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Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J.

UN MAPA SISTÉMICO: UNA CLASIFICACIÓN GENERAL DE LOS SISTEMAS

Rodolfo Herrera J.

RESUMEN

El sistemismo y el enfoque sistémico de los procesos existentes, y la teoría general de los sistemas, constituyen una
potente herramienta metodológica de investigación, explicación y diseño, para comprender y transformar la
complejidad del mundo. Este conjunto de teorías que se traslapan con una teoría ontológica general y un campo
unificado de ideas, es un campo de la investigación científica y tecnológica y de enorme interés para la ciencia
filosófica y la mutua relación de las prácticas sociales. Se presenta un objeto modelo, denominado mapa sistémico
(un sistema conceptual), representando la estructura de los niveles ontológicos de la realidad, conteniendo a los
componentes producto de la transformación social o construcción de la artificis, es decir, los sistemas conceptuales
y materiales diseñados por los seres humanos.

Palabras clave: sistema, sistemismo, sistémica, teoría general de sistemas, desarrollo, emergencia, nivel, artefacto,
clasificación, mapa.

SUMMARY

The systemism and systemic approach of the existing processes, and the general theory of the systems, they
constitute a powerful methodological tool of investigation, explanation and design, to include/understand and to
transform complexity of the world. This set of theories that are overlapped with a theory general ontological and a
unified field of ideas, is a field of scientific research and technological and of enormous interest for science
philosophical and the mutual relation of the social praxis. Is showed a model object, to name systemic map (a
conceptual system), representing the structure of the ontological levels of the reality, containing to the components
product of the social transformation or the construction of the artificis, that is to say, the conceptual systems and
materials systems designed by the humans being.

Keys words: system, systemism, systemic, general theory of systems, development, emergency, level, artifact,
classification, map.

1. Marco filosófico: cosa material y el movimiento.

El sistemismo, las ideas sobre sistemas, el enfoque sistémico, son un elemento metodológico
esencial de la empresa científica que intenta entender la complejidad del mundo, en especial de
la ciencia filosófica general que responde a la pregunta: ¿de qué está constituido el mundo? Este
trabajo supone un marco filosófico propio de la práctica científica (el enfoque científico)
constituido por dos principios filosóficos: un principio ontológico materialista que postula que
solo existen cosas o entidades materiales o concretas: la realidad o materia es el conjunto de los
objetos materiales, es decir, de los objetos reales y de un principio epistemológico pluralista,
pues reconoce que una cosa material puede tener muchas propiedades, es decir, se reconoce la
variedad cualitativai.

Los objetos materiales, sus procesos existentes, son los referentes de explicación de las prácticas
científicas y se supone que son entidades totalmente calificadas, que usualmente se llaman cosas
materiales o simplemente cosas (por ej.: electrón, animal, máquina, hombre). Una cosa es una
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entidad dotada con propiedades definidas, sean intrínsecas y mutuas, permanentes y transitorias ii.
Las cosas no existen solas (no hay fotón u hombre solos) y no son simples, son objetos
complejos, siempre en cambio e interacción recíproca. Suponer objetos sin acción recíproca con
nada, es decir, sin conexiones, es una ficción. Sin conexión no existiría estructura ni
manifestación de ningún proceso que revele su existencia, sería incognoscible por principio. Esto
es una hipótesis tácita de la ciencia factual.

La práctica científica postula la hipótesis dialéctica que afirma que toda entidad material está en
movimiento o cambio en general, es decir, en transformación y cambio permanente. Esta
propiedad no solo es fundamental sino su forma de existencia iii, pues no hay cosa sin
movimiento, es decir, sin “cambio en general”. No hay movimiento separado de la cosa que se
mueve, las cosas no son el “sustrato” o la “base” del movimiento, ni “median” el movimiento o
son sus “responsables”. Así por ejemplo no hay reacción química sin reactantes y productos de la
reacción, tampoco hay respiración sin pulmón, ni pensamiento sin cerebro, no hay cambio social
sin componentes humanos. La ciencia postula que toda cosa cambia en algunos aspectos
espontáneamente o de manera inducida en otros. El movimiento se manifiesta en forma de
interacciones entre cosasiv. En la ciencia para estudiar el cambio de una cosa es necesario
determinar en cada instante el espacio de los estados de la cosa [Bunge, 1977], es decir, el
conjunto de propiedades que representan su identidad en cada instantev. Así ellas se pueden
definir como aquellas entidades que tienen por lo menos dos estados. En cada ciencia los estados
son estados de entidades concretas o materiales y los sucesos o cambios de estado lo son de ésas
entidades.

2. Clases de objetos.

Una primera y básica diferenciación de objetos es que hay objetos de dos clases: cosas o objetos
materiales (por ej.: un animal) y constructos o objetos conceptuales (por ej.: un conjunto). Solo
existen dos clases de sistemas: materiales y conceptuales.

Lo cual corresponde al siguiente postulado epistemológico: “todo objeto O es o una cosa o un


constructo C, ningún objeto es ambos a la vez (ninguna cosa es un constructo y ningún
constructo una cosa). Es decir, el conjunto de objetos se expresa como la intersección disjunta de
dos conjuntos, uno de cosas y el otro de constructos, simbólicamente: O = Q �C .

Por tanto, en el mundo óntico no se aceptan los sistemas mixtos, como por ejemplo los formados
con teorías (objetos conceptuales) y libros (objetos concretos). Un mundo genuino o sistema no
puede estar compuesto de cosas concretas y cosas conceptuales, por ejemplo libros y las ideas
contenidas en ellos independientemente de los cerebros que las ideanvi.

Los constructos o objetos conceptuales sean científicos o míticos, útiles o no, son ficciones no
entidades materiales (por ej. el número 7). Ellos forman parte de nuestra representación del
mundo, pero no son parte de él. Metodológicamente materializamos la existencia de constructos,
las cuales son creaciones de la mente humana, para diferenciarlos de las cosas (por ej. palabras) y
también de los procesos cerebrales. Este es un axioma del dualismo metodológico, el cual no
obliga a un dualismo ontológico. Lo que no suponemos es que los constructos existan sin
procesos cerebrales, es decir, independientemente de ellos.
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Los constructos, aun los que representan cosas o propiedades concretas, tienen una estructura
conceptual no material, tienen propiedades peculiares que no tienen los cosas, en particular los
predicados y las proposiciones tienen propiedades semánticas como la de significado, las cuales
son propiedades no físicas.

Sin embargo los constructos son objetivos por su fuente u origen, puesto que su fuente originaria
es la realidad que existe objetivamente, es decir, con autonomía respecto al sujeto cognitivo.

3. Sistema: definición

El concepto central del sistemismo o de la sistémica está fundamentado en el concepto de


sistema, que se puede definir como sigue: “un sistema es un objeto complejovii cuyos
componentes están interrelacionados (acopladas, conectadas, ligadas o adheridas), de tal manera
que en algunos aspectos se comporta como una unidad o totalidad íntegra”.

El análisis más simple de un sistema S es dado por medio de un modelo abstracto conformado
por la quíntupla ordenada S : { C , A, E , M , S } : {composición, ambiente, estructura, mecanismo y
superestructura}.

Estas cinco clases de complejidad representadas por la quíntupla son denotadas por medio del
acrónimo: CAEMS [Herrera, 1998, 2002], cuando el significado explícito de los términos es el
siguiente: (i) La composición C es el conjunto de sus componentes básicos; (ii) el ambiente A
es el conjunto de objetos distintos a los de la composición que actúan sobre o son actuados por
los componentes; (iii) la estructura E es el conjunto de relaciones, en particular vínculos,
acoples, conexiones o adherencias entre los componentes (endoestructura) y entre estos y los
elementos del ambiente (exoestructura). La estructura total E es igual a la unión de estos dos
conjuntos de relaciones, representa el aspecto sistémico-estructural de la sistematicidad y de la
integridad. Su efecto es una organización interna del sistema, es decir, una partición (en clases
de equivalencia) de la composición. La frontera del sistema consiste del conjunto de
componentes del sistema que están ligados directamente con elementos del ambiente; (iv) el
mecanismo M está constituido por el conjunto de los procesos internos que hacen que el sistema
funcione, es decir, aquellos movimientos esenciales, en particular las que hacen que el sistema
mantenga su integridad, responsables últimamente de su comportamiento externo, parcialmente
observable. En el caso de la sociedad como sistema, el mecanismo son las prácticas sociales
generadoras de las relaciones sociales. Obviamente sólo los sistemas materiales tienen
mecanismo; (v) la superestructura S designa al conjunto de sistemas conceptuales que
condicionan y/o determinan el mecanismo, es el invariante del sistema, relaciones entre sus
atributos, que representan a los elementos, nexos funcionales y relaciones de interdependencia
entre las propiedades, estables en determinado período de su historia (pe.: la ley de interacción
de los componentes, restricciones específicas, etc.). En el caso social: son sistemas conceptuales
político-administrativos y cultural-ideológicos (pe.: leyes jurídicas, sociales y reglas,
ideologías), los cuales son fijados materialmente (documentos, software, etc.) e ideológicamente
en los componentes humanos. C y A son elementos materiales de S , M son cambios o
procesos en C ; E y S son propiedades de S , por tanto son conceptos.
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Según sean sus componentes: materiales o conceptuales, así son los sistemas, clasificándose en
dos grandes reinos: (i) sistemas materiales (por ej., un átomo, una molécula, una célula, un
animal, un ecosistema, una familia, una fábrica, una sociedad) y (ii) sistemas conceptuales o el
sistema compuesto de constructos, el más simple son las proposiciones como “los hombres son
animales del género homo” (por ej., una teoría es un sistema conceptual hipotético-deductivo, un
código legal es un sistema de reglas).

También existen sistemas de procesos (por ej. actividades o acciones), pues algunos cambios
que surgen en las cosas, se presentan como procesos acoplados, interrelacionados (así algunos
cambios se inician cuando otros se detienen, etc.) constituyendo sistemas, los cuales se
denominan sistemas funcionales. Este es uno de los rasgos generales de sistematicidad: el
sistémico funcional.

En el modelo mínimo se hace evidente la distinción entre las cosas materiales de la composición
y las del medio que las rodea, es decir, entre la identidad de las cosas de la composición y su
exterioridad, tal es la relación entre C y A . Los cambios en las propiedades de las componentes,
en la forma de relacionarse y organizarse, no solo determinan las condiciones del espacio o
ambiente que las “rodea”, sino que también son influenciadas por él. Del hecho de que los
objetos materiales sean entidades que están inseparablemente ligadas a su ambiente, no elimina
su identidad en cada momento de su historia. La integridad de un sistema depende de que los
nexos internos (entre sus componentes) sean más intensos y estables que los externos (entre
componentes y ambiente). Es decir, que la energía interna (“medida del cambio”) que mantiene
la integridad, sea mayor que la de la acción externa para destruirla. Las propiedades de las cosas
son el producto de sus nexos y concatenaciones externas e internas, están determinadas por la
estructura y sus condiciones de existencia. No hay una sola propiedad de la materia que no esté
condicionada por los diferentes nexos e interacciones.

El sistema es una totalidad o sea una formación íntegra. Una ciencia distingue o supone que una
cosa es un sistema, cuando los fenómenos observados constituyen un conjunto significativo y es
imposible comprenderlos fuera de este orden.

Si bien todo sistema es una totalidad, no toda totalidad es un sistema, como por ejemplo el caso
del opuesto al sistema o el agregado: una colección de elementos sin adherencias mutuas e
integridad y por tanto sin estructura.

Sin embargo, para caracterizar a un sistema se requiere determinar y definir en primera instancia
las propiedades de los componentes de la quíntupla ordenada, su estructura, específicamente las
leyes de su movimiento (el invariante relativo de la estructura).

4. Sistematicidad, lo sistémico

El primer y principal signo del sistema íntegro es la existencia de las cualidades sistémicas
integrantes, distintas de las propiedades y cualidades de los componentes que lo integran. Todo
sistema material tiene propiedades emergentes, es decir, no poseídas por sus componentes (un
sistema tiene por lo menos una propiedad emergente). Esta propiedad objetiva de los sistemas se
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resume en la tesis de la emergencia ontológica: “todo sistema posee propiedades distintas a las
de sus componentes”.

Así las leyes de su movimiento (una propiedad del sistema), no son las mismas a las de sus
componentes, lo cual no significa que no se puedan explicar por medio de las leyes del
movimiento de sus componentes. El reduccionismo epistemológico siempre es un programa
posible.

La determinación del todo respecto las componentes no es otra cosa que la determinación de las
mismas componentes sintetizadas de manera especial en el todo. Solo en este sentido la totalidad
constituye la “causa de sus componentes”. No lo es por sí solo, sino en unidad con las
componentes, es la causa de las componentes pero no aislada de ellas, sino a través de su síntesis
dialécticaviii. En el sistema, resultado de la interacción surge una cualidad nueva que a su vez
supedita a estas componentes, las transforma.

Es a partir de los rasgos y particularidades de las cosas existentes objetivamente, que se


fundamenta el concepto de sistema, como una abstracción que refleja las cualidades y
propiedades sistémicas que objetivamente son inherentes a las distintas manifestaciones de la
materia en movimiento.

La sistematicidad o lo sistémico es una propiedad concreta de los procesos existentes, es el


reflejo en la conciencia de la sistematicidad del mundo objetivo. La relación de lo objetivo y lo
subjetivo, consiste en que los diversos sistemas existen objetivamente (es decir,
independientemente del sujeto cognoscente), siendo reflejados subjetivamente en la conciencia
humana, por lo que surge el concepto de sistema como instrumento para conocer a los sistemas,
como representación de lo concreto de realidad y para diseñar y producir nuevos sistemas.

Los sistemas son realidad objetiva, existen en el mundo, se encuentran en la naturaleza y en la


sociedad y además los inventa y construye el hombre, conceptual y materialmente por medio de
sus prácticas tecnológico-científicas (diseño conceptual, ejecución y dirección) [Herrera 1991b],
tales son los objetos o artefactos tecnológicos.

El enfoque sistémico del mundo parte de la tesis ontológica o principio de sistematicidad, el cual
afirma que el mundo es sistémico, que “toda cosa material o todo constructo es un sistema o el
componente de alguno”, es decir, se supone que las cosas y conceptos existen formando
totalidades íntegras o sistemas materiales (o conceptuales) constituidos por cosas materiales
(conceptuales) en interacción (en relación). Además se afirma que “todo sistema es subsistema
de algún otro sistema, excepto el universo”ix.

El sistemismo es un principio ontológico o cosmovisión que postula que “toda cosa material y
todo constructo es un sistema o componente de algún sistema”.

Por ello es que en la ciencia filosófica o la ontología-epistemología científica se considera que el


universo no es un montón de cosas, sino una totalidad interconectada, no un agregado, es un
sistema, una cosa compuesta de cosas interconectadas. Un sistema de sistemas.
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5. Dialéctica y desarrollo

La propiedad fundamental del sistema material, como de toda cosa material, es el movimiento, el
cambio, la transformación de su estado. Este es otro aspecto de la sistematicidad: lo histórico,
afirmándose entonces las tesis dinamicistas y sistémicas: “el mundo es sistémico y está en
transformación y cambio permanente”x. Por ello la unidad del mundo material se expresa en la
concatenación y el condicionamiento de todas las cosas determinadas por la interacción y el
movimiento. Además los sistemas siempre están en alguna etapa de desarrollo, cuando por éste
último se entiende “el movimiento o cambio sujeto a leyes, íntegro, legítimo y autoespontáneo
del estado cualitativo de un sistema”, es decir, es un movimiento particular o relativo que
transcurre entre el surgimiento del sistema hasta su destrucción; proceso de complicación de los
vínculos, formas del movimiento y estructura de las cosas. El desarrollo implica el aumento de la
complejidad de la organización interna, de la estructura de la cosa, es decir, es un proceso de
reestructuración permanentexi.

Este es un rasgo importante de la argumentación filosófica de las investigaciones sistémicas: la


unidad del principio de sistematicidad y del principio del desarrolloxii. En este plano se puede
redefinir un sistema como “una totalidad íntegra estructurada y en desarrollo”.

La investigación sistémica factual debe determinar cuál es el “factor formador” del sistema
material, las condiciones y procesos por los cuales un agregado de componentes materiales
(multitud no organizada y caótica) en interacción se convierte en un conjunto estructurado y con
integridad, es decir, en sistema.

Todas las prácticas científicas investigan, buscan explicaciones objetivas y racionales del
movimiento o cambio de los sistemasxiii, estudian su modo de ser y de emerger o de
transformarse. El elemento central, la idea primera y cardinal, en la investigación sistémica es la
búsqueda de los factores formadores de la integridad y desarrollo del sistema, sobre el cual puede
construirse y formularse su concepto mismo.

La ciencia reconoce varios modos de ser: caóticos, aleatorios, causales, sinérgicos o


cooperativos, dialécticos o conflictivos, con metas o propósitos, y su función es precisamente
explicar tales procesos, su nacimiento, emergencia y desaparición. Así la concepción dialéctica,
al contrario de la metafísica, considera como fuente del desarrollo el proceso real de interacción
de las oposiciones objetivas o contradicción en el interior del sistema y no como resultado de
acciones únicamente externasxiv.

6. Estructura de niveles

Las formas del movimiento no están separadas de los componentes materiales y sus sustratos, son
propiedades de ellos, en realidad cada una de las formas concretas del movimiento son formas de
existencia de determinado tipo de materia xv. Cuando se estudia la composición de las cosas y los
procesos materiales, se descubre que hay diferentes niveles de complejidad en el movimiento de
la materia, dominios específicos de cierto tipo de interacción y movimiento, que corresponden a
niveles ónticos diferentesxvi. Estos tienen sus propias características y propiedades, pues cada
forma fundamental engloba procesos que caracterizan a grandes conjuntos de cosas y sus leyes
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propias. Existen muchas formas del movimiento (en realidad se supone la infinitud ontológica
del mundo) de las que la ciencia actual reconoce cuatro formas fundamentales (sus referentes
básicos de explicación), a saber: físico, químico, biológico, social con sus subniveles y niveles
intermedios. Estos componen los procesos de la materia física, química o inorgánica, biológica y
biosocial. Este último constituye a la sociedad y su producto artefactual, como se tratará más
adelante.

Esto corresponde con la hipótesis ontológica de que “la realidad tiene una estructura de
niveles”xvii, que el plano óntico se subdivide en niveles [Bunge 1979], se disocia en niveles
distintos, en dominios específicos de cierto tipo de interacción. Estos distintos niveles sistémicos
tienen una organización óntica en correspondencia con el principio de la complicación de la
organización de la materia, produciéndose una escalera estructural “ascendente en complejidad”
conformando a diferentes “niveles de organización de la materia” o “niveles estructurales de la
materia”: desde “partículas elementales” (por ej, fotones) y “campos”, al “hombre” dotado de
conciencia. La realidad material se presenta en forma de sucesión de niveles cada vez más
complicados, donde cada uno de ellos tiene una temporalidad propia, relativamente autónoma e
independiente de la temporalidad de los demás. Entre más campos se dividen, entre más
diferenciación en la ciencia, más notoria se vuelve la unidad material interna de la realidad, la
unidad del mundo.

Las tentativas para crear una ciencia unitaria se debe a la comprobación de que la propia
realidad en su estructura, es sistémica. La existencia de analogías estructurales entre diversos
campos (absolutamente distintos) se basa en el hecho de que todas las regiones de la realidad
objetiva son sistemas. La “jerarquización” de la realidad por un principio no teológico solo es
posible sobre la base de los grados de complejidad de la estructura y de las formas de
movimiento de la propia realidad.

Las clases o niveles ónticos de las entidades materiales que reconoce la ciencia actualmente son
los siguientes: (i) el fisiosistema (nivel físico o conjunto de las cosas físicas: partículas
elementales, cuerpos, campos); (ii) el quimiosistema (nivel químico: conjunto de todos los
sistemas químicos); (iii) el biosistema (nivel biológico: conjunto de todas células o organismos
multicelulares); (iv) el sociosistema o sociedad como conjunto de todos los sistemas sociales; y
(v) la artificis (nivel técnico: conjunto de todos los artefactos de cualquier tipo, como los
tecnosistemas) dependientes funcionalmente del sociosistema [Herrera, 1992]. En la figura
adjunta se da un esquema representando gráficamente a estas ideas.

Todos estos niveles son irreducibles ontológicamente, lo cual no evita la posibilidad de buscar
una explicación epistemológica de un nivel por otro. Es decir, reduccionismo epistemológico y
pluralismo ontológicoxviii. En particular, los biosistemas tiene propiedades que no tienen los
sistemas físicos o químicos, los sociosistemas con propiedades que no tiene los biosistemas (por
ej. un “hombre” es un ente biológico con propiedades sociales que no se dan en nivel biológico,
pe., su cuenta bancaria), etc.

La organización de niveles es un tipo de “matrioshka”xix cuando a diferencia del juguete, en este


caso no solo se trata de objetos materiales (cosas o sistemas) que son nuevos en principio, sino
también de interacciones nuevas de principio, de un mundo de procesos que también son nuevos
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de principio, es decir, de un nivel de complejidad del movimiento distinto. Aun en el nivel físico
se da una estructura de niveles, de lo microcósmico a lo macrocósmico; así por ejemplo los
procesos en el “átomo” no se parece en nada al mundo de los fenómenos que reina en el núcleo
compuesto, o al de los “cuerpos” que son cosas con posición y masa definidas, etc.

7. Principios de desarrollo y evolución.

Los niveles superiores poseen gran variedad de conexiones e interacciones, es decir, formas del
movimiento más complejas. Sin embargo, los niveles sistémicos superiores no son
temporalmente independientes y autónomos respecto a los niveles inferiores, es decir, dependen
para su existencia de los niveles inferiores y han surgido en el tiempo, en un proceso evolutivo a
partir de los inferiores. Esto corresponde al principio de subordinación, al “principio del
desarrollo de las formas superiores del movimiento de las inferiores”, desde lo simple a lo
complejoxx.

Cada sistema es componente de otro de nivel más elevado y a su vez está formado por
subsistemas de nivel inferior. Es decir, las cosas en un nivel ontológico dado, están compuestas
de cosas que pertenecen al nivel precedente. Así por ejemplo, la bioesfera está compuesta de
ecosistemas, éstos de poblaciones, éstas de organismos, éstos de órganos, éstos de células, éstas
de organelas, éstas de moléculas, éstas de átomos y éstos de las llamadas partículas elementales.

Así la estructura de niveles es tal, que estos cumplen con una relación de orden con el nivel de
precedencia: < (o su dual, el nivel de emergencia) o L =< L,<> . Esta se puede definir como
s �Ln+1 � C ( s ) �Ln �
sigue: "Ln , Ln < Ln +1 �def "s �
� �, donde C ( s ) designa a la composición del
sistema s . Los niveles son ordenados por precedencia, no por dominación o jerarquía.

Cuando se analiza como orientación general el desarrollo de la realidad objetiva (naturaleza,


sociedad) de lo inferior a lo superior, se sigue no solo el curso de desarrollo de las “formas del
movimiento”, sino también “las transiciones de las formas del movimiento”. A estas formas del
movimiento corresponden las ciencias de transición entre un nivel y otro (por ej., la
fisicoquímica, la bioquímica, psicofisiología, etc.).

El desarrollo y evolución de los sistemas materiales comprende transformaciones cualitativas


que no pueden reducirse a simple crecimiento o transformación cuantitativa, la cual conserva los
rasgos generales de las formas del movimiento existentes y sus leyes. Es un proceso de
complicación de los vínculos de las formas del movimiento y de la estructura de los sistemas, en
los que se reconoce la existencia de procesos de emergencia de la novedad, por cuanto se
produce la transición de un nivel óntico a otro, es decir, dándose un salto cualitativo xxi.

Por eso la ciencia filosófica postula la existencia de mecanismos de emergencia de la novedad, la


posibilidad sistémica del surgimiento de propiedades nuevas, del desarrollo del sistema, es decir,
del principio dialéctico o de emergenciaxxii de que en ciertas etapas de un proceso pueden surgir o
emerger cualidades nuevas. Es la transición de una cualidad a otra, es decir, de una cosa que
posee una cualidad, a una cosa que posee otra cualidad.
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Ello implica procesos evolucionistas en los cuales aparecen nuevos sistemas. De ahí la tesis
evolucionista: “toda emergencia es alguna etapa de un proceso de evolución”, es decir, de un
proceso único en el cual emergen absolutamente nuevas cosas poseyendo propiedades que
ninguna cosa ha poseído (por ej. en biología: mutación, adaptación; en la evolución cultural:
comportamiento e ideación). La novedad cualitativa se puede dar por acreción, por ensamblaje
de componentes (natural o artificial), o en general por procesos donde cosas heterogéneas se
unen para formar sistemas, sea instantánea o gradualmente.

Los sistemas al contrario de los agregados emergen por combinación o autoorganización más
que por agregación, los sistemas en un nivel han surgido durante un proceso de ensamblaje a
partir o con la ayuda de cosas en el mismo nivel o del nivel o genera inferior, es decir, de
entidades de un nivel inferior. Así los componentes de todo sistema tienen partes que pertenecen
a los niveles inferiores y los superiores se arraigan en los inferiores histórica y
contemporáneamente. Es decir, no son autónomos, los tipos de movimiento dependen en su
existencia de la subsistencia de los niveles inferiores y han surgido en el tiempo a partir de lo
inferior en un proceso evolutivo.

Este arraigo de lo superior en lo inferior, es la base objetiva de la explicación parcial de lo


superior por lo inferior o a la inversa. Esto es, a pesar de la unidad indisoluble de las distintas
formas del movimiento, hay entidades que se pueden analizar en el contexto correspondiente, en
su propio nivel óntico emergente. Tal es la idea de “los eslabones de la estructura de la materia”,
de la ascendente “escalera estructural, correspondiente a los peldaños del desarrollo de la
naturaleza” en los cuales prevalecen “las relaciones y conexiones estructurales entre los objetos
en el espacio” y de “las etapas del desarrollo de la naturaleza en su conjunto”, las cuales se
caracterizan por el elemento del historicismo, es decir, las conexiones genéticas “entre los
objetos en el tiempo”. La esencia del estudio científico de un sistema consiste en intentar
explicar sus propiedades sistémicas (o emergentes), en términos de la interacción de sus partes o
de su historia.

8. Pirámide sistémica

El principio del desarrollo histórico de la materia presupone: (i) que el surgimiento de las formas
del movimiento más complejas se originan y surgen de las más sencillas o inferiores; (ii) que a
cada forma de movimiento le corresponden objetos con propiedades específicas; (iii) que estos
objetos cumplen con la ley general que rige a todos los procesos de ésa forma de movimiento.

Cada forma fundamental de movimiento engloba a procesos que caracterizan la existencia de


grandes conjuntos de objetos materiales supeditados a las mismas leyes y que poseen rasgos
comunes en sus manifestaciones, es decir, que pertenecen a un nivel ontológico determinado.

Entonces el principio del desarrollo y el reconocimiento de la existencia objetiva de una


estructura de niveles, facilitan un criterio objetivo para la clasificación de las formas del
movimiento en concordancia con su origen histórico y por tanto permiten idear una primera
clasificación científica sobre la composición del mundoxxiii.
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Un objeto modelo que sintetice estos conceptos se puede lograr mediante una pirámide sistémica
[Bunge 1979] (figura), en la cual todos los niveles superiores están compuestos por las entidades
de los inferiores (por ej. el orden: ecosistema, sociedad, hombres, organismos, sistemas celulares,
células, moléculas, átomos, partículas elementales). El modelo expresa la orientación general del
desarrollo de la naturaleza de lo inferior a lo superior, en el esquema se ven los peldaños del
desarrollo o los niveles fundamentales de organización de la materia conocida. La pirámide
muestra componentes en los tres dominios principales de la realidad: (i) la naturaleza no
humana, representada por tres subsistemas: físico, químico y biológico y (ii) la naturaleza
humana o sociedad y (iii) lo conceptual o el resultado del pensamiento (función y producto
humano), tres campos que corresponden con la prácticas sociales o humanas de transformación.
Además permiten construir el sistema único y universal de los objetos materiales que comprende
a la “naturaleza” y el “hombre”, en un orden lógico de colocación de los peldaños o niveles de
organización de la materia. Una sucesión ascendente única desde las micro-partículas hasta las
formaciones meso-cósmicas.

Cada nivel representa una forma fundamental de movimiento de la materia, cualitativamente


determinada con todos sus cambios cuantitativos propios, y por cuanto ellos transcurren dentro
de una cualidad dada, constituyen el objeto y referente de alguna ciencia natural o social.

En cada nivel puede haber diversidad de sistemas, cuando sus diferencias se presentan solo
según la naturaleza o las propiedades del objeto (sistémicas, de estructura), espacio-temporales
(dimensión del objeto). En cada uno de los niveles de organización de la materia se opera una
diferenciación más detallada de los subsistemas componentes y se desdobla en ramas de la
investigación científica. En la naturaleza inorgánica (minerales, meteoritos, etc.), en la orgánica
(organismos biológicos etc.) y de ahí al paso del hombre y la sociedad y sus subsistemas.

Sin embargo los sistemas materiales pertenecen en general no a un sistema sino a varios, pues
contienen las partesxxiv de otros sistemas de un nivel óntico inferior. Por ello el conocimiento real,
auténticamente concreto, no es simplemente sistémico sino que es un conocimiento
plurisistémico. El resultado de este conocimiento hace que en la actualidad un objeto es
estudiado por varias ciencias y una misma ciencia extiende su investigación a muchos objetos,
contrario a lo que sucedía en el pasado. La interacción e interdisciplina real de las prácticas
científicas se ha intensificado, produciéndose dos tendencias opuestas: la diferenciación y la
integración del conocimiento.

9. Clasificación de los sistemas materiales

La existencia de una diversidad de sistemas materiales anclados en los niveles ónticos descritos,
permite analizar las bases objetivas para diferenciarlos y clasificarlos dentro de las concepciones
sistémicas en general, clasificaciones que dependen de las posibilidades del desarrollo de las
ciencias y las tecnologías. A pesar de que esta clasificación tiene raíces en el pasado, sus
conceptos no tuvieron efecto en los pensadores relacionados originalmente con la sistémica,
especialmente los estadounidenses y en general con el pensamiento filosóficamente idealista.
Una clasificación general como la descrita se fundamenta en posiciones filosóficas más acordes
con la ciencia actual [Engels, 1958 y Bunge, 1979].
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Uno de los primeros intentos después del 50 por establecer una “jerarquía” de sistemas en el
intento de explicar la “complejidad”, fue hecho por Boulding [Boulding, 1956]. En su trabajo el
autor cita la emergencia de una serie creciente de disciplinas híbridas xxv, así como también el
surgimiento de “teorías generales de sistemas” tales como la cibernética, la teoría de la
información, de la organización, de la administración, etc., evidenciando la necesidad de una
especie de metadisciplina como la teoría general de sistemas y además elaborando un esquema
en el que se muestra una jerarquía intuitiva de la complejidad del mundo realxxvi. Muchos otros en
el moderno movimiento de los sistemas lo hicieron luego, estudiando la taxonomía y la tipología
de los sistemas [Checkland 1971] [Herrera 2006a,b)].

Referirse a niveles de organización, o de complejidad, integración, evolución y de jerarquía ha


sido muy corriente en las ciencias, en especial en la biología durante el último medio siglo
[Bertalanffy 1950]. Pero en la mayoría de los especialistas de las prácticas científicas particulares
no ha habido consenso sobre el significado de los términos como “nivel” y “jerarquía”, los cuales
se usan y casi nunca se definen. Este concepto lo dilucidó y desarrolló Bunge [Bunge, 1977].

Como se ha afirmado en la sección anterior, en base a la pirámide de niveles, los sistemas


materiales se pueden clasificar en dos grandes divisiones: sistemas naturales y sistemas
artificiales. Los sistemas naturales son producto de los procesos evolutivos sin intervención
humana y se presentan en sistemas en distintos niveles de complejidad y desarrollo.
Diferentemente el nivel ontológico social: la sociedad o el sociosistema como sistema material,
es en parte un autoproducto humano, es parte de la artificis de la “naturaleza humanizada”, de la
“segunda naturaleza”xxvii. La sociedad resulta de la combinación de dos conceptos: la naturaleza
o “campo natural”: un biosistema y el hombre como manifestación del desarrollo de aquél. Se
podría pensar en un campo natural, una entidad del nivel biológico fundamental en el que los
hombres son condensaciones locales de tal campo biológico que constituyen en su interrelación
[Herrera 1998].

Por otra parte, los procesos existentes se representan como cambios de estado de una cosa
determinados por sus nexos internos y externos. La mayoría de los cambios que se producen en
una cosa o sistema material están conectados o acoplados, de manera que cuando un proceso se
inicia o se detiene los otros cambian. Por tanto los procesos, como ya se comentó en párrafos
anteriores, también constituyen sistemas, un tipo de que se denominan funcionales, cambios de
estado sistémicos de las cosas materiales, los sistemas funcionales son conjuntos de procesos
acoplados. En especial en los organismos se dan sistemas de carácter muy especial.

10. Clasificación en el nivel social: la artificis.

El nivel social es el movimiento más desarrollado que se conoce, el nivel sistémico más
complejo, por ello se coloca en el mapa sistémico en la zona del vértice superior. Desde el punto
de vista humano-céntrico existe la sociedad y lo que no lo es, es decir, el ambiente (o
“naturaleza” como es usual decirlo). La sociedad es parte del único mundo material que nos
rodea (sus componentes humanos en el sentido biológico son producto natural), pero representa
un nivel específico cualitativamente distinto del de la naturaleza, con leyes propias. Su
característica más importante del desarrollo a diferencia de la naturaleza, es que sus componentes
Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J. 12

son seres humanos dotados de conciencia y voluntad, que realizan “actividades orientadas”, es
decir, intencionales con fines o metas y autodirigidasxxviii.

Así la vida social, sus leyes sistémicas son producto de la actividad humana, de la práctica
social, un auto-producto orientado que transforma su ambiente apropiándoselo, creando la
novedad artificialxxix. Esta novedad consiste de todas las entidades artificiales producidas por el
hombre y que se sintetizan en los dos tipos de sistemas siguientes: sistemas y objetos
conceptuales diseñados y sistemas y cosas materiales diseñados [Herrera 1991a]. Se podría decir
que la sociedad en sí misma es un proceso socio-natural auto-diseñado por los componentes
humanos [Herrera 1998, 2001].

En el mapa sistémico mostrado en la figura se esquematiza este proceso y se relaciona con la


pirámide de nivelesxxx.

Los sistemas y cosas artificiales materiales son producto de la transformación humana


(desorganización-organización) de los sistemas naturales que le “rodean” y el “hombre” es
producto de estos sistemas. Estos sistemas se pueden denominar sistemas materiales diseñados,
pues son diseñadosxxxi, creados como resultado de algún propósito humano y existen para servir
tal propósito [Herrera 1991b]. Estos a veces en el nivel tecnológico-científico se dividen en dos:
los sistemas técnicos, constituidos por artefactos materiales (por ej. máquinas) y los
tecnosistemas, o artefactos sociales (subsistemas sociales como pe. industrias: sistemas de
máquinas y hombres, bancos etc.) que hacen sistemas técnicos o artefactos. En general se
denominarán aquí tecnosistemas [Herrera 1992]. En el mapa se indican estas divisiones.

En especial en el nivel productivo, este nivel está constituido por artefactos, o sea por cosas
diseñadas por seres racionales, utilizando alguna técnica primitiva o avanzada xxxii. El mundo de la
artificis es producto humano resultado del proceso de apropiación social del entorno o ambiente
natural: procesos del diseño tecnológico de desorganización-organización de la realidad objetiva.
Es decir, la artificis no es una cosa más, sino que no existía antes de la emergencia del hombre o
de algún otro ser racional en el globo terráqueo, la artificis es una emergencia social, ella
constituye el medio tecnológico (milieu téchnique) [Ellul 1965]xxxiii de la sociedad, el entorno
apropiado: la extensión de las manos y el cerebro del “hombre”.

Para estudiar los artefactos de cualquier clase, es necesario considerarlos como sistemas y buscar
las leyes que rigen el movimiento global y de sus partes en distintos niveles de referencia
concreta.

En el nivel del sociosistema o sociedad, los seres humanos producen objetos y sistemas
conceptuales de varios tipos (científicos o no), los cuales constituyen un nivel de conocimiento
fijado materialmente en sistemas de información. Estos sistemas producidos socialmente se
pueden denominar sistemas conceptuales diseñados y se clasifican en tres tipos: formales (por ej.
la lógica o las matemática), sustantivos (por ej. las teorías científicas con referentes concretos) y
operativos o funcionales (por ej. un programa de acción productiva o de actividades
humanas)xxxiv. En el mapa esto se representa con una línea punteada envolviendo el área de la
composición humana de la sociedad y para señalar su característica conceptual.
Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J. 13

La sociedad produce los sistemas semióticos o compuestos por personas usando signos
artificiales (pe., palabras, figuras, mapas, etc.) que tienen significado para sus componentes.

Como se comentó anteriormente estos metodológicamente constituyen un milieu ideal, una


propiedad de los “hombres” componentes de la sociedad y que solo existe en cuanto existan
seres que piensen. Teillard [Teillard, 1955] desarrolló la tesis del proceso de creación humana de
la noosfera, el milieu ideal aunque con concepciones filosóficamente idealistas. Algunos
designan a estos sistemas como sistemas abstractos en lugar de sistemas conceptuales, pero en
realidad todos son abstractos, tales como los de la matemática, lógica, poesía o filosofía.

Los sistemas conceptuales sustantivos, especialmente los científicos-básicos y los científico-


tecnológicos [Herrera 1992a], son tipos de sistemas diseñados por el hombre, están constituidos
por componentes o entes conceptuales en interrelación como son los sistemas de propiedades
(relaciones funcionales entre las propiedades cuantificadas), con referentes en los sistemas
concretos y contrastados en la práctica experimental y social.

Estos sistemas con referentes en la realidad objetiva “representan” o “modelan” cosas y procesos
materiales y constituyen el nivel epistémico de explicación o conocimiento científico verdadero.
Así una “teoría” científica está compuesta de proposiciones, su ambiente es el contexto de
conocimiento al que pertenece (por ejemplo, álgebra, mecánica cuántica) y su estructura es la
relación de implicación o consecuencia lógica. La unión de estos tres conjuntos constituye un
sistema de proposiciones, un sistema compuesto de un conjunto de proposiciones englobadas por
cierto cuerpo conceptual y unidas por la relación de implicación: brevemente:  = P, B, a .

Los sistemas operativos (o funcionales) son sistemas de procesos objetivos en cualquier nivel
ontológico de análisis, específicamente en el nivel social son sistemas de actividades humanas o
de prácticas socialesxxxv. Son sistemas objetivamente existentes y constituyen el movimiento
social-humano de la sociedad, su cambio permanente de estado.

En el mundo de la revolución científico-tecnológica de hoy muchas de las actividades humanas


de producción social se dan diseñadas previamente, lo cual significa que se planifican y
determinan previamente, tales son los sistemas conceptuales diseñados de actividades humanas,
un tipo de sistema conceptual operativo. Las acciones reales se aproximan sistémicamente a lo
organizado por tales sistemas, como sucede por ejemplo en la industria moderna. Hoy
usualmente se dice, se “ingenierizan” los procesos. Es decir, existen sistemas de actividades
humanas materiales (los procesos y acciones reales) y sistemas de actividades humanas
conceptuales que representan a los primeros, que sirven como guías para las acciones racionales.

Los sistemas conceptuales formales no se refieren a las cosas y por tanto no tiene referentes
materiales directos, así en el caso de la lógica o de las matemáticas. Así la lógica es indiferente a
la clase de referente, no describe o representa, explica o predice ningún elemento factual (es el
conjunto de teorías describiendo las propiedades de los conceptos lógicos: conectivas,
cuantificadores y la relación de implicación). Igual para las matemáticas como ciencia abstracta,
pues lo que es matemáticamente formalizado no son los hechos, sino las ideas respecto a ellos, a
las estructuras matemáticas se les puede asignar interpretaciones fácticas [Herrera 1991]. Así la
lógica deductiva y matemáticas son ontológicamente neutrales, aunque son actividades humanas
Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J. 14

y representan las condiciones en que ellas se dan. En el mapa de la figura se ha representado los
sistemas descritos.

Los sistemas artificiales o sociales producen distintos tipos de sistemas y cosas materiales-
culturales (por ej. una escultura, una obra arquitectónica) y objetos conceptuales culturales, (por
ej. una poesía o una partitura musical) y los ideológicos-culturales (por ej. una teología teórica),
los cuales no necesariamente son científicos, o tienen tales propósitos, son sistema diseñados, en
general en un proceso histórico social. Son producto del pensamiento o los procesos cognitivos
de los cerebros humanos, por los cuales la realidad se “refleja” en representaciones sensibles y
conceptos abstractos.

Estos productos sociales se denotan como diseñados porque de cualquier forma el hombre los
inventa con su racionalidad, con pensamiento mediato y en cierta forma diseña siempre.
Precisamente una forma de considerar un verdadero análisis de la interdisciplinaridad no
ideológica, sería cuando observamos y nos fundamentamos en cómo se dan los procesos
humanos de la creación cultural, de las prácticas sociales culturales en general. Entonces tal vez
determinaremos que no hay mucha diferencia, que todas las prácticas tiene la misma estructura y
que la división del “mundo de la cultura” en dos es un producto relativo resultado de una
división de trabajo y de una errónea ideología.

Como un producto sintetizador de la ciencia filosófica, mediante un esquema o mapa (objeto-


modelo) que se denomina aquí “mapa sistémico” (figura), se da una representación que pretende
mostrar las características más esenciales y relevantes de los sistemas que componen el mundo.
Considerando las propiedades particulares de los sistemas existentes, naturales o artificiales, en
cada uno de los campos se podrían hacer más divisiones y clasificaciones, a partir de los datos
obtenidos con el desarrollo de las ciencias particulares factuales y formales, de las tecnologías,
de las humanidades y en general de la cultura humanaxxxvi, que no se muestran en este estudio.

El modelo piramidal de niveles ontológicos facilita y permite una clasificación de las ciencias y
las tecnologías, clasificándolas según sus referentes materiales de explicación (pe., las teorías o
sistemas conceptuales de representación y explicación de esos procesos existentes, algunos
creados o reorganizados por el “hombre”), diseño y transformación. Permite también obtener una
tipología natural y general con base objetiva y capaz de reflejar el estado real del conocimiento
científico, representando los nexos y transiciones entre los distintos tipos materiales. Comte en el
siglo 19 realizó una clasificación de las ciencias como áreas del pensamiento, introduciendo en
ella a la sociología (aun no existente), con el objetivo de establecer una organización uniforme
de la totalidad del conocimiento humano y para darle fundamento a la nueva ciencia de la
sociología, por medio de la cual pensaba se podría transformar la vida social xxxvii. Pero fue Engels
quien primero consideró a las distintas ciencias como reflejo de las formas correspondientes del
movimiento de la materia, la conexión y las transiciones mutuas de estas mismas formas,
basándose en el principio de que las formas del movimiento se toman en unidad con sus agentes
materiales. Comte agrupa las ciencias según el “principio de coordinación”, simplemente
colocadas una a la par de la otra, al contrario Engels las agrupa en conformidad con el “principio
de subordinación” y por eso las ciencias de los niveles ontológicos superiores, se desarrollan de
las inferiores y pasan una a otra. Esto es así porque para Engels la sucesión de las ciencias refleja
Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J. 15

la sucesión del desarrollo de las “formas del movimiento” en la naturaleza, es decir, en el mundo
objetivoxxxviii.

En el trabajo original de Boulding [Boulding 1956] éste consideró muchos tipos de sistemas
(abiertos, cerrados, etc.) y fue uno de los primeros intentos en la literatura científica “occidental”
en construir una clasificación de sistemas. También Jordan [Jordan 1968] y Ackoff [Ackoff
1971] realizaron otros intentos para construir una taxonomía de sistemas. Checkland [Checkland
1986] desarrolló un mapa más general al considerar al hombre y su producción artificial. Sin
embargo, posiblemente debido a su formación cultural tecnológica no conocía las aportaciones
de Hegel o en especial de Engels en la clasificación de la complejidad y de las ciencias,
conocidas y desarrolladas por los teóricos del marxismo, en especial el soviético. Una
clasificación moderna acorde con el conocimiento actual no se logró hasta que se usó el enfoque
de sistémico en forma general [Bunge 1977], lo cual dependía también de la dilucidación del
concepto mismo de sistema. Una reformulación del mapa de Checkland la hizo el autor [Herrera
1989a], y en este trabajo se ha pretendido sintetizar ésos aspectos generales.

Obsérvese que el mapa permite relacionar con los distintos tipos de sistemas a las prácticas
sociales científicas y tecnológicas. La clasificación de éstas prácticas depende del tipo de
sistema que es su referente de explicación. Las prácticas tecnológicas de tipo “ingenieril”
(tecnologías o ingenierías “duras”) [Herrera 1989b] diseñan (procesos de creación conceptual de
posibles sistemas concretos) y dirigen-administran la producción humana, la producción de la
artificis y de su consumo. También se pueden clasificar según sus referentes de invención y
transformación. En las prácticas científicas sociales, las actividades humanas (cambios de estado
de los componentes) se pretenden explicar y diseñar, así como los “sistemas de actividades
humanas”, en los procesos sociales. El mapa en sí mismo es un sistema conceptual-diseñado.
Un mapa sistémico Rodolfo Herrera J. 16

Ambiente-artificis Ciencias
Sistemas materiales Tecnologías
fácticas

tecnosistemas
Filosofía
Ciencias Arte
sociosistema Sociedad
ambiente
ambiente
formales
“seres humanos” Humanidades
biosistema

quimiosistema

fisiosistema Sistemas conceptuales diseñados


Totalidad cultural
conceptual
Niveles sistémicos

Sistemas
sustantivos

Sistemas materiales diseñados


Sistemas técnicos
Sistemas formales
tecnosistemas

Sistemas operativos:
actividades
y procesos

MAPA SISTÉMICO
Rodolfo Herrera J. 2001

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i
El monismo materialista afirma que todas las entidades son concretas o materiales y que hay varias clases de ellas
irreducibles. Para el monismo idealista todas las entidades son inmateriales y hay varias clases de ellas, no reducibles a una
clase única.
ii
El concepto de materia sin forma (Platónico) y el de substratum inalterable (Aristotélico) no son considerados por las
prácticas científicas.

iii
Para Engels “el movimiento, en el sentido más amplio de la palabra, concebido como modo de existencia de la materia,
como atributo inherente a ella, comprende todos los cambios y procesos que operan en el universo, desde el simple cambio
de lugar hasta el pensamiento” [Engels, p. 57, 1958], afirmando la indisolubilidad de la materia y el movimiento, que es la
tesis general del materialismo dialéctico. Además afirmó: “el movimiento es una forma de existencia de la materia, por
tanto, es más que una mera propiedad de ésta”; “Solo en movimiento revela de un cuerpo lo que es...” [C. Marx, F. Engels,
Cartas Escogidas. Edic. rusa, 1953, p. 283]. Ver 180 Arjipsev

iv
“Interacción es lo primero que encontramos cuando consideramos la materia en movimiento en conjunto, desde el punto
de vista de la ciencia natural actual” [Engels, p.184, 58].

v
La noción de “espacio de los estados” es central, tanto para las ciencias particulares como para la ciencia filosófica general
[Zadeh 63]. A Bunge se debe la dilucidación y desarrollo de esta idea en la ciencia filosófica.
vi
Esta tesis es opuesta a la idea del llamado “Mundo-3”de Popper [Popper, p. 33, 68].
vii
Un objeto complejo es aquel que tiene dos o más componentes: (i) conceptuales (todos los concepto definidos, todas las
proposiciones, las teorías y métodos son complejos en alguna extensión; (ii) factuales: átomos, moléculas, células, sistema
sociales.

viii
Como escribe Kosik (Kosik, p. 63, 63): “La concepción dialéctica de la totalidad, no solo significa que las partes se
hallan en interacción y conexión internas, sino también que el todo no puede ser petrificado en una abstracción situada por
encima de las partes , ya que el todo se crea a sí mismo en la interacción de éstas”.
ix
La división en sistemas y subsistemas, en todo y parte, es relativa. Esta relatividad no elimina la objetividad de la
existencia de los sistemas.
x
Engels escribió: “Toda la naturaleza que nos es accesible forma un sistema, una totalidad de cuerpos interrelacionados, y
por “cuerpos” entendemos aquí a todas las existencias materiales que van desde la estrella hasta el átomo ... En el hecho de
que todos estos cuerpos formen un conjunto, está comprendido también el de que ellos actúan unos sobre otros y esta acción
de unos sobre otros es precisamente el movimiento. Se muestra así que la materia no es concebible sin movimiento. Y si la
materia se nos presenta como algo dado, tan increado como indestructible, se deduce que también el movimiento tiene
ambas propiedades. Esta conclusión se hizo ineludible en cuanto el universo fue reconocido como un sistema, como un
conjunto correlacionado de cuerpos” [Engels, p. 58, 58].
xi
La diferencia entre desarrollo y movimiento, es que éste es absoluto pues abarca todos ls cambios de todos los sistemas,
mientras el desarrollo es relativo y depende del tipo de sistema.
xii
“Cuando se habla de dialéctica como un método universal de conocimiento no se piensa en tesis aisladas de la dialéctica y
ni siquiera en su conjunto, sino en el sistema de leyes y categorías de la dialéctica que expresan la idea de desarrollo”
[Kopnin (1966), pp. 386].
xiii
La única ciencia que estudia, además de las leyes del movimiento de los sistemas, el de cosas materiales que no se
consideran sistemas, es la física. por ej. un quark, un electrón o un fotón, los cuales se suponen con propiedades, pero como
objetos simples sin componentes. Esto mientras no se descubra lo contrario.
xiv
Esta es la concepción del materialismo dialéctico, el cual entiende por contradicción objetiva a la interrelación de las
oposiciones, de tal forma que una teoría científica debe reflejar y representar correctamente la esencia de cada oposición y
su conexión recíproca.
xv
A Engels [Engels 1958] se debe la consideración de cada una de las formas del movimiento concretas como formas de
existencia de determinado tipo de materia o energía. El 30 de mayo de 1873 es la fecha exacta del descubrimiento
Engelsiano, mediante comunicado de Engels a Marx, carta en la que da la idea de la construcción dialéctica de una nueva
clasificación de las ciencias consistente, en la que englobó y generalizó en el concepto único forma de movimiento, primero
las formas fundamentales de movimiento de la materia y de la energía que actúan en la naturaleza no viva, y segundo, los
fenómenos de la vida, que estaban conceptualmente separados hasta entonces de la primera, y por eso, en virtud de su
separación, no se daba la posibilidad de crear una clasificación única de las ciencias basadas no en el principio de
coordinación, sino en el de subordinación, el cual tiene en cuenta las fases inferiores y superiores del desarrollo del objeto y
por tanto de las fases del conocimiento del objeto por el sujeto [Kedrov 1976, pp. 347].
xvi
Así por ejemplo Alexander [Alexander 1972, pp. 126) escribe: “La organización de todo objeto físico complejo es
jerárquica” y “… hay buenos motivos para creer en la subdivisión jerárquica del mundo como un rasgo objetivo de la
realidad”.
xvii
Como es muy usual encontrarlo en la literatura, se usa el concepto de jerarquía en lugar de nivel, pero el primero es un
concepto que establece una relación de dominación, lo cual no es el caso. La tesis de que el mundo tiene una estructura
jerárquica es una forma de supernaturalismo anticientífico.

xviii
La irreductibilidad de las formas superiores del movimiento a otras más elementales hace posible que exista la
diferencia entre las ciencias.

xix
Una “matrioshka” es el popular juguete ruso: muñecas de madera insertadas una dentro de otra en gran cantidad. En
éste se produce “un infinito absurdo”. En otros términos cada “matrioshka” siguiente contiene un objeto que, en lo
fundamental, solo se diferencia del anterior por el tamaño.

xx
En su interpretación objetiva consiste en el reconocimiento de que lo simple es lo inicial en el proceso de desarrollo (lo
menos desarrollado) y lo complejo es lo final en el curso del mismo proceso (lo más desarrollado).
xxi
La transición de una forma de movimiento a otra por muy gradualmente que se desarrolle, representa un salto, un viraje
decisivo” [Engels, p. 63, 56].
xxii
Las hipótesis emergencistas son tesis originalmente desarrolladas y sostenidas por el materialismo dialéctico, en base al
concepto de “salto cualitativo” y de la “ley de transformación de la cantidad en calidad”. Tal es la base metodológica de la
clasificación de las ciencias, la cual subraya el “mecanismo” interno que actúa durante la transición de una ciencia a otra,
que representa a tipos de materia más complejos que otros más simples y que se formaron de la división o el desensamble
del más complejo o viceversa.
xxiii
Como ya se anotó, la idea de clasificar las ciencias mediante las formas del movimiento es debida a Engels: “La
clasificación de las ciencias cada una de las cuales analiza una forma del movimiento, o una serie de formas en
correspondencia y que se transforman entre sí, es con ello clasificación, ordenamiento de ésas mismas formas del
movimiento de acuerdo con la sucesión inherente, y en esto reside su importancia” [Engels, p. 189, 58].
xxiv
Es conveniente diferenciar “parte” de “componente”, así por ej. el “hombre” es un componente del sistema social, pero
un órgano del cuerpo humano es solo una parte del sistema social.
xxv
La jerarquización que da Boulding [Boulding 56] es falsa porque no vincula y no puede vincular mutuamente a los
niveles jerárquicos de los sistemas. Jordan [Jordan 1968] intentó construir una taxonomía de sistemas de tipo cartesiano,
dejando fuera al observador/descriptor y adjudicándole un propósito al sistema mismo. Las concepciones técnicas y
mecanicistas no conocían la dialéctica del cambio y desarrollo.
xxvi
Según Bertalanffy la importantísima tarea de la teoría general de los sistemas consiste en descubrir las “leyes del orden”
que actúan igualmente en los distintos sistemas de cualquier naturaleza: física, química, biológica o social.
xxvii
Al mundo material creado por la actividad humana, Marx lo llamó “la naturaleza humanizada”, es decir, la naturaleza
transformada por el hombre de acuerdo con sus necesidades e intereses. La “naturaleza humanizada” es la actividad
materializada del hombre en la sociedad, la cual a su vez es un producto de su propia práctica [K. Marx: (1857)].
xxviii
La praxis humana o las prácticas sociales que constituyen el movimiento de la sociedad [ver pe.: Herrera 1989].
xxix
“La sociedad misma, así como produce al hombre como hombre, es producida por él” [Marx, p. 148, 1968].
xxx
La “jerarquización” de los sistemas según la complejidad de su estructura interna, constituye un fecundo complemento de
la Ilustración y de la herencia de Hegel, quien bajo el rubro de mecanicismo, quimismo y organismo, examinó la realidad.
xxxi
Se entiende por diseño al proceso de “creación conceptual de sistemas conceptuales de posibles sistemas concretos”, eje
fundamental de la prácticas tecnológicas (en especial de las ingenierías “duras”) [Herrera, 89].
xxxii
“El mundo en que vivimos hoy es un mundo más hecho por el hombre, o sea, artificial, que un mundo natural” [Simon,
p.3, 69].
xxxiii
Ellul [Ellul 65] es el que usó en extensión la idea del milieu téchnique.
xxxiv
Jordan [Jordan 1968] distinguió en su taxonomía de sistemas entre sistemas naturales y diseñados.
xxxv
Las prácticas sociales, son “actividades orientadas”, intencionales, autodirigidas a una fin o meta.
xxxvi
Un modelo para la “clasificación de los campos académicos” para una organización universitaria, fue presentado por el
autor en la Univ. de Costa Rica en 1983 [Herrera 1983].

xxxvii
Ver Kolakowski [Kolakowski 1972] para una consideración de la filosofía “positivista” de Comte y su subsecuente
historia.
xxxviii
Tal es la línea seguida por la clasificación de las ciencias materialista dialéctica, que se apoya en el principio de
subordinación. Esta clasificación representa no una unión externa de las ciencias, asiladas unas de otras, sino su síntesis
verdadera basada en el descubrimiento de su conexión interna, de su unidad verdadera [Kedrov 1976].

SOBRE EL AUTOR: Rodolfo Herrera J., Ing. Dr. prof. emérito Univ. de Costa Rica. Dirección electrónica:
rodolfoh@racsa.co.cr

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