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Comité Ejecutivo
Wilmar Yuvany Madroñero Velasco
Ildifonso Mendoza
Francisco Mora
Eder Jair Sánchez Este proyecto es una iniciativa de
Lucy Amparo Juangibioy
Silvio Gustavo Villareal Chávez
William Castillo
Ana Belén Uzuriaga
Jany Rita Silva de Rengifo
Equipo Técnico
Coordinador Técnico
Wilson Andrés Flórez Monroy
Con el apoyo de
Profesionales de Dimensiones Territoriales
María Claudia Beltrán Fonseca
Ingrid Marcela Muñoz Quesada
Mónica Andrea Flórez Pulido
Beckenbawer Meléndez Madroñero
Yuly Paola Artunduaga Trejo
Ricardo Alfredo Carreño Vallejo
Diego Perdomo
Mauro Andrés Sánchez Romero
Camila Yesenia Garcia Cordoba Agradecimientos:
Adriana del Pilar Lasso Lozano
Jhon Geiler Rivas Murillo
Edison Rene Quiroz
Ginna Piragauta
Yesenya Mojica Bravo
John Alexander Córdoba Sepúlveda
José Fernando Borja Perez
Loreny Rivera
Missen Javier Ordoñez Cuaran
Stella Juaginoy Jamanoy
Ilustraciones e infografías:
Colaboración Técnica Diana Forero Meneses
Martha Yineth Bravo Artunduaga Paulette Francisca Moreno Igor
Enilce Bernal Bastidas
Por ello, aquí presentamos a todos los que nos quieran conocer la síntesis de nuestras
realidades, de nuestra perseverancia y de nuestro sueño de vida en el campo. Una
ruta construida en comunidad para el presente y el futuro; una apuesta solidaria, fru-
to de los conocimientos propios y los anhelos colectivos de equidad, dignidad, paz
con justicia social que hemos venido buscando por décadas. Es nuestra semilla nati-
va de desarrollo y así como hacemos cada día en nuestro oficio, nos empeñaremos
en su florecimiento hasta cosechar el Buen Vivir arduamente trabajado y merecido.
Contenido
12 27
Diagnóstico rural participativo Temas sensibles en la
y Línea Base Regional formulación de PLADIA 2035
34
Estrategia general de
desarrollo
Presentación
La vida de las familias que vivimos en las montañas y selvas de la región andinoamazónica no es
sencilla, aquí persistimos en medio de difíciles situaciones y a diario nos batimos entre la guerra
de las balas y la guerra de la sobrevivencia, no por eso dejamos de sonreír y de trabajar por me-
jores tiempos para los que estamos y para los que vienen. Sólo más grande que las dificultades,
es nuestra determinación por construir desde la gente, con la gente y para la gente.
Desde el mes de abril de 2016 y durante 10 meses, las comunidades y organizaciones que nos
reunimos en la Mesa regional de Organizaciones Sociales del Putumayo, Baja Bota Caucana y
Cofanía Jardines de Sucumbíos –MEROS-, le propusimos a la región que nos diéramos a la tarea
de tejer, de convertir dos décadas de protesta social en propuesta territorial y demostrarnos a
nosotros mismos y al país que son los pueblos los dueños de su propio destino.
De esta invitación surgió una enorme y diversa reunión, confluyeron cientos de comunidades con
las que apenas nos conocíamos y otras de las que solo habíamos escuchado en las voces de los
vecinos. Debemos decir también, en honor a la verdad, que varias comunidades manifestaron su
decisión de no participar en esta junta, respetuosos somos de todas las autonomías y siempre
nos deseamos éxitos y triunfos en los caminos que andamos porque al final es la andinoamazónia
nuestra casa grande, la que nos reúne y nos guarda.
La invitación que hicimos venía con propósitos claros. dijimos entonces: vamos a construir un
camino común, una hoja de ruta que sea la herramienta que nos permita planificar y gestionar el
territorio regional y de paso demostramos que eso lo podemos hacer entre todos fortaleciendo
la participación y construyendo más democracia. Vamos a hacer ese plan sustentado en un cono-
cimiento ordenado del territorio y valorando lo particular y especial que es para nosotros y para
el mundo esta esquinita de la andinoamazonía.
También dijimos que los problemas de nuestra región no son iguales a los de otras partes y que
por eso deben entenderse a la manera de acá, recordándonos que no solo hay dificultades, pro-
blemas y carencias sino también muchas potencialidades en nuestra gente, sus conocimientos y
en la diversidad natural; y si a eso le sumamos el compromiso del Estado por atender y resarcir
muchos años de abandono, sumamos el esfuerzo propio y el apoyo de otros amigos y aliados en
el país y fuera de él, pues este sueño puede ser realizable.
Esta cartilla que presentamos a las comunidades y familias de la región, hace parte de ese esfuer-
zo por llevar de forma sencilla y clara un resumen del trabajo realizado por todos y, sobre todo,
para que nuestro PLADIA2035 se convierta en esa herramienta de trabajo, referencia y consulta
para la labor comunitaria, la incidencia en la política pública y el gobierno social del territorio.
Además de esta cartilla realizamos un pequeño video que registró la experiencia de planificación
del desarrollo rural en nuestra región y por supuesto el documento PLADIA2035 en el que se
encuentra la exposición de la metodología para la formulación, la Línea Base Regional desde los
municipios, una sección de temas de Análisis Territorial y la definición de la Estrategia General de
Desarrollo con sus objetivos y políticas.
Convencidos de que la paz se hace construyendo Buen Vivir para la gente y la naturaleza, digni-
dad y ejemplo para las futuras generaciones y, arraigo y amor por nuestro territorio.
Metodología
¿Quiénes formulamos
PLADIA 2035?
Poner en marcha la formulación del sueño de paz de la región Andinoamazónica fue un ejercicio
que necesitó la suma de todas las manos y esfuerzos de las comunidades que hacen parte del
departamento del Putumayo, Piamonte-Cauca y Cofanía Jardines de Sucumbíos-Ipiales, Nariño.
Con este fin, construimos un equipo de trabajo de aproximadamente 2550 personas, que desde
sus saberes y posibilidades aportaron a la formulación del PLADIA 2035. Este equipo fue diverso,
reconociendo los diferentes actores que habitan el territorio, donde contamos con la presencia
de promotores locales y delegados, quienes eran personas destacadas de cada comunidad por
su liderazgo, su capacidad de dialogar con diferentes actores de la región y su diligencia y res-
ponsabilidad.
Estas personas trabajaron de la mano con las y los promotores guía, quienes fueron elegidos
en cada Unidad de Planificación Zonal que era el conjunto de comunidades y/o corregimien-
tos-inspecciones que definimos para poder trabajar de manera oportuna y abarcar todo nuestro
territorio. Además de ser un canal de comunicación entre las comunidades de base y el proceso
de formulación, estas personas jugaron un papel muy importante en el Diagnostico Rural Parti-
cipativo y aportaron la gestión logística de cada una de las reuniones y talleres de PLADIA 2035.
Con ellos trabajó el Equipo Técnico, un conjunto de profesionales de diferentes áreas del cono-
cimiento, quienes pusieron su saber técnico, su capacidad política y valores humanos en función
de la formulación del PLADIA 2035. Ellos y ellas crearon la metodología, trabajaron en talleres
con las comunidades, rieron, lloraron y escribieron los documentos que se definieron para este
proceso, incluyendo el que hoy tienen en sus manos.
El comité ejecutivo, fue el conjunto de líderes reconocidos de la región, quienes, con su expe-
riencia política, su conocimiento profundo del territorio y su relación con diferentes etnias y cul-
turas orientaron el proceso de formulación del PLADIA 2035, garantizando que fuera lo que las
comunidades organizadas han venido construyendo y soñando hace más de veinte años. Ellos y
Ellas trabajaron con la veeduría, un equipo de personas del territorio reconocidas por su respon-
sabilidad y transparencia.
Cómo olvidar en este recuento a las personas que nos apoyaron en las actividades más cotidia-
nas. Hábiles conductores que pasaron por trochas, nos llevaron por caudalosos ríos y por supues-
to, la sazón de las mujeres de cada lugar de nuestra región que nos garantizó el alimento y con él
la energía para seguir adelante.
Finalmente, y tal vez las personas más importantes de este proceso, las más de 10.000 familias
que desde sus experiencias de vida, sus tristezas y alegrías, aportaron su conocimiento del te-
rritorio y su historia para hacer de PLADIA 2035 una herramienta de planificación participativa,
integral y de lo común.
Sin este conjunto de seres humanos no hubiera sido posible contarle hoy esta experiencia a Co-
lombia y al mundo. Son los territorios, con sus gentes y sus luchas, quienes escriben y cambian la
historia. Hemos dado un paso en nuestra historia colectiva, en nuestra historia como región Andi-
noamazónica: ¡SE LLAMA PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINO AMAZÓNICO -PLADIA
2035!
METODOLOGÍAS Y ENFOQUES 7
La siguiente Fase se llamó “Diagnostico Rural Participativo”. En ella identificamos el estado actual
de nuestro territorio, en aspectos económico-productivos, socio-culturales, biofísicos y ambientales
y político organizativo y de derechos humanos. Allí, a través de la construcción colectiva de 567 ma-
pas, 59 líneas del tiempo, 1018 matrices, 108 relojes, 103 secuencias, 19 entrevistas y 61 recorridos
territoriales y, la aplicación de una encuesta intregada de hogates, pusimos en diálogo los diferentes
saberes e historias de quienes hemos habitado el territorio, hicimos un examen de su estado actual
para entender qué tenemos que transformar para mejorar nuestras condiciones de vida.
Finalmente, realizamos la fase de planificación. En esta fase nos sentamos a pensar, a partir del
Diagnóstico Rural Participativo en que iniciativas debíamos desarrollar para garantizar la recon-
versión económica regional, el goce efectivo de derechos, la democratización y la paz en nuestra
región. En algunos lugares trabajamos a media luz, con velas y linternas soñando el territorio que
queremos y construyendo el camino que nos va a llevar a él.
Ahora tenemos el orgullo de presentar este documento, construido con los sentires más pro-
fundos, con la humildad y la pujanza que ha caracterizado a las comunidades rurales de nuestra
región. Esta es nuestra hoja de ruta, nuestra apuesta de paz con justicia social.
8 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Este proceso de formulación del PLADIA 2035 contó con los siguientes principios que se relacio-
nan entre sí:
Inspirados en ese sentido participativo e integral con el que pensamos y después formulamos
PLADIA 2035 fuimos fieles a nuestras aspiraciones de cambio hacia el Buen Vivir, procurando
en cada encuentro que nuestras lecturas, reflexiones colectivas y propuestas sobre el territorio
involucraran todas las voces, todas las miradas de quienes habitamos y convivimos en la región
Andinoamazónica.
Estas miradas o enfoques los podemos explicar entrelazados pues el camino de mejor prove-
nir lo recorremos juntos:
Enfoque de
Género
Enfoque Enfoque
Cultural Intergeneracional
¿Dónde formulamos el
PLADIA 2035?
La Región Andinoamazónica presenta diferentes características que la hacen un territorio particu-
lar, en donde las diferencias que antes nos habían separado hoy se convierten en oportunidades
de progreso y cambio para las comunidades. Empezando por los pequeños cambios y acuerdos
que podamos crear en nuestras comunidades, hasta los grandes pactos que se logren a nivel
regional.
Nuestros municipios
Las decisiones que tomemos en conjunto
sobre nuestras fincas termina definiendo las
condiciones en las que queremos ver nues-
tras veredas y nuestros municipios. Es claro
que el territorio no es igual, no cultivamos lo
mismo en todos los municipios, nuestra cul-
tura no es igual en todo el territorio, ni nues-
tras relaciones sociales se desarrollan de la
misma manera. Sin embargo, existen algunas
características que nos hacen más cercanos
entre nosotros.
Es por esto que en nuestra región Andinoamazónica se logra definir unas subregiones conforma-
das por uno o más municipios que comparten ciertas características, dejando a un lado la vieja
denominación de alto, bajo y medio, para el caso del departamento Putumayo, que no refleja
nuestras particularidades.
Dichas subregiones se definieron de acuerdo a sus características político-administrativas, am-
bientales y ecosistémicas, zonas agroecológicas y procesos productivos, la cultura, corredores
viales y fluviales, y los flujos de mercado.
A partir de estas nacen entonces las 6 subregiones que ya conocemos:
NUESTRA REGIÓN ANDINO-AMAZÓNICA 11
Hace parte de la gran cuenca Se localiza junto al pie de Es una zona muy extensa loca-
amazónica, donde nace el río monte amazónico y comparte lizada sobre las márgenes de la
Putumayo, pero comparte el cli- los sistemas de tierras; también cuenca del río Caquetá al caer a
ma y la aptitud productiva de la comparte los flujos de produc- la llanura amazónica, con poten-
tierra para sistemas productivos tos y de población, la cultura y ciales particulares por la vía fluvial,
andinos, las culturas indígenas, la comunicación vial. La confor- la relación comercial con Curillo
la vía principal hacia Pasto, que man los municipios de Mocoa y en el Caquetá. Se caracteriza por
le imprime un flujo común de Villagarzón. la producción agrícola de alta cali-
intercambios comerciales y cul- dad y el potencial inexplorado de
turales con la capital de Nariño. su sistema de lagunas. Esta subre-
Está compuesta por los munici- gión se integra por los municipios
pios de Santiago, Colón, Sibun- de Puerto Guzmán y Piamonte.
doy y San Francisco.
Leguízamo
100%
75%
1976
2016
50%
25%
Fumigaciones aéreas
si c ti o d o d coc
Ganadería
Explotación petrolera
Extracción de madera
Minería a mediana escala
Desplazamiento
dic ci m d c ti os d coc
m io c im tico
Degradación ambiental o ic o m do
en Puerto Guzmán m i ci d mo oc ti os
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Bosques
Cuerpos de agua
Rastrojos
Páramos
ti os
Pastos
Nuestra biodiversidad
Habitamos uno de los lugares más ricos y biodiversos del mundo, somos parte de la gran amazo-
nia, considerada el pulmón del planeta. Ser tan biodiversos nos otorga una ventaja, pues tenemos
muchos bienes que podemos aprovechar de manera sostenible, brindándonos bienestar común,
que es la base para el Buen Vivir, pero además es nuestro patrimonio y la herencia que dejaremos
a futuras generaciones. En los talleres mencionamos 74 especies de fauna y 133 especies de flo-
ra, que son con las que tenemos mayor relación por los múltiples usos que hacemos de estas, en
la figura podemos observar para qué usamos la fauna y la flora de nuestra región. Sin embargo,
esta biodiversidad se está perdiendo por diferentes causas, entre las cuales la sobreexplotación,
las fumigaciones, la deforestación, la explotación de petróleo y la ganadería generan mayor im-
pacto. Por lo cual, muchas de estas especies se encuentran en alguna categoría de amenaza o
preocupación, situación que evidenciamos al observar cómo muchas de las especies que habitan
en el territorio han disminuido.
Fauna
15%
15% im ci m
19% Cultural
Ambiental
11%
11% Mascota
19% om sti
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 15
15% Ambiental
22%
Mascota
om sti
Contaminación
s ci s i so s
Explotación minera a mediana escala
fico d s ci s
m i ci d c ti os
Ganadería
Explotación petrolera
Expansión de coca
o s ci did d i
Fumigaciones
Sobrexplotación
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Flora Fauna
16 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Fauna Flora
1% 1%
1% 1%
1,5%
8%
8%
1,5%0,8%
0,8% En peligro
2% 11%
11%
26%
2%
48%
48%
Sin amenaza, ni preocupación
Vulnerable
7%
7%
1%
1%
56% 37%
37% Datos deficientes
Casi amenazada
No evaluada
De las especies que mencionamos en los talleres de Diagnostico Rural Participativo, podemos
observar en las tablas de la derecha qué corresponde a fauna y la izquierda qué corresponde a
flora, las 10 especies que mas están disminuyendo en nuestra región.
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 17
Degradación ambiental
Degradación ambiental
Fumigaciones
Ganadería aéreas para En nuestro territorio se están deteriorando
erradicación gravemente nuestros suelos y aguas, gene-
rando problemas de salud y poniendo en
riesgo la continuidad de nuestras comuni-
Fumigaciones
aéreas para
dades Ganadería
y proyectos productivos. En la figura
erradicación
Degradación de podemos ver las causas principales de esta
degradación.
suelos y ríos, caños
Como los impactos negativos de la ex-
y otros cuerpos plotación de petróleo y minería a mediana
o oc ti os
de agua Explotación de escala, actividades que están
Degradación de contaminando
id oc os nuestras fuentes de yagua.
suelos Las huellas de las
ríos, caños
fumigaciones aéreas y otrossobre
cuerposnuestros suelos
perduran en el tiempo por muchos años,
de agua qui- de
Explotación
o oc ti os
tándoles fertilidad. Las prácticas asociadas id oc a os
la ganadería y a monocultivos que además
Minería a implican el uso de químicos como la coca, el
mediana escala cacao, fríjol y algunos frutales, están generan-
do compactación de los suelos, pérdida de
fertilidad y contaminación
Minería a
de los mismos.
mediana escala
•Deslizamientos afectan al
Nos encontramos que gran 77% de la población y de
parte de nuestras comuni- a era gra e al
dades se ven afectadas por •Vendavales afectan al 82%
riesgos asociados a amena- de la población y de manera
zas naturales, principalmen- grave al 57%
te por inundaciones, des-
lizamientos y vendavales. Principales
Los cuales están afectando
nuestras vidas, desde culti- Amenazas
vos y animales, hasta todo Naturales
tipo de construcciones. Y
estos efectos, así como la
magnitud de cada amenaza
natural se están agudizando ¿Qué agudiza la
por diferentes factores. In- i id d ¿Qué afectan?
formación que puede verse
en esta gráfica. la magnitud de
l o al de la a e a a a urale ide ti-
las amenazas? cada per udica pri cipal e e
Si e a producti o l de la
a e aa a urale a ec a culti o
•Atención asistencialista, con respues- a i ale ue ra tierra
a ardía edida poco pre e ti a
por parte del Estado i ie da l de a e a a a ura-
les afecta el lugar donde vivimos con
•Deforestación, sobre todo de las nuestras familias.
rondas de los ríos, caños y quebradas
y otras zonas de riesgo. rae ruc ura de ra por e l de
las amenazas naturales afecta nuestras
•Disminución de humedales y canan- vías, puentes, caminos y demás.
guchales
uipa e o colecti o l de la
•Minería sobre cauce de ríos y altas amenazas naturales afecta nuestras
pendientes. escuelas y casetas.
18 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Coca
Ganadería
Especies menores
Agricultura general
Frijol
o d o
Cacao
Cacao
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 19
Grande
Con respecto a la actividad secundaria de Mediana Pequeña
nuestras fincas, identificamos que sobresale de
forma especial la ganadería independientemente del tamaño de estas (grandes, medianas o pe-
queñas) como se muestra en la figura siguiente. En las fincas pequeñas es en el único tipo de
sistema en donde encontramos casi las mismas veces como actividad secundaria la ganadería en
contraste con la agricultura general.
Ganadería
Coca
Agricultura general
Plátano
Cacao
Madera
Piña
Especies menores
o d o
También como parte de esta caracterización de sistemas productivos que realizamos en cada
uno de los talleres, encontramos como una problemática general en nuestra región andinoama-
zónica la falta de programas de asistencia técnica integrales que respondan realmente a nuestras
necesidades y no se enfoquen exclusivamente en una línea pecuaria o un cultivo comercial en
específico. Adicionalmente dialogamos sobre la importancia de desincentivar los monocultivos
los cuales se han vuelto cada vez más comunes dentro del “paisaje” de nuestro territorio y están
generando el desgaste gradual de nuestro suelo. Finalmente, señalamos un problema generali-
zado de acceso a la tierra y en los casos donde la poseemos, tener la formalización de esa pro-
piedad la cual ha sido históricamente una de nuestras reivindicaciones más importantes como
comunidades rurales organizadas.
Roles en la finca
Pudimos con el Diagnóstico Rural Participativo reconocer el papel importante que jugamos tanto
hombres como mujeres campesinas, indígenas y afrodescendientes en la construcción de finca,
haciendo cosas igual de importantes pero cada uno de nosotros en papeles o roles diferentes.
En las siguientes figuras vemos la información discutida en cuanto al tiempo que dedicamos
las mujeres y hombres a nuestras tareas diarias en la finca tanto a nivel regional como por subre-
giones respectivamente.
20 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
7.78 7.72
2.93 3.39
2.72
Mujer Hombre
5. Muy alta
4. Alta
3. Media
2. Baja
1. Muy baja
1990 - 1995 1996 - 2001 2002 - 2006 2007 - 2011 2012 - 2016
Seguridad económica Seguridad alimentaria Seguridad ambiental Seguridad salud
En los años noventa, aunque ya se sembraba la hoja de coca con fines ilícitos, alternábamos
este cultivo con cultivos de pancoger y otras prácticas agrícolas y pecuarias de generación de
ingreso. Esta situación generaba bajos niveles de amenaza a nuestra seguridad alimentaria y hu-
mana, derechos que comenzaron a verse amenazados con más fuerza desde el año 1996 hasta
hoy, donde la política antidrogas arremetió, no solamente contra los cultivos de uso ilícito, sino
también contra nuestra salud y nuestro ambiente.
Estos derechos fueron gravemente afectados por las fumigaciones por aspersión aérea con
glifosato y la política minero energética impulsada por el gobierno nacional, lo que hace que
hasta la actualidad percibamos una alta amenaza a nuestros derechos al ambiente y la salud.
Amenazas
Nuestros derechos a la alimentación y aa
la la seguridad
generación del humana
ingreso para la vida digna, fueron
muy amenazados también por la ausencia de una política
por periodos de formalización de la propiedad de la
de tiempo
tierra para las comunidades rurales, sobre todo las campesinas.
Los otros derechos que integran la reflexión sobre la seguridad humana, son el derecho a la
vida, reflejado en la seguridad personal, nuestros derechos políticos a ser líderes en nuestras
comunidades5. Muy yaltadefender los derechos humanos representado en la seguridad política y nuestro
derecho a reconocernos como parte de una etnia, comunidad o cultura entendidos como segu-
ridad de la comunidad. Las percepciones sobre las amenazas a estos derechos se muestran en la
4. Alta
siguiente gráfica:
3. Media
2. Baja
22 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
5. Muy alta
4. Alta
3. Media
2. Baja
1. Muy baja
1990 - 1995 1996 - 2001 2002 - 2006 2007 - 2011 2012 - 2016
Actores
multilaterales
Empresas 7%
7% Organismos internacionales
y de cooperación
privadas
Relacionadas en
8%
8%
su mayoría con
actividades
extractivas
Actores
del Estado 22%
22% 63%
Fuerza pública e
instituciones para
garantía de DDHH Organizaciones
sociales
La forma como nos
organizamos para mejorar
nuestras condiciones de vida
El Estado, después de muchos años de estar ausente en el territorio para la garantía de derechos,
ha venido implementando programas y proyectos que las comunidades reconocemos y valora-
mos. Sin embargo, aún son insuficientes y contrastan con la alta presencia de la fuerza pública
quienes por lo general atentan contra nuestros derechos humanos y el Derecho Internacional
Humanitario. Ante esta situación, la organización social ha sido la salida que hemos encontrado,
tanto para exigirle al Estado cumplir sus fines constitucionales, para mejorar nuestras condiciones
de vida por nuestra cuenta.
Las condiciones de vulnerabilidad de nuestro territorio motivan la presencia de instituciones
internacionales, que apoyan el goce efectivo de los derechos humanos a través de programas
de cooperación. Su presencia es valorada positivamente, pero es insuficiente ante las múltiples
necesidades insatisfechas que existen entre los habitantes de la ruralidad Andinoamazónica.
A este panorama se suma la presencia de empresas privadas, sobre todo extractivas, que aten-
tan contra nuestro territorio con la extracción petrolera y que no aportan de manera importante al
desarrollo de nuestras comunidades.
24 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Aspectos socioculturales
Los aspectos socioculturales fueron los encargados en nuestro diagnóstico de identificar los he-
chos históricos que consideramos de mayor impacto en los últimos 20 años de la región; el esta-
do de la infraestructura de transporte terrestre y fluvial, de las vías, caminos vecinales y puentes
por los que transitamos así como el acceso a las tecnologías de la comunicación; nuestras fuentes
de energía, de agua y la pertinencia para el consumo humano; el saneamiento básico entendido
como las formas en que hacemos el manejo de residuos sólidos, aguas residuales y disposición
final de excretas; el estado general de la atención en salud; el estado general de los espacios
educativos; las experiencias en otras formas del cuidado del cuerpo y el espíritu o salud propia;
los espacios donde recreamos las enseñanzas-aprendizajes característicos de nuestras culturas o
educación propia; las prácticas deportivas y recreativas que realizamos en nuestro tiempo libre;
y por último, los rasgos más dicientes de los pueblos campesinos, indígenas y afrodescendientes
expresados en nuestras celebraciones, comidas, bebidas y artesanías.
Entre todos estos temas, a continuación seleccionamos como destacados a nivel regional los
siguientes:
Contaminación de cuerpos de
Homenaje a Arnoldo Muñoz, líder asesinado, Corredor Puerto Vega-Teteyé, agua por explotación petrolera,
Puerto Asís Vereda La Alea, Puerto Asís
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 25
1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2017
Tenemos casi las mismas vías terciarias que abrimos en décadas anteriores, embalastradas al-
gunas por nuestro trabajo comunitario, insuficientes para la comunicación entre nosotros como
habitantes y para el traslado de los frutos de nuestras cosechas; caminos vecinales en pésimas
condiciones para la movilidad y puentes peatonales deteriorados que en las olas invernales, son
arrastrados por la fuerza de nuestros ríos o simplemente se caen por el tiempo de uso.
Nuestras escuelas edificadas con los materiales que tuvimos en su momento a mano, han reci-
bido poca atención del Estado en su mantenimiento, funcionamiento, dotación, servicios como
internado y restaurante escolar. De la misma manera se encuentran los puestos de salud rurales,
sin garantía de prestación del servicio, sumando a nuestro panorama la obligación económica
individual de una buena atención en salud y educación para nuestras familias.
El acceso a los servicios básicos como agua apta para el consumo humano, fuentes energéti-
cas permanentes y amigables con la naturaleza, manejo de residuos sólidos, de aguas residuales
y excretas, son en su mayoría inexistentes en nuestro campo y continuamos por nuestros propios
medios, supliendo artesanalmente estas necesidades, dibujando un panorama actual complejo
que se expresa en muchas ocasiones en enfermedades y deterioro ambiental, principalmente.
Hay que mencionar de igual forma que nuestra vida social en el territorio se alimenta de la
persistencia por permanecer en él y expresamos en el fortalecimiento de nuestra identidad; en
nuestras iniciativas comunitarias en función de nuestros caminos, escuelas y espacios de recrea-
ción, por mencionar algunas; en nuestra capacidad organizativa para la exigencia de mejores
condiciones de vida; en el respeto por los usos y costumbres de nuestros pueblos étnicos. La ri-
queza sociocultural de la región andinoamazónica se demuestra en cuánto esfuerzo hemos pues-
to todos para vivir en ella adaptando lo que tenemos a mano, lo que nos dan nuestros bosques y
selvas para adquirir agua, energía para la cocción de alimentos y conocimientos propias que nos
enseñan permanentemente de la naturaleza y nuestros vecinos.
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 27
En nuestra construcción de la ruta a seguir para hacer realidad lo que nos hemos soñado por
años, nos encontramos en el camino algunos temas que fueron especialmente importantes tan-
to para la contextualización de nuestra región como para la toma de decisiones necesaria para
transformarla. Estos fueron:
En esta oportunidad hablaremos sobre cuatro de esos temas: el cultivo de hoja de coca con fines
ilícitos, las actividades extractivas, los conflictos entre uso y vocación del suelo, y la garantía de
los Derechos Humanos.
28 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Procesos
Participación territoriales
ciudadana Articular el proceso de
sustitución al PLADIA 2035, las
Todos tomando Zonas de Reserva Campesina,
decisiones sobre Planes de Vida (Comunidades
el territorio. Indígenas) y Planes de
Etnodesarrollo (Comunidades
afrodescendientes)
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 29
Entendemos que el cultivo de hoja de coca con fines ilícitos ha generado impactos sobre nues-
tro territorio, especialmente medio ambientales. Cuando decidimos empezar a cultivarla tuvimos
que cortar hectáreas de bosque, limpiar, quemar y usar químicos para modificar la composición
del suelo y hacerlo apto para este tipo de cultivo, los cuales por filtración terminan contaminando
ríos y quebradas de donde sacamos el agua para nuestro sustento.
Sin embargo, estos efectos no se comparan a los daños que han traído a nuestra región las
fumigaciones por aspersión aérea con glifosato y la erradicación manual, medidas que el Estado
ha adoptado como parte de su política antidrogas para disminuir los cultivos de hoja de coca con
fines ilícitos, sin una concertación con las comunidades afectadas, ni dando opciones viables para
cambiar de actividad de productiva y mejorar nuestras condiciones de vida.
A lo largo de toda la región Andinoamazónico pudimos identificar los diferentes estragos que
hemos tenido que sufrir por estos fenómenos. En zonas como el corregimiento de Yapurá en el
municipio de Piamonte o en el corredor Puerto Vega- Teteyé en Puerto Asís, las fumigaciones han
generado problemas de salud, contaminado nuestras fuentes de agua y zonas de bosque ente-
ras, acabado con cultivos de pancoger necesarios para nuestra seguridad alimentaria y afectado
el normal desarrollo de otras actividades productivas destinadas a la generación de ingresos.
La erradicación manual sólo ha ocasionado, enfrentamientos con la Fuerza Pública e innu-
merables casos de violaciones a los Derechos Humanos e Infracciones al Derecho Internacional
Humanitario.
Estas medidas sólo nos han obligado a escondernos, y a refundirnos en la selva para trasladar
nuestros cultivos de hoja de coca esperando que la próxima vez que pase la avioneta, no logre
vernos.
Es un desafío para las organizaciones sociales presentes en la región Andinoamazónica lograr
con el gobierno de turno un plan concertado de sustitución de cultivos de hoja de coca, en don-
de todas nuestras exigencias en términos de garantías de derechos queden consignadas y se
lleguen a acuerdos que permitan alcanzar el buen vivir que tanto hemos soñado.
Actividades extractivas
Los conflictos asociados a la explotación minero energética en la región han aumentado, afectan-
do nuestro medio ambiente, violando derechos humanos y generando inestabilidad al interior
de nuestras comunidades.
Las compañías de hidrocarburos son quienes más efectos negativos han tenido en nuestras
condiciones de vida, ya que ellas se benefician por el ingreso económico que representa la ex-
tracción de crudo, mientras que nosotros no percibimos ninguna mejora en nuestra calidad de
vida pero sí debemos observar cómo se ve afectado nuestro medio ambiente. La actividad de
estas empresas en cada una de sus etapas desde la exploración sísmica, perforación exploratoria,
producción, transporte y refinación, transforman nuestro paisaje, reducen nuestros bosques, nos
hacen perder nuestros ecosistemas, dañan nuestro suelo y perdemos poco a poco la gran biodi-
versidad que ha caracterizado nuestro territorio.
La contaminación por químicos y la disminución de nuestras fuentes de agua dulce es uno de
los efectos más perjudiciales que tiene la extracción de petróleo, ya que ahí es de donde toma-
mos el agua para abastecer nuestras necesidades básicas, poniendo en extremo riesgo nuestra
salud. Vemos que la contaminación no se da solo por los pozos petroleros, sino también por los
diversos derrames de crudo, los cuales están generando problemas irreversibles en estos cuer-
pos de agua usados para nuestro abastecimiento.
La degradación ambiental que genera esta industria también hace que las amenazas naturales
como deslizamientos e inundaciones - a las que estamos acostumbrados a vivir en el territorio-
no sólo sean más intensas, sino que también se degraden ecosistemas que no están asociados
directamente a las fuentes hídricas, generando así mayores perjuicios para quienes tenemos que
vivir en los lugares donde se realiza esta actividad extractiva.
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 31
A pesar de que la industria minero energética tiene la obligación de compensarnos por los
daños ocasionados, vemos que en nuestro territorio no existe una verdadera inversión social, ya
que en aspectos como educación, salud, infraestructura y vías, que nos interesaría poder mejorar,
no se está realizando ningún tipo de avance. Así mismo, tenemos molestias por acciones como
los préstamos laterales en nuestros predios, que son excavaciones a lado y lado de la vía, para la
movilización de transporte de hidrocarburos, ya que no se nos compensa por esto o las empresas
sobrepasan los plazos de aprovechamiento sin ningún tipo de consulta o concertación.
Este fenómeno minero energético nos ha llevado a organizarnos para defender nuestro terri-
torio, buscando siempre el diálogo y la concertación con los actores implicados y llegar a acuer-
dos que generen beneficio a todos.
Sin embargo, en repetidas ocasiones nuestra confianza en el otro ha sido traicionada y hechos
tan lamentables como el hostigamiento, la amenaza y hasta el asesinato se han presentado en
nuestros territorios cuando tratamos de levantar la voz para tratar de frenar los atropellos a los
que nos vemos enfrentados.
La explotación minera principalmente de oro, es otra industria que está generando graves
efectos en nuestro territorio, la cual se realiza en los cauces de ríos como el Caquetá, Mandur y
Mocoa, y ha intensificado la disminución de las laderas de nuestros ríos, modificando cursos de
agua y contaminándolos con químicos como mercurio y cianuro, ambos perjudiciales para nues-
tra salud, ya que estos no sólo los ingerimos directamente al abastecernos del agua del río sino
también al alimentarnos de los animales que han consumido agua ahí. De esta industria al igual
que pasa con el sector hidrocarburos nosotros como comunidad no percibimos beneficios que
mejoren en algo nuestras condiciones de vida.
Otra actividad extractiva que debemos tener en cuenta es el aserrío, la cual ha venido gene-
rando una reducción considerable de nuestros bosques, generando la pérdida de biodiversidad
y ecosistemas que hacen tan valioso y particular nuestro territorio andinoamazónico. A esta acti-
vidad en municipios como Puerto Leguízamo, Puerto Guzmán o San Francisco, no hemos podido
ponerle fin, agravando cada vez más la situación del medio ambiente en donde no solo debe-
mos plantear la necesidad de detener el otorgamiento de permisos para que terceros vengan a
acabar con nuestro territorio, sino que se deben dar alternativas para que las familias que hemos
vivido por largos años a partir del ingreso derivado de esta actividad, podamos realizar una activi-
dad económica diferente que no perjudique en esta misma proporción nuestro medio ambiente.
Estas actividades extractivas nos han llevado a unirnos y organizarnos, con el fin de buscar so-
luciones a la crisis social y ambiental que estamos viviendo por culpa de este tipo de actividades,
y de esta manera, poder forjar en nuestro territorio una economía que no dependa de ellas, sino
que sea acorde a la vocación del suelo Andinoamazónico, en donde podamos utilizar todo el
potencial que tiene la región, fundamentalmente la alta diversidad biológica y cultural que aquí
podemos encontrar.
Semillero de cacao nativo, finca de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Mecaya, Puerto Leguízamo
32 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Los conflictos entre uso y vocación del suelo son un factor fundamental que está afectando ac-
tualmente nuestra región Andinoamazónica, y lo entendemos como un problema que se debe
resolver si queremos alcanzar los cambios que deseamos para nuestro territorio.
La vocación de la tierra nos dice cuál es la actividad económica más adecuada que debemos
realizar en cada una de las partes que integran nuestro territorio, ya sea ganadera, agrícola, forestal,
agroforestal o de conservación, de acuerdo a sus características particulares de clima, suelo, pendien-
te, relieve, cobertura, etc. Por otro lado, el uso del suelo es lo que realmente estamos realizando en
nuestro territorio en cada una de esas zonas. Un conflicto entre uso y vocación surge cuando el uso
que le damos al suelo -nosotros o terceros- no corresponde con la vocación del mismo.
Este tipo de conflicto es bastante común en nuestra región y se da, entre otras cosas, por la
intención que ha existido desde el gobierno para incentivar algunas actividades económicas es-
pecíficas, como la la explotación petrolera y en menor medida la ganadería, las cuales no son la
forma más adecuada para aprovechar la riqueza Andinoamazónica porque se degradan nuestros
suelos y se contamina el ambiente.
La manera como está distribuida la tierra en el país, en donde grandes cantidades son aca-
paradas por unos pocos, ha sido otra causa para que en nuestra necesidad hayamos tenido que
continuar tumbando bosque y limpiando áreas cada vez más adentro de la selva para establecer
nuestros cultivos y fincas, perdiendo así poco a poco los lugares que nos encantaría poder des-
tinar para la conservación. Hemos tenido también que ver con nuestros propios ojos cómo las
iniciativas de conservación del gobierno como la declaración de algunas áreas protegidas han
agravado los conflictos entre uso y vocación, ya que como es el caso de La Paya, declararon nues-
tras tierras como un Parque Nacional Natural sin darnos alguna alternativa de vida digna para las
familias que ya estábamos habitando el territorio.
En nuestra región, a pesar de tener características muy particulares y favorables tanto de lo andino
como de lo amazónico, hemos permitido que se expanda la ganadería extensiva, en donde no esta-
mos sacando el mayor provecho a la riqueza existente en nuestras tierras e intentamos impulsar un
modelo de producción que no está acorde a las condiciones especiales de nuestro territorio.
Encontramos casos muy delicados en municipios como San Miguel y Valle del Guamuez, don-
de la implementación de potreros ha hecho que los bosques y nuestra relación con ellos sea
algo cada vez menos común en nuestra vida diaria. Este fenómeno no tiene lugar sólo en nuestra
región sino también a nivel nacional, en donde por ejemplo, de los 21,5 millones de hectáreas de
vocación agrícola en el país, solo se estaban empleando, para el 2009, 4,9 millones de hectáreas
en esta actividad. Por su parte, a pesar de haberse establecido que 15 millones de hectáreas en
el país eran de aptitud ganadera, en realidad se destinaban a esta actividad 31,6 millones de
hectáreas en ese mismo año.
Cananguchal degradado por fumigaciones áereas para erradicación forzada de cultivos de coca, Vereda
La Alea, Puerto Asís.
DIAGNÓSTICO RURAL PARTICIPATIVO 33
Contaminación del río Picudo por descargas de batería petrolera en Arizona, Puerto Caicedo
Esta problemática de conflicto entre uso y vocación se relaciona también con la pérdida de
soberanía sobre nuestro territorio debido al número cada vez mayor de concesiones para su
explotación, dadas a empresas nacionales y transnacionales, de minería, petróleo o madereras,
en donde las comunidades no nos vemos beneficiadas, mientras vemos cómo se agudizan cada
vez más los problemas ambientales como la disminución de nuestros bosques, la amenaza de
extinción a diversas especies, la contaminación de nuestros ríos, entre otros.
El hecho que el departamento del Putumayo, parte importante de nuestra región de planifica-
ción, haya sido declarado recientemente como Distrito Especial Minero por encima de su condi-
ción de departamento de la Amazonía colombiana, en donde tenía algunos beneficios especiales
que favorecían su conservación, ha permitido que el fenómeno descrito continúe creciendo, qui-
tándonos la oportunidad de aprovecharlo mediante otras actividades económicas que puedan
orientarse más hacia una idea de desarrollo que no solo respete nuestra biodiversidad sino que
pueda verla como una gran potencialidad.
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Estrategia General
de Desarrollo
Comprendemos por Estrategia General de Desarrollo a la guía de pensamiento y acción de to-
dos los actores sociales y comunitarios que trabajaron en la formulación del PLADIA2035 y que
busca el inicio del proceso de cambios para nuestra región, en un contexto global que amenaza
la existencia de la vida misma en el presente siglo.
Esta guía pretende ser un aporte central al debate y al trabajo mancomunado para otros ac-
tores sociales, para los actores estatales, para la empresa privada comprometida con la región,
para los agentes de cooperación internacional y otros que deseen involucrarse en este sueño de
proyecto de vida regional orientado hacia el Buen Vivir.
Este gran acuerdo de territorio piensa el desarrollo de manera alternativa al modelo dominan-
te. Apostamos por una concepción que supera la idea del crecimiento económico y la generación
de riqueza como fin en sí mismo, que se opone a la extracción incontrolable de recursos naturales
renovables y no renovables para enriquecer capitales foráneos; Por el contrario, en nuestra visión
no considera a los seres de la naturaleza y los conocimientos de las comunidades como mer-
cancías que solo interesan si pueden transarse; en resumen, esta idea de desarrollo que vamos
construyendo desde PLADIA2035 está anclada en la vida, en la pervivencia de las comunidades
en el territorio, el mejoramiento de sus condiciones básicas de existencia, en la generación de
riqueza y su apropiación por parte de las comunidades que la generan, en la construcción de ciu-
dadanía política que le devuelva el poder de decisión de los asuntos de territorio a las mayorías
que lo habitan, en la salvaguarda de los ecosistemas y el aprovechamiento inteligente y sano de
sus servicios.
En este caso, la Estrategia General de Desarrollo está compuesta por nuestras APUESTAS de
desarrollo y los CRITERIOS y VALORES en la planificación y gestión del territorio.
Transporte fluvial de las comunidades sobre el río Putumayo, en la ZRC Perla Amazónica, Puerto Asís
CRITERIOS y VALORES en la
planificación y gestión territorial
Por VALORES nos referimos a las cualidades y actitudes que deben orientar las actuaciones en el
proceso de formulación y ejecución del plan.
Solidaridad. Es la actitud humana que nos lleva a entender que la existencia propia no termi-
na en uno mismos y que somos también parte viva de la comunidad, por lo cual nos esmeramos
para acudir en su ayuda cuando los demás la requieren.
Convivencia. Es el estado que alcanza una comunidad cuando logra que las personas que la
componen se respeten en su diversidad y a la vez logren trabajar por propósitos comunes.
Horizontalidad. Se refiere a la forma en la que buscamos relaciones más equitativas entre los
miembros de la comunidad, asumiendo el principio básico que nadie está sobre nadie y nadie
está debajo nadie.
Integralidad. Es la forma en la que buscamos observar los asuntos del territorio, compren-
diendo que todo está conectado entre sí y que no existen situaciones aisladas.
Arraigo. Es el sentido de pertenencia que las personas construimos en relación con el lugar
donde vivimos y en el que hacemos nuestro proyecto de vida.
Previsión. Se refiere a la forma en la que las personas y comunidades nos preparamos para
anticipar situaciones, por lo general esta anticipación a los eventos se hace para evitar problemas
o riesgos.
Equidad. Se refiere a la actitud de las personas para obrar en justicia, buscando el equilibrio
entre diferentes.
Participación democrática. Son las acciones de las personas y comunidades en las que
todos se involucran para la toma de decisiones sobre temas comunes y asuntos públicos. las
decisiones se toman por mayoría para beneficio de todos, aunque en ocasiones, las decisiones
mayoritarias se toman para proteger a una minoría que este en situación de desprotección.
Amor. Es el valor que rige nuestra relación con otros y la mejor expresión de nuestra condición
humana, en la que demostramos el afecto y el aprecio propio y por los demas.
Por CRITERIOS nos referimos a las principios y elementos rectores deben conducir las decisiones
y acciones sobre el territorio.
38 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035
Múltiples escalas: este criterio nos orienta a comprender que toda acción en el territorio
tiene efectos sobre la localidad, la región, el país, y el mundo. De igual forma hay decisiones
políticas o acciones en otras partes del mundo que pueden afectar nuestra localidad, es decir, el
mundo entero es tambien nuestro territorio.
Múltiples dimensiones. (todo tiene relación con todo): este criterio propone una manera
integral de ver al territorio, en donde las acciones sobre cierto asunto pueden afectar positiva o
negativamente otros aspectos de la vida en la familia o la comunidad. En este criterio compren-
demos que todos los asuntos del territorio están relacionados entre sí.
Aprovechamiento endógeno. Se refiere a mantener la prioridad sobre los medios, los co-
nocimientos, los saberes y los recursos de nosotros mismos y de la región para adelantar acciones
en la ejecución del plan. Eso nos ayuda a potenciar lo que somos, tenemos y sabemos y, a la vez,
reducimos la dependencia externa y ganamos autonomía.
Agregación y retención de valor. Este criterio orienta que el trabajo de las familias y las
comunidades debe buscar la transformación de nuestros productos en otros nuevos, así como
tener los medios organizativos necesarios para adelantar nuestros propios procesos comerciales
y de mercado de nuestros productos.
Autonomía y gobierno propio. Este criterio orienta que debemos buscar siempre el
protagonismo de la participación y de los procesos democráticos en los que se reconozca la in-
dependencia de las comunidades y su autonomía, así como el fortalecimiento de los mecanismos
propios de gestión del territorio.
Asociatividad. Se refiere al papel importante que deben jugar los procesos colectivos en los
que las fuerzas de las personas reunidas multiplican los esfuerzos y mejora las condiciones para
enfrentarse a los retos del futuro.
Visión prospectiva. Es la manera en la que todas las iniciativas y acciones deben pensarse y
planearse para reducir la incertidumbre, evitar riesgos y anticipar dificultades.
40 PLAN DE DESARROLLO INTEGRAL ANDINOAMAZÓNICO 2035