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3.3.

Del siglo XIII al siglo XV

Es a partir del siglo XIII cuando se produce la transformación de la vida económica y la


aparición de nuevas formas de organización social, que según la opinión dominante
dieron origen al derecho comercial con sus características propias. En esta etapa
prosperaron los lugares de cambio, los centros en que se reunían los comerciantes
procedentes de diversos lugares de un mismo país y del extranjero para cambiar sus
mercaderías. Así aparecieron los mercados y las ferias. Estas últimas, debido a su mayor
ámbito de acción, ejercieron gran influencia en la elaboración del derecho mercantil,
favoreciendo la creación de los usos comerciales. Se reconocía la autoridad constituida
por representantes de los comerciantes, quienes propiciaban transacciones, liquidaban
sus obligaciones y resolvía sus litigios.

Fue así como, de un lado, la institución de los Consejos, los gremios, las ferias y los
mercados y, de otro lado, la influencia del cristianismo, que fue suavizando las
costumbres, se levantó al comercio de la postración en que había caído como
consecuencia de la desaparición del Imperio Romano.
Por otra parte, el comercio se había desarrollado principalmente por las vías marítimas,
determinando que las ciudades que gozaban de ventajosa situación geográfica alcanzaron
prosperidad económica. Las Repúblicas italianas se pusieron a la cabeza de la actividad
comercial marítima, que también tuvo gran importancia en las ciudades hanseáticas del
mar Báltico y en los puertos de Marsella y Barcelona en el Mediterráneo.
Asimismo, es de destacar la influencia del Imperio Mongol y de la China. La invasión de
los mongoles y el imperio gigantesco creado por Gengis Khan tuvieron importancia en la
historia del comercio y, en consecuencia, del derecho comercial, pues constituyeron
factores que fueron debilitando, desde la Edad Media, la importancia del Mediterráneo
como centro del comercio de esa época.
Las dinastías chinas de Yuan, de origen mongólico, dieron seguridad a las rutas y
facilitaron las expediciones comerciales. Las fabulosas riquezas en especies, piedras
preciosas, sedas, estimularon a los comerciantes a seguir la ruta de Marco Polo. Ello dio
oportunidad para que se pudieran apreciar las instituciones bancarias y contables
utilizadas por los árabes, persas y chinos, habiéndose llegado a sostener que la letra de
cambio fue descubierta en las ciudades comerciales italianas varios siglos después de
haber sido inventada en China.

El derecho positivo de esta etapa histórica está formado por los llamados Estatutos
Locales y las Colecciones Generales.

Las Corporaciones crearon normas del derecho positivo característicos de este periodo.
Ellas dictaban la ley de la profesión que era aplicada por sus propias autoridades. A la
cabeza de las Corporaciones se encontraban los Cónsules, que eran al mismo tiempo la
autoridad judicial.
Los Cónsules juraban el cargo para ejercerlo y publicaban el texto de su juramento, que
contenía las reglas de más general aplicación. De otro lado, las deliberaciones de los
Consejos y Asambleas se compilaban en volúmenes con los juramentos, siguiéndose un
orden cronológico. Más tarde, con el fin de ordenar los distintos capítulos, a veces
contradictorios, a veces equivocados o repetidos, se instituyó una magistratura especial
para la que eran designados los comerciantes más prominentes, a quienes se les
denominó estatutaires.

Los Estatutos eran una mezcla de los usos y prácticas comerciales de aceptación general
y de aquellas resoluciones que, aunque dictadas para un caso concreto por los
magistrados encargados de administrar justicia, debían aplicarse a los casos que en el
futuro pudieran ocurrir. Los Estatutos hacían el oficio de ley y jurisprudencia.

Los Estatutos Locales se aplicaban en determinadas ciudades. La mayor parte de ellos


estaban escritos en latín, lengua difícil para los comerciantes y sus jueces. Algunos
adolecían de falta de claridad o eran contradictorios. Todo esto hizo sentir la necesidad
de corregirlos, dándose así origen a Colecciones Generales muy notables, que tuvieron
vigencia en varios países siendo de notar que las que adquirieron carácter de generalidad
fueron en su mayoría las referentes al comercio marítimo, salvo lo relacionado con la
materia cambiaria. Ello se debió a que las relaciones mercantiles marítimas eran las más
frecuentes en esa época y las que demandaban con mayor apremio la unidad y
universalidad de sus normas.

En el período histórico que estamos examinando el derecho comercial presenta notas que
van acentuando sus características propias.

El ius mercatorum llegó a ser el derecho común de los mercaderes de todos los países, al
margen de las instituciones civiles de carácter nacional.

Se trata de un derecho profesional y de un derecho corporativo. Es el derecho de la


comunidad de mercaderes, de la profesión comercial. Ostenta un carácter subjetivo,
elaborado en consideración a la persona de los comerciantes, en razón de que estas
personas están sometidas a un estatuto especial.

Entre las Colecciones de Estatutos o Colecciones Generales, destacan:

El consulado del mar: Tuvo vigencia en el Mar Mediterráneo. No ha podido precisarse


quien fue su autor, siendo lo más probable que intervinieran en su redacción varias
personas experimentadas en lo concerniente al derecho marítimo.
Los roles o juicios de olerón: Su aparición se fija antes de la segunda mitad del siglo XIV.
Se trata de una compilación particular formada con las decisiones judiciales que se
dictaban por los jueces del mar de la isla de Olerón resolviendo en base a los usos.
Las leyes u ordenanzas de wisbuy: Publicadas en la isla sueca de Wisbuy no antes del
siglo XIV y se deben probablemente a la acción de comerciantes residentes en la misma
plaza sin intervención de la autoridad pública.
El guión del mar: Es una compilación que apareció entre 1556 y 1584, y contiene una
serie de reglas referentes al seguro marítimo. Se atribuye su redacción a los comerciantes
de Ruan.
Las ordenanzas marítimas de la hansa teutónica: Fueron publicadas en 1591 y
contiene los reglamentos de la Liga Hanseática, que fue la agrupación de las ciudades
alemanas asociadas para defenderse de los asaltos de los piratas del Báltico y del Mar del
Norte.

RESUMEN:
En esta etapa prosperaron los lugares de cambio, los centros en que se reunían los
comerciantes procedentes de diversos lugares de un mismo país y del extranjero para
cambiar sus mercaderías. Así aparecieron los mercados y las ferias. Estas últimas, debido
a su mayor ámbito de acción, ejercieron gran influencia en la elaboración del derecho
mercantil, favoreciendo la creación de los usos comerciales. Se reconocía la autoridad
constituida por representantes de los comerciantes, quienes propiciaban transacciones,
liquidaban sus obligaciones y resolvía sus litigios.

El comercio se había desarrollado principalmente por las vías marítimas, determinando


que las ciudades que gozaban de ventajosa situación geográfica alcanzaron prosperidad
económica.

El derecho positivo de esta etapa histórica está formado por los llamados Estatutos
Locales y las Colecciones Generales.

CONCLUSION:
El derecho comercial se establece sobre la base del intercambio realizado normalmente
por los miembros de la sociedad que pueden representar ganancias. Es pues que al
derecho comercial le importa la regulación de aquellos actos que surgen de la actividad
económica desarrollada por los comerciantes, así como a los sujetos que lo realizan
(comerciantes).
Entonces decimos que si bien las primeras normas jurídicas que se elaboraron respecto
al derecho comercial surgieron en la edad media producto de factores como la caída del
Imperio Romano y la aparición de la clase burguesa, se hace evidente la existencia de
algunos vestigios por regular las relaciones comerciales desde la antigüedad, como es el
caso del monolito de Hammurabi, lo cual nos permite inferir de que el interés por
reglamentar estas actividades estuvo presente incluso en la primeras civilizaciones.

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