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ANTE LA INMINENTE VENIDA DE CRISTO

Basado en Filipenses 1.3-11


Por: Camilo García
Clase de Precepto sobre Precepto
Libro de Filipenses, Ensayo final
2018.06.02
Bosquejo:
La Gratitud de Pablo vs 3-5
La Convicción de Pablo vs 6-8
La Petición de Pablo vs 9-11

La Gratitud de Pablo
Como un breve del contexto de la carta, Pablo mismo fue el apóstol usado por Dios para
fundar la iglesia en Filipos (Hech. 16.11-40). En esta obra puede verse de manera más
tangible, cómo la mano de Dios guió palpablemente al apóstol Pablo a predicar el evangelio
a estas regiones, habiendo este recibido una visión de un varón macedonio pidiéndole
ayuda a Pablo (Hech. 16.9-10), entendiendo que era un llamado de Dios para ir a ellos y
comunicar el mensaje de Cristo. Inmediatamente los frutos del evangelio comenzaron a
manifestarse en Filipos, la primera ciudad que visitaron y una de las principales de la región.
En este momento se convirtieron Lidia y su familia, fue liberada una joven con espíritu de
adivinación y se dio la famosa historia de la conversión del carcelero. Verdaderamente El
poder de Dios se manifestó en palabra y en hechos por medio de los evangelistas. Los
filipenses se habían convertido al evangelio e inmediatamente comenzaron a sostener la
obra evangelística de Pablo. No que todo fue sin oposición, vemos a hombres de la ciudad
molestos con Pablo por la liberación de la joven adivina, pues representaba un medio de
ingresos para ellos, de esto que Pablo y Silas terminaran en la cárcel, atados al cepo, y muy
azotados.
Un hecho notable de la iglesia de Filipos se encuentra en su perseverancia a través del
tiempo. Luego de la partida de Pablo, la iglesia continuó apoyando su ministerio, enviando
provisiones hacia donde él estaba, para su sustento y el de sus colaboradores (4.15). Pablo
hace notar esto muchas veces dentro de la presente carta (2.30, 4.10, 4.18). Eran una iglesia
que buscaba oportunidades para abastecer a Pablo de todo cuanto pudiera necesitar y en
esta ocasión, momentos antes de ser escrita esta carta, Pablo estaba, presuntamente en
Roma (4.22), encarcelado (1.13), pero recibiendo la insólita visita de uno de estos
hermanos, Epafrodito, enviado a Pablo por la iglesia, para consolarlo, proveerle lo material,
informar la situación de la iglesia en Filipos y principalmente, para transmitir con todo esto,
el amor genuino y la preocupación de los hermanos por su apóstol amado, a quién debían
el evangelio, el instrumento de Dios usado en su salvación eterna, a quién no habían
olvidado y a quién servían con afecto entrañable, en medio de su mayor necesidad. Qué
consuelo de amor, qué bendición, qué fruto tan agradable a Dios. Con razón Pablo más
adelante dice de la presente obra de los filipenses “fragante aroma, sacrificio aceptable,
agradable a Dios” (4.18). Cuánta gratitud a Dios pudo haber sentido Pablo al saber que sus
hijos espirituales en Filipos, continuaban perseverando en la obra de Dios, cargados de los
frutos del evangelio. Eso es exactamente el sentimiento de pablo al escribir, se ve por toda
la carta aquel corazón agradecido, al ver el fruto del evangelio, maduro, aceptable, perfecto,
siendo pues que todo el esfuerzo de Pablo y de Dios, no fue en vano en las vidas de los
filipenses.

Vs 3-5: 3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ustedes .4Pido siempre con gozo
en cada una de mis oraciones por todos ustedes, 5 por su participación en el evangelio
desde el primer día hasta ahora.
Pablo tiene motivo suficiente de agradecimiento cada vez que se acuerda de sus hermanos,
hijos en Filipos. Esto nos debe llevar a reflexionar en cómo nosotros podríamos ser
partícipes de esta gratitud, de este gozo, ¿Qué cosa
provocamos en los líderes de nuestra iglesia, será que se ¿Cómo podemos
alegran cuando nos recuerdan, será que han visto en experimentar el
nosotros ese fruto del evangelio en nuestras vidas? ¿Cómo gozo y la gratitud
podemos experimentar el gozo y la gratitud de Pablo si de Pablo si acaso no
acaso no comunicamos a otros el evangelio? No vamos a
comunicamos a
entender la alegría de Pablo, estará lejos de nuestro
otros el evangelio?
corazón el alegrarnos por el crecimiento ajeno. Notemos
que la alegre gratitud de Pablo no tiene su origen en sus
circunstancias. El hombre ha llegado a Roma como prisionero y con muchas dificultades y
padecimientos, si alguien tenía motivo de queja era él, aunque esto hubiera sido
contradictorio. Aquí debemos hacer un alto. No que Pablo estuviera ciego a sus dificultades,
no que los azotes no dolieran, no que la angustia no era real. Pablo podía perder su vida,
sentía hambre sin embargo, la visita de Epafrodito, el verle entrar por esa puerta, el
escuchar su voz, trajo a Pablo la confirmación de lo que deseaba su corazón: La iglesia de
Filipos estaba perseverando y la muestra palpable de ello estaba ante él, con una sonrisa y
un paquete muy especial. Aquello simplemente era más grande que cualquier dificultad,
aquello hacía que todo lo vivido valiera la pena aún más. Añadido al gozo de estar con Cristo
para siempre, estaba el gozo de estar con los filipenses para siempre, Pablo tenía una
corona (4.1), un fruto que presentar a su rey, hermanos, hijos, con quien compartir la gracia
de Dios por la eternidad. Doy gracias a mi Dios, siempre que me acuerdo de ustedes.
Cuantas veces Pablo habrá encontrado su gozo en la obra de Dios, manifiesta en los
filipenses. Meditemos en esto y en nuestra necesidad de llevar el evangelio a otros, ante la
inminente llegada de nuestro Señor Jesucristo. Meditemos en cuán agradecidos
deberíamos estar de ver, por sobre todo, que la obra de Dios se está llevando a cabo en las
vidas de otros.
Es impactante, golpea, el saber que Pablo afirma con verdad, el agradecer a Dios siempre
que se acuerda de ellos. Cada vez que estos hermanos venían a la mente del pastor, este
daba gracias a Dios por ellos, incansablemente, inexorablemente. Y no solo esto, sino que
estos hermanos vienen a la memoria de Pablo en todas sus oraciones, orando con gozo por
todos ellos. Esto implica un tiempo muy prolongado de oración, traer a memoria a cada
hermano y presentarlos a todos con oraciones específicas delante de Dios. No pensemos
que aquellos que nos parecen fieles no necesitan de nuestras oraciones, que aquellos que
han dado el fruto de la comunión en el evangelio, aun desde el primer día, no necesitan de
nuestras oraciones. Desgastémonos orando por nuestros hermanos en necesidad espiritual,
pero no dejemos de lado nunca, bajo ninguna circunstancia, de interceder, de agradecer,
de rogar por todos nuestros hermanos fortalecidos en el Señor. Nunca estaremos lo
suficientemente elevados, nunca habremos de crecer lo suficiente, como para que no se
requiera la oración por nosotros, por muy persuadidos que estemos de que hemos de
recibir el reino de Dios, necesitamos orar. El cómo vivimos este siglo es de tal vital
importancia, que la oración es el medio para salir triunfantes de pruebas y tentaciones y
sigue siendo el medio para sostener nuestra vida espiritual. Roguemos por nuestros
pastores y líderes y aquellos que consideramos columnas, con gratitud, sí; con gozo, sí; con
intercesión, definitivamente sí. Vivamos siempre en la dependencia y el temor de Dios.

Vs 6-8: 6 Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. 7 Es justo que yo sienta esto acerca de
todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la
defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la
gracia. 8 Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de
Cristo Jesús.
De los versos 6 al 8 Pablo describe, no solo su convicción acerca de los filipenses, sino da los
motivos para esta, aquello que lo lleva a experimentar ese gozo supremo por las vidas de
ellos, analicemos esto en orden cronológico de eventos:
Los filipenses han dado evidencia de participar de la gracia, esto se hizo evidente desde que
recibieron el evangelio, fueron confirmados, es decir, dieron evidencia no solo de recibir la
palabra, si no de mantenerse en la palabra a la imagen de lo que una vez dijera Jesús a
quienes habían creído en él: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis
discípulos y conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Jn 8.31-32). Así pues, en los
filipenses había obrado la confirmación del evangelio, primero en sus vidas, luego de forma
que ahora confirmaban el evangelio también en otros. La verdad del evangelio estaba en
sus vidas y en ellos estaba el poder y la convicción del evangelio, de modo que ahora eran
defensores del evangelio, al grado de estar dispuestos de ir a prisión por causa de
mantenerse en la defensa del evangelio, como en efecto se encontraban es ese momento.
Asi pues, tenemos una iglesia que había recibido el evangelio, que había sido confirmada
en él, que lo anunciaba, que lo defendía, dispuesta a ir a prisión por él. Fruto y más fruto,
evidencia tangible de la obra de Dios en los corazones de ellos, por esto, y no de manera
meramente emocional u optimista, Pablo declara que está convencido con justicia,
precisamente, que Dios ha iniciado la obra en ellos y que no se detendrá hasta
perfeccionarla. Cualquier duda sería injusta, sería equivalente a decir que Jesús no es
suficiente, sería el equivalente a la pérdida de toda esperanza para todo creyente, si Dios
no puede terminar lo que empezó en un corazón.
Oh la gloriosa adoración solo al señor. De él es el crédito de nuestra salvación, santificación,
glorificación, todo aquello que nos convierte en hijos, redimidos de él y nos lleva a él.
Basado en la poderosa obra de Dios, en su plan absoluto y perfecto, es imposible el fracaso
de la iglesia de Filipos y de todo aquel en quién Dios ha iniciado una obra. Maravilla inefable
es el hecho que Dios y solo Dios obra y completa en nosotros la gloriosa transformación del
evangelio a la imagen de Cristo. ¿Qué si no, se está operando
Cualquier duda en los creyentes desde el momento que se convierten, sino
sería injusta, sería el carácter de Jesús en sus corazones? Tal es el poder de Dios
equivalente a decir y a pablo sólo le queda una única alternativa, saber con plena
que Jesús no es
certeza que esa obra de perfeccionamiento será terminada
el día de Jesucristo, que estos hermanos en quiénes es
suficiente, sería el
manifiesto el fruto del evangelio no pueden recibir otra cosa
equivalente a la que no sea el reino de Dios, por la eternidad. Fuente de gozo
pérdida de toda infinito deben hallar todos aquellos que saben que Dios está
esperanza para operando en sus vidas, motivación de servicio, fortaleza,
todo creyente, si segura esperanza. No existirá poder humano o demoníaco
Dios no puede capaz de apartar a los hijos de Dios de su mano para siempre.
terminar lo que Este es el portento más maravilloso de la vida cristiana, que
empezó en un Dios completará su obra. A pesar de las dificultades, de los
errores, de las imperfecciones, objeto de la obra de Dios.
corazón
Gocémonos, bendigamos a Dios, entreguémonos a esa obra
maravillosa aún más, digámosle sí a cada cosa que el opera
en nuestra vida, rindámonos al perfecto amor y poderosa gracia que nos regala, no hay que
resistir más, dejemos todo rencor, dejemos de abrazar la amargura, dejemos de abrazar
este mundo.
El versículo ocho cobra un significado muy especial aquí, “Dios me es testigo de cuánto los
añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús” Pablo sabe que esa añoranza de estar
con sus hermanos los filipenses, será saciada. Sabe que el día del señor Jesucristo, nada
podrá ya separarles. Aquí hay un detalle que parece interesante y revelador acerca del reino
venidero, aunque podríamos decir que el perfeccionamiento se alcanza a su inicio, es decir
en el día que el señor Jesús vuelva, mucho hay que decir acerca de esto y muchas
implicaciones hay también, sin embargo, en esto momento, pensemos en las personas que
estarán una vez establecido ese reino. Entendiéndose como su reino, como aquel que
quedará al inicio exacto de la eternidad, dónde no más juicios serán librados, no más
batallas, no más tentaciones para siempre, aquel lugar destinado por Dios para mostrar las
superabundantes riquezas de su gracia por todos los siglos venideros. ¿Quiénes estarán con
nosotros? Podemos saber quiénes estarán con Pablo: aquellos a quienes llama su corona,
aquellos que nacieron de nuevo por medio de su predicación y cuidados, sus hermanos,
pero más que eso, sus hijos en Cristo, engendrados por él con dolores de parto espiritual.
No lo dice así también en 1 Tes 2.19 “¿Cuál es nuestra esperanza, o gozo y corona de que
me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” No es
la separación en un mar de hermanos, aunque amados, lo que les espera a Pablo y los
filipenses, es la unión definitiva y eterna, mutuamente maravillados de la obra y gracia de
Dios, por cada segundo de la eternidad. Qué maravilloso sería que nuestros amigos y
familiares fueran parte de nuestra corona. Oremos, esforcémonos, el tiempo está cerca, no
hay suficiente para perderlo.
La eternidad será un sitio para satisfacer nuestro amor, nuestra añoranza de estar con
nuestros hermanos en Cristo, mostremos el amor de Dios ahora, llevemos aún más su
evangelio.

Vs 9-11: 9 Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en
conocimiento verdadero y en todo discernimiento, 10 a fin de que escojan lo mejor, para
que sean puros e irreprensibles para el día de Cristo; 11 llenos del fruto de justicia que es
por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Llegamos a la petición concreta que Pablo hace cuando menciona que ora por los filipenses
en el vs 4. Primero comienza a decir “que el amor de ustedes…” hagamos una pausa para
verificar esto, aunque estaba implícito, ahora Pablo lo dice claramente, da por sentado que
los filipenses aman. No con un amor superficial, no estamos
hablando del afecto del mundo, estamos hablando del Oh que de vital
amor que Dios pone en los corazones de sus hijos. Los importancia es
filipenses aman con el amor de Dios. A veces pensamos que
entonces que
eso es suficiente, a veces vemos el amor de Dios como la
nuestro amor sea
cima a la que todo creyente debe llegar, esto es cierto,
nuestro amor se ve probado constantemente en las lleno de
diversas situaciones de la vida y podríamos pensar en conocimiento y
nuestros peores momentos, que somos incapaces de discernimiento,
experimentarlo por los demás, sin embargo, el amor de oremos por esto
Dios está presente en todos los creyentes (Rom. 5.5), lo que inmediatamente
sin duda necesitamos es exactamente aquello por lo que
Pablo ora en este momento, una petición aparentemente
extraña, ¿cuántos de nosotros oramos así, pidiendo por
esto, que nuestro amor abunde en conocimiento y discernimiento? Es posible que no
entendamos del todo esta petición, para ello veamos los efectos de esta petición, se
encuentran a partir del versículo 10: que el amor del cristiano sea lleno de conocimiento y
discernimiento traerá como en efecto, el cristiano escoja lo mejor, es decir aquello que es
aceptado por Dios, es decir, como sigue explicando el vs 11, que sea lleno de fruto de
justicia, de obras limpias de un corazón limpio, por medio de Jesucristo. Que aquello que él
vea al ver nuestra vida, sea una vida llena de sus frutos, provenientes de nuestra
dependencia de él. Si Jesucristo le encuentra lleno de esto, no tendrá ninguna reprensión
para él. Oh que de vital importancia es entonces que nuestro amor sea lleno de
conocimiento y discernimiento, oremos por esto inmediatamente. Ante la venida de Cristo,
Pablo se muestra agradecido por lo filipenses, sabe que ellos estarán junto a Cristo para
siempre y por ello pide esto. Desea que ellos se encuentren con su señor libres de toda
reprensión, con limpia consciencia, que cierren sus vidas con broce de oro, que no vayan a
faltar en escoger aquello que Dios aprueba para sus vidas.
Tenemos aquí las dos herramientas que perfeccionan el amor de los creyentes, tal como lo
afirma 1 Jn. 2.5 El que guarda su palabra, en él, verdaderamente se ha perfeccionado el
amor de Dios. Necesitamos rogar al señor, para que añada al amor que nos ha dado, su
conocimiento, no escasamente, sino que abundemos más y otro día más, evidentemente
se habla del crecimiento en este conocimiento. Una definición adecuada para el
conocimiento que se menciona en este pasaje se encuentra en Col 3.11-10, en donde se
menciona que debemos despojarnos del viejo hombre y ser revestidos del nuevo, que este
nuevo hombre es conforme a la imagen del que lo creó, que se va renovando hasta el
conocimiento pleno, en dónde Cristo es el todo, y en todos. El conocimiento es pues vestirse
de Cristo, es precisamente morir a uno mismo, más y más y que sea su criterio, su espíritu,
su amor, el que opere en nosotros para conducirnos por la vida, es sí, información, pero
aquella que proviene de la verdad de Dios y que, en efecto, transforma nuestra vida, que
nos hace entender las razones de Dios y nos lleva claro, a escoger su voluntad porque
conocemos que, no solo es correcta, sino deliciosa y agradable.
Cuando hablamos pues del discernimiento, el concepto es similar, conlleva comprender la
voluntad de Dios expresada en su palabra para poder seguirla sin desviación.
Y el propósito final de todo esto es que aquel que ha sido alcanzado por Dios, gozo, de los
hermanos, gozo de los evangelistas, heredero seguro del reino, encuentre a su señor
vestido de justicia, dependiendo de él en oración llenándose de él, de su palabra, de su
amor, para que en lugar de dar motivos de reprensión entregue gloria y alabanza a Dios, su
salvador, su Padre, aquello que es lo único bueno que pudo tener en su vida terrenal. No
nos tardemos, oremos.

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