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IZTAPALAPA
La Escuela Española
En su artículo Marañón refiere a los estudios de su grupo con una sustancia, la adrenalina,
que, a diferencia de otras sustancias, parecía interpretar un papel central en los
fenómenos emocionales; Marañón inyecto adrenalina a 210 sujetos y observó los efectos
sumamente interesantes.
El nombre de este modelo, hijo del paradigma Marañón-Schachter, surgió del propio
Schachter a partir de su colaboración con uno de los autores con uno de los autores más
importantes en teoría de la atribución: Nisbett. La teoría de la atribución estudia como las
personas establecen relaciones casuales respecto a los acontecimientos que suceden en el
mundo que les rodea. La teoría de atribución se establece en Psicología social al mismo
tiempo que el modelo de Schachter y, por tanto, no tiene nada de extraordinario que el
modelo de Schachter se haya entendido como una explicación atribucional.
El paradigma de atribución errónea introduce un nexo causal entre los dos procesos
postulados por el paradigma Marañón-Schachter (la percepción de cambios viscerales y la
percepción de la situación). El modelo de atribución errónea, más que explicar en qué
consiste la emoción, se propone aprovechar el fenómeno que denominamos como
emoción de origen visceral con fines terapéuticos y para explicar algunos fenómenos
sociales que guardan solamente una relación indirecta con la emoción.
Quizá las dos criticas más conocidas al papel de Schachter y Singer adjudican a la emoción
visceral de Marañón, como una forma de activación inespecífica, provienen de los
experimentos de Maslach (1979) y Marshall y Zimbardo (1979). En ambos estudios se
realizó una réplica del diseño de Schachter y Singer. En los experimentos de Maslach, la
inyección de adrenalina se sustituyó por una sugestión hipnótica de algunos de los
síntomas de la adrenalina. El experimento de Marshall y Zimbardo posee un diseño
bastante distinto al original de Schachter y Singer, pero incluye sujetos que, tras recibir
una inyección de adrenalina o n placebo, son expuestos a un contexto social eufórico sin
información previa sobre las posibles consecuencias de la inyección.
Estas críticas son, sin duda, importantes pero todavía hoy tienen algunas limitaciones
significativas. En primer lugar, no demuestran que la activación, aunque no sea
totalmente inespecífica, no pueda producir algún tipo de emoción. En segundo lugar, las
críticas son, en realidad, más relevantes para el paradigma de atribución errónea que para
la teoría bifactorial propiamente dicha, al centrarse en la cuestión de hasta qué punto se
puede atribuir cualquier emoción a una activación inespecífica e inexplicada.
La transferencia de excitación
Uno de los modelos explicativos más importantes que la Psicología social ha desarrollado
a partir de concepto de activación es el paradigma de transferencia de la excitación de
Zillmann (1971). Zillmann también se centra en el caso de la emoción menos común, la
que se origina con una activación inespecífica y, por tanto, en el marco del paradigma de
atribución errónea, pero su teoría, que en un principio fue sólo sobre la presencia
inesperada de comportamiento emocional en ciertas conductas sociales.
La hipótesis sobre el procesamiento afectivo
En conclusión, puedo decir que las actitudes son complejos que implican reacciones
viscerales y cognitivas causadas por situaciones con características que pueden ser
definidas. A demás de que es difícil hacer un definición de emoción, afecto y todo lo
demás.