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La otra noche escuche ruidos en el patio de casa y al mirar por una de las ventanas vi a un ladrón

merodeando dentro de mi patio, no me alarmé mucho porque mi casa es muy segura tiene rejas
por todas partes; pasaron unos minutos y al ver que el mal viviente seguía ahí decidí llamar al 911,
me atendió un agente y le comenté cual era la situación a la cual me respondió si ya estaba el
sospechoso dentro de la vivienda. "No", le conteste, "está afuera en mi patio hace largo rato,
¿pueden mandar una patrulla?", el cual me respondió: "En este momento no tenemos a nadie a
quien mandar, si llega a suceder algo vuelva a llamarnos".

Pasaron algunos minutos y el mal viviente seguía dentro de mi patio por lo cual volví a llamar al
911: “Ya no hace falta que vengan, lo acabo de matar con una escopeta calibre 12 que guardo en
mi casa para autodefensa. Le disparé en la cabeza así que quedo irreconocible y sus sesos
desparramados por todo el patio".

En menos de 4 minutos llegaron 5 patrullas de la fuerza pública, el grupo antimotines, 3 agentes


en moto de particular, el OIJ, la GAO, el mismísimo jefe de policía, una ambulancia, un fiscal y un
juez de turno, periodistas de Canal 11, Canal 7, Canal 6, Diario Extra, La Nación, Prensa Libre, Radio
Monumental, Radio Columbia... Al ver todo eso el mal viviente se vio tan sorprendido que
inmediatamente se arrodilló en el piso con las manos en la cabeza y el personal policial procedió a
detenerlo, en ese momento abrí la puerta y salí al patio, donde se dirigió hacia mí el jefe de policía
quien me dijo:

-¡Creí que había dicho que lo había matado!

-¡¡¡Y yo creí que me habían dicho que no tenían a quien mandar!!!

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