Sie sind auf Seite 1von 16

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales


Teoría General del Derecho I.

UNIDAD V: Teoría de las fuentes del derecho. 5.5 Fuente Jurisprudencia: concepto y desarrollo.
Diferencias entre el sistema del derecho "continental" y el del "common law". La doctrina del stare
decisis.
Juan Manuel Salgado

(Desgrabación revisada de la clase del 6 de junio del 2006 sobre el punto 5 de la unidad V del programa de
cátedra).

Como en toda la unidad, la principal bibliografía sobre el tema es el libro de Cueto Rúa "Fuentes del
Derecho". También pueden ver el libro de "Introducción al derecho" de Aftalión y Vilanoba. Yo voy a tratar
de no repetir lo que está en esos libros, que son imprescindibles, sino que quiero más bien dar una idea
general del contexto, que ayude a su lectura. Para que tengamos una noción aproximada de la importancia que
tiene la jurisprudencia en la aplicación del derecho, les voy a hablar de dos casos resueltos por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. El primero viene de Neuquén. Un obrero de la construcción, Juan Carlos
Gorosito, se accidentó en su trabajo a fines de la década del 90 y tuvo una incapacidad laboral permanente,
esto es, una imposibilidad para seguir trabajando. Si hubiera tenido la misma incapacidad por un accidente de
tránsito podría haber reclamado una indemnización total, plena, o sea una suma que compense todos los
perjuicios que le causó esa incapacidad, mas una compensación por el sufrimiento, las dificultades de su vida
familiar y los gastos de todo tipo. Pero la incapacidad la tuvo en un accidente del trabajo y en la década del 90
a partir de una ley del gobierno de Carlos Menem, una ley impulsada por el entonces ministro Domingo
Cavallo, los daños ocasionados por un accidente de trabajo se indemnizan de un modo diferente, con una
cobertura menor. El derecho laboral en nuestro país tuvo en los años '90 un retroceso enorme, todas las leyes
laborales que eran de protección al trabajador sufrieron modificaciones muy grandes para estimular el
beneficio empresario a expensas de los derechos de los trabajadores.

- ¿Qué es el derecho laboral?

El derecho laboral son las normas que regulan el trabajo en relación de dependencia. En el caso de
los accidentes de trabajo estas normas abarcan tanto al empleo público como al empleo privado. Los que
trabajan en relación de dependencia saben que hay unas normas que hay que cumplir, aunque sea común sin
embargo el trabajo "en negro", o sea el trabajo que se efectúa cuando el empleador, el patrón, no cumple con
la ley. El empleador tiene una cantidad de obligaciones, cuánto tiene que pagar como mínimo, otorgar
licencias y vacaciones, pagar antes de las fechas límite, realizar descuentos y aportes para jubilaciones y obras
sociales, respetar los límites de la jornada de trabajo, pagar horas extras una vez pasados esos límites, etc.
Todos los derechos del trabajador, las indemnizaciones por despido, los días por enfermedad, así como la
regulación de los sindicatos, la protección a los delegados gremiales, los convenios colectivos de trabajo,
entre otras materias, están regulados por el derecho laboral. Es todo un campo del derecho que se desprendió
del derecho civil individualista a principios del siglo XX y que tiene una serie de normas que provienen de la
ley de contrato de trabajo, de los convenios colectivos de trabajo, de otras leyes o de los convenios
particulares o las costumbres de cada empresa. Una de las áreas del derecho laboral y la seguridad social es el
derecho de los accidentes del trabajo. Una cantidad muy grande de reclamos laborales se hacen en las
actividades industriales, de construcción o viales, por los accidentes que ocurren mientras se trabaja.

Como les decía, muchas de estas normas de protección al trabajador sufrieron un retroceso muy
grande en la década del '90. Entonces se decía que las leyes laborales perjudicaban las inversiones y el
empleo. Lo cierto fue que no sólo el país se volvió más injusto sino que además aumentó el desempleo y cayó
la actividad económica. Pero nos estamos yendo del tema. Les contaba que se modificaron las leyes laborales
y que una de estas leyes nuevas fue la Ley de Riesgos del Trabajo que reemplazó a la anterior Ley de
Accidentes del Trabajo y modificó una tradición legislativa argentina, protectora del trabajador, que venía
desde 1915. De acuerdo a las leyes anteriores, el obrero accidentado tenía una opción para reclamar. Podía
hacer el juicio mediante la ley de accidentes de trabajo, que regulaba lo que se llama una "indemnización
tarifada", es decir que una vez establecido el porcentaje de incapacidad y el salario, mediante una fórmula
matemática se determina la indemnización, una suma determinada de dinero independientemente de si ese era
o no el daño efectivo. Se la llama "indemnización tarifada" porque en lugar de ser una indemnización total por
todos los daños ocasionados, daños que habría que probar en cada caso, se reemplaza el cómputo de los daños
efectivos del caso individual por un cálculo más sencillo que, al menos teóricamente, facilita que se realice el
pago en forma rápida. La otra posibilidad que existía era optar por hacer un juicio aplicando las leyes civiles,
pidiendo que la indemnización fuera igual a la que hubiera tenido el obrero si en lugar de haberse accidentado
en el trabajo hubiera sido víctima, por ejemplo, de un accidente de tránsito. Generalmente éstas son
indemnizaciones superiores porque el principio de la reparación civil es que la indemnización debe ser
integral, debe cubrir todos los daños causados. El juicio es más lento y la prueba es más complicada, pero la
indemnización suele ser mayor a la que resulta del cálculo de la indemnización tarifada. La nueva Ley de
Riesgos del Trabajo suprime la posibilidad de hacer un juicio por indemnización civil y solamente le da al
trabajador una indemnización tarifada, pagada por una compañía de seguros, la aseguradora de riesgos del
trabajo, que en comparación con la indemnización civil es mucho menor. Una indemnización que mediante la
acción civil puede ser de 200.000 pesos en la ley de riesgos del trabajo es hasta diez veces menos. Gorosito,
que se accidentó en la ciudad de Neuquén, inició el juicio reclamando la indemnización civil diciendo que la
Ley de Riesgos del Trabajo era inconstitucional porque violaba el principio de igualdad ante la ley. Sostenía
Gorosito, en realidad eso lo decían su abogado o abogada, que no podía ser que si él hubiera tenido esa
incapacidad en un accidente de tránsito o en algún tipo de accidente que no fuera laboral, hubiera cobrado 200
o 300 mil pesos, y en cambio por ser trabajador, resultaba que por el mismo accidente, con las mismas
consecuencias, cobraría una indemnización diez veces menor. Entonces pide que se declare inconstitucional el
artículo de la Ley de Riesgos del Trabajo que le impedía reclamar la indemnización plena. Y la justicia
neuquina de esa época le da la razón. El Tribunal Superior de Justicia de Neuquén declaró inconstitucional el
artículo 39 de la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo. Entonces la aseguradora presenta un recurso ante la Corte
Suprema y en el año 2002 la Corte revoca el fallo de la justicia neuquina y dice que ese artículo es
constitucional, que la ley puede establecer una indemnización diferente para el trabajador, cuando el accidente
es de trabajo. Esto era algo se había venido discutiendo en el ámbito del derecho laboral, a través de la
doctrina e incluso de fallos judiciales, desde que había salido la nueva ley. Ya cuando se aprobó la Ley de
Riesgos del Trabajo, con mucha polémica, con oposición del sector laboral, de los sindicatos, hubo muchos
juristas que hicieron el planteo de que quitarle al trabajador la posibilidad de reclamar por las leyes civiles era
inconstitucional. Seis años después la Corte dijo que eso no era así. La Corte Suprema, en febrero del año
2002, dicta sentencia en el juicio de Gorosito y dice que la Ley de Riesgos del Trabajo no es inconstitucional,
es decir, la compara con los principios establecidos en la constitución, el principio de igualdad ante la ley, el
principio de protección al trabajador, y resuelve que las normas de esa ley están dentro de lo que puede hacer
el Congreso válidamente, sin apartarse de la Constitución. Unos años después, un obrero de Buenos Aires,
Isacio Aquino, que también estaba en juicio por un problema similar, se había caído de un andamio y había
sufrido una incapacidad total, no acepta la indemnización de la Ley de Riesgos del Trabajo y reclama la
indemnización que le correspondería por la ley civil. Pero esta vez la Corte Suprema, en septiembre del 2004,
resuelve que la ley es inconstitucional. ¿Qué cambió? Primero, claro, cambió la composición de la Corte. A
principios del 2002 todavía estaba la antigua Corte de los años '90, entonces si bien fue un fallo dividido y
hubo tres jueces que votaron distinto, en el caso "Gorosito" seis jueces votaron a favor de la
constitucionalidad de la ley de riesgos del trabajo, en contra del obrero. En cambio en el fallo "Aquino" ya
había cuatro jueces nuevos. De los anteriores, uno fue separado por juicio político, Moliné, y tres renunciaron
en cuanto el juicio político se les inició, Nazareno, Vázquez y López. Es decir, la composición de la Corte
Suprema había cambiado. Pero además habían cambiado también los tiempos. Todavía a principios del 2002
tenía fuerza aún la ideología neoliberal propia de la década del '90, pese a que hacía poco más de un mes de la
sublevación popular de diciembre del 2001, que arrastró al presidente De La Rua, todavía no había ocurrido el
cambio en el sentido común judicial que ya se notaba en el 2004. Y eso puede justificar que dos de los jueces
que cuando votaron en el fallo "Gorosito" dijeron que la ley no era inconstitucional, dos años y medio después
sostuvieran lo contrario. ¿Qué efectos tuvo la sentencia dictada en el caso "Aquino"? Actualmente la mayor
parte de los accidentes de trabajo se reclaman mediante la ley civil en contra de lo que dice la Ley de Riesgos
del Trabajo. Aquí, en Buenos Aires y en todos los tribunales del país, porque este es un fallo de la Corte
Suprema nacional, la mayoría de los accidentes del trabajo se reclaman mediante un pedido de indemnización
civil que la propia ley dice que no puede hacerse. Sin embargo todos los que presentan las demandas piden
que ese artículo de la ley se declare inconstitucional, cosa que los tribunales vienen haciendo, sobre todo a
partir del fallo "Aquino" de la Corte. Es claro que en este caso la jurisprudencia modificó absolutamente el
derecho laboral. Al principio, con el fallo "Gorosito" se sostuvo el criterio de que la ley era válida, se discutía
mucho pero la Corte dijo "la ley es constitucional". Hubo, sin embargo una cantidad de litigantes que
siguieron discutiendo y sobre todo cuando vieron que cambiaba la composición de la Corte insistieron en la
inconstitucionalidad. Hoy podemos decir que la Ley de Riesgos del Trabajo con ese y otros fallos que
declararon inconstitucionales otros artículos, está en crisis. Aquí es la jurisprudencia de la Corte la que está
forzando al poder legislativo a que dicte una nueva ley con criterios que cumplan con la protección al
trabajador que establecen la Constitución Nacional y los pactos internacionales de derechos humanos, de
derechos económicos, sociales y culturales. Actualmente se está discutiendo en el Congreso una nueva ley de
accidentes laborales, con grandes intereses económicos en juego, las cámaras empresarias presionan para que
se mantenga un sistema como el anterior, pero resulta que el Congreso no puede dictar una ley que se aparte
de lo que ya dijo la Corte. Si lo hiciera los tribunales la declararían inconstitucional de nuevo. De manera que
en este punto, en materia de accidentes del trabajo, hoy podemos decir que la jurisprudencia está rigiendo por
encima de la ley, los criterios jurisprudenciales son los que se están llevando adelante y los que guían las
demandas que se hacen y las sentencias que dictan los jueces.

Después vamos a ver que en general, cuando hablamos de jurisprudencia, no hablamos sólo de la
jurisprudencia de la Corte. Que la jurisprudencia de la Corte Suprema es un tipo especial de jurisprudencia,
jurisprudencia constitucional, pero lo que quería resaltar con este cambio que hubo en menos de tres años
entre una sentencia que avaló la Ley de Riesgos del Trabajo y otra que la declaró inconstitucional, es cómo
cambió una parte enorme del derecho argentino y de las relaciones laborales cotidianas, no por decisión del
poder legislativo sino de la Corte Suprema.

La jurisprudencia en general, la mayoría de la jurisprudencia que consultan los operadores jurídicos,


abogados, fiscales, jueces, no es la de la Corte Suprema. A la Corte Suprema llegan los casos en que se
cuestiona la constitucionalidad de una ley pero no muchas de las cuestiones cotidianas que ocupan el
quehacer judicial, como los criterios de distribución de responsabilidades en accidentes civiles. La mayor
parte de la jurisprudencia que utilizan los abogados está dada por los tribunales locales, es decir por los
tribunales de provincias y por los tribunales "ordinarios" (no federales) de la Ciudad de Buenos Aires. En
nuestro estado federal en principio todos los casos son juzgados por los tribunales provinciales, salvo algunas
excepciones que se tramitan en la justicia federal, que son los tribunales que establece la Nación en el
territorio de las provincias. La regla es que son los tribunales provinciales los que se encargan de la mayoría
de los juicios. Los tribunales provinciales están organizados con jueces de primera instancia y con cámaras de
apelaciones. A las cámaras se las llama "tribunales colegiados" porque están constituidas por varios jueces,
generalmente por tres. Y jerárquicamente por encima de las cámaras, están los superiores tribunales de
provincia o las cortes supremas de provincia. En Río Negro se llama Superior Tribunal de Justicia, en
Neuquén se llama Tribunal Superior de Justicia. En Río Negro tiene tres jueces y en Neuquén cinco. En los
dos casos se trata del máximo órgano judicial de la provincia con competencia total, o sea atiende asuntos
civiles, penales, laborales, administrativos, todos los asuntos que en los tribunales inferiores están divididos
por fueros y hay, por ejemplo, jueces civiles y jueces penales, los tribunales superiores de cada provincia
atienden todos que les llegan mediante recursos, que los litigantes interponen contra las decisiones de esos
jueces o de las cámaras de apelaciones. La mayor parte de la jurisprudencia está hecha por esos tribunales y
por las cámaras de apelaciones.

Ustedes ya vieron la fuente legislación. La Argentina tiene una cantidad enorme de legislación, en el
orden nacional vamos por la ley 26 mil, tenemos un código civil de más de cuatro mil artículos, un código
penal, un código de minería, la ley de contrato de trabajo, un código de comercio, etc., etc., y ustedes
pensarán que habiendo tanta legislación, a la jurisprudencia, a los jueces, mucho trabajo más no le queda,
porque prácticamente parecería que hay leyes previendo todo y lo único que tendría que hacer el juez cuando
se encuentra con un problema es ver qué la ley se refiere al caso y una vez que la encontró, aplicarla
directamente. En la imagen común que se tiene del derecho está esta idea, la de que los abogados tienen que
saberse todas las leyes y que las leyes cubren todas las posibilidades. Por eso cuando pasa algo y resulta que
no hay una ley que se refiera específicamente a eso (casi nunca la hay) el periodismo habla de "vacío legal".
Se tiene la creencia de que todo lo que pasa ya está previsto en alguna norma escrita y que a los jueces les
toca el trabajo de buscarla y una vez que la encuentran, basta con aplicarla. Hay muchos juicios en que parece
ser así. Hay juicios relativamente sencillos para los abogados, que se llaman "juicios ejecutivos". Digo que
son sencillos en relación al tema que nos ocupa, ya que de todas maneras puede resultar una tarea ardua ir
seguido a los tribunales a ver cómo va el trámite de estos juicios. Pero desde el punto de vista de la teoría
jurídica no vemos mucha creación. Uno tiene un cheque o un pagaré de otra persona, y lo que tiene que hacer
es cobrarlo. Como no se puede cobrarlo por la fuerza, no se puede ir y decirle al deudor "pagame o te saco ya
mismo el auto", el acreedor tiene que ir al juez, presentarle el documento de la deuda y pedirle que si el
deudor no le paga ante la intimación se le embarguen los bienes, el auto u otras cosas de valor que puedan
rematarse para cobrar la deuda. Todo eso no se hace por mano propia sino que se hace a través de la
intervención de un juez. Si bien hay casos en que es necesaria la jurisprudencia en juicios ejecutivos para
determinar aspectos oscuros o controvertidos, podemos decir que este tipo de juicios está prácticamente
regulado por la ley, por la fuente legislación. Pero la vida social, cotidiana, es mucho más amplia que la ley.
La ley no prevé todos los casos, no puede preverlos. La ley es una norma general, hecha a propósito en forma
general para que sean muchos los casos que entren en sus previsiones. Por ejemplo, la ley regula los contratos
de alquiler, establece cual es el plazo mínimo del alquiler de una vivienda, establece las condiciones en que el
inquilino puede irse antes de ese plazo, lo que tiene que pagar como indemnización si se va antes de término.
Esta es la ley civil, la ley de alquileres. La ley también establece cómo se constituye una sociedad comercial y
cómo funciona válidamente. Por ejemplo, cómo se determina el sistema de mayorías y minorías en la
asamblea de una sociedad anónima. También la ley establece, en el caso del derecho penal, qué son los
delitos. Lo que la ley no sanciona no es delito penal. Todo eso la ley lo prescribe de una forma genérica. El
problema aparece cuando se produce el caso concreto y se lo compara con el texto de la ley. Algunas veces es
relativamente sencillo desde el punto de vista legal. Si una persona mata a otra el problema de los tribunales
es encontrar la prueba, asegurar el derecho de defensa del imputado, pero desde el punto de vista de la
interpretación se encuadra en el delito de homicidio, previsto en el código penal. No es uno de los delitos que
tenga más elaboración jurisprudencial. Pero, por ejemplo, el delito de "asociación ilícita" en donde el código
penal dice que se castigará con prisión de tres a diez años al "que tomare parte en una asociación o banda de
tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación", ya no es
tan simple. Si uno integra una banda destinada a cometer delitos, aunque no haya cometido ningún otro delito,
ya lo está cometiendo por el solo hecho de integrarla, de sentarse y planificar asaltos a bancos, o de integrar
una banda que ya venía haciendo robos. Ahora bien ¿tiene que ser un grupo formado para cometer delitos
indeterminados o basta con que se reúna para cometer un solo delito, aunque si les va bien podrían continuar?
La ley ahí no lo dice. Ahí aparecen los criterios jurisprudenciales. El código penal es de 1922 y a medida que
empezó a haber acusaciones por asociación ilícita, los fallos de los tribunales fueron precisando si las
conductas que se imputaban eran o no contempladas por este delito. Otro ejemplo es el del delito de robo, que
cuando se produce en despoblado tiene una pena distinta, mayor, que la del robo en poblado. Ahora ¿dónde es
despoblado? Uno sabe que en el centro de la ciudad no es, seguro. También se sabe que 10 km de acá al norte,
en la barda, sí es despoblado. Pero ¿dónde empieza el despoblado? ¿Cuáles son los criterios en los casos
límites para establecer si el robo se cometió en despoblado o no? ¿Depende de la cantidad de casas?
¿Depende si es una zona loteada? ¿Depende de la población? ¿O depende si están trazadas las calles,
delimitadas las manzanas y está iluminado, aunque no haya ninguna casa?

- Tiene que depender de si es zona rural o urbana.

No necesariamente, porque la calificación de un lugar como "rural" o "urbano" suele depender de los
límites o de calificaciones del municipio y aunque el municipio pueda extenderse, por ejemplo, 5 km al norte
de la barda, no por eso se calificaría como "poblado" para el código penal. No puede ser un criterio que se
castigue más o menos dependiendo solamente de cómo el concejo o la legislatura han calificado el lugar. Es
importante porque de estas cuestiones puede depender la libertad de una persona y entonces si resulta que uno
tiene un defendido por robo ocurrido en un lugar en donde había un grupo de varias viviendas no puede
resignarse a que digan que el delito estaba agravado por el "despoblado" sólo porque para el concejo
deliberante esa era zona rural. Lo que para el municipio puede ser "zona rural" está determinado a los fines
del pago de impuestos, de la aplicación o no algunas ordenanzas municipales, como la de edificación, de si
hay calles trazadas, etc. Pero cuando se establece la agravante en el código penal se hace con otros criterios,
otras finalidades, que no tienen porqué coincidir con las que aplica la municipalidad cuando determina qué es
zona urbana y qué es zona rural.

- ¿Porqué se hizo esta diferencia en el código penal?

Esa es precisamente una de las cuestiones que habitualmente tiene en cuenta la jurisprudencia. Se le
llama "interpretación teleológica" de la ley, porque atiende al telos, a la finalidad de la ley. La jurisprudencia
interpreta cuál es la finalidad por la que se hizo una diferencia legal y en base a ella podrá determinar mejor si
corresponde o no la agravante por "despoblado". En este caso se supone que el bien protegido, que es la
propiedad, corre mayor riesgo en despoblado, está menos custodiado. Entonces como la propiedad está menos
protegida, por una situación de hecho, el código aumenta la protección legal, agravando las penas. Para evitar
justamente que los ladrones se aprovechen de esa menor protección. O por lo menos para disuadirlos.
Entonces, teniendo en cuenta esta finalidad los jueces tienen un criterio para distinguir el poblado del
despoblado en el código penal. Porque no va a depender de hasta donde llega el municipio, sino que va a
depender de las posibilidades de la víctima de recibir auxilio y del grado de protección de la propiedad
robada. Si el lugar está iluminado o no, si hay cercanía a comisaría o destacamento policial. Entonces, los
criterios que ha hecho la jurisprudencia han seguido el sentido de esta diferenciación en la ley.

El libro de Cueto Rúa "Fuentes del Derecho" es muy claro respecto a los diferentes modos de encarar
la jurisprudencia en nuestro sistema legislado y en el sistema anglosajón. En el derecho originado en Europa,
como el de nuestro estado, hay dos grandes sistemas. El llamado "common law", que traducido literalmente
sería "derecho común" pero que en realidad no tiene un equivalente en castellano y por eso se lo llama con la
denominación inglesa, es el sistema de los países anglosajones, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Nueva
Zelandia y otros. Y el sistema que se llama "romanista", por originarse en la recepción medieval del derecho
romano, o también de derecho "continental", por ser propio de Europa continental, desde Rusia hasta España.
Este último sistema tuvo origen en el proceso de constitución de los estados nacionales. A partir de las
monarquías absolutas se constituyeron estados más o menos centralizados en toda Europa continental. En
cambio Inglaterra tuvo un proceso de formación del estado algo distinto y mantuvo las formas medievales del
derecho, como los jurados, la descentralización judicial.

En el sistema de tradición continental o sistema de derecho legislado, que es como el nuestro, la


jurisprudencia cumple, dice Cueto Rúa, tres funciones. Una es dar contenido específico a los conceptos
legales, que es más o menos lo que hablábamos recién respecto a qué es "poblado", "despoblado" y "banda".
La ley tiene términos con significado incierto, ambigüo, que va incluso cambiando con el tiempo, y la
jurisprudencia va precisando estos significados de las palabras de la ley. En el caso que vimos (poblado o
despoblado) no lo hace ateniéndose exclusivamente al significado provisto por el diccionario sino que otorga
un sentido a las palabras de acuerdo a criterios llamados "jurídicos". En el ejemplo, teniendo en cuenta sobre
todo la finalidad legislativa de la distinción establecida en el código penal. Cuando ustedes vieron lenguaje
aprendieron que los significados en gran medida también dependen del contexto en el que se dan las palabras,
dependen de la relación con otros significados. No es que el significado de una palabra está fijado y queda así
eternamente, sino que como el lenguaje es un sistema, a medida que se cambian otras palabras o la misma
realidad en la que el lenguaje está comprometido, cambian los significados. Los textos legales suelen ser más
rígidos que los cambios de la vida cotidiana. El código civil rige desde 1871, el código penal es de 1922, el
código de comercio es anterior al código civil. Y si bien ha habido reformas, muchos de los términos son
bastante antiguos. Incluso una ley de hace treinta o cuarenta años ya es una ley vieja, y la jurisprudencia lo
que hace es ir actualizando, ir adecuando el lenguaje de la ley a los nuevos contextos que se van dando por los
cambios en la sociedad. Esa es una de las funciones de la jurisprudencia en este sistema, el sistema del
derecho legislado.
Otra de las funciones es la de coordinar y armonizar las normas. Ustedes ya vieron, con la fuente
legislación, como se resuelven los conflictos de normas. La norma especial prevalece sobre la general, la
norma de mayor jerarquía prevalece sobre la norma inferior, la norma más reciente prevalece sobre la más
antigua. Pero no es tan sencillo. Estas distinciones suelen darse en forma mezclada, la norma especial puede
ser también la más antigua, la general, de mayor jerarquía. Además, determinar cuándo una norma es especial
y cuándo es general no es una cuestión tan simple. Establecer cuándo una norma transgrede otra de mayor
jerarquía tampoco es sencillo. En los casos "Gorosito" y "Aquino" esa era la función de la jurisprudencia:
determinar si una ley estaba conforme con una norma de mayor jerarquía como es la Constitución. Pero la
Constitución no dice cómo se tienen que indemnizar los accidentes de trabajo. Establece un principio general
de igualdad ante la ley. Incorpora un tratado, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que dice que la protección de estos derechos debe ser progresiva, es decir, que hay un principio de
"no regresividad", o sea que no se puede "volver atrás" en materia de derechos sociales. Pero determinar si la
Ley de Riesgos del Trabajo transgrede o no esos principios constitucionales es algo que tienen que interpretar
los jueces, no es una cuestión que resulte tan clara. La función de establecer cuál es la norma prevaleciente en
un conflicto de normas es una función eminentemente jurisprudencial.

Y la tercera función de la jurisprudencia, dice Cueto Rúa, es adaptar la norma general a las
situaciones particulares. La norma general está establecida sin pensar en cada uno de los casos particulares,
pero en estos casos particulares la norma puede resultar muy inadecuada, a veces hasta chocante al sentido
común en casos extremos. Ustedes tienen actualmente en vigencia una norma del código civil que dice que "el
propietario de una heredad no puede tener en ella árboles sino a una distancia de tres metros de la línea
divisoria con el vecino". Una heredad es un terreno, un predio, un campo, un fundo. O sea que según el
código civil entre el límite de un terreno, o de un campo, o de una chacra, hay que plantar los árboles tres
metros para adentro. Yo siempre pongo este ejemplo porque en las prácticas agrícolas de esta zona, lo que no
se da en otros lugares del país, estamos habituados a ver cómo esta norma del código civil no se cumple.
Todos vemos que las alamedas se plantan en el límite entre una chacra y otra, y todo el Valle se encuentra así.
Hubo personas a las que se les ocurrió hacerle juicio al vecino para que cortara las alamedas y la
jurisprudencia determinó que si no se demostraba algún motivo especial por el cual el demandante se sintiera
perjudicado por la cercanía de la alameda a menos de tres metros del límite, no se hacía lugar al reclamo. Ya
es una jurisprudencia antigua en la zona, por eso los álamos se siguen plantando así. Lo que dijeron los jueces
es que más allá de lo que el código civil establezca, pretender que el vecino corte la alameda sólo porque así
está en la ley es un abuso del derecho. Se supone que la norma está para proteger intereses legítimos y no sólo
para perjudicar al vecino. La prohibición está para evitar, como suele ocurrir en la zona urbana, que la
cercanía de un árbol ensucie, quite sol o sea peligrosa para el vecino. Es para estos casos que se previó en el
código civil, no porque sí. El mismo código civil también tiene un artículo que dice que "la ley no ampara el
ejercicio abusivo de los derechos". Entonces la jurisprudencia, contrariamente a lo que en forma clara aparece
en el código civil, establece que los álamos pueden plantarse en el límite, es decir, aclara que la norma del
código civil no es aplicable a estos casos particulares porque allí no hay ningún interés legítimo que proteger
con esa prohibición. Entonces a través de la teoría del abuso del derecho se han rechazado esas demandas de
que se corten las alamedas. Pero si uno mirara las cosas desde el punto de vista, digamos "ingenuo", de que le
ley está escrita y hay que cumplirla tal cual está, se preguntaría cómo es posible que en todo el Valle se
transgreda una disposición tan clara como la prohibición de plantar árboles a menos de tres metros del límite.
Esa también es una función de la jurisprudencia, la de precisar, contextualizar, la norma general en los casos
específicos. A veces ocurre, como en este ejemplo extremo, que en el caso particular la norma general no
tiene razón de ser. No es que la jurisprudencia esté violando la ley sino que la está haciendo cumplir de un
modo razonable.

El derecho anglosajón, o common law, tiene la característica de que el derecho civil, o sea el derecho
de las relaciones privadas, no es legislado. El derecho penal sí, actualmente todos los países tienen un código
penal porque se ha impuesto el principio de que no se puede castigar si no hay una ley previa que establezca
el delito. Pero en materia de relaciones civiles, de leyes que regulan las relaciones particulares, estos países no
tienen un derecho legislado. Entonces ustedes preguntarán cómo se solucionan los conflictos civiles. Se
solucionan de la misma manera que acá ocurre con el derecho de responsabilidad civil o el ámbito de los
accidentes de tránsito, mediante principios y normas de creación jurisprudencial. Todo el derecho privado en
esos países proviene de creación jurisprudencial. Hay partes legisladas, por ejemplo Estados Unidos tiene
constitución escrita, no así Inglaterra, y hay teorías de interpretación constitucional que son bastante similares
a las nuestras en cuanto a la interpretación del derecho legislado, pero todo el derecho de los contratos, de la
propiedad, de la responsabilidad civil, los daños, la mayor parte de estos ámbitos no tienen leyes sino que se
rigen por la jurisprudencia. Igual se aprenden normas y criterios generales. Se aprenden de la misma manera
en que acá tenemos las normas y criterios para resolver en los accidentes de tránsito. Cuando estudien la
materia Derecho Civil II, llamada "obligaciones", ustedes van a advertir que respecto a los accidentes de
tránsito no hay ninguna norma específica en el código civil. Un solo artículo establece que cuando se causa un
daño con una cosa se presume la culpa del dueño y si además esa cosa, como ocurre con los automotores, es
riesgosa, el dueño siempre será responsable, aún cuando no tuviera culpa, salvo que hubiere culpa de la
víctima. Esos solos principios generales, más algunas normas de tránsito establecidas en la ley de tránsito y en
las leyes provinciales y ordenanzas municipales, es todo lo que hay legislado para los accidentes de
automotores. Sin embargo los reclamos por ese tipo de accidentes son de los juicios más comunes que hay.
Los juzgados civiles están llenos de expedientes de esa clase de juicios. Encima resulta que las normas del
código civil que establecen la responsabilidad del dueño del automotor no tienen aplicación en los choques
entre automotores, ya que en estos caso ambos conductores manejan "cosas peligrosas" y por eso no hay
presunciones a favor de alguno de los dos. Por eso, a medida que se han ido resolviendo estos juicios y
determinando las responsabilidades de los intervinientes, la acumulación de fallos, o sea de sentencias en
casos individuales, ha ido produciendo algunas reglas, como por ejemplo, se presume que en una colisión
entre dos vehículos que circulaban en la misma dirección, el que iba detrás tiene la culpa. Decir "se presume"
significa que se establece una responsabilidad salvo que hubiere una prueba que la contradiga (como podrían
ser testigos que dijeran que el auto que estaba adelante sorpresivamente retrocedió y chocó al que estaba
detrás). Digo, salvo que hubiere otra prueba, se supone que la culpa la tiene el conductor del vehículo que iba
detrás, porque así suelen ocurrir normalmente las cosas. Del mismo modo hay presunciones acerca de la
responsabilidad teniendo en cuenta el lugar en que resultaron dañados los vehículos y en general se presume
la culpa del que manejaba el auto dañado en la parte frontal. También hay presunciones en contra del que
carece de registro, del que tiene un automóvil en malas condiciones de seguridad, etc. etc. Todas estas son
reglas que se han ido elaborando sobre la base de la experiencia de los fallos judiciales. Lo mismo ocurre con
los daños que deben ser indemnizados. El código civil sólo establece que deben repararse todos los daños y
menciona el daño emergente (o sea el que se produjo), el lucro cesante (o sea lo que se privó de ganar),
aunque no con estas palabras (que ya son creación de la doctrina y jurisprudencia) y el daño "moral". Y se
entiende que la indemnización debe ser "plena" en este sentido. Pero después la jurisprudencia, en los casos
concretos, ha ido precisando cuales son estos daños que deben ser indemnizados en cada caso. Tenemos así
que en las demandas civiles nos encontramos con reclamos por rubros tales como "pérdida de chance
matrimonial", "daño estético", "pérdida de chance laboral", "daño psicológico" (diferente del daño moral),
"gastos sin comprobantes", etc. etc., todos conceptos que han ido elaborándose sobre todo en la jurisprudencia
de responsabilidad civil, que es copiosa. Por eso, no obstante haber muy pocas normas legisladas, y ser de
creación jurisprudencial y doctrinaria, el derecho de la responsabilidad civil constituye igualmente un área
jurídica con normas, coherente, sistemática. No es un caos de decisiones arbitrarias y en general no tiene más
problemas que los que tienen otros ámbitos del derecho profusamente legislados.

Del mismo modo, en el common law, prácticamente todo el derecho civil está ordenado y
sistematizado mediante la acumulación, diríamos la "sedimentación", de casos jurisprudenciales. Se toman las
reglas aplicadas en casos individuales, en casos similares, análogos, que ya pasaron, y se busca el criterio
general que hizo que el caso se resolviera de ese modo. Supongamos que alguien vende su casa pero que no la
hubiera vendido de saber que el comprador la iba a destinar a poner un local para una actividad que es
contraria a su moral o a su religión. Por ejemplo, un hotel por horas. Supongamos que el vendedor había
preguntado para qué quería comprar la casa y el comprador, conociendo esas prevenciones ocultó el negocio
que iba a instalar. Una vez realizada la operación, el vendedor se entera de la verdadera actividad a que estaba
destinado el inmueble y entonces reclama la nulidad de la venta porque, dice, el comprador actuó de mala fe.
"Si hubiera dicho la verdad", dice el vendedor, "yo no le hubiera vendido la casa". Sigamos en la hipótesis y
entonces resulta que los tribunales anulan esa compraventa. Así que ese contrato especial queda anulado por
una decisión judicial. Tiempo después ocurre un caso parecido. Pero ahora, sigamos con las suposiciones, ya
no es una compraventa sino un alquiler. Y el inquilino puso un comercio que le hace la competencia a otro de
igual rubro que en esa misma cuadra tenía el dueño del local. Este no hubiera alquilado el inmueble para ese
destino y resulta que preguntó y el inquilino, o locatario, no le dijo que era para eso. En este segundo caso el
dueño también hace juicio reclamando la nulidad del contrato y cita la jurisprudencia anterior, en donde se
anuló la compraventa. Pero resulta que ahora no hay una compraventa ni existen los motivos morales o
religiosos que había en el caso anterior, y entonces el demandado se defiende diciendo precisamente eso, que
el caso no es análogo y que, por el contrario, el destino comercial del local beneficia al barrio porque la
competencia entre los dos comercios iguales hace bajar los precios. ¿Son similares los dos casos? Esa es la
primera tarea de la jurisprudencia, encontrar si pese a las diferencias entre las dos situaciones, hay una
similitud que permita decir que deben tener ambas la misma solución. En este caso, el juez que falla en el
segundo juicio encuentra que la similitud no está dada por el contrato (en un caso era compraventa y en el
otro locación), ni por el destino del local, ni por la personalidad o creencia de las partes, ni, por supuesto, por
el barrio, sino que está dada porque en las dos situaciones se realizó un contrato sobre un inmueble, que no
hubiera ocurrido si una de las partes no hubiera ocultado a sabiendas qué iba a hacer con el local. Lo que hay
de similar es que una parte actuó de mala fe y ocultó información que para la otra parte era esencial para
decidir si se realizaba o no el contrato. Lo primero que se hace en esta creación jurisprudencial, es pensar el
caso sin los detalles que resultan irrelevantes. No importa quienes han sido las partes, no importa el lugar, ni
siquiera parece importar que los contratos sean diferentes. Por supuesto, tampoco importan el color de los
locales, la edad o el sexo o las preferencias sexuales de los contratantes, si la calle era asfaltada o no, etc. etc.,
siempre, en todo caso, hay una infinitud de detalles que no tienen ninguna importancia a la hora de resolver el
conflicto que se plantea. Lo que se toma en consideración es que un contratante actuó de mala fe ocultando un
dato esencial para el otro. "Esencial" en este caso significa que si hubiera conocido esa información el
contrato no se hubiera realizado. Entonces se puede generalizar una norma de buena fe. Una parte no puede
ocultar información que resulta fundamental para que la otra parte tome la decisión de realizar el contrato.
Aquí tenemos una norma general. Este principio no aparece en el primer fallo, este principio se deduce una
vez que le quitamos al caso los detalles intrascendentes. Lo explica la doctrina que comenta el fallo. Se
enseña en las escuelas de derecho cuál es el principio que hay detrás del fallo, pero no necesariamente tiene
que decir la sentencia explícitamente: "aplicando el principio de buena fe... etc. etc. etc.". Lo que aquí se está
diciendo es que la buena fe entre contratantes es un elemento fundamental a tener en cuenta. Pero tampoco es
cuestión de generalizar demasiado. Cueto Rúa dice que "la tendencia de los juristas, en el Common Law, es la
de limitar en lo posible la generalidad de las categoría, para circunscribir el alcance de los precedentes a casos
cuya similitud se encuentre descripta de manera más bien específica". Supongamos que ahora un vendedor
reclama la nulidad de la venta de una casa porque dice "el comprador no me dijo que la iba a pintar de
amarillo y a mí el amarillo no me gusta". No parece que el gusto por los colores sea un interés que el derecho
vaya a proteger. El juez le podría decir, "mire, eso es poco serio". También es cierto que esos no son casos de
todos los días. Una vez que el contrato se hizo, para anularlo tiene que haber circunstancias importantes,
graves. En principio, dentro de lo que es lícito, el que tiene un local le da el destino comercial que quiere, sin
pedirle permiso al vendedor o al locador (el dueño), pero de todos modos éste puede demostrar que hubo un
engaño. Claro que si no lo prueba el contrato es válido. La cuestión de quién tiene lo que se llama "la carga de
la prueba", o sea, quien se perjudica cuando en el juicio no se prueba, es una de las cuestiones más
interesantes, e incluso cambiantes, del derecho procesal. Pero ahora estamos en teoría del derecho y nos
limitamos a ver la fuente jurisprudencia.
Vemos, con este ejemplo, cómo se extrae un principio general de una sentencia, un fallo, particular.
Ese principio general forma parte del derecho, se incorpora a través de la jurisprudencia. La diferencia
importante entre el derecho anglosajón, el common law, y el derecho legislado, es lo que se llama la regla del
"stare decisis" (son términos latinos), una regla que hace que estos principios extraídos de un fallo sean
obligatorios para los jueces que deciden posteriormente, o sea que, a diferencia de lo que ocurre en el sistema
romanista o continental, para decirlo en palabras más sencillas, en el sistema anglosajón la jurisprudencia es
obligatoria. Aquí, por ejemplo, la jurisprudencia en principio no es obligatoria, ni siquiera lo es para los
jueces de primera instancia. Acá en Roca hay una Cámara de Apelaciones en lo Civil y aunque esta cámara
tenga una jurisprudencia en determinado sentido los jueces de primera instancia podrían fallar de un modo
distinto. No suelen hacerlo porque no sería sensato, ya que después el juicio sería apelado por la parte
perdedora y seguramente la cámara revocaría esa sentencia, pero igualmente no están obligados a seguir la
jurisprudencia. En nuestro derecho, salvo casos especiales que vamos a ver más adelante, la jurisprudencia no
es obligatoria.

- ¿Además va cambiando la jurisprudencia con el tiempo?

Claro. Esta es precisamente la cuestión. ¿Cómo cambia la jurisprudencia, cómo se adapta a las
nuevas condiciones, cuando es obligatoria? Porque si es obligatoria ya queda fijada y debe seguirse. "Stare
decisis" es en realidad la abreviatura de "stare decisis et quieta non mover" que significa aceptar lo decidido
en el pasado y no alterar lo resuelto. ¿Cómo cambia entonces la jurisprudencia? En el derecho anglosajón,
igual que acá, también se producen cambios jurisprudenciales, pero en lugar de abandonarse abiertamente una
jurisprudencia que se considera caduca, o que no responde a la nueva realidad, al nuevo contexto o a los
nuevos valores de la sociedad, lo más común es que se vaya disminuyendo la generalidad de los principios
extraídos de los casos anteriores y los nuevos fallos digan que estos casos recientes no son análogos a
aquellos, que tienen circunstancias que los hacen diferentes de modo que la regla anterior no se les aplica
necesariamente. Como los casos nunca son iguales, siempre hay margen para ir modificando paulatinamente
una regla jurisprudencial que ya no se considera adecuada. O sea, van tomando distancia de la jurisprudencia
anterior. Acá en nuestro sistema se podría decir, por ejemplo: "Si bien la Cámara Civil de Cipolletti falló a
favor de la nulidad de una compraventa cuando el comprador ocultó el destino que le daría al inmueble...", la
Cámara Civil de Roca podría resolver que "no estamos de acuerdo con ese criterio porque...", por ejemplo,
porque esa postura le daría al vendedor un poder sobre el destino posterior del inmueble limitando
injustamente el derecho del comprador sobre su propiedad, o alguna otra argumentación similar. Estoy
haciendo un ejemplo hipotético, no es que haya sucedido, lo que quiero señalar es que en nuestro derecho,
como ocurre en los sistemas heredados de Europa continental, salvo casos excepcionales no hay obligación
formal de seguir la jurisprudencia anterior. No es eso lo que ocurre en el common law. Los cambios, en el
derecho anglosajón, se producen a través de la diferencia entre los casos nuevos y los anteriores. No dicen
"está esta jurisprudencia pero no estoy de acuerdo", sino más bien "está esta jurisprudencia pero este caso
tiene algunas diferencias y no puede resolverse del mismo modo", entonces se producen modificaciones en la
jurisprudencia. De todos modos los cambios jurisprudenciales son lentos. Si ustedes leen un libro de derecho
norteamericano, no es nada raro que citen jurisprudencia de más de 100 ó 200 años atrás. Cosa que nosotros
no hacemos. Salvo la jurisprudencia de la Corte en materia constitucional, los fallos de hace 30 ó 40 años nos
parecen de poca actualidad y pierden fuerza de convicción. Otra manera de cambiar que ocurre en el derecho
anglosajón es la legislación. Cuando las legislaturas consideran que está mal el sentido en que está orientada
la jurisprudencia, dictan una ley civil y establecen una norma general diferente. Muchos estados de Estados
Unidos han dictado leyes estableciendo límites monetarios a las indemnizaciones por mala praxis de los
médicos, seguramente por presiones de los colegios médicos, las clínicas o las aseguradoras. Estos límites
modifican la jurisprudencia civil en esas cuestiones, a partir de su sanción esas leyes tienen prioridad sobre la
jurisprudencia anterior. Acá también ocurre muchas veces, pero en el derecho anglosajón la legislación es
excepcional, la mayor parte del derecho civil no está legislada.

Otra forma de ver la diferencia, atendiendo al razonamiento jurídico, es que en el derecho


romanístico o continental la regla viene formulada en forma general a través de un texto legal y el papel de la
jurisprudencia es adaptarla a las circunstancias especiales de cada caso, precisarla, en cambio en el common
law es necesario "extraer" una regla general de sentencias dictadas para casos particulares. Es esa regla
general así abstraída la que tiene carácter obligatorio.

El problema que tenemos nosotros, en donde la jurisprudencia no es obligatoria, es cómo hacer para
que el sistema en la práctica no sea un caos en donde cada tribunal resuelve a su gusto. Es cierto que el texto
de la ley limita mucho la posibilidad de decisión de los jueces, pero de ningún modo es como se pensó en
otras épocas que el juez es un "autómata" que sigue la ley y no tiene margen de decisión. Ya vimos que la ley
suele tener una generalidad que hace que su aplicación a los casos concretos siempre sea una decisión
escogida entre varias posibles. Ahora bien, ¿cómo se logra cierta estabilidad de modo que no ocurra que los
criterios jurisprudenciales sean infinitos? ¿Porqué las reglas jurisprudenciales, por ejemplo, de accidentes de
tránsito, son similares en todo el país cuando nada impediría que los tribunales de cada provincia tuvieran sus
reglas diferentes? Hay casos en que efectivamente ocurre que una misma norma o una norma similar es
interpretada de un modo en una jurisdicción y de una manera distinta en otra. Es bastante común en
cuestiones de procedimiento. Si bien cada provincia puede dictar un código procesal, un código que rige los
procedimientos ante los tribunales, distinto a los de las demás, por diversos motivos históricos (sobre todo
porque durante las dictaduras militares se tendió a unificar la legislación), los códigos procesales civiles de
todas las provincias son bastante similares. Sin embargo, suele ocurrir que artículos que tienen igual redacción
sean interpretados de manera distinta en una provincia que en otra, por la jurisprudencia. No ocurre eso con
cuestiones que salgan en los diarios ni que ocupen a la gente en su vida cotidiana, pero para los abogados
tiene bastante importancia cómo se cuentan los plazos, a partir de qué momento, cuando vencen los términos
para presentar una impugnación, si las ferias judiciales se cuentan o no, cuándo se establece la caducidad de
un expediente, etc. Por ejemplo, cuándo se prescribe una acción judicial. Si ustedes tienen un accidente de
tránsito y quieren reclamar una indemnización judicialmente, tienen dos años para iniciar el juicio. Si no
presentan la demanda dentro de esos dos años pierden esa posibilidad. Hay algunos actos que hacen que este
término se suspenda o interrumpa. Se puede mandar una carta documento, se puede hacer algún otro tipo de
reclamo extrajudicial. Pero supongamos que los dos años vencieron un sábado, cuando los tribunales están
cerrados. ¿Se podría iniciar el juicio el lunes siguiente a primera hora? Para los plazos establecidos en el
código procesal esto sí es posible, dentro de las dos primeras horas hábiles siguientes, pero ocurre que la
prescripción no está regulada por el código procesal sino por el código civil, que no es legislación provincial
sino nacional. El que presentó la demanda el lunes dirá que lo hizo en término porque si bien el plazo venció
el sábado ese día no estaban habilitados los tribunales. El demandado le contestará que eso ya se sabía, que la
hubiera presentado el viernes, y que la ley dice que la acción prescribe (caduca) a los dos años, ni un día más.
Aunque esta es una situación que puede darse en todo el país, los tribunales de unas provincias pueden
adoptar una decisión aceptando la demanda y los de otras provincias pueden decidir de modo distinto, esto es,
diciendo que el término esta vencido aunque se produzca en un día inhábil. Si esto ocurre en la comparación
entre la jurisprudencia de distintas provincias, porqué no podría ocurrir lo mismo entre las distintas
circunscripciones judiciales de cada provincia, o incluso entre los distintos juzgados. Este es el problema que
encaran los mecanismos llamados de "unificación de jurisprudencia". En cierto modo está involucrada la
igualdad ante la ley, porque no parece razonable que a dos personas con los mismos problemas la justicia les
dé diferentes soluciones dependiendo de qué juez le tocó en suerte. Entonces, ¿cómo se hace para que haya
una jurisprudencia unificada?. Un mecanismo que impide la dispersión jurisprudencial es la propia
organización piramidal y jerárquica de nuestros sistemas judiciales. Acá en Roca, por ejemplo, la Cámara de
Apelaciones Civil resuelve las apelaciones que provienen de todos los juzgados de primera instancia de la
ciudad, de modo que espontáneamente los jueces de primera instancia adoptan sus decisiones siguiendo la
jurisprudencia de esta cámara. ¿Qué pasa si la Cámara Civil de Roca tiene un criterio y la Cámara Civil de
Cipolletti tiene otro? Hay un recurso ante el Superior Tribunal de la Provincia, el recurso de casación, en
donde el Superior Tribunal no revisa la prueba sino sólo los criterios legales. Las cámaras de apelaciones,
cuando analizan un expediente por apelación, pueden revisar tanto las pruebas como el derecho aplicable.
Pueden decir: "si bien el juez de primera instancia le otorgó mayor valor a la declaración de este testigo,
entendemos que se trata de una apreciación errada ya que dicho testigo se hallaba un poco alejado del lugar
del accidente y difícilmente haya podido ver bien lo que ocurrió", por ejemplo. Esa es una revisión de los
hechos, o sea, del modo en que el juez de primera instancia ha interpretado la prueba. Esto no puede hacerse
en el recurso de casación. En este tipo de recurso, al menos en cuestiones civiles, el tribunal de casación no
puede revisar cómo los jueces interpretaron la prueba. Digo "al menos en cuestiones civiles" porque en
materia penal actualmente hay modificaciones importantes al respecto. Hace unos años hubiéramos dicho lo
mismo, pero ahora no es así, el contenido del recurso de casación penal ha cambiado mucho no por
modificación legislativa sino por jurisprudencia de la Corte Suprema, en un caso, "Casal", que aplica los
tratados de derechos humanos. Pero en las cuestiones civiles, en el recurso de casación sólo pueden discutirse
los aspectos llamados "de derecho", esto es, de interpretación de la ley, que se distinguen de los aspectos "de
hecho", o sea de interpretación de la prueba o de los hechos del caso. Al decidir sobre las cuestiones de
derecho, sobre la interpretación legal, el tribunal de casación unifica la jurisprudencia, establece cómo se
interpreta determinada norma. Y como es un tribunal de mayor jerarquía, esta interpretación es seguida por
las cámaras de apelaciones y desde luego por los jueces de primera instancia. A veces, incluso, la propia ley
procesal dice que esta interpretación es obligatoria. Eso es lo que ocurre en Río Negro, por ejemplo, cuando el
Superior Tribunal de Justicia declara la "doctrina legal", o sea la interpretación obligatoria de la ley. En
Neuquén no está establecido el carácter obligatorio de la jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia y si
bien los criterios de este tribunal son seguidos regularmente por los jueces inferiores, éstos podrían apartarse,
sobre todo dando motivos fundados, sin que ello implique que están violando sus deberes. Pero en Río Negro
sí, un juez está obligado a fallar de acuerdo a la doctrina legal del Superior Tribunal. Si un juez se aparta de
esa jurisprudencia está violando sus deberes como juez. De modo que uno de los mecanismos legales de
unificación de jurisprudencia es establecer su carácter obligatorio. Esto pasa de algún modo también con la
jurisprudencia de la Corte Suprema. No hay en la Constitución ni en ninguna ley una norma expresa que diga
que la jurisprudencia de la Corte es obligatoria, sin embargo la misma Corte Suprema ha dicho que los jueces
de los tribunales nacionales y provinciales no pueden apartarse de la interpretación de la Constitución que ha
hecho la Corte Suprema "sin dar razones valederas para ello". No es que esta jurisprudencia se tiene que
seguir en todos los casos, pero los jueces no pueden decir "no estoy de acuerdo" y decidir otra cosa, tienen
que dar razones valederas para apartarse de esa jurisprudencia. Podrían decir que los criterios
jurisprudenciales fueron fijados hace muchos años, que determinadas circunstancias han cambiado y
requieren una nueva interpretación constitucional, etc. pero tienen que explicar, dando buenos motivos,
porqué se apartan de la jurisprudencia de la Corte. Otra de las formas de jurisprudencia obligatoria que
ustedes van a encontrar en los libros es lo que se llaman los "fallos plenarios" de la Capital Federal. Vimos
que las cámaras de apelaciones de acá están constituidas por tres jueces, pero en la Ciudad de Buenos Aires,
las cámaras nacionales de apelaciones tienen 18, 21, 27, muchos jueces. La cámara es el conjunto de todos
esos jueces, pero normalmente resuelven en "salas" integradas por tres jueces. Estas salas son las que
resuelven en las apelaciones. Cuando una sala tiene un criterio y otra sala tiene un criterio diferente, se reúnen
todos los jueces de la cámara y adoptan un criterio único que es obligatorio para todas las salas de esa cámara
y para todos los jueces de primera instancia que dependen de ella.

Con esto ya estamos terminando respecto a la unificación de jurisprudencia. Vimos que el principal
mecanismo de unificación es en realidad la propia organización del Poder Judicial, jerarquizada, piramidal.
De este modo se asegura que los tribunales de los grados inferiores sigan la jurisprudencia del tribunal que
está en la cúspide de la organización. Es necesario decir también, que antes de ello, la propia educación legal,
la doctrina, los mecanismos de información jurídica o sea las publicaciones jurídicas, tienen un papel muy
importante en la producción de esta unificación, ya que aseguran que en todo el país se establezcan criterios
homogéneos de decisión jurídica, un lenguaje, un modo de pensar similar, y unas reglas de argumentación
admitidas como válidas. Sin embargo, cuando se considera que todos estos mecanismos, institucionales o
sociales, no son suficientes para asegurar que la ley se aplique de un modo uniforme, se establecen normas
que obligan a los jueces a seguir determinada jurisprudencia, aún dando la posibilidad de que dejen a salvo su
opinión en contrario. Estas regulaciones de "jurisprudencia obligatoria" son, sin embargo, excepcionales en
nuestro sistema.

................................................................................................................................................................................

Das könnte Ihnen auch gefallen