Sie sind auf Seite 1von 2

“Un niño con valores solidos crece seguro y fortalece las posibilidades de ser un

adulto feliz”
Muy buenos Días honorables miembros del jurado calificador, respetables
maestros, compañeros alumnos, publico el general, mi nombre es Carlos Alberto
Cuevas Aguilón y es para mí un gran honor, representar a la Escuela Secundaria
Técnica N° 41 del Municipio de Ébano, San Luis Potosí, para discernir el tema “LOS
VALORES EN LA FAMILIA”, el cual pongo a consideración de todos ustedes.
Hoy en día observamos que en nuestro país hay cada vez más problemas y para
mí resulta evidente que existe una crisis moral y de valores, especialmente en la
población joven debido al tipo de educación que recibimos por parte de los adultos,
la mercadotecnia y los medios de información. La mejor forma de que nosotros los
practiquemos es enfrentarnos a esos pequeños y grandes problemas de la vida
cotidiana en los que la resolución involucre algunos de los tantos valores que
existen, como la honestidad, la solidaridad y el amor, tomando en cuenta que
fomentar nuestra educación en valores humanos es una inversión dentro de nuestra
familia y la sociedad.
Desde el amanecer de la civilización, el hombre ha tenido la necesidad de
relacionarse con los demás, de donde han surgido costumbres y valores que el
derecho ha transformado en leyes.
En estos momentos en que nuestro país está viviendo una profunda transformación,
la juventud debe levantar la voz, con decisión y vehemencia, reclamando a nuestros
maestros y a nuestros padres, una preparación que vaya acorde con la inminente
realidad que nos ha tocado vivir.
La educación es el arte de capacitar al hombre para la vida social y que sus métodos
deben converger al desarrollo de todas las aptitudes individuales, para formar una
personalidad armoniosa y fecunda, intensa en el esfuerzo y serena en la
satisfacción digna de vivir en una sociedad que tenga como ideal la justicia.
Los valores son convicciones profundas de los seres humanos, que determinan
nuestra manera de ser y orientar la conducta, por tanto, involucran nuestros
sentimientos y emociones.
El hombre vive en eterno movimiento y la sociedad, por ende, experimenta una
incesante renovación de conceptos, normas y valores. Tales circunstancias obligan
al hombre a ofrendar su vida al servicio de sus ideales y cuando estos ideales están
fundamentados en los paradigmas universales, constituyen la fuerza que le da el
valor moral, recto sentimiento del deber que condiciona su dignidad.
Vemos en la vida diaria acciones de solidaridad frente a la indiferencia, la justicia
frente al abuso, el amor frente al odio y así podemos enumerar un sinfín de valores
frente a los contravalores. Cuando valoramos la paz, nos molesta y nos hiere la
guerra y las acciones violentas.
Educar en valores es diseñar un proceso de enseñanza- aprendizaje que nos
permita a nosotros como alumnos construir de forma racional y autónoma nuestra
escala de valores, la cual inicia desde que somos pequeños, en la familia y se van
consolidando aquí en nuestras escuelas. La formación valoral y autentica se funda
en buenas razones para hacerlos vida, porque para ello cada persona tiene que
hacer suyos los valores, por voluntad propia no por imposición, por eso es
recomendable que nos sensibilicemos como alumnos, como padres, como
maestros, para que se dé una verdadera educación en valores y no un
adoctrinamiento.
Los jóvenes que actualmente cursamos la educación secundaria nos encontramos
en una etapa de desarrollo en las que se requieren experiencias concretas, no
conceptos abstractos de valores, si no vivencias diarias donde realicemos
actividades que nos ayuden a imaginar los sentimientos de los demás y a no ser
indiferentes frente a ellos, sino descubrir los valores que hay de tras de cada ser
humano.
Cabe mencionar un digno ejemplo de esto, como lo es el Licenciado Benito Pablo
Juárez García, quien conoció y sintió en toda su magnitud la cruel verdad de la
pobreza, la ignorancia, la injusticia y la adversidad.
Juárez a pesar de estar inmerso en una sociedad donde el rechazo a las clases
menos privilegiadas era manifiesto, se educó con el profundo deseo de saber y de
ser; fundamentando su ideal en el respeto, haciendo de la ética su código de
conducta y compartiendo con el pueblo su profundo pensar y sentir social. Su vida
es un ejemplo para los niños y aliento para los jóvenes que reclaman lugares de
combate y que se con los esfuerzos que los mexicanos realizan para progresar.
Cada uno de nosotros desde nuestro hogar podemos contribuir a esta sociedad
formando personas integras y con valores, que sean honestos, responsables, que
actúen con honradez, y se conduzcan a otros con rectitud. El papel fundamental que
desempeñan las familias para lograr este tipo de individuos es vital, pues es en el
seno de las mismas donde se fomentan los valores universales como: el respeto, la
comunicación, la solidaridad, la libertad, la igualdad y la tolerancia. La familia
siempre ha sido y es el principal pilar de la sociedad.
Es tiempo de contar con hombres auténticos, cuya columna vertebral sean valores
y que a través de ellos nosotros los jóvenes establezcamos con nuestra patria un
verdadero compromiso, ya que la calidad y la riqueza de un país no solo se mide
por sus bienes económicos, sino que también se puede medir por los valores éticos
y morales, que tiene su gente su sociedad y sus familias.
¡LUCHEMOS POR ELLOS, POR MÉXICO! ¡NUESTRO MÉXICO QUE MERECE
RESPETO Y BIEN VALE EL ESFUERZO! ¡HE DICHO!

Das könnte Ihnen auch gefallen