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CJRONllCAS
DE
-
ANlr ANO
DEL SAL TO ORIENTAL
EDITADO POR EL
INSTITUTO
CULTURAL
URUGUAYO·
ALEMAN
HUMBOLDT
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SAL TO - R. O.
19 66
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PROLOGO
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pasado, con el canto del recuerdo nos va develando el por
venir.
Walter Peralta
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PALABRASDEL AUTOR
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LOS PRIMEROSHELADOS
Quizá a muchos les parezca temprana la fecha
de 1889, para que ios salteños conocieran los rL
quisimos helados. Sin embargo, en ese año, en el
verano por supuesto, la confitería "del Gas" -en
Uruguay y Tres Cruces- del Sr. Gregario Blanes,
hermano del pintor del mismo apellido de nues-
tras tradiciones patrióticas, comenzó a ofrecer a
sus parroquianos, sus riquísimos helad'Os. Tanto
gustaron a1 público, que las familias de la mejor
sociedad, se arriesgaban a saíir de noche. -todos
juntos por supuesto--, para concurrir a la con-
fitería "del Gas" a probarlos. Los primeros
se servían -dado su elevado costo-- únicamente
las noches de retreta, que el Batallón 49 de Caza-
dores, con asiento en nuestra ciudad, amenizaba
desde la Plaza Treinta y Tres, luego, tuviemn tan-
ta aceptación, que se fabricaban hasta tres veces
por semana, previo aviso en los diarios de la ciu-
dad.
LAS RETRETAS
En los tiempos de 1as mazurcas, de los vals y
de las polcas, los únicos lugares públicos de reu-
7
mon eran las plazas, donde se tocaba,n las retre-
tas. Ellas s'e comenzaron a realizar en la Plaza
Treinta y Tres, y muchos años después, también
en la Plaza 18 de Julio (la Nueva), a pedido de
"un numeroso grupo de chicas del barrio", como
firmaba un petitorio elevado anónimamente al
Jefe del Batallón de esa época.-
Las retretas eran concurridas, casi que exclu-
sivamente por gente pudiente y de la clase media,
que lucía sus mejores galas, paseaban alrededor
de la plaza y escuchaban en intervalos la Banda,
que no siempre interpretaba música, clásica, sino
piezas bailables de la época, y sobretodo, compo-
siciones papulares de autores salteños, que po-
nían títulos románticos ·en sus piezas, y solían de-
dicarlas a la chica amada, poniéndole su inicial.
Algún ramo de flores, era entregado de vez en
cuando, por un grupo de niñas de la sociedad, al
Director de la Banda, en agradecimiento al solaz
que les dispensaban, y sobretodo, a la oportuni-
dad que les daban de conversar o saludarse ape-
nas con sus "Dragones" -toda vez que el ojo
atento de las mamás se distrajera un peco o les
permitiera deslizar un billetito perfumado con una
declaración en verso, ya transcribiendo una estro-
fa de Bécquer, ya modificando otras o componien-
do algunas que siempre tenían e-1 nombre de la
amada, en rima, y olían a delirantes rimas bec-
querianas.
Las retretas eran el acontecimiento social de
la semana, más aún si la Ba·'.lda era dirigida por
Gerardo Metano, como en 1894/95, autor adeniás
de tantos valses, destacándose .entre E:1lde más
éxito su "Tus ojos me embelesan".
8
..
LOS "OMN!BUS"
Los modernos colegios privados de numero-
sas ciudades, tienen sus ómnibus particulares, pa-
ra llevar y traer a sus alumnos, aún desde los
lugares más distantes a las casas de estudios. Pe-
ro en cua 1to a los "modernos colegios, decimos.
0
LOTERIA DE CARTONES
En el sig]o pasado 'r-y aún en los comienzo::::
del actual- la lotería no era un juego inocente
que lo practicaban niños, familias o reunio:ies
de familias que a la media noche suspendían ":21
canto" para tomar la clásica taza de chocolate
9
con masitas y bizcochuelos. La lotería de Carto-
nes era así, con mayúscula. Era una Entidad, di-
gamos oficial, que el Estado explotaba concedien-
do concesiones particulares.
Veamos el texto de un aviso aparecido ein los
diarios locales hace más de ochenta años, aviso
que casi todos los años se repetía con nombres
distintos: "Luis Nicolini y Hualde expresan que
han obtenido la autorización correspondiente de la
Honorable Junta Económico Administrativa del
Departamento para la ·expbtación del juego de
Lotería de Cartones en diferentes zonas de cam-
paña. Los interesados deben entenderse con los
suscritos en el local de la Panadería de don Luis
Ambrosoni, en calle Daymán".
EL TELEFONOSALTEÑO
Mientras ahora, casi todo estatizado, nos con-
duce a pagar y camar aunque nos suban las tari-
fas de Teléfonos y nos brinden mal servicio, en
aquella bella¡ "época", del último cuarto del si-
glo XIX, que estaba a la pesca de tocia novedad
para introducirla, colocó sus líneas telefónic':ls.
Podemos acotar aquí, que en 1889, se instalaba
la empresa de "Teléfono .Salteño" -había otra
ya- en la casa del señor Gregario Rivas en calle
Sarandí 127. Los interesados en obtener teléfonos,
podían entenderse (término que se usaba mucho
en esa época), con los señores Guimaraens y Et-
cheverry. Esta Empresa tenía además su "cable-
10
submarino" a Concordia. Cobraba $ 3.50 por mes
a los suscriptores, incluyendo las llamadas a Con-
cordia. La otra empresa de teléfono, la del señor
Toucón, también tenía su línea.
Cierta vez, se ignora si como "propaganda" o si te-
nía la idea realmente, anunció que su línea a Con-
cordia, iría por cables aéreos, sostenidos por dos
enormes antenas colocadas en una y otra costa.
Sucedía algunas veces, que la policía de Con-
cordia, por desinteligencia, cortaba las líneas tele-
fónicas por entender que la autorización para li-
gar teléfonos de dos países, debía emanar de las au
toridades superiores. No pocos dolores de cabeza se
nevaban los empresarios, más aún cuando se cor-
taba la línea de una empresa, y se dejaba la: de la
otra, entendiéndose como un "entendimiento" de-
leznable.
Como propagada, cada empresa solía publicar
diariamente el número de llamadas despachadas
durante el día, y una y otra rivalizaban en el nú-
mero -muchas veces exagerado- y ambas lucha-
ban por obtener más y más abonados, y hasta ha-
bía quienes se daban e1 lujo de tener teléfonos en
ambas empr,esas.
LA COSECHERA
Tenemos que tener muchos abriles encimn.,
para recordar algo de los comi'enzos de nuestros
viejos "cafées". No nos referimos a "El Telégrafo·'
que estando frente; a la plaza "18 de Julio" en 1891
11
pasó a remate, ni a su posterior bifundación en
1904 en el local que funcionó ininterrumpidamen-
te hasta ahora, y desde hace unos lustros con el
nombre de "Co ..fitería 18 de Julio". No nos refe-
rimos a la "Confitería de¡ Gas", de la cual quizá
ya no quede nadie que la recuerde, ni tampoco en
este espacio, a la "Confitería Oriental", ni a la de-
saparecida "París", con su terraza, ambas con
atracciones siempre, ya fueren ventrílocuos, como
orquestas de señoritas, con largos vestidos de se-
da; refirámosno a "La Cosechera". Nació en 1914
con gran pompa y lujo. Pertenecía a una sociedad
que tenía locales casi idénticos en Montevideo y
Buenos Aires, con las mismas sillas, las mismas
mesas, la misma organización.
Sus mesas y sillas e11base a hierro con muchas
vueltas, hacían recordar los viejos cafées de Pa-
rís, con sus toldos sobre las veredas. Muchos-mu-
chachos de aquella "bella época", aún recuerdan
el día de la inauguración. Joivencitas y señoras· de
nuestra sociedad, atendieron las mesas durante to--
do un día, sirviendo "express" y cobrando, por ca-
da tacita UNA LIBRA ESTERLINA, cuyo importe
iba íntegro a las obrBs de la sociedad de San Vi-
cente de Paul. Más que e1 día de la inauguració'1
de ese famoso ri eón "!e c::tal~o,"i",~,;; Tl'lUchachos"
de antes", recueTdan lo que les costó temar el ca-
fecito ese día, claro que a1 siguiente su precio ya
era otro: cuatro centésimos la tacita.
La vieja "Cosechera" ha cambiado de dueño
muchas vece·s, algunos hasta se la han limpiado y
pintado,· pero sus espejos son los mismos., sus sillas
y mesas han cambiado poco, y el ambiente conti-
núa igual, con ese sabor a café de antaño, que mu-
12
ches locales qms1eran conservar. "La Cosechera"
viv'.endo ha pasado a la historia, ocupando un lu-
garcito en el corazó.1 de aquellos que no dejan pa-
sar un medio día ni una noche después de cenar,
sin tomar su "express" en el viejo café de Uruguay
y Amorín.
LAS "COCHERIAS"
13
del e·.üierro, para traerlos· de regreso. Este servicio,
se inició a principios del actual siglo.
LOS ELIX~RES
EL FONOGRAFO
MONUMENTOEN LA MESETADEARTIGAS
El 19 de junio de 1894 fué un día de gran
acontecer patriótico para Salto. La ciudad festejó
el 130 aniversario del nacimiento de Artigas en
forma inusitada. Se cumplió un gran desfile cí-
vico militar, se colocó la piedra fundamental del
monumento a erigirse en la Meseta y se dió r!
nombre de Plaza General Artigas a la plazoleta
del Puerto.
La piedra fundamental del monumento fué
exhibida en una vidriera de la Botica del Aguila
hasta el día antes de su colocación.
Ese 19 de junio comenzó con los actos en la
Meseta, luego con la designación de PlazlO'leta Ar-
tigas al predio existente en el Puerto, a las 13 ho ..
ras concentración y luego desfile, iluminación ex-
traordinaria de caHe Uruguay de plaza a plaza.
16
(Eso establecía el programa confeccionado).
La Comisión de esos festejos estaba integra-
da por Nicanor Amaro como Presidente, Manuel
Cañizas Primer Vice, Manuel J. Devincenzi Se-
gundo Vice, Manuel Declemente como Vocal, Se-
cretariiOs: Juan Giribaldy Heguy y Dieg"OMartí-
nez.
Los escolares fueron obsequiados al finalizar
el desfile. Por la noche se cumplieron bailes en
''Los Vascos Artesanos" y en el "Siamo Diversi".-
Refirámlosno ahora a los detaMes cumplidos
para la colocación de la piedra fundamental del
monumento o pirámide a erigirse en la Meseta,
paraje elevado sobre el río Uruguay, entre Guavi-
yú y Hervidero, cuya construcción sería costeada
totalmente por Don Nicanor Amaro. El lunes 18
de junio -del citado año 1894- salieron en el va-
porcito "Estrella" las personas designadas para
representar a Salto en el acto de la colocación de
la piedra. Eran las 3 de la tarde. Dos horas des-
pués llegaban al Hervidero donde el Sr. Nicanor
Amaro tiene un espléndido palacete -así se ex-
presaban-. En casa del sr. Amaro se hizo noche.
Al día siguiente a las 7 horas llegó la Comisión
1
23
EL TRANSITO EN EL CENTRO
EN QUE SE ENTRETENIAN
LOS JOVENCITOS
Los diarios de fin de siglo se hacían cruces
mencionando los entretenimientos de los chicos
de 10 a 14 años, que 1abadonaban sus casas a la
hora de fa ~iesta para reunirse en bandas en algu-
nos lugares de la ciudad. Se pedía la acción poli-
cial más enérgica y se reclamaba atencíón de los
padres que permitían esas juntas de "criaturas'
29
como les agradaba llamar a los niños en esas épo-
cas.
El problema de la formación de estas bandas
y a 10 que se dedicaban, era, al parecer, monstruoso.
Las "criaturas" se reunían a jugar al trompo y a
la bolita!
E1l lugar preferido por ellos eran las callejue-
las del Mercado Nuevo.
LAS DEFUNCIONES
LOS CARNAVALES
Todos los añoo se dice :"este año el Carnaval
34
l
--
La Plaza General Flores. en el Cerro, ~- '.-¡au-
guró el 24 de diciembre de 1891. Para esa ocasión,
la Dir,ección de Paseos de la Junta E. Administra-
tiva la adornó convenientemente, organizando sus
canteros y arboleda para el futuro. El acto de
inauguración fué sencillo, pero e¡ Cerro o Pueblo
Kuevo, corno más cornunrnente se le llamaba en
esr, época, tuvo su plaza.
Era ese el año que se destacó por muchas co-
sas. El año del "trancazo" en el Mundo, de Jack
37
Th2 Ripper en Londres, el año en que más deten.-
cicnes había hecho el Cuerpo de Serenos de Salto
a ind¡1viduos "sin papeleta" y a mujeres ebrias que
concurrían en gran número a las "Academias de
Baile", oellaño en que los bailes en el Larrañaga -en
carnaval- se prolongaron más reclutándose para
ello, decían 1losdiarios para horror de las familia3
bien, a cuanta mujer de prostíbulo había. En ese ve-
nrno se inauguró la Playa Ramirez en la Capita1, se
presentó una propuesta para los "Tram-vías" en Sal-
to el año en que más "Himeneos" se había hecho en
Sailto (así titulaban nuestros perfodicos a los casa-
mientos) y el año en que la empresa Juan Toucón y
A. P.oujeux presentaban su propuesta para instalar \
alumbrado elléctrico en la ciudad, sustituyendo el ,
alumbrado a ker.:i,sene. Y hasta proponían encen- ,
der las luces de la calle aún las noches en que hu-
biera luna, así lo decían en su propuesta.
SAGRADA FAMILIA
Un viejo aviso aparecido en diarios locales
durante muchas semanas, señalaba en febrero de
1892 en nuestra ciudad, que los Hermanos de la
Sgrada. Familia se harían cargo del Colegio San
Francisco que ya venía funcionando desde hacía
tiempo. Daban a conocer esos avisos las condicio-
nes de ingreso, la disciplina que imperaría y los
39
cursos a dictarse. Su precio iba desde $ 1.50 oro
para el curso elemental hasta $ 5.00 oro para e1
curso de comercio superior. .;
MANCHAS SOLARES
El público siempre estuvo atento a las cues-
tiones astronómicas, y más aún a los fenómenos
celestes. Todo lo quo aparecía en el cielo o todo
descubrimiento era objeto de grandes comenta-
rios cuando no de temores superticiosos. Fué así
que en esta vil!la, ya pasada hacía poco a la cate-
goría de ~iudad, se comentaba con temor al prin-
cipio. el descubrimiento hecho y comprobado de
la influencia de las manchas solares sobre muchos
fenómenos terrestres que favorecían o perjudica-
ban a la Tierra. Aparte de referirse a estos estu-
dios sobre las manchas solares a las lluvias, se de-
cía que la aparición periódica y constante de las
manchas coinaidían con muchas perturbaciones
magnéticas y auroras boreales. Terminaba una
crónica de la época diciendo que "un estudio más
profundo de estas coincidencias podrá tal vez per-
mitir la prescripción de hechos climatéricos".
~1
LA RABIA EN SALTO
En los tiempos aún que a las heridas produ-
cidas por un perro rabioso se le apllicaba un hierro
candente para su causterización, en nuestro Salto
Ja aparición de un perro que se suponía rabioso
aterrorizaba a todo un veoindario. Tanto, justifi-·
cadamente, que se proc.edía a cerrar todos los por-
tones y zaguanes, a salir solamentte en coche y
llevar su pistola en el cinturón, para balear a
cuanto perro S'.)spechoso se encontrara. Al día si-
guiente aparecían los policías, en especial los· s1e-
renos -que, dependientes de la policía hacían la
difícil vigilancia nocturna de la ciudad- arrojan-
,do boli:llas de estricnina a cuanto can encontra-
ban. (El apodo de "mataperros" que los chicos ya
daban en el siglo ,Pasado a los po~icías, era preci-
samente por eso, aunque en épocas un poco ante-
riores, la matanza periódica de perros la hacían
los policías pero no con bolillas de estricnina, sino
con garrotes) .
Ocurrió que c.ierta tarde en el Cerro, próximo
a la Plaza Flores apareció un peno que se supuso
rabioso por su aspecto y por que venía dando mor-
discos a cuanto can encontraba. El v,ecindario co-
rrió la voz: "un perro rabioso"! y todos se atrin-
cheraron en sus casas espiando para afuera. Los
dueños de casa prepararon sus armas, y apenas
pasaba el perro le hacían disparos. O el nerviosis-
mo o rla mala puntería permitió que al can en
cuestión le tiraran más de cincuenta tiros en esa
ocasión, hasta que finalmente le acertó un señor
llamado Francisco Mazza, panadero, por cuyo acer-
to y valentía fué destacado entre las buenas noti-
cias locales de los periódicos.
42
PANTEON DE LOS SERVIDORES
EL TRANCAZO
43
JUICIOS PUBLICOS
Juicios públicos se realizaban en el Salto del
siglo pasado. Las crónicas recuerdan los realiza-
dos en el asunto Porto-Villar, cumplido en el Tea-
1
EL EJERCITO DE SALVACION
LAS VELADAS
Ningún acontecimiento era mejor esperado er~
l::i.ciudad, que las veladas. Les llamaban "lírico-
:-r,usicales" y congregaban lo mejor de nuestra so-
ciedad. Casi_ siempre se cumplían en el Teatro L'1-
irañaga, algunas solían hacerse en los clubes so -
ciales o sociiedades humorísticas de fines de siglo.
Estas veladas, casi siempre en vísperas de un2.
fecha pati'ia, o en la misma fecha, se cumplían con
-'la nob1e -fina1idad de recoger fondos ya para el Ho:c:
pital. para la sociedad de protección de los pobres,
:para el Ateneo o para la nueva sociedad Cristóbal
Colón, sociedad filantrópica que se fundó en el
año del cuarto centenario del descubrimi.e~,to de
América como homenaje al Gran Navegante.
Para esas oca,siones, _las damas se ponían lo
mejor, rizándose sús cabellos con tijeras mojadas
en alcohol y con un golpe de fuego, acariciando su
cutis con aguas blancas y floridas, adquir.iendo sus
so111breros en "La Parisienne" de Madame Gome-
ret que tenía su salón en calle Uruguay al NQ 150,
hablando siempre de fines del siglo pasado. Sus
ztipatcis los enviaban a hacer de medida en la fá-
brica del Sr. Mendy y sus vestidos de acuerdo a la
última moda de Paris.
A los caballeros no se le caía ni sus guantes
ni su bastón. Era elegante llegar en carruaje, pro-
pio o de alquiler, más aún los días en que había
llovido y el barro, frente al LaiTañaga era imposi-
ble.
El programa de las veladas se preparaba casi
siempre en base a elementos salteños. no se podía
eludir a una serie de jovencitas que interpretaban
trozos de óperas en piano, a matronas que canta-
ban arias, a jovencitos que tocaban el violín, a se-
11.oresque entonaban serias canciones, no faltando
jamás la parte literaria a cargo de dos o tres per-
sonalidades salteñas y de algún joven que recita-
ba sus propios versos, con cuidadosa rima, alusi-
vos muchas veces al acto que se cocimemoraba.
L8s hombres aplaudían. las damas arrojaban flo-
res. Al día siguiente ilos periódicos ensalsaban a
unos y otros, ponderando sus voces y sus versos,
tendiéndole un puente para que continuara en su
tarea lírica o literaria, hasta que pasaba de mo-
da y se buscaban entre la población nuevos elr.-
mentos.
EL CIRCO PODESTA
El Circo Podestá .Scotti, fué famoso a fines de
siglo y principios del actual. Fueron much0s los
artistas de teatro que hicieron sus armas prime-
ras junto a los hermanos Podestá. Salto contaba
siempre con sus periódicas visitas. Y el Salto de
47
fines de siglo le prestaba gran apoyo asistiendo a
sus innumerables representaciones. Sabem'.)s que
dicho circo se especializaba en dramas: "Juan Mo-
ncira", adaptaoiones de "Martín Fierro", etc. etc.
Las crónicas anotan que una vez, el circo Podestá
actuó un mes en .Salto, parte de enero y parte de
febrero, contribuyendo a dar realce a los carnava-
les salteños presentando una comparsa que desfi-
laba por los corsos. En .esa misma ocasión de su
visita dieron tres funciones de beneücencia con
gran apoyo de la población. Una fué para el Hos-
pital, otra para el Ateneo y otra para aa escuela "Hi
ram-Unión". No faltaban en medio de las funciones
de beneficenoia, los discursos de agradecimiento y
alguna que otra poesía preparada especialmen-
te por algún vate improvisado.
48
AVISO ORIGINAL
BATALLA DE FLORES
Un Decreto del Gobierno del 7 de marzo de
lE,92 estableció la prohibición de los juegos de Car-
navat Al hablar de juegos se refería al juego co:1
agua, bombas de agua, barro y otros objetos que
podrían causar lesiones. El Ministerio de Gobierno
de la época, a cargo de Francisco Bauzá, termina-
b::i,la Circular que se refería al Decreto que aludi-
mos más arriba, así: "Excuso en otras considera-
ciones que son obvias sobre el alcance moral de
las disposiciones cuyo cumplimiento se ordena. Da
da la cultura de nuestras costumbres, el juego de
Carnaval con todo su cortejo de atropellos, argu-
ye muy tristemente en contra de IJ.asoeiiedad uru-
guaya. Era el último resquicio abierto a una bar-
barie inexplicable". "De manera que desde ese año
los carnavales uruguayos se 1limitaban a desfiles,
pape~itos y serpentinas.
Los corsos de 1894 en Salto, a pesar de haber-
51
se suprimido "la bárbara costumbre del juego con
agua" -que muchas veces terminaba a los tiros y
puñaladas- estuvo animado ail 1extremJ, decían. En
esos carnavales se organizó por primera vez un
corso de "batalla dé flores", tan generaJlizado hoy,
decían, en las grandes ciudades. La batalla comen-
zó con un desnle -por la tarde- de carrozas ador
nadas con alegr,es mascaritas de buenas familias
salteñas, totalizando unos ochenta carruajes que
partieron de la Plaza 18 de Jurrio y siguieron por
cv.lle Uruguay al Oeste, precedidos de !las comparsas
y las bandas de música. También iban carros con
comparsas muy ori&inales. Se destacaba la de los
"Anarquistas" que tan en boga estaban en esas
c,pocas arrojando bombas en los teatros y dando
pistol€tazos a los reyes y duques. La comparsa de
los Anarquistas estaba muy bi,en caracterizada, de
cia una crónica. Horas antes de salir a la calle
habían repartido el siguiente volante 1impreso: "En
tierro de la Anarquía 1894. Nacida de una utopíH,
arrastró una vida 1ánguida y miserablle y murió
por consunción y falta de desarrollo, ayer a las do-
ce de la noche. No habiendo dejado deudos, Oa SO-
.CI'EDAD Y CAPITAL, compadeQidos, invitan al
pueblo liberal para que concurra al entierro de di-
cha finada que tendrá !lugar hoy a las 5 p.m. Sal-
to Febrero 11 del 94. Casa mortuaria calle Uruguay
El duelo se despedirá en el Hotel de Alonso y Cam-
pi".
Cuando el cortejo carnavalesco llegó frente ·a
la Junta E. Administrativa se entregaron desde
allí a.os premios, luego subieron 'los carruajes con
su carga de alegría y se dió comtenzo a la batalla
de flores, confites, papelitos y serpentinas, que du-
ró algo más de una hora. Los combates se hacían
de carruaje a carruaje y desde los balcones y azo-
52
teas. La gente cubría las calles de plaza a plaza
Con la caída de la tarde terminaban los carnavá-
les en Salto, ese año, inaugurándose la etapa de
la "Batalla de flores" que duró en el texto de lo.s
programas de carnaval hasta hace pocos años, sin
que muchos supieran de qué se trataba, nada más
que era un corso de tarde. Es claro que en esos
corsos no faltaba quienes se olv,idaran de las flc-
res y del Decreto y arrojaran un poco de agua y ha-
rma. La ¡rlegría carnavalesca seguía por semanas
luego dentro de los salones elegantes, del teatro La
rrañaga y de algunas casas de los suburbios.
54
LAS CASAS DE BAÑOS
Cuando leemcs por casualidad ahora. una pro-
paganda refiriéndose a "Casas de Baños". de in-
mediato pensamos en una casa de baños turcos.
Sin embargo, los salteños de 1885, más o menos,
no pensaban eso, cuando vieron en los diarios de
aqm:Ua época, un aviso·, que decía que "la casa de
baños de calle Arapey, estaba instalada a todc>
confort y se cobraba únicamente un medio, el ba-
füi'.
Claro está que esa comodidad, la ofrecían por
que en esa época aún las casas no dispJnían de
agua corriente -recién en 1890, se iba a aproba)
u Ley que entregaba a una empresa inglesa, el
e1onopo1io de agua corriente en Salto, para su ex-
¡:;lotación, aunque el sistema tué inauguraao mu-
cho después-. Y los salteños concurrían a ena
(los varones solamente), quien más qmen menos,
para demostrar cuanto aseado era, públicamente,
aunque eHo le costara cinco centésimos por vez!
56
terminaron su borrachera e11 la Comisaría.
LOS BUZONES
Los característicos buzones, cuyas figuras aho-
rn sólo se ven en viejos dibujos, en chistes, etc. y
cuya forma era característica. en todo el mundo
(cilíndrico y más ancho arriba) se instalaron tam-
bién en Salto a mediados de 1903.
Se colocaron los primeros ·en Uruguay y Sa-
59
randí, Uruguay y San José, Plaza Libertad, y Day-
mán y 18 de Julio. Luego se instalaron otros y al-
gunos fueron cambiados de sitio. El último, exis-
tente, en Uruguay y Bilbao, fué r'etirado alrededor
de 1940 cuando ya hacía unos años que no era uti-
lizado, pues algunos espíritus malentretenidos te-
nían J.a costumbve de arrojar fósforos encendidos
en su interior, quemando la correspondencia. Al
clausurarse este último buzón, se cOllocóuna caja
sobre la pared de esa misma esquina en el comer-
cio de Dn. José Grassi.
LOSAERONAUTAS
A fines del siglo pasado y comienzos del actual
las asciensiones en gfobo estaban de actualidad.
Eran unas de las hazañas más arriesgadas que se
podían realizar. Mientras las noticias corrían en Sal-
to sobre 'las proezas de Santos Dumond en Paris
con globos dirigidos Negaban "los famosos Silimba-
ni", aeronautas (marido y mujer de origen italiano
aue recorrían las ferias del mundo haciendo exhibi-
ciones en globo, como tantos que así se ganaban la
Yida, arriesgaban las suyas y creaban emoción en
pueblos y ciudades en tardes tranquilas.
El público salteño esperaba impaciente estas
ascensiones. Los Silimbani hicieron mucho ruido e
invitaron al pueblo a presenciar sus proezas. Se
elevaron desde el Recreo Sailteño-- a la derecha de
calle Valentín (lueg~o Suárez) ail negar al Sau-
7.al.
La primera ascensión la cumplió al atardecer
60
de:112 de dicrembre de 1903 el señor Silimbani solo
sin su esposa; estuvo 18 minutos en el aire, a una
a:tura de unos 500 metros, llevándolo una suave
viento hacia Salto Chico, debiendo arrojarse a las
aguas antes de caer sobre las piedras. Una lancha
y un bote de la cañonera Suárez acudieron en su
socorro. No sufrió lesiones el aeronauta. La ascen-
sión y recorrido fué seguido por más de dos mil
personas desde e1 Recreo que desde temprana hora
de fa tarde se dieron cita para ver todos los prepa-
rativos, ·es deQir, como se llenaba el glopo, inmenso
blancoi y negro, con muchos adornos y con una bar-
quilla de mimbre, colgando de eUa un trapecio,
desde donde el aeronauta hizo muchas arriesga-
das demostraciones, que "h¡icieron contener el
aliento' como dijeran las cró11¡icas.
El resto del público contempló el espectáculo .
.gratuitamente, desde las azoteas de sus casas.
Pocos días después, -un domingo- la Sra.
Silimbani hizo su ascensión ante gran espectativa.
Concurrieron esa vez al R'ecreo más de cinco mil
personas, una cifra increíble para aquellos t~em-
pos. Cuando la tarde ya se iba haciendo oscura re
cién ascendió, el globo tomó hacia el norte cayen-
do a los cinco minutos en el Prado Sarrteño. El pú-
blico se desbandó a pie y en carruajes y volantas
ha~ia aquel paraje, pero a los pocos instantes la
Siil.imbani reapareció en un coche, siendo sacada
de él y llevada en andas hasta el Recreo donde la
esperaba su esposo y ... el producido de una jugo-
sa entrada. · ·
61
LOS TIPOS POPULARES
En cada rincón de la tierra hubo siempre, for-
mando parte del paisaje interno, uno o varios ti··
pos populares; acuarelas del ambiente, tipos que
dieron fisonomía a1 lugar.
Salto siempre los tuvo. Los años no han hecho
olvidar a muchos de esos personajes que Henaron
de historia nuestras calles. Humildes y tristes fi-
guras unos, alegre y desaliñados otros, ocuparon la
atención del pueblo por años, y en pasando éstos
aún se les recuerda. Otros, aún continúan.
LA NEGRA CASTURINA, legendaria figura, casi
ciega ya en los albores del 40, marquesa de corsos
óe los buenos tiempos, cuyo apogeo fué precisa-
mente en el que Los Atenienses lanzaban en e1 dis-
é:O el estribillo de La Chicharra. Su hijo, EL NE-
GRO JULIO siguió el camino de su progenitora en
d marquesado carnavalesco, arrastrando su vejez
hasta me~iados de 1964 en que muriera en el Ho-
gar de Ancianos, sosteniendo su vejez con un bas-
tón que tantas veces le sirvió de "varita" para diri··
gir a su modo e1 tránsito con aquel "si ... ga, si ...
ga" y levantando su "pajma" amarillo por ilos añ.Js,
para saludar algún conocido. Siempre tuvo aspira-
ciones de recuperar su trono carnava1lesco, siem-
pre se presentaba a los concursos, hasta que un
Amaro le ganó de mano, aunque era de su dinas-
tía. Un acto de desagravio, ante las postergaciones
que l e hacía la autoridad, cumplieron sus amigos
1
.63
GO GOMEZ, pacífica y quertda figura con su laza-
rmo ofreciendo con un ademán mudo sus billetes
que nunca t enían premios. El actual PENAL, el
1
68
Aparicio Saravia. Rápidamente se hizo uno de sus
más cercanos colaboradores. Su desconocimiento
c;el terreno era suplido con creces con sus conse-
jos tácticos ganados con su experiencia en la Aca-
demia Militar y en los propbs campos de batalla
Üf Europa, refulgentes de brillantes uniformes. Su
sangr e azul se confundió con la roja de nuestros
1
74
PRIMEROS PROFESORES
Las gestiones para obtener el concurso de pro-
fesores para Ingreso dió rápido y satisfactorio r2-
sultado. Al comenzar las c'lases entraron en fun-
ciones, prestando gratuitamente su colaboración
los siguientes profesores y maestros: Srtas. María
I. Schmersow, Teresa Caamaño, Ailec Soto, Ana C.
Minatta, Josefa D. de Fuenthes, Carolina D. Sil-
vestre, Virginia Malinverno, Marina Esteva, Elida
Sánchez, Mimosa Llama, Nélida Llona; Sras: Cle-
11a Rafetto de Fagúndez, Elba Hernández de Lave-
chia, Nelly Ifrán de Filgueira y Sres. Ismael Ro-
dríguez, Raúl M. Macció, Eleazar Nan, Ventura G.
Silva y Arturo Aníba1. Gagliardi.
!JE INICIAN LAS CLASES
El tiempo no estaba para mal gastarlo. El en-
tusiasmo de los organizadores había logrado apo-
derarse de profeso1'es y alumnos que sólo espera-
ban el día, mejor dicho la noche indicada para co-
menzar ordenadamente una nueva actividad cul-
tural. Y eFa fué fijada para el 19 de octubre a las
21 horas. Se hizo saber el cierre de las inscripciones
para el 15 de ese mes, y a todos los inscriptos se
les cursó una comunicación citándolos para el 19
a las 21 en el loca:1del liceo, y se agr egaba: "lleve
1
cuaderno y lápiz".
Y las c!lases comenzaron. No había Director.
La comisión organizadora se prodigaba solucionan-
do problemas, alcanzando tizas que debían adqui-
rir de su propio peculio, obsequiando abonos de
ómnibus para los necesitados, conversando con los
profesores que por no ser oficiales, o quien sabe
por qué, no lograron ese año que se les permitiera
descansar en la "Sala de Profesores". Esporádica-
mente el Ing. Pereira Machado hacía sus recorrí-
75
das por el patio y encontrando todo en orden se re
tiraba.
PROBLEMAS Y VISITAS IMPORTANTES
Los problemas surgían siempre. El mas impor-
tante fué el siguiente: la Dirección General había
dispuesto que quienes cursaran estudios en liceos
nocturnos debían exhibir su condición de emplea-
dos u obreros que no les permitiera concurrir a,1li-
ceo diurno, y a pesar de no ser oficial este insti-
tuto, lo exigió así ,enviando como observador al
Inspector Edme Errazquin, para que luego emitie-
ra un informe.
Pero esta difkultad fué pronto solucionada.
Si se esperaba que las empresas o comercios envia-
ran por si los certificados de trabajo habría que
esperar mucho tiempo, entonces se recurrió a la
buena voluntad del Inspector de Trabajos Sr. Ju-
lio Escanellas, quién en compañía del Inspector
Errazquín recorrió prácticamente "todo Salto"
arrancando en dos días 'los certificados de trabajo
de todos los 1estudiantes en los !locales de las em-
presas y comercios. Y eran 230 !
La obra marchaba y la Comisión bombardeaba
con notas y gestiones a cuantas autoridades po-·
nían a su alcance para lograr su habilitación u
oficialización. Pero a:Uá arriba consideraban pre-·
maturo todavía, y -el papeleo debía andar cuatro
años para lograr el fin!
En jira electoral había llegado a nuestra ciu-
dad el Dr. Juan José de Amézaga, y la comisión no
perdió tiempo, le entrevistó para arrancarlie la pro
rr~esa de su preocupación por el liceo. Concurrió
e1 Dr. Amé2,aga al liiceo nocturno en la noche del
5 rle noviembre quedando impresionado por la mar
cha del mismo.
76
FEBRERO DE 1943 - LOS EXAMENES -
Llegaron los exámenes de ingreso de febrero
y el promedio de aprobados fué de casi de un cien
por cien. La razón del licieo nocturno se hace más
valedera y la responsabilidad de profesores y alum
nos era manifiesta.
El 24 de febrero, los estudiantes dieron un
lunch en la Confitería "Ideal" a sus profesores. Es-
pecialmente invitados concurrieron los miembros
de la Comisión Organizadora y el Inspector Edme
Errazquin. Hic1ieron uso de la palabra los estudian
tes Aroldo Sabarroz, María del C. Deldeo, Raúl Her
nández, Antonio Suárez Viera e Ignacio Puigvert.
En nofubre de los profesores lo hicieron los señores
hmae1 Rodríguez y Eileazar Nan. Finalmente el
Inspector Errazquin pronunció un brillante discur-
so, diciendo: "Creo que el liceo nocturno es realidad
porque todos han puesto en esta obra ca1lor,afecto y
sinceridad ,y no pueden dejar de triunfar el amor,
la fraternidad, ei entusiasmo y el calor de la amis
tad. Hoy no 1leshabla el Inspector. Les habla Erraz
quin el hermano mayor, que se formó a hacha y
martillo, y por eso lo comprende y la comprensión
ablanda e1 corazón y abre los brazos en abrazo fra-
terno".
Luego hizo entrega en nombre de la Comisión,
de dos relojes, uno a cada uno de los a;lumnos que
obtuvieron la nota más alta 'en los exámenes: la
Srta. María Celia Astiazarán y el joven Germán
Ness.i, recordándo1les que un reloj es un objeto fa ..
tídico cuando marca la hora del dolor y es una
rnáquina maravillosa, cuando, como esta noche,
evoca la lDra triunfal.
OTRO AÑO DE CLASES
Terminados los exámenes de ingreso había
que ir a la instalación de los primeros años y tam-
77
bién los s1guientes pues eran muchos los inscriptos
deseosos de continuar sus estudios truncad,Js por
razones de trabajo hacía muchos años. La Comi-
sión no se dio descanso. Una dificultad vino a des
alentar un poco. A fines de marzo la Dirección del
Liceo recibió una nota de .la Dirección Gral. en que
expresaba: "que había 'emitido opinión favorable
a la creación de la división nocturna del Ins. Po-
litécnico "Osimani y Llerena"; disponer el cálculo
_de los recursos necesarios para su funcionamiento
y no hacer lugar a1 funcionamienb con carácter
l:onorario del curso nocturno, atenb a que el
Consejo recabaría de inmediato de la Superioridad
la obtención de los fondos necesarios".
Esta última resolución llenaba de consterna-
1
101
alumnos en forma gratuita. Pero esa subvención
no llegaba y los Directores con estrecheses econó-
micas recurrieron al Jefe Político. Este, de inme-
diato en larga y aclaratoria carta se dirige ál
Ministro de Gobierno en Diciembre del 91 plan-
teando el asunto y expresando que ahora, este año,
ya son quince los alumos que reciben instrucción
en forma gratuita, dando cuenta que muchos mé-
dicos, abogados, etc. de Salto han pasado por sus
aulas. Córdoba de inmediato tuvo buena respues-
ta, pero la crisis del erario público era tanta que
sólo se remitió una partida que cubría pocos me-
ses de subvención. Y como "adelanto", ya que el
Decreto que otorgaba las partidas debía ser apro-
bado por las Cámaras, y aún no lo habían trata-
do. Pero, en los primeros días de febrero de 1893
el asunto fue aprobado. Leamos una carta que con
fecha 24 del mismo mes y año le dirigen a Córdo·
b., Osimani y Llerena: "Los directores del Insti-
tuto han contraído con Vd. una nueva deuda de
gratitud que si por las muchas ocupaciones que
trae consigo el arreglo del nuevo curso escolar, no
han saldado hasta hoy, no lo echaron en el olvido.
La subvención que con fecha 15 de octubre de
1890 fue acordada al Instituto a cargo de eventua
les ha sido incluída en el presupuesto general de
gastos por moción presentada y defendida en la
Cámara de Diputados por el Dr. Santos Errando-
r.ea quien nos lo comunicó con fecha 7 del actual.
Entre las personas que han interpuesto sus va-
liosos oficios con ese fin V.S. es sin dudas una de
las principales como lo demuestra la carta del Dr.
Brian que Vd. ha recibido por encargo del Sr.
Presidente de la República y que ha tenido a bien
poner a nuestra disposición. Conociendo pues
cuanto son los esfuerzos y la buena voluntad con
102
que V. S. ha trabajado en esta ocasión como en
otras en pro del Instituto no tendríamos el áni-
mo tranquilo si dejáremos por ello de manifes-
tarle una vez más nuestra gratitud".
El alejamiento - el 21 de febrero de 1894, a
casi catorce años de ocupar el cargo de Jefe Polí-
tico, el Coronel Córdoba se aleja del mismo. No
hubo inteligencia entre él y el nuevo Presidente
Dr. Herrera y Obes. Córdoba dejaba tras de sí,
obras que eran honores, el Hospital, e1 Teatro el
Hipódromo, el ensanche de los cuarteles, la roton-
cia del cementerio, el Panteón de los servidores de
la Patria, la iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, los
edificios de las comisarías 1g Urbana y del Cuer·
po de Serenos, de las comisarías y Concejos auxi-
liares de Belén y Constitución y Lavalleja, de la
Comisaría de Los Corrales, del Correo y del Juz ..
gado Letrado, etc. Las inmensas obras morales, di-
gamoslo así, también quedaban perdurando en el
corazón de todos los salteños.
Una manifestación - Sabedor el vecindario
de la renuncia de Córdoba, se constituyó de inme-
diato una Comisión para hacer una manifesta-
ción popular en su honor, como se costumbraba
expresar ciertos hechos notables en aquellas épo-
cas. Con pocas horas de anticipación a la prime-
ra reunión de la Comisión ecargada de preparar
esa manifestación, se cursaron verbalmente algu-
nas invitaciones. Más de cien personas concurrie-
ron. Las cocherías Testa y Simonelli pusieron gra-
tuitamente a disposición de la Comisión organiza-
dora todos sus carruajes, los pirotécnicos locales
dispu~ieron donar globos cohetes y bombas, la
campaña quería hacerse presente y prominentes
cmdadanos de Concordia, encabezados por su Jefe
Pclítico, también. Se fijó para el 31 a la noche esa
103
manifestación, pero tuvo que suspenderse por la
lluvia que caía con toda intensidad, siendo de la--
mentar que ya había llegado de San Antonio un
tren con ciento cincuenta personas y gente de
Concordia, que igualmente saludaron a Dn. Teó-
filo Córdoba.
Encontramos en un diario local -La Prensa
del 28 de febrero de 1894- la siguiente crónica
referente a dicho acto, ycuyo texto dice así: "La
manifestación de anoche". Jamás el Salto presen-
ció un acto que revistiera la solemnidad y entu-
siasmo que el que tuvo lugar anoche, como de-
' mostración de aprecio, que esta culta ciudad tri-
buta a1 ex-Jefe Político Coronel Córdoba.
A la hora indicada, entre las armonías de la ban-
da de música de la Sociedad "Siamo Diversi" que
h!.lcía cabeza de la manifestación, y el estruendo
de los cohetes y bombas que eran lanzados al es-
pacio, aquella inmensa agrupaciónde vecinos res-
petables, se puso en marcha por la calle Uruguay,
seguida de más de cincuenta carruajes llenos de
familias, iluminados en todo su trayecto por infi-
nidad de luces de bengala de diferentes colores.
Una vez llegados a la Plaza "Treinta y Tres",
los manifestantes se dirigieron a la jefatura Polí-
tica, a la que penetró la Comisión encargada de
saludar al Sr. Jefe Político Dn. Manuel de Cle-
mente, pero este funcionario no se hallaba allí en
aquel momento, siendo representado por el Ofi-
cial 1CJ Don Luis Becú, quien a nombre de aquel,
agradeció la distinción que en aquel momento era
objeto, siguiendo la columna de los manifestantes
por la calle Uruguay, que se hallaba toda emban-
derada hasta la casa del Coronel Córdoba.
Durante el trayecto de la manifestación, mu-
chas familias arrojaron flores a1 pasar ésta. Cuán-
104
cto la columna de manifestantes llegó a la casa
habitación del Coronel Córdoba, el número de per-
sonas que iban formando aquella, no bajaba de mH
quienientas a dos mil personas.
Una vez frente a la casa del Coronel Córdoba,
las familias que iban en los carruajes, fueron in-
vitadas a bajar, como así lo hicieron éstas en su
mayor parte, penetrando en los elegantes salones
que se hallaban iluminados al giorno. Enseguida,
el Coronel Córdoba invitó a los manifestantes en-
traran a acompañarlo a tomar una copa con él,
agradeciéndoles desde aque1 momento la demos-
tración de que era objeto. Más de quinientas per-
sonas entraron entonces, rodeando, como pudie-
ron, una mesa colocada en los inmensos corredo-
res de la casa, que no tenía menos de cuarenta va-·
ras de largo, sobre la cual se veían centenares de
copas y botellas de cerveza, Oporto. Champagne,
Jerez y otras clases de vinos.
En el comedor había otra mesa preparada pa-
l'h las señoras, con bandejas de dulces, confites y
ricos vinos.
Todas las habitaciones de esa espaciosa casa,
fueron invadidas, por el pueblo, que a porfía que-
ría estrechar la mano del Coronel Córdoba, a quien
todos hacían demostraciones del sincero aprecio
que le tienen.
!El primero que tomó la palabra fue nuestro
amigo Serafín Cañizas, quien hizo resaltar las cua-
lidades del Coronel Córdoba, como funcionario pú-
blico. Este contestó manifestando hallarse orgullo-
so y agradecido de la demostración que en ese mo-
mento se le hacía, y dijo que desde la llanura
trabajaría siempre como lo había hecho siendo
funcionario público, por el progreso y adelanto de
e¡;,te Departamento.
105
Acto continuo, habló el Sr. Francisco Silva,
quien fué muy aplaudido, pues el tema de su brin-
dis o discurso, a más de simpático, se refería a
hechos conocidos por todos. Cerró los discursos el
Dr. Echeverría, haciéndolo en nombre de la Co-
misión que presidía la manifestación.
El orador fué varias veces interrumpido pof
los aplausos y vivas al Coronel Córdoba.
Después pasaron al comedor las señoras y se-
ñoritas, donde la distinguida señora del Sr. Cór-
doba atendió a todas ellas, con aquella dulzura y
delicadeza que le es peculiar. Aquí también hubie-
ron brindis, y todos ellos, como los anteriores, con
augurios de felicidad para el Coronel Córdoba y su
familia.
Interín esto sucedía, de los manifestantes qut!
habían quedado en la calle, unos entraban y otros
salían de los espaciosos corredores donde se halla-
ba el refresco, el que era atendido por infinidad
de personas del servicio de la casa.
Era una verdadera romería. Y tanto dentro
de la casa como en la calle, a cada mamen to no
se oían más que ¡Vivas al Coronel Córdoba!
Se organizó también una tertulia con las se-
ñoritas que habían bajado de los carruajes y jó-
venes que se hallaban allí, la que duró hasta las
dos de la madrugada.
Los vecinos de San Antonio, que el domingo
pasado vinieron en número de ciento cincuenta pa
ra asistir a 1a manifestacióó que debió tener lugar
esa noche, no pudiendo venir anoche, dirigieron al
Coronel Córdoba la nota siguiente:
San Antonio, 27 de febrero de 1894.
Señor Presidente de la Comisión encargada de la
manifestación en honor del señor Coronel D. Teófi··
lo Córdoba:
106
La Comisión que suscribe, en representación de les
vecinos nacionales y extranjeros de San Antonio, no
pudiendo concurrir ninguno de sus miembros a esos
actos, viene a nombrar a usted, para representarlos
en la manifestación que tendrá lugar esta noche,
rngándole se sirva presentar nuestras felicitaciones
al señor Jefe Político, ciudadano Dn. Manuel d,~
Clemente haciéndole presente que esperamos que
como su antecesor prestará su decidida protección
a este centro de agricultura; y al ex-Jefe Político
Coronel Don Teófilo Córdoba, nuestro aprecio y es-
timación que ha sabido ganarse por su acierto en eL
cl.esempeño del alto puesto que ocupó. Saludamos
atentamente a Ud. y demás señores componentes
de la Honorable Comisión, que Dios guarde muchos
años. P. Ambrosoni. Antonio Villasboas. Ramón
Barreiro. Juan Villasboas. J. Fernando: Secretario.
Otras muchas notas y cartas recibió también
ayer el Sr. Córdoba entre las qu ehay una de la Co-
misión del Hospital, que dice así:
Salto, febrero 27 de 1894.
Señor Dn. Teófilo Córdoba - Presente.
Muy señor mío: En mi poder su carta de fecha 2,1
dEl que rige, por la que me comunica haber entre-
gado el cargo de Jefe Político a1 Sr. Dn. Manuel De
Clemente, después de haberlo desempeñado cerca
de tres lustros, para ir a confundirse en las filas del
pueblo, entregado a la labor siempre profícua del
trabajo honrado, me es satisfactorio poder agregar
una nota más a esa corriente de manifestación, de
simpatía y aprecio que recibe del vecindario pacífi-
co y honrado que ha sabido estimar en su justo va-
lor sus relevantes cualidades como delegado del
P. Ejecutivo, durante el tiempo de su administra-
ción.
La Caridad y Beneficiencia que siempre contó en
107
Ud. uno de sus entusiastas propagadores y contri-
iJuyentes, siempre recordará con gratitud sus afano
sos empeños en pro de esa santa causa que hoy nos
está encomendada su dirección. Conocedor de sus
méritos y de los trabajos por usted realizados en
pro del Hospital de Caridad, siempre lamentará su
separación del importante puesto que en nuestro
Departamento ha Ud. desempeñado, pero esperamos
ccnfiados en que de esas mismas filas del pueblo
que hoy aplaude su administración, contribuirá
siempre al adelanto de esa obra, de la que fue Ud.
uno de sus más entusiastas cooperadores. Con este
motivo me es grato saludar a Ud. atentamente a
quien Dios guarde muchos años. B. González, Pre-
sidente, Serafín Cañizas, Secretario.
La actividad del Coronel Córdoba no termina
2on su alejamiento de la Jefatura Política. Laciudad
ciE Salto que tan adicta a él le había, sido durante
catorce años le sigue teniendo como líder en cuanta
empresa de destaque y necesidad para el progreso
pudiera haber. Córdoba no rehuye de ninguna ma-
nera a esa tarea, a esa responsabilidad y desde su
puesto de ciudadano o al frente de tropas prosigue
su batallar diario. Queríamos señalar su actuación
al frente de la Jefatura Política. Ojalá en estas pocas
líneas lo hayamos conseguido. Cerremos esta cró-
nica con sucintos detalles de su posterior actua-
ción, que terminan, pi'acticamente con su falleci-
miento.
1897 - Durante el Gobierno de Idiarte Borda
estalla la revolución dirigida por Aparicio Saravia
y Diego Lamas. Córdoba es nombrado Comandante
Militar del Departamento. El 9 de junio los revolu-
cionarios llegan a los arrabales de Salto y estable-
cen contacto aI intentar apoderarse de caballadas.
Son rechazados ocasionándoles bajas, no así dentro
108
de las fuerzas defensoras.
Un encuentro, más serio que el anterior sostie-
ne Córdoba el 18 de julio de ese año. Se dirige a Ar·
tigas para derrotar a una fuerza del Coronel Cabe-
llos que merodeaba por su campaña. Parte en tren
con fuerzas y se baja en Parada María donde lo es-
pera una fuerte caballada salida de Arapey. Acá se
10 reúne respondiendo a su orden otra fuerza des-
i~&ch~:fapoi· el Coronel Lecueder desde Artigas en
Zanja Honda, hoy T. Gomensoro.
A la madrugada rodea a los revolucionarios en
una acción rápida en Paypaso. Se sostiene un fuego
ele dos hcras con los invasores, luego, el propio Cór-
doba carga cJn sus fuerzas de retaguardia, desban
dando a1 enemigo que huye hacia el Brasil. A su re
greso, Córdoba fue recibido entusiastamente por
los salteños.
1903-1904 - Al terminar el año 1903 nuestro
país comienza a sentirse agitado nuevamente por
Aparicio Saravia. El Coronel Córdoba es llamado
nuevamente como en anteriores casos de peligro, la
Comandancia Militar de este Departamento, a pe-
sar de las dicidencias que había tenido con el Sr.
José Batlle y Ordóñez, pero, en tratándose·, comv
Córdoba dijera, "de hacer respetar las instituciones
en bien del país y de mi Partido" aceptó el nombra-
miento citado. Trabajó intensamente reorganizando
fuerzas y distribuyéndolas como siempre con gran
criterio táctico para impedir movimientos al ene-
migo. Sale con una fuerza respetable al campo de
dende se le ordena regresar. Cuando todo estaba
dispuesto para batir a los revolucionrios se le hace
volver, y presenta renuncia de su jefatura militar.
Pero ya en 1904, el 29 de Mayo una fuerza revolu-
cionaria atacó de sorpresa la ciudad que se halla-
ba sin mando m,ilitar. Se presenta Córdoba y pide
109
un puesto de lucha. Es nombrado Jefe de la Plaza
de inmediato, organiza sus fuerzas y la defensa y
cuando ya los revolucionarios se encontraban en
las cercanías de 1a Plaza 18 de Julio son rechazados,
teniendo que retirarse precipitadamente, perdiendo
los invasores la oportunidad que deseaban: estable
cer su gobierno en Salto. Córdoba pasa nuevamente
a ocupar la plaza de Comandante Militar.
Años de tranquilidad en las armas llegarían
luego a nuestro país, sólo las reyertas cívicas se su
cederían, aunque muchos fueron los momentos en
que fuerzas revolucionarias intentarían cruzar el
río Uruguay. En 1910,, por ejemplo Córdoba es nom-
brado nuevamente Comandante Militar en Salto,
en ese entonces tiene como Secretario al que luego
fuera Presidente, al Dr. Baltasar Brum. Carmelo
Cabrera se prepara en la Argentina, pero la activi-
dad desplegada otra vez por Córdoba en su Jefatu-
ra, frustra la intentona. Tranquilizado el país y es-
ta zona cesa Córdoba en su Jefatura, aunque en
octubre de mismo año debe tomar nuevamente su
cargo ante otra amenaza de Mariano Saráviá, y
Basilio Muñoz, quienes entran con sus fuerzas, pero
se someten al Gobierno.
1921 - El 6 de octubre de 1921 se acoge a la ley
de retiro Militar con el grado de General de Briga-
da, con cincuenta años de servicios incesantes y
fructíferos como pocos pueden exhibirlos.
110
OBRAS DEL l\'IIS!\'10 AUTOR:
"Consider:icionC's generales sobre el Dibujo" 1 agotada)
··Historia clC' la franja"
De próxima aparición:
"Memorias dt> un esqueleto•· y otros cuentos
"ViajP al país del muro"
.. ,;111
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