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EL CASO “VIDEO CLUB DREAMS”

PARTES: Video Club Dreams VS. Instituto Nacional de Cinematografía


AÑO: 1995
HECHOS RELEVANTES DEL CASO:
Un video club inició acción de amparo contra el Instituto Nacional de Cinematografía, a fin de regularizar su situación ante
el tributo establecido por los decretos de necesidad y urgencia 2738/91 y 949/92, a los que cuestionó por inconstitucionales.
El Poder Ejecutivo, por medio de estos decretos de emergencia, alegó la crisis terminal del cine nacional y ante la
necesidad de preservar esta fuente cultural, extendió la aplicación de la ley 17.741 (1968), a la venta o locación de todo
tipo de película exhibida a través de canales de televisión abierta o por cable, en vídeo, bares y en todo otro local en los
que la misma se realice por cualquier medio.
PROBLEMA SOMETIDO A LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL:
El actor interpuso amparo alegando la inconstitucionalidad de ambos decretos, pero lo hizo después de inscribirse en el
registro especial creado por aquellos decretos y de efectuar un único pago del impuesto.
LA RESPUESTA DEL DEMANDADO:
La Procuración del Tesoro de la Nación dedujo arbitrariedad en el tratamiento de:
1. La cuestión ateniente al cómputo del plazo para interponer el amparo;
2. La idoneidad de la vía elegida, a la luz de otros remedios aptos para la tutela de los derechos que se dicen
comprometidos;
3. Lo relativo a los actos propios de la actora: la accionante, al inscribirse en los registros del organismo demandado
y depositar los importes de impuestos percibidos en el mes de abril de 1992, convalidó con tales conductas la
legalidad de las normas que ataca;
4. La legitimación del peticionario: la actora nunca esgrimió como agravio la imposición de una presunta carga
pública, ya que sólo fundó su reclamo en la afectación de sus derechos de trabajar y ejercer industria lícita.
5. Los derechos federales que dicen afectados: la posibilidad de adicionar el impuesto al precio que percibe el actor
pone de relieve que aquél no recae sobre su patrimonio, ya que su traslación despeja todo reproche con sustento
en los derechos invocados y que tampoco existe afectación del derecho de trabajar y ejercer industria lícita.
Por otro lado, sostiene que, sobre la inconstitucionalidad de los decretos cuestionados, la cámara ha efectuado una
interpretación estrictamente estática de las disposiciones constitucionales, prescindiendo de una concepción dinámica, a
la luz de lo sentado por la Corte en el caso “Peralta”. Aun cuando es cierto que en materia de impuestos la Constitución
dispuso para su creación la competencia exclusiva del Congreso Nacional ello no obsta, dentro de la dinámica que predica,
a la aplicación de los “reglamentos de urgencia”; en los cuales prescinde precisamente por su naturaleza, del proceso de
la formación de las leyes en el sentido constitucional puro. Tales reglamentos son válidos si se cumplen los requisitos que
la Corte ha establecido en el aludido caso.
SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA:
El juez de primera instancia hizo lugar al amparo, declarando la inconstitucionalidad de las normas impugnadas y anulando
la intimación realizada al actor.
SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA:
La decisión fue confirmada por la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, con
fundamento en que los decretos fueron sancionados respetando los requisitos necesarios para su procedencia y
habiéndose dado cuenta de ello, el Congreso de la Nación los convalidó con el dictado de la ley 24.191 de Presupuesto
Nacional.
TIPO DE JURISDICCIÓN INVOCADA PARA ACCEDER A LA CSJN:
Corresponde que la Corte estudie tanto la procedencia del ejercicio presidencial de facultades legislativas en materia
impositiva -sujetas a la existencia de una situación de emergencia- como, asimismo, si en la especie se hallan presentes
las circunstancias de hecho que justifican la adopción de decretos de necesidad y urgencia.
OPINIÓN DEL PROCURADOR GENERAL:
FALLO DE LA CORTE:
La Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia.
Los jueces Petracchi y Bossert expresaron que el principio de reserva de ley en materia tributaria únicamente admite una
norma jurídica con la naturaleza de ley formal que tipifique el hecho que se considera imponible y que constituiría la
posterior causa de la obligación tributaria, por lo que resulta palmaria la inconstitucionalidad de los decretos del Poder
Ejecutivo por cuanto la creación de todo tributo requiere que él emane del Poder Legislativo. Si bien se incorporó, al nuevo
texto del art. 99 de la Carta Magna la potestad del P.E. para emitir “decretos de necesidad y urgencia”, se estableció la
prohibición del ejercicio de tal facultad extraordinaria cuando se trate de normas que regulen materia tributaria.
El juez Belluscio, afirmó que en modo alguno la doctrina nacional citada en los considerandos del decreto 2736/91 avalan
el ejercicio de las atribuciones legislativas, que son propias del

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