Sie sind auf Seite 1von 76

Instrucciones para

Ejercicio Pedagógico para abordar la Cátedra de la Paz


Me sumo a aquellos que saborean y
disfrutan los trozos de lecturas que
quedan bien-hechos, bien construi-
dos y sobre todo cargados de sentido
y admiro a quienes vencen el temor
desaparecer y torturar
y asumen el gran compromiso de
escribir, toman el riesgo, pero se dan a un colibrí
el gusto- los envidio con delicadeza-
este escrito es breve, diciente y en
verdad cargado de sentido, aportan- Ejercicio Pedagógico para abordar la Cátedra de la Paz
te para tan crucial momento que
vivimos en nuestra corrupta y
ensangrentada patria. y que ojalá la
tan anhelada paz- que en el fondo
encarna el autor de este texto- y a
este humilde observador y a toda
nuestra sociedad no nos llegue tan
demasiado tarde.

Napoleón Rodríguez

Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibrí

Sayed Guillermo Vanegas Muñoz


Instrucciones para
desaparecer y torturar
a un colibrí
Ejercicio Pedagógico para abordar la Cátedra de la Paz

SAYED GUILLERMO VANEGAS MUÑOZ


Institución Educativa Distrital
Colegio Castilla
Carrera 78C # 8A-43 Kennedy
Teléfonos: 2923167 / 4126624 / 4117589 Bogotá D.C.

Autor:
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz

Portada:
La portada, fue elaborada por mi compañera, quien es ingeniera mecánica
y por esa complicidad que nos une como pareja, tomó algunas clases de pintura
con el maestro Fernando Botero Mendieta.

Contraportada:
Corresponde a una escena de la obra “la democracia en Colombia” de Víctor Javier Cadena
Alarcón; licenciado en ciencias sociales y artista autodidacta.

Fotografías internas:
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz

Diseño, diagramación e impresión:


Opciones Gráficas Editores Ltda.
Cra. 30A No. 4A-24 Bogotá D.C.
Tels.: 300 1464 / 2771993
www.opcionesgraficas.com

Sugerir comentarios a : sayedvanegas@gmail.com

Impreso en Colombia
Mayo 2016
DEDICATORIA

Más que una dedicatoria, quiero hacer un


reconocimiento a la labor pedagógica del educador
de educadores profesor GUILLERMO ALVARADO
CISNEROS; de quien tuve el honor de ser alumno en
su clase de historia en la Universidad Libre.
AGRADECIMIENTOS

De mis padres aprendí el gusto por la lectura; de PEDRO BAQUERO


MÁSMELA, la necesidad de la escritura, de los largos debates en torno
al tema de la poca sistematización de las experiencias docentes surgió
esa inquietud por escribir, ejercicio en el cual he venido siendo acom-
pañado por Pedro, quien con sus acertados comentarios y corrección
literaria ha vestido mis borradores con trajes dignos de ser presenta-
dos a los lectores.
Ni que decir de la camarada ARACELY ORJUELA, la educadora que
comparte con alegría y siente como propios éstos trabajos; mujer en-
tusiasta y luchadora, que apoyó ante el Consejo Directivo del colegio
Castilla, la iniciativa de publicar esta experiencia de clase.
Indudablemente agradecer a los alumnos del colegio Castilla, pro-
moción 2016, jornada tarde, el haber facilitado y autorizado la publi-
cación de sus escritos.
A Ivón Ester Lobo Fontalvo, quien pese a sus múltiples ocupacio-
nes, logró sacar tiempo para realizar la corrección de estilo.
CONTENIDO

Prefacio ..................................................................................................................................... 11
Introducción ............................................................................................................................ 13

Patologías motivadoras ....................................................................................................... 15


Entre más retorcida sea su mente más nota obtiene ................................................ 19
Instrucciones para desaparecer a un colibrí ................................................................. 21
Relato E1 ............................................................................................................................. 21
Relato E2 ............................................................................................................................. 22
Relato E3 ............................................................................................................................. 23
Relato E4 ............................................................................................................................. 24
Relatos Salvajes ...................................................................................................................... 26
El alma de los verdugos ....................................................................................................... 29
Reflexión ................................................................................................................................... 30
Relato E5 ............................................................................................................................. 32
Justificar las acciones ....................................................................................................... 33
Relato E7 ............................................................................................................................. 33
Relato E8 ............................................................................................................................. 34
Relato E9 ............................................................................................................................. 35
La leyenda del colibrí ........................................................................................................... 37
Y si el colibrí hubiese sido…Yo? ....................................................................................... 39
Relato E9 ............................................................................................................................. 39
Relato E10 .......................................................................................................................... 39
Relato E11 .......................................................................................................................... 40
Relato E12 .......................................................................................................................... 40
Creepy Pasta ....................................................................................................................... 41
Relato E13 .......................................................................................................................... 42
Encuentro con colibríes ........................................................................................................ 43

De la barbarie a la construcción de una pedagogía de


la desobediencia argumentada ......................................................................................... 47

OTRAS VOCES TIENEN LA PALABRA ................................................................................. 49

¿El fin del conflicto armado garantiza la paz para Colombia? .................................. 50
Luz Mery Pulido

Análisis del texto “cómo torturar y desaparecer a un colibrí” .................................. 55


Aracely Orjuela

Por el derecho a decir libertad ........................................................................................... 60


Alejandro Rojas

Y la familia, ¿qué puede hacer? ......................................................................................... 64


Elizabeth Delgado Barreto

De la conducta malvada ...................................................................................................... 67


Rodrigo Hernández Poveda

Biografía: Sayed Guillermo Vanegas Muñoz ................................................................. 72


PREFACIO

Luz Mery Pulido


“Maravilloso imaginar que la naturaleza humana se va a
desarrollar cada vez mejor mediante la educación, y que es posible
conformar ésta en concordancia con lo humano”1

Cuando el profesor Sayed Vanegas Muñoz me invitó a escribir en este libro del
Colegio Castilla I.E.D, lo asumí como el hecho cortes de invitación que había que hacer a
la rectora de la institución, pero no tenía claridad sobre el tipo de documento a produ-
cir; sólo sabía que era un futuro texto denominado “Colibrí”.
Aventurándome a la escritura y con la revisión previa de lo ya construido para el
libro, comprendí que realmente se titula “INSTRUCCIONES PARA DESAPARECER Y
TORTURAR UN COLIBRÍ” y que lo aquí relatado, es fruto de un interesante ejercicio
pedagógico de reflexión y producción escrita que realizan el docente y algunos de sus
estudiantes de grado décimo; tomando como excusa de la enseñanza – aprendizaje de
la guerra originada por las guerrillas y paramilitares en Colombia, y el proceso de Paz
que se adelanta en la Habana, “la tortura de un colibrí”.
El valor de lo que se ha logrado producir aquí radica en la capacidad del docen-
te para movilizar en sus estudiantes ideas, creatividad, emociones, introspecciones y
naturalmente, que produjeran un texto escrito con coherencia y cohesión (una de las
tareas más complejas en educación). Muchos podrán pensar que no se logró nada, en
últimas porque como lo señalan algunos de los estudiantes, el ejercicio estuvo motivado
inicialmente en la calificación que obtendrían por esta actividad; pero quienes somos
maestros, sabemos que hoy en día nuestros jóvenes en formación han perdido hasta el
interés por las notas, así que sin importarles que pierdan, si no les “inspira nada” lo que
se les está proponiendo, no lo harán.
En propuestas como esta se visibiliza el hecho de que el rol actual de la educación y
la escuela trascendió la transmisión de conocimientos en vació, a la tarea compleja de
formar al sujeto en su individualidad, para comprender la diferencia, ser autónomos

1 http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/kants.pdf, Kant: Aufsätze das Philantropin betreffend


1776 und 1777. op. cit. Vol. 5 págs. 61 y ss. Y 63 y ss. Pág. Consultada el 16 de Noviembre de 2012.
12 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

y actuar éticamente, más que por el premio – castigo que en cualquier circunstancia y
etapa de la vida podemos encontrar. Si la intención del docente fuera de manera exclu-
siva que sus estudiantes conocieran la historia, el trabajo podría no haber sido más que
una consulta teórica de los hechos, que muy seguramente los alumnos habrían bajado
de la red, en el ejercicio de copy – page, tan común hoy en cualquiera de los niveles
educativos.
Finalmente, con el logro de la sistematización de esta experiencia pedagógica, tam-
bién se hace una invitación a los demás docentes a escribir sobre sus prácticas, a visi-
bilizar su quehacer en el aula y las distintas ideas que se tienen sobre cómo lograr que
los estudiantes se cautiven e interesen por aprender, permitiéndoles tener una mirada
crítica de la realidad que vivimos. Ojalá en próximas publicaciones sea posible recopilar
el ejercicio cotidiano de los excelentes maestros y estudiantes con que cuenta el Colegio
Castilla I.E.D.


INTRODUCCIÓN

En momentos en que en Colombia se consolidan los procesos de paz y se hacen es-


fuerzos extraordinarios para recuperar la memoria de la barbarie; resulta interesante
analizar hasta donde ha calado en la conciencia popular y aún en los imaginarios de los
jóvenes las manifestaciones de crueldad naturalizadas quizá en la reiterada repetición
de los relatos de víctimas y victimarios del conflicto.
Construir la paz exige entre otros múltiples factores hallar los caminos que permitan
superar las secuelas de la violencia y de la barbarie naturalizadas incluso en los testi-
monios de torturados y torturadores. Para el efecto propuse a un grupo de estudiantes
de grado décimo del colegio distrital Castilla j.t, la elaboración de relatos en los que ellos
se asumieran como torturadores; en este caso, de un animal colorido e indefenso como
lo es el colibrí. La pretensión era develar posibles manifestaciones y naturalizaciones de
los actos de barbarie y crueldad que pudieran emerger de esos relatos y analizar aún las
propias reacciones de los estudiantes frente a lo que pudiera considerarse “una insólita
consigna de clase”.2
El efecto del ejercicio no ha dejado de sorprenderme. Más allá de lo que pudiéramos
denominar lugares comunes de la crueldad, los relatos y los ejercicios pedagógicos que
se hicieron durante la experiencia permiten inferir y aún generar preguntas sobre la na-
turaleza del comportamiento humano fácilmente maleable y, por lo mismo, susceptible
de las más crueles acciones. Los productos de esta experiencia se recogen en este libro,
que quiere convertirse, de alguna manera, en un elemento pedagógico para pensar el
grado de dificultad que supone un eventual proceso de paz y la construcción de una
sociedad respetuosa de los derechos humanos en circunstancias en que la crueldad y la
barbarie sufridas durante casi toda la historia del país, parecen naturalizadas, arraiga-
das en lo más profundo de las conciencias, aún de los más jóvenes como lo revelan los
escritos que aquí se compilan.
He dividido la presentación de la experiencia en varias partes: la primera se refiere
a los motivos, las raíces que como docente me han conducido a pensar desde la escue-
la el tema de la desaparición forzada y la tortura, luego presento la descripción de la

2 Los escritos de los estudiantes que se incluyen en éste libro, cuentan con la debida autorización tanto de
los autores, como de sus padres, con el fin que sirvan de material de análisis y discusión ya no solamente
de la comunidad docente, sino de la sociedad en general.
14 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

experiencia como tal; los diversos momentos en que la misma se llevó a cabo; incluyen-
do textos completos de algunos de los jóvenes, y finalmente una reflexión de carácter
pedagógico sobre los límites de la barbarie en circunstancias de conflicto y los retos de
trasformación social.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 15

PATOLOGÍAS MOTIVADORAS

Un colega en el ejercicio de la docencia, solía concluir la explicación de algún interro-


gante planteado con la insólita pregunta” ¿alguna otra patología? Esta extraña manera
de preguntar me viene a la memoria cuando pienso que las preguntas que nos hace-
mos en la vida, las situaciones que nos llevan a estudiar determinadas profesiones, el
escribir sobre determinados temas, tienen su base en las vivencias de la niñez, que de
alguna manera nos impactan y que eventualmente pudieran considerarse un “asunto
patológico”
Este texto al que hemos denominado “instrucciones para desaparecer y torturar
a un colibrí”, tiene sus raíces en los recuerdos de infancia en la población de Viotá-
Cundinamarca, que en la época de mi niñez era conocida como una de las Repúblicas in-
dependientes, dada la fuerte presencia del movimiento de resistencia campesina, pero
que también, como sucedía en la mayoría del territorio nacional, era una población víc-
tima de la violencia bipartidista entre liberales y conservadores. Los días de mercado,
veía bajar de las veredas a los campesinos quienes, además de sus productos, traían
consigo machetes al cinto y ataviados con camisas rojas y azules, según fuese su vincu-
lación partidista que incitaba, bajo el efecto de las cervezas, violentos enfrentamientos
con machete.
En el otro lado de la escena, escuchaba desde mi casa, el sonido de un cuerno con el
que –me lo explicaba mi madre- se convocaba a reunión a la gente del monte (los comu-
nistas) para asistir a las reuniones de resistencia campesina.
Entre éstos recuerdo de infancia, indefectiblemente ligadas a la violencia, vi pasar
un campero que arrastraba en guando el cadáver de una mujer, mientras que por al-
toparlante se invitaba a la gente a dar información que llevara a identificarla; pero el
recuerdo más vivo, fue haber visto a un sacerdote (el cura Camilo Torres), rodeado de
campesinos, con banderas rojas, quien desde el atrio de la iglesia hablaba arengando a
la población. Su discurso era interrumpido constantemente por los gritos los campesi-
nos que lo avivaban y levantaban sus machetes.
Esas vivencias de violencia, han sido la constante de nuestra historia, campos sem-
brados de sangre, de dolor, de sufrimiento, de desapariciones, de tortura, de extermi-
no de un partido político; pero precisamente para tratar de comprender estos hechos
violentos , estudié en un primer momento Ciencias Sociales, posteriormente Historia,
Ciencia Política, Resolución y Tratamiento de Conflictos, Derecho, y en ese trasegar aca-
démico y profesional he conocido ex guerrilleros, paramilitares, soldados de las fuerzas
16 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

especiales, he leído sobre las cruentas torturas. He visto películas sobre el tema de los
desaparecidos en Chile, en Argentina y la conclusión de todo esto; es que no es muy
difícil convertir a un ser humano en torturador, en una máquina de destrucción, en un
instrumento de guerra y que por el contrario la dificultad enorme es construir lo que
se ha llamado cultura ciudadana, ética de la alteridad, convivencia pacífica, ciudadanía
responsable, corresponsabilidad, pedagogía de la desobediencia argumentada.
En relación a éstas historias de guerra y de barbarie, lo que resalto es la existencia
de un entrenamiento, que como tal es cotidiano, que requiere gran esfuerzo y discipli-
na, y que como fruto de esto, se logra contar con personas cuyo ejercicio es la guerra, la
violación de Derechos Humanos, el disfrute del dolor ajeno; y que por el contrario no
contemos con una escuela , una universidad de la paz, en la cual, con el mismo y quizá
mayor entrenamiento y disciplina con que se forma a los militares para el ejercicio de la
guerra, formemos expertos en sanar las heridas de la guerra.
Vemos como los militares caminan verticalmente por un edificio, sostenidos por una
soga y, en cuestión de segundos, bajan ilesos con todo el equipo militar a sus espaldas.
Si alguno de nosotros, sin ese entrenamiento previo, intenta realizar ese ejercicio segu-
ramente terminará estrellado contra el piso. Dicha destreza no es posible sin años de
práctica y de estudio de técnicas de asalto, cuyo fin bien puede ser el rescate de rehe-
nes, allanamientos en zonas de conflicto. Lo mismo sucede cuando vemos hombres y
mujeres de las fuerzas especiales, descender de un helicóptero con la ayuda de sogas y
en cuestión de segundos tomar el dominio de una zona o como en el caso de Colombia,
lograr colocar pequeñas cámaras de video en zonas controladas por la guerrilla y en
segundos retirarse de dichas zonas; estas son actividades sumamente peligrosas y ries-
gosas; pero el entrenamiento y la disciplina adquirida logran que se realicen.
De igual manera a los militares se les entrenan en concentración, y control de la
disciplina mental mediante ejercicios y técnicas psicológicas conductistas que aseguran
la capacidad para realizar una tarea determinada y concluir las pruebas en el tiempo
estipulado y por supuesto con las respuestas que se consideran correctas.
En relación a los cuerpos denominados élite, o comandos, cuyo desempeño lo sería
el rescate de secuestrados, de rehenes, recuperación de sedes diplomáticas tomadas
por movimientos guerrilleros, vemos que su entrenamiento es milimétrico, puntual, los
hacen entrar en cuartos, de los cuales van apareciendo siluetas humanas y deben dis-
tinguir en milésimas de segundo entre el secuestrado, el rehén y el guerrillero, y de un
solo disparo lograr acabar con la vida de éste último.
En este caso son famosos los comandos israelíes y en Colombia la llamada operación
Jaque, en donde si bien se contaba con la colaboración del comandante del grupo que
mantenía a los secuestrados, se logró el rescate de los mismos sin un solo disparo. Esto
es evidencia de que los procesos de formación militar se ocupan rigurosamente de en-
trenar física y psicológicamente a sus agentes.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 17

En el caso de la guerrilla, en sus inicios debían aprender a caminar de noche; esto,


conllevaba a desarrollar la visión nocturna, a no realizar ruido, a camuflar continua-
mente su presencia. Posteriormente cuando se avanza hacia la guerrilla urbana, se dan
nuevos procesos de entrenamiento para lograr el mimetismo social que requiere la mo-
vilidad de los cuadros guerrilleros en el entorno urbano.
Recordemos a manera de ejemplo la toma de la embajada de la Republica Dominicana,
la toma del Palacio de Justicia o cuando el movimiento M-19, logra acuatizar un avión
lleno de armas en el río Orteguaza en el Caquetá; son ejemplos de valor, de temeridad,
muy lejanos al actuar cotidiano de los ciudadanos común y corriente. En éstos casos
además del entrenamiento se requiere de una férrea convicción surgida del entrena-
miento y la disciplina.
Cuando éstos procesos de entrenamiento en uno u otro bando se desbordan y, po-
dría decirse, entran a formar parte de los relatos cotidianos de lo social, surge cierta
especie de naturalización de la crueldad, de la barbarie, que como en los momentos ac-
tuales de degradación del conflicto nos convierten en observadores pasivos de actos de
enorme crueldad, cometidos por todos los actores del conflicto. La voladura de un avión
de la aerolínea Avianca, por orden del narcotraficante Pablo Escobar, hacer explotar un
camión en las instalaciones del entonces Departamento Administrativo de Seguridad
D.A.S, los asesinatos de civiles por parte de Ejército Colombiano, haciéndolos pasar por
guerrilleros, el ataque a la iglesia en Bojayá , las decapitaciones de campesinos señala-
dos de auxiliadores de la guerrilla, la masacre cometida por el Ejército de Liberación
Nacional, en el corregimiento de Machuca, municipio de Segovia, son todos ejemplos de
la barbarie y de la naturalización de la crueldad entre los distintos actores del conflicto
armado a tal punto que ya no es posible diferenciar entre quien es más cruel de uno u
otros actores: militares, guerrilleros, paramilitares , narcotraficantes.
Los horrendos crímenes cometidos por los denominados paramilitares, bien pue-
den ilustrar la degradación moral de éstos actores de la guerra. Llegar al campo, a los
pueblos, reunir a sus pobladores y delante de los mismos proceder a decapitarlos, a
torturarlos a violar tanto a mujeres como hombres, a no permitirles el entierro de sus
muertos y ni siquiera llorarlos, son manifestaciones de una crueldad real y verdadera
que supera ampliamente los relatos construidos por los estudiantes en este ejercicio
pedagógico, desafortunadamente incontables éstos hechos violentos, como el abrir el
vientre de una mujer sacar el feto, asarlo y obligar a los pobladores a comer del mismo;
frente a los cuales sin embargo habría que preguntarse hasta donde la crudeza de la
realidad entra a formar parte de éstos imaginarios.
Precisamente toda esa historia de terror, que indudablemente ha permeado a la so-
ciedad colombiana en su actuar cotidiano, constituye un enorme reto para el país, no
en olvidar toda esta barbarie, sino a partir de esta horrenda realidad propender por
construir otro tipo sociedad. No es fácil lograrlo y menos aún llevar a cabo el postulado
18 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

de la cátedra de la Paz, por cuanto, esos actos violentos, han originado que sea el in-
fractor, el matón, el que termine imponiendo las normas y amenazando a aquellos que
intentan mantener la convivencia sobre la idea del respeto a la norma. Baste no más
el ejemplo de aquel dueño de mascota que se niega a recoger los excrementos de su
perro y acusa de sapo, cuando no desafía al ciudadano que le llama la atención sobre su
comportamiento.
Indudablemente el escenario que se nos presenta de una Colombia, en donde
los grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el
Ejército Nacional de Liberación, han depuesto las armas y se han convertido en mo-
vimiento político, exige además de implementar los acuerdos con el Estado y apelar a
recursos pedagógicos como a las cátedras de la paz, conocer la historia del conflicto,
lo que se ha denominado como la recuperación de la memoria histórica, y en dicha re-
cuperación escuchar las voces de las víctimas, pero también los relatos de los victima-
rios. Todo esto constituye una labor de lo que se conoce como reconstrucción del tejido
social, en la que todos tenemos que ver. Y en esa reconstrucción se debe realizar un
diagnóstico que nos diga hasta donde dicho tejido se ha visto afectado, un análisis que
determine hasta qué punto los jóvenes han sido permeados por estas realidades; preci-
samente esa es mi intención pedagógica de mostrar el ejercicio de clase que da cuerpo
a los siguientes relatos.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 19

ENTRE MAS RETORCIDA SEA SU MENTE MAS NOTA OBTIENE

De mis clases de psicología educativa, en la licenciatura en educación, recuerdo


múltiples experimentos y postulados derivados de la corriente conductista que iniciara
Pablov con sus experimentos con animales a los cuales sometía a estímulos asociados a
determinados tipo de respuesta (condicionamiento operante) tales como los que reali-
zó con perros que hacía caminar sobre placas calientes al tiempo que les ponía música,
de manera que los animales terminaran asociando calor con música y se obligaran a
saltar aun estando fría la placa sobre las que se les obliga a moverse. Ese tipo de en-
trenamiento lograba perros bailarines que eran presentados en los circos como gran
novedad. Estos experimentos se han naturalizado en el comportamiento humano de
hoy en el que igual que los perros reaccionamos por estímulos. Así funcionan las redes
sociales, los procesos formativos y múltiples facetas de la vida humana orientadas al
tecno consumo. El conductismo como manipulación de las personas: obediencia-pre-
mio, desobediencia –castigo, parece ser el mecanismo para hacernos maleables, fáciles
de manipular y cooptar.
Sin lugar a dudas, muchas formas de este conductismo social pueden asociarse con
el fenómeno de la violencia que hemos sufrido en Colombia. Muchos de los crímenes
que cometieron nuestros campesinos, compadres entre ellos, en la llamada época de
violencia bipartidista, pueden explicarse por esas formas de manipulación realizadas
por la clase dirigente del país entre personas ignorantes que no distinguían las tesis de
conservatismo y liberalismo.
Conocedor y crítico de ese conductismo, procedí a mencionar a los jóvenes de grado
décimo del colegio Castilla, j.t., que como introducción a la temática de América Latina,
íbamos a hacer énfasis en las torturas y las desapariciones forzadas que se sucedie-
ron en el continente y por ende precisaba que en la próxima clase trajeran una hoja de
examen: Efectivamente en la siguiente clase trajeron el material solicitado y los insté a
escribir un relato que diera cuenta de la desaparición y tortura de un colibrí. La única
instrucción que les di, consecuente con la propuesta conductista, fue la de estimular con
la mayor nota los relatos más crueles y sangrientos. Nadie protestó, nadie interrogó y se
dieron a la tarea de ponerse a escribir.
Llama la atención de esta experiencia que los jóvenes que produjeron los relatos
pertenecen a familias de clase media cuyos padres son profesionales, médicos, aboga-
dos, ingenieros, contadores, con estabilidad económica y en cuyos hogares podría pen-
sarse no existen carencias ni condiciones que estimulen la violencia; sin embargo los
relatos revelan el mismo trasfondo de crueldad de la realidad anteriormente descrita.
20 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

El ejercicio era simple, se trataba de desaparecer un colibrí, torturarlo y finalmente


producirle la muerte, no dejar rastro alguno de él; les expliqué que había escogido la
figura del colibrí por cuanto era un ser indefenso, se me asemejaba a los hippies de los
años sesenta, vestido de colorines, con un pico largo pero endeble, que se alimentaba
del néctar de las flores, pura paz y amor, en definitiva no había motivos, si es que se
puede aducir motivos para la desaparición y la tortura, que indudablemente para tan
atroz crimen no los puede haber, pero como constantemente nos bombardean con la
figura del terrorista, en la internet se muestra imágenes de degollamientos llevados a
cabo por grupos como el Estado Islámico, lo que conduce a disminuir lo que los psicólo-
gos denominan el umbral del asombro; es decir, que a mayor grado de crueldad menor
grado de sensibilidad.
En Colombia, los altos mandos militares, aparecen mostrando los cadáveres ensan-
grentados de los dirigentes guerrilleros, desfigurados por las bombas; mientras que
las noticias hablan de dados de baja temibles terroristas. El gobierno incitando por
medio de recompensas al asesinato; como el caso del dirigente guerrillero conocido
como Iván Ríos , quien fue asesinado y cortada una de sus manos para confirmar que se
trataba de él, y después de esto solicitar al Estado la recompensa ofrecida; así mismo
la entrega de dinero a encapuchados por parte de altos mandos militares, el asesinato
de jóvenes desempleados para hacerlos pasar como guerrilleros, las noticias de las
llamadas casas de pique, en las cuales en Buenaventura se torturaba y descuartizaba a
personas, y en donde los vecinos de dichas casas escuchaban impotentes los gritos de
los torturados, y en sí la alta tasa de desaparecidos en el país, con el caso más emble-
mático como lo fue la llamada retoma del palacio de justicia por los militares, retoma
en la cual, se vio salir a varias personas que posteriormente “desaparecieron” y que
aún hoy se siguen buscando.
La naturaleza del ejercicio de escritura era poner en evidencia hasta donde estas
realidades, no son ajenas a los jóvenes. También ellos conocen la crueldad, hablan de
ella, se enteran, aprenden, admiraran al pícaro, al vivo, al narco, al traqueto, al para-
militar, al politiquero, al político que elude la justicia y se exilia. La contundencia de la
realidad parece naturalizada y supera el propósito formativo de la escuela. El entorno
no contribuye a dicha tarea.
Veamos algunos escritos, los cuales se presentan, con algunas mínimas correccio-
nes de forma, con el objetivo de dejar intacto en lo posible los textos originales de los
estudiantes.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 21

INSTRUCCIONES PARA DESAPARECER A UN COLIBRI

Los siguientes relatos son una muestra del ejercicio realizado en clase. Se han omi-
tido los nombres de sus autores por razones ético-pedagógicas y se ha utilizado en su
lugar el sistema de códigos E1, E2, E3…, para identificar cada relato y el nombre del
autor que conservo con la debida autorización de estudiantes y padres de familia.

RELATO E1
“El 4 de julio del 2014 mataron a mi padre, en el parque principal de Prado veraniego, ya
pasó un año y los policías no han logrado encontrar al asesino, pero ahora yo voy a tomar
venganza con mis propias manos.
Era un día oscuro y frio, salí al parque y no encontré a nadie, volteé a mirar a un árbol y
vi a un colibrí comiendo polen, en ese momento se me ocurrió la idea de cogerlo para que el
me dijera quien mató a mi padre ya que el colibrí vive en el parque.
Me fui para mi casa a planear como cogerlo, primero conseguí mucho polen y al polen le
eché super bonder para cuando el colibrí comiera le quedara el pico pegado y no se pudiera
soltar.
Al siguiente día fui al árbol que queda en el parque y le puse el polen, tardó media hora
en llegar a comer, y todo salió como lo planeé, en ese instante fui y lo cogí, lo llevé para mi
casa y lo amarré de una pierna, le dije que no le iba a pasar nada pero que me dijera quien
mató a mi padre, él me dijo que no sabía nada, en ese momento comenzó mi tortura, cogí
un lápiz y le enterré puntillas pequeñas para que solo quedara el borde por fuera del lápiz
y se lo metí por el culo, le sangraba y él seguía diciendo que no sabía nada, se lo metía y se
lo sacaba varias veces, después vi que la técnica no funcionaba ya que no había hablado,
después le quite uña por uña con un alicate pero otra vez no habló, después le comencé
a quemar las alas y todo el cuerpo hasta que quedó sin plumas, pero él no quería hablar,
cogí un cortaúñas y le quité un dedo y así sucesivamente hasta quedar sin dedos, el colibrí
me decía que no lo matara y llorando me dijo que había sido una mujer pero que no sabía
el nombre, lo seguí torturando hasta que me dijera el nombre, cogí un alicate y le quite
la parte de arriba del pico, sangrando me dijo que la mujer se llamaba Melissa esta mujer
era la amante de mi papá, ya sabiendo quien lo había matado no iba a dejar ir al colibrí y
le quité la otra parte del pico y con ello la lengua y después lo cogí a puñaladas hasta que
murió y se lo eché a mi gata luna que muy bien le apeteció comérselo”.
22 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

RELATO E2
“Justo antes de torturar algo, debo encontrar ese algo. Evidentemente no optaré por
una gran oso grisly que pueda arrancarme una pata de cuajo. Siendo un zorro tengo que
buscar algo pequeño e indefenso.
Un colibrí, sería una excelente opción para comenzar, grácil, ágil, vital, pequeño y hermo-
so, sobretodo hermoso. Matar algo hermoso sin más seria una pérdida de tiempo, es más,
no encuentro nada más insultante. Por eso disfrutaré cada gota de sangre, cada piar, cada
bellísima pluma y veré como su vida se extingue poco a poco entre mis garras.
Mi historia se remonta cuando mi jefe, el gran lobo, había escuchado acerca de una revo-
lución que estaba dando lugar en el bosque. Así fue como me encontré con ella.
Siguiendo mi quisquillosa rutina de caza me encontré con ella, una bellísima hembra de
colibrí. Ella destacaba por encima de las demás con su hermoso plumaje plateado que brilla-
ba con el sol, y sus inteligentes ojos negros que parecían esconder los secretos del universo,
era más pequeña que la media y por eso el batir de sus alas parecían el rumor de un mundo
lejano. Era perfecta.
Me dispuse a seguir cada uno de sus movimientos desde las sombras, y me sorprendió
saber que tan bellísimo ejemplar no vivía con nadie y mantenía su vida social al mínimo.
Todos los días se despertaba a las 7:00 a.m, succionaba néctar y regresaba a casa a las 7:00
p.m, para seguir con su rutina al día siguiente.
Exceptuando los domingos cuando se reunía con camaradas revolucionarios. Raptarla
no fue demasiado difícil, era asocial, por lo que simplemente la adormecí con una mezcla de
cloroformo.
Aquí es donde comienza mi parte favorita. En un principio debo amarrarla a una silla con
un nudo doble corrido, si tratara de forcejear sus delicadas alas se quebrarían. En cuanto
despierte comenzará mi pequeña charla de ética barata, una vez haya comprendido que soy
un psicópata todo el proceso será mucho más fácil.
Hay tantos métodos para torturar, y tan pocos lienzos para retratarla. Pero antes de practicar
bricolaje con ella debo anteponer mi profesionalidad, por eso escojo la clásica tortura japonesa de
alfileres en las alas. Lo hacía lentamente, con cuidado para prolongar su sufrimiento. Sus gritos
de dolor eran excitantes y me hacían sentir vivo. Después de casi seis horas de tortura decidí irme
por algo un poco más fuerte, así que introduje alfileres en su piquito, enterrándolos y sacándolos
suave y lentamente. Al final cedió y respondió todas y cada una de mis preguntas acerca de la re-
volución y sus camaradas. Una vez entregada la información, mi superior me comunicó que podía
hacer con ella lo que quisiera, algo que me hizo sentir en extremo feliz, hasta el punto en el que
parecía un niño con un juguete nuevo.
En cuanto regresé a la habitación en donde ella se encontraba ver su cara de alivio y
expectativa me causó una erección. Para tener un pequeño abrebocas la dispuse de manera
horizontal en el piso, con la planta de sus patas expuestas.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 23

Allí, con la ayuda de mi amiga la cabra hice que esta chupara sus pies durante unas cuan-
tas horas, gracias a la textura áspera de su lengua sus patas fueron pelándose poco a poco,
hasta el punto en el que se podían observar sus tendones, y con una rama áspera piqué sus
expuestos tendones hasta que lloró.
Ver sus ojos llorosos era lo más hermosos sobre la tierra y quería ver más.
Introduje la pera de la angustia en su ano, una y otra vez, casi podía ver placer en su
dolor. Pero claro yo que voy a saber, solo soy un psicópata.
La desplumé, pluma por pluma, quemé pequeñas partes de su piel con ácido sulfúrico
y clorhídrico, pero sin amenazar su vida. Rompí la mitad del total de todos sus huesos y la
ahogué y reviví cuantas veces me fue posible. Cada vez que la reanimaba eyaculaba en su
cuerpo, el placer sexual era divino, aunque jamás llegué a penetrarla, pensar en ello me daba
un poco de asco, jamás me gustaron mucho las hembras.
Después de casi cinco días de esto, al final expiró. Una lástima.
Me enojó bastante recordar que lo bello siempre es bello, así que para que su cuerpo no
hiriera mis ojos con su belleza, descuarticé su cuerpo en pequeños pedazos que luego disolví
en los sobrantes de ácido sulfúrico…
Era hora de buscar un nuevo romance.

RELATO E3
“Todas las mañanas antes de tomar mi café diario se paraba al borde de mi ventana, era
colorido y con un pico muy largo, daba una maldita sensación de alegría y paz en el lugar.
Termine mi café y me dirigí a mi habitación, era un lugar frío y de poca luz, tenía los ojos
de una vieja vaca colgados junto a mi cama, tenía muy pocos colores, no me gustaban, odia-
ba todo lo que tuviera vida, incluyéndome.
Luego de inyectarme heroína cada tarde salía a un pequeño patio que había detrás mi
casa, donde siempre estaba ese maldito pájaro parado en una cuerda y solo me veía fijamen-
te, varias veces trate de cogerlo pero era inútil.
Esa noche no pude dormir, sentía que caminaban insectos bajo mi piel, bajé a la cocina y
tomé un cuchillo y empecé a clavarlo varias veces en mi brazo para dejar de sentir esa sensa-
ción, volví arriba, la noche paso lentamente y yo seguía acurrucado en la esquina de mi cama
con la mirada perdida y un único pensamiento el de matar.
De repente se acercó a mi ventana, el ave seguía mirándome, yo no me movía para nada
así que entro y se paró sobre un vaso de agua que llevaba ahí ya varios días. Me acerqué
lentamente y lo tomé con las dos manos, el ave luchaba pero lo apreté muy duro y le rompí
un ala. Bajé al baño con una sonrisa escalofriante y macabra, lo puse un momento sobre
el lavamanos con la llave abierta mientras buscaba unas cosa en los cajones. Lo saqué y lo
llevé a la cocina, lo miré y solté una carcajada, lo amarré con un cordón, tomé un cuchillo
24 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

y empecé a cortarle las patas muy lentamente, el ave se retorcía y hacia sonidos extraños,
yo seguía con mi gran sonrisa, luego ´le tomé las patas y las puse en el lavaplatos, lo desaté
y lo puse sobre la mesa, le abrí las alas empecé a tocarlas de lado a lado con el borde del
cuchillo. Entonces tomé un encendedor y empecé a pasarlo por todo su cuerpo, sus plumas
ya estaban muy quemadas.
Dejé el encendedor un momento en la cabeza hasta que su piel empezó a derretirse, le
abrí el pico y con unas tijeras fui cortando lentamente su lengua, luego la saqué del todo.
Encendí una vela y fui dejando que la cera caliente cayera sobre los ojos del ave, tomé un
cuchillo y le corte el cuello, con su sangre escribí sobre la mesa “papá” pues desde muy
pequeño he estado solo, lo único que conozco es la droga y nunca supe quién era mi madre.
Volví a tomar el cuchillo y abrí lentamente su tórax, saqué cada uno de sus intestinos,
sus pulmones hasta su corazón. Coloqué todo en la licuadora y luego lo regué por el piso,
de repente cayó un pequeño pedazo de plástico, lo puse en mi celular y encontré un video
de mi madre, me abandonó a mi corta edad y me había dejado con mi padre y una hermana
de ella, la hermana de mi madre tenia trastornos mentales y una tarde mató a mi padre, mi
madre había dejado eso dentro del ave porque antes de que se fuera su hermana le había
contado lo que pasaría.
Empecé a cogerme la cara con mis manos llenas de sangre y empecé a temblar y a sofo-
carme, me inyecté de nuevo y me acosté.

RELATO E4
“El colibrí un animal indefenso, colorido, rápido, pequeño y bonito hasta donde parece.
Digo hasta donde parece porque cuando lo ves siguiéndote a todas partes deja de serlo y
aun peor, empiezas a verlo como tu peor enemigo, un segundo después de sabe una de tus
verdades más oscuras, de hecho la más oscura, la cual puede costarte hasta tu propia exis-
tencia. Fue desde ese instante cuando un instinto totalmente anormal surgió de mí, empecé
a pensar en cómo cubrir la verdad de mi secreto y a la única conclusión que llegué fue que
tenía que desaparecer a ese colibrí de una u otra forma.
Primero, empecé por seguirlo, por cada flor en la que posaba, cada pausa de vuelo que
hacía, en cada lugar a donde iba, cada acción que realizaba y en especial donde dormía. Ya
sabiendo que era lo que diariamente hacía, me concentré en cómo atraparlo pues con su
agilidad parecía difícil, era obvio el único momento en el que él estaba quieto y tranquilo
era cuando dormía, y por suerte sabía exactamente en donde lo hacía. Al llegar allí, esta-
ba completamente dormido, rápidamente lo agarré y me lo llevé al lugar en donde había
comenzado todo, lo encerré y muy asustado, tan solo con sus ojos, me decía, no me hagas
nada por favor, pero era tan grande mi odio que si lo dejaba ir no podría dormir tranquila.
Al tenerlo en mi poder empecé a escribir las diferentes posibilidades que tenía para tor-
turarlo y para hacerle saber que no tenía por qué haber escuchado eso.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 25

Recuerdo que empecé quitándole una a una las uñas de sus dedos con un alicate, lo obli-
gué a caminar en una tabla totalmente cubierta de puntillas oxidadas, y aun viéndolo sufrir
no calmaba mi odio, me decidí por quitarle una a una las plumas coloridas de su pequeño
cuerpo, y como nadie podía oír sus lamentos opté por echarlo a nadar en alcohol puro. No
me bastaba con ello, pues sentía que no era suficiente, finalmente me harté de sus chillidos
horrorosos y con un bisturí corté su pico y seguí así, cortando de abajo hacia arriba sus patas
hasta llegar a su pelvis, y así mismo seguí con sus alas. Ya llegando a la última opción que
quedaba, tras la pérdida de sangre, murió. Ya no quedaba más tortura pues en definitiva
podía quedar tranquila.
Posteriormente tuve que deshacerme del cuerpo y de toda la evidencia que me podía in-
culpar, abrí un hueco de aproximadamente cinco metros, coloqué todo allí, le rocíe gasolina
y observé como se quemaba todo hasta ver que quedarán únicamente cenizas, para luego
llenar completamente el hueco de tierra y sembrar allí mi flor favorita, la orquídea. Con eso
no olvidaría el lugar en donde lo dejé y podría recordar mi primera vez como detective e
investigadora”.
26 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

RELATOS SALVAJES

Finalizado el ejercicio de escritura se procedió, aun sin socializar los textos a pro-
yectar el video relatos salvajes, la cinta argentina, que con ironía aborda el tema de
los conflictos cotidianos, la venganza, la inoperancia y corrupción estatal, que llevan al
límite de la desesperación a las personas. Una vez visto dicho video, se preguntó a los
estudiantes, de quienes se habían vengado en alguna ocasión, cómo lo habían hecho y
las cuales fueron las razones de sus acciones.
Además, se les solicitó que colocaran un seudónimo u otro nombre para no ser iden-
tificados, por cuanto pretendía sinceridad en esos actos de venganza.
Precisamente, en relación a los hechos acaecidos en la ciudad de Bogotá; en donde
ha sido recurrente, que las personas que protestan contra el sistema masivo de trans-
porte; ya sea por las demoras o el mal servicio, proceden a la destrucción tanto de los
buses como de las instalaciones, me encontré con el siguiente testimonio:
“Me he vengado del sistema público, por ser tan caro, abusivo con la gente,
pedir mucho y no ofrecer un buen servicio. Dañé una puerta del transmilenio,
para que todos entraran”.
De la misma manera aparecen otras confesiones de venganza que no dejan de ser
inquietantes:
“Yo me vengué de una vecina, porque su perro siempre hacía sus necesida-
des en la puerta de mi apartamento; me vengué cogiendo un recogedor, reco-
giéndolas necesidades del perro y se las estrelle en la puerta y la insulte”
“Me vengué de una prima, cuando teníamos aproximadamente ocho años,
porque una noche, cuando yo dormía y ella estaba durmiendo a mi lado, tomó
unas tijeras y procedió trasquilar la parte derecha de mi cabello. Sólo por un
impulso infantil.
En ese entonces nos bañamos juntas, así que cuando estábamos en el baño,
la tomé del cabello e intenté meter su cabeza en el inodoro”
“De mi prima, desde muy pequeña cuando me dejaban en la casa de ella;
mientras mis papás trabajaban, ella me molestaba y me asustaba por las
noches.
Un día que ella se encontraba sola en la casa, empecé a bajar los tacos de
la luz, con ayuda de otro primo gritábamos por el teléfono, empezábamos a
golpear las puertas, a prender y apagar los televisores.”
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 27

“Desde que tengo memoria jamás he consumado un acto de venganza, soy


demasiado pasiva y perezosa, pero sí debo rememorar un incidente de la infan-
cia, deberé hablar de mi hermano. Recuerdo un día, en donde estábamos jugan-
do y éste con una toalla me envolvió la cabeza haciéndome tropezar; algo que
causó la pérdida de un incisivo; no sé si realmente tuve la intención de hacerlo,
pero a los pocos meses le ocasioné una herida en la cabeza con un codazo, tal
fue la herida que requirió cinco puntos de sutura”
“No me he vengado de nadie; porque la venganza no es buena y algunas veces por inten-
tar vengarse todo sale mal”
Estos actos de venganza, muchas veces insustanciales, que incluso ya han sido ol-
vidados por los que los sufrieron, constituyen la antesala de otras formas de violencia
más crueles y sistemáticas en las que se consolida el torturador. Basta solo un acicate, un
estímulo, un refuerzo, un condicionamiento; que si aparece en una edad temprana puede
desembocar en una conducta criminal y cruel en el tránsito hacia el mundo adulto.
Que los estudiantes hagan ficción con formas de crueldad no puede entenderse
como incitación sino como una revelación de lo que puede hacer un ser humano, de lo
que ocurre en la mente de alguien a quien se le pide torturar y desaparecer.
Habría que emparentar este ejercicio con lo que hacen los agentes de los organismos
de seguridad del Estado, que de manera particular, cometen el crimen de la desapa-
rición forzada; por cuanto las bandas criminales, los grupos guerrilleros, practican el
secuestro, la toma de rehenes, la extorsión, en sí otras formas delincuenciales, pero no
la desaparición forzada. Se podría objetar esta aseveración con las desapariciones y
torturas cometidas por los grupos paramilitares:
“Todos los expertos coinciden en que por doloroso que sea, el país debe continuar
conociendo su barbarie. Incluso con mayor difusión. Que se sepa la historia de aquella
joven obligada a cavar su fosa y que fue sepultada viva, como castigo por haber dejado
escapar a un prisionero. O la del hombre asesinado lentamente con un martillo, para
gozo de sus victimarios que grabaron el sonido de sus lamentos.
Los casos de violencia sexual perpetrados especialmente contra mujeres, niñas y ho-
mosexuales, como el paramilitar Hernán Giraldo Serna, del Bloque Resistencia Tayrona,
como protagonista sistemático de esta práctica. Las llamadas “limpiezas sociales” contra
indigentes y discapacitados con las que infundieron terror especialmente las Autodefensas
Campesinas del Magdalena Medio. Esa práctica poco documentada que el Bloque Calima
impuso en la zona de Buenaventura con el nombre de “casas de pique”. El empleo de
motosierras y sopletes, entre otros elementos, contra las víctimas de Trujillo en el Valle
del Cauca. El macabro relato de los paramilitares que practicaban canibalismo en Meta y
Vichada. Los desplazamientos forzados masivos y las desapariciones selectivas con que la
casa Castaño despejó a su gusto el amplio Urabá…”3

3 MONSALVE José. La otra Colombia salvaje. En http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/10-anos-de-


justicia-y-paz/6089-la-otra-colombia-salvaje.
28 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Pero es que esa estrategia de enfrentar la supuesta lucha guerrillera, por actores
no estatales, se encuentra desvirtuada desde las mismas declaraciones de los ex jefes
paramilitares, los cuales, en sus testimonios ante la justicia nacional e internacional,
han mencionado, como ellos hacían parte del engranaje estatal para frenar el ascenso
guerrillero, sin limitaciones a la observancia de las normas, así mismo, atendían a los
intereses de los poderosos gremios económicos y de las multinacionales petroleras y
bananeras y por supuesto de los mismos políticos, lo que ha desencadenado la llamada
parapolítica:
“Desde que llegaron al Urabá antioqueño las Autodefensas Campesinas de
Córdoba y Urabá (ACCU) en 1995, el despojo de tierras comenzó a ser masivo y
sistemático. La gente perdió el trabajo de toda la vida, a la fuerza y sus fincas
pasaron a manos de inversionistas por métodos legales e ilegales. Algunos ven-
dieron forzados, por cualquier dinero a compradores sospechosamente cerca-
nos a los despojadores. Y otros, sólo cuando se arriesgaron a regresar a donde
los habían sacado a tiros, se enteraron de que en sus parcelas prosperaban
enormes plantaciones industriales”.4
Es el adulto, que mediante el servicio militar obligatorio, la escasez de oportunida-
des laborales, o por gusto por las armas, ha llegado a formar parte de las fuerzas mili-
tares, en donde se le ha inculcado un concepto de la guerra contra la subversión, en el
cual no existe límites para enfrentar a dicho enemigo subversivo. Es tristemente famosa
la llamada escuela de las Américas, en donde los militares estadounidenses inculcaron
a los futuros altos mandos de los ejércitos latinoamericanos, la práctica de la tortura
y la desaparición del oponente político. Pero también tenemos al político que con su
retórica de la defensa de la patria, de la nación, del orden liberal y democrático, imparte
órdenes, facilita la desaparición y la tortura, lo mismo el industrial que fomenta con
los ingentes recursos económicos la denominada guerra sucia. Es el adulto que bajo el
ropaje de la ideología, las prebendas, la coerción, lleva a la práctica estas reprobables
conductas.

4 Documental. Despojo de tierras en Urabá. En. http://www.verdadabierta.com/despojo-de-tierras-en-ura-


ba/5572-despojo-de-tierras-en-uraba.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 29

EL ALMA DE LOS VERDUGOS

El juez español Baltasar Garzón, en un excelente trabajo a dos manos con Vicente
Romero, publicó la obra relacionada con la desaparición forzada, y la tortura, obra que
incluye entrevistas con víctimas de la dictadura argentina, y con los propios torturado-
res. Apartes de este libro relacionados con la vida normal de los torturadores, se leyeron
en clase y allí se desvirtúa que el torturador, que la persona que desaparece a otro ser
humano; sea un sicópata. Precisamente varias de las madres del movimiento de la plaza
de mayo, dicen que el tratar al torturador como un enfermo mental, lo exonera de su
responsabilidad en las crueldades cometidas, y que, al contrario, el torturador sabe per-
fectamente lo que está haciendo, del mal que se encuentra infringiendo, se encuentra
capacitado para la labor que realiza, es su trabajo, ha tomado cursos con médicos, con
psicólogos, para poder afectar de la mejor manera la salud física y mental del torturado;
precisamente lo que se le mostró a los alumnos fue que esa persona que torturaba, que
asesinaba, que no dejaba rastro de sus víctimas, a la vez era un padre de familia, que
asistía puntualmente a reunión de padres en el colegio en donde estudian sus hijos, era
un esposo, que asistía los domingos a los oficios religiosos, y que comulgaba sin vestigio
de arrepentimiento alguno, era el vecino que compartía el asado de los festivos, el em-
pleado que recibía una remuneración por sus servicios, en definitiva la persona normal
que a diario nos topamos en la calle, nada en su fisionomía lo delata.
Precisamente, en eso consiste la experiencia pedagógica que se presenta, es relati-
vamente fácil, conducir a esa persona que en este momento comparte un salón de clase,
que tiene sueños, aspiraciones, que elabora carteleras muy llamativas con los temas
de la defensa de los derechos humanos, en un torturador. Lo difícil por el contrario, es
formar en ciudadanía, en respeto, se requiere una escuela de altos estudios para la paz,
más observatorios de paz, desarrollo de actos cotidianos de convivencia, el denominado
posconflicto, es la oportunidad para estructurar una nación, en donde se respete al otro,
la enorme influencia de las violencias, conlleva a triplicar las propuestas para derrotar
la politiquería, el clientelismo, la corrupción, la expoliación de los recursos naturales,
la teoría del vivo.
30 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

REFLEXIÓN

Una vez concluido estos tres momentos: el escrito de la desaparición, la presenta-


ción de “relatos salvajes” y la lectura de un acápite del “alma de los verdugos”, hice notar
que de cerca de ciento veinte jóvenes, todos sin excepción realizaron el escrito de la
desaparición y la tortura, ninguno protestó, ninguno trató de indagar más acerca de
la actividad, todos lo hicieron, esperaba que alguien por su formación religiosa, ética o
ciudadana, se opusiera al ejercicio, pero no fue así; es más, cuando noté el caso de una
alumna que no había empezado a escribir, me acerque y le pregunté por qué no hacía
el ejercicio, me respondió que ella era animalista ; es decir, defensora de los animales
y que no concebía practicar torturas al colibrí, pero acto seguido me preguntó ¿profe,
será que lo puedo hacer con una persona? A lo que respondí, a usted le queda más fácil
desaparecer y torturar a una persona que a un colibrí, me dijo que sí, entonces hágalo
con una persona, fue mi respuesta y torturó a un ser humano.
Al interrogante; del por qué hicieron esta actividad sin protestar, sin inquirir más al
respecto de la misma, encontré entre otras las siguientes respuestas:
“…me pareció una actividad normal, ya que estábamos imaginando lo sádi-
co y vengativos que podríamos ser con los demás.”
“Más que por una nota lo hice por el placer de escribir, siento que tener el
poder de escribir algo que al leerlo, lo sientas tan real no tiene precio.
No mentiré, lo pensé millones de veces antes de escribir, puesto que no sien-
to “normal” que alguien sea capaz de arrebatarle la vida a alguien. Así que
imaginé que la persona a la que supuestamente torturé fue un violador de ni-
ños, asesino de personas , que mató a mis padres, me hizo sentir impotente y
finalmente hizo que sintiera que la vida no tenía sentido alguno..”
“Tomé la opción de hacer la tortura a un ser humano y no a un colibrí, ya
que en mi opinión el hombre merece más el sufrimiento que el animal inocente,
el ser humano tiene oportunidades para decidir sobre su vida y futuro...siempre
pasando por encima de la vida, integridad y respeto de los demás, el animal no
es culpable de absolutamente de ninguna de las desgracias del planeta, actúa
por instinto, no por egoísmo”.
“Principalmente no lo quise hacer con el colibrí, porque sería incapaz de
hacerle daño a un animal tan indefenso como lo es el colibrí. Lo hice con una
persona, porque como lo comentábamos nos parece más fácil hacerle o causar-
le daño a una persona que a un animal, porque sencillamente, porque como lo
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 31

comentaba en mi historieta, una persona si causa daño a nuestro entorno, a


nuestra naturaleza, en cambio un colibrí, un animal que es muy indefenso, ellos
no causan daño a nuestro entorno.”
“siempre quise saber que tan sanguinario y perverso podría ser; así que
decidí probarme a mí mismo”.
“Yo hice este trabajo porque no tiene nada de malo imaginar sacar por
un momento tu pensamiento diferente, dejar de un lado la paz y pensar cosas
que puedes disfrutar tal vez no lo haga, pero que se sentiría bien, tal vez dices
cosas que te gustaría hacer con algo o con alguien, pero no lo haces, es buscar
un método tenemos algo de malo, así sea un pensamiento, solo que algunos lo
demuestran, otros votan por ocultarlo. A veces es bueno pensar así, porque no
te encierras solo en paz y felicidad, la vida no es solo eso, la vida tiene pisca
de maldad, pisca de avaricia, la vida trata de experimentar cada uno de esos
sentimientos y pensamientos como abrir, como expandirte, como pensar dife-
rente, como dar a pensar que todos, ya que todos los tenemos, unos más que
otros, pero a todos se nos pasa la maldad en algún momento, hasta a veces dan
ganas de hacerle daño a alguien, claro que uno no lo hace, por eso se expresa
en un papel, porque no hay un ser humano que en esta vida no se le pase un
mal pensamiento.”
“Lo hice sólo por una nota, no estaba consciente de lo que decía, sino como
por el miedo de decir que no, nos da un miedo de enfrentar las consecuencias,
es como no tener una persona carácter, sino por el miedo o lo que le digan…me
cuestionó mis valores éticos y morales, es algo que debemos cuidar, no destruir.
“Asesiné al colibrí y lo torturé porque el profesor Sayed nos pidió ese traba-
jo, que tendría una nota de cinco si lo torturábamos o de uno si lo tratábamos
bien; esa fue la cuestión, la verdad no me había dado cuenta de lo que realmen-
te estaba haciendo y que además iba en contra de mis principios; …pero no le
pensé, por la presión de la nota; además si nos damos cuenta , en realidad el
decir NO trae consecuencias, ya sean buenas o malas; es difícil, tanto decir si
como decir no; pero más allá de todo esto, es que estamos acostumbrados a
llevar la corriente a los demás, porque el que no lo haga está “loco”, el pensa-
miento de todos es : te preguntan pa donde va Vicente? Pa donde va la gente”
“…es grave ver que nuestros pensamientos pueden hacerse realidad, porque
muchas personas que realmente torturan, desaparecen, matan a mucha gente
y quedan sin ningún remordimiento y siguen en su vida actual”
“Yo hice este trabajo por la nota, se me hizo muy raro que el profesor nos pu-
siera hacer ese tipo de cosas, o sea cuando dijo que entre más sádicos más nota
y me dieron ganas de preguntar que porqué nos ponía hacer esto, que sacába-
mos, qué aprendíamos siendo sádicos?; luego en mi mente pensé que fue porque
32 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

tocamos el tema de lo de México, de secuestros, que matan a la gente, entonces


no pregunte nada. Igual lo iba hacer por una nota y lo empecé a hacer y se sintió
hasta divertido, hacer este trabajo, como dejar salir de mi esa parte malvada y
me sentí como si me fuera desahogando, con este trabajo lo iba haciendo y era
feliz, porque era chévere, porque salimos de lo común con las otras clases y eso
es divertido y lo otro porque me iba a sacar un cinco, entonces fue genial “
“…mi bien personal es más importante que el de los demás”
Con el propósito de presentar al lector un panorama más amplio de esta experien-
cia pedagógica, presento la totalidad de algunos de los textos escritos referentes a la
reflexión de sus autores; si bien, se esperaría arrepentimiento por lo ideado, en muchos
casos eso no fue así, como lo vimos muchos disfrutaron sacando su lado “oscuro”, o
simplemente por cuanto era una actividad diferente a lo acostumbrado en la escuela,
les pareció divertido. Se notó de igual manera, la actitud de escudarse en lo que enseña
los medios de comunicación, la influencia de la familia al recalcar que a la escuela se va
a obedecer y a cumplir las normas, así las mismas no se entiendan, incluso al mismo
Estado, que los convierte en autómatas; pero el texto que me dejó perplejo y que pre-
sento a ustedes es el siguiente, en el cual su autora manifiesta abiertamente que es un
asco como persona, sin duda, la reflexión presentada es una invitación precisamente a
la reflexión social; veamos el texto:

RELATO E5
LO HICE POR QUE SOY UN ASCO COMO SER HUMANO
“¿Por qué?” Siempre he considerado que esta pregunta es peligrosa, puesto que devela
incontables secretos que muchas veces es mejor no conocer, o quizás porque es tan compli-
cado de entender que muchas veces es mejor hacer oídos sordos.
Pero mi caso no es en lo absoluto complicado, simplemente tengo dos razones bajo las
cuales explico mi comportamiento.
La primera razón es muy sencilla, la actividad me pareció retorcidamente interesante.
Me explico, usualmente mi vida, y general el ambiente que me rodea es condenadamente
aburrido, así que el poder realizar una actividad diferente es renovador.
La segunda razón es incluso más sencilla: Doy asco como ser humano. Soy mentirosa,
taimada, perezosa y de tanto en tanto agresiva, pero acaso ¿no te suena de algo semejante
descripción? Sí, en efecto, te recuerda a ti. Tú también das asco como ser humano. Pero lo
que me diferencia a mí de ti, es que lo acepto.
A diferencia de muchas personas que estarán encontrando una justificación o una discul-
pa, yo me estoy haciendo responsable de mis actos. Que si me arrepiento o no, no importa.
Nada de lo que yo diga o haga regresara a ese pequeño colibrí a la vida, devolviéndole su
vitalidad y hermosura.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 33

Para terminar me gustaría citar a Lemmy Kilmister, guitarrista de la banda de Heavy


Metal, Motörhead “Que se joda Dios, que se joda el diablo, que se joda la iglesia, yo soy res-
ponsable de mis actos y consecuente con los mismos”
He ahí un elemento esencial de la pedagogía de las desobediencia argumentada, el
ser responsable de los actos; si bien no se desconoce el peso del conflicto en la estruc-
turación de la sociedad, por cuanto precisamente esa es una de la tesis del presente
escrito, la facilidad con que se mata, por los motivos más fútiles, pero además del goce
que produce el dolor ajeno, es diciente las escenas diarias en el transporte masivo, en
el cual, se irrespeta las filas, se empuja, se maltrata, las personas gritan, suplican, otros
ríen, les parece que tomar el bus es ya un deporte de alto riesgo que les produce una
gran descarga de adrenalina. El asumir la responsabilidad de los actos, es un aspecto
crucial, en el denominado posconflicto.

JUSTIFICAR LAS ACCIONES


Pero también, hay que aprender de los arrieros, al equilibrar las cargas, para que el
peso de las mismas faciliten su transporte. Si bien, resulta escabroso, leer lo que estos jóve-
nes idearon con el colibrí, para muchos fue solamente un ejercicio de imaginación, de relax.
Acordémonos que los estudiantes, empezaron a elaborar sus escritos, sin cuestio-
namientos, sin solicitar aclaraciones, ni mucho menos explicaciones del docente, lo hi-
cieron en su totalidad, nadie se negó; y por eso el siguiente escrito, indaga al respecto:

RELATO E7
¿POR QUÉ OBEDECEMOS?
“Pienso que la mayoría lo hicimos por la nota, pero personalmente no solo
lo hice por esta, también porque este trabajo es muy interesante ya que podía-
mos entregar en éste nuestros más retorcidos pensamientos y conocer que tan
sicópatas es cada de nuestros compañeros.

¿POR QUÉ OBEDECEMOS A LOS DEMÁS?


Creo que nosotros lo hacemos por miedo; por miedo a algunas consecuen-
cias malas que sucedan al no obedecer. Tal vez, porque no tenemos ni voz ni
voto, exactamente no es que no tengamos, es que somos tan imbéciles y no sa-
bemos utilizarlo.
Pienso que no solo miedo y estupidez, también pienso que es costumbre,
pero ¿costumbre a qué? A obedecer y no ser más que unos simples “animales
domésticos”, a obedecer todo lo que nos dicen y piden, aunque esto no es lo que
queremos, ni quieren los demás”.
34 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Detengámonos aquí un momento. Situemos la reflexión en otro nivel, en un mayor


cuestionamiento, ya no a la actividad específica del colibrí, sino en la pregunta ¿por qué
obedecemos? se obedece en la sociedad por el miedo, ya no se trata del miedo de sacar
un uno, por cuanto uno de los relatos aclara que la actividad, se realizó no solamente
por la nota, sino por curiosidad, el conocer que tan sicópata podría ser el autor, sus
compañeros. Volvamos a la reflexión; el miedo como base de la obediencia, y eso en gran
medida es lo que han aplicado los diferentes actores que han practicado la desaparición
forzada y la tortura, atemorizar a la sociedad, el buscar acallarla por cuanto cualquier
opinión o declaración puede ocasionar que se le desparezca, el temor a la tortura, hacía
que varios “subversivos” llevasen consigo una pastilla de cianuro, para poner fin a su
vida en caso de una inminente aprensión.
Precisamente en Colombia, mientras escribo este texto, nos encontramos rememo-
rando, la toma y retoma del palacio de justicia, eso hace treinta años, y en una entrevista
realizada a la fiscal que investigó los hechos acaecidos y que llevó al juzgamiento de
varios militares; hacía alusión al silencio y al miedo, como impedimentos para conocer
la verdad de lo que allí ocurrió:
“¿Cuáles fueron las mayores dificultades de la investigación sobre los he-
chos del Palacio de Justicia?
Ángela María Buitrago: Los mayores impedimentos siguen siendo el silencio
y el miedo, porque mucha gente sabía muchas cosas, pero no querían declarar. A
veces, le declaraban a la Comisión de la verdad, pero no dejaban sacar sus nom-
bres, y a la investigación judicial le tenían mucho miedo, porque de todos modos
quedaban identificados y se asustaban con las represalias que pudieran tomar.
¿Cómo una persona le dice a la autoridad “oiga, a mí me pusieron corriente,
me torturaron, me patearon, me pusieron toda la tarde con las manos arriba
contra una pared” y ni siquiera se investiga que fue lo que pasó?”5
El siguiente relato muestra una variante insólita del ejercicio en la que algunos estu-
diantes impedidos por sus creencias como animalista o por otras razones deciden hacer
el ejercicio torturando a otras personas

RELATO E8
HUBIESE SIDO MEJOR TORTURAR A UNA PERSONA
“Después de haber hecho el escrito; nos disponemos a reflexionar por qué lo hicimos y
es algo interesante ya que podemos explicar lo que hicimos. Bueno, yo lo hice más que por
una nota, lo hice porque es algo que en otras materias o muchas veces en otros colegios no
se da o no se hace este tipo de trabajos.

5 BUITRAGO Ángela María. El silencio y el miedo, las mayores dificultades en la investigación sobre el pala-
cio de justicia. En ÁMBITO JURÍDICO. 9 al 22 de noviembre de 2015. Página 17.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 35

Me parece interesante, ya que cambia la estrategia y representar al asesino es más duro


y aún más sabiendo que lo que iba a matar era un colibrí y no una persona. Primero que
todo a mí me encantan los animales y más un colibrí, me gusta verlos extrayendo el néctar
de las flores y me preguntaba: ¿por qué?, por qué un colibrí?; si es un animal tan indefenso,
tan lindo.
Hubiese sido mejor, si lo hubiésemos hecho con una persona, ya que esa persona si nos
puede hablar y sí le podemos sacar información, porque es uno de los seres vivos que más
sabe y no sabe”.
“No era capaz de hacer el trabajo, porque no tengo corazón para hacer eso, soy una per-
sona muy sensible para llegar hacer una cosa de esas, pero al fin lo terminé; pero haciéndolo
con una persona y fue por la nota que traté de ser algo sangrienta…”
Pero, ¿acaso se puede inferir que estos ejercicios imaginativos de tortura, puedan
llevarse a la práctica, por parte de aquellos que los imaginan? Así lo piensa una estu-
diante y de hecho en el derecho penal se habla del “iter criminis”, que significa camino
del delito, y hace referencia precisamente a las etapas que se estructuran al cometer un
hecho criminal, desde su ideación hasta la consumación:

RELATO E9
ES SOLO UN ESCRITO
“Frente al trabajo acerca de cómo torturar a un colibrí podemos concluir que es
bastante fácil poner a una persona a imaginar o idear como hacer daño a un animalito in-
defenso e incluso otra persona que realmente no le ha causado ningún daño con la excusa
de qué es sólo un escrito y lo que se describa en el o lo que se haya imaginado no se va a
aplicar en la vida real porque “es sólo un escrito.

Pero nadie se pone a pensar en que cualquier matón, violador o secuestrador idea las
cosas antes de hacerlas, entonces, ¿a cuenta de qué es erróneo pensar siquiera de  broma
que aquellas personas qué hicieron “bien” el trabajo del colibrí en algún momento lleguen
a hacer realmente todo lo relatado en este escrito o algo peor? Al fin y al cabo todos los
grandes asesinatos, atentados, secuestros, etcétera, salieron simplemente de una idea, pen-
samiento o incluso una broma, vaya uno a saber”.

Precisamente la experiencia narrada va encaminada a reflexionar desde la escuela,


acerca de los cambios, de los procesos de psicoanálisis social, que se deben desarrollar
para construir otro tipo de sociedad, en verdad cuando decimos que la violencia ha
permeado el tejido social, diría que no solamente se trata de permear sino corroer, de
corromper de podrir, somos una sociedad putrefacta, que requiere, que precisa de este
proceso de paz, que nos permita reconstruirnos como nación.
36 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Para concluir éste aparte, surge el cinismo, la ironía, como la respuesta de éste joven
la pregunta problema:
“Hice el escrito para que el profesor no me torturara con una mala nota”
Al elegir al colibrí como víctima de la desaparición y tortura, quería presentar a
un ser vivo, indefenso, que llevara a la admiración, a la contemplación, y que por su
forma de vida, de alimentarse esencialmente del néctar de las flores, y por sus colores
vivos, nos provocase admiración; es decir; no quería espacio, ni justificaciones para
la tortura, por eso realicé el símil del colibrí con el hipismo, que si bien los jóvenes no
los conocieron, sus padres y abuelos si cuentan con una referencia clara de este mo-
vimiento, era presentar a ese hippie, con el pelo largo, lleno de manillas de todos los
colores, de vestimentas estrafalarias, con la guitarra al hombro, en busca de una flor
para mascar, y cuyo lema era paz y amor. A un ser así es difícil provocar daño; pero sin
embargo se le provocó.
Esperaba, de manera incauta, que así hubiese sido por razones religiosas al-
guien se hubiese opuesto a realizar dicho trabajo, pero no fue así, todos, absoluta-
mente todos hicieron el trabajo, practicaron las torturas al indefenso colibrí; digo
que de manera incauta, por cuanto basta recordar que la tortura fue practicada
ampliamente por la religión católica apostólica y romana, y que tuvo su auge en
la llamada inquisición, y que de igual manera reconfortó a los torturadores en los
batallones.
Pero no solamente se practicó la desaparición forzada, la tortura y muerte del
colibrí, sino que al contrario de lo esperado varios jóvenes, realizaron la actividad
con personas, buscando excusas para hacerlo, se inventaron que la persona a la
que torturaban eran violadores, asesinos; no encontraron justificación para tortu-
rar al colibrí, pero sí a un ser humano; pero es que esas justificaciones en verdad
se dan en la sociedad, ejemplo de ello son las torturas practicadas en la cárcel de
Guantánamo, por el país que se autodenomina el adalid de los derechos humanos
y la democracia; no son pocas las denuncias e imágenes de los marines estadouni-
denses acompañados de perros, amedrantando a sus prisioneros árabes. Es tal la
situación que muchos de estos prisioneros optan por el suicidio, mientras que los
jefes de gobierno, manifiestan que no practican torturas sino interrogatorios bajo
presión.
Hagamos una pausa ante tanta barbarie y con licencia del lector y en homenaje al
colibrí, me permito traer a colación la leyenda Guaraní referida a nuestro personaje:
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 37

LA LEYENDA
DEL COLIBRÍ

Fotografías: Sayed Guillermo Vanegas Muñoz


Jardín Encantado, San Francisco Cundinamarca

D esde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan


la trágica historia del amor de dos jóvenes.
La bella Flor, morena, esbelta y de grandes ojos
negros, estaba enamorada de Ágil, un joven inquieto,
apasionado, juntos solían pasear al atardecer por un
bosquecillo cercano, a la orilla de un arroyo impetuoso y
juguetón. Pero como los enamorados pertenecían a dos
tribus enemigas, se veían poco, pues debían mantener su
amor en secreto.
Un día, sucedió lo que tanto temían: unos familiares de
la joven descubrieron el romance y lo comentaron al jefe
de la tribu. Desde esa tarde, Flor tuvo prohibido volver al
lugar de los encuentros.
Pasaron los días. Una y otra vez, Ágil la buscó sin
hallarla en la penumbra suave y tibia del bosque hasta
que la Luna, apenada por su dolor, le contó lo que había
sucedido y agregó:
Ayer he visto otra vez a Flor, muy angustiada, lloraba
amargamente pues está desesperada.
38 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Quieren que se case con un hombre de su tribu y ella se


ha negado. El dios Tupá escuchó su lamento y se apiadó
de su dolor, mi amigo el Viento me contó que Tupá la
transformó en una flor.
¿En una flor? Dime, ¿en qué clase de flor? ¿Cómo puedo
encontrarla?
¡Ay, amigo! No puedo decírtelo porque no lo sé… –
respondió la Luna.
El muchacho palideció y solicitó la ayuda de su dios:
Tupá, tengo que encontrarla! Sé que en los pétalos de Flor
reconoceré el sabor de sus besos. ¡Ayúdame a dar con ella!
Ante el asombro de la Luna, el cuerpo de Ágil fue
disminuyendo cada vez más. Se hizo pequeño, pequeño,
Fotografías: Sayed Guillermo Vanegas Muñoz
hasta quedar convertido en un pájaro delicado y frágil de Jardín Encantado, San Francisco Cundinamarca
muchos colores, que salió volando rápidamente. Era un
colibrí.
Desde entonces, el novio triste pasa sus días
recorriendo las ramas floridas y besa apresuradamente
los labios de las flores, buscando una, sólo una.
Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan
también que todavía no la ha encontrado…6

6 La leyenda del colibrí. En: http://piruja55.blogspot.com.


co/2013/12/la-leyenda-del-colibri-leyenda-guarani.html
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 39

Y SI EL COLIBRÍ HUBIESE SIDO…YO?

Recordemos que el ejercicio académico que se presenta en este texto, consistió en mo-
tivar a los estudiantes, mediante la obtención de una buena nota, en adoptar la postura
del torturador, de encontrar motivaciones, que un primer momento no existen para des-
aparecer y torturar a un colibrí, cuyo único delito es vivir como hippie en el mundo, que
dicha actividad tenía como objeto el tratar de entender lo que pasó en muchos países del
conocido Cono Sur, bajo las dictaduras militares; de esta manera los jóvenes procedieron
a tenderle trampas al colibrí, a realizarle seguimientos, a imaginar ese momento de la
captura. Llama la atención en los relatos la forma minuciosa con que se planea la captura
del colibrí considerando incluso recursos modernos, como las comunicaciones satelitales.

RELATO E9
“Usualmente el colibrí sale de su casa a las 12:59 am y regresa aproximadamente a las
10:50 pm, en ese momento entraré con él a su casa amenazándole con un revolver en la
cabeza. Una vez que estemos en la casa me aseguraré de apagar las luces y cortar cualquier
tipo de ayuda satelital.”

RELATO E10
“Llevamos dos días observando el colibrí, noto claramente que viene por las mismas
flores, para extraer su néctar y alimentarse, vemos también que cuando termina de alimen-
tarse da una pequeña vuelta, tal vez va en busca de otras flores, tal vez está buscando otro
colibrí, tal vez para estar con alguien y compartir con otro animal de su especie, después de
dar esta vuelta que dura más o menos diez o quince minutos, sigue su camino hacia su nido
o a otro lugar, nos falta averiguar ese pequeño detalle, tendríamos que esperar y seguirlo,
sin que se dé cuenta que estamos ahí”.

RELATO E11
“Primero toca hacerle inteligencia, yo lo seguí unas semanas, para saber dónde vivía,
que rutas recorre, para saber dónde se alimenta y que lugares son lo menos transitado. Para
hacer más fácil el trabajo se debe alquilar una camioneta, destruir las cámaras”
En el escrito de la desaparición y tortura del colibrí, se contemplaba una motivación
para su desaparición y posterior tortura, pero: ¿qué se perseguía con este acto? ¿Cómo
se iba a sustentar las posteriores torturadas ha infringir al débil colibrí?
40 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

De hecho, por ser la tortura y la desaparición forzada esencialmente un crimen de


Estado, las razones que se aducen para el mismo, van desde la defensa de la patria, pro-
tección a los valores de una sociedad cristiana, la lucha contra el comunismo, y los mis-
mos torturadores se pueden percibir como abnegados luchadores por la libertad y se
sacrifican por el bien común; las frases de militares que ordenaron estas torturas que no
muestran arrepentimiento alguno, es más, manifiestan que volverían a realizar dichos
actos. O como el militar colombiano, que sustentaba sus actos de barbarie en la llamada
retoma de la Corte Suprema de Justicia, con: “Aquí defendiendo la democracia hermano”.
Del libro mencionado del alma de los verdugos, quiero citar el papel jugado por la
religión católica, como bálsamo a los brotes de cuestionamiento de los torturadores:
“El arrepentido capitán de corbeta Adolfo Scilingo contó como un religioso
trataba de sosegarlo, tras haber arrojado prisioneros al mar en uno de los vue-
los de la muerte, asegurándole que no había pecado sino cumplido con el deber
cristiano de separar la yerba mala y el trigo”7
Pues bien, los jóvenes en sus escritos se refieren a las motivaciones que llevan a
desaparecer al colibrí, consciente o inconscientemente a esas realidades leídas, vistas, o
escuchadas de su realidad; someramente cito algunas de ellas:

RELATO E11
“Es mejor verse como el torturador que como el torturado…”
Tal vez, haciendo alusión a los experimentos de los nazis llevados a cabo en los cam-
pos de concentración, éste alumno escribe:

RELATO E12
“Porque necesito saber cómo está construido su aparato digestivo, necesito buscar
toda esa información de él y la única forma es capturarlo y desaparecerlo. Lo necesito por
cuanto estoy haciendo un experimento, que muy pronto revelaré a toda la humanidad”.
Las abuelas de la plaza de mayo en sus contundentes declaraciones, niegan a los
torturadores el rótulo de sicópatas, y coinciden con la sentencia condenatoria contra
Miguel Etchecolatz, el principal responsable de un circuito de centros de detención y
presentada por los autores del alma de los verdugos que entre otras cosas dijo:
“Los verdugos no son monstruos, sino simples seres humanos, aunque haya crímenes cuya
magnitud y atrocidad pueda hacer que la gente dude de la humanidad de sus autores. Pero la
realidad es que éstos no se alejan tanto de la normalidad como para no sentarse en el banquillo.
Por otra parte, para cometer tales crímenes, esos verdugos necesitaron sacarles la condición

7 Garzón Baltasar y Romero Vicente. El alma de los verdugos.. primera edición. Buenos Aires: Del Nuevo
Extremo. España. 2008. Páginas 313-314
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 41

de seres humanos a sus víctimas. Y no debemos hacer lo mismo con ellos. No son monstruos,
sino simples seres humanos que cometen crímenes gravísimos contra otros seres humanos.
Convivimos diariamente con centenares de verdugos. Nos cruzamos con ellos por la
calle, pertenecen a las comunidades de vecinos y a las asociaciones de padres de alum-
nos. ¿Podemos llegar a convivir con un verdugo como convivimos con un taxista o con un
bibliotecario?”8
En el ideario de nosotros; por tanta maldad desplegada por éstos sujetos, nos inclina-
mos a incluirlos en dicha categoría:
“cambié el colibrí por una niñita, porque esta tiene más partes que torturar y por ende
disfrutar más el placer al lastimarla; ya que si uno tortura a un ser viviente lo hace para sentir
un gran placer”
“Tal vez para muchos, yo sea una persona común, que no hace gran cosa para ser notado en
la sociedad, tomando en cuenta como un ser indefenso, que tan sólo existe porque el destino
así lo quiso. Pero mi realidad es otra, soy esa clase de personas que vive dividido en dos reali-
dades; la primera de un hombre con una familia feliz, con dos hijos y una hermosa esposa; pero
la segunda, es mi realidad, mi verdadera vida, soy un hombre que siente felicidad al asesinar,
mato por dinero, sin importar el motivo, no me importa a quién, ni cómo, tan sólo soy feliz así”

CREEPY PASTA
Hay otros elementos desconocidos tanto para padres como para maestros, relacio-
nados con el mundo tecnológico de los jóvenes y precisamente cuando encontré un es-
crito con una palabra que no conocía (creepy pasta), llamé al estudiante y éste me expli-
có, que son videos juegos que permiten recrear al espectador sus propias historias, que
dichos juegos, suelen ser tenebrosos; así que a él le resultó fácil la actividad:
El texto trata de instrucciones para desaparecer y torturar aun colibrí; pero en no
pocos casos los estudiantes lo cambiaron por un ser humano:
“No lo hago con un colibrí, porque como lo dijo el profesor, es una criatura
indefensa y pues estoy de acuerdo, es una criatura indefensa, no hace daño, no
destruye nada. Pues mi personaje, es una persona, porque como ser humano,
nosotros sí causamos daño, nosotros síi destruimos ciertas cosas en nuestro
planeta y pues con esto me refiero a aquella persona mayor de edad; porque de
un niño, no podría venir aquello nombrado. Una persona mayor, ya sabe y es
consciente de lo que hace, pero aun así causan daño a la demás gente, a nuestra
naturaleza, destruimos nuestro entorno.
Y pues quisiera reunir a cada una de esas personas, que causan daño, desa-
parecerlas y hacerles lo mismo para que sientan lo que la demás gente siente,

8 Garzón Baltasar y Romero Vicente. El alma de los verdugos.. primera edición. Buenos Aires: Del Nuevo
Extremo. España. 2008. Páginas 553-554.
42 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

quisiera destrozarle el corazón, como lo han venido haciendo, quisiera arran-


carle los brazos, como lo hacen con los pétalos de las flores, son plantas y ellas
también sienten, quisiera que también los violaran, como algunas personas son
capaces de violar a un niño. Me gustaría torturar a aquella persona que hace
eso con una criatura, porque me parece que no merecen vivir…”
Para no salpicar más este libro, solamente quiero compartir la frase con que se termina-
ron varios de los escritos de tortura y es la siguiente. NO ME ARREPIENTO DE LO QUE HICE
Retomando, el título de éste capítulo, solicité a los jóvenes que trataran de colocarse
en la posición del colibrí, por cuanto el crimen de la desaparición forzada y la tortura,
como todo crimen es atroz, pero éste además de afectar la víctima, ataca a todo su en-
torno, la familia, los compañeros de trabajo a la sociedad en general, por cuanto genera
temor, miedo, desconfianza y finalmente sentimiento de culpa. Más adelante incluiré
una entrevista que realicé a una persona víctima de tortura.
En ese contexto; es decir, en una sociedad que ha sido y es víctima de desapariciones
forzadas, de tortura, cualquier persona en determinado momento, puede llegar a ser
víctima de estas inhumanas prácticas, entonces cabe preguntarse: ¿Y si la persona des-
aparecida y torturada hubiese sido yo, que hubiera ocurrido en mi entorno?
Veamos un escrito al respecto:

RELATO E13
¿POR QUÉ YO?
¿Por qué yo? Si soy un pobre colibrí indefenso, porque me tuvo que hacer eso a pesar que
yo no iba a contestar, ya que no puedo hablar, lo único que hago es un zumbido que con mis
alas se puede escuchar.
Te pregunto otra vez: ¿por qué me descuartizaste? Empezaste por mis alas y patitas,
fue tanto el dolor que ni siquiera podía ver lo que me estabas haciendo. Te ODIO MALDITO,
porque no entiendo aún, porque conmigo tuviste que haber hecho todo eso, te odio; NO
ME CANSARÉ DE DECIRTELO, “maldito te odio”, por más que esté muerto, no saco el dolor y
tampoco me sacaré lo tanto que te odio.
Ahí te dejo maldito y ojalá que mueras o te hagan algo peor de lo que tú me hiciste a mí,
te odio maldito, te odio”.
A manera de conclusión, quiero citar al escritor pacifista israelí DAVID GROSSMAN:
“…aunque al final haya paz, puede que nos llegue ya demasiado tarde. Porque la
guerra y la violencia nos ha envenenado la sangre y cegado la vista hasta el extremo de
convertirnos a algunos en asesinos y a otros en silenciosos cómplices de esos asesinos”9

9 GROSSMAN David. La muerte como forma de vida. Seix Barral. Primera reimpresión Colombia octubre
2003. Página119.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 43

ENCUENTRO CON COLIBRÍES

En la población cundinamarquesa de San Francisco, se encuentra lo que su propieta-


ria ha dado en llamar el “jardín encantado”, esencialmente es el patio de una casa, al cual
llegan más de veintitrés especies de colibríes. La historia de este jardín, es muy sencilla,
al patio de la casa llegó un colibrí para alimentarse de sus flores, la propietaria, se le
ocurrió la idea de colocarle un bebedero, mezclando agua con miel, y así poco a poco
fueron llegando más colibríes, hasta llegar a ser huéspedes diarios de dicho espacio; allí
me dirigí con el fin de observarlos más detenidamente y pensar acerca de los diversos
significados que tiene el colibrí.
Inicialmente, el colibrí es sinónimo de visita, cuando al jardín o la puerta de la casa
llega uno de ellos, de inmediato se decía va a llegar visita; tal vez ahora parezca raro
mencionar eso de visita, por cuanto internet y su avance tecnológico hace que las per-
sonas en teoría permanezcan conectados y ya no se requiera del contacto, por cuanto la
realidad virtual, ha venido desplazando estos contactos físicos. Estas visitas, eran moti-
vo de alegría por cuanto, eran el momento de compartir noticias, de compartir afectos,
y el colibrí, reitero era el mensajero de esas buenas noticias, por eso parece contradic-
torio que en este texto, el colibrí representa la desaparición de las personas, la angustia,
el dolor; en vez de la persona aparecer, lo que hace es que se le desaparece, como desa-
parece un objeto. La comparación parece a primera vista odiosa; pero para entender lo
que quiero decir, lo ilustro con el siguiente ejemplo:
Hace poco adquirimos junto a mi compañera una boletas para un ciclo de conciertos
en la Biblioteca Luis Ángel Arango, pero al poco tiempo, notamos que dichas boletas se
nos habían perdido, a pesar que ya habíamos buscado en el bolso, repetimos esa ope-
ración de búsqueda varias veces, ya sabíamos que las boletas no estaban allí, pero cada
vez, que buscábamos teníamos la esperanza de encontrarlas: inicialmente pasa eso con
la desaparición forzada, sus allegados guardan la esperanza, que en cualquier momento
lleguen a sus casas, o que al regresar en las pocas veces que salen, a su retorno, lo en-
cuentren en la sala o en la habitación, es una rutina, abrir la puerta dirigirse a la sala y
posteriormente abrir la alcoba, esperando hallarlos.
Una vez que definitivamente, nos convencimos que allí, en el bolso no estaban las
mencionadas boletas procedimos a buscar entre las páginas de libros, tal vez, las podría-
mos haber puesto allí, buscar entre las páginas de un libro, es la búsqueda afanosa que
emprende el círculo del desaparecido, buscar en los hospitales, finalmente en la morgue,
pero nada, la persona no está en estos sitios y nadie da razón de ella; prosigo con mi
ejemplo, como desechamos de igual manera encontrar los boletos dentro de un libro, nos
44 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

damos a la tarea de volver a recorrer los sitios y las calles, por las cuales transitamos el
día de la compra, especialmente en la cafetería de un centro comercial, ese fue el primer
sitio, al que llegamos, por cuanto allí nos habíamos tomado un café, le preguntamos a
las personas que se encontraban atendiendo si habían encontrado unas boletas, una de
ellas dijo que sí; nos miramos y nos dijimos, las encontramos, la persona nos entregó
unas boletas, pero eran unas entradas al Museos del Oro, no eran las boletas de nosotros,
las devolvimos dimos las gracias, no había nada que hacer los boletos se habían perdido
definitivamente, al contrario de esta aceptación de pérdida, al tratarse de personas, no se
acepta dicha desaparición. Entendamos que el crimen de la desaparición forzada es uno
de los más horrendos que se pueden cometer contra la humanidad. La búsqueda, la cons-
tante zozobra, la espera en cualquier momento de una llamada, situación que persiste,
no solamente por la vida de una generación, sino que se transmite a otras, a los hijos, a
los nietos, siempre permanece la angustia de qué ha pasado con esa persona.
Retornemos a la figura del colibrí, en otras culturas; el colibrí es sinónimo de sabidu-
ría, de alegría, por eso al desparecer el colibrí podemos hacer la analogía que desapare-
ce no solamente la persona, sino que desaparece inicialmente en su entorno inmediato,
esa alegría, y se fomenta el dolor, la desesperanza, pero a largo plazo y con las continuas
desapariciones forzadas, se fomenta el miedo, el terror, la desconfianza, en una socie-
dad y por supuesto lo que reina, no es la sabiduría, sino la inseguridad, la desconfianza
en las llamadas autoridades y por supuesto en el mismo Estado.
La alegoría del colibrí desaparecido y torturado, es la representación del reino de
la caverna de Platón, en este caso, el reinado de la deshumanización, del terror, de la
angustia, de la represión desmedida.
Prosiguiendo los encuentros con los colibríes, me entrevisté con LUCIO LARA, la me-
moria visual, la memoria fotográfica de las luchas sindicales, campesinas, estudiantiles,
del magisterio en Colombia, Lucio, un colibrí, que como él mismo dice, su única arma
para enfrentar el sistema, ha sido su cámara fotográfica, por ello, fue apresado y tortu-
rado en las caballerizas de Usaquén.
La historia de Lucio, es la de muchos campesinos colombianos, que desde niño, no
solo observó la violencia, sino que la vivió; así como yo recuerdo, los enfrentamientos
entre campesinos, los días de mercado, Lucio, vio llegar a los pueblos que recorría con
su padre, el cual tenía que huir constantemente de las amenazas de muerte, por su con-
dición de liberal, a las mulas, que cargaban los cuerpos mutilados de campesinos; Lucio,
presenció, el robo de fincas, de semovientes, con la disculpa de la lucha bipartidista,
entre los llamados liberales y conservadores, pero desde muy joven, fue tomando con-
ciencia, que en esas luchas era el campesino quien sufría, y buscó en la JUCO, Juventud
Comunista, la alternativa revolucionaria, que permitiera revertir ese desastre. Lucio
Lara, con tan solo tercer año de primaria cursado, llegó a ser miembro del Comité Central
de la Juventud Comunista. Así mismo logró viajar a la entonces República Democrática
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 45

Alemana R.D.A, por un tiempo de ocho meses, donde tomó un curso de preparación po-
lítica y posteriormente compartió en Moscú la experiencia revolucionaria con los bol-
cheviques. A la par que se iba consolidando como líder comunista, fue afianzando sus
conocimientos de fotógrafo, que finalmente lo llevaron a convertirse en el fotógrafo del
periódico VOZ PROLETARIA, el órgano de difusión del Partido Comunista Colombiano;
con su cámara registró las tomas de tierras, las protestas de los estudiantes, las luchas
del magisterio colombiano, la represión hacia los movimientos sociales.
Con ocasión de la acción del grupo guerrillero M-19, del asalto al cantón norte en
Bogotá, donde sustrajeron más de cinco mil armas, se desató la represión nuevamente
en suelo colombiano; en esa locura represiva, es allanada la casa de Lucio Lara, buscan-
do armas. Rememora Lucio, que les mencionaba a los miembros del ejército, que la úni-
ca arma que él tenía era su cámara fotográfica, aun así, sin encontrar ningún elemento
que lo vinculara con esa acción, ni con el grupo guerrillero, fue apresado, conducido a
las caballerizas, y sometido a torturas, fue sumergido en pocetas , colgado de los brazos,
desvestido, sometido a los fríos del clima bogotano, con muy poco alimento, pero lo
peor para él, la amenaza de llevar a su señora madre para ser torturada. Cuenta Lucio,
que pasados los días, débil, creyó escuchar los gritos de su madre, siendo torturada.
El hambre, también como elemento represivo, fue empleado con Lucio, los tortura-
dores, hacían caer sus cucharas, los platos de comida, lo que incrementaba el hambre
en los prisioneros, finalmente fue dejado en libertad, y de manera lacónica menciona
que estuvo de buenas, por cuanto en ese tiempo, no se utilizaba la desaparición, sino
que precisamente a raíz de las denuncias de los torturados para acallar esas voces se
recurrió a la desaparición.
De manera anecdótica, me dice Lucio, que en una ocasión se les rió, a los torturado-
res, los cuales airados le increparon de sus risas, y les dijo, que como ellos, los tortura-
dores, acostumbraban en las pausas de tortura a contar chistes, el los escuchaba y pre-
cisamente se había acordado en la tortura de uno de esos chistes, por eso se había reído.
Lo cierto dice Lucio, su risa obedecía al hecho, que como campesino había aprendido a
nadar desde niño, y al momento de ser introducido boca abajo en las pocetas, él tomaba
aire y lograba resistir, y que después hacia teatro para engañar a sus torturadores que
estaban logrando su cometido de hacerlo tragar agua.
Lucio, es dejado en libertad, no sin antes, haber sido cambiado de patio, de ser ali-
mentado, para que no se notara los malos tratos y de haber firmado en la Brigada un
documento en el cual constaba que había sido tratado bien, él lo firmó, por consejo de
su abogado, quien le manifestó que firmara lo que le ponían, que la prioridad era que
saliera de allí, y así lo hizo; de igual manera se comprometió a abandonar su profesión
de fotógrafo, pero ya en libertad; se encontró con el abrazo solidario de sus camaradas,
con el calor humano de su familia y amigos, lo que le dio más fortaleza para continuar en
su lucha, por construir un país con justicia social. Ese colibrí; quien compartió conmigo
46 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

parte de sus vivencias, ahora es jubilado pero no retirado de las luchas sociales, sigue
siendo a pesar de su enfermedad, que lo obliga a caminar en muletas, enfermedad que
se le pronunció a raíz de las torturas, un líder social, esperanzado que con el proceso de
paz, nuevos amaneceres, acompañen la instauración de la justicia en Colombia.
Otro Colibrí que llegó inesperadamente, es el bordado por una de las mujeres tejedo-
ras de la población chilena de San Pedro de Atacama; en donde acudimos a una exposi-
ción de artistas populares, entre ellas Verónica Ramos, quien reflejó en su obra “Colibrí”,
la creencia de la resurrección. Manifiesta que se identificó con el colibrí, por cuanto
según cuentan los antiguos el pájaro de noche pasaba mucho frío y ellos los antiguos,
creían que moría en la noche y renacía al salir el sol, cuando tocado por los primeros
rayos se ponía a aletear; en la noche moría y en la mañana volvía a nacer con el sol.
El hermoso tejido y la
referencia que se hacía del
colibrí, me recordó la pacien-
cia del tejedor, la sabiduría
ancestral, por cuanto la lana
fue teñida por la propia au-
tora partiendo de elementos
naturales, para finalmente
esperar una resurrección,
que en términos sociológicos,
no cristianos, puede pensar-
se como la esperanza de un
pueblo a vivir , a disfrutar, a construir, definitivamente un país, en donde los campesinos
tengan acceso integral a la tierra, esto comprende que la misma venga acompañada de….
riego, crédito, asistencia técnica y apoyo para la comercialización, con programas de de-
sarrollo con enfoque territorial, que hace relación a la reconstrucción de las regiones más
afectadas por el conflicto y la pobreza. Con planes de desarrollo que realmente transfor-
men esos territorios, garantizando los derechos y faciliten la reconciliación; un país, en
donde la participación política, se refleje en la creación de nuevos partidos políticos.
Con circunscripciones transitorias especiales de paz, que faciliten la participación
de los habitantes de aquellas regiones más golpeadas por el conflicto, participar con
unas normas de discriminación positiva, en la toma de decisiones, a la vez que ofrezca
seguridad a la vida de aquellos que han dejado las armas para proseguir la búsqueda de
sus ideales por nuevos caminos de tolerancia y un concepto ampliado de lo que sería la
democracia, un país en donde se le dé solución a la problemática de las drogas ilícitas,
con programas de sustitución de cultivos , con planes integrales de desarrollo con parti-
cipación de las comunidades en el diseño y ejecución de dichos planes y la recuperación
ambiental de aquellas zonas que se vieron afectadas por dichos cultivos; aspectos éstos
acordados por ahora en la mesa de la Habana.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 47

DE LA BARBARIE A LA CONSTRUCCIÓN DE
UNA PEDAGOGÍA DE LA DESOBEDIENCIA ARGUMENTADA

El decreto 1038 de 2015; mediante el cual se reglamenta la Cátedra de la Paz, con-


templa entre sus objetivos el aprendizaje, la reflexión y el diálogo en torno a la Cultura
de la paz y la Educación para la paz; considero además que de éstos aspectos se debe
construir desde las aulas lo que he llamado pedagogía de la desobediencia argumentada.
El papel tradicional de la escuela ha consistido en transmitir, inculcar ciertos conoci-
mientos, habilidades y destrezas que permitan al niño, al joven su inserción en el mundo
adulto. Pero su papel fundamental que casi nunca se dice expresamente, pero se realiza
de manera soterrada con los programas, las pruebas, prácticas docentes, es el de no for-
mar sino deformar a seres que por su corta edad y su juventud son maleables; en per-
sonas sumisas, respetuosas del orden establecido, acríticas y lo peor de todo SIEMPRE
OBEDIENTES; algunas de esas personas, así deformadas por el sistema educativo, pasan
a ser parte de la Fuerza Pública, del ESMAD, de los organismos de inteligencia del Estado,
siempre dispuestos a perseguir, a reprimir, a su propio pueblo, a defender los intereses
de la clase dominante, los bienes de los imperios económicos, las transnacionales del pe-
tróleo, del banano, del oro. Pero no solamente los vemos ubicados en éstas actividades,
sino ocupando puestos en la burocracia estatal, siempre obedientes al mandatario de
turno; estamos frente a masas acríticas, que repiten los discursos oficiales.
Y es que el problema de obediencia ciega o consciente, debe ser un tema de estudio
de la pedagogía, si queremos construir cultura de paz, pues esos relatos de crueldad
humana que hemos incluido en el texto y que a medida que se avance en la temática
de la memoria histórica se van a conocer otros aún más horrendos, fueron cometidos
siguiendo órdenes, y aclaro; no voy a culpar ahora al gremio docente, del cual soy parte,
de la violencia acaecida no solamente en Colombia sino a nivel mundial, si no que quiero
llamar la atención en el tema que la escuela debe de ocuparse de abrir espacios y formar
en DESOBEDIENCIA, es importante que la escuela permita desarrollar en su interior
la posibilidad de decir NO, y aquí no me refiero a que no haga la tarea, a no acatar el
manual de convivencia; por el contrario me refiero, a sembrar la semilla de futuros ob-
jetores de conciencia, de aquellas personas que se oponen con argumentos, con ideas
firmemente elaboradas, a lo establecido o a lo mandado, a manera de ejemplo quiero
referirme al avance que han jugado los objetores de conciencia a la prestación del servi-
cio militar obligatorio en el mundo, que se han enfrentado al sistema de reclutamiento
legalmente establecido, que han sufrido persecución y encierro, pero que en el caso de
Colombia, finalmente han logrado que por vía de la Acción de Tutela, su derecho a no
48 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

prestar servicio militar obligatorio y que le sean reconocidos y avalados sus derechos.
Pero me pregunto, como llegar a la mayoría de edad, tiempo en el cual el joven debe
definir su situación militar, y poder decir NO lo voy a prestar, esgrimir sus razones, si en
la escuela no se la ha permitido y fomentado su disentimiento. Es que este mismo texto
es un ejemplo de sumisión, miremos que ninguna persona se rehusó a realizar la acti-
vidad, y ellos mismo lo dicen, lo hicieron por una nota, y otra vez volvemos a la escuela
conductista, otros porque se les ha inculcado que al docente hay que obedecerlo o lo
hicieron por inercia de una tarea más, vamos a hacerla.
Precisamente, para ilustrar la importancia histórica que reviste el decir no, o de votar
por el no, lo encontramos entre otros ejemplos en la consulta popular, convocada por los
militares golpistas uruguayos, que el 30 de noviembre de 1980, llamarón a elecciones en el
denominado plebiscito constitucional, con el fin de dejar sin vigencia la constitución vigen-
te en ese momento y legitimar su poder de facto; convencidos de su triunfo, los militares
permitieron televisar el reconteo de votos, con la sorpresa que el NO fue la opción ganado-
ra. El escritor uruguayo MARIO BENEDETTI, quien vivió en el exilio, con ocasión de dicha
dictadura militar, describió en su novela: Primavera con una esquina rota”, dicho momento:
“No creía en el plebiscito, me parecía una trampa ridícula. Pero a las tres
de la madrugada me desperté y tuve la corazonada de encender la onda corta.
Y la noticia vino como entremezclada con mi sueño y el NO había arrollado la
propuesta de los milicos… la dictadura decidió abrir, no una puerta, sino una
rendija, y una rendija tan pequeña que sólo pudiera entrar en ella una sola sí-
laba, y entonces la gente vio aquella hendedura y, sin pensarlo dos veces, colocó
allí la sílaba NO…En esta época de bombas neutrónicas y ojivas nucleares, es
increíble cuánto puede hacer todavía una pobre sílaba negadora”10
Aquí no se trata de proponer la grosería en el aula, por eso se habla de la desobe-
diencia argumentada, no se trata salir a la calle y romper los articulados del sistema
masivo de transporte y demuestro mi rebeldía, pero en los días posteriores lo sigo utili-
zando, y sigo soportando tan pésimo servicio público de transporte.
No es fácil llevar a la práctica esta propuesta, pero la considero esencial, en la formación
ciudadana y en la construcción de la paz, me duele ver como los curas siguen abusando de
los pobres, construyendo enormes y elegantes seminarios y templos con el sudor del trabajo
del campesino y del obrero (lo mismo vale decir de los demás recintos de las otras iglesias),
me conmueve ver llegar en camiones acarreados como ganado a los electores en los días
de elecciones, que impotencia se siente al ver al pueblo aclamar a los políticos corruptos,
culpables muchos de ellos, de hechos de violencia y persecución contra el mismo pueblo.
Por ahora dejo aquí, eso sí con el propósito de seguir nutriéndome del pensamiento
anarquista y mis propias reflexiones, que me permitan dedicarme a esta temática y en
lo posible darla a conocer y socializarla con la comunidad educativa.

10 Benedetti. Mario. Primavera con una esquina rota. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. Página 139.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 49

OTRAS VOCES TIENEN LA PALABRA

El texto presentado en ningún momento pretende ser un homenaje a los torturado-


res, ni mucho menos un insulto a las víctimas; es todo lo contario; un llamado hacía el
enorme esfuerzo que debemos hacer como nación para construir nuevos entornos de
ciudadanía, de respeto; de ahí que reitero la idea de la necesidad de fomentar la escuela
de altos estudios para la paz, que aborde las temáticas de la construcción de una nueva
sociedad cuyas bases están profundamente arraigadas en la masacre, el odio, la exclu-
sión, la venganza, la corrupción.
Para no quedarme en la isla, de mis propias ideas, he solicitado, a la rectora del
colegio Castilla Luz Mery Pulido Gordillo, a la colega Aracely Orjuela, militante del
partido Comunista Colombiano, activista feminista, a Alejandro Rojas, orientador
de la educación básica primaria, estudiante de maestría en Estudios Sociales, en la
Universidad Pedagógica Nacional, a Rodrigo Hernández Poveda, psicólogo egresado de
la Universidad INCCA, a Elizabeth Delgado, licenciada en psicología de la Universidad
Pedagógica Nacional que nos presenten no solamente la visión de éste texto y la validez
pedagógica del mismo, sino su propia lectura de la barbarie humana y su relación con
la construcción de la paz.

50 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

¿EL FIN DEL CONFLICTO ARMADO


GARANTIZA LA PAZ PARA COLOMBIA?
Luz Mery Pulido

Al leer los escritos de los estudiantes sobre la manera en que torturarían y desapa-
recerían a un colibrí, no deja de venir a mi mente que por encima de la imaginación de
estas circunstancias y la creatividad con que cada uno adecua la narración, lo que está
en el fondo son los mecanismos de desaparición y tortura de los cuales se han enterado
por sus clases en el colegio, lo que les han contado sus familias y amigos, y naturalmente
por los medios de comunicación.
Y es que para muchos de nosotros los colombianos el escenario real del conflicto
armado y el nivel de tortura y desaparición que han sufrido muchos de nuestros compa-
triotas resulta ajeno, incluso extraño. Si usted por ejemplo ha vivido la mayor parte de
su vida en Bogotá, quizá no se ha preocupado pensando en un posible enfrentamiento
armado entre guerrilla y ejército, en donde su casa, la de su familia o vecinos pueda
resultar completamente destruida a razón de las balas o las pipetas de gas; de la misma
manera en la que camina aún desprevenido de dónde pisar, pues la probabilidad de
toparse con una mina antipersona es casi nula.
Dependiendo de cuántos años tenga, claro que ha sentido miedo e incluso dolor
por hechos que han estremecido a la ciudad de Bogotá, como el atentado al edificio
del DAS a finales de la década de los 80´s (que vale la pena recordar no fue originado
por un actor armado sino por el narcotráfico), o sin ir tan lejos, ya como hecho muy
cercano a la edad de los estudiantes que participaron de este libro, el atentado al Club
El Nogal ocurrido en el 2003 a manos de las FARC. Pero ninguno de estos hechos a los
que seguramente sí hemos sido más cercanos, puede quizá alcanzar el nivel de afec-
tación de miles de familias Colombianas que han tenido que ver violar a sus niñas y
mujeres, descuartizar otros tantos familiares, reclutar a sus niños y jóvenes o asesinar
a sus padres; así como abandonar todo lo que han construido como vida, para poder
continuar respirando.
Entonces, cuando se piensa en el fin del conflicto armado con el “Proceso de Paz”
adelantado en la Habana entre el Gobierno Nacional y las FARC, pensamos en que quizá
muchas de esas familias, las víctimas de tantos años de enfrentamiento por ideologías
políticas distintas, podrán recuperar su vida porque “serán reparadas” y que Colombia
estará en paz. Y no pongo en duda que éste sea el ideal de todos los que habitamos este
hermoso país, sin embargo, es necesario reflexionar en torno a las circunstancias de
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 51

desaparición y tortura que se han convertido en el hecho cotidiano y que cada día co-
bran más vidas, imposibilitando una Colombia en PAZ.
Por encima de las torturas que en algún momento han cometido los actores arma-
dos, están las que padecen muchos niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres adul-
tos y de la tercera edad en su propia casa. La madre que le quema las manos a su hijo por
no hacerle caso, el hijo que asesinó a su abuela porque no le dio el dinero para drogarse,
el padre que mata a su esposa delante de sus hijos por la discusión que tuvieron cuando
llegó ebrio, el padre que coge a golpes a su bebé de apenas meses de nacido como “casti-
go” a su esposa, los padres diciéndole todo los días a su hija que es una buena para nada;
¿no son acaso estas formas de tortura?
Este tipo de violencia, que es conocido como intrafamiliar, y que en su mayoría de
casos tiene como agresor principal a los hombres, ha sido en Colombia prácticamente
una costumbre. El aumento o disminución de las tasas de violencia intrafamiliar no sue-
len ser precisas, dado que dependen de la denuncia de los casos, y lamentablemente no
siempre la víctima instaura la queja. En el año 2015 por ejemplo, se recibieron 54.936
denuncias por violencia intrafamiliar, superando las ocurridas en el 2014. De todas es-
tas denuncias, tan solo 9.345 originaron capturas por las lesiones generadas o porque
acabaron con la vida de la persona.
¿Qué ocurre entonces con los restantes casos?; ¿La denuncia y la captura del agresor
o agresora en la familia restituyen y sanan a quien fue objeto de violencia?;
¿Qué clase de ciudadano se forma en una familia en donde prima la violencia?
Si ponemos ahora la mirada al escenario en el cual compartimos seis horas diarias
por cuarenta semanas – el colegio – se evidencia la tortura que en muchas ocasiones
sufren la multiplicidad de colibrís que en el confluyen (docentes, estudiantes, pa-
dres). El escenario de formación complementario a la familia, en donde se pretende
que a través de la implementación de una “cátedra de la paz” niños, niñas y jóvenes
aprendan a convivir con los demás, hoy en día tiene que dedicarse es a la atención
de las problemáticas de violencia social del país que se reproducen en su interior.
Y es que en últimas, como lo señala Mejía (1999), “La escuela es un hervidero de
emociones, de encuentros y de reconocimientos, de conocimientos, de aceptación y
de rechazo” (p.36)
Quizá titulares como “estudiante de 15 años apuñaló a su compañero de 13 por-
que no le pagó $200 que le debía”; “un grupo de estudiantes se citó en un parque y se
agredieron con palos, piedras y cuchillos”; “rector fue asesinado en su oficina por estu-
diante”, entre otros, le suenen conocidos. Todos naturalmente trágicos, como las demás
realidades de violencia que vive nuestro país, que van más allá del conflicto armando,
como se ha manifestado reiterativamente en este documento.
La violencia en la escuela se ha venido constituyendo en sistémica, lo cual se entien-
de como “cualquier práctica o procedimientos institucionales que produzcan un efecto
52 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

adverso en los individuos o en los grupos al imponerles una carga psicológica, mental,
cultural, espiritual, económica o física” (Ross, 1996, p.15).
Nos afecta a todos los que estamos en ella. El sistema educativo, del que estudiantes,
docentes, padres y madres de familia y autoridades educativas hacemos parte, es por
un lado generador de violencia y por el otro encubridor de la misma. Esto se refleja en
que el sistema definido desde las políticas públicas ha sido diseñado desde una realidad
inexistente y bajo criterios de corte económico que desconocen las realidades sociales,
personales, culturales, políticas, morales, entre otros, de aquellos que son parte directa
de la relación enseñanza – aprendizaje; y tienden sólo a la homogenización y el control
de la población, propiciando acciones que coartan el derecho a la diferencia y la libertad.
Pero al ser tan distinta la realidad de la que el sistema espera, al interior de las insti-
tuciones educativas - unas más que otras-, se ha venido pasando de procurar el aprendi-
zaje del conocimiento que ha producido la humanidad en ciencias, humanidades, artes,
tecnología, entre otros, del aprender a ser y a convivir, a luchar cada día con la agresión
que ocurre entre estudiantes de manera verbal y/o física, el expendio y consumo de
sustancias psicoactivas.
Por otra parte, también se ejerce violencia en ciertas ocasiones por parte de algunos
maestros y padres de familia, con sustento en falencias académicas y de convivencia de
los estudiantes, a través de lo que Ross (1996) cataloga como “el castigo”. El castigo
sobre los estudiantes es diferente al que existió en otras épocas. Los golpes a un es-
tudiante de parte de un docente son prácticamente nulos, muy pocos padres también
ejercen esta práctica; se es muy cuidadoso del escarnio público, no se deja a nadie sin
descanso, ni con las manos arriba.
Los castigos hacia los estudiantes son fundamentalmente psicológicos, cuando se
desconoce el valor de sus aprendizajes, se niegan las capacidades, se coloca 1.0 por
salirse de los parámetros de lo que se considera disciplina, se impide su acceso a clase o
simplemente deja de haber preocupación por su asistencia, debido a que se reconocen
sólo sus acciones negativas, por lo que es mejor su ausencia. El castigo de los estudian-
tes a padres y docentes por su parte, se refleja principalmente en acciones como el de-
safío de la autoridad con agresión verbal y gestual, en algunos casos hasta físicos sobre
todo hacia sus padres, generando una carga emocional que en ocasiones, para el caso de
los docentes, termina siendo incapacitante. ¿Cómo puede entonces puede haber paz si
donde se forman los ciudadanos abundan las situaciones de violencia?
Ya en el rol de ciudadanos como tal, el panorama de tortura puede iniciar incluso si
debe montarse al bus. ¿Ha hecho el ejercicio de subirse a una buseta o al transmilenio
en horas pico?; la gente se agrede verbal e incluso físicamente por una silla. Ante la falta
de proyección del Estado y con una política social de asistencialismo más que de garan-
tía de derechos, en Colombia se ha venido promoviendo la violencia y la delincuencia
en las calles.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 53

Los ciudadanos cada vez somos menos tolerantes, a tal punto de ser capaces de ase-
sinar a otra persona por el exceso de ruido en la fiesta, por golpear una puerta, por
estrellarse en el carro, y si le suma el alcohol de por medio, la razón puede no ser nin-
guna. El precio de una vida es el mismo de un celular e incluso menos que eso. El Centro
Nacional de Memoria Histórica señala que en 54 años de conflicto armado en Colombia,
la cifra de muertos registrados es de 220 mil compatriotas.
Pero si se revisan las cifras de homicidios (cuya causa no es considerada la guerra),
la cifra en los mismos años, es más del doble. Para el año 2015 por ejemplo en Colombia
fueron asesinados 12.193 personas, lo que representa 25 casos por cada 100.000 ha-
bitantes; de estos casos, 1.112 ocurrieron solo en diciembre y la causa principal fue la
intolerancia (44%).
Considerando estas cifras, lo que nosotros ciudadanos hacemos cada día no es pre-
cisamente vivir en paz. La cantidad de muertos en el país claro que bajarán con el cese
del conflicto armado, particularmente se salvarán muchas vidas de policías y militares,
pero ¿y el resto de las vidas? ¿El fin del conflicto armado hará que seamos más toleran-
tes y nos torturemos menos entre nosotros mismos?
Por otra parte, hay que tener presente que la principal causa de muerte en Colombia
no tienen su origen en la violencia. De acuerdo con el Departamento Administrativo
Nacional de Estadísticas (DANE) y el Ministerio de Salud, la principal causa de muerte
en el país son las enfermedades cardiovasculares, cuyos principales factores de ries-
go son la obesidad y el sobrepeso, el sedentarismo, la hipertensión y el tabaquismo.
Aunque pueda parecer una situación que es de responsabilidad individual, no es del
todo así. El sistema de salud del país no funciona, si usted pertenece al plan obligatorio
o al subsidiado, conseguir una cita con un especialista le puede tomar mínimo un mes,
así que debe encontrar la manera de sobrevivir a su enfermedad durante ese tiempo.
Pasamos de producir nuestros propios alimentos en los campos, a importar la ma-
yoría de lo que consumimos, sobre todo de comida procesada. Y es que claro, con las
políticas de nuestro país, a un campesino le resulta más rentable sentarse a esperar el
subsidio de familias en acción, que trabajar a pérdida en la producción agrícola. Así,
considerando que no somos ajenos al consumismo, pues estamos mal alimentados, en
obesidad – sobrepeso y nuestros niños hasta desnutridos; en cualquiera de los casos,
con un amplio factor de riesgo para morir. ¿Qué paz se concibe en un país donde un
derecho fundamental como la salud no está garantizado?
En este panorama, si un Colombiano sufre la tortura y desaparición de su esencia
como ser humano en el seno de su hogar, en la institución encargada de contribuir en
su formación (la escuela) y en general en los escenarios dispuestos para el ejercicio
de su ciudadanía, la finalización del conflicto armado lejos está de garantizar que po-
damos vivir en paz. Para que se logre la paz, es necesario por lo menos que el Estado
garantice los derechos fundamentales de los ciudadanos, que cada uno de nosotros
54 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

recuerde que la convivencia en una sociedad está regulada por normas que debemos
comprometernos a cumplir; que nuestras actuaciones requieren de ética; que somos
diferentes unos de otros, lo cual en lugar de ser un obstáculo nos enriquece; que de la
solidaridad depende nuestro crecimiento y que nuestras acciones no sólo nos afectan
a nosotros, sino a los demás.
Cada uno de nosotros podría enlistar todas aquellas situaciones que se hace nece-
sario transformar para que podamos decir que realmente vivimos en paz; piénselas y
repítaselas cada día, de tal forma que la suma de tantos compromisos y energías en el
mismo sentido, puedan constituir la realidad. Queremos y necesitamos un país en paz,
pero esta sólo será posible con el aporte de cada uno de nosotros.
No puede haber desesperanza, la Paz es posible, solo que requiere de muchos más
esfuerzos que el de acabar con el conflicto armado. Niños, niñas y jóvenes de este país
tienen la oportunidad de disfrutar un ambiente distinto; está en manos de todos noso-
tros, con nuestras acciones, sin importar la edad, hacer que esto sea posible.

REFERENCIAS

Centro de Memoria Histórica. (2013). Guerrilla y población civil. Trayectoria de las FARC
1949 – 2013. Recuperado de: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/des-
cargas/informes2013/farc/guerrilla-y-poblacion-civil-2016.pdf
Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE. (2015). Estadísticas Vitales.
Recuperado de: http://www.dane.gov.co/index.php/esp/poblacion-y-demografia/
nacimientos-y-defunciones/118-demograficas/estadisticas-vitales.
En el 2015 hubo 1.150 homicidios menos en el país. (2 de Enero de 2016).
El Tiempo. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/
homicidios-en-el-2015-en-colombia/16471335
MEJIA, Sonia. (1999). Matoneo en la Escuela. En Chiape Clemencia y otros. Violencia en la
Escuela (pp.36 – 42). Bogotá: IDEP.
ROSS EPP, Juanita. (1996). Escuelas, Complicidad y Fuentes de Violencia. En Ross Epp,
Juanita y Watkinson M, Ailsa. La Violencia en el Sistema Educativo (pp.15 – 47).
Madrid: La Muralla.

Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 55

ANÁLISIS DEL TEXTO


“CÓMO TORTURAR Y DESAPARECER A UN COLIBRÍ”

Aracely Orjuela
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibamos órdenes
que humillan nuestra conciencia o que violan nuestro sentido común
Eduardo Galeano

Llegando al tema que nos convoca “cómo torturar y desaparecer a un colibrí”, ten-
dría varios comentarios que hacer, pero antes, debo explicar que es una idea ingeniosa
del profesor, quien ha solicitado a los estudiantes imaginarse y describir cómo harían
para torturar y desaparecer a un colibrí. El tema propuesto buscaba inducir a los estu-
diantes a reflexionar sobre el fenómeno de la desaparición forzada en Colombia.
En términos generales, todos los estudiantes hicieron la tarea, y quien lea los re-
sultados no puede menos que sentirse aterrado con las respuestas, casi todas igual-
mente espeluznantes.
Mis reflexiones sobre el particular, son, en principio:
1- Me ha preocupado demasiado ver a unos jóvenes que con una sencilla instruc-
ción, permiten que su mente genere tanta perversidad y que a ninguno de ellos
le afecte el dolor de un ser vivo. Se me ocurre pensar que pueden llegar a hacer
cosas indebidas solo por cualquier estímulo, porque los colombianos somos
muy dados a conseguir las cosas de manera fácil.
2- Terrible que una niña sienta más pena por torturar un pajarito que por torturar
a un ser humano.
3- Grave que estos jóvenes reaccionen igual ante una orden, no hubo uno solo que
se opusiera ante semejante tarea del profesor, siendo muchachos mayores de
quince años, ¿actuarán así en todos los aspectos de la vida? ¿caminan para ade-
lante porque ven caminar? ¿Así aceptarán todo lo que dicen los medios de co-
municación, sus superiores en el ámbito laboral o profesional?
4- Pareciera que la juventud en general ha tomado una actitud muy pasiva, de apa-
tía, de conformismo e indiferencia ante los temas sociales, políticos y económi-
cos del país al igual que la mayoría de la sociedad Colombiana (esto lo notamos
también en los foros que se realizan en el colegio, sobre la Paz).
56 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

5- Con estas respuestas de los estudiantes he llegado a convencerme de que ante


una carencia sólida de formación en la primera infancia y la niñez, los seres
humanos estimulados por cualquier clase de pago o estímulo podemos llegar a
la perversidad, a la deshumanización, a la depravación.

Si relacionamos estas respuestas con los fenómenos históricos de Colombia del


mundo, acá encontraríamos muchas repuestas, que demostrarían como la ambición
por las riquezas y por el poder hace que las personas se perviertan y cometan toda
clase de horrores.
Tengamos en cuenta lo siguiente:
Los imperios a través de la historia, en su afán de crecer y expandirse y enriquecerse
fácil: esclavizaban, torturaban, aniquilaban pueblos enteros… como ocurrió con la inva-
sión Europea a América, África, Asia…
El imperio actual representado en EEUU también domina y somete pueblos con los
mismos métodos pero utilizando algunas veces el poderío militar o en otras ocasiones
con formas más sutiles, como son: Los medios de comunicación, las religiones, los siste-
mas educativos (competencias, estándares, evaluaciones…)
En su afán de expandirse y tener más poder político y económico, se inventa gue-
rras para mover su industria militar; además, todo lo convierte en mercancía: la sa-
lud, la educación, las comunicaciones, los servicios públicos…, lo que conocemos como
CAPITALISMO SALVAJE.
Tras la caída de la U.R.S.S, que defendía el modelo socialista, al capitalismo le quedó
el camino libre en su variante más radical, el NEOLIBERALISMO, por eso crea nuevos
organismos y fortalece otros como son: El FMI, el consenso de Washington, el CMC, la
OCDE, el BID. etc. Presiona a los países a privatizar todas las empresas del estado, a in-
cluir en sus planes de Desarrollo la flexibilización laboral, los T.L.C. La extracción de los
recursos naturales…
E.E.U.U se considera el guardián del mundo, ejerce su dominación hasta en la ONU.
Su poderío militar aumenta cada día, con un armamentismo 40 veces mayor al de China
que es el país que le sigue en armamento, ha colocado sus flotas navales en todos los
océanos, cuenta con más de 800 bases militares en el mundo, 12 en Colombia, con sus
órganos especializados como la CIA y la DEA, así como con el apoyo de las potencias
europeas a través de la OTAN se toma todas las atribuciones que quiere: invade y bom-
bardea países e inventa guerras como ocurrió en: la antigua Yugoslavia, Libia, Irak,
Afganistán…(y ahora nadie recibe a los desplazados por estas guerras); apoya golpes
Militares como el de Guatemala, Chile, Argentina, El Salvador etc.
Igualmente ordena bloqueos económicos como lo hizo en Cuba, Irán, Palestina…
Pero ahora tiene una nueva modalidad para derrocar gobiernos “incómodos” como son
los llamados “golpes suaves”, que consisten en derrocar y enjuiciar presidentes anti
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 57

imperialistas, inventándoles delitos (valiéndose de jueces corruptos) como ocurrió


en Honduras con Manuel Zelaya, en Paraguay con Fernando Lugo, en Haití con Jean
Bertrand Aristide, en Argentina a Cristina Fernández; estos días se han ensañado con
Dilma Rousseff en Brasil y ahora viene por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Siria, Nor-Korea
e Irán que son los gobiernos progresistas y anti-imperialistas del momento.
También recurre a la USAID (que es su agencia de cooperación), la cual está en todos
los países y reparte muchísimo dinero dentro de los opositores de derecha, los medios
de comunicación y los ejércitos de estos gobiernos.
Nuestro gobierno Colombiano, fiel aliado del gobierno Norte-Americano recibe toda
clase de asesoría: económica, política militar…; Los estamentos represivos del estado
reciben toda clase de capacitación, entrenamientos y adoctrinamientos en EEUU, donde
se les infunde la Doctrina del “enemigo interno” que es el odio y la persecución contra
la izquierda, contra el comunismo y contra la insurgencia; además en nuestro país se
encuentran muchos asesores norteamericanos. Desde el derrumbe de las torres geme-
las, el expresidente Bush impuso el lema de “la lucha contra el terrorismo y contra el
narcotráfico” que no era más que una disculpa para imponer normas de “seguridad”,
vender armas e invadir países.
En Colombia a la fuerza pública, además de que se les adoctrina, también se les es-
timulaba con prebendas como: ascensos vacaciones y cursos internacionales, o dinero
por cada muerto que presentaran, (volvemos al tema del colibrí), lo que condujo al caso
de los “falsos positivos”; A estos militares se les deshumaniza, se les exigen resultados
que consiste en “número de muertos”. Lo que los ha llevado a cometer toda clase de vio-
laciones de Derechos Humanos. Luego los premian dándoles tratamiento de “héroes”,
como defensores de la democracia y las instituciones; Colombia ocupa el vergonzoso
segundo lugar en violación de D.H.
Veamos algunas cifras:
1- EL aniquilamiento de un partido político de izquierda en menos de 5 años, lla-
mado U.P. del cual fueron asesinados más 5 mil líderes incluyendo dos candida-
tos a la presidencia y 14 parlamentarios.
2- En los últimos 25 años tuvimos en Colombia más de 250 asesinatos, por culpa
de la guerra
3- Unas 4.500 masacres.
4- Más de 6 millones de desplazados.
6- Unos 7 millones de hectáreas de tierra robadas a campesinos,
7- Más de 3 mil sindicalistas asesinados entre ellos más de mil maestros,
8- Los desaparecidos llegan a 65 mil.
9- Más de 5 mil falsos positivos.
58 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

10- Actualmente 7.500 presos políticos entre ellos profesores, sindicalistas,


indígenas…
11 - Miles de indígenas y campesinos enfermos por las fumigaciones con glifosato.
12 - Muchísimos exiliados en el exterior.

Y podríamos seguir mencionando muchos casos más de la tragedia Colombiana.


Por muchos de estos hechos el país ha sido sancionado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y ha tenido que pagar millonarias indemnizaciones y aún le quedan
las demandas mayores que pueden superar los billones de pesos que pagaremos to-
dos los colombianos.
En esta guerra sucia no solo están comprometidas las FFMM que tienen en estos mo-
mentos investigados unos 14 mil de sus hombres y condenados unos 3.500; También
son culpables muchos políticos, industriales ganaderos, las multinacionales del petró-
leo del banano, del carbón, de las esmeraldas, de la caña, de las hidroeléctricas etc. El
gobierno del ex presidente Álvaro Uribe por su paranoia anti izquierdista y anti insur-
gente jugó un papel muy importante en la violación de DDHH, lo primero que hizo al
llegar a la presidencia fue aumentar el pie de fuerza de las fuerzas armadas de 100 mil a
500 mil hombres, puso el DAS al servicio de los paramilitares el cual “chuzó” no solo a la
izquierda sino también a magistrados y opositores políticos y encubrió el paramilitaris-
mo, ellos le ayudaron a Uribe en la campaña para llegar a la presidencia y luego realiza-
ron acciones conjuntas con el ejército como quedó en evidencia en la llamada Operación
Orión en la Comuna 13 de Medellín donde desaparecieron más de 60 personas.
Esto ocurre porque nuestro país al igual que la mayoría de sur y centro América, los
líderes de izquierda defienden los recursos naturales y las materias primas, princi-
palmente el agua; los cuales son apetecidos por los países ricos que consumen el 70%
de alimentos y energías no renovables del planeta.
Además el capitalismo y las multinacionales cuentan con otras estrategias como son:
hacer que estos países se ENDEUDEN,(vemos el caso de Argentina en manos de “Fondos
Buitres”), para siempre estar ligados al cordón umbilical del cual no se liberaran nunca.
Colombia dedica el 40% de su presupuesto para el pago de dicha deuda.
Pero todo no es negativo, porque en latino-América se empiezan a levantar los pue-
blos y han ido eligiendo gobiernos de izquierda; han creado organizaciones fuertes en
defensa de sus países y de sus recursos, como son: la CELAC. Mercosur, Los países del
ALBA…También vemos que a diario aparecen líderes capaces de orientar las luchas con-
tra estos sistemas opresores.
En Colombia por las razones que ya conocemos de “la guerra sucia” contra los diri-
gentes de izquierda, el país se ha derechizado y se comporta como “el Judas de América”
con relación a sus vecinos, se unió con los países más derechistas como son México.
Perú, Chile y formaron la organización llamada Alianza del Pacífico.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 59

Pero considero que a Colombia van a llegar cambios muy positivos cuando se firmen
los acuerdos de La Habana, no solo por los recursos económicos y los muertos que nos
ahorraríamos, sino también porque los 5 puntos negociados hasta ahora son reivindi-
caciones que nos favorecen a todos, por tanto debemos presionar para que se cumpla
todo lo acordado.
Considero que nosotros como docentes que tenemos en nuestras aulas a más de 10
millones de estudiantes, debemos preocuparnos menos de las pruebas saber o por los
exámenes del ICFES. Más bien debemos realizar con ellos una gran labor de concienti-
zación, dedicarnos más al rescate de los valores de nuestro país, en educar para la vida,
donde no sean los medios de comunicación los que nos muevan, necesitamos que los
estudiantes salgan de esa apatía e indiferencia, que dejen el consumismo, los deportes
“espectáculo” (que llevan a la violencia)… Creo que si ellos entienden que las cosas no
se ganan tan fáciles que deben esforzarse para superarse no por el dinero y por cosas
fáciles; sino por defender sus comunidades, su cultura, sus recursos naturales, asumir
posiciones no sexistas, ser solidarios, respetar y defender a los grupos más vulnera-
bles como son: los pobres, los afrocolombianos, los indígenas, las mujeres, los grupos
LGBTI… De esa manera no tendríamos un país mejor, sin violencia y no tendríamos que
preocuparnos por los resultados de los escritos de los estudiantes sobre temas “cómo
torturar y desaparecer un colibrí”.
60 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

POR EL DERECHO A DECIR LIBERTAD

Alejandro Rojas
“Libres son quienes crean, no quienes copian, y libres son quienes
piensan, no quienes obedecen. Enseñar, es enseñar a dudar”
Eduardo Galeano

En una ocasión conversaba con un grupo de docentes, quienes reflexionaban sobre


su vida escolar. Todos ellos coincidían en la afirmación de que los tiempos han cambia-
do y ahora se evidencia un desinterés por parte de los estudiantes y sus familias por el
aprendizaje. Una de esas profesoras señalaba que su mayor problema había sido levan-
tarse del puesto a recoger un borrador sin la autorización de su profesor. El transcurso
del tiempo y los cambios que ha producido el capitalismo en la sociedad colombiana
han repercutido en importantes transformaciones de las dinámicas escolares. En la ac-
tualidad se puede documentar que muchos de los estudiantes que tienen bajo rendi-
miento académico y problemas de convivencia, prefieren venir al colegio para no estar
solos en sus casas. Sus padres y madres cada vez tienen menos tiempo para dedicarles y
encuentran en el salón de clase un espacio para no estar solos. Si esta situación se mira
con detalle se puede concluir que los niños, niñas y jóvenes vienen a la escuela a realizar
diversas actividades que poco tienen que ver con estudiar. Resulta evidente que la prio-
ridad de los estudiantes está en la socialización. Ellos quieren venir a encontrarse con
los otros, que son diferentes y que les permiten consolidar una identidad.
Pero esa socialización no puede ser vista solamente en términos positivos, como re-
lacionarse con sus amigos, jugar, conversar. También incluye elementos destructivos de
la vida social. Por ejemplo en una ocasión un docente reportó a sus coordinadores que
se negaba a iniciar clase después del descanso de los niños. Cuando los coordinadores le
preguntaron el porqué de su negativa, él prefirió llevarlos para que con sus propios ojos
observan la situación: en la entrada del salón habían heces fecales humanas acompaña-
das de orines. En la media hora del descanso alguien había subido e intencionalmente
había cagado en la entrada del salón. Los coordinadores muy preocupados empezaron
a hacer las indagaciones pero no encontraron nada. Esto sucedió durante tres días se-
guidos más, hasta que en una ocasión la persona que se dedicaba a perturbar la tran-
quilidad y aseo del colegio, decidió contarle a alguien más. Le pidió a uno de sus com-
pañeros que, mientras él se cagaba nuevamente, él se orinara en la caneca de la basura.
Dicho estudiante se negó a cumplir sus deseos y confesó en la coordinación quien era
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 61

el autor material de los hechos. Por supuesto se iniciaron los procesos administrativos
correspondientes y fueron citados los padres de familia del estudiante. Inicialmente
llegó al colegio una dulce abuelita quien era la encargada del cuidado del estudiante;
cuando se le preguntó por los padres, afirmó que la madre lo había abandonado cuando
era muy pequeño. Por su parte el padre pasaba varios meses trabajando fuera del país.
Indagando más a fondo se encuentra que cada vez que el padre venía al país, propinaba
fuertes golpizas tanto a su hijo, como insultos a su propia madre por la crianza que le
daba a su hijo.
Una canción del grupo de Rock-Grunge norteamericano Pearl Jam podría ofrecernos
un primer acercamiento sobre el fenómeno mencionado. Su canción Jeremy fue una de
sus canciones más importantes lanzada en el año 1991; escrita por Eddie Vedder, voca-
lista de la banda, basado en la historia de Jeremy Wade Delle quien a sus 16 años se qui-
tó la vida frente a sus 30 compañeros de clase. Allí se narra la situación de un niño que
estaba abandonado por sus padres “daddy didn’t give attention/ to the fact that mommy
didn’t care/…” (Papá nunca le prestó atención/ y de hecho a mamá no le importaba)
además sus compañeros se burlaban de él “but we unleashed a lion/ Gnashed his teeth/
and bit the recess lady’s breast” (pero liberamos a un león, enseñó sus dientes y mordió
la soledad de su corazón). El video de esta canción fue duramente criticado y censurado.
A partir de esta fecha en Estados Unidos se han presentado diversos episodios en los
que menores de edad disparan a sus compañeros de clase.
Esta canción ilustra dos de los graves problemas que enfrentan los estudiantes en
su vida cotidiana. El primero de ellos es la ausencia de los padres de familia, quienes
afirman trabajar diariamente hasta 16 horas, lo cual implica dejar la educación de sus
hijos en manos de la escuela y de otros familiares o vecinos que en muchas ocasiones no
muestran el interés suficiente en la orientación que se le debe dar durante su desarrollo.
Pero también muestra la inmensa tensión que deben soportar al interior de los propios
salones de clase, en donde afrontan todo tipo de agresiones físicas y verbales por cuenta
de los estereotipos que imperan en la sociedad. El niño o la niña que es gordo, es recha-
zado, el que es flaco es sujeto de burlas, el que no socializa o se equivoca expresándose
en público es objetivo de rechiflas, el que no consume drogas es objetivo de presiones y
amenazas, y un largo etcétera. Ni que hablar del afro, del indígena, o los LGBTI. En este
panorama se produce el trabajo pedagógico Instrucciones para desaparecer y torturar
a un Colibrí en donde se busca indagar sobre las estructuras psíquicas más profundas
que se han ido configurando en Colombia, un país que no solo ha vivido inmerso en un
Conflicto Armado de más de 100 años, sino que a diario soporta la violencia ocasionada
por el estrés y la intolerancia cotidiana.
Así como este ejemplo pueden ser enumerados distintos ejemplos de la cotidianidad
de los colegios distritales y privados en Colombia. Aunque no se les permite el porte de
armas a los ciudadanos de nuestro país, los actos de crueldad son evidentes a lo largo y
ancho del país. Solo me permitiré mencionar dos de ellos. El primero es el relacionado
62 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

con el suicidio del estudiante que era discriminado por su condición sexual, el segundo
de ellos la niña que quedó en silla de ruedas por haber caído desde una silla debido a
que uno de sus compañeritos le había escondido su cartuchera. Somos una sociedad
violenta, en la que el respeto por los demás no es una prioridad para nadie. Pese a ello
los medios de comunicación pasan horas hablando del proceso de paz que se adelanta
en la Habana con las FARC y recientemente la apertura de la mesa de negociaciones con
el ELN.
Muchos de esos comentarios que se hacen por parte de la opinión pública, rechazan
la desmovilización de estos grupos armados, resaltando que deben pagar por sus crí-
menes en las mazmorras del Estado. Pero la paz pocas veces pasa en las páginas de los
periódicos y las crónicas de los noticieros, por la vida cotidiana de la gente. Por ejem-
plo cuántos accidentes de tránsito ocurren diariamente por la intolerancia y el estrés
cotidiano. Cuantas riñas se presentan a diario por los efectos causados por las distintas
sustancias que consumen los colombianos. O simplemente cuántos jóvenes han muerto
por cuenta del fanatismo por el fútbol. Si se acaban los tiros de fusil en los campos de
nuestro país, será maravilloso pues que mucha gente pueda vivir tranquila sin el temor
de que en su cabeza le caiga un cilindro de gas, o una bomba del Ejército Colombiano.
Pero la guerra de la cotidianidad continuará. La violencia que persiste en nuestro inte-
rior persistirá si no dedicamos nuestros esfuerzos a pensar la paz de una manera más
amplia incluyendo el perdón y la solidaridad con los otros.
He tenido el gusto de acompañar el proceso de construcción de esta propuesta por
parte de mi Colega y amigo Sayed Vanegas. Al calor de un café me ha ido contando
cómo se fue desarrollando el proyecto y qué perspectivas analíticas y de acción emer-
gen de un ejercicio de imaginación. Por ejemplo es preciso pensar los escritos de los
estudiantes a la luz de la teoría psicoanalítica en donde el colibrí se convirtió en objeto
sexual de varias de las torturas. O desde el punto de vista de los Estudios Culturales
buscar una explicación sobre el origen de sus representaciones sociales de la tortura,
de la violencia y de la guerra. En oposición a ellos el autor plantea la dificultad de pen-
sar las caricias, el amor y la paz en un país en donde esas palabras se mantienen en
reserva permanente.
La utopía que se está caminando en este instante, se denomina Pedagogía de la
desobediencia argumentada, Esta apuesta tiene sus fuentes en los tres pilares que han
orientado la vida del camarada, La pedagogía como un ejercicio crítico que no se limita
a reproducir los designios del Ministerio de Educación, sino a pensar la vida y las tensio-
nes que se originan en ella. La desobediencia se origina en sus constantes lecturas sobre
el anarquismo que lo han llevado no solo a asumir una opción política individualista, la
cual le he cuestionado en reiteradas oportunidades, sino que en realidad ha llevado a la
práctica en su vida personal. Finalmente el argumento, que sería la alternativa que se
ofrece a la guerra. Es poder decir lo que se piensa, sin el temor a ser asesinados.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 63

De este modo, en el marco del proceso de paz, el aporte más importante de esta obra
es pensar la cotidianidad escolar. Es ver cómo alcanzamos la paz en los hogares de los
colombianos, como los estudiantes alcanzan la paz interior que les permita una relación
armoniosa con su medio ambiente y sus pares. Estamos ante la primera parte de un
ejercicio que resultará polémico y del cual obtendremos un aporte para la reflexión pe-
dagógica. Es preciso poner en cuestión por ejemplo el sistema de evaluación mediante
el cual el estudiante no sienta una retribución de su trabajo con una valoración cuan-
titativa ni cualitativa. La principal motivación que tenían los estudiantes era alcanzar
una nota que les permitiera pasar su materia. Si por el contrario entendiéramos que la
evaluación debe ser un mecanismo que debe ser cada vez más autónomo, en donde el
propio estudiante pueda valorar sus aprendizajes.
Simultáneamente vale la pena reflexionar sobre los juicios morales que realizan los
jóvenes. Vale la pena pensar qué percepción tienen los jóvenes sobre la justicia, la equi-
dad social, la solidaridad, el amor, la vida. Al parecer escribir sobre la muerte, la tortura
y la explotación sexual, habría que mirar que tan fácil resulta pensar el otro lado de
la moneda. Finalmente es necesario señalar que los propios estudiantes hablan en los
pasillos sobre las tareas y ejercicios que el profesor Sayed les propone. Estos trabajos
han sido significativos para ellos y han logrado captar su atención e interés. Ante una
realidad en la cual las experiencias se han vuelto efímeras y las redes sociales han atra-
pado a la sociedad, encontrar alternativas pedagógicas que suscitan reflexiones se ha
convertido en un ejercicio arqueológico. Ojalá este ejercicio motive a otros docentes a
mostrar sus experiencias y socializarlas para que podamos transformar conjuntamente
el sistema educativo.
64 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Y LA FAMILIA, ¿QUÉ PUEDE HACER?

Elizabeth Delgado Barreto


Psicopedagoga, Universidad Pedagógica Nacional
Especialista en Pedagogía para el desarrollo del Aprendizaje Autónomo
Candidata a recibir el título de Magister en Asesoría familiar
y gestión de programas para la familia. Universidad de la Sabana.

La Lección de la Mariposa           
Un día un hombre encontró un capullo de mariposa y observó que en él había un peque-
ño orificio. Se sentó y se entretuvo en observar mientras la mariposa luchaba durante varias
horas para forzar su cuerpo tratando de pasar a través de agujero.
Pasó un largo rato observando los esfuerzos de la mariposa por salir al exterior, pero
parecía que no hacía ningún progreso, como si hubiera llegado a un punto donde no podía
continuar.
Apiadado, el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomó las tijeras y cortó el resto del
capullo.
La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y
arrugadas.
El hombre continuó mirando porque esperada que en cualquier momento las alas se
extenderían para poder soportar el cuerpo que, a su vez, debería deshincharse.
Pero nada de esto ocurrió. Por el contrario, la mariposa pasó el resto de su vida con el
cuerpo hinchado y las alas encogidas... ¡NUNCA PUDO VOLAR!
Lo que aquel hombre, con su amabilidad y apuro, no llegó a comprender es que el capu-
llo restrictivo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera salir por el diminuto agujero,
era la manera que utilizaba la Naturaleza para enviar fluido del cuerpo de la mariposa hacia
sus alas de modo que estuviera lista para volar tan pronto obtuviera la libertad del capullo.
Recuperado de:http://www.doslourdes.net/la_lecci%C3%B3n_de_la_mariposa.htm

Encuentro suficientemente detallada en este texto la barbarie humana, por tanto


he decidido reflexionar sobre la construcción de paz en la familia, que junto con la es-
cuela son dos instituciones permeadas por la cultura y la sociedad, con sus cambios
vertiginosos, sus avances, sus aberraciones y patologías y en quienes se descarga la
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 65

responsabilidad de entregar a la sociedad buenos seres humanos: amorosos, responsa-


bles, emprendedores, inteligentes en lo cognitivo y en lo emocional, autónomos, coope-
rativos, respetuosos de los derechos humanos y con una alta autoestima.
Nada se aprende sin esfuerzo, precisamente Papert (1960), en documentos sobre
Aprendizaje autónomo, afirmó: “enseñar no es explicar, porque quien explica algo a al-
guien le niega la posibilidad de descubrirlo y comprenderlo”, así como la mariposa que
quedó inválida de por vida, algunos padres se empeñan en forjar un camino de rosas para
sus hijos, los sobreprotegen, les permiten todo, les dan todo a cambio de nada, para que
no sufran lo que ellos sufrieron, o para calmar la culpa de no estar presentes. No los dejan
afrontar las consecuencias de sus actos, no les dan la oportunidad de tomar decisiones.
Adicionalmente, si el niño tiene un problema con otro compañero, son los padres
quienes solucionan el problema sin dejar que el pequeño empiece a resolverlos, ya en la
adolescencia se evidencian las consecuencias sobre su personalidad y sus patrones de
conducta: baja autoestima, pocas habilidades sociales, dificultad para tomar decisiones
por sí mismos, búsqueda de seguridad en otros, lo que los hace fácilmente manipula-
bles. Y si los padres son permisivos, los niños crecerán sin normas ni límites.
Por otra parte, en los talleres y atención personalizada a los niños y jóvenes en orien-
tación, se evidencia que algunos padres reproducen la forma agresiva y maltratadora en
que fueron criados, algunos de los estudiantes reciben en sus casas maltrato verbal,
humillaciones, críticas constantes y golpes, perpetuando el maltrato como forma de so-
lucionar los problemas y la obediencia ciega como forma de autoridad.
Corremos, trabajamos, vamos de un lugar a otro, al mejor estilo de la película tiem-
pos modernos de Charles Chaplin, vamos al psicólogo, al psiquiatra esperando respues-
tas. Nos hemos olvidado de vivir, no tenemos tiempo para lo más importante, la familia,
nuestros niños crecen con el televisor como compañía, al lado de Pablos, Capos, Chapos,
Sapos, Perros, muñecas de la mafia, entre otros, que prometen una vida llena de aventu-
ras, riqueza y placeres, convirtiéndose en sus ídolos, todo esto sin la debida compañía y
reflexión de sus padres o cuidadores.
Los anteriores y otros interesantes temas se tratan en las escuelas de padres lidera-
das por los orientadores; la propuesta es conciliar unos acuerdos básicos entre escuela
y familia sobre la educación de los niños y jóvenes, para iniciar un largo camino de cons-
trucción de nuevos entornos de ciudadanía. Lamentablemente la asistencia es poca.
La familia entendida como núcleo básico de la sociedad o como sistema social natu-
ral o como grupo social primario, es de vital importancia pues asegura la procreación
y la transmisión de la cultura. Reconocida también como soporte de la sociedad por
Sánchez (1984), en Gallego, (2012), “La familia es una institución que permite la cons-
trucción equilibrada del niño, y por lo tanto de la sociedad, en tanto la figura materna y
paterna proporcionan modelos legítimos que permiten la inserción del hombre al con-
texto cultural, político y educativo. (p.16)
66 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

También en la familia, como escuela de humanización, se satisfacen muchas de las


necesidades fundamentales para un desarrollo adecuado del ser humano como: ali-
mentación, vivienda, cuidado, cariño, socialización, educación, entre otras, que ayudan
a la estabilidad emocional, económica y social de los niños y niñas y los prepara para
vivir autónomamente e integrarse a la sociedad. Además, en esta institución, se viven-
cia la reciprocidad, el intercambio, la negociación y la cooperación por encima de la
competencia.
Actualmente la familia es una institución en transformación y en evolución, ha teni-
do que adaptarse a los cambios culturales y sociales. Una encuesta realizada en nuestro
colegio al finalizar 2015, arroja como resultado que en la jornada tarde el 51.9% de
los estudiantes viven con los dos padres, es así que el 48.1% estarían expuestos a los
sentimientos de culpa, temor de quedarse solos y abandonados, soledad, depresión y
duda ante la posibilidad de casarse y mantener una relación, que genera la separación
de sus padres.
Por tanto, si no fortalecemos la familia, si los jóvenes no son conscientes de la im-
portancia de fortalecer la pareja, de las responsabilidades de formar una familia y de-
fenderla, de empeñarse en asumir su paternidad – maternidad de una forma asertiva,
no pasiva ni agresiva, si no actuamos convencidos de que la familia es el único ámbito
en donde la persona es valorada y querida en todas sus facetas y el mejor lugar para
protegerse de los atropellos del contexto y de las experiencias mediáticas del entorno
global, si los gobiernos no protegen la familia como su bien más preciado, no podremos
evitar que un nuevo joven torture no solo a un colibrí, sino a un hermano.

REFERENCIAS

Gallego, A., (2012). Recuperación crítica de los conceptos de familia, dinámica familiar
y sus características Revista Virtual Universidad Católica del Norte, núm. 35, febre-
ro-mayo, 2012, pp. 326-345 Fundación Universitaria Católica del Norte Medellín,
Colombia
Insuasty, L., (2003). Documentos de la especialización en pedagogía para el desarrollo
del aprendizaje autónomo. Universidad Nacional a Distancia. UNAD.


Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 67

DE LA CONDUCTA MALVADA

Rodrigo Hernández Poveda


Psicólogo
Universidad Incca De Colombia

Un experimento social como el descrito en el presente trabajo aporta al entendi-


miento de la naturaleza del comportamiento humano, el cual no solo está supeditado a
los rasgos de la personalidad del individuo, sino que demuestra que la situación impor-
ta, incluso más de lo que se cree.
He sido invitado a realizar una reflexión acerca de este texto, y aportar una inter-
pretación psicológica del mismo. Así las cosas, el primer paso es mostrar cómo expli-
ca la psicología social el comportamiento de los estudiantes que participaron en este
experimento.
Sobre la obediencia se han realizado diferentes investigaciones, y me referiré a dos de
las más importantes. Sin embargo, en el orden de lo cotidiano podemos ver cómo el or-
den social llama a la obediencia de una autoridad superior; en la Biblia se describe cómo
Abraham debía sacrificar a su hijo Isaac, por orden divina, acción que estaba dispuesto a
realizar, pero fue interrumpido por la misma autoridad superior, demostrando así el mie-
do que se debe tener a Dios; premisa aceptada por millones de personas en el mundo.
En la actualidad la autoridad se ejerce en diferentes espacios sociales; soldados obe-
deciendo órdenes, empleados haciendo lo que el jefe dice y, en este caso, estudiantes
asumiendo el trabajo impuesto por el profesor.
En este sentido, la Obediencia se define como la conformidad con la directiva u or-
den de una figura de autoridad. Ahora bien, la existencia de dicha figura no es suficiente
para que la persona obedezca, y mucho menos para la realización de acciones malvadas.
Existen unas condiciones necesarias para que esto ocurra y la explicación nos la brindan
dos reconocidos psicólogos sociales americanos: Stanley Milgram y Philip Zimbardo, am-
bos famosos por la realización de los experimentos sociales más famosos de la psicología.

EL HOMBRE QUE ELECTRIZÓ AL MUNDO


Milgram realizó su experimento en la Universidad de Yale entre 1960 y 1963.
Escogió participantes cuyas edades eran de 20 a 50 años controlando también el
nivel académico. Todos eran estudiantes o profesionales.
68 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

A los participantes se les dijo que estarían en un experimento de aprendizaje con un


profesor y un estudiante, siendo este último un actor.
El estudiante (actor) fue puesto en una silla eléctrica.
El objetivo era evaluar al supuesto estudiante en un ejercicio de series de palabras;
cuando fallaba, el participante oprimía un botón que generaba choques eléctricos, los
cuales no eran reales, pero le hacían creer que sí. Además, los choques aumentaban en
intensidad a medida que avanzaba el test.
Al actor se le dijo que cuando llegaran a 180 Voltios dijera que ya no aguantaba más
y que a 300 voltios dejara de responder.
El experimentador le ordenaba al participante que continuara sin importar si el es-
tudiante se quejaba por los choques eléctricos. Al reusarse el sujeto, el experimentador
insistía y decía que no había otra opción.
Todos los participantes obedecieron al experimentador, el 60 % continuaron casti-
gando al estudiante a pesar de las súplicas del mismo.
Del experimento se sacaron las siguientes conclusiones:
• Entre más cerca se encontraba el experimentador, más obedecían los partici-
pantes; el experimento del colibrí se realizó en el aula de clase con el profesor
Sayed presente.
• Los participantes mostraban risa nerviosa y al no ver a la víctima eran más
crueles; en el experimento del colibrí el animal no era real.
• Las mujeres mostraron más estrés durante el experimento.

Luego de realizado el experimento de Milgram, se abrió el debate acerca de si las


personas piensan para actuar o se pueden crear situaciones en las que la acción prece-
da al pensamiento. Según esta línea de investigación, el comportarse de acuerdo a una
situación determinada puede llevar al individuo a asumir un rol que lo convierte en
alguien diferente. “La Psicología Social de este siglo revela una gran lección: a menudo no
es el tipo de persona que un hombre es, sino el tipo de situación en la que se encuentra, lo
que determina su conducta”. (Milgram1974)
Así las cosas, ser malvado se puede atribuir a la situación, no al individuo; las perso-
nas pueden actuar así dependiendo de situación, como lo demuestra el
Experimento de la Prisión de Stanford.

STANFORD PRISON EXPERIMENT. PHILIP ZIMBARDO


En 1971, el doctor Zimbardo pretendía con su experimento demostrar que las di-
ferencias en el comportamiento deben ser atribuidas a los roles, no a diferencias
individuales.
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 69

Se convocó a un grupo de hombres quienes fueron divididos aleatoriamente en dos


grupos: reclusos y carceleros. Quienes fueron seleccionados como reclusos fueron busca-
dos en sus casas al día siguiente por una patrulla de la policía y arrestados en una prisión
ficticia, simulada en el interior de la Universidad de Stanford. En principio los partici-
pantes tomaron como broma el experimento, pero un día después, se evidenciaron com-
portamientos extraños en los participantes, incluido un motín. Ante esto, quienes fueron
seleccionados como carceleros comenzaron a tomar medidas extremas con los presos.
El Experimento de la Prisión de Stanford debía durar dos semanas, pero tuvo que
ser suspendido a los seis días debido a la conducta extrema de los participantes; los
guardias hicieron desnudar a los presos, tocarse entre sí y varios de los detenidos co-
menzaron a tener episodios psicóticos. El doctor Zimbardo al ver que el experimento
se salía de control, invitó a un sacerdote para que hablara con los participantes presos,
pero para su sorpresa, el sacerdote también asumió estar en una prisión verdadera y
asesoró a los supuestos presidiarios como tal.
Del Experimento Stanford se concluyó qué:
• Subestimamos el poder de la situación debido al “Error fundamental de la atri-
bución”: creemos que la conducta siempre se rige por diferencias individuales,
pero el contexto importa, y mucho.
• Si se toma una situación como real, la consecuencia será real. “Para llegar a ser al-
guien, uno puede empezar a comportarse como tal y llegará a serlo”. Kurt Varinegut.
• El experimento Stanford mostró fuerte evidencia del impacto de los roles en la
conducta. Roles: Conducta asociada a una posición en un grupo determinado
(doctor, mamá, profesor, etc.) Cuando a las personas se les pide que se descri-
ban, generalmente usan roles.
• Las personas tienden a conformarse con los roles que se les asignan y empiezan
a comportarse como tal; “entre más retorcida sea su mente, más nota obtiene”.
• Los roles generan fuertes expectativas de la conducta esperada para dicha posición.
• No asumir el rol crea disonancia cognitiva en el sujeto y en los otros, tal es el
caso de los actores que no desempeñan bien su papel. En el experimento del
colibrí, este habría sido el caso del estudiante que se hubiera opuesto a la reali-
zación de la tarea en el aula.
• Conductas subyacentes al rol son muy fuertes, (arresto ficticio en el experimen-
to de la prisión).
• El rol crea estereotipos y etiquetas.
• El pensamiento a menudo es posterior al comportamiento. Al igual que en el
experimento de Milgram.
• Actuar como criminal y/o ser tratado como tal puede convertir a la persona en
uno.
70 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

La pregunta más importante durante la época de los experimentos era si “¿las perso-
nas crean las situaciones o las situaciones crean a las personas?” Recordemos que en el
experimento de la prisión los participantes fueron escogidos de manera aleatoria, reco-
nociendo así que se pueden crear condiciones para que todos obedezcan, así como para
que no lo hagan, independientemente de la personalidad; tal es el caso de los Reallity
Shows que ponen a los participantes ante situaciones extremas.
En cuanto a la ética, solo el experimento de la prisión de Stanford fue catalogado
como antiético, recordemos que el mismo Zimbardo decidió suspenderlo antes de tiem-
po. De todas maneras ambos experimentos ofrecieron datos importantes acerca de la
obediencia y la autoridad.
Un análisis posterior, mostraba a los participantes del Experimento de la Prisión afir-
mando que no entendían el por qué de su conducta; los “guardias” se consolaban a sí
mismos afirmando que lo único que hicieron fue obedecer órdenes. Esto es algo signifi-
cativo, ya que la conducta malvada es más probable cuando la responsabilidad está divi-
dida; alguien da la orden y alguien obedece, por lo tanto ambas partes pueden responsa-
bilizarse la una a la otra y así, el sentimiento de la propia responsabilidad es disminuido.

DE LA CREACIÓN DE HEROES Y LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ


Durante varios años se investigó la naturaleza de la conducta malvada en las perso-
nas, pero no fue sino hasta principios de este siglo en que se empezó a reflexionar desde
la mirada positiva de los resultados de las investigaciones antes descritas.
El mismo doctor Philip Zimbardo inició una línea de investigación tendiente a dismi-
nuir el poder de la situación, logrando que las personas actúen de acuerdo a sus rasgos
de personalidad y se conviertan en “héroes”, ante momentos en que generalmente las
personas actúan por beneficio propio.
The “Heroic Immagination Project “HIP” (Proyecto de Imaginación Heróica), tiene
la idea de “trasladar los conocimientos de la psicología social para crear herramientas
que las personas puedan usar para transformar situaciones negativas y crear un cambio
positivo”.
La organización pretende “mostrar qué tan vulnerables somos a la influencia situacio-
nal y qué tan capaces somos para actuar como héroes. Enseñar habilidades para actuar
según nuestros propios valores, ya que se asume que sí los tenemos, pero la situación ha
sido más poderosa”. (Zimbardo, 2013).
Zimbardo pretende lograr que las personas actúen en pro del bienestar de los de-
más, ante situaciones en las que generalmente reaccionan de manera negativa. De esta
manera, la lucha por cambiar circunstancias ambientales se traslada de nuevo al su-
jeto individual, ya que se acepta que el contexto puede ser socialmente inadecuado,
generador de segregación y violencia, más no excusa para la actuación violenta. Al ser
Sayed Guillermo Vanegas Muñoz 71

las personas conscientes de la naturaleza de su propia conducta mientras interactúan


con los otros, se va creando una consciencia social, que según la Psicología Histórico
Cultural de Vygotsky, explica el desarrollo de las funciones mentales superiores.
Así las cosas, pasamos de un escenario netamente conductual, desde el análisis del
profesor Sayed al comienzo del texto, a pensar en una educación en la que las personas
no se conformen y la desobediencia sea entendida no como un acto de rebelión ante la
autoridad, sino como un acto en contra de una orden nociva.
En el marco de una educación para la paz, se habla de la reconstrucción de la memo-
ria y la comisión de la verdad, lo que permite reparar a las víctimas del conflicto. No se
niega el contexto; se hace a los colombianos conscientes de la realidad histórica, mien-
tras se trabaja en la formación de valores y se entrena en resolución de conflictos. De
esta manera se espera que la Colombia de los próximos años sea la de unos ciudadanos
más maduros moralmente.
“Nunca hagas algo en contra de tu consciencia, aún si el estado lo deman-
da”. Albert Einstein.
“Un individuo que viola la ley que cree es injusta, y acepta la pena para
despertar consciencia sobre la misma, en realidad está expresando un gran
respeto por la ley”. Martin Luther King.

REFERENCIAS

http://heroicimagination.org
http://www.stanleymilgram.com/
https://www.youtube.com/watch?v=sIxmw2RSYq0
https://www.youtube.com/watch?v=Il8pHMupqFs
https://www.youtube.com/watch?v=gb4Q20z0T1Q
72 Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibri

Sayed Guillermo Vanegas Muñoz


Viotá, Cundinamarca, Colombia, 1958

L icenciado en Ciencias Sociales y Económicas.


Universidad Libre de Colombia. Santafé de
Bogotá, 1984. Magíster en Historia. Universidad
Externado de Colombia. Santafé de Bogotá,
1993. Magíster en Ciencias Políticas. Pontificia
Universidad Javeriana. Santafé de Bogotá, 1995.
Especialista en Resolución y Tratamiento de
Conflictos. Pontificia Universidad Javeriana.
Santafé de Bogotá, 1996. Abogado de la
Corporación Universitaria de Colombia IDEAS, fue
finalista del Proyecto de “Investigación Pedagógica” del Instituto para la Investigación
Educativa y el Desarrollo Pedagógico IDEP (cuarto puesto), con el proyecto “Uso de la
fuente documental primaria en la enseñanza de las ciencias sociales”. (El proyecto no
pudo ser ejecutado por su calidad de docente).
Es Especialista en Derecho Constitucional. Universidad Nacional de Colombia. Año
2002, Especialista en Derecho Administrativo. Universidad Nacional de Colombia. Año
2005 y Especialista en Derecho Penal y Ciencias Forenses. Universidad católica de
Colombia. Año 2009.
Ha publicado varios libros de pedagogía política: Fortalecer para negociar: cinco pro-
puestas para la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, Cuña del mismo palo, Mambrú y
el Derecho Internacional Humnitario y Objeción de Conciencia a la prestación del servicio
militar obligatorio.
Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibrí, se terminó de imprimir
en los talleres de Opciones Gráficas Editores Ltda. en el mes de mayo de 2016 en la cuidad de Bogotá D.C.
Somos una empresa responsable con el ambiente.
Instrucciones para

Ejercicio Pedagógico para abordar la Cátedra de la Paz


Me sumo a aquellos que saborean y
disfrutan los trozos de lecturas que
quedan bien-hechos, bien construi-
dos y sobre todo cargados de sentido
y admiro a quienes vencen el temor
desaparecer y torturar
y asumen el gran compromiso de
escribir, toman el riesgo, pero se dan a un colibrí
el gusto- los envidio con delicadeza-
este escrito es breve, diciente y en
verdad cargado de sentido, aportan- Ejercicio Pedagógico para abordar la Cátedra de la Paz
te para tan crucial momento que
vivimos en nuestra corrupta y
ensangrentada patria. y que ojalá la
tan anhelada paz- que en el fondo
encarna el autor de este texto- y a
este humilde observador y a toda
nuestra sociedad no nos llegue tan
demasiado tarde.

Napoleón Rodríguez

Instrucciones para desaparecer y torturar a un colibrí

Sayed Guillermo Vanegas Muñoz

Das könnte Ihnen auch gefallen