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La abstención: la ganadora por excelencia

Pablo Amorocho Barreto


Con los recientes comicios tanto para la Cámara de Representantes como para el Senado de
la República, los colombianos pudieron notar un elemento, tan presente en los últimos
años, que se ha vuelto parte de la costumbre, y ha sido inconscientemente aceptado como
una realidad incambiable. El abstencionismo. Aun cuando este es un fenómeno constante
en América Latina, en Colombia tiene una connotación. Históricamente, menos del 50% de
los votantes salen a votar. En estas elecciones legislativas, los votantes que eligieron el
congreso que representa aproximadamente el 48,8% de la población votante, 35,8% de la
población nacional.
Pero ¿por qué se presenta este fenómeno? No hay un diagnóstico específico. Aun así, en la
calle se escuchan diferentes razones. Algunos no salen a votar por la desconfianza al
sistema electoral y a los políticos.
"Aunque salga a votar todo va a seguir igual", es una frase ya distintiva de los
abstencionistas. La gente no sale a votar por pura desconfianza, por la falta de esperanza de
que algo pueda cambiar para ellos. A raíz de esta desconfianza es que se derivan las otras
excusas para no cumplir con el deber electoral: que estaba lloviendo, que está muy lejos,
que da pereza… Otro factor importante es el conflicto armado. En el último medio siglo,
donde han estado presente las guerrillas, las amenazas, extorsión y agresión por parte de
estos grupos armados a los votantes, ha infundido el miedo en las áreas rurales, incluso
infundido el miedo en las áreas rurales, incluso en las urbanas lo que ha obstaculizado el
ejercicio del voto libre.
El Problema de este fenómeno es que obstruye por completo la democracia. Un gobierno
representativo, que se supone debe ser elegido por los ciudadanos con el único propósito de
sentirse y estar representados, que es elegido por menos de la mitad de la población
votante, no es justamente legítimo. Se ha discutido esto ampliamente, no solo a nivel
nacional sino a nivel mundial. Pero lo que es seguro es que, mientras los ciudadanos no
salgan a votar, no se puede decir que en Colombia hay una democracia hecha y derecha
como se presume. Pues, aunque es el único país latinoamericano que ha tenido elecciones
libres desde su fundación, el abstencionismo demuestra la ignorancia, la indiferencia y la
falta de civismo de muchos ciudadanos, que permiten que los mismos de siempre ganen, y
vuelvan a ganar. Y como bien dijo Simón Bolívar, el mismísimo libertador:
“Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan
peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo
se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la
usurpación y la tiranía.”

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