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Concepto.-
El marxismo es el modelo teórico explicativo de la realidad compuesto principalmente
por el pensamiento desarrollado en la obra de Karl Marx, economista, filósofo y
periodista revolucionario alemán de origen judío,1 quien contribuyó en campos como
la sociología, la economía, el derecho, y la historia; y así como también la serie de
pensadores que complementan o re-interpretan este modelo, tradición que va desde
el coeditor de Marx, Friedrich Engels, hasta otros pensadores como Lenin, León
Trotski, Rosa Luxemburgo, Antonio Gramsci o Georg Lukács. Por lo tanto es correcto
hablar de marxismo como una corriente del pensamiento humano.
Erradamente se asocia la palabra "marxismo" al conjunto de movimientos políticos y
sociales que surgieron durante el siglo XX, entre los que destacaron la Revolución rusa,
la Revolución china y la Revolución cubana. Para estos movimientos sociales el nombre
correcto es "comunismo" o "socialismo". Es incorrecto plantear estos movimientos
como sinónimo de "marxismo", porque ni todo su componente humano ni toda su
doctrina política se basó en el marxismo como tal.
Los componentes centrales del modelo teórico explicativo marxista son esencialmente
cuatro elementos: En primer lugar el concepto de «lucha de clases», que es formulado
por primera vez en el Manifiesto comunista y que progresivamente se va
transformando en el método de análisis de la historia humana en torno al concepto de
«clase social», «contradicción» y «división social del trabajo», este método está a la
vez basado en la mecánica hegeliana comúnmente llamada como «dialéctica» (aunque
en términos estrictamente hegelianos se trata de una «lógica ontológica», modelo que
a la vez sobrepasa al concepto hegeliano de dialéctica). Curiosamente, Marx nunca
especificó en una obra en particular cuáles eran los límites globales de este método, ni
cual era el concepto que él tenía de dialéctica, sin embargo se cita el prólogo de
la Crítica de la economía política de 1859 como su formulación más precisa.
El segundo punto central del modelo teórico marxista es la crítica a la economía
capitalista, el cual es desarrollado extensamente en su obra El capital, compuesto por
tres tomos oficiales y un cuarto tomo editado de manera póstuma bajo el nombre
de Historia crítica de la teoría de plusvalía; en esta obra Marx desarrolla un modelo
alternativo para calcular el concepto de «valor» de la economía capitalista, basado en
el «tiempo de trabajo socialmente necesario» para la producción de «mercancías».
Esta investigación tiene directas consecuencias políticas, pues la hipótesis marxista
probaría que en realidad la sociedad capitalista se funda en torno al robo del trabajo
humano a través del concepto de «plusvalor», legitimado en el estado de derecho a
través de la propiedad privada sobre los medios de producción y el libre usufructo de
esas ganancias.
El tercer punto central es el concepto de «ideología», que es desarrollado por Marx en
sus primeros libros como La ideología alemana y que intenta explicar las formas de
dominación mental de la sociedad capitalista y su relación con la composición
económica de esta. Este concepto es abandonado por Marx para centrarse por años en
el análisis político, sin embargo vuelve a aparecer con fuerza en su libro El capital bajo
el concepto de «fetichismo de la mercancía», que sería una forma de explicar la
incapacidad psicológica de una persona de percibir el «valor de uso» de una
mercancía. Este concepto es extremadamente importante porque describe todas las
consecuencias de las formas de producción de la vida dentro del capitalismo.
El cuarto punto central del modelo teórico marxista es el concepto de «comunismo»,
el cual es una teórica y utópica sociedad humana que puede sobrepasar los límites de
la sociedad capitalista formada en la explotación humana. Marx utilizó muchas veces la
palabra, pero jamás explicó cuales eran sus alcances y características. Un análisis
crítico de la obra de Marx demostraría que él no hubiera estado dispuesto a describir
algo que todavía no existe, por lo tanto el significado de comunismo se encuentra en
una síntesis, tanto como de los problemas económicos fundamentales encontrados de
manera explícita en El capital, como un análisis de la crítica política-jurídica hecha por
Marx a las instituciones capitalistas.
Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las
corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo utópico.
También se emplea el término socialismo marxista para referirse a las ideas y
propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo.
El objetivo que se propone es que los trabajadores tengan un acceso a los medios de
producción en forma institucionalizada; es decir, utilizando las instituciones públicas
del Estado para que los trabajadores obtengan medios de producción y evitar que:
«La burguesía vaya concentrando cada vez más los medios de producción, la propiedad
y la población del país. Reúne a la población, centraliza los medios de producción
(principalmente, las fábricas) y concentra en pocas manos la propiedad».2
Marx no propone la abolición de la propiedad privada, lo cual es un mito largamente
extendido; lo que propone es la abolición del sistema de propiedad burguesa;
claramente mencionado en su Manifiesto comunista: «Lo que caracteriza al
comunismo, no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición del sistema
de propiedad burgués»3 ya que la burguesía viola la ley, corrompe las instituciones u
otros mecanismos legales para apropiarse de la propiedad de los trabajadores; por
ejemplo, el robo de tierras a indígenas.
Con el acceso a los medios de producción a los trabajadores, el marxismo concluye que
se logrará una sociedad sin clases sociales donde todos vivan con dignidad, sin que
exista la acumulación de propiedad privada sobre los medios de producción por unas
cuantas personas, porque supone que ésta es el origen y la raíz de la división de la
sociedad en clases sociales. Esto implicaría una enorme competencia y eficiencia en la
economía; además, el trabajador no se puede explotar a si mismo ni tampoco puede
explotar a otro trabajador, porque tiene también su medio de producción; lo que
ocasionaría es que los trabajadores se organizarían para crear empresas más grandes a
través de asociaciones justas; por tal motivo Marx expresa que «El precio medio del
trabajo asalariado, es el mínimo posible. Es decir, el mínimo necesario para que el
obrero permanezca vivo. Todo lo que el obrero asalariado obtiene con su trabajo, es
pues, lo que estrictamente necesita para seguir viviendo y reproduciéndose. Nosotros
no aspiramos en modo alguno, a impedir los ingresos generados mediante el trabajo
personal, destinados a adquirir los bienes necesarios para la vida». Y recalca en
su Manifiesto «Solo aspiramos, a destruir el carácter ignominioso de la explotación
burguesa, en la que el obrero solo vive para multiplicar el capital». Así entonces, el
trabajador o trabajadores serán dueños de sus propios negocios, iniciando un elevado
comercio; por esa razón en el Manifiesto especifica que «El comunismo no priva a
nadie del poder adquirir bienes y servicios».
Marx considera que cada país tiene sus particularidades y por tanto las medidas para
proveer a los trabajadores de medios de producción pueden ser diferentes y que al
principio parecerán que no son suficientes. Marx tiene en claro la ley de la escasez, y
por ende, la distribución de medios de producción en forma institucionalizada y legal
se dará poco a poco en una transición lenta pero efectiva; por tal motivo concluye en
su Manifiesto "(...) por medio de medidas, que aunque de momento parezcan
económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán
un gran resorte propulsor, y de las que no puede prescindirse, como medio para
transformar todo el régimen de producción vigente".
En conclusión, Marx propone el uso de las instituciones del Estado, como por ejemplo,
el uso de los impuestos para financiar la compra y distribución de los medios de
producción a los trabajadores, que al paso del tiempo formará un mercado
de competencia perfecta.
La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos
que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes
consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y
mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase;
también los servicios son prestados por asalariados).
La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al
proletariado. Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de
la administración intelectual de los negocios. Se apropian del excedente
económico de toda la sociedad por el mecanismo de la plusvalía, capaz de
confiscar de forma no coercitiva (mercantil, racional) el valor trabajo, pilar de todo
valor y riqueza.
Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que estando
asociadas a alguna, manifiestan nuevos rasgos propios particulares.
Durante el siglo XIX y sobre todo en el siglo XX, el marxismo se divide en varias
corrientes, algunos se alejan con fuerza:
El Auto Marxismo.
La socialdemocracia
El marxismo libertario
Marx se interesó de una forma crítica por la obra del filósofo alemán G.W.F Hegel (1770–
1831), cuyas ideas fueron ampliamente debatidos entre los círculos filosóficos europeos de
la época.27 Marx escribió que se sentía enfermo debido a "su disgusto por tener que hacer
un ídolo de un punto de vista que detestaba."28 Se involucró con un grupo de pensadores
radicales conocidos como los jóvenes hegelianos, que se reunían en torno a Ludwig
Feuerbach y Bruno Bauer.23 Al igual que Marx, los jóvenes hegelianos fueron críticos de
los supuestos metafísicos de Hegel, pero aun así adoptaron su método dialéctico con el fin
de criticar a la sociedad, a la política y a la religión establecida. Marx se hizo amigo de
Bauer que vio muy pronto en él a un colega de igual rango, a quien podía consultar sobre
cualquier problema de la época, aún en lo referente a lo personal.29 Durante ese período,
Marx se centró en su crítica a Hegel y a algunos otros jóvenes hegelianos.1
El periodo de París
Tras el cierre impuesto por el gobierno de la Gaceta Renana, Marx se involucró con un
nuevo periódico radical, los Anuarios franco-alemanes (Deutsch-französische Jahrbücher),
que hasta entonces era llevado adelante por Arnold Ruge, otro revolucionario socialista
alemán.40 El periódico no estaba localizado en Alemania, sino en la ciudad
de París en Francia, y fue aquí donde Marx y su esposa se trasladaron en octubre de
1843. En un principio vivieron con Ruge y su esposa comunalmente en la Rue Vaneau 23,
pero al encontrar estas difíciles condiciones de vida, la familia Marx se mudó tras el
nacimiento de su hija Jenny en 1844.41 A pesar de que los Anales franco-
alemanes pretendía atraer a escritores tanto de Francia como de los Estados alemanes,
fue dominado por estos últimos, excepto por el único escritor no alemán que era el exiliado
ruso anarcocomunista Mijaíl Bakunin.42 El periódico fue relativamente exitoso, en gran
parte debido a la inclusión de las odas satíricas de Heinrich Heine sobre el Rey Luis I de
Baviera, lo que hizo que las copias enviadas a Alemania fueran confiscadas por la policía
del Estado.43
mpedido de permanecer en Francia o trasladarse a Alemania, Marx decide emigrar
a Bruselas en Bélgica, donde tuvo que prometer no publicar nada sobre la política
contemporánea para poder entrar.54 Establecido en Bruselas, se asoció con otros
socialistas exiliados de toda Europa, incluyendo a Moses Hess, Karl Heinzen y Joseph
Weydemeyer, Engels también se trasladó a la ciudad para unirse a ellos.54 En 1845 Marx y
Engels visitaron a los líderes de los cartistas, un movimiento socialista en Gran Bretaña,
usando el viaje como una oportunidad para estudiar en varias bibliotecas de Londres y
Manchester.55 En colaboración con Engels, se dedicó también a escribir un libro que es a
menudo visto como su mejor planteamiento del concepto del materialismo histórico, La
ideología alemana; este trabajo, como muchos otros, no fue publicado mientras Marx
estuvo vivo, se publicó únicamente en 1932.13 5 56 Luego le siguió La miseria de la
filosofía en 1847, que fue una respuesta al libro La Filosofía de la miseria escrito por el
anarco-socialista francés Pierre-Joseph Proudhon y una crítica del pensamiento socialista
francés en general.57
Estos libros sentaron las bases de la obra más famosa de Marx y Engels, un panfleto
político que desde entonces ha sido conocido como el Manifiesto del Partido Comunista,
que se publicó por primera vez el 21 de febrero de 1848
El periodo de Colonia
Estableciéndose temporalmente en París, trasladó la sede de la Liga de los Comunistas a
la ciudad y también creó el Club de obreros alemanes con varios socialistas alemanes que
residían allí.68 En 1848 Marx volvió a Colonia, con la esperanza de ver la revolución
extenderse a Alemania, donde comenzó a emitir un panfleto titulado Las Demandas del
Partido Comunista en Alemania, en el que abogó por sólo cuatro de los diez puntos
del Manifiesto Comunista, creyendo que en la Alemania de ese momento, la burguesía
debía derrocar a la monarquía y la aristocracia feudal antes de que el proletariado pudiera
derrocar a la burguesía.69 El 1 de junio, Marx comenzó la publicación del diario la Nueva
Gaceta Renana