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Una reflexion sobre el pensamiento andino desde

Heidegger
Sisa Pacari Vacacela

El proceso incontenible de fragmentación del mundo, de la vida y de la


experiencia humana en los actuales momentos ha afectado la concepción
privilegiada de una cultura dominante que revela una crisis, que es de
identidad. No se puede concebir ya una sola cultura como modelo, como se
venía manteniendo durante siglos y bajo estos justificativos se niega, se
humilla y se mata. No hay razones valederas para seguir considerando a la
cultura indígena, como inferior, menor de edad, primitivos. Si consideramos
que "mundo" se refiere al mundo de la cultura, donde nosotros habitamos y
existimos como seres humanos, todo ser humano estructura su pensar, su ser y
su hacer desde dos elementos sustanciales: el ethos y la visión del mundo.
Entonces en toda mentalidad de los seres humanos coexisten el logos y el
mito.

Antes de que aparecieran los pueblos invasores y fundadores de una


organización social, política y económica dependiente de occidente, en el
Abya Yala ya existieron hombres de una gran civilización y cultura que
desarrollaron un pensamiento propio de ver e interpretar el mundo.

En la posmodernidad, la crítica del arte actualmente está registrando en sus


anales, que miles de años antes de la Grecia artística que produjo obras por
siglos admirados en sus mármoles divinos, ya existió otra Grecia más
admirable y civilizada (1)

Sin embargo la filosofía occidental céntrica todo lo que no respondía al


arquetipo griego occidental ha negado siempre considerando bárbaro,
primitivo o pre moderno. Los veredictos de Hegel y Heidegger de que la
filosofía es esencialmente griega "se dirigen a la pretensión universalista de
sus filosofías"(2) como un privilegio. La convicción de que la filosofía es
griega (Heidegger) refleja un complejo de superioridad de la racionalidad
occidental con respecto a otras formas de racionalidad.

La supremacía cultural de occidente vive dialécticamente de su


reconocimiento por las culturas inferiores. La alienación cultural filosófica del
hombre del Abya Yala es la otra cara de la medalla de la superculuralidad.
Afectados por este pensamiento, el poblador tercermundista, en su complejo
de inferioridad y el afán de pensar y actuar como europeo, reafirma y
consolida el complejo de superioridad occidental. Esta concepción
monocultural de occidente se vuelve supra-cultural y se convierte en
universalidad. La supra-culturalidad no solamente es una abstracción dentro
de una determinada cultura, sino que es la ideologización de una determinada
(mono) cultura. (3)

La tradición occidental se auto declara como única filosofía y todo lo demás, o


bien es "aufgehoben", negado, conservado en esta tradición; o bien es
excluido definitivamente. Estas dos estrategias de occidente revelan que lo
"otro" o bien sufre la absorción total incorporándose al modelo dominante
(aculturación, imitación) o bien sufre la exclusión total. De esta misma
concepción dominante se deriva que no pueden existir filosofías africanas o
indígenas por lo que tenía que negarla. No podía aceptar que otras filosofías
puedan alternar con ella y por eso los declaraba solamente como pensamiento
religioso exótico y rebajándolas a pura cosmovisiones y pensamiento mito -
mórfico /4). La concepción occidental super cultural de filosofía solo puede
reconocer como filosofía las expresiones del pensamiento humano que "imitan
la manera occidental" (5).

Por tanto, la filosofía producida por la concepción occidental, en la época


moderna, es una de las muchas formas de concebir el mundo de las múltiples
expresiones filosóficas existentes en la historia y en el espacio pero de
ninguna manera es la única ni la más verdadera o canónica

La concepción posmoderna incluye otras formas de conceptualización del


mundo y de representación simbólica. El lenguaje filosófico es un mosaico de
evento multimedial, interdisciplinario y grupal con lo que permite la apertura
a expresiones filosóficas de culturas extra y pre-occidentales. Solo en este
plano es posible hablar de la existencia de una filosofía andina.

Tomando la tesis del esencialismo occidental desde Parménides hasta


Heidegger, que la filosofía no se encarna en una cierta cultura como una
entidad trascendente que queda idéntica e inafectada por la relación filosofía-
cultura, sino que son dialécticamente entrelazados. Es decir, la filosofía es un
fenómeno cultural que no se agota en una determinada cultura, podemos tratar
de entender que las culturas del Abya Yala también tuvieron una gran
filosofía, que posiblemente estuvo escrito en nuestro sistema de escritura, los
kipus y tokapus, que fueron sistemas grafológicos muy sofisticados y
altamente codificados, lo cual exige pensar en términos similares como la de
los griegos, egipcios y chinos, desgraciadamente por no concordar con el
abecedario latino fueron desconocidos y quemados.

Al hablar de la filosofía del Abya Yala tenemos que tomar en cuenta un


conjunto de prácticas, normas, valores, creencias, estructura socio cognitivas y
lógicas propias. Este concepto desprendido de la connotación racista evoca la
idea de una civilización El espacio geográfico y topográfico de los Andes es
fundamental para la elaboración de un pensamiento filosófico propio. La
precariedad de la tierra, la dialéctica entre arriba/abajo y la ciclicidad del
tiempo, de la época de las lluvias y sequías tienen un rol importante en la
vivencia cultural de los pobladores del área andina.

La cosmovisión andina nos introduce al universo cultural, a un mundo de


significaciones explicados desde una imagen del mundo, en ese mundo
cultural donde existen seres humanos también. En esa imagen hay
componentes de sacralización de la naturaleza y productos rituales mágico -
utilitarios que vienen a ser símbolos y prácticas de nuestra filosofía. En el
plano mágico -utilitario están las creencias en las "huacas" y la búsqueda de
seres sobrenaturales para que cumplan un beneficio.

Si Heidegger sostiene que los visible se sustenta en lo invisible y aquello que


es visible le permite ser invisible. La huaca como ente es invisible porque
tiene existencia en el pensamiento indígena pero no puede ser mostrado. El ser
de la huaca es en sentido pleno energía y poder que vigoriza y equilibra
(materialidad) a los seres humanos de esa realidad mediante seres
antropomórficos (visible), esa es su expresión. Las acciones y acontecimientos
(ereinis) son explicados por la existencia de un ser sobrenatural (invisible) y
en el momento de beneficiar a los seres humanos se vuelve visible. Las
fuentes para la filosofía indígena son las experiencias concretas vividas por el
pueblo andino dentro de ciertos parámetros espacio - temporales. No es una
filosofía de segundo orden que se basa en textos filosóficos ya escritos.
Nuestra filosofía es una experiencia vivencial de este mundo. La experiencia
vivencial (Erlebnis) más que con la razón tiene que ver con los sentimientos y
emociones, es un arraigamiento subconsciente del hombre, como el In-der-
Welt-Sein de Heidegger. (6).

Nuestra filosofía no es logo céntrico, ni grafo céntrico, la forma predilecta es


el rito, el orden visible, la sensitividad, el arte. Si el hombre occidental piensa
en palabras, el hombre indígena piensa en símbolos, actos y ritos. Por tanto, la
fuente y el punto principal de referencia hermeneútica para la filosofía andina
es la experiencia vivencial del pueblo andino y su interpretación implícita del
cosmos en sus múltiples aspectos. Para el hombre indígena, "la realidad" está
presente en forma simbólica y no tanto representativa o conceptual. Porque el
primer afán no es la adquisición de un "conocimiento" teórico y abstractivo
del mundo que le rodea, sino la inserción mítica y la representación cúltica y
ceremonial simbólica de la misma. La realidad se "revela" en la celebración de
la misma realidad. La celebración del culto, del rito no es menos real que la
realidad misma que aquella hace presente, sino más bien al revés: en el
celebrativo, la realidad se hace más intensa y concentrada, el símbolo es la
representación de la realidad (7)

En Heidegger es importante la estructura lingüística y sus giros, es decir el


símbolo predilecto es la "palabra" y el concepto, haciendo que la realidad sea
lógica inteligible y leíble, la palabra es un bien peligroso por excelencia y
porque en ese mundo hay seres humanos y que en el momento de nombrar las
cosas se muestra nuestra existencia. Para nosotros, los indígenas, en sí, no es
lógica ni lingüística sino simbólicamente presente.

En consecuencia, se puede concluir que, el mundo indígena no es solamente la


naturaleza inerte sino todo lo que afecta al hombre, todo aquello que le da
vida y le transforma; lo contrario es el caos, es decir lo "otro". Cuando
nosotros reactualizamos el pasado "aquí y ahora" no es que pretendemos
repetir una historia y un tiempo, sino comprender cotidianamente como un
futuro, en el sentido de que va pasando de un horizonte a otro y va creciendo y
transformándose, mediante un hermenéutica existencial visto adelante y atrás
se hace presente un pasado y un futuro como proyecto.

El dasein ( ser existente) en el mundo indígena más que " ser-en el- mundo,"
existencia, es "estar - en el- mundo" está junto a, en compañía de una
colectividad, de un grupo social, en una determinada situación con capacidad
de entender, dialogar y ejecutar sus propias posibilidades en un tiempo y
espacio circular. Su existencia se halla siempre en un punto del aquí, presente
pero con una anticipación hacia el futuro, como fuente de posibilidades de
sobrevivencia, toda la actividad y energía diaria se concentra en el futuro, nos
proyectamos hacia delante y desde esta perspectiva volvemos al pasado una y
otra vez mediante la conciencia vivencial para retomar fuerza, energía, los
proyectos no realizados, las cosas buenas que darán nuestra verdadera
existencia. De ahí que, la categoría "ñaupa pacha" es una gravitación de
pasado y futuro. En este sentido en nuestra cosmovisión todas los hechos son
pensados y realizados hacia un futuro. Para mi forma de entender, la filosofía
indígena tiene fundamentos que coinciden con los cuestionamientos y
planteamientos de Heidegger que pese a no ser escritos fueron practicados y
vividos por los amautas del Abya Yala. La adoración ritual al sol, a la luna, a
la pacha mama , no es al objeto en sí, sino a algo que está tras ellos, a la
energía invisible, a la inminencia que no puede ser mostrado pero que es el
origen que crea al sol, que permite existir en el caso de pacha mama, pero no
es el objeto tierra sino un conjunto de samay, nunas (aliento, energías, vida).
La captación y aprehensión de ese algo fue posible al trabajo filosófico de los
amautas y yachacs. En igual sentido, al hablar de la curación, el yachac es el
único que puede ver y hacer visible el desequilibrio energético y cósmico,
invisible para el enfermo.
Por tanto, no es el testimonio escrito lo que siempre se debe exigir, sino que
en la naturaleza, en las capas terrestres y hasta en las convulsiones
volcánicas se han de rastrear los datos de la vida de una cultura. Para
partiendo de ahí aceptar las diversas formas de expresiones filosóficas
existentes y no endiosar el pensamiento europeo como único modelo

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