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Isaías 45:1-7Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Encargo de Dios para Ciro


45 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha,
para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante
de él puertas, y las puertas no se cerrarán:
2
Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de
bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
3
y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que
sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.
4
Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre;
te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
5
Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré,
aunque tú no me conociste,
6
para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no
hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
7
que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo
Jehová soy el que hago todo esto.

En los versículos 1 al 7 el Señor habla a Ciro, explicando que aunque Ciro no lo


conociera, el Señor proporcionó grandes bendiciones para él. El versículo 1
proclama: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano
derecha para someter naciones delante de él”—[4] El Señor declara que Él
había sostenido a Ciro en sus conquistas anteriores. El versículo 1 continúa: “y
desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se
cerrarán”— “Su ungido” viene del hebreo, significando “príncipe mesiánico”.
[5]
Por tanto, Ciro como un conquistador militar es un símbolo de Cristo en Su
papel como destructor de los inicuos antes de Su Segunda Venida. También, la
liberación de los judíos de su cautiverio babilónico por medio de Ciro es un
símbolo de la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado y de la
muerte por medio de Cristo. “Abrir puertas” significa “abrir puertas dobles”,
[6]
como las puertas protectivas de una ciudad sitiada. La frase “desatar lomos
de reyes” significa que el Señor desarmaría, o en sentido figurado quitaría las
armas de los cinturones de reyes, para facilitarle a Ciro su conquista. Esta
declaración significa el opuesto de “ceñid los lomos”, [7] o “preparaos para la
batalla”. El método utilizado por el Señor para intervenir a favor de Ciro es
revelado en esta frase.
En el versículo 2, el Señor proclama que aún apoyaría a Ciro: “Yo iré delante de
ti y enderezaré lo torcido; romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos
de hierro”— El Gran Rollo de Isaías dice “Yo iré delante de ti, y haré planos los
montes…”.[8] Conquistas militares de “montes”, significando “naciones”, [9] serían
hechos fáciles para Ciro; el Señor prepararía la vía para él.
El versículo 3 promete: “y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de
lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, el que
te llama por tu nombre”. “Los tesoros escondidos” significa “riquezas en lugares
secretos”, en particular Babilonia.[10] El Señor proclama que Él es el Dios de
Israel—un pueblo detenido cautivo por Ciro y sus antecesores, los babilonios
quienes Ciro había conquistado— y llama a Ciro por nombre por medio del
profeta Isaías.
El Señor, en revelación moderna a José Smith, proclama que Él controla los
destinos de los ejércitos: “Pues, ¿no tengo yo las aves de los cielos, y también
los peces del mar y las bestias de las montañas? ¿No he hecho yo la tierra?
¿No dirijo los destinos de todos los ejércitos de las naciones de la tierra?” [11]
En el Libro de Mormón, el Señor resucitado proclama que Él, Jesucristo, es el
Dios de Israel y de toda la tierra:
“Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y
para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies,
a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que
he sido muerto por los pecados del mundo” (énfasis añadido). [12]
A los nefitas, a quienes Cristo apareció, les fue dada una oportunidad
incomparable para saber que Él es el Dios de Israel, tal como se le proclamó a
Ciro por medio del profeta Isaías.
Los versículos 1 al 3 contienen un quiasma:
A: (1) Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha
para someter naciones delante de él
B: y desatar lomos de reyes;
C: ; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán:
D: (2) Yo iré delante de ti
D: y enderezaré lo torcido;
C: romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro;
B: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos,
para que sepas que yo soy Jehová,
A: el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.
El mensaje de este quiasma es que Ciro sería privilegiado al conquistar a
muchas naciones y adquirir sus riquezas. “A Ciro, al cual tomé yo de la mano
derecha” complementa “que te llama por tu nombre”; “desatar lomos de reyes”
es complementado por “te daré los tesoros escondidos y las riquezas de
lugares secretos”, proporcionando una explicación del significado; y “Yo iré
delante de ti” se compara con “enderezaré lo torcido”.
En el versículo 4, el Señor proclama el motivo por haberle llamado a Ciro por
su nombre: “A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por
tu nombre; te puse un título, aunque no me conocías”. Ciro fue nombrado para
llevar a cabo un asunto de gran importancia para los siervos del Señor, los
descendientes de Israel.
Los versículos 3 y 4 contienen un quiasma:
(3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos,
A: para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel,
B: el que te llama por tu nombre.
C: (4) A causa de mi siervo Jacob,
C: y de Israel mi escogido,
B: te llamé por tu nombre; te puse un título,
A: aunque no me conocías.
Este quiasma explica por qué el Señor le reveló a Isaías el nombre de Ciro
muchos años antes de su tiempo. “Para que sepas” contrasta con “aunque no
me conocías”; y “el que te llama por tu nombre” corresponde a “te llamé por tu
nombre”. El Señor reveló el nombre de Ciro a Isaías para que Ciro supiera que
el Señor lo había designado para liberar a los cautivos de Israel. Por causa de
que este quiasma se superpone con el de los versículos 1 al 3, las frases “que
te llama por tu nombre” y “te llamé por tu nombre” son equivalentes a “Ciro” en
el versículo 1.
En los versículos 5 y 6 el Señor proclama que Él es Dios y que no hay otros
dioses. El versículo 5 comienza: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro; no hay
Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido”— [13] “Yo te
ceñiré” significa que el Señor había preparado a Ciro para la batalla. [14] Esto lo
hizo el Señor aunque Ciro no lo había conocido a Él ni a Su plan de salvación.
En el versículo 6, el Señor explica que Él, el Señor, sería glorificado a través de
toda la tierra por causa de los actos de Ciro: “para que se sepa desde el
nacimiento del sol hasta donde se pone que no hay nadie más que yo; yo soy
Jehová, y no hay ningún otro.” El Dios de Israel es el único Dios verdadero.
En el versículo 7, el Señor proclama que Él es el Creador: “Yo formo la luz y
creo las tinieblas; hago la paz y creo la adversidad. Yo, Jehová, hago todo
esto”. Con “creo las tinieblas” el Señor se refiere a Él habiendo separado la luz
de las tinieblas: “Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las
tinieblas”.[15]
Con “creo las tinieblas”, el Señor se refiere también al habernos proporcionado
la habilidad de escoger entre el bien y el mal. Moroni lo explica: “Pues he aquí,
mis hermanos, os es concedido juzgar, a fin de que podáis discernir el bien del
mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un perfecto
conocimiento, como la luz del día lo es de la obscuridad de la noche (énfasis
añadido)”.[16]

En los versículos 1 al 7 el Señor habla a Ciro, explicando que aunque Ciro no lo


conociera, el Señor proporcionó grandes bendiciones para él. El versículo 1
proclama: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano
derecha para someter naciones delante de él”—[4] El Señor declara que Él
había sostenido a Ciro en sus conquistas anteriores. El versículo 1 continúa: “y
desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se
cerrarán”— “Su ungido” viene del hebreo, significando “príncipe mesiánico”.
[5]
Por tanto, Ciro como un conquistador militar es un símbolo de Cristo en Su
papel como destructor de los inicuos antes de Su Segunda Venida. También, la
liberación de los judíos de su cautiverio babilónico por medio de Ciro es un
símbolo de la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado y de la
muerte por medio de Cristo. “Abrir puertas” significa “abrir puertas dobles”,
[6]
como las puertas protectivas de una ciudad sitiada. La frase “desatar lomos
de reyes” significa que el Señor desarmaría, o en sentido figurado quitaría las
armas de los cinturones de reyes, para facilitarle a Ciro su conquista. Esta
declaración significa el opuesto de “ceñid los lomos”, [7] o “preparaos para la
batalla”. El método utilizado por el Señor para intervenir a favor de Ciro es
revelado en esta frase.
En el versículo 2, el Señor proclama que aún apoyaría a Ciro: “Yo iré delante de
ti y enderezaré lo torcido; romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos
de hierro”— El Gran Rollo de Isaías dice “Yo iré delante de ti, y haré planos los
montes…”.[8] Conquistas militares de “montes”, significando “naciones”, [9] serían
hechos fáciles para Ciro; el Señor prepararía la vía para él.
El versículo 3 promete: “y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de
lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, el que
te llama por tu nombre”. “Los tesoros escondidos” significa “riquezas en lugares
secretos”, en particular Babilonia.[10] El Señor proclama que Él es el Dios de
Israel—un pueblo detenido cautivo por Ciro y sus antecesores, los babilonios
quienes Ciro había conquistado— y llama a Ciro por nombre por medio del
profeta Isaías.
El Señor, en revelación moderna a José Smith, proclama que Él controla los
destinos de los ejércitos: “Pues, ¿no tengo yo las aves de los cielos, y también
los peces del mar y las bestias de las montañas? ¿No he hecho yo la tierra?
¿No dirijo los destinos de todos los ejércitos de las naciones de la tierra?” [11]
En el Libro de Mormón, el Señor resucitado proclama que Él, Jesucristo, es el
Dios de Israel y de toda la tierra:
“Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y
para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies,
a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que
he sido muerto por los pecados del mundo” (énfasis añadido). [12]
A los nefitas, a quienes Cristo apareció, les fue dada una oportunidad
incomparable para saber que Él es el Dios de Israel, tal como se le proclamó a
Ciro por medio del profeta Isaías.
Los versículos 1 al 3 contienen un quiasma:
A: (1) Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha
para someter naciones delante de él
B: y desatar lomos de reyes;
C: ; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán:
D: (2) Yo iré delante de ti
D: y enderezaré lo torcido;
C: romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro;
B: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos,
para que sepas que yo soy Jehová,
A: el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.
El mensaje de este quiasma es que Ciro sería privilegiado al conquistar a
muchas naciones y adquirir sus riquezas. “A Ciro, al cual tomé yo de la mano
derecha” complementa “que te llama por tu nombre”; “desatar lomos de reyes”
es complementado por “te daré los tesoros escondidos y las riquezas de
lugares secretos”, proporcionando una explicación del significado; y “Yo iré
delante de ti” se compara con “enderezaré lo torcido”.
En el versículo 4, el Señor proclama el motivo por haberle llamado a Ciro por
su nombre: “A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por
tu nombre; te puse un título, aunque no me conocías”. Ciro fue nombrado para
llevar a cabo un asunto de gran importancia para los siervos del Señor, los
descendientes de Israel.
Los versículos 3 y 4 contienen un quiasma:
(3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos,
A: para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel,
B: el que te llama por tu nombre.
C: (4) A causa de mi siervo Jacob,
C: y de Israel mi escogido,
B: te llamé por tu nombre; te puse un título,
A: aunque no me conocías.
Este quiasma explica por qué el Señor le reveló a Isaías el nombre de Ciro
muchos años antes de su tiempo. “Para que sepas” contrasta con “aunque no
me conocías”; y “el que te llama por tu nombre” corresponde a “te llamé por tu
nombre”. El Señor reveló el nombre de Ciro a Isaías para que Ciro supiera que
el Señor lo había designado para liberar a los cautivos de Israel. Por causa de
que este quiasma se superpone con el de los versículos 1 al 3, las frases “que
te llama por tu nombre” y “te llamé por tu nombre” son equivalentes a “Ciro” en
el versículo 1.
En los versículos 5 y 6 el Señor proclama que Él es Dios y que no hay otros
dioses. El versículo 5 comienza: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro; no hay
Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido”— [13] “Yo te
ceñiré” significa que el Señor había preparado a Ciro para la batalla. [14] Esto lo
hizo el Señor aunque Ciro no lo había conocido a Él ni a Su plan de salvación.
En el versículo 6, el Señor explica que Él, el Señor, sería glorificado a través de
toda la tierra por causa de los actos de Ciro: “para que se sepa desde el
nacimiento del sol hasta donde se pone que no hay nadie más que yo; yo soy
Jehová, y no hay ningún otro.” El Dios de Israel es el único Dios verdadero.
En el versículo 7, el Señor proclama que Él es el Creador: “Yo formo la luz y
creo las tinieblas; hago la paz y creo la adversidad. Yo, Jehová, hago todo
esto”. Con “creo las tinieblas” el Señor se refiere a Él habiendo separado la luz
de las tinieblas: “Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las
tinieblas”.[15]
Con “creo las tinieblas”, el Señor se refiere también al habernos proporcionado
la habilidad de escoger entre el bien y el mal. Moroni lo explica: “Pues he aquí,
mis hermanos, os es concedido juzgar, a fin de que podáis discernir el bien del
mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un perfecto
conocimiento, como la luz del día lo es de la obscuridad de la noche (énfasis
añadido)”.[16]

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