Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Descripción: Cristina está por casarse y necesita la ayuda de sus damas para prepararse. Pero se
desatará un caos entre sus cambios de ánimo y la paciencia de las muchachas.
ACTO ÚNICO
Dora y Marta se encuentran sentadas en una habitación. Las dos llevan vestidos largos de color
rosa y se encuentran, la una frente al tocador maquillándose y la otra, junto a la ventana,
poniéndose lápiz labial. De pronto, la puerta se abre con estrépito. Por allí entra Cristina, llorando
de rabia y con la cabeza llena de bucles.
Cristina (histérica): ¡Miren lo que ha hecho esa estúpida peluquera! ¡Le dije que no lo
quería así! (Patalea en el piso, haciendo un berrinche).
Cristina: ¡Se suponía que todo fuera perfecto! ¡No puedo llegar al altar así! ¡¿Qué van a
decir mis amistades?!
Marta: Tranquila amiga, que Dora sabe lo que hace. Ven, vamos a ponerte el vestido.
Saca del armario un vestido blanco envuelto en una funda. Cristina se pone de pie y se quita la
falda y la blusa. Luego, se coloca su vestido y Marta trata de cerrárselo.
Dora vuelve a aparecer llevando un secador de cabello y un rociador con agua, con el que empieza
a mojar el pelo de Cristina.
Dora: Lo mojamos un poquito y le damos forma en un dos por tres.
Marta regresa a su espalda con seguros en la boca y con mucho esfuerzo, intenta cerrar con ellos
el vestido, apretando a Cristina y cortándole la respiración. Mientras tanto, Dora le moja el
cabello, que cae escurriendo por su frente.
Cristina: ¡Pero más cuidado, tontas! ¡Qué me van a echar a perder el look!
Dora enciende la secadora y le dispara aire caliente en la cara. Mientras tanto, Marta tira del
vestido y este se rompe por la gordura de Cristina, quien grita alarmada.
Cristina le da un empujón a sus amigas, encolerizada. Tiene el vestido roto y el pelo hecho un
desastre.
Cristina: ¡Un par de estúpidas! ¡Eso es lo que son! ¡Mi cabello y mi ropa están arruinados!
(Se echa en la cama a llorar de nuevo). ¡Yo solo quería que todo fuera perfecto! ¡Perfecto!
Las dos se marchan dando un portazo. Cristina patalea en el colchón, emitiendo alaridos.
LA MONA, AUNQUE SE VISTA DE SEDA…
Descripción: Una mona muy presumida se cree mejor que los demás por
vestirse con ropa fina. Pero no tardará en aprender una importante lección.
PRIMER ACTO
Mona: ¡Pero qué guapa estoy! Voy a ser la envidia de todos esos animales
mugrientos cuando me vean usando estas cosas tan lindas.
Mona: A unos humanos que vinieron de safari se les cayeron las maletas de su
coche. ¿Verdad que es todo muy bonito? Que suerte he tenido de encontrarlo.
Pavo Real: Los animales no usamos cosas de humanos, por eso tenemos plumas
o pelo. No está bien fingir ser algo que no somos.
Mona: ¡Bah! Tú que sabrás, estás celoso porque ahora me veo más bonita que tú
con todas esas plaumas. Vámonos ya a la fiesta que se hace tarde.
SEGUNDO ACTO
Pantera: Y qué ridícula, ¿dónde se ha visto que una mona se vista de humano?
Mona: ¿Verdad que me veo bonita? Ninguno de ustedes podría verse así de bien
con estas cosas tan finas.
Mona: ¡Qué falta de educación! Yo sí soy una mona decente, no como ustedes.
La mona comienza a comer con ademanes remilgados, mientras los otros la miran
con disgusto.
Mono anciano: Más rápido cae un hablador que un cojo. Si hay algo de lo que
ningún animal puede escapar, es de su naturaleza. (Toma una fruta y la arroja
hacia la mona, ensuciando su cabeza).
Mono anciano: Ahí la tienen, la que se creía una gran señora sigue siendo una
monita común y corriente. No importa cuantos adornos ni vestidos bonitos se
ponga, nunca será más que eso.
La mona baja la cabeza avergonzada, se cruza de brazos y se sienta enfurruñada
en el cielo, mientras los ojos animales le arrojan frutas.
FIN