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MÁSTER EN SOCIOLOGÍA APLICADA: PROBLEMAS SOCIALES - U.C.M.

FORMAS SOCIALES DE VIOLENCIA


PROFESOR: Enrique Gil Calvo
ALUMNA: Triksia Salvador Meza

Esquema de conceptos para una comprensión de la Introducción


de “Marcos de Guerra. Las vidas lloradas”, Judith Butler

“Una vida para ser aprehendida debe reconocerse como vida. Si una vida se
aprehende como viva, entonces puede aprehenderse como dañada o perdida. Pero si
una vida no es reconocida como viva [dentro de marcos epistemológicos], entonces
tampoco se reconocerá como vida perdida.”

Butler nos introduce en los “framming” o encuadres culturales de violencia bajo los
cuales se regulan las disposiciones afectivas y éticas de modo selectivo y diferencial.

Para ello, abordará el problema desde la gnoseología1, y específicamente la


epistemología en términos foucaultianos2, y cómo ésta interviene y a la vez se ve
afectada por los marcos culturales que dictaminan lo ético y regulan nuestras
disposiciones afectivas.

A pesar de ello, y como foucaultiana, abre espacios o resquicios de luz no determinados


por el conocimiento y por los cuales hay oportunidad de revertir esa “hegemonía” de lo
ético.

Para adentrarnos en el texto vamos a esclarecer un compendio de conceptos que nos


permitirán profundizar en sus ejes críticos con los cuales nos hallaremos bajo un
sistema renovado y más amplio del humanismo legado por la Ilustración.

RE-CONOCER:
Implica una abstracción conceptual, requiere un conocimiento del fenómeno que
permite su identificación

1
gnoseología​, en su sentido etimológico griego de “gnosis” como conocimiento. Distinguiéndose de las
escuelas del gnosticismo.
2
​episteme​, para Foucault en cuanto estructura y saber arqueológico, una introducción política que
determina la verdad del episteme.
APREHENDER UNA VIDA:
Del latín “apprehendere”​ ​el prefijo ad- (hacia), prae- (antes) y hendere (agarrar).
¿Qué condiciones me permite aprehender una vida? Los marcos epistemológicos. Y si el
marco epistemológico está políticamente saturado no nos permitirá aprehender una
vida.
→Sin embargo, al ser menos preciso que el reconocimiento, se basta con una percepción
del fenómeno. Por eso​, se puede “aprehender” lo ​no-reconocido​, incluído lo que no
ofrece con antelación un marco normativo que permita un re-conocer​.

MARCOS EPISTEMOLÓGICOS:
Son los marcos de conocimiento que nos permite conocer y entender, en este caso, lo
que sería una vida. Este marco da ​las condiciones de aparición de una vida y delimita
sus posibilidades de aparición.

PRODUCCIÓN DE MARCOS-NORMATIVOS:
Los marcos producen unas normas que permiten que la vida sea aprehendida o no.
Las normas son condición del sujeto y le facilitan nombrarse, discernir y reconocerse.
Por tanto, los ​marcos normativos​ generan ontologías específicas de sujetos. Los
marcos,​ en este sentido, deciden qué vidas serán reconocibles como vidas y qué otras no
lo serán. Lo cual además de plantear un problema epistemológico, plantea un problema
ético: ¿cuáles vidas hay que reconocer?, ¿cuáles hay que proteger de la lesión y
violencia?
¡OJO! →Las normas no funcionan de modo determinista. Las normas operan entre
ellas, se hacen y deshacen. La construcción normativa de una vida necesita de trabajo y
tiempo.

VIDAS ESPECTRALES:
Hay sujetos no-reconocidos como vidas-dignas según ciertos marcos normativos.
Entonces, ¿en qué sentido la vida excede las condiciones normativas de reconocibilidad?
Aunque la vida excede la normatividad que la construye epistémicamente, no es per se
resistencia.

VIDA:
“​Mi contribución no tiene como objetivo la genealogía de los conceptos de la vida o de
la muerte​”.
Hay operaciones de poder que definen el “ser” de la vida -lo que ​es​ ​la vida. Discursos
que al enmarcar y definir la vida terminan por saturarla impidiendo su aprehensión.
Están los discursos del ámbitos de la biología molecular o neurociencias que se disputan
la definición de vida, “enmarcando” el debate en cuándo “inicia” la vida (ej.,libertad
reproductiva), y cuándo “termina” (ej.,eutanasia).
El proceso de la vida misma acarrea la degeneración y destrucción per se. “​detener este
proceso, excluir la muerte en favor de la vida constituye la muerte de la vida​.”
Nunca se ha considerado la ​precariedad​ dentro del discurso de la ​vida​ plenamente.

PERSONEIDAD:
La personeidad implica un “sujeto de derechos” basado en una concepción moral de una
persona ontogénica​ -el cual tiene un desarrollo interno de capacidades, estatus y
moralidad, donde el individuo es la medida misma para calibrar su personeidad. Una
individuación biológica.
El sujeto de derecho está protegido contra el daño y la destrucción, pero su fundamento
de personeidad es una ​ontología individualista​ del ser humano que no reconoce la vida
como precaria y dependiente -de condiciones que le sostengan.

DERECHO A LA VIDA:
El derecho a la vida recurre a una concepción moral de “personeidad”. Pero, ningún
derecho puede mantener alejados los procesos de degeneración y muerte que la vida
comporta en sí misma. Intentar controlar o administrar la vida es una pretensión de
“​fantasía omnipotente del antropocentrismo​” que busca negar la finitud del ​anthropos​.
Tampoco vale distinguir lo que ​es​ una vida humana, pues la vida humana tiene como
condición previa la animalidad: “​animal humano​”.

¿Pero, qué tipo de destrucción es éticamente relevante?

VIDA PRECARIA:
Toda ontología está mediada por interpretaciones socio-políticas debido a que la
existencia corporal está expuesta y en el mismo sentido entregada a otros, a normas
externas, a organizaciones sociales y políticas, etc., que maximizan la precariedad de
unos y minimizan la precariedad de otros.
Tampoco se trata de proteger o asegurar las condiciones de la vida por ser
ontológicamente precaria. Hegel ya previene sobre esto de aprehender la vida como
precaria para protegerla, pues solo puede potenciar el deseo de destruir vidas
vulnerables, potenciando la violencia. El fin es aportar una nueva ​ontología corporal​.

ONTOLOGÍA CORPORAL:
Pensar el “ser” del cuerpo nos coloca fuera de la dicotomía mente-cuerpo, la dicotomía
asentada sobre la racionalidad que nos emancipa de un cuerpo llevado por pasiones
mundanas. Se antepone, entonces, la ​corporalidad​ como base de la existencia.
Ser cuerpo es estar expuesto, nos anuncia una vulnerabilidad, dañabilidad y exposición
a un modelado normativo y social. El ​ser del cuerpo​ anuncia una dependencia al otro,
una ​ontología social​ frente a una ​ontología individual.​ Esta interdependencia en común
rebasa la categoría de identidad.

PRECARIEDAD COMPARTIDA:
Que mi ​ser social​ implique una exposición, implica también una existencia compartida y
dependiente de apoyos para su subsistencia, su persistencia y prosperidad como vida.

MARCOS DE RECONOCIMIENTO/RECONOCIBILIDAD:
Las normas de reconocimiento, la reconocibilidad se articula históricamente, es
modificable. La reconocibilidad es el modo general, las condiciones que permiten el
acto de reconocimiento, la preceden.
Mientras el reconocimiento, como acto no plantea un desafío en sí, sino que es el marco
normativo ya existente los que asignan un reconocimiento diferencial y excluyente.
¿Qué podría hacerse para cambiar los términos de reconocibilidad?
La reconocibilidad describe las bases del reconocimiento emprendido por dos sujetos
(acción recíproca-no unilateral). La reconocibilidad no es cualidad del individuo, va más
allá del individualismo, y como potencial universal, la reconocibilidad pertenece a todas
las personas y no sólo a la construcción histórico política de individuo.
La reconocibilidad constituiría un apriori[antes] histórico, prepara los esquemas de
inteligibilidad (produce normas y condicionantes) pero son cambiantes, parciales y
producen sombras: figuras vivas fuera de las normas “​está viva pero no es vida”​. Ese
sujeto es exclusión de la norma. Pero también será sujeto inculpado de fraudulencia a la
norma. El marco bajo su interpretación encasilla y culpabiliza a la persona por
conclusión lógica.
¿qué excede al marco? Si el marco realmente no incluye el escenario que supone va a
describir, ya que algo ocurre que no se amolda a la establecida forma de comprender.

LA REPRODUCTIBILIDAD DE OBRAS DE ARTE SIN CONTEXTO


W. Benjamin cuenta que la reproducción de las obras de arte no sólo deterioran el
contexto pero también un desplazamiento crítico. En el caso de la fotografía bélica,
vemos que su circulación no sólo lo aleja de su contexto, sino que crea nuevos contextos
ahí donde llega, a la par que rompe el contexto original del acontecimiento.
La fotografía como marco circulante necesita romper con su contexto (espacio y tiempo
que lo conforma)pues para hacerse comunicable necesita un adentrarse en un nuevo
contexto. Este autorromperse del marco circulante con la reproductibilidad técnica
posibilita una instrumentalización crítica del marco (lo que se da por su puesto en uno,
se critica en otro). Es decir, que es un marco que evade su contexto que trata de
definirlo, normativizarlo. Esta evasión del contexto puede liberar al marco de mecánicas
de control, de una instrumentalización política autoritaria del contenido, seáse de una
cobertura mediática global (ej.: fotos de guerra que fuera de su contexto normalizado,
puede causar mayor impacto). Son los marcos productores de normas los que reafirman
una hegemonía. Por eso se hace necesario nuevos marcos de vida que rompan la
hegemonía con fin de establecer su vida como reconocible.

¿Cómo aprehender el carácter precario de las vidas perdidas para producir una
respuesta ética y política?
Habría que incluir la precariedad no sólo en lo que se reconoce como vida, sino que debe
adquirir una forma de política social. Además un nivel de reconocimiento amplio de la
precariedad de la vida, incluyendo su dañabilidad y muerte remarcar nuestra
dependencia al otro, nuestra ontología social., lo cual también constituyen una
obligación hacia los demás.

DUELO:
Si concluímos que el propio nacimiento es precario, pues sobrevivir depende una red,
implica que celebrar una vida implica a su vez que su pérdida es comprendida como
motivo de duelo, pues esa vida importa y por tanto es digna de ser llorada.
Si ya la precariedad anuncia que la vida está expuesta a la no-vida, ¿cuándo la vida es
considerada motivo de duelo? La capacidad de que una vida pueda ser llorada es
anterior y posibilita la aprehensión de la vida como precaria. En otras palabras, es la
posibilidad de la muerte como afección la que da valor a esa vida [vida precaria].

VIDA VIVIBLE:
¿Quién decide, qué patrones y normas, y sobre quién recae lo que es y no es una “vida
vivible”?
Va más allá de una cuestión política de suministrar condiciones, es la postura de una
ontología social de la vida precaria. El discurso de la protección presupone un contexto
donde los derechos son reconocidos como tal y se pueden presuponer. Pero allí donde la
protección no está asegurada, la vida precaria constituye un fundamento igualitario que
hace de obligación social positiva el hacer una vida más vivible (formas de apoyo social y
económico).
Pero una vida vivible en estos términos no hace distinción entre vidas dignas de vivir y
vidas merecedoras de destrucción. La precariedad de la vida como condición general, no
alude a la vida en sí, sino a sus condiciones de ser, como animales humanos de ontología
social y dependientes. Sólo aceptando esta condición de ser podemos sostener la vida y
hacerla prosperar.
La noción de vida precaria erosiona el constructo antropocéntrico de individualidad, por
eso esas condiciones que constituyen el ser de la vida se torna una responsabilidad
política, nuestra decisión ética más radical.

VIDAS DIGNAS DE SER LLORADAS:


Si la vida surge y se sostiene en unos marcos de condiciones de vida, sin esos marcos no
podemos reconocer una vida, pero sin ellos tampoco podemos sostener esa vida. Por eso
los marcos actuales, dentro de su encuadre de protección que presupone derechos, y que
inculpa a los excluídos, operan para políticas de encarcelamiento, de inmigración, de
racismo institucional pues han creado una versión icónica de la población y de lo que
está legítimamente valorado como vida -dentro de ese encuadre- y por ende, digno de
llorar y de duelo.
El poder militar en este sentido dentro de sus cometidos está el de maximizar la
precariedad de los demás mientras minimizan la precariedad del poder custodiado.

PRE-CARIDAD:
Esta condición inducida políticamente de maximizar la precariedad en poblaciones
faltas de redes sociales de apoyo y económico, ​“son las vidas que no se consideran
susceptibles de ser lloradas ni valiosas, están hechas para soportar la carga del
hambres, del infraempleo, la desemancipación jurídica y la exposición diferencial a la
violencia y la muerte.​”
Estas vidas pre-carizadas políticamente tienen que apelar al Estado por protección, pero
con ello se exponen a la violencia del Estado-nación y cambian una violencia por otra.

CAPACIDAD DIFERENCIAL
Distintas maneras de repartir selectivamente la experiencia dentro de unos marcos que
encasillan y manipulan. En el caso de los marcos de guerra intentan controlar y
potenciar esta capacidad diferencial/selectiva de vidas que deben llorarse y las que no.
Es bajo estos marcos donde se materializa la guerra y dan razón a su funcionamiento

De esta manera, la guerra contra el Islam ha planteado en Europa la necesidad de una


política coercitiva de la inmigración y una necesidad de reflexionar desde la izquierda
nuevos marcos de multiculturalismo a la luz de la violencia del Estado(uso violento de
soberanía, sistemas jurídicos de seguridad nacional). Así, también los marcos de la
izquierda necesitan ser reformulados en torno a esta ontología de la vida precaria.
Considerar la precariedad como necesidad de compromiso de un supervivencia
igualitaria.
Si bien pensar desde el cuerpo implica pensar la precariedad humana como irresoluble,
pues en cuanto existen dejarán de existir, vivir es un peligro desde el principio. La
vulnerabilidad corporal nos lleva a pensar en un dependencia no sólo deseada y
libidinal, sino a una no deseada e incluso perjudicial. Por tanto, el riesgo está
incorporado a esta vida corporal, finita y precaria. La dominación es un riesgo inscrito
en esa relación de vulnerabilidades con otros cuerpos precarios.
La precariedad compartida no lleva al reconocimiento recíproco de forma innata, sino a
un contexto bélico, donde hay vidas que no se reconocen sino como destructibles,
perdibles y vistas como amenaza, se racionaliza su pérdida como necesaria para la
protección de otras.
La ontología de la individualidad no permite pensar esta interdependencia, aunque
sigan siendo válidos principios liberales como los de igualdad y universalidad, en el
sentido que están aún por realizar y que hay poblaciones que no tienen la misma
consideración de sujetos-vidas.
Por tanto la precariedad atravesaría categorías identitarias dando base a una alianza que
se oponga a Violencia Estatal que produce, explota y distribuye precaridad para su
beneficio y la defensa territorial.

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