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INTRODUCCIÓN.
Una periodización.
1. PALEOLÍTICO PENINSULAR.
1.1. Paleolítico Inferior (1.150.000-100.000 a.C.).
1.2. Paleolítico Medio o Musteriense (100.000-35.000 a.C.).
1.3. Paleolítico Superior (35.000-10.000 a.C.).
1.4. Arte rupestre.
1.5. Arte mobiliar.
1.6. Interpretaciones del arte prehistórico.
2. MESOLÍTICO.
2.1. COSTA CANTÁBRICA.
2.2. LITORAL MEDITERRÁNEO.
2.2.1. Arte rupestre levantino.
2.3. CONCHEROS DEL MUGE.
3. NEOLÍTICO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA.
3.1. Concepto de Neolítico.
3.1.1. Datación.
3.1.2. Origen mediterráneo.
3.2. NEOLÍTICO ANTIGUO.
3.3. NEOLÍTICO PLENO: CULTURA DE ALMERÍA.
4. EL ENEOLÍTICO.
4.1. MEGALITISMO.
4.2. MONUMENTOS MEGALÍTICOS.
4.3. APARICIÓN DE LA METALURGIA.
4.4. CULTURA DE LOS MILLARES.
4.5. CULTURA DEL VASO CAMPANIFORME.
5. LA EDAD DE BRONCE.
5.1. TALAYÓTICA: BALEARES.
5.2. CULTURA DEL ARGAR.
5.3. BRONCE ANTIGUO.
5.4. BRONCE MEDIO.
5.5. BRONCE FINAL.
6. LA EDAD DEL HIERRO.
6.1. TARTESSOS.
6.2. LA CUESTIÓN DE LOS IBEROS Y LOS CELTAS.
6.3. LOS IBEROS.
6.3.1. El fenómeno ibero.
6.3.2. La diversidad tribal.
6.3.3. Organización socio-política.
6.3.4. Economía.
6.3.5. Religión.
6.3.6. Cultura.
6.3.7. Arte.
6.4. LOS PUEBLOS IBEROS.
6.5. PUEBLOS DEL CENTRO Y NORTE DE LA PENÍNSULA.
6.5.1. El fenómeno celta.
6.5.2. La diversidad tribal.
6.5.3. Organización socio-política.
6.5.4. Economía.
6.5.5. Religión.
6.5.6. Cultura.
6.5.7. Arte.
6.6. LOS PUEBLOS CELTAS.
6.6.1. Celtíberos.
6.6.2. Carpetanos.
6.6.3. Vacceos y vetones.
6.6.4. Lusitanos.
6.6.5. Cántabros.
6.6.6. Astures.
6.6.7. Galaicos.
6.7. LOS VASCOS: UN CASO APARTE.
7. LAS COLONIZACIONES.
7.1. FENICIA.
7.2. GRIEGA.
7.3. CARTAGINESA.
INTRODUCCIÓN.
El estudio de la Prehistoria y de los inicios de la Historia en la Península
Ibérica es aún incompleto, con muchas y grandes lagunas en la arqueología de
la Prehistoria y en las fuentes escritas antiguas (indirectas hasta el siglo III aC)
y ello obliga a mantener siempre abierta la investigación a tesis y datos nuevos
sobre los yacimientos, sobre todo respecto a los modos de vida y organización
social.
Una periodización.
La historiografía divide la prehistoria, de la que no tenemos documentos
escritos, en dos Edades: Edad de la Piedra: Paleolítico (piedra tallada),
Mesolítico (transición), Neolítico (piedra pulimentada), Eneolítico (transición a
los primeros metales, cobre) y Edad del Metal: Bronce, Hierro. Estas dos fases
son ya Historia en el Próximo Oriente.
Otra división posible es: etapa de economía depredadora (Paleolítico) y
etapa de economía productora (desde el Neolítico).
2. PALEOLÍTICO.
Características:
• El desarrollo del Neolítico en esta etapa volvió a estar relacionado
con la llegada de nuevos pobladores procedentes del Este, que
introdujeron las novedades. La agricultura va ganando terreno como
fuente de la alimentación.
• Los productos cultivados comienzan a ser más variados y a los
cereales se añaden las legumbres. La caza y otras actividades
tradicionales continúan, pero van perdiendo terreno.
4. EL ENEOLÍTICO.
En Eneolítico (lat. Aenĕus “cobre”; gr. λίθος, líthos “piedra”), es un
periodo de transición entre el Neolítico y las Edades del Metal, entre 2.500-
2.000 y el 1.000.
Al final del Neolítico, junto con los instrumentos de piedra se utilizaron
otros de cobre puro. La industria del silex alcanza extraordinario desarrollo,
produciéndose ejemplares primorosos. Este periodo en el que junto con la
piedra pulimentada se usa el cobre puro. El cobre fue uno de los primeros
metales que usó el hombre, utilizándolo inicialmente en su estado natural, el
cobre nativo o puro; ya que desconocía los mecanismos por los cuales se
podía fundir el mineral. Los humanos prehistóricos aprendieron el proceso de la
metalurgia del cobre (el cual era fácil de obtener debido a sus presencia en la
superficie terrestre mezclado con otros minerales) a través de la
experimentación o de la casualidad, posiblemente al caerse cobre en una
fogata con algún mineral. Así construyó vasijas y armas cuyo uso combinaron
con la piedra pulimentada.
En el sur de la Penínsulase han detectado también procesos
metalúrgicos de origen autóctono durante el III milenio a. C., relacionados con
las culturas arqueológicas de Los Millares y Vila Nova.
4.1. MEGALITISMO.
El megalitismo (mega “μεγας”, grande y lithos “λιθος”) coincide
básicamente con el Eneolítico, entre 3.000 y 1.000. Se denomina así al
fenómeno cultural localizado en el Mediterráneo occidental y la Europa
atlántica, que tuvo lugar desde finales del Neolítico hasta la Edad del Bronce y
que se caracteriza por la realización de construcciones arquitectónicas con
función funeraria mediante grandes bloques de piedra llamados megalitos.
Eran utilizados para enterramientos colectivos. Durante el Neolítico,
con la aparición de la agricultura y la ganadería, actividades fundamentales
para la evolución, la vida se hace sedentaria y se habita en comunidades. Esto
supone el desarrollo de la arquitectura, ya que se pasa de la protección de las
cavernas a la vida al aire libre.
Las viviendas no han llegado hasta nuestros días, pero sí las obras de
tipo funerario, las denominadas construcciones megalíticas. Las primeras
tumbas megalíticas en España son las de Tavertet (Cataluña), hacia 3.800-
3.700.
4.3. EL CALCOLÍTICO.
La Edad del Cobre, también llamada Calcolítico (gr. χαλκός, jalkós
:cobre; gr. λίθος “líthos”; piedra). Hay investigadores que lo subdividen en
Calcolítico Inicial, Pleno y Final.
El cobre de los primeros metales que usó el hombre, utilizándolo
inicialmente en su estado natural, el cobre nativo; ya que desconocía los
mecanismos por los cuales se podía fundir el mineral. En estos primeros
tiempos lo moldeaba gracias a las técnicas del martillado y/o del batido en
frío, por lo que esta fase no es considerada todavía calcolítica sino neolítica. El
perfeccionamiento de las técnicas permitió la experimentación con los procesos
metalúrgicos, comenzando así a comprenderlos. Cuando ya los controlaba
empezó a realizar diversas aleaciones con con otros minerales, siendo las más
habituales la mezcla con arsénico, primero, y la posterior con estaño, la cual
dio lugar al bronce.
Aunque el Calcolítico debe su nombre y siempre se ha identificado con
el uso de los primeros metales por parte del hombre, hay muchos otros
procesos de cambio asociados que son incluso más importantes que la propia
metalurgia:
1. La intensificación de la producción.
2. Los nuevos modelos de ocupación del territorio.
3. La especialización artesanal; el incremento de los intercambios; la
estratificación social.
El metal debió ser un elemento más entre las numerosas innovaciones
que se produjeron durante el III milenio a. C. en la Península. Estas
transformaciones se detectan inicialmente en los grupos del mediodía
peninsular, pero es difícil establecer un orden de prioridad sobre dónde
aparecieron por primera vez. Posteriormente, estas comunidades incorporaron
el vaso campaniforme, que, tradicionalmente, ha sido utilizado para marcar
un antes y un después en las periodizaciones (por ejemplo, en el sudeste:
Precampaniforme o Millares I y Campaniforme o Millares II).
Los grupos arqueológicos más significativos fueron los del castro de
Leceia, en Barcarena (Oeiras, Lisboa), de finales del Neolítico hasta la Edad
del Cobre, y en Vila Nova de São Pedro (Azambuja, Lisboa), y Los Millares
en Almería. Durante el III milenio a.C. las tierras peninsulares distaron mucho
de mostrarse culturalmente uniformes.
Así, se puede dividir la Península en, por lo menos, tres grandes áreas
que presentan unas ciertas características propias: sudeste, sudoeste e
interior (que incluiría el Norte de Portugal).
Todos ellos fueron bien definidos por Alberto del Castillo en 1.928 y
cuentan con una serie de rasgos comunes:
• Tumbas individuales en cista, fosa, cueva o intrusión dolménica.
• Un utillaje común, muy reiterativo, con puñales de lengüeta, puntas
palmela, leznas biapuntadas de cobre, adornos de oro (como
diademas de fina chapa, pocas veces decoradas), botones de hueso
con perforación en “v”, etc.
• La cerámica, con distintos estilos, es el elemento diferenciador
principal. Ello no obstaculiza vínculos entre los grupos de Salamó y
Ciempozuelos e igualmente entre Palmela y Carmona.
• Tienen un desarrollo cronológico entre el 2.000 y el 1.700 aC.
Aproximadamente.
5. LA EDAD DE BRONCE.
La Edad del Bronce sustituye a la metalurgia del cobre. El término, que
acuñó en 1.820 el arqueólogo danés Christian Jürgensen Thomsen. La
tecnología relacionada con el bronce fue desarrollada en el Próximo Oriente a
finales del IV milenio a. C y se desarrolló en contextos desprovistos de
minerales. En el Mediterráneo se había desarrollado una “ruta de los
metales”, hasta los yacimientos de cobre de Riotinto y de estaño de
Cornualles.
Etapas de Cogotas I:
1. Etapa formativa 1.700 aC.
2. Cerámica Excisa y Boquique 1.550 aC.
3. Redes de intercambio 1.350 aC.
4. Expansión de Cogotas 1.100 aC.
5. Paulatina extinción 1.000 aC.
6.1. TARTESSOS.
En Andalucía occidental surge la gran cultura tartésica. Es un misterio
todavía. Las primeras fuentes escritas son la Biblia (se supone que la rica
Tarsis se refiere a Tartessos), Estrabón, Herodoto y Avieno.
Se duda sobre si hubo un Estado centralizado con una capital o fue una
confederación de ciudades. Es posible que alcanzara desde Huelva hasta
Cartagena, política o culturalmente. Parece que hubo una monarquía de origen
indoeuropeo, destacando entre los reyes Gargoris y el famoso y longevo
Argantonio (c. 630-550), bien relacionado con los foceos según Heródoto,
quien narra el viaje de Colaios de Samos (630) y su amistad con el rey tartesio.
La economía era próspera gracias a la agricultura y ganadería, la pesca,
la minería y metalurgia (cobre, plata, plomo), el comercio de metales (era
intermediario entre el estaño del norte de Europa y el Mediterráneo). Había una
escritura silábica de 32 signos aún indescifrados. El arte estaba muy influido
por Oriente, en cerámica, orfebrería (tesoro de Carambolo) y armas.
La decadencia llegó con el auge de los cartagineses, que destruyeron el
Estado hacia el 500 aC. Su población perduró en el pueblo de los turdetanos.
6.3.4. Economía.
La base económica era la agricultura de cereales, vid, olivo, frutales,
lino. Además contaban con la explotación forestal, la ganadería (caballos,
vacas, ovejas y cabras), la caza y la pesca. La artesanía era importante:
metalurgia, armas, salazón de pescado, cerámica, orfebrería, tejidos de lino. La
minería era muy rica en hierro, estaño, plata, cobre, oro y minio. El comercio
se concentraba en la costa mediterránea, cerca de las colonias semitas y
griegas, con exportación de metales (la mayor fuente de riqueza), lana,
esparto, lino y alimentos (miel, aceite) e importación de productos
manufacturados (cerámica, esculturas, armas, tejidos, perfumes). La moneda
será una aportación griega y las primeras acuñaciones son de Emporion en
400 aC, difundiéndose a casi todas las ciudades importantes en los siglos IV-III
aC.
6.3.5. Religión.
Había un gran número de dioses, masculinos y femeninos, tanto de
origen autóctono, como semita y griego. No se han encontrado templos, pero sí
santuarios en la cumbre de las montañas, en los que se depositaban exvotos
religiosos (amuletos de bronce o barro), en el Cerro de Santos, Castillar de
Santisteban o la Serreta. La incineración era el modo común de sepultura, en
un vaso cerámico con alimentos.
6.3.6. Cultura.
La escritura ibera parece que se originó en Tartessos, por la influencia
fenicia y griega, y se desarrolló hasta la dominación romana. Su alfabeto resta
aún indescifrado pero últimamente se han hecho grandes progresos.
6.3.7. Arte.
La arquitectura es urbana. Destaca la funeraria, con materiales de
piedra, el adobe y la madera: la tumba de Toya. Los ilergetes del Urgel
tenían una gran fortaleza en Els Vilars (para 150 personas), que duró entre s.
IX y 325 aC, posiblemente la mejor obra de defensa de la Península (murallas,
torres, foso, campo exterior de frisa para obstaculizar el avance enemigo).
La escultura de piedra, terracota o bronce, fomentada por los
innumerables exvotos que se depositaban en los santuarios, en forma de
hombres (orantes esquemáticos), mujeres (orantes femeninas encapuchadas)
y animales (Bicha de Bazalote, toro de Osuna).
Las mejores esculturas de sacerdotisas oferentes son la Dama de
Elche y la Dama de Baza, ambas de evidente influencia púnica (son una
versión ibera de la diosa cartaginesa Tanit y los amuletos que llevan son
fenicios) y griega (peinado, ropaje). Llevan un hueco para albergar las cenizas
del difunto.
La Dama de Elche, más anterior, es la máxima obra del arte ibero,
con excelente técnica, pero sólo se ha conservado su busto; la Dama de Baza
es más rústica, con un ropaje indígena, mucha joyería y conserva su trono
griego.
En la escultura ibera también impresionan los guerreros de Cerrillo
Blanco, en Porcuna (Jaén), de gran volumen y cuidado esquematismo. Un
misterio es la destrucción masiva de muchas de estas grandes esculturas
iberas h. el s. IV, reutilizando los materiales para otros usos. Es una excepción
histórica esta iconoclastia, ya que no hubo un cambio radical en la sociedad
ibera.
La cerámica es muy variada, con influencia griega, decorada con
motivos geométricos (Archena), zoomórficos (Azaila), narrativo de procesiones
de guerreros (Liria).
Levante.
• Contestanos: en el río Júcar.
• Edetanos: en Valencia y Castellón (Sagunto).
Cataluña.
• Sedetanos: en el Ebro.
• Ilergetes: en el Urgel.
• Suesetanos: en Tarragona.
• Lacetanos: entre Barcelona y Blanes.
• Ausetanos: entre Vich y Gerona.
• Ausoceratas: en Besalú.
• Bergistanos: en Berga.
6.5.4. Economía.
La economía era cerealista en las llanuras de los ríos y, sobre todo,
ganadera de carácter nómada, con una excelente metalurgia del hierro. La
división del trabajo era mínima y apenas se conocía la moneda. La pobreza
económica llevaba a muchos jefes a emprender expediciones de saqueo para
obtener botín y contratarse como mercenarios con sus hombres.
6.5.5. Religión.
La religión era indoeuropea, con dioses de la guerra y de la naturaleza.
6.5.6. Cultura.
Se hablaban idiomas diferentes de origen indoeuropeo. La escritura va
desapareciendo hacia el Noroeste.
6.5.7. Arte.
El arte era muy pobre: cerámica con decoración geométrica y una
escultura de animales toscamente labrados, como los toros de Guisando.
6.6. LOS PUEBLOS CELTAS.
6.6.1. Celtíberos.
Es inexacta la idea de que eran una simple mezcla de celtas e iberos.
Los celtíberos son el resultado de la fusión de algunos pueblos indígenas de la
Meseta con los invasores indoeuropeos celtas procedentes del centro de
Europa. Sus elementos culturales dominantes son de origen celta o
indoeuropeo. Eran agricultores pobres y ganaderos. Las tribus principales era
los arévacos, belos, titos, lusones y pelendones, que habitaban la zona centro-
oriental de la Meseta, en poblados como Numancia, Bílbilis y Segóbriga. Por su
pobreza realizaron servicios como mercenarios en los pueblos del sur y sureste
de la Península, y más tarde en las tropas cartaginesas y romanas, lo que
facilitó los intercambios culturales.
Los arevacos eran los más importantes, con su ciudad de Numancia,
que resistió a los romanos en una larga guerra celtibérica (154-151 y 144-133
aC).
6.6.2. Carpetanos.
La Carpetania se extendía al sur de los celtíberos, en Castilla la Nueva,
entre la sierra de Guadarrama y el Guadiana. Su economía era pastoril
trashumante. La influencia céltica era escasa.
6.6.4. Lusitanos.
La Lusitania se extendía por Portugal y Extremadura. En la zona de
Lisboa y la costa del Algarve la economía era rica y variada. En el interior
vivían del pastoreo y la guerra de pillaje sobre las poblaciones vecinas.
6.6.5. Cántabros.
En Cantabria. Su economía pastoril era muy pobre y eran duros
guerreros, que saqueaban a sus vecinos.
6.6.6. Astures.
En Asturias, León y norte de Zamora. Con organización gentilicia en
centurias. Muy atrasados en su economía pastoril.
6.6.7. Galaicos.
En Galicia. En esta zona la inmigración celta fue mucho menor de lo que
se creía. La organización social era gentilicia en centurias y matriarcal, con la
mujer como heredera de los bienes y responsable de dotar a los hermanos. Los
dioses eran femeninos, en especial la diosa de la fecundidad. Al final, en el
siglo II, aparecieron estructuras patriarcales y guerreras. La economía era de
recolección, caza y pastoreo. Vivían en unos 5.000 castros fortificados en las
colinas, con viviendas circulares. Destaca el castro de Santa Tecla. Se
relacionaban culturalmente con los britanos.
7. LAS COLONIZACIONES.
Hay dudas sobre si la vid y el olivo, las salinas y las técnicas mineras, la
metalurgia del hierro, la salazón del pescado, el torno de alfarero, la moneda, la
escritura y otros adelantos llegaron con los fenicios o con los griegos: parece
muy probable que con los dos pueblos, cada uno en su ámbito de influencia. Es
probable que el uso del hierro se difundiera también por influencia celta desde
el interior de la Península.
7.1. FENICIA.
La colonización fenicia, exclusivamente comercial, fue la primera en
llegar a la Península Ibérica, pretendía dominar la ruta de los metales.
Las fuentes escritas sitúan su inicio en fechas extremas, en el s. XI, pero
sólo se han encontrado restos desde el s. VIII. El primer asentamiento se
produciría en Sexi (Almúñecar), el segundo en Huelva y el tercero (y más
exitoso) en Cádiz, según las fuentes en el 1104-1100.
Al principio eran pequeñas factorías comerciales en la costa
(preferentemente en las islas cercanas a la costa para mejor defenderse y
comerciar), pero sobre el 750-650 se crearon pequeñas ciudades comerciales:
las mayores serían Gadir, Sexi, Abdera, Malaka y Ebussus. Una infinidad de
pequeños establecimientos se extendió por la costa andaluza. El comercio
fenicio se extendió también por el valle del Ebro, la otra ruta hacia el estaño del
Atlántico, en 630-575.
El comercio fenicio recababa metales (cobre, plata, plomo, estaño)
para llevarlos al Mediterráneo Oriental. Introducía a cambio cerámica, tejidos,
armas... pero sobre todo su cultura: sus dioses Astarté, Melkart, Baal Hammon,
mitos orientales (como muestran los temas de figuración en la cerámica
ibérica), objetos de culto (páteras, jarros de libaciones, pebeteros, trípodes), la
metalurgia del hierro (era conocida en Iberia ya un poco antes pero se difundió
gracias a ellos en la costa levantina), la escritura y el alfabeto (que pudo influir
en el tartésico y el ibérico), el arte (sobre todo en los temas decorativos).
7.2. GRIEGA.
La colonización griega es diferente, pues atendía a dos objetivos: la ruta
de los metales y la explotación rural para verter el exceso de población. La
superpoblación griega motivó la necesidad de tierras para la agricultura, las
tensiones sociales y la expansión comercial de las ciudades-estado.
A partir del siglo VIII, la solución fue crear colonias a lo largo del
Mediterráneo. Los eubeos y calcidios llegaron a la Magna Grecia (sur de Italia)
y desde ella se extendieron los griegos por toda la vertiente norte del
Mediterráneo Occidental, pues la vertiente sur estaba en manos fenicias.
En España los rodios llegaron a Rhode (Rosas) tal vez en 776 (noticia
de Estrabón), pero la arqueología no lo ha probado. Samnios y eginetas llegan
a partir del 700: Heródoto narra el viaje de Colaios de Samos (630) y su
amistad con el rey tartesio Argantonio.
Destacan los focenses (o foceos, de Focea, ciudad jonia de Asia menor)
que fundan la colonia de Massalia (Marsella en el sur de Francia) en el 600 y
en la Península la de Emporion (el “mercado”, actual Ampurias) hacia 580-
575, en el golfo de Rosas (Gerona), a sólo 15 km del poblado ibérico de
Ullastret. La colonia era dependiente de Massalia y fue una pequeña ciudad-
colonia con un urbanismo regular y activo comercio, con mucha población ibera
helenizada separada de la griega por una muralla; es evidente que hubo un
acuerdo político entre iberos y griegos, pues convivieron las dos comunidades.
Más tarde se extendieron hacia el sur del Ebro, para comerciar con
Tartessos, fundando Hemeroskopion (Denia, en Alicante), Alonis, Akra
Leuke, Mainake, Portus Menusius (cerca de Gadir)..., pero tras la derrota
naval de Alalia en 535 ante la flota etrusco-púnica tuvieron que abandonar el
sur del Ebro (su presencia en Huelva desaparece, al mismo tiempo que el reino
de Tartessos decae, y h. 500 es destruido por los cartagineses) y los focenses
y massaliotas se concentraron en Emporion, que en 218 aC fue la primera base
militar de la conquista romana.
Las importaciones de productos griegos son muy importantes en el
periodo 600-500, pero luego los talleres ibéricos asimilan su arte y copian sus
cerámicas, hasta que desde el 450 la cerámica clásica ateniense se vuelve a
imponer, influyendo muy al interior de la península.
La influencia cultural es muy importante: dioses, ritos funerarios, mitos
culturales, modo de vida heleno entre la aristocracia, la moneda (Emporion y
Rhode), que se difundirá en las muchas cecas ibéricas.
7.3. CARTAGINESA.
La colonización cartaginesa vive dos etapas: comercial al principio,
militar al final.
Con la caída de las ciudades de Fenicia en manos de asirios y después
de los persas el predominio comercial pasó paulatinamente a los púnicos de
Cartago (fundada en 630 aC), que en la primera etapa, desde el 600, se
asentaron en las costas de la Cordillera Penibética, desde Málaga a Almería
(colonia de Baria, importante puerto de minerales) y dominaron la ciudad de
Ebussus. Montaron fábricas de salazón del pescado, de púrpura (extraída de la
concha del murex) para la industria textil. Explotaron el esparto para las
cuerdas y la cestería, así como grandes explotaciones agrícolas de vid, olivo,
granado, con trabajo esclavista y avanzadas técnicas de cultivo. Importaron a
cambio vasos griegos, amuletos de hueso, huevos de avestruz, vidrio, tejidos,
orfebrería, armas...
Tras la derrota en la I Guerra Púnica con Roma, los cartagineses
pasarán a la ocupación militar del interior peninsular, durante unos decenios.
La familia Barca, con Asdrúbal, Amílcar y después Aníbal formaron un imperio,
el primero en la Península, con una explotación organizada de las riquezas
(alimentos, metales, soldados), hasta su derrota a finales del s. III. Fundaron
Cartago Nova (Cartagena), como base naval para su futuro ataque a Roma.