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Para Freud el síntoma es una modalidad de satisfacción pulsional.

Una forma de
satisfacción desfigurada producto de la represión. En la conferencia 23 plantea que el
síntoma surge como resultado de un conflicto en torno a una nueva modalidad pulsional.
Las fuerzas que se ponen en juego en la lucha de la cual deviene el síntoma coinciden en
el, es por ello que el síntoma es tan resistente, está sostenido de ambos lados. La libido
rechazada, cuya satisfacción fue denegada, va a buscar la satisfacción por la vía de la
regresión. Es una libido que ha sido rechazada por la realidad, frustrada. Por el camino de
la regresión se satisface a través de organizaciones y objetos ya resignados que
corresponden a la vida sexual infantil. Lo que plantea Freud es que la libido retorna a
puntos fijados de etapas anteriores. La libido entonces por el camino de la regresión
inviste representaciones icc. Ya no está bajo los influjos del yo y sus leyes, sino que está
bajo el dominio de los procesos icc de condensación y desplazamiento.
Lo que plantea es que la libido halla las fijaciones para quebrantar las represiones en las
prácticas y vivencias de la sexualidad infantil. La libido se revierte. Lo que dice Freud es
que esas prácticas y vivencias de la sexualidad infantil tienen componentes heredados así
como también adquiridos. Lo fundamental acá es que la libido está ligada a vivencias
sexuales infantiles y no a otras.
El síntoma es la forma en la que la libido se satisface. Repite modalidades de satisfacción
de la temprana infancia. Es una satisfacción desfigurada: por la censura que nace del
conflicto, por la represión. Se vive con sufrimiento, con malestar, es desfigurada porque el
sujeto no lo vive como algo satisfactorio sino más bien como un padecimeinto. Lo vive
como algo extraño, algo ajeno. El conflicto psíquico que surge por la demanda de
satisfacción de una modalidad pulsional tiene como resultado la formación del síntoma. El
síntoma se forma en un intento de resolver este conflicto.
Lo fundamental de esta cnferencia es que Freud ubica que el síntoma no es otra cosa que
una forma de satisfacción autoerótica. Lo define como un autoerotismo ampliado. Por qué
es autoerótica? Porque prescinde del objeto y de la realidad. Está bajo el dominio del
principio del placer y no del principio de realidad. Se reemplaza la modificación de mundo
exterior por una modificación del cuerpo. Una acción exterior por una interior.
Lo que también ubica Freud en esta conferencia es que en análisis de síntomas
neuróticos es que las vivencias infantiles en que la libido está fijada son de contenido
similar. Ubica tres fantasias primordiales: la de observar el comercio sexual entre los
padres, ser seducido por un adulto y la amenaza de castración. Dice que el contenido de
estas escenas no es siempre verdadero, las más de las veces son falsos, pero esto no
signfiica que carezcan de valor. En el mundo de la neurosis lo decisivo no es la realidad
material sino la realidad psíquica. Este descubrimiento sirve para no desacreditar el
análisis.
Lo que plantea con estas fantasías primordiales es que son de patrimonio filogenético.
Rebasa el propio vivenciar hacia el vivenciar prehistórico. Lo que hoy es contado en
análisis como fantasía en los tiempos originarios de la familia humana fue real.
Por último en la conferencia agrega que estas fantasías son toleradas por el yo hasta el
momento en el que la libido cuya satisfacción ha sido denegada, las inviste. Por un
aumento del influjo de energía estas fantasías cobran fuerza y se vuelven exigentes,
desarrollan un esfuerzo orientado hacia la realidad y a su cumplimiento. Por esto son
reprimidas, y ya en el icc la libido encuentra camino a los lugares de fijación.
En ISA el síntoma para Freud tiene el mismo estatuto: el de satisfacción desfigurada por
producto de la represión. Ejemplifica esto con el caso de Hans, en el que el síntoma es la
expectativa angustiada de que un caballo lo muerda, esto conlleva a una inhibición de sus
actividades, inhibición que lo lleva a no salir a la calle por temor. Lo que plantea es que
Hans se encuentra en pleno conflicto edípico. Conflicto que se da en la ambivalencia
afectiva frente al padre. El conflicto entre las mociones tiernas y las hostiles lleva a la
represión. La moción pulsional que sufre la represión es el impulso hostil hacia el padre.
El análisis brindó la prueba de ello: le permitió construir la moción de deseo de que ojalá
su padre se cayese, como los caballos, y se hiciera daño. Pero Freud se pregunta
entonces por qué si el padre, que ha sido reemplazado por el caballo, el síntoma no es
que el quiera morder o agredir a un caballo. Por qué el síntoma es que un caballo lo
muerda a el, ejerza la violencia y la agresión sobre el y no al revés. Acá es donde opera la
represión dice Freud. Si Hans se mostrase con una conducta así hacia los caballos el
carácter de la moción pulsional agresiva no habría sido alterada en nada por la represión,
sólo habría mudado de objeto. Lo que motoriza la represión es la angustia de castración.
Lo que escenifica con este caso es que el síntoma es la satisfacción de una moción
pulsional reprimida y que por efecto de la represión esta forma de satisfacción aparece
desfigurada, irreconocible. Por eso se vive con padecimiento y no como algo placentero.
Lo fundamental también es que Freud puede ubicar aquí como el síntoma no sólo tiene un
componente autoerótico, sino que desde las formulaciones de Lacan, también tiene un
componente simbólico: la fantasía. Allí es en donde podemos ubicar al síntoma articulado
a la palabra. En la fantasía, en la escena que se pone en juego, en los significantes. Esto
es lo que permite que el síntoma pueda ser interpretado en análisis y así pueda ser
modificado. Es que está articulado al significante. Se lo puede conmover por medio de la
palabra. No es puro real, también hay una vertiente simbólica que se pone en juego.
Para Lacan el síntoma es goce. El síntoma es satisfacción autoerótica. En el seminario 10
lo contrapone con el acting out, diferenciándolo y diciendo que el AO es una demostración
a un Otro, llama a la interpretación y esta orientado siempre al Otro. Lo que se muestra en
el AO es el deseo, un deseo que se muestra como otro. Es una mostración velada. El
síntoma también se muestra como algo que no es, pero no llama a la interpretación. No
está orientado a un Otro. Se basta con sí mismo porque el síntoma, dice Lacan, es goce.
Acá se condice con Freud: el síntoma es una forma de satisfacción pulsional autoerótica,
no necesita de un objeto o de la realidad, se autoabastece. El síntoma es goce revestido,
es una satisfacción encubierta (para Freud era sustitutiva o desfigurada), se muestra
como lo que no es. Por eso para Lacan es fundamental la transferencia. Para poder
interpretar el síntoma, poder cuestionarlo, poder romper con la implicación subjetiva es
necesario que sea dentro de la transferencia. Es necesario introducir un Otro.
La transferencia es una de las nociones fundamentales en el psicoanálisis, lo plantea
Lacan. En “sobre la dinámica de la transferencia” Freud plantea que la vida amorosa de
todo ser humano está determinada por el conjunto de las disposiciones innatas y de los
influjos que recibe en la infancia el sujeto. Entonces quedan determinadas las pulsiones
que se satisfarán, las metas y los objetos. Conformando de esta manera un clise que se
repite. Lo que plantea también es que no todas las mociones pulsionales determinantes
de la vida amorosa han alcanzado su pleno desarrollo. No todas son concientes y están
vueltas hacia la realidad objetiva. Estas mociones que no se han desarrollado por
completo son inconcientes y se despliegan en la fantasía. La relación con el analista se
anudará a estos clises preexistentes, tanto los concientes como los inconcientes y hará
entrar al analista en una de las series psíquicas del paciente.
Lo que plantea Freud con respecto a la transferencia es que: en primer lugar la
transferencia no es algo que acontece exclusivamente en análisis, sino que también se da
en otras áreas de la vida. La transferencia si es algo propio de la neurosis. Por otro lado
también dice que la transferencia es motor del análisis a la vez que es una de las más
fuertes resistencias en el tratamiento. La transferencia es motor y obstáculo a la vez.
Facilita el trabajo a la vez que lo obstaculiza. Lo obstaculiza porque detiene la asociación
libre. Entonces en análisis hay que luchar contra las resistencias que surgen al intentar
hacer conciente lo inconciente, en el trabajo que es reconducir la libido que se satisface a
través de la regresión a la conciencia. Esas resistencias son las mismas fuerzas que
causaron la regresión. Y por otro lado debe enfrentarse a la resistencia que implica la
transferencia. Freud plantea que es impreciso hablar de transferencia a secas, por eso
plantea dos vertientes: la transferencia positiva y la transferencia negativa. Por qué
hablamos de dos tipos de transferencia? Porque la marca particular de las neurosis
obsesivas es la ambivalencia afectiva, instalada desde los orígenes en el temprano
divorcio de los pares opuestos. Entonces la transferencia negativa son los sentimientos y
las mociones hostiles, mientras que la trasnferencia positiva se divide en todos: las
mociones tiernas y las mociones eróticas. Las que se presentan como resistencia, como
obstáculo del trabajo analítico son la transferencia negativa y la transferencia positiva de
orientación erótica. Mientras que la transferencia positiva de mociones tiernas son las que
facilitan el trabajo. Estas son las susceptibles de la conciencia.
Por último plantea que el icc es atemporal, y que esas mociones libidinales son actuadas,
son repetidas en el acto, y no son elaboradas a través de la palabra. El icc es atemporal
porque no atiende a la situación objetiva y actúa sus mociones. El analista tiene como
objetivo insertar estas mociones en la trama del tratamiento y en la de la biografía del
paciente, subordinarlas al abordaje cognitivo. Esta lucha entre analista y paciente, entre
intelecto y vida pulsional, entre discernir y querer actuar se desenvuelve en torno a los
fenómenos transferenciales.
Para Lacan la transferencia no es sólo repetición sino que también tiene un componente
creativo. En su seminario número 8 trabaja el banquete de platón y allí ubicaque lo
fundamental de la transferencia es el amor, el amor al Otro. Dice que el amor está
relacionado con lo que el Otro puede darnos y lo que tiene que respondernos. En la
transferencia se juega la demanda de amor al Otro pero también la cuestión del deseo. En
ese punto se pone en juego por lo tanto algo de la naturaleza del objeto a. El objeto como
causa.
Para Lacan y Freud la transferencia no es pura repetición sino que introduce un
componente de novedad. Por otro lado lacan también desestima la diferencia que hace
Freud entre transferencia positiva y negativa. La transferencia entonces no es puro
automatismo de repetición, dice en el sem 8 sino que, como ya lo decía Freud, es un
proceso espontáneo. Tiene un componente creativo. Lo que agrega lacan respecto a esto
es que la transferencia no debe ser interpretada, porque tiene un valor irreductible. No
debe ser interpretada porque siempre se va a interpretar desde el lugar que el analista
ocupa el cual la misma transferencia ha instituido. También agrega lacan que la palabra
en análisis tiene valor, tiene efecto por la transferencia. La transferencia se manifiesta en
relación con alguien a quien se le habla: un Otro.

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