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Magistrado Ponente Dr.

PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA

Con fecha veinticuatro (24) de mayo de 2011, es recibido ante la Secretaría


de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, expediente
contentivo de RECURSO DE CASACIÓN suscrito y presentado por la ciudadana
RUDIMAR RODRÍGUEZ ROSALES, Defensora Pública Décima Quinta Penal
de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en representación del ciudadano
RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS, contra la decisión dictada
el veinticuatro (24) de marzo de 2011 por la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, integrada por las ciudadanas juezas
ARELIS ÁVILA DE VIELMA (presidenta y ponente), SILVIA CARROZ DE
PULGAR y MATILDE FRANCO URDANETA, que declaró sin lugar el recurso
de apelación interpuesto por la ciudadana defensora pública, contra la decisión
emitida el cuatro (4) de octubre de 2010 por el Juzgado Décimo en Funciones de
Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, que condenó al ciudadano
RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS a cumplir la pena de once
(11) años y seis (6) meses de prisión, más las accesorias de ley, por la comisión de
los delitos de ROBO AGRAVADO Y USO DE ADOLESCENTE PARA
DELINQUIR CON LA AGRAVANTE DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA
DE VARIAS PERSONAS, tipificados en el artículo 458 del Código Penal el
primero, y el segundo, en el artículo 264 de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño, Niña y Adolescente; en relación con el artículo 77 (numeral 11) del Código
Penal, en perjuicio de los ciudadanos ALFONSO TOMÁS ZURITA CASTRO,
JEREMÍAS PRIETO GONZÁLEZ, JOEL ENRIQUE FUENMAYOR y
YELKIS COROMOTO SUÁREZ DE FUENMAYOR.

Recurso de Casación al cual se le dio entrada en la misma fecha,


asignándosele el número de causa AA30-P-2011-000188 y como ponente al
Magistrado Dr. ELADIO RAMÓN APONTE APONTE.

El nueve (9) de diciembre de 2011, se admitió el presente recurso de casación


y se convocó la audiencia pública, la cual fue diferida por razones de índole
administrativa.

Ahora bien, acordada la destitución del Magistrado ELADIO RAMÓN


APONTE APONTE por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela, se constituyó nuevamente la Sala de Casación Penal el veintitrés (23) de
marzo de 2012, siendo en consecuencia materializada tal acción con estricto apego a
la designación de los Magistrados y Magistradas principales y suplentes del Tribunal
Supremo de Justicia realizada por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana
de Venezuela, publicada el ocho (8) de diciembre 2010 en la respectiva Gaceta
Oficial bajo el No. 39.569. Correspondiéndole así incorporarse a la Sala en el orden
determinado al Magistrado Doctor PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA, sobre quien
recayó las ponencias de causas previamente asignadas al prenombrado ciudadano.
El trece (13) de abril de 2012, la Sala convocó a la audiencia pública en
atención a lo dispuesto en el artículo 466 del Código Orgánico Procesal Penal, la
cual se efectuó el tres (3) de mayo de 2012, con la asistencia de las partes.

En virtud de ello, y habiendo sido designado ponente para emitir


pronunciamiento sobre el presente recurso de casación, con el referido carácter se
resuelve en los términos siguientes:

DEL ESCRITO CONTENTIVO DEL RECURSO DE CASACIÓN

Tal como consta en las actas de la causa en estudio, la recurrente planteó dos
(2) denuncias. La primera denuncia se fundamentó en la violación por falta de
aplicación de los artículos 173, 364 (numeral 4) 4, 441 y 456 del Código Orgánico
Procesal Penal, señalando concretamente:

“Con fundamento a lo establecido en el artículo 460 del Código Orgánico


Procesal Penal denuncio la VIOLACIÓN DE LA LEY por FALTA DE
APLICACIÓN de los artículos 173, 364 numeral 4, 441 y 456, todos del
Código Orgánico Procesal Penal, por carecer la recurrida de la debida
motivación al pronunciarse sobre el motivo de apelación, incurriendo en el
vicio de inmotivación. Mediante sentencia de fecha 08 de agosto de 2007
dictada por la Sala de Casación Penal ha señalado los casos en que la Alzada
incurre en vicios relacionados a la motivación de la sentencia (…) En la
presente causa, esta Defensa recurrió de la decisión dictada en primera
instancia por la infracción de la Norma Jurídica prevista en el Articulo 452,
numeral 2 del Código Orgánico Procesal Penal, respecto de la sentencia
dictada por el Juzgado Décimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio
del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en la cual dicta en contra de mi
defendido SENTENCIA CONDENATORIA de once (11) años, Seis (06)
meses de Presidio por los delitos de Robo Agravado, previsto y sancionado
en el artículo 458 del Código Penal, y de Uso de Adolescente para Delinquir
con las Agravantes Genéricas de Realizarlo en Compañía de varias Personas,
previsto y sancionado en el artículo 264 de la Ley Orgánica para la
Protección de niños, niñas y adolescentes en relación con el artículo 77
ordinal 11 del Código Penal, en concordancia con lo establecido en el artículo
74 numeral 1 ejusdem en relación al artículo 24 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, cometido en perjuicio de los ciudadanos
JEREMÍAS PRIETO, ALFONSO TOMÁS ZURITA CASTRO, JOEL
ENRIQUE FUENMAYOR Y YELKIS SUÁREZ DE
FUENMAYOR..Ciertamente, el motivo de apelación esgrimido por esta
defensa en la segunda instancia del proceso, fue el relativo a la errónea
aplicación de una norma jurídica, ya que se consideró responsable al acusado
RONALD HERNÁN VILLALOBOS por la comisión de los delitos de Robo
Agravado, previsto y sancionado en el artículo 458 del Código Penal, y de
Uso de Adolescente para Delinquir con las Agravantes Genéricas de
Realizarlo en Compañía de varias Personas, previsto y sancionado en el
artículo 264 de la Ley Orgánica para la Protección de niños, niñas y
adolescentes en relación con el artículo 77 ordinal 11 del Código Penal, en
concordancia con lo establecido en el artículo 74 ordinal 1 ejusdem, tal como
lo sostuvo el Tribunal Mixto, porque la referida instancia no aludió al
respecto ningún tipo de razonamiento jurídico, siendo que como se indicó
debía demostrarse y reflejarse en la motivación de la sentencia, los hechos
que se le estaban atribuyendo a mi defendido, con indicación de cada uno de
los elementos de prueba que sirvieron de base a la Juzgadora para establecer
su responsabilidad penal, y la descripción de la conducta encuadrada en la
norma sancionatoria; actividad jurisdiccional que no se evidencia en las
presentes actuaciones, puesto que si a mi patrocinado le encontraron un
dinero y ese dinero fue desestimado por la juzgadora para su valoración, no
existe cuerpo del delito, y si lo acusaron por uso de un adolescente, ese delito
no se demostró porque no consta en el expediente la partida de nacimiento
que demuestre la calidad de adolescente, incurriendo en la motivación ilógica
la Corte de Apelaciones. La Corte de Apelaciones respecto de este motivo de
apelación refiere que el mismo debe ser desestimado, por el siguiente
argumento: En este orden de ideas, la Sala observa que, en el presente caso,
tanto la declaración del experto, como la experticia real del avalúo de los
objetos incautados (prueba documental), fueron promovidas por el Fiscal del
Ministerio Publico, siendo éstas debidamente admitidas por el Tribunal de
Control, como supra quedó establecido, en su oportunidad procesal, así como
la exhibición de los objetos recuperados; por ello al momento del juicio oral y
público, la jueza de mérito además de escuchar la declaración del experto
Edixon Quintero, bajo las normas del contradictorio, valora el referido
dictamen, el cual igualmente fue incorporado como prueba documental (para
su lectura) de conformidad con el artículo 358 del Código Orgánico Procesal
Penal siendo apreciada como tal, por el Tribunal de Juicio, para su
ratificación, adquiriendo pleno valor probatorio, para el Tribunal de instancia,
desechando algunas de las pruebas tales como los objetos a exhibir, de
manera justificada, en razón de que…ya habían sido entregados a su
dueño, o en el caso del arma de fuego, había sido entregado al DARFA,
institución del Estado Venezolano, a la que por Ley ha de remitir todas las
armas de fuego incriminadas en hechos ilícitos…De lo que se colige que no
le asiste la razón a la recurrente, al señalar que la decisión que impugna
adolece de ilogicidad en razón de que la Jurisdicente de instancia otorga valor
probatorio a pruebas que después desestima, por cuanto, como ya se dejó
establecido precedentemente, las pruebas acá referidas siendo incorporadas
lícitamente, son autónomas y se bastan por sí mismas, limitándose su
contundencia a las reglas del contradictorio al que deben sujetarse las partes
en el debate judicial. De igual forma, esta Alzada, observa, que la Juez de
mérito, no funda su sentencia condenatoria solo en la prenombrada experticia
real del avalúo de los objetos incautados, ni mucho menos en las pruebas que
desecha de manera justificada y motivada e incorporadas al proceso como
acervo probatorio, practicado y controlado por las partes, por el contrario, se
observa del fallo impugnado que realiza un análisis detallado y preciso de
cada una de las pruebas; comparándolas no solo de manera individual,
también en su conjunto y de manera adminiculada, con las declaraciones
rendidas y debatidas en el juicio, de conformidad con las normas del
contradictorio...’. No es suficiente indicar que la Juzgadora de Juicio si
realizó una valoración de todos los medios probatorios evacuados durante el
debate oral y público cuando evidentemente fueron desestimados para su
valoración el objeto con el cual se conminó supuestamente a las víctimas, así
como los billetes, la pulsera y el celular incautados, porque se debía indicar el
motivo por el cual con el solo testimonio del experto se podía determinar la
responsabilidad de mi defendido. De lo anteriormente transcrito se evidencia
que la Corte de Apelaciones no realizó un análisis exhaustivo y ponderado de
las circunstancias alegadas en este caso, ni realizó un juicio de valor propio,
dejando constar las circunstancias de hecho y de derecho en las cuales
fundamenta su decisión, incurriendo en falta de motivación de la Sentencia
cuando omitió cumplir con los requisitos impretermitibles exigidos por el
artículo 364 del Código Orgánico Procesal Penal, en su numeral 4, que
ordena que la Sentencia debe contener la exposición concisa de sus
fundamentos de hecho y de derecho, para lo cual resulta indispensable el
análisis y comparación de las denuncias con las actas. En el caso sub iúdice, y
en razón de las argumentaciones esgrimidas ante el ad quen, la Corte de
Apelaciones no sólo no expuso una motivación propia que explique el por
qué no se ajustaba a derecho la solicitud planteada por la defensa, sino que
peor aún, transcribe los argumentos de la Juzgadora de Juicio a los fines de
ratificar la decisión dictada, en virtud de lo cual de apenas de una breve
lectura se puede apreciar que la Corte de Apelaciones no realiza ningún tipo
de valoración lógica con enunciados coherentes y propios que justifiquen la
declaratoria sin lugar del motivo de apelación alegado por la defensa,
configurándose el vicio de inmotivacion. En este orden de ideas, la doctrina
casacional patria ha señalado que la obligación de expresar en el fallo los
motivos de hecho y de derecho en los cuales se fundamenta, tiene dos
propósitos esenciales; uno político, que consiste en permitir a las partes y a la
comunidad entender las razones de la decisión, de manera tal que la sentencia
cumpla no sólo por el peso de la autoridad de la cual emana, sino también
porque convenza con la fuerza de la razón; y otro procesal, determinante para
el examen de casación, que permite que la casación controle la legalidad. Es
por ello que se alega la violación del artículo 364, numeral 4 del Código
Orgánico Procesal Penal, por falta de aplicación de la referida norma, en
virtud de que la hoy recurrida, aún teniendo conocimiento del proceso, de
conformidad con la norma adjetiva penal prevista en el Artículo 441 ejusdem,
se limitó a transcribir los argumentos de la Juzgadora de Juicio, sin darle
cumplimiento a lo consagrado en el artículo señalado, es decir, se evidencia
que la defensa de fondo no se consideró y fue desechada por la Corte de
Apelaciones. En consecuencia, bajo una argumentación inmotivada, la
recurrida (sic) infringe lo dispuesto en los artículos 173, 364 numeral 4, 441 y
456 del Código Orgánico Procesal Penal...La normativa transcrita obliga a los
jueces a exponer en forma concisa los fundamentos de hecho y de derecho, es
decir, deben expresar con claridad las razones o motivos que sirven de
sustento a la decisión judicial, las cuales no pueden ser obviadas en ningún
caso por el sentenciador, por cuanto constituyen para las partes, garantía de
que se ha decidido con sujeción a la verdad procesal”. (Sic).

En la segunda denuncia, se argumentó la indebida aplicación de los artículos


458 del Código Penal y 264 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, en relación con el artículo 77, numeral 11 del Código Penal,
indicándose:

“En el caso en concreto se destaca, que la Juzgadora de Juicio incurrió en


errónea aplicación de los Artículos 458 del Código Penal y 264 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, con las
agravantes genéricas de cometerlo en compañía de varias personas y en
concurrencia con un adolescente, sin embargo, esta defensa alegó ante la
Corte de Apelaciones lo siguiente: En primer lugar, la Juzgadora de Juicio
condenó a mi defendido por el delito de Uso de Adolescente para delinquir,
tipo penal que se encuentra previsto en el artículo 264 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, el cual expresa lo
siguiente: ‘Quien cometa un delito en concurrencia con un niño, niña o
adolescente, será penado o penada con prisión de uno a tres años’. Como
puede observarse el tipo penal señalado requiere de un sujeto pasivo
calificado (niño, niña o adolescente), y siendo que en el caso que nos ocupa
se trata de un adolescente, era necesario determinar esa condición para que se
configurara el tipo penal, sin embargo, la juzgadora de Juicio condenó a mi
defendido aplicando indebidamente la presente norma jurídica sin siquiera
tener en la causa el acta de nacimiento o documento requerido para acreditar
tal condición, lo cual violenta los derechos constitucionales del Derecho a la
Defensa, el debido proceso y la tutela judicial efectiva. En segundo lugar, es
evidente también, que la Juzgadora de Juicio condena a mi defendido por los
delitos de Robo Agravado, previsto en el artículo 458 del Código Penal y Uso
de Adolescente para delinquir con la agravante genérica de realizarlo en
compañía de varias personas, tipo penal previsto en el ordinal 11° del artículo
77 del Código Penal. Es por ello que incurre la Juzgadora de la recurrida en
una doble agravación en contra de mi representando, a quien está declarando
culpable del delito de robo agravado, que ya contiene una agravante
específica y además culparlo con una agravante genérica por haberlo
cometido con varias personas. El artículo 458 del Código Penal establece que
cuando alguno de los delitos previstos en sus artículos precedentes se haya
cometido por medio de amenazas a la vida, a mano armada o por varias
personas, una de las cuales hubiere estado manifiestamente armada, la pena
de prisión será por tiempo de diez a diecisiete años; lo cual deviene en que
este tipo penal agrava la pena de la persona por el hecho de cometerlo a mano
armada o por varias personas, con lo cual no podía aplicársele a mi defendido
la agravante genérica contenida en el ordinal 11° del artículo 77 del Código
Penal por haber cometido un delito en compañía de varías personas. Como se
dijo con anterioridad no podía condenarse a mi defendido por el delito de Uso
de Adolescente para delinquir cuando de las actas no se evidencia que se
tratara de un adolescente y mucho menos agravar su situación condenándolo
con la agravante genérica de cometerlo con varias personas si ni siquiera se
demostró el tipo penal y además el Robo Agravado contiene una agravante
específica. Sin embargo, la corte de apelaciones no se pronunció respecto a la
doble agravante aplicada a mi defendido respecto al delito de robo agravado
con la agravante genérica de realizarlo en compañía de varias personas y
respecto a que no consta en el debate que mí defendido se sirviera de ningún
adolescente, exponiendo la Corte de Apelaciones lo siguiente: ‘Alega
igualmente la accionante, que no se evidencia en la sentencia impugnada que,
la Jurisdicente expusiera los fundamentos de derecho, por los cuales se
condenó al acusado por el delito de Uso de Adolescente para Delinquir,
causando indefensión e incertidumbre a su defendido, aludiendo que para
demostrar dicho tipo penal, era necesaria la exhibición, valoración y
existencia del acta de nacimiento del adolescente, lo cual no ocurrió en el
presente caso. Respecto de esta denuncia, evidencia igualmente este Órgano
Colegiado, que tampoco le asiste la razón a la apelante, pues, del estudio
realizado a la sentencia recurrida, se advierte que la Jueza a quo si expresó,
tal y como lo exigió la normativa constitucional y legal, los argumentos en
que sustentó su decisión de condenar al acusado de autos, Ronald Hernán
Villalobos por el delito de ‘USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR
CON LA AGRAVANTE GENÉRICA DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA
DE VARIAS PERSONAS’ previsto y sancionado en los artículos 264 de la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en relación
con el artículo 77.11 del Código Penal, quedando demostrado cabalmente en
la recurrida tal aseveración, del análisis que del acervo probatorio hace la
Juzgadora del mérito todo lo cual se puede comprobar de la lectura de los que
del fallo impugnado transcribimos infra. Realizando igualmente un
exhaustivo y pormenorizado estudio sobre los elementos configurativos de
los hechos delictivos que diera por comprobados establecidos la culpabilidad
y responsabilidad penal que respecto de los mismos tiene el acusado,
ciudadano RONALD HERNÁN VILLALOBOS, tal y como lo evidenció de
la transcripción supra analizada, y lo señalara la representación fiscal en su
escrito de contestación; quedando fehacientemente demostrado que la
juzgadora de instancia, si realizó el estudio y análisis de…los órganos de
pruebas que se presentaron en el debate judicial bajo las reglas del
contradictorio, tales como los testigos-víctimas ALFONSO ZURITA y
YELKIS SUÁREZ DE FUENMAYOR, quienes al referir los hechos señalan
que todos los sujetos que perpetraron el hecho criminal salieron caminando,
dándoles las características fisonómicas y detalles de su vestimenta y objetos
que estos habían despojado, así como las armas que portaban, a los
funcionarios FERNANDO BARROSO, GUSTAVO JOSÉ LEÓN y EFRED
CANTILLO ALCOCER, funcionarios actuantes tanto en el procedimiento de
aprehensión, como en el de investigación e inspecciones del sitio del suceso,
quienes al rendir sus declaraciones en sala de audiencia, deponen conforme
las Actas policiales levantadas por ellos, dejándose constancia entre otras
cosas, la aprehensión del acusado, identificado como RONALD
HERIBERTO HERNÁN VILLALOBOS y del Adolescente LUIS DAVID
CELIS GONZÁLEZ. De haberse acogido la Corte de Apelaciones a la
normativa infringida objeto de la presente denuncia de casación, a través de
una motivación convincente, debió forzosamente concluir que el a quo no
aplicó correctamente las normas en las que adecúa los tipos penales
impuestos a mi defendido, trayendo como consecuencia la declaratoria con
lugar del recurso de apelación, porque no podía condenarse a mi defendido
por Robo Agravado con la agravante de cometerlo en compañía de varias
personas (doble agravante) y uso de adolescente para delinquir sin que conste
en actas ningún medio probatorio que acredite que incurrió en ese tipo penal.
Respecto de estos argumentos planteados, al apreciar la Sentencia de la Corte
de Apelaciones se evidencia claramente que la Juzgadora en Apelación se
limitó a realizar una transcripción del análisis de los fundamentos de hecho y
de derecho plasmados por la Juzgadora de Juicio, sin llegar a una resolución
o determinación propia y sin indicar si dichas razones se encuentran cónsonas
con el proceso. Con respecto a los alegatos de la defensa en su escrito de
Apelación ha debido la Corte de Apelaciones fundamentar su decisión
indicando las razones por las cuales consideraba que no era procedente
decretar la errónea aplicación de la norma jurídica prevista en los Artículos
458 del Código Penal y 264 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, en concordancia con el articulo 77 numeral 11 del
Código penal en el presente caso. En este sentido, por lo argumentos antes
expuestos se solicita a la Sala de Casación Penal que declare con lugar la
presente denuncia”. (Sic).

II

COMPETENCIA DE LA SALA DE CASACIÓN PENAL

La competencia para que el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación


Penal conozca los recursos de casación que se ejerzan contra las decisiones de las
Cortes de Apelaciones o Cortes Superiores, se encuentra establecida en el artículo
29, numeral 2 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que dispone:

“Es de la competencia de la Sala Penal del Tribunal Supremo de


Justicia…Omissis… 2. Conocer los recursos de casación y cualesquiera otros
cuya competencia le atribuyan las leyes, en materia penal”.
En consecuencia, corresponde a la Sala de Casación Penal pronunciarse sobre
el recurso de casación propuesto por la ciudadana abogada RUDIMAR
RODRÍGUEZ ROSALES, en representación del ciudadano RONALD
HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS. Así se declara.

III

DE LOS HECHOS

Los hechos que constan en la decisión dictada el cuatro (4) de octubre del 2011
por el Juzgado Décimo en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, que se encuentra en los folios ciento siete (107) al ciento cuarenta y dos
(142) de la pieza No. 2 del expediente, son:

“En tal sentido, en el debate oral y público quedó acreditado que el hecho que
dio origen al presente proceso penal, fue un procedimiento realizado en fecha
05 de enero del 2009, cuando siendo aproximadamente las 02:30 a 4:00 horas
de la tarde, varias personas, siendo estas aproximadamente entre (05) o (06),
entre ellos el acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS, un (01) menor
de edad, y una (01) de sexo femenino, ingresaron al restaurante de comida
china Lago Oriental, ubicado en la circunvalación Nro. 02, y sometieron bajo
amenazas con armas de fuego, a todos los que se encontraban en el lugar,
entre ellos los ciudadanos ALFONSO TOMÁS ZURITA CASTRO,
JEREMÍAS PRIETO GONZÁLEZ, JOEL ENRIQUE FUENMAYOR Y
YELKIS COROMOTO SUÁREZ DE FUENMAYOR; donde estos fueron
despojados de sus pertenencias, tales como, celulares, prendas y dinero
efectivo. Asimismo, quedó configurado que los antisociales, luego de
cometer su acción delictiva, salen del local de comida china, y huyen en un
carro blanco, excepto el acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS, y el
menor de edad, quienes se van caminando...por lo que las víctimas...le hacen
señas a una unidad policial que iba pasando...por lo que procedieron a
buscarlos y una vez dado con ellos se les dio la voz de alto y se procedió a
requisarlos...Por otra parte, quedó determinado que en la Comisaría, las
evidencias incautadas a los aprehendidos, fueron reconocidas por las víctimas
como de ellos”. (Sic).
IV
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR

La Sala pasa a decidir la primera denuncia donde se indica la inmotivación


del fallo proferido por la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, destAcando que en las actas que conforman el expediente se
distingue que:

Con fecha cinco (5) de enero de 2009, según acta policial suscrita por los
ciudadanos GUSTAVO LEÓN y FERNANDO BARROSO, funcionarios
actuantes de la Policía Regional del Estado Zulia, fueron detenidos en flagrancia los
ciudadanos LUIS DAVID CELIS GONZÁLEZ y RONNA HERIBERTO
HERNÁN VILLALOBOS, identificados con las cédulas de identidad Nos.
19705932 y 24733230 respectivamente, acta cursante en los folios uno (1) y dos (2)
de la Carpeta de Investigación Fiscal, en la cual se plasmó:

“en momentos que realizábamos un recorrido por la jurisdicción,


específicamente por la Circunvalación N° 2, a la altura del semáforo
de San Miguel, logramos visualizar parados frente al Restaurante de
comidas chinas ‘LAGO ORIENTAL’, varias personas quienes al
percatarse de la presencia policial nos hicieron señas con sus manos
para [que] nos detuviéramos y al hacerlo, nos manifestaron que hacía
pocos minutos, cinco (5) ciudadanos desconocidos entre ellos una
ciudadana, entraron al referido restaurant (sic) portando armas de
fuego, lograron despojar (sic) a los presentes de dinero en efectivo y
pertenencias personales, informándonos uno al ciudadano
GEREMÍAS que dos de los ciudadanos presenta [n] las siguientes
características: Uno de tes morena, de 1.70 metros de estatura
aproximadamente, vestido con suéter color Beige, jean color azul con
bolsillos a los lados, gorra color blanco, el otro de tes morena como de
1.75 metros de estatura aproximadamente, vestido con franela color
gris, mangas largas, jean azul, gorra color negro…procedimos a
realizar un recorrido por las adyacencias del sector a fin de darle
captura a los referidos ciudadanos, logrando avistar a la altura de la
Iglesia San Tarsicio, a dos ciudadanos con las mismas características
aportadas por el denunciante, estos al percatarse de la presencia
policial optaron por tomar una actitud sospechosa intentado emprender
veloz huida del lugar, descendimos rápidamente de la Unidad logrando
detenerlos…uno de los ciudadanos presenta las siguientes
características: tes morena, de 1.65 metros de estatura
aproximadamente, contextura delgada, vestido con suéter color beige,
jean color azul con bolsillos a los lados, gorra color blanco con
logotipo ‘ABERCOMBIEZ’, UN ARMA DE FUERGO TIPO
ESCOPETA, CALIBRE 12, NIQUELADA, EMPUÑADURA DE
PLÁSTICO COLOR NEGRO, SERIALES 18883, VP643, SIGNADA
CON EL NOMBRE DE COVAVENCA, CONTENTIVA DE UN
CARTUCHO, MARCA ARMUSA, COLOR ROJO, DEL MISMO
CALIBRE EN SU ESTADO ORIGINAL, de igual forma se logró
incautarle en el bolsillo delantero derecho UN CARTUCHO, MARCA
CAVIN N° 6, CALIBRE 12, COLOR AZUL, DOS TELÉFONOS
CELULARES UNO MARCA MOTOROLLA, COLOR NEGRO,
SERIAL 0C5535631, CON SU BATERÍA SERIAL
M8L642FFQEIM.RL, SE ENCUENTRA DETERIORADO, OTRO
MARCA HUAWEI, SIN SERIALES VISIBLES, COLOR NEGRO,
CON SU BATERÍA SERIAL GAG8701XA2704094, UNA
PULSERA DE MANO, SIN BROCHE, DE GUAYA, SIGNADA
CON UN NOMBRE EN COLOR AMARILLO PRESUNTAMENTE
‘ORO’, UNA LLAVE…Manifestando este ser y llamarse: LUIS
DAVID CELIS GONZÁLEZ, C.I.N° 19.705.932…el otro joven
presenta las siguientes características: tes clara como de 1.70 metros
de estatura aproximadamente, contextura delgada, vestido con franela
gris mangas largas, jean azul, gorra color negro signada con el
logotipo ‘AEROPOSTAL’, la cantidad de doscientos veinte bolívares
fuertes…un reloj de pulsera Marca Quartz, Modelo Montoya, Un
teléfono celular Marca Kyocera, Modelo K312…este manifestó ser y
llamarse RONNA HERIBERTO HERMÁN VILLALOBOS,
C.I.N°24.733.230…seguidamente les informamos el motivo de su
detención, basándonos en el artículo 248 del Código Orgánico
Procesal Penal”.

En virtud de la aprehensión realizada, la ciudadana abogada MARIONY


MARTÍNEZ ÁVILA, Fiscal Auxiliar Undécima del Ministerio Público de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, el día seis (6) de enero de 2009 presentó
ante el tribunal de control a los ciudadanos LUIS DAVID CELIS GONZÁLEZ y
RONALD HERIBERTO HERNÁN VILLALOBOS, por la comisión de los
delitos de ROBO AGRAVADO y PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO,
tipificados en los artículos 458 y 277 del Código Penal; y solicitó al tribunal el
decreto de medida privativa de libertad contra los mencionados ciudadanos, según
los artículos 250 y 251 del Código Orgánico Procesal Penal, así como la aplicación
del procedimiento ordinario de acuerdo con los artículos 373 y 248 eiusdem. (Folios
cincuenta y nueve (59) al sesenta y tres (63) de la “Carpeta de Investigación
Fiscal”).

En esa misma fecha, el Juzgado Noveno de Primera Instancia en Funciones


de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, a cargo del ciudadano juez
LIEXCER DÍAZ celebró la AUDIENCIA DE PRESENTACIÓN DE LOS
IMPUTADOS LUIS DAVID CELIS GONZÁLEZ y RONALD HERIBERTO
HERNÁN VILLALOBOS, y en este sentido, oídas las exposiciones de las partes,
determinó:

“En primer lugar como punto previo, observa este Tribunal del acta de
nacimiento consignada por la Defensa Pública Abg., EDWIN
PARADA, perteneciente al adolescente LUIS DAVID CELIS
GONZÁLEZ, que el mismo nació el día 28-07-1991, por lo que a la
presente fecha cuenta actualmente con diecisiete (17) años, cinco (5)
meses y nueve (9) días, por tanto es menor de edad, por…[ende] este
Tribunal se declara INCOMPETENTE para conocer de la presente
causa y se ORDENA DECLINAR LA COMPETENCIA de la misma
seguida en contra del imputado LUISA DAVID CELIS
GONZÁLEZ…para el Juzgado de Control Sección de Adolescentes
que se encuentra de guardia…a los fines de que se tramite lo
concerniente en la presente causa, de conformidad con lo establecido
en el artículo 76 del Código Orgánico Procesal Penal… DECRETA
LA MEDIDA CAUTELAR DE PRIVACIÓN JUDICIAL
PREVENTIVA DE LIBERTAD, en contra del imputado RONALD
HERIBERTO HERNÁN VILLALOBOS…por la presunta comisión
de los delitos de ROBO AGRAVADO, previsto y sancionado en el
artículo 458 del Código Penal y PORTE ILÍCITO DE ARMA DE
FUEGO, previsto y sancionado en el artículo 277 del Código Penal
Venezolano, en perjuicio de JOEL ENRIQUE FUENMAYOR,
ALFONSO ZURITA Y GEREMÍAS PRIETO Y EL ORDEN
PÚBLICO, de conformidad con lo establecido en los numerales 1, 2 y
3 del artículo 250, en concordancia con los numerales 2 y 3 del
artículo 251, todos del Código Orgánico Procesal Penal, ya que el
procedimiento está ajustado a Derecho y procede la Detención Judicial
de Libertad solicitada por el Ministerio Público…DECRETA EL
PROCEDIMIENTO ORDINARIO, de conformidad con lo establecido
en el artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal”.

Posteriormente, transcurrido el lapso previsto en la Ley Adjetiva Penal para


que la fiscalía concluyera la investigación penal No. 24-F09-0046-09, el cinco (5) de
febrero de 2009, los ciudadanos abogados JOSÉ LUIS RINCÓN, ANA CECILIA
LUGO y SANTA FRASCARELLA VILLALOBOS, Fiscales Noveno, Auxiliar y
Auxiliar Segunda del Ministerio Público respectivamente, presentaron formal
acusación en contra del ciudadano RONALD HERIBERTO HERNÁN
VILLALOBOS, por la comisión de los delitos de ROBO AGRAVADO, PORTE
ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO y UTILIZACIÓN DE MENOR PARA
DELINQUIR, CON LAS AGRAVANTES GENÉRICAS DE REALIZARLO
EN COMPAÑÍA DE VARIAS PERSONAS, tipificados en los artículos 458, 277
y 77.11 del Código Penal, en concordancia con el artículo 264 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes; bajo la participación criminal de
COAUTOR en la ejecución de los mismos, en perjuicio de los ciudadanos YOEL
ENRIQUE FUENMAYOR, ALFONSO TOMÁS ZURITA y JEREMÍAS
PRIETO GONZÁLEZ.

Por su parte, el veintiuno (21) de abril de 2009 el Juzgado Noveno de Primera


Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia celebró
la audiencia preliminar en la presente causa. Concluida la misma dictó auto de
apertura a juicio según decisión No. 484-09, en el que admitió totalmente la
acusación propuesta por el Ministerio Público, así como las pruebas promovidas en
la misma, y acordó mantener la medida cautelar de privación judicial preventiva de
libertad en contra del ciudadano acusado RONALD HERIBERTO HERNÁN
VILLALOBOS.

Como se desprende de los folios ochenta y cinco (85) y ochenta y seis (86) de la
pieza No. 1 del expediente, el veinticinco (25) de mayo de 2009, es recibida la causa
por el Juzgado Décimo en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia.

Dando inicio el Juzgado Décimo en Función de Juicio del Circuito Judicial


Penal del Estado Zulia, a cargo de la ciudadana abogada ANA MARÍA PETIT
GARCÉS, al debate oral y público el dos (2) de agosto de 2010, ello con la
presencia de las partes (de conformidad a los folios treinta y cinco (35) al cuarenta
(40) de la pieza No. 2), el cual continuó durante los días nueve (9) de agosto de
2010 (según se observa en acta levantada, que consta de los folios cuarenta y cuatro
(44) al cuarenta y ocho (48) de la pieza No. 2 del expediente); diez y seis (16) de
agosto de 2010 (como se aprecia en acta agregada de los folios cincuenta y cinco
(55) al cincuenta y siete (57) de la pieza No. 2 del expediente); veintiséis (26) de
agosto de 2010 (de acuerdo al acta anexada de los folios setenta y dos (72) al setenta
y cuatro (74) de la pieza No. 2 del expediente); ocho (8) de septiembre de 2010
(vista el acta que riela de los folios ochenta y cinco (85) al ochenta y siete (87) de la
pieza No. 2 del expediente); culminado el veinte (20) de septiembre de 2010 (tal
como se desprende en acta adjunta de los folios noventa y cuatro (94) al noventa y
nueve (99) de la pieza No. 2 del expediente).

Y así, el mismo veinte (20) de septiembre de 2010 el Juzgado Décimo en


Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, condenó al ciudadano
RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS, a cumplir la pena de once
(11) años y seis (6) meses de prisión, por los delitos de ROBO AGRAVADO y
USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR, CON LAS AGRAVANTES
GENÉRICAS DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA DE VARIAS PERSONAS,
absolviendo al citado ciudadano por el delito de PORTE ILÍCITO DE ARMA DE
FUEGO.

Sentencia condenatoria que fue publicada por el Juzgado Décimo en Función de


Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, el cuatro (4) de octubre de 2010
(folios ciento siete (107) al ciento cuarenta y dos (142) de la pieza No. 2 del
expediente).

Decisión sobre la cual RUDIMAR RODRÍGUEZ ROSALES, en


representación del ciudadano RONALD HERYBERTO HERNÁN
VILLALOBOS, ejerció el correspondiente recurso de apelación el dieciocho (18)
de octubre de 2010 (como se aprecia en los folios ciento cuarenta y seis (146) al
ciento cincuenta y cuatro (154) de la pieza No. 2 del expediente), siendo contestado
el veinticinco (25) de octubre de 2010 por el ciudadano abogado JOSÉ LUÍS
RINCÓN RINCÓN, Fiscal Noveno del Ministerio Público de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia (según escrito que riela de los folios ciento cincuenta y
ocho (158) al ciento sesenta y tres (163) de la pieza No. 2 del expediente).

Al respecto, la defensa del ciudadano RONALD HERYBERTO HERNÁN


VILLALOBOS, manifestó:

“Esta defensa denuncia como primer motivo de Apelación, la infracción


numeral 2 del artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, en relación a
la Ilogicidad Manifiesta en la Motivación de la sentencia recurrida, en
virtud que se evidencia que la juzgadora a quo realizó la concatenación de las
pruebas evacuadas durante el Juicio celebrado, con la finalidad de establecer
a través de ese mecanismo la responsabilidad de mi defendido en los hechos
por los cuales se le acusa, pero procede igualmente a desestimar casi todos
los medios probatorios que estaban dirigidos a demostrar la participación de
mi representado, lo cual deviene en un quebrantamiento evidente de las reglas
elementales de la lógica. Se recurre de la decisión dictada, en primer lugar
con motivo que la Juzgadora de Juicio violentó las reglas elementales de la
lógica porque la Juzgadora en la sentencia realiza una afirmación al proceder
a concatenar todos los medios probatorios evacuado durante el debate, pero
con posterioridad indica que la mayoría de esos elementos probatorios son
desestimados porque no fueron traídos al Juicio, o porque no los pudo
evidenciar, con lo cual se contradice violentando el principio de identidad de
la lógica que refiere que ‘algo es igual a sí mismo y no a su contrario’.Existe
Ilogicidad en la sentencia recurrida porque la Juzgadora de Juicio arribó a una
conclusión que no se corresponde con la lógica de su análisis, lo cual se
traduce en incomprensión de lo decidido. En este sentido, se evidencia de la
sentencia recurrida, que expone la juzgadora que una vez enunciados el
cúmulo de probanzas que le permitieron alcanzar la convicción de la
participación de mi representado en los tipos penales por los cuales fuera
acusado, procede a efectuar la debida adminiculación y concatenación entre
ellas, lo cual le permitió establecer un nexo de causalidad, llegando a la
siguiente conclusión: ‘…Así mismo quedó demostrado que los antisociales,
luego de cometer su acción delictiva salen del local de comida china, y huyen
en un carro blanco, excepto el acusado RONALD HERNAN VILLALOBOS,
y el menor de edad, quienes se van caminando por los lados de la Iglesia San
Tarcisio; por lo que, las víctimas entre ellas Alfonso Zurita, salen del local y
le hacen señas a una unidad policial que iba pasando, siendo conducida por
Fernando Barroso y como Copiloto Gustavo José León, funcionarios
adscritos a la Comisaría puma oeste de la policía regional del estado Zulia, a
quien le indicaron lo sucedido, dándole las características de los mismos, el
cual uno tenía gorra negra y sweater gris, y el otro gorra blanca con sweater
beis, por lo que procedieron a buscarlos y una vez dado con ellos se les dio la
voz de alto, y se procedió a requisarlos, encontrándole al primero dinero en
efectivo, un reloj de pulsera, y un teléfono celular marca kyocera; y al
segundo, el cual era menor de edad una escopeta, dos (02) celulares modelo
Motorola y huawei y una (01) esclava con la insignia Joel, llegando de apoyo
el funcionario EFRIN CASTILLO…tales circunstancias quedaron
determinadas…’ De igual manera quedó comprobado en el debate oral y
público la existencia física y material de las evidencias incautadas en el
procedimiento, con las experticias practicadas a las mismas, siendo éstas: 17
PIEZAS BANCARIAS…‘En tanto, por cuanto conforme al principio de
inmediación, esta juzgadora obtuvo pleno convencimiento que el ciudadano
RONALD HERNAN VILLALOBOS, si es responsable del robo agravado de
que fueron víctimas los ciudadanos JEREMIAS PRIETO, ALFONSO
TOMAS ZURITA CASTRO, JOEL ENRIQUE FUENMAYOR y YELKIS
SUÁREZ DE FUENMAYOR, en fecha 05 de enero del 2009, efectuándolo
en compañía de varias personas utilizando armas de fuego, entre ellos un
menor de edad, usando el adolescente para delinquir, determinándose con ello
que el hoy acusado es el autor de los hechos delictivos que se le
imputaran...’.Sin embargo, y luego de esta exposición la Juzgadora de la
recurrida en el Capítulo X, denominado ‘de las pruebas desechadas por el
Tribunal’, expone el motivo por el cual no consideró apreciados algunos
medios probatorios al momento de la valoración de cada uno, expresando lo
siguiente:‘…De la evidencia contentiva de diecisiete (17) piezas bancarias.
Esta Juzgadora al momento de la valoración de dicha probanza no la
considera estimada, por cuanto aun cuando en fecha 20-09-2010 fue exhibido
en el debate oral y público, dicho dinero dado el estado del tiempo, se
encontraba pegado, sucio, y no pudo ser contabilizado, ni observado sus
seriales…Un (01) arma de fuego tipo escopeta calibre 12GA, serial de orden
18883. Esta Juzgadora al momento de la valoración de dicha probanza no la
considera estimada, por cuanto no pudo ser exhibido al debate oral u público,
en virtud de que fue decomisada por el DARFA. Como puede observarse, la
recurrida ilógicamente concatenó y le otorgó valoración a unos medios
probatorios que con posterioridad desestimó para incurrir en la ilogicidad en
la motivación alegada por la defensa. Cómo es posible que mi defendido
fuera condenado si supuestamente le encontraron un dinero que no pudo ser
valorado por la Juez en virtud del mal estado del mismo, con lo cual no existe
cuerpo del delito. Asimismo, cómo es posible que la Juzgadora de la
recurrida condenara a mi defendido por el delito de uso de adolescente para
delinquir cuando el Ministerio Público no demostró en el debate que se
tratara de un adolescente consignando su acta de nacimiento. Establecen los
artículos 13 y 14 del Código Orgánico Procesal Penal que la finalidad del
proceso es establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas y la
justicia en la aplicación del derecho, a cuya finalidad debe atenerse el juez al
momento de adoptar su decisión. De estas disposiciones legales se desprende
que la adquisición de los elementos probatorios es una actividad
jurídicamente regulada, que todas estas reglas acerca del material probatorio
convergen en la regla general que no es otra que el Debido Proceso,
materializado en el artículo 1° ibídem y en los artículos 26, 49 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En este sentido, a
todo ciudadano, y en este caso especial a mi defendido, debe garantizársele la
efectividad de su derecho material. Para ello el juzgador se encuentra en la
obligación de dar razón bien fundada sobre el cómo y el por qué de cada
valoración, explicando suficientemente su determinación de dar por
demostrado un hecho, con el mérito que le otorga a cada prueba, para el
debido entendimiento de las partes, lo que se corresponde con el inviolable
derecho a la defensa. En consecuencia, la Jueza A quo, al momento de
sentenciar, violó el imperativo legal, que no es otro que la obligación que
tiene de indicar con base a qué reglas de la lógica y conocimientos científicos
llega a su conclusión condenatoria, a fin de que se pueda constatar de manera
clara y concisa como fue que llegó a esa conclusión y, visto que el artículo 22
del Código Orgánico Procesal Penal establece que las pruebas se apreciaran
por el tribunal según la sana crítica observando las reglas de la lógica, los
conocimientos científicos y las máximas de experiencia, dicho sistema
implica que el Juez tiene el deber y la libertad de apreciar y asignarle el valor
a los elementos de prueba reproducidos en el juicio, pero jamás de manera
arbitraria, sino de forma razonada y de haberse realizado el debido
razonamiento, constituyendo tal vicio una evidente ilogicidad en la
motivación de la Sentencia dictada en virtud de lo cual se procede a
recurrirla, porque se condenó a mi defendido sobre medios probatorios
desestimados. Ahora bien, en perfecta armonía con la revisión de las
actuaciones, la doctrina y la jurisprudencia traídas a colación, considera quien
suscribe en representación de mi defendido, que realmente adolece la
decisión recurrida del vicio de motivación ilógica. Es por todo ello que acudo
ante su superioridad para que se proceda a ordenar la celebración de un nuevo
Juicio, oral y público con las garantías procesales debidas”. SEGUNDA
DENUNCIA Esta defensa denuncia, la infracción de lo dispuesto en el
numeral 4 del artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, por la
indebida aplicación de una norma jurídica, específicamente el artículo 264 de
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y adolescentes y el
artículo 77, ordinal 110 del Código Penal.‘…En primer lugar, la Juzgadora de
Juicio condenó a mi defendido por el delito de Uso de Adolescente para
delinquir, tipo penal que se encuentra previsto en el artículo 264 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, el cual expresa
lo siguiente: ‘Quien cometa un delito en concurrencia con un niño, niña o
adolescente, será penado o penada con prisión de uno a tres años’. Como
puede observarse el tipo penal señalado requiere de un sujeto pasivo
calificado (niño, niña o adolescente), y siendo que en el caso que nos ocupa
se trata de un adolescente, era necesario determinar esa condición para que se
configurara el tipo penal, sin embargo, la juzgadora de juicio condenó a mi
defendido aplicando indebidamente la presente norma jurídica sin siquiera
tener en actas el acta de nacimiento o documento requerido para acreditar tal
condición, lo cual violenta los derechos constitucionales del derecho a la
defensa, el debido proceso y la tutela judicial efectiva. Se recurre entonces de
la decisión dictada, en segundo lugar con motivo que la juzgadora de juicio
violentó a mi defendido sus más elementales derechos, al condenarlo sin
medios probatorios con la indebida aplicación de una norma jurídica que no
se corresponde al caso. Es por ello que incurre la juzgadora de la recurrida en
una doble agravación en contra de mi representando, a quien está declarando
culpable del delito de robo agravado, que ya contiene una agravante
específica y además culparlo con una agravante genérica por haberlo
cometido con varias personas. El artículo 458 del Código Penal establece que
cuando alguno de los delitos previstos en sus artículos precedentes se haya
cometido por medio de amenazas a la vida, a mano armada o por varias
personas, una de las cuales hubiere estado manifiestamente armada, la pena
de prisión será por tiempo de diez a diecisiete años; lo cual deviene en que
este tipo penal agrava la pena de la persona por el hecho de cometerlo a mano
armada o por varias personas, con lo cual no podía aplicársele a mi defendido
la agravante genérica contenida en el ordinal 11° del artículo 77 del Código
Penal por haber cometido un delito en compañía de varias personas. Como se
dijo con anterioridad no podía condenarse a mi defendido por el delito de uso
de adolescente para delinquir cuando de las actas no se evidencia que se
tratara de un adolescente y mucho menos agravar su situación condenándolo
con la agravante genérica de cometerlo con varias personas si ni siquiera se
demostró el tipo penal y además el robo agravado contiene una agravante
específica. Por los motivos anteriormente expuestos se evidencia claramente
que a mi defendido se le violentó su derecho a la Defensa, al debido proceso
y a la tutela judicial efectiva, motivo por el cual solicita esta defensa sea
declarada con lugar la presente denuncia, y en aras de garantizar los derechos
constitucionales de mi defendido, se ordene la realización de un nuevo juicio
oral y público…En fuerza de las precedentes consideraciones y en
fundamento de las razones de hecho y de derecho expuestas, es por lo que
solicitamos de la Sala de Casación Penal, admita el presente recurso, fije el
acto de la audiencia oral y lo declare con lugar en definitiva”. (Sic).

Apelación recibida por la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal del Estado Zulia, llevándose a cabo la audiencia el diez (10) de marzo
de 2011, luego de dos (2) diferimientos por inasistencia de las víctimas (constando
dicho acto de los folios doscientos ochenta y uno (281) al doscientos ochenta y
cuatro (284) de la pieza No. 3 del expediente).

Emitiendo la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial


Penal del Estado Zulia su fallo el veinticuatro (24) de marzo de 2011 (tal como se
plasma de los folios doscientos noventa y tres (293) al trescientos veintiuno (321)
de la pieza No. 3 del expediente).

En la referida decisión la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal del Estado Zulia, resolvió declarar sin lugar el recurso de apelación
propuesto por la defensa del ciudadano RONALD HERYBERTO HERNÁN
VILLALOBOS, confirmando en todas y cada una de sus partes la decisión
expedida por el Juzgado Décimo en Función de Juicio del mismo Circuito Judicial
Penal. Y en dicho sentido dispuso:

“PRIMERO: Denuncia la defensa que, existe ilogicidad manifiesta en la


sentencia recurrida, conforme a lo previsto en el artículo 452.2 del Código
Orgánico Procesal Penal, ya que la Jueza a quo realizó la concatenación de
las pruebas reproducidas durante el juicio, procediendo a desestimar la
mayoría de los medios probatorios, que estaban dirigidos a demostrar la
participación del acusado, lo cual deviene en un quebrantamiento de las
reglas elementales de la lógica. En torno a lo anterior, refiere que la
Jurisdicente vulneró las reglas de la lógica, porque la Juzgadora en la
sentencia, realizó una afirmación cuando concatenó todos los medios
probatorios reproducidos durante el debate, para luego indicar que la mayoría
de esos elementos probatorios, eran desestimados por no haber sido llevados
al Juicio, o porque no los pudo evidenciar, violentando el principio de
identidad de la lógica, que refiere que ‘algo es igual a sí mismo y no a su
contrario’, en consecuencia, en su criterio, existe ilogicidad en la sentencia
recurrida, ya que la Jueza de mérito arribó a una conclusión, que no se
corresponde con la lógica de su análisis. En tal sentido, transcribe un extracto
de la sentencia apelada, donde se plasmó que el acusado era responsable del
delito que le fuera atribuido, cometido en fecha 05-01-09, cuando en
compañía de varias personas utilizando armas de fuego, entre ellos un menor
de edad que fue usado para delinquir.

Esgrime luego que, lo asentado en el Capítulo X de la sentencia, denominado


‘De las Pruebas Desechadas por el Tribunal’, la Jueza de Juicio expuso el
motivo por el cual, no apreció algunos medios probatorios, transcribiendo lo
relativo a las diecisiete (17) piezas bancarias, a una (01) pulsera de metal
color gris y, a un (01) arma de fuego tipo escopeta calibre 12GA, serial de
orden 18883, para referir que, se concatenó y otorgó valorar probatorio a una
pruebas, que con posterioridad se desestimaron, incurriendo en ilogicidad en
la motivación, preguntándose la defensa que, ¿Cómo es posible que mi
defendido fuera condenado si supuestamente le encontraron un dinero que no
pudo ser valorado por la Juez en virtud del mal estado del mismo, con lo cual
no existe cuerpo del delito?, asimismo ¿cómo es posible que la Juzgadora de
la recurrida condenara a mi defendido por el delito de Uso de Adolescente
para delinquir cuando el Ministerio Público no demostró en el debate que se
tratara de un adolescente consignando su acta de nacimiento?. Arguye
además que, los artículos 13 y 14 del Código Orgánico Procesal Penal,
prevén que la finalidad del proceso, es establecer la verdad de los hechos por
las vías jurídicas y la justicia, en la aplicación del derecho, a cuya finalidad
debe atenerse el Juez al momento de adoptar su decisión, y por ello, en su
opinión, resulta notorio que la Juzgadora expuso las razones de hecho y de
derecho, por las cuales condenó al acusado, otorgándole valor a unos medios
probatorios, que desestimó posteriormente, circunstancia que conlleva a una
motivación ilógica de la sentencia recurrida, toda vez que en atención al
artículo 367 del Código Orgánico Procesal Penal, debía establecerse en la
motivación de la sentencia, los hechos que se le atribuyen al acusado, con
indicación de los elementos de prueba, que sirvieron para establecer la
responsabilidad penal, y la descripción de la conducta encuadrada en la
norma legal. En tal sentido, cita un extracto de sentencia, dictada en fecha 14-
05-06, por la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con
ponencia del Magistrado Doctor Héctor Manuel Coronado Flores, relativa a
la motivación de la sentencia. Aduce igualmente la recurrente que, la Jueza de
mérito vulneró el imperativo legal, de indicar con base a qué reglas de la
lógica y conocimientos científicos, arribó al dispositivo de condena, puesto
que el artículo 22 del Código Orgánico Procesal Penal, preceptúa que las
pruebas, deben apreciarse por el Tribunal según la sana crítica, observando
las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de
experiencia, constituyendo tal vicio una evidente ilogicidad en la motivación
del fallo dictado. Insiste que, no se evidencia en la sentencia impugnada que,
la Jurisdicente expusiera los fundamentos de derecho, por los cuales se
condenó al acusado por el delito de Uso de Adolescente para Delinquir,
causando indefensión e incertidumbre a su defendido, porque para demostrar
dicho tipo penal, era necesaria la exhibición, valoración y existencia del acta
de nacimiento del adolescente, lo cual no ocurrió en el presente caso.
Finalmente solicita en el presente motivo que, se ordene la celebración de un
nuevo juicio, oral y público con las garantías procesales debidas. SEGUNDO:
Denuncia la defensa la indebida aplicación de una norma jurídica,
específicamente los artículos 264 de la Ley Orgánica Para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes y 77.11° del Código Penal, conforme a lo
establecido en el artículo 452.4 del Código Orgánico Procesal Penal,
señalando que, la Jueza de Juicio condenó al acusado por el delito de Uso de
Adolescente para Delinquir, transcribiendo el contenido del artículo 264 de la
citada ley especial, para referir que, se requiere de un sujeto pasivo, que debe
ser niño, niña o adolescente, y siendo que en el caso en concreto, se trata de
un adolescente, era necesario determinar dicha condición para que se
configurara el tipo penal, manifestando que la Jurisdicente condenó al
acusado, aplicando indebidamente la norma jurídica, sin constar en los autos,
el acta de nacimiento o documento requerido para acreditar tal condición.
Esgrime que en la sentencia apelada, se incurrió en una ‘doble agravación’ en
contra del acusado, por declararlo culpable del delito de Robo Agravado, el
cual ya contiene una agravante específica, siendo además culpado con una
agravante genérica por haberlo cometido con varias personas. Sobre lo
anterior, alega que el artículo 458 del Código Penal, establece que cuando
alguno de los delitos previstos en sus artículos precedentes se haya cometido
por medio de amenazas a la vida, a mano armada o por varias personas, una
de las cuales hubiere estado manifiestamente armada, la pena de prisión será
por tiempo de diez a diez y siete años; lo cual deviene en que este tipo penal,
agrava la pena por el hecho de cometerlo a mano armada o por varias
personas, por lo que estima que no podía aplicársele al acusado, la agravante
genérica prevista en el artículo 77.11 del Código Penal, por haberlo cometido
en compañía de varias personas…MOTIVACION DE LA SALA PARA
DECIDIR. De la revisión realizada a las actas, esta Sala de Alzada observa,
que fue presentado Recurso de Apelación por parte de la profesional del
derecho ciudadana RUDIMAR RODRÍGUEZ, Defensora Pública Décima
Quinta Penal Ordinario adscrita a la Unidad de Defensa Pública del estado
Zulia, en su carácter de defensora del ciudadano RONALD HERNÁN
VILLALOBOS, funda su escrito…[en los] numerales 2 y ‘5’ del Artículo 452
del Código Orgánico Procesal Penal, aduciendo que la Jueza de Juicio
incurrió ‘en Contradicción en la Sentencia, además de la indebida aplicación
de una norma jurídica, toda vez que no existe una relación lógica entre los
hechos establecidos por la misma en dicha sentencia y los hechos que
realmente se suscitaron en el debate’. Observando con preocupación esta
Alzada el hecho cierto que, yerra en principio la accionante al momento de
transcribir el escrito impugnatorio, al fundar su pretensión en el inexistente
numeral 5 del artículo 452 del comentado Código Orgánico Procesal Penal, lo
cual rectifica posteriormente en el desarrollo del mismo, así como en la
audiencia oral llevada a cabo ante esta Sala de Alzada en fecha 10-03-2011,
conforme la norma contenida en el artículo 456 de ejusdem, cuando señala
que dicha denuncia se basaba en la indebida aplicación de una norma jurídica,
específicamente la contenida en el artículo 264 de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y el artículo 77.11 del Código
Penal, agravante que le había sido aplicado a su defendido indebidamente.
Una vez aclarado este punto, pasa este Órgano Colegiado a establecer, si
conforme lo indica la recurrente en su apelación, o por el contrario, lo señala
el representante fiscal en la contestación al mismo, existe ilogicidad en la
Decisión N° 55-2010, dictada en fecha cuatro (04) de octubre de 2010, por el
Juzgado Décimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, constituido de manera Unipersonal, mediante
la cual condenó al ciudadano RONALD HERNÁN VILLALOBOS, por la
comisión de los delitos de Robo Agravado, previsto y sancionado en el
artículo 458 del Código Penal y Uso de Adolescente para Delinquir con las
Agravantes Genéricas de Realizarlo en Compañía de Varias Personas,
previsto y sancionado en el artículo 264 de la Ley Orgánica Para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en relación con el artículo 77.11
del Código Penal, en perjuicio de los ciudadanos ALFONSO TOMÁS
ZURITA CASTRO, JEREMÍAS PRIETO GONZÁLEZ, JOEL ENRIQUE
FUENMAYOR y YELKIS COROMOTO SUÁREZ DE FUENMAYOR,
condenándolo a cumplir la pena de once (11) años y seis (06) meses de
prisión, más las accesorias de ley previstas en el artículo 16 del Código Penal
y lo absolvió de la comisión del delito de Porte Ilícito de Arma de Fuego,
previsto y sancionado en el artículo 277 del Código Penal, en perjuicio del
Orden Público, verificando la primera de las denuncias interpuesta por la
accionante, esto es, dando respuesta oportuna a su pretensión, todo conforme
a las facultades propias, y solo limitadas por la máxima jurídica ‘Tantum
appellatum quantum devoluntum’. A este respecto, arguye la apelante que
existe ilogicidad en la recurrida, toda vez que la Jueza a quo, en su fallo…se
advierte la enumeración de unas pruebas que son efectivamente desechadas
por la jueza en la recurrida, pero las mismas se refieren tal como lo señala la
citada juzgadora a quo, a pruebas que siendo admitidas por el Juez en
funciones de Control en su oportunidad correspondiente, no fueron
practicadas en el debate oral y público y, por ende no pasaron a ser rebatidas
por las partes, por lo que no hubo propiamente el contradictorio con relación
a ellas, y es sobre esa base, tal como lo señala la Jurisdicente de juicio, son
desestimadas; criterio que esta Alzada considera conforme a derecho, todo en
razón de que las mismas, bien pruebas testimoniales, documentales y/o por
exhibición de objetos materiales, descritas en el capítulo ut supra bajo
estudio, en virtud de que no fueron ciertamente controlados por las partes en
el juicio oral y público. En este sentido, observan estas Juezas de Alzada que
las pruebas a que hace mención, y cuya valoración objeta erróneamente la
accionante, aduciendo que por dichos medios probatorios apreciados para la
demostración de la culpabilidad de su defendido, y posteriormente en este
capítulo los desestima, son las pruebas referidas en el primer aparte del
artículo 358 del Código Orgánico Procesal Penal, objetos materiales; objetos
que indudablemente se demuestra en el decurso del proceso fueron
incautados como evidencias de interés criminalísticos al acusado y al
adolescente incurso en la perpetración del hecho criminal que dio lugar a este
asunto penal, siendo promovidas como pruebas por el fiscal y admitidas en la
audiencia preliminar por el juez, formaron parte del acervo probatorio que
habría de debatirse en el contradictorio oral y público, a fin de ser apreciadas
o no; por lo que dichas pruebas, son unas pruebas autónomas, que aun cuando
sean el objeto del testimonio del experto, (funcionario idóneo quien dará fe de
sus características, especificaciones y otros detalles especiales de los
mismos), han de valorarse de manera independiente de los informes periciales
que contienen los datos que fehacientemente las hacen reales y válidos. De tal
forma, de la recurrida se observa que no obstante haberse desechado estos
objetos ‘Un (01) arma de fuego tipo escopeta calibre J2GA, serial de orden
18883... por cuanto...fue decomisada por el DARFA. ‘... “Una (01) pulsera de
metal color gris...Un (01) artefacto electrónico celular tipo móvil marca
Motorola...por cuanto el Ministerio Público ordenó su entrega’, por no haber
sido exhibidos en la audiencia oral y pública; o por no arrojarle valor alguno
a la jueza a quo en virtud del deterioro de los mismos (caso específico de las
‘diecisiete (17) piezas bancarias’), tanto la declaración del experto, como la
experticia real del avalúo de los objetos incautados documental, fueron
promovidas por el Fiscal del Ministerio Público, siendo estas debidamente
admitidas por el Tribunal de Control, en su oportunidad procesal, por lo que
las mismas fueron lícitamente incorporadas al debate, y siendo pruebas
totalmente autónomas e independientes unas de otras, fueron apreciadas
como tal. Tal afirmación se constata del análisis que de la recurrida hace este
Cuerpo Colegiado, cuando al transcribir parte de la declaración del
funcionario EDIXON ENRIQUE QUINTERO VARGAS, OFICIAL
MAYOR (PR), Experto reconocedor, adscrito a la División de
Investigaciones Penales, de la Policía Regional, quien depuso en sala de
audiencias sobre las experticias signadas bajo los Nros. 0021-09, 0022-09,
0023-09, 0024-09 y 0025-09, que puestas a su vista, señala haber practicado y
suscrito, en las cuales refiere: ‘Realicé las experticias 021 en cuanto a
dictamen pericial de reconocimiento a evidencias descritas como piezas
bancarias previo traslado del Departamento de evidencias, se solicitaron las
evidencias a la parte de objetos recuperados, y se peritaron piezas bancarias
con apariencia de billete de 20 bolívares se evidenciaron características
preliminares, como color, representaciones y sellos de seguridad, así como,
características de individualidad se transcribieron los seriales y se dejaron dos
piezas bancarias de bolívares y se dejó constancia de características generales
de las piezas, luego piezas en color azul claro de dos bolívares, se observaron
también otras características generales se hizo un examen comparativo de las
mismas y se observó en las piezas puntos de seguridad y que corresponden a
los códigos de seguridad del ente emisor en este caso el Banco Central de
Venezuela, se determinó que las mismas son auténticas y de libre circulación,
y como monto total de 220,00 bolívares; en cuanto la Experticia 022, era un
avaluó real se pidieron las evidencias siendo estas 1) un artefacto electrónico
celular kiocera color gris k312 el cual tiene 17 teclas y la tecla multifuncional
con batería, pantalla y pantalla integrada y un software propio, y se puede
observar una serie de inscripciones de identificación, en regular uso y
conservación con un valor de 100 bolívares, 2) celular marca Huawei de color
negro, con un conjunto de teclas este teléfono tiene antena, batería y se pudo
constatar la etiqueta donde usualmente van fijados los seriales, y se evidencia
regular estado de uso y conservación, 3) un reloj marca Montoya plateado y
dorado, con baterías que movilizan las agujas indicadoras del tiempo con tres
botones, dos sin movimiento solo de ornamento, una solo con movimiento un
brazalete mecánico con pasador de seguridad y con buen uso y conservación,
30 bolívares, 4) una pulsera de color gris, tipo guaya, con una lámina, con dos
abrazaderas sobre la lámina superior, que decía JOEL, es una pulsera con un
pasador, en vista de que las letras estaban elaboradas en metal color dorado se
procedieron a realizar pruebas, fue peritado y era oro, en las letras solamente
en tal sentido y dadas las características generales se le otorgó un valor real
de 300 bolívares. La experticia N° 23, corresponde a regulación prudencial
que para este peritaje no se cuenta con la evidencia y se toma en cuenta la
referencia que aporta el testigo, ya que no se cuenta con objetos recuperados,
en este caso fueron dos celulares, un motorota k1 y Ericson k312, no
teniéndose, el color ni las funciones, con buenas características de uso y
conservación, con un valor aproximado de 100 bolívares, desconociéndose
mayores datos, los datos de los aportados por las víctimas de apellido
FUENMAYOR y ZURITA en la comisaría puma oeste, el avaluó en total fue
de 500 bolívares. El peritaje N° 024 avalúo de Dictamen y Funcionamiento
de Arma de Escopeta Covabenca, de cajón, tiene un cartucho, las balas están
desprovistas de rayado interno no tiene estrías, están desprovistas de
empuñadura y el numero es 18.883, se consiguieron dos cartuchos de calibre
original con proyectiles y carga propulsora de color rojo y azul, se
procedieron a realizar unas pruebas aleatorias de disparo, el arma está en
regular estado de uso y conservación, y hay que accionar el martillo para que
se produzca la percusión, se observa que el niquelado de las armas, es de las
usadas en seguridad se asemeja a armas usadas para control, vigilancia. Esta
arma puede causar impacto de mayor gravedad incluso la muerte depende del
área anatómica donde se reciba la lesión y también como arma contundente.
El reconocimiento N° 0025 el cual se realizó con: 1) artefactos celulares
marca MOTOROLA modelo Motofone, de color negro, el cual no tenía
cubierta de teclado ni de pantalla, tenia batería y seriales, en caso del
dictamen solamente nos limitamos a hacer un reconocimiento ya que no tenía
piezas completas este teléfono no tenía pantalla, teclado y le faltan elementos
electrónicos y al no estar, un teléfono en perfectas condiciones no se le dio
valor, 2) llavero fue peritado, la llave no presentó alguna característica
especial, solo se dejó constancia de las características generales del dictamen,
es todo’ (Vid, folios 120 y 121, pieza 1 del asunto principal). (Negrillas de
esta Sala de Corte de Apelaciones). De igual forma, se observan los
DICTÁMENES PERICIALES DE RECONOCIMIENTO Y AVALUÓ
REAL, Nro. 0021-2009, referido a las piezas bancarias, cuya conclusión es:
‘…Las piezas suministradas y descritas en el punto 1, 2 y 3 de la exposición
del presente informe, consisten en piezas denominadas BILLETES y se
determina que son auténticas y de curso legal el País. El monto de las piezas
bancarias peritadas ascendió a la cantidad de doscientos veinte (220,00)
bolívares’. Nro. DI P-DC-0022-09, referido a: ‘01.- Un (01) artefacto
electrónico denominado como teléfono tipo móvil celular marca KYOCERA,
modelo K312, color gris…La evidencia antes descrita se aprecia de manera
general en regulares condiciones de uso y conservación por cuanto se le
otorgará un valor real de cien (100,00) bolívares. 02.- Un (01) artefacto
electrónico denominado como teléfono tipo móvil celular marca HUAWEI,
modelo no visible, color negro, provisto de un conjunto de dieciséis (16)
teclas y una tecla multifuncional para la activación de funciones del aparato,
una pantalla generadora de caracteres, antena interna y batería de la misma
marca de 3.7 identificada con la numeración
GAG8701XA2704094...apreciándose de manera general en regulares
condiciones de uso y conservación, por cuanto se le otorgará un valor real de
cuarenta (40,00) bolívares…03. - Un (01) instrumento diseñado para la
medición del tiempo denominado como Reloj para caballeros, marca
MONTOYA, elaborado en metal color plateado y dorado...La referida
evidencia consta de un brazalete metálico de color dorado y plateado con
pasador de seguridad, apreciándose de manera general en regulares
condiciones de uso y conservación, por cuanto se le otorgará un valor real de
treinta (30,00) bolívares. 04.- Un (01) accesorio joya denominado como
pulsera elaborada en metal color gris, conformada por tres segmentos de hilo
metálico torneado denominado como guaya, unidas mediante una lámina, dos
abrazaderas, culminando en un sistema de pasador...apreciándose de manera
general en condiciones de conservación por cuanto se le otorgará un valor
real de trescientos (300,00)’. (Negrillas de esta Sala de Corte de
Apelaciones). Asimismo, se observa el Dictamen Pericial y Avalúo
Prudencial No.: DIP-DC0023-09, sobre objetos no recuperados que le fueron
despojados a las víctimas de actas, y peritados conforme el dicho de estas, tal
y como lo señala el referido informe: ‘Para los efectos del siguiente
AVALUÓ PRUDENCIAL, se tomó en cuenta la información suministrada
por los ciudadanos: JOEL FUENMAYOR y ALFONSO ZURITA, en sus
entrevistas interpuestas por ante la Comisaría PUMA OESTE. El Avalúo
Prudencial se fijó en la cantidad de quinientos (500,00) bolívares’. (Negrillas
de esta Sala de Corte de Apelaciones). Observándose la Experticia Nro. DIP-
DC-0024-09, suscrita igualmente por EDIXON QUINTERO, designado para
practicar el ‘DICTAMEN PERICIAL DE IDENTIFICACIÓN, MECÁNICA
Y FUNCIONAMIENTO DE ARMA DE FUEGO…TIPO: ESCOPETA,
MARCA: COVAVENCA, CALIBRE: 12 GA., ACABADO SUPERFICIAL:
SATINADO, SERIAL DE ORDEN: 18883...’ (Negrillas de esta Sala de
Corte de Apelaciones). Pruebas que señala la Jurisdicente a quo son
apreciadas conforme la ley, aun cuando son presentadas en copia simple,
indicando la Juzgadora de mérito que: ‘...se aprecian y valoran, conforme a lo
dispuesto en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil que refiere
que... las copias…o por cualquier otro medio mecánico claramente
inteligible, de estos instrumentos, se tendrán como fidedignas si no fueren
impugnadas por el adversario. Siendo estas disposiciones de derecho común
aplicables supletoriamente del Derecho Penal conforme a la doctrina de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. En consecuencia, al
momento de ser incorporada la referida prueba al embate de las partes, no fue
impugnada de forma válida alguna, sino por el contrario, las partes las dieron
por reproducidas, motivo por el cual se les da pleno valor probatorio. Aunado
a la circunstancia, que las mismas fueron ratificadas en su contenido y firma,
por el experto EDIXON QUINTERO, quien es uno de quien las suscribe y
fue sometido al contradictorio por las partes. Y así se declara’. En este orden
de ideas, la Sala observa que, en el presente caso, tanto la declaración del
experto, como la experticia real del avalúo de los objetos incautados (prueba
documental), fueron promovidas por el Fiscal del Ministerio Público, siendo
estas debidamente admitidas por el Tribunal de Control, como supra quedó
establecido, en su oportunidad procesal, así como la exhibición de los objetos
recuperados; por ello al momento del juicio oral y público, la jueza de mérito
además de escuchar la declaración del experto Edixon Quintero, bajo las
normas del contradictorio, valora el referido dictamen, el cual igualmente fue
incorporado como prueba documental para su lectura, de conformidad con el
artículo 358 del Código Orgánico Procesal Penal, siendo apreciada como tal,
por el Tribunal de Juicio, para su ratificación, adquiriendo pleno valor
probatorio, para el Tribunal de Instancia, desechando algunas de las pruebas
tales como los objetos a exhibir, de manera justificada, en razón de que los
mismos, ya habían sido entregados a sus dueños, o en el caso del arma de
fuego, había sido entregada al DARFA, institución del Estado venezolano, a
la que por ley ha de remitir todas las armas de fuego incriminadas en hechos
ilícitos” (Sic).

Seguidamente, se apreció que la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del


Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, trajo a colación el fallo emitido por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia No. 1303 del veinte (20) de junio
de 2005, que contiene entre otros, el criterio conforme el cual la condena debe venir
fundada en pruebas lícitamente obtenidas y practicadas con las debidas garantías
procesales, y que el procedimiento probatorio ha de tener lugar necesariamente en el
marco del debate, argumentando:

“De lo que se colige que no le asiste la razón a la recurrente, al señalar que la


decisión que impugna adolece de ilogicidad en razón de que la jurisdicente de
instancia otorga valor probatorio a pruebas que después desestima, por
cuanto, como ya se dejó establecido precedentemente, las pruebas acá
referidas siendo incorporadas lícitamente, son autónomas y se bastan por sí
mismas, limitándose su contundencia a las reglas del contradictorio al que
deben sujetarse las partes en el debate judicial. De igual forma, esta Sala de
Alzada, observa, que la Juez de mérito, no funda su sentencia condenatoria
sólo en la prenombrada experticia real de avalúo de los objetos incautados, ni
mucho menos en las pruebas que desecha de manera justificada y motivada e
incorporadas al proceso como acervo probatorio, practicado y controlado por
las partes, por el contrario, se observa del fallo impugnado que realiza un
análisis detallado y preciso de cada una de las pruebas; comprándolas no solo
de manera individual, también en su conjunto y de manera adminiculada, con
las declaraciones rendidas y debatidas en el juicio, de conformidad con las
normas del contradictorio.

En ese sentido, la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, mediante


Decisión No. 1605, de fecha 26 de julio de 2005, dejó sentado que:‘…Debe
precisarse que el principio de legalidad es un requisito que debe presidir toda
la actividad dirigida a la consecución de las pruebas. Sólo de la forma como
se establece en la ley se debe realizar tal actividad, pues son las reglas que el
Estado ha aprobado para llevar a la causa aquellos elementos de convicción
en relación a los hechos que se diluciden. No se puede probar de cualquier
forma, sino de la forma como lo establezca la ley adjetiva, específicamente el
artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal, este requisito hace por tanto
declarar la nulidad de cualquier actuación que violente tal garantía procesal,
sobre todo cuando a su vez viola garantías sustantivas establecidas en la
Constitución”.

Luego la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal


del Estado Zulia, procedió a extraer de la parte motiva del fallo condenatorio
publicado por el Juzgado Décimo en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal
del Estado Zulia el cuatro (4) de octubre de 2010 (inserto en los folios ciento siete
(107) al ciento cuarenta y dos (142) de la pieza No. 2 del expediente), el capítulo
VII, identificado como los “Fundamentos de Hechos y de Derechos”, para indicar
expresamente:

“De la lectura de lo ut supra transcrito, se evidencia plenamente que muy por


el contrario a lo argüido por la apelante en su escrito de impugnación, el fallo
emitido por la Jurisdicente de juicio, si cumplió con los principios y normas
del proceso acusatorio, pues estableció, con el debido análisis individual y
comparativo de cada prueba, adminiculada entre sí, una motivación amplia,
clara y detallada de los hechos que se le atribuyeron al acusado, con
indicación de los elementos probatorios, que previo a las reglas del
contradictorio, fundaron las bases para comprobar el modo, tiempo y lugar en
que se sucedieron los hechos, así como arribar a la conclusión de la
culpabilidad y responsabilidad penal del acusado de autos, subsumiendo
igualmente la conducta realizada por el mismo, en el tipo penal imputado;
evidenciándose igualmente que para llegar a dicha conclusión, se apoya en las
reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de
experiencia, contenidas en el artículo 22 del código adjetivo penal. Por lo
anteriormente expuesto, estas Juzgadoras de Alzada, concluyen que no le
asiste la razón a la accionante respecto de esta primera denuncia, Y ASÍ SE
DECIDE”. (Sic)”.

En este contexto, la Sala de Casación Penal constató que la Sala No. 3 de la


Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en su decisión del
veinticuatro (24) de marzo de 2011, al declarar sin lugar el recurso de apelación
interpuesto, cumplió con su competencia funcional al conceder respuesta a todos los
planteamientos esgrimidos por la defensa del ciudadano RONALD HERYBERTO
HERNÁN VILLALOBOS.

En efecto, la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial


Penal del Estado Zulia, en su decisión del veinticuatro (24) de marzo de 2011,
determinó contrariamente a lo aducido por la recurrente, que en el fallo del tribunal
de juicio no existió ilogicidad, resaltando expresamente los elementos probatorios
valorados para tomar la decisión condenatoria.

Sucede pues en este marco, que la motivación es la verdadera respuesta


jurisdiccional, verificada luego del análisis razonado que realiza el juzgador,
debiéndose dirigir de forma directa y concreta hacia las partes en conflicto.
Nada más relevante para un órgano jurisdiccional, que emitir su fallo con
arreglo a los dictados de las actas del expediente, extrayendo de las mismas los
elementos que hagan visible la verdad como valor supremo del proceso penal, con
todas sus consecuencias, para verter sobre la sociedad una enseñanza que el
operador de justicia está obligado a ofrecer a la comunidad que lo escogió dentro de
otros hombres y mujeres, para velar por una sagrada administración de justicia.

De igual forma, la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial


Penal del Estado Zulia, comprobó que el Juzgado Décimo en Funciones de Juicio
del mismo Circuito Judicial Penal realizó la concatenación de las pruebas
reproducidas durante el juicio, procediendo a desestimar los medios probatorios que
no estaban incorporados lícitamente al proceso, lo cual resultó suficiente para
desvirtuar la presunción de inocencia del ciudadano RONALD HERYBERTO
HERNÁN VILLALOBOS con respecto al delito de ROBO AGRAVADO.

Dentro de esta perspectiva, la Sala pudo corroborar que la Corte de


Apelaciones verificó que la sentencia condenatoria emitida, no se fundamentó
exclusivamente en la experticia real de avalúo de los objetos incautados, sino que se
adminicularon, compararon y evaluaron conjuntamente otras pruebas evacuadas
dentro del debate, que sirvieron de soporte al fallo estudiado, además de los
testimonios de los ciudadanos ALFONSO TOMÁS ZURITA CASTRO, EFRED
CANTILLO ALCOCER, FERNANDO RAFAEL BARROSO BARRIOS,
GUSTAVO JOSÉ LEÓN LÓPEZ, YELKYS COROMOTO SUÁREZ ÁNGEL
DE FUENMAYOR, así como la declaración del experto EDIXON ENRIQUE
QUINTERO VARGAS.
Debiendo destacar que el delito de HURTO es la desposesión del bien al
sujeto pasivo, sin que el sujeto activo muestre violencia alguna, bastando para ello
el simple despojo; mientras que en el delito de ROBO, que también puede ser
cometido por cualquier persona, se constriñe a las víctimas amenazándolas física o
psicológicamente para que entreguen unas cosas, apoderándose el victimario o
victimarios de las mismas.

Esta violencia propia en el delito de ROBO es física, cuando se somete y


domina a la víctima, haciendo uso de la fuerza bruta, ruda, tosca que se aposenta en
la naturaleza de todo ser humano, y que el antisocial esgrime contra los que
considera sus adversarios.

Se trata de violencia psicológica, muchas veces llamada violencia de carácter


moral, cuando el sujeto activo ejerce amenaza de realizar un daño contra las
personas o cosas, debiendo agregarse, que el daño debe ser apremiante, lo cual se
traduce en la percepción de creer que se está en peligro, siendo doblegada la víctima
hasta alcanzar el fin.

Se agrava el delito de ROBO de acuerdo al artículo 458 del Código Penal,


cuando existe amenaza a la vida, cuando se ejecuta a mano armada, como sucedió en
el caso bajo análisis, donde el cinco (5) de enero de 2009, “ siendo
aproximadamente las 2:30 de la tarde, varias personas, siendo estas
aproximadamente entre cinco (5) o (6), entre ellos el acusado RONALD
HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS, un (1) menor de edad, y una (1)
persona de sexo femenino, ingresaron al restaurante de comida china Lago Oriental,
ubicado en la Circunvalación No. 2 de la ciudad Maracaibo”, y sometieron bajo
amenazas con armas de fuego a todos los presentes.
De igual manera, el delito de ROBO AGRAVADO sobre la base base del
artículo 458 del Código Penal, también se verifica cuando se realiza con la
participación de varias personas, estando una de ellas manifiestamente armada,
cuando se lleva a cabo por personas ilegítimamente uniformadas o en ataque directo
a la libertad personal.

Importa sostener, ahora desde el plano criminológico, que la desposesión


violenta que realizaron los victimarios de los objetos y bienes materiales en poder de
otras personas, tiene su origen en la psiquis de quienes sin más valor que el
eminentemente materialista, realizan conductas como la evaluada en el presente
caso, con la participación de jóvenes como RONALD HERYBERTO HERNÁN
VILLALOBOS que sin orientación familiar y sin estímulos de otra índole,
pertenecen a grupos dedicados a lo ilícito. Son jóvenes que en edad productiva para
trabajar y estudiar de acuerdo a las reglas aceptadas socialmente, desvían el camino,
actuando al margen de la ley y la justicia para lograr penetrar un sistema de códigos
atizados por la violencia social.

Al respecto, en las bandas delictivas juveniles se presenta un factor harto


concurrente que las distingue, está centrado en la actitud de creerse exentos (cuando
actúan acompañados cual grupo), de los cánones u órdenes que dicta la sociedad
para proteger a sus miembros, constituyendo el arma que portan un medio
intimidatorio que utilizan para sentirse preponderantes frente a otras bandas, para
causar alarma en sus víctimas y también, con el fin de ocupar rápidamente al status
necesario para alcanzar notoriedad y satisfacer sus intereses.

Las bandas delictivas suelen aplicar altas dosis de hostilidad hacia sus
víctimas, infringiéndoles temor, muchas veces desmedida para procurar su meta, lo
cual se evidenció en el caso bajo estudio, al observar la Sala la forma contundente en
la que actuaron los sujetos activos (jóvenes) sobre sus víctimas, quienes degustaban
su alimentación en condiciones de tranquilidad, en un restaurant de comida china en
la ciudad de Maracaibo, despojándolos bajo amenaza real a sus vidas (con arma de
fuego), de relojes, celulares, dinero, entre otros objetos materiales, los cuales fueron
incautados a los actores.

Como pudo apreciar la Sala, en este caso la alzada cumplió su misión,


concediéndole respuesta a todos los planteamientos expuestos por la ciudadana
abogada RUDIMAR RODRÍGUEZ ROSALES, Defensora Pública Décima
Quinta Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en representación del
ciudadano RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS, con respecto al
delito de ROBO AGRAVADO. En consecuencia, no le asiste la razón y la Sala
declara sin lugar la presente denuncia. Así se decide.

En el mismo sentido, la defensa del ciudadano RONALD HERYBERTO


HERNÁN VILLALOBOS delató en la segunda denuncia del recurso de casación,
la indebida aplicación de norma jurídica, específicamente el artículo 264 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y el artículo 77
(numeral 11) del Código Penal, alegando que la juzgadora de juicio condenó a su
defendido por el delito de USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR,
previsto en el artículo 264 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, argumentando además, que era necesario determinar esa condición
para que se configurara el tipo penal, y que se condenó a su defendido aplicando
indebidamente dicha norma, sin contar en el expediente el acta de nacimiento o
cualquier documento requerido para acreditar tal condición.

Con relación a ello, la Sala observa que el mencionado artículo 264 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes que define el delito,
expresa: “Quien cometa un delito en concurrencia con un niño, niña o adolescente,
será penado o penada con prisión de uno a tres años”.
Como puede observarse el tipo penal señalado requiere de un sujeto activo
que debe ser obligatoriamente mayor de edad, y como sujeto activo calificado
concurrente un niño, niña o adolescente, y en el caso que nos ocupa se trata de un
adolescente, que es llevado al hecho delictivo (ROBO AGRAVADO) por un actor
mayor de edad (RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS), lo cual
constituye un atentado contra el desarrollo integral y la formación armónica del
adolescente. Además de la concurrencia de otros partícipes según los hechos fijados
en su oportunidad por el tribunal de juicio, motivo por el cual se explica la
aplicación de la agravante contenida en el artículo 77 (numeral 11) del Código
Penal.

Resulta obligante para la Sala, traer a colación el pronunciamiento que la Sala


No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia dio a
la presente denuncia, declarándola sin lugar, estableciendo a tales efectos:

“Alega igualmente la accionante, que se evidencia en la sentencia impugnada


que la Jurisdicente expusiera los fundamentos de derecho, por los cuales se
condenó al acusado por el delito de Uso de Adolescente para Delinquir,
causando indefensión e incertidumbre a su defendido, aludiendo que para
demostrar dicho tipo penal, era necesaria la exhibición, valoración y
existencia del acta de nacimiento del adolescente, lo cual no ocurrió en el
presente caso. Respecto de esta denuncia, evidencia igualmente este Órgano
Colegiado, que tampoco le asiste la razón a la apelante, pues, del estudio
realizado a la sentencia recurrida, se advierte que la Jueza a quo si expresó,
tal y como lo exige la normativa constitucional y legal, los argumentos en que
sustentó su decisión de condenar al acusado de autos, Ronald Hernán
Villalobos por el delito de ‘USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR
CON LA AGRAVANTE GENÉRICA DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA
DE VARIAS PERSONAS, previsto y sancionado en los artículos 264 de la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en relación
con el artículo 77.11 del Código Penal, quedando demostrado cabalmente en
la recurrida tal aseveración, del análisis que del acervo probatorio hace la
Juzgadora de mérito, todo lo cual se puede comprobar de la lectura de los
párrafos que del fallo impugnado transcribimos infra, donde expresa la a quo
‘Quedó comprobado en el debate oral y público que en fecha 05 de enero de
2009, cuando siendo aproximadamente las 02:30 a 4.00 horas de la tarde,
varias personas, siendo estas aproximadamente entre cinco (05) o seis (06),
entre ellos el acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS, un (01) menor
de edad, y una (01) de sexo femenino, ingresaron al restaurante de comida
china Lago Oriental, ubicado en la circunvalación No. 02, y sometieron bajo
amenazas con armas de fuego, a todos los que se encontraban en el lugar,
entre ellos los ciudadanos JEREMÍAS PRIETO, ALFONSO TOMÁS
ZURITA CASTRO, JOEL ENRIQUE FUENMAYOR Y YELKIS SUÁREZ
DE FUENMAYOR; donde estos fueron despojados de sus pertenencias, tales
como celulares, prendas y dinero en efectivo. Tales hechos quedaron
determinados con la testimonial del ciudadano ALFONSO ZURITA, quien
manifestó que en fecha 05 de enero del 2009, el estaba en el restaurante chino
ubicado en la circunvalación No. 02, que entró, pidió un arroz y se sentó, y en
el momento que le iban a entregar el arroz, sacó la cartera y salió el acusado
RONALD HERNAN VILLALOBOS, y otro muchacho y sacaron la
escopeta…que eran como seis (06) y los que andaban con ellos empezaron a
recoger todo, y que la muchacha sacó el bolso…que habían robado a todos
los que estaban ahí y al restaurante; que el acusado agarró la escopeta y se
paró en la puerta…De igual manera se relaciona con la declaración del
funcionario policial FERNANDO BARROSO…siendo todo conteste con la
declaración del funcionario GUSTAVO JOSÉ LEÓN…Por otra parte se
concatena con la declaración del funcionario EFRED CANTILLO
ALCOCER, quien señaló que estaba de servicio patrullando cuando como a
las 03:30 de la tarde recibió un reporte de su supervisor Gustavo León, que
necesitaba apoyo porque acababan de robar una tienda de comida rápida
donde los chinos, el cual era un restaurante chino de nombre occidental…Por
otra parte, se concatena la prueba documental contentiva de copia simple de
experticia signada con el No. DIP-DC-0024-09, suscrita por el OFICIAL
MAYOR (PR) EDIXON QUINTERO, CREDENCIAL 0320 y OFICIAL
2do. OSWALDO ATENCIO, Credencial 4808, Expertos reconocedores,
adscritos a la División de Investigaciones Penales, de la Policía Regional,
designados para practicar DICTAMEN PERICIAL DE IDENTIFICACIÓN,
MECÁNICA Y FUNCIONAMIENTO DE ARMA DE FUEGO, a: TIPO:
ESCOPETA…fin de determinar el dicho de los ciudadanos ALFONSO
ZURITA y YELKIS SUÁREZ DE FUENMAYOR, que refirieron que la
acción fue ejecutada con arma de fuego, y la mencionada arma fue incautada
al adolescente que andaba en compañía del acusado RONALD HERNÁN
VILLALOBOS. Así mismo, quedó configurado que los antisociales, luego de
cometer su acción delictiva, salen del local de comida china, y huyen en un
carro blanco, excepto el acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS, y el
menor de edad, quienes se van caminando por los lados de la iglesia San
Tarsicio; por lo que, las víctimas entre ellas Alfonso Zurita, salen del local y
le hacen señas a una unidad policial que iba pasando, siendo conducida por
Fernando Barroso y como copiloto Gustavo José León, funcionarios adscritos
a la Comisaría Puma Oeste de la Policía Regional del Estado Zulia, a quien le
indicaron lo sucedido, dándole las características de los mismos, los cuales,
uno tenía [gorra] negra y sweater gris, y el otro gorra blanca con sweater que
procedieron a buscarlos y una vez dado con ellos se [da] voz de alto, y se
procedió a requisarlos, encontrándole…dinero efectivo, un reloj de pulsera, y
un teléfono celular marca kyocera; y al segundo, el cual era el menor de edad
una escopeta, dos (02) celulares modelo motorola y huawei y una (01)
esclava con la insignia de Joel, llegando de apoyo el funcionario CASTILLO;
procediendo a trasladar a los detenidos hasta la comisaría Puma Oeste. Tales
circunstancias quedaron determinadas con la testimonial del ciudadano
ALFONSO ZURITA, quien manifestó que salieron todos, los otros se fueron
y se quedaron el acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS y otro
muchacho en el restaurante, que salieron caminando…Por otra parte se
concatena con la declaración rendida por el funcionario EFRED CANTILLO
ALCOCER, quien manifestó que estaba de servicio patrullando…que cuando
llegó consiguió a la unidad policial parada y los funcionarios tenían en contra
de la unidad a dos (02) ciudadanos, que los estaban revisando y ya tenían en
sus manos una escopeta y varias prendas, un reloj y que pudo observar una
guaya que decía Joel, y que él los apoyó para montarlos en la unidad policial
y trasladarlos hasta la comisaria Puma Oeste, que los detuvieron como a 100
metros del restaurante, que uno era un menor delgado, moreno, y el otro era
el acusado. De igual manera se relaciona con la declaración del funcionario
FERNANDO BARROSO, quien depuso que estando de servicio de
patrullaje, por el restaurante Lago Oriental, los detuvieron y les dijeron que
minutos antes cinco (05) ciudadanos ingresaron al restaurante y que
posteriormente se marcharon y que dos (02) de ellos se marcharon a pie, uno
que era el menor cargaba una gorra blanca y sweater beige, y el otro sweater
manga larga gris y gorra negra, que realizaron un cerco por el sector y más
adelante consiguieron a dos (02) sujetos con las mismas características que
les habían dicho, los detuvieron y revisaron, al adolescente le quitaron la
escopeta en el cinto del pantalón y varios objetos en el bolsillo, dinero,
prendas, un celular motorola y una esclava de guaya con el nombre de Joel, y
al otro le quitaron dinero en efectivo que contabilizado dio 220 bolívares en
varios billetes de distintas denominaciones, que él se encontraba con el
Sargento Gustavo León, y que llegó el oficial Efred Castillo en otra unidad de
apoyo, que uno era delgado, tez morena, de 1 metro 70 centímetros
aproximado de estatura, y el otro era moreno, de 1 metro 65 centímetros de
estatura, que uno era menor de edad…y dos (02) se fueron a pie y que iban
juntos, y que él es quien hace la revisión corporal a los detenidos. Así mismo,
se adminicula con la deposición del funcionario GUSTAVO JOSÉ LEON,
quien manifestó que les notificaron que dos (02) se fueron a pie que a uno de
ellos se le incautó una escopeta aniquilada y un cartucho…y también se les
incautó varias pertenencias, al igual que al otro, que uno que era el menor de
edad, era de tez morena, y era quien vestía sweater beis, gorra blanca de
aproximadamente 1 metro 65 centímetros a 1 metro 70 centímetros de
estatura, que a éste le incautaron el arma y dos (02) celulares, un Motorola y
un huaweí y el otro que era adulto, cargaba sweater gris y gorra negra, de
aproximadamente 1 metro 70 centímetros a 1 metro 75 centímetros de
estatura, que era de contextura delgada, le incautaron dinero en efectivo, un
reloj pulsera y un teléfono marca kyocera, que también había una pulsera de
mano con el nombre de Joel que se le incautó al adolescente, que quien los
revisó fue su compañero. Así mismo, se concatena con la prueba documental
contentiva de Acta de inspección técnica de fecha 05 de enero del 2009,
suscrita por el oficial segundo Gustavo León, adscrito a la Comisaría Puma
Oeste, practicada en la parroquia Cacique Mara, específicamente en la
Circunvalación No. 02, frente al local s/n, donde resultaron aprehendidos
LUIS DAVID SELIS GONZÁLEZ y HERIBERTO HERMÁN
VILLALOBOS, siendo un sitio de suceso abierto constituido por vía pública,
la cual fue ratificada en su contenido por quien la suscribe, y se determina el
sitio de la aprehensión…Por otra parte quedó determinado que en la
Comisaría, las evidencias incautadas a los aprehendidos, fueron reconocidas
por las víctimas como de ellos, y el acusado RONALD HERNÁN
VILLALOBOS, así como, el adolescente aprehendido fueron señaladas por
las víctimas como las personas que los robaron dentro del restaurante de
comida china Lago Oriental. Tales hechos quedaron determinados con la
declaración del funcionario FERNANDO BARROSO quien refiere que las
víctimas les dijeron que las cosas incautadas eran de ellos y fueron señaladas
por las víctimas como las personas que estaban dentro del restaurante y los
robaron; lo que se adminicula con la declaración del funcionario GUSTAVO
JOSÉ LEÓN quien manifestó que en el comando las víctimas identificaron
partes de sus pertenencias’. Por lo que la Jurisdicente de juicio, refiere
posteriormente en el precitado fallo por ella proferido: ‘En consecuencia, con
todo el acerbo probatorio incorporado al debate oral y público, se desvirtúo
para esta Jueza Profesional el principio de presunción de inocencia de que
gozaba el ciudadano acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS,
demostrando la vindicta pública la culpabilidad del mismo, por cuanto con
todo el acerbo probatorio evacuado en el debate oral y público, quedó
plenamente comprobada su responsabilidad; ya que se demostró que hubo la
participación directa del referido ciudadano, en la comisión de los hechos
ilícitos penales de ROBO AGRAVADO, previsto y sancionado en el artículo
458 del Código Penal, y USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR
CON LA AGRAVANTE GENÉRICA DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA
DE VARIAS PERSONAS, previsto y sancionado en los artículos 264 de la
Ley orgánica para la protección de niños, niñas y adolescentes en relación
con el artículo 77 numeral 11 del Código Penal, y que consecuencialmente
hubo una acción ejecutada por parte de él con la finalidad de obtener el
resultado de la naturaleza ilícita, quedando subsumido los hechos en el
derecho y determinado la intención que tuvo el acusado de autos en participar
en los delitos que quedaron comprobados en el debate oral. Por lo tanto,
afirma esta Juzgadora que el acusado de autos incurrió en la comisión de los
delitos de ROBO AGRAVADO, previsto y sancionado en el artículo 458 del
Código Penal, y USO DE ADOLESCENTE PARA DELINQUIR CON LA
AGRAVANTE GENÉRICA DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA DE
VARIAS PERSONAS, previsto y sancionado en los artículos 264 de la Ley
orgánica para la protección de niños, niñas y adolescentes en relación con el
artículo 77 ordinal 11 del Código Penal, hechos éstos que quedaron
plenamente demostrados con los dichos de los funcionarios policiales que
concurrieron al debate oral a rendir su declaración, del testimonio de los
testigos, y de la declaración del experto, y las experticias técnicas suscritas
por el mismo, razón por la cual, considero que el mismo es autor y
responsable de dichos ilícitos penales, tal cual lo establecen las normas
penales, por lo que debe ser declarado culpable de los hechos antes descritos.
Y así se decide’. Realizando igualmente un exhaustivo y pormenorizado
estudio sobre los elementos configurativos de los hechos delictivos que diera
por comprobados estableciendo igualmente la culpabilidad y responsabilidad
penal que respecto de los mismos tiene el acusado, ciudadano RONALD
HERNÁN VILLALOBOS, tal y como lo evidenció de la transcripción supra
analizada, y lo señalara la representación fiscal en su escrito de contestación;
quedando fehacientemente demostrado que la juzgadora de instancia, si
realizó el estudio y análisis de todos y cada uno de los órganos de pruebas
que se presentaron en el debate judicial bajo las reglas del contradictorio,
tales como los testigos-víctimas ALFONSO ZURITA y YELKIS SUÁREZ
DE FUENMAYOR, quienes al referir los hechos señalan que todos los
sujetos que perpetraron el hecho criminal salieron del local unos en un
vehículo blanco, y el acusado y otro muchacho salieron caminando, dándoles
las características fisonómicas y detalles de su vestimenta y objetos que éstos
habían despojado, así como las armas que portaban, a los funcionarios
FERNANDO BARROSO, GUSTAVO JOSÉ LEÓN y EFRED CANTILLO
ALCOCER, funcionarios actuantes tanto en el procedimiento de aprehensión,
como en el de investigación e inspecciones del sitio del suceso…lo cual
quedó establecido indudablemente en el juicio oral y público, sin la
demostración de tal status civil, en un documento identificativo legal que
expresara la edad del adolescente incurso en el hecho; máxime si conforme
con el contenido del artículo 2 de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, en su primer aparte, se observa:‘…Si existieren
dudas acerca de si una persona es adolescente o mayor de dieciocho años, se
le presumirá adolescente, hasta prueba en contrario” (Sic).
De forma tal, que la Corte de Apelaciones sí respondió acertadamente la
denuncia interpuesta, analizando los elementos presentes en la decisión del cuatro
(4) de octubre de 2010 por el Juzgado Décimo en Funciones de Juicio del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, tomando también como sustento los dichos de las
víctimas y testigos del lugar. Motivo por el cual, no se evidencia del fallo
impugnado ausencia de motivación, en virtud que en la decisión dictada por la Sala
No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia se
expresaron las razones de hecho y de derecho conforme a las cuales acogió una
determinada solución judicial, que en este caso, declaró sin lugar la denuncia
consistente en la indebida aplicación del artículo 264 de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en relación con el artículo 77, numeral
11 del Código Penal.

Cabe considerar además, que se observó en el acta de presentación de fecha


seis (6) de enero de 2009, citada supra, que una vez verificada la audiencia de
presentación con motivo a la aprehensión del ciudadano RONALD HERYBERTO
HERNÁN VILLALOBOS y del adolescente (ello como consecuencia de los
hechos que acontecieron el cinco (5) de enero del 2009 en el restaurante de comida
china Lago Oriental, ubicado en la Circunvalación No. 2 de la ciudad de
Maracaibo), el tribunal de control declinó la competencia para conocer con respecto
al adolescente en el Juzgado en Funciones de Control de la Sección de Adolescentes
de guardia para el momento, de conformidad con lo establecido en el artículo 76 del
Código Orgánico Procesal Penal, no siendo objetada ni impugnada esta decisión por
las partes, evidenciándose que no existía duda alguna para la administración de
justicia sobre este aspecto.

Y en complemento de lo anterior, consta en el folio cincuenta y ocho (58) de


la “Carpeta de Investigación Fiscal” del expediente de la causa, copia fotostática del
acta de nacimiento correspondiente al adolescente (cuyo nombre se omite por
aplicación del artículo 65 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes), que sirvió de base para que el Juzgado Noveno en Función de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, evaluara la situación del
adolescente, a los fines de decidir como en efecto decidió, declinar la competencia
para conocer y decidir con respecto al mismo ante el órgano especial.

En este orden, las instituciones todas tienen el reclamo de reaccionar


positivamente ante el hecho punible, por un lado para suprimir el velo de la
impunidad que se cierne en la opinión pública, y por otro lado, para estudiar las
causas del hecho delictivo, con apoyo en la disciplina criminológica, efectuando el
análisis mesurado y profundo de los diversos factores que están conectados a la
delincuencia juvenil en Venezuela, encontrando senderos que posibiliten que el
factor social, el cual incide grandemente en esta situación, sea tratado con acierto,
desarrollando y aplicando políticas públicas que estimulen a los jóvenes hacia el
deporte, la recreación, el estudio, la música, al existir una encrucijada de valores y
anti valores, en la que está en juego nuestra supervivencia como mundo civilizado.
De allí la importancia del tema, que la Sala resalta en esta oportunidad, ya que en
esa etapa, se puede observar y analizar con sentido preventivo y correctivo, la
actuación del joven y su interacción con el entorno.

En mérito de lo antes expuesto, se considera ajustado a derecho declarar sin


lugar la segunda denuncia del recurso de casación propuesto por la ciudadana
RUDIMAR RODRÍGUEZ ROSALES, Defensora Pública Décima Quinta Penal
de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en representación del ciudadano
RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones precedentemente expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia,


en Sala de Casación Penal, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, declara SIN LUGAR el recurso de casación propuesto por la
ciudadana RUDIMAR RODRÍGUEZ ROSALES, Defensora Pública Décima
Quinta Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en representación del
ciudadano RONALD HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS; contra la
decisión dictada por la Sala No. 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, el veinticuatro (24) de marzo de 2011, de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 467 del Código Orgánico Procesal Penal.

Publíquese, regístrese, notifíquese y ofíciese lo conducente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo


de Justicia, en Sala de Casación Penal, a los (17) días del mes de julio
del año 2012. Años: 201° de la Independencia y 153° de la Federación.

La
Magistrada Presidenta,

NINOSKA
BEATRIZ QUEIPO BRICEÑO

La Magistrada Vicepresidenta,
DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

La
Magistrada,

BLANCA ROSA MÁRMOL de LEÓN

EL Magistrado,

HÉCTOR CORONADO FLORES


El Magistrado,

PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA

(Ponente)

La Secretaria,

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ

EXP. No. 2011-188

PJAR
VOTO SALVADO

Yo, Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada de la Sala de Casación Penal


del Tribunal Supremo de Justicia, presento voto salvado en la decisión aprobada por
la mayoría de la Sala, que declaró Sin Lugar el Recurso de Casación interpuesto por
la abogada Rudimar Rodríguez Rosales, Defensora Pública Décima Quinta Penal de
la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, defensora del ciudadano RONALD
HERYBERTO HERNÁN VILLALOBOS, por lo siguiente:

La Defensora Pública denunció tanto en el Recurso de Apelación como en el


Recurso de Casación, la indebida aplicación de la agravante genérica contenida en el
artículo 77 numeral 11 del Código Penal en el presente caso, al considerar que el
delito de Robo Agravado, previsto y sancionado en el artículo 458 del Código Penal
ya contiene la agravación por el uso de arma o varias personas en la comisión del
hecho, por lo que consideró que aplicarlo al delito de Uso de Adolescente para
Delinquir constituye una doble agravación.

En el presente caso, el Juzgado Décimo de Primera Instancia en Función de


Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia realizó el cálculo de la pena de la
siguiente forma:
“…CAPÍTULO XI

CALIFICACIÓN JURÍDICA Y PENALIDAD

En tal sentido, el ciudadano acusado RONALD HERNÁN VILLALOBOS;


resultó responsable de la comisión del delito de ROBO AGRAVADO,
previsto y sancionado en el artículo 458 del Código Penal y USO DE
ADOLESCENTE PARA DELINQUIR CON LA AGRAVANTE
GENÉRICA DE REALIZARLO EN COMPAÑÍA DE VARIAS
PERSONAS, previsto y sancionado en los artículos 264 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en relación con el artículo
77 ordinal 11 del Código Penal.

Establecido lo anterior, este Tribunal acoge la calificación jurídica que fue


imputada por el Ministerio Público, por ser dicha calificación la que quedó
demostrada en el debate oral y público, de todo el acerbo probatorio
evacuado, por cuanto la conducta desplegada por dicho ciudadano, se
encuentra perfectamente subsumida en los tipos penales antes referidos.

En tal sentido dispone el artículo 458 del Código Penal, lo siguiente:

Cuando alguno de los delitos previstos en los artículos precedentes se


haya cometido por medio de amenazas a la vida, a mano armada o por
varias personas, una de las cuales hubiere estado manifiestamente
armada,…o si, en fin, se hubiere cometido por medio de un ataque a la
libertad individual, la pena de prisión será por tiempo de diez a
diecisiete años; sin perjuicio a la persona acusadas, de la pena
correspondiente al delito de porte ilícito de armas.

Por otra parte, el artículo 264 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, refiere:

Quien cometa un delito en concurrencia con un niño, niña o


adolescente, será penado o penada con prisión de uno a tres años.

Y en relación con el artículo 77 ordinal 11 del Código Penal, se señala:

Son circunstancias agravantes de todo hecho punible las siguientes:

11. Ejecutarlo con armas o en unión de otras personas que aseguren o


proporcionen la impunidad.

Por lo que, aplicando la regla prevista en el artículo 37 del Código Penal, se


entiende que la pena normalmente aplicables es el término medio, que en el
presente caso sería TRECE (13) AÑOS Y SEIS (06) MESES DE PRISIÓN,
por el delito de ROBO A GRAVADO, y DOS (02) AÑOS, por el delito de
Uso del adolecente para delinquir.

Pero de las lecturas de las actas que conforman el presente expediente se


evidencia el hecho de que el acusado de autos era menor de veintiún (21)
años al momento de cometer el hecho delictivo por el cual resulta condenado,
conforme a lo pautado en el artículo 74 ordinal 1ero del Código Penal,
relativa a que el reo sea menor de veintiún (21) años y mayor de dieciocho
(18) cuando cometió el delito, por lo que esta Juzgadora tomará en cuenta la
pena en su límite inferior de los delitos por los cuales se les condena, siendo
esta la de DIEZ (10) AÑOS DE PRISIÓN, por el delito de ROBO
AGRAVADO; y por el delito de USO DE ADOLESCENTE PARA
DELINQUIR, la de UN (01) AÑO por la agravante de realizarlo en compañía
de otras personas, de conformidad con lo establecido en el artículo 77 ordinal
11 del Código Penal; siendo LA PENA TOTAL A CUMPLIR DE ONCE
(11) AÑOS Y SEIS (06) MESES DE PRISIÓN APLICABLE POR LA
COMISIÓN DE AMBOS ILÍCITOS, pena esta que en definitiva será tasada
y cumplida en el establecimiento penitenciario que designe el Tribunal de
Ejecución que habrá de conocer la presente causa. Y así se decide…”.

Así pues observa quien aquí disiente, que el delito principal cometido de
Robo Agravado es una forma “agravada” precisamente por concurrir alguna de las
circunstancias agravantes específicas descritas en el tipo penal, en consecuencia las
agravantes “genéricas” previstas en el artículo 77 del Código Penal, iguales a las
contenidas en el tipo específico agravado, no pueden ser aplicadas a ese delito que
ya las contiene.

No obstante, de acuerdo a lo establecido por el juzgado de primera instancia y


por la mayoría de esta Sala, la agravante no fue aplicada al delito de Robo
Agravado, sino al delito de Uso de Adolescente Para Delinquir, previsto y
sancionado en el artículo 264 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas
y Adolescentes.

Al respecto considero, que la aplicación de las agravantes genéricas procede


cuando el delito no contiene en sí mismo la agravación específica que se pretende
aplicar, pero cuando se trata de varios delitos que concurren en el hecho, si uno de
ellos ya contiene la agravante, en especial si se trata del delito más grave y además
delito fin, resultaría excesivo aplicar la misma agravación genérica a los restantes
delitos, si éstos son delitos “medios” para la comisión del delito principal agravado
por esa circunstancia.

Distinto sería el caso, de que uno de los delitos sea agravado por una
circunstancia específica y exista en el hecho otra circunstancia no contenida en el
tipo agravado, por ejemplo, en un Robo Agravado por la participación de varias
personas una de ellas armada, concurre la agravante genérica de ejecutarlo con
escalamiento (77.15) o mediante rompimiento de pared (77.16), indudablemente
serían aplicables estas circunstancias agravantes no contenidas en el tipo penal,
previsto en el artículo 458 del Código Penal.

En el mismo sentido, si hay concurso de delitos y ninguno de ellos


aisladamente considerados contiene la agravante que se pretende aplicar, resultaría
un exceso aplicarla a todos los delitos, lo correcto en mi opinión será aplicarlo al
delito más grave, tomando en cuenta la unidad de acción en el iter criminal.
Así mismo observo que en el presente caso tenemos un concurso ideal de
delitos, pues se ejecutó una sola acción que conllevó la comisión de dos delitos por
parte del mencionado acusado, no obstante, debido a la especialidad y los fines de
resguardo de la Ley Orgánica Para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, se
debe aplicar el delito previsto en el artículo 264 de Uso de Adolescente para
Delinquir, delito éste que siempre dependerá del delito principal donde se haya
utilizado al niño, niña o adolescente para su comisión, en tal virtud, la agravante
genérica prevista en el artículo 77, en este caso en el numeral 11, no puede ser
aplicada pues ya el delito principal de Robo Agravado la contiene, salvo que se trate
de otra circunstancia agravante genérica no contenida en el delito principal.

Por ello, considero que la Sala debió reducir la pena en Un año por la
indebida aplicación de la agravante genérica, prevista en el artículo 77.11 del
Código Penal, al delito de Uso de Adolescente Para Delinquir, pues la circunstancia
de cometer el delito en compañía de varias personas ya está contenida en el artículo
458 del Código Penal, delito más grave cometido en la presente causa.

Queda en estos términos salvado mi voto en la decisión que antecede. Fecha


ut supra.

La Magistrada Presidenta,
Ninoska Beatriz Queipo Briceño

La Magistrada Vicepresidenta,

La Magistrada Disidente,

Deyanira Nieves Bastidas

Blanca Rosa Mármol de León

El Magistrado,

El Magistrado,

Héctor Coronado Flores

Paúl José Aponte Rueda

La Secretaria,
Gladys Hernández González

BRMdeL/hnq.

VS. Exp. N° 11-0188 (PAR)


Magistrado Ponente Doctor Eladio Ramón Aponte Aponte

La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Amazonas,


constituida por los ciudadanos jueces Ana Natera Valera, Roberto Alvarado Blanco
y José Francisco Navarro, el 1º de noviembre de 2006, declaró sin lugar el recurso
de apelación propuesto por la defensa del ciudadano Wiler Magwil Niño Sandoval,
venezolano, portador de la cédula de identidad Nº 14.626.228, contra la decisión del
Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del señalado Circuito
Judicial Penal (Mixto), que lo condenó a cumplir la pena de dieciséis (16) años y
ocho (8) meses de presidio más las accesorias correspondientes, por la comisión de
los delitos de Homicidio Calificado en grado de Frustración en Complicidad
Correspectiva y Robo de Vehículo Automotor, tipificados en los artículos 408 en
relación con los artículos 80, 82, 426 del Código Penal y el artículo 5 de la Ley
sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores en relación con el artículo 6 los
numerales (1, 2, 3, 5, 8, 10, 12) eiusdem.

Contra la decisión de la Corte de Apelaciones, interpusieron recurso de


casación los ciudadanos Eric Lorenzo Pérez Sarmiento y Magno Mignolio Barros
Sotillo, defensores del ciudadano acusado.

El 5 de marzo de 2007, se dio cuenta en la Sala del recibo del presente


expediente y conforme a lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, se asignó la
ponencia al Magistrado Doctor Eladio Ramón Aponte Aponte, quien con tal carácter
suscribe el presente fallo.

Cumplidos los trámites procedimentales del caso, fue admitido el recurso de


casación propuesto por la defensa y de conformidad con lo dispuesto en el artículo
466 del Código Orgánico Procesal Penal, se convocó a la audiencia pública.

El 21 de mayo de 2006, se llevó a cabo la audiencia pública con la asistencia


de las partes, las cuales expusieron sus alegatos y consignaron sus escritos.

Los hechos acreditados por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en


Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Amazonas, son los
siguientes:
“…efectivamente, el día 07 (sic) de marzo del año pasado el
acusado de autos efectivamente tomó los servicios del
ciudadano Jesús Valentín Camacho Sue, requirió que lo
llevara a la Alcabala de Provincial, preguntó por un efectivo
que no se encontraba y luego le ofreció la cola para llevarlos
a la ciudad de Caracas a varios efectivos de la Guardia
Nacional manifestándole que llevaría el avance para
Ayacucho porque el carro era de su papá y luego cuando iba
de regreso hacia Puerto Ayacucho, el compañero del hoy
acusado apodado el ‘ñato’, pasó su correa por el cuello de la
víctima, pero como ésta hizo oposición el hoy acusado sacó
un cuchillo de su uniforme militar y se lo puso en la cara y le
dijo que se quedara quieto o lo degollaba. La víctima perdió
el conocimiento y lo dejaron botado en la carretera en la
creencia que estaba muerto, cuando la víctima recuperó el
conocimiento se encontró que lo habían despojado de un
vehículo y dejado a un lado en la carretera en el monte y
tenía unas heridas de arma blanca en el costado derecho,
como pudo pidió auxilio hasta que pasó casualmente un
vehículo que lo auxilió y lo condujo hasta el hospital (…)
como bien quedó establecido por las pruebas aportadas en el
juicio, las heridas pusieron en peligro la vida de la víctima
que por escasos centímetros no lesionaron órganos vitales.
Después que los hechos fueron denunciados por el dueño del
vehículo, avisaron al Comando General de la Guardia
Nacional, llamaron a la alcabala de Provincial, obteniendo
como respuesta que el vehículo ya había pasado, entonces se
llamó al comando ubicado en Puerto Páez donde detuvieron
el vehículo bajando de la chalana y resultando ser conductor
el ciudadano Wiler Magwil Niño Sandoval, quien iba
acompañado de otros cuatro guardias a quienes les estaba
dando la cola, una vez capturado sostuvo y así manifestó al
Sargento Manzano que el vehículo era de su papá…”.

RECURSO DE CASACIÓN
PRIMERA DENUNCIA

Con fundamento en el artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, la


defensa denunció que la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Amazonas, al convalidar la calificación jurídica establecida por el Tribunal Segundo
de Primera Instancia en Funciones de Juicio del señalado Circuito Judicial Penal,
violentó por indebida aplicación los artículos 80, 82 y 426 del Código Penal.

Como fundamento a su denuncia, la defensa señaló lo siguiente:

“…En este caso, los hechos dados por probados por el


tribunal de juicio y plenamente ratificados por la Corte de
Apelaciones consisten en que nuestro representado, quien era
funcionario activo de la Guardia Nacional adscrito al
Comando de Puerto Ayacucho, actuando en compañía de otro
funcionario del mismo cuerpo, en fecha 07 de marzo de 2006
(sic), abordaron un automóvil conducido por el ciudadano
Jesús Valentín Camacho Sue y uno de ellos, que se sentó en el
asiento trasero, detrás del conductor procedió a sujetarle por
el cuello con una correa, mientras el otro, sentado del lado
del chofer le infería unas cuchilladas en el costado derecho,
las cuales fueron calificadas como leves por el médico
forense, procediendo de esa manera a despojar al señor
Camacho de su vehículo y abandonarlo en la carretera, para
ser sin embargo detenidos unos momentos más tarde por
fuerzas del orden (…) siendo estos hechos dados por
probados por la primera instancia y ratificados por el
Tribunal de segundo grado, es inconcebible que estos
pudieran ser dar lugar a una calificación jurídica de
homicidio calificado (…) Según la Corte de Apelaciones
existió ALEVOSÍA Y PREMEDITACIÓN en el hecho (…) No
puede considerarse la existencia de ALEVOSÍA como
elemento calificante de un supuesto hecho frustrado de
homicidio, porque resulta evidente que los agentes delictivos
sólo inmovilizan al conductor y no darle muerte, lo cual
queda demostrado por el hecho que lo abandonaron
voluntariamente en la carretera y por el diagnóstico de
levedad que el forense diera a las lesiones inferidas a la
víctima, que a todas luces demuestra la ausencia del animus
necandi como elemento subjetivo esencial en los delitos de
homicidio.

Todo esto de palmaria evidencia en nuestra opinión, es


lo que nos lleva a considerar que hubo error en exceso en la
calificación jurídica de las lesiones inferidas a la víctima, con
clara intención por parte de los juzgadores de aplicar ‘todo
el peso de la ley a unos funcionarios del orden que
traicionaron su deber de servir y proteger al ciudadano’.

Es claro que los hechos como el que aquí se juzga son


altamente reprochables, pero el principio máximo de nuestra
justicia penal, consagrado en el artículo 61 de nuestro
Código Penal, es el principio del hecho, según el cual cada
uno debe responder sólo por el hecho que se le haya
propuesto realizar, salvo que la ley se lo atribuya como
consecuencia de sus actos (…) Por estas razones solicitamos
que sean casadas y anuladas tanto la sentencia recurrida, es
decir, la dictada por la Corte de Apelaciones (…) y la
sentencia de primera instancia (…) y en consecuencia se
sancione a nuestro defendido como autor de un delito
consumado de lesiones leves en grado de complicidad
correspectiva…”.

La Sala para decidir, observa:

En este caso, el ciudadano Magwil Niño Sandoval fue condenado por el


delito de Homicidio Calificado en grado de Frustración en Complicidad
Correspectiva, motivado a que en compañía de otro sujeto y en la ejecución del
delito de Robo a Vehículo Automotor, ocasionaron a la víctima una agresión capaz
de causarle la muerte, lo cual no ocurrió por factores exógenos a los victimarios.

En este orden, se observa que el tribunal de juicio para determinar la


comisión del delito de homicidio calificado en grado de frustración en complicidad
correspectiva, valoró entre otros elementos probatorios (testimoniales) los
siguientes:

“…el Experto José Arianna (…) adscrito al Cuerpo de Investigaciones Científicas


Penales y Criminalisticas, expuso: ‘esa fue una evaluación que se practicó sobre un
sujeto, que presentaba tres heridas de arma blanca cicatrizadas; el experto
manifestó que tenía como médico forense 14 años y como médico 16 años, que
reconoció a la víctima (…) que lo que evaluó fueron cicatrices, en la base del
pulmón, que los órganos que estaban en riesgo fueron el hígado y la base de los
pulmones y lo que evitó la herida mortal fueron las costillas (…) ciudadano Richard
José Rebolledo Díaz (…) sobre los hechos expuso que, ese día iba para Provincial
con una carrera, en la que llevaba una familia cuando se consigue al señor que
estaba trastabillando atravesado en la vìa, que casi se lo llevó por delante, después
que hizo la carrera, se devolvió y lo encontró llegando a los Piaroas, le preguntó
que le pasó y le contestó que lo habían atracado y apuñaleado, pidió que lo llevara
al pueblo, que lo llevó directo al hospital, que estaba muy pálido (…) que vio las
lesiones, dijo que la víctima tenía tres puñaladas…”.
El tribunal de alzada confirmó la calificación jurídica impuesta por el
Tribunal de Juicio, y tal convicción se creó por cuanto ocurrieron actos que a su
criterio procuraban ocasionar la muerte de la víctima de forma alevosa.

Al respecto, la Corte de Apelaciones expresó en su fallo lo siguiente:

“…el defensor ha negado la calificación jurídica del delito en examen,


basándose fundamentalmente en la experticia médico legal que dijo, y consta en
autos, concluyó el carácter de lesiones como leves, en el hecho de que la víctima se
encontraba inconsciente al momento que le ocasionaron las heridas, y de haber
caminado conforme señaló, aproximadamente 350 mts (sic) del lugar donde
ocurrieron los hechos. Ante estas afirmaciones, debe la Corte referir, en primer
lugar, en cuanto a la experticia médico legal, que si bien es cierto, como lo señala
el defensor en el informe del experto se lee que el mismo concluye el carácter de las
lesiones como leves, es cierto también que en la ratificación que en el juicio oral
hiciere el experto, consta que éste conforme a los conocimientos de su arte o
ciencia, señaló, que por la cantidad de heridas propinadas a la víctima estas
pudieron ocasionar la muerte y que ello no se materializó por cuanto las costillas
evitaron que penetraran hasta el hígado y la base de los pulmones, exponiendo
además, que la zona de las heridas es mortal y ‘…que por la cantidad de intentos
se trataba de buscar la muerte…’ circunstancia que no fue obviada por el A-quo,
pues se desprende en su motivación que al valorar dicho medio de prueba,
consideró acreditada la intención de causarle la muerte a la víctima, elemento éste
que valorado de la forma que lo hizo la recurrida, al adminicularlo a demás, con la
declaración del testigo que auxilió a la víctima ciudadano Richard Rebolledo, la
corte lo considera ajustado a derecho y suficiente para acreditar la intención de
causar la muerte de Jesús Camacho Sue…”. (Subrayado y resaltado de la Sala).

El homicidio, constituye un acto antijurídico que ocasiona la destrucción de la


vida a través de un daño mortal al ser humano.

Por su parte, el Código Penal tipifica las conductas destinadas a ocasionar la


muerte de una persona, y las condiciones en que se desarrolla la acción en relación a
la víctima.

El homicidio cometido con alevosía, constituye un supuesto establecido en el


artículo 406 del Código Penal (antes artículo 408 del Código Penal), a lo que es
preciso referir, que tal situación califica el hecho delictivo, imponiendo una pena
mucho más elevada, en razón de los actos ejecutados por el agente para procurar el
resultado deseado: la muerte.

La doctrina penal especializada ha determinado en cuanto al delito alevoso,


lo siguiente: “…Existe alevosía cuando el culpable obra a traición o sobre seguro
(…) cuando el agente no afronta riesgo alguno ni da al sujeto pasivo la menor
posibilidad de defenderse…”.

En el presente caso, quedó demostrado que la acción desplegada por varios


agentes sobre el sujeto pasivo y la utilización de los medios de comisión idóneos
como: un cinturón para inmovilizar a la víctima, un arma blanca (cuchillo) para
infringir heridas, el abuso de confianza originada por su condición militar y, las
demás circunstancias en que se desarrollo el hecho delictivo determina la conducta
alevosa de los agresores.

En este orden, es preciso analizar que conforme al artículo 80 del Código


Penal, “…Son punibles, además del delito consumado y de la falta, la tentativa de
delito y el delito frustrado…”.

A juicio de la Sala, en el presente caso, los agentes agresores no obtuvieron


el resultado esperado producto de su acción, ya que luego de haber realizado todos
los actos necesarios para la consecución del hecho, debido a circunstancias
independientes a su voluntad, no pudo consumarse el resultado de la acción, tal
como fue apreciado por la Corte de Apelaciones cuando indicó : “…la cantidad de
heridas propinadas a la víctima estas pudieron ocasionar la muerte y que ello no se
materializó por cuanto las costillas evitaron que penetraran hasta el hígado y la
base de los pulmones, exponiendo además, que la zona de las heridas es mortal…”.

Así mismo, la defensa denunció la indebida aplicación del artículo 82 del


Código Penal, el cual es del tenor siguiente:

“…En el delito frustrado se rebajará la tercera parte de la pena que hubiere debido
imponerse por el delito consumado, atendidas todas las circunstancias…”.
La Sala de Casación Penal, mediante sentencia Nº 178 del 26 de abril de
2006, con relación a la frustración estableció lo siguiente:

“…La frustración es una actividad ejecutiva imperfecta y el homicidio en


grado de frustración se dará, cuando el agente realiza todo lo necesario para
quitarle la vida a una persona, no lográndolo por causas completamente ajenas a
su voluntad. Hay que analizar los elementos probatorios y las circunstancias de los
hechos acreditados en juicio, de tal manera que de dicho análisis surjan una serie
de fundamentos que en su conjunto lleven al juez a la convicción de que está en
presencia del mencionado delito…”.

Se aprecia, que el Tribunal de Juicio, motivo la calificación jurídica impuesta


con base en lo siguiente:

“…Quedó plenamente demostrada la comisión del delito de Homicidio Calificado


en grado de Frustración, con lo dicho del Médico Forense, cuando ratificó, en
forma verbal, el resultado del examen médico legal externo, practicado a la víctima,
que arrojó a la vista la cicatriz de tres heridas que los perpetradores hicieron todo
lo posible para causarle la muerte al ciudadano Jesús Valentín Camacho Sue, a
quien dejaron con tres heridas producidas por arma blanca en el costado izquierdo
(…) El delito de homicidio calificado cometido con alevosía, en complicidad
correspectiva (…) contempla una pena de presidio de quince (15) a veinticinco (25)
años de presidio, pero como no consta en el expediente la mala conducta
predelictual ni fue señalado por ninguna de las partes que el acusado haya estado
sometido a proceso pena o haya sido objeto de medidas de ninguna naturaleza, se
hace acreedor a la imposición del limite inferior que es de quince (15) años, pero
con la rebaja de cinco (5) años que corresponde a un tercio de la pena por ser
delito en una de sus formas inacabadas, es decir delito frustrado…”.

Por tal razón la Sala evidencia que fue debidamente aplicado el artículo 82
del Código Penal, por parte del tribunal de primera instancia, siendo confirmado por
la Corte de Apelaciones que estableció lo siguiente: “…la cantidad de heridas
propinadas a la víctima estas pudieron ocasionar la muerte y que ello no se
materializó por cuanto las costillas evitaron que penetraran hasta el hígado y la
base de los pulmones, exponiendo además, que la zona de las heridas es mortal…”.

Por último, el recurrente denunció la indebida aplicación del artículo 426 del
Código Penal vigente para el momento de los hechos, y en este sentido si bien es
cierto que la defensa, no especificó claramente las razones de fondo por la que
consideró infringido estos dispositivos, no obstante la Sala observa lo siguiente:

El artículo antes citado, fue consagrado por el legislador penal para


establecer la responsabilidad correspectiva, la cual existe en aquellos casos donde el
delito se haya cometido por el concurso de varias personas, no pudiéndose señalar
de forma certera, cuál de ellos lo hubiere ocasionado, pero si determinándose su
participación conjunta en el hecho.
El legislador ha previsto para estos casos, que la sanción a imponer sea
atenuada en una tercera parte a la mitad de la pena correspondiente al delito
involucrado.

En este caso, se observa que el juzgador de instancia, tomó en cuenta tal


norma, disminuyendo la pena en una tercera parte, como consta en la decisión del
Tribunal Segundo de Juicio (mixto) del Circuito Judicial Penal del Estado
Amazonas que señaló:

“…Así mismo quedó demostrado con lo dicho por la víctima y el acusado que
en el vehículo había otro pasajero corroborado con lo dicho por tres de los
efectivos testigos presénciales cuando el acusado llegó por primera vez al puesto de
control (…) Así mismo se observó que ambos, victima y acusado, manifestaron que
el pasajero que viajaba en el puesto trasero pasó la correa por el cuello de la
víctima e hizo presión sobre el mismo (…) no se pudo demostrar cual de las dos
personas fue la que ocasionó las lesiones, por cuanto la víctima perdió el
conocimiento antes de que lo apuñalearan por lo que no pudo señalar al sujeto que
se las dio, si fue el acusado o su acompañante (…) corresponde a esta Juzgadora
determinar la pena a ser impuesta (…) quedando dicha pena en diez (10) años,
considera esta juzgadora que se debe imponer la pena menos la rebaja de una
tercera parte por ser delito en complicidad correspectiva es decir que en definitiva
queda una pena de seis (6) años y ocho (8) meses de presidio, de conformidad con
lo preceptuado en el artículo 426 del Código Penal…”.
La Corte de Apelaciones del señalado Circuito Judicial Penal ratificó la
sentencia dictada por el Tribunal de Juicio, en cada una de sus partes, por lo cual no
pudo infringir por indebida aplicación el artículo 426 del Código Penal vigente para
el momento de los hechos.

En otro sentido, la Sala observa que durante la audiencia que tuvo lugar
conforme al artículo 466 del Código Orgánico Procesal Penal, el ciudadano Jesús
Camacho Sué, en su condición de víctima, expuso lo siguiente:

“…yo tengo presente el informe médico del director del hospital, él en vista
de que otro médico, el forense, cuya función tenia que estar en el hospital, 24 horas
después que me pasó lo sucedido, él me hace la experticia un mes, treinta días
después que me pasó el caso, si me permite: ’…quien suscribe hace constar por
medio de la presente que el ciudadano José Valentín Camacho, de 51 años de edad,
titular de la cédula de identidad 3.842.009 natural y procedente de la localidad,
ingresó a la emergencia de adulto de este centro hospitalario, el día 7 de marzo de
2005 a las 11 p.m., por presentar heridas múltiples punzo cortantes en número de
tres a nivel de la cara lateral del hemitórax derecho, posterior de haber sucedido
atraco a mano armada, con estrangulamiento incompleto…’, la cual, yo le llevé a
ese médico forense treinta días después ese informe y el médico forense no lo
evaluó, por lo tanto, el hace hincapié que yo tengo unas heridas solamente leves
(…) el asunto es que ese señor, es el único médico forense que hay allá, la
impunidad en el estado Amazonas, es clarísima, todos los días, hay atraco, hay
homicidio y siempre hay la impunidad, porque nunca dan con el asunto (…) esos
señores si actuaron con alevosía, ¿no usó su uniforme para generar confianza?, ¿no
usaron la hora nocturna para cometer el hecho?, ¿no me dijeron que lo llevara a la
alcabala y después que llegaron allá al regreso me sometieron?, primero con
estrangulamiento y después me remataron con las tres puñaladas que me dieron
(…) ellos me arrastraron como si estuviera muerto y me pasaron donde había la
maleza (…) ¿no es alevosía eso?,¿ no fue premeditado? (…) ya eso lo tenían
planeado, el carro lo tenían señalado (…) yo aspiro justicia (…) y en verdad
manden a investigar al forense ese (…) pido justicia…”.

La Sala de Casación Penal, vista la deposición de la víctima, exhorta al


ciudadano Director General del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y
Criminalísticas a realizar las investigaciones correspondientes a que diera lugar la
presente denuncia formulada en contra del ciudadano Médico Forense José Arianna,
titular de la cédula de identidad Nº 8.903.757, adscrito al Cuerpo de Investigaciones
Científicas Penales y Criminalisticas, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
116 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual señala: “…Los órganos de policía
de investigaciones que infrinjan disposiciones legales o reglamentarias, omitan o
retarden la ejecución de un acto propio de sus funciones o lo cumplan
negligentemente, serán sancionados según la ley que los rija…”. (subrayado de la
Sala).

En consecuencia, por lo antes expuesto la Sala considera que la Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Amazonas, no infringió por
indebida aplicación los artículos 80, 82 y 426 del Código Penal, motivo por el cual
pasa a declarar SIN LUGAR la presente denuncia de conformidad con lo
establecido en el artículo 467 del Código Orgánico Procesal Penal. Así se decide.
SEGUNDA DENUNCIA

Con apoyo en el artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, la defensa
denunció la infracción por falta aplicación de los artículos 82 del Código Penal y el
artículo 5 de la Ley contra el Hurto y Robo de Vehículos Automotores. La presente
denuncia se fundamentó en lo siguiente:

“…Dando por reproducidos los argumentos y asertos


vertidos en la denuncia precedente, consideramos que la
Corte de Apelaciones al hacer suyos los hechos dados por
probados por el Tribunal de Juicio en esta causa y su
calificación jurídica y conformarlos, ha infringido el artículo
82 del Código Penal venezolano en relación al artículo 5 de
la Ley contra el Robo y Hurto de Vehículos Automotores,
toda vez que el hecho cometido por nuestro representado
debió ser considerado como un DELITO FRUSTRADO y no
como un HECHO CONSUMADO (…) más de dos siglos de
doctrina penal han establecido que los delitos contra la
propiedad sólo pueden ser considerados como
CONSUMADOS cuando el agente delictivo retiene el bien
sustraído o despojado el tiempo suficiente como para
disponer libremente de él, ya sea enajenándolo o
destruyéndolo. Según este mismo desarrollo doctrinal, si el
agente delictivo, en el tracto de la ejecución es sorprendido
por la víctima o por la autoridad, quienes logran recuperar el
bien jurídico en cuestión entonces el delito debe considerarse
como FRUSTRADO por dos razones esenciales. En primer
lugar, porque el delincuente no ha podido darle al bien el
destino por el deseado y en segundo lugar, porque el bien
resulta recuperado por la víctima sin perjuicio de tercero y
con el menor grado de complicaciones posible.

En el caso que nos ocupa, se ha dicho que nuestro


representado, quien despojó del vehículo a la víctima a la
salida de la ciudad de Puerto Ayacucho, Estado Amazonas, se
proponía dejar abandonado el carro en la ciudad de San
Fernando de Apure, pero fue detenido en la población de
Puerto Páez, a más de 200 km de distancia, antes de llegar a
la capital apureña. En esto reside la frustración en este caso.

Es claro que las doctrinas que pretenden asimilar el


delito frustrado al consumado son el producto de una dura
política criminal que se basa en construcciones
jurisprudenciales, sin que ello este previsto en el nuestra
legislación penal positiva (…) Por todo lo dicho solicitamos
de la Sala que se sirva analizar con detenimiento la forma de
ocurrencia de estos hechos y, en consecuencia considerar
FRUSTRADO el robo de vehículo automotor en el que se
encuentra incurso nuestro patrocinado…”.

La Sala pasa a decidir:

Señaló el recurrente, la falta de aplicación del artículo 82 de Código Penal en


relación con el artículo 5 de la Ley sobre el Hurto y Robo de Vehículo Automotores,
alegando que la Corte de Apelaciones debió considerar que los hechos atribuidos a
su defendido, debieron ser considerados calificados como frustrados y no
consumados.

El Tribunal de Juicio señaló lo siguiente:

“…Con respecto al delito de robo de vehículo automotor previsto y sancionado en


el artículo 5 con las circunstancias agravantes establecidas en el artículo 6
numerales 1, 2, 3, 5, 8, 10 y 12 de la Ley sobre el Hurto y Robo de Vehículos
Automotores, este tipo penal contempla una pena de ocho (8) a dieciséis (16) años
de presidio. De conformidad con el artículo 37 del Código Penal, vigente para el
momento de la aplicación de las penas (…) siendo el término medio de doce (12)
años de presidio más tres (3) años por las agravantes, de cuya sumatoria resultan
quince años de presidio. Pero se toma en cuenta lo establecido en el numeral 5 del
artículo 6 de la Ley sobre Hurto y Robo de Vehículos Automotores (…) acorde con
lo que establece el artículo 86 de la Ley sustantiva penal (…) por lo que en
definitiva por el delito de robo de vehículo automotor la pena que le corresponde es
la de diez (10) años de presidio que es igual a las dos terceras partes del tiempo de
este delito…”.

Esta decisión fue confirmada por la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal de Estado Amazonas, en los términos siguientes:

“… se hace oportuno traer a colación el criterio que en cuanto al delito de


robo, ha venido sosteniendo nuestro máximo Tribunal, en diversos fallos (…) es
evidente que en el caso bajo análisis si se consumó el delito de Robo de Vehículo
Automotor con las agravantes previstas (…) por cuanto es evidente y así lo
reconoció el mismo condenado en sus declaraciones y se verifica además de las
actas procesales cursantes en autos, y de las declaraciones de los efectivos de la
Guardia Nacional, que el mismo hizo uso del vehículo posteriormente de haber
dejado a la víctima en la carretera, a los fines de llegar a la ciudad de San
Fernando de Apure, donde además, dijo pretendía dejar el vehículo, siendo
aprehendido por los funcionarios en Puerto Páez, luego de arribar la chalana…”.
Como se indicó anteriormente, la Sala apreció que los hechos atribuidos por
el Tribunal de Segundo en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal de Estado
Amazonas, refieren que el 7 de marzo de 2005 el ciudadano Wiler Magwil Niño
Sandoval en compañía de otro sujeto, bajo grave daño a la vida y portando un arma
blanca sometieron y despojaron de un vehiculo automotor a la víctima, para luego
trasladarse a la población de Puerto Páez, estado Amazonas, lugar donde fue
avistado y detenido el vehículo solicitado y también el acusado.

Ante los hechos planteados, es oportuno asentar, que la acción en el delito de


robo consiste, en constreñir con violencia a la víctima, para obtener la entrega
forzosa de un bien con el fin de procurar una ventaja o aprovechamiento del
mismo.

El delito de Robo de Vehículo Automotor, representa un sub-tipo del robo,


sancionado por el legislador a través de una ley especial en virtud de la gran
incidencia que este tipo de hechos ha tenido en la sociedad venezolana, y se
encuentra tipificado en el artículo 5 de la Ley sobre el Hurto y Robo de Vehículos
Automotores, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela Nº 37.000 del 26 de junio de 2000.

El citado artículo, corresponde al contenido siguiente:

“…El que por medio de violencia o amenazas de graves daños inminentes


a personas o cosas, se apodere de un vehículo automotor con el propósito de
obtener provecho para sí o para otro, será sancionado con pena de presidio de ocho
a dieciséis años. La misma pena se aplicará cuando la violencia tenga lugar
inmediatamente después del apoderamiento y haya sido empleada por el autor o el
participe para asegurar su producto o impunidad…”.

En este tipo de hechos delictivos, la desposesión y el apoderamiento de la


cosa, implica el provecho de lo injusto, pues con el sólo acto de utilizar la violencia
y despojar el objeto fuera de la disposición de su legítimo detentador, se origina un
daño al bien jurídico protegido, que en este caso lo constituye el derecho de
propiedad privada.

Tal daño es causado por el constreñimiento en la voluntad del detentador


legítimo, cuando entrega a disposición del victimario el bien que es suyo en contra
de su voluntad. Debido a ello, el delito de Robo y en este caso, el tipo de Robo de
Vehículo Automotor, se materializó al momento de sustraer de la esfera natural del
detentador legítimo, impidiéndole a la víctima su uso, disfrute y disposición.

Al respecto, es oportuno citar el criterio reiterado sostenido por la Sala de


Casación Penal, en cuanto al momento consumativo del delito de Robo, que es el
siguiente:
“…el delito de robo se consuma con el hecho de apoderarse por la fuerza de
un objeto de otro y aunque sea por momentos: basta con que el objeto ya haya sido
tomado o agarrado por el ladrón, bien directamente por éste o porque obligó a la
víctima a entregárselo…”. (Sentencia Nº 255 del 28 de mayo de 2002).

En consecuencia, no corresponde la aplicación del artículo 82 del Código


Penal, referido a la tipificación de los delitos inacabados (tentativa y frustración),
por cuanto se comprobó la consumación del delito de robo de vehículo automotor,
debiendo declararse SIN LUGAR la presente denuncia, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 467 del Código Orgánico Procesa Penal. Así se decide.

DECISIÓN

Por los razonamientos antes expuestos, en nombre de la República y por


autoridad de ley, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación resuelve:

1. Declarar SIN LUGAR la primera y la segunda denuncia contenidas en el


recurso de casación propuesto por la defensa del ciudadano Wiler Magwil Niño
Sandova de conformidad con lo previsto en el artículo 467 del Código Orgánico
Procesal Penal.
2. Remitir copia certificada de la presente decisión al ciudadano Director
General del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalisticas.

3. Exhortar al ciudadano Director General del Cuerpo de Investigaciones


Científicas Penales y Criminalisticas a realizar las investigaciones del caso, en
virtud de la denuncia expuesta en esta Sala por el ciudadano Jesús Camacho Sué,
víctima en la presente causa, en contra del ciudadano Médico Forense José Arianna,
titular de la cédula de identidad Nº 8.903.757, adscrito al referido Cuerpo Policial.

Publíquese, regístrese, notifíquese y bájese el expediente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los 15 días del mes de junio de
dos mil siete. Años 197º de la Independencia y 148º de la Federación.

La Magistrada Presidenta,

DEYANIRA NIEVES BASTIDAS


El Magistrado Vicepresidente,

ELADIO RAMÓN APONTE APONTE

Ponente

La Magistrada,

BLANCA ROSA MÁRMOL DE


LEÓN

El Magistrado,

HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES


La Magistrada,

MIRIAM MORANDY MIJARES

La Secretaria

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ


EAA/jn

Exp. AA30-P-2007-000105.

VOTO CONCURRENTE

Yo, Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada de la Sala de Casación Penal,


del Tribunal Supremo de Justicia, suscribo el siguiente voto concurrente en la
presente decisión, con base en las consideraciones siguientes:

La sentencia aprobada por la mayoría de esta Sala, al resolver la segunda


denuncia del recurso de casación propuesto por la defensa del ciudadano WILER
MAGWIL NIÑO SANDOVAL, señaló lo siguiente:
“…Al respecto, es oportuno citar el criterio reiterado sostenido por la Sala de
Casación Penal, en cuanto al momento consumativo del delito de Robo, que
es el siguiente:

‘…el delito de robo se consuma con el hecho de apoderarse por la fuerza de


un objeto de otro y aunque sea por momentos: basta con que el objeto ya haya
sido tomado o agarrado por el ladrón, bien directamente por éste o porque
obligó a la víctima a entregárselo…’. (Sentencia N° 255 del 28 de mayo de
2002).

He ratificado con anterioridad el criterio de que los delitos contra la


propiedad, como los de hurto y robo (hurto con violencia), existe el tipo de delito
frustrado cuando no hay disponibilidad sobre los bienes hurtados o robados por el
agente del delito. El delito se considera frustrado, de acuerdo con el artículo 80 del
Código Penal, cuando el sujeto activo, con el objeto de cometer el delito (entre estos
los delitos contra la propiedad, como son el robo y el hurto), ha realizado todo lo
necesario para consumarlo, pero no lo ha logrado por circunstancias independientes
a su voluntad.

En el caso de robo o hurto de vehículo automotor, previstos en la Ley sobre el


Hurto y Robo de Vehículos Automotores, por haber disposición expresa sobre el
momento consumativo del tipo delictivo, se debe aplicar lo establecido en el artículo
7 de la referida ley, toda vez que dicho artículo contempla la tentativa de robo, para
cuando no se logre la consumación del delito.

Queda en estos términos planteado el voto concurrente en la presente


decisión. Fecha ut supra.
La Magistrada Presidenta,

Deyanira Nieves Bastidas

El Magistrado Vicepresidente,
La Magistrada
Disidente,

Eladio Aponte Aponte


Blanca Rosa Mármol de León

El Magistrado,
La Magistrada,

Héctor Coronado Flores


Miriam Morandy
Mijares
La Secretaria,

Gladys Hernández González

BRMdeL/hnq.

VC. Exp. N° 07-0105 (EAA)

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