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iberoamericanas
Ma. Eugenia Cortés I. y Fco. Pablo Ramírez G.
Introducción
Por ejemplo, se ha publicado (Kula, 1980), que los esfuerzos para unificar el sistema de
unidades de medición en España se remontan al siglo XIII y continúan más tarde como se
sintetiza a continuación:
Grandes tentativas para unificar las medidas en España: Alfonso X en 1261, Alfonso XI
en 1348, Juan II en 1435, Isabel y Fernando en 1488, Felipe II en 1568.
Algunas consecuencias que tuvieron estos esfuerzos en el Nuevo Mundo (Kula, 1980)
indican que ``hubo mezclas de personas provenientes de las distintas regiones de España y
con ellas la introducción de sus medidas regionales, causando interminables malentendidos,
facilitando el abuso y obstaculizando la acción de las autoridades''.
Naturalmente que los intentos de los reyes españoles no son exclusivos ni los únicos
fallidos, basta mencionar que en Francia también intentaron unificar las pesas y medidas los
siguientes monarcas (Kula, 1980): Carlomagno, Felipe el Largo, Luis XII, Francisco I,
Enrique II, Carlos IX, Enrique III y Luis XIV. Por todo esto, uno de los objetivos de este
trabajo es dar a conocer las unidades premétricas usadas en México y, en general, en
Iberoamérica.
Desarrollo
En trabajos previos (Cortés Islas et al., 1992), se dieron a conocer hallazgos sobre las
unidades mexicanas, nahuas, españolas, árabes, romanas, griegas y egipcias, creadas para
medir longitud, superficie, capacidad y masa. Se reconocieron aquellas que son
antropométricas y las que son resultado de una transculturación, se compararon sus
nombres y valores y, por último, se indicaron áreas que requieren de mayor investigación
por ser incompletas.
En este trabajo se trató de estudiar más sobre las antiguas medidas mexicanas, españolas
y las de otros países iberoamericanos. Los resultados que se obtuvieron se presentan en
forma de tablas y árboles genealógicos para dar una visión integral sobre los nombres de las
unidades, sus valores, sus interrelaciones y exhibir algunas actividades que ellas
involucran.
xs Para México se localizaron ocho unidades más (Johnstone, 1977; Roluy, 1977),
respecto a las dadas a conocer previamente (Cortés Islas et al., 1992), ellas son: la línea
para calcular longitud; el quintal, la quinta, el costal de café y el tercio para determinar peso
y masa; la caballería, el sitio y la labor para estimar superficie. La Tabla 1 presenta las
treinta y ocho unidades rescatadas. Vale la pena señalar que la unidad para superficie labor
(Roluy, 1977), manifiesta su vínculo con el trabajo y que las medidas jarra, barril, carga y
costal de café sugieren su relación con la forma de transportar o comercializar el producto.
Por su parte, la Tabla 2 muestra las cuarenta y dos unidades premétricas españolas, o sea
que se encontraron dos medidas más para superficie (Johnstone, 1977): la caballería y la
fanegada. Es importante mencionar la semejanza (y en ocasiones la igualdad) que hay entre
los nombres que se usan para designar las unidades de capacidad o volumen y las de
superficie, por ejemplo, fanega y fanegada, (Kula, 1980).
La Tabla 4 exhibe la única unidad encontrada para Bolivia (Johnstone, 1977), relativa a
peso o masa.
Son seis unidades rescatadas para Chile (Johnstone, 1977), como se puede ver en la
Tabla 8.
Las antiguas medidas de Costa Rica (Johnstone, 1977), se muestran en la Tabla 10. Para
las unidades: cajuela, costal de café y caja se intuye su asociación con el transporte de
productos. Por otra parte, al mexicano actual le resulta familiar la unidad manzana (que se
usó en Costa Rica para medir superficie), ya que en nuestro país se comercializan los lotes
de terreno indicando su número y la manzana a la que pertenecen.
La Tabla 11 indica las nueve unidades rescatadas para Cuba (Johnstone, 1977).
Conviene enfatizar que hay una unidad cordel para medir longitud y otra para supeficie.
También es relevante mencionar que la unidad de superficie tarea manifiesta su franca
relación con el trabajo.
Las dos medidas premétricas para Ecuador (Johnstone, 1977), se muestran en la Tabla
12.
Son siete las unidades localizadas para El Salvador (Johnstone, 1977), como señala la
Tabla 13. De manera semejante a Costa Rica, en El Salvador se usó la unidad manzana para
medir superficie. Por otra lado, la unidad botella y la caja sugieren un vínculo con el medio
de transportar el producto.
Las cuatro unidades localizadas para Honduras (Johnstone, 1977), se exhiben en la Tabla
15. La manzana y la caja se usan en forma similar a la de El Salvador.
Cinco unidades se localizaron para Paraguay (Johnstone, 1977), todas para medir
Longitud, como se observa en la Tabla 17.
Dos unidades de superficie se localizaron para Puerto Rico (Johnstone, 1977) una muy
sui generis es la cuerda (véase la Tabla 20).
Son cuatro las unidades localizadas para Uruguay (Johnstone, 1977). A semejanza con
Nicaragua se usó la suerte para medir superficies (véase la Tabla 23).
La Figura 5 señala la relación directa entre la línea española y las líneas mexicana,
argentina, chilena y paraguaya.
Resultados
Para exhibir la relación entre países, se elaboraron diez árboles genealógicos siendo
estos para la vara, el pie, la legua, la milla, la línea, el cordel, la fanega, la onza, la arroba y
la libra.
Conclusiones
Hay medidas que aparecen en distintos continentes y se remontan a épocas muy antiguas.
Existe una transculturación de unidades como lo muestran los árboles genealógicos. Se
localizaron unidades que son propias de regiones continentales específicas. Existen
unidades que revelan su asociación con el trabajo. Hay unidades de medida que son
producto de las actividades del transporte o la comercialización. Hay casos que sugieren la
transmisión de una región de la península ibérica a países de América sin tener evidencia de
una adopción en el país español, v.g., el quintal de castilla. Se rescataron 186 unidades
organizadas en longitud, superficie, capacidad o volumen, peso o masa, las cuales señalan
un sistema coherente existente en los países iberoamericanos, antes de adoptar el SMD.