DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR

ESCUELA “ROSARIO MARÍA GUTIÉRREZ ESKILDSEN”

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR

ENSAYO DE:
PATOLOGÍA GENERAL DE LA
EVALUACIÓN EDUCATIVA

CURSO:
EVALUACIÓN PARA EL APRENDIZAJE

CATEDRÁTICO:
CARLOS RAMÍREZ SILVAN

ALUMNA:
ANETTE LARISSA MARTÍNEZ GARCÍA

SEMESTRE: 4° GRUPO: “A”

 ENSAYO: PATOLOGÍA GENERAL DE LA EVALUACIÓN
EDUCATIVA
Miguel Ángel Santos

El presente ensayo, pretende analizar críticamente la obra de Miguel Ángel

Santos “Patología general de la evaluación educativa”, considerando que esta
parte de los problemas que envuelven a la evaluación educativa, como un proceso
que esta apartado del verdadero objetivo que persigue. Se van a exponer las
puntos relevantes que de manera personal causaron mayor impacto y conflicto
cognitivo.

Valorar los conocimientos, no es un error, pero sí lo puede ser el valorar

exclusivamente, obsesivamente, los conocimientos, sin tener en cuenta su
naturaleza, su importancia, su interés, su adecuación, su coordinación con otros
conocimientos.

Considerando el párrafo anterior, puedo afirmar que la evaluación ha tomado un

curso erróneo, que lejos de ser el correcto, solamente mide cuantitativamente
“conocimientos”, los cuales en ocasiones están efectivamente en el currículo, pero
alejados a la realidad educativa, sobre todo entendiendo que muchos exigen el
conocimiento de conceptos meramente memorísticos y sin un trasfondo más
crítico de lo que verdaderamente son.

Inclusive tomemos en cuenta que la evaluación como menciona el autor no es

lineal, y que es un proceso continuo de varios momentos, el diagnóstico, el de
proceso y el final, cada uno para observar el avance que el alumno tiene, no la
capacidad memorística en un proceso educativo., porque entonces no lo sería, no
se trata de que el alumno estudie antes del diagnóstico por considerarse
incompetente a comparación de los demás, si no para partir realmente de donde
es necesario y efectivamente conocer el desarrollo que tienen los alumnos, y sea
una constante evaluación, por medio igual de observación activa, ser crítico de lo
que el alumno es capaz de realizar, sus evidencias, el cómo lo realizan, las
dificultades, la rapidez, su capacidad de analizar, su seguridad para debatir, entre
otros puntos.

El autor nos ofrece de manera específica varias patologías que nos ofrecen una
perspectiva más objetiva de lo que realmente ocurre en la educación, y que en
ocasiones ignoramos, porque seguimos un proceso conservador y no tomamos en
cuenta los diferentes contextos, y la evolución de la educación.
 En el proceso de evaluación el protagonista es el alumno y que por tanto es el,
el responsable de sus resultados, ignorando así que el proceso educativo tiene
varios agentes (físicos y mentales) que intervienen directamente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.

Es muy común que se responsabilice al alumno de su fracaso, y en muchas

ocasiones si, el alumno tiene la falta por su poco interés por instruirse, pero lejos
de esto, existen otros factores más específicos en las instituciones educativas las
cuales pueden no brindar una correcta enseñanza, y motivar muy poco al
estudiante, es notorio que en ocasiones las presiones que ejerce la escuela y la
sociedad por una nota alta en las evaluaciones, da paso a que el alumnos tome
dos vertientes, el primero exigirse de más y sólo estudiar dentro de las horas
establecidas para solo presentar un examen de memorización; o por otro lado el
alumno que tiene la idea que en efecto es una prueba que mide lo que sabes, y
que si no conoce nada del tema, efectivamente la calificación no define su
inteligencia

Es importante conocer que efectivamente la evaluación en ocasiones está

alejada de la realidad, y excluye varios conocimientos relevantes que poseen los
alumnos pero que para el evaluador no son de importancia porque no están
establecidos por el currículo; todo esto genera controversia por que al final se
categoriza a los alumnos por deficientes y sobresalientes, sin tomar en cuenta la
diversidad que se tiene en el salón de clase.

Del mismo modo otro punto es que solamente se da prioridad y únicamente

valen los resultados, dejando a un lado la evolución y el proceso que se generó
para conseguir los resultados, en ocasiones aunque los resultados no son
favorecedores en un 100% el proceso de muestra el alumno tiene otros
conocimientos que igual son importantes pero que no están establecidos en el
programa y el evaluador ignora.

Esto misma ideas nos hacer abarcar el que solo se evalúan los conocimientos,
la teoría, dejando a un lado la práctica y la construcción de estos mismos, esto
hace mucha referencia al conductismo, sistema que busca únicamente que los
alumnos repitan lo que los docentes les enseñan, sin darle importancia al alumno
como ser pensante y capaz de construir por medio de sus habilidades y destrezas
conocimientos y aprendizajes significativos.

Tomando en cuenta los puntos antes mencionados, se puede decir que

efectivamente los docentes pretenden únicamente demostrar que los alumnos
generaron los aprendizajes marcados por el currículo, pero en muchas ocasiones
la asignación total de un número que etiqueta a un alumnos, está por demás
erróneo, podemos en muchas ocasiones constatar que el alumno pudo realizar
acciones que le favorecieron para tener una buena calificación, pero que
realmente no genero el aprendizaje, así es que el trabajo va más allá.

Como futura educadora de preescolar, no se realiza como tal una evaluación

sumativa, o escrita a los alumnos de educación inicial, por el contrario, es una
evaluación constante, que se demuestra por medio de los mismo trabajos que los
alumnos generan, no se trata de que todos coincidan o que el resultado sea el
mismo, cada niño posee capacidades diferentes, cada uno se desenvuelve en
contextos distintos, y estos influyen directamente en los resultados (esto ocurre en
toda educación básica).

Efectivamente en nivel preescolar, lo que verdaderamente cuenta es la

observación, como evaluadora, hacer el diagnostico que si bien se hace por medio
de entrevistas, se observa en el comportamiento de los alumnos, en su
desenvolvimiento en conocer sus habilidades, actitudes y conocimiento; y que por
medio de un mismo seguimiento, y por medio de las situaciones que
implementare, lograre identificar su avance, como mi intervención, hasta donde mi
tarea ha tenido impacto, y como el niño lo está recibiendo, y el final, que es
conocer más allá de si logro hacerlo o no, como el niño de la misma manera lo
lleva a su vida diaria; lo cual es importante también en todo nivel educativo, que
lejos de conocer si aprendió o no, es conocer ese proceso Meta cognitivo que le
permita al estudiante, llevarlo a su vida, y solucionar problemas.

Es muy importante considerar que los contextos educativos son todos diferentes,
y por ende cada contexto de cada estudiante igual, y el proceso educativo se ve
afectado por estos, y como docente debemos ser críticos de lo que estamos
enseñando, a quien, como lo enseñamos y como lo estamos evaluando; porque
esto define en su totalidad el resultado, como mencionábamos anteriormente los
resultados de los exámenes no abarcan los conocimientos que se generan que el
aula que a veces son más y van más allá de los que el programa enmarca, y que
como docentes ignoramos y por esta razón, es que debemos ser más creativos y
flexibles, considerando una evaluación correcta y cualitativa, más que una
cuantitativa que afecta enormemente al alumno.

La evaluación ha sufrido por parte de los maestros y entidades educativas su

verdadera identidad, puesto que en efecto la evaluación es para conocer e
identificar los aprendizajes obtenidos pero no para medir, categorizar, etiquetar y
tampoco es una herramienta de relleno que tengo como docente que realizar
porque el sistema me lo exige, su objetivo va más allá, me sirve a mi docente, a mi
estudiante, para criticar y autoevaluar el trabajo que estoy generando, y
preocuparme por que esos conocimientos que verdaderamente no poseo, los
pueda generar por medio de estrategias.

Considero que el sistema educativo no aterriza la realidad en la que se

encuentran verdaderamente las escuelas, y el tiempo que se tiene en clases, así
como que dejan a un lado otras condiciones y conocimientos que tienen los niños
debido a sus distintos contextos en los que se desenvuelven, y los estilos de
aprendizaje, considero que a estas alturas, la evaluación debería adoptar un estilo
diferente y no seguir siendo conservador.

No estamos permitiendo al niño pensar, estamos dejando su mente cerrada,

negándole la oportunidad al gusto de estudiar y aprender, por el hecho de que
generamos en el miedo e incertidumbre por presentar exámenes que lo
etiquetaran ante sus demás compañeros, y que lo definirán como inteligente o no;
esto igual lejos de ser culpa del alumno, es del docente quien permite que se den
estos casos, y desvalorizan el esfuerzo y los aprendizajes que tienen los niños.

Es importante tomar en cuenta todos los puntos antes expuestos debido a que
como futura docente interesada, sea el ámbito y nivel educativo en el que me
encuentre, debo valorar el trabajo que realizo y los estudiantes, favoreciendo la
evaluación formativa, para poder entender entonces el verdadero significado de
evaluar los aprendizajes, por medio de una observación activa, una selección de
productos realizados por los alumnos y el análisis y reflexión de todo este proceso
educativo, para poder evaluar entonces de manera efectiva y justa los
aprendizajes de los alumnos, y para efectivamente poder analizar de mi trabajo y
entonces intervenir para enseñarles o guiarlos en el proceso de enseñanza-
aprendizaje en el cual somos agentes importantes y detonantes.

Para finalizar así en un proceso en el que debemos evaluarnos constantemente,

no solo alumnos, si no maestros, generar autoevaluaciones, ambas partes,
realizar coevaluaciones, que los mismos alumnos nos critiquen constructivamente.
Para ser todos los agentes participes del proceso educativo.

Referencias Bibliográficas

M.Santos (1999) Patologías generales de la evaluación. Revista electrónica

Dialnet. Recuperada: 20 de Mayo del 2013