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Introducción:
La Batalla de Chile, documental del chileno Patricio Guzmán está dividido en 3 partes que
retratan desde el último año de la presidencia de Salvador Allende hasta su último día de mandato en
el golpe de estado de 1973. Dicho documental fue filmado durante los mismos hechos que retrata,
por ello no es un documento de archivo, sino un retrato de la convulsión político y social de aquellos
días, destacando las intervenciones de la oposición chilena y la norteamericana al gobierno de
Allende, así como el apoyo recibido por los adherentes y las opiniones divididas de estos hacia los
últimos días del gobierno.
Luego del golpe militar, Patricio Guzmán migra a Europa con las cintas sin editar y con ayuda
de capitales provenientes de Venezuela, Francia y el Instituto del Arte y la Industria Cinematográficos
de Cuba (ICAIC) logra completar el montaje de cada una de las partes del documental.
De esta forma, el filme ya completo dio la vuelta al mundo exhibiéndose en las salas de 34
países de Europa, América, África y Asia, ganando importantes premios en festivales de Francia,
Alemania, Bélgica, España y Cuba y siendo reconocido por distintos medios internacionales, uno de
ellos la revista estadounidense Cinéaste, la nominó entre los “mejores 10 films políticos del mundo”.
Se destaca por último que una vez derrocado el gobierno de Salvador Allende, el camarógrafo
Jorge Müller fue secuestrado por la DINA, y paso a formar parte de los más de 3000 detenidos
desaparecidos del régimen militar (Guzmán, s/f).
IV. Comentario
Al analizar los sucesos de la Batalla de Chile, es posible develar que la intención del
documentalista es clara, y este intencionará el relato hacia las injusticias cometidas por los sectores
opositores al gobierno de Allende. De esta forma, Guzmán retrata en menor medida, pero de igual
forma las sensaciones, discursos y hechos perpetrados por la opción.
Por lo cual aun haciendo el ejercicio de abstraer al máximo las interpretaciones personales que
puede provocar el filme, las imágenes y discursos expuestos muestran por sobre todo una clara
intención en no consensuar un dialogo, menos aún llegar a un acuerdo, quedando solo como
alternativa la anulación del bando opositor, el bando que ejerció su derecho constitucional y eligió un
gobierno de forma democrática.
Por ello ante los hechos retratados, como atentados terroristas, asesinato de generales, bloqueo
económico, sabotaje, conspiración e intentos de golpe. Y el esfuerzo del ejecutivo por establecer un
dialogo, transar e incluso mostrar la intención de dejar el poder. Resultará todo en una gran debacle,
que ante todas luces reluce como indígnate, triste e insatisfactoria, ya que por todos los medios se
generó de forma desmedida el clima para sofocar a un pueblo y este aun resistiendo con convicción,
ante todo, se aplacó con la máxima violencia posible.
Se devela entonces que, las fuerzas opositoras recurrieron por todos los medios a la
desestabilización de un país, por los medios más violentos y terribles para aplacar a obreros que aun
con todas sus convicciones no tenían ningún insumo para plantear una lucha armada. El miedo, el
terror y el ensañamiento que bien sabemos cómo resultado de la dictadura, (Cornejo, 2013) en ningún
momento estuvo justificado y, no obstante, en el proceso, no se molestaron en ocultarlo.
Se concluye entonces que si un sector minoritario, pero poderoso en recursos, que incluso no
sea perteneciente al país, pero encuentra que es necesario aplacar el voto popular porque este va en
desmedro de sus intereses, este lo va a lograr. No importará la voluntad y legitimidad que la población
pueda ejercer hacia su destino, no importará el dialogo, no importará incluso el sufrimiento
provocado. Para un sector, el fin siempre justificará los medios.
Cuando Patricio Guzmán comenzó a grabar este documental, tenía la idea de retratar un proceso
revolucionario en la historia de chile, (Guzmán, s/f) no obstante a medida que avanzaban los meses,
y con ello el tono álgido del enfrentamiento social, éste se da cuenta que la verdadera revolución que
se estaba llevando a cabo, era una contrarrevolución, y esta vez no era el pueblo quien se levantaba
en armas contra la clase dominante, como lo ocurrido históricamente en revoluciones, ya sea en
Francia, Rusia, Cuba, sino que esta vez, el sector dominante por excelencia se alzaba en armas contra
un gobierno elegido democráticamente, un experimento socialista en esta era de luchas ideológicas
en todo el territorio global.
Por ello el nombre de la primera parte del documental, La Insurrección de la Burguesía, refiere
a la insurrección que tiene uno de sus puntos álgidos con el primer levantamiento armada contra el
gobierno de Allende, en el “tanquetazo” del 3 de junio. Posicionándose como un punto clave y
simbólico en le relato, los militares apuntan a la cámara y provocan el asesinato del camarógrafo
Leonardo Henrichsen, dando paso así a la otra parte del documental y con ello a otra era en la historia
de chile, El Golpe Miliar.
Guzmán al ser consciente de los hechos, se adentra y los retrata con detalle, la cámara y el
relato son su discurso político, sabe que es un momento nunca antes visto en la historia de chile y da
tiempo a sus protagonistas de desarrollar sus sensaciones, los obreros se plantean como actores de su
historia, planteándolo en su discurso, plenamente conscientes de las oportunidades brindadas por el
gobierno y las opciones que depara el futuro.
En tanto, Allende y su gabinete, en todo momento se encuentran expectantes, reactivos a la
situación, su discurso es plenamente constitucional, ya que confían que con el apoyo de los
trabajadores lograran sortear las dificultades de la oposición, por ello su discurso en este caso, siempre
se mantiene sereno, apelando a la solidaridad, la buena voluntad del pueblo, llegando a su punto
máximo cuando se relata que se planea un plebiscito para decidir sobre el futuro de la nación.
Muy por el contrario, es el discurso presentado por los sectores opositores, los cuales solo en
ocasiones explicitan sus intenciones. La mayoría del tiempo se muestran conspirado, pudiendo casi
develar sus intenciones, con su calma. En los momentos más álgidos del proceso, expone las imágenes
de los asistentes al funeral del comandante Carlos Araya, retratando con serenidad y quietud, como
sus planes hasta ese momento están dando resultado.
Es más, cuando existe más presencia de la oposición en pantalla es para presenciar los actos de
esta, los efectos del desabastecimiento, los llamados a huelga y sus efectos, los allanamientos que
auguran represión, los atentados terroristas al bien público, el asesinato de obreros que manifestaban
su poyo al gobierno, el primer intento de golpe del 3 de junio con su grafico desenlace y por último
el golpe de estado del 11 de septiembre, con los incesantes bombardeos al palacio de la moneda.
Contrastando estos tres modos de visualizar el contexto social, Pablo Guzmán muestra que ante
todo el proceso contrarrevolucionario ya estaba orquestado, por más que existiese la voluntad del
pueblo de defender su gobierno, como lo menciona el subtítulo del documental, esta es “la lucha de
un pueblo sin armas” dando a entender que con la voluntad y las ganes de sobrevivir no bastaban.
De cierta forma, la opción avala esta contradicción, cambiando su modo de acción y discurso,
dejando a un lado la política tradicional. Ya no se discute por el bien público, de la población, o la
nación, sino que los intereses de pocos, de grupos específicos, no representativos del contexto
nacional, se llega a su insurrección.
Por ello las contradicciones sociales planteadas, que también manifiestan las conversaciones
de los obreros que ya lo vaticinaban, develan un marxismo en su definición clásica, bajo de lucha de
clases (Izaguirre, 2014). Parece entonces alzarse como el subtexto del documental, dicha agudización
del problema, el momento histórico había llegado y no estaban las herramientas para afrontarlo.
Ya en el final, de la tercera parte, con un tono nostálgico cuando un obrero menciona que es
necesario defender lo logrado hasta ahora, la cámara pasa a un plano abierto, mostrando la inmensidad
del desierto, la nada, y con ello las esperanzas de este proceso, la inmensidad y la desolación retratadas
en este final, el final de un proceso histórico único.
Se concluye con lo demás, que si bien, la intención inicial del documental es develar la
conspiración de los sectores opositores a un gobierno elegido democráticamente, amparado por la
mayoría de la población y que estuvo abierto al dialogo. También su intención es demostrar que
cuando existen cambios profundos en la estructura social, y estos no provienen de los grupos que
controlan el poder económico tradicional del país, se provocará un desajuste en la estabilidad
nacional, se generará un boicot y se recurrirá como en este caso al uso de la violencia en todas sus
formas para establecer el estatus quo como sea posible.
En un sentido general el film revela un sentido de tragedia griega a la cual está condenado
Chile, en donde por más que se haya establecido un gobierno popular por vía democrática como nunca
antes se había presenciado en el mundo (De la Fuente, 2011), siendo apoyándolo además por una
ciudadanía informada y participativa políticamente, se impone de todas formas un régimen violento,
utilizando la fuerza proveniente de una minoría, mostrando la cara más descarnada y violenta de un
modelo económico que beneficia a un sector mínimo de la población, en desmedro de un modelo
horizontal, con bases valóricas apoyadas en la solidaridad e igualdad. (xx)
De esta forma extrapolando los motivos a la base de ambos modelos, resulta como victoriosa
una minoría, con rasgos que resuenan en hechos perpetrados con violencia, egoísmo y codicia, sin
opción al diálogo y al entendimiento, socavando los principios constitucionales que están a la base
de la nación.
Más grande se hace la herida al constatar que muchas de las acciones perpetradas durante lo
relatado fueron financiadas por el gobierno de los Estados Unidos, acrecentando la agonía y dejando
a una población a merced de intereses que iban más allá del proceso cotidiano de lucha que estaban
viviendo. Sus vidas y las de sus familiares no eran más que fichas en un tablero más grande de escala
global.
Si es posible abstraerse nuevamente, se podría mencionar, que mirando con más distancia los
hechos, quizá si fue un cambio desmedido y repentino, el cual desemboco en esta oleada de violencia,
es posible mencionar, además, que quizás si se hubiese establecido un dialogo anterior, se hubiesen
evitado los episodios más oscuros de nuestra historia. No obstante, cuesta afirmar estas supociones,
siendo difícil contratar y llevarlo a la realidad. No podemos augurar como hubieran actuado de todas
formas los mismos grupos que orquestaron el golpe aun con más dialogo
Volviendo a lo real e inmediato y como base de las convicciones retratadas, el film llama a no
sentirse amedrentado, demostrando que con organización y voluntad grandes acciones son posibles
aun desde los habitantes más desposeídos del país.
Al margen de los hechos de violencia, rememorando con imágenes que apelan a la emotividad,
relucen las acciones en donde los cambios logrados fueron y son necesarios, evidenciando que las
ansias de construir un futuro próspero para la población en general son imperiosas.
Se retratan así los relatos y vivencias de gente humilde consciente de su posición social,
apelando siempre a un futuro mejor, más equitativo y solidario. El mismo presidente en su discurso
de despedida apelaba al avance de los procesos sociales de integración, al futuro que aun esta por
construir. La tarea recae entonces en las nuevas generaciones, que sabiendo por relatos como este,
que el camino será obstaculizado, pero más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas.
Abellán, P. (2017). Tiempos de posverdad: ¿Qué verdades son posibles en política? Más Poder Local,
32.
Cornejo, M. (2013) Historias de la Dictadura Militar Chilena Desde Voces Generacionales. PSYKHE,
22 (2).
De la Fuente, J. (2011). Salvador Allende, por la democracia y el socialismo. Manizales, Colombia,
9 (2).
Guzmán, P.(sf.). Nota del autor. Recuperado el día 07 de junio del 2018 de:
https://www.patricioguzman.com/es/peliculas/la-batalla-de-chile-i-ii-iii
Izaguirre, I. (2014). Acerca de la teoría de las clases y de la lucha de clases. Theomai, 29.