, o el accidente emigraría de un sujeto a otro para que se 'de Santo Tomás acerca de la intensificación de las formas por mayor arraigamiento
produjese tal adición, lo cual es imposible, o habría de, añadirse no sólo un acci- en un mismo sujeto. Porque, en este sentido y no en otro, puede ser verdadera
dente a otro, sino también un sujeto a otro, y entonces no habría intensificación, esa opinión, y parece que las palabras de Santo Tomás no están en contradicción
sino extensión. Esto es lo que dijo Aristóteles, lib. IV de la Física, c. 9: lo calient" con dicho sentido. Efectivamente, en 1-II, q. 52, a. 2, se expresa así: Esta clase de
se convierte en más caliente sin que se produzca nada caliente en la materiaJ es aumento de los hábitos y de otras formas no se produce por adición de una forma
decir, sin adición de sujeto o de una parte que se haga caliente de nuevo, como a otra, sino por el hecho de que el sujeto participa de una sola e idéntica forma en
declara expresamente el Comentador. Por tanto, la adición esencialmente necesaria mayor o menor med~'da. Pero el su jeto no puede participar en mayor o menor me-
para la intensificación debe ser solamente de una parte o grado de la forma en dida de una sola e idéntica forma, a no ser en cuanto tal forma es educida de su
el mismo sujeto en que preexistía la forma remisa. En consecuencia, lo que se potencia en mayor o menor medida, y, consecuentemente, porque posee más o me-
añade mediante la intensificación no preexistía antes, sino que se produce de nos entidad de la forma actual, cosa que es imposible entender sin alguna adición.
nuevo. -y no parece que Santo Tomás niegue esa adición en sentido universal, sino que
4. De ahí, pues, se concluye finalmente que lo que se añade en la intensifica- niega la adición de una forma a otra, es decir, la mera agregación de varias cualida-
ción se educe de la potencia del sujeto, ya que no se hace por creación, sino que siguen esta opinión, como Egidio, I De General., q. 26; Janduno, lib. VIII Phys.,
se produce en el sujeto, dependiendo de él en su producción y en su ser. Y no des o grados enteramente semejantes, de acuerdo con el sentido arriba impugnado
es preciso, a este propósito, excluir la intensificación de las cualidades infusas en la opinión segunda, que se ha tratado en la sec. l. Y, según esta interpretación
(como pensó Cayetano, l-II, q. 52, a. 2), porque también esas cualidades se pro- y estas palabras, puede exponerse a Santo Tomás, siempre que en otros lugares
ducen por educción, según demostré antes, en la disp. XVI; luego aumentan de parece negar la adición, aunque, para confesar la verdad, a veces parece que sus
modo semejante, ya que existe la misma razón para ambas. De aquí resulta que expresiones presentan mayor dificultad.
la intens:ficación de la forma es una mayor educción de ella de la potencia del
sujeto, y esa educción i:;e denomina adición si se compara el término de esta Si la intensificación se produce por sucesion continua
mutación con la realidad preexistente, y se llama educción por comparación con 6. Opinión de algunos.- En segundo lugar puede dudarse, sobre esta inten-
el sujeto en el cual y del cual se hace tal mutación. Y a esa misma educción se sificación o educción de la cualidad, a ver si, por no hacerse toda simultáneamente,
la califica de mayor _arraigamiento de tal forma en el mismo sujeto, porque la cua- se produce por una sucesión continua o discreta. Algunos piensan que no puede
lidad que ya tiene muchos grados educidos en acto de la potencia del sujeto, hacerse de modo continuo, sino única1nente por mutaciones instantáneas y dis-
domina más sobre él y tiene su entidad más arraigada en él. Con esta expresión se cretas. Así lo sostiene Soncinas, VIII Metaph., q. 21; le siguen algunos tomistas,
indica especialmente que la adición que se realiza por intensificación no es una y lo atribuyen a Santo Tomás, VIII Phys., lec. 5, donde dice que no es pos:ble
que una cosa aumente o disminuya de modo continuo. Se cita asimismo al Comen-
ficiatur per novam realem actionern. Illud 4. Hinc ergo tandem concluditur hoc gationem diversarum qualitatum in eade1n tione. Quam non videtur D. Thomg_s in
autem quod additur non potest non esse quod additur in íntensione educi de poten- parte subiecti, sed esse eductionem unius universum negare, sed negat additionem
aliquid entitatis formae, quae supra late tia subiecti, quia non fit per creationem, et eiusdem formae secundwn diversos gra- formae ad formam, id est, meram aggre-
prob'lta sunt. Rursus manifestum est hoc sed fit in subiecto dependenter ab illo in dus seu partes eius, ex quibus forma per gationem plurium qualitatum aut graduum
quod additur per hanc actionem non prae- fieri et in esse. Neque oportet quoad hoc se una componitur, et qua inagis integra ef- omnino similium, iu.'íta sensum superius im-
extitisse actu ante illam actionem, quia vel excipere intensionem qualitatum infusarum ficitur, eo magis radícari in subiecto dicitur. pugnatum in opinione secunda, tractata in
praeexisteret in eodem subiecto, vel in alio: (ut putavit Caiet., I-II, q. 52, a. 2), nam 5. Et iuxta hunc modum existimant mul- sect. 1. Et iuxta hanc interpreationem et
non in eodem, alias nulla postea fieret ad- etiam illae qualitates fiunt per eductionem, ti recentiores exponi posse D. Thomae sen- haec verba, potest exponi D. Thom. quan-
ditio; nec in alío, quia vel accidens migra- ut supra probavi, disp. XVI; ergo simili tentiam de intensione formarurn per maio- documque alibi videtur additionem negare,
ret de subiecto in subiectum, ut talis addi- modo augentur, nam est eadem utriusque rem radicationem in eodem subiecto. Nam quamquam, ut verum fatear, interdum dif-
tio fieret, quod est impossibile, vel adden- ratio. Ita fit ut intensio formae sit quaedam hoc sensu et non alio potest habere verum ficilius loqui videatur
dum cssct non sohun accidens accidenti, sed maior eductio eius de potentia subiecti, q_uae illa scntentia, et verba D. Thom. huic sen-
subiectum subiecto, et sic non esset intensio, vocatur additio, comparando terminmn huirn sui non videntur contradicere. Nam 1-II, Fiatne intensio successione continua
sed extensio. Et hoc est quod Aristoteles mutationis ad rem praeexistentem; eductio q. 52, a. 2, sic ait: Huiusmodi augmentum 6 Aliquorum sententia.- Secundo, du-
dixit, IV Phys., c. 9, ex calido fieri 1nagis autem vocatur per comparationem ad sttb- habituum et aliarum formaru1n non fit per bitari potest círca hanc intensionem seu
calidum, nullo facto in materia calido, id iectum in qua et ex qua fit talis mutatio. addilione1n formae ad formam, sed fit per eductionem qualitatis, cum non simul tota
est, sine additione subiecti seu partis de Atque eadem eductio vocatur maior radica- 1wc~ quod subiectum magis vel minus parti- fiat, an fiat per successionem continuam
novo calidae, ut Commentator expresse de- tio talis formae in eodem subiecto, quia cipet unain et eadem formam. Non potest vel discretarn. Aliqui censent non posse con-
cl8rat. Additio ergo per se necessaria ad qualitas quae piures habet gradus iam actu autem subiectum magis vcl minus participare tinue fieri, sed solum per mutationes in-
intensionem debet esse solius partis seu eductos de potentia subiecti, magis illi do- unam et eamdem formam, nisi quatenus ta- stantaneas et discretas. Ita tenet Soncin'ls,
gradus formae in eodem subiecto in qua minatur magisque habet entitatem suam in lis forma magis vel minus educta est de VIII Metaph,, q. 21; et sequuntur alioui
praeexistebat forma remissa. lgitur id quod illo radicatam. Specialiter autem in hac lcr. potentia eius, et consequenter quia plus· vel thornistae, et tribuunt D. Thom:ie, VIII
additur per intensionem, antea non prae- cutione denotatur hanc additionem quae minus habet de entitate actualis formae, Phys., lect. 5, ubi ait non esse possibile
existebat, sed de novo fit. per intensionem fit non esse meram aggre- quod non potest intelligi sine aliqua addi- aliquid continue augeri vel minui. Citatur

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606 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección lil 607


tador, VIII Phys., com. 6, donde da a entender que la intensificación no es un
movimiento continuo, sino una pluralidad de alteraciones. E incluso se cita a
( se produce necesariamente con una mutación continua; pues está claro que eso.
i·.'
no es necesario, ya que puede ocurrir que en alguna ocasión se interrumpa la
Aristóteles, VIII de la Física, texto 23, el cual dice que es imposible que una intens:ficación y después se prg_siga en ella, como consta por experiencia; y en
cosa aumente o disminuya siempre, sino que entre esos extremos se da un medio. ! este sentido hablan de la discontinuidad de la alteración o del aumento Aristóteles
La razón de esta opinión consiste en que la cualidad, al principio de producirse, y el Comentador, en los lugares citados. Por tanto, la cuestión es si la alteración
se hace, mediante una mutación indivisible y en un instante, en algún grado suyo; puede producirse por una sucesión continua, y, consecuentemente, si, concurriendo
luego posteriormente aumenta por mutaciones semejantes; luego no puede aumen- todos los requisitos, sucede así por parte del agente natural y del paciente, o si
tar de manera continua. Se demuestra el primer antecedente, ya porque una realidad eso repugna s:empre por parte de la cualidad misma.
permanente comienza por lo primero de su ser, según Aristóteles, VIII de la Física; 8. La intensificación de la cualidad puede hacerse de manera sucesiva y
texto 69, ya también porque en estas cualidades se da un mínimo de intensidad, continua.- En este sentido hay que decir que la escala intensiva de la cualidad,.
que necesariamente debe producirse de modo indivisible desde el principio, y, en lo que de ella depende, puede adquirirse con una sucesión continua y así se
por tanto, mediante una mutación indivisible y momentánea. La primera conse- adquiere frecuentemente en las alteraciones físicas. Esta afirmación está en con-
cuencia se prueba, ya porque el segundo grado, que se añade al primero por formidad con Aristóteles, en los libs. V y VI de la Física, donde enumera la altera-
intens'ficación, es proporcional a él e igualmente indivisible; ya también porque ción entre los movimientos físicos, los cuales son divisibles según el tiempo y
el agente puede obrar en cualquier instante siguiente tanto cuanto obró en el requieren continuidad; y el Comentador, 111 Phys., texto 6, dice que la continuidad
primero, o incluso más, ya que en sí es igualmente potente y el paciente está más pertenece a la razón de movimiento, concretamente del que sea uno per se y propia-
dispuesto; luego, así como en el primer instante produjo con una acción instantánea mente. Porque Aristóteles, VI de la Física, exigió esta condición para la unidad
un determinado grado de calor, igualmente lo aumentará después mediante una del movimiento. Pues, si las mutaciones son discontinuas, con ellas no podrá
acción semejante o proporcional. Se prueba asimismo la segunda consecuencia, ya componerse un movimiento que sea verdadera y propiamente uno, sino a lo sumo
porque las mutaciones indivisibles no pueden continuarse, ya también porque, en a manera de número o cantidad discreta. Igual piensa Santo Tomás en los mismos
otro caso, al final de la acción la cualidad seria infinitamente intensa, puesto que pasajes, y casi todos los autores que admiten una escala gradual en estas cualidades
en cualquier instante se le habría añadido un grado igual, y en una sucesión siguen esta opinión, como Egidio, I De General., q. 26; Janduno. lib. VIII Phys.,
continua hay infinitos instantes. Así, pues, según esta opinión, la escala intensiva q. 8, los cuales, empero, afirman sin motivo que la extensión de la cualidad es
de la cualidad sólo está compuesta de grados indivisibles en un número determinado,, necesariamente discreta, aunque sea continua la intensificación; pero, por lo que
por ejemplo, ocho o diez, y, mediante otras tantas mutaciones indivisibles, se se ha de decir, resultará claro que lo primero es también falso.
consuma toda esa escala, y mediante cada una de ellas, después de la primera 9. Así, pues, se prueba la conclusión, en primer lugar, pór experiencia; en
producción, aumenta o se intensifica. efecto, vemos que la mano aproximada al fuego se calienta y siente el calor cada
7. Se rechaza la opinión expuesta.- Pero esta opinión es falsa y contraria vez más. Quizá se diga que la discontinuidad se produce por unos pequeños inter-
a la opinión común de los filósofos. Por ello debe advertirse que aquí no se pre- valos imperceptibles. Pero, en primer lugar, así como esto se afirma gratuitamente
gunta si la intensificación de la cualidad desde el grado mínimo hasta el máxim<> y sin un experimento o una razón eficaz, así también se desprecia con facilidad.
En segundo lugar, pregunto por qué durante esos pequeños intervalos cesa el
etiam Commentator, VIII Phys., com. 6, est in se aeque potens, et passum est ma-
ubi significat intensionem non esse unum gis dispositum; ergo, sicut in primo instan-
motum 1 continuum, sed plures alterationes. ti subita actione produxit certum gradum mum necessario fiat una mutatione conti- tione motus, scilicet, qui per se et proprie
Immo etiam citatur Arist., VIII Phys., text. caloris, ita pastea illum auget per similem nua; constat enim id non esse necessarium; unus sit. Hanc enim conditionem postula-
23, dicens impossibile esse aliquid augeri seu proportiqnalem actionem. Secunda item fieri enirn potest ut aliquando interrumpa- vit Arist., VI Phys., ad unitatem motus.
vel minui semper, sed inter ea esse medium. consequentia probatur, tum quia mutationes tur intensio et iterum pastea in ea proce- Nam, si rnutationes sunt discontinuae, non
Ratio autem huius sententiae est quia qua~ indivisibiles non possunt continuari. Tum datur, ut experientia constat; quo sensu lo- poterit ex illis componi motus qui vere et
litas cum in principio fit, per indivisibilem etiam quia alias in fine actionis qualitas es- quuntur de discontinuatione alterationis vel proprie unus sit, sed ad summum ad mo-
mutationem et in instanti fit in aliquo gra. . set infinite intensa, nam in quolibet instanti augmentationis Aristoteles et Co1nmentator durn numeri vel quantitatis discretae. Et
du suo; ergo pastea per similes mutationes aequalis gradus illi esset additus; sunt au- locis citatis. Quaestio ergo est an alteratio idem sentit D. Thom. eisdem locis, et om-
augetur; ergo non potest augeri continue. tem in continua successione infinita instan- fieri possit continua successione, et conse- nes fere auctores qui ponunt in his quali-
Primum antecedens probatur, tum quia res tia. !taque iuxta hanc opinionem, latitudo quenter an, concurrentibus omnibus requi- tatibus latitudinem graduum hanc senten-
permanens incipit per primum sui esse, ex intensiva qualitatis solum est composita ex sitis, ex parte naturalis agentis et passi ita tiam sequuntur, ut Aegid., I de Generat.,
Aristotele. VIII Phvs.. text. 69; tum etiam indivisibilibus gradibus in quodam definito fiat, an vero ex parte ipsius qualitatis sem- q. 26; Iand., lib. VIII Phys., q. 8. Qui ta-
quia in lÍis qu~litatibús datur minimum se- numero, acto, Verbi gratia, aut decem, et per id repugnet. men sine causa dicunt extensionem qualita-
cundum intensionem, quod necesse est a per totidem mutationes indivisibiles, tota 8. Intensio qualitatis successive et con- tis necessario esse discretam, quamvis in-
principio indivisibiliter fieri, atque adeo per illa latitudo consummatur et per singulas tinue fieri potest.- In quo sensu dicendum tensio sit continua; sed illud primum etiam
mutationem indivisibilem et momentaneam. post primam productionem augetur seu in- est latitudinem intensivam qualitatis, quan- falsum esse constabit ex dicendis.
Prima vero consequentia probatur, tum quia tenditur. tum est ex se, acquiri posse successione con- 9. Conclusio ergo probatur primo expe-
gradus secundus, qui per intensionem ad- 7. Improbatur allata sententia.- Haec tinua et ita frequenter acquiri in physicis rientia; nam videmus manum igni appro-
ditur primo, est proportionalis illi et aeque vero sententia falsa est et contra communem. alterationibus. Haec assertio est consentanea ximatam magis ac magis calefieri et calo-
indivisibilis; tum etiam quia agens tantum philosophorum sententiam. Quapropter ad- Aristoteli, in V et VI Phys., ubi alteratio- rem ipsum sentire. Dicent fortasse discon-
potest agere in quolibet instanti sequenti, vertendum est hic non quaeri an intensio nem numerat inter physicos motus, qui di- tinuationem fieri per morulas imperceptibi-
quantum in primo, vel etiam magis, quia qualitatis a rninimo gradu usque ad sum- visibiles sunt secundum tempus et continua- les. Sed hoc imprimis sicut gratis et sine
tionem requirunt; et Commentator, III experimento vel efficaci ratione dicitur, ita
1 Medium en otras ediciones. (N. de los EE.) Phys., text. 6, ait continuationem esse de ra- facile contemnitur. Deinde interrogo cur m.
Disputación XLVI.-Sección lll 609
608 Disputaciones metafísicas
mismo sujeto según una misma parte; luego esa opinión admite ya la cont~uidad
agente en su acción, y por qué vuelve de nuevo a ella. Porque no, es un a~e?te en la acción intensiva de una disposición. Añádase que tal disposición previa a la
voluntario para cesar ahora de obrar y después obrar nuevamente, segun su ar?itr10; intensificación de otra cualidad, por ejemplo, el calor, es enteramente ficticia; en
ni tampoco es posible dar razón por parte de él; porque supongo que siempre efecto, ¿qué puede ser esa dispoSición, sino otra cualidad? Luego hay que detene:se
posee la misma virtud e igual o mayor proximi~ad al pacient:. Y,. de ig~al modo, necesariarneute en alguna cualidad primera, para la cual no haya disposición previa;
supongo que no existe razón por parte ~el medio, ya que .~s 1~énuc.o. F1;ialmente; por tanto, la intensificación de .esa cualidad primera no puede interrumpirse por
no puede darse razón por parte del paciente, porque tamb1en el es 1déntlco y esta defecto de la disposición, o producirse de nuevo por una mayor disposición del
igualmente dispuesto, o más, a recibir la acción del agente. Algunos responden sujeto. Mas, entre las cualidades físicas de este tipo, parecen encontrarse sobre
que la razón debe tomarse de la disposición del paciente, disposición que no es todo el calor y otras cualidades primeras, pues, aunque el enrarecimiento, por
igual en el punto en que el agente repite su acción intensiya, sino. que entonces ejemplo, parezca ser una disposición para el calor, no obstante, hablando en
el paciente ya está más dispuesto que en el tiempo anterior. Y ~1 se pregunta absoluto, no es una disposición previa, sino consiguiente; pues, cuando el calor
quién dispuso en mayor medida al paciente, contestan que es el mismo agente el se produce esencialmente, no se produce mediante la rarefacción, sino que más
que produjo esa mayor disposición. De ahí resulta que, según _:sta _opinión, aunque bien- la rarefacción sigue a la producción del calor. El mismo argumento resulta
el agente que intensifica la forma cese, durante algunos pequenos intervalos, en su manifiesto en el caso de la luz, que no requiere en el aire puro ninguna disposición
acción propia de intensificar tal forma, sin embargo no cesa absolutamente de obr~, aparte de la diafanidad connatural al aire.
ya que siempre está disponiendo al paciente a fin de que sea más idóneo para recibir 11. De ahí se toma, además, un argumento evidente, pues el sol, cuando
otro grado de intensificación. sale, no sólo asciende, por ejemplo, hacia nuestro h~misferio, sino _que también
10. Pero quienes así responden, en primer lugar no se expresan consecuen~e­ se va acercando continuamente cada vez más a este aire; luego contmuamente lo
mente, ya que esa disposición que se produce en el sujeto debe hacerse necesaria- ilumina cada vez más, sin que pueda mediar una interrupci~n por parte ~e la
mente de manera continua en cada una de las partes del tiempo que median entre disposición del paclente, ya porque esencialmente no se requiere en el paciente
una y otra acción intensiva. En efecto, si no se produce continuamente, preguntaré ninguna disposición nueva, ya asimismo porque, si sucede que en el ai:e. hay _vapores
otra vez por qué se interrumpe esa acción y por qué el agente vuelve de nuevo o algo semejante que impida la iluminación perfecta, el sol no lo d1s1pa sino me-
a ella, y entonces, o habrá que recurrir a otra disposición anterior, a propósito de diante la acción de iluminar; luego esta acción e intensificación de la luz se produce
la cual se repetirá la misma cuestión, con lo que se incurrirá en un proceso al de modo continuo. Responde Soncinas, en el pasaje arriba citado, que entonces
infinito, o habrá que buscar otra razón de tal interrupción. Y si esa disposici~n la interrupción de la acción no procede de la disposic!ón del paciente, si~o de la
se produce en una acción continua, ¿por qué no decir lo m~smo de la prop!a naturaleza de la cualidad misma, que no puede producirse de 1nanera continua por
acción intensiva} sin una multiplicación superflua de tales acciones? Tanto mas .el hecho de estar compuesta de grados indivisibles. Pero es al contrario; porque,
cuanto que, si la acción que tiende a tal disposición no puede ser sino una altera- si fuese así, no podría aducirse una razón natural de que la intensifica~ión se pro-
ción, ya que no es una moción ]ocal del paciente mismo -como doy por supuesto-,, duzca con esos pequeños intervalos, y no con otros mayores, o me1or, de que
entonces la continuidad de dicha acción no puede ser sino una intensificación, todas esas mutaciones no ~e realicen simultáneamente en un mismo instante. Lo
porque no es una extensión, pues hablamos d~ una acción que se realiza sobre un explico así: concedamos que el sol, en este instante, ha producido el segundo grado
mur enim de actione quae fit circa ídem 11. Ex qua praeterea sumitur evidens
subiectum secundum eamdem partem; ergo argumentum, nam sol, dum oritur et ascenn
illis morulis cesset agens ab actione sua, vero cesset simpliciter ab agenda, quía sem- iam illa sententia admittit contilluitatem in dit, verbi gratia, in nostrum hemisphaerium,
et cur iterum ad illam redeat. Non enim per disponit passum ut magis idoneurn sit actione intensiva alicuius dispositionis. Ad- et continue magis ac magis fit propinquius
est agens voluntarium, ut pro suo arbitrio ad alium gradum intensionis recipiendum. de quod talis dispositio praevia ad inten- huic aeri; ergo continue magis ac rnagis
nunc cesset ab agenda, pastea iterum agat; 10. Sed qui ita respondent, imprimís non sionem alterius qualitatis, verbi gratia, ca- eum illuminat, nec ex parte dispositionis
nec etiam ex parte eius potest reddi ratio, constanter loquuntur, nam illa dispositio Ioris, est plane conficta; quid enim esse passi potest intervenire interruptio, tum
nam suppono habere semper eamdem vir- quae fit in subiecto necessario debet conti- potest illa dispositio, nisi alia qualitas? Er- quia per se nulla requiritur in passo nova
tutem 'et aequalem vel maiorem propinqui- nue fieri in singulis partibus temporis quae go sistendum necessario est in aliqua prima dispositio; tum etiam quia, si contingat esse
tatem ad passum. Et eodem modo suppono inter unam et aliam actionem intensivam qualitate, ad quam non sit praevia dispo- in aere vapores vel aliquid simile impediens
non esse rationem ex parte medii, quia est intercedunt. Nam si non fit continue, inter- sitio· ergo intensio illius primae qualítatis perfectam illuminationem, illud ipsum non
idem. Nec denique potest reddi ratio ex rogaba rursus cur interrumpatur illa actio non 'potest interrumpí ex defectu disposi- dissipatur a sale nisi media actione illumi-
parte passi, quia etiam illud est ídem, et et cur iterum agens ad illam redeat, et vel tionis, vel iterum fieri ob maiorem disposi- nandi; haec ergo actio et intensio luminis
aeque ve] mag-is dhposítum ad recipiendam recurrendum erit ad aliam priorem disposi- tionem subiecti. Inter qualitates autem phy- continue fit. Respondet Soncinas supra tune
actionem agentis. Respondent aliqui ratio- tionem, de qua eadem redibit quaestio, et sicas huiusmodi videntur maxime esse calor interruptionem actionis non provenire ex dis-
nem sumendam esse ex dispositione passi, sic procedetur in infinitum, vel quaerenda et aliae primae qualitates, nam licet raritas, positione passi, sed ex natura ipsius qua-
quse non est aequalis in ea puncto in qua erit alia ratio talis interruptionis. Si aute1n verbi gratia, videatur esse dispositio ad c:a- litatis, quae non potest continue fieri, eo
agens iterat actionem intensivam, sed iam illa dispositio fit in actione continua, cur Iorem, tamen, per se Ioquendo, non est d1s- quod ex indivisibilibus gradibus compona-
tune p:issum est magis dispositum quam non dicetur ídem de ipsamet actione inten- positio praevia, sed consequens; _quando tur. Sed contra; nam, si hoc ita esset, non
esset in ternpore antecedenti. Quod si inter- siva, sine multiplicatione superflua talium enim calor per se fit, non fit media rare- posset naturalis ratio reddi cur intensio fiat
roges a quo fuerit p3ssum magis dispositum, actionum? Eo vel maxime quod, si illa ac- factione, sed potius ad effectionem caloris per illas morulas et non per maiores, vel
.respondent ipsummet agens illam maiorem tio quae ad talem dispositionem tendit non consequitur rarefactio. Idem a~gumentum potius cur omnes illae mutationes non fiant
dispositionem effecisse. Quo fit ut iuxta potest esse nisi alteratio aliqua, quia non est est manifestum in lumine, quod in aere pu- simul in eodem instanti. Quod ita declaro:
hanc sententiam, licet agens quod intendit localis motio ipsius passi, ut suppono, ergo ro nullam dispositionem requirit praeter demus solero in hoc instanti fecisse secun-
formam cesset in aliquibus morulis a pro- continuitas illius actionis esse non potest diaphaneitatem connaturalem aeri. dum gradum luminis, et per aliquod tempus
pria actione intendendi talem forrnam, non nisi intensio, quia non est extensio, loqui-
DISPUTACIONES VI. - 39

l
610 Disputaciones metafísicas Disputació'n XLVI.-Sección lll 611

de luz y durante algún tiempo posterior cesa, y, pasado algún tiempo, en ºU:°' del calor, aunque no estén separadas por su situación, corno las partes de la linea,
instante produce el tercer grado; entonces, como entre esos dos 1;Ils,tantes me~1a sino por la sola composición y escala entitativa. Que la escala intensiva es de esta
un tiempo definido, que puede dividirse en dos partes que se coutmuan en al~ clase nos lo ponen de manifiesto----el movimiento y la adquisición de tal forma. Y no
inst~nte intermedio entre esos dos extremos, pregunto por qué el sol no produJO podemos dar otra razón a priori de esa composición, fuera de las que se han adu-
el tercer grado de luz en aquel instante intermedio. Porque ello no repugna ya cido arriba a propósitO de la escala intensiva de las formas; porque la naturaleza de
por parte de la forma, puesto que ya se admite una acción i.nte;r_u~pida por alguna estas cualidades consiste en que tengan este modo de entldad y composición, y no
partícula de tiempo, y se admite también que esos grados. md1v1s1bles se producen puede demostrarse que en esa composición exista más repugnancia que en la com-
por dos acciones indivisibles discretas, para las cuales es rndiferente que el tiempo 1 posición que la línea tiene de sus partes divisibles hasta el infinito. Por tanto,
que media entre ellas sea más largo o más breve. Puede hacerse un ar?umento supuesta esa composición de las partes de la cualidad según la intensificación} no
idéntico a propósito de cualquier instante concreto; porque ~ntre dos mst~ntes resulta difícil entender que según ellas pueda producirse una intensificación con-
cualesquiera media un tiempo, en el cual pueden s~ñalarse unos instantes anteriores, tinua. Porque, señalada una parte cualquiera de esa cualidad, puede señalarse otra
y así hasta el infinito. Consiguientement~, a partir ~e las .causas na~urales no es menor, ya que es divisible hasta el infinito; luego también cualquier parte menor
posible aducir la razón de esa acción, sin~ que sera preciso recurr~ a l~ causa puede adquirirse en un tiempo más breve, y una mayor en un tiempo mayor, y de
primera, que determine cada uno de ~0$ m~tant7s en qu e han de repetirse las esa manera toda la intensificación se lleva a cabo en una sucesión continua.
mutaciones con las que se produce la mtens1ficac1ón, cos~ que, en yer~ad, no e~
1

13. De ahí resulta que, aun cuando en estas cualidades solemos nosotros hacer
filosófica sobre todo cuando no obliga a ello ninguna razon o exper1enc1a. De ahí una división mental en ocho o diez grados, para poder hablar de ellas, no obstante,
se sigue,' además, en esa opinión que todos los grados se producen simultáneamente cada uno de esos grados no son indivis'bles, sino que vienen a ser como unas partes
en el mismo instante, pues, como diré más abajo, por parte d~ ~a f~rma ?º repugna iguales, lo mismo que en la línea hacemos la división en palmos, o en el tiempo la
el ser producida d<! ese modo, como tampoco rep~gna el ex1st1r smultaneament;; hacemos en horas, las cuales, empero, son divisibles hasta el infinito. Y, de esta
tampoco repugnará por parte del agente o del pac1~nte, toda ~ez que, pasado al~~ manera, cuando un calor de dos grados se intensifica sucesivamente, no llega inme-
tiempo, se producen esos grados sin que haya tenido lugar run~na ot:a mut~c1on diatamente a lo.s tres, sino que primero alcanza los dos y medio, y antes adquiere
en el paciente o en el agente; luego, por pa'.t,e del. agente, hab1a suficiente vir:Ud la cuarta parte del tercer grado, y así hasta el infinito.
y capacidad en el paciente; luego esa suces1on e mterrupc1ón de tlempo es un- 14. Objeción.- Se dirá que, aunque con esto se explica suficientemente que
procedente. . . la sucesión continua no repugna a la intensificación en lo que respecta a la escala
12. Con esto, pues, queda suficientemente probado, por exper1enc1a y.~ poste- de la forma, sin embargo todavía no se ha dado una razón suficiente de que esa
riori, que la intensificación de la cualidad p17ed~ .realizarse .por una suces1on con- escala de la forma se realice de modo sucesivo; pues, aunque esas partes de la
tinua. La razón a priori debe tomarse del pr1nc1p10 contrario al fundamento de la forma sean realmente distintas y div:sibles de la manera indicada, no obstante
primera opinión, Porque la escala in~e?siva de la cualida~ ?? se compon~ de .un pueden producirse todas simultáneamente, como también las partes de la línea son
determinado número de grados md!Vls1bles, smo que es d1vmble hasta el mfinito, distintas y divisibles hasta el infinito, y, a pesar de eso, pueden producirse de
en igual proporción que la linea u otra cantidad continua. Pues, así con:io en. la modo simultáneo, o como en el calor, las partes que tiene en la superficie, según
línea hay infinitas partei proporcionales, igualmente las hay en la escala mtens1va

ita etiam sunt in latitudine intensiva caloris, 13. Quo fit ut, licet in huiusmodi qua-
subsequens cessare, et post aliquod tempus sane philosophicum non est, praesertun ubi licet non sint situ disiunctae sicut partes litatibus soleant a nobis mente dividi octo
in alio instanti efficere tertium gradum; et nulla ratio vel experientia cogit. Unde ul- lineae, sed sola compositione et latitudine vel decem gradus, ut de illis loqui possi·
tune cum inter illa duo instantia mediet de- terius sequitur, in illa sententia, orones illos entitativa. Huiusmodi autem esse Iatitudinem mus, singuli tamen l!radus non sint indivi-
finitum tempus, quod potest dividi in duas gradus simul in eodem instanti fieri, quia, intensivam manifestat nobis motus et ac- sibiles, sed sint veluti partes aequales, sicut
partes quae continuantur in aliquo instanti ut infra dicam, ex parte formae non re- quisitio talis formae. Neque aliam rationem in linea dividimus palmos aut in tempore
medio inter illa duo extrema, interrogo cur pugnat sic fieri, sicut non repugnat simul a priori illius compositionis reddere pOS'>U- horas, quae tamen in infinitum divisibiles
sol non produxerit tertium gradum luminis esse; nec etiam repugna bit ex parte agentis mus, praeter eas quae de latitudine inten- sunt. Atque ita, quando calor ut duo inten-
in illo instanti medio. Nam ex parte formae aut passi, quandoquidem post transactum siva formarum in superioribus adductae ditur successive, non fit immediate ut tria,
iam id non repugnat, cum iam ponatur in- aliquod tempus, nulla alia facta mutatione sunt; nam haec est natura harum qualita- sed prius fit ut duo et dimidium, et príuR
terrupta actio per aliquam particulam tem- in passo vel agente, fiunt illi gradus; ergo turn, quod nimirum habeant hunc modum acquirit quartam partero tertii gradus, et sic
poris, et grudus il!i indívisibiles ponantur ex parte agentis erat sufficiens virtus et ca- entitatis et compositionis, in qua nulla pot- in infinitu1t1.
fieri per duas actiones indivisibiles discr.etas. pacitas in passo; ergo illa successio et in- est ostendi repugnantia, magis quam in 14. Obiectio.- Dices, quamvis bine suf-
ad quas impertinens est quod tempus lnter terruptio temporis est impertinens. compositione lineae ex suis partibus in in- ficienter declaretur successionem continuam
eas positum sit longius aut brevius. Et idem 12. Ex his ergo satis probatur experien- finitum divisibilibus. Supposita ergo tali non repugnare intensioni ex parte htitudinis
argumentum fieri potest de quocumque in- tia et a posteriori intensionem qualitatis compositione partium qualitatis secundum formae, tamen nondum esse sufficientem
stanti signato; nam inter quaelibet duo successione continua fieri posse. Ratio vero intensionem, non est difficile intelligere, se- rationem datam, cur ilhmet latitudo formae
instantia mediat tempus, in quo possunt a priori petenda est ex principio contrario cundum eas posse fieri intensionem conti- successive fiat; nam, licet illae partes for ..
priora instantia designad, atque ita in. in- fundamento primae sententiae. Latitudo enim nuam. Quia signata qualibet parte illius mae in re sint distinctae et sint divisibiles
finitum. Non potest ergo ex naturahbus intensiva qualitatis non componitur ex certo qualitatis potest signari alia minar, eo quod illo modo, nihilominus possunt omnes simul
causis ratio talis actionis reddi, sed oporte- numero indivisibilium graduum, sed est in ,- sit divisibilis in infinitum; ergo etiam quae- fieri, sicut p1rtes lineae etiam sunt distin-
bit recurrere ad primam causam, quae de- infinitum divisibilis, eadem proportione qua libet pars minor potest breviori tempore ac- ctae, et divisibiles in ·in:finitum, et nihilo-
terminet singula instantia in quibus iteran- linea vel alía quantitas continua. Sicut enim quiri, et maior in maiori, atque ita tota minus simul produci possunt, vel sicut in
dae sunt mutationes quibus fit intensio, quod in linea sunt infinitae partes proportionales" intensio fieri successione continua. calore partes quas habet in superficie, se~

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612 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección lll 6B
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la extensión, son distintas y divisibles hasta el infinito, igual que las partes de la intensificable se considera su permanencia, y que todos sus grados pueden ex1st1r
superficie, y, sin embarg_o, todas. pueden P.roduci:se simultáneamente; pue~ acon .. simultáneamente en el mi_s1no sujeto, el cual poset;'! capacidad suficiente para reci-
tece que toda la superficie se calienta al mismo tiempo. Se confirma y explica por birlos y sustentarlos a todos de n1odo simultáneo, por esta parte es más connatural
la razón, porque todos esos grados de intensidad permanecen simultáneamente en a esa cualidad el ser producida toda simultáneamente según toda su intensidad, si
el mismo sujeto, y, si dependen del agente en su conservación, también dura de por parte del agente hay suficiente virtud y no existe ningún impedimento; y esto
modo simultáneo en cualquier instante toda la acción mediante la cual se producen, lo demuestra tamb.ién suficientemente la dificultad propuesta. En cambio, si con-
no obstante la distinción de partes y la divisibilidad de esa escala; luego por la sideramos, ya sea la virtud límitada del agente, ya sea la repugnancia o indispo~
misma razón pueden producirse simultáneamente sin sucesión algun~. La cons.e- sición del paciente, entonces es más connatural que tal intensificación se realice
cuencia es patente, ya porque n.o existe mayor razón para la conservación qu.e para en una sucesión continua, de la manera que la hemos explicado.
la primera producción, ya también porque las partes de la acción o m~tac1ón no 16. Triple razón de que la intensificación se realice sucesivamente.- Pri-
tienen entre si, para ser producidas simultáneamente, mayor repugnancia qll:e las mera.- De aquí cabe inferir tres causas por las cuales esta mutación se produce
partes del término para existir sirnultáneamente, porque toda la repugnancia .~e de manera sucesiva, suponiendo una escala o capacidad por parte del término;
las acciones debe tomarse de los términos. Luego todas las partes de esa acc1on de ellas, dos son bastante ciertas, y la otra más dudosa. La prünera causa es la
pueden hacerse de manera simultánea sin sucesión alguna; luego por ese solo distancia entre el agente y el paciente, distancia que disminuye con el movimiento
capítulo no se da una razón suficiente de esta sucesión continua. continuo, al acercarse cada vez más el agente y el paciente; experimentamos esta
15. Se responde, en primer lugar, que esta dificultad tiene igual validez acerca causa en la iluminación del sol. La razón es que el agente limitado no obra a
de la sucesión discreta que de la continua, pues la razón aducida tiende a demostrar distancia lo mismo que de cerca, y, por eso, en una parte distante del paciente
que todos los grados se producen simultáneamente y sin tal sucesión. Además, no obra al principio todo lo que absolutamente puede, sino sólo lo que puede a
decimos que la razón aducida concluye legítimamente .que, por parte .de 1~ sola esa distancia; mas, corno tal distancia va disminuyendo de manera sucesiva y
escala intensiva de la misma cualidad no hay repugnancia en que la cualidad 1nten- continua, por eso también va creciendo sucesiva y continuamente el efecto en las
slficable, ya en toda su escala, ya e~ algunos de sus grados, se produzca simultá- mismas partes del paciente, y este aumento es intensivo. Esta es, pues, la primera
neamente. Esto lo confirma también la experiencia; en efecto, la luz se produce causa de esta sucesión continua con respecto a los agentes naturales, a la cual
instantáneamente en algunos grados de intensidad, y nuestra voluntad puede pro- corresponde otra proporcional en los agentes libres; pues, en cuanto son tales,
rrumpir súbitamente en un fervoroso e intenso acto de amo~-. Y :sto ~? va en no obran todo lo que pueden, sino todo lo que quieren, y, por eso, si no hay
contra de lo dicho, pues únicamente hemos afirmado que la 1ntensificac1on de la impedimento por otra parte, pueden intensificar la cualidad en una sucesión con-
cualidad puede realizarse de manera continua; y ambas cosas pueden ser verda- tinua, aplicando cada vez más su virtud; así, la voluntad puede amar continua-
deras, puesto que las dos proposiciones ~on indefinida~. Y s~ se I?:egunta qué modo mente durante algún tiempo e intensificar el amor.
de producción es más natural a la cualidad o a su 1ntens1ficac1on, res.~ondo qu~, 17. Segunda causa de la sucesión en la intensificación.- La segunda causa
según las diversas características de la~ cosas que concurren a tal acc1on, es mas es la resistencia del sujeto mediante una cualidad contraria, o mediante otra dis-
connatural uno u otro de los modos indicados. Porque, si por parte de la cualidad posición que repugna a la introducción de otra cualidad. Porque de esta raíz-

cundum extensionem, distinctae sunt et di- 15. Respondetur imprimis difficultatem bilis consideres pern1anentiarn eius et quod causarn experimur in illuminatione solis. Ec
visibiles in infinitum, sicut partes superfi- hanc aeque procedere de successione discre- orones gradus eius possunt esse simul in ratio estJ quia agens limitatum non aeque
ciei et tamen omnes possunt dmul fieri; ta et de continua, quia ratio facta eo tenditJ eoden1 subiecto, quod sufficientem habet ca- agit in distans ac in propinquum, et ideo
con~ingit enim simul calefieri totam supet- ut probet omnes gradus simul fieri et sine pacitatern ad omnes illos sirnul recipiendos in partero distantem passi non agit in prin-
ficiem. Et confirmatur ac declaratur ratione, illa successione. Deinde dicimus rationem et sustinendos, ex hac parte magis connatu- cipio quantum absolute potest, sed solum
rrnm omnes illi gradus intensionis sirnul factam recte concludere ex parte solius la- rale est tali qualitati, ut tata seGundum om- quantum potest ad talem distantiam; quia
permanent in eodem subiecto, et, si ab titudinis intensivae ipsius qualitatis non re- nem suarn intensionem simul fiat, si ex par- vero illa distantia successive minuitur et
agente pendeant in conservari.. simul etiam pugnare quominus qualitas intensibilis, uut te agentis sufficiens sit virtus et niliil sit continue, ideo etiam successive et continue
durat in quolibet instanti tota actio per secundum totam latitudinen1 sunm, aut se- quod irnpediat, et hoc etiam sufficienter pro- crescit effectus in eisdem partibus passi, quod
quam fiunt, non obstante distinctione par- cundum aliquos gradus eius, simul fiat. Id bat difficultas proposita. At vero si conside- augmentum intensivum est. Haec est ergo
tium et divisibilitate illius latitudinis; ergo quod etiam confirmat experientia; nam lu- remus aut limitatam virtutem agentis, aut prima causa huius successionis continuae l'e-
eadem ratione simul fieri possunt absque men subito fit secundúnI aliquos gradus in- repugnandam vel indispositionem passi, :d<..: spectu agentiu1n naturalium, cuí alia propor-
'ulla successione. Patet consequentia, tum tensionis, et voluntas nostra subito prorum- n1agis connaturale est ut talis intensio con- tionalis re~pondet in agentibus libeds; nam
quia non est maior ratio de conservatione pere potest in ferventem et intensum actum tinua successione fiat, eo modo quo illam quatenus talia sunt, non agunt quantum·
quam de prima productione; tum etiam quia amoris. Neque hoc est contra dicta, quia decfa.ravimus. possunt, sed quantum volunt, et ideo, si
partes actionis vel mutationís non magis solum diximus intensionem qualitatis posse 16. Quare intensio successive fíat lriplex aliunde non est irnpedirnentum, possunt suc-
inter se pugnant quominus simul fiant, continue fieri; utrumque autem verum esse ratio,- Prima.- Atque bine colligere licet cessione continua intendere qualitatem, ma-
quam partes termini quominus simul sint, potest, cum utraque sit propositio indefini- tres causas ob quas mutatio haec successive gis ac magis applicando suarn virtutern. Ut
quia tata repugnantia actionum sumenda ta. Quod si inquiras quis modus effectionis fit, supposita Iatitudine seu capacitate ex voluntas potest per aliquod tempus continue
est ex terminis. Ergo omnes partes illius sit magis naturalis qualitati aut intensioni parte termini, ex quibus duae sunt certiores, amare et amorem ipsum intendel'e.
actionis possunt simul fieri sine ulla suc- eius respondeo, iuxta diversas conditiones alía vero magis dubia. Prima causa est di- 17. Secunda causa successionis in inten-
cessione; ergo ex solo illo ca pite non red- reru'm concurrentium ad talem actionem, al- stantia inter agens et passum, quae per con- sione.- Secunda causa est resistentia sub-
ditur sufficiens ratio huius continuae suc- terutrum ex dictis rnodis esse magis conna- tinuum motum minuitur, dum magis ac ma- iecti per contrariam qualitatem vel per aliam
,cessionis. turalem. Si enim ex parte qualitatis intensi- gis appropinquant agens et passum, quam dispositionem repugnantem introductioni al-
614 Disputaciones metafí~ic~ Disputación XLVI.-Sección Ill 615

proviene con bastante frecuencia la sucesión que experimentamos en la alteración J contrario. Porque, según hemos dicho arriba, el primer acto produce el bábito,
física y material; por ejemplo, un leño, aunque esté perfectamente aplicado a un
fuego intenslsimo, no se calienta perfectamente de manera repentina, sino suce-
siva, lo cual sólo proviene de la resistencia. Pues, teniendo el agente una virtud
finita, no puede superar instantáneamente la resistencia del paciente, y, por ello,
! y no es verosímil que produzca inmediatamente un hábito igual a él en todos sus
grados de intensidad; más aún?- muchos piensan que el primer acto no produce
nada, sino el cuarto o el quinto en virtud de los anteriores; nosotros, empero,
consideramos necesario que cada uno de los actos produzca algo, y que, de no
cuanto menor es la resistencia del paciente, tanto más velozmente se produce la ser así, un acto posterior no puede ser ayudado por los precedentes. Añadimos,
intensificación. Pero el nombre de alteración, expresado en sentido absoluto, suelen sin embargo, que es verosímil que el hábito producido mediante el primer o
to~arlo los filósofos por la alteración física, material y sensible que tiene lugar el segundo acto no puede ser tan perfecto o intenso como el que puede ser pro-
entre los contrarios y es un tránsito para las generaciones y corrupciones; de ese ducido mediante varios actos semejantes. De ahí parece ,concluirse que el primer
modo se dice, en el lib. I De General., que todo lo que es alterable es corruptible, acto, por la sola virtud activa imperfecta, no puede producir simultáneamente una
y, en consecuencia, tal alteración se denomina absolutamente movimiento suce- intensificación del hábito adecuada a él.
sivo, porque, así como es natural a estas cualidades el tener contrario, igualmente
les es natural el intensificarse y perfeccionarse de modo sucesivo. Aquí se pre- Especial dificultad acerca de la intensificación de los hábitos
sentaba una especial dificultad acerca de la intensificación de los hábitos, de la
cual trataré en seguida. 19. Se dirá: luego, al menos en el caso de la intensificación de los hábitos,
,es verdad que no se realiza por sucesión continua, sino por mutaciones discretas;
18. Tercera causa de la sucesión en la intensificación.- La tercera causa de
porque parece que un acto produce instantáneamente algún grado de intensidad,
esta sucesión puede ser la sola limitación o imperfección de la virtud del agente.
Porque de ella puede provenir el que no le sea posible realizar instantáneamente y después otro acto añade otra parte de intensidad, y así en los demás. Se res~
ponde que, aun cuando se conceda esto, no constituye inconveniente alguno, pues
todo el efecto y, por tanto, el que lo produzca poco a poco y por partes. Así,
no hemos afirmado que toda la intensificación de la cualidad se produzca en una
pues, esta causa difiere de las anteriores porque, excluida la resistencia del paciente,
y eliminada también toda distancia entre el agente y el paciente, por el hecho sucesión continua, y aquí interviene una causa especial para que no se realice
continuamente, porque, según el número de actos que varían, así varía el número
preciso de que el agente tiene una virtud imperfecta, queda determinado a un
modo de obrar tal que no pueda producir al mismo tiempo todos los grados de la de agentes que concurren a la intensificación, y cada uno de ellos obra instantá-
neamente cuanto puede. Además, cabe responder negando la consecuencia, si el
escala de la forma, sino uno después de otro. Concurre también a ello la diferente
sentido del consiguiente es -como debe ser- que la intensificación del hábito
disposición del sujeto; pues, como al principio no está dispuesto para tal cualidad,
el agente no puede introducir en él sino un grado mínimo; pero mediante éste se ·no puede realizarse de otro modo que por mutaciones discretas.
20. Mas, para explicar ambas respuestas, advierto que es posible entender de
dispone para el grado siguiente, y así, consecuentemente, mediante cada uno de
dos maneras que cada uno de los actos posee virtud para producir o intensificar
los grados se dispone al siguiente más perfecto, y de esta manera la intensificación
el hábito. En primer lugar, que ningún acto por ~í solo es suficiente para producir
se realiza sucesivamente. Cabe presentar como ejemplo de esto la intensificación
un hábito igual a él en su intensidad, sino únicamente para producir algún grado
de los hábitos: pues el acto que produce al hábito no le confiere de inmediato
del hábito en determinada proporción, como, por ejemplo, que un acto como de
toda la intensidad que puede, aun cuando no exista en la potencia ningún acto
cuatro grados pueda introducir en una potencia totalmente desprovista de hábitos
terius qualitatis. Ex hac enim radice fre- potest sola limitatio seu imperfectio virtutis diximus, primus actus efficit habitum, et addere aliam particulam intensionis, et sic
quentius provenit successio quam in altera- agentis. Nam ex illa potest provenire ut non est verisimile efficere statim habitum si- de caeteris. Respondetur, quamquam id con-
tione physica et materiali experimur; ut non possit subito efficere totum effectum, bi aequalem quoad omnes gradus intensio.. cedatur, nullum esse inconveniens, quia nos
li~num etiamsi perfecte applicatum sit ma- et ideo paulatim et per partes illum efficiat. nis; immo multi existimant primum actum non diximus omnem intensionem qualitatis
ximo igni, non subito perfecte calefit, sed Itaque haec causa differt a praecedentibus, nihil efficere, sed quartum vel quintum in successione continua fieri, et hic intervenit
successive, quod non provenir nisi a resi- quia, seclusa resistentia passi et ablata etiam virtute praecedentium; nos autem existima- specialis causa ob quam non continue fiat,
stenti1. Nam cum agens sit finitae virtutis, omni distantia inter agens et passum, ex eo mus necessarium esse ut unusquisque actus quia quot variantur actus, tot variantur agen-
non potest resistentiam passi subito vincere, praecise quod agens est imperfectae virtutis, aliquid efficiat, et alias non posse posterio- tia concurrentia ad intensionem, et unum-
unde quo minar est passi resistentia, eo ve- determinatur ad talem modum agendi, ut rem actum iuvari a praecedentibus. Addimus quodque eorum subito agit quantum potest.
locius fit intensio. Solet autem alterationis non possít omnes gradus latitudinis formae tamen verisimile esse habitum qui :fit per Deinde potest responderi negando sequelam,
nomen simpliciter dictum apud philosophos simul efficere, sed unum post alium. Ad primum vel secundum acturn non posse esse si sensus consequentis sit, ut esse debet,
sumi pro alteratione physica et materiali ac quod etiam concurrit varia dhpositio sub- tam perÍectum vel intensun1, quantum per íntensionem habitus non possc alitcr fied
sensibili, quae fit inter contraria et est via iecti; nam cum in principio non sit dispo- plures actus símiles fieri potest. Unde con- quam per mutationes discretas.
ad generationes et corruptiones; quomodo situm ad talero qualitatern, agens non pot- cludi videtur primum actum ex sola imper- 20. Ut autem explicem utramque respon-
dicitur, I de Generar., quidquid alterabile est in illud introducere nisi mínimum gra- fecta virtute activa non posse simul produ- sionem adverto duobus modis intelligi posse
est esse corruptibile, et ideo talis alteratio dum; per hunc autem disponitur ad gradum -cere intensionem habitus sibi adaequatarn. habere unumquemque actum virtutem ad
simpliciter dicitur motus successivus, quia ulteriorem, et ita consequenter per unum- efficiendurn vel intendendum habitum. Pri-
sicut naturale est his qu'llitatibus habere quernque gradum ad alium proximum per- De habituum intensione peculiaris mo, quod nullus actus per se solus sit suf-
contrarium, ita etiam naturale illis est suc- fectiorem, atque hac ratione successive fit difficultas ficiens ad efficiendum habiturn sibi aequa-
cessive intendi ac perfici. Hic vero occurre- intensio. Exernplum huius dari potest in 19. Dices: ergo saltero in intensione ha- lem secundum intensionem suam, sed solum
bat specialís difficultas de intensione habi- intensione habituum: actus enim qui efficit bituum verum est non fieri successione con- ad efficiendum aliquem gradum habitus in
tuum, de qua statim dicam. habitum non statim confert illi omnem in- tinua, sed per mutationes discretas; nam certa proportione, ut, verbi gratia, quod ac-
18. T ertia causa successionis in intensio- tensionem quam potest, etiamsi in potentia unus actus subito videtur efficere aliquem tus ut quatuor possit in nuda potentia intro-
ne.- Tertia causa huius successionis esse nullus sit actus contrarius. Nam, ut supra gradum intensionis, et pastea alirun actum ducere primum gradum habitus; in potentia
616 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección lll 617

el primer grado del hábito, mientras que en una potencia que ya posee el primer intensificar el hábito producido por él. Parece demostrar esto también la expe-
grado puede introducir el segundo, y así en los restantes. Además, porque, si riencia; pues_, siendo iguales las demás circunstancias, uno adquiere un hábito
estos actos poseen por su naturaleza una acción perfectiva, y no corruptiva, puede más firme mediante un acto duradero, en el cual perseveró mucho tiempo, que
también añadirse que es verosímil que cada uno de los actos produzca instantá- mediante un acto que transcurre en poco tiempo; luego es señal de que el mismo
neamente todo lo que puede, de acuerdo con la disposición y capacidad de la acto es activo, al menos cuando el hábito no ha llegado a una perfección igual
potencia, de suerte que, si ésta se encuentra más o menos dispuesta, o también a él. Y de esta manera se sigue también que el acto, en cuanto de él depende,
modificada por una cualidad contraria, pueda asimismo el acto producir más o posee virtud para producir un hábito igual a él, aunque no pueda ejercer toda
menos, aunque siempre de manera instantánea, y produzca simultáneamente tod<? esa eficacia simultáneamente, sino poco a poco, por la limitación y determinación
lo que aquí y ahora puede producir en un sujeto así dispuesto. Y si estas cosas de tal virtud, como decíamos en la tercera causa. A eso puede añadirse que no
son verdaderas, de ellas se sigue legítimamente que la intensificación del hábito falta alguna resistencia por parte del sujeto recipiente del hábito, por su indeter-
se realiza mediante pequeñas mutaciones discretas, y tiene validez el primer mod(} minación e indiferencia, según afirmábamos antes, en la disp. XLIV. Porque, si
de responder. en el agente hay virtud suficiente, resulta difícil entender por qué se determina
21. Pero la actividad de los actos puede entenderse de un segundo modo, a ese modo de obrar, siendo así que ni el sujeto le resiste de ningún modo ni
a saber, que la virtud activa de cada acto no esté limitada a un solo grado del a la forma le repugna la producción instantánea. En este sentidO parece limitada
hábito desigual a él, sino que pueda, en lo que de ella depende, producir un la tercera causa, y casi coincide con la segunda, y sólo habrá diferencia en el
hábito igual a él en intensidad, mas de suerte que no tenga poder para realizar modo de esa repugnancia o resistencia por parte del sujeto.
súbitamente un efecto que le sea adecuado, sino que vaya avanzando poco a poco. 22. El hábito puede intensificarse por sucesión continua, y de qué modo.-
de lo imperfecto a lo perfecto. Esto es verosímil, en primer lugar, porque, siendo Establecido este principio, se sigue manifiestamente que la intensificación del
el acto más perfecto que el hábito adquirido mediante él, no hay ninguna razón hábito puede realizarse también por sucesión continua. Porque, si un mismo acto
por la q1:1e, de suyo, no sea productivo de un hábito en toda su intensidad, siendo que permanece en la potencia puede intensificar el hábito que produjo al prin-
así que la virtud activa es proporcionada a la entidad de la forma y crece según cipio, es necesario que lo intensifique de manera sucesiva y continua un agente
cada uno de sus grados. En segundo lugar, porque, suponiendo que el primer idéntico e igualmente aplicado; por eso tiene también la misma virtud y razón
acto no produzca un hábito igual a él en intensidad, es verosímil que el segundo para obrar durante todo ese tiempo. Y los argumentos aducidos antes a propósito
acto igual aumente ese hábito, y ambas cosas resultan muy probables por expe- de los demás agentes tienen asimismo lugar aquí. Esto puede confirmarse sobre
riencia, como he demostrado arriba; luego también un nllsmo acto que perma- todo si un mismo acto aumenta continuamente en la potencia, según dijimos que
nece en la potencia intensificará cada vez más el hábito producido por él en el es posible; pues entonces, por razón de una mayor intensificación continua, tam-
primer instante. La consecuencia es patente, ya que ese acto que permanece bién aumentará cada vez más el hábito de modo continuado. Por último, esto
no es menos eficaz -hablando en sentido fí_sico- que el otro acto igual a él, parece asimismo sumamente necesario, cuando la potencia está afectada por un
y, por el hecho de haber producido algo en el primer instante, no ha quedado hábito contrario en un grado incompatible; porque entonces también ofrece resis-
disminuida su virtud para que posteriormente pueda asimismo producir mientras tencia mediante el hábito a la intensificación del otro hábito, y, por ·ello, es nece-
existe, si el sujeto es capaz; luego también un mismo acto permanente puede

etiam ídem actus perseverans potest inten- limitata illa tertia causa, et fere coincidit
vero iam habente primwn gradum, possit tum subito efficere, sed paulatim procedat dere habitum a se productum. Et hoc etiam cum secunda solumque erit differentia in
íntroducere secundum, et sic de caeteris. ab in1perfecto ad perfectum. Est autem hoc videtur ostendere experientia: nam, caete- modo illius repugnantiae vel resistentiae ex
Deinde, quia isti actus ex natura sua habent verisimile, primo, quia, cum actus sit per- ris paribus, firmiorem habitum aliquis ac- parte subiecti.
actionem perfectivam et non corruptivam, fectior quam habitus acquisitus per illum, quirit per diuturnum actum in qua multo 22. Habitus continua successione intendi
addi etiam potest verísimile esse unumquem- nulla est ratio ob quam de se non sit ef- tempere perseveravit, quam per actum brevi potest, et quomodo.- Hoc autem principio
que actum subito efficere quantum potest, fectivus habitus secundum totam suam in- transeuntem; ergo signum est eumdem ac- pasito, manifeste sequitur íntensionem ha-
iuxta dispositionem et capacitatem potentiae, tensionem, quandoquidem virtus activa est tum esse activum, saltem quando habitus bitus posse etiam fieri successione continua.
ita ut sí illa sit magis vel minus disposita, proportionata entitati fomae et crescit per non pervenit ad pel'fectionem ei aequalem. Nam, si idem actus perseverans in potentia
aut etiam contraria qualitate affecta, etíam singulos gradus eius. Secundo, quia, sup- Atque ita etiam sequitur actum, quantum intendere potest habitum a se productum in
possit actlJ.'S. magis vel minus efficere, sem- posito quod primus actus non efficiat habi- est ex se, virtutem habere ad efficiendum principio, necesse est ut successive et con-
per tamen subito, simulque efficiat totum tum sibi aequalem in íntensione, verisimile habitum síbi aequalem, quamquam non pos- tinue illum intendat idem agens et aeque
quod hic et nunc potest circa subiectum sic est secundum actum aequalem augere illum sit totam íllam efficacitatem simul exercere, applicatum; unde eamdem etiam vim et
dispositum. Quod si haec vera sunt, ex illis habitum, et utrumque fit valde probabile sed paulatim, propter limitationem et deter- rationem habet ad agendum in tato illo tem-
recte sequítur intensionem habitus fieri per ipsa experientia, ut supra ostendi; ergo minationem talis virtutis, ut in tel'tia causa pore. Et argumenta superius facta de caete-
mutatiunculas discretas, et procedit primus etiam ídem actus perseverans in potentia ma- dicebamus. Cuí addi potest non deesse ali- ris agentibus, hic etiam locum habent. Et
modus respondendi. gis ac magis tntendet habitum a- se produc- quam resistentiam ex parte subiecti susce- maxime ;hoc potest confirmari, si idem actus
21. Secundo vero modo intelligi potest tum in primo instanti. Patet consequentia~ ptivi habitus, propter indeterminationem et in potentia continue augeatur, ut fieri posse
haec activitas actuwn, nimirum, quod virtus quia ille actus perseverans non est minus ef- indifferentiam eius, ut supra, disp. XLIV, dL"<imus; nam tune ratione maioris inten-
activa uniuscuiusque actus non sit limitata ficax, physice loquendo, quam alius actus asserebamus. Nam, si in agente est sufficiens sionis continuae, magis etiam ac magis con-
ad unum tantum gradum habitus sibi inae- sibi aequalis, et ex eo quod aliquid effecerit virtus, difficile intellectu est cur determine- tinue augebit habitum. Denique, hoc etiam
qualem, sed possit, quantum est de se, effi- in primo instanti, non est diminuta eius vir- tur ad illum modum agendi, si nec sub- vídetur maxime necessarium, quando poten-
cere habitum sibi aequalem in intensione, ita tus, quominus pastea etiam possit efficere iectum resistit ullo modo, nec formae repug- tia est affecta contrario habitu in gradu in-
tamen ut non valeat effectum sibi adaequa- quamdiu est, si subiectum sit capax; ergo nat instantanea productio. Atque ita videtur compossibili; nam tune etiam per habitum
618 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección IV 619

sario que la acc1on no sea instantánea, sino sucesiva; porque, en este punt~, será
difícil establecer una diferencia entre los hábitos contrarios y las otras cualidades Sentido de la cuestión
opuestas, que era la dificultad anteriormente remitida a este lugar.
2. El sentido de la cuesti6n es ver si la cualidad que posee una escala in-
24. Se destruyen los fundamentos de la sentencia opuesta.- Al fundamento
[ensiva determina para sí misraa algún grado preciso o parte de su entidad, que
de la opinión contraria, en cuanto contiene argumentos de autoridad, ya se ha
-ella exija como mínimo, para poder ser producida, de suerte que no pueda ser
respondido; porque los doctores citados .no niegan. que el mo_vimiento de altera-
ción o de aumento pueda ser continuo, sino que niegan que siempre se produzca
producid~ o conservada más débil, y en esto consiste el que la cualidad tenga un
término mínimo. Y el tener un término máximo consiste en que se dé algún
de manera continua, es decir, sin interrupción o durante toda la vida, o por largo
término de esa entidad más allá del cual no pueda continuar su intensificación.
tiempo, lo cual no proviene de la naturaleza intrín~eca de tal movimient~ o de
su término, sino de la múltiple variación de las reahdades y causas del urnverso;
Y, aunque los filósofos suelen distinguir dos clases de términos de magnitud
de esta cuestión se ocupan más ampliamente los filósofos al tratar del aumento ·grande y de magnitud pequeña, a saber, el intrínseco y el extrínseco, y, en el
caso de la magnitud pequeña, denominan mínimo a lo que sí es (pequeño), o
de los cuerpos. La razón de la opinión indicada se resolverá más cómodamente
máximo a lo que no lo es, mientras que, en el ca_so de la magnit?d grande, llaman
en la sección siguiente.
máximo a lo que sí es (grande), y mínimo a lo que no lo es, sm embargo, en el
-presente caso no tenemos necesidad de esa distinción, .porque, si esta~ cualidades
poseen términos, es cierto que son extrínsecos y no mtrinsecos, segun resultará
claro por lo que se ha de decir.
SECCION IV
Primera opinión, que enseña que se da un mínimo en la intensificación
SI LA ESCALA INTENSIVA DE LAS CUALIDADES POSEE LÍMITES DEFINIDOS
DE INTENSIFICACIÓN Y DE REMISIÓN 3. Así, pues, con respecto al término de la magnitud pequeña, muchos pien-
san que estas cualidades tienen un término mínimo. Así lo defiende Soncinas,
VIII Metaph., q. 13; y lo mismo parece seguir Janduno, lib. VI Phys., q. 15;
l. Los filósofos suelen tratar esta cuestión en el lib. I Phys., donde se ocupan Egidio, I De General., q. 25; y, en dicho pasaje, Toledo, q. 7. Sin embargo, hay
en general de los términos máximo y mínimo de todas las cosas susceptibles de discrepancia entre estos autores; porque Soncinas piensa que ese mínimo es
aumento o de disminución. Sin embargo, en cuanto a esta parte, nos ha parecido algo absolutamente indivisible en su entidad, tanto en lo que respecta a la com-
necesaria en este lugar la presente disputación, ya para refutar el fundamento de posición de partes, de la cual carece, como en lo que concierne al modo de afectar
la opinión contraria propuesto en la sección anterior, ya también porque, aun al sujeto en mayor o menor medida, puesto que, según la opinión que explica
cuando el aumento extensivo, que sigue a la materia y a la cantidad, y, conse- la intensificación de esta manera, ese grado mínimo se establece como incapaz
cuentemente, también a su término, pertenecen a la consideración física, no obs- de intensificación, ya que no recibe variación en el modo de afectar, sino que
tante, el aumento intensivo hace, de suyo, abstracción de la materia y de la canti- goza de indivisibilidad. Pero este sentido supone la opinión falsa antes impug-
dad, y por eso incumbe propiamente al metafísico tratar tanto de él como de sus nada, que toda la escala intensiva se compone de grados indivisibles, motivo por
términos. el cual la omito. Si en otro sentido puede explicarse esta entidad indivisible, y

Quaestionis sensus Prima sententia docens da:ri minimwn


in intensione
resistit intensioni alterius habitus, et ideo SECTIO IV 2. Est autem sensus quaestionis utrum
necesse est ut actio non sit instantanea, sed AN LATITUDO INTENSIVA QUALITATUM HABEAT qualitas habens latitudinem intensivam de- 3. De termino ergo parvitatis multi cen-
successiva; difficile enim erit differentiam DEFINITOS TERMINOS INTENSIONIS ET sent has qualitates terminari ad rninimum.
in hoc constituere ínter habitus contrarios, terminet sibi certum aliquem gradum vel
et alias qualitates oppositas, quae erat diffi- ,. REMISSIONIS particulam suae entitatis, quam, ut minimum, Ita tenet Soncin., VIII Metaph., q. 13; et
idem videtur sequi Iandun., lib. VI Phys.,
<:ultas superius remissa in hunc locum. 1. Haec quaestio tractari solet a philo- requirat, ut fieri possit, ita ut remissior pro-
duci aut conservad non possit, et hoc est q. 15; Aegid., I de Genera t., q. 25; et ibi
23. Oppositae sententiae fundamenta di- sophis in I Phys., ubi generatim disputant To1etus, q. 7. Est tamen discrimen inter has
ruuntur.- Ad fundamentum contrariae sen- de terminis maximo et mínimo rerum om- qualitatem terminari ad minimum. Ad ma-
auctores; nam Soncinas putat illud mini-
tentiae, quatenus auctoritates conth1et, re- nium quae augrnentum vel decrementum su- ximum vero terminad est quod detur ali-
mum esse quid simpliciter indivisibile in sua
sponsum iam est; non enim ncgant illi scipere possunt. Tarnen, quoad hanc partem quis terminus illius entitatis ultra quem non entitate, tam quoad partium compositionem,
doctores motum alterationis vel augmenta- hoc loco visa est necessaria haec disputado, possit eius intensio progredi. Et, quamvis qua caret, quam quoad modum afficiendi
tionis posse esse continuum, sed negant sem- tum propter solvendum fundamentum con- distinguere soleant philosophi duplices ter- subiectum magis vel minus, quia iuxta sen-
per continue fieri, id est, sine interruptione trariae sententiae propositum in sectione minas magnitudinis et parvitatis, scilicet, in- tentiam explicantem intensionem in hunc
aut per totam vitam, aut per diuturnum praecedenti, tum etiam quia, licet augmen- trinsecum et extrinsecum, quos in parvitate modum, ille gradus mínimus ponitur inca-
tempus, quod non provenir ex intrínseca tum extensivum, quod materiam et quanti.- vocant minimum quod sic et maximum quod pax intensionis, quia in modo afficiendi non
natura talis motus aut tennini eius, sed tatem consequitur, et consequenter etiam non, in magnitudine vero, maximum quod recipit variationem, sed indivisibilitatem ha-
ex multiplici variatione rerum et causarum eius termini, ad considerationem physicam sic et rninimun1 quod non, in praesenti vero bet. Sed hic sensus supponit falsam senten-
universi; de qua re latius disserunt philo~ pertineant, tamen augmentum intensivum ex non indigemus illa distinctione, quia, si hae tiam supra impugnatam, quod tata latitudo
sophi agentes de corporum augmentatione. se abstrahit a materia et quantitate, ideoque qualitates habent terminas, certum est illos intensiva componatur ex gradibus indivisibi-
Ratio illius opinionis solvetur commodius tam de illo quam de terminis eius ad meta- esse extrinsecos et non intrínsecos, ut ex di- libus, et ideo illam omitto. An vero in alio
-sectione sequenti. physicum agere per se pertinet. cendis constabit. sensu possit haec entitas indivisibilis expli-
Disputación XLVI.-Sección IV 621
620 Disputaciones metafísicas:

reducirse a la verdad, lo diré después. Por tanto, esa opinión se entiende de


Se expone la opinión contraria
otra manera, a saber, que en la escala intensiva de la cualidad no puede señalarse·
ninguna parte que no esté co1npuesta de partes, y, por ello, en la misma entidad 5. Sin embargo, otros pfensan que estas cualidades no tienen, de suyo,
total no hay ninguna parte designable tan pequeña que no pueda señalarse otra un término mínimo de remisión, sino que, señalada una parte cualquiera, es posi-
menor; sin embargo, puede señalarse una parte tan pequeña o tan débil, que no ble -en cuanto de ella depende- que se produzca o conserve otra menor y
sea posible que una menor o más débil se conserve o exista como disociada y separada de toda intensificación ulterior. Así opina Soto, en el lib. I Phys., q. 4,
separada de las otras pa11es, cosa que suele denominarse con otras palabras di- a. 3, concl. 5; y los Conimbricenses, I Phys., c. 4, q. l. Está en favor de esta
ciendo que no se da un grado mínimo de remisión que exista en toda cualidad, opinión Aristóteles, lib. VI de la Física, c. 6, texto 53 y 54, donde prueba que,
pero se da un mínimo que existe separada1nente, ya que la cualidad no puede en todo movimiento de un contrario a otro.¡ con anterioridad a cualquier ser mo-
producirse o conservarse con una intensidad menor. dificado se da un movimiento, y con anterioridad a cualquier parte del movi-
4. Esta opinión, así expuesta, puede defenderse. En primer lugar, porque miento se da otra menor, y de esa manera la división procede hasta el infinito
toda realidad permanente comienza por lo primero de su ser; luego también o puede llegarse a la mínima parte de la mutación. Esta doctrina es general para
toda cualidad intensifica ble; luego determina para sí un grado preciso, en el todo movimiento verdadero y abarca la alteración, según exponen todos. Pero
cual, como mínimo, debe ser producida en un instante, y mediante lo primero existe la misma razón para el término del movimiento que para el movimiento
mismo, sobre todo en el movimiento de alteración intensiva, ya que el ámbito
de su ser; porque, de lo contrario, si pudiera producirse siempre cada vez menor,
de su divisibilidad no es otro que su escala intensiva; luego tampoco en el
no tendría un comienzo determinado, sino que comenzaría en un tiempo sucesivo~ término de tal mutación puede darse un mínimo de intensidad. Se prueba asi-
Es más: apenas puede entenderse que el fuego comience a introducir calor en el mismo por la razón, porque en las cualidades de esta clase no se da un mínimo
agua y que no produzca primeramente alguna parte determinada de calor, que existente-en según la intensidad; luego tampoco se da un mínimo que exista por
sea como el fundamento de las demás. En segundo lugar, porque toda forma sí o que sea separable de una intensidad ulterior. El antecedente se ha demostrado
determina para sí misrna un modo preciso y definido de ser; luego, así como la porque la escala intensiva de la cualidad es a modo de una cosa continua, y, por
forma sustancial determina para sí de esta manera unas disposiciones precisas en eso, es divisible hasta el infinito; luego, por designación, no es posible señalar
un grado definido, y la potencia un acto determinado, igualn1ente la cualidad en toda la cualidad una parte mínima existente en ella.
intensificable determina un modo o grado preciso de remisión. Se confirma, porque 6. La consecuencia puede probarse de varios modos. En primer lugar, por
parece manifiesto en los actos vitales, ya que la voluntad no puede amar, o el proporción con la cantidad continua, en la cual, así como no se da un mínimo
entendimiento atender, si no es con una intensidad definida. Finalmente, por este que exista en ella, tampoco se da uno que exista por sí, en cuanto depende de
motivo tienen estas cualidades un término máximo, a saber, porque la esencia su razón cuantitativa, y lo mism.o sucede (según la opinión más verdadera) con
de tal forma es limitada, y por eso determina también para sí misma un definido la extensión que la cualidad tiene en la ~uperficie o en la cantidad continua, y,
así como en ella no se da una extensión mínima de una parte que exista en ella,
modo de ser; luego la misma razón existe para el término de la remisión que
tampoco de una que esté separada por sí; mas parece que hay la misma propor-
para el término de la intensificación.
ción en los grados de intensidad. En segundo lugar, porque un grado inferior en

cari et ad veritatem reduci, infra dicam. minar et minar, non haberet determinatum Contraria sententia exponitur ergo neque in termino talis mutationis dari
Alio ergo modo intelligitur illa sententia, ni- initium, sed in successivo tempore inciperet. potest mínimum secundum intensionem. Ra-
mirum, quod in latitudine intensiva qualita- Immo vix intelligi potest, quod ignís inci- 5. Nihilominus alii sentiunt has qualita- tione etiam probatur, quia in huiusmodi qua-
tis nulla possit signari pars quae non sit ex piat introducere calorern in aquam, et quod tes ex se non terminari ad minimam remis- litatibus non datur minimum inexistens se-
partibus composita, et ideo in ipsa totali en- non primo producat aliquam deterrninatam sionem, sed quacumque parte signata, posse, cundum intensionem; ergo neque etiam da-
titate nulla sit signabilis pars ita parva, quin partem caloris, quae sit veluti fundamentum quantum est ex se, fieri aut conservari mi- tur minimum per se existens seu separabile
alia minar sígnari possit. Nihilominus tamen reliquarum. Secundo, quia omnis forma de- norem et separatam ab omni ulteriori inten- ab ulteriori intensione. Antecedens probatum
signari possit alíqua pars tam parva seu tam terminat sibi certum ac definitum inodum sione. Ita opinatur Soto, in I Phys., q. 4, est, quia latitudo intensiva qualitatis est ad
remissa, ut non possit minar seu remissior essendi; ergo, sicut forma substantialis hac a. 3, concl. 5; et Conimbricenses, I Phys., maduro continui et ideo est divisibilis in in-
conservari aut esse quasi disiuncta et sepa- ratione determinat sibi certas dispositiones c. 4, q. l. Favetque huic sententiae Aristo- finitum; ergo per designationem in tota qua-
rat9 Rb Rliis partibus1 quod aliis verbis díci in definito gradu; et potentia determinatum teles, VI Phys., c. 6, text. 53 et 54, ubi pro- litate non potest signari minima pars in ea
solet non dari mínimum gradum remissionis acttun, ita qualitas intensibilis determinat bar in ornni motu ex contrario in contrarium existens.
inexistente1n in tata qualitate, dari tamen certum modum seu gradum remissionis. Et ante quodlibet mutatum esse dari motum, et 6. Consequentia variis modis probari pot-
minimum separatim existentem, quia quali- confirmatur, nam in actibus vitalibus videtur ante quamlibet partem motus dari aliam mi- est. Primo, ex proportione ad quantitatem
tas sub minori intensione fieri aut conservari manifestum; non enim potest voluntas ama- norem, atque ita procedere divisionem in continuam, in qua sicut non datur mínimum
non potest. re aut intellectus attendere, nisi cum aliqua infinitum, vel ad minimam mutationis par- inexistens, ita neque per se existens, quan-
4. Haec autem sententia sic exposita sua- definita intensione. Tande1n ob hanc causam tero deveniri posse. Quae doctrina generalis tum est ex ratione ipsius quantitativa, et
deri potest. Primo, quia omnis res perma- hae qualitates terminantur ad maxirnum, ni- est ad omnem verum motum et alterationem idem est (iuxta veriorem sententiam) de ex-
nens incipit per primum sui esse; ergo et mirum, quia essentia talis formae limitata comprehendit, ut orones exponunt. Eadem tensione qualitatis quam hs_bet in superficie
omnis qualitas intensibilis; ergo determinat est, et ideo etiam sibi determinat definitum autem ratio est de termino motus quae de vel quantitate continua, et sicut in ea non
sibi certum gradum, in quo ut mínimum modum essendi; ergo eadem ratio est de ipso motu, praesertim in motu alterntionis datur minima extensio partis inexistentis, ita
produci debeat in instanti, et per primum termino remissionis quae est de termino ln- intensivae, quía spatium divisibilitatis eius nec per se separatae; eadem autem propor-
sui esse; nam alias si semper produci posset tensionis. non est aliud quam latitudo intensiva eius; tio esse videtur in gradibus intensionis. se ..
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intensidad no depende esencialmente del superior, como el primero del segundo,
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propiedades o disposiciones de unas formas determinadas; porque de este último
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o el segundo del tercero, sino que más bien, al contrario, el grado superior depende (_ modo es cierto que pueden terminar en un grado mínimo de intensidad, porque
del inferior cuasi materialmente, porque lo supone de manera esencial. Pero esta ¡ no es idéntico en todas las formas, sino que varía de acuerdo con la variedad
razón tiene validez acerca de cualquier parte inferior de un grado determinado , de las formas. Pues cada forma sustancial, así como posee una determinada natu-
con respecto ~l gr~do ulterior; luego, cualquier parte mínima que se .~ue~a se~a- raleza y perfección intensiva, igualmente exi9e una determinada disposición, tanto
lar en la cualidad mtensa no depende esencialmente de toda la perfecc1on intensiva en su especie como en J3U grado de intensidad, y en este sentido decimos que
restante que ~e le añade; luego, hablando en absoluto, P.u~de conservarse sin ~lla; una cualidad puede tener un término mínimo, ya sea intrínsecamente por vía de
luego cualquier parte cada vez menor que puede ex1strr en toda la cualidad generación, o en el estado connatural a tal forma, ya sea por lo menos extrínse-
podría también existir por sí. Porque ésta es la única razón p6r la que, según camente en el estado preternatural o de conservación, como suele denominarse.
la extensión, cualquier parte de la línea, por más que sea cada vez menor, en lo Mas ahora no consideramos la cualidad en cuanto disposición para la forma sus-
que de ella depende puede existir por sí misma sin laJ) otras, ya que no depende tancial, sino en sí misma y según su entidad, y excluyendo los impedimentos ex-
de ellas, e igual sucede con cualquier calor mínimo en extensión; luego lo mismo trínsecos o los agentes contrarios, y en este sentido afirmamos que la cualidad
ocurre con la intensidad. En tercer lugar, porque, de lo contrario, si la forma no tiene un término mínimo, pues, para que la cualidad se encuentre en su
se fuese debilitando paulatinamente, y en algún instante llegase a una determinada estado connatural y perfecto, debe poseer su intensidad íntegra, que puede lla-
intensidad mínima, sin poder conservarse con una intensidad menor, tal forma marse mínima, o más bien única para el estado perfecto de tal cualidad, dismi-
dejaría de existir por lo último de su ser, pues en aquel instante existiría e iri.- nuido el cual comienza la cualidad a encontrarse en estado imperfecto, en el que,
mediatamente después de él no podría existir, porque en otro caso ya sería menor por tanto, no tiene ningún término definido de pequeñez, ya que siempre puede
que la mínima, toda vez que inmediatamente después de dicho instante se haría pasar de lo imperfecto a lo más imperfecto, e inversamente puede adquirir de
más débil. Suelen aducirse otros argumentos para comprobar esta opinión, argu- manera sucesiva toda la escala de su entidad.
me~tos que se, toman de la sucesión. d_el movimiento, y de la acción uniformemente 8. En segundo lugar, hay que considerar que una cosa es hablar de las
variada. a traves de la e~fera de act1v1dad; pero no son muy eficaces, por lo cual partes de la cualidad, y otra hablar de los elementos indivisibles continuativos o
los offilto. terminativos de la misma. Porque opino que en esto también hay proporción entre
esta escala intensiva y la extensiva: así como en ellas se dan partes divisibles hasta
Se prefiere la segunda opinión
el infinito, así también se dan ciertos elementos indivisibles continuativos o ter-
7. Así, pues, ninguna de estas opiniones puede demostrarse de manera evi- minativos de tales partes. Porque existe una razón completamente idéntica, y de
dente. Pero, considerando la naturaleza de la cualidad intensiva y el modo de otra manera no puede entenderse cómodamente la verdadera unión y continuidad
composición de su entidad, que hemos explicado antes, esta segunda opinión de tales partes, ni tampoco la continuidad del movimiento en que consiste la
parece más probable y más apta para entender el modo de la alteración continua intensificación de dicha cualidad; porque en él se dan partes y seres modificados,
según el cual se realiza la intensificación o la remisión y también el modo de en los cuales es necesario que se produzca algo, y eso no puede ser sino indi-
comienzo y desaparición de estas cualidades. Sólo debe advertirse, en primer lugar, visible.
que una cosa es hablar de estas cualidades en sí mismas, y otra en cuanto son
proprietates vel dispositiones talium fonna- ad perfectum statum talis qualitatis, quo di-
cundo, quia gradus inferior in intensione non talis forma desineret per ultimum sui esse~ rum; hoc enim posteriori modo certum est minuto incipit qualitas esse in statu imper-
pendet per se a superiori, ut primus a se- quia in illo instanti esset, et immediate post posse terrninari ad minimum gradum inten- fecto, in quo proinde nulhun habet defini-
cundo vel secundus a tertio, sed potius e illud esse non posset, quia alias iam esset sionis, quia non est idem in omnibus formis, tum terminum parvitatis, quia semper potest
converso superior gradus pendet ab inferiori minar mínima, nam immediate post illud sed varius iuxta varietateml formarum. Una- procedere ab imperfecto ad imperfectius, et
quasi materialiter, quia illum per se suppo- instans fieret remissior. Alia argumenta fieri quaeque enim forma substantialis, sicut de- e converso totam latitudinem suae entitatis
nit. Haec autem ratio procedit de quacum- solent ad comprobandam hanc sententiam, tenninatam habet naturam et perfectionem potest successivc acquirere.
que inferiori parte talis gradus respectu ul- sumpta ex successione motus et ex actione intensivam, ita determinatam dispositionem 8, Secundo est considerandum aliud esse
terioris; ergo quaecumque pars mínima de- unífonniter difformi per sphaeram activitaµs, postulat, tam in specie quam in gradu in- loqui de partibus qualitatis, aliud vero de
signabilis in qualitate intensa, per se non quae non sunt adeo efficacia, et ideo il1a tensionis, et hoc modo dicimus posse quali- indivisibilibus continuativis aut terminativis
pendet a reliqua perfectione tata intensiva omitto. tatem terminari ad minimum, vel intrinsece eius. Opinar enim in hoc etiam servari pro-
quae ei superadditur; ergo, per se loquendo, via generationis seu in statu connaturali talis portionem inter hanc latitudinem intensivam
potest conservari sin.e illa .i ergo quaelibet Posterior sententia praefertur formae, vel saltem extrinsece in statu prae- et extensivam, quod sicnt in eis dantur par-
pars minar et minar quae potest existere in tematurali, seu conservationis, ut vocant. tes divisibiles in infinitum, ita etiam dantur
tata qualitate, posset etiam per se existere. 7. Nulla ergo ex his sententiis evidenter Hic autem non consideramus qualitatem ut quaedam indivisibilia continuantia vel termi-
Haec enim sola est ratio ob quam secundum demonstrari potest. Considerando autem na- dispositionem ad formam substantialem, sed nantia huiusmodi partes. Est enim eadem
extensionem quaelibet pars lineae, quantum- turam qualitatis intensivae et modum com- secundum se et secundurn suam entitatem omnino ratio, neque aliter potest commode
vis minar et minar, quantum est ex se pot- positionis entitatis eius quem supra explicui- et seclusis extrinsecis impedimentis vel con- intelligi vera unio et continuitas talium par-
est per se existere sine aliis, quia ab eis mus, baec secunda sententia probabilior vt~ trariis agentibus, et sic dicimus qualitatem tium, neque etiam continuitas motus qui
non pendet, et idem est de quocurnque ca- detur et aptior ad intelligendum modum non tenninari ad mínimum, quia, ut quali- est intensio talis qualitatis; nam in eo dan-
lare minimo secundum extensionem : ergo alterationis continuae qua intensio vel remis- tas sit in suo statu connaturali et perfecto, tur partes et mutata esse, in quibus aliquid
idem est de intensione. Tertio, quia alias sio fit, et modum etiam inceptionis ac de- habere debet integram intensionem suam, fieri necesse est, quod non potest esse nisi
si forma paulatim remitteretur et in aliquo sitionis harum qualitatum. Solum est adver- quae potest dici minima, vel potius. unica indivisibile.
instanti perveniret ad certam minimam inten- tendum primo aliud esse loqui de bis qua-
sionem et sub minori conservari non posset, litatibus secundum se, aliud vero prout sunt J Veritatem en otras ediciones. (N. de los EE.)
624 Disputaciones metafísicas Disputación XL Vl.---Sección IV 625
9. En las formas divisibles se dan elementos indivisibles terminativos y con- hablando de él, no puede negarse que se dé en la cualidad algún mínimo, incluso
tinuativos.- De aquí infiero que, así como en el calor de ocho grados se da e~istente en l~ cualidad rnisn;a, a saber, ese indivisible en el cual (por así decirlo)
un elemento indivisible de calor que establece la continuidad entre el séptimo viene como a incoarse y cuasi fundamentarse toda la escala intensiva de la cualidad.
grado y el octavo, y entre el sexto y el séptimo, y lo mismo en todos los demás Por ejemplo, si imaginamos un'!- línea que asciende desde el centro (de la tierra)
grados y partes divisibles que tienen continuidad entre sí) igualmente se da un basta este lugar, en ella no podremos señalar ningún elemento mínimo hacia el
elemento último indivisible que lo termina. Además, porque el calor de ocho centro, pero podemos señalar un punto existente en el centro, que es como la
,grados en cuanto tal comienza por lo primero de su ser, ya que comienza en base de toda la línea; de esta manera, pues, hay que concebir esta escala inten-
el instante en que se acaba y consuma el movimiento de intensificación, en el siva de la cualidad. Ahora bien, si ese primer elemento indivisible puede, no úni-
cual es verdad decir: "Ahora no hay intensidad, e inmediatamente antes de camente señalarse en el todo, sino también, en alguna ocasión, existir él solo en
este momento la había", e inversamente: "Ahora existe un calor de ocho gra- algún tiempo o instante, sin las otras partes de la cualidad, lo diré en seguida al
dos, e inmediatamente antes de este instante no existía"; luego en ese instante responder a los fundamentos de la opinión contraria.
se ha añadido algo que consuma y como constituye el calor de ocho grados, lo cual
no puede ser sino el término indivisible del calor; porque todas las partes del Se da respuesta a los fundamentos de la primera opinión y se expone
calor se habían adquirido mediante todas las partes del movimiento durante ~odo el comienzo de las cualidades
el tiempo anterior.
10. De ahí concluimos, además, que también en el otro extremo de esa escala 11. Así, pues, la primera razón de la opinión contraria está tomada del modo
intensiva se da un término indivisible último o primero que inicia, y, por esa de comenzar de tales cualidades, y a ella podria responderse, en una palabra, que
parte, termina el calor; porque existe una proporción y razón idéntica. En efecto, una cosa permanente, en cuanto de ella depende, comienza por lo primero de su
todo continuo finito está limitado por dos términos, y en esto se da, entre las cosas ser, si no obsta ninguna otra cosa, ya que, según decíamos arriba, también la
sucesivas y las permanentes, la diferencia de que, en una cosa sucesiva, esos cualidad intensificable, en cuanto de ella depende, se produce toda simultánea-
términos son extrínsecos, ya que no existen en simultaneidad con el todo; en mente, lo mismo que existe toda simultáneamente. Sin embargo, en virtud de las
cambio, en una cosa permanente son intrínsecos, porque permanecen en acto con características del agente o del paciente que van anejas) así como no repugna
el todo y lo componen a su manera, como es manifiesto en los dos puntos extremos que una cosa permanente no se produzca toda de manera simultánea, sino una
de una línea, e igual sucede con cualquier otro continuo permanente. Y no puede parte después de otra, tampoco repugna que comience por su último no-ser, de
aducirse ninguna razón de que la escala intensiva de la cualidad posea elementos suerte que, con anterioridad a cualquier parte suya se haya producido otra menor,
indivisibles continuativos y un término terminativo por parte de un extremo, y no porque entonces no comienza por una mutación indivisible ni con la desaparición
tenga otro por la otra parte; en consecuencia, se da un término indivisible de del movimiento sucesivo, sino con el comienzo de la alteración o de la intensifi-
esta escala por ambas partes. Por tanto, cuando decimos que no se da un cación sucesiva.
mínimo en estas cualidades, debe entenderse de las cualidades en cuanto a alguna 12. Mas, para explicar esto con mayor amplitud, distingamos entre potencia,
parte o escala divisible, que es la única que merece el nombre de cualidad; porque intensificación y propia producción de toda la cualidad. Pues siempre que se incoa
este indivisible debe denominarse más bien comienzo de la cualidad. Por eso, propiamente la intensificación sola, la cualidad se supone ya producida y terminada
hasta cierto grado por un término intrínseco indivisible de ese grado, al que comien-

9. In forinis divisibilibus indivisibilia dan~ ultimum seu primum terminum indivisibilem candum est initium qualitatis. Unde, loquen- litatum, ad quam uno verbo responderi pos-
tur terminantia et continuantia.- Atque hinc initiantem et ex ea parte terminantem calo- do de illo, negari non potest quin detur in set rem permanentem, quantum est ex se,
colligo quod, sicut in calore ut octo datur rem; est enitn eadern proportio et ratio. qualitate aliquid minimum, etiam inexistens incipere per primum sui esse, si nihil aliud
quoddam indivisibile caloris continuans sep- Nam omne continuum finitum clauditur duo- ipsi qualitati, nimirum illud índivisibile in obstet, quia, ut supra dicebamus, etiam qua-
timum gradum cum octavo et sextum cun1 bus terminis, in quo est differentia ínter res qua (ut ita dicam) veluti inchoatur et quasi litas intensibilis, quantum est ex se, simul
septimo, et sic de caeteris omnibus gradibus successivas et permanentes, quod in re suc- fundatur tata latitudo intensiva qualitatis. tota fit, sicut tata simul est. .L\t vero ex
et partibus divisibilibus quae inter se conti- cessiva illi termíni sunt extrinseci, quia non Ut si concipiamus lineam ascendentem a cen- adiunctis conditionibus agentis aut passii si-
nuantur, ita etiam datur quoddam ultimum sunt simul cum toto; at vero in re -perma- tro usque bue, in illa non poteri.mus de- cut non repugnar rem permanentem non
indivisibile terminans illum. Item, quia calor nente sunt intrinseci, quia actu permanent signare mínimum quid versus centrum, pos- fieri simul totam, sed partem post partem,
ut acto ut sic incipit per pri1num sui esse; · cum ipso tato et illud suo modo compo- sumus autem designare punctum existens in ita etiam non repugnat incipere per ultilnum
nam incipit in eo instanti in qua finitur et nunt, ut patet in duobus extremis punctis centro, qui est veluti basis totius lineae; non esse, ita ut ante quamlibet partero eius
consummatur motus inlt:nsionls, in quo vc- líI1ene, et ídem est de quollbet alio continuo ad hunc ergo modum concipienda est haec alia minar sit facta, quia tune non incipit
rum est dicere: nunc non est intensio et permanente. Nec potest afferri ulla ratio ob latitudo intensiva qualitatis. An vero illud per: mutationern indivisibilem, neque 2d dc-
immediate ante hoc erat, et e converso nunc quam latitudo intensiva qualitatis habeat in- primurn indivisibile possit non solum in toto sitionem motus successiví, sed ad inceptio-
est calor ut acto et immediate ante hoc non divisibilia continuantia, et unum terminum designari, sed etiam interdum pro aliquo nem alterationis vel intensionis successivae.
erat; ergo in illo instan ti aliquid additum terminantern ex parte unius extremi, ·~t non tempore vel ínstanti esse solum absque aliis 12. Ut tamen hoc amplius declaremus,
est quod consuinmat et quasi constituit ca- habeat aliud ex alia parte; datur ergo u trin- partibus qualitatis, dicam statim respondendo distinguamus inter potentiam, intensionem
lorem ut acto, quod non potest esse nisi que índivisibilis terminus huius latitudinis. ad fundamenta contrariae sententiae. et propriam productionern totius qualita-
terminus indivisibilis caloris; nam orones Cum ergo dicimus non dari mínimum in his tis. Quandocumque enim proprie inchoatur
partes caloris per omnes partes motus tato qualitatibus, intelligendum est de qualitati- Satisfit fundamentis prioris opinionis, sola intensio, supponitur iam qualitas pro-
tempore praecedenti acquisitae fuerant. bus quoad aliquam partem seu latitudinem et inceptio qualitatum exponitur ducta et terminata usque ad certum gra-
10, Unde ulterius concludimus etiam in divisibilem, quae tantum meretur nomen 11. Prima ergo ratio contrariae sententiae dum per intrínsecum terminum indivisibi-
alío extremo talis latitudinis intensiv.1e dari qualitatis; nam hoc indivisibile potius vo- sumpta est ex modo incipiendi talium qua- lem illius gradus, eique incipit superaddi
UISPUTACIONES VI. - 40
"' ---- v.:.~;""" m"~"= l D~'- xw~~••
za a añadirse el grado siguiente. Lu~go en~onc~s es ~osa _bastante :lara que ese 5ea
w
necesario, incluso en el primer comienzo, y así resuelven con facilidad el argu-
m
grado de cualidad que se produce mediante. dicha intens1ficac1ón Y se. anade ª la cu~= mento. Pero, según lo que hemos dicho, se presenta una dificultad especial, por-
lidad preexistente, aun cuando sea una realidad permanent~, no comienza por l~ prl que en la cualidad se da algú11 elemento indivis~ble que la inicia, como hemos
mero de su ser, sino por su último no-ser, ya que no cormenza en una determmada dicho; luego es preciso que al menos eso se produzca indivisiblemente en un
parte de la cualidad, sino, que co~ a~t~r~oridad a cualquiera se pro~uce otra :r;ienor, primer instante; mas no parece posible que se produzca solo, como separado de
ni comienza tampoco segun algo indiv1srble, puesto que en. la cua11d;id preexistente todas las partes., porque estos elementos indivisibles no pueden exlstir así de
se suponía el último término indivisible del grado preexistente., tei;mmo que. no modo natural; luego, al menos por este motivo, es necesarlo que algo de la
se corrompe por una ulterior intenslficaci?n~ pues, segúi;, hemos dicho .repetidas. cualidad se produzca simultáneamente, y eso será el mínimo de intens~dad en
veces mediante la intensificación no se elrmma nada positivo de la cualidad p:e.. ella.
exist~nte en su ser remiso. Ni tampoco se le añade próximamente ot:o ~é:r;riino 14. Dos modos posibles de responder a la duda.- Así, pues, en este punto
indivis:ble, pues en una escala continua no se dan dos elemen~os . 1 1?-~lvis.bles podemos proceder de dos modos. Primero, admitiendo que siempre se incoa la
inmediatos. Por tanto la intensificación hace que ese elemento indivisible que introducción de la cualidad por lo primero de su ser en algún elemento indlvisi-
antes era terminativo 'comience a ser continuativo por adición de partes de una ble, ya sea solo1 ya en simultaneidad con algunas partes, no por necesidad del
misma cualidad entre las cuales no se da ninguna mínima ni otra que se pro- mínimo, sino por otras causas naturales. En segundo lugar, puede defenderse fácil-
duzca toda sim~ltáneamente, y, por ello, se entiende con faci~idad que ese .grado mente, incluso en la primera introducción, que las cualidades se incoan muchas
de intensificación comienza por su último no-ser. Así, tamb~én es eso evid~nte veces por su último no-ser. Para explicar ambos modos, supongo que estas cuali-
en el caso de la extensión cuando, por ejemplo, la iluminación que en este ms- dades se producen en algunas ocaslones con res:stencia del paciente, y en otras
tante llega intrínsecament; hasta esta superficie del aire, inmediatamente d~s- sin resistencia. Además, doy por supuesto que la causa eficiente de las m:smas
pués de él avanza más por acercamiento del sol; pues toda la ~uz qu~ se conci?e obra algunas veces por necesidad natural y otras de manera libre y voluntaria.
que existe en las partes del aire situadas d~spués ~e es~ superficie comienza a exi~- Por tanto, cuando el agente obra naturalmente y sin resistencia, obra de modo
tir por su último no-ser, ya que no cormenza s11nul~aneamell:te en una determi- simultáneo todo lo que puede, ya sea absolutamente, ya según la capacidad y apli-
nada parte del aire, sino que con anterioridad a c1:~lqu1era c?mienza en una menor,. cación del paciente. Y, como esta potencia activa nunca se ordena a un solo ele-
y así ha ido progresando continuament~ la accion., ~o mismo que el s?l se .v.a mento indivis:ble de la cualidad, sino, o bien a toda ella, o blen a algún grado
acercando cada vez más de manera continua; luego igual sucede en la mtensifi- determinado de la misma, por eso un agente de este tipo siempre produce simul-
cación, y no parece que en esto haya di.ficultad alguna. . . . táneamente tal cualidad o algún grado o parte de ella, no porque ésta tenga un
13. Una pequeña duda.- Ahora bien, cuando l~ cualidad comienza. por pri- término mínimo, sino porque el agente está determinado a obrar de ese modo.
mera vez en el sujeto, existe la dificultad de si es. preciso que entonces se introduz- Por eso, en la parte próxima hace más, y en las lejanas cada vez menos, hasta
ca simultánea e indivisiblemente algo de la cualidad que sea fundamento de toda llegar al término de su esfera de actividad. Y si ese término le es intr1nseco
la cualidad, y en lo cual comienza la cualidad por lo primero de ~u ser; porque -según es probable-, producirá en él, o en la última superficie de su esfera
los autores de la opinión contraria consideran. que esto c;s necesario, y, por ello, de act:vidad, la cualidad mínima que puede producir; pero de ahí no resulta
admiten un mínimo en la cualidad. En cambio, otros niegan absolutamente que que sea ése el mínimo de la cualidad considerada en sí misma, ya que dicha

vero absolute negant illud esse necessarium, interdurn fieri cum resistentia passi, inter-
ulterior gradus. Tune ergo sath clara res tur gradum illurn intensionis incipere per etiam in prima inceptione, et ita facile expe- dum vero sine illa. Item, suppono causam
est illum gradurn qualitatis qui per illam ultímum non esse. Sicut etiam in extensio- diunt argurnentum. Iuxta ea vero quae dixi- efficientem earum aliquando agere ex neces-
intensionem fit et praeexistenti qualitatí ad- ne id est evidens, quando illuminatio, verbi mus est peculiaris difficultas, quia datur in sitate naturae, aliquando libere et voluntarie.
ditur, etiamsi sit res permanens, non Ífl:- gratia, quae in hoc instanti ~ttingit _int~in­ qualitate aLiquod indivisibile initiativum eius, Quando ergo agens naturaliter agit et sine
cipere per primum sui esse, sed per ult1- sece usque ad hanc superfic1em aens, nn- ut diximus; ergo oportet ut saltem illud in resistentia, simul agit quantum potest, vel
mum non esse, quia non incipit in aliqua mediate post hoc ultra progreditur per ac- aliquo instanti primo indivisibiliter fiat; non simpliciter, vel iuxta capacitatem et applica-
determinata parte qualitatis, sed ante quam- cessum solis; quidquid enim luminis intel- videtur autem posse fieri solum quasi se- tionem passi. Et quia haec potentia agendi
libet fit alia minar, neque etiam incipit se- ligitur esse in partibus aeris quae sunt post iunctum ab omnibus partibus, quia haec in- nunquam est ad unum solum indivis1bile
cundum aliquid indivisibile, quia in prae- talem superficiem, incipit esse per ultímum divisibilia non possunt naturaliter ita esse; qualitatis, sed vel ad totam illam, vel ad
existenti qualitate supponebatur ultimus ter- non esse, quia non incipit sim~ in. par~e ergo saltem hac ratione necessarium est ali- aliquem certum gradum eius, ideo ab huius-
minus indivisibilis gradus praeexistentis, qu_i determinata aeri_s sed ante quamhbet rn mi- quid qualitatb simul fieti, quod erit míni- modi agente semper fit simul talis qualitas:
terminus non corrumpitur per ulteriorem nori et ita contÍnue progressa est actio, si- mum intensionis in ipsa. vel aliquis gradus seu pars eius, non quia
intensionem, quia, ut saepe diximus, per in- cut 'sol ipse continue magis ac magis ap- 14. Duplex modus qua dubiolo satisfieri ipsa terminetur ad mínimum, sed quia agens
tensionem nihil positivum tollitur a qunlita- propinquat; ídem ergo est .in intensione, nec potest.- Duobus igitur modis in hoc proce- est determinatum ad sic agendurn. Unde in
te praeexistenti in esse remisso. Neque etiam in hoc esse videtur ulla difficultas. dere possumus. Primo, admittendo semper parte propinqua plus agit, et minas ac mi-
illi proxime additur alius indivisibilis termi- 13. Dubiolum.- At vero quando primo inchoari introductionem qualitati¡; per pri- nus in remotioribus, donec perveniat ad ter-
nus, quia in latitudine continua non dan:ur incipit qualitas in subiecto, difficultas est mum sui esse in aliquo indivisibili, vel solo minum sphaerae suae activitatis. Quod si ter-
duo indivisibilia immediata. Fit ergo per 1n- an oporteat tune aliquid qualitatis simul et vel simul cum aliquibus partibus, non pro- minus ille sit intrinsecus, ut est probabi1e,
tensionem, ut illud indivisibile quod antea indivisibiliter introduci quod sit fundamen- pter necessitatem minimi, sed propter alias faciet quidem in illo, seu in ultima super-
erat terminans incipiat csse continuans per tum totíus qualitatis, et in ea qualitas inci- causas naturales. Secundo defendi facile pot- ficie sphaerae suae activitatis, minimam qua~
additionem partium eiusdem qualitatis, inter piat per primum sui esse; ho7 enim ne~es­ est, etiam in prima introductione, qualitates litatem quam potest efficere; inde tamen non
quas partes nulla datur minima, neque alia sarium putant auctores contrariae sentent1ae, saepe inchoari per ultimum non esse. Ut fit illud esse mínimum ipsius qualitatis se-
quae simul tata fiat, et ideo facile intelligi- et ideo ponunt minimum in qualitate. Alii utrumque declarern, suppono has qualitates cundum se spectatae; nam ab alio agente
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628 Disputaciones metafísicas Disputación XLVI.-Sección IV 629


cualidad podrá producirse más remisa por otro agente voluntario o más débil. porque el agente, para obrar siempre, posee illla proporción de mayor desigualdad
Mas, si la esfera de actividad tiene un término extrínseco, según opinan otros, ·
por parte del paciente, y, por tanto, según la proporción de ese exceso primero
entonces ese agente no hará nada en dicho término o en la superficie última, h.ace algo simultáneamente y d~pués continúa la intensificación de madera suce-
sino que, sin llegar a ella, obrar@ en todo ese espacio de manera uniformemente siva .. Mas, aunque concedamos esto, no se sigue que se dé un mínimo en estas
variada, obrando siempre más débilmente en la parte más distante; sin embargo, cualtdades, porque tampoco se da un mínimo en esa proporción y exceso, sino
esa acción podría detener_se toda en algún grado preciso o divisible que se señale, que la cualidad p~ede ser cada vez menor hasta el infinito, y así, aun cuando
y así, de este modo de obrar no se colige que se dé un mínimo en estas cualida- concedamos que siempre se produce simultáneamente algo en un instante sin
des, ni que no se dé. En cambio, si el agente es libre, usando de su libertad puede embargo, con respec~o a diversos agentes y diversas proporciones, eso ~uede
aplicar su poder a obrar en mayor o menor medida, y de esa manera, aunque ser cada vez menos intenso. Además, no parece necesario dicho modo de obrar
concedamos que siempre hace simultáneamente alguna parte de la cualidad, no porque, de lo contrario, una vez que el agente ha producido en un instante es~
hace, empero, una determ.inada, sino que puede hacer a su arbitrio una cada vez parte de la cualidad en el paciente, superará la resistencia de éste mucho más
menor; por ello, de este modo de obrar no se colige un mínimo, sino más bien lo que antes; .luego también producirá en cualquier instante m.'Ís partes que en
opuesto. a9uél, lo cual repugna a la sucesión. Más aún: no habría ninguna razón sufi-
15. Esto mismo hay que decir a propósito de nuestros actos vitales, en cuan- ciente de sucesión, ya que~ en el mismo instante. en que se produce ese grado,
to dependen de la libertad y son realizados por nosotros en un instante. Porque el agente permanece con igual o mayor proporción; luego podrá producir un
es más verosímil que no esté en nuestra potestad el producir solamente algún efecto más perfecto inmediatamente y en seguida.
término indivisible de tal cualidad. Y también es probable que, hablando regular- 17. Por tanto, si en ese caso el agente primeramente introduce, en un ins~
mente y de manera humana, siempre aplicamos las potencias a la producción tante, algo en tal paciente, eso no es sino el primer elemento indivisible de la
de estos actos con alguna intensidad mayor que la mínima que puede imaginarse, cualidad que se va a introducir, ya que para vencer la resistencia en cuanto a él
no porque tal intensidad sea absolutamente necesaria para el ser de tal cualidad, b~~ta un intervalo instantáneo. Y no parece inconveniente que ese elemento indi-
sino porque nosotros no aplicamos las potencias a obrar de ese modo matemático, v1s1ble se produzca así, pues sólo está como en producción, y en dicho estado no
sino física y con10 confusamente a obrar una cosa perceptible, por así decirlo, permanece sino . por un instante, ya que inmediatamente después se le añade
y de esta manera quedamos determinados a una intensidad mayor de la que en algo de la cualidad, y en ese momento solamente se encuentra en emanación
rigor es necesaria para el ser del acto. Pero Dios, u otro agente que pudiera dis- actual ~ partir d.e ~u agente. ysi 7sto no ag~ada, hay que decir que, siempre que
cernir con distinción entre ~as partes mínllnas de la cualidad, podría producir la cuahd,ad. corruenza con resistencia del paciente, comienza de manera sucesiva y
una determinada cualidad en cualquier grado mínimo, y, al menos con respecto por su ultimo no-ser, aui:~ue con mayo~ ~entitud o con mayor velocidad, según
a Dios, no repugnaría que un único elemento indivisible se produjera solo. la mayor o menor proporcton entre la acttv1dad y la resistencia. Entonces también
16. Ahora bien, cuando estas cualidades se producen con resistencia del pa- ese .elemento indivisible puede comenzar por el último no-ser, puestd que no
ciente, o por un agente de virtud limitada, entonces parece más necesaria la suce- comienza adecuadamente y por sí s?lo, sino ei; sirnultaneidad con otras partes y
sión y el comienzo por el últhno no-ser. Pero algunos dicen que también en ese a la manera de ellas, como debe decirse necesariamente en la sucesión extensiva.
caso se introduce primero algún grado o parte de la cualidad en un instante,.

voluntario vel debiliori poterit illa qualitas minum talis qualitatís. Et probabile etiam qualitatis in instanti, quia agens, ut agat proportione; ergo statim sine successione
remissior fieri. Si autem sphaera activitatis est quod, regulariter atque humano n1odo semper, habet proportionem maioris inae- ulla poterit perfectiorem effectum producere.
terminatur extrinsece, ut alii opinantur, tune loquendo, semper applicamus potentias ad qualitatis ex parte passi, et ideo secundum 17. Quocirca, si in ea ea su agens prius
illud agens nihil aget in illo termino, seu efficiendos has actus cum aliqua intensione proportionem excessus, aliquid prius simul introducit aliquid in instanti in tale passum
superficie ultima; sed ciU'a illam aget in maiori quarn sit aliqua mínima quae exeogi- agit et pastea suceessive eontinuat intensio- illud non est nisi prirnum indivisibile qua~
tato illo spatio uniformiter difformiter, sem- tari potest, non quia talis intensio sit sim- nem. Sed, licet hoc demus, non sequitur litatis introducendae, quia ad vineendam re-
per remissius agendo in distantiorem par- plieiter neeessaria ad esse talis qualitatís, sed dari minimum in his qualitatibus, quia etiam sistentiam quoad illud sufficit ínstantanea
tero; posset tamen illa actio to ta consistere quia nos non applicamus potentias ad ope- in illa proportione et excessu non datur mi- mora. Nec videtur inconveniens illud índivi-
supra aliquem certum vel divisibilem gra- randum illo mathematico modo, sed physice, nimum, sed potest qualitas esse minar et sibµe ita fieri, quia solum est quasi in fieri,
dum signatum, et ita ex hoc modo agendi et quasi eonfuse ad operandum perceptibile, minar in infinitum, et ita, licet demus ali- et 10 eo statu non pennanet nisi per instans;
nec colligitur dari mínimum in bis qualitati- ut sic dicam, et ita determinamur ad maio- quid semper simul fieri in instanti, tamen nam immediate post illí adiungitur aliquid
bus neque non dad. At vero si agens sit :rem intensionem qua-m in rigore sit neces- rcspcctu diversorum agentium et diversarum qualitatis, et pro illo n1omento solum est in
liberum, potest pro sua libertate applicare saria ad esse actus. Deus autem, vel aliud proportionum potest illud esse minus et mi- actuali emanatione a suo agente. Quod si
vim suam ad magis vel minus agendum, et agens quod posset distincte discernere ínter nus intensum. Et praeterea ille modus agen- hoc non plaeuerit, dicendum est quotiescum-
ita, licet demus semper facere simul aliquam mínimas partes qualitatis, posset talem qua- di non videtur necessarius, quia alias, post- que qualitas incipit cum resistentia passi,
partero qualitatis, non tamen eertam, sed pro litatem in quolibet minimo gradu effieere, incipere suecessive et per ultimum non esse,
et saltero respeetu Dei non repugnaret uni- quam ugens in instanti produxit illam par-
suo arbitrio potest faeere minorem et mi- tardius autem vel velocius, iuxta maiorem
cum etiam indivisibile solum fieri. tem qualitatis in passo, multo magis supera-
norem; unde ex hoe modo agendi non col- vel minorem proportionem inter activitatem
ligitur minirnwn, sed potius oppositúm. 16. At vero quando hae qualitates produ- bit resistentiam eius quam antea; ergo plu.-· et resistentiam. Et tune etiam illud indivisi-
15. Atque hoc idem dieendum est de ac- cuntur cum resistentia passi, vel ab agente res etiam aget in quolibet ínstanti quam in bile potest incipere per ultimum non esse
tibus nostris vitalibus, quatenus a libertate limitatae virtutís, tune videtur magis neces- illo, quod repugnat suecessioni. Immo nulla quia non incipit adaequate et per se solum'
pendent et in instanti in nobis fiunt. Veri- saria suceessio et inceptio per ultimum non esset sufficiens ratio suecessionis, quia in sed sirnul eum aliis partibus et ad moduU-:
similius enim est non esse in potestate no- esse. Dieunt vero aliqui etiam tune semper eodem instanti in quo ille gradus produci- earum, sicut in successione extensiva neces-
stra effieere solum aliquem indivisibilem ter- inu·oduci prius aliquem gradum seu partem tur, manet agens cum eadem vel maiori sario dicendum est.
630 Disputaciones metafísicas

18. Con esto, pues, se ha dado respuesta, no sólo a la razón indicada, sino
también a todos los fundamentos que quedaron pendientes de la sección ante-
rior. También se ha resuelto la segunda razón, con la inducción que en ella se
hacía, ya que la intens'.ficación de la cualidad no es una d ispos:ción para ella, sino
cierta integridad suya, y, por eso, se requiere una determinada intensidad para
su perfección consumada, pero no para _su existencia en absoluto.

El término máximo de la intensificación


DISPUTACION XLVII
19. Las cualidades naturales exigen un término en cuanto a su magnitud.-
Con lo dicho se responde también fácilmente a la tercera razón, en la cual se
LA RELAC!ON REAL EN GENERAL
toca la segunda parte principal de esta cuestión, que se refiere al término má-
ximo de la intensificación. Pues hay que decir que las cualidades de orden na-
tural determinan para sí mismas un grado preciso de intens:dad máx:ma, a la
cual pueden llegar de manera natural. Ya porque cada cosa determina para sí
un modo preciso de perfección intrínseca, cual es la intensidad; ya también por- RESUMEN
que estas cualidades están adaptadas a sus formas sustanciales, de las que son
propiedades, o a sus agentes naturales finitos, por los que pueden ser producidas. La presente disputación, que ocupa un lugar destacado en la doctrina meta-
Por este motivo no se da una razón semejante a propósito del término en la par- física de Suárez, puede articularse así:
vedad, ya porque una cosa que en su estado natural exige una determinada l. La relación en general: existencia, esencia y división (Sec. 1-4),
integridad, en el preternatural e imperfecto conserva de su entidad lo que puede,
aunque sea minimo, ya también porque el agente finito, aun cuando no pueda 11. La relación predícamental: definición esencial, sujeto, fundamento y tér-
rebasar la perfección determinada del efecto, no obstante, dentro de ese término, mino (Sec. 5-9).
puede producir un efecto cada vez menor. Y he hablado de las cualidades natu- lll. División aristotélica de los entes relativos, basada en un triple funda-
rales, porque las sobrenaturales y esencialmente infusas no tienen un término mento (Sec. 10-15).
definido en su aumento, por unas- razones especiales en cuya considerac:ón se IV. ¿Puede ser una relación término de otra relación? (Sec. 16).
ocupan más extensamente los teólogos. También he hablado de esta intens'.ficación V. Estructuración del predicamento "relación'' (Sec. 17).
en sentido natural, puesto que Dios, por su potencia, podría intens:f:icar cada vez VI. Propiedades de la relación (Sec. 18).
más semejantes cualidades, ya que no parece que en esto vaya implicada ninguna
contradlcción. Y lo dicho es suficiente acerca de las cualidades. SECCIÓN

Comenzando por el problema de la existencia misma de la relación, Suárez


18. Ex his ergo satisfactum est, et illi
enumera hasta cinco motivos de duda (1-7), pasando luego a exponer tres opinio-
etiam quia hae qualitates commensurRntur
rationi, et ornnibus fundarnentis relicti'l in substantialibus formis, quarum sunt proprie- nes diferentes: no existen verdaderas. relaciones reales (8); existen, pero no cons-
sectione praecedenti. Secunda item ratio, cum tates, vel naturalibus agentibus finitis, a qui- tituyen un género especial de entes (9); se dan en las cosas creadas relaciones
inductione quae ibi fiebat, expedita est, narn bus fieri possunt. Et ideo non est si.milis reales que constituyen un predicamento propio y especial (10). Esta última es la
intensio qualitatis non est dispositio ad il- ratio de termino parvitatis, turn quia res quae opinión más admitida, que se demuestra por las enseñanzas de la fe católica y por
larn, sed quaedarn eius integritas, et ideo in suo naturali statu postular certam inte-
deterrnínata intensio requiritur ad eius con- gritatem, in praeternaturali et imperfecto re- argumentos de razón (11-15).
sumrnat"lm perfectionem, non vero simplici- tinet id quod potest su<J.e entit:His, quantum-
ter ad illius esse. vis mínimum 5it; tum etiam quia agens fi- SECCIÓN 11
nitum, licet non possit excedere cert1m per-
De termino maximo intensionis fcctionem effectus, tatuen intr1 illum termi- El aclarar córno se distingue la relación real predicarnental de la sustancia y
num potest rninorem et minorem effectum de todos los accidentes absolutos resulta necésario en sumo grado para explicar
19. Qualitates naturales quoad magnitu~ producere. Locutus sum autem de qu11itati-
dlnem tenninu>n vendicant.- Ex quo etiam bus naturalibus, quia supern<J.turales et per
la realidad y la naturaleza de las relaciones creadas (1 ). A este respecto, Suárez
facile respondetur ad tertiam rationem, in se infusae non habent definitum terminum expone y rechaza cuatro ·opiniones diferentes (2-10), deteniéndose más en otra
qua tan~!Ítur secunda pars praecipua huius sui augmenti, propter peculiares r1tiones -segu.tda por muchos teólogos, sobre todo por los nominalistas-, que defiende
quaestionis, quae est de termino m'.lximo in- quas latius theologi considerant. Locutus sum la distinción de razón con fundamento en la realidad, entre la relación y su fun-
tensionis. Dicendum est enim qualitates na- etiam de hac intensione ex natura rei, quia
turalis ordinis determinare sibi certum gra- Deus per suam potentiam posset magis ac
damento absoluto (11-17) y, sin aprobar la distinción entre el "ser-en" y el "ser
dum summae intensionis, ad quam possunt maf!is huiusmodi qualitates intendere, cum en orden a" de la relación ( 18-21 ), admite la indicada sentencia nominalista (22 ).
pervenire ex n'.ltura reí. Tum quia unaquae- nulla implicatio contradictionis in hoc esse Por último, responde a los fundamentos de las otras opiniones (23) y a los argu-
que res deterrninat sibi certum modurn per- videatur. Et haec de qualitatibus dixisse suf- mentos pendientes de la sección 1 (24-25).
fectionis intrinsecae, qualis est intensio. Tum ficiat.

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