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Evaluación
de abonadoras
INFORME FINAL
AIMCRA
Ctra. Villabáñez, km 2,73
Apartado de Correos 855
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Sumario
Resumen.
1. Introducción.
2. Material y métodos.
3. Resultados evaluación y calibración.
4. Conclusiones.
5. Propuestas.
6. Anejos.
7. Bibliografía.
Inf Abonadoras-Rioja_AIMCRA-PI 26/10/09 11:05 Página 6
Inf Abonadoras-Rioja_AIMCRA-PI 26/10/09 11:05 Página 7
Índice
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.1. Abono y abonadoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.1.1. Abono . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
• Granulometría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.1.2. Abonadoras. Clasificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.2. Evaluación y calibración de abonadoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
1.2.1. Conceptos teóricos en el abonado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
• Importancia de una correcta dosificación . . . . . . . . . . . . . . . . 20
• Importancia de la velocidad de avance . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
• Importancia de la uniformidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.2.2. Importancia de la regulación de la maquinaria . . . . . . . . . . . . . . 25
2. Material y métodos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
2.1. Determinación de la granulometría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
2.2. Determinación de la dosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.3. Determinación de la velocidad de avance . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2.4. Determinación de la uniformidad de distribución . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3. Resultados evaluación y calibración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.1. Resumen de resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.1.1. Uniformidad en la granulometría del abono . . . . . . . . . . . . . . . . 32
3.1.2. Velocidad de avance del tractor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.1.3. Dosis de abono aplicada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.1.4. Régimen de giro de la toma de fuerza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.1.5. Uniformidad en la distribución del abono . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
3.1.6. Elementos de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
4. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
5. Propuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
6. Anejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
I. Protocolo de evaluación y calibración de una abonadora . . . . . . . . . . . . . 41
II. Ficha de evaluación y calibración de una abonadora . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
III. Tablas resumen de resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
IV. Tablas resumen informe de abonadoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
V. Fichas de evaluación y calibración de cada abonadora . . . . . . . . . . . . . . 66
7. Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
RESUMEN
Durante los meses de junio y julio del presente año 2009, en cumplimiento de la
Norma 1/2008, de 5 de febrero, por la que se aprueba el Reglamento Técnico Específi-
co del cultivo de la remolacha azucarera en el ámbito de la marca de garantía «Produc-
ción Integrada de La Rioja», y dentro del segundo año de vigencia, se ha procedido a la
Calibración y Revisión de las abonadoras utilizadas para la distribución del fertilizante mi-
neral, tanto a nivel particular (propiedad del agricultor), como las que siendo propiedad
de Asociaciones o Cooperativas, se destinan a dicho cometido.
La responsabilidad de la regulación y calibración ha sido asumida por AIMCRA, que
ha contratado, formado, coordinado y supervisado el trabajo de una técnico. Se ha veri-
ficado el funcionamiento de 91 abonadoras, todas de proyección y mayoritariamente
suspendidas. Solo 4 eran arrastradas, 2 de cinta (propiedad de la cooperativa Garu) y 2
con el mismo mecanismo que las suspendidas pero de arrastre (propiedad de ASAJA).
El lugar de realización de las pruebas ha sido la finca elegida por cada agricultor en
su momento. Una vez verificado el funcionamiento de la abonadora in situ, se le infor-
ma de los resultados. Con posterioridad se le entregó a cada uno su informe.
En todos los casos se ha procedido según el protocolo establecido (ver Anejo I).
Trabajo de campo:
El resultado ha sido que, si bien algunos aspectos evaluados eran correctos, tales
como la granulometría del abono, la velocidad de aplicación o la dosis aplicada, sin em-
bargo la uniformidad en la distribución del abono en el campo no resulta aceptable en
más de la mitad de los casos: Las causas de esta importante deficiencia está muy re-
lacionada con la defectuosa regulación y su uso incorrecto de las máquinas abonadoras.
El agricultor no sabe regular la máquina para distribuir uniformemente un determinado
tipo de abono con una determinada anchura de trabajo. Generalmente no controla co-
rrectamente el régimen de giro de la t.d.f., la distancia entre pasadas y los ajustes pro-
pios de cada máquina. Además, en muchos casos, no se presta atención a los aspectos
de seguridad en relación a la toma de fuerza.
Es necesario poner en marcha acciones para mejorar la formación del agricultor y
alcanzar una mejor regulación y manejo de las máquinas abonadoras.
1. INTRODUCCIÓN
CC.AA.
Pers. físic.
Específica
Transform.
Ganadera
Agrupac.
Industria
Logotipo
Agrícola
Frescos
Central
Campo
Marco
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña (1)
Estremadura
Galicia
La Rioja (2)
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Com. Valenciana
(1) Cuenta con un registro de técnicos.
(2) Cuenta con un registro de APRIAs.
Fuente: Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Dirección General de Recursos Agrícolas y Ganaderos.
1. Adquirir información técnica para implantar los sistemas de P.I. en cultivos ex-
tensivos.
2. Definir la dedicación y cualificación formativa necesaria de los productores y
técnicos responsables de las explotaciones agrícolas en P.I.
3. Conocer la evolución de los costes de las explotaciones en sistemas de P.I., te-
niendo en cuenta la producción esperada y los costos del manejo.
4. Describir las ventajas y los inconvenientes técnicos adicionales que permitan
desarrollar las normas técnicas de P.I. en cultivos extensivos y en general, las
bases de las normas para otros cultivos.
5. Dar a conocer a productores y técnicos los requisitos necesarios para la im-
plantación de sistemas de P.I.
La experiencia adquirida durante los tres años de Plan Piloto, fruto del intenso y ri-
guroso trabajo realizado por todos los agentes implicados, y los positivos resultados ob-
tenidos, hacen que quede establecida, por parte de la Consejería de Agricultura:
Entre las prácticas obligatorias, dicha Norma Técnica establece, dentro de la Sec-
ción II, «Instalaciones, equipos y personal», en el apartado j) referido a prácticas de fer-
tilización y enmiendas:
1.1.1. Abono
Los productos utilizados en la nutrición vegetal o en la mejora de las características
del suelo, deben cumplir con dos requisitos fundamentales: eficacia agronómica y au-
sencia de efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente. En esta línea, la Unión
Europea aprobó el Reglamento (CE) 2003/2003, de 13 de octubre, del Parlamento Euro-
peo y del Consejo relativo a los abonos. Esta disposición comunitaria refunde, simplifi-
ca y actualiza toda la normativa existente en la Unión Europea sobre los fertilizantes mi-
nerales de uso más generalizado en la agricultura, fijando una serie de normas sobre su
composición química, identificación, etiquetado, envasado, medidas de control, etc.,
junto con una serie de anexos sobre características de los abonos CE, márgenes de to-
lerancia, métodos de análisis, especificaciones sobre el nitrato amónico por su riesgo de
explosión y acreditación de laboratorios.
En la agricultura española, además de los abonos CE, se utilizan otra serie de pro-
ductos fertilizantes, entre los que cabría citar abonos orgánicos y organo-minerales, deter-
minados abonos minerales, abonos especiales, enmiendas calizas y enmiendas orgánicas.
Todos ellos no están en el Reglamento CE 2003/2003, pero sí quedan contemplados en el
nuevo Real Decreto 824/2005, de 8 de julio, sobre productos fertilizantes.
Es por tanto fundamental que la reglamentación sobre los productos utilizados pa-
ra mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas, llegue precisa y eficazmente al conoci-
miento de los usuarios de estos productos y de todos los operadores implicados en el
ámbito de su fabricación y aplicación agronómica.
En todas y cada una de las explotaciones de P.I. se han realizado análisis de suelos
ya que, aunque los cultivos responden al abonado del suelo de una manera progresiva,
existe un máximo a partir del cual el rendimiento decrece, de ahí la obligación de realizar
análisis periódicos para conocer la evolución de su riqueza y abonar en consecuencia.
Dentro de las características del abono, la granulometría es el parámetro que más in-
fluye a la hora de conseguir una correcta distribución del mismo. Es por ello que a continua-
ción hemos estimado oportuno dedicar un apartado de la presente memoria a desarrollar las
características esenciales que debe de cumplir para conseguir una aplicación homogénea.
Granulometría
Las características físicas del abono, especialmente la densidad aparente del mis-
mo y su granulometría, condiciona el comportamiento de las abonadoras, limitando la
anchura de trabajo y, sobre todo, el grado de uniformidad que se puede conseguir para
la anchura de trabajo establecida.
El usuario de la abonadora debería proceder antes del esparcido a la determinación
de dicha granulometría ajustándola en función de ella. Aunque la densidad aparente sue-
le ser bastante estable en los diferentes tipos de abono (entre 0,85 y 0,95 kg/m3 para
los abonos nitrogenados y entre 0,90 y 1,20 kg/m3 en los de tipo compuesto), la varia-
bilidad es mucho mayor en lo que se refiere a la granulometría del abono, lo que tiene
un efecto muy significativo en la distribución por proyección.
Para gránulos del mismo abono, los de mayor tamaño llegan más lejos, mientras que
los más pequeños alcanzan distancias mucho menores. En la siguiente tabla quedan refle-
jadas esas distancias, en función de una velocidad y altura de lanzamiento determinadas:
Tamaño de gránulo (mm) 0,4-0,5 0,6-0,8 1,0-1,2 1,2-1,6 1,6-2,0 2,0-2,5 2,5-3,2 3,2-5,0
Distancia mín. y máx. (m) 2,5-2,9 3,2-3,5 3,8-4,0 4,0-4,2 4,2-4,3 4,3-4,4 4,4 4,4-4,5
Fuente: BASF Reportes Agrícolas 2/85.
En la tabla anterior se puede observar que con gránulos de tamaño entre 0,4 y 0,5
mm, la distancia de lanzamiento es 2,9 m, mientras que con gránulos de 1,2-1,6 mm se
alcanzan 4,2 m. Por otro lado, los gránulos de 3,2 y 4 mm, que alcanzan 4,5 m, solo lle-
gan un poco más lejos que los de tamaño de 1,2-1,6 mm. Esto hace recomendable que
el rango de tamaño de grano esté entre 1,5 y 5 mm de diámetro, considerándose como
ideal una granulometría estable con el 80% de los granos, determinado en volumen, pre-
senten un diámetro mayor de 2 mm.
Además de la granulometría hay otra serie de propiedades físicas que tienen in-
fluencia sobre el comportamiento de las abonadoras, aunque mucho menos que la gra-
nulometría o la densidad aparente, y que son:
Esfericidad. Cuanto más se aproximen los granos a una esfera menor es su re-
sistencia aerodinámica, lo que permite una trayectoria estable.
Dureza de las partículas. Tiene una marcada influencia en su comportamiento al
ser sometidas a choques, principalmente los golpes que proporcionan los ele-
mentos de proyección. El contenido en polvo de un abono es desfavorable tan-
to para la estabilidad del producto como para la uniformidad de la distribución ya
que este tiene un alcance mucho más reducido.
Humedad y compactación. El exceso de humedad es siempre negativo, tanto
para asegurar un buen almacenamiento, como para la propia distribución de la
abonadora, ya que favorece la formación de terrones difíciles de romper por los
elementos de proyección.
1.1.2. Abonadoras
Clasificación de abonadoras
Las abonadoras se clasifican, según como se lleva a cabo la distribución del abono, en:
A. Abonadoras por gravedad. El fertili-
zante pasa de la tolva al suelo por su pro-
pio peso, es decir, por la fuerza de la
gravedad. La distribución transversal que
este tipo de abonadoras consigue es bas-
tante uniforme. La aplicación del fertili-
zante es proporcional al movimiento de la
abonadora. Se utiliza para abonos granu-
lados, perlados, cristalizados y especialmente para los pulverulentos, ya que es-
tos últimos no se distribuirían uniformemente con otro tipo de abonadoras. Su
mayor inconveniente es que su anchura de trabajo está muy limitada. Dentro de
los distintos tipos de abonadoras por gravedad, la más utilizada es la de tornillo
sinfín con tolva central, que tiene una anchura de trabajo de hasta 12 m.
B. Abonadoras centrífugas. El fertilizante es propulsado por un disco o péndu-
lo de forma que adquiere una fuerza centrífuga que provoca el lanzamiento de
las partículas fertilizantes a grandes distancias. Puede llegar a anchuras de tra-
bajo de más de 30 m, cuando se utilicen abonos granulados, aunque la homo-
geneidad de trabajo no será tan buena como en las abonadoras por gravedad,
por lo que habrá que realizar un solapamiento adecuado.
Dentro de las abonadoras centrífugas existen dos tipos: las de discos y las pen-
dulares.
• Las abonadoras de discos. Son las más utilizadas; el movimiento de los
discos es uniforme, pero la distancia de proyección dependerá del punto en
el disco donde caiga la partícula fertilizante y de la masa de éste. Además
también dependerá del tamaño del disco y de la altura a la que se encuen-
tren. Las hay de un disco y de dos discos.
– De un disco. El disco, en su parte superior, posee 2, 4 o más paletas. La
forma y tamaño del disco, y especialmente de las paletas, es muy variable.
En ciertos casos pueden incorporarse deflectores para lanzar en una de-
terminada dirección las partículas que provienen de los discos.
– De dos discos. Son similares a las de un disco, en cuanto a funciona-
miento, pero éstas tienen dos discos colocados en un mismo plano, que
giran uno en sentido contrario al otro. Las superficies donde el abono ha
sido proyectado tienen un alto grado de solapamiento y esta superficie es
trapezoidal o similar. Con estas abonadoras se consiguen buenos resulta-
dos de uniformidad en los bordes de la parcela y mayores anchuras de tra-
bajo que con las de un disco o las pendulares.
5
6 16,5 206 138 103 83 165 110 83 66 138 92 69 55 118 79 59 47 103 69 52 41
7 20 250 167 125 100 200 133 100 80 167 111 83 67 143 95 71 57 125 83 63 50
8 24 300 200 150 120 240 160 120 96 200 133 100 80 171 114 86 69 150 100 75 60
9 30 375 250 188 150 300 200 150 120 250 167 125 100 214 143 107 86 188 125 94 75
10 35 438 292 219 175 350 233 175 140 292 194 146 117 250 167 125 100 219 146 109 88
11 41 513 342 256 205 410 273 205 164 342 228 171 137 293 195 146 117 256 171 128 103
12 47 588 392 294 235 470 313 235 188 392 261 196 157 336 224 168 134 294 196 147 118
13 53 663 442 331 265 530 353 265 212 442 294 221 177 379 252 189 151 331 221 166 133
14 59 738 492 369 295 590 393 295 236 492 328 246 197 421 281 211 169 369 246 184 148
Fuente: Manual de instrucciones abonadora doble disco «Marca Aguirre».
Importancia de la uniformidad
Ya se ha comentado que hoy la tendencia en agricultura es la «precisión». Muy im-
portante es esa precisión en cuanto a la distribución del abono. De nada sirve que la do-
sis por ha sea la correcta si el reparto es irregular, bien por solapamiento inadecuado,
bien por mal funcionamiento de la abonadora. El objetivo de una buena distribución es
que a todos los puntos de la curva acumulada llegue la misma cantidad de abono. En en-
sayos realizados con cultivos diversos, incluida la remolacha azucarera, se ha observado
una disminución de los rendimientos según aumenta el C.V. La explicación es que hay
puntos de la parcela que reciben la dosis adecuada pero hay otros muchos que reciben
más o menos dosis. Y el posible aumento de la producción en zonas que reciben más
abono no compensa las perdidas en las zonas donde la cantidad de fertilizante es me-
nor. En algunos ensayos se ha llegado a determinar hasta un 15% de pérdida de bene-
ficio neto cuando el C.V. era mayor del 50%.
Además, y como también hemos comentado varias veces, el respeto al medio am-
biente se ha convertido en otro de los pilares de la agricultura, y una irregular distribución
tiene un segundo efecto negativo, sobre todo en el caso de abonos nitrogenados (debido
a su gran movilidad en el agua), que es la contaminación de suelos y acuíferos próximos.
Se diferencian dos tipos de uniformidad:
A. Longitudinal.
B. Transversal.
En el siguiente cuadro quedan reflejados los factores que afectan a la uniformidad
de la distribución.
Fuente: Folleto informativo Plan 92. Plan para la tecnificación del cultivo de la remolacha «Las abonadoras y su regulación».
Diagrama triangular
Diagrama trapezoidal
Para los ensayos de laboratorio se utilizan instalaciones fijas que permiten una gran
precisión en las determinaciones, recogiendo el fertilizante esparcido en cajas de di-
mensiones normalizadas que cubren toda la anchura de esparcimiento de la máquina,
para su posterior pesada de precisión. A partir de las cantidades de abono recogidas en
cada caja se puede calcular la uniformidad de distribución con diferentes grados de so-
lapamiento mediante lo que se conoce como Coeficiente de Variación (C.V.) para cada
una de las anchuras efectivas de trabajo recomendadas. Este C.V. es la relación, calcu-
lada en porcentaje, entre la desviación típica (calculada por diferencia entre las cantida-
des de abono recogidas en cada caja con respecto a la media de todas ellas) y el valor
medio absoluto de la cantidad recogida en cada caja.
Para los ensayos en laboratorio se establecen los siguientes valores de uniformidad:
2. MATERIAL Y MÉTODOS
La calibración de una abonadora debe conseguir que la dosis de abonado sea la de-
seada, pero además, sobre todo cuando se utilizan abonadoras de proyección, caso de
los agricultores de La Rioja, se debe garantizar la distribución uniforme tanto en sentido
longitudinal, como transversal.
Previo a la calibración se deben tener en cuenta dos aspectos fundamentales:
Una vez preparada la abonadora hay que determinar la granulometría, ajustar la do-
sis de abono por hectárea que queremos aplicar, establecer la velocidad de avance del
tractor y comprobar la uniformidad de la distribución.
1. Sobre una parcela con suelo horizontal marcamos un camino sobre el que se
desplazará el tractor con la abonadora y perpendicularmente a éste se sitúan las
cajas de recogida cubriendo toda la anchura de esparcido.
2. Estas cajas de recogida (de 50 × 50 cm y 15 cm de alto) se colocan unas junto
a otras, desde el centro de la pasada, dejando espacio suficiente para que pue-
dan pasar las ruedas del tractor (normalmente 50 cm, la anchura de una caja, a
cada lado) y se cubren con una malla perforada que deja pasar el abono pero que
evita los rebotes, se evita que la malla quede tirante.
3. La abonadora se hace funcionar situando los elementos de proyección a la altu-
ra recomendada por el fabricante para el tipo de abono utilizado.
4. Se procede a distribuir el abono, abriendo las salidas de la abonadora al menos
10 metros antes de la línea de cajas recogedoras, y manteniéndose abiertas
hasta una distancia en la que comprobamos que ya no cae abono en ninguna de
ellas. Se hacen tantas pasadas como sea necesario para recoger una cantidad
de abono significativa en cada una de las cajas.
5. Después de las pasadas se recoge el contenido de cada caja en una probeta me-
didora, apuntándose el valor de cada una de las probetas.
a) Diagrama de distribución.
b) Anchura de trabajo recomendable. Se calcula midiendo la distancia a partir
de la cual la cantidad de abono recogido en cada probeta es la mitad de la co-
rrespondiente a las probetas en las que se ha recogido la máxima cantidad de
abono.
c) Coeficiente de variación. Éste se determina de la misma manera que hemos
comentado para los ensayos realizados en laboratorio, utilizando las siguientes
fórmulas:
Σ (Xi – X)2 Σ Xi S
S= X= C.V. (%) = × 100
n n X
donde:
Xi = contenido de cada caja.
X = media del contenido de las cajas.
n = número de cajas.
S = desviación típica.
Para los abonos de fondo el agricultor riojano suele utilizar la abonadora del colecti-
vo, cooperativa, o distribuidor, debido a su mayor capacidad y autonomía.
3. RESULTADOS EVALUACIÓN
Y CALIBRACIÓN
— En fondo:
Sulfato Amónico, con 2 abonadoras, 2,2%.
Blending (con diferentes composiciones), 25 abonadoras, 27,5%
— En cobertera:
Nitrato 27%, con 51 abonadoras, 56,0%
Nitrato 33%, con 13 abonadoras, 14,3%
El número total de abonadoras revisadas ha sido 91, clasificadas como sigue:
— En el caso del Nitrato 27% muy buena, excepto en un caso que había 10% de
polvo, en el resto el polvo era menos del 5%.
— El Nitrato 33% utilizado en todos los casos tenía un porcentaje de polvo que va-
riaba entre el 5 y el 10%, y una buena granulometría.
— Prácticamente todas las diferentes composiciones de blending tenían entre 5 y
10% de polvo. En un caso llegó al 20% y en 2 al 15%.
Granulometría
La velocidad verificada en campo indica que la gran mayoría de los agricultores tra-
bajan entre 5 y 8 km/h, velocidad adecuada para trabajar sin sacudidas bruscas que in-
fluyan el la calidad de la distribución y aprovechar a la vez el potencial del tractor para
mantener una elevada capacidad de trabajo.
Los criterios utilizados son:
— Correcto: coincide.
— Aceptable: variación menor 10%.
— Incorrecto: variación mayor 10%.
Velocidad
— Correcto: coincide.
— Aceptable: variación menor 10%.
— Incorrecto: variación mayor 10%.
Dosis
— Correcto: coincide.
— Aceptable: variación menor 10%.
— Incorrecto: variación mayor 10%.
Revoluciones T.D.F.
Abonos complejos
Los criterios utilizados son:
Abonos nitrogenados
Los criterios utilizados son:
Se comprueba que las proporciones son muy parecidas para unas y otras.
El coeficiente de variación esta por encima de lo aceptable en el 53% de las eva-
luaciones.
Resultados (% de máquinas)
Valores analizados
Correcto Aceptable Incorrecto No realizado
Coeficiente de variación
Resultados (% de máquinas)
Valores analizados
Correcto Aceptable Incorrecto No realizado
Elementos de protección
4. CONCLUSIONES
1. Los tipos de abono empleados en este trabajo presenta una granulometría y estado
de conservación adecuado para conseguir una correcta distribución.
OTRAS VALORACIONES
Aparte de las conclusiones expuestas, queremos hacer los comentarios siguientes:
5. PROPUESTAS
3. Consideramos que con las máquinas de uso en común de las cooperativas es ne-
cesario evaluarlas al menos dos veces al año para los tipos de abono más utilizados,
así como que «cada máquina» tenga su ficha de regulación y manejo, que deberá
ser explicada y entendida por cada agricultor que la utilice.
6. ANEJOS
1. Preparación
— La abonadora estará perfectamente limpia de restos de abono o impurezas y se pro-
cederá a engancharla en el tractor que se vaya a utilizar, conectando la toma de fuer-
za para que funcione en las condiciones establecidas, manteniendo en su sitio, y en
buen estado, todos los elementos de protección.
— Después de revisada y puesta a punto la abonadora, se echa en la tolva el tipo de
abono a utilizar, el cual debe ser uniforme.
2. Velocidad de avance
— Marcar 100 metros sobre un campo con condiciones de suelo similares al de las par-
celas que se deben abonar.
— Recorrer la distancia marcada a la velocidad que está previsto realizar el trabajo, ve-
rificando que no se producen sacudidas que podrían significar un riesgo para el equi-
po o una pérdida de uniformidad en la distribución.
— Medir el tiempo en segundos necesario para recorrer los 100 metros.
— La velocidad de avance será:
3. Anchura de trabajo
— Para las abonadoras por gravedad y neumáticas se puede considerar como anchura
de trabajo la distancia entre salidas extremas añadiéndole la que existe entre dos sa-
lidas contiguas.
— Para las abonadoras de proyección el alcance del abono no se mantiene constante,
siendo imprescindible una calibración directa. Para realizarla se seguirán los si-
guiente pasos:
Siendo la distancia (m), la que existe entre el centro y la probeta que ha re-
cogido la mitad.
• Que el contenido de las probetas tenga una reducción «irregular» (se alter-
nan las que tienen mucho abono con las que tienen poco). Nos indica una
distribución irregular.
• Esto puede ser debido al sistema de dosificación, lo cual habrá que solucio-
nar antes de realizar cualquier aplicación.
4. Uniformidad de la distribución
La irregularidad de la distribución del abono se puede calcular mediante el coefi-
ciente de variación, según la fórmula:
S (Xi – X)2 Xi
C.V. (%) = × 100 Siendo: S= , X=
X n n
Donde:
Xi = contenido de cada caja.
X = media del contenido de las cajas.
n = número de cajas.
S = desviación típica.
Se recomienda que el C.V. sea menor del 10% para abonos nitrogenados y menor
del 20% para abonos complejos
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
>5 mm <5 y >3,2 mm >3,2 y <2 mm >2 mm
Alta Media Baja o polvo
Resultado
Resultados (% U.C.)
Valores analizados
Correcto Aceptable Incorrecto No realizado
Granulometría Velocidad
Resultados (% U.C.)
Valores analizados
Correcto Aceptable Incorrecto No realizado
Granulometría Velocidad
Resultados (% U.C.)
Valores analizados
Correcto Aceptable Incorrecto No realizado
Granulometría Velocidad
continuación >>
continuación >>
sigue >>
continuación >>
continuación >>
continuación >>
sigue >>
continuación >>
Coeficiente variación
Agrupación Dist. entre Dist. CV
CV
pasadas correcto
Carro Asaja 1 15 > 50 <6
Carro Asaja 2 15 30 9
Carro Garu 1 12 18 14
Carro Garu 1 12 32 8
7. BIBLIOGRAFÍA
Folletos
Las abonadoras y su regulación. Plan para la tecnificación del cultivo de la remolacha.
Luís Márquez Delgado. Ing. Agrónomo.
Manual de instrucciones de abonadoras Aguirre.
Revistas. Artículos
Técnica Agrícola. La uniformidad en la distribución del abono. Emilio Gil. Ing. Agrónomo.
Sobre el papel. El abono y las abonadoras. Luís Márquez Delgado. Ing. Agrónomo.
Sobre el papel. Ensayando en el laboratorio. Luís Márquez Delgado. Ing. Agrónomo.
Tierras de Castilla y León. Abonos y abonadoras.
AIMCRA. Noviembre/2005, enero/2008, enero/2009.
Vida rural. Abonado de fondo de remolacha. Ángel Sanz. Ing. Agrónomo.
Otros
Asajanet. Criterios para realizar un buen abonado.
Monografías.com. Abonadora-Encaladora. Jesús E. Longar L. Universidad de Oriente.
Plataforma de conocimiento para el medio rural y pesquero. Ministerio de Medio Am-
biente y Medio Rural y Marino.
Larioja.org. El Gobierno de La Rioja en internet.
Normativa de Producción Integrada en La Rioja.
LESA. Leonesa Astur de piensos. Tipos de Abonadoras.
Fertiberia. Guía del abonado.