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FLORES SALAZAR*
De la
arquitectura
a las ingenerías
Una de las manifestaciones culturales más evidente e ralmente anónima, con la producción renacentista par-
influyente de los tiempos modernos es el Renacimien- ticularmente individualizada, y la solución integral del
to, caracterizada por el gran impulso que se le dio a las objeto arquitectónico resuelto en su totalidad por el gran
ciencias, las artes y las humanidades, pero, a la vez, la maestro de obra medieval, versus el concurso de especia-
fracturación de las mismas por la subdivisión en espe- listas coadyuvando en la producción a partir de los ar-
cialidades, desintegrándolas paulatinamente entre sí y quitectos renacentistas. Tales procesos reduccionistas lle-
de su propio campo sociocultural. varon del constructor medieval al diseñador renacentista,
Llevado esto al campo de la arquitectura, se puede
apreciar dicha ruptura en dos amplias rutas: el alto con-
* Universidad Autónoma de Nuevo León.
traste de la producción arquitectónica medieval gene- Contacto: armando.flores@uanl.mx
Arquitectos versus ingenieros ban ellos con mucha frecuencia la rigidez académica y la
estricta disciplina de la enseñanza en Ingeniería, que a-
JOSÉ GARZA GALLARDO demás yo percibía de ellos, muy distinta a la forma de
enseñanza que yo estaba percibiendo y recibiendo en
Inicié este escrito en la celebración del Día del Ingeniero. Arquitectura. Mucho más relajada en disciplina, pero
Expresado así, en genérico, como creo que fue en sus mucho más pesada en carga de horas de trabajo. Mas
orígenes, sin hacer distingos entre especialidades, y como debo destacar aquí, que al mismo tiempo también recibí
lo fue también el emblema o escudo original de la Escue- mucha información sobre la supuesta rivalidad de ellos
la de Ingenierías de la Universidad de Nuevo León. con los arquitectos, sobre todo y en especial la que se
Debo aclarar que el origen de mi formación acadé- decía existir entre algunos de sus maestros de Ingeniería.
mica y vocacional fue la arquitectura. Siempre me atrajo Si a lo anterior añado la vivencia personal tenida en
la polivalencia participativa que ésta encierra entre arte, el terreno deportivo, se podrán imaginar la supuesta difi-
sociología y técnica, aunque debo confesar, también, que cultad de convivir entre los “pegasos” de Arquitectura y
en mis orígenes era sólo una percepción más que una los “castores” de Ingeniería.
certeza, pero que con el tiempo pude confirmar. Nada Por todo ello añadí ese, “así fui a dar a Ingeniería
como la arquitectura para ponderar esos tres componen- Civil”. Por una parte, me empujaba mi deseo de apren-
tes durante su ejercicio y aplicación. Debo destacar aquí der más tecnología arquitectónica, pero por otra suponía
la influencia que vocacionalmente debe haber generado que tendría que remar a contra flujo al incorporarme a
en mi inconsciente el edifico en el que nací; muy basto Ingeniería Civil. Pero fue todo lo contrario, pues fui en-
en dimensiones, estilo arquitectónico y en los alcances contrándome con una escalonada serie de sorpresas, muy
cubiertos por su programa de espacios habitables, edifi- agradables todas, y que al principio no viví solo, pues
cio que pertenecía a la empresa en la que mi padre labo- también ingresó al mismo tiempo y al mismo nivel aca-
raba. Lo expreso aquí porque hace algún tiempo leí a un démico otro pasante de arquitectura, además muy buen
autor que opinaba que la trascendencia e impacto del vecino de barrio y amigo, quien creo estaría muy de acuer-
hogar en que se nace, para cada ser humano, al grado de do, si aún viviera, con casi todo lo que expreso aquí.
considerarlo como una extensión del útero materno, en La primer agradable sorpresas fue que yo sólo pre-
términos de confort, protección y seguridad. tendía tomar, a mi personal discreción, las materias que
Al terminar mis estudios profesionales en arquitec- yo creía me podrían servir para mejorar mis conocimien-
tura recibí una beca cultural que me llevó a los países tos técnico-arquitectónicos, pero el secretario académico
escandinavos. Esto, además del hecho de constatar la de la Facultad me convenció, y a él debo ahora, el ser
forma técnica de encarar las soluciones arquitectónicas también ingeniero civil, al hacerme tomar todas las ma-
en y con condiciones climatológicas totalmente diferen- terias del plan de estudios vigente, excepto las que que-
tes a las nuestras, me sensibilizó e hizo inclinarme a me- daron incluidas una amplia revalidación de materias co-
jorar mis conocimientos técnicos. Así fui a dar a Ingenie- munes a los dos planes de estudio entre Arquitectura e
ría Civil, pero no me era muy desconocido el medio Ingeniería Civil. Aquí continúan el encuentro y reconoci-
estudiantil y académico de Ingeniería Civil, pues dos de miento de los aspectos comunes entre ambas profesiones.
mis mejores amigos, vecinos y compañeros en el servicio Además, en otra de mis agradables sorpresas, debo
militar obligatorio, ingresaron a Ingeniería Civil al mis- destacar que mis condiscípulos nunca hicieron ninguna
mo tiempo que yo lo hacía a Arquitectura, pero además referencia negativa a mi antecedente académico, pues al
convivíamos todo el tiempo durante nuestros estudios. contrario recibía igual o mejor trato que cualquiera de
Esto hizo que me apoyara mucho en ellos y el resto de entre ellos. Y si esto digo de mis condiscípulos, algo igual
sus compañeros de generación, sobre todo al preparar las o mejor puedo decir de mis maestros, pues encontré que
materias técnicas comunes a ambas carreras. Y aquí ini- aquella “rigidez académica y la estricta disciplina” que
cian el encuentro y reconocimiento de los aspectos co- mis amigos del barrio me destacaban y yo percibía, era
munes entre ambas profesiones. Pero también destaca- muy real, pero nada negativa, pues tendía inequívoca-