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La política económica se refiere a las acciones que los gobiernos adoptan en el ámbito
económico. Cubre los sistemas de fijación de tasas de interés y presupuesto del gobierno, así
como el mercado de trabajo, la propiedad nacional, y muchas otras áreas de las intervenciones
del gobierno en la economía.
Estas políticas son a menudo influidas por las instituciones internacionales como el Fondo
Monetario Internacional o el Banco Mundial, así como las creencias políticas y las
consiguientes políticas de los partidos.
POLITICA MONETARIA
La política monetaria es una política económica que usa la cantidad de dinero como variable
de control para asegurar y mantener la estabilidad económica. Para ello, las autoridades
monetarias usan mecanismos como la variación del tipo de interés, y participan en el mercado
de dinero.
El banco central no puede influir directamente sobre la cantidad de dinero ni sobre la tasa de
interés, pero hay otras formas de cambiar la cantidad de dinero en circulación, como son:
– El tipo o tasa de interés indica cuánto hay que pagar por el dinero que nos presta cierto
banco.
Por eso, si el tipo de interés es muy alto, no todos los inversores podrán permitírselo, y no
pedirán muchos préstamos. El dinero se quedará en el banco. En cambio, una bajada de los
tipos de interés incentiva la inversión y la actividad económica, ya que los empresarios
dispondrán fácilmente de dinero para invertirlo en sus proyectos.
Por tanto, los cambios en la tasa de interés están relacionados directamente con la cantidad de
dinero que circula en el mercado.
No hay que olvidar que existen otros procesos -distintos a la política monetaria- que también
alteran la tasa de interés, ya sea por un proceso inflacionario, o por el auge o la recesión de la
actividad económica, dificultando de esta manera el papel de la tasa de interés como variable
objetivo de la política monetaria.
Además del tipo de interés de referencia, el BCE dispone también de otros instrumentos de
política monetaria:
Operaciones de mercado abierto. El BCE inyecta a las entidades de crédito una cantidad
determinada de liquidez a un plazo dado a cambio de que éstas le entreguen durante ese
período un activo financiero como garantía. El coste mínimo al que el BCE presta esa liquidez
es el tipo de interés de referencia antes mencionado y denominado tipo repo.
Las facilidades permanentes, con las que el BCE proporciona y absorbe liquidez a un día.
Existen dos facilidades permanentes:
La facilidad marginal de crédito, que suministra liquidez a un día a las entidades de crédito a
un coste superior al del tipo de referencia.
La facilidad marginal de depósito, utilizada por las entidades para efectuar depósitos a un día
en el banco central, y que el BCE remunera a un tipo de interés inferior al del tipo de
referencia.
Las reservas mínimas o el coeficiente de caja que las entidades de crédito tienen que cumplir
mensualmente dejando un porcentaje dado de sus depósitos de clientes en una cuenta del
banco central.
Los instrumentos mencionados son los empleados por el BCE en condiciones económicas y
financieras normales, es decir, en ausencia de anomalías relevantes en la transmisión de la
política monetaria. Aunque bajo ciertas situaciones extremas, puede llegar a adoptar medidas
monetarias no convencionales, de carácter excepcional y naturaleza temporal. Entre ellas:
Compra de títulos de bonos de deuda pública o privada en los mercados de negociación, (en
particular, títulos emitidos por el sector bancario con garantía hipotecaria).
En economía, la política fiscal se puede definir como el uso del gasto público y la recaudación
de impuestos para influir en la economía.
La política fiscal puede ser contrastada con el otro tipo principal de la política económica, la
política monetaria, que intenta estabilizar la economía mediante el control de las tasas de
interés y la oferta de dinero. Los dos principales instrumentos de la política fiscal son el gasto
público y los impuestos. Los cambios en el nivel y la composición de los impuestos y el gasto
público puede influir en las siguientes variables en la economía:
Una Política Fiscal Expansiva implica un aumento neto del gasto público (G> T) a través de
aumentos en el gasto público o una menor recaudación fiscal o una combinación de ambos.
Esto dará lugar a un déficit presupuestario mayor o un menor superávit. Política fiscal
expansiva se asocia generalmente con un déficit fiscal.
Una Política Fiscal Restrictiva o Contractiva se produce cuando el gasto neto del gobierno se
reduce ya sea a través mayor recaudación fiscal o reducción del gasto público o una
combinación de los dos. Esto llevaría a un déficit fiscal menor o un mayor superávit que el
gobierno se había, o un superávit si el gobierno se había un presupuesto equilibrado. Política
de contracción fiscal se asocia generalmente con un superávit.
Mecanismos
Los dos mecanismos de control sugeridos por los keynesianos (los seguidores de la política
fiscal) son:
De los dos, es más importante el control de la inversión pública. Pero si hay que elegir entre
hacer que el Estado gaste más o bajar los impuestos, los políticos suelen preferir lo segundo,
porque es inmediato, reversible, y les da buena fama.
Gasto público (inversión pública) es cuánto dinero gasta el Estado en pagar los proyectos
públicos, como carreteras, vías y otras construcciones. Conjunto de gastos realizados por el
gobierno en bienes y servicios para el Estado.
Cuando un gobierno altera las compras de bienes y servicios del Estado, logra desplazar la
curva de demanda agregada. Supongamos, por ejemplo, que el Ministerio de Fomento de un
país contrata la construcción de una nueva autopista a una empresa constructora por valor de
3.000 millones de euros. Esta contratación eleva la demanda de producción de las
constructoras implicadas, lo que induce a las empresas del sector a contratar más trabajadores
y a aumentar la producción. Como las constructoras forman parte de la economía, el aumento
de la demanda de la autopista se traduce en un aumento de la demanda agregada de bienes y
servicios del país. La curva de demanda agregada se desplaza hacia la derecha,
incrementándose el PIB, en la medida que uno de los componentes de éste es el gasto público.
En un primer momento podría pensarse que la curva de demanda agregada se desplaza hacia
la derecha exactamente en 3.000 millones de euros, que es el dinero gastado en la
construcción. Sin embargo, no es así. Se producen dos efectos macroeconómicos que hacen
que la magnitud del desplazamiento de la demanda agregada sea diferente de la variación de
las compras del Estado. El primero -el efecto multiplicador- sugiere que el desplazamiento de
la demanda agregada podría ser superior a 3.000 millones de euros que era el gasto realizado.
El segundo efecto a tener en cuenta es el efecto expulsión.
Efecto multiplicador
Efecto expulsión
El segundo efecto influyente para determinar la cuantia del efecto total de la política fiscal de
gasto sobre la demanda agregada es el denominado efecto-expulsión, que sugiere que el
efecto que tendría el gasto de 3.000 millones de euros sobre el PIB, en el ejemplo
anteriormente expuesto, podría ser inferior a 3.000 millones.
Para ver por qué se produce este efecto-expulsión, comprobemos una vez más qué ocurre
cuando el Estado construye la autopista por valor de 3.000 millones de euros. Como ya hemos
señalado, este aumento de la demanda eleva las rentas de los trabajadores y de los
propietarios de estas empresas (y como consecuencia del efecto multiplicador, también de
otras empresas). Al aumentar la renta, los hogares planean comprar más bienes y servicios y,
como consecuencia, deciden tener una parte mayor de su riqueza en un activo líquido. Es
decir, el aumento de la renta provocado por la expansión fiscal eleva la demanda de dinero,
que debemos recordar es una función dependiente, entre otros factores, de la Renta
monetaria de los sujetos. Como el banco central no ha alterado la oferta monetaria, la curva
de oferta vertical no varía. Cuando el aumento del nivel de renta desplaza la curva de demanda
de dinero hacia la derecha, el tipo de interés debe subir con el fin de mantener equilibradas la
oferta y la demanda de dinero.
La subida del tipo de interés reduce, a su vez, la cantidad demandada de bienes y servicios. En
particular, como será más caro pedir préstamos la demanda de inversión tanto en viviendas y
como en las empresas disminuye. En definitiva el aumento de las compras del Estado que
eleva la demanda de bienes y servicios, también puede expulsar inversión. Este efecto-
expulsión contrarresta en parte la influencia de las compras del Estado en la demanda
agregada.
Si aumenta la renta de los consumidores (el dinero que la gente tiene disponible para gastar),
entonces pueden gastar más, y es probable que lo hagan. Hay medidas para saber qué
porcentaje de la renta se gasta; son la propensión marginal al consumo y la propensión
marginal al ahorro.
El estímulo del consumo permite mejorar la economía gracias al efecto multiplicador, un punto
importante de la teoría de Keynes. Dice que el dinero, al pasar de mano en mano, va
generando incrementos en la producción (producto nacional). No es magia; veamos un
ejemplo:
Supongamos que la propensión marginal al consumo (PMgC) es del 0,8, lo que significa que
todos los ciudadanos gastan el 80% de lo que ganan y por el contrario ahorran un 20%.
Yo compro algo a alguien por 100 euros. Eso hace aumentar el producto nacional en 100
euros.
El vendedor, 100 euros más rico, es también un consumidor, y gastará el 80% de esos 100
euros comprando otra cosa, por tanto, gasta 80 euros. El PIB sube 80 euros más.
Quien acaba de recibir los 80 euros, gasta un 80% de ello, o sea, 64 euros. El PIB sube 64 euros.
Quien recibe los 64, gasta el 80%; el PIB sube 51,2 más
¿Cuánto ha aumentado el producto nacional, en total? Pues 100 + 80 + 64 + 51.2 + 40.96 +...
Esta serie equivale a 100/(1-0.8), que son 500 euros.
Por tanto, una inversión de 100 euros ha hecho aumentar el producto nacional en 500.
Por eso bajar los impuestos (aumentando la renta disponible) aumenta el producto nacional. El
subirlos, lo reduce, y puede ser la acción apropiada si se quiere generar un superávit y enfriar
la economía (lo cuál ayudaría a controlar la inflación).