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Asociación Oeste de Chiapas

© Derechos Reservados 2014, Lemuel Olán Jiménez

1ra edición: Noviembre 2014


(Publicado anteriormente bajo el título
“Cómo ser hallado fiel”)

Distribuido en México por:


Iglesia Adventista del Séptimo Día,
Asociación Oeste de Chiapas,
Departamento de Mayordomía,
Calle Barbasco #37 Col, Juan Crispin Norte,
Tuxtla Gutierrez, Chiapas, México.
Tel: (961) 146 4671
www.adventistasoestedechiapas.org
info@adventistasoestedechiapas.org

Diseño y Diagramación:
Alejandro Solis.

Prohibida y penada por la ley la reproducción total o parcial


de esta obra (texto, imágenes, diagramación) su tratamiento
informático y su transmisión ya sea electrónica, mecánica,
por fotocopia o cualquier otro medio, sin permiso previo y por
escrito de los editores.
Cómo leer este libro
- Es parte de una certificación, por lo tanto, debe leerse en su tota-
lidad. Toda la información tiene su lugar.
- Lo anterior incluye también la carta del presidente, y el prefacio.
- A veces será necesario leer también las notas que aparecen al pie
de página.
- Para mayor aprovechamiento se debe llenar la guía de estudio.
- Para no hacer doble trabajo, se recomienda llenar los cuestiona-
rios a medida que se avanza en la lectura.
- Siendo que los temas están escritos de manera ascendente, se su-
giere leer día tras día comenzando con la carta del presidente, tal
como se ha mencionado.

Por qué se escribió este libro

- Se conoce muy poco acerca del correcto significado de las pala-


bras “voluntario”, “obligatorio” y “voluntarismo”, aplicado a los
diezmos y las ofrendas, y es necesario instruir a la iglesia al res-
pecto.
- Si bien en los diezmos somos una iglesia bien definida a nivel
mundial, en el asunto de las ofrendas se reconoce que muchos
ofrendan por imitación, pero el ejemplo que han estado copian-
do no es de ofrendas bíblicas, estrictamente hablando, sino de
ofrendas de fabricación personal.
- Las nuevas generaciones de adventistas corren el riesgo de per-
petuar un sistema de ofrendar que, por su deficiencia, dificulta la
misión de la iglesia local.
 La iglesia local opera con ofrendas y en
esto la iglesia también necesita ser fuerte de acuerdo al principio
bíblico y al consejo del Espíritu de Profecía.
- Los miembros en general necesitan conocer aún más los princi-
pios involucrados en una correcta mayordomía de los diezmos y
las ofrendas, y especialmente los que fueron bautizados sin reci-
bir un estudio sobre mayordomía financiera de manera formal;
esto último incluye a los que nacieron en la iglesia pero no reci-
bieron un estudio bíblico de esta naturaleza.

Pág. 3
Dar como Dios manda

MENSAJE DE LA

Administración
Oeste de Chiapas

“Reavivamiento y Reforma” es un estilo de vida que encamina a cada cre-


yente a convertir su vida en un santuario; Dios nos está llamando como iglesia
y como individuos a reavivar nuestra vida espiritual, ¿lo hará esta iglesia?, ¿lo
harás tú?
Con mucho aprecio colocamos en las manos de Dios cada una de las ideas
y palabras que aparecen en las próximas páginas. Deseamos con fervor que el
Señor bendiga ricamente a cada uno de nuestros hermanos al estudiar este
libro, deseando que a través de su lectura descubra el propósito que Dios tiene
para su vida.
Hermanos: La intención de Dios, a través de la mayordomía, es darle
sentido a nuestra existencia. Mediante una fiel mayordomía nos proyectamos
hacia la eternidad. Una mayordomía exitosa es vivir en una permanente bús-
queda de los elementos de la plena felicidad y luego encaminar nuestras vidas
en esa dirección. Dios nos ha creado con la capacidad para hacer felices a los
demás y cuando nuestra vida toma ese derrotero adquiere un sentido más ple-
no. De esa forma colocaremos la eternidad en nuestro corazón así como en los
de aquellos que nos rodean.
Para seguir enriqueciendo el Reavivamiento y la Reforma que ha comen-
zado en el corazón de cada uno de nosotros, le hemos pedido al Pastor Lemuel
Olán Jiménez que comparta con nosotros el programa “Fui Hallado Fiel”, el
cual será presentado en todas nuestras Iglesias de la Asociación Oeste de Chia-
pas.
Es un verdadero gozo descubrir que hemos sido creados y formados con
habilidades y talentos, con potencial que puede generar una eterna felicidad en
nuestra vida, esto debe ser motivo para una permanente gratitud hacia Dios.
Como administradores estaremos orando, para que al ir estudiando las
páginas de este libro seamos transformados por el poder del Espíritu Santo y
que nos convirtamos en vasos de honra para sus propósitos santos.
Con aprecio,

Pastor Samuel Castellanos D. Ptr. René Flores Bello C.P. Luis M. Velázquez
Pte. Asociación Oeste de Chiapas Srio. Asociación Oeste de Chiapas Tesorero Asociación Oeste de Chiapas

Pág. 4
Índice
Prefacio 6
1. La Importancia de las Ofrendas 9
2. Obligatorio, ¿Sinónimo de Negativo o de Bendición? 15
3. Los Derechos de Dios 21
4. Las Ofrendas Voluntarias, ¿También son Obligatorias? 27
5. Dar como Dios Manda 33
6. Ofrendas Voluntarias Falsificadas 40
7. Origen de los Problemas Financieros en las Iglesias Protestantes 46
8. Voluntarismo Antropológico en las Ofrendas 51
9. Ofrendas Contaminadas por un Significado Secular 57
10. Principios Destacados sobre las Ofrendas y los Diezmos 62
11. El Origen Maligno de la Desviación de Recursos 67
12. Porcentaje de Ofrendas según la Biblia 73
13. Un Principio que Requiere Fe 79
14. Aplicaciones Diversas del Término Voluntario 85
15. Una Ofrenda que Podría Malentenderse 91
16. El Pecado de Uza en Nuestros Días 96
17. El Pecado de Acán en Nuestros Días 103
18. ¿Debemos Devolver los Diezmos Atrasados? 108
19. La Tiranía de las Deudas 112
20. Cómo Salir de las Deudas 117
21. Dejado al Honor de los Hombres 122
Certificación de Requisitos 129

Pág. 5
Prefacio
Palabras importantes antes
de leer este libro

Antes de empezar a leer este libro quiero que reflexiones en lo siguiente:


¿Enseña este libro que podemos comprar la salvación, o alguna de las bendi-
ciones de Dios, en base a nuestra fidelidad en diezmos y ofrendas? ¡Absolu-
tamente no! Lo que deseo compartir contigo desde el principio es que “sólo
su justicia [la de Cristo] puede darnos derecho a una de las bendiciones del
pacto de la gracia”. Y se nos dice que “durante mucho tiempo hemos deseado
y procurado obtener esas bendiciones, pero no las hemos recibido porque
hemos fomentado la idea de que podríamos hacer algo para hacernos dignos
de ellas” (Fe y Obras, 35).
Según lo anterior, lo que impide que las bendiciones de Dios sean de-
rramadas sobre nosotros es justamente pensar que podemos comprarlas o
hacernos dignos de ellas con cualquier cosa que hacemos.
Ahora, ¿significa lo anterior que la obediencia no es importante? Por su-
puesto que es importante, pero hay que tener un concepto claro de cuál es
su lugar en esto. Si Dios bendijera la desobediencia entonces diríamos que la
obediencia no es importante. Pero aquí ese no es el caso. Dios bendice siem-
pre la obediencia pero la desobediencia tiene consecuencias graves (Véase
Deut. 28).
Sin embargo, quiero enfatizar que, “nuestras obras en sí mismas, y por
sí mismas, no tienen ningún mérito” (Mensajes Selectos, t. 3, 228); por tanto,
no podemos “comprar” con ellas algún derecho delante de Dios. Pero “en su
divina disposición, en virtud del favor inmerecido del Señor, él ha ordenado
que las buenas obras sean recompensadas” (Mensajes Selectos, t. 3, 227). Por

Pág. 6
tanto, es correcto decir que Dios bendice la obediencia sin que esto signifi-
que que podemos comprar algo de esas bendiciones al devolver los diezmos y
las ofrendas. Debemos dar por amor y por honradez a la causa de Dios, y no
por interés personal.
Así que, en resumen, la fidelidad en diezmos y ofrendas no nos ganan la
salvación ni las bendiciones de Dios, pero la obediencia al devolver los diez-
mos y las ofrendas revela, por otra parte, que el creyente ha aceptado el reino
de Dios en este aspecto de la mayordomía y que está ahora mismo bajo el
gobierno divino, ¿no es así? La desobediencia, por otra parte, revelaría que
rechazamos ese reino y que somos rebeldes a su gobierno.
Pues bien, para comprender mejor qué lugar le estamos dando al reino de
Dios en la mayordomía financiera, aquí se explican los conceptos “voluntario”,
“obligatorio” y “voluntarismo”, aplicado a los diezmos y las ofrendas. La idea
subyacente que se expresa en los siguientes días es que, o dejamos que Dios
gobierne absolutamente sobre nosotros en este aspecto de la mayordomía, o
estaremos arrebatándole a Dios su legítimo derecho de gobernar sobre noso-
tros.
Ahora, se comprende que la mayordomía no sólo abarca los diezmos y
las ofrendas sino también (y quiero recalcar esto), el tiempo, los talentos y el
cuerpo que es el templo del Espíritu Santo, pero quiero hacer patente que la
iglesia ya se ocupa de eso y bajo diferentes departamentos. Tales asuntos no
serán tratados en este libro.
Quiera Dios que al reflexionar en el tema propuesto en las siguientes pá-
ginas, el amor de Dios y la gracia de Cristo impulsen nuestros corazones a
darle el primer lugar al Señor en todo, recordando que dijo: “Si me amáis,
guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea ha-
llado fiel” (1 Cor. 4:2). “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y
reverencia” (Hebreos 12:28).
Bienvenido (a) al programa de enriquecimiento espiritual: “FUI HALLA-
DO FIEL”.

Pág. 7
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL PREFACIO

INSTRUCCIONES: Según sea el caso, favor de re-


llenar los espacios en blanco consultando el texto del
día leido o dando una respuesta personal conforme
a lo estudiado. Si la pregunta es de Falso y Verdade-
ro encerrar en un círculo la respuesta correcta. En los
casos de preguntas con respuestas múltiples favor de
encerrar en círculo la opción correcta. Esto aplica a los
cuestionarios de todos los días.

1. El Prefacio dice que no se pueden comprar las bendiciones ni la


salvación.

a) Falso
b) Verdadero

2. Según el Prefacio, Dios bendice la obediencia.

a) Falso
b) Verdadero

3. Según el Prefacio la obediencia al devolver los diezmos y las ofren-


das revela que el creyente ha aceptado el reino de Dios y que está ahora
mismo bajo el gobierno divino.
a) Falso
b) Verdadero

Pág. 8
Día 1
La importancia de las ofrendas

¿ En que se parecían Caín, Acán, Saúl, Nadab y Abiú, Ofni y Fin-


nes, y Ananías y Safira? ¿Qué tuvieron en común? ¡Que todos
ellos sufrieron el juicio de Dios por asuntos relacionados con las
ofrendas! ¿Pensaste en esto alguna vez?
Caín y su ofrenda fueron rechazados.1 Acán pereció con todo lo
que tenía.2 Saúl perdió su reino.3 Nadab y Abiú murieron quemados.4
Ofni y Finnes perecieron en batalla.5 Ananías y Safira, murieron ins-
tantáneamente.6 En resumen, todos tuvieron resultados adversos.
Pensaban ganar y terminaron perdiendo. Ahora, ¿notaste algo? La
mayoría de ellos dieron ofrendas a Dios, pero se equivocaron en la
manera de hacerlo.
Pero, ¿qué tienen las ofrendas que hace que Dios sea tan estricto
con los que se atreven a ir en contra de los principios que él ha estable-
cido? ¿Por qué nos advierte con hechos tan solemnes de los peligros
que conlleva tratar las ofrendas de manera descuidada?
Descubrimos también que Caín fue el primer hijo de la raza hu-
mana. Nadab y Abiú, los primeros sacerdotes en el tabernáculo del de-

1 Génesis 4:5; Se sugiere leer el libro Patriarcas y profetas para profundizar en los moti-
vos que llevaron a estos personajes a hacer lo que hicieron con las ofrendas. El motivo
es lo que hace grave el pecado que ellos cometieron.
2 Josué 7:24-25
3 1 Samuel 13:13-14
4 Levítico 10:1-2
5 1 Samuel 2:12-17; 4:10-11
6 Hechos 5:5-10
Pág. 9
Dar como Dios manda

sierto. En el caso de Acán, la primer conquista en la Tierra Prometida.


Saúl, el primer rey de Israel. Ananías y Safira, de los primeros creyentes
de la iglesia primitiva. Según esto, en diferentes etapas de la historia
Dios mostró que las ofrendas debían ser respetadas; lo cual sugiere
que como adoradores haremos bien solo cuando también le demos a
las ofrendas la sagrada importancia que tienen.
Hoy día no se discute la importancia del diezmo y su obligato-
riedad entre nosotros. La Biblia menciona que Dios se pronuncia en
contra de los que son infieles en los diezmos. Pero, ¿se piensa así de
las ofrendas? No. Algunos creen que se puede dar la cantidad que sea,
como sea, cuando sea y en el lugar que se quiera. A semejanza de Ofni y
Finnes, creen que pueden hacer con las ofrendas lo que quieran.7
Pero ¿qué más ha contribuido a eso? Lo siguiente: algunos han
interpretado la frase, “cada uno dé como propuso en su corazón” como
“cada uno dé como le parezca mejor”, cuando todo lo que Pablo está
diciendo aquí es que los corintios debían cumplir una promesa que ha-
bían hecho.8 Habían prometido algo y había que cumplirlo.
¿Hace falta que la iglesia sea instruida? Sin duda. Y se dice que tan-
to los pastores que no enseñan a la iglesia sobre los principios correc-
tos de la mayordomía, como los miembros de iglesia que descuidan su
deber, “son puestos bajo condenación”.9 En el caso de tales obreros se
dice que “están en peligro” y “deberían ser relevados de su responsabili-
dad y habría que poner a prueba a otros hombres”.10 Como podemos
ver, la mayordomía financiera es un asunto bastante serio.
Así que, un pastor que presenta estos temas ante la iglesia debie-
ra ser valorado porque está cumpliendo su deber con reponsabilidad.
Está siguiendo el consejo inspirado, por amor a Cristo y a su iglesia.
Ahora, el hecho de que no seamos castigados como Ananías y Sa-
fira si somos infieles, no significa que esto escape al juicio de Dios.
La sierva del Señor declara que el castigo que ellos recibieron “no fue
dado como señal de peligro solamente para la iglesia primitiva, sino
para todas las generaciones futuras”.11

7 1 Samuel 2:12-17
8 Compara 2 Corintios 9:7 con 2 Corintios 9:5. “Como propuso” tiene que ver con una
promesa hecha.
9 Consejos sobre mayordomía cristiana, 92.
10 Consejos sobre mayordomía cristiana, 111.
11 Los hechos de los apóstoles, 61. “Aunque no hayan ahora indicios visibles del desagrado
Pág. 10
Día 1 La Importancia de las Ofrendas

Hacer dinero es un asunto de adoración espiritual



Pero dirás tú: ¿Por qué tanto énfasis en el dinero? ¿Mayordomía es
solo dinero? No. El dinero en mayordomía es más que solo dinero. De
hecho, toda persona que percibe un salario y no devuelve los diezmos y
las ofrendas a Dios como la Biblia lo establece, no solo le está negando
su tesoro a Dios sino también su tiempo, sus talentos y su cuerpo.
Reflexionemos en esto: cada vez que una persona gana dinero lo
hace invirtiendo tres cosas en el lugar de trabajo: Tiempo, Talentos y
Templo. Es decir, no se puede ganar dinero a menos que comprome-
tamos nuestro ser en esos términos. Así que, insisto: ¿quién gana dine-
ro sin usar esas tres cosas en el lugar de trabajo? Por tanto, el dinero en
mayordomía es más que solo dinero.
Siendo entonces que el dinero ganado representa una parte im-
portante de nuestra vida, como lo he señalado, reflexionemos en esto:
A Dios le interesa tanto nuestra vida que también le interesa nuestro
dinero, especialmente porque éste tiene relación con nuestra vida espi-
ritual.12
Pero, ¿por qué la vida espiritual? Porque cuando una persona hace
dinero ¡de alguna manera ya está adorando! Si una persona no tiene
en cuenta a Dios cuando hace dinero, dijo Jesús, está en idolatría sir-
viendo a Mammón.13 Elena de White declara que “muchas personas
compran ídolos con el dinero que debería ir a la casa de Dios”.14 Así
que, debido a que a Dios le interesa nuestra vida, y también nuestra
adoración, por consiguiente le interesa ver dónde está nuestro dinero,
porque allí está también nuestro corazón.

¿Dónde comienza la adoración?

Ahora, es interesante notar que la adoración, tanto en el Antiguo


como en el Nuevo Testamento comienza con las ofrendas. Lo vemos en

de Dios… el transgresor será castigado con toda seguridad en el día del juicio”. Testi-
monios para la iglesia, Tomo 4., 460,461.
12 Para un estudio más detallado de este concepto te sugiero que leas el capítulo: “El plan
de Dios todo incluido”, de Derek Prince, El plan de Dios para su dinero (Charlotte, NC:
Whitaker House, 2008), 9-15.
13 Mateo 6:24; Efesios 5:5 dice que la avaricia, o sea el amor al dinero, es idolatría.
14 Consejos sobre mayordomía cristiana, 303
Pág. 11
Dar como Dios manda

el caso de Caín y Abel y en los sabios del Oriente que trajeron su ofren-
da a Jesús.15 El diezmo, como lo presenta la Biblia, es un asunto de
honestidad; pero las ofrendas no solo tienen que ver con la honestidad
sino también con la adoración.
Pero llama la atención que es precisamente en las ofrendas donde
se ve el mayor descuido por los adoradores en la actualidad. ¿Cómo se
explica que el 100% de la hermandad de una iglesia que da fielmente
los diezmos dé solo un 10 o un 20% de ofrendas con relación al diez-
mo? O, ¿qué justificación hay para que una persona sea 100% fiel en
los diezmos pero 100% infiel en las ofrendas?
Y aquí cabe la pregunta: ¿no será que algunos estamos tratando
a Dios como si fuera el mesero, el lava parabrisas, el que nos ayuda
con los víveres en el supermercado o el que nos lleva las maletas en
el hotel? ¿Que en vez de darle ofrendas a Dios le estemos dando solo
propinas y que si no disponemos de monedas no le damos nada?
Ahora, ¿cómo se explica que haya iglesias que no tengan para pa-
gar la luz, el agua y para cubrir las necesidades más básicas de los de-
partamentos de las iglesias? Este libro intenta dar una explicación.

Nuestra motivación para dar generosamente

Pero, ¿no habrá algo que nos impulse a dar generosamente sin que
nos duela y no pensando en la bendición que pudiéramos recibir? Sí,
pensemos en Jesús. Él, “por amor a [nosotros] se hizo pobre, siendo
rico, para que [nosotros] con su pobreza fuésemos enriquecidos” (2
Cor. 8:9). Reflexionemos, entonces, en el significado de tal pobreza y
tal riqueza para nosotros.
Que el Comandante de las huestes angélicas, el Rey de reyes y Se-
ñor de señores, el único soberano dejara el cielo para venir a la Tierra
debe llenarnos de asombro. Para tener una idea de lo que puede sig-
nificar esto debes saber que Elena de White, cuando era arrebatada en
visión, decía: “¡Gloria, gloria, gloria!” Pero cuando terminaba la visión,
decía: “¡Oscuro, oscuro, oscuro!”16 Sí, tratándose del cielo y de la tierra,
uno era gloria y el otro oscuro, y a este mundo tenebroso vino Jesús.

15 Génesis 4:3-5; Mateo 2:11


16 Citado en Herbert Douglas, Mensajera del Señor (FL, Buenos Aires, Asociación Casa
Editora Sudamericana, 2000), 137.
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Día 1 La Importancia de las Ofrendas

Pero su pobreza no terminaba allí, en hacerse hombre. Tomó nues-


tra naturaleza debilitada por cuatro mil años de pecado, renunciando
a la gloria, luz, y alabanza celestial. Con todo eso, bueno hubiera sido
que naciera en un palacio, pero nació donde nacen los corderos, en un
establo. Pero eso no importara mucho si Jesús hubiera sido rico. Pero
la Biblia dice que tomó la forma de un esclavo, de un siervo (Filipenses
2:7).
Ahora, decimos comúnmente que si somos pobres pero tenemos
a Dios, somos ricos, ¿no es así? Pero Jesús, allí en la cruz, tuvo que
experimentar la pobreza extrema más terrible para poder salvarte: la
de verse separado de su Padre. Y con una angustia que rompió su co-
razón, exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
(Mateo 27:46).
Pero quizá lo más asombroso de su sacrificio y su pobreza extre-
ma es que Jesús no estaba obligado a hacerlo. Ni él ni su Padre tenían
culpa como para decir, “es bueno que seamos condescendientes con el
hombre por haberlo hecho defectuoso”. Cuando Dios hizo al hombre
lo hizo perfecto. Y la ley que le dio al hombre para guardar también era
perfecta. Como prueba de ello, Cristo, viniendo como hombre guardó
la ley de manera perfecta demostrando así que el hombre y la ley eran
perfectos. El único culpable en el fracaso del hombre era el hombre
mismo. Por tanto, Dios no estaba obligado a salvar al hombre. Pero
nos salvó como si eso hubiera sido su obligación. ¡Así de grande fue
su amor¡
Sin embargo, esto no es todo. Es bueno recordar que no era sufi-
ciente que Jesús fuera perfecto, santo o justo para poder salvarnos. De
ser así, un ángel pudo habernos salvado. El sacrificio del más encum-
brado de ellos, del más santo y puro de corazón, no bastaba para pagar
el precio de la redención. ¿Qué bastaba entonces? Lo único en este
caso es que Dios mismo realizara el sacrificio, que Dios mismo pagara
el precio. Por tanto, Dios, en la persona de Jesús, murió por ti, querido
lector. “Y despojándose a sí mismo” vino y dio su vida por ti.
Quiera Dios que, al leer Dar como Dios manda, el lector sea inspi-
rado a darle a Dios lo mejor de lo mejor, de la manera establecida por
Él.

¡La bendición está en camino!

Pág. 13
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 1

1. ¿En que se parecían Caín, Acán, Saúl, Nadab y Abiú, Ofni y Finnes,
y Ananías y Safira?

a) En que siempre pusieron a Dios en primer lugar


b) Sufrieron el juicio de Dios por asuntos relacionados con las ofrendas
c) Seguían las instrucciones de Dios al pie de la letra

2. ¿Qué ejemplo podrían estar siguiendo los que piensan que pueden
manejar las ofrendas o los diezmos bajo su propio criterio?

a) Priscila y Aquila
b) Ofni y finnes
c) Pedro y Juan

MI DECISIÓN
Prometo estudiar minuciosamente este
libro a fin de tener una mayor comprensión de
los principios involucrados en una sabia ma-
yordomía de las ofrendas.

Nombre y Firma

Nota importante: ¿Sabías que firmar un pacto con relación a los diezmos, las ofrendas
y las primicias es bíblico? Eso es lo que está registrado en Nehemías 9:38. Ahora, si lees
el capítulo 10 de Nehemías, vas a encontrar que este pacto consistió en lo siguiente:
1) Andarían en la ley de Dios. 2) No darían sus hijos a los extranjeros en casamiento.
3) No comprarían en sábado. 4) Serían fieles en traer los diezmos, las ofrendas, las
primicias, y una ofrenda anual. 5) Y no abandonarían la casa de Dios. Así que, con esto
en mente, no temas, pues, en los días que siguen, poner tu nombre entre aquellos que
tienen un compromiso de amor con Dios. ¡La bendición está en camino!
Pág. 14
Día 2
Obligatorio, ¿sinónimo de
negativo o de bendición?

S
i vas por una calle y el semáforo tiene luz verde para ti, ¿estás
obligado a mantener la velocidad y seguir de frente? ¿Es sensa-
to pararse abruptamente sabiendo que otros vienen acelerados
atrás de ti? Detenerte cuando la luz verde está justo enfrente de
ti, podría causarte un aparatoso accidente. El que viene atrás podría
chocar contigo por alcance y dañarte el cuello con el golpe, ¿no es así?
En este caso la obligación de seguir de frente es positiva para ti, ¿no es
cierto?
Y si alguien atraviesa la calle justo cuando tú vas acelerado tenien-
do luz verde, ¿está obligado el otro conductor a detenerse siendo que la
luz está en rojo para él? ¿Es voluntario para él detenerse? Si se detiene,
bien; y si no, ¿no hay problema? No. Para él no es opcional o voluntario
detenerse. Es obligatorio y eso es positivo tanto para él como para ti.
¿Verdad que sí?
Ahora, ver de modo negativo las contribuciones que se dan a la
iglesia en diezmos y ofrendas se debe a no entender el término “obliga-
torio”. Una vez que se entiende bien, la belleza de las ofrendas obligato-
rias en el sentido moral, empieza a brillar por sí misma.

Lo obligatorio se basa en la ley, los valores, el bien y la libertad

Para comenzar hay que decir que todo aquello que es obligatorio es
Pág. 15
Dar como Dios manda

obligatorio debido a la ley. Y no existe una ley que sea opcional a la que
se haya de obedecer si se quiere. ¡No! Tratándose de la ley de Dios, ésta
es una norma de carácter obligatorio: Una obligación moral me refiero.
Ahora, ¿es negativa la ley por ser obligatoria? No. La ley existe para
defender un valor. Es decir, para defender algo que es importante para
nosotros. Y eso que la ley defiende es importante porque redunda en
nuestro beneficio y protección. Es así de sencillo.
Notemos, pues, que detrás de un valor existe el bien. Hay un bene-
ficio. Comprender esto es muy importante para ver las obligaciones de
manera positiva. Tratándose de la ley de Dios, el apóstol Pablo declaró:
“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo,
justo y bueno”.1
Así que, para aquellos que pudieran estar pensando en las obliga-
ciones como algo negativo, como algo que no respeta el libre albedrío
del individuo, bueno es que recuerden que el bien al cual apunta la
obligación de la ley, especialmente la ley de Dios, siempre es liberador.
Si no fuera así, ¿sería una ley justa? No. Por eso, las leyes obligatorias
de Dios siempre conducen a la libertad.2 Pero pensemos también que
en presencia del mal, el bien no es opcional, ¡es obligatorio!
Así que, si la ley nos garantiza el bien, entonces las obligaciones son
la cosa más positiva del mundo. Es así como entendemos mejor la obli-
gatoriedad de los diezmos y las ofrendas: están destinados a bendecir
al mundo a través de la iglesia. Y la iglesia es bendecida a causa de eso.

¿Son obligatorios los impuestos?

Pues bien, algo que ayuda a entender de manera positiva el tema


de la obligatoriedad de los diezmos y las ofrendas es el asunto de los
impuestos. Veamos.
Jon Paulien, pregunta: “¿Cuántos impuestos pagaría el lector si el
hacerlo fuese voluntario?”3 La respuesta es: Posiblemente nada. Lo que
algunos no se han dado cuenta es que si no fuera por los impuestos
no habría desarrollo para beneficiar a los ciudadanos. Sin dinero no

1 Romanos 7:12
2 Santiago llama a la ley de Dios, “la perfecta ley, la de la libertad”. Y añade: “Así hablad,
y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” (Santiago
1:25 y 2:12). Véase también Salmo 119:45.
3 Jon Paulien, El Armagedón está a las puertas (Madrid: Editorial Safeliz, 2009), 222.
Pág. 16
Día 2 Obligatorio, ¿Sinónimo de Negativo o de Bendición?

habría obras públicas para el desarrollo de un país. Sin eso no habría


hospitales, escuelas, carreteras, fuentes de trabajo, etc. Al hacer obliga-
torios los impuestos es como si se nos quisiera bendecir por ley. ¿No es
cierto?
Ahora, ¿qué dice la Biblia acerca de pagar impuestos? ¿Son volun-
tarios u obligatorios? Pregunto esto por lo siguiente: si los impuestos
tienen que ver con un asunto secular, y la Biblia apoya eso, ¿cuál no
será la posición de la Biblia con relación a los diezmos y las ofrendas
los cuales tienen que ver con un asunto más importante que el de los
impuestos terrenales?
Si le preguntamos al gobierno si los impuestos son obligatorios,
nos dirán que esa pregunta ni se pregunta. Nos dirán que sí; y si no los
pagamos podemos tener fuertes multas e incluso terminar en la cárcel.
¿No es así? Así que, en lo que toca a los impuestos, estos son obligato-
rios.
Ahora, si analizas el capítulo 13 del libro de Romanos vas a darte
cuenta que el apóstol Pablo, por inspiración de Dios, dice que debemos
pagar impuestos “no solamente por razón del castigo, sino también por
causa de la consciencia”.4 ¿Por causa de la consciencia? Así es. Es como
si dijera que estaríamos robando si no pagamos impuestos. De hecho,
la Escritura lo presenta como una deuda que debemos pagar.
“Pagad a todos los que debéis: al que tributo, tributo; al que impues-
to, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra”.5 Y, ¿cuál es
la razón para que la Biblia apoye tal cosa? Es bien sencilla: “Pues por
esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que
atienden continuamente a esto mismo”.6 Dios los puso allí y es obligato-
rio sostenerlos financieramente.
El mismo Jesús, cuando fue confrontado con la pregunta de si ha-
bía que dar tributo, su respuesta sencilla fue: “Dad al César lo que es
del Cesar; y a Dios lo que es de Dios”.7 Y al decir esto, no justificó a los
que pensaban que por darle a Dios no debían darle al gobierno, ni a
aquellos que por darle al gobierno pudieran pensar que ya no le debían
dar a Dios.
Romanos 13:4 se refiere dos veces al servidor público como “ser-

4 Romanos 13:5.
5 Romanos 13:7.
6 Romanos 13:6.
7 Mateo 22:17-21
Pág. 17
Dar como Dios manda

vidor de Dios”. Y añade: “Quien se opone a la autoridad, a lo estable-


cido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí
mismos”.8 El apóstol Pedro también señala que los servidores públicos
deben ser considerados como “enviados por Dios”.9 Por supuesto, de-
bemos estar de acuerdo con las leyes humanas siempre y cuando no
interfieran con las leyes de Dios. ¿No es así?
Ante tal argumentación, uno se pregunta: si lo que tiene que ver
con un servicio secular es obligatorio bíblicamente hablando, ¿no es
igual de obligatorio lo que tiene que ver con los diezmos y ofrendas
que tienen relación con cosas de interés eterno?
“Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa
si segáremos de vosotros lo material?”10 “Si otros participan de este de-
recho sobre vosotros, ¿Cuánto más nosotros?”11 Pablo explica que dar
así es una obligación moral de los que reciben el alimento espiritual.12
Así que, lo que el apóstol sugiere aquí es que aquellos que se de-
dican totalmente al servicio espiritual de Dios en su iglesia merecen
mucho más, que los que rinden un servicio secular, que se les dé su
justa retribución por lo que hacen.
Es enseguida cuando aparecen sus famosas palabras: “¿No sabéis
que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que
los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Se-
ñor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”.13
Pablo usa aquí el ejemplo de una práctica del Antiguo Testamento
que todavía existía en su tiempo, para poner las bases de lo que debe
estar ocurriendo en el Nuevo Testamento. En este contexto, Elena de
White dice: “Nadie se atreverá a decir que no comprendió este asunto.
El plan de Dios concerniente a los diezmos y ofrendas está claramente
establecido en el tercer capítulo de Malaquías”.14
Y, ¿cómo debemos tener esto? ¿Por algo positivo?

8 Romanos 13:2
9 1 Pedro 2:14
10 1 Corintios 9:11
11 1 Corintios 9:12
12 Romanos 15:27. Consulta La Biblia de las Américas, la Nueva Versión Internacional ó
la Dios Habla Hoy.
13 1 Corintios 9:13-14
14 Consejos sobre mayordomía cristiana, 80.

Pág. 18
Día 2 Obligatorio, ¿Sinónimo de Negativo o de Bendición?

Requisito de la prosperidad

“Las contribuciones que se les exigían a los hebreos para fines reli-
giosos y de caridad representaban por lo menos la cuarta parte de su
renta o entradas… La fiel observancia de estos reglamentos era uno de
los requisitos que se les imponía para tener prosperidad”.15
¡Prosperidad impuesta! ¡Benditos por ley! Dios aseguró las bendi-
ciones de su pueblo ligándolas a su Ley eterna. No dejó la prosperidad
de su pueblo a la deriva. Y eso es bueno. Habiendo entendido que las
obligaciones están basadas en la ley, y que la ley siempre está para de-
fender un valor que conlleva siempre al bien común liberador, ¿no de-
bemos dar gracias a Dios por haber ligado nuestra prosperidad a su ley
eterna? Por supuesto, lo único “negativo” de una ley así es que cuando
no se respeta la ley, por ley tampoco hay bendición. Y eso era lo que
estaba pasando con el pueblo de Israel, tanto en tiempos de Malaquías
como en tiempos de Hageo, como veremos más adelante.

15 Patriarcas y profetas, 566.

Pág. 19
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 2

1. ¿Qué ejemplo usa el autor para ilustrar que lo obligatorio no es


negativo sino positivo?

a) Las leyes de tránsito


b) La ley de los impuestos
c) La ley de la gravedad

2. Indica las razones para pagar los diezmos y las ofrendas.

a) Lo espiritual está por encima de lo secular en importancia


b) Los ministros espirituales, según Pablo, lo merecen más
c) Dar es una obligación moral de los que reciben alimento espiritual
d) Todos los anteriores

3. ¿Por qué se les exigía a los hebreos la cuarta y hasta la tercera parte
de sus ingresos?

a) Dios quería llenarlos de preocupaciones


b) Era un requisito divino para que ellos tuvieran prosperidad

MI DECISIÓN
Acepto que Dios quiere la prosperidad en mi
vida y por esa razón me pide ser fiel al devolver
los diezmos y las ofrendas.

Nombre y Firma

Pág. 20
Día 3
Los derechos de Dios

A
parte de lo que vimos ayer, hay otras formas de ver con bue-
nos ojos el término obligatorio o mandatorio. En este caso,
la pregunta es: ¿Tiene derecho Dios de demandarnos los
diezmos y las ofrendas? ¿Y qué tipo de derecho es? Si Él
puede disponer libremente y nosotros no podemos hacer lo que sea
con los diezmos y las ofrendas, ¿a qué se debe?
Para comenzar, debo decirte que el hombre no posee ningún dere-
cho ante Dios con relación a lo que tiene, ¡aunque lo haya ganado con
el sudor de su frente! Déjame explicarte.
Cuando el hombre pecó, ¿qué crees tú que perdió el hombre ante
Dios? ¿El favor de Dios o sus derechos? ¿Tenía el hombre algún dere-
cho en su estado de inocencia? Elena de White hace una observación
muy interesante que comparto contigo: “Por rebelión y apostasía el
hombre perdió el favor de Dios; no sus derechos”.
¿Qué? ¿Que el hombre perdió el favor de Dios en el Edén? Así es.
¿Y por qué no perdió sus derechos? Sorpréndete con la respuesta: El
hombre no perdió sus derechos ¡porque no tenía ninguno! Fíjate bien
en esto. La sierva del Señor explica que el hombre no tenía ningún de-
recho “porque él no podía tener valor excepto el que le fuera conferido
por el amado Hijo de Dios”. Y nos advierte allí mismo, diciendo: “Este
punto debe ser entendido”.
Entonces, ¿qué fue lo que el hombre perdió aparte del favor de
Dios si no fue ningún derecho? Elena de White sigue diciendo: “El
hombre perdió esos privilegios que Dios en su misericordia le presen-

Pág. 21
Dar como Dios manda

tó como un don gratuito, un tesoro en depósito para ser usado en el


avance de su causa y su gloria, para beneficiar a los seres que él había
hecho”.
Observa bien esto: el hombre antes del pecado contaba con el favor
de Dios y ciertos privilegios. Una vez que pecó, ya no tenía ni el favor
de Dios, ni privilegios y mucho menos derechos. ¡El hombre merecía
morir! La condición del hombre era extremadamente desesperada.
“En el momento cuando la criatura de Dios rehusó obedecer las
leyes del reino de Dios, en ese momento se volvió desleal al gobierno
del Creador y se hizo enteramente indigna de todas las bendiciones
con que Él la había favorecido”. ¿Enteramente indigno de todas las
bendiciones con que se le había favorecido? ¿Qué derechos tenía el
hombre bajo estas condiciones? Te invito a analizar la cita.
Así que, cuando el hombre pecó, “entonces ya no tenía más derecho
a una bocanada de aire, a un rayo de sol o a una partícula de alimento”.1
Observa que aquí se está hablando de que el hombre ni siquiera tenía
opción a lo más elemental: Ni sol, ni aire, ni alimento. Diciéndolo en
palabras más sencillas, el hombre no merecía vivir. Si lo mereciera,
entonces sí se podría decir que tiene derechos.
Y se nos concientiza de eso, diciendo: “Y en cuanto el hombre
disfruta las bendiciones de Dios en la dádiva del sol y la dádiva del
alimento, debería inclinarse delante del Hacedor en agradecido reco-
nocimiento de que todas las cosas provienen de Él… “Cada don tiene el
sello de la cruz ”.2
Elena de White en otra cita es aún más explícita al decir que “a la
muerte de Cristo debemos aun esta vida terrenal. El pan que comemos
ha sido comprado por su cuerpo quebrantado. El agua que bebemos ha
sido comprada por su sangre derramada. Nadie, santo o pecador, come
su alimento diario sin ser nutrido por el cuerpo y la sangre de Cristo.
La cruz del calvario está estampada en cada pan. Está reflejada en cada

1 Todo lo que aparece entre comillas en los párrafos de arriba pertenece al libro Fe y
obras, 19.
2 Fe y obras, 20. Un autor explica que “la razón de que la gratitud es a menudo tan pasa-
jera es porque creemos que lo que tenemos o hemos conseguido es merecido —tene-
mos un sentimiento de derecho”. David J. Lieberman; Find out who’s normal and who’s
not [Descubre quién es normal y quién no], (New Jersey: Viter Press, 2010), 72. En
otras palabras, dejaremos de ser mal agradecidos y seremos más agradecidos cuando
reconozcamos que no merecemos nada y que todo lo que tenemos se lo debemos a
Dios y a Jesucristo.
Pág. 22
Día 3 Los Derechos de Dios

manantial”.3
Por eso se concluye diciendo: “Esto debe ser presentado delante
de la gente dondequiera que vamos: que nosotros no poseemos nada,
ni podemos ofrecer cosa alguna en valor, en obras, en fe, que no haya-
mos recibido primeramente de Dios y sobre lo cual Él puede en cual-
quier momento poner su mano y decir: ‘Esto es mío—dádivas y bendi-
ciones y dotes que yo te confié, no para enriquecerte, sino para que las
uses sabiamente en beneficio del mundo”.4
¿Notas el punto? Hablando de derechos de propiedad, ante Dios,
no tenemos ninguno. Excepto los privilegios que se nos confieren en la
persona maravillosa de Jesucristo quien gracias a él tenemos nueva-
mente el favor de Dios.5 Eso, por supuesto, quiere decir que no estamos
facultados para hacer lo que sea con los diezmos y las ofrendas, los
cuales pertenecen al Señor. De eso puedes estar seguro.
El Señor castigó el atrevimiento que tuvieron algunos de meter las
manos en las cosas sagradas en el Antiguo Testamento aunque tam-
bién eran salvados mediante Jesucristo. Evidentemente el don de Jesu-
cristo no toleró la infidelidad en diezmos o en ofrendas.
Esto quiere decir que Dios tiene sobre nosotros lo que suele lla-
marse: derecho positivo. Es decir, él puede aplicar sanciones si el hom-
bre no cumple con sus requerimientos. Por tal motivo, el hombre lo
único que tiene es lo que suele llamarse derecho negativo. Es decir, se
le da la libertad de decidir si hará o no hará ciertas cosas; pero debido
al derecho positivo que se tiene sobre él, habrán consecuencias por las
decisiones que tome: positivas o negativas según sean sus acciones.
Ahora, lo maravilloso de esto es que aunque no tenemos ningún
derecho sobre las cosas, Dios nos confiere el privilegio de decidir en
qué medida queremos ser bendecidos si confíamos en Él. Así que, por
esta razón, Dios se atreve a decir: “Probadme ahora en esto… si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendi-
ción hasta que sobreabunde”.6
Por favor, no pases esto por alto: las bendiciones de Dios van a so-

3 El Deseado de todas las gentes, 630.


4 Fe y obras, 21.
5 Cuando el hombre pecó, Dios no limitó el acceso del hombre solo al árbol de la vida
sino a todo el Edén, tal vez para enfatizar que nada de lo que había en el Edén perte-
necía al hombre. Este carecía de derechos.
6 Malaquías 3:10
Pág. 23
Dar como Dios manda

breabundar si somos fieles. Sin embargo, como mencioné en el Mensa-


je del Director de Mayordomía, esto no significa que podamos comprar
las bendiciones de Dios. Sencillamente, lo que debemos tener presente
es que Dios bendice abundantemente la obediencia. Pero, ¿dónde sur-
ge ese concepto de abundancia?

Si eres fiel, prepárate para la abundancia

El apóstol Pablo declaró que “el Dios vivo… nos da todas las cosas
en abundancia para que las disfrutemos”.7 Y está hablando en tiempo
presente continuo. No en el Antiguo Testamento sino en el Nuevo. Lo
cual tiene su base, por supuesto, en el Antiguo. Vamos a analizarlo.
Cuando Dios hizo al mundo e hizo provisión para las necesidades
del hombre, la Biblia dice que “vio Dios todo lo que había hecho, y he
aquí que era bueno en gran manera...”.8
¡Bueno en gran manera! ¿Qué significa esa expresión? Si obser-
vas bien, es bueno en abundancia, no en poquito. Cuando Dios hizo
provisión para las necesidades del hombre lo hizo en grande. Por eso
Pablo dice que Dios nos da todas las cosas en abundancia para que
las disfrutemos. Pero, ¿por qué algunos no disfrutan esas bendiciones
abundantes? Porque hay un requisito: “Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con
abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto”.9¿Notas cómo Dios in-
siste en la abundancia? Pero esa abundancia está ligada, como puedes
ver, al hecho de honrar a Dios con nuestros bienes y ofrendas.
Y no en cualquier tipo de ofrendas. Tienen que ser ofrendas de
calidad. Como dice Vicente Montaño, “lo que importa no es cuanto
damos sino cuanto recibe Dios”.10¿Cuánto recibe Dios? ¿No recibe Dios
todo lo que le damos? No. En las páginas que siguen te aguarda una
interesante sorpresa.
Montaño sigue diciendo: “¿Qué es lo que Dios recibe de nosotros,
bienes u honra? En realidad Él no puede recibir lo material, por tanto
eso elimina los bienes. Solo puede recibir lo espiritual, lo cual es la hon-
ra que le rendimos”.

7 Malaquías 3:10
8 Génesis 1:31
9 Proverbios 3:9-10
10 Vicente Montaño, No es cuestión de dinero (Miami, FL: Betania, 2002), 3.
Pág. 24
Día 3 Los Derechos de Dios

Y añade: “El sistema de valores que usamos para adquirir bienes


y servicios en nuestra vida diaria se llama dinero. Pero no es nuestro
dinero lo que Dios anhela… Sus ojos están en lo que Él puede recibir
de nosotros cuando damos. Lo que le podemos dar es honra, utili-
zando al dinero como vehículo. La única razón por la que Dios acepte
este medio material se debe a que es importante para nosotros y a que
lo necesitamos para subsistir. Usamos el dinero para honrar al Señor
debido al valor que le damos. Si no fuera valioso para nosotros, no
tendría valor para Dios y no lo podríamos usar para honrarlo”. 11
Ante estas declaraciones, ¿se puede decir que estamos honrando a
Dios con lo que le damos? La palabra voluntario que usa la Biblia siem-
pre aparece conectada al concepto de abundancia12 y generosidad.13Así
que, ¿tendemos a dar en abundancia como Él lo enseña?
Ahora, la razón que nos da Ezequiel para ser fieles, también en las
ofrendas, es: “Para que repose la bendición en vuestras casas”.14 Pero,
¿por qué algunos hogares parecen no contar con la bendición de Dios
mientras otros están dando testimonio de sus bendiciones?15
¿No te he contado de una mujer que pudo educar a sus hijos en la
universidad a pesar de ser una mujer pobre y dando a la iglesia 39.28%
del total de sus ingresos? ¿Cómo podía hacerlo? Un día yo también
tuve qué preguntarme: ¿por qué Dios se manifiesta en otros? ¿Por qué
otros tienen historias maravillosas de la manifestación divina? Y dije:
“Basta, ¡voy a probar los milagros de Dios! ¿No puede el Señor hacer lo
mismo conmigo?”
Quiero decirte que si este servidor no hubiera experimentado esa
misma bendición no hubiera escrito estas páginas. Mi humilde conse-
jo para ti, es: Prueba a Dios y verás su gloria. Ten presente que mayor-
domía es: abrir las puertas a los milagros de Dios.
Quiera Dios que cada uno de nosotros dé ofrendas que sean va-
liosas para nosotros mismos, porque eso es lo que Dios espera de cada
uno de sus hijos que lo aman con todo su corazón.

11 Vicente Montaño, No es cuestión de dinero, 3-4.


12 Deuteronomio 16:10; véase también 1 Crónicas 29:16-18.
13 Éxodo 35:5; véase también Éxodo 36:5-7.
14 Ezequiel 44:30
15 Un adorador podría jactarse de estar recibiendo bendiciones a pesar de ser infiel sin
percatarse que Dios lo está probando más aumentando sus bendiciones. Véase Tes-
timonios para la iglesia, Tomo 3, 429. Se demostrará que el que es infiel en lo poco
también es infiel en lo mucho.
Pág. 25
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 3

1. ¿Por qué el hombre no tiene ningún derecho ante Dios por lo que
tiene aunque lo haya ganado con el sudor de su frente?

a) Antes que el hombre pecara no tenía ningún derecho ante Dios


b) Después que pecó el hombre no tenía ningún derecho ante Dios
c) El hombre solo tiene privilegios debido al favor de Dios
d) Las dos primeras opciones

2. Según el texto, la abundancia que Dios quiere darnos depende de:

a) Que le demos más


b) Que lo honremos con lo que le demos

3. “La única razón por la que Dios acepte este medio material (el
dinero) se debe a que es ________________ para nosotros y a que
lo necesitamos para subsistir. Usamos el dinero para honrar al Señor
________________________ que le damos. Si no fuera valioso para
nosotros, no tendría valor ______________________ y no lo podría-
mos usar para honrarlo”.

MI DECISIÓN
Acepto que Dios tiene todo el derecho a las
posesiones que tengo y prometo honrar al Señor
dándole prioridad a sus requerimientos.

Nombre y Firma

Pág. 26
Día 4
Las ofrendas voluntarias,
¿también son obligatorias?

N
ingún sicólogo ha sido más controversial que Sigmund
Freud. Lo que más se le ha cuestionado fue haber dado
excesiva y perturbadora importancia a la sexualidad. Sin
embargo, su mayor problema no fue decir lo que dijo, sino
haber sido malinterpretado. Cuando dijo sexualidad, él se refería al
placer en su totalidad y no solo a la genitalidad como lo hacen ver sus
detractores.1
Tomando a Freud como ejemplo, pregunto: ¿puedo ser malinter-
pretado al considerar el asunto de las ofrendas como algo “obligato-
rio”? ¿Que al decir una cosa la gente quiera entender otra?
Fue Freud el que dijo: “Dentro de la naturaleza humana se halla el
que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causaría displa-
cer aceptar como cierto”.2 Es decir, corremos el riesgo de convertir lo
“desagradable” en equivocado. Ahora, ¿es correcto pensar así?
Apliquémoslo. ¿Cuál es nuestra primera reacción a la idea de que
las ofrendas pueden ser “obligatorias”? ¿Nos causa displacer? ¿Nos in-
clinamos a considerar equivocada esa noción solo porque no encaja
con nuestro concepto “bíblico” de ofrendas voluntarias? ¿Qué enten-

1 No defiendo a Freud ni es mi intención discutir lo que él dijo. Uso su experiencia solo


como ilustración para introducirme al tema de este día.
2 Véase http://biblioteca.vitanet.cl/colecciones/100/150/IntroduccionalPsicoanalisis.
pdf. p.
Pág. 27
Dar como Dios manda

demos por voluntarias? No te despegues de las páginas de este libro.


Cuando comencé a investigar este tema no pude evitar un torbelli-
no desafiante de preguntas. Por ejemplo, ¿cómo abordar el tema de las
ofrendas “obligatorias” cuando todo el mundo está hablando de ofren-
das “voluntarias”? Se necesitan buenas razones bíblicas para presen-
tarlas de manera diferente. Y, ¿cuáles son esas razones?

Dios acepta los actos voluntarios, pero no los “actos libres”

Lo primero que tuve que aprender con relación a las ofrendas es


que Dios desea actos voluntarios pero no actos libres. Medítalo por un
momento. ¿Suena contradictorio? Pues vamos a analizarlo. Se dice que
“todo acto libre es ciertamente voluntario, pero no todo acto voluntario
es también libre”. ¿Difícil de comprender? Pronto verás que no es tan
enredado como parece.
La Enciclopedia Rialp provee la siguiente explicación: “Sólo cuan-
do el acto que procede de la voluntad procede también en virtud y bajo
el dominio de esta voluntad, es decir, sin ninguna constricción interna
o externa, se puede hablar de un acto libre”.
Es decir, si el acto que queremos realizar está libre de restricciones,
entonces es un acto voluntario y a la vez libre. Pero si ese mismo acto
que procede de la voluntad, está restringido por ciertas limitantes, en-
tonces ese acto es voluntario (porque lo queremos), pero no un acto
libre. El que tenga restricciones le quita el significado de acto libre. ¿No
es cierto? Y con los diezmos y ofrendas, debido a que tienen restric-
ciones, son voluntarios pero no libres. ¿Se comprende?
Ejemplo: Una señorita se casa sin necesitar permiso de sus padres,
¿qué es eso? Eso es un acto voluntario y un acto libre: lo quiere y lo hace
sin restricción alguna. Pero si ella tiene que obtener el permiso de sus
padres para poder casarse, entonces su acto es voluntario pero no libre.
¿Entendido?
¿Y qué será mejor? ¿El acto voluntario o el acto libre? Siendo que
Dios sabe qué es lo mejor para nosotros, si Él decide poner restriccio-
nes a nuestros actos voluntarios, eso está perfecto si confiamos en Él.
Pues bien, hablando de las ofrendas, la Biblia está saturada de ac-
tos voluntarios mas no de actos libres. Con los diezmos y ofrendas no
podemos hacer lo que nosotros queramos. Los actos voluntarios fue-
ron bendecidos. Los “actos libres”, tuvieron consecuencias graves.
Pág. 28
Día 4 Las Ofrendas Voluntarias, ¿También son Obligatorias?

Cuando alguien quiso hacer su propia voluntad, dándole a Dios


la cantidad que fuera, cuando fuera, como fuera y donde fuera (acto
libre) fue rechazado. Pero cuando alguien quiso ofrendar a Dios (acto
voluntario) dando solo lo que a Dios le agrada, su ofrenda fue recibi-
da. Aunque no fue un acto libre (sin restricción), su acto fue entera-
mente voluntario a pesar de la restricción. ¿Captamos el punto?
Esto anterior nos lleva al pensamiento de que si en algo el adora-
dor no hubiera estado de acuerdo con lo que Dios quería, ya no hubiera
sido voluntario. ¿No es así? El problema hoy es que muchos han con-
fundido el acto libre (hacer lo que nos viene en gana, algo que NO tiene
sustento bíblico), con el verdadero acto voluntario que siempre toma
en cuenta la voluntad soberana de Dios.

Para que algo sea voluntario tiene que haber intención

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que para que algo sea
realmente voluntario tiene que haber intención. Si no hay intención, no
puede ser voluntario. ¿Vemos esto?
Ejemplo: Un hombre está cortando árboles en el bosque y al dar
un golpe el hacha sale volando y golpea a alguien produciéndole la
muerte, ¿es culpable? ¿Se puede calificar esto como algo voluntario? No
necesitamos ser abogados para entender que para que este acto sea un
homicidio calificado o doloso tiene que haber intención, ¿verdad?
En el caso de las ofrendas, no podemos decir que estamos adoran-
do a Dios al darle lo que queramos, como sea, donde sea y cuando sea.
¡Así no es como quiere Él que lo adoremos! Para que la ofrenda sea
voluntaria tiene que tener la intención de adorar a Dios tal como él
quiere.3 Si no es así, será una ofrenda de nuestro agrado, pero no del
agrado de él, ¿estamos de acuerdo?

Si son voluntarias, ¿por qué hay una maldición por retenerlas?

Una de las declaraciones que más ha impactado mi pensamiento,


con relación a las ofrendas, ha sido esta: “En los días del profeta Hageo
se vio una sorprendente ilustración de los resultados que produce el

3 Juan 4:23-24
Pág. 29
Dar como Dios manda

privar egoístamente la causa de Dios aun de las ofrendas voluntarias”.4


¿Sorprendente ilustración? ¿Por privar egoístamente la causa de
Dios de las ofrendas voluntarias? ¿Qué resultados produce? “Por eso se
detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo,
sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre
los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos”.5
¡Qué tragedia! Aquí vemos a Dios, por decirlo de algún modo,
¡oponiéndose a la prosperidad de su pueblo! ¿Habías reflexionado en
eso antes? ¿Es una especie de maldición lo que estamos viendo aquí?
Así parece.6 ¿Y cuánto estaba perdiendo el pueblo debido a eso?
Leamos: “Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de
veinte efas y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y
había veinte”.7
Según el texto, el pueblo estaba perdiendo entre 50 y 60 por ciento
de sus entradas debido a la infidelidad en las ofrendas. Y digo infideli-
dad porque Dios estaba reprendiendo eso como cualquier delito.
Pero, ¿qué era lo que el pueblo estaba dejando de hacer? Observa.
“¿Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en
un soplo. ¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está
desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa”.8
¿Captamos el punto? El pueblo había puesto su corazón en todo,
menos en el avance de la obra de Dios. Y en vez de ganar, estaban
perdiendo. ¿Por qué? El Señor dice: ¿Quieren saber por qué? Y esta es
la respuesta: La casa de Dios, que debía sostenerse con las ofrendas vo-
luntarias de su pueblo, estaba en el olvido. ¿Y qué pasó con el pueblo?
¡Sus bendiciones materiales se estaban agotando notablemente!
Por eso cabe la pregunta: Si las ofrendas son voluntarias, ¿por qué
hay una maldición divina por retenerlas?9 Es obvio que la palabra “vo-
luntario” como se ha entendido hasta aquí dista mucho de ser la idea

4 Patriarcas y profetas, 566.


5 Hageo 1:10-11
6 Véase Deut. 28:38-40
7 Hageo 2:16
8 Hageo 1:9
9 Según Malaquías 3:9, no devolver los diezmos y las ofrendas trae una maldición ma-
terial y espiritual para el infiel. En el caso de la iglesia, la maldición solo es material
porque ya no se percibe ese recurso. Pero si la iglesia no intenta corregirlo, la maldi-
ción también puede ser espiritual por permitir el robo a Dios.
Pág. 30
Día 4 Las Ofrendas Voluntarias, ¿También son Obligatorias?

que nos presenta la Biblia. ¿Y cuál es el significado bíblico de la palabra


“voluntario”? Estamos a punto de llegar a eso.
La experiencia del pueblo de Israel en los días de Hageo no es la
única donde Dios reclama a su pueblo por la infidelidad en las ofren-
das. ¿No es así? ¿Te viene a la mente Malaquías 3:9? “Malditos sois con
maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”.
Algunos han escuchado la cita anterior hasta el cansancio. ¿Pero
sabemos realmente lo que dice? Lo que algunos pasan por alto es que
esta cita tiene un contexto. Y dentro de ese contexto, está lo siguiente:
¿No estaba dando ofrendas el pueblo en tiempos de Malaquías? Por
supuesto que las estaban dando.10 Entonces, si el pueblo estaba dando
ofrendas, ¿por qué esas palabras tan severas? Lo que viene nos ayuda a
comprender con mayor claridad lo que significa “voluntario”.
Salomón dice: “Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina
en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa”.11 ¿Cuál era la
causa en tiempos de Malaquías?
Malaquías dice que sí estaban ofrendando. El problema es que no
lo estaban haciendo a la manera de Dios. Y eso les estaba costando.
“Malditos sois con maldición” da a entender que la maldición ya estaba
sobre el pueblo. ¿Cómo llegamos a esa conclusión?
“Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre,
ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y
maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os
habéis decidido de corazón”.12 ¡Bendiciones malditas!13
¿En qué no se habían decidido de corazón? ¿Acaso no estaban
ofrendando? Sí, pero le estaban ofreciendo a Dios lo cojo, lo ciego y
lo enfermo. De aquí se desprende que tal maldición vino no solo por
no ofrendar,14 sino también por no darle al Señor la ofrenda debida: la
ofrenda que lo honra.15
En los días que siguen ampliaremos esta idea que hemos señalado.
Dios pide de nosotros lo mejor.

10 Malaquías 1:8
11 Proverbios 26:2
12 Malaquías 2:2
13 Nota que las maldiciones recaen sobre las posesiones no necesariamente sobre la per-
sona misma; pero al fin y al cabo es la persona la que sufre las consecuencias.
14 Malaquías 3:8-10
15 Malaquías 2:2, cf. cap. 1
Pág. 31
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 4


1. El verdadero acto voluntario que siempre toma en cuenta la volun-
tad soberana de Dios.

a) Falso
b) Verdadero

2. Voluntario significa, según la Biblia, hacer de todo corazón lo que


Dios quiere no lo que nosotros queremos.

a) Falso
b) Verdadero

3. El pueblo estaba perdiendo, por su infidelidad en las ofrendas, en-


tre un 50 y un 60 por ciento de bendiciones materiales.

a) Falso
b) Verdadero

4. La maldición viene no solo por no ofrendar sino también por no


dar a Dios la ofrenda que lo honra.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Prometo ser un voluntario de acuerdo a la
voluntad del Señor. Daré mis diezmos y ofren-
das pensando en hacer la voluntad de Dios, no la
mía.

Nombre y Firma
Pág. 32
Día 5
Dar como Dios manda

I
magínate a alguien diciendo: “Señor, aquí te traigo una ovejita.
Grandota, lanuda y gordita. ¡El único problema es que está cie-
ga!”. ¿La aceptaría el Señor? ¡Jamás!1
Sin embargo, algún adorador podría objetar, diciendo: “Señor,
¿qué acaso no es voluntario? ¿No puedo darte lo que yo quiera?” Y el
Señor, por lo que leemos en Malaquías podría responder: “Sí, es volun-
tario; pero NUNCA dije que sería de acuerdo con tu voluntad sino con
la mía”. Ahora, ¿te recuerda esto a Caín y su ofrenda? De paso, ¿era vo-
luntaria la ofrenda de Caín? Si piensas que todas las ofrendas deben ser
voluntarias, estás en lo correcto. Deben ser voluntarias. Y también la
de Caín era voluntaria. Sin embargo, que sean voluntarias no quiere de-
cir que podemos darle a Dios lo que sea, de acuerdo a nuestro propio jui-
cio. Debemos darle de acuerdo a su voluntad. Y siempre debemos tener
eso en mente porque de eso depende que Él acepte nuestras ofrendas.
Pero, ¿por qué es esto así? Porque nuestra voluntad es mezquina
y egoísta. No como la voluntad del Señor que es buena, agradable y
perfecta.2

1 Malaquías 1:13
2 Romanos 12:2
Pág. 33
Dar como Dios manda

Significado de “voluntario” según la Biblia

Ahora, es bueno que nos vayamos haciendo a la idea de que uno de


los significados de la palabra “voluntario” en la Biblia es que, si vamos
a dar algo, tiene que ser “de buena gana”, “de corazón”,3 o “de buena
voluntad”. Si diéramos algo “de mala gana”, o “de mala voluntad”, ya no
sería voluntario. Es así de sencillo. El significado que le hemos dado
nosotros de “lo que queramos dar”, “como sea”, “cuando sea”, o “donde
sea”, no tiene sustento bíblico.
Tocante a las ofrendas, el Nuevo Testamento dice que aunque son
voluntarias, también constituyen una obligación moral. “Lo hicieron
de manera voluntaria, aunque en realidad estaban obligados a ha-
cerlo. Porque si los cristianos judíos compartieron sus riquezas espi-
rituales con los cristianos que no son judíos, también los no judíos
deben compartir con los judíos sus riquezas materiales”.4 ¿Se necesita
decirlo más claro?
Así que, todo lo que la Biblia quiere decir por voluntario tiene que
ver solo con la actitud al dar las ofrendas y no con la prerrogativa de si
las daremos o no, o de qué modo lo haremos. Voluntario significa dar
de corazón LO QUE ÉL QUIERE. Ahora, el mismo hecho de que Dios
se pronunciara en contra de los que no eran fieles en los diezmos y las
ofrendas muestra quién es el que manda aún en las ofrendas.
En la Biblia, ¡nada se enseña más claramente que eso!

¿De dónde salió la plata para la construcción del tabernáculo?

Para profundizar en este asunto, piensa en lo siguiente: ¿De dón-


de salió la plata para las basas del santuario y las basas del velo para
el tabernáculo del desierto? ¿Fue de ofrendas voluntarias o más bien
obligatorias?
Quiero decirte que fue de ofrendas voluntarias que también tenían
un carácter obligatorio. ¿Cómo le llamas al hecho de que si no das esa
plata corres el riesgo de morir?
En realidad, la plata que se usó en la construcción del santuario

3 Véase Éxodo 25:2; 1 Crónicas 29:9; Efesios 6:6


4 Romanos 15:26-27. Biblia en lenguaje sencillo. Véase también la Nueva Versión Inter-
nacional.
Pág. 34
Día 5 Dar como Dios Manda

fue producto de la ofrenda que se dio en ocasión del censo aplicado a


los israelitas en el Sinaí.5 ¿Era opcional? Al parecer no. El Señor dijo:
“Cada uno dará el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que
no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado”. ¿Captaste el
punto?
La noción de que si quiero doy y si no, qué importa, no soporta el
análisis bíblico. A este mismo grupo de personas, aquellos que eran de
veinte años para arriba, los que tenían que presentarse tres veces al año
delante del Señor, se les dijo: “Y ninguno se presentará delante de Jehová
con las manos vacías”.6 ¿Te suena a algo “opcional” tal como entienden
algunos la palabra voluntario?

Si son voluntarias, ¿por qué es un robo si las retenemos?

El Manual de Iglesia dice: “Además del Diezmo, en la Biblia se


destaca nuestra obligación de traer Ofrendas al Señor. Las Escritu-
ras consideran la retención de las Ofrendas igual a la retención del
Diezmo, y la llaman un robo”. Y agrega: “Desde los primeros días de la
Iglesia, los miembros han dado ofrendas generosas que han sido una
bendición para la obra de Dios y la han hecho prosperar”.7
¿Un robo? ¿Por qué se considera robo la retención de las ofrendas?
Para que se considere así tiene que estar la Ley de por medio, ¿no es
así? Una de las cosas más notorias en lo que respecta a las ofrendas es
que no había una sola ofrenda en el Antiguo Testamento que no estu-
viera regulada por la ley.
Elena de White dice: “El asunto de la dadivosidad no ha sido
librado al impulso. Dios nos ha dado instrucciones definidas con-
cernientes a él. Ha especificado que los diezmos y las ofrendas cons-
tituyen nuestra obligación. Y desea que demos en forma regular y
sistemática”.8 Quiere decir que, si algo no es abligatorio, entonces

5 Compara Éxodo 30:12-16 con Éxodo 38:25-28.


6 Deuteronomio 16:16
7 Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Manual de iglesia (Colombia:
Asociación Publicadora Interamericana, 2010), 140.
8 Consejos sobre mayordomía cristiana, 86. La Sierva del Señor, después de decir que
Dios no obliga a nadie a dar los diezmos, los donativos y las ofrendas también recalca
esto: “Pero con la misma seguridad con la que se nos ha dado la Palabra de Dios,
él requerirá lo que es suyo con interés de la mano de cada ser humano” (Consejos
sobre mayordomía cristiana, 87-88). Y dice que “debe producirse un cumplimiento
Pág. 35
Dar como Dios manda

queda librado al impulso. Ahora, si esto no fue así en el Antiguo Testa-


mento, ¿estamos autorizados hoy a seguir nuestros impulsos? Según la
cita, no.
Es obvio que cuando vemos la palabra “obligación” con relación a
las ofrendas voluntarias uno puede llegar a asustarse, pero ese sobre-
salto no es más que un producto de no haber reflexionado con más
detenimiento en las verdades bíblicas. El libro de Ezequiel registra lo
siguiente: “Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta ofren-
da para el príncipe de Israel”.9
¿Obligado? ¿Dice la Biblia que las ofrendas voluntarias son man-
datorias? Si no te engaña la vista, eso es lo que la Biblia dice. La Nue-
va Versión Internacional traduce así: “Todo el pueblo estará obligado a
contribuir para esta ofrenda especial del príncipe de Israel”.
Una versión católica, como lo es la Félix Torres Amat, traduce:
“Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar estas primicias al prín-
cipe de Israel”. ¿Notas el punto? Y vemos que el objetivo final de estas
ofrendas era ofrecerlas al Señor.10
A medida que fui descubriendo esto, pensé: ¿Por qué no vimos
esto antes? ¡Hemos hecho con las ofrendas lo que hemos querido! Han
sido nuestros impulsos, y no Dios, los que nos han guiado al dar ofren-
das. Esa es la verdad. Pero, ¿es prudente seguir así? No. No podemos.
Los principios centrales de las Escrituras concerniente a las ofrendas
no lo permiten. ¿No amamos a Dios? ¿No valoramos el sacrificio de
Cristo hecho por nosotros en la cruz?
Malaquías dice: “Desde los días de vuestros padres os habéis apar-
tado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré
a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué he-
mos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis
robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y
ofrendas”.11
Si la ley condena el retener las ofrendas, uno se pregunta: ¿todavía

de las obligaciones descuidadas. Cuando se lleva a cabo esto dando al Señor lo que le
pertenece en diezmos y ofrendas, se abrirá el camino para que el mundo escuche el
mensaje que el Señor se propone que éste oiga” (Consejos sobre mayordomía cristiana,
40,41).
9 Ezequiel 45:16
10 Ezequiel 45:15 y 17.
11 Malaquías 3:7-8
Pág. 36
Día 5 Dar como Dios Manda

está vigente esa ley? Porque si no está vigente no hay manera de salir
condenados por algo que ya ha caducado. ¿No te parece?
Elena de White escribe: “Esta ley no caducaría con los ritos y ofren-
das de sacrificio que simbolizan a Cristo. Mientras Dios tenga un pue-
blo en el mundo, sus derechos sobre él serán los mismos”.12

Las ofrendas no son por causa de Cristo sino para sostener la obra
de Dios

Observa bien que la ley de los diezmos y las ofrendas tienen más
que ver con el pueblo de Dios y su obra en esta tierra que con Cristo. No
perdamos de vista este punto. Y es por eso que no debe sorprendernos
lo que padecieron Ananías y Safira en el Nuevo Testamento.
El Israel espiritual ya estaba formado. El Espíritu Santo ya había
sido derramado sobre la iglesia. Israel como nación ya no era más el
pueblo de Dios; y con esto, cualquiera diría que las leyes tocante a los
votos del Antiguo Testamento habían caducado. Sin embargo, Ananías
y Safira, en el Nuevo Testamento, con relación a las ofrendas sufrieron
las consecuencias.
Pero, ¿no era voluntario lo que ellos estaban ofreciendo? Sí, era vo-
luntario. Pedro le preguntó: “Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y
vendida, ¿no estaba en tu poder?”13 Nadie los había obligado a dar esa
ofrenda. Pero una vez hecha la promesa, la herencia ya no les pertene-
cía. Y Dios aplicó aquí, en el Nuevo Testamento, no solo una ley de las
ofrendas del Antiguo Testamento sino la Ley moral.
¡Y qué manera de aplicarla! Ananías y Safira ni siquiera tuvieron
tiempo de arrepentirse. ¿No es de pensarse? ¿Por qué se nos ha dejado
una lección en esos términos? ¿Será porque todavía seguimos con la
tendencia a no tomar en serio los diezmos y las ofrendas del Señor?
¿Es este el eslabón perdido de la falta de prosperidad en los individuos y
en la iglesia local?
Como punto final de este día, te digo: Las ofrendas y los diezmos
no pertenecen a las leyes ceremoniales que se dieron en el Sinaí y que
caducaron en la cruz. El sistema de diezmos y ofrendas existió antes del

12 Consejos sobre mayordomía cristiana, 71.


13 Hechos 5:4
Pág. 37
Dar como Dios manda

Sinaí y pertenecen a la Ley moral.14


Y aquí cabe la pregunta: la Ley de los Diez Mandamientos, ¿es obli-
gatoria actualmente? Si la guardamos, bien; y si no, ¿no hay problema?
¿Y qué decimos del sábado? ¿Es voluntario o es obligatorio? Como
ya puedes imaginártelo, tanto la ley como el sábado son obligatorios,
pero en la forma de guardarlos, la actitud voluntaria es lo que cuenta.
Y lo mismo se aplica para los diezmos y las ofrendas. Jesús dijo: “Si me
amáis, guardad mis mandamientos”. Todo debe ser por amor porque
su ley es una ley de amor.
Veamos un ejemplo: Si una madre ve que sus hijos corren peligro
de quemarse en un incendio, ¿está obligada a socorrerlos? ¿Tiene algu-
na obligación moral? ¿Puede permanecer indiferente? No. Su amor se
lo impediría porque el amor no es desobligado.
Cuando hablamos aquí de una obligación en término de los diez-
mos y las ofrendas estamos hablando de una obligación moral. La igle-
sia cumple con nosotros al advertirnos. Y aunque la iglesia no obliga
a nadie a dar los diezmos y ofrendas, debemos recordar que un día
enfrentaremos el juicio de Dios.
Ahora, quiero aclarar que así como nadie se salva por guardar el
sábado o la ley, así también nadie se salva por el hecho de ser fiel en los
diezmos y las ofrendas. Así como guardamos la ley y el sábado solo por
amor a Dios y con el fin de honrarlo en un mundo que se rebela contra
su ley y lo deshonra, así también obedecemos al Señor en el plano de la
mayordomía financiera. Lo amamos y por eso lo honramos guardando
sus mandamientos.
Para finalizar este día quiero decirte que en este libro lo único que
significa la palabra obligatorio es dar como Dios manda; es decir, si-
guiendo los principios que Él nos muestra en su Palabra, los cuales
veremos más adelante.
La bendición está en camino.

14 Cabe aclarar que los principios van más allá de las barreras del tiempo, son atempo-
rales; pero los usos y costumbres pueden cambiar. Los diezmos y las ofrendas son
parte de un principio y en lo único que cambian es en las cosas que diezmamos y
ofrendamos hoy en día. Pero a fin de cuentas, tanto antes como ahora, tiene que ver
con la economía. Ya sea que se trate de una oveja, una vaca o dinero, el principio es el
mismo: hay cosas que son de Dios y hay que devolverlas ahora y siempre.
Pág. 38
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 5

1. El asunto de la dadivosidad ha sido librado al impulso.

a) Falso
b) Verdadero

2. El Manual de Iglesia reconoce que las ofrendas constituyen nuesta


obligacion al igual que el diezmo.

a) Falso
b) Verdadero

3. ¿Que ejemplo se usa para decir que las ofrendas son voluntarias y
obligatorias al mismo tiempo?

a) La ley y el sábado
b) Leer la Biblia
c) Orar

MI DECISIÓN
Comprendiendo que las ofrendas voluntarias
tienen también un carácter obligatorio, decido
ser fiel a esos principios bíblicos.

Nombre y Firma

Pág. 39
Día 6
Ofrendas voluntarias
falsificadas

C
onocí la historia de un tesorero que un día de acción de gra-
cias estuvo atento para ver cómo daban ofrendas de gratitud
los miembros de su iglesia. Observó con interés el desarro-
llo del programa hasta que hubo una ofrenda que llamó su
atención por encima de todas: la ofrenda del rico de la iglesia.
Generalmente uno piensa que por ser rica esa persona va a dar
más. Sin embargo, lo que el rico de nuestra historia estaba dando, hizo
que el tesorero de la iglesia se llenara de indignación. La mayoría de
la gente estaba dando cantidades apegadas a su condición económica,
pero el rico estaba dando 4.00 pesos en el sobre de gratitud. ¡Cuatro
pesos! Un hombre que tenía carros, casas, tierras, animales y dinero en
el banco, ¡dando $ 4.00 de ofrenda de gratitud!
El tesorero de la iglesia se quedó pasmado. Callado pero pensando
qué hacer. Tomó el sobre y decidió que haría algo: visitaría a ese miem-
bro de iglesia, para devolverle el sobre, pero no se lo devolvería vacío.
¡Le devolvería el sobre con los $ 4.00!
Y así lo hizo. Al día siguiente fue a la casa del rico, y le dijo más o
menos así: “Hermano, veo que Dios lo ha bendecido mucho”. El rico
respondió afirmativamente, moviendo la cabeza. Y el tesorero, prosi-
guió: “Y, vine a traerle su sobre de ofrendas”. Pero cuando el rico re-
cibió el sobre, se dio cuenta que el sobre no venía vacío. Allí estaban
sus cuatro pesos. Entonces el rico, preguntó: “Hermano, ¿qué significa
Pág. 40
Día 6 Ofrendas Voluntarias Falsificadas

esto?” El tesorero le respondió: “Hermano, vengo a decirle que, si algo


quiere Dios, son sus ofrendas pero no sus limosnas. Las limosnas son
para los menesterosos pero no para el Rey del universo. El día que us-
ted quiera realmente dar una ofrenda del Señor y para el Señor, ahí voy
a estar para recibirla y ponerla en la tesorería del cielo. Hermano, ¡que
pase feliz día!”
¿Quieres saber cómo terminó esta historia? Te tengo una sorpresa.
Ese mismo día el rico estaba llevando a la iglesia una ofrenda por la
cantidad de… ¡Por la cantidad de $ 200,000 pesos! ¿Puedes creerlo?
Pues créelo. Increíble lo que este tesorero hizo. Pero más extraordina-
ria la respuesta del rico, ¿no es así?
Y ante todo esto, ¿qué ofrenda crees tú que fue la mejor? ¿La de
cuatro pesos o la de doscientos mil? Si crees que las ofrendas son vo-
luntarias, de acuerdo a nuestra voluntad, tal vez digas que la mejor fue
la de cuatro pesos. Pero si crees que las ofrendas voluntarias deben ser
de acuerdo a la voluntad de Dios, entonces estarás de acuerdo en que
la de doscientos mil fue mejor. Al que mucho se le ha dado, más se le
demandará, ¿no es cierto? A fin de cuentas, la Escritura dice que debe-
mos dar según hayamos prosperado. Y si no lo hacemos así, corremos
el riesgo de dar conforme a nuestros sentimientos y no conforme al
corazón de Dios.
Pero, ¿cómo se le llama a esto en términos más precisos?

Voluntarismo antropológico, una amenaza sutil a la fidelidad y
prosperidad de la iglesia local

¡Voluntarismo! ¿Has oído antes esa palabra? Cuando empecé el


estudio acerca de las ofrendas no sabía que hubiera una palabra tan
exacta para describir lo que hacemos cuando seguimos únicamente
nuestros simples deseos o impulsos.
Descubrí que todas las religiones o denominaciones falsas tienen
su origen en el voluntarismo. Es decir, cada una hace lo que quiere y
hay grupos que pueden optar por la separación de determinada iglesia
simplemente porque hay algo que no les gusta. Esto es un ejemplo de
lo que se entiende por voluntarismo en teología.
Asimismo entendí que la persecución del pueblo de Dios en los
últimos días tendrá como punto de partida el voluntarismo de la gente.
Es decir, los políticos van a ceder a las exigencias populares solo por-
Pág. 41
Dar como Dios manda

que eso va a satisfacer el deseo del pueblo o de las masas. Es un ejemplo


de lo que se entiende por voluntarismo en política.
De alguna manera entendí también que los casamientos entre per-
sonas del mismo sexo tienen su origen en el voluntarismo. Es decir, las
personas deciden hacer algo solo porque les parece bueno hacerlo, sin
que haya de por medio alguna consideración moral. Es un ejemplo de
lo que se entiende por voluntarismo en ética.
Pero el voluntarismo también está sumergido en la sicología. Es
cuando la voluntad, los deseos o los impulsos están por encima de
cualquier consideración racional. Era algo que me estaba abriendo los
ojos en muchos sentidos.
Fue allí cuando empecé a considerar que el voluntarismo pudiera
estar bastante inmerso en las prácticas de la iglesia, especialmente en el
acto de ofrendar. Y, ¿por qué fue esto tan impactante para mí? Porque
cuando el apóstol Pablo habla de dar nuestra vida en ofrenda al Señor,
en sacrificio vivo, dice que este culto debe ser racional.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional”.1
¿Racional? ¡Sí! Nuestro culto debe ser racional. Pero muchas de
las ofrendas que se dan en la iglesia carecen de ser bien pensadas o
planeadas. Y esto merece seriamente nuestra atención.
Pero, ¿qué es exactamente el voluntarismo? ¿Puede Dios sentirse
honrado si practicamos algo que tiene su origen en las filosofías del
mundo?
El voluntarismo es una doctrina filosófica que propone que la vo-
luntad humana y sus deseos están por encima de la razón. Así de sim-
ple. Así que, ¿no estará el diablo falsificando a través del voluntarismo
las ofrendas voluntarias en la iglesia, al menos en algunos creyentes?
Como tú probablemente sabes, el diablo ha falsificado muchas
cosas. En lugar del sábado como día de reposo ha puesto el domingo.
Y mucha gente cree en eso. En los últimos días falsificará la segunda
venida de Cristo y muchos lo recibirán como si fuera Jesús mismo.
Pero, ¿qué más ha falsificado el enemigo? La Sierva del Señor de-
clara que “la presunción es la falsificación satánica de la fe”.2 ¿Y qué

1 Romanos 12:1
2 El Deseado de todas las gentes, 101.
Pág. 42
Día 6 Ofrendas Voluntarias Falsificadas

es la presunción? Ella misma nos da la respuesta: “La fe se aferra a


las promesas de Dios, y produce la obediencia. La presunción también
se aferra a las promesas, pero las usa como Satanás, para disculpar la
transgresión”;3 es decir, las usa para llevarnos a desobedecer.
En otras palabras, presunción es hacer lo que nos viene en gana sin
ponernos a pensar si lo que estamos haciendo es del agrado del Señor
o no. Y esto tiene mucho que ver con el voluntarismo.
La Enciclopedia Universal Ilustrada dice que el voluntarismo es:
“Dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la
razón, y al margen de toda preocupación estética y moral”.4 En otras pa-
labras, el voluntarismo es: negar que existe un Dios que gobierna todo.
Partiendo de aquí no es difícil imaginar la falsificación de las
ofrendas voluntarias. ¿Cómo resulta esto? En realidad es un asunto
relativamente fácil. Si una persona cree que ofrenda “voluntaria” sig-
nifica dar “lo que sea”, o “si queremos”, entonces los demás conceptos:
dar como sea, cuando sea y donde sea vienen a ser una consecuencia
lógica para cualquier persona. La Escritura dice: “Cual es el hombre en
su pensamiento, tal es él”.5¿Notas el punto?

Explicación de la doctrina filosófica

La Enciclopedia Universal Ilustrada define el voluntarismo como


“tendencia filosófica basada en la hegemonía de la voluntad”.6 Pero,
¿qué es esto exactamente? Se nos dice que voluntarismo es “un térmi-
no que describe las doctrinas filosóficas que sitúan la voluntad como la
primera de las potencias espirituales del hombre frente a la razón”.7
Lo que está diciendo la cita de arriba es que la razón, frente a la
voluntad, no cuenta. Que primero está la voluntad, haciendo a un lado
la razón. Pero, ¿acaso la razón no es parte de la voluntad? Así es. Sin
embargo, el voluntarismo no toma eso en cuenta.
En realidad, la voluntad es la “aptitud de un ser racional para adop-

3 El Deseado de todas las gentes, 101.


4 Enciclopedia universal ilustrada, Tomo III (Barcelona España: Ediciones NAUTA S. A.
1980).
5 Proverbios 23:7
6 Enciclopedia universal ilustrada, Tomo III.
7 http://es.wikipedia.org/wiki/Voluntarismo
Pág. 43
Dar como Dios manda

tar un determinado tipo de conducta”.8Y Dios quiere que nuestro culto


sea racional, no obstante, el voluntarismo descarta esa posibilidad. Así
que, cuando se practica el voluntarismo en la iglesia Dios no puede
bendecir a su pueblo como él quisiera hacerlo. Esto es el eslabón perdi-
do de la falta de prosperidad. Dios “no puede sostener a los que piensan
que pueden hacer lo que quieran con lo que pertenece a él”.9
Ahora, ¿te das cuenta cómo el voluntarismo encaja perfectamente
en los planes del enemigo para que no demos a la iglesia basados en
principios y así sea debilitada la iglesia?
De hecho, lo que más llama la atención con relación al volunta-
rismo es que “el voluntarismo es la formación de ideas o la toma de
decisiones basándose en lo que resulta deseable o agradable de imaginar,
en lugar de basarse en las evidencias o la racionalidad”.10
Detente por un momento y analiza lo que acabas de leer. La cita
anterior sugiere, aplicándolo al asunto de las ofrendas, que lo que diga
Dios no importa. Y cuando habla de que se forman ideas y se toman
decisiones basándose en lo que resulta deseable o agradable de imagi-
nar, uno se pregunta: ¿Cuántas veces hemos dado diezmos y ofrendas
tomando en cuenta solo nuestros deseos pero haciendo a un lado la
voluntad expresa de Dios? ¿No debiéramos tener más cuidado?

8 Enciclopedia universal ilustrada, Tomo III.


9 Consejos sobre mayordomía cristiana, 111.
10 http://es.wikipedia.org/wiki/Voluntarismo
Pág. 44
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 6
1. Explique en sus propias palabras las siguientes aplicaciones del vo-
luntarismo.
a) En Teología: ______________________________________________
b) En Política: _______________________________________________
c) En Ética: _________________________________________________
d) En psicología: _____________________________________________

2. ¿Qué es el voluntarismo en esencia?


a) Guiarse por la razón al tomar decisiones
b) Guiarse por la emoción, deseos e impulsos al tomar decisiones
c) Guiarse por la razón y la emoción al mismo tiempo al tomar decisiones

3. El voluntarismo es: “un término que describe las doctri-


nas ____________________ que sitúan la voluntad como la primera
de las potencias espirituales del hombre frente a la ______________”.

4. Otra definición de voluntarismo: “El  voluntarismo  es la forma-


ción de  ideas  o la toma de decisiones basándose en lo que resulta
______________ o agradable de____________, en lugar de basarse
en las __________________ o la ___________________”.

MI DECISIÓN
Rechazo de manera categórica el voluntaris-
mo en mi vida y decido dar diezmos y ofrendas
no conforme a mi voluntad sino conforme a la
voluntad del Señor.

Nombre y Firma

Pág. 45
Día 7
Origen de los problemas
financieros en las iglesias
protestantes

¿ En qué momento de la historia las iglesias protestantes dejaron


de ser fuertes en el área financiera? ¿Cuándo comenzaron los
problemas en el sostenimiento de la obra? ¿Cómo afectaría esto
eventualmente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en su sur-
gimiento y desarrollo?
Algo que debes saber es que después de la Reforma Protestante en
el siglo XVI, las iglesias no se separaron del Estado. Financieramente,
la iglesias dependían del gobierno, por así decirlo. El Estado aplicaba
impuestos para sostener a las iglesias y nadie se preocupaba, ni clérigos
ni laicos, de cómo habían de sostenerse las iglesias. Y así se mantuvo
durante casi dos siglos.
Pero en el siglo XVIII, en Estados Unidos, sucedieron poderosos
acontecimientos que le dieron la vuelta al modo de cómo se hacían las
cosas en el área financiera en las iglesias. Y algo de lo cual muchos no
se percataron, y que explica por qué sigue habiendo problemas finan-
cieros en las iglesias, es lo que tú estás por descubrir en los siguientes
párrafos.
Para comenzar te diré que la revolución en el área de mayordo-
mía financiera comenzó en Estados Unidos con el Gran Despertar
ocurrido por los años 1730’s y 1740’s. Según James Hudnut-Beumler,
“los reavivamientos coloniales liberaron la consciencia de hombres y
mujeres de seguir y apoyar a ministros de su propia elección, hombres
Pág. 46
Día 7 Origen de los Problemas Financieros en las Iglesias...

que poseyeran la experiencia de la verdadera religión y no meramente


una educación y un contrato con un pueblo para predicar”.1
Cabe mencionar que en ese entonces la gente no tenía elección en
cuanto a la iglesia que debían asistir. Por el solo hecho de haber naci-
do en un Estado que favorecía determinada denominación religiosa
(cosa que llegó a conocerse como establishment), todas las personas
tenían que pertenecer automáticamente a esa denominación religiosa.
En ese contexto, los ministros daban la impresión de ser asalariados y
al parecer no se preocupaban por las necesidades espirituales de sus
miembros. Así que, con el Gran Despertar, promovido por hombres
consagrados, se vio la posibilidad de pagar a sus propios ministros
para romper con el mal que supuestamente era promovido por el apo-
yo financiero del Estado.
En Virginia, los bautistas y presbiterianos, y más tarde los meto-
distas, mientras extendían las fronteras de la religión cristiana y com-
petían por ganar adeptos en las parroquias anglicanas, financiaban sus
actividades sin asistencia de la asamblea de Virginia. Estas prácticas de
diferenciación en la manera de sostener las iglesias figurarían promi-
nentemente en los debates de 1785 en el Estado de Virginia, acerca de
si se debía continuar con la costumbre del apoyo financiero del Estado
a las iglesias. Así que, para el año 1791, cuando se ratifica la Declara-
ción de Derechos (Bill of Rights), no había ya una sola iglesia que fuera
la iglesia exclusiva para todos los estados y para todas las personas.
Cabe decir que muchos se regocijaron por la legalización de la li-
bertad de consciencia, incluidos los clérigos, porque ellos nunca más
serían forzados a apoyar alguna religión escogida por el Congreso. Sin
embargo, estos mismos clérigos fueron muy lentos en darse cuenta
que los fundamentos de su propio sostenimiento financiero habían
sido erosionados por la misma garantía de la Primera Enmienda.2
Así, pues, para el año 1800, la religión era un bien privado, más allá
de lo que cualquier clérigo colonial de 1750 pudiera haber predicho o
deseado, señala Hudnut-Beumler. En 1833, con la eliminación final del
apoyo financiero a la Iglesia Congregacional de Massachusetts, cada
grupo religioso fue abandonado a sus propios recursos.3

1 James Hudnut-Beumler, In pursuit of the Almighty’s dollar (Chapel Hill: The Universi-
ty of Carolina Press, 2007), 4.
2 Ibíd., 5.
3 Ibíd., 8-9.
Pág. 47
Dar como Dios manda

Ahora, algo que rara vez se menciona es que para aquellas por-
ciones del mundo eclesiástico acostumbradas al financiamiento del
Estado—los anglicanos, los Reformados, e iglesias congregacionalistas
en el sur, Nueva York y Nueva Inglaterra—el disestablishment (que el
Estado ya no promoviera ninguna religión) no fue considerado como
algo enviado por Dios por medio de una filosofía política sino un de-
safío frontal a su entendimiento de quién debía pagar la religión y por
qué debía hacerlo.
En este orden de cosas uno termina preguntándose: ¿Y cómo le
hicieron para recabar fondos para sostener la obra de Dios en las igle-
sias? ¿Fue una tarea sencilla o difícil? En realidad muy difícil. En la
historia religiosa norteamericana se cita a Pharcellus Church quien se
queja acerca de lo difícil que era recolectar dinero. En su escrito hay
una línea famosa que se conoce como “si tan solo”. “Si tan solo la gente
diera generosamente sin ser acicateada. Si tan solo la gente enten-
diera su deber. Si tan solo la gente en la iglesia valorara la vida santa
de la misma manera que sus pastores lo hacen”.4
Cabe destacar que para el año 1860, año en que la Iglesia Adven-
tista del Séptimo Día comienza a tomar decisiones en cuanto a su or-
ganización, ya había por lo menos cinco ideas básicas en la fábrica de
la vida de las iglesias protestantes de Norteamérica con respecto a las
finanzas.
La primera idea básica era, por supuesto, que las iglesias eran de-
pendientes de las ofrendas voluntarias de sus miembros. Lo siguiente
era que, dejados a su propia iniciativa, los miembros de las iglesias ten-
dían a ser egoistas. Lo tercero era que el dar necesitaba ser sistemático,
si no se quería que los resultados fueran decepcionantes e impredeci-
bles. Una cuarta noción estrechamente relacionada era que, apropia-
damente para el Pueblo del Libro, la Biblia tenía algo que ver con la
manera que los cristianos deberían de dar. Y finalmente, resistiendo las
otras conclusiones firmes, era la idea—basado en un hecho demostra-
ble—que los clérigos estaban incómodos en su rol como mendigos
de dinero para el ministerio.5 No les gustaba hablar de dinero.
Un problema que vemos con la primera idea básica que acabamos
de mencionar es que nunca se definió lo que significaba la palabra vo-

4 Ibíd., 18.
5 Ibíd., 31.
Pág. 48
Día 7 Origen de los Problemas Financieros en las Iglesias...

luntario en el contexto bíblico. Las iglesias protestantes se quedaron


con el significado secular de la palabra voluntario y eso afectó signifi-
cativamente la economía de las iglesias. Acabando de salir de la prácti-
ca del Estado que obligaba a dar impuestos, se vio de manera natural,
pero equivocada, como voluntarias a las ofrendas. Un concepto que
surge contaminado por la separación de la iglesia y el estado.
Como un resultado posible de no tener un concepto claro de lo que
significa la palabra voluntario según la Biblia, vemos que los miembros
tendían hacia el egoismo y a no devolver a Dios lo que le pertenece.
Bajo ese concepto de la palabra voluntario, como es de esperarse, las
personas se olvidaban de la obra de Dios y pensaban solo en sí mismos.
En tercer lugar, es evidente que la benevolencia sistemática era ne-
cesaria para dar solidez y permanencia a la predicación del evangelio.
Y si bien se reconocía que la Biblia tenía mucho qué decir concerniente
a la manera en que los miembros de las iglesias debían dar, notamos
con tristeza cómo los clérigos de ese entonces se resistían a promover
la mayordomía financiera en sus iglesias, cosa que aún se sigue viendo
en la actualidad. No debe sorprendernos, entonces, por qué las cosas
no han mejorado mucho desde aquellos días.
En este contexto, según Hudnut-Beumler, había un problema allí
que había de permanecer, aquello de cómo sostener a una empresa
religiosa creciente en una sociedad voluntaria;6 es decir, en una so-
ciedad que no entendió con claridad el término voluntario.

6 Ibíd., 31.
Pág. 49
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 7


1. Antes del Gran Despertar en Estados Unidos (1730’s, 1740’s) las
iglesias eran sostenidas por el Estado.

a) Falso
b) Verdadero

2. La separación de la iglesia y el Estado cambió la manera en que se


sostenían las iglesias.

a) Falso
b) Verdadero

3. Que la iglesia fuera sostenida por las ofrendas voluntarias de sus


miembros fue una tarea fácil.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
He comprendido que históricamente el soste-
nimiento de la iglesia siempre ha sido un proble-
ma y decido que esto no sucederá con mi iglesia
local.

Nombre y Firma

Pág. 50
Día 8
Voluntarismo
antropológico en las
ofrendas

E
xplicar por qué las ofrendas han sido menores a los diezmos
en la iglesia adventista es una tarea imprescindible si se ha de
dar un tratamiento adecuado al problema. Una de estas cosas
que pueden explicar esta situación, desde la perspectiva de la
actitud, es el voluntarismo eclesiástico. Aquí se presenta la historia de
este término con relación a la mayordomía de las ofrendas.
Al considerar que la iglesia adventista ha estado en contra de la
unión de la iglesia y el Estado desde sus principios1 y que la Palabra
de Dios es suprema para definir cualquier práctica de esta iglesia,2 se
descubre que la iglesia adventista del séptimo día ha sido voluntarista,
de acuerdo a la definición de términos que aparece más abajo. Este
voluntarismo se entiende mejor desde la perspectiva del voluntarismo
eclesiástico que aboga por la separación de la iglesia y el estado, y el
voluntarismo teológico que acepta la voluntad de Dios como la norma
para definir lo que es bueno y lo que es malo.3

1 Iglesia Adventista del Séptimo Día, Declaraciones, orientaciones y otros documentos


(México: Gema Editores, Asociación Publicadora Interamericana, 2010), 375.
2 Manual de iglesia, 37.
3 Aplicado a la teología moral, el voluntarismo implica que las cosas son buenas o ma-
las a causa de que son ordenadas o prohibidas por Dios y no que sean ordenadas y
prohibidas porque son buenas o malas. Aplicado a la teoría de la ley, el voluntarismo
considera las obligaciones de la ley basado en la voluntad del legislador más bien que
a causa de su coherencia con la razón. Joseph A. Komonchack, Mary Collins, Der-
Pág. 51
Dar como Dios manda

Más allá del voluntarismo eclesiástico y teológico, el voluntarismo


antropológico4 (el cual es una versión contraria al voluntarismo teoló-
gico y donde el hombre es ahora quien impone su voluntad y no Dios),
es el que resulta útil para explicar lo que ocurre en las iglesias en lo que
respecta a la mayordomía financiera, sobre todo cuando la práctica
no corresponde a la teoría que se enseña, y especialmente cuando las
ofrendas son menores que los diezmos.
Es preciso señalar que este voluntarismo antropológico, aplicado
a la mayordomía financiera en este libro, surge como una distorsión
del voluntarismo eclesiástico que se desarrolló en Estados Unidos.5
Es importante estudiar este voluntarismo eclesiástico no solamente
por el contexto histórico en que surge este tipo de voluntarismo, sino
también por el contexto histórico en el que surge la iglesia adventis-
ta. Y debido a que el voluntarismo eclesiástico es una actitud que se
desarrolló en el contexto de la separación de la iglesia y el estado, es
necesario ver la relación que tiene con la práctica de dar ofrendas en la
iglesia adventista.6
El voluntarismo eclesiástico es aquél que es practicado por la
iglesia, ya sea como una comunidad o como individuos en parti-
cular. Y por eclesiástico se entiende que es aquello que es de la iglesia
o relativo a ella.7 O sea, perteneciente a la iglesia.8 Según John Loren
Sanford, el voluntarismo eclesiástico surgió en los Estados Unidos, y lo

mot A. Lane, editors, The new dictionary of theology (Collegeville, MN: The Liturgical
Press, 1990), 1092.
4 Según Maciel “Hacemos aquí referencia al voluntarismo antropológico que dice tan
sólo que en el hombre la razón está subordinada a la voluntad. lncluso, con el correr
de los siglos, se llegará a poner en el centro y como fundamento de toda la vida”. En
este caso, no es la razón basada en las Escrituras lo que determina la conducta del cre-
yente sino su deseo particular, lo cual va en contra del principio bíblico que dice que el
culto debe ser racional según Romanos 12:1. Arquâimedes Maciel, Orden o desorden
(República Oriental de Uruguay: Centro Militar, 1982), 36.
5 John Loren Sandford, Paula Sandford, Cómo transformar el hombre interior (Lake
Mary. FL: Casa Creación, 2008), 2.
6 La iglesia adventista declara enfáticamente que “con el propósito de evitar una unión
entre la iglesia y el estado, no deberían aceptarse fondos que tengan por objeto fi-
nanciar las actividades religiosas, como los cultos de adoración, el evangelismo, la
publicación de textos religiosos, ni para pagar los salarios de quienes se desempeñan
en la administración de la iglesia o en el ministerio evangélico”, lo cual revela un vo-
luntarismo eclesiástico de acuerdo a la definición de términos. Iglesia Adventista del
Séptimo Día, Declaraciones, orientaciones y otros documentos, 375.
7 http://www.wordreference.com/definicion/eclesiástico
8 Diccionario enciclopédico ilustrado (Madrid: Editorial LIBSA, 1994).
Pág. 52
Día 8 Voluntarismo Antropológico en las Ofrendas

define como iglesias que eran sostenidas por donaciones voluntarias.9


González afirma que el voluntarismo es la postura según la cual la
iglesia es una asociación voluntaria, formada por quienes por su pro-
pio albedrío deciden unirse a ella, y sostenida por quienes libremente
deciden darle sus ofrendas y otros recursos.10 Por supuesto, con este
nombre se designa la teoría según la cual la Iglesia y el clero deben
estar sostenidos por medio de contribuciones voluntarias, sin de-
pender del Estado, en interés de la libertad é independencia religio-
sas.11
Cabe mencionar que los anabaptistas creían que la Escritura indi-
caba la necesidad de una completa separación de la iglesia y el Estado,
y subsecuentemente sufrieron de intensa persecución. Ellos creían que
el gobierno secular no tenía autoridad sobre las creencias religiosas de
la gente y por lo tanto la iglesia no tenía derecho de reclamar asisten-
cia financiera del Estado.12 Ellos creían que los ministros del evangelio
debían ser sostenidos por las contribuciones voluntarias de las con-
gregaciones a las cuales servían.13 El voluntarismo, según Atkinson, es
además la dependencia no solo de iglesias, sino también de escuelas,
sindicatos, etc., de su membresía o la financiación basada en ofrendas
voluntarias, en lugar de los impuestos estatales (por ejemplo, el im-
puesto para las iglesias en Alemania).14
El movimiento voluntarista, que se opone a que haya un gobierno
con la facultad de imponer impuestos, y menos para sostener iglesias
pues hay ateos que no comulgan con ninguna creencia acerca de Dios,
se basa en 1 de Samuel 8, Jueces 17:6 y 21:25 para darle fuerza a su mo-
vimiento. “En aquellos días, no había rey en Israel, cada quien hacía lo
que bien le parecía”.15 Es decir, allí no había rey que aplicara impuestos

9 Sandford, Sandford, 2.
10 Justo L. González, Diccionario manual de teología (Madrid: Editorial CLIE, 2011),
299.
11 Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, Tomo LXIX (Madrid: Espasa-
Calpe, 1929), 1106.
12 A Scott Moreau, Harold Netland, Charles Van Engen, eds., Evangelical dictionary of
world missions (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000), 196.
13 David A. Croteau, editor, Perspectives on tithing 4 views (Nashville, TN: B & H Publis-
hing Group, 2011), 180.
14 David John Atkinson, David H. Field, Diccionario de ética cristiana y teología pastoral
(Colombia: Publicaciones Andamio/Editorial CLIE, 2004), 1186.
15 Carl Watner, “And every man did what was right in his own eyes: voluntaryism in the
Old Testament”, en I must speak out (San Francisco, CA: Fox & Wilkes, 1999), 349-
354.
Pág. 53
Dar como Dios manda

más allá de lo que estaba establecido por Dios. En el Nuevo Testamen-


to, el movimiento voluntarista se apoya en 1 de Corintios 9:14, que
dice que los que anuncian el evangelio, deben vivir del evangelio, no
del Estado.16
El impacto del voluntarismo en la iglesia adventista se deja ver en
el hecho de que “la historia de los adventistas del séptimo día corre
paralela al desarrollo del escenario religioso norteamericano”.17 Se-
gún Bradford, “Puede atribuirse a la iglesia norteamericana el méri-
to del reavivamiento del interés en la mayordomía cristiana” y señala
que “los historiadores eclesiásticos dan generalmente la fecha de fines
del siglo XIX como el comienzo del movimiento de mayordomía en
Norteamérica”,18 lo cual corre paralelo al desarrollo de la iglesia adven-
tista como se ha mencionado.
Según Knight, la iglesia adventista en sus inicios tuvo crisis en el
ministerio debido a que no había un programa financiero para sos-
tener a los predicadores. Los miembros de iglesia, al ser invitados
a sostener la obra con ofrendas voluntarias basados especialmente
en 1 de Corintios 16:2, no respondían a los llamados que se hacían.
Y cuando se instaba a los creyentes a enviar una cantidad igual a la de
sus impuestos estatales anuales, la respuesta era aún menor. Enton-
ces, motivados por la gran necesidad que había, en 1859 se presentó el
concepto de Benevolencia Sistemática, basado aún en las ofrendas, que
proporcionaba una forma para que cada miembro diera regularmente
para mantener a la iglesia; sin embargo, por la poca respuesta de los
creyentes, y aunque este plan era un avance, estaba muy por debajo de
las necesidades y nunca suplió plenamente las carencias de la creciente
iglesia.
Tuvo que venir el plan de devolver el diezmo basado en Malaquías
3:10, impulsado por Dudley M. Canright en 1876, para que las cosas
tomaran un mejor rumbo. De este modo, el sistema de Benevolen-
cia Sistemática basado en el diezmo tuvo éxito en sostener a la igle-
sia mientras que el plan de Benevolencia Sistemática basado en las

16 James Hastings, editor, Encyclopaedia of religion and ethics, vol. XII (New York: T. & T.
Clark, 1974), 635.
17 Charles E. Bradford, “Mayordomía”, Teología, fundamentos bíblicos de nuestra fe, tomo
6 (México: Asociación Publicadora Interamericana y Gema Editores, 2007), 203.
18 Ibíd., 202.
Pág. 54
Día 8 Voluntarismo Antropológico en las Ofrendas

ofrendas voluntarias había fracasado.19


Douglass sugiere que los adventistas de aquél tiempo estaban fuer-
temente influidos por el tema de la separación de la iglesia y el Estado,
ya que hubo un voto de parte de la Asociación General en 1895 don-
de la iglesia rechazaba, basados en el concepto de la separación de la
iglesia y el Estado, la exoneración de impuestos para las iglesias de los
Estados Unidos. Esto se tuvo que corregir posteriormente debido al
consejo oportuno de Elena de White.20 La importancia que esto tie-
ne, pues, para discernir el origen del concepto de ofrendas voluntarias
puede comprenderse mejor si se considera la naturaleza del volunta-
rismo eclesiástico.
Adams concluye que “en la historia moderna la primera afirma-
ción crucial de voluntarismo como un fenómeno institucional apare-
ció en las demandas de las sectas a favor de la separación de la iglesia y
el Estado”. Explica que “en la nueva era, la iglesia voluntaria, la iglesia
libre, no apoyada más por los impuestos, debía ser auto sustentable
y debía manejar sus propios asuntos”. Más allá de eso dice que “uno
debe ver el platillo de las ofrendas en los servicios religiosos o de la
iglesia como un símbolo del significado del (disestablishment) y de
voluntarismo. El platillo de las ofrendas simboliza el punto de vista de
que la iglesia, como un cuerpo corporativo es un grupo autodetermi-
nado y que al dar apoyo financiero a la iglesia los miembros afirman
su responsabilidad de participar en la formación de las políticas de la
iglesia”.21
Cabe aclarar, según Garret, que la “voluntariedad” o “voluntaris-
mo” (voluntaryism) se refiere al modelo de apoyo de la iglesia a través
de donaciones voluntarias de sus miembros, mientras que el ‘volunta-
rismo’ (voluntarism) es un término filosófico-teológico asociado con
el libre albedrío”.22

19 George R. Knight, A menos que olvidemos (México: Casa Editora Sudamericana,


Agencia de Publicaciones México Central, 2013), 151-153.
20 Herbert E. Douglass, Mensajera del Señor (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 2000), 221, 222.
21 James Luther Adams, “The Historical Origins of Voluntaryism”, en Everything volun-
tary: from politics to parenting, Collins editor (Salt Lake City, Utah: Creative Com-
mons, 2012), 87-88.
22 James Leo Garrett, Teología sistemática II (El Paso TX: Casa Bautista de Publicacio-
nes, 2000), 389.
Pág. 55
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 8


1. Existen tres tipos de voluntarismo según lo leído este día: volunta-
rismo teológico, voluntarismo eclesiástico y voluntarismo antropoló-
gico.

a) Falso
b) Verdadero

2. La iglesia adventista es voluntarista porque se opone a la unión


de la iglesia y el Estado y cree que la iglesia debe ser sostenida por sus
miembros conforme a la voluntad de Dios.

a) Falso
b) Verdadero

3. El voluntarismo eclesiástico consiste en el modelo de apoyo finan-


ciero de la iglesia a través de donaciones voluntarias de sus miembros.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Acepto hacer de la Palabra de Dios mi guía
suprema al momento de decidir los principios
que deben guiarme al dar ofrendas.

Nombre y Firma

Pág. 56
Día 9
Ofrendas contaminadas
por un significado secular

Z
ech afirma que para incrementar las contribuciones que se
dan a la iglesia en todas sus formas se debe minimizar el
uso del término “voluntario”. Explica que la connotación de
voluntario es: “está bien si hago un buen trabajo, pero tam-
bién está bien si no lo hago. Después de todo sólo soy un voluntario”.
O, “está bien si muestro compromiso, pero también está bien si no lo
muestro. Después de todo, sólo soy un voluntario”.1

Concepto voluntario secular

Por concepto “voluntario” se entiende aquél “acto que nace de la


voluntad, y no por fuerza o necesidad extrañas a aquella”,2 es decir,
es aquél acto que la persona decide por sí misma. Es aquél acto “que
se hace por espontánea voluntad y no por obligación o deber”,3 nadie
impone nada en este caso. Por eso, al voluntario también se le define
como aquélla persona “que obra por capricho”.4
Según Grijelmo, las palabras denotan porque significan, pero

1 Charles E. Zech, Why catholics don’t give… and what can be done about it, 130-131.
2 Salvat universal, Tomo 24 (España: Salvat Editores S. A., 2000), 11304.
3 Diccionario de la lengua española, Vigésima Primera Edición, “Voluntario” (Madrid:
Editorial Espasa Calpe, S. A., 2000).
4 Ibíd.
Pág. 57
Dar como Dios manda

connotan porque se contaminan. Advierte que la seducción de una


palabra surge a partir de su connotación, aquél significado que se
ha aprendido a través de la experiencia. Según esto, la seducción de
las palabras no busca el sonido del significante, que llega directo a la
mente racional, sino el significante del sonido, que se percibe por los
sentidos y termina, por tanto, en los sentimientos.5 Siendo que la prác-
tica de dar ofrendas surgió en el contexto de la separación de la iglesia
y el Estado, donde nada ya sería a la fuerza sino voluntario (tal como
se ha mostrado ya), la posible influencia de tal concepto en la vida de la
iglesia se empieza a ver por sí sola. Partiendo de esta perspectiva no es
difícil ver por qué se dan tan pocas ofrendas con relación al diezmo, el
cual tiene una denotación y connotación más obligatoria en la cultura
adventista.
Según Barthes, “las connotaciones son sentidos que no están en
el diccionario ni en la gramática de la lengua en la que está escrito un
texto”.6 Y para Arsenio Sánchez Pérez, la connotación de una palabra
se produce “cuando se emplea con un significado, de carácter emocio-
nal o expresivo, distinto del que tiene la palabra o cualquiera de sus
acepciones”.7 Sánchez Pérez también advierte que “aunque la denota-
ción y la connotación pueden darse en cualquier acto de comunica-
ción lingüística, es en el lenguaje literario donde coexisten con mayor
frecuencia, si bien con predominio de la última, mientras que en otro
tipo de textos, por ejemplo, los escolares o los científicos, predomina
la denotación”.8
El problema que surge al considerar las ofrendas como “volun-
tarias” es que los miembros de iglesia pueden relacionar el concepto
voluntario con su acepción secular, aun sin proponérselo. “Aunque
lógicamente las connotaciones son segundas [primero están las deno-
taciones de las palabras], las connotaciones no son por ello sencunda-
rias con respecto a los contenidos denotativos: desempeñan un papel
fundamental en el discurso corriente”.9 Bajo ese tenor, para algunas

5 Alex Grijelmo, La seducción de las palabras (España: Taurus, 2000), 39.


6 Citado en Vitalidad e influencia de las lenguas indígenas en Latinoamérica, Ramón
Arzápalo Marín, Yolanda Lastra, compiladores (México, D. F.: Instituto de Investiga-
ciones Antropológicas UNAM, 1995), 247.
7 Arsenio Sánchez Pérez, Lengua española IV (México, D. F.: International Thompson
Editores, S. A. de C. V., 2003), 51.
8 Sánchez Pérez, 51.
9 Diccionario de análisis del discurso, Bajo la dirección de: Patrick Charaudeau y Domi-
Pág. 58
Día 9 Ofrendas Contaminadas por un Significado Secular

personas voluntario significaría dar ofrendas “si quieren”, “cuando


quieran”, o dar “lo que quieran”, porque ese es el significado que han
aprendido. El resultado de este significado es que puede conducir a
que una persona sea voluntariosa, siguiendo la significación última
del término, “que por capricho quiere hacer siempre su voluntad”.10 El
problema se agrava naturalmente cada vez más porque a los miembros
de iglesia no se les enseña lo que significa este concepto desde la pers-
pectiva bíblica.
El análisis de la literatura señala que los escritores acerca de las
ofrendas siempre explican que las ofrendas son voluntarias pero
lamentablemente no definen lo que ese término significa desde un
análisis más profundo de la Biblia. Ángel M. Rodríguez, dice que las
ofrendas deben ser voluntarias, significando con esto que deben darse
“de corazón”, pero no dice más al respecto;11 no se dice, por ejemplo,
cuáles eran los requisitos para que una ofrenda fuera aceptada en co-
nexión con el término voluntario.

Concepto obligatorio clarificado

Aunado a lo anterior, un tema que corre paralelo al asunto volunta-


rio es la obligación. Y así como se entiende mal el concepto voluntario
también se entiende mal el concepto obligatorio. Las connotaciones en
ambos casos son una fuente de problemas. Correctamente entendido,
el término obligatorio es la imposición de un deber –del latín obligatio
(de ob-ligare: atar)- que lleva consigo el bien moral. Se dice que éste no
es un puro dato que deje indiferente a la libertad: es también una tarea
que despierta la fidelidad. Además, no hay libertad de opción en pre-
sencia del mal. Sin embargo, se hace hincapié de que no se trata de un
añadido de naturaleza autoritaria, emotivo, social, cultural, utilitario,
es decir, de una función de algo distinto del bien: La obligación, en este
caso, forma una sola cosa con el bien, surge de su misma esencia, como
un bien que es al mismo tiempo propio de la persona e imperativo de
sus exigencias.12

nique Maingueneau (1ª edición, Buenos Aires: Amorrortu, 2005), 120.


10 Diccionario de la lengua española, “Voluntarioso”.
11 Ángel Manuel Rodríguez, “Hacia una teología de la mayordomía, el diezmo y las
ofrendas”, Ministerio adventista, Marzo-Abril 1999, 18-23.
12 Diccionario teológico enciclopédico (España: Editorial Verbo Divino, 1995), 696.
Pág. 59
Dar como Dios manda

Galeano afirma que la obligatoriedad de algo sólo viene de la vo-


luntad de Dios, en la ausencia de la cual habría sólo una ética racio-
nal, cuya transgresión sería algo irracional pero no sería un pecado.
Y explica que el pecado es un acto personal, que va contra Dios, no
contra las leyes naturales como tal. Así que, concluye, el mal viene del
pecado, y por lo tanto no es por error13 sino por rebeldía.
Mirado desde una perspectiva positiva, Wright asegura que así
como un persona está obligada a practicar para ejecutar un instrumen-
to con la pericia resultante, así el dar obligatorio produce una menta-
lidad de generosidad que impide que solo demos cuando las cosas van
bien.14 Señala que cuando una persona se rehúsa a participar lo único
que lo podría mover a dar es saber que tiene la obligación de hacerlo.
Pero añade que la obligación motiva a una persona a realizar, a final de
cuentas, aquello que vale la pena. De este modo, la persona desarrolla
un carácter como el de Dios y nuestra vida entera se vuelve un acto de
generosidad.

13 Adolfo Galeano, 170.


14 Lauren Tyler Wright, Giving the sacred art (Woodstock, Vermont: Skylight Paths Pu-
blishing, 2008), 57-76.
Pág. 60
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 9
1. Las palabras tienen denotaciones y connotaciones. Las denotacio-
nes tienen que ver con el significado del diccionario y las connotacio-
nes con el significado que les da la gente.

a) Falso
b) Verdadero

2. El problema con la palabra voluntario es que los miembros de igle-


sia ignoran el significado de la palabra voluntario según la Biblia.

a) Falso
b) Verdadero

3. Lo obligatorio tiene su origen en la voluntad de Dios y si no tuvie-


ra ese origen nada sería pecado.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Decido dar ofrendas de acuerdo al concepto
voluntario bíblico y rechazo el concepto volunta-
rio secular

Nombre y Firma

Pág. 61
Día 10
Principios destacados
sobre las ofrendas y los
diezmos

H
emos visto hasta aquí cómo se ha ido desarrollando la idea
de dar lo que uno quiera, como quiera o donde quiera,
contrario a lo que dice la Palabra de Dios. El voluntarismo
es una doctrina seductora y debemos entender más ple-
namente lo que encierra. Así que, ¿qué otra cosa debemos considerar?
Lo siguiente: “Además de constituir un sesgo cognitivo y una pobre
forma de tomar decisiones, el voluntarismo puede ser también una fa-
lacia lógica específica en un debate, cuando se asume que algo es cierto
o falso basándose simplemente en el deseo de que lo sea”.1 Pero con
Dios no podemos actuar de esa manera.2 Pablo dice: “Procura con di-
ligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Y nos exhorta a “no
pensar más allá de lo que está escrito”.3

¿No hay mucha información en la Biblia sobre las ofrendas?

“David Funder y Joachim Krueger ven los sesgos, no como erro-


res, sino como una especie de cortocircuitos o atajos que ayudan a los
humanos a la hora de predecir y tomar decisiones, sobre todo cuando
no hay mucha información”.4 Pero, ¿no hay mucha información sobre

1 http://es.wikipedia.org/wiki/Voluntarismo_(actitud)
2 Romanos 14:22
3 2 Timoteo 2:15; 1 Corintios 4:6
4 http://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_cognitivo
Pág. 62
Día 10 Principios Destacados sobre las Ofrendas y los Diezmos

las ofrendas? La Biblia habla más de las ofrendas que del diezmo. Así
que, ¿podemos decir que no sabemos y basándonos en eso escoger dar
la cantidad que sea, cuando sea y como sea? Los principios que la Es-
critura presenta, son los siguientes:
Los diezmos y las ofrendas deben darse en el lugar asignado por
Dios, no en el lugar asignado por el hombre. “Y al lugar que Jehová
vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las
cosas que yo os mando…”.5
Los diezmos y las ofrendas deben darse en el momento estable-
cido por Dios, no en el momento establecido por el hombre. “No te
demores en presentarme las ofrendas de tus graneros y de tus lagares”.
“Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo…”.6
Los diezmos y las ofrendas deben darse en la cantidad asignada
por Dios y no la cantidad asignada por el hombre. Así sucedía con
los diezmos,7 las ofrendas8 y los votos.9
Los diezmos y las ofrendas deben darse con la calidad estipula-
da por Dios no por la calidad estipulada por el hombre. Malaquías
capítulo 1 es el mejor argumento para esto. Así que, en resumidas
cuentas, el voluntarismo no tiene sustento bíblico.
Dios a través de Moisés advirtió: “No haréis como todo lo que ha-
cemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece”.10 Ahora,
¿sabías que el origen de la palabra “mayordomía” nos ayuda a com-
prender que en el manejo de los recursos del Señor debe regir Su ley?
Esta palabra deriva del griego oikos que significa casa y nomía que sig-
nifica ley, la ley de la casa, lo cual “se refiere principalmente al manejo
ordenado de una casa”. Así que, no podemos hacer nuestra voluntad
si queremos mantener el orden en la iglesia, ¿no es así? Por tanto, si
ya estamos concientes de esto, entonces evitemos una práctica que no
tiene apoyo bíblico. El voluntarismo queda descartado.

5 Deut. 12:11; 12:5; 12:13; 15:20; 16:2; 26:2; Éxodo 20:24; Malaquías 3:10
6 Éxodo 22:29; Deuteronomio 23:21; 14:22; Véase también Eclesiastés 5:4 y Números
28:2
7 Números 18:21
8 Números 18:26-28; Véase Levítico 5
9 Aunque los votos eran voluntarios, se volvían obligatorios y se asignaba una cantidad
de acuerdo al sexo y la edad. Esto tenía como fin descartar las promesas “locas” que
el pueblo hubiera podido hacer bajo el poder de las emociones. Véase Números 30 y
Levítico 27:1-8
10 Deuteronomio 12:8
Pág. 63
Dar como Dios manda

Aún en el ambiente mundano la libertad del voluntario “no se in-


terpreta como la arbitrariedad de los deseos, se desarrolla un compro-
miso con una entidad de voluntariado y está sujetos a unas normas”11

El principio de la proporción

Ahora, ¿qué normas pueden ser estas? Según Herrera,12 la ofrenda


debe reflejar cuanto nos ha bendecido Dios, y para lograrlo, una de
las formas es estableciendo un porcentaje para ella. De esa manera,
si la bendición fue pequeña, la ofrenda será pequeña en cuanto a la
cantidad; y si la bendición fue grande, la ofrenda será grande, aunque
el porcentaje en todo caso será el mismo. La base bíblica para sustentar
este principio es aquél que dice que “cada uno presentará su ofren-
da conforme a la bendición que Jehová, su Dios, le haya dado” (Deut.
16:17), algo que también encuentra apoyo en el Nuevo Testamento (1
Cor. 16:2). Al dar un porcentaje, según Herrera, se evita el error de
establecer una cantidad fija para la ofrenda sin importar cuanto haya
Dios bendecido, lo cual evita el dar sólo para cumplir un deber religio-
so.
Satterlee declara que a través de la ofrenda de la viuda en compa-
ración con la ofrenda de los ricos (Mr. 12:41-44), Jesús hace ver que el
tamaño de la ofrenda no es lo importante sino su proporción. Desde la
perspectiva de Cristo, la ofrenda de la viuda fue increíblemente gene-
rosa, mientras que los ricos no podían con orgullo señalar el tamaño
de su ofrenda, aunque era una cantidad grande, porque era pequeña en
términos de porcentaje.13

Un asunto que se ha malentendido: la ética del dar

Cumplir lo que se promete es otra de las cosas que con mayor cla-
ridad se presentan en las Sagradas Escrituras. No solo dice que no hay
que demorarse en cumplir, sino que advierte a no comprometerse si

11 Patricia Soler Javaloy, Voluntariado en red (España: Publicaciones de la Universidad


del Alicante, 2011), 29
12 Roberto Herrera, Primero lo primero (Doral, FL: Asociación Publicadora Interameri-
cana, 2007), 105.
13 Craig A. Satterlee, Preaching and stewarship (Herndon, VI: The Alban Institute, 2011),
96.

Pág. 64
Día 10 Principios Destacados sobre las Ofrendas y los Diezmos

no tenemos la posibilidad de pagar. Salomón declara que es pecado no


cumplir lo que se promete (Ecle. 5:4-6).
La ley de los votos, según Moisés, afirmaba que la persona queda-
ba bajo obligación de dar lo que había prometido (Núm. 30:1-16), y se
estipulaba una cantidad según el género y la edad (Lev. 27:1-7), nadie
podía dar la cantidad que se le ocurriera sino que tenía que ser la can-
tidad estipulada por alguien externo (Lev. 27:8).
Esto anterior fue lo que Ananías y Safira transgredieron y por lo
cual murieron (Hch 5:1-10). Se habían comprometido a dar el precio
completo de la venta de una heredad pero solo trajeron un parte. Su
actuar se consideró como un robo y un intento de mentir a Dios.
Olford señala que en 2 de Corintios 8:10-11 se presenta la ética de
dar. Los corintios habían hecho una promesa pero estaban tardándose
en cumplirla (v. 10, 11). En el capítulo 9, Pablo les recuerda nueva-
mente que ellos habían hecho una promesa (v. 5), y es en este contexto
que se dice que cada uno debe dar “como propuso en su corazón: no
con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (v.
7). Es decir, ellos debían cumplir la promesa que habían hecho. En
otras palabras, el texto no dice que ellos podían dar lo que quisieran
sino que debían cumplir su promesa. Olford explica que, con un tacto
consumado, Pablo aconseja a una iglesia que ha fallado en cumplir su
promesa de dar dentro del calendario establecido. Ese fracaso había
puesto en peligro su integridad.14
La importancia de llevar a los miembros a cumplir sus compro-
misos es importantes por varias razones. Según Grimm, las personas
que se comprometen a dar, por lo general dan un 30 por ciento más
que aquellos que no lo hacen. Dice que tal compromiso refleja el deseo
de poner a Dios primero y revela una fe que se arriesga. Reconoce que
Dios pide que el hombre se comprometa, y a través de eso se demues-
tra que Dios es vital para la vida del creyente. Otro beneficio es que
presupuestar lo que uno se ha comprometido a dar libera al individuo
de saber cuanto dar y permite cumplir con un ministerio; también per-
mite cumplir con el plan de la iglesia y evitar que se den solo sobras.15
Pero, ¿dónde se origina la desviación de recursos? Por favor, con-
tinúa leyendo el siguiente día.

14 Stephen S. Olford, 56.


15 Eugene Grimm, Generous people (Nashville, TN: Abingdon Press, 1992), 50-57.
Pág. 65
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 10


1. Con dar un porcentaje de ofrendas se evita el error de establecer
una cantidad fija o cuotas para los diezmos y las ofrendas, sin importar
cuanto haya Dios bendecido, lo cual evita el dar sólo para cumplir un
deber religioso.

a) Falso
b) Verdadero

2. “Cada uno dé como propuso en su corazón” se puede malentender


cuando la gente piensa que uno puede dar lo que quiera porque, en
realidad, Pablo está diciendo aquí que los corintios debían cumplir la
promesa que habían hecho.

a) Falso
b) Verdadero

3. En Israel nadie podía dar la cantidad que fuera porque todo estaba
estipulado con claridad, aún los votos que eran voluntarios.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Prometo cumplir a Dios todas las promesas
que haga de dar alguna cantidad de ofrendas para
la iglesia.

Nombre y Firma

Pág. 66
Día 11
El origen maligno de la
desviación de recursos

U
na persona ha decidido que va a usar los diezmos para
ayudar a los pobres. ¿Está en lo correcto? Otro decide que
puede usar los diezmos para atender un asunto urgente de
la iglesia. ¿Está haciendo bien? ¿Pueden algunas acciones
justificar el uso del diezmo? ¿Te sorprenderías si supieras que usar los
diezmos para atender un asunto “urgente” de la iglesia y no devolverlo
es un robo?
Observa esto: “El diezmo ha sido puesto aparte con un propósito
especial. No debe considerarse como un fondo para pobres”. Y se añade:
“Se me mostró que es un error emplear el diezmo para satisfacer los
gastos ocasionales de la iglesia”. Y se remata, diciendo: “Estáis robando
a Dios cada vez que ponéis vuestras manos en la tesorería y extraéis
fondos para satisfacer los gastos corrientes de la iglesia”.1
¿Suenan duro esas palabras? Las que siguen son aún más solem-
nes: “El diezmo es del Señor, y los que interfieren con él serán castiga-
dos con la pérdida de su riqueza eterna a menos que se arrepientan”.2
Debido a esto las Juntas Directivas deben cuidar que a los diezmos se
les dé el destino correcto en todo momento.
Tan grave es este asunto que se nos dice que el diezmo “no debe
emplearse en caso de emergencia, ni como parezca conveniente, aun

1 Consejos sobre mayordomía cristiana, 108.


2 Consejos sobre mayordomía cristiana, 107.
Pág. 67
Dar como Dios manda

en cosas que conciernen a las cosas de Dios”.3 ¿Aun en eso? ¡Aun en


eso! Tratar con lo que pertenece a Dios es algo muy sagrado.
A los ministros se les dice que deben “enseñar a la gente a conside-
rar el diezmo como algo sagrado”. Y allí mismo se enfatiza que el pastor
no debe “respaldar con su influencia ningún plan para apartar de su
uso legítimo los diezmos y las ofrendas de Dios”.4
Lo más sorprendente quizás sean las palabras que siguen: Los ma-
yordomos “no deben contradecir los planes del Señor llevando a cabo
alguna obra de caridad, o dando algún regalo u ofrenda, cuando o
como ellos, los instrumentos humanos, consideren conveniente”.5
¿No hemos hecho hincapié en esto ya? ¿No se ha dicho que no
podemos dar lo que sea, cuando sea, como sea y donde sea? Pero, ¿qué
hay detrás de una práctica descuidada en los diezmos y las ofrendas?

El origen malsano de la desviación de recursos

El pecado de Lucifer comenzó con una desviación de recursos.


¿Sabías eso? ¡Una mala administración de su vida! ¡Y pensar que toda-
vía pretende administrar tu vida y la mía!
Una de las citas que más han estimulado mi pensamiento es esta:
“El estudiante debería aprender a considerar la Biblia como un todo
y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el co-
nocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios
hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de
la redención. Debería comprender la naturaleza de los principios que
luchan por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las
crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería
verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida
humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela uno u
otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo consciente o inconscien-
temente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se
va a encontrar”.6
¿Con qué parte de esa cita te quedas? Para los fines de este día,
quiero llamar tu atención al hecho de que ahí dice que debemos ad-

3 Consejos sobre mayordomía cristiana, 106.


4 Consejos sobre mayordomía cristiana, 106.
5 Consejos sobre mayordomía cristiana, 106.
6 La educación, 190.
Pág. 68
Día 11 El Origen Maligno de la Desviación de Recursos

quirir conocimiento sobre el comienzo de la gran controversia. ¡Esto es


muy importante!
En segundo lugar, dice que debemos comprender los principios que
luchan por la supremacía y aprender a rastrear su obra a través de la
historia y la profecía.
Pero lo más impactante es que dice que debemos verificar cómo
interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana. Fíjate
bien. ¡En todos los aspectos de la vida humana! Así que uno se pregun-
ta: ¿También en el asunto de los diezmos y las ofrendas? Así es. ¡En
todos!
Pero lo verdaderamente sorprendente es que dice que cada acto de
nuestra vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos. ¡O esta-
mos con Dios o estamos en su contra! Y para rematar con la cita, cul-
mina diciendo: Cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente,
está decidiendo ya en qué lado de la contienda se va a encontrar.
Bien. Uno podría pensar que la mayordomía de los diezmos y las
ofrendas tiene que ver solo con dinero. Pero no es así. ¡Tienen que ver
con el gran conflicto! La Biblia dice que todos somos actores en el gran
teatro del universo. “Hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los
hombres y a los ángeles”.7 Y, ¿qué principios del gran conflicto estamos
desarrollando en nuestra propia vida?

El pecado, ¿dónde tuvo su origen?

La Sierva del Señor escribió: “El pecado tuvo su origen en el


egoísmo”.8 ¿Egoísmo? ¿Dónde dice la ley que el egoísmo es pecado?
¿Qué hay en la ley que el vivir para sí mismo se vuelve pecaminoso?
¿Cuál fue el mandamiento transgredido por Lucifer?
Una de las primeras cosas que tenemos que saber acerca de la ley
es que ella afirma que todas las cosas que hemos recibido por el Señor
las hemos recibido para darlas. Te puede sonar extraño pero así es. Se
nos dice que Jesús, Aquél que vino para vivir de acuerdo a las leyes de
su Padre,9 “recibió todas las cosas de Dios, pero las recibió para darlas”.10
Ese es el principio del cielo. Y es por eso que Jesús dijo: “Si alguno

7 1 Corintios 4:9
8 El Deseado de todas las gentes, 13.
9 Gálatas 4:4
10 El Deseado de todas las gentes, 12.
Pág. 69
Dar como Dios manda

quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día,
y sígame”.11 La predicación del evangelio del reino está en pugna con
los principios de Lucifer.
El principal mandamiento, dice: “Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas
tus fuerzas”.12 En otras palabras, todas nuestras facultades deben estar
al servicio de Dios. No nos quedamos con nada.
Ya sea en lo emocional, lo espiritual, lo intelectual y lo físico, todo
debe utilizarse para amar a Dios. De ahí se desprende que usar estos
recursos en beneficio propio nos conduce al mismo pecado de Lucifer:
la desviación de recursos.
El Señor Jesús, a través del profeta Isaías, abre las cortinas del cielo
y nos deja ver la historia, diciendo: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero,
hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las
naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto
a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del norte; Sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo.13
El texto anterior sugiere que el pecado comenzó cuando Lucifer usó
los dones y recursos que Dios le había dado para promover su propio
trono en lugar de promover, con esos recursos, el trono de Dios. El pe-
cado de Lucifer comenzó con una desviación de recursos, atentando
contra la ley establecida.
Ahora, cuando ese conflicto cósmico se trasladó a la tierra, Adán y
Eva “trataron de arrebatar el control de las manos de su Creador sobera-
no. Un control que no les pertenecía. Resistieron la voluntad de Dios
e insistieron en compartir su trono. La batalla había comenzado”.14De
allí en adelante el hombre intentaría hacer, con lo que solo pertenece a
Dios, su voluntad humana.
Así que, una persona que deja de dar los diezmos o las ofrendas
que le pertenecen a Dios, podría cometer el mismo pecado de Lucifer
y de ese modo identificarse con él. Cada acto de infidelidad en la iglesia
es instigado por él. Y logra eso cuando nos induce a promover nuestro
propio trono en lugar de promover el trono de Dios. El egoísmo que se

11 Lucas 9:23
12 Marcos 12:30
13 Isaías 14:12-14
14 Nancy Leigh DeMoss, Rendición (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2006), 33.
Pág. 70
Día 11 El Origen Maligno de la Desviación de Recursos

fomenta con la retención de lo que le pertenece a Dios forma parte del


reino del enemigo.
En nuestra iglesia esto es algo grave porque nuestro evangelio no
solo predica a Cristo sino también promueve el trono de Dios. Mien-
tras otras iglesias predican que la ley de Dios ya fue abolida, nuestras
verdades conectan a las personas con el trono de Dios porque están
relacionadas con su santa ley eterna. La predicación adventista es un
compromiso directo con el trono de Dios.
Por esa razón el asunto de la mayordomía es un asunto impor-
tantísimo. Tiene que ver no solo con la ley sino también con el gran
conflicto. Tiene que ver no solo con la ley sino también con el gobierno
y el trono de Dios. Ante todo esto, ¿cómo responderemos nosotros?
A Israel se le dijo: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la ben-
dición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia”.15 ¿Escogeremos lo que Dios desea? ¿Respetaremos sus
mandatos?
Y tú, ¿de qué lado estás? ¿Ya echaste tu suerte con Dios? Sigue le-
yendo, por favor.

15 Deuteronomio 30:19
Pág. 71
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 11

1. Es un error y un pecado de robo usar los diezmos para atender


emergencias y asuntos corrientes aún en cosas que conciernen a la
obra de Dios.
a) Falso
b) Verdadero

2. La desviación de recursos comenzó cuando.


a) Lucifer se rebeló contra Dios en el cielo
b) Promovió con los recursos que Dios le había dado su propio trono en
lugar de promover el trono de Dios
c) Todo lo anterior

3. Las verdades que predica la Iglesia Adventista son un compromiso


con el trono de Dios porque.
a) Tienen relación con su santa ley
b) A diferencia de otros que dicen que la ley de Dios ha sido abolida, esta
iglesia proclama los principios eternos del gobierno de Dios tal como
están expresados en su ley
c) Todo lo anterior

MI DECISIÓN
Decido promover el trono de Dios a través de
los diezmos y ofrendas para predicar un evange-
lio total que incluya la ley del Señor.

Nombre y Firma

Pág. 72
Día 12
Porcentaje de ofrendas
según la Biblia

D
éjame hacerte una pregunta: ¿Cuál es el origen del número
diez en la Biblia? O mejor dicho: ¿Cuál es su significado?
¿Por qué el Señor pensó en décimas al regular los diezmos
y las ofrendas? ¿Qué significado tiene el número diez?
Como bien sabemos, los números tienen un significado en la Bi-
blia. El número 7, por ejemplo, nos habla de la perfección de Dios. El
número 4, los cuatro ángulos de la tierra. El 12, de su gobierno; por eso
tenemos las doce tribus de Israel y los 12 apóstoles. Pero el diez, ¿qué
podría significar?

El significado del número diez en la Biblia

Chris Richards sugiere que el número 10 significa “prueba”.1 Y las


razones que él presenta son las siguientes:
Las 10 pruebas o cambio de salario de Jacob con su suegro Labán.2
Las 10 plagas en Egipto, lo cual representó una prueba para Faraón.3
Los 10 mandamientos que son una prueba para el pueblo de Dios a
través de los siglos.4 Las 10 veces que el pueblo de Israel probó a Dios

1 Chris Richards, Dios, el dinero y tú (Ciudad Juárez, Chih: De Hombre a Hombre Pro-
ducciones, 2004), 53.
2 Génesis 31:7, 41
3 Éxodo 7-11
4 Éxodo 20
Pág. 73
Dar como Dios manda

en el desierto.5 Los 10 días de prueba para Daniel y sus amigos en Babi-


lonia.6 Las 10 vírgenes con sus lámparas en la demora del esposo.7 Los
10 días de prueba en el Apocalipsis.8
Según lo anterior, el denominador común del uso que hace la Bi-
blia del número diez es sencillamente para indicar que allí hay una
prueba. Ahora, lo que llama la atención es que Dios, al hacer referen-
cia al asunto de los diezmos y las ofrendas, dice: “Probadme ahora en
esto”.9
Chris Richards comenta ese texto, diciendo: “El diezmo es una
prueba de nuestro corazón, es decir, nuestra fidelidad para con Dios y al
mismo tiempo una prueba de la fidelidad de Dios para con nosotros”.10
Pero, ¿ocurre esta prueba solo en el asunto de los diezmos? No. La
verdadera prueba para la iglesia hoy está en el asunto de las ofrendas.
De hecho, la fidelidad en los diezmos siempre ha sido un asunto nota-
ble dentro de la Iglesia Adventista.
Sin embargo, lo que también es notable a veces, pero en sentido
negativo, es con relación a las ofrendas. Y esa es la razón por la cual
vemos tantas iglesias pobres en la actualidad. Dios no puede bendecir
plenamente a una iglesia que ha dejado de darle lo que verdaderamen-
te le corresponde.

Razones por las que Dios ha regulado las ofrendas

Pero, ¿por qué regular algo que se supone que debe ser espontá-
neo, nacido del corazón? Precisamente, porque es nacido del corazón
es que debe regularse. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas,
y perverso, ¿quién lo conocerá?”11 ¿Pueden ser “perversas” nuestras
ofrendas? ¿Podemos engañarnos pensando que le estamos dando a
Dios lo que le corresponde cuando en realidad solo nos estamos satis-
faciendo a nosotros mismos?
Y se trata no solo de nuestra propia perversidad sino de la per-

5 Números 14:22
6 Daniel 1:12
7 Mateo 25
8 Apocalipsis 2:10
9 Malaquías 3:10
10 Chris Richards, Dios, el dinero y tú, 53.
11 Jeremías 17:9
Pág. 74
Día 12 Porcentaje de Ofrendas según la Biblia

versidad de aquellos que, estando en posiciones de autoridad, podrían


abusar de la inocencia o ignorancia de algunas personas.
Jorge Erdely, en su libro Pastores que Abusan, hace alusión a líderes
de iglesias evangélicas y católicas que han ejercido tanta presión eco-
nómica sobre sus feligreses, que apenas puede creerse lo que está di-
ciendo. Sin embargo, no debemos alarmarnos como si esto fuera algo
nuevo.
Ya el Señor en el Antiguo Testamento,12 y también en el Nuevo,13
tuvo que dar severas reprensiones a través de sus profetas, y por él mis-
mo, a ciertos dirigentes de su pueblo que abusaban económicamente
de la gente. Y a eso se expone un sistema que no contempla dar por
principio o que obedece a sistemas financieros que no tienen ningún
control en la Palabra de Dios.
Pero nuestra iglesia ha sido muy sabia en este punto. Somos una
iglesia organizada. Las auditorias anuales que se llevan a cabo en las
iglesias locales, en las Asociaciones, en las Uniones, en las Divisiones
y en la Asociación General, ha traído mucha confianza y es algo de lo
cual debemos sentirnos santamente satisfechos.
En nuestra iglesia los pastores no manejan dinero excepto el suel-
do que reciben. Nuestro sistema es tan sabio que el único error que se
podría cometer en este aspecto es no informar a los miembros bautiza-
dos en una junta administrativa cuáles han sido las entradas y salidas.14
Así que, aparte del voluntarismo que vimos anteriormente, ¿cuál
sería la razón para regular las ofrendas de parte de Dios?
Es esta: Si se deja el asunto de la dadivosidad al arbitrio de la gente,
y se hacen a un lado los principios, no debemos olvidar que eso tam-
bién nos hace muy vulnerables. Cualquiera puede explotar nuestras
emociones hasta el extremo de terminar dando cosas para luego arre-
pentirnos.
Hay personas que son expertas en manipular los sentimientos de
la gente. Hay quienes saben aplicar lo que algunos suelen llamar: “asal-
to verbal”. Despojan a gente rica y a gente pobre de lo que tienen. Pero
ese no es el plan de Dios.15 ¿Entonces cual es? Más adelante veremos

12 Ezequiel 34
13 Lucas 20:47
14 Por razones de seguridad, es mejor dar estos informes solo a miembros bautizados.
15 En el libro Guía de procedimientos para pastores, hablando de los estilos de dadivosi-
dad, dice que “los llamamientos frecuentes socavan la misión global de la iglesia y diri-
Pág. 75
Dar como Dios manda

una descripción más detallada de lo que es una ofrenda bíblica; aquella


que es abundante, generosa, sacrificial, regular y sistemática.

¿Es bíblico el 10% de las ofrendas?

Como mencioné en los días anteriores, nuestra tentación actual


con relación a las ofrendas es que queramos dar bajo nuestro propio
criterio y no bajo el criterio de Dios. Pero como ya lo expresé, eso difi-
cilmente puede tener sustento bíblico.
Dios siempre fue claro al decir cuánto, cómo, cuándo, y dónde tenía
que darse lo que había de darse. Y cuando aparecía una ofrenda que no
estaba en el plan, como veremos más adelante, fue muy explícito aún
en eso. Nada quedaba al arbitrio de la gente o de los líderes.
Dar algo voluntariamente significa dar de corazón no lo que no-
sotros queremos sino lo que él quiere. Si no lo hacemos así corremos el
riesgo de darle a Dios los frutos de nuestro corazón egoísta y descon-
fiado, y no la ofrenda que lo honra.
Llama la atención que aún los más pobres en Israel, cuando hacían
un voto, no podían dar lo que sea si se daba el caso de que no alcanza-
ban a dar la cantidad establecida.16 El sacerdote debía determinar qué
cantidad debía dar el adorador. Así que, “dar lo que yo quiera” era una
práctica desconocida dentro del pueblo de Dios.
Entonces, ¿bajo qué principios podemos regirnos? ¿Cómo dar una
ofrenda que no sea mezquina y que al mismo tiempo refleje la volun-
tad divina? ¿Cómo dar una ofrenda que bajo los principios bíblicos sea
aceptable ante Dios?
Si nuestras ofrendas van a ser bíblicas, hay que tomar en cuenta
que en el Antiguo Testamento algunas ofrendas tenían un porcentaje
igual al diezmo, tratándose de aquellas que eran para satisfacer las ne-
cesidades del adorador en el templo.
Suponemos que las ofrendas no se componían de ningún porcen-

gen los fondos de manera desequilibrada a los proyectos que cuentan con el presentador
más locuaz, o con el mayor atractivo emocional” (México, D. F: Gema Editores, 2009),
241. En otras palabras, pedir siempre para proyectos no es recomendable, a menos
que ya se esté cumpliendo con los diezmos y ofrendas a través de un porcentaje en el
sobre de diezmos. Hasta el mismo Moisés tuvo que decir: “ya no traigan más”, cuando
se pidió para el proyecto de construcción del tabernáculo (Éxodo 36:3-7).
16 Véase Levítico 27:8
Pág. 76
Día 12 Porcentaje de Ofrendas según la Biblia

taje, pero en la Biblia, ese no es enteramente el caso. Analicemos lo


siguiente. Se nos dice que “las contribuciones que se les exigían a los
hebreos para fines religiosos y de caridad representaban por lo menos
la cuarta parte de su renta o entradas”.17
Otra cita dice que “por lo menos un tercio de sus ingresos esta-
ban dedicados a propósitos sagrados y religiosos.”18 ¿Un tercio? Esto es
alrededor de 33%. Así que si el diezmo es 10%, entonces las ofrendas
equivalían al 23%, por así decirlo, ¿no es así?
Pero no pienses que es muy difícil llegar a esa conclusión. Recuer-
da que había un primer diezmo, que era para los levitas,19 otro segundo
diezmo que era para las necesidades del adorador en el templo,20 y un
tercer diezmo que era para los pobres.21 Aparte las ofrendas.
El Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día identifica 49
sacrificios y ofrendas para diferentes propósitos y momentos, entre
los cuales se incluían ofrendas por toda la congregación y las que se
ofrecían a favor de un solo individuo. Esto incluía holocaustos (cuyo
propósito era la adoración, gratitud y dedicación); ofrendas por el pe-
cado (cuyo propósito era la expiación de los pecados cometidos contra
Dios); ofrendas por la culpa (cuyo propósito era generalmente para ex-
piar pecados graves cometidos contra el prójimo) y sacrificios de paz
(cuyo propósito era expresar gratitud, buena voluntad y fraternidad).22
Si bien las ofrendas que estamos mencionando aquí no eran dadas
por un mismo adorador, ni a un mismo tiempo, sino que dependían
de las necesidades de cada persona, la gran cantidad de ellas nos sugie-
re que el pueblo daba, como se nos ha dicho ya, entre un 25 y un 33%
de sus ingresos.

17 Patriarcas y profetas, 566.


18 Testimonies, 395. Véase en español Testimonios para la iglesia Tomo 3, 434.
19 Números 18:21; Levítico 27:30
20 Véase Deuteronomio 14:22-26. Este segundo diezmo equivale al 10% de ofrendas que
se da hoy para las necesidades que hay en los diferentes departamentos de la iglesia
local. Si tomamos en cuenta que la ofrenda que damos sirve para atender las mis-
mas necesidades de los adoradores en el templo, como dice la Escritura, entonces la
ofrenda de 10% de Presupuesto Combinado ó PDP (Plan de Dadivosidad Personal)
equivale al segundo diezmo que se daba en Israel. En principio, este es el argumento
bíblico para el 10% de ofrenda que promueve la iglesia en este tiempo para atender las
necesidades de los feligreses en el templo, en los diferentes departamentos.
21 Deuteronomio 14:28
22 Siegfried H. Horn, Comentario bíblico adventista del séptimo día (Buenos Aires, Ar-
gentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 1026-1027.
Pág. 77
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 12

1. Escribe tres casos del uso del número diez en la Escritura.


a)__________________________________________________________
b)__________________________________________________________
c)__________________________________________________________

2. En una palabra menciona qué significado tiene el número diez.


_______________

3. Según Malaquías, el diezmo y la ofrenda es una prueba solo para el


hombre.
a) Falso
b) Verdadero

4. ¿Cuál crees que es la razón más importante para regular las ofren-
das?
a) Porque tenemos un corazón engañoso y perverso
b) Dios sabía que habría falsos dirigentes que tratarían abusar del pueblo

5. Mencione las citas bíblicas para los tres diezmos que registra la
Biblia.
a) El diezmo de los levitas: ____________________
b) El diezmo para las necesidades del adorador en el templo:
_______________
c) El diezmo cada tres años para los pobres: ____________________

MI DECISIÓN
Decido seguir el consejo de Dios de pro-
barlo no solo en los diezmos sino también en
las ofrendas. Daré un porcentaje de ofrendas de
_______%

Nombre y Firma

Pág. 78
Día 13
Un principio que
requiere fe

L
a Biblia menciona que en Israel había doce tribus. Y de estas
doce tribus, once daban diezmos y ofrendas, y una tribu daba
solamente ofrendas. Y, ¿quién recibía las ofrendas? Aarón y sus
hijos. Era su parte o pago por su ministerio. Sin embargo,
quiero aclarar que el pueblo le devolvía a Dios las ofrendas, y Dios les
otorgaba esas ofrendas a los sacerdotes por su ministerio. En otras pa-
labras, el pueblo no le “pagaba” a los sacerdotes sino Dios mismo. Y los
diezmos, ¿quién los recibía? Estos lo recibían los levitas1 también como
una parte otorgada por Dios por su ministerio. No había confusión en
cuanto a qué le tocaba a cada quién. ¿Pero qué ejemplo tenemos en la
Biblia que sugiera dar ofrendas basados en un porcentaje?
Ahora, ya se ha señalado que las ofrendas pueden superar al diez-
mo. El diezmo no deja de ser un 10%, pero en el caso de las ofrendas
puede variar aún más allá del diezmo. Pues bien, eso se dijo tocante a
las once tribus que tenían una herencia en la tierra de Canaán. ¿Y los
levitas? ¿Daban algo? Sí, y lo que ellos daban ilustra y sugiere el princi-
pio de ofrendar basados en un porcentaje.
“Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos
de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vo-
sotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los
diezmos. Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como

1 Para conocer la asignación de los diezmos y las ofrendas, véase Números 18.
Pág. 79
Dar como Dios manda

producto del lagar. Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de


todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de
ellos la ofrenda de Jehová al sacerdote Aarón.2
Medita en esto. ¿Cuál era el sueldo de los levitas por su ministerio?
La respuesta es: Los diezmos que recibían de todos los hijos de Israel.3
Para ellos no había otro salario o ingreso. Y los diezmos que daba el
pueblo, ellos los recibían en su totalidad. En lo que respecta al primer
diezmo.
Pues bien, ¿y qué porcentaje de ofrendas debían dar según el man-
dato divino? La Biblia en esto es extremadamente clara al decir que era:
el diezmo (10%) de todos sus ingresos; es decir, de todos los diezmos
que recibían como sueldo de los hijos de Israel. Esos diezmos eran su
herencia por que no tenían un pedazo de tierra en la división de la
Tierra Prometida.
Así que los levitas, de la parte que recibían, de todos los diezmos
que traían las once tribus de Israel, ellos debían dar el 10% como ofren-
da. Observa eso bien. Allí no dice que debían dar el 1% de los diezmos
como algunos lo quieren entender, sino el 10%.
La expresión no dice el diezmo del diezmo sino el diezmo de los
diezmos, es decir, de todo el 100% de diezmos que recibían de las once
tribus.
Esto que acabo de mencionar implica que los levitas no daban la
cantidad de ofrendas que se les antojaba sino la cantidad establecida por
Dios, ¿no es cierto?
Sin duda, con relación a las ofrendas, esa es una buena cantidad
para comenzar. Te invito a reflexionar en lo siguiente. Si hoy damos
un 20% de nuestros ingresos: 10% de diezmos y 10% de ofrendas,4 eso
vendría siendo lo que el pueblo de Egipto le daba al Faraón, antes de la
hambruna y después de la hambruna.5 Con José, ese fue el sistema que
se estableció y seguramente el pueblo de Israel tenía conocimiento de
eso.6

2 Números 18:26-28
3 Números 18:21
4 Ejemplo: si una persona gana mil pesos a la semana y quiere dar al Señor un 20% de
sus ingresos; 10% de diezmos y 10% de ofrendas, entonces la cantidad es la siguiente:
de esos mil pesos, cien pesos serán del 10% de diezmos; y otros cien pesos del otro
10% de ofrendas, en total 200 pesos. El adorador se queda con 800 pesos.
5 Génesis 41:33-36; Compara con Génesis 47:18-24.
6 Véase especialmente Génesis 47:27
Pág. 80
Día 13 Un Principio que Requiere Fe

El derecho de Dios por la creación: diezmos; su derecho por la re-


dención: ofrendas

Si el faraón recibía eso, ¿merece menos el Señor? Nunca olvidemos


que “los diezmos y las ofrendas dedicados a Dios son un reconocimien-
to de su derecho sobre nosotros, lo cual proviene de la creación; también
un reconocimiento de su derecho a través de la redención”. Y se añade:
Debemos recordar “siempre lo que por la redención Dios tiene dere-
cho a pedirnos, pues ese derecho abarca todo lo demás”.7 Es decir, todo
lo que tenemos.
Ahora, observa esto: “Si todos los que profesan la verdad quisieran
dar al Señor lo que le pertenece en términos de diezmos, donativos y
ofrendas, habría alimento en la casa del Señor.
“La causa de la liberalidad no dependería más de los donativos in-
ciertos hechos por impulso y que varían de acuerdo con los sentimien-
tos de los hombres. Los derechos de Dios serían aceptados de buena
gana y se consideraría que su causa tiene derecho legítimo a una parte
de los fondos confiados a nuestras manos.
“Cada mayordomo fiel debería estar más ansioso de aumentar la
porción de donativos que coloca en la tesorería del Señor antes que
en disminuir su ofrenda en una jota o un tilde. ¿A quién está sirvien-
do? ¿Para quién está preparando una ofrenda? Para Aquel de quien
depende para recibir todas las buenas cosas de las que disfruta. Por lo
tanto, que ninguno de nosotros que recibe la gracia de Cristo dé oca-
sión para que los ángeles se avergüencen de nosotros y para que Jesús
se avergüence de llamarnos hermanos. ¿Cultivaremos la ingratitud y
la pondremos de manifiesto por medio de nuestras prácticas mezqui-
nas al dar para la causa de Dios? ¡No, no! Entreguémonos a nosotros
mismos como un sacrificio vivo y demos nuestro todo a Jesús. Todo le
pertenece; somos una posesión adquirida por él.
“Los que reciben su gracia, los que contemplan la cruz del Calva-
rio, no tendrán duda acerca de la proporción que deben dar, sino que
comprenderán que la ofrenda más cuantiosa carece de valor y no puede
compararse con el gran don del Hijo unigénito del Dios infinito. Por
medio de la abnegación hasta el más pobre encontrará la manera de
conseguir algo para devolverlo a Dios”.8

7 Testimonios para la iglesia, Tomo 6, 477.


8 Consejos sobre mayordomía cristiana, 211.
Pág. 81
Dar como Dios manda

Quiera Dios que la lectura de este día te haya confirmado en que


lo mejor es dar al Señor por principio mediante un porcentaje que sea
bíblico. Y no te preocupes si en la iglesia piden para muchas cosas,
como suele pasar. Si das un porcentaje regular de ofrendas en el sobre,
junto con los diezmos, eso suplirá cualquier necesidad en la iglesia. Y
no importa si una parte de este porcentaje lo das tú en el sobre y lo
demás lo dan tus hijos en los departamentos. El problema hoy, de tanta
pedidera, es porque no hemos sido fieles y sistemáticos en el uso del
sobre y en dar un porcentaje de ofrendas como es en el caso del diez-
mo.
La Sierva del Señor, declara: “Si los profesos cristianos fueran fieles
en traer a Dios sus diezmos y ofrendas, su tesorería estaría llena”.9 Así
es. Pero no falta quien dude cuando se hacen llamados para dar ofren-
das bíblicas.
Cuando presento este tema en las iglesias algunos se me acercan
para decirme si está bien dar un 3, un 4 o un 5% de ofrendas. Y mi
respuesta siempre es la misma: Si la Palabra de Dios dice una cosa, pro-
curen que su ofrenda sea lo más bíblica posible. Eso es lo que cuenta.10
Algunos prefieren seguir un proceso y van de un porcentaje menor
hasta que alcanzan el 10% de ofrendas; la única observación para tal
punto de vista es que eso no lo presenta la biblia. Nunca vemos que los
adoradores hayan seguido un procedimiento de ese tipo. Dios dio la
indicación y a partir de ahí había que hacerlo como Él lo estipulaba.
¿No será que por no haber seguido la indicación de Dios estamos vien-
do iglesias debilitadas financieramente?
La sierva del Señor, declara: “Ha habido un descuido en las iglesias
de mantener el plan de benevolencia sistemática, y el resultado ha sido
una tesorería empobrecida y una iglesia apóstata”.11 ¿Apóstata? ¿En qué
sentido? Obviamente no es en el sentido doctrinal. Se refiere al sentido

9 Los hechos de los apóstoles, 251.


10 Debo aclarar que la iglesia no impone que demos un 10% como requisito de ofrendas,
ni siquiera para ser un dirigente de iglesia (porque de ofrendas se puede dar más), y
quiero hacer notar que el Manual de Iglesia dice que la Asociación General ha adop-
tado el sistema de Presupuesto Combinado y el plan de Dadivosidad Personal (pág.
140; versión 2010), lo cual implica un porcentaje de ofrendas. Si seguimos el por-
centaje bíblico sugerido en Números 18, es correcto; o si damos un segundo diezmo
para atender las necesidades del adorador en el templo, también está bien. Este Libro
tampoco impone un porcentaje. Solo sugiere que nuestras ofrendas sean bíblicas.
11 Testimonios para la iglesia, Tomo 3, 449.
Pág. 82
Día 13 Un Principio que Requiere Fe

de la práctica individual en la mayordomía financiera, ya que no pode-


mos decir que dicha “apostasía” se aplique a toda la iglesia y a aquellos
que son fieles tanto en los diezmos como en las ofrendas. Pero, ¿será
que por amor a Dios y a su iglesia no podrían los que no han adoptado
el plan de benevolencia sistemática entrar a este sistema tal como Dios
quiere? Si tienen fe, sí.
Los que dan un 10% de ofrendas aparte del diezmo, o los que da-
mos un porcentaje mayor podemos testificar que al principio tuvimos
que ejercer fe en que Dios haría provisión de alguna forma. Pero, ¿fui-
mos chasqueados? De ninguna manera. Si algo sabe hacer el Señor es
responder a nuestra fidelidad. “Joven fui y he envejecido, y no he visto
justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.12
Termino este día, diciéndote esto: Ten fe. Prueba a Dios y verás
como tu iglesia crece financiera y espiritualmente. Tú mismo verás que
Cristo Jesús, Aquél a quien representan nuestras ofrendas, cobrará un
nuevo significado en tu vida. Oh, ¡si tú supieras la satisfacción que se
siente de saber que estás dándole al Señor una ofrenda de honor! Una
ofrenda de honra. ¿Y qué puede significar esto? “El principio esta-
blecido por Cristo es que los dones y las ofrendas deberían estar en
proporción a la luz y las bendiciones recibidas. El dijo: “Porque a todo
aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”.13 En este
sentido, dar menos ahora que en el Antiguo Testamento puede ser una
práctica ajena a este principio por el hecho de que la luz actual es mu-
cho mayor.
Que nuestra actitud sea siempre como la de David, que dijo: “no
ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada”.14 El
verdadero adorador da aunque le cueste, pero como Dios bendice la
obediencia, ese sacrificio siempre se transforma en un gozo.
En realidad, cuando uno ama profundamente a Dios y tiene pues-
to su afecto en su obra y en su casa de adoración, nuestro esfuerzo más
alto no representa un sacrificio sino el más elevado gozo. Esto es cuan-
do le damos una ofrenda bíblica, es decir, una ofrenda que lo honra.
Y tú, ¿cómo estás adorando a Dios? ¿Tienes la actitud de David?
¿Está tu voluntad de acuerdo a la voluntad de Dios? Si quieres verifi-
carlo, sigue leyendo.

12 Salmos 37:25
13 Recibiréis poder, 338. Véase también Lucas 12:48.
14 2 Samuel 24:24
Pág. 83
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 13

8. ¿Qué base bíblica muestra un 10% de ofrendas?


a) El segundo diezmo para las necesidades del adorador en el templo
b) Números 18:25-28

9. “Si todos los que profesan la verdad quisieran dar al Señor lo


que le pertenece en términos de diezmos, donativos y ofrendas, ha-
bría alimento en la casa del Señor. La causa de la liberalidad no
________________ más de los donativos ________________ he-
chos por ______________ y que __________ de acuerdo con los
________________ de los hombres”.

10. “Cada mayordomo fiel debería estar más ansioso de


_______________ la porción de donativos que coloca en la tesorería
del Señor antes que en _______________ su ofrenda en una jota o un
tilde”.

11. “Los que reciben su gracia, los que contemplan la cruz del Calva-
rio, no tendrán _______ acerca de la _______________ que deben dar,
sino que comprenderán que la ofrenda _________________________
carece de valor y no puede __________________ con el gran don del
Hijo unigénito del Dios infinito”.

MI DECISIÓN
Comprendiendo que dar un porcentaje regu-
lar de ofrendas, así como ocurre con el diezmo, es
el mejor sistema para mi bienestar espiritual y el
avance de mi iglesia local decido dar una ofrenda
bíblica de _______ % de manera regular en el so-
bre de diezmo.

Nombre y Firma

Pág. 84
Día 14
Aplicaciones diversas del
término voluntario

U
na persona decide comprar para la iglesia veinte bancas, un
piano o un aparato de sonido, pero ya no da más ofrendas
en el sobre de los diezmos, ¿qué tipo de voluntario es este?
¿Es voluntario conforme a la Biblia?
Quiero que sepas que la palabra voluntario tiene por lo menos 14
aplicaciones diferentes, y no todas son positivas. Se puede ser volun-
tario directo o indirecto, positivo o negativo, perfecto o imperfecto,
elícito o imperado, tácito o explícito, actual, virtual, habitual o inter-
pretativo.1 ¡Imagínate!
La idea de que voluntario solo puede tener un significado, está le-
jos de la realidad. Y lo que muchos entienden por voluntario no pasa
de ser un atentado contra la ley de Dios, la cual prohíbe hacer con las
cosas sagradas nuestra propia voluntad.
Volvamos al ejemplo anterior. Si una persona compra algo para la
iglesia, pero ya no da más ofrendas en el sobre de diezmos, ¿es volunta-
rio directo o indirecto? Estamos por ver eso.

¿Cuál es nuestro trasfondo?

Antes que nada es bueno aclarar que el trasfondo religioso que


traemos a la iglesia adventista podría influir en cómo vemos el asunto

1 Enciclopedia Rialp, Véase el término “voluntario”.


Pág. 85
Dar como Dios manda

de los diezmos y las ofrendas en la iglesia. Por ejemplo, si tenemos un


trasfondo católico vamos a tener la tendencia a dar limosnas en lugar
de ofrendas y a dar diezmos cada año y no cada vez que recibimos un
sueldo. ¿Por qué? Porque esa costumbre teníamos en la iglesia de la
cual veníamos.
Por otro lado, si nuestro trasfondo religioso es una iglesia evan-
gélica, entonces vamos a tener la tendencia a creer que los diezmos o
las ofrendas son para el pastor porque así era en la iglesia de la cual
venimos. Pero, ¿qué hay de bíblico y de cierto en esas ideas? Nada.
Así que, ante estas consideraciones, ¿cuáles son las implicaciones
de dar veinte bancas de ofrenda pero ya no dar más en el sobre de diez-
mo? Según lo que acabo de explicar, significaría ser congregacionalis-
ta. Es decir, tener una visión localista donde sólo nos interesa lo que
pasa en nuestras iglesias sin importarnos las necesidades de nuestro
alrededor y más allá.
Sin embargo, tratándose de la iglesia adventista, ésta es una iglesia
con una visión mundial. No nos interesa sólo el avance de nuestra con-
gregación, por grande o por pequeña que sea, sino el avance de nues-
tra iglesia en todo el mundo. Ese es el mandato divino. Como iglesia
estamos interesados en abarcar al mundo entero con el mensaje de los
tres ángeles. Quien no entiende esto, todavía no tiene, por así decirlo,
la visión bíblica.
Así que, ¿dónde se ubica aquel voluntario que solo decide dar para
necesidades locales y específicas? ¿Es un voluntario directo o indirecto,
positivo o negativo, perfecto o imperfecto?
De acuerdo a nuestra propia definición de términos, esta persona
no solo tiene una visión congregacionalista, sino que es un voluntario
indirecto, negativo e imperfecto. Y esto, ¿qué significa? ¿Hay alguna
solución para esto? Por favor, sigue leyendo.
Un voluntario indirecto es aquél que, dándose cuenta o no, perju-
dica otros departamentos de la iglesia al privarlos de los recursos que
necesitan para llevar a cabo su misión. Si diera para atender todas las
necesidades, sería un voluntario directo lo cual sería positivo. Pero dar
favoreciendo a uno mientras perjudica a otros hasta lo transforma en
un voluntario negativo.
Un voluntario indirecto es aquél que va en contra de la visión mun-
dial que tiene la iglesia. Y actuar así es algo grave debido a que como

Pág. 86
Día 14 Aplicaciones Diversas del Término Voluntario

iglesia tenemos una visión mundial por voluntad divina. ¡Imagínate que
todos actuáramos como el voluntario indirecto! Seríamos una iglesia
congregacionalista que no está de acuerdo con el plan de Dios.
Por supuesto, un voluntario como el que hemos descrito en este
ejemplo termina siendo, aunque sea sin querer, un voluntario imper-
fecto en el sentido más amplio de la palabra. Pero, ¿son ofrendas im-
perfectas lo que Dios demanda? Por supuesto que no. Nuestro Dios
debe ser honrado en todo momento.
La solución para esto está en que la persona que quiera comprar
algo para la iglesia lo haga solo después de haber cumplido fielmente
en dar sus diezmos y su porcentaje de ofrendas en el sobre correspon-
diente: en el sobre de los diezmos y las ofrendas. Eso lo hará un mejor
ejemplo para la iglesia. Un voluntario directo, positivo y perfecto. ¿No
es mejor así?

Promesas que no se cumplen

¿Y qué diremos de aquellos que prometen dar algo a Dios y no lo


cumplen? ¿Qué tipo de voluntarios son? ¿Son voluntarios negativos?
Así es. No se les puede llamar positivos por la sencilla razón de que son
una mala influencia para la iglesia. Dicen, pero no hacen, y aunque son
voluntarios al prometer eso no los hace menos culpables si no dan lo
que prometieron.
La Biblia condena a los que son generosos al prometer pero no
cumplen lo prometido.2 Ahora, ¿es malo prometer? No. Lo malo es
no cumplir lo prometido. La Escritura dice: “Prometed, y pagad a Je-
hová vuestro Dios; Todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas
al Temible”.3 Si fuera malo prometer, como algunos interpretan erró-
neamente algunos pasajes,4 entonces salmos 76:11 quedaría sin efecto.
Pero, ¿podemos quebrantar esa palabra? No en lo absoluto.
La Biblia anima la generosidad en el creyente. Pero algunos ig-
noran que la palabra generosidad en el Nuevo Testamento, tiene
también el significado de sinceridad. John MacArthur observa que
“el equivalente griego de ‘generosidad’ significa literalmente lo contra-

2 Véase Deuteronomio 23:21; Eclesiastés 5:4 y 6


3 Salmo 76:11
4 Véase Deuteronomio 23:22 ; Eclesiastés 5:5
Pág. 87
Dar como Dios manda

rio de duplicidad o doble ánimo. En las Escrituras también se traduce


como ‘sinceridad’, pero con más precisión el término da la idea de ser
determinado”.5 En otras palabras, el que es realmente generoso cumple
lo que promete. Su generosidad voluntaria va más allá de las palabras.

Ofrendas actualizadas

Ahora, ¿cómo se califica a aquél que recibe un aumento de suel-


do e inmediatamente aumenta sus ofrendas? ¿Qué tipo de voluntario
es? ¿No dice la Biblia que debemos dar “según hayamos prosperado?”6
En este contexto, una persona que aumenta sus ofrendas cada vez que
recibe un aumento es un voluntario actual. Es decir, está actualizado
y su voluntad está en perfecto acuerdo con eso. Pero aquél que no se
actualiza, corre el riesgo de estar reteniendo algo que no le pertenece.
Al que mucho se le ha dado, más se le demandará. ¿No es verdad?
Por otra parte, se le llama virtual al voluntario que aunque no haya
dado nada todavía, en su corazón ya tiene la decisión de darle al Señor
lo que le pertenece. Generalmente ocurre cuando alguien hace un pac-
to o firma un voto de fidelidad.
Y, ¿qué título recibe el voluntario que de manera sistemática y re-
gular devuelve al Señor lo que le corresponde? Este es el voluntario
habitual. Y de estos hay una cantidad sorprendente en la iglesia. Son
aquellos que mes tras mes, semana tras semana y año tras año, son
fieles a Dios tanto en diezmos como en ofrendas. El avance de la iglesia
puede también adjudicarse a su fidelidad.
El interpretativo es aquél voluntario que dice: “Dependiendo de
cuanto me paguen por la casa o de cuanto me den por el carro que
estoy vendiendo, voy a dar tanto”. Por supuesto, esto tiene sus riesgos.
Si les dan mucho pueden ser tentados como Ananías y Safira a no dar
lo que habían dicho.
Por eso, tenemos que ser sobre todas las cosas voluntarios elícitos.
¿Y quiénes son estos? Aquellos que con pleno conocimiento de causa
dan al Señor lo que le corresponde. Estos no necesitan ser convencidos
de dar porque entienden lo que significa ser socios con Dios. Com-

5 John MacArthur, ¿A quién pertenece el dinero? (Gran Rapids, Mi: Editorial Portavoz,
2000), 103.
6 Deuteronomio 16:10, 17

Pág. 88
Día 14 Aplicaciones Diversas del Término Voluntario

prenden las implicaciones de lo que Dios demanda y a eso apunta este


libro: a que demos diezmos y ofrendas que lo honren tal como Él lo ha
establecido en su Palabra.
¿A quién falta considerar? Al voluntario tácito o implícito y al vo-
luntario expreso o explícito. ¿Y quiénes son los positivos en este caso?
En este caso ambos pueden ser positivos, aunque de preferencia el ex-
plícito es mejor. El tácito o implícito es aquél que asume que por ser
cristiano tiene una parte qué cumplir en el gran plan de Dios para
salvar al mundo. Puede no firmar un pacto, pero da con seguridad. Se
puede contar con él. Este voluntario comprende que está para salvar
a otros y para contribuir en lo que sea necesario, aunque no sepa dar
explicaciones de por qué da. Mañana veremos un ejemplo de esto.

Pág. 89
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 14


1. Menciona tres definiciones NEGATIVAS del término voluntario.

a)__________________________________________________________
b)__________________________________________________________
c)__________________________________________________________

2. Un voluntario que solo da para proyectos o necesidades especiales


y deja de dar ofrendas en el SOBRE de diezmos, afecta a otros departa-
mentos de la iglesia local, afecta el plan de desarrollo de la Asociación,
y afecta la obra misionera mundial.

a) Falso
b) Verdadero

3. La palabra generosidad en el Nuevo Testamento, tiene


también el significado de sinceridad.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Comprendiendo que la palabra voluntario
tiene varias aplicaciones, hoy decido ser un vo-
luntario directo, positivo y perfecto.

Nombre y Firma

Pág. 90
Día 15
Una ofrenda que podría
malentenderse

H
ay muchas personas que no saben dar una explicación
bíblica acerca de la ofrenda llamada Fondo de Inversión.
¿Por qué dan? A ciencia cierta no lo saben. Pero de todas
maneras lo hacen. ¿Los bendice Dios? Se ha dado bastante
testimonio de eso. Pero quizás no reciben la bendición porque estén
en el Fondo de Inversión, porque como ya mencioné, ni siquiera lo en-
tienden. Y lo más seguro es que Dios los bendice porque dan ofrendas.
Ahora, de todos los asuntos que tienen que ver con las ofrendas, el
Fondo de Inversión puede ser uno de los más malentendidos. ¿Por qué?
Porque algunos lo entienden como que hay que darle a Dios primero
para que él nos dé después. Pero eso no es bíblico. La Biblia maneja el
concepto de que “de lo recibido de [su] mano [le] damos”.1
De paso, hay quienes creen que el Fondo de Inversión, si se aplica
mal, podría llegar a interpretarse como una especie de indulgencias2
de lo cual no debiéramos participar. Nosotros siempre debemos darle a
Dios porque él nos ha dado, y no esperando a que él nos dé. Como bien
sabemos, Dios ha prometido derramar sus bendiciones sobre nosotros
hasta que sobreabunde si somos fieles en devolver los diezmos y las
ofrendas.3

1 1 Crón. 29:14.
2 Cosas que se hacen para obtener el favor de Dios. Doctrina católica.
3 Observa que aquí tú devuelves porque Dios ya te ha dado y él te bendice conforme a
su promesa.
Pág. 91
Dar como Dios manda

Ahora, participar en el Fondo de Inversión debe ser con el úni-


co propósito de que nuestro dinero esté invertido en la obra de Dios,
sin esperar nada a cambio, esperando solamente que el Reino de Dios
avance con más poder. Eso fue lo que Jesús quiso decir al invitarnos a
“hacernos tesoros en el cielo”. Aquí el motivo es el que cuenta.
Con esto en mente, que cada quién se asegure de dar una ofrenda
que agrade a Dios y lo demás vendrá por añadidura. Sí; invierte todo
lo que quieras y contempla los resultados. Dios sabrá darte lo que ne-
cesitas. Pero comprende esto: Con lo que damos a la iglesia debemos
adorar a Dios pero nunca pretendamos comprar algún favor especial de
Dios. El nos ama y sabe qué necesitamos.4
Ahora, en el caso de la Ofrenda de Gratitud5 no hay problema. Eso
está claramente expuesto en las Escrituras. Así, pues, el voluntario ex-
preso o explícito es aquél que sabe con exactitud los detalles de su ma-
yordomía. Se entiende también que es aquel al cual hay que explicarle
muy bien las cosas para poder convencerlo de que participe. Esto tiene
que ver no solo con la teología sino también con el manejo del dinero.
Y para eso sirven también los informes financieros en la iglesia local.

No confundas los donativos con la ofrenda

Ahora, un error muy común en la dadivosidad personal es con-


fundir donativos con ofrendas como si fueran lo mismo. Pero la sierva
del Señor habla siempre de diezmos, ofrendas y donativos.6 ¿Por qué
es necesario aclarar esto? Porque hay personas que se sienten justifi-
cadas de no dar ofrendas en el sobre de diezmos porque, según ellos,
ya “ofrendaron” dando para una necesidad específica o para algún
proyecto. Pero eso no pasa de ser un donativo en el cual el donador
dispone arbitrariamente. El problema con esa práctica es que resulta
ser un mal ejemplo para la hermandad. Como ya se mencionó, esa
práctica despoja a otros departamentos de la iglesia de los recursos

4 El concepto de que debemos atender las necesidades de los obreros de Dios primero
y luego Dios nos bendecirá aparece ilustrado en el caso de Elías y la viuda de Sarepta.
Véase 1 Reyes 17:13-16.
5 Véase por ejemplo Levítico 7:11-21; 22:29. En cierto sentido, siendo que siempre le
damos a Dios de lo que él mismo nos ha dado, entonces todo lo que le devolvemos cae
más que nada en el rango de la gratitud.
6 Consejos sobre mayordomía cristiana, 50, 76, 86.
Pág. 92
Día 15 Una Ofrenda que Podría Malentenderse

que se necesitan para operar. Y si todos hiciéramos eso, no estaríamos


haciendo bien. La sierva del Señor dice que “debe enseñarse a la gente
que cada departamento de la causa de Dios debe recibir su apoyo y
atraer su interés”.7 Recordemos que somos mayordomos, no donado-
res solamente. Lo mejor en este caso es dar los diezmos, las ofrendas,
y los donativos. En los donativos manda el hombre, mientras que en
las ofrendas manda Dios a través de su iglesia. Otra cosa que hay que
tener en cuenta es que los donativos son más que nada para atender
necesidades y la ofrenda tiene sobre todo el propósito de adorar. Ahí
radica la gran diferencia.

Qué es una ofrenda bíblica

Pero, ¿qué es una ofrenda bíblica? Un ofrenda bíblica es aquella


que es abundante8, generosa9, sacrificial10, regular y sistemática11. Y ha-
blando de regular y sistemático es bueno saber que la palabra regular
tiene que ver con algo que es “formado, construido, arreglado y orde-
nado de acuerdo a una regla establecida, ley, principio o tipo”. Es una
palabra que enfatiza “la conformidad a una regla, estándar o modelo”.
Por otra parte, la palabra sistemático tiene que ver con algo que
es “metódico, regular, ordenado, táctico, sistematizado, invariable, se-
guro, consecuente, inmutable, parejo y uniforme”. Este término se en-
tiende mejor si analizamos sus antónimos. En este caso, el antónimo de
sistemático es: “anárquico, inconsecuente, confuso, revuelto, variable,
desordenado, desigual y diverso”. Algo muy parecido al voluntarismo
que hemos venido señalando.
De paso, si damos ofrendas sin seguir un porcentaje todo se vuel-
ve contrario al plan sistemático y regular que el Señor desea, ¿no es
cierto? Ahora, notemos que lo regular y sistemático tienen que ver con
algo que es normal, o normativo, lo cual “implica una falta de desvia-
ción de lo que ha sido descubierto o establecido como lo más usual o
esperado”. De modo que lo regular y sistemático es “algo de lo cual
se puede confiar y depender”. En este caso, dar una ofrenda apegados

7 Consejos sobre mayordomía cristiana, 110.


8 Deuteronomio 16:10
9 2 Corintios 9:5
10 2 Corintios 8:2-3
11 1 Corintios 16:1-2
Pág. 93
Dar como Dios manda

a un porcentaje bíblico puede resolver en gran medida el problema


financiero que se vive hoy en muchas de nuestras iglesias. ¿Estás de
acuerdo?

Una palabra de advertencia

Otro asunto que quisiera hacer notar es que a veces hacemos cosas
esperando algo a cambio, y lo que quiero decirte es que si le damos al
Señor algo así, eso quita el carácter voluntario a lo que hacemos. Es
como si una persona que nos ayuda luego quiere que le paguemos.
¿Sería voluntaria una persona que nos ayuda con condiciones? El vo-
luntario, para entenderlo mejor, no espera nada a cambio. Da porque
su amor lo mueve a dar, no por sus propios intereses.
Así que, si tú das los diezmos y las ofrendas para que Dios te dé
algo, debes saber también que eso le quita el carácter de amor que debe
caracterizar todo lo que hacemos por Cristo. Debemos ser fieles y de-
jar a Dios los resultados. ¿No tiene Dios en cuenta nuestras necesida-
des? ¿No nos ama?
Quiero advertir nuevamente que la fidelidad en devolver los diez-
mos y las ofrendas no tiene como fin comprar nuestra salvación. El
verdadero cristiano no obra hacia la cruz sino desde la cruz. No somos
fieles para salvarnos sino por amor a Cristo quien nos ha dado el rega-
lo de la salvación. Si la salvación fuera un premio o una recompensa que
se da a los fieles; entonces el fiel estaría obrando hacia la cruz buscando
su salvación a través de su fidelidad. En teología eso se llama salvación
por obras. Pero sabemos que la salvación es un regalo que se da a los
creyentes. Y ellos, motivados por Su amor, deciden ser fieles volunta-
riamente. Obran desde la cruz. Así que, la razón para obedecer, en
este caso, es porque los mandamientos forman parte del reino de Dios
y nosotros aquí hemos aceptado su gobierno. Si somos desobedientes,
el pecado y sus consecuencias serán inevitables.
Quiera Dios que todos podamos ser voluntarios actuales, habitua-
les, directos, positivos, elícitos y perfectos. Porque solo así la prospe-
ridad de la iglesia, como grupo y como individuos, estará asegurada.
Como puedes ver, la iglesia necesita de personas verdaderamente vo-
luntarias.
Y tú, ¿a qué tipo de voluntario perteneces?

Pág. 94
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 15

1. Al dar para PROYECTOS es mejor hacerlo DESPUES de haber


separado o dado los diezmos y su porcentaje de ofrendas en el sobre de
diezmos.

a) Falso
b) Verdadero

2. El verdadero voluntario espera recibir algo a cambio por lo que da.

a) Falso
b) Verdadero

3. La diferencia entre un donativo y una ofrenda es que la ofrenda


tiene el propósito de adorar y el donativo de atender necesidades.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Decido dar diezmos, ofrendas y donativos a
fin de que la obra reciba impulso en todos los de-
partamentos.

Nombre y Firma

Pág. 95
Día 16
El pecado de Uza en
nuestros días

¡ Sólo hubo una vez que los Levitas recibieron ofrendas! ¡Y eso le
costó la vida a Uza! ¿A Uza? ¿Por qué él si Uza vivió muchos siglos
después que se dieron aquellas ofrendas? ¿Qué hubo de malo en
recibir esas ofrendas? Nada. Lo malo estuvo en dar a ese tipo de
ofrendas, siglos después, un uso que Dios jamás autorizó en su Pala-
bra. ¿Quieres verlo?
Vayamos al análisis. Por principio de cuentas debes saber que los
Levitas solo recibían diezmos; y Aarón y sus hijos, las ofrendas.1 Ese
era el orden establecido por Dios y era así como debían manejarse los
recursos sagrados.
Sin embargo, después que el tabernáculo del desierto fue edifica-
do e inaugurado, los principales jefes de las tribus de Israel trajeron
al Señor una ofrenda que no estaba dentro de los planes originales.2
Podríamos decir que era una ofrenda espontánea, una ofrenda para
la cual ni siquiera se sabía su destino. El mismo Moisés no sabía qué
hacer con ellas. Si bien las ofrendas eran para Aarón y sus hijos, ésta en
particular no estaba prescrita. ¿De qué se trataba?
De seis carros con doce bueyes.
En una situación como esta, ¿estaba justificado dar a esas ofrendas
cualquier uso? No. A veces suponemos erróneamente que las ofrendas,

1 Véase Números 18.


2 Véase Números 7.
Pág. 96
Día 16 El Pecado de Uza en Nuestros Días

por ser voluntarias, podemos darles el uso que queramos, sin embargo,
ese pensamiento es ajeno a la Biblia. Si bien los carros y los bueyes eran
ofrendas voluntarias, estas también debían estar reguladas por la ley
como todas las demás ofrendas. Así que, si la ley no tenía un destino
para ellas, ¿qué destino había que darles?
Moisés fue a Dios y el Señor le dijo: “Tómalos de ellos, y serán
para el servicio del tabernáculo de reunión; y los darás a los levitas, a
cada uno conforme a su ministerio. Entonces Moisés recibió los carros
y los bueyes, y los dio a los levitas. Dos carros y cuatro bueyes dio a los
hijos de Gersón, conforme a su ministerio; y a los hijos de Merari dio
cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su ministerio bajo la mano
de Itamar hijo del sacerdote Aarón. Pero a los hijos de Coat no les dio,
porque llevaban sobre sí en los hombros el servicio del santuario”.3
Observa bien el destino de esas ofrendas. A los que llevaban las
partes más pesadas del santuario, a los meraritas, Dios les dio ocho
bueyes y cuatro carros. Y a los que llevaban las partes más livianas4 del
tabernáculo, los gersonitas, cuatro bueyes y dos carros. Y a los coati-
tas, ¿qué les tocó? ¡Nada! Ellos debían llevar el arca sobre sus hombros.
Así quedó escrito y había que respetar lo establecido.
Y es aquí precisamente donde Uza entra en la historia.
Cuando David tomó la decisión de llevar el arca del pacto de la
casa de Abinadab a Jerusalén, unos cinco siglos después, ¡ahí apareció
otro carro nuevo!5 El hecho de que este fuera un carro nuevo, para
conducir un objeto sagrado, símbolo de la presencia de Dios, conlleva
una lección importante: que este carro había sido dedicado para honrar
a Dios. No era un carro común. Y aunque no se menciona de forma
explícita a ese carro como una ofrenda, la evidencia bíblica sugiere que
ese carro nuevo era una ofrenda que prometía honrar al Señor.
Cabe decir que la palabra “ofrenda”, en el idioma original hebreo,
viene de una raíz verbal que significa “ofrecer”, “acercar”, “aproximar”,
“traer aquí”, “arrimar”, según las diferentes formas de conjugar la pala-
bra qarab.6 Y la palabra Qorbán (=ofrenda), que se deriva de qarab, y
que se usa en la Biblia como un término general para referirse a todo

3 Números 7:4-9
4 Véase Números 4:21-33.
5 2 Samuel 6:3
6 Ernst Jenni, Claus Westermann, Theological lexicon of the Old Testament, Vol. 3 (Pea-
body, MA: Hendrickson Publishers Inc., 1997), 1164-1165.
Pág. 97
Dar como Dios manda

lo que se ofrecía a Dios en el santuario, “puede ser traducida como eso


que uno acerca a Dios o al altar”.7 Dicho de manera sencilla, todo lo
que se “ofrecía” a Dios, era una ofrenda. Y el carro nuevo, en el relato
bíblico, tiene ese sentido.
El carro nuevo era una ofrenda porque fue ofrecido como parte de
los preparativos de David para el traslado del arca. Todo lo relacionado
al santuario debía estar santificado, apartado para un uso exclusivo, y
en este caso, el carro nuevo llenaba esa característica.
Quiero aclarar que la Biblia no dice que el carro nuevo haya sido
prestado, o comprado; simplemente hace hincapié de que era un carro
nuevo, por implicación, dedicado especialmente para honrar al Señor
en ese cortejo. En este caso, señala un autor, “el carro nuevo nos re-
cuerda la idea de las primicias; el arca estaba recibiendo las primicias
del uso del carro”. 8
Cabe destacar, por otra parte, que todo lo relacionado con el san-
tuario y su transporte, de lo cual el arca formaba parte, debía ser una
ofrenda. Cuando Moisés decidió construir el santuario, con todos
sus utensilios, la petición explícita para el pueblo era que debían traer
ofrendas voluntarias para construirlo.9 Y aun la familia de Coat, los
encargados de transportar el arca, de la tribu de Levi, eran en sí mis-
mos una ofrenda.10 En esto no aplicaba otra cosa. ¡Todo debía ser una
ofrenda! Así que, si el carro nuevo en tiempos de David no era una
ofrenda, entonces esto fue una muy mala decisión. Y si era una ofren-
da, como lo sugiere el hecho de que era un carro nuevo, ¿por qué se le
dio un uso que no estaba prescrito en la ley? ¡Y en ese carro decidieron
llevar el arca de Dios!
Pero, ¿no estaba establecido que el arca debía ser transportada de
otra manera? Así es. Sin embargo, ellos eran víctimas del mismo peca-
do que aqueja a algunos hoy día: creer que pueden darle a las ofrendas
el uso que se les antoje. Si bien Dios aceptó los carros y los bueyes en
tiempos de Moisés, él también había dicho cómo debían usarse. No

7 W. E. Wine, Vine’s complete expository dictionary of Old and New Testament words
(Nashville, TN: Thomas Nelson Publishers, 1996), 168. Véase Números 7, lugar don-
de se cita profusamente la palabra Qorbán.
8 Walter A. Elwell, editor, Baker commentary on the Bible (Grand Rapids, MI: Baker
House, 1989), 272.
9 Éxodo 25:1-19
10 Números 8:11, 13; compárese con Números 4:2, 15
Pág. 98
Día 16 El Pecado de Uza en Nuestros Días

podemos hacer con las ofrendas lo que sea.


“Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca
de Dios, y la sostuvo, porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jeho-
vá se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y
cayó allí muerto junto al arca de Dios”.11
¡Qué experiencia tan terrible! Era un día de fiesta que terminó en
tragedia, en una verdadera desgracia. Pero, ¿no estaba justificado Uza
de tocar el arca ante tales circunstancias? Eso es lo que nos gustaría,
pero el fin no justifica los medios. Las cosas de Dios son sagradas y
no debemos suponer que él es descuidado con su obra.
Del mismo modo, nada justifica que demos a algo tan sagrado como
lo es el diezmo o las ofrendas el uso que queramos. Antes que los bueyes
tropezaran, el pueblo ya había tropezado transgrediendo la ley. Y Dios
había de castigar eso. Pero, ¿acaso no eran ofrendas voluntarias? Sí,
pero aún así, Dios es el que manda, no nosotros. Y aquellos que hoy se
atreven a hacer lo mismo, sufrirán las consecuencias.
Hoy en día, a semejanza de Uza, algunos pretenden que pueden
poner sus manos en los diezmos y las ofrendas porque suponen que se
está haciendo mal uso de ellas. No tienen ninguna base real para supo-
ner eso, pero aún así, tienen el atrevimiento de meter sus manos en las
cosas sagradas. Pero proceder así, es ir en contra de la voluntad divina.
Nosotros debemos ser fieles a Dios y no pensar que estamos justi-
ficados para hacer nuestra voluntad con las ofrendas sólo porque otros
han decidido ser infieles a la ley de Dios. Cuando David decidió llevar
nuevamente el arca, ahora de la casa de Obed-edom a Jerusalén, obser-
va lo que dijo:
“El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque
a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová, y le sirvan
perpetuamente. Y añadió: “Pues por no haberlo hecho así vosotros la
primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le bus-
camos según su ordenanza”.12 ¿Está claro que se había hecho un mal
uso de las ofrendas?
Elena de White dice que “David y su pueblo se habían congregado
para llevar a cabo una obra sagrada, y la habían emprendido con co-
razón alegre y voluntario, pero el Señor no podía aceptar el servicio,

11 2 Samuel 6:6-7
12 1 Crónicas 15:2; 13.
Pág. 99
Dar como Dios manda

porque no se cumplía de acuerdo con sus instrucciones”13


Después de eso, “los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios
puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moi-
sés, conforme a la palabra de Jehová”.14
¿Nos damos cuenta que la infidelidad de otros no nos justifica para
usar los recursos de Dios como a nosotros nos parezca? Los uzitas de
hoy, los que pudieran pretender poner en orden las cosas de Dios y en
su iglesia haciendo un uso indiscriminado de los diezmos o las ofren-
das, van a cometer un pecado grave. Esas cosas no son de nosotros.
Por lo tanto, no debemos hacer con ellas lo que se nos antoje. ¿Vamos
a ocupar ahora el lugar que solo le corresponde a Dios?
Piensa ahora en esto. Suponiendo que se estuviera haciendo mal
uso de las ofrendas. ¿Nos justifica esto para no dar en la tesorería de
la iglesia los diezmos y las ofrendas? Observa bien que no dije: “Nues-
tros” diezmos o “nuestras” ofrendas. En realidad, nada de eso nos per-
tenece. Aquella persona que dice: “Mis” diezmos, o “mis” ofrendas,
simplemente no sabe lo que dice. Ni robando los diezmos o las ofrendas
pueden ser de nosotros. Eso le pertenece a Dios en todo momento.
Pues bien, algo que refuta la idea de que estamos justificados para
no dar los diezmos y las ofrendas en la iglesia solo porque se presume
que se está haciendo mal uso del dinero, es lo siguiente:
Jesús sabía de malos usos del diezmo y de las ofrendas, pero nunca
desanimó a la gente en su deseo de dar esos diezmos y ofrendas para la
causa de Dios. ¿Recuerdas a Judas? Él era el tesorero de Jesús. Y Jesús,
sabiendo que Judas extraía de la bolsa,15 de lo que se echaba en ella, en
ningún momento desanimó a la gente de seguir dando. En otras pa-
labras, la infidelidad de Judas no era excusa para la infidelidad de los
demás y tampoco la de alguno de nosotros.
¿Y qué decir de la ofrenda de la viuda? ¿No fue dada esta ofrenda
en un contexto de robo y mal uso de las ofrendas y además sabiendo
que la ofrenda de la viuda iría a parar a un templo que con el tiempo
sería destruido?16 Fíjate bien en eso.
¿Por qué no desanimó Jesús a la viuda de dar sus dos blancas si era
su único sustento y sabiendo además que los escribas y fariseos harían

13 Patriarcas y profetas, 764.


14 Verso 15.
15 Juan 12:6
16 Véase Lucas 20:45-47; Lucas 21:5-6
Pág. 100
Día 16 El Pecado de Uza en Nuestros Días

mal uso de ellas? ¿No es eso lo que nos dice la Biblia? ¿Por qué Jesús no
aconsejó a la viuda a quedarse con las ofrendas en un contexto así?
Repito: Nada nos justifica para no dar lo que pertenece solo a Dios.
Meter las manos en cosas sagradas a semejanza de Uza, sólo nos hará
culpables del mismo pecado que intentamos corregir porque la infi-
delidad de otros no nos excusa para ser infieles. Recordemos que es-
tamos a prueba acerca de nuestra propia fidelidad. Sin embargo, si se
estuviera haciendo un mal uso de los recursos, y nos consta realmente,
debemos ser conscientes también de nuestra responsabilidad de corre-
gir cualquier irregularidad financiera en nuestras iglesias.17
Lo anterior sugiere que debemos ser cuidadosos con la manera en
la cual administramos los recursos de la iglesia. A veces existe la queja
de que los diezmos y las ofrendas no se están usando bien.
Milton Friedman, Premio Nobel de Economía en 1976, solía decir
que cuando uno gasta su propio dinero en uno mismo, uno trata de
minimizar el costo y maximizar los beneficios con el uso de ese dinero.
Y si uno gasta su propio dinero en los demás, de cualquier manera so-
mos cuidadosos y tratamos de reducir los costos. Ahora, cuando gas-
tamos el dinero de otros en nosotros, en este caso tratamos de sacarle
el mayor provecho. Sin embargo, cuando gastamos el dinero de otros
en otros, por lo general no somos tan cuidadosos, gastamos sin pensar
o sin que nos importe.
Pues bien, al manejar los diezmos y las ofrendas, y aún los donati-
vos (que lo más seguro es que no sean totalmente de nosotros, porque
es el dinero que muchas personas han dado, y porque esto pertenece
a Dios), debemos ejercer cuidado. ¿Para qué desanimar a la gente sólo
por no manejar adecuadamente lo que es del Señor?
Ahora, como este es un asunto tan serio, dedicaremos el siguiente
día a profundizar en esto.

17 El consejo que se da con relación a no tener confianza en la forma como se manejan


las cosas en “el corazón de la obra”, es el siguiente: “Presentad vuestras quejas en forma
clara y abierta, con el espíritu debido, a las personas debidas. Pedid que las cosas sean
ajustadas y puestas en orden; pero no retengáis lo que corresponde a la obra de Dios,
demostrando así que sois infieles, porque otros no están obrando correctamente”.
Consejos sobre mayordomía cristiana, 98-99.
Pág. 101
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 16


1. La experiencia de Uza nos enseña que no debemos meter las ma-
nos en cosas sagradas prohibidas, y que no podemos dar a las ofrendas
el uso que queramos.

a) Falso
b) Verdadero

2. ¿Qué argumentos bíblicos tenemos para decir que no podemos


dejar de dar los diezmos y las ofrendas aunque estemos seguros de un
mal uso de esos recursos?

a) Jesús no desanimó a la viuda de dar las dos blancas a pesar de que


los dirigentes de su tiempo los usaban mal
b) Jesús no desanimó a sus patrocinadores a pesar de que sabía que
Judas era ladrón
c) Todo lo anterior

3. Al dar ofrendas, el fin no justifica los medios.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Acepto que sea la iglesia la que determine el
uso que se debe dar a las ofrendas.

Nombre y Firma

Pág. 102
Día 17
El pecado de Acán en
nuestros días

S
e nos dice que “Dios no puede bendecir a los que le roban,
y… la iglesia debe sufrir las consecuencias de los pecados de sus
miembros individuales”.1 ¿Qué la iglesia debe sufrir las conse-
cuencias de los pecados que cometen sus miembros?

Las primicias de Canaán que fueron robadas

¿Nos recuerda lo anterior el pecado de Acán? ¿Te sorprenderías


si te digo que su pecado consistió también en robar primicias que co-
rrespondían a la tesorería del Señor?2 Elena de White señala que Acán
“le robó a Dios parte de las primicias de la tierra de Canaán”.3 El pecado
de Acán no consistió solo en tomar del anatema sino en robar dinero,
oro y plata que Dios se había reservado para sí mismo. Era algo que
estaba consagrado a Dios y no podía tocarse por ningún motivo.
Ahora, ¿tiene repercusiones esto hoy en día? Observa esto: “Entre
los miembros de la iglesia que gozan del respeto y la consideración de
los demás hay, desgraciadamente, muchos Acanes”. Y se añade: “¡Cuán
común es encontrar entre sus miembros… retención de los “diezmos y
primicias!”4

1 Consejos sobre mayordomía cristiana, 100.


2 Véase Josué 6:18-19; compara con Josué 7:11 y 21.
3 Patriarcas y profetas, 530.
4 Patriarcas y profetas, 531.
Pág. 103
Dar como Dios manda

Y se afirma que estos miembros “acarrean escasez y pobreza para


sí y oscuridad sobre la iglesia debido a su codicia, su encubrimiento
y el hecho de robar a Dios en los diezmos y en las ofrendas”.5 Esto
sugiere que ningún dirigente debe ser indiferente ante la infidelidad de
la iglesia. Se debe promover la fidelidad.
En el caso de Acán se explica que “no se señaló directamente al
pecador, sino que el asunto permaneció en duda por algún tiempo, a
fin de que el pueblo se percatase de su responsabilidad por los pecados
que existían en su medio…”6 ¡Es cierto! ¿Por qué no decir directamente
que Acán había robado? ¡Dios podía hacerlo! Sin embargo, todo ocu-
rrió así para mostrar que existe una responsabilidad por parte de la
iglesia que no se puede ignorar.7
“La influencia que más ha de temer la iglesia”, dice Elena de White,
es la de “los que impiden que bajen las bendiciones del Dios de Is-
rael y acarrean debilidad entre su pueblo”. Y, ¿qué debemos hacer? Ella
añade: “Cuando la iglesia se encuentra en dificultades, cuando existen
frialdad y decadencia espiritual, y se da lugar a que triunfen los ene-
migos de Dios, traten entonces sus miembros de averiguar si hay o no
un Acán en el campamento, en vez de cruzarse de brazos y lamentarse
de su triste situación”.8 Sin embargo, se nos advierte de que “no todos
son idóneos para corregir a los que yerran”.9 Debemos ejercer cuidado.
En este caso se recomienda que sea la Comisión de Mayordomía la que
corrija el asunto con amor.
Quizás el problema con los diezmos y las ofrendas se derive de que
algunos lo ven como algo inocente, sin grandes repercusiones. Qui-
zás algunos lo ven como robarle algunas monedas al papá o la mamá,
cuando éramos niños. Sin embargo, ¿hay alguna justificación para
esto? Esto puede ser más grave de lo que muchos se imaginan.
Algunos suponen que como es a Dios y que como Dios es nuestro
Padre, entonces no hay problema. Pero, ¿qué dice la Escritura? El sabio
Salomón, declaró: “El que roba a su padre o a su madre, y dice que no

5 Testimonios para la iglesia, Tomo 3, 298.


6 Patriarcas y profetas, 528.
7 “Por el pecado de un hombre, el desagrado de Dios descansará sobre toda su iglesia
hasta que la transgresión sea buscada, descubierta y eliminada”. Patriarcas y profetas,
531.
8 Patriarcas y profetas, 531.
9 Testimonios para la iglesia, Tomo 3, 298.
Pág. 104
Día 17 El Pecado de Acán en Nuestros Días

es maldad, Compañero es del hombre destruidor”.10


Esto es un asunto serio. En otras palabras, quien roba a su propio
padre no es mejor que un asesino. De hecho, hay una versión que tra-
duce así: “Amigo de criminales es quien roba a sus padres y alega que no
ha pecado”.11
Otra versión, expresa: “El que roba a sus padres, diciendo: “No es
pecado” es cómplice de delincuentes”.12 Y esta que sigue, dice: “El que
roba a su padre diciendo: “¡No es grave!” es un bandido más”.13 Dadas
estas observaciones, ¿no sería mejor hacer restitución si le hemos falla-
do al Señor en esto?

Una palabra sobre los diezmos atrasados

De paso, si una persona dejó de dar los diezmos por alguna razón,
¿es su deber devolverlos? ¿Se puede ser indiferente y olvidadizo con
esa obligación? ¿No será mejor “borrón y cuenta nueva”? La sierva del
Señor manifiesta, para los que han incurrido en esto que, “no es su-
ficiente que cambien su conducta y empiecen desde entonces a obrar
según el debido principio. Esto no corregirá las cifras escritas en los
registros celestiales por su desfalco de la propiedad que se les había
confiado para que la devuelvan al Prestamista. Deben arrepentirse de
su infidelidad para con Dios y de su vil ingratitud”.14
Quizás por eso se nos advierte a no tener registros de los cuales
podamos avergonzarnos en el día del juicio. En ese día se descubrirá
a aquellos cuyas vidas “han constituido un largo sistema de robo”. Y se
añade: “En aquél día, los que piensan que Dios aceptará ofrendas mez-
quinas y un servicio prestado de mala gana quedarán chasqueados”.15
También dice: “Se me mostró que la parábola de los talentos no ha
sido plenamente comprendida. Esta lección importante fue dada a los
discípulos para beneficio de los creyentes que viviesen en los postreros
días”. Y se agrega: “Vi que algunos de los que profesan ser hijos de
Dios, son como el hombre que ocultó su talento en la tierra. Impiden

10 Proverbios 28:24
11 Dios Habla Hoy
12 Nueva Biblia Jerusalén
13 Biblia Latinoamérica 95
14 Testimonios para la iglesia, Tomo 3, 433-434.
15 Consejos sobre mayordomía cristiana, 134, 135.
Pág. 105
Dar como Dios manda

que sus bienes beneficien a la causa de Dios. Aseguran que son suyos,
que tienen derecho a hacer lo que les plazca con ellos”.16
¿Observaste eso? Hacer lo que nos plazca hoy con lo que pertenece
al Señor nos pone en la misma posición del mayordomo que enterró el
talento. Así que, ante todo esto, ¿qué podemos hacer?

16 Joyas de los testimonios, Tomo 1, 69.


Pág. 106
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 17

1. ¿En qué consistió el pecado de Acán?

a) Tomó del anatema


b) Robó primicias
c) Tomó del anatema y robó las primicias que pertenecía al tesoro
del Señor

2. Según lo que dice la sierva del Señor, ¿existe el pecado de Acán en


las iglesias en lo tocante a diezmos y ofrendas?

a) Falso
b) Verdadero

3. ¿Cuál es la influencia que más debe temer la iglesia? “La influencia


que más ha de temer la iglesia” es la de “los que ________________
que bajen las bendiciones del Dios de Israel y acarrean
___________________ entre su pueblo”.

MI DECISIÓN
Prometo alentar con amor a aquellos que no
son fieles al devolver sus diezmos y sus ofrendas a
que lo hagan. Los motivaré a que prueben a Dios.

Nombre y Firma

Pág. 107
Día 18
¿Debemos devolver los
diezmos atrasados?

L
a Sierva del Señor relata que en cierto lugar hubo la necesidad
incluso de realizar pagarés por diezmos atrasados. Leámoslo
en sus propias palabras:
“Como resultado de las reuniones especiales realizadas en la
iglesia de ---------------, se ha producido un progreso decidido en es-
piritualidad, piedad, caridad y actividad. Se predicó acerca del pecado
de robar a Dios en los diezmos y ofrendas. . .
“Muchos confesaron que no habían pagado los diezmos durante
años; y sabemos que Dios no puede bendecir a los que le roban, y que
la iglesia debe sufrir las consecuencias de los pecados de sus miembros
individuales. En los libros de nuestra iglesia hay una gran cantidad de
nombres, y si todas esas personas pagaran prontamente un diezmo
honrado al Señor, lo que constituye su parte, la tesorería no carecería
de recursos. . .
“Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió
un concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un her-
mano dijo que durante dos años no había pagado sus diezmos, y que
estaba desesperado; pero después de confesar su pecado, comenzó a
cobrar esperanza. “¿Qué debo hacer?” -preguntó.
Le dije: “Entregue una promesa escrita al tesorero de la iglesia; eso
tendrá valor formal”.
“Él pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se
sentó y comenzó a escribir: `Por valores recibidos, prometo pagar. . .´
Pág. 108
Día 18 ¿Debemos Devolver los Diezmos Atrasados?

Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es ésta la forma adecuada de


formular una promesa al Señor?
“Sí -continuó-, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado reci-
biendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido
los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de bendi-
ciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo pagar
la suma de 571.50 dólares al tesorero de la iglesia”. Después de haber
realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz.
“Al cabo de pocos días había cumplido su promesa pagando los
diezmos a la tesorería. También realizó un donativo de 125 dólares en
ocasión de la Navidad. Otro hermano hizo una promesa escrita por
1.000 dólares, esperando pagarla al cabo de pocas semanas. Y un ter-
cero prometió pagar 300 dólares”.1
Esto que acabamos de leer es un asunto bastante interesante. Uno
podría pensar que sería mejor olvidar lo que debemos a Dios y hacer-
nos de la vista gorda. Sin embargo, lo que nos muestra este ejemplo es
que no podemos proceder así, con seguridad, por ningún motivo.
Y en esto no se está exagerando. La Biblia muestra que la obra de
Dios se detuvo, varias veces, por retener los recursos que servían para
sostener a los ministros del templo.2 Y eso ocurrió en un contexto de
apostasía. Lo mejor es seguir el consejo divino que dice: “indefectible-
mente diezmarás”.3 Es decir, sin falta. No una semana, mes o año sí; y
una semana, mes o año no. El Señor dice: ¡sin falta! De paso, si vas a
restituir, no necesitas informarlo. Simplemente hazlo.

¡Que nadie desespere!

Para terminar, quiero enfatizar que somos responsables solo por


la luz que hemos recibido. Hacer restitución se aplica a los diezmos
que no se han devuelto. En el caso de las ofrendas, quiera Dios que
nunca tengamos deudas con Él, de aquí en adelante, en ese aspecto.
La sierva del Señor dice que algunos “han retenido sus diezmos y
sus ofrendas hasta que sus deudas al Señor de los ejércitos ha llegado a

1 Consejos sobre mayordomía cristiana, 100, 101.


2 Véase Nehemías 13:10-12; Compara 2 Crónicas 29:1-5 con 31:4-21; Véase Nehemías
10:39.
3 Deuteronomio 14:22. Esto se aplica, por supuesto, a los que perciben un salario o
pago.
Pág. 109
Dar como Dios manda

ser tan grande que palidecen ante el pensamiento de devolver al Señor


lo que es suyo: un diezmo justo”. Y aconseja: “Apresuraos, hermanos,
ahora que tenéis la oportunidad de ser honrados con Dios; no demo-
réis”. Y añade: Si habéis robado a Dios, hacedle restitución hasta don-
de sea posible, enderezad lo pasado y luego pedid al Salvador que os
perdone”4
Lo que nunca debes pasar por alto es que este es un simple acto de
obediencia, no de salvación. Si alguien piensa que se va a perder por
asuntos de dinero es que no ha entendido bien el plan de salvación.
Cristo nos salva, no nuestro dinero. La restitución, entiéndase bien, es
un asunto de obediencia a su Palabra. No restituir es peligroso como
cualquier otro pecado del cual no queramos arrepentirnos. Si hacemos
restitución esto simplemente demuestra que nuestros corazones están
en sintonía con Dios y que aceptamos su Palabra y sus mandamientos.
Apreciado lector, ha llegado la hora de darle al Señor lo que real-
mente le corresponde. Apocalipsis nos habla de un ángel que vuela por
en medio del cielo, diciendo: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque
la hora de su juicio ha llegado. Y adorad a aquél que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.5
Sugiero que una de las maneras de adorar a Dios y darle gloria es
devolviendo a Dios lo que realmente le pertenece, no solo en los diez-
mos, sino también en las ofrendas. La Biblia, el Espíritu de Profecía y
el Manual de Iglesia están de acuerdo en que las ofrendas voluntarias,
lo mismo que el diezmo, poseen un carácter mandatorio. Y esto es así
porque Dios anhela bendecir a su iglesia que honra su nombre.
Y en esto los pobres tienen una ventaja. “El pobre hace un sacrifi-
cio de lo poco que posee y lo siente en realidad. Se niega algunas cosas
que necesita para su comodidad... Por lo tanto, tiene la ofrenda del
pobre un carácter sagrado que no se encuentra en la ofrenda del rico,
porque éste da de su abundancia”6
Cuidémonos, pues, de hacer con las ofrendas o con el diezmo
nuestra voluntad. Hagamos a un lado el voluntarismo y apeguémonos
a la voluntad de Dios. ¡La bendición está en camino!

4 Consejos sobre mayordomía cristiana, 102-103.


5 Apocalipsis 14:7
6 Consejos sobre mayordomía cristiana, 186

Pág. 110
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 18

1. Cuando una persona ha dejado de dar los diezmos por un año y


luego vuelve a ser fiel, ¿tiene la responsabilidad moral de devolver lo
que dejó de dar en el año que pasó?

a) Falso
b) Verdadero

2. “Vi que algunos de los que profesan ser hijos de Dios, son como el
hombre que __________ su ________________ en la tierra. Impiden
que sus bienes beneficien a la causa de Dios. Aseguran que son su-
yos, que tienen derecho a hacer ___________________________ con
ellos”.

3. Una de las ideaa centrales de este libro es que dar la cantidad que
sea, como sea, cuando sea y donde sea no tiene sustento bíblico.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Comprendiendo que la fidelidad en mayordomía es
más grave de lo que había pensado, prometo contribuir
a la estabilidad espiritual y financiera de mi iglesia de-
volviendo fielmente a Dios los diezmos y las ofrendas.

Nombre y Firma

Pág. 111
Día 19
La tiranía de las deudas

¿ Qué deudas debemos saldar primero, las deudas que tenemos


con el mundo o las que tenemos con Dios, si ese fuera el caso?
¿Qué dice Dios acerca de las deudas en su Palabra? ¿Cuál es el
consejo del Espíritu de Profecía al respecto? ¿Qué se puede hacer
para salir de deudas?
Para comenzar, es bueno recordar que no es normal que un cris-
tiano viva saturado de deudas. El miembro de iglesia que se está
“ahogando” con tantas deudas no puede tener paz. ¿Se puede tener
paz sabiendo que no le estamos devolviendo a Dios los diezmos y las
ofrendas que le pertenecen solo porque nuestras deudas con el mundo
lo están impidiendo? Obviamente, no es el plan de Dios que un cristia-
no viva endeudado.
Como bien lo señala Hazael Bustos Catalán, “en los tiempos del
pueblo de Israel, estar libre de deudas era una de las recompensas
prometidas a los obedientes”.1 “Acontecerá que si oyeres atentamen-
te la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus
mandamientos... vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcan-
zarán... Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo... Y prestarás a muchas
naciones, y tú no pedirás prestado”.2 En palabras del mismo Catalán,
“en aquellos tiempos el endeudamiento era una de las maldiciones por
desobedecer”.3

1 Hazael Bustos Catalán, Educación financiera de la familia, 67.


2 Deuteronomio 28:1-2, 12.
3 Véase Deuteronomio 28:15, 33-44.
Pág. 112
Día 19 La Tiranía de las Deudas

La sierva del Señor dice que debemos rehuir las deudas como si
huyéramos de la viruela4 o de la lepra.5 Es decir, como si fueran una
enfermedad. Pero no solo eso. Las deudas también son una forma de
esclavitud ya que “el que toma prestado es siervo del que presta”.6 Pero
aquí cabe la pregunta: tener deudas, ¿tiene algo de malo? ¿Es pecado
pedir prestado?
La Biblia dice que la persona que pide prestado y no paga es un
impío,7 es decir, no tiene a Dios en su vida. Pero notemos que aquí se
refiere a alguien que no paga, a alguien que decide quedarse con lo que
no es suyo. Y por supuesto, eso no significa que sea malo endeudarse
de vez es cuando. Por ejemplo, conocí la historia de una noble mujer
que cuando algún pobre le pedía algo de comer, era capaz de ir a la
tienda, si no tenía nada en casa, y para ayudar a esa persona pedía fiado
para poder ayudar en ese momento. ¿Podría considerarse pecaminoso
ese endeudamiento? ¿Verdad que no? Así que, es posible que el motivo
por el cual uno pide prestado sea lo que determine si algo es pecami-
noso o no.8
Por ejemplo, si pides prestado dinero para hacer tu casa más bo-
nita y esplendorosa sería cuestionable, pero si pidieras prestado por
tener una real necesidad en tu casa (ejemplo tus hijos ya no tienen
donde dormir, hay que comprar camas; alguno de los jóvenes en la
casa necesita un vehículo para ir a estudiar o ir a trabajar; se le rompió
una ventana a tu casa y el hecho ocurrió cuando no tenías dinero), no
sería tan cuestionable.
Otro ejemplo: pedir prestado un carro por que quieres ir a predi-
car a un lugar donde Dios te envió, no sería tan cuestionable; y sería
hasta seguro para la persona que te presta el vehículo. O decidir dejar
de vivir en una propiedad alquilada para tener tu propia propiedad, no
sería cuestionable si la vivienda cumple con las necesidades de la fa-
milia; y sería cuestionable si la vivienda cuesta una cantidad que sería
imposible pagar, ¿no es así? En todo esto el motivo es lo que importa
más que nada.
Ahora, si analizamos el capítulo 15 del libro de Deuteronomio

4 Consejos sobre mayordomía cristiana, 271.


5 Consejos sobre mayordomía cristiana, 286.
6 Proverbios 22:7.
7 Salmo 37:21.
8 http://mi-oasis.org/index.php?p=1_73_Tener-deudas-zTiene-algo-de-malo
Pág. 113
Dar como Dios manda

vamos a ver que, en una economía creada por Dios mismo, el pedir
prestado se permitía pero, al mismo tiempo, se regulaba.9 Una deuda
no podía pasar más allá de los siete años. Por eso, Andrés Panasiuk nos
hace ver que el gran negocio de los prestamistas hoy día es “tener a la
gente pagando intereses y no pagando sus deudas”.10
Pensemos ahora en el caso de Jesús. ¿No pidió prestado un burrito
para la entrada triunfal en Jerusalén? ¿Y no dice la Escritura que lo
devolvería tan luego lo desocupara?11 Sí, pero llama la atención que tal
préstamo, si así le podemos llamar, era para usarlo en la causa de Dios,
¿no es así? Era para cumplir una profecía. Esa “deuda”, como podemos
ver, estaba plenamente justificada.
En esta misma linea de pensamiento tenemos a los constructores
de una ampliación en el edificio de la escuela de los profetas. ¿No dice
la Biblia que el hacha con la cual estaban cortando los árboles se les
cayó en el río Jordán? ¿Y no dice que esa hacha era prestada? Sí, así lo
dice.12 Y Dios hizo un milagro para recuperar ese préstamo, ¿verdad
que sí? Pero vemos nuevamente que era un préstamo para usarlo en la
causa de Dios, ¿no es verdad? Estaba más que justificado.
En otra ocasión vemos que Dios hizo un milagro maravilloso para
pagar la deuda de una pobre mujer viuda. La mujer tuvo que pedir
prestadas muchas vasijas, que luego devolvería por supuesto, para
poder hacerle frente a la emergencia.13 ¿y qué aprendemos de aquí?
Viéndolo positivamente decimos que Dios se interesa en nuestros pro-
blemas financieros, sobre todo si se refiere a alguien que es un siervo
de Dios. Por otra parte, vemos que esas deudas son una preocupación
para la familia y ponen en riesgo la estabilidad familiar, ¿no es cierto?
Con lo anterior en mente podemos estar de acuerdo con el apóstol
Pablo que dice: “Pagad a todos los que debéis”, y “no debáis a nadie
nada”.14 En otras palabras, ¡no te endeudes! ¡No te endeudes! “Dad a
César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”.15 Por tanto, un
cristiano debe tomar en cuenta, para comenzar, que no es la voluntad

9 Andrés Panasiuk, ¿Cómo salgo de mis deudas? (Miami, FL: Caribe-Betania editores,
2003), 36. Véase también Deut. 15:1-11
10 Andrés Panasiuk, ¿Cómo salgo de mis deudas?, 37.
11 Lucas 19:29-34; Mateo 21:1-5; Marcos 11:1-6
12 2 Reyes 6:1-7
13 2 Reyes 4:1-7
14 Romanos 13:7-8
15 Romanos 12:15
Pág. 114
Día 19 La Tiranía de las Deudas

de Dios vivir endeudado. La Biblia es muy clara al decir que una per-
sona no puede endeudarse a menos que tenga para pagar, ¿sabías eso?
El sabio Salomón lo dijo así:
“No seas de aquellos que se comprometen, de los que salen de fia-
dores de deuda. Si luego no tienes con qué pagar, ¿por qué habrán de
quitar tu cama de debajo de ti?”16 La idea es—dice Andrés Panasiuk—
que “cada vez que uno se compromete económicamente debe hacerlo
solamente si tiene una forma segura de pagar la deuda”.17 Elena de Whi-
te señala que “es pecado” pedir prestado sin ponerse a pensar si uno
está en condiciones de pagar las deudas.18
De paso, siendo que “la desobediencia a los mandamientos posi-
tivos dados por Dios concernientes a los diezmos y las ofrendas, que-
da registrada en los libros del cielo como un robo perpetrado contra
él”,19¿qué debe pagarse primero, las deudas con Dios o las del mundo?
Elena de White, responde: “¿Le parece... que nuestra deuda con
Dios debe aumentar continuamente?...” “Después de esta declaración
[Malaquías 3:8-9], ¿me atrevería a decirle: Usted no necesita pagar
el diezmo mientras esté endeudado? ¿Debería decirle que debe pa-
gar todo lo que debe a cualquier persona, aunque robe a Dios para
hacerlo?”20
Como podemos ver, debemos pagar primero las deudas que tene-
mos con Dios, si es que tenemos alguna. Debemos ser muy cuidadosos
con lo que no nos pertenece. Y aquí cabe la pregunta: ¿Está justificada
una persona que siempre está endeudada para no dar sus diezmos y
sus ofrendas? No. Esas deudas constantes con el mundo solo demues-
tran una cosa: que se ama más al mundo que a la verdad. En este caso,
es el egoísmo lo que impide darle a Dios lo que le pertenece.21
Pero, ¿dónde surgen las complicaciones de una persona que está
endeudada?

16 Proverbios 22:26-27
17 Andrés Panasiuk, 39.
18 Véase Consejos sobre mayordomía cristiana, 270.
19 Consejos sobre mayordomía cristiana, 82.
20 Consejos sobre mayordomía cristiana, 97.
21 Consejos sobre mayordomía cristiana, 98, segundo párrafo.
Pág. 115
Dar como Dios manda

GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 19

1. Las deudas son una bendición.

a) Falso
b) Verdadero

2. Debemos huir de las deudas como si fueran una enfermedad.

a) Falso
b) Verdadero

3. Una persona que paga sus deudas con el mundo pero no las que
tiene con Dios revela que tiene un mayor compromiso con el mundo.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Decido no vivir endeudado y quedar libre para ser
fiel a Dios.

Nombre y Firma

Pág. 116
Día 20
Cómo salir de las deudas

E
l primer paso para salir de deudas es entender las razones por
las que nos hemos endeudado tanto.1

1. Compras compulsivamente
La primera razón por la probablemente estás endeudado es por-
que eres un “comprador compulsivo”. Te gusta salir de compras y com-
prar todos los productos que estén de moda, sin ser consciente del
gasto que estás realizando, y sin importarte que debido a tu situación
económica no estés en condiciones de poder pagarlos. Compras por el
simple placer de hacerlo, y no te importa mucho si el producto que vas
comprar no te vaya a servir, o que probablemente nunca lo llegues a
utilizarlo.

2. Realizas gastos innecesarios


Probablemente no seas un comprador impulsivo, pero sí tienes la
costumbre de realizar gastos innecesarios. Por ejemplo, comes fuera
cuando puedes hacerlo en casa, compras nuevo cuando puedes com-

1 Véase http://dinero-internet-plus.com/razones-por-las-que-estas-endeudado/
Pág. 117
Dar como Dios manda

prar usado, compras cuando puedes rentar, gastas innecesariamente


en comida, en ropa, en artículos etc. Mucho de esto podría conside-
rarse, como dice la sierva del Señor: “necesidades imaginarias”.2

3. Tienes la costumbre de comprar de crédito


Otra de las razones por la que probablemente estás endeudado es
porque crees que los créditos de consumo son una oportunidad que no
puedes desaprovechar. Cuando quieres comprar algo y no tienes sufi-
ciente dinero en efectivo, piensas que la solución es solicitar un crédito,
y no te importa que al final el producto termine costándote el doble de
lo que pagaste por él.

4. Eres adicto a las tarjetas de crédito


Otra de las razones de tu alto nivel de endeudamiento probable-
mente se deba a que eres adicto a las tarjetas de crédito. No tienes una,
sino varias tarjetas de crédito, y cada vez que tienes la oportunidad de
utilizarlas lo haces, aún cuando simplemente tengas que realizar una
compra ordinaria. Utilizas tus tarjetas para comprar al crédito sin ser
consciente de los altos intereses que te pueden llegar a cobrar, ni los
gastos en los que estás incurriendo por el simple hecho de tenerlas.

5. Eres generoso con lo que no es tuyo


He descubierto que hay personas que disponen libremente de lo
que se les ha confiado, se gastan el dinero y luego no tienen para pagar.
Eso también contribuye a un desorden al punto que algunos ni siquie-
ra saben cuanto deben.

6. No ahorras
Finalmente, otra de las razones por la que probablemente estás
endeudado es que no tienes el hábito de ahorrar. No cuentas con una
planificación financiera que te ayude a controlar tus gastos y a destinar
una determinada parte de tus ingresos a una bolsa de ahorros. Sino
que cada mes gastas todo el dinero que ganas (o peor aún gastas más
de lo que ganas), o simplemente gastas sin control y sólo ahorras el
poco dinero que te queda al fin de mes.

2 Consejos sobre mayordomía cristiana, 264.


Pág. 118
Día 20 Cómo Salir de las Deudas

Pasos que se deben dar para salir de deudas

Ahora, ¿qué se puede hacer para salir de deudas? Lo primero que


hay que hacer es decidir que no le volveremos a fallar a Dios por esa
causa. Se nos dice que “el octavo mandamiento condena el robo... y
requiere el pago de las deudas”.3 Por otra parte, se advierte que “cuando
una persona se endeuda voluntariamente, se está enredando a sí misma
en una de las redes que Satanás tiende para las almas”.4 Así que si te vas
a endeudar, que sea en contra de tu voluntad, porque no tienes otro
remedio. ¿Está claro?
Sin embargo, hay pasos concretos para salir de deudas que quiero
compartir contigo a continuación.

1. Haz un presupuesto para salir de deudas y marca una fecha


límite de cuando crees que puedes quedar libres de ellas.
2. Haz una lista de lo que tienes para que veas que cosas tienes
de valor y que son necesarias y luego considera qué puedes
vender para pagar tus deudas.
3. Haz una lista de todas tus deudas. Observa cuanto tienes que
pagar cada mes y cuál es el interés de cada una de ellas. Puedes
comenzar por la deuda por la que pagas el mayor interés. Si
puedes deshacerte de deudas más pequeñas de una buena vez,
pues que así sea. No permitas que la lepra de las deudas te siga
contaminando.
4. Si recibes un ingreso extra, úsalo para pagar tus deudas.
5. No te endeudes más.5 Recuerda que a libertad nos ha llamado
Dios.6
6. Sobre todo sé honesto con tus acreedores. No los traigas dan-
do vueltas o escondiéndote de ellos.
7. Trata de renegociar la deuda. A lo mejor puedes pagarla sin
tantos intereses.

En conclusión, te sugiero que no permitas que las deudas te impi-


dan darle al Señor lo que le pertenece. Pero si después de cumplir con

3 Consejos sobre mayordomía cristiana, 268.


4 El colportor evangélico, 130.
5 Adaptado. Hazael Bustos catalán, Educación financiera de la familia, 69.
6 Gálatas 5:13
Pág. 119
Dar como Dios manda

el Señor tienes la capacidad de hacer algún tipo de endeudamiento, tú


sabes. Aquí lo importante es que no dejes tu fidelidad en manos de los
intereses del mundo. Que como ya lo mencioné, los prestamistas están
más interesados en que pagues sus intereses en lugar de que pagues tus
deudas. La idea es mantenerte esclavizado.

La bendición está en camino.

Pág. 120
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 20

1. A los prestamistas les interesa que pagues tus deudas


y no sus intereses.

a) Falso
b) Verdadero

2. Menciona alguna maneras de salir de deudas.

a)__________________________________________________________
b)__________________________________________________________
c)__________________________________________________________

3. Menciona tres razones por las que una persona vive endeudada.

a)__________________________________________________________
b)__________________________________________________________
c)__________________________________________________________

4. Endeudarse sin tener para pagar es robar.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
No toleraré más deudas en mi vida a menos que
sea estrictamente necesario.

Nombre y Firma

Pág. 121
Día 21
Dejado al honor de los
hombres

N
o hay duda que la confianza de Dios en su iglesia es enor-
me. La sierva del Señor revela que “el único plan que el
Evangelio ha establecido para sostener la obra de Dios es
el que deja el sostén de su causa librado al honor de los
hombres. Estos, teniendo en cuenta la gloria de Dios, deben darle la
proporción que él ha requerido”.1
Pero aquí surge una pregunta: ¿qué es el honor? Alfred Victor De Vig-
ny nos da una respuesta hermosa al decir que “el honor consiste en ha-
cer hermoso aquello que uno está obligado a realizar”. Añade además
que “el honor es la poesía del deber”. Es decir, el honor está ligado a
algo y esto es el deber o nuestras obligaciones.
La Real Academia Española declara que el honor es una “cualidad
moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del
prójimo y de uno mismo”. Otros suelen entender el honor como un
conjunto de obligaciones, que si no se cumplen hacen perderlo: es lo
conocido como Código de Honor o sistema de honor; una serie de
reglas o principios que gobiernan una comunidad basadas en ideales
que definen lo que constituye un comportamiento honorable frente a
esa comunidad.
Obviamente, dentro de lo que es el sostenimiento de obra de Dios
en la tierra, lo apropiado como honor y como una norma moral apro-

1 Consejos sobre mayordomía cristiana, 301


Pág. 122
Día 21 Dejado al Honor de los Hombres

piada es el devolver los diezmos y las ofrendas, acompañados de dona-


tivos. Esto, como hemos señalado, es un mandato de Dios. Se conside-
ra un robo no devolver a Dios lo que es suyo y esto tiene que ver con el
honor.
Lamentablemente, algunos están sacrificando el honor robando a
Dios porque desean los honores del mundo. Pero veamos esto más de
cerca.
Elena de White escribe: “Cada mayordomo fiel debería estar mu-
cho más ansioso por aumentar la proporción de sus donaciones que
entrega a la tesorería del Señor, antes que por disminuir sus ofrendas
en una jota o una tilde. ¿A quién le sirve? ¿Para quién está preparando
una ofrenda? Para Aquel de quien depende para recibir todas las bue-
nas cosas de que disfruta. Entonces, que ninguno de los que recibimos
la gracia de Cristo demos ocasión para que los ángeles se avergüencen
de nosotros, y para que Jesús se avergüence de llamarnos hermanos”.2
¿Notas cómo se apela al honor en esta declaración?
En otra declaración señala que “los que reciben su gracia, los que
contemplan la luz del Calvario, no discutirán la proporción que deben
dar, sino que pensarán que hasta la ofrenda más abundante es dema-
siado pequeña y desproporcionada en comparación con el gran don
del Hijo unigénito del Dios infinito”.3 En otras palabras, no debemos
estar pensando de manera mezquina.
Ahora, ¿cómo se manifiesta esta falta de honor en la práctica?
Se nos explica que “ha habido ocasiones especiales en reuniones con
mucha asistencia, cuando se han hecho llamamientos a los seguidores
profesos de Cristo, en favor de la causa de Dios, y los corazones han
sido conmovidos, y como resultado muchos han hecho promesas de
sostener la obra. Pero muchos de los que han prometido no han actua-
do honorablemente con Dios. Han sido negligentes y no han cumplido
sus promesas a su Hacedor. Pero si el hombre es tan indiferente con sus
promesas hechas a Dios, ¿puede esperar que el Señor cumpla una pro-
mesa hecha bajo condiciones que nunca se han respetado? Es mejor
tratar honradamente con vuestros semejantes y con Dios”.4

2 Ibíd., 301.
3 Ibíd., 302.
4 Review and Herald, 17 de diciembre de 1889. Consejos sobre mayordomía cristiana,
331.
Pág. 123
Dar como Dios manda

No podemos engañar nuestras propias almas

Me llama profundamente la atención que en este contexto, se nos


diga que “los que persisten en la falta de honradez llevarán a cabo sus
principios hasta que engañen a sus propias almas y pierdan el cielo y la
vida eterna. Sacrificarán el honor y la religión por una pequeña ventaja
mundana. Hay tales hombres en nuestras propias filas, y tendrán que
experimentar lo que significa nacer de nuevo, o no podrán ver el reino
de Dios. La honradez debe marcar cada acción de nuestra vida”.5
Ahora, observa cómo la sierva del Señor relaciona una y otra vez
el deshonor con la falta de honradez y el robo de lo que pertenece a
Dios. Lo que más me llama la atención es que afirma que “el único plan
que el Evangelio ha establecido para sostener la obra de Dios es el que
deja el sostén de su causa librado al honor de los hombres”, ¿y todavía
alguien se atrevería a decir que devolver lo que es de Dios no es obliga-
torio? ¿Dónde está nuestro honor?
Mira el siguiente consejo: “Que los que han llegado a ser descuida-
dos e indiferentes, y retienen sus diezmos y ofrendas, se acuerden que
están bloqueando el camino e impidiendo que la verdad llegue a regio-
nes lejanas. Se me ha indicado que diga al pueblo de Dios que redima
su honor devolviendo a Dios fielmente el diezmo”.6 Toma nota que la
sierva del Señor hace hincapié en los diezmos y las ofrendas para que
la verdad no sea bloqueada.
Aquí resultan oportunas las palabras de Isaías que dicen: “Y el de-
recho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en
la plaza, y la equidad no pudo venir. Y la verdad fue detenida, y el que
se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a
sus ojos, porque pereció el derecho”.7
Pregunta: ¿No habremos mas bien de facilitar que la verdad corra
y sea glorificada en lugar de hacerla tropezar? ¿Atraeremos el desagra-
do de Dios? Dios no lo permita. Mejor agradémosle.
Hemos visto en estos 21 días de fidelidad que debemos dar como
Dios manda. Nuestra tendencia ha sido hacer nuestra propia voluntad
y no la del Señor. Pero no podemos seguir así. En lugar de eso, pense-

5 Consejos sobre mayordomía cristiana, 148.


6 MS 44, 1905.
7 Isaías 59:14.
Pág. 124
Día 21 Dejado al Honor de los Hombres

mos como Jesús. Cuando estaba por entregar la máxima ofrenda que
haya dado el hombre a Dios, y haciéndolo por nosotros, declaró: “Que
no se haga mi voluntad sino la Tuya”.8 Te invito, pues, a seguir su ejem-
plo. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”.9
Dar como Dios manda es el camino de la bendición.

CONCLUSIONES
1. El voluntarismo es una amenaza sutil contra la fidelidad y pros-
peridad de la iglesia local. Significa dar basados en nuestros sen-
timientos o impulsos, sólo si queremos, en vez de guiarnos por la
Palabra o voluntad de Dios. Este libro combate esa práctica por
no ser una doctrina bíblica.
2. Las ofrendas son voluntarias, pero esto no significa de acuerdo
a nuestra voluntad sino de acuerdo a la voluntad de Dios. Dios
acepta los actos voluntarios pero no los actos libres. En los actos
libres mandamos nosotros, en los voluntarios manda Él. Este li-
bro enfatiza el señorío de Dios.
3. Lo obligatorio es positivo porque está basado en la ley de Dios. La
ley es positiva, por lo tanto, sus obligaciones también. Obligatorio
no significa a la fuerza. Ni Dios ni la iglesia obligan a nadie. De-
bido a que los diezmos y ofrendas son de Dios, tenemos la obliga-
ción moral de devolverlos. Dios es el dueño y debemos establecer
la cantidad de ofrendas no conforme a nuestro propio criterio
sino conforme a los principios divinos.
4. Este libro propone a los creyentes dar una ofrenda bíblica, no una
ofrenda de fabricación personal que raye en el voluntarismo. Los
porcentajes de ofrendas se muestran como ejemplos de ofrendas
bíblicas que pueden ser usados por el creyente para guiarse al
momento de dar ofrendas. No son una imposición. Lo obligato-
rio es dar como Dios manda, buscando honrarle.
5. Nadie puede decir con sabiduría que la ofrenda debe ser exacta-

8 Lucas 22:42; Mateo 26:39.


9 1 Juan 2:6
Pág. 125
Dar como Dios manda

mente un 10% ya que bíblicamente puede ser más. No hay límite


para ella. Tampoco es sabio decir que la ofrenda solo debe ser
más del 10% ya que en la Biblia tenemos ejemplos del 10%. Dar
menos del 10% se aplica más a los donativos pero no a las ofren-
das sistemáticas, de acuerdo a la luz de los ejemplos bíblicos que
disponemos, hasta donde sabemos.
6. El pecado tuvo su origen en el egoísmo. La desviación de recursos
comenzó con Lucifer en el cielo. Usó los recursos de Dios para
promover sus propios intereses. En vez de darle la gloria a Dios,
se la dio a sí mismo.
7. La palabra voluntario puede tener varias aplicaciones. Entre ellas
hay varias que podemos escoger; otras se deben rechazar.
8. No podemos meter nuestras manos en cosas tan sagradas como
el diezmo y las ofrendas. No podemos darles el uso personal que
queramos. No hay ninguna justificación para hacerlo. El fin no
justifica los medios.
9. No podemos comprar las bendiciones o la salvación con nuestra
fidelidad. Pero siempre debemos tener presente que Dios bendice
la obediencia.

Pág. 126
GUIA DE ESTUDIO DEL DÍA 21

1. La única provisión para el avance de la obra Dios la ha hecho de-


pender del honor de su pueblo.

a) Falso
b) Verdadero

2. La única manera de redimir el honor es devolviendo los diezmos y


ofrendas que pertenecen a Dios.

a) Falso
b) Verdadero

3. Algunos hombres y mujeres están sacrificando el honor, al no de-


volver los diezmos y las ofrendas, por los honores del mundo.

a) Falso
b) Verdadero

MI DECISIÓN
Prometo honrar al Señor, mientras me dé vida,
dando como Dios manda.

Nombre y Firma

Pág. 127
Dar como Dios manda

Pág. 128
Certificación
DE REQUISITOS

Yo:
Declaro que he concluido la lectura del
libro del Programa de Enriquecimiento Es-
piritual FUI HALLADO FIEL de la Asocia-
ción / Misión / Región ________________,
y he contestado los 21 días de la Guía de
Estudios correspondiente.

Fecha:

Lugar:

Iglesia:

Distrito:

FIRMA

Pág. 129
Dar como Dios manda

Pág. 130

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