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1. ¿Cuáles fueron las características del renacimiento?

 Es característico de esta etapa de la humanidad el surgimiento de hombres


que se interesaban por diferentes aspectos de la ciencia, y que también se
ejercitaron y destacaron en las artes: tal es el caso de Leonardo da Vinci o
de Copérnico.
 Se buscan explicaciones racionales para los acontecimientos naturales y
sociales, dejando de lado cuestiones religiosas. En este sentido fue
paradigmático el enfrentamiento que tuvo el físico y astrónomo Galileo
Galilei, por desafiar las ideas hasta entonces imperantes que consideraban
a la Tierra como el centro del sistema solar.
 Renació el individuo porque, en oposición a las doctrinas medievales que
enseñaban el teocentrismo, este se convirtió en el centro de atención. El
hombre, tomado individualmente, es lo que más vale; en cierta forma, el
hombre del renacimiento sentía que había recuperado su libertad.

2. ¿Quiénes fueron sus representantes y por qué se caracterizan?


 Giordano Bruno: A Giordano Bruno se le recuerda cómo el más importante
de los escritores, porque él simboliza la síntesis de ciencia, filosofía,
religión y magia, que representaba la cultura del renacimiento.
 Leonardo Da Vinci: A él se le considera pionero de la modernidad, ya que
incursionó en varios campos y en todos lo hizo acertadamente.
 Nicolás Copérnico: Fue un astrónomo que cambió por completo la imagen
de nuestro sistema solar. Hasta el siglo XIII estuvo vigente la teoría
geocéntrica de Aristóteles y Tolomeo. en el siglo XIV se empezó a
cuestionar dicha teoría y un siglo después, con Copérnico, se impuso
definitivamente la teoría heliocéntrica.
 Galileo Galilei: Sus descubrimientos iniciaron la formación de la física
clásica. Él se inclinaba por un método que comprendiera varias etapas: la
inductiva, la deductiva, la compositiva y a resolutiva.

 Francis Bacon: fue un célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés,


padre del empirismo filosófico y científico. Desarrolló en su De dignitate et
augmentis scientiarumn (De la dignificación y progreso de la ciencia)
una teoría empírica del conocimiento y precisó las reglas del método
científico experimental en su Novum Organum, lo que hizo de él uno de
los pioneros del pensamiento científico moderno.
 Nicolás Maquiavelo: fue un diplomático, funcionario público, filósofo
político y escritor italiano, considerado padre de la Ciencia Política
moderna. Fue asimismo una figura relevante del Renacimiento italiano. En
1513 escribió su tratado de doctrina política titulado El príncipe,
póstumamente publicado en Roma en 1531.
 Giovanni Pico Della Mirándola: fue un humanista y pensador italiano. Es
más conocido por los eventos acaecidos en 1486, cuando a la edad de 23
años propuso defender 900 tesis de religión, filosofía, filosofía de la
naturaleza y magia contra todos los prometedores, a lo que escribió Oratio
de hominis dignitate, que ha sido llamado como el Manifiesto del
Renacimiento, y una clave de textos sobre el humanismo renacentista, a lo
que llamó la Reforma hermenéutica.
 Tommaso Campanella: Escribió, entre otras muchas obras, una defensa
de Galileo y el tratado utópico La ciudad del sol (compuesto durante su
larga estancia en la cárcel por una conjura antiespañola, la misma causa
que el economista Antonio Serra), donde describe un Estado teocrático
universal basado en principios comunitarios de igualdad.

3. ¿Qué fue la nueva ciencia moderna?

Aunque la consolidación definitiva de la ciencia moderna tuvo lugar en el


siglo XVIII (mecánica de Newton) y el método científico su expresión con
Galileo, en el Renacimiento, se asientan las bases de la consideración
científica de la naturaleza.

El modelo mecanicista (afirmación de que el universo es un conjunto


mecánico sometido a leyes que pueden conocerse gracias a las
matemáticas no sería posible sin el heliocentrismo. Con él desaparece la
idea de la Tierra como centro del universo y, por lo mismo, la distinción
entre mundo sublunar y supralunar.

Explicaciones que satisficieron durante siglos, pero había llegado el


momento en el que la realidad parecía desmentir su doctrina, la cual no
tenía respuestas para ciertos hechos, y sólo el peso de la autoridad
eclesiástica la mantenía en pie. Los descubrimientos geográficos
demostraron que Ptolomeo se equivocaba, por lo que cabría la posibilidad
de que los presupuestos astronómicos también fueran erróneos. Tras la
publicación de la obra de Copérnico en la que éste exponía su teoría
heliocentrista (póstumamente y con notas del editor quitándole importancia
a la teoría, por miedo a represalias), una serie de científicos del S.XVI-XVII
se atrevieron a defender públicamente la hipótesis copernicana, entre los
que destacan Galileo y Kepler. Se realiza en este ámbito la revolución
científica, que busca un cambio de modelo o paradigma científico. En cierto
modo, estos científicos retornan a los ideales científicos del platonismo y
pitagorismo que habían sido recuperados en la época renacentista. Se
basan en su ideal de matematización del universo. Crean así una ciencia
mecanicista que sustituye al conocimiento escolástico impregnado de
teología y especulación. La principal aportación de Kepler es la enunciación
de las leyes del movimiento planetario, mientras que Galileo destacó en el
estudio de la mecánica terrestre y la invención del telescopio. Pero en
general sus aportaciones fueron mucho más relevantes:

Nueva visión del universo, opuesta al cosmos cerrado y geocéntrico de


Aristóteles;

Nueva actitud ante la realidad, donde el hombre ya no es el centro del


universo y la razón ha adquirido nuevos derechos (ver opinión de Kant al
respecto, pág.203);

Nueva metodología científica, que se convertirá en modelo e ideal para


los filósofos de los siglos siguientes.

4. ¿Explique cuál fue el problema principal de este periodo histórico del


renacimiento?
Se da un movimiento de liberación donde las artes, la cultura, las ciencias,
las letras, la propia vida de los pueblos, sufrió una sacudida en busca de la
belleza y la verdad.
En la filosofía política se ven ciertas rivalidades entre estados nacionales,
crisis internas y la colonización de américa.
Se renueva el interés por los problemas acerca de la naturaleza y la
moralidad del poder político.
El humanismo enfatizó la centralidad de los seres humanos en el universo.
La filosofía de la naturaleza del renacimiento quiebra la concepción
medieval en términos de fines y ordenamiento divino.
El núcleo ideológico del renacimiento es el humanismo, se centra en el
hombre y tiene como finalidad el hombre.

5. Resuma a Francis Bacon.


Los ídolos: Para definir su postura en oposición a la filosofía y proponer un
nuevo método de
Acceso al saber, Bacon escribió el Novum organon, una nueva lógica que
sustituiría a la de Aristóteles, conocida como El Organon. Una de las tesis
principales de la obra es que antes de iniciar con una investigación que
conduzca a un conocimiento auténtico, el hombre debe deshacerse de los
ídolos, es decir, de los prejuicios que impiden el desarrollo libre del
pensamiento y el progreso del saber humano. Bacon distingue cuatro tipos
de ídolos:
1. Ídolos de la especie (Idola tribus): Consisten en concebir todo de manera
antropomórfica.
Por ejemplo, pensar en Dios como si fuera un hombre, con sentimientos e
ideas similares a los nuestros, o creer que los animales sienten tristeza,
alegría o amor tal y como nosotros los sentimos.
2. Ídolos de la caverna (Idola specus): Consisten en pensar que todo debe
ser como yo lo comprendo desde mi “cueva”. Son el tipo de prejuicios que
llevan
A la gente a creer que sus costumbres, gustos, ideas y creencias son los
únicos válidos.
3. Ídolos de la plaza pública (Idola fori): Son los ídolos o prejuicios que
derivan del abuso del lenguaje. Un ejemplo son los discursos emotivos o
muy bien formulados, pero cuyo fin es engañar o manipular a quienes los
escuchan.
4. Ídolos del teatro (Idola theatri): Son los prejuicios que derivan de la
creencia de que todo conocimiento debe provenir de las autoridades. Por
ejemplo, creer en nuestro tiempo que una posición política es buena sólo
porque la sostiene un periodista famoso.
Estos cuatro ídolos tienen en común el problema de obstaculizar el
progreso del conocimiento. Sirven de dique para no ver o no aceptar lo que
la evidencia nos muestra sobre la realidad.
Seguramente si examinas tus propios “ídolos” te darás cuenta cómo
muchos de ellos todavía siguen obstaculizando nuestro acceso al
conocimiento. Entonces como ahora, criticar estos prejuicios era importante
para abrir paso a la aceptación de los conocimientos que provenían de la
ciencia. Promover un cambio de mentalidad fue el mayor mérito de Bacon
en el camino hacia una nueva forma de conocimiento del mundo, la
investigación científica.

Ciencia y método: la idea central del pensamiento baconiano sostiene que


el hombre puede dominar la naturaleza y que el instrumento adecuado para
ese dominio es la ciencia.
Intentó corregir las ideas aristotélicas predominantes en su tiempo,
estructurando básicamente dos cuestiones:
- Un procedimiento para la realización de inducciones progresivas y
graduales.
- Un método de exclusión de factores, gracias al cual se hizo expedita
la producción de todo conocimiento científico.
Bacon cambió radicalmente el mundo de la ciencia, pues fue el primero en
proponer la manera como debe proceder un científico: observando,
experimentando, registrando sistemáticamente y formulando enunciados
concretos. Tal procedimiento constituye la base de la inducción, para lo
cual elaboró sus tres famosas tablas de la investigación:
TABLA DE Agrupa casos concordantes y elimina los
PRESENCIA aspectos que no son compatibles con la
generalidad.
TABLA DE Agrupa aspectos negativos de la generalidad con la
AUSENCIA intención de eliminarlos cuando aparecen en
ausencia de dicha generalidad.
TABLA DE Agrupa aspectos en los que la generalidad se
GRADOS manifiesta en mayor o en menor grado, eliminando
aquellos aspectos que no resienten cambio alguno
ante la variación cuantitativa de la generalidad.

Práctica de la experimentación: Bacon se propuso a regular la práctica de la


observación y experimentación de manera que investigador dispusiera de
una orientación concreta. Así opinaba que cuando se quisiera tener
seguridad de la forma o esencia física de ciertas propiedades, sería
conveniente práctica el experimento con tres variantes.
En primer lugar habría que observar los casos en los cuales si se presenta
la propiedad o el fenómeno que nos interesa.
Después habría que preparar el experimento de manera que aparecieran lo
casos donde no se da el fenómeno.
En tercer lugar estaría la preparación del experimento, de manera que se
pudieran apreciar las circunstancias que influyen en las variaciones
cuantitativas del fenómeno.
Por último hablaba de una cuarta variable que se podría llamar tabla de
exclusión o de separación.
6. Resuma a Nicolás Maquiavelo, Tomas Moro, Giovanni Pico della
mirándola y Tommaso Campanella.

Tomás Moro: El proceso de progresiva secularización de la sociedad, así


como la crítica a la inadecuación de las instituciones políticas y
eclesiásticas que culminaron en la Reforma, exigían una nueva manera de
plantearse el problema de la relación entre lo público y lo privado o, lo que
es lo mismo, la cuestión de la articulación entre la esfera de la moral y la de
la praxis política en la que la primera ha de tener lugar.

Utopía está dividida en dos partes. En la primera, escrita después de la


segunda, Moro se lanza a una enérgica crítica de la situación política y
social de Europa, centrándose especialmente en la Inglaterra de mediados
del siglo XVI. Todos los males que acechan al hombre no son producto de
un designio divino ni surgen de su propia naturaleza. En contra de la tesis
mantenida por Hobbes (homo homini, lupus), Moro afirma la bondad e
inocencia connaturales al hombre. Todo desorden y mal moral es siempre
fruto de una mala organización y gestión de lo público. Son las instituciones
y organizaciones sociales y políticas las responsables de la entidad moral
de los sujetos que bajo ellas se desarrollan. Nuestros destinos no dependen
de ninguna finalidad inmanente (formas, esencias, naturalezas) o
trascendente (Dios, inmortalidad, etc.) a nosotros mismos. Antes bien, el
bien y el mal morales se juegan siempre en el tablero de lo histórico, es
decir: en lo político y social mismos.

Giovanni Pico Della Mirandola: Pico no puede deducirse una idea sobre
el derecho, salvo que se hagan saltos en el juicio incomprensibles. En
realidad, Pico no era un teórico del derecho, porque no pudo serlo. En su
tiempo, el derecho de Italia era un caos de elementos apenas enumerables.
Destacaban en su interior las normas consuetudinarias de origen
germánico, que se habían fundido con la cultura jurídica de la Italia
renacentista; los residuos del antiguo derecho romano, que ya en el siglo
XV había sido recepcionado en las universidades italianas, francesas y
españolas; las incontables y diversísimas normas particulares de los
príncipes y las repúblicas italianas... Por otra parte, las reflexiones
filosóficas sobre el derecho que se habían hecho en la Edad Media no
destacaban precisamente por su novedad y profundidad. Justamente en
el Renacimiento empezaron a releerse los escritos filosófico-jurídicos de los
escritores griegos y romanos, tales como Séneca y Cicerón. Y aunque Pico
fue aficionado a Platón, y no desconoció a Cicerón ni a otros pensadores
antiguos que se hubieron ocupado del derecho, en realidad era una
cuestión que aparentemente no le importaba mucho. Puede reprochársele
este descuido, pero quizá merezca disculpa, en atención a la brevedad de
su vida y a la multiplicidad de los temas que a pesar de todo estudió.
Este pensamiento dice que detrás de todo derecho, y por ende detrás de
toda filosofía del derecho, hay una visión del hombre y de sus valores,
especialmente de la justicia, sea cual sea dicha visión. En este sentido, es
inevitable identificar la teoría del derecho que tiene por objeto
los sistemas jurídicos de tipo occidental con una visión del hombre
determinada

Tommaso Campanella: Campanella fue evolucionando desde su


aristotelismo inicial a un platonismo, más bien un neoplatonismo, cada vez
más marcado, con fuerte tendencia hacia la mística y los conocimientos
ocultos. Para él filosofar no era sino leer el “libro de Dios” que, en definitiva,
no es sino la propia creación, la Naturaleza. Este conocer no sería un mero
conocer a través de los sentidos, sino más bien penetrar en la íntima
esencia de las cosas, una suerte de conocimiento intuitivo que permitiría
captar íntima y directamente la verdad de las cosas, romper la barrera entre
lo externo y lo interno y penetrar en el proceso vital de la propia naturaleza.
Se trataría de pasar del conocimiento de los sentidos, meramente formal y
externo, a una sabiduría mucho más profunda y trascendente.

Muy en la línea neoplatonista, considera que todas las cosas están vivas y
animadas y, de alguna forma, todas ellas poseen una cierta conciencia o
sabiduría innata por la cual se reconocen y muestran su apego a su propia
existencia. A su vez, todas las cosas influyen mutuamente entre sí,
comunicándose y transformándose continuamente en un proceso continuo
e inacabable. El mismo hecho de conocer es simultáneamente una pérdida
y una adquisición. Para Campanella, ser es saber, pero al adquirir
conocimientos adquirimos lo diferente a nosotros, lo que no era nuestro
todavía, y así quedamos modificados. Todo conocimiento implica un
cambio, una forma de transformación, que significa la “muerte” de lo que
éramos para pasar a convertirnos de alguna forma en un nuevo ser, pero
como el conocimiento que busca el filósofo es el de la obra de Dios, la
creación, al adquirirlo nos transformamos en ella misma, impregnándonos e
identificándonos con la propia Naturaleza. El conocer se convierte así en un
acto místico de unión con Dios, que está presente en la Naturaleza, pues al
ser creación suya es parte de Él.
Campanella concede una gran importancia a la magia, diferenciando tres
tipos de ella: la divina, que Dios concede a los profetas y santos; la
demoníaca, que conduce a la perdición al buscar fines egoístas; y la magia
natural. Esta es el “arte práctico que emplea las propiedades activas y
pasivas de las cosas para producir efectos maravillosos e insólitos”. En
realidad, Campanella incluía en el término “magia” todas las ciencias y
artes. Sin embargo, para él estaba muy claro que el conocimiento, incluido
el mágico, debe servir para transformar y mejorar a los hombres y la
sociedad, que no tiene sentido por sí mismo, y que debe cambiar al mundo
hacia mejor, y así señalaba que “la acción mágica más grande del hombre
consiste en dar leyes a los hombres”. En este sentido hay que entender sus
escritos políticos a los monarcas más fuertes de la época, primero al rey de
España y finalmente al de Francia, proponiéndoles las más variadas
reformas para lograr la Monarquía Universal y, con ella, la paz y el buen
orden en el mundo.

Nicolás Maquiavelo: En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de


la república, partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos
espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que quieren
gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el
mejor régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo la
República Romana), aquella que logre dar participación a los dos partidos
de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político dentro
de la esfera pública. Sin embargo, la oposición a la república que podría
inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo lo
escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo de Medicis como debe
desempeñarse si es que quiere unificar Italia. Maquiavelo aclara también
que puede existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los
momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república
en conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea,
cosa que no ocurriría en una república bien organizada.

Además de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la


figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos
durante un breve periodo de tiempo y teniendo que rendir cuentas
posteriormente ante la república. En este sentido, la contradicción entre los
dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el
principado y la república deberían ser entendidos como formas de gobierno
subordinadas a la auténtica preocupación política de Maquiavelo: la
formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.

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