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El acceso a la seguridad social es un derecho que toda persona tiene y puede contar al
ubicarse en estado de necesidad. La palabra clave aquí es el “estado de necesidad de la
población”. Con la seguridad social se protegen las necesidades básicas de la población. Al Estado
le interesa, por mandato constitucional, tutelar la situación de necesidad imperante en la población
que requiere de apoyo mínimo dadas sus condiciones de desprotección.
La seguridad social debe beneficiar a todos los sectores de la sociedad, con mayor
incidencia en los sectores más vulnerables, ya que son ellos quienes no pueden alcanzar su
cobertura dada su economía.
Como sabemos, la Seguridad Social en sí, se constituye como una institución jurídica por
medio de la cual se reconocen derechos y ejercitan prestaciones al ciudadano dada una situación
de necesidad por la calidad de desprotección mínima.
i. CONCEPTO DE JUBILACIÓN:
Jubilación deviene del vocablo latín “yobel” que significa júbilo, alegría o fiesta pública
celebrada por personas manumitidas en el imperio romano. Sin justificación alguna [2], en la
ciencia del Derecho se utiliza este término para hacer referencia al retiro de la actividad de un
trabajador.
Por jubilación se entiende a la acción o efecto de jubilar o jubilarse. Es el retiro del trabajo
particular o de una función pública, con derecho a percibir una remuneración calculada según los
años de servicio y la paga habida. También es considerada jubilación la cuantía o importe de lo
que se percibe sin prestación de esfuerzo actual, y por la actividad profesional desplegada hasta
alcanzar cierta edad o encontrarse en otra situación, como la invalidez, que anticipe tal derecho o
compensación[3]. Otros la consideran como una renta de sustitución destinada a compensar la
pérdida de ingresos profesionales de una persona cuando ésta, a causa de la edad, cesa o ha
cesado en su vida laboral activa, la cual constituye una prestación económica, una pensión única,
vitalicia e imprescriptible, para aquellos trabajadores que cuenten con los requisitos exigidos por el
sistema de seguridad social, y cuya cuantía viene determinada por la edad de juilación y los años
de cotización[4].
Según Martín Fajardo “jubilación”, para los efectos previsionales, “es el derecho que le
asiste a toda persona de dejar de ejercer una actividad remunerada y retirarse del mercado de
trabajo por razones de invalidez, vejez, o por su propia voluntad, percibiendo una renta vitalicia
sustitutoria de la que percibía durante su vida laboral”[5]. Es también considerado un derecho al
reposo o descanso, y, en otra perspectiva, un premio de la sociedad a quienes han trabajado
durante en su edad madura[6].
La tercera edad no ha de empezar con la propia jubilación sino que esta representa una
edad estimada en la cual se pierden capacidades físicas y mentales, la cual depende de un
momento singular en la persona y puede, como no, coincidir con la jubilación.
La OIT dice que “la edad prescrita (para el retiro) debería ser aquella en que comúnmente
las personas son incapaces de efectuar un trabajo eficiente, en la que la incidencia de la familia y
de la invalidez es elevada y en que la desocupación laboral, si la hubiere, sería probablemente de
carácter permanente”[7].
Dos son los elementos que permiten calificar el monto básico del saldo jubilatorio:
1. La edad fijada por ley.
2. El computo de tiempo de aportación del asegurado.
2. CONTRIBUTIVA.
Esta pensión es una contrapartida proporcional a los aportes del trabajador, el cual
constituye un derecho exigible. Aquí el sistema no puede quitar ni regalar nada.
3. GRACIABLE.
Para nuestro estudio sólo analizaremos el primero y el último de los sistemas. Además, el
último de los sistemas lo veremos exclusivamente desde la perspectiva del Régimen Pensionario
de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacionaldel Perú (Decreto Ley N° 19846), cuando en realidad
son múltiples los sistemas dependiendo de las características de los gremios; por ejemplo, existe la
Caja de Beneficios y Seguridad del Pescador o las derramas, cajas de beneficio y otros fondos de
jubilación.
Poseen derecho a la pensión de jubilación quienes tienen sesenta y cinco (65) años de
edad y, por lo menos, veinte (20) años de aportación[9].
1. REMUNERACIÓN DE REFERENCIA.
Otros casos:
Aportación de 30 ó + años completos = total de remuneraciones en los últimos 36 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/36.
Aportación de 25 ó – de 30 años completos = total de remuneraciones en los últimos 48 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/48.
Aportación de 20 ó – de 25 años completos = total de remuneraciones en los últimos 48 meses
consecutivos anteriores al último mes de aportación/60.
2. MONTO DE LA PENSIÓN.
Si quienes reciben una pensión de jubilación tienen cónyuges y/o hijos tienen otro
tratamiento. En el caso de cónyuges, el monto de la pensión aumentará entre un 2% y el 10% de la
remuneración o ingreso de referencia por el cónyuge. Sobre los hijos sucederá un aumento, en las
mismas reglas, entre el 2% y el 5% por cada hijo.
3. PENSIÓN MÁXIMA.
4. PENSIÓNES MÍNIMAS.
5. JUBILACIÓN ADELANTADA.
La pensión base es la pensión que hubiera recibido el trabajador bajo el Régimen General,
salvo porque se reduce 4% por año de adelanto respecto de la edad de jubilación regular (65
años).
6. BONIFICACIÓN ADICIONAL.
Los pensionistas bajo el régimen del Decreto Ley N° 19990 que cuenten con 80 o más
años de edad tienen derecho a recibir una bonificación mensual del 25% de su pensión regular. Su
cálculo versará sobre el monto de la pensión total que recibía al cumplir los 80 años [13].
7. PENSIÓN PROVISIONAL.
Esta pensión sólo tiene lugar obligatoriamente cuando, por inoperancia de la ONP para
resolver una solicitud de otorgamiento o declaración de pensión, la entidad no se haya
pronunciado. Sin embargo, el pensionista provisional deberá rellenar una declaración jurada en la
que se obligará a la devolución del exceso del pago, de ser el caso[14].
Cabe precisar que este sistema es administrado por la Caja de Pensiones Militar Policial
(CPMP); entonces, este trabajo ameritará cierto estudio de su función en el sistema pensionario
peruano.
i. PRESTACIONES.
Las prestaciones otorgadas como producto del régimen pensionario militar policial se
manifiesta en pensiones y compensaciones a sus beneficiados (a los propios servidores o sus
sucesores).
ii. PENSIONES.
Entre las múltiples pensiones, como la de invalidez, de cesación temporal, de
disponibilidad o de incapacidad que brinda la CPMP por mandato de la ley, nos interesa conocer la
pensión por “retiro o cesación temporal” para los servidores debido a que es el equivalente, no lo
mismo, a la pensión de jubilación en el Sistema Nacional de Pensiones, el cual buscamos
contrastar.
Las pensiones en este régimen militar policial, en su clasificación, pueden ser renovables o
no renovables:
Para acceder a las pensiones con carácter renovable, también considerada cédula viva, debe
cumplirse con estos requerimientos:
o Haber cumplido 20 años de servicios como mínimo, tanto hombres como mujeres.
o Cuando se paso a “retiro” por causales de: renovación de cuadros y límite de edad en el grado; aun
cuando tenga 15 años de servicios en hombres o 12.5 años en mujeres y menos de 20.
o El personal inválido o fallecido por acción de armas, en acto o como consecuencia del servicio, sin
tomar en cuenta el tiempo de servicios prestados.
o El personal fallecido por acto ajeno al servicio con más de 20 años de servicio.
Para acceder a las pensiones con carácter no renovable debe cumplirse con estos requerimientos:
o El personal que ha cumplido con por lo menos 15 años de servicios siendo hombres y 12.5 para
mujeres, sin que hayan llegado a veinte años de servicios.
o El personal que se ha incapacitado por acto ajeno al servicio.
o El personal fallecido por acto ajeno al servicio con más de 15 y menos de 20 años de servicio en
los hombres, y, más de 12.5 y menos de 20 años de servicio siendo mujeres.
iii. COMPENSACIONES.
Constituyen otro tipo de beneficios, distintos a las pensiones, que se prestan al personal
militar policial. Estas son consideradas como el pago que tiene el personal que pasa al estado de
“retiro” sin que cuenten con el tiempo estimado como mínimo para prestar servicios para gozar
pensión, o sea, mínimo 15 años siendo hombres y 12.5 años para mujeres.
La discusión tiene muchas tonalidades. La calificación es distinta para el ojo del legislador
por cuanto existe cierta diferencia de status laboral en los sujetos beneficiarios de la pensión de
jubilación o por retiro.
La cuestión es simple, unos son civiles, o sea, comunes ciudadanos y otros pertenecen al
personal militar o policial. Ahí ya tenemos una distinción entre los beneficiarios de una pensión. Sin
embargo, el punto a evaluar, y con motivación constitucional, es el derecho fundamental a la
igualdad de derechos sin distinciones de género, condiciones económicas, entre otros. Todos
somos iguales y tenemos los mismos derechos tal cual lo dicta nuestra constitución.
La discusión de derechos, entonces, deberá evaluar los bienes jurídicos protegidos en
torno a los mismos. Ha de sopesarse unos derechos sobre otros. Estamos ante derechos de rango
constitucional como el derecho a la seguridad social, derecho a la igualdad, derecho a la vida
digna, etc.
Lo más rescatable en esa mención del párrafo anterior es el objetivo de “elevar la calidad
de vida”. No obstante, para lograr ello debemos abarcar otros derechos desde la propuesta por la
teoría de los “derechos adquiridos”. No se admite el retroceso en el estándar de medición de la
calidad de vida. Elevar implica avanzar o mejorar las condiciones mínimas de vida de los seres
humanos.
Lo que el ser humano siempre busca es favorecer sus intereses, es un asunto de su propia
naturaleza. Por otro lado, el Estado vela por los intereses de todos. Evitar discrepancias de
desigualdad debería ser la misión y visión del Estado al legislar; no obstante, siendo realistas, los
hechos consideran que el tratamiento legal o las consideraciones de los sistemas pensionarios es
tratada de manera diferente en nuestro ordenamiento jurídico nacional, otorgando ciertos
beneficios a quienes pertenecen al SNP y otros al personal militar-policial, entre otros regímenes
especiales.
Somos de la idea de unificar, pero también de reconocer los derechos adquiridos a quienes
ya los poseen. Debemos reformar la normativa pensionaria desde el estado actual de las cosas. La
regulación de las futuras prestaciones pensionarias debe ser analizada desde la misión del estado,
de manera sistemática, o sea, en observancia de las otras normas de la materia, evitando tener en
cuenta ciertas estipulaciones de desigualdad, ya que se pondrían a discusión derechos
universalmente protegidos. Proteger el respeto de la dignidad de la persona humana debe ser
siempre la consigna máxima del Estado. Entonces, el bien jurídico de mayor protección ha de ser
siempre la dignidad humana por encima de los demás derechos.
FUENTES DE LA INVESTIGACIÓN:
Fuentes Bibliográficas:
Fuentes Electrónicas:
http://www.mininter.gob.pe/defensoria/pdfs/derechospolicia.pdf
http://cies.org.pe/files/documents/DyP/DyP-45.pdf
http://cies.org.pe/files/documents/investigaciones/empresa-y-
finanzas/recuperando-la-solidarida-en-el-sistema-de-pensiones-peruano.pdf
http://www.cybertesis.edu.pe/sisbib/2008/lescano_ej/pdf/lescano_ej.pdf
http://www.econ.kuleuven.be/economie.en.overheid/Papers/Javier/DyP-45%205-
03-VersionFinal.pdf
http://www.bbvaresearch.com/KETD/fbin/mult/Lasreformasdelossistemasdepensi
onesenlatinoamerica_tcm346-238550.pdf?ts=1242011
http://www.lacaja.com.pe/previsional/pdf/pension.pdf
[1] Recogido de: Campos Flores, Sara Rosa. Manual de Seguridad social. Tratamiento de las
prestaciones en Salud y Pensiones. Lima: Gaceta Jurídica, agosto del 2010, p. 169.
[2] Fajardo, Martín. Teoría General de la Seguridad Social. Lima: Editorial San Marcos, 1997, p.
209.
[3] Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo V. Buenos Aires: Editorial Heliasta S.R.L.,
1981.
[4] Diccionario Jurídico de Derecho. Segunda edición. Madrid: Grupo Editorial El Derecho y
Quantor S.L., abril del 2009.
[5] Fajardo, Martín. Op. Cit., p. 209.
[6] Loc. Cit.
[7] Ibíd., p. 212.
[8] Ibíd., pp. 216-218.
[9] Se acreditan los años de aportación mediante una declaración jurada y un formato expedido
por la ONP.
[10] Por Decreto de Urgencia N° 105-2001 (de fecha: 31/09/2001).
[11] Por Resolución Jefatural N° 001-2002-JEFATURA/ONP (de fecha: 02/10/2002) y Decreto
Supremo N° 028-2002-EF (de fecha 20/02/2002).
[12] Por Decreto Ley N° 25967 (Diciembre de 1992).
[13] Por Ley N° 26769.
[14] Por Decreto Ley N° 27585.
[15] Artículo 10 de la Constitución Política del Perú.- Derecho a la Seguridad Social:
El Estado reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona a la seguridad
social, para su protección frente a las contingencias que precise la ley y para la elevación
de su calidad de vida.