CONCEPTO DE AMBIGÜEDAD por Ana Aguiar.

La ambigüedad es todo aquello en la composición que el espectador podría

atribuir a una falta de destreza técnica, compositiva o conceptual del autor. Una
imprecisión a la hora de expresar un mensaje visual o algo que no vemos correcto,
muy sutil, y que nos hace dudar si fue un despiste o fue hecho a propósito. Si el
fallo es muy evidente posiblemente sea buscado y no haya ambigüedad. La
percibe quien mira la foto, mientras que para el autor puede haberla o no, pues tal
vez le pasó desapercibida o tal vez fue algo intencionado. No necesita ser
entendida o justificada, ni tampoco juzgada, y se aclara preguntando al autor.

Una característica frecuente de la ambigüedad es que el fotógrafo no se dé

cuenta, o pueda no saber por falta de conocimientos, pero no siempre es así. Una
imagen ligeramente trepidada, una pequeña rama desenfocada en un margen,
una roca cortada en primer plano, serían defectos si los conceptos como “defecto”
o “error” existieran en composición, pero como no sabemos si fue intención del
autor se denominan ambigüedades. Ni tampoco los conceptos bueno/malo, que es
un juicio absoluto que solo puede venir de un saber absoluto, que no está a
nuestro alcance. Al comentar solo podemos hablar de intenciones que pueden
coincidir o no con nuestros gustos: “me gusta” o “no me gusta”. En toda obra
conviven la visión del autor y la del espectador, y las dos son válidas. Esa forma
subjetiva de expresión sobre nuestros gustos puede aplicarse también a la
ambigüedad.

En aquellas imágenes estáticas, en las que el lenguaje es compositivo y, por tanto,

hay un cuidado en la elección y disposición de los elementos, tiene más sentido
utilizar el término ambigüedad. No así, en aquellas otras en las que prima el
momento, captar el instante, o sea, las que presentan un lenguaje fotográfico,
pues por su inmediatez hace que de igual cualquier intento compositivo, corta la
forma, emplea esquemas tonales inexplicables, desenfoca al sujeto, desnivela el
horizonte...

La ambigüedad es un solo concepto aplicado a varios procesos. El primero es de

índole técnica, el segundo compositiva, mientras que el tercero sería la
ambigüedad 'conceptual', es decir, la confusión del observador frente al mensaje
en sí.

¿Tiene alguna función determinada? Pues nos ayuda a fijarnos en detalles para
evitar inexactitudes en la composición de nuestras fotos, observando bien antes
del disparo. Otra función es detectarla por si queremos incluirla para reforzar un
mensaje. Esa ambigüedad puede ser un recurso más para captar la atención y si
al autor le gusta, nada podremos objetar.

Por último, el concepto contrario a ambiguo sería concreto, preciso. La precisión

tendría que ver con la idea de conseguir la foto que tenemos en nuestra cabeza,
con los elementos adecuados y en una composición estudiada, sin que haya
ningún elemento que no hayamos decidido que esté en el momento de planificarla.