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I. GENERALIDADES
II. CONCEPTO
III. PROCEDIMIENTO
I. ANTECEDENTES
Cabe señalar que, la excepción de naturaleza de juicio fue utilizada también para
llenar el vacío normativo ante la ausencia de la excepción de naturaleza de
acción, pues como lo señala Mixan Mass: “el magistrado en lo penal enfrentaba
el problema consistente en que resultaba evidente que muchas veces, la acción
penal se ejercitaba respecto de hechos que no estaban previstos como delito (…)
entonces el magistrado desarrolló la creatividad al hacer una interpretación
evolutiva de la excepción de naturaleza de juicio”.
En efecto, sino estaba prevista la excepción de naturaleza de acción, no existía
ningún medio de defensa técnico que permitiera resolver los casos en los que el
hecho denunciado no era delito y evidentemente no era justo ni razonable
esperar a la conclusión del proceso para advertir dicha situación. Es por ello
que, los jueces con muy buen criterio como lo señala Florencio Mixan
consideraron que: “La excepción de naturaleza de juicio procede cuando se abre
instrucción por hecho no previsto en la ley penal como delito”.
Así las cosas, como indica el maestro San Martín Castro: “La Corte Suprema,
pese a los reparos de un sector de la doctrina que afirmaba que se rebasaba el
texto y sentido de la excepción de naturaleza de juicio, fijó definitivamente la
doctrina jurisprudencial de que dicha excepción puede ser deducida no
solamente por la equivocada tramitación procesal de la denuncia, sino también
por considerar que los hechos imputados no tienen carácter penal”.
II. CONCEPTO
Las excusas absolutorias son las previstas en el artículo 208 del CP, dónde se
refiere que no son reprimibles los hurtos, apropiaciones, defraudaciones o daños
que se causen: los cónyuges, concubinos, entre otros. A su turno, las causas de
justificación están contempladas en el art. 20 de CP bajo el nomen iuris de
“causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal”, entre las cuales
tenemos: las causas de inimputabilidad, minoría de edad, legítima defensa, entre
otros, que ha decir de FIDEL ROJAS VARGAS son permisos legales que
concede el estado para obrar típicamente, vulnerando bienes jurídicos de otras
personas. Finalmente, las condiciones objetivas de punibilidad, a decir de
IGNACIO BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, son requisitos que el
legislador ha añadido en los correspondientes preceptos legales, pero que no
pertenecen al tipo del injusto ni a la culpabilidad se caracterizan por su
formulación positiva, condicionan directamente la pena o la entidad de la pena,
sin que deban ser abarcados por el dolo del autor. Verbigratia, , el delito de
falsificación de documentos cuando exigen la condición “perjuicio”, el delito de
TID (Tráfico Ilícito de Drogas) cuando exige determinadas cantidades, pues de
lo contrario podría tratarse del autoconsumo que no es penado, o el delito de
contrabando cuando se establece su punibilidad cuando sobrepasen las 4UIT
(Unidad Impositiva Tributaria).
Esta excepción procede cuando el hecho punible ha sido objeto de una resolución firme,
nacional o extranjera contra la mima persona (artículo 6.1 CP). Siguiendo a MIGUEL
FENECH debemos entender como cosa juzgada al efecto de un proceso terminado, no de
un acto procesal como es la sentencia, solo así podemos hablar de la procedencia del
recurso de revisión. La constitución consagra en el artículo 139 inciso 13: son principios y
funciones de la función jurisdiccional: (…) la prohibición de revivir procesos fenecidos con
resolución ejecutoriada. La amnistía, el indulto, el sobreseimiento definitivo ya la
prescripción producen los efectos de la cosa juzgada. A su turno, el código penal señala en
el artículo 78 inciso 2: la acción penal se extingue por autoridad de la cosa juzgada; y, en el
artículo 90: nadie puede ser perseguido por segunda vez en razón de un hecho punible
sobre el cual se falló definitivamente. Finalmente el nuevo CPP refiere en el artículo III del
título preliminar: nadie puede ser procesado, ni sancionado por un mismo hecho, siempre
que se trate del mismo sujeto y fundamento. Este principio rige para las sanciones penales y
administrativas. El derecho penal tiene preminencia sobre derecho administrativo.
En la doctrina encontramos dos acepciones que hacen referencia a esta excepción: los
principios de Ne bis in ídem y Res Iudicata, de los cuales no existe consensó sobre
igualdad; sin embargo, para efectos prácticos nos limitaremos a señalar su importancia
siguiendo las palabras del maestro argentino Julio B.J. Maier la importancia moderna del
(os) principio (s) y toda su elaboración jurídica reside en su significado como garantía de
seguridad individual propio de un derecho penal liberal, de un Estado de Derecho, a pesar
que no aparece que el (los) principio (s) fuera (n) desconocido (s) en la antigüedad. No
obstante ello, cabe aclarar que la cosa juzgada no se limita a impedir que una persona pueda
ser penada varias veces por un mismo hecho, sino que, también impide que alguien pueda
ser perseguido penalmente más de una vez por el mismo hecho, a estos alcances la doctrina
los ha denominado cosa juzgada material y procesal, respectivamente. Para su procedencia
se requiere que exista identidad de derecho (objetiva) y de sujeto (subjetiva), es decir se
requiere que el delito y la persona imputada sean los mismos, en el primer caso no importa
la distinta calificación que se hubiera realizado, además ALBERTO BINDER refiere que
de haber identidad de acción, esto es que las acciones obedezcan al mismo propósito.
Finalmente una palabra clave prevista en nuestro ordenamiento es que se trate de una
resolución judicial firme, entendido por ello a la que da por concluido el proceso de manera
irresistible y no es susceptible de impugnación alguna.
EXCEPCIÓN DE LA AMNISTÍA
Esta institución ha sido duramente criticada en la doctrina por su regulación, así Luis E.
Roy Freyre, allá en 1996, sostenía el otorgamiento de amnistía atendiendo a la experiencia
legislativa peruana y latinoamericana debe tener un límite lo más preciso posible. En
nuestro criterio, solo debe concedérsele a los actos supuestamente delictivos que tengan
como significado el ejercicio del derecho del pueblo a la insurgencia en defensa del orden
constitucional. En todo caso, jamás la amnistía podrá beneficiar comportamientos, que lejos
de asumir la apariencia de criminalidad que las circunstancias políticas explican, por el
contrario constituyen, dad su inherente atrocidad, violaciones inolvidables de los derechos
humanos. En ese mismo sentido, Pablo Sánchez Velarde siguiendo el informe Defensorial
N° 57, refiere que la amnistía no puede ser la expresión de la arbitrariedad, sino debe ser
justificada y legitimada por el respeto a los límites que establece la constitución; en
consecuencia, la amnistía debe ser excepcional, respetuosa de los Derechos Fundamentales
de la persona y acorde con los principios de proporcionalidad y razonabilidad.
Cabe anotar, que las críticas vertidas sobre la institución de la amnistía se dan con mayor
fuerza porque en América Latina y en nuestro país, en especial, se han utilizado para lograr
la impunidad de determinados sectores. Tal es el caso de la Ley 26 479, ampliada por la
Ley 26 492, en la cual se administraba la persona civil, militar o policial que se encontraban
denunciados, procesados o sentenciados en cualquier fuero por la lucha anti-subversiva
desde mayo de 1980 al 14 de junio de 1995, quedando por ello impunes varios delitos como
la matanza de Barrios Altos, La Cantuta, entre otros.
EXCEPCIÓN DE PRESCRIPCIÓN
Esta excepción procede cuando el vencimiento de los plazos señalados por el Código Penal
se haya extinguido la acción penal o el derecho de la ejecución de la pena (Art. 6.1 e) del
CPP). La prescripción como impedimento procesal tiene un doble fundamento: el
transcurso del tiempo y la conducta observada por el sujeto. Asimismo, la norma in
comento hace referencia a la prescripción de la acción penal, como de la pena: la primera
según Luis E. Roy Freyre le pone fin a la potestad represiva, antes de que la misma haya
manifestado concretamente una sentencia condenatoria firme, lo que ocurre ya sea porque
el poder penal del Estado nunca dio lugar a la formación de la causa (cualquiera que fuere
el motivo), o porque iniciada ya la persecución se omitió proseguirla con la continuidad
debida y dentro de un plazo legal que vence sin que haya expedido sentencia irrecurrible;
en cambio, la segunda según este mismo autor es la que hace expirar la potestad punitiva
del Estado, después de haberse expedido la sentencia condenatoria, penalidad que no ha
podido hacerse efectiva en su extremo judicialmente indicado por diversos motivos (fuga
del reo, no captura o no recaptura del sentenciado, en los casos de: revocación de la
condena condicional, reserva del fallo condenatorio, semilibertad, entre otros).
I. EFECTOS