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Maduración cerebral

Enrique Moraleda (a,b), Modesto Romero (a,b), María José Cayetano (a,b)

(a) Servicio de Evaluación y Rehabilitación Neuropsicológica.

(b) Universidad de Huelva.

Departamento de Psicología Clínica, Experimental y Social. Facultad de Ciencias


de la Educación, Campus El Carmen, Huelva.

RESUMEN

El proceso de maduración cerebral es muy complejo y dura desde el periodo


embrionario hasta la adolescencia. El cerebro se desarrolla partir del tubo
neural, que aumenta de tamaño y se subdivide en estructuras complejas. El
crecimiento se produce debido a la gliogénesis, la proliferación neuronal, la
migración celular, el desarrollo axonal y dendrítico, la sinaptogénesis y la
mielinización. En las primeras etapas del desarrollo cobra gran importancia la
plasticidad neuronal.

Palabras clave: Maduración cerebral, Neurodesarrollo, Psicobiología.

ABSTRACT

The process of brain maturation is complex and include from the embryonic
period through adolescence. The brain develops from the neural tube, which
increases in size and subdivides into complex structures. The growth is due to
gliogenesis, neuronal proliferation, cell migration, axonal and dendritic
development, synaptogenesis and myelination. Neural plasticity is very relevant
in the early stages of development.

Keywords: Brain maturation, Neurodevelopment, Psychobiology.


Neurodesarrollo.

El sistema nervioso se desarrolla siguiendo una serie de etapas que se suceden


durante el embarazo y la etapa postnatal. Se trata de un proceso determinado
en gran parte por los genes, pero que sufre la influencia de factores ambientales
como la nutrición, la exposición a sustancias químicas o la presencia de
estimulación.

Neurulación

En el momento del comienzo del periodo germinal, tras la fertilización del óvulo
por el espermatozoide, nos encontramos ante una célula que contiene los 23
pares de cromosomas: el zigoto. Durante la dos primeras semanas el zigoto se
multiplica con rapidez y pasa por diversas fases, convirtiéndose sucesivamente
en mórula, blástula y gástrula. Durante la siguiente fase denominada periodo
embrionario (que abarca desde la tercera a la octava semana) se inicia el
desarrollo del sistema nervioso (SN). En este periodo el embrión se divide en
tres estratos denominados ectodermo, mesodermo y endodermo, que
aparecieron durante la gastrulación y a partir de los cuales se desarrollarán los
diferentes órganos del cuerpo, entre ellos el encéfalo.

La siguiente fase es el periodo fetal (que abarca desde la novena semana hasta
el nacimiento del bebé). En este periodo los distintos órganos comienzan a
realizar sus funciones y el feto multiplica varias veces su tamaño.

Como ya hemos comentado, el desarrollo del sistema nervioso comienza


durante el periodo embrionario, aproximadamente los 18 días de gestación, y
dura hasta la adolescencia. Se trata de un largo proceso que sigue una serie de
etapas de manera progresiva y concluye con el final de la mielinización (Kolb y
Fantie, 1989).

El proceso a través del cual parte del ectodermo se transforma en


neuroectodermo para después dar lugar al sistema nervioso se denomina
neurulación. Esto ocurre aproximadamente durante la tercera semana de
gestación, cuando a partir de la placa medular del ectodermo, se desarrolla una
capa de células (placa neural) plegadas en forma cilíndrica que se cierra para
convertirse en el tubo neural durante la cuarta semana (aproximadamente a los
24 días). El tubo neural da origen al cerebro y la médula espinal. Durante la
tercera semana aparecen pliegues en el neurotubo (que originan el sistema
nervioso central) y crestas neurales (las cuales dan origen al sistema nervioso
periférico).

Formación del encéfalo


En la cuarta semana es cuando el tubo neural se divide en tres vesículas
encefálicas a partir de las cuales aparecerán el prosencéfalo, el mesencéfalo y
el romboencéfalo. Estas vesículas aumentan progresivamente su tamaño y se
van plegando, flexionando y subdividiendo. El prosencéfalo se divide en
diencéfalo y telencéfalo; el romboencéfalo se divide en anterior o metencéfalo
(protuberancia y cerebelo) y posterior (bulbo raquídeo); el mesencéfalo por el
contrario no se divide. La médula espinal surge a partir de la zona más caudal
del tubo neural. Este proceso es posible debido a la expresión de los genes Hox,
que contienen la información necesaria para producir la segmentación del
sistema nervioso. El desarrollo prosigue; a los 45 días se forman los hemisferios
cerebrales del telencéfalo, a las 7 semanas aumentan su tamaño, a los 3 meses
están diferenciados y aproximadamente a los 7 meses de gestación empiezan a
apreciarse los surcos y circunvoluciones de la corteza cerebral. Surgen del
telencéfalo el bulbo olfatorio, el hipocampo, el sistema límbico, los ganglios
basales y la corteza; se inicia la formación ventricular (Majovski, 1989).

Desarrollo cerebral
El desarrollo prenatal incluye diversos procesos como la proliferación neuronal,
la migración celular, el desarrollo axonal, dendrítico y sináptico (Ardila y Roselli,
2007). En un principio se creará una enorme y excesiva cantidad de neuronas,
que se ramifican y crean sinapsis para después reducirse durante el proceso de
poda cerebral. El crecimiento se produce debido a la gliogénesis, la proliferación
neuronal, la migración celular, el desarrollo axonal y dendrítico, la sinaptogénesis
y la mielinización. La alteración de cualquiera de estos procesos causará
trastornos neurológicos (Portellano, 2005).

Neuronas generadoras y proliferación neuronal


La neurogénesis se produce a partir del tubo neural, donde se encuentran las
células madre neurales. Cuando una neurona es creada, debe trasladarse hasta
su lugar meta mediante el proceso de migración celular. Las células madre crean
las células precursoras o progenitoras, las cuales dividen y acaban formando
neuroblastos y glioblastos, antecesores de neuronas y glías (Kolb y Wishaw,
2006). En los adultos, estas células madre se encuentran situadas en los
ventrículos cerebrales.

Los neuroblastos son células inmaduras e indiferenciadas que se van


convirtiendo en neuronas especializadas. Durante la gestación se produce un
espectacular incremento de los neuroblastos al ritmo de unos 250.000 por minuto
((Rains, 2002). La creación de neuroblastos dura hasta la mitad del embarazo.
Las lesiones cerebrales tempranas y determinadas alteraciones genéticas
pueden provocar anormalidades en el desarrollo cortical. Dado que el cerebro
casi no produce neuronas adicionales, estos trastornos del desarrollo suelen
causar déficits cognitivos, sensoriales y motores.

Gliogénesis

Las células gliales se crean a partir de los glioblastos y aumentan en un número


10 veces mayor que el de las neuronas. Las neuroglias son vitales para el
abastecimiento metabólico de las neuronas y esenciales para su supervivencia
y buen funcionamiento. El cerebro del recién nacido tiene un metabolismo más
alto que el adulto, de manera que consume un mayor aporte sanguíneo, sobre
todo en la corteza primaria, el tálamo, el troncoencéfalo y el cerebelo (Posner y
Raichle, 1994) siendo inferior en el lóbulo frontal, aunque aumenta hasta superar
al del adulto entre los 3 y los 9 años (Portellano, 2007). Al llegar a la adolescencia
este metabolismo se mantiene en los mismos niveles que en la adultez. Las
células gliales también guían a las neuronas hasta su destino y se crean en gran
cantidad durante la gestación, sin dejar de ser producidas después del
nacimiento (Ardila y Roselli, 2007).

Apoptosis

La cantidad de neuronas creadas durante la neurogénesis es excesiva, por lo


que muchas de ellas resultan sobrantes y mueren. Esta muerte celular
programada también se denomina apoptosis y ocurre al final del embarazo y al
comienzo de la vida, afectando aproximadamente a la mitad de las neuronas
producidas (Brodal, 2004). Los factores que afectan a este proceso son el
tamaño de las células diana, las sustancias neurotróficas, los axones aferentes,
las sinapsis realizadas y las hormonas presentes (del Abril y cols, 2009). Esta
muerte celular es imprescindible para que el desarrollo cerebral sea adecuado
(Gazzaniga y cols, 2002)

Migración celular
Cuando la proliferación neuronal se encuentra al nivel máximo; y en algunas
ocasiones incluso antes, comienza la migración celular. Las células nerviosas se
originan en las paredes ventriculares y para alcanzar su destino final deben
desplazarse a través del cerebro. Se trata de un proceso en el que las neuronas
se trasladan hasta el lugar en que forman las distintas estructuras cerebrales
según un programa determinado genéticamente. Este desplazamiento se
produce mediante la interacción con las neuroglías, que dirigen a las neuronas
hasta su meta. En primer lugar se desplazan las neuronas que formarán las
capas cerebrales más profundas para posteriormente desplazarse las de las
capas más superficiales (Kolb y Wishaw, 2006). Este proceso puede durar hasta
los 8 meses de vida en algunas regiones cerebrales.
Diferenciación

El proceso mediante el que los neuroblastos se transforman en neuronas de un


tipo concreto se denomina diferenciación y comienza justo después de la
neurogénesis general. Esta diferenciación está completa en el momento del
nacimiento y da lugar a las distintas áreas cerebrales (Kolb y Wishaw, 2006).

Desarrollo axonal y dendrítico


Cuando la célula llega a su destino comienza a producirse el crecimiento de los
axones y dendritas. Este proceso está determinado tanto por factores genéticos
como ambientales y recibe la influencia de las conexiones con las neuronas con
las que conecta. Es decir, la presencia de axones estimula el crecimiento de las
dendritas con las que puede conectar y viceversa. Los axones crecen a gran
velocidad y alcanzan neuronas que pueden encontrarse en regiones muy lejanas
siendo este mecanismo insuficientemente conocido. La comisura anterior
aparece a los tres meses, mientras que el cuerpo calloso no se forma totalmente
hasta los cinco años (Witelson, 1989).

La arborización es la ramificación de las dendritas a partir del cuerpo celular y se


produce de forma más lenta que el desarrollo de los axones. Estas ramas
desarrollan las espinas dendríticas, que son el lugar donde se producen las
sinapsis al unirse a los axones de otras neuronas. La arborización se sigue
produciendo durante la infancia.

Sinaptogénesis

El establecimiento de nuevas conexiones neuronales está sometido a


determinantes genéticos y ambientales y se produce durante toda la vida. Al
parecer, los factores genéticos son más importantes en las etapas tempranas,
sin embargo también se ha demostrado que la presencia de estimulación
incrementa o reduce el número de sinapsis en la localización relacionada (Hubel
y cols, 1979). El aprendizaje crea nuevas sinapsis y además fortalece las ya
existentes. Algunas sinapsis solo se producen en presencia de determinadas
experiencias estimulares, por lo que se conocen como sinapsis dependientes de
la experiencia (Kolb y Wishaw, 2006). Se ha observado la presencia de sinapsis
a partir del quinto mes de gestación (Carlson, 2007).
Poda cerebral

En un principio se generan infinidad de conexiones neuronales, la mayor parte


de las cuales desaparece, permaneciendo sólo aquellas que tienen
funcionalidad y por tanto se mantienen activas. Es decir, se produce un
proceso de selección funcional de las conexiones neuronales (Rains, 2002) en
el que las más activas permanecen mientras que las demás desaparecen. Esto
ocurre en diferentes áreas corticales y se produce en distintos momentos
temporales comenzando durante el periodo prenatal y finalizando en la
adolescencia e incluso en algunos casos como el lóbulo frontal hasta la edad
adulta.

Mielinización

A los tres meses de la concepción comienza el proceso de mielinización. La


mielina es una sustancia (compuesta por lípidos y proteínas) producida por las
células gliales para aislar el axón y favorecer la conducción eléctrica, de
manera que aumenta su rapidez y disminuye el gasto de energía. La
mielinización prosigue durante el desarrollo, teniendo su pico en determinados
momentos (Lecours, 1975). El troncoencéfalo está muy mielinizado en el
momento del nacimiento, mientras que las fibras de las comisuras cerebrales,
las de proyección y de asociación, así como los hemisferios cerebrales se
mielinizan posteriormente. Las áreas primarias (motoras y sensoriales)
completan su mielinización en etapas tempranas, mientras que las asociativas
(sobre todo frontales y parietales) finalizan en la adolescencia,
aproximadamente a los 15 años. El proceso actúa en paralelo al desarrollo
cognitivo del niño, de manera que conforme se produce la mielinización en
determinadas áreas cerebrales el niño va adquiriendo o mejorando las
funciones relacionadas, de manera que actúa como marcador del desarrollo
madurativo.

Plasticidad neuronal

Este término se refiere a las modificaciones en el sistema nervioso que se


producen en respuesta a los cambios en el ambiente, el aprendizaje, las
lesiones o los procesos degenerativos. También se puede considerar como la
capacidad de recuperación funcional del cerebro tras sufrir una lesión
(Portellano, 2005). La plasticidad es mayor a edades más tempranas y se va
reduciendo durante la ontogenia.

Desarrollo postnatal

A partir del nacimiento se producen notables cambios en la masa cerebral, de


modo que si al nacer el cerebro pesa unos 350 gramos, una vez transcurrido el
primer año pesa unos 700 gramos y al llegar a la adultez ha cuadruplicado su
tamaño original, pesando entre 1.300 y 1.500 gramos, estando su tamaño
relacionado con el de la totalidad del organismo. El aumento de tamaño no se
debe a la creación de nuevas neuronas, sino al crecimiento del número y
tamaño de las dendritas, al aumento de las conexiones sinápticas y al proceso
de mielinización que ocurre durante la niñez y la adolescencia (Gopnik, Meltzoff
y Kuhl, 1999), es decir, a la mayor complejidad cortical (Gilles y Gómez, 2005).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Moderno.
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Portellano, J.A. (2005). Introducción a la Neuropsicología. Madrid: McGraw-
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Moraleda Barreno, Enrique. (2012, Junio 8). Maduración cerebral. Revista


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https://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4399/1/Maduracion-
cerebral

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