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El concepto "principio" proviene del latín principium, que significa: comienzo, fuente,
fundamento. Según el Diccionario de la Lengua Española, el término 'principio' significa, entre
otras acepciones: "punto que se considera como primero en una extensión o cosa", "base,
origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier materia", "causa,
origen de algo", "cualquiera de las primeras proposiciones o verdades fundamentales por donde
se empiezan a estudiar las ciencias o las artes".
Los principios generales del Derecho tuvieron su origen en Roma, solo que no se les conocía
con ese nombre, no había una conciencia de que se tratara de ellos, ni existe una alusión
específica a ellos con ese nombre, pero es en la idea central de los mismos donde encontramos
que sí existía su aplicación como se puede ver en la Ley número trece, párrafo siete, del título
primero del Libro 27 del Digesto, donde se acepta que en ausencia de ley expresa podía
resolverse según la naturáliiustitia.
Es en Francia, y gracias a Napoleón, que los principios generales del Derecho retoman su
importancia, pero no llegan a alcanzar fuerza de ley, sino solo reconocimiento de su utilidad.
Fueron significativos en ese momento histórico. Napoleón prevé acertadamente la necesidad de
dar al juez una opción para que se supla correctamente la carencia de las leyes, pero no solo
fueron tomados en cuenta los "principios generales", como él los conocía, sino además se
contaba con las máximas de Derecho Natural, con la equidad natural, con la ciencia, el Derecho
romano, el Derecho común, las antiguas costumbres y, finalmente, los principios generales. A
partir de entonces, debido a la repercusión que tuvo el Código Napoleónico en varios países,
fueron recogidos por diversos cuerpos legales en el mundo, tal es el caso del Código Civil
austríaco de 1811, inspirado en el Derecho Natural racionalista, donde por vez primera se
recogieron, y poco después en el español de 1889 que rigió en Cuba durante casi un siglo,
recogiéndose finalmente en el Derecho Internacional.
Los principios generales del Derecho expresan la dirección general y los rasgos más esenciales
de la regulación jurídica de un sistema de regulaciones sociales. Según comenta CAÑIZARES,
estos emanan de la regulación normativa de nuestro sistema económico social y de la
orientación política de nuestro Partido.
Los principios generales del Derecho son ciertas reglas, postulados, fundamentos, y como
dijera FERNÁNDEZ BULTÉ, aquellas apoyaturas esenciales de un sistema jurídico
determinado, los cuales son cambiantes, pues están en constante desarrollo y dependen de las
condiciones históricas del territorio donde se desenvuelvan. Al respecto comparto el criterio de
FERRARI YAUNNER, los principios no deben ser considerados como reglas en caso de que se
utilice esta denominación como sinónimo de norma, y para diferenciar ambos términos
debemos tomar en consideración el criterio de ZAGREBELSKY:
"Si el Derecho actual está compuesto de reglas y principios, cabe observar que las normas
legislativas son prevalentemente reglas, mientras que las normas constitucionales sobre
derechos y sobre la justicia son prevalentemente principios. Por ello, distinguir los principios de
las reglas significa, a grandes rasgos, distinguir la Constitución de la ley"
Los principios generales del Derecho son criterios o entes de razón que expresan un juicio
deontológico acerca de la conducta humana que se debe seguir en cierta situación; cada uno
de ellos es un criterio que expresa el comportamiento que han de tener los hombres en sus
relaciones de intercambio, no como seres sensibles, sino como seres que subsisten en la
inteligencia que las concibe (como seres mentales).
El intérprete o el operador del Derecho pueden utilizar más de un principio si lo estima oportuno
para dar solución al conflicto. En esta tarea puede ocurrir que los principios se contrapongan en
relación con la solución de una laguna, a esta contradicción de principios se le conoce como
tensiones; según el criterio de FERRARI YAUNNER, la solución a estas tensiones entre
principios no descarta la eficacia de uno de ellos, como sí sucede cuando se solucionan
antinomias.
En estos casos, el intérprete debe actuar con cautela y realizar un juicio valorativo minucioso
para emplear el que mejor garantice la seguridad jurídica, la legalidad y la justicia. En la
valoración se debe explicar el porqué de la elección de determinado principio por encima de
otro, dejando clara la imposibilidad de ser aplicado el que resultó menos justo.
Como bien te habrás dado ya cuenta, los principios generales del derecho han sido obtenidos a
través de conductas generales y reiterativas, que dan origen a normas particulares.
En ese sentido, los principios generales del derecho en muchas ocasiones han dado origen a
derechos humanos y garantías individuales en cada país.
A su vez, algunos principios generales del derecho no sólo han servido de base para el
desarrollo de una constitución federal, sino al desarrollo de normas procesales.
Los principios generales del derecho, se consideran fuentes del derecho, de ahí nace la
importancia de estos principios.
1. La protección de la vida, la integridad física y mental y la dignidad del ser humano (las
normas que constituyen el núcleo del DIDH);
2. El uso de la fuerza por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley (licitud,
adecuación, proporcionalidad, abstención del uso de armas prohibidas);
3. El derecho a un debido proceso jurídico (garantías judiciales o de procedimiento; está
prohibido efectuar un arresto o una detención de forma arbitraria);
4. La obligación de velar por que existan las condiciones mínimas necesarias para la
supervivencia (alimentos, agua, higiene, ropa, alojamiento, asistencia médica);
8. Los bienes (prohibición de privar de los bienes mediante la destrucción o la apropiación ilegal
o arbitraria); y
El nuevo Modelo de Estado impone que los diferentes Órganos del Poder Público desarrollen
sus actuaciones, sobre la base del respeto y aplicación de principios ético-morales, valores y
principios generales y particulares establecidos, de tal forma que se puedan consolidar los fines
del Estado en los diferentes ámbitos. Merced a ello, el Órgano Judicial y por ende los Tribunales
y Entidades que lo conforman, se regulan por principios y valores contenidos en la Constitución
Política del Estado, la Ley N° 025 y reglamentación especial.
A los fines de la construcción de un Plan Estratégico Institucional del Órgano Judicial y en el
caso particular del Tribunal Supremo de Justicia, deben ser considerados e integrados a dicho
Plan, los Principios Ético – Morales, los Principios del Preámbulo de la Constitución Política del
Estado, los Valores Constitucionales, los Principios del Órgano Judicial y los Principios propios
de la Jurisdicción Ordinaria, por cuanto los mismos se constituirán en el cimiento de la
proyección entitativa contenida en el PEI del Tribunal Supremo de Justicia.
VALORES
Con relación a los Valores que se supone se aplican al Órgano Judicial, y por ende a la
Jurisdicción Ordinaria, no se identifican valores particulares del mismo, debiendo en su caso
incorporarse Valores propios en la medida de la construcción de la Normativa Ética que el
propio PEI, establece debe realizarse como una acción estratégica específica, acción que al
efecto, debe ser construido en una lógica participativa y con la guía de las máximas autoridades
judiciales.
En esa medida son Valores lógicamente aplicables al Órgano Judicial y por ende a la
Jurisdicción Ordinaria y al Tribunal Supremo de Justicia, aquellos en los que se sustenta el
Estado Boliviano y que se encuentran establecidos en el Art. 8-II de la Constitución Política del
Estado, siendo los mismos:
• Unidad.
• Igualdad.
• Inclusión.
• Dignidad.
• Libertad.
• Solidaridad.
• Reciprocidad.
• Respeto.
• Complementariedad.
• Armonía.
• Transparencia.
• Equilibrio.
• Igualdad de oportunidades.
• Equidad social y de género en la participación.
• Bienestar común.
• Responsabilidad.
• Justicia social.
• Distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.
PRINCIPIOS
Son principios inherentes a la sociedad plural boliviana que están contenidos en el Art. 8 –I de
la Constitución Política del Estado. Son éticos porque guían el comportamiento de las personas;
son principios o fundamentos del fuero interno que impulsan el respeto humano.
Son morales porque reflejan los modos habituales de obrar o proceder. En síntesis, son
principios de comportamiento de la vida privada de los individuos que impulsan el respeto
humano.
1. Ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón).
2. Suma Qamaña (vivir bien).
3. Ñandereko (vida armoniosa).
4. Teko Kavi (vida buena).
5. Ivi Maraei (tierra sin mal).
6. Qhapaj Ñan (camino o vida noble).
El preámbulo de la Constitución Política del Estado, puede definirse como una declaración
solemne de los propósitos del constituyente que expresa los valores, principios y necesidades
del pueblo, el cual será el ordenamiento superior que le servirá para la programación de su
futuro.
1. Soberanía.
2. Dignidad.
3. Complementariedad.
4. Solidaridad.
5. Armonía.
6. Equidad en la distribución y redistribución del producto social.
La Constitución Política del Estado y la Ley N° 025 del Órgano Judicial, determinan una amplia
malla de Principios que regulan el funcionamiento del Órgano Judicial en su conjunto e
individualmente de las Jurisdicciones Ordinaria, Agroambiental y del Consejo de la Magistratura.
Estos principios son esenciales para el funcionamiento del Órgano Judicial, y en el caso
concreto de la Jurisdicción Ordinaria y por ende del Tribunal Supremo de Justicia, por cuanto
cualquier planeación, proyecto o actividad debe ser coherente con los principios que regulan al
mismo en su conjunto y en sus distintas jurisdicciones y entidades.
1. Transparencia. “Supone procurar ofrecer, sin infringir el Derecho vigente, información útil,
pertinente, comprensible y fiable, facilitando la publicidad de sus actos, cuidando que no
resulten perjudicados los derechos e intereses legítimos de las partes”.
Esta es una nueva acepción de la probidad, la cual generalmente se la entendía como sinónimo
de honradez, situación que ahora se orienta a la necesaria formación y capacitación para el
desarrollo óptimo de una gestión de calidad por resultados.
5. Honestidad. “Implica que las y los servidores judiciales observarán una conducta intachable y
un desempeño leal a la función judicial, con preeminencia del interés general sobre el
particular”.
6. Legalidad. “Con sujeción a la Constitución Política del Estado, constituye el hecho de que el
administrador de justicia, esté sometido a la ley de su jurisdicción y no a la voluntad de las
personas”.
Este principio se vincula con el de seguridad jurídica, resaltándose el hecho que la decisión
debe ser susceptible de cumplirse y en su caso se deben asegurar las condiciones para el
cumplimiento de la misma.
Principio que se vincula al debido proceso y a la celeridad como condición que cualifica la
tramitación de los procesos y la emisión de resoluciones judiciales.
11. Verdad Material. “Obliga a las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba
relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, en estricto cumplimiento de las
garantías procesales”.
12. Debido Proceso. “Impone que toda persona tenga derecho a un proceso justo y equitativo,
en el que sus derechos se acomoden a lo establecido a disposiciones jurídicas generales
aplicables a los que se hallen en una situación similar; comprende el conjunto de requisitos que
debe observar toda servidora o servidor judicial en las instancias procesales, conforme a la
Constitución Política del Estado, los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos
Humanos y la ley”.
Al margen de ello, a la duración razonable del proceso en el marco del cumplimiento de dichas
normas o procedimientos preestablecidos.
13. Igualdad de las partes ante el Juez. “Propicia que las partes en un proceso, gocen del
ejercicio de sus derechos y garantías procesales, sin discriminación o privilegio de una con
relación a la otra”.
14. Impugnación. “Garantiza la doble instancia; es decir, el derecho de las partes de apelar ante
el inmediato superior, de las resoluciones definitivas que diriman un conflicto y que
presuntamente les causa un agravio”.