45 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: 2 Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; 3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. 4 Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. 5 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, 6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, 7 que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
En los versículos 1 al 7 el Señor habla a Ciro, explicando que aunque Ciro no lo
conociera, el Señor proporcionó grandes bendiciones para él. El versículo 1 proclama: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha para someter naciones delante de él”—[4] El Señor declara que Él había sostenido a Ciro en sus conquistas anteriores. El versículo 1 continúa: “y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán”— “Su ungido” viene del hebreo, significando “príncipe mesiánico”. [5] Por tanto, Ciro como un conquistador militar es un símbolo de Cristo en Su papel como destructor de los inicuos antes de Su Segunda Venida. También, la liberación de los judíos de su cautiverio babilónico por medio de Ciro es un símbolo de la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte por medio de Cristo. “Abrir puertas” significa “abrir puertas dobles”, [6] como las puertas protectivas de una ciudad sitiada. La frase “desatar lomos de reyes” significa que el Señor desarmaría, o en sentido figurado quitaría las armas de los cinturones de reyes, para facilitarle a Ciro su conquista. Esta declaración significa el opuesto de “ceñid los lomos”, [7] o “preparaos para la batalla”. El método utilizado por el Señor para intervenir a favor de Ciro es revelado en esta frase. En el versículo 2, el Señor proclama que aún apoyaría a Ciro: “Yo iré delante de ti y enderezaré lo torcido; romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro”— El Gran Rollo de Isaías dice “Yo iré delante de ti, y haré planos los montes…”.[8] Conquistas militares de “montes”, significando “naciones”, [9] serían hechos fáciles para Ciro; el Señor prepararía la vía para él. El versículo 3 promete: “y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre”. “Los tesoros escondidos” significa “riquezas en lugares secretos”, en particular Babilonia.[10] El Señor proclama que Él es el Dios de Israel—un pueblo detenido cautivo por Ciro y sus antecesores, los babilonios quienes Ciro había conquistado— y llama a Ciro por nombre por medio del profeta Isaías. El Señor, en revelación moderna a José Smith, proclama que Él controla los destinos de los ejércitos: “Pues, ¿no tengo yo las aves de los cielos, y también los peces del mar y las bestias de las montañas? ¿No he hecho yo la tierra? ¿No dirijo los destinos de todos los ejércitos de las naciones de la tierra?” [11] En el Libro de Mormón, el Señor resucitado proclama que Él, Jesucristo, es el Dios de Israel y de toda la tierra: “Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo” (énfasis añadido). [12] A los nefitas, a quienes Cristo apareció, les fue dada una oportunidad incomparable para saber que Él es el Dios de Israel, tal como se le proclamó a Ciro por medio del profeta Isaías. Los versículos 1 al 3 contienen un quiasma: A: (1) Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha para someter naciones delante de él B: y desatar lomos de reyes; C: ; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán: D: (2) Yo iré delante de ti D: y enderezaré lo torcido; C: romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro; B: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, A: el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre. El mensaje de este quiasma es que Ciro sería privilegiado al conquistar a muchas naciones y adquirir sus riquezas. “A Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha” complementa “que te llama por tu nombre”; “desatar lomos de reyes” es complementado por “te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos”, proporcionando una explicación del significado; y “Yo iré delante de ti” se compara con “enderezaré lo torcido”. En el versículo 4, el Señor proclama el motivo por haberle llamado a Ciro por su nombre: “A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un título, aunque no me conocías”. Ciro fue nombrado para llevar a cabo un asunto de gran importancia para los siervos del Señor, los descendientes de Israel. Los versículos 3 y 4 contienen un quiasma: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, A: para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, B: el que te llama por tu nombre. C: (4) A causa de mi siervo Jacob, C: y de Israel mi escogido, B: te llamé por tu nombre; te puse un título, A: aunque no me conocías. Este quiasma explica por qué el Señor le reveló a Isaías el nombre de Ciro muchos años antes de su tiempo. “Para que sepas” contrasta con “aunque no me conocías”; y “el que te llama por tu nombre” corresponde a “te llamé por tu nombre”. El Señor reveló el nombre de Ciro a Isaías para que Ciro supiera que el Señor lo había designado para liberar a los cautivos de Israel. Por causa de que este quiasma se superpone con el de los versículos 1 al 3, las frases “que te llama por tu nombre” y “te llamé por tu nombre” son equivalentes a “Ciro” en el versículo 1. En los versículos 5 y 6 el Señor proclama que Él es Dios y que no hay otros dioses. El versículo 5 comienza: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido”— [13] “Yo te ceñiré” significa que el Señor había preparado a Ciro para la batalla. [14] Esto lo hizo el Señor aunque Ciro no lo había conocido a Él ni a Su plan de salvación. En el versículo 6, el Señor explica que Él, el Señor, sería glorificado a través de toda la tierra por causa de los actos de Ciro: “para que se sepa desde el nacimiento del sol hasta donde se pone que no hay nadie más que yo; yo soy Jehová, y no hay ningún otro.” El Dios de Israel es el único Dios verdadero. En el versículo 7, el Señor proclama que Él es el Creador: “Yo formo la luz y creo las tinieblas; hago la paz y creo la adversidad. Yo, Jehová, hago todo esto”. Con “creo las tinieblas” el Señor se refiere a Él habiendo separado la luz de las tinieblas: “Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas”.[15] Con “creo las tinieblas”, el Señor se refiere también al habernos proporcionado la habilidad de escoger entre el bien y el mal. Moroni lo explica: “Pues he aquí, mis hermanos, os es concedido juzgar, a fin de que podáis discernir el bien del mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un perfecto conocimiento, como la luz del día lo es de la obscuridad de la noche (énfasis añadido)”.[16]
En los versículos 1 al 7 el Señor habla a Ciro, explicando que aunque Ciro no lo
conociera, el Señor proporcionó grandes bendiciones para él. El versículo 1 proclama: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha para someter naciones delante de él”—[4] El Señor declara que Él había sostenido a Ciro en sus conquistas anteriores. El versículo 1 continúa: “y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán”— “Su ungido” viene del hebreo, significando “príncipe mesiánico”. [5] Por tanto, Ciro como un conquistador militar es un símbolo de Cristo en Su papel como destructor de los inicuos antes de Su Segunda Venida. También, la liberación de los judíos de su cautiverio babilónico por medio de Ciro es un símbolo de la liberación de la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte por medio de Cristo. “Abrir puertas” significa “abrir puertas dobles”, [6] como las puertas protectivas de una ciudad sitiada. La frase “desatar lomos de reyes” significa que el Señor desarmaría, o en sentido figurado quitaría las armas de los cinturones de reyes, para facilitarle a Ciro su conquista. Esta declaración significa el opuesto de “ceñid los lomos”, [7] o “preparaos para la batalla”. El método utilizado por el Señor para intervenir a favor de Ciro es revelado en esta frase. En el versículo 2, el Señor proclama que aún apoyaría a Ciro: “Yo iré delante de ti y enderezaré lo torcido; romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro”— El Gran Rollo de Isaías dice “Yo iré delante de ti, y haré planos los montes…”.[8] Conquistas militares de “montes”, significando “naciones”, [9] serían hechos fáciles para Ciro; el Señor prepararía la vía para él. El versículo 3 promete: “y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre”. “Los tesoros escondidos” significa “riquezas en lugares secretos”, en particular Babilonia.[10] El Señor proclama que Él es el Dios de Israel—un pueblo detenido cautivo por Ciro y sus antecesores, los babilonios quienes Ciro había conquistado— y llama a Ciro por nombre por medio del profeta Isaías. El Señor, en revelación moderna a José Smith, proclama que Él controla los destinos de los ejércitos: “Pues, ¿no tengo yo las aves de los cielos, y también los peces del mar y las bestias de las montañas? ¿No he hecho yo la tierra? ¿No dirijo los destinos de todos los ejércitos de las naciones de la tierra?” [11] En el Libro de Mormón, el Señor resucitado proclama que Él, Jesucristo, es el Dios de Israel y de toda la tierra: “Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo” (énfasis añadido). [12] A los nefitas, a quienes Cristo apareció, les fue dada una oportunidad incomparable para saber que Él es el Dios de Israel, tal como se le proclamó a Ciro por medio del profeta Isaías. Los versículos 1 al 3 contienen un quiasma: A: (1) Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha para someter naciones delante de él B: y desatar lomos de reyes; C: ; para abrir puertas delante de él, y las puertas no se cerrarán: D: (2) Yo iré delante de ti D: y enderezaré lo torcido; C: romperé puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro; B: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, para que sepas que yo soy Jehová, A: el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre. El mensaje de este quiasma es que Ciro sería privilegiado al conquistar a muchas naciones y adquirir sus riquezas. “A Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha” complementa “que te llama por tu nombre”; “desatar lomos de reyes” es complementado por “te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos”, proporcionando una explicación del significado; y “Yo iré delante de ti” se compara con “enderezaré lo torcido”. En el versículo 4, el Señor proclama el motivo por haberle llamado a Ciro por su nombre: “A causa de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un título, aunque no me conocías”. Ciro fue nombrado para llevar a cabo un asunto de gran importancia para los siervos del Señor, los descendientes de Israel. Los versículos 3 y 4 contienen un quiasma: (3) y te daré los tesoros escondidos y las riquezas de lugares secretos, A: para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, B: el que te llama por tu nombre. C: (4) A causa de mi siervo Jacob, C: y de Israel mi escogido, B: te llamé por tu nombre; te puse un título, A: aunque no me conocías. Este quiasma explica por qué el Señor le reveló a Isaías el nombre de Ciro muchos años antes de su tiempo. “Para que sepas” contrasta con “aunque no me conocías”; y “el que te llama por tu nombre” corresponde a “te llamé por tu nombre”. El Señor reveló el nombre de Ciro a Isaías para que Ciro supiera que el Señor lo había designado para liberar a los cautivos de Israel. Por causa de que este quiasma se superpone con el de los versículos 1 al 3, las frases “que te llama por tu nombre” y “te llamé por tu nombre” son equivalentes a “Ciro” en el versículo 1. En los versículos 5 y 6 el Señor proclama que Él es Dios y que no hay otros dioses. El versículo 5 comienza: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido”— [13] “Yo te ceñiré” significa que el Señor había preparado a Ciro para la batalla. [14] Esto lo hizo el Señor aunque Ciro no lo había conocido a Él ni a Su plan de salvación. En el versículo 6, el Señor explica que Él, el Señor, sería glorificado a través de toda la tierra por causa de los actos de Ciro: “para que se sepa desde el nacimiento del sol hasta donde se pone que no hay nadie más que yo; yo soy Jehová, y no hay ningún otro.” El Dios de Israel es el único Dios verdadero. En el versículo 7, el Señor proclama que Él es el Creador: “Yo formo la luz y creo las tinieblas; hago la paz y creo la adversidad. Yo, Jehová, hago todo esto”. Con “creo las tinieblas” el Señor se refiere a Él habiendo separado la luz de las tinieblas: “Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas”.[15] Con “creo las tinieblas”, el Señor se refiere también al habernos proporcionado la habilidad de escoger entre el bien y el mal. Moroni lo explica: “Pues he aquí, mis hermanos, os es concedido juzgar, a fin de que podáis discernir el bien del mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un perfecto conocimiento, como la luz del día lo es de la obscuridad de la noche (énfasis añadido)”.[16]