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Seguridad Alimentaria”
TÍTULO:
PROCESO DE EJECUCIÓN
PRESENTADO POR:
CASTRO CAHUANA HUGO
MONTES APUMAYTA VIDAL
OLARTE CRISOSTOMO JEFHERSON
ASIGNATURA:
SEMINARIO DE DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL
DOCENTE:
DEL CARMEN IPARRAGUIRRE, DENJIRO FELIX
PATURPAMPA – HUANCAVELICA
2013
1
“A nuestros padres por todo lo que somos y esperamos ser, se
lo debemos a su inmenso cariño, a sus sacrificios y desvelos.
Por tenernos paciencia y ayudarnos siempre a salir adelante
hasta conseguir nuestras metas”
Los alumnos
Carnelutti
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SUMARIO
CARATULA
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
PROCESO DE EJECUCIÓN
CAPÍTULO II
2.1. DEMANDA:
2.3. CONTRADICCIÓN
2.4. AUDIENCIA
2.6. APELACIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
3
INTRODUCCIÓN
En los términos ya detallados en este trabajo se analizará un caso práctico del expediente N°
00452-2012-0-1101-JP-CI-01, en la obligación de dar suma de dinero, por la parte interesada
la AFP PRIMA y por el otro lado como demandado la Municipalidad Provincial de
Huancavelica, en el juzgado de Paz letrado.
Los alumnos
4
CAPÍTULO I
PROCESO DE EJECUCIÓN
Para algunos el entonces juicio ejecutivo no era más que un proceso de cognición
sumaria. Esta postura se apoyaba entre otros fundamentos en que por su estructura la
finalidad de dicho juicio ejecutivo radicaba en la creación de un verdadero título de
ejecución, ya que los documentos privilegiados por ley para iniciar la tutela ejecutiva
únicamente permitían la entrada al juicio, pero sería la sentencia – a expedirse en dicho
proceso - el verdadero título.
Para otro sector de la doctrina avalan la posición de que el proceso ejecutivo tiene
naturaleza ejecutiva y no de cognición sumaria, afirmando que no se puede aseverar que la
1 Ariano Deho, E. “Proceso de Ejecución” reimpresión, Editorial RODAS, Lima, 1998, p. 167.
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sentencia de remate innove en absoluto el contenido del título, pues se limita a disponer la
reanudación del procedimiento de apremio, iniciado en el momento del embargo. Por eso
le otorgaban un contenido meramente procesal a dicha sentencia la cual ratificaría
la decisión jurisdiccional que dio inicio al juicio ejecutivo.
Liebman, por su parte, sostuvo que el juicio ejecutivo se presenta como un proceso
mixto de cognición y ejecución o, más exactamente como un proceso de ejecución que
contiene una fase de cognición 2. Para justificar ésta posición, Liebman3 nos
manifiesta que el juicio ejecutivo, tal como ha sido aceptado y regulado por los códigos
hispano americanos, nos presenta un proceso que no corresponde exactamente a ninguno
de los tipos indicados - entiéndase al proceso de conocimiento y al proceso de ejecución –
pues su finalidad directa e inmediata es la ejecución, pero el legislador le ha parecido que
los títulos que le dan ingreso no proporcionan una certeza suficiente de la existencia del
crédito; por eso ha incluido en el curso de este proceso una fase en la cual el deudor es
citado para oponer sus excepciones, y la ejecución no continúa si el juez no se convence de
la falta de fundamento de las mismas.
A nivel nacional, Carrión Lugo4 sostiene que nuestro actual Proceso Único de
Ejecución, tendría una naturaleza singular, por cuanto se presentan supuestos en donde
se discute la eficacia del título de ejecución y de la obligación contenida en él.
Hecho todo este resumen de las diversas opiniones respecto a la naturaleza jurídica
del juicio ejecutivo hispánico, debemos nosotros de manifestar que – a nuestra opinión -
la naturaleza de nuestro proceso es uno propiamente de ejecución. Lo dicho se debe en
primer lugar – descartando la tesis del proceso ejecutivo como cognición sumaria – que
a raíz de las modificaciones del Decreto Legislativo 1069 se ha erradicado a una
sentencia que ratifique o que busque consolidar un título de naturaleza extrajudicial, sino
que el título por si mismo apareja ejecución; en segundo lugar, a que el proceso conlleva
2 Liebman E., “Sobre el juicio ejecutivo”, En: Estudios de Derecho Procesal en honor de Hugo Alsina, 1940, p.
400-401
3 Liebman, E. ob. cit, p. 399-400
4 Carrión Lugo, J. “Tratado de Derecho Procesal Civil “Tomo V, Editorial GRIJLEY, Lima, 2009, p. 6
6
a diversos actos de ejecución, desde el mandato ejecutivo que ordena el pago o
cumplimiento de una obligación hasta los actos de realización forzada. En tercer
lugar, y con relación a la oposición o contradicción, si bien es cierto suspenden la
ejecución, éste no es una etapa natural del proceso ya que sólo aparecerá en el proceso
en la medida que el ejecutado la haya hecho valer, caso contrario vencido el plazo para
cuestionar el mandato ejecutivo se procederá a iniciar con la ejecución forzada.
A diferencia del proceso declarativo que —al menos teóricamente— puede tener
una única estructura procedimental, el proceso de ejecución por presentar una mayor
adherencia de la forma a los fines, no tiene una única estructura.
6 CHIOVENDA, “De la acción nacida del contrato preliminar, en Ensayos de Derecho Procesal Civil”, Tomo I,
Ediar, Bs.Aires, 1949, p.214
7 Jorge Carreón Lugo, “tratado de derecho procesal civil” volumen V, editorial GRIJLEY, Primera Edición, Perú,
2009, pág. 5.
8 CHIOVENDA, Instituciones de Derecho Procesal Civil, Tomo I, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid,
1954, pag.332. En ese mismo sentido ALSINA, Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y
Comercial, Vol. V, Ediar, Bs.Aires, 1962, p. 44, señalaba que “los modos de ejecución varían según la
naturaleza de la obligación ..y hasta puede afirmarse que cada obligación tiene un procedimiento especial de
ejecución”.
8
la actividad sustitutiva del órgano jurisdiccional, frente al incumplimiento por parte del
obligado.
El CPC de 1993 nació con una bipartición de “títulos”: los que llamó “ejecutivos”
(art. 693 CPC, hoy derogado por el D. Leg. 1069) y “de ejecución” (art. 713 CPC, hoy
derogado por el D. Leg. 1069). Los primeros permitían ingresar al llamado “proceso
ejecutivo”, los segundos al llamado “proceso de ejecución de resoluciones judiciales”.
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legislador fue consagrar lo que llamó un “proceso único de ejecución”.
9 Un detalle terminológico: las ejecuciones no se “conocen” —como reiteradamente lo establece el neo art.
690-B en sus tres párrafos— sino que “se llevan adelante”. Se “conocen”, en cambio, los procesos declarativos.
10 La nueva Ley de Arbitraje (D. Leg. 1071) tiene también sus propias reglas de competencia. Es así que el art.
8.3 establece que “para la ejecución forzosa del laudo será competente el juez subespecializado en lo
11
garantía real, ha renunciado a la introducción de un auténtico “proceso único de
ejecución”, pues éste habría presupuesto sanas reglas de competencia uniformes (en
particular, territoriales) que prescindieran del origen del título y que atendieran, más
bien, a la efectividad de la ejecución (p.ej. lugar donde se encontraran los bienes en la
ejecución dineraria y de dar bienes determinados; el del cumplimiento de la obligación
tratándose de hacer y de no hacer) y, de paso, que se prohibieran los pactos de
prórroga de competencia que son los que hoy habilitan que las ejecuciones sobre bienes
que se encuentran en un lugar se realicen en otro, a todo daño de la efectividad (y cómo
no, de la celeridad) de la ejecución misma.
Con todo, lo que ahora se tiene es una lista “unificada” de títulos, condensada en el
art. 688 CPC (y ya no diversificada en los arts. 693 y 713 CPC). Estos son:
comercial o, en su defecto, el juez civil del lugar del arbitraje o el del lugar donde el laudo debe producir su
eficacia”; por su parte el art. 8.6 establece que para la ejecución de laudos extranjeros reconocidos “será
competente el juez subespecializado en lo comercial o, en su defecto, el juez civil del domicilio del emplazado
(rectius, ejecutado), o si el emplazado no domicilia dentro del territorio peruano, del lugar donde tenga sus
bienes o donde ejerza sus derechos”.
12
reglas del D. Leg. 1070). También entran dentro de este rubro las sentencias
extranjeras que han obtenido el exequatur correspondiente (art.719 y art. 840).
Dentro de los autos están los que liquidan costas y costos (art. 417 y 418 CPC).
Es importante evidenciar que la ley quiere que las resoluciones judiciales estén
“firmes”. El único caso en el que ello no se precisa es en materia de alimentos,
cuya sentencia puede llevarse a ejecución aunque esté impugnada (v. art. 566
CPC).
Hay que notar que las resoluciones judiciales siempre están contenidas en un
documento público, por lo que al decir “resolución judicial”, por implícito, se está
otorgando la calidad de título al documento (público) que contiene la resolución
judicial.
2. “Los laudos arbitrales firmes”: curiosamente el inc. 2 del (nuevo) art. 688 re-
consagra como título ejecutivo al laudo arbitral “firme”, sin tener en cuenta que el
D. Leg. 1071, o sea en la nueva Ley de Arbitraje, promulgada el mismo día del D.
Leg. 1069, en su art. 66.1 establece que “La interposición del recurso de anulación
no suspende la obligación de cumplimiento del laudo ni su ejecución arbitral o
judicial”. Ergo, a partir de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Arbitraje (el
1° de setiembre de 2008), el laudo arbitral no requerirá estar “firme” para llevarse
a ejecución.
Hay que notar que todo laudo arbitral por provenir de los árbitros (que son
juzgadores privados) está contenido en un documento privado. Sobre lo que
se requiere para promover la ejecución del laudo v. art. 68 del D. Leg. 1071.
14
art. 1312 CC (“La transacción judicial se ejecuta de la misma manera que la
sentencia y la extrajudicial, en la vía ejecutiva”). Suprimida la “vía ejecutiva” (con
ese nombre): ¿quid iuris? Es de esperar que no se considere que —tras el pleno
“casatorio” de diciembre 2007 que “interpretó que la transacción extrajudicial
puede hacerse valer como excepción procesal— este constituye un “título
judicial” (ya sería lo máximo). Nótese que a un documento privado se le da la
calidad de título solo porque “contiene” una transacción (quebrando la regla del
—ahora— inc. 6).
10. “El testimonio de Escritura Pública” (v. art. 83 D. Leg. 1049, Decreto
Legislativo del Notariado).
11. “Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo”. Aquí encontramos
toda una “fauna” de lo más variada. Así están todos los títulos “extravagantes”,
desde los más “nuevos” hasta los más viejos. Indiquemos algunos (nunca estoy
segura de que estén todos)
Ley 27301 del 9 de julio del 2000, ley que otorga carácter de título ejecutivo
a las obligaciones adeudadas a la Caja de Beneficios y Seguridad Social
del Pescador
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La liquidación para cobranza del aporte social impago que emita la
entidad Fiduciaria para los tripulantes pesqueros industriales (D. Leg. 1083,
primera disposición final, que remite al (derogado el mismo día), art. 693 CPC;
Ley 27157, art. 50: “Instrumentos impagos por la cobranza de las cuotas
ordinarias y/o extraordinarias de unidades inmobiliarias de propiedad
exclusiva y de propiedad común”.
Los recibos por servicios de agua potable y saneamiento, así como por cobro
de intereses, moras y gastos derivados por obligaciones no canceladas al
vencimiento tienen «mérito ejecutivo» conforme al art. 23 del D. Leg. 908
(Ley General de Servicios de Saneamiento).
Como se puede apreciar existe toda una gama de títulos de lo más diversos:
algunos son documentos públicos, otros son privados; unos provienen del propio deudor,
otros solo del acreedor, otros de terceros. Los unifica algo: ser consagrados como tales
por la ley, de allí la “escéptica conclusión”: frente a esta heterogeneidad de documentos
(y de actos) no es posible una noción general, abstracta y atípica de título ejecutivo. El
título es el que la ley dice que es (nos guste o no).
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llamado “proceso ejecutivo” (arts. 693 a 712), al que se accedía si se poseía un “título
ejecutivo” y, por el otro, el llamado “proceso de ejecución de resoluciones judiciales”
(arts. 713 a 719), al que se accedía cuando se poseía un “título de ejecución”.
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reclamada, más no propiamente a que se proceda a la ejecución de los bienes de la [...]
emplazada”11, que es como decir que un “proceso” al que la propia ley concebía como
“uno” de sus “procesos de ejecución” no tenía por objeto realizar actos de ejecución.
Con la reforma del CPC operada con el D. Leg. 1069 nada cambia (salvo los
nombres), en cuanto no es que el legislador haya introducido un “proceso único” de
ejecución, sino que lo ha hecho, en sustancia, es trasformar (terminológicamente) al
“proceso ejecutivo” en el “proceso único de ejecución” (no por nada el Capítulo II, que
era el que “regulaba” al ejecutivo, se le ha cambiado el epígrafe por “Proceso Único de
Ejecución”), pasando muchas de las disposiciones que antes estaban en los Subcapítulos
I y II del Capítulo II del Título V, a las Disposiciones Generales (o sea al Capítulo I del Título
V).
11 Así en la Sentencia de Casación N° 1316-2005 LIMA, publicada en El Peruano, 02/10/06. Sobre el tema cfr.
mis El proceso de ejecución, Rohdas, Lima, 1996 (reimp. 1998), p. 174; Conmemorando diez años de proceso
¿ejecutivo?, en Diálogo con la Jurisprudencia, N° 53, febrero 2003, pp. 127 y ss.; Las vías procesales para el
ejercicio de la «acciones cambiarias», en Tratado de Derecho Comercial, Vol. II, Gaceta Jurídica, Lima, 2004,
p. 273 y ss, especialmente p. 294.
19
sentencia del ejecutivo (solo por ser “sentencia”)— “con efecto suspensivo”12, sino que,
dado que no se lo ha hecho inapelable, lo será “sin efecto suspensivo” (v. art. 372 CPC).
Por tanto, si bien se piensa, el “cambio” de estructura del neo “proceso único de
ejecución” frente a aquella del ejecutivo es más aparente que real.
12 En efecto, dispone el nuevo texto del art. 691 CPC: “El plazo para interponer apelación contra el auto que
resuelve la contradicción es de tres días contados desde el día siguientea su notificación. El auto que
resuelve la contradicción, poniendo fin al proceso único de ejecución, es apelable con efecto suspensivo”.
13 Al estilo de declarar “fundada la demanda” y en consecuencia ordenar “llevar adelante la ejecución hasta
que los ejecutados cumplan con pagar la suma de XXX, más intereses...”, como lo han hecho (casi) todos los
jueces de nuestra República.
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CAPÍTULO II
2.1. DEMANDA:
Que Máximo y Edwar dice14: El proceso único de ejecución, y al tenor del art. 690-A
del código procesal civil, a la demanda se acompaña el titulo ejecutivo (que debe de ser
uno de los indicados en el art. 688 del C.P. C). Cuando la norma exige que se acompañe el
titulo ejecutivo, se explica porque en este tipo de proceso el contradictorio se invierte. La
sola afirmación contenida en la demanda y sustentada en el título que se adjunta es
suficiente para que el órgano jurisdiccional expida el mandato ejecutivo; sin embargo,
puede ocurrir que el juez califique el título y deniegue la demanda, aun sin oposición del
14
Máximo Quispe y Edwar Sanchez, “Manual de Derecho Procesal Civil”, Editoriar JURISTA, Lima, 2010, pág.
612.
21
ejecutivo. Ahora, no solo se debe alegar y presentar el titulo sino que la obligación
documentada en el título debe cumplir los requisitos del art. 689 del C. P. C. además de los
requisitos y anexos previstos en los art. 424 y 425 de dicho Código adjetivo.
15
Ob. Cit. Pág. 616.
22
expedido por el 1° JUZGADO DE PAZ LETRADO – Sede Central de Huancavelica,
habiendo analizado y contrastado los actuados en la demanda de obligaciones de
dar suma de dinero, y por las consideraciones expuestas a la cual SE RESUELVE: …
ORDENO: que la entidad ejecutada cumpla con pagar la suma de ciento ochenta y
tres mil novecientos sesenta y tres con 72/100 nuevos soles (183,963.72 nuevos
soles), más los intereses regulados según las normas previsionales, los gastos, las
costas y costas que devenguen hasta la fecha de pago en lo que corresponda,
dentro del plazo de cinco días de notificado, bajo apercibimiento de iniciarse la
ejecución forzada en caso de incumplimiento.
2.3. CONTRADICCIÓN
16
Marianela Ledesma Narváez, “los Nuevos Procesos de Ejecución y Cautelar”, GACETA JURIDICA, Editorial EL
BÚHO, Primera Edición, Lima, 2008, Pág. 273.
23
intervención recurriendo a la contradicción, bajo los diversos supuestos que regula el art.
690 – E y dentro del plazo legal que establece. Así, la contradicción aparece como la
posibilidad que se la asigna al demandado para hacer valer las defensas que tenga contra el
título.
2.4. AUDIENCIA
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2.5. AUTO DEFINITIVO
Con fecha 01 de abril del 2013, a fojas 1236 del documento principal se observa la
decisión final del juez a la que se denomina AUTO FINAL en la que se expide la resolución
N° tres, en la que el 1° juzgado de paz letrado de Huancavelica, por las consideraciones en
aplicación de los artículos 37° y 38° del texto único ordenado del decreto ley N° 25897, y
demás normas acotadas, en uso de las facultades conferidas por el texto único ordenado
de la ley orgánica del poder judicial y administrando la justicia a nombre de la nación, en el
punto III su DECISIÓN: a) DECLARA INFUNDADA la excepción de contradicción formulada
por el procurador público municipal de la municipalidad provincial de Huancavelica. b)
DECLARA FUNDADA en parte la contradicción al mandato ejecutivo formulada por el
procurador público municipal de la municipalidad provincial de Huancavelica, basada en la
causal inexistencia del vínculo laboral. c) DECLARA FUNDADA en parte la demanda sobre
obligación de dar suma de dinero – pago de aportes previsionales liquidadas, interpuesta
por PRIMA AFP en contra de la municipalidad provincial de Huancavelica; en consecuencia
ORDENA que, se lleve adelante la ejecución hasta que la entidad sea ejecutada, cumpla con
pagar a favor de la parte ejecutante la suma ascendente a s/. 12,212.53 nuevos soles
(doce mil doscientos doce con 53 nuevos soles) por concepto de las liquidaciones de los
meses no probadas respecto a la causal de inexistencia del vínculo laboral. d) ORDENA el
pago de los intereses regulados según las normas previsionales, que se generen el día
siguiente de practicada la liquidación para cobranza hasta la fecha de pago efectivo del
total de la deuda. e) SIN PAGO de gastos, costos y costas del presente proceso en atención
a lo previsto en el artículo 413° del código procesal civil.
2.6. APELACIÓN
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En lo que corresponde, el 1° Juzgado de Paz Letrado de Huancavelica, emite la Resolución
N° Cuatro de fecha 19 de abril del 2013, siendo materia de análisis los autos y en la parte
considerando a la que SE RESUELVE: 1. CONCEDER con efecto suspensivo, el recurso de
apelación, interpuesta por la procuraduría pública de la municipalidad provincial de
Huancavelica contra la resolución numero dos que contiene el auto definitivo que declara
fundada la presente demanda. 2. ELÉVESE, los de la materia al Juzgado Civil de esta Corte
Superior de Justicia, con la debida nota de atención, una vez que se devuelvan los cargos
de notificación.
Para tal efecto, el Juez del 1° Juzgado de Paz Letrado, remite el Oficio N° 1-806-
2013-J-1JPLH-CSJHU/PJ con fecha 24 de mayo del 2013, en la pone en conocimiento en
grado de apelación con efecto suspensivo contra la resolución N° 03 (Auto Final) del
Expediente N° 2012-00452-0-1101-JP-CI-01, en los seguidos por PRIMA AFP contra la
municipalidad provincial de Huancavelica sobre obligación de dar suma de dinero.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Carrión Lugo, J. “Tratado de Derecho Procesal Civil” Tomo V, Edit. GRIJLEY. Lima,
2009.
Jorge Carreón Lugo, “tratado de derecho procesal civil” volumen V, Editorial GRIJLEY,
Primera Edición, Perú, 2009.
Liebman E., 1940. “Sobre el juicio ejecutivo”, En: Estudios de Derecho Procesal en
honor de Hugo Alsina.
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ANEXO
30