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Introducción
Los cambios que ha tenido el instrumento de focalización, en especial a partir de los años
2000, apuntan a pasar desde un enfoque que busca la superación de la pobreza, a otro
que toma en cuenta otro elemento: la vulnerabilidad, es decir, la posibilidad de un
individuo de caer a un estado de pobreza. Tras la observación de reiteradas falencias en
el uso de la Ficha de Protección Social, se decide durante el segundo gobierno de
Michelle Bachelet realizar un cambio desde el uso de una ficha a un sistema integrado de
datos, que asegure mayor fiabilidad de la información de los individuos seleccionados
para los distintos beneficios sociales.
Pese a los cambios implementados para avanzar en pos de la equidad, las políticas de
focalización se encuentran en un contexto extremadamente neoliberal, lo que genera una
serie de patologías sociales que serán comentadas en este ensayo. En adición, se quiere
discutir a partir de estos hechos, sobre el progresivo deterioro del Estado de Bienestar
tanto en Chile como en el mundo, además de cómo es posible repensar el Estado de
Bienestar a partir de los cambios estructurales de las sociedades entre finales del Siglo
XX y principios del Siglo XXI, buscando desarticular el actual modelo que comienza a
hacer crisis. Finalmente, se dará una reflexión sobre las posibilidades de -y, por cierto
también, aquello que actualmente obstaculiza- un tránsito desde las políticas de
focalización del gasto social a una praxis de la política social sustentada en un enfoque de
derechos.
Una de las principales metas que se propone el modelo del Estado Subsidiario es la
erradicación de la pobreza, definiendo para ello un tipo de política social tecnificada y que
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dista de las políticas propuestas en el modelo estatal inmediatamente anterior, propulsor
de la redistribución y la incorporación de los sectores populares al desarrollo social. La
nueva forma de la política social toma sus bases en la lógica económica y la premisa de la
eficiencia en el gasto público, lo cual se materializó en la implementación de métodos de
selección de los beneficiarios de la política social.
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Durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, se decide realizar un cambio
importante al principal instrumento de focalización social del país: La Ficha de Protección
Social. Motiva este cambio la idea de “mejorar y hacer más exigentes los instrumentos de
medición y caracterización de la pobreza, de manera tal de transitar hacia la asignación
de transferencias monetarias por el mecanismo de la exclusión de los sectores de
mayores ingresos.” (Ministerio de Desarrollo Social, 2016). Esta mejora se presenta dadas
las falencias que la Ficha comenzó a presentar a lo largo de su implementación, siendo la
más importante de ellas la “tergiversación de atributos del hogar y de las personas que lo
componen, que redundan en una baja artificial de los puntajes.” (Larrañaga, Falck,
Herrera, & Telias., 2014, pág. 1). Ante estas dificultades, se intentó cambiar el instrumento
durante el gobierno de Sebastián Piñera, pero debido a la tardanza en la definición de los
nuevos parámetros el instrumento finalmente continuó aplicándose; no obstante, se
acordó con el próximo gobierno -el segundo de Michelle Bachelet- seguir trabajando en
pos de este cambio.
Es así como el actual gobierno decide, primero en una fase piloto y luego de forma
definitiva a partir de enero de 2016, actualizar el sistema de evaluación socioeconómica
que permite a los ciudadanos acceder a diversos beneficios estatales, pasando de la
Ficha de Protección Social al Registro Social de Hogares. Los principales cambios que
conlleva este sistema se pueden resumir en tres ejes: La obtención de datos desde
registros oficiales como el SII, Registro Civil y otras entidades estatales, verificando lo
declarado por las personas; el segundo eje corresponde al mecanismo de asignación de
beneficios que ahora se realizará en base al esquema de tramos de clasificación
socioeconómica, en vez de con un puntaje continuo, asegurando que los beneficios
lleguen a los tramos socioeconómicos que lo necesitan; y tercero, hacer que este sistema
de registro sea más moderno al encontrarse disponible en línea, donde los mismos
usuarios podrán reportar cambios en sus datos de ser necesario.
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servicios son parte de las estrategias que la ciudadanía tiene a disposición para mejorar
su calidad de vida.
b) Los desprotegidos
De lo anterior se desprende que existe una gran porción de la sociedad que no recibe los
beneficios del Estado, al encontrarse por sobre los niveles de vulnerabilidad establecidos
como corte para la población objetivo. Estas personas, en especial quienes están
alrededor del 50% de vulnerabilidad, se sienten desprotegidas e ignoradas por el Estado,
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Para esta sección, se utilizarán los resultados obtenidos a partir del trabajo realizado por la Fundación
Superación de la Pobreza durante los últimos meses de 2016 y principios de 2017, abarcando Focus Groups
realizados en todas las regiones del territorio nacional. Es a partir de esta experiencia que se constata en el
discurso de la ciudadanía las temáticas expuestas a continuación.
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debiendo satisfacer sus necesidades en el mercado en especial cuando se trata de
educación, salud y vivienda. Este sector, que socioeconómicamente es calificado como la
“clase media”, siente que las decisiones políticas no le afectan en su diario vivir dada esta
desconexión que han sufrido con el Estado, lo que los vuelve un sector altamente
despolitizado y atomizado, atendiendo a la idea de que la única forma de salir adelante es
por medio del propio esfuerzo. Aquello refuerza la meritocracia como un valor positivo en
la conformación de la sociedad.
La forma de evaluar la pobreza utilizada por el gobierno, centrada en los ingresos de una
sola persona, o bien de su grupo familiar, ha acabado con una construcción de corte
colectivo sobre el relato de la pobreza. Esto provoca que la búsqueda de la satisfacción
de las necesidades básicas se realice de forma individual o familiar, antes que, aludiendo
a colectividades de carácter barrial, comunitaria o de otro tipo organizacional. Las
personas y familias se perciben a sí mismas como competidores dentro de un juego con
reglas claramente establecidas por el Estado, las cuales ellos pueden aceptar
pasivamente, o bien, sortear, para quedar en mejor condición de competir con otros en el
acceso a beneficios.
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generando dificultades para ver elementos de vulnerabilidad en el Otro -sus vecinos, sus
amigos, otras familias conocidas- que, quizás, tampoco está preparado para satisfacer
sus necesidades a través del mercado.
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equipo regional es que el tramo de vulnerabilidad requerido para postular a los programas
del servicio es de un 50% para la comuna de Punta Arenas, mientras que para las
comunas de Porvenir, Natales y Cabo de Hornos, han logrado incluso aumentar este
tramo al 60% de vulnerabilidad. Juan Luis Oyarzo, director regional de FOSIS, explica que
“a nivel nacional el tramo es de un 40%, por tanto, esta posibilidad de flexibilizar los
tramos de entrada a nuestras iniciativas de acuerdo a la realidad regional, y en este caso,
a las realidades comunales, nos permite responder a las demandas que nos ha hecho
sentir la ciudadanía, comprendiendo las particularidades de cada territorio, y que en el
caso de Magallanes y Antártica Chilena, permitirá aumentar la potencial cobertura de
personas y familias.” (FOSIS Magallanes, 2017).
Este logro de FOSIS Magallanes sería una de las pocas experiencias donde a partir de
una decisión de carácter territorial se lleva a cabo una modificación de las condiciones de
aplicación del instrumento de focalización, lo que invita a pensar en que otros territorios
con características especiales -rurales, aislados, con problemas medioambientales-
podrían tomar la decisión de evaluar cómo acomodar el Registro Social de Hogares a las
condiciones y necesidades de la vulnerabilidad que experimentan.
Dicha reflexión surge de la evidente crisis que presenta el actual Modelo de Estado
Neoliberal, el que en Chile nace en un contexto sociopolítico de represión. Si bien este
nuevo modelo buscaba hacer frente a las contradicciones del Estado Bienestar a la fecha
ha dejado de manifiesto sus consecuencias.
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países escandinavos, el régimen liberal de los países anglosajones y el régimen
conservador-corporativista de los países de la Europa continental), diferenciando al
mismo tiempo los objetivos políticos y sociales que tratan de alcanzar (respectivamente: la
igualdad entre los ciudadanos, la simple cobertura social de los más pobres, el
mantenimiento de los ingresos de los trabajadores) y los instrumentos que utilizan a tal
efecto (respectivamente: políticas universales y servicios sociales gratuitos, políticas
sociales dirigidas a un sector de población restringido, seguros sociales financiados por
cotizaciones sociales).” (Esping-Andersen & Palier, 2010, pág. 9)
La minimización del Estado produce un gran impacto en la relación con la sociedad civil,
sin embargo, el contexto sociopolítico en el cual se desarrolló no permitió articular
acciones concretas para su modificación, sino hasta el retorno a la Democracia.
En este sentido, es que a la luz del análisis de un hecho concreto tal como ha sido el
cambio de instrumento de focalización de la política social, surge la siguiente critica: No
basta tan solo la adecuación del instrumento para focalizar de manera más eficaz, sino
que esta forma de administrar los recursos debe complementarse con la acción de
repensar el Rol que el Estado debe desarrollar.
Cada día se reflejan de mejor manera las consecuencias del modelo económico
imperante, las que conflictúan de manera directa a la relación que el Estado sostiene con
la sociedad civil, entre las más relevantes: 1. El resultado de la privatización: La sociedad
ha quedado muchas veces “privada de Estado”, 2. La distribución del excedente
económico: el Estado al renunciar a su rol tradicional, renuncia simultáneamente a una
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parte del excedente económico, equivalente a los recursos fiscales que le hubiese
insumido atender aquellas funciones de las que se ha despendido en mayor o menor
medida. 3. La política ha dejado de ser la conexión esencial de los ciudadanos: las
identidades políticas dejan de ser un principio organizador significativo del individuo en
sociedad (despolitización). (Oszlak, 1997)
A su vez, no basta repensar el Rol del Estado, sino incorporar en los enfoques de sus
políticas nuevos paradigmas que garanticen la consideración de los aspectos de la
pobreza en un sentido más amplio e integrador, que incluya criterios que refieran a los
aspectos colectivos, territorialidad y cultura; esto dado que no es lo mismo enfrentar los
fenómenos de pobreza en territorios como la Araucanía, versus lo que puede ocurrir en
otras regiones como O’ Higgins e incluso, zonas más aisladas como las regiones de Arica
y Parinacota o Magallanes.
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capaz de actuar de manera sólida, cuando las consecuencias de ese juego mercantilista
afectan la calidad de vida de sus ciudadanos.
Y dicho debate a nuestro juicio es crucial, dado que en la medida que la política social
avance a una con enfoque de derecho podremos garantizar converger a la perspectiva en
la cual hoy miramos la pobreza, entendiendo que esta no es carencia material, sino más
bien considera un problema más amplio, tal que esta surge de la violación de los
derechos humanos en el ámbito cultural, social y económico.
¿Cuáles son los aspectos que debiera abordar una política con enfoque de derecho?, es
quizás la pregunta clásica para poder entender que esta nueva mirada es posible.
Una política social con enfoque de derecho debe contemplar ciertos aspectos relevantes
tales como: considerar un mínimo social, un satisfactor, dimensiones y estándares del
satisfactor y finalmente la garantía social.
En relación con el satisfactor, referimos al medio concreto a través del cual las personas
pueden experimentar los mínimos sociales definidos para cada derecho. Si volvemos al
ejercicio anterior, en Chile se podría representar en la propuesta del sistema educativo
formal como el medio para generar dicha oportunidad.
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capaz de obtener Garantías sociales concretas, vale decir, mecanismos o arreglos de
carácter normativo, institucionales, programáticos y presupuestarios.
Esta nueva mirada de Estado permitiría reconectar con la sociedad civil, y desplazar el
sentimiento de “Falta de Estado”, o “ciudadanos desprotegidos”, ya que el foco no estaría
en el individuo sino en el bien colectivo.
En conclusión, un Estado que robustece su actuar en la sociedad, que abre los espacios
de participación y democratización efectiva en temáticas que inciden de manera profunda
en calidad de vida de sus ciudadanos, es un Estado que otorga equilibrio y seguridad a
sus compatriotas.
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Bibliografía
FOSIS Magallanes. (Marzo de 2017). Amplían rango del Registro Social de Hogares para postular a
programas FOSIS en Magallanes . Obtenido de
http://www.fosis.cl/index.php/magallanes/noticias-magallanes/5907
Larrañaga, O., Falck, D., Herrera, R., & Telias., A. (2014). De la Ficha de Protección Social a la
Reforma de la Focalización. Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo - Chile,
Área de Reducción de la Pobreza y la Desigualdad.
Palier, B., & Esping-Andersen, G. (2010). Los tres grandes retos del Estado del Bienestar . Ariel.
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