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ASTRONOMÍA

INFORME DE SALIDA

DEISY JOHANA RAMÍREZ RODRÍGUEZ CÓD. 064151025

ING CRISTIAN ALBERTO GÓEZ THERÁN

UNIVERSIDAD LIBRE DE COLOMBIA


FACULTAD DE INGENIERÍA
BOGOTÁ D.C.
AÑO 2018
La salida del 12 de mayo al desierto de la Tatacoa fue una experiencia muy grata,
salimos a las 6:30 am de la universidad Libre de la sede del bosque popular
dirigiéndonos a nuestra primera parada en Silvania para tomar aire y tomar algo ya
que nuestra segunda parada era en Neiva y nos demorábamos aproximadamente
6 horas en llegar. De camino a Neiva nos encontramos con muchos abismos y
paisajes espectaculares, pudimos observar la naturaleza de nuestro país y entre
más nos acercábamos a Neiva más se sentía el calor de nuestro destino.

Al llegar a Neiva nos encontramos con un calor impresionante, estábamos


aproximadamente a 35 C° luego fuimos almorzar y nos acompañaba el río
Magdalena dónde pudimos apreciar que tenía una corriente elevada, luego dimos
caminada por los alrededores y nos encontramos con un momento del Mohán.

Monumento Mohán- Neiva- Foto tomada por el mismo autor

Más tarde nos dirigimos a Villavieja, es un pueblo pequeño el cual quedaba a 15


minutos del desierto de la Tatacoa allí nos tomamos un refresco y por último nos
fuimos al desierto de la Tatacoa era las 5:30 de la tarde ya se empezaba a esconder
el sol para nuestra aventura con las estrellas. Antes de ir al observatorio nos
tomamos un duchazo con mi amiga Luisa Bernal, luego de eso nos arreglamos y
nos fuimos al observatorio en donde todo estaba en silencio y solamente un señor
estaba explicando sobre el origen de las estrellas que nos acompañaba esa noche
y sobre las constelaciones que componían a los signos zodiacales, pudimos
apreciar de la charla viendo las estrellas, el clima estuvo perfecto para entonces.

Luego nos dejaron observar mediante unos telescopios que había allí el planeta
Júpiter, nos enseñaron como debíamos manejarlo para así poder observar dicho
planeta de nuestro sistema solar. Al acabarse la charla en el observatorio, nos
fuimos para la zona de las carpas, allí comimos algo y empezamos a interactuar con
los compañeros de clase de astronomía, hablamos un rato y jugamos cartas. Cabe
resaltar que en esta zona se estaban alojando muchos turistas entre ellos una joven
Europea la cual estaba chinchillosa porque no era mucho de su ambiente.
Al otro día, el 13 de mayo nos hicieron levantar muy temprano tipo 7:30 de la
mañana para empezarnos a alistarnos para nuestra siguiente aventura la cual era
una caminata en el desierto de la Tatacoa. Al llegar al desierto nos encontramos
con 2 guías que nos acompañaron toda la caminata, ellos nos explicaron que el
desierto de la Tatacoa no era realmente un desierto, sino que era un bosque seco
tropical, también nos explicaron que anteriormente eso era una especie de mar el
cual dejo muchos fósiles de vida acuática y nos mostraron algunos de esos fósiles,
también nos mostraron una tumba de un indígena.

Tumba Indígena- Desierto de la Tatacoa


Foto tomada por el mismo autor

Fuimos entrando más hacia el desierto y nos encontramos con un fruto parecido a
la pitaya la diferencia de este, es que está era una pitaya demasiada caliente; de
igual manera con las plantas provenientes del desierto.

Plantas Nativas- Desierto de la Tatacoa


Foto tomada por el mismo autor
Al finalizar nuestra caminata nos dieron ganas de montar a caballo, la verdad yo les
temía demasiado a los caballos, pero la presión de mis compañeros me animó a
subirme a unos de ellos y la verdad fue la mejor experiencia que pude tener en el
desierto de la Tatacoa.

Cabalgata- Desierto de la Tatacoa


Foto tomada por el mismo autor

Ya eran como la 1 de la tarde cuando nos regresamos a donde nos estábamos


quedando, en esos momentos nos encontrábamos con una temperatura de 30 C°
pero para mí estábamos a 50 C°. De ahí almorzamos, nos arreglamos y arrancamos
para Villavieja en donde estaba el museo de todos los fósiles que se han encontrado
en el desierto de la Tatacoa.

Caparazón de una tortuga- Museo Villavieja


Foto tomada por el mismo autor

Después fuimos a refrescarnos y nos dirigimos a una piscina natural que quedaba
aproximadamente a 30 minutos de donde nos estábamos hospedando, el agua
estaba deliciosa y apenas para la quemada que nos habíamos pegado en el desierto
de la Tatacoa.
Unas horas más tarde nos fuimos de nuevo a donde nos estábamos hospedando y
de camino allá tuvimos un pequeño accidente con una camioneta la cual manejaba
un señor que literalmente no quería su vida ni la de sus hijos porque le parecía muy
sencillo adelantar en plena trocha. Luego de este suceso llegamos a la zona de las
carpas, nos duchamos y nos arreglamos para ir a comer algo y luego todos los
compañeros nos agrupamos e hicimos una noche muy agradable, conocí muy
buenas personas.

Al último día de nuestra vista el 14 de mayo todos estábamos muy cansados, pero
aun así nos levantamos super temprano para que no nos cogiera el trancón y poder
llegar maso menos temprano a nuestras casas. En el trayecto de la venida hicimos
2 paradas, 1 en una estación de gasolina y la otra en Silvania para poder almorzar
y también estirar nos un poco del viaje. Llegamos a Bogotá aproximadamente a las
5 de la tarde y a mi casa llegue tipo 6 de la tarde.

Llegué rendida a la casa, pero valió la pena el viaje, aprendimos grandiosas cosas,
conocí nuevas personas y vencí miedos... ¿Qué más podría pedir? Estoy realmente
agradecida con el ingeniero Cristian Goez por permitirme vivir de esta grata
experiencia y enseñarme que la vida no solamente es lo rutinario, sino que hay que
salir a vivir nuevas aventuras.

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