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Francisco González Aguado (1), Juan González Cases (2), Marisa López Gironés (3),
Daniel Olivares Zarco (4), Cristina Polo Usaola (5), Margarita Rullas Trincado (6).
(1) P siquiatra. Servicio de Salud Mental de Alcalá de Henares. Madrid.
(2) P sicólogo clínico. Director CRPS Alcalá de Henares. Consejería de Asuntos Sociales
de la Comunidad de Madrid (Gestión técnica Grupo Exter S.A.).
(3) P sicóloga clínica. Servicio de Salud Mental de Hortaleza. Madrid.
(4) P siquiatra. Hospital de Guadalajara.
(5) P siquiatra. Servicio de Salud Mental de Hortaleza. Madrid.
(6) P sicóloga clínica. Directora CRPS, EASC y Pisos San Fernando de Henares. Consejería de
Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid (Gestión técnica Grupo Exter S.A.).
Abstract: The aim of this research is study the prevalence and characteristics of family and
intimate partner violence towards women with a severe mental illness (SMI). The sample
consisted of 62 adult women with SMI treated in two Psychosocial Rehabilitation Center (San
Fernado de Henares y Alcalá de Henares). The prevalence of violence in the twelve months
preceding the interview was 40.3% and over the life of 74.1%. The most frequent form of
abuse is psychological, followed by physical and then sexual. Women victims of abuse have
a low social support. The professionals identified 80%-100% of recent abuse cases. This re-
search highlights the extent of domestic violence experienced by women with SMI.
Key words: Intimate partner violence; Familiar violence; Severe Mental Illness; Abuse;
Schizophrenia; Women.
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Violencia familiar y de pareja hacia las mujeres con trastorno mental grave
enfermedad mental grave son con más frecuencia trastorno mental grave y que son atendidas
víctimas de violencia por parte de otros miembros en la red pública de salud mental de la Comu-
de la familia que los hombres con el mismo diag- nidad de Madrid.
nóstico, los resultados no son concluyentes. En lo
- Sensibilizar a los profesionales de la red de
que sí hay coincidencia es en las mayores tasas de
salud mental sobre la detección y abordaje
victimización interpersonal de hombres y mujeres
de la violencia ejercida sobre las mujeres con
con enfermedad mental grave con respecto a la
trastorno mental grave.
población general. Así, Mueser[12] encontró que
el 26% de los hombres y el 64% de las mujeres
con esta patología habían sufrido abusos sexua- Método
les en algún momento de sus vidas, mientras que
el 49% de los hombres y el 37% de las mujeres Muestra
habían sido atacados con armas. La muestra seleccionada estaba formada por to-
das las mujeres atendidas durante el mes de abril
En la misma línea se sitúa un trabajo de Good-
de 2010 en los Centros de Rehabilitación Psicoso-
man [13] con una muestra de 782 participantes
cial de Alcalá de Henares y San Fernando de He-
(321 mujeres y 461 hombres) con diagnóstico de
nares pertenecientes a la Red Pública de Atención
esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, trastor-
Social a Personas con Enfermedad Mental Grave y
no bipolar y depresión mayor. Centrándose en el
Duradera de la Comunidad de Madrid.
año anterior, 25.6% de las mujeres de la muestra
informaron haber sufrido abuso físico, compa- Todas ellas tenían un trastorno mental grave, su
radas con un 1,9% de la población general. Con edad estaba comprendida entre 18 y 65 años, es-
respecto al abuso sexual, un 20,30 % de muje- taban siendo atendidas en los Centros de Salud
res con enfermedad mental grave comparadas Mental de Alcalá de Henares y Coslada respecti-
con un 0,3% de mujeres de la población general, vamente y habían sido evaluadas y estaban en
informaron haber sufrido este tipo de abuso. En intervención en los Centros de Rehabilitación
varones los resultados mostraron que un 34.1% Psicosocial citados.
de la muestra comparado con 3,4% de la pobla-
ción habían sufrido abuso físico y un 7.6 versus Durante ese período se estaban atendiendo en-
0.1% abuso sexual. Combinando abuso físico tre los dos servicios a un total de 75 mujeres.
y sexual, las mujeres con enfermedad mental Sólo en 13 casos no fue posible la aplicación de
grave informaron 16 veces más de episodios de la encuesta: en 6 de ellas porque fue imposible
violencia en el año anterior que las mujeres de localizarlas, en 4 porque rechazaron ser entrevis-
la población general (33,4% vs. 2,1%). Los hom- tadas y en 3 casos se aconsejó no aplicárseles
bres 10 veces más (36,7% vs. 3,5%). Intentando por motivos clínicos.
estudiar los factores asociados a la victimización
en estos pacientes, se observó que figuraban Finalmente se entrevistó a 62 mujeres para el
como factores de riesgo datos sociodemográfi- apartado de violencia familiar y a 19 para el apar-
cos, historias de abuso infantil, severidad de la tado de violencia de pareja. En este último caso
patología psiquiátrica y abuso de sustancias. No se incluyó a todas las mujeres entrevistadas que
se encontró que estos factores de riesgo fueran tenían o habían tenido pareja con la que habían
diferentes en hombres y mujeres. convivido o convivían actualmente.
La revisión realizada muestra que las mujeres El perfil sociodemográfico de la muestra corres-
con trastorno mental grave están en un riesgo ponde a una mujer con una edad media de 39
muy elevado de ser víctimas de violencia por años, españolas en el 96% de los casos. El 55%
parte de sus parejas y/o familiares. convive con la familia de origen y sólo un 20%
con su pareja, con una media de 11 años de con-
Los objetivos que nos planteamos en este traba- vivencia. Casi la mitad (40%) también conviven
jo son: con los hijos. Con respecto a la formación recibi-
-E
valuar la prevalencia de la violencia familiar da, el 37% de las mujeres tienen estudios prima-
y de pareja en mujeres diagnosticadas de rios, un 34% no tienen cualificación profesional
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Francisco González, Juan González, Marisa López, Daniel Olivares, Cristina Polo, Margarita Rullas
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Violencia familiar y de pareja hacia las mujeres con trastorno mental grave
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Francisco González, Juan González, Marisa López, Daniel Olivares, Cristina Polo, Margarita Rullas
En cuanto al agresor o agresores su distribución En la gráfica 2 se observa que existe mayor pro-
en función del tipo de violencia se muestra en las porción de apoyo normal cuando la mujer no ha
tablas 1 y 2: sufrido violencia y por el contrario las mujeres mal-
tratadas en el entorno familiar perciben con más
frecuencia un apoyo bajo.
Tabla 1. Agresores en el último año
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Violencia familiar y de pareja hacia las mujeres con trastorno mental grave
Discusión
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Los resultados del trabajo son todavía provisio-
25 nales ya que en estos momentos se está aumen-
20 tando el tamaño de la muestra e incluyendo a
mujeres con trastorno mental grave que no han
sido derivadas a recursos específicos de rehabi-
0
apoyo normal apoyo bajo litación, por lo que en un futuro podremos llegar
a resultados más extensos y significativos.
sin violencia con violencia
Según los resultados de nuestro estudio, las cifras
de violencia por parte de la pareja que sufren las
mujeres con trastorno mental grave son llamati-
Detección de la violencia doméstica y de pareja
vamente más altas que en población general. Los
por los profesionales
resultados obtenidos en un estudio realizado en
La detección de casos de violencia constatada población general (2501 mujeres) con el mismo
entre los profesionales de los centros de reha- instrumento que el usado por nosotros, mostraban
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Francisco González, Juan González, Marisa López, Daniel Olivares, Cristina Polo, Margarita Rullas
que en los doce meses anteriores a la realización mujeres, encontró que un 40% de ellas había su-
de la encuesta, el 10,1% de las mujeres entre 18 y frido abuso físico en algún momento de su vida y
70 años habían sufrido algún tipo de violencia (psi- un 7% estaban sufriendo abuso en ese momento.
cológica, física o sexual) por parte de su pareja o El personal sanitario sólo les había preguntado
expareja [14]. Comparando con los datos de nues- datos sobre experiencia de haber sido abusada a
tro estudio se puede observar que las mujeres con un 12% de la muestra. En aquellas en las que se
un trastorno mental grave sufren 4 veces más vio- detectó abuso, en un 20% de los casos los médicos
lencia por parte de su pareja o expareja que las mu- no hicieron ningún comentario al respecto. Otra in-
jeres de la población general. Esta comparación es vestigación realizada por McLeer [19] en un depar-
meramente orientativa, ya que en población gene- tamento de urgencias americano, encontró que al
ral la encuesta se pasó telefónicamente. La compa- introducir un protocolo para detectar malos tratos,
ración de los resultados obtenidos de prevalencia la prevalencia de maltrato en las mujeres atendi-
de maltrato con otros trabajos habría que hacerla das, aumentó de un 5,6% a un 30%.
con cautela ya que existe gran hetereogeneidad en
las definiciones de maltrato y en los instrumentos Por parte de especialistas de los servicios de
para usarla. salud mental comunitaria la cifra varía entre un
29% y un 51,5% [20]. Un estudio realizado en 477
Aunque la muestra es pequeña debido al esca- mujeres que estaban siendo tratadas en centros
so porcentaje de mujeres con trastorno mental de salud mental mostró que en la anamnesis ha-
grave presentes en dispositivos de rehabilitación bitual sólo se detectó que había habido abuso fí-
que mantienen relaciones de pareja, los resulta- sico en algún momento de la relación en un 8,2%
dos coinciden con las hipótesis de las que par- de las mujeres atendidas mientras que tras in-
tíamos. Es posible que la significación aumente cluir el instrumento de detección, la prevalencia
cuando podamos incluir a las mujeres en trata- de abuso físico encontrada fue de un 28,1% [21].
miento en los Centros de Salud Mental no deriva-
das a recursos de rehabilitación. En relación con el apoyo social, los datos son si-
milares a los de las mujeres en población general
La violencia que más aparece en nuestra mues- en el caso de la violencia familiar y se invierten
tra es la familiar y dentro de ella la psicológica. en el caso de violencia de pareja. Así, en el estu-
Hay que tener en cuenta que gran parte de las dio ya citado realizado en población general con
mujeres de nuestro estudio no habían tenido re- una muestra de 2501 mujeres que usó el mismo
laciones de pareja por lo que sólo pudimos estu- cuestionario de detección de violencia y de apo-
diar la violencia por parte de pareja en un escaso yo social que nosotros, se observó que las muje-
número de mujeres. res que sufrían violencia tenían una percepción
de apoyo social muy inferior al de las mujeres
En cuanto a la capacidad de detección de los pro- que no la sufren [14] Los resultados obtenidos
fesionales que atendían a estas mujeres en dis- en nuestro estudio en relación a la relación in-
positivos de rehabilitación (en un futuro también versa entre apoyo social percibido y ser víctima
se incluirán los profesionales de otros dispositi- de violencia de pareja, nos crean algunas dudas.
vos) los datos nos muestran que detectamos me- Así, pensamos que estos hallazgos puedan te-
nos casos que los reales, sobre todo a lo largo de ner sesgos relacionados con el escaso tamaño
la historia biográfica de la usuaria. No obstante, muestral y con las dificultades en responder el
detectamos llamativamente más que otros dis- cuestionario por parte de las usuarias.
positivos asistenciales: urgencias hospitalarias,
atención primaria o centros de salud mental. En Como reflexiones finales de nuestro estudio pa-
algunos estudios se ha visto que la detección por rece claro que las usuarias con trastorno mental
parte de los profesionales sanitarios varía de un grave padecen cifras muy elevadas de maltrato.
10% a un 40% en atención primaria, un 17% en Nos quedan tras este primer trabajo muchos
ginecología y un 6% en medicina interna [17]. más interrogantes que respuestas, ¿la violencia
tan prevalente se debe al sexo o a la propia en-
Un estudio de Caralis [18] realizado en consultas fermedad mental?, ¿qué ocurre en el caso de los
de Atención Primaria con una muestra de 406 hombres con trastorno mental grave?, ¿mejoran
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Violencia familiar y de pareja hacia las mujeres con trastorno mental grave
todas estas cifras en las usuarias derivadas a Violencia en el seno de la familia y en el medio
nuestros dispositivos de rehabilitación? social. No negamos de forma inocente o militan-
te estos hechos pero parece que a lo largo de la
En cualquier caso parece que son mujeres que historia se ha confundido al enfermo con el mal-
sufren el calvario del maltrato desde la familia, vado y, en ocasiones y de forma ambivalente, se
en muchas ocasiones desde la infancia, la pareja, nos presenta al malvado como un enfermo. Ha
los profesionales y las instituciones. Y, además de sido para nosotros más llamativo en el caso de
todo ello, el maltrato que sufren es mucho más in- las mujeres con enfermedad mental. Creemos
visible que el ya oculto de otras mujeres, en oca- que en esta paradoja puede radicar una parte
siones incluso justificado: “es que son locas”. Su del núcleo del problema. Por ello hemos querido
palabra y su dignidad no tienen valor ya no solo mostrar parte de la violencia que ejercemos so-
por ser mujeres si no por tener un trastorno men- bre estas personas que sobre todo son víctimas
tal grave, ¿quién cree a una paranoica, a una psi- sin juzgar por ello de forma superficial y fácil a
cótica, a una esquizofrénica?, ¿no generan ellas los maltratadores y consentidores de estas situa-
también mucho sufrimiento?, ¿no son muchas ciones donde en muchas ocasiones también nos
veces ellas mismas peligrosas, violentas?, ¿qué vemos como profesionales.
podemos ofertarles, no están mejor con su fami-
lia o pareja aunque a veces sean maltratadas?, Como profesionales nos hemos ido preguntando
¿qué hacer cuando lo detectamos?, ¿en qué lío a lo largo de este trabajo la cantidad de veces que
nos podemos meter si sacamos a la luz todo negamos, aceptamos, ocultamos y toleramos es-
esto?, ¿cómo proteger mejor a nuestras usua- tas situaciones, en ocasiones centrándonos en
rias?, ¿cómo trabajar entre el intervencionismo los síntomas, en la enfermedad, utilizando eufe-
más peligroso -no hay residencias para la protec- mismos (¿el de alta expresividad emocional no
ción de mujeres con trastorno mental grave, por sería uno?), identificándonos con el agresor, mi-
ejemplo- y la ceguera, alejamiento más cruel de nimizando, justificando… Pensamos que hacien-
neutralidad maltratadora?, ¿cómo visibilizar el do visible este otro prisma del mismo problema
problema? de la violencia, abriendo la perspectiva es la úni-
ca forma de comenzar un camino de reflexión y
Desde hace muchos años se ha visibilizado la mayor respeto y libertad para las mujeres a las
violencia que genera el enfermo mental, de he- que intentamos ayudar.
cho gran parte de las políticas asistenciales se
han diseñado teniendo en cuenta este hecho.
Contacto:
Cristina Polo Usaola, Servicio de Salud Mental de Hortaleza • C/ Mar Caspio, 8. 28033 Madrid.
Teléfono: 91 381 82 66/83 32 • Fax: 91 381 83 98 • cristinapolo83@hotmail.com
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Francisco González, Juan González, Marisa López, Daniel Olivares, Cristina Polo, Margarita Rullas
(5) Goodman LA, Rosenberg SD, Mueser KT, Dra- (13) Goodman LA, Salyers MP, Mueser KT, Rosen-
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• Recibido: 25-7-2012.
• Aceptado: 7-2-2013.
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