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FOS - COLOMBIA
Fondo para la Sociedad Civil Colombiana por la Paz,
31 1. La consulta previa en el Convenio 169 de la Organización .
Internacional del Trabajo, OIT
los Derechos Humanos y la Democracia 36 2. La consulta previa en la Declaración de Naciones Unidas .
Iniciado por Asdi, administrado por Forum Syd
sobre los derechos de los pueblos indígenas
Miembros del Equipo 40 3. Principales desarrollos normativos de la consulta previa en
Francisco Taborda Ocampo Colombia
Coordinador el Equipo 40 3.1. Mandatos constitucionales
42 3.2. Mandatos legales
Sonia Londoño
Analista para comunidades afrodescendientes 70 4. La consulta previa en la jurisprudencia de la Corte Intera- .
mericana de Derechos Humanos
Rodolfo Vega 70 4.1. Marco interpretativo del derecho a la consulta previa y .
Analista para pueblos indígenas demás derechos de los pueblos indígenas y tribales en la
Ariel Palacios jurisprudencia de la Corte Interamericana
Asistente de investigación 72 4.2. La consulta previa en los pronunciamientos de la Corte .
Interamericana: características y situaciones que deben
CODHES consultarse
Carrera 6 N 34-52, oficina 302, Bogotá. D.C. 80 4.3. Efectos de la consulta
Te (57-1) 232 5666
codhes@codhes.org 83 Segunda Parte: Línea jurisprudencial de la Corte Constitucional
www.codhes.org 85 5. La consulta previa en la jurisprudencia de la Corte Constitu-
Olga Lucía Gaitán García cional
Autora 87 5.1. La consulta previa: derecho fundamental y mecanismo de
protección de otros derechos
Con la colaboración de 97 5.2. Línea jurisprudencial en materia consulta previa de medidas
César Rojas Rojas legislativas
Foto carátula 112 5.3. Línea jurisprudencial en materia de consulta previa de .
Sonia Londoño proyectos de desarrollo
127 5.4 Línea jurisprudencial en materia de consulta previa de .
Diseño, diagramación e impresión: otras decisiones administrativas y etnoeducación
Editorial Kimpres Ltda.
PBX: 413 6884 131 6. Conclusiones y recomendaciones: hacia una guía para los .
Bogotá, D.C., junio de 2012 procesos de consulta previa
131 6.1. Principales conclusiones
133 6.2. Recomendaciones
Presentación
7
8 Presentación
Colombia Rural1. La cuestión de fondo radica en que el conflicto armado y las nuevas
formas de intervención masiva de los territorios propias de la economía globalizada
están generando profundos cambios en la relación entre el Estado, la sociedad y el
territorio, produciendo así, la irrupción de nuevos conflictos que transcurren con el
telón de fondo de un modelo rural anacrónico.
La mayor parte de los territorios que habitan los pueblos indígenas y afrodescendien-
tes eran considerados por las elites del país como parte de la periferia, y no como el
fundamento material de la diversidad cultural. Pero esta situación está cambiando
aceleradamente, debido a que estos territorios concentran la atención nacional e in-
ternacional por su valor económico estratégico, a pesar de que se sigue desestimando
su valor ambiental, histórico y cultural.
Las locomotoras del desarrollo señalan la dirección a la que han llevado al país los
últimos gobiernos. Estas políticas se han formulado desde un principio de mayoría,
pero no desde una perspectiva de consenso nacional, y es allí donde reside el desco-
nocimiento de la diversidad cultural y donde radica el riesgo de generar nuevas formas
de conflicto social. La identidad nacional no puede invocarse unilateralmente para
favorecer el mercado y desactivar los derechos de los pueblos.
1
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Colombia Rural. Razones para la esperanza. Bogotá
Colombia 2011. www. http://pnudcolombia.org/indh2011/
2
Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado. Tercer informe de
verificación sobre el cumplimiento de derechos de la población en situación de Desplazamiento.
Diciembre de 2010. Págs. 57 y 58.
3
Serge Margarita. El Revés de la Nación. Uniandes. CEDE. 2005.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 9
La adopción del Convenio 169 de la OIT constituye un paso muy importante del Estado
colombiano, pues la consulta previa es una herramienta para democratizar las relaciones
entre el Estado y los pueblos respecto del uso de sus territorios. Sin embargo, como
en otros campos, esta decisión no ha sido respaldada por una voluntad política e ins-
titucional. Ha sido la Corte Constitucional la que ha hecho un llamado a la coherencia
entre el derecho formal y su contenido material. Según la jurisprudencia de la Corte
Constitucional colombiana, la Consulta Previa tiene el carácter de derecho fundamental,
dada la estrecha relación que guarda con los derechos territoriales y culturales de los
pueblos y, consecuentemente por la capacidad de asegurar su consentimiento previo,
libre e informado sobre las intervenciones en sus territorios. La declaratoria de inexe-
quibilidad de varias leyes por el incumplimiento de estos requisitos, es un indicador
incontrovertible de la ausencia de una institucionalidad y una voluntad política acorde
con el compromiso de nación.
No obstante, esta visión de los derechos culturales y territoriales sigue siendo despre-
ciada por importantes sectores de la sociedad colombiana que aun se hallan inmersos
en la cultura de la Constitución de 1886. Esto queda claro si se examinan recientes
declaraciones de funcionarios públicos y las páginas editoriales de importantes medios
de comunicación de alcance nacional, que invierten los términos del problema situando
la consulta previa como un obstáculo del progreso y dejando de lado las características
y la complejidad de los riesgos que viven los pueblos. Según la revista Semana, “hay
una creciente percepción de que este procedimiento que busca garantizar los derechos
de estas comunidades en las zonas donde se asientan, y que se debe hacer antes de
cualquier proyecto de explotación económico o ley que pueda afectar su forma de vida,
se está convirtiendo en un obstáculo para el desarrollo del país”4. A su vez, el
diario el Tiempo titula “Consulta previa a comunidades étnicas enreda proyectos de
desarrollo”5.
4
El dilema de la Consulta Previa. http://www.semana.com/nacion/dilema-consulta-previa/172852-3.
aspx.
5
Tomado de: Consulta previa a comunidades étnicas enreda proyectos de desarrollo. http://www.
eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_ INTE RIOR-11220667.html. Al respecto, véase
también: La Consulta Previa: Un instrumento con límites. http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/
ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR 11275803. html
10 Presentación
con nuevos ropajes impuesta por la mayoría política de turno en nombre de la nación.
En este sentido, basta con recordar que, la identidad nacional es un tema que atañe
principal y preferentemente a los pueblos.
Codhes agradece el riguroso trabajo que ha hecho Olga Lucía Gaitán García como
autora de este documento, con la colaboración de César Rojas Rojas, en la sistemati-
zación y análisis juiciosos de la jurisprudencia de la Corte Constitucional relativa a la
consulta previa como derecho fundamental y confía en que este trabajo se convertirá
en una herramienta útil y estratégica de exigibilidad de dicho derecho.
6
La libertad cultural en el mundo diverso de hoy. Informe de Desarrollo Humano 2004. Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo. 2004. http://hdr.undp.org/en/media/hdr04_sp_complete1.pdf.
La importancia de sistematizar la jurisprudencia
sobre consulta previa como herramienta
para los grupos étnicos en colombia
Por: Equipo del Proyecto Reparación Integral para grupos étnicos en Colombia:
énfasis en consulta previa10
Hasta el momento se han publicado varios manuales o guías sobre consulta previa
con intención didáctica, los cuales han sido un aporte invaluable para la promoción y
defensa de ese derecho fundamental. Sin embargo, el documento que aquí se presen-
ta quiere ofrecer, de manera sistemática y pormenorizada, la línea jurisprudencial de
nuestra Corte Constitucional en la materia y adicionalmente presenta, al inicio, una
referencia general (en este caso, sin pretensiones de exhaustividad) de la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
10
El equipo del proyecto Reparación Integral para Grupos Étnicos en Colombia, énfasis en consulta
previa como derecho fundamental, adelantado en la Consultoría para los derechos humanos y el
desplazamiento (Codhes) con el apoyo del Fondo para la sociedad civil colombiana por la paz, los
derechos humanos y la democracia (FOS), está conformado por Sonia Londoño, como analista para
comunidades afrodescendientes, Rodolfo Adán Vega como analista para pueblos indígenas, Ariel
Palacios como asistente de investigación para comunidades afrodescendientes y Francisco Taborda
Ocampo como coordinador
11
12 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
La conformación del equipo del proyecto sobre consulta previa en el marco del cual
se realiza la presente publicación, obedece al entendimiento de la necesidad de que
iniciativas como ésta tengan en sí mismas un componente de diálogo intercultural. En
efecto, dos de los cuatro miembros del equipo pertenecen a grupos étnicos y han sido
seleccionados por sus organizaciones para integrarlo. Se trata de Ariel Palacios como
delegado de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrodescendientes (CNOA) y
de Rodolfo Adán Vega como delegado de la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena
(ONIC), mientras que Sonia Londoño, como analista para comunidades afrodescen-
dientes, y Francisco Taborda como coordinador del equipo, aunque no pertenecen a
grupos étnicos, provienen de procesos de defensa y exigibilidad de derechos de los
grupos indígenas y afrodescendientes.
Dado que el debate actual sobre consulta previa se da no sólo en Colombia, sino en el
ámbito regional, en el que otros países discuten intensamente los alcances del derecho
a la consulta previa y la pertinencia o inconveniencia de su regulación (tal es el caso
de Perú, Chile, Ecuador, entre otros), la presente publicación también quiere ser un
aporte al debate regional, para que los grupos étnicos de dichos países aprovechen
del mejor modo la herramienta que ofrece nuestra jurisprudencia, en los procesos de
exigibilidad en otros países, como puente de interlocución que ofrece nuestro proyecto
en la profundización de la consciencia sobre la necesidad de promover herramientas
rigurosas de exigibilidad del derecho fundamental a la consulta previa libre e informa-
da. Esperamos que dicha contribución al debate y a la exigibilidad del derecho, sea la
semilla de un diálogo con otras experiencias y otras reflexiones en esta temática.
Y observó que
Además de recordar
En ese sentido, la consulta previa, libre e informada, tiene como objeto la salvaguarda de
la pervivencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y tribales y por ello se convierte
en un especial mecanismo de empoderamiento étnico. En Colombia la aplicación del
Convenio 169, se ha extendido a las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y
14 Presentación
La consulta previa forma parte de los instrumentos para fortalecer y hacer defender
la autodeterminación y dignidad de los grupos étnicos. El convenio 169 fue adoptado
por la Conferencia Internacional del Trabajo el 27 de junio de 1989 y entró en vigen-
cia para Colombia a través de la ley 21 de 1991, promulgada en marzo de ese año, es
decir, antes de que entrara en vigor la Constitución del 91. Aunque es cierto que el
convenio 19 de la OIT entró en vigor el 6 de agosto de 1992, no puede decirse que
haya sido la Ley Fundamental del 91 la que introdujo el mecanismo, pero sí puede
afirmarse que le da sustento, en la medida en que además de definir a Colombia como
un estado pluriétnico y multicultural, defiende en varios artículos la participación de
los grupos étnicos en las decisiones que los afectan, en el marco de su autonomía y su
autodeterminación.
De otro lado, porque las dinámicas sociales históricas y las de la violencia en los territo-
rios, han empujado a muchas familias y comunidades enteras al mundo de lo urbano, y
por tal razón la consulta previa hoy, en lugares como Cali, Quibdó, Cartagena, Medellín
y Bogotá, entre otros, tiene toda la validez y pertinencia de cara a políticas públicas como
los planes de desarrollo locales y departamentales y otros instrumentos de política pública.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 15
En esta misma dirección, la consulta evita que el interés hegemónico de las mayorías
se traduzca en el exterminio físico o cultural de las minorías. Sin embargo, frente a la
acepción del término minoría, de la misma manera que se ha ido superando la cate-
goría de minoría de edad para referirse a niños, niñas y adolescentes (de estirpe kantiana
y usada históricamente con una connotación peyorativa y excluyente), debe superarse
el término de minorías o grupos minoritarios (para referirse a grupos étnicos), con el fin
de trascender a categorías más comprensivas culturalmente, a partir de las cuales debe
considerarse a los grupos étnicos como sujetos morales de la historia y sujetos colec-
tivos de derechos.
guerra que ha permitido construir una “Nación” con múltiples factores de exclusión,
evidenciados en la falta de participación efectiva de los grupos étnicos y adicionalmente
en la acción de un Estado fundamentalmente asistencial, lo cual a su vez se ha traducido
en que la planeación, históricamente, no ha considerado ni las visiones de los pueblos
afrocolombianos ni las de los pueblos indígenas y rom. Por esa razón, en la actualidad,
el hecho de reclamar la consulta previa por parte de los pueblos, genera el disgusto de
Ministros y otros funcionarios gubernamentales, por que los pueblos están diciendo en
palabras castizas que no los sigan dejando por fuera de la discusión y que los benefi-
cios que el país genera con cada política sean adecuada y equitativamente distribuidos.
Consecuentemente las organizaciones están expresando que lo que el Estado hace o
deja de hacer tiene un efecto sobre sus vidas y sus posibilidades de pervivencia.
Por lo anterior, esta publicación quiere contribuir a que los espacios de discusión de
las medidas o proyectos que deben ser objeto de consulta, no se restrinjan arbitraria-
mente, sino que se construyan tomando como referentes principales, las decisiones
en la materia proferidas por la Corte Constitucional, para que la participación sea
directa, real y efectiva, como requisito esencial de la consulta. El escenario apropiado
para el ejercicio de ese derecho y, consecuentemente, para la toma de decisiones bajo
principios autónomos y reivindicadores de la diversidad es el de la autodeterminación
libre de injerencias.
La consulta previa como herramienta
para la reivindicación de derechos de los pueblos
afrodescendientes en Colombia
Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA)
Está constituida por aproximadamente 350 organizaciones de las cuales hacen parte
procesos de base, consejos comunitarios, redes de consejos comunitarios, redes de
mujeres y organizaciones nacionales afrocolombianas. El carácter constitutivo nos
configura como espacio de convergencia para articular y accionar colectivamente en
la realidad política, social, económica, ambiental y cultural del país. El direccionamien-
to como organización está basado en un esquema de quince (15) Mingas Regionales
y dirigida por un acuerdo político logrado en la asamblea general que se desarrolla
por periodos de cuatro años, en los cuales se construye el Plan Estratégico y se hace
nombramiento de la Secretaría Ejecutiva, delegando la representación en una de las
organizaciones que componen la CNOA.
En los escenarios locales y regionales se articulan los procesos de Mingas bajo la direc-
ción y coordinación de un Secretario Operativo y un Comité de Apoyo y Seguimiento
(CAS) por cada una de las Mingas. Es importante resaltar que los miembros componen
la estructura organizacional por mandatos democráticos y consensos de organizacio-
nes afrocolombianas, nuestras acciones implican diálogos previos cuando constituyen
determinaciones importantes frente a la opinión pública nacional e internacional y
acuerdos políticos que afectan la vida nacional del pueblo afrocolombiano.
17
18 Presentación
Las políticas que se adelantan en aplicación del modelo de desarrollo ponen en eviden-
cia a un Estado poco garantista de los derechos humanos de la sociedad colombiana.
El modelo económico seguido por el Estado colombiano, en lugar de ordenar y reglar
las relaciones humanas mediante fundamentos de libertad e igualdad, se restringe a la
dinamización de las relaciones humanas mediante el mantenimiento de un “mínimo
vital”. Ante ello asistimos a un desencuentro evidente entre sociedad y estado, habida
cuenta de que su accionar se restringe a una gestión puramente minimalista frente al
cumplimiento efectivo de los derechos.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 19
Nótese que tiene lugar un desmonte progresivo de la garantía de derechos de una so-
ciedad, a través de un modelo en el que se subordinan ciertos sectores de la sociedad
al statu quo estatal. A partir de ello se movilizan acciones tendientes al mantenimiento
de fuerzas militares como el mecanismo más “efectivo” para desarrollar políticas de
ajuste neoliberal que generan la pérdida de soberanía e independencia.
Este escenario que ha sido descrito en diversos análisis desarrollados por expertos que
indagan los impactos del modelo en las vidas de las familias étnicas en Colombia, con-
tinúa aumentando los niveles de pobreza. En contraste, algunos indicadores revelan el
nivel de acumulación y desdibujan los niveles de goce efectivo de derechos a partir de
ejercicios comparados con otros países del área, llegando a la vergonzante conclusión
de que Colombia acredita los primeros puestos en materia de inequidad.
Cfr. inter alia, las sentencias C-1021 de 2006, C-030 de 2008, C-175 de 2009, así como la C-461 de
7
2008.
20 Presentación
dencia, sino también porque ha incentivado un diálogo de tres vías que integra sociedad
civil, establecimiento judicial y gobierno nacional. El Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo – OIT, así como la ley aprobatoria en Colombia (ley 21 de
1991) establecen la obligación de consultar previamente con los grupos étnicos no
sólo la realización de proyectos de infraestructura o extractivos, sino la expedición de
medidas legislativas y administrativas que afecten a los pueblos étnicos.
interpretaciones sobre las implicaciones de este derecho a lo largo y ancho del país,
desde las instituciones hasta los diversos procesos organizativos étnicos.
El Convenio 169 de la OIT, ratificado por Colombia mediante la ley 21 de 1991 com-
plementa lo expresado en la carta incorporando uno de los derechos que más tras-
cendencia ha tenido, como lo es el derecho a la consulta previa, libre e informada. La
Constitución Política reconoce por primera vez que Colombia es un Estado pluriétnico
y multicultural y así queda incluido en el preámbulo de la Carta, al igual que el artículo
séptimo reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana.
8
Luis Fernando Arias es el Secretario General de la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC,
y Rodolfo Adán Vega Luquez es miembro de la red de abogados de la ONIC y hace parte del equipo
del proyecto Reparación Integral para Grupos Étnicos en Colombia, énfasis en consulta previa como
derecho fundamental, adelantado en la Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento
(Codhes) con el apoyo del Fondo para la Sociedad Civil Colombiana por la Paz, los Derechos Humanos
y la Democracia (FOS).
22
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 23
La ONIC, en este trasegar, por mandato de los pueblos indígenas de Colombia ha sido una
acérrima defensora del derecho a la consulta previa, libre e informada. Hoy consideramos
que debemos dar un paso adelante, en materia del consentimiento. Hemos avanzado en
torno a la aplicación de la consulta cuando se trata de medidas legislativas o administrativas
susceptibles de afectar directamente a nuestros pueblos indígenas, y cuando se trata de
proyectos de desarrollo, megaproyectos u obras en nuestros territorios. Empero, existen
limitantes para hacer acompañamiento a todos los procesos de consulta que se adelantan
constantemente en las regiones. Es por eso, que no debemos ahorrar esfuerzos para dotar
de las herramientas técnicas necesarias a las organizaciones indígenas de carácter regional
o local, o aquellos pueblos que de cierta manera desconocen el alcance de la consulta de
acuerdo a la línea jurisprudencial de la Corte Constitucional y el Sistema Interamericano.
Es así como hemos hecho alianzas estratégicas con organizaciones afines defensoras
de los derechos humanos que han contribuido al fortalecimiento técnico y político de
nuestra organización. En este caso, Codhes ha sido una de las organizaciones con la
que hemos venido trabajando desde tiempo atrás, y con la cual compartimos nuestras
experiencias en defensa de los derechos humanos, en especial de los derechos de los
pueblos indígenas, en el marco del proyecto sobre reparación integral para grupos ét-
nicos que actualmente adelanta en un diálogo intercultural y de manera concertada con
la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrodescendientes (CNOA) y la ONIC.
Con esta publicación se procura que en aquellos territorios indígenas donde se pretenda
afectar a nuestros pueblos, como en el caso de los proyectos de desarrollo, las auto-
ridades representativas y los miembros de los pueblos indígenas tengan herramientas
de defensa efectiva de sus derechos. De igual forma es fuente de consulta cuando se
trata de medidas legislativas o administrativas susceptibles de ser consultadas.
Se trata de un documento pertinente, dado el momento actual que hace que este derecho
fundamental tenga plena vigencia en el marco del estado social de derecho establecido
en la Constitución colombiana, y de la coyuntura política por la que atraviesan algu-
nos otros estados de América y el mundo en los que se debate agudamente sobre los
alcances del derecho a la consulta previa.
24 Presentación
Es por eso que hemos dicho que la arremetida contra este derecho fundamental
proveniente de diversos agentes gubernamentales en Colombia y en varios países de
América como Ecuador, Chile y Perú entre otros, e incluso algunos de periodistas, que
tienen como consecuencia la desinformación de la opinión pública, es sólo la punta del
iceberg de lo que se avizora, por lo que tenemos que estar preparados para enfrentar
con entereza los distintos intereses políticos y económicos de unos pequeños grupos
de poder – que constituyen una minoría - que con el argumento del interés general,
quieren aprovecharse de las riquezas y recursos naturales de los territorios indígenas,
afros y comunidades campesinas que son mayoría frente a estos grupos hegemónicos .
Hoy también vemos con gran preocupación, cómo muchos gobiernos de América,
pretenden limitar el derecho fundamental a la Consulta Previa a través de reglamenta-
ciones, que no alcanzan los estándares del Convenio 169 de la OIT y de la Declaración
de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas9, así como las sen-
tencias y recomendaciones proferidas en el marco del Sistema Interamericano. Estas
reglamentaciones, van en contravía de los avances que los pueblos indígenas hemos
logrado en la materia, en una clara interpretación restrictiva y violatoria de los tratados
internacionales, lo que los hace abiertamente inconstitucionales ya que transgreden
la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, que en su art. 27 expresa:
“Una parte no podrá invocar disposiciones de su derecho interno como justificación
del incumplimiento de un tratado”. Colombia, no es la excepción a esta andanada y
actualmente se ha ventilado la idea de que el gobierno colombiano quiere presentar
un proyecto de ley que pretende reglamentar la consulta.
Ante esta realidad, los pueblos y organizaciones indígenas tenemos que propender por
la defensa del derecho fundamental a la consulta previa, exigiendo el consentimiento
previo, libre e informado.
(i) Los pueblos indígenas no pueden ser desplazados por la fuerza de sus tierras o
territorios. “No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado
9
Tal como se afirma en la presente publicación sobre línea jurisprudencial “La Declaración de Naciones
Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas fue aprobada el 13 de septiembre de 2007 por la
Asamblea General. Colombia se abstuvo de votarla en la sesión en la que ésta se aprobó. No obstante,
el 21 de abril de 2009, con ocasión de la conferencia de examen de Durban, la viceministra de Asuntos
Multilaterales anunció que el gobierno entregaría ese mismo día una carta dirigida al secretario general
de Naciones Unidas, mediante la cual expresa su respaldo unilateral a la Declaración, a su espíritu y
principios, en el compromiso de estrechar la relación del gobierno con los pueblos indígenas y con la
mira puesta en los objetivos de desarrollo del milenio”.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 25
de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y
equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso” (artículo 10).
(ii) En el marco del derecho de los pueblos indígenas a practicar y revitalizar sus tra-
diciones y costumbres culturales, no podrá procederse a privar a estos pueblos de
bienes culturales, intelectuales, religiosos y espirituales, sin su consentimiento libre,
previo e informado (artículo 11). Si ello ocurre o se hace en violación de las leyes,
tradiciones y costumbres de los pueblos, los Estados deberán repararlos “por medios
eficaces, que podrán incluir la restitución, establecidos conjuntamente con los pueblos indígenas”.
(iii) Las tierras, los territorios y los recursos que los pueblos indígenas tradicionalmente
hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma no podrán ser confiscados,
tomados, ocupados, utilizados ni dañados sin su consentimiento libre, previo e in-
formado. Si alguno de estos eventos llegare a producirse sin tal consentimiento, se
deberá reparar al pueblo indígena afectado, “por medios que pueden incluir la restitución
o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa” (artículo 28).
“(…) Salvo que los pueblos interesados hayan convenido libremente en otra cosa, la indemnización
consistirá en tierras, territorios y recursos de igual calidad, extensión y condición jurídica o en una
indemnización monetaria u otra reparación adecuada” (numeral 2, artículo 28).
(iv) No podrán almacenarse ni eliminarse materiales peligrosos en las tierras o terri-
torios de los pueblos indígenas, sin su consentimiento previo, libre e informado
(artículo 29).
(v) El artículo 30 de la Declaración considera:“No se desarrollarán actividades militares en
las tierras o territorios de los pueblos indígenas, a menos que lo justifique una razón de interés
público pertinente o que se haya acordado libremente con los pueblos indígenas
interesados, o que éstos lo hayan solicitado” (subrayado fuera de texto). El
numeral segundo de dicho artículo dispone que los Estados habrán de celebrar
“consultas eficaces con los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en
particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus tierras o territorios
para actividades militares”.
Experiencias como la del Programa de Garantías ordenado en el Auto 004 de 2009 del
Tribunal Constitucional, el Plan Nacional de Desarrollo o el Decreto ley 4633 sobre las
víctimas indígenas, hoy son de gran relevancia para establecer la forma más efectiva de
hacerle frente a la “locomotora legislativa” que ha echado a andar el presidente Santos.
Proyectos de ley como el de reforma a las corporaciones autónomas regionales, la expe-
dición de un nuevo Código Minero, la ley de tierras y desarrollo rural entre otras, deberán
someterse a consulta con los pueblos indígenas y afros. De esta forma las autoridades
y organizaciones indígenas de carácter local y regional deben trabajar de la mano con
las organizaciones nacionales para construir propuestas alternativas a muchas de las ini-
ciativas planteadas, así como crear una ruta metodológica que permita llevar a cabo un
proceso de consulta y concertación que proteja aquellos derechos que hemos conseguido
y propenda no sólo por avanzar en una legislación que respete los territorios, la cultura
y la autonomía de los pueblos indígenas sino que a la vez impulse el desarrollo del país
teniendo en cuenta la visión de nuestros pueblos indígenas y nuestro derecho propio.
De igual forma nos preocupa, el balance que hace el Gobierno colombiano al mani-
festar que en lo que va corrido del 2012 se han protocolizado más de 158 consultas
en 560 territorios indígenas, la mayoría de las cuales tienen que ver con proyectos de
inversión en sus territorios.
Esperamos que este documento de línea jurisprudencial sobre la consulta previa, libre
e informada, sea un gran aporte en la defensa de este derecho fundamental, consti-
tuyéndose en una herramienta que permita combatir el riesgo de exterminio físico y
cultural que hoy sufren los pueblos indígenas de Colombia.
El derecho fundamental a la consulta previa:
línea jurisprudencial de la Corte Constitucional
en la materia1
Introducción
Con el fin de contribuir a los propósitos del proyecto titulado, Consulta previa como derecho
fundamental de los pueblos indígenas y afrocolombianos para la garantía y protección de su unidad territorial
y cultural, desarrollado en la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento,
Codhes, con el apoyo del Fondo de Organizaciones Sociales, FOS (Suecia), el presente
documento pretende desarrollar de manera detallada los parámetros señalados por la Cor-
te Constitucional en materia de consulta previa, a efectos de establecer el contenido y el
alcance de este derecho y las formas de hacerlo efectivo.
De este modo y para contextualizar los pronunciamientos del alto tribunal de la justicia
constitucional colombiana, la primera parte del escrito estará dedicada a presentar breve-
mente el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y la Declaración
de la Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas en aquellos aspectos
1
Elaborado por Olga Lucía Gaitán García, abogada y criminóloga, quien ha trabajado por más de veinte
años en el ámbito de los derechos humanos, el derecho penal internacional y el derecho humanitario.
Se ha desempeñado en altos cargos en el Departamento Nacional de Planeación, la Procuraduría
General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y el Programa de Derechos Humanos de Usaid, operado
por MSD Colombia Ltda. Ha sido profesora en las universidades Nacional de Colombia y de los Andes,
donde coordinó el Área de Derecho Penal. Fue asimismo ministra consejera en la reunión de ministros
plenipotenciarios en Roma donde se aprobó el Estatuto de la Corte Penal Internacional. El documento
fue elaborado con la colaboración de César Augusto Rojas Rojas, abogado.
27
28 Introducción
De manera reiterada esta Corporación ha sostenido que “en virtud del artículo
93 de la CP, los derechos y deberes constitucionales deben interpretarse de conformidad
con los tratados de derechos humanos ratificados por Colombia, de lo cual se deriva que
la jurisprudencia de las instancias internacionales encargadas de interpretar estos trata-
dos constituye un criterio hermenéutico relevante para establecer el sentido de las normas
constitucionales sobre derechos fundamentales”3.
2
Colombia aceptó la competencia de la Comisión y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
mediante declaración presentada el 21 de junio de 1985.
3
Corte Constitucional, Sentencia C-442 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, el alto tribunal
cita su Sentencia C-10 de 2000, reiterada en las sentencias T-1391 de 2001 y C-097 de 2003. En
fecha más reciente esta cita fue reiterada en la Sentencia C-936 de 2010 en la cual se examinaba la
constitucionalidad del artículo 2 de la Ley 1312 de 2009, modificatorio del artículo 324 de la Ley 906
de 2004, que regulaba la aplicación del principio de oportunidad a los desmovilizados. En este fallo, el
alto tribunal sostuvo que la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contiene
la interpretación auténtica de los derechos de la Convención Americana de Derechos Humanos y
luego de citar los desarrollos más significativos en materia de los derechos de las víctimas de graves
violaciones de derechos humanos se consigna textualmente: “Las anteriores conclusiones provienen
de sentencias de un tribunal internacional cuya competencia ha sido aceptada por Colombia. El artículo
93 de la Constitución colombiana prescribe que los derechos y deberes consagrados en esa Carta se
interpretarán de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Colombia, por lo que la jurisprudencia reseñada resulta relevante para la interpretación que de tales
derechos y deberes se haga en el orden interno”.
Primera Parte
Normativa internacional y nacional y jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
1. La consulta previa en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo, OIT
Sea lo primero indicar que el Convenio se aplica a los pueblos indígenas y tribales,
definidos en su artículo primero así:
a) a los pueblos tribales en países independientes, cuyas condiciones sociales
culturales y económicas les distingan de otros sectores de la colectividad
nacional, y que estén regidos total o parcialmente por sus propias costum-
bres o tradiciones o por una legislación especial;
b) a los pueblos en países independientes, considerados indígenas por
el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una
región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o
la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y
que, cualquiera que sea su situación jurídica, conserven todas sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
2. La conciencia de su identidad o tribal deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposi-
ciones del presente Convenio.
Es importante destacar que el Convenio prevé algunas normas que resultan esenciales
porque constituyen el marco interpretativo de todos sus preceptos. En efecto, al tenor
de lo prescrito en el artículo 5, al aplicar el tratado, “a) deberán reconocerse y protegerse los
valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales propios de dichos pueblos y deberá to-
marse debidamente en consideración la índole de los problemas que se les plantean tanto colectiva como
individualmente”. Y el literal d) de este mismo artículo establece que habrán de respetarse
igualmente “la integridad de los valores, prácticas e instituciones de esos pueblos”. Tratándose
de la aplicación de la legislación nacional a los pueblos interesados, según el artículo
8, “deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres o derecho consuetudinario”. Otro
31
32 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
criterio orientador se refiere al especial significado que el territorio tiene para estos pue-
blos, en este sentido, el artículo 13 preceptúa que para aplicar las normas del Convenio
relacionadas con el tema de tierras, “los gobiernos deberán respetar la importancia especial que
para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o
territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular
los aspectos colectivos de esa relación”.
Según el documento Los derechos de los pueblos indígenas y tribales en la práctica. Una guía
sobre el Convenio núm. 169 de la OIT,
(…) la consulta se considera una forma clave de diálogo que sirve para
armonizar los intereses contrapuestos y evitar, así como también resolver,
conflictos. Al interrelacionar los principios de consulta y participación, la
consulta no implica sólo el derecho de reaccionar sino, también el derecho
de proponer; los pueblos indígenas tienen derecho a decidir cuáles son
sus propias prioridades para el proceso de desarrollo y en consecuencia,
a ejercer control sobre su propio desarrollo económico, social y cultural4.
4
Organización Internacional del Trabajo, Los derechos de los pueblos indígenas y tribales en la práctica.
Una guía sobre el Convenio núm. 169 de la OIT, Programa para Promover el Convenio núm. 169 de la
OIT (PRO 169), Departamento de Normas Internacionales del Trabajo, 2009, pág. 60.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 33
de los pueblos, señala que corresponde a las comunidades identificarlas según sus
procedimientos internos. Atinente a los procedimientos apropiados, indica que éstos
deben ser aquellos que permitan llegar a un consenso o acuerdo en torno a las medi-
das, independientemente del resultado que se alcance. Sobre la buena fe y la manera
apropiada a las circunstancias, para el escrito esto implica que las consultas deben
hacerse en un clima de mutua confianza, en el que se reconozcan los organismos de
representación de los pueblos y se procure llegar a un acuerdo mediante negociaciones
genuinas y constructivas; se eviten las demoras injustificadas; se cumplan los compro-
misos alcanzados; y éstos se pongan en marcha de buena fe. Asimismo, significa que
los pueblos deben contar con toda la información relevante y la puedan comprender,
para lo cual, los pueblos deberán disponer del tiempo suficiente a fin de que organicen
sus propios mecanismos de toma de decisiones “y participen de forma eficaz en las decisiones
tomadas de forma coherente con sus tradiciones culturales y sociales”5.
Por último, el texto recomienda “realizar una evaluación periódica del funcionamiento de los
mecanismos de consulta, con la participación de los pueblos interesados, a fin de continuar mejorando
su eficacia”6.
Ahora bien, en la Guía de aplicación del Convenio del año 19967, se expresó lo siguiente
a propósito de los efectos de la consulta cuando no es posible llegar a un acuerdo o
lograr el consentimiento, y la posibilidad de un veto por parte de los pueblos interesados:
5
Ibídem., pág. 62.
6
Ibídem.
7
Organización Internacional del Trabajo, Pueblos indígenas y tribales: Guía para la aplicación del
Convenio núm. 169 de la OIT, 1996.
34 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
En cuanto a los temas que deben ser objeto de consulta, el Convenio prevé las situa-
ciones que a continuación se describen:
(i) Considerando la protección especial que este tratado le otorga a los territorios
colectivos de los pueblos étnicos y a los recursos naturales existentes en sus tierras,
el artículo 15, numeral segundo, dispone que cuando pertenezca a los Estados la
propiedad de los minerales, los recursos del subsuelo o tengan derechos sobre
otros recursos existentes en las tierras de los pueblos indígenas y tribales, éstos
están obligados a establecer y a mantener procedimientos apropiados, con el
propósito de consultar a los pueblos interesados antes de emprender o autorizar
cualquier “programa de prospección o explotación de los recursos existentes en sus tierras”. La
consulta tendrá por finalidad determinar si los intereses de tales pueblos podrían
verse perjudicados y en qué medida. Según esta norma, “Los pueblos interesados
deberán participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales actividades, y
percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que puedan sufrir como resultado de
esas actividades”.
(ii) En principio, el traslado de los pueblos de sus territorios está prohibido, pero si
es preciso hacerlo y reubicar a la comunidad por circunstancias excepcionales, los
gobiernos deberán obtener el consentimiento libre e informado del pueblo con-
cernido (artículo 16, numeral 2)8. Nótese que en este caso particular, el Convenio
exige más allá de la consulta, el consentimiento libre e informado de los pueblos
afectados con el posible traslado. En todo caso, tales pueblos mantendrán su
derecho al retorno y si ello no es posible, a recibir tierras cuya calidad y estatuto
jurídico sean iguales a las tierras que ocupaban con anterioridad y les permitan
su desarrollo, o a una indemnización si así lo prefieren (artículo 16, numeral 4).
8
“Cuando no pueda obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberán tener
lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la legislación nacional, incluidas
encuestas públicas, cuando haya lugar, en que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar
efectivamente representados”.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 35
peciales. Estos programas “deberán basarse en el entorno económico, las condiciones sociales
y culturales y las necesidades concretas de los pueblos interesados. Todo estudio a este respecto
deberá realizarse en cooperación con esos pueblos, los cuales deberán ser consultados sobre la
organización y el funcionamiento de tales programas” (artículo 22).
(v) Los Estados están compelidos a reconocer el derecho de estos pueblos a crear sus
propias instituciones y medios de educación, “siempre que tales instituciones satisfagan
las normas mínimas establecidas por la autoridad competente en consulta con esos pueblos”
(artículo 27, numeral 3).
(vi) Los gobiernos deberán tomar las medidas pertinentes, a efectos de garantizar,
siempre que sea viable, que a los niños de estos pueblos se les enseñe a leer y a
escribir en su propia lengua o en aquella que hable más comúnmente el pueblo al
que pertenecen. Si esto no es viable, “las autoridades competentes deberán celebrar con-
sultas con esos pueblos con miras a la adopción de medidas que permitan alcanzar este objetivo”
(artículo 28).
Finalmente, cabe destacar que el artículo 34 del tratado en estudio señala que el alcance
y la naturaleza de las medidas que se tomen para darle efecto, habrán de establecerse
con “flexibilidad, teniendo en cuenta las condiciones propias de cada país”.
2. La consulta previa en la Declaración
de Naciones Unidas sobre los derechos
de los pueblos indígenas
9
Colombia se abstuvo de votar aduciendo que algunos artículos de la Declaración contrarían normas
de carácter constitucional y los pronunciamientos de la Corte Constitucional en materia de consulta
previa y territorios. Así, por ejemplo, expresó que la norma del artículo 30, en la que se establece la
consulta previa y el consentimiento para ocupar tierras indigenas para operaciones militares, va en
contravía del principio de necesidad y eficacia de la fuerza pública, quien tiene constitucionalmente
la obligación de proteger la vida, honra, bienes y demás derechos individuales y colectivos. Sobre la
noción de consentimiento previo, Colombia aseguró que el enfoque de la Declaración podría equivaler
a reconocer que los pueblos indígenas tienen el derecho a vetar las decisiones estatales y esto no es
aceptado ni por la Constitución, ni por la Corte Constitucional y podría frenar procesos de interés
general. Finalmente, el Estado colombiano aseguró que algunas disposiciones de la Declaración
podrían contradecir la propiedad que la Carta Política le reconoce sobre los recursos naturales y el
subsuelo. Véase, Naciones Unidas, Asamblea General, sexagésimo primer período de sesiones 107ª
sesión plenaria, jueves 13 de septiembre de 2007, a las 13.00 horas, Nueva York, Documentos Oficiales,
A/61/PV.107, página 20, consultado en http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N07/504/32/
PDF/N0750432.pdf?OpenElement, el 5 de febrero de 2012.
10
Véase, Misión Permanente de Colombia ante Naciones Unidas, Documento No. 665-F dirigido por
el ministro de Relación Exteriores, Jaime Bermúdez, a la Misión Permanente de Estados miembros
de Naciones Unidas en Nueva York, 2009, consultado en http://www.mij.gov.co/econtent/library/
documents/DocNewsNo3345DocumentNo1611.PDF, el 5 de febrero de 2012.
36
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 37
los derechos de los pueblos indígenas y reforzar las disposiciones del Convenio 169. En
ésta se parte del reconocimiento expreso del derecho de los pueblos indígenas a la libre
determinación, “En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen
libremente su desarrollo económico, social y cultural” (artículo 3); y de su derecho a la no asimilación
forzada, en virtud de lo cual, los Estados están obligados, entre otras, a establecer mecanismos eficaces
para la prevención y el resarcimiento de “(…) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privar a
los pueblos y las personas indígenas de su integridad como pueblos distintos o de sus valores culturales
o su identidad étnica; b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia enajenarles sus tierras, territo-
rios o recursos; c) Toda forma de traslado forzado de población que tenga por objeto o consecuencia la
violación o el menoscabo de cualquiera de sus derechos (…)” (artículo 8, numeral 2).
Como en el caso del Convenio 169, la Declaración reconoce, a lo largo de todo el texto,
el derecho de estos pueblos a participar activamente en todas las decisiones que les
conciernen. El artículo 18 precisa que lo harán por intermedio de sus representantes,
elegidos conforme a sus propios procedimientos.
La consulta previa la define la Declaración como un deber de los Estados, que cele-
brarán tales consultas y “cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por medio
de sus instituciones representativas antes de adoptar y aplicar medidas legislativas o administrativas
que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado” (artículo 19).
(i) Los pueblos indígenas no pueden ser desplazados por la fuerza de sus tierras o
territorios. “No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado
de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y
equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso” (artículo 10)11.
(ii) En el marco del derecho de los pueblos indígenas a practicar y revitalizar sus
tradiciones y costumbres culturales, no podrá procederse a privar a estos pueblos
de bienes culturales, intelectuales, religiosos y espirituales, sin su consentimiento
libre, previo e informado (artículo 11). Si ello ocurre o se hace en violación de
11
Recuerdese que el Convenio 169 contempla la misma exigencia.
38 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
las leyes, tradiciones y costumbres de los pueblos, los Estados deberán repararlos
“por medios eficaces, que podrán incluir la restitución, establecidos conjuntamente con los pueblos
indígenas”.
(iii) Las tierras, los territorios y los recursos que los pueblos indígenas tradicionalmente
hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma no podrán ser confiscados,
tomados, ocupados, utilizados ni dañados sin su consentimiento libre, previo e
informado. Si alguno de estos eventos llegare a producirse sin tal consentimien-
to, se deberá reparar al pueblo indígena afectado, “por medios que pueden incluir la
restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa”
(artículo 28). “(…) Salvo que los pueblos interesados hayan convenido libremente en otra
cosa, la indemnización consistirá en tierras, territorios y recursos de igual calidad, extensión y
condición jurídica o en una indemnización monetaria u otra reparación adecuada” (numeral
2, artículo 28).
(v) El artículo 30 de la Declaración considera una situación que dio origen a una de
las razones manifestadas por el gobierno colombiano ante la Asamblea General
de la Naciones Unidas para abstenerse de votar a favor de dicho instrumento,
relacionada con la ocupación militar de los territorios de los pueblos indígenas.
Según la norma, “No se desarrollarán actividades militares en las tierras o territorios de
los pueblos indígenas, a menos que lo justifique una razón de interés público pertinente o que se
haya acordado libremente con los pueblos indígenas interesados, o que éstos lo hayan solicitado”
(subrayado fuera de texto). El numeral segundo de dicho artículo dispone que los Estados ha-
brán de celebrar “consultas eficaces con los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos
apropiados y en particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus
tierras o territorios para actividades militares”. Como puede observarse, se requiere
entonces el consentimiento obtenido mediante la consulta.
Atinente a la consulta previa, se describen expresamente, sin que ello pueda entenderse
como una enumeración taxativa, los siguientes eventos que la exigen:
(i) Las medidas apropiadas, incluidas las legislativas que los Estados adopten para
alcanzar los fines de la Declaración, se tomarán en consulta y cooperación con
los pueblos indígenas (artículo 38).
(ii) Los pueblos indígenas tienen derecho a que su diversidad cultural, su historia,
sus tradiciones y aspiraciones se reflejen en la educación pública y en los medios
de información públicos. En consulta y cooperación con los pueblos indígenas
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 39
interesados, los Estados adoptarán medidas eficaces “para combatir los prejuicios y
eliminar la discriminación y promover la tolerancia, la comprensión y las buenas relaciones entre
los pueblos indígenas y todos los demás sectores de la sociedad” (artículo 15).
(iii) Los Estados celebrarán consultas con estos pueblos “para proteger a los niños indígenas
contra la explotación económica y contra todo trabajo que pueda resultar peligroso o interferir
en la educación del niño, o que pueda ser perjudicial para la salud o el desarrollo físico, mental,
espiritual, moral o social del niño, teniendo en cuenta su especial vulnerabilidad y la importancia
de la educación para el pleno ejercicio de sus derechos” (artículo 17).
(iv) Habrán de celebrarse consultas antes de que se apruebe cualquier proyecto que
afecte las tierras, los territorios u otros recursos de los pueblos indígenas, espe-
cialmente, “en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales,
hídricos o de otro tipo”. Los Estados realizarán tales consultas de buena fe y por
conducto de las instituciones representativas de estos pueblos, a fin de obtener su
consentimiento libre e informado (artículo 32). Asimismo, los Estados deberán
establecer formas de reparación justa y equitativa por estas actividades y “adoptarán
medidas para mitigar las consecuencias nocivas de orden ambiental, económico, social, cultural
o espiritual”.
(v) Los Estados, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, adoptarán
medidas eficaces para facilitar el ejercicio y garantizar la aplicación del derecho
de los pueblos indígenas divididos por fronteras internacionales, a “mantener y
desarrollar los contactos, las relaciones y la cooperación, incluidas las actividades de carácter
espiritual, cultural, político, económico y social, con sus propios miembros así como con otros
pueblos a través de las fronteras” (artículo 36).
3. Principales desarrollos normativos
de la consulta previa en Colombia
40
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 41
De otra parte, al tenor de lo señalado en el artículo 332, “el Estado es propietario del subsuelo
y de los recursos naturales no renovables, sin perjuicio de los derechos adquiridos y perfeccionados con
arreglo a las leyes preexistentes”.
42 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
Lo dispuesto para las comunidades negras del Pacífico puede aplicarse a otras zonas del
país que presenten condiciones similares, a través del mismo procedimiento, y previo
estudio y concepto favorable de la comisión especial conformada.
El estudio de impacto ambiental, por su parte, se define como “el conjunto de la infor-
mación que deberá presentar ante la autoridad ambiental competente el peticionario de una licencia
44 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
ambiental” y contiene datos sobre “la localización del proyecto, y los elementos abióticos, bióticos,
y socioeconómicos del medio que puedan sufrir deterioro por la respectiva obra o actividad, para cuya
ejecución se pide la licencia, y la evaluación de los impactos que puedan producirse. Además, incluirá
el diseño de los planes de prevención, mitigación, corrección y compensación de impactos y el plan de
manejo ambiental de la obra o actividad” (artículo 57, reformado, artículo 223 de la Ley
1450 de 2011).
Por medio del Decreto 2820 de 2010 se reglamenta la Ley 99 de 1993 en lo concerniente
a las licencias ambientales. Esta normativa hace referencia al diagnóstico ambiental de
alternativas y al estudio de impacto ambiental como estudios ambientales que cons-
tituyen prerrequisito para la expedición de la licencia ambiental (artículo 13). En su
elaboración, la autoridad ambiental competente debe formular términos de referencia
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 45
De otra parte, el recién expedido Decreto 3570 de 2011 define la estructura y las funcio-
nes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, conforme a la reorganización
de ministerios establecida por la Ley 1444 de 2011. Dentro de las funciones que se le
atribuyen a esta cartera cabe destacar, en primer lugar, el diseño y la regulación de las
políticas públicas sobre el uso, manejo, aprovechamiento, conservación, restauración
y recuperación de los recursos naturales, con el objeto de impedir o mitigar el impac-
to de actividades contaminantes, deteriorantes o destructivas del entorno (artículo 2,
numeral 2). En segundo lugar, la inspección y vigilancia sobre las CAR, y el ejercicio
discrecional y selectivo de la evaluación y el control sobre los asuntos asignados a estas
corporaciones (artículo 2, numeral 10).
Por último, respecto al Decreto 3573 de 2011, éste crea la Autoridad nacional de licencias
ambientales, ANLA, unidad administrativa especial, con autonomía administrativa y
financiera, sin personería jurídica (artículo 1), a la cual se le atribuye la tarea de verificar
el cumplimiento de la normatividad ambiental por los proyectos, obras o actividades
sujetas a licencia, permiso o trámite ambiental (artículo 2).
La ANLA otorga y hace seguimiento a las licencias y permisos; desarrolla los trámites
ambientales de competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; y
administra el sistema de licencias, permisos y trámites ambientales. Tiene a su cargo la
promoción de los mecanismos de participación ciudadana en el trámite de licencias y
permisos, y adelanta procesos de investigación y sanción en la materia.
12
El Consejo está conformado por el ministro o el viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible,
el director general de la ANLA, el director o directores del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible que por su especialidad tengan conocimiento del tema objeto de estudio, el ministro o
viceministro delegado del sector pertinente, el director o directores de los institutos de investigación,
adscritos o vinculados al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que por su especialidad
tengan conocimiento del tema objeto de estudio. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible,
según propuesta del director general de la ANLA, podrá invitar a las sesiones del Consejo, a expertos
nacionales y/o internacionales, cuyo perfil debe responder a la especialidad del tema.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 47
Esta legislación regula la consulta previa a comunidades indígenas y negras para la ex-
plotación de recursos naturales en sus territorios. Es importante recordar que el Consejo
de Administración de la OIT, ante la reclamación presentada por la Central Unitaria de
Trabajadores, adoptó el informe del Comité Tripartito, y manifestó que esta normativa no
se expidió de conformidad con lo establecido en el Convenio 169, pues no se consultó
a los pueblos indígenas y tribales concernidos directamente con la misma, ni responde
tampoco a los parámetros indicados en dicho Convenio, por lo que recomendó al go-
bierno, “que modifique el decreto núm. 1320 de 1998 para ponerlo de conformidad con el Convenio,
en consultación y con la participación activa de los representantes de los pueblos indígenas de Colombia,
en conformidad con lo dispuesto en el Convenio”14.
13
El Consejo de Estado, mediante Sentencia de 20 de mayo de 1999, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Primera, rad. 5091, C.P. Juan Alberto Polo Figueroa, declaró ajustado a derecho
este decreto, salvo en lo atinente al literal d) del artículo 13 que dispone que en caso de no existir
un acuerdo en la reunión previa a la consulta ésta se suspenderá por una sola vez por el término de
24 horas con el fin de que las partes evalúen las propuestas. Este plazo resulta insuficiente debido a
la complejidad de los temas que se tratan en la consulta y los factores de carácter sociocultural que
están involucrados. En consecuencia, el Consejo declaró la nulidad de esta disposición en particular.
El núcleo central de la demanda de nulidad de esta norma giró en torno a la competencia del gobierno
nacional para regular el derecho a la consulta previa por considerarse una atribución del congreso, y
en la omisión de la consulta previa a las comunidades indígenas y afrodescendientes en el proceso
de su expedición. Sobre el primero de los aspectos mencionados, el Consejo de Estado consideró
que la Constitución confirió mandato directo al gobierno nacional para regular la consulta previa,
pues como expresamente lo dispone el artículo 330 de la Carta Política, el gobierno debe propiciar la
participación de los representantes de las respectivas comunidades en las decisiones que se adopten
para la explotación de los recursos naturales en los territorios indígenas. Para impulsar tal participación
el gobierno debe adoptar de manera directa medidas para hacer efectivo el mandato constitucional.
El primer paso para la ejecución de una norma abstracta como la contenida en el artículo 330 consiste
justamente en expedir su reglamentación a través del decreto correspondiente. Al cumplir un mandato
constitucional directo con la expedición del decreto, más que violar el precepto constitucional, se está
acatando. Respecto a la omisión de la consulta previa, el alto tribunal consideró que el mismo artículo
330 no establece que las normas a través de las cuales se adoptan los mecanismos para realizar
la consulta previa deban ser ellas mismas consultadas. Según el Consejo de Estado, “cabe poner de
presente que el precepto legal [artículo 6º de la Ley 21 de 1991] invocado como violado no especifica
las circunstancias de tiempo y modo de efectuar la referida consulta, ni señala reglas mínimas para el
cumplimiento de la misma, ni el actor indica disposición alguna que precise tales circunstancias, por
lo cual lo pertinente es que el Gobierno provea a la reglamentación requerida de tales procedimientos
y a ello atiende el decreto acusado”. Las sentencias del Consejo de Estado fueron obtenidas en http://
www.consejodeestado.gov.co/
14
Consejo de Administración, 282. Reunión, noviembre de 2001, Reclamación presentada en virtud del
artículo 24 de la Constitución de la OIT, Colombia, GB.282/14/3, consultado en: www.politicaspublicas.
net/panel/conv169/informesoit/295-c169casos/721-2001-colobia-reclamacion-c169-decreto1320.
html, el 2 de febrero de 2012.
48 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
esta medida fue en la Sentencia T-652 de 199815, mediante la cual ordenó al gobierno
nacional adelantar la consulta previa con el pueblo indígena Embera-Katío afectado
con la construcción de la hidroeléctrica de Urrá, bajo los parámetros ya acordados
con las comunidades afectadas e inaplicar la norma en mención. Con fundamento en
el informe del Consejo de Administración de la OIT arriba reseñado, la Corte Cons-
titucional ha reiterado la orden de inaplicación de este decreto, a partir de la Sentencia
T-880 de 2006, en la que ordenó la consulta previa con el pueblo indígena Motilón-Barí
sobre la construcción de un oleoducto en el corregimiento La Gabarra, municipio de
Tibú, Norte de Santander16.
Según el decreto en cuestión, la consulta previa tiene por objeto evaluar el impacto
económico, ambiental, social y cultural que se pueda ocasionar a la comunidad indí-
gena o negra en su territorio (artículo 1). La misma es imperativa cuando el proyecto,
obra o actividad se desarrolle en los territorios de los grupos étnicos, entendidos por
tales, las zonas de resguardo o reserva indígenas, las zonas adjudicadas en propiedad
colectiva a las comunidades negras y las zonas no tituladas pero habitadas regular y
permanentemente por dichas comunidades (artículo 2).
De acuerdo con esta norma, las siguientes situaciones requieren consulta previa: (i)
licencias ambientales o planes de manejo ambiental; (ii) documento de evaluación y
manejo ambiental17; y (iii) permisos de uso, aprovechamiento o afectación de recursos
naturales renovables.
15
M.P. Carlos Gaviria Díaz.
16
La inaplicación del decreto ha sido ordenada también en la Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto
Sierra Porto.
17
Sobre el particular es preciso indicar que el Decreto 883 de 1997 establecía que las actividades de
explotación de hidrocarburos, los proyectos de minería y los proyectos energéticos no requerirían
licencia ambiental sino la elaboración de un documento de evaluación y manejo ambiental. El Decreto
1380 estableció, en consecuencia, un procedimiento especial para agotar el proceso de consulta
previa en estos casos. No obstante, el Consejo de Estado declaró ilegal aquel decreto, por lo tanto, la
regulación específica perdió también vigencia. Véase, Consejo de Estado, Sección Primera, Sentencia
de 20 de agosto de 1998, rad. 4599 y 4647, C.P. Manuel Santiago Urueta Ayola.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 49
El responsable del proyecto, obra o actividad que debe realizar la consulta previa tiene
que elaborar los estudios ambientales con participación de representantes de las comu-
nidades étnicas afectadas: en el caso de los pueblos indígenas, los representantes legales
o autoridades tradicionales, y en el caso de las comunidades afrodescendientes, los
miembros de la junta del consejo comunitario o líderes reconocidos por comunidades
de base (artículo 5). Para el efecto, habrá de enviar comunicación escrita a las comuni-
dades. Transcurridos 20 días de remitida la comunicación sin recibir respuesta, deberá
informar al Ministerio del Interior, a efectos de que esta autoridad verifique, dentro de
los diez días siguientes, si existe voluntad de participar por parte de las comunidades.
Si las comunidades se niegan a participar o no ofrecen ninguna respuesta, el interesado
puede desarrollar el estudio ambiental prescindiendo de tal participación (artículo 6).
Esta directiva, según lo expresa su propio texto normativo, está destinada a garantizar el
derecho fundamental a la consulta previa, y se organiza bajo los siguientes cinco títulos:
mecanismos para la aplicación de la Ley 21 de 1991; acciones que requieren la garantía
de la consulta previa; acciones que no requieren la garantía del derecho a la consulta
previa; mecanismos para el desarrollo de la consulta previa; y manejo de los impactos.
Este instrumento señala asimismo que todos los organismos gubernamentales de orden
nacional tienen la responsabilidad de solicitar el desarrollo de procesos de consulta al
Grupo de consulta previa del Ministerio del Interior, y de proporcionar información
sobre planes, programas y proyectos que requieran de este mecanismo.
52 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
Sobre las actividades que deben consultarse, la directiva indica que este procedimiento
debe realizarse antes de la ejecución o puesta en marcha de todo proyecto que pueda
afectar a los grupos étnicos nacionales o sus derechos reconocidos en el derecho in-
ternacional de los derechos humanos y a continuación relaciona las siguientes acciones
como susceptibles de consulta:
En contraste, las medidas que no deben ser objeto de consulta son las siguientes:
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 53
Aunque aclara que se trata de un protocolo sugerido por el Grupo de consulta previa,
y su aplicación está sujeta a los acuerdos con los grupos étnicos y el interesado, la
consulta previa deberá cumplir las siguientes fases: preconsulta, apertura del proceso,
talleres de identificación de impacto y definición de medidas de manejo, preacuerdos,
reunión de protocolización, sistematización y seguimiento de los acuerdos y cierre del
proceso de consulta previa.
La Ley 1444 de 2011 escinde tres ministerios para crear un número igual de nuevas
carteras, de la siguiente manera: del Ministerio del Interior y de Justicia: el Ministerio
del Interior y el Ministerio de Justicia y del Derecho; del Ministerio de la Protección
Social: el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Salud; y del Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial: el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible
y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.
18
Artículos 13, numerales 6, 7, 8; 14, numerales 5, 6 y 7.
56 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
La Mesa de concertación, por su parte, tiene por objeto concertar entre los pueblos
indígenas y el Estado “todas las decisiones administrativas y legislativas susceptibles de afectarlos,
evaluar la ejecución de la política indígena del Estado, sin perjuicio de las funciones del Estado, y
hacerle seguimiento al cumplimiento de los acuerdos a que allí se lleguen” (artículo 11). Entre las
funciones que se le atribuyen es importante citar las siguientes: adoptar criterios y
procedimientos y concertar con los pueblos indígenas las medidas de protección sobre
los derechos de estas comunidades en materia de biodiversidad, recursos genéticos,
propiedad intelectual colectiva y derechos culturales asociados; concertar el proyecto
de ley que modifica la legislación minera para proteger los derechos de las comunida-
des étnicas; revisar los permisos y licencias sobre territorios colectivos y solicitar su
suspensión o revocatoria; preparar los procedimientos para acordar la propuesta de
reglamentación del derecho de participación y concertación de las decisiones adminis-
trativas y legislativas susceptibles de afectar a los pueblos indígenas; concertar, mientras
se expide la reglamentación, el procedimiento de consulta con los pueblos indígenas
respetando los usos y costumbres de cada pueblo; y revisar algunas normas expedidas
relativas a los derechos de pueblos indígenas (artículo 12).
Según este decreto, en los procesos de consulta y concertación de cualquier medida legislativa
o administrativa podrán participar indígenas de la Mesa de concertación o sus delegados
(artículo 16). Dicha Mesa está integrada por funcionarios de alto nivel de la rama ejecu-
tiva, los senadores indígenas, y representantes de organizaciones indígenas (artículo 10).
De otra parte, el artículo 7 prohíbe otorgar licencias ambientales sin los estudios de
impacto económico, social y cultural sobre los pueblos o comunidades indígenas que
harán parte de los estudios de impacto ambiental, los cuales deberán ser elaborados
con la participación de las comunidades, sus autoridades y organizaciones. Si de estos
estudios se deriva que el proyecto puede causar o está ocasionando daño a la integridad
económica social, económica o cultural de los pueblos, la licencia debe ser negada. De
acuerdo con este estatuto, ninguna obra, exploración, explotación o inversión puede
realizarse dentro del territorio indígena sin la previa concertación con las autoridades
indígenas, las comunidades y sus organizaciones (artículo 8).
Por medio de esta legislación, se crea la Mesa regional amazónica, en tanto escenario
de concertación para la formulación, promulgación y ejecución de políticas públicas de
desarrollo sostenible para los pueblos indígenas asentados en la región. Dicha Mesa está
integrada por ministros y directores de entidades gubernamentales del nivel nacional y
por representantes de organizaciones indígenas, especialmente, las que habitan en esta
zona del país (artículo 2º). Dentro de las funciones que la norma le asigna a la Mesa es
menester resaltar las siguientes: presentar a consideración del Conpes una propuesta
de documento de política pública que contenga aspectos económicos, culturales, po-
líticos, ambientales y de inversión en los resguardos y comunidades indígenas de esta
región; definir lineamientos de política de derechos humanos para los pueblos de esta
zona del país; recomendar una política de manejo concertado de áreas protegidas; y
garantizar el uso tradicional de la coca.
Esta normativa fue expedida en virtud de las facultades extraordinarias que le confirió
el artículo 205 de la Ley 1448 de 2011, más conocida como Ley de víctimas, al pre-
sidente y regula lo concerniente a la atención y a la reparación integral a las víctimas
pertenecientes a los pueblos indígenas. El decreto establece la figura del plan integral
de reparaciones colectivas para pueblos y comunidades indígenas, definido como un
instrumento de carácter técnico cuya elaboración corresponde a la Unidad administra-
tiva especial de atención y reparación a víctimas. Por medio de dicho plan, se consultan
con las autoridades y organizaciones indígenas, las medidas de reparación colectiva
para los pueblos y comunidades que hayan sufrido daños como consecuencia de vio-
laciones a los derechos humanos e infracciones del derecho humanitario en el marco
del conflicto armado. Según la norma, el plan debe tener en cuenta la normatividad
y la cosmovisión de cada comunidad y pueblo que será reparado, y su consulta habrá
de adelantarse conforme a metodologías que se definan entre las autoridades, y las
organizaciones y comunidades respectivas (artículo 133). La obligación de realizar este
plan se reitera cuando se hayan efectuado retornos voluntarios sin el acompañamiento
de las autoridades estatales (artículo 105).
representativas, con el objeto de ajustar los mecanismos, los procedimientos y las com-
petencias de las autoridades indígenas y los demás aspectos relevantes establecidos en
la normatividad. Así mismo, cuando una víctima individual exprese su interés dentro
del proceso de consulta del plan integral de reparación, se podrán incluir las medidas
de reparación individual en dicho plan (parágrafo 2, artículo 133).
Otra medida que debe ser objeto de concertación con las comunidades directamente
afectadas son los planes de retorno y reubicación para los pueblos y comunidades in-
dígenas en situación de desplazamiento forzado por eventos masivos (artículo 99). El
retorno en casos de desplazamiento individual o familiar de integrantes de un pueblo o
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 59
comunidad indígena debe ser coordinado con sus propias autoridades, para garantizar
la implementación de las medidas de atención y asistencia. Si el retorno individual no
es posible porque no se reúnen las condiciones de seguridad, voluntariedad y dignidad,
se deberá reubicar a la persona o familia, en forma concertada con las autoridades
indígenas (artículo 101).
Por otra parte, el decreto dispone la concertación de algunas medidas con la Mesa
permanente de concertación de los pueblos indígenas, entre las cuales figuran las
siguientes: (i) las medidas de prevención, protección y cautelares destinadas a la pro-
tección inmediata de las estructuras sociales, culturales y los territorios ancestrales de
los pueblos indígenas no contactados o en aislamiento voluntario. Esta concertación
se realizará con el Ministerio del Interior y la Unidad administrativa especial de gestión
para la restitución de tierras (artículo 71); (ii) la formulación de los criterios especiales y
culturales adecuados para la ayuda humanitaria de alimentación y dieta, vestuario, aseo
personal, atención médica y psicológica y alojamiento transitorio (parágrafo. 2, artículo
73); (iii) la ruta de atención integral en salud para víctimas indígenas, con el Ministerio
de Salud y Protección Social con el acompañamiento de la subcomisión de salud (ar-
tículo 84); (iv) la definición de las condiciones de atención prioritaria y diferencial en
materia de vivienda urbana de hogares pertenecientes a pueblos indígenas incluidos
en el registro único de víctimas, que hayan sufrido el despojo, el abandono, la pérdida
o menoscabo de su vivienda y que manifiesten la intención de asentamiento urbano
(artículo 89); (v) los criterios para determinar la cesación de la situación de vulnerabi-
lidad y debilidad manifiesta a causa del desplazamiento, de acuerdo a los indicadores
de goce efectivo de derechos definidos por el gobierno (par. 1, artículo 107); y (vi)
los criterios, zonas, casos y tiempos para focalizar y poner en marcha las medidas de
restitución con la Unidad administrativa especial de gestión de restitución de tierras
despojadas (artículo 145).
• Ley 70 de 1993.
La ley define a la comunidad negra como “el conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana
que poseen una cultura propia, comparten una historia y tienen sus propias tradiciones y costumbre
dentro de la relación campo-poblado, que revelan y conservan conciencia de identidad que las distinguen
de otros grupos étnicos” (artículo 2, numeral 5).
A estas comunidades se les adjudica la propiedad colectiva de las tierras baldías que
vienen ocupando de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción. Para ello,
se debe constituir un consejo comunitario encargado de administrar internamente
la propiedad colectiva. El consejo habrá de delimitar y asignar las áreas en las tierras
adjudicadas, y de velar por la conservación y protección de los derechos de propiedad
colectiva, la preservación de la identidad cultural y el aprovechamiento y conservación
de los recursos naturales. Los consejos comunitarios deben elegir un representante
legal de la comunidad y hacer de amigables componedores para resolver los conflictos
internos (artículo 5). El área de la propiedad colectiva es inalienable, imprescriptible
e inembargable y solo puede ser enajenada bajo condiciones estrictas que permitan la
conservación de la propiedad colectiva (artículo 7).
De otra parte, la norma expresa que la entidad administradora de los recursos naturales
renovables debe reglamentar, concertadamente con las comunidades negras, el uso colec-
tivo de las áreas de bosques para el aprovechamiento forestal permanente (artículo 24).
sin perjuicio de los derechos adquiridos o constituidos a favor de terceros” (artículo 26). Sobre tales
zonas, cuando hayan sido tradicionalmente aprovechadas por las comunidades, éstas
gozan del derecho de prelación, para que el gobierno les otorgue licencia especial de
exploración y explotación de recursos naturales no renovables (artículo 27). Cuando
las áreas solicitadas por las comunidades negras se superpongan a áreas de explota-
ción indígena, el gobierno podrá conceder licencia para la explotación y exploración
conjunta por parte de los dos grupos étnicos (artículo 28).
El artículo 44 de la ley en estudio preceptúa que las comunidades negras deben parti-
cipar en el diseño, la elaboración y la evaluación de los estudios de impacto ambiental,
socioeconómico y cultural que se realicen para proyectos que se busquen adelantar en
las áreas a las que se refiere la ley.
Este decreto regula la Comisión consultiva de alto nivel para comunidades negras,
organismo adscrito al Ministerio del Interior e integrado por funcionarios de nivel su-
perior de organismos nacionales del Estado y representantes de consejos comunitarios
y de organizaciones de base. De acuerdo con la norma, cada departamento en el que
exista consultiva tiene derecho a un representante por derecho propio y a uno más de
acuerdo con los presupuestos contenidos en su artículo 2. Los representantes desig-
nados por los consejos comunitarios ante las comisiones consultivas departamentales
designarán entre sus miembros a los representantes en la Comisión consultiva de alto
nivel (artículo 3). El período de los representantes es de tres años según el artículo 22.
19
Es de señalar que el Consejo de Estado reconoció como únicos representantes de las comunidades
negras a las juntas y a los representantes legales de los consejos comunitarios y por ello declaró la
ilegalidad de algunos apartes del Decreto 2248 de 1995, que regulaba la Comisión consultiva de alto
nivel para las comunidades negras, y en los que se atribuía esa representación a las organizaciones de
base. Véase, Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Rad. 11001
0324 000 2007 00039 00, C.P. Rafael E. Ostau de Lafont Pianeta.
20
Hoy Dirección de asuntos para las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 63
La consulta previa dentro de esta ley tiene particular relevancia en la definición del plan
integral de reparación colectiva, “instrumento técnico por medio del cual, previa consulta a las
Comunidades, consejos comunitarios y autoridades propias, se estructuran las medidas de reparación
colectiva” (artículo 76). La consulta para la expedición del plan deberá realizarse de
acuerdo a las metodologías acordadas con las respectivas comunidades. En este sentido,
se establece el derecho de las autoridades o instancias representativas a participar en
la implementación y seguimiento de los planes integrales de reparación colectiva que
determinen las medidas de indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de
no repetición (artículo 78).
Según esta reglamentación, la consulta de los planes tiene por objeto garantizar el
derecho de las víctimas de comunidades afrodescendientes a decidir sobre sus priori-
dades en materia de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías
de no repetición con la participación de sus representantes (artículo 103). Para ello,
se dispone una fase de preconsulta de los planes en la que debe acordarse la metodo-
logía, el cronograma de trabajo y las formas de gestión que con autonomía defina la
comunidad. En esta preconsulta se definirá, al mismo tiempo, la hoja de ruta para el
diseño, la elaboración, la implementación y la evaluación de los planes con la respectiva
comunidad. La Dirección de asuntos para las comunidades negras del Ministerio del
Interior deberá identificar en esta fase a las autoridades y representantes de las comu-
nidades, junto con la verificación de su representatividad y legitimidad (artículo 104).
La fase de preconsulta también abarcará el proceso de caracterización conjunta de los
daños colectivos en el que participarán la Unidad de atención y reparación de víctimas,
64 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
En caso de no llegarse a un acuerdo, el Estado deberá llevar “el proceso a los espacios de
consulta del orden nacional para desde allí tomar una decisión final sobre el PIRC” (artículo 106).
De igual manera, así como en el caso de las comunidades indígenas, los planes de
retorno y reubicación de comunidades afrodescendientes desplazadas por eventos
masivos deben ser concertados con estas comunidades y sus representantes. Cuando
no se presenten condiciones de retorno, deberá adelantarse un plan de reubicación
cuya duración temporal o definitiva será acordada con las comunidades directamente
afectadas (artículo 71). La implementación y el seguimiento de los planes de retorno y
reubicación serán producto de acciones armónicas, concertadas e informadas entre la
Unidad de atención y reparación de víctimas, la Unidad de Gestión para la restitución
de tierras, la Dirección de asuntos de comunidades negras y las autoridades y repre-
sentantes de las comunidades (parágrafo 1, artículo 71).
Por medio de esta norma, el Ministerio del Interior convocó a los representantes legales
de los consejos comunitarios con título de propiedad colectiva y a los representantes
legales de los raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina para la elección, en
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 65
La resolución enlista los consejos comunitarios que deben participar en las asam-
bleas por departamentos (artículo 2) y atribuye a cada una de estas entidades terri-
toriales un número de delegados al espacio nacional, definido de acuerdo al número
de consejos comunitarios que en ellas se encuentren. De esta manera al Chocó le
corresponden 4 representantes, a Antioquia 2, a Cauca 2, a Nariño 4, al Valle del
Cauca 4, a Risaralda 4 a Bolívar 1, y finalmente, a San Andrés, Providencia y Santa
Catalina 2 (artículo 2, par.).
Por medio de este decreto se expide el marco normativo para la protección integral de
los derechos del grupo étnico rom o gitano, en la medida que se le reconoce y valora
como un pueblo con “identidad cultural propia, que mantiene una conciencia étnica particular, que
posee su propia forma de organización social, posee su propia lengua y que ha definido históricamente
sus propias instituciones políticas y sociales” (artículo 6). De este modo, se define lo que ha
de entenderse por pueblos rom, sus principales instituciones y características. Según
el artículo 4 ordinal segundo de la legislación en comento,
21
Es de resaltar que en la resolución no se define el plazo de dicha transitoriedad, que queda a la
discrecionalidad del Ministerio.
66 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
Dentro de la estructura político social del grupo étnico rom, se destaca la kumpania
(kumpañy en plural), que es “el conjunto de grupos familiares configurados patrilinealmente (pa-
trigrupos), que a partir de alianzas de diverso orden optan por compartir espacios para vivir cerca o
para itinerar de manera conjunta. En Colombia se ubican generalmente en sitios específicos de centros
urbanos, ciudades principales e intermedias del país” (artículo 4 ordinal 2, literal a). La kriss
es, por su parte, el tribunal “en el que se reúnen los gitanos mayores (Seré Romengue) de deter-
minada Kumpania con el propósito de resolver una controversia y tratar asuntos internos” (artículo
4 ordinal 2, literal b). El sistema jurídico del pueblo rom está constituido por la kriss
romaní, y los seré romengue son los hombres casados con descendencia que gracias
a su prestigio en la comunidad, a sus conocimientos de la tradición, a su capacidad
de construir consensos, y a su habilidad en la palabra, detentan la autoridad de un
determinado patrigrupo o grupo familiar extenso (artículo 4 ordinal 2, literales c y d).
El decreto en análisis reconoce, del mismo modo, el romanés como la lengua propia de
este grupo étnico y el nomadismo como su principal característica, incluso si el pueblo
no hace desplazamientos actualmente (artículo 4 ordinales 3 y 4).
22
Integrada por el Ministerio del Interior y de Justicia, quien la presidirá, el Ministerio de Protección
Social, el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial,
el Ministerio de Cultura y los representantes de las kumpañy y de las organizaciones legalmente
constituidas (artículo 10).
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 67
Esta normativa también fue expedida en virtud de las facultades extraordinarias que le
confirió el artículo 205 de la Ley 1448 de 2011 al presidente y tiene por finalidad dictar
medidas de asistencia, atención, reparación integral y restitución de tierras a las víctimas
pertenecientes al pueblo rom o gitano. Según el decreto, “[l]as medidas de atención, asistencia
y reparación para el pueblo Rrom y las Kumpañy como sujetos colectivos y para sus miembros individual-
mente considerados, incorporarán un enfoque diferencial y acciones afirmativas, garantizarán el derecho
a la integridad cultural, la igualdad material y la pervivencia física y cultural. Estas medidas deberán
implementarse con la participación de las autoridades y representantes registrados legalmente así como
organizaciones propias del pueblo Rrom, con el fin de respetar el sistema jurídico de la Kriss Rromaní, la
organización social y el sistema de valores y creencias propios del pueblo Rrom o Gitano” (artículo 1).
La ley en comento entiende que se produce un daño colectivo “cuando la acción viola los
derechos, bienes, la dimensión material e inmaterial del pueblo Rrom o Gitano o las Kumpañy como
sujetos colectivos de derechos en el marco del presente decreto, lo cual implica una mirada integral de
los daños y afectaciones que estas violaciones ocasionen. La naturaleza colectiva del daño se verifica
con independencia de la cantidad de personas individualmente afectadas. También se produce un daño
colectivo, entre otros, cuando se vulneran sistemáticamente los derechos individuales del pueblo Rrom y
de sus Kumpañy, y por el hecho de ser parte de la misma. La naturaleza colectiva del daño se verifica
con independencia de la cantidad de personas individualmente afectadas” (artículo 6). El Estado
habrá de garantizarle al pueblo gitano, espacios autónomos orientados al estudio de
las violaciones a sus derechos y de los daños producidos, a efectos de diseñar medidas
integrales de reparación efectiva, “a partir de la reproducción, fortalecimiento y reconstrucción
de sus sistemas culturales con autonomía” (parágrafo artículo 6).
En relación con la reparación integral de este pueblo por daños colectivos o individua-
les pero con efectos colectivos, el artículo 75 del decreto prescribe que la misma, “se
definirá a través de un Plan Integral de Reparación –PIR–, el cual será consultado con cada una de
las Kumpañy afectadas, respetando su identidad cultural particular y teniendo en cuenta la dimensión
colectiva, cultural de las violaciones sufridas”. Tal plan será elaborado por la Unidad adminis-
trativa especial para la atención y la reparación integral a las víctimas y se entiende como
Este plan tendrá en cuenta la Kriss Rromaní, cosmovisión del pueblo Rrom y
Kumpañy que será reparado y deberá ser consultado previamente de acuerdo
con las metodologías que se definan con las autoridades, organizaciones,
representantes del pueblo Rrom y Kumpañy respectivas (artículo 95).
Los artículos 98 y 99 establecen los procedimientos que deberán seguirse para surtir
el trámite de la consulta previa para el diseño, la implementación y la evaluación de los
planes integrales de reparación colectiva. Así, según la norma, los procesos consultivos
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 69
Una vez surtida la etapa de preconsulta, se procederá a consultar el plan propuesto por
el gobierno, “de conformidad con la información y caracterización obtenida en la fase de preconsulta,
siguiendo el procedimiento y hoja de ruta acordado con la comunidad respectiva”.
El Ministerio del Interior coordinará las fases de preconsulta y consulta del plan y en
tales procesos deberán participar y estar presentes el defensor del pueblo o su delegado
y el procurador general de la nación o de su delegado (parágrafos 1 y 2, artículo 99).
Respecto al plan integral, sus objetivos son, entre otros, los siguientes: (i) construir la
caracterización para determinar acciones y medidas para la restitución y el ejercicio
pleno de los derechos fundamentales y colectivos de las víctimas; (ii) contribuir a la
recuperación de las condiciones, las capacidades y las oportunidades de desarrollo per-
sonal y colectivo, afectadas como consecuencia del conflicto armado; (iii) implementar
medidas para la protección efectiva de la diversidad étnica y cultural del pueblo rom;
(iv) transformar las condiciones de discriminación y exclusión histórica que permitie-
ron o facilitaron la vulneración e infracciones de los derechos de los pueblos rom con
ocasión del conflicto armado; y (v) garantizar la supervivencia física y la permanencia
cultural del pueblo rom (artículo 96).
Acerca del contenido del plan, éste habrá de incluir: (i) la caracterización de las viola-
ciones y de los daños; (ii) la identificación de las autoridades del pueblo rom, su forma
de gobierno, así como sus dinámicas y mecanismos de consulta interna; (iii) las medidas
de reparación integral colectiva conforme a los criterios generales determinados en el
decreto mismo; (iv) los recursos y responsables de la ejecución de las medidas de re-
paración colectiva; (v) los tiempos de ejecución de las medidas de reparación colectiva;
y (vi) los mecanismos de seguimiento, monitoreo y evaluación (artículo 97).
4. La consulta previa en la jurisprudencia
de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos23
23
Aunque no es objeto de este informe, es importante mencionar que la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos publicó en el año 2009 un informe titulado, Derechos de los pueblos indígenas
y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 56/09, 30 diciembre
2009. En dicho informe la Comisión resume muy bien sus propios pronunciamientos y los de la Corte
Interamericana en esta materia. Sobre la consulta previa están dedicados los párrafos 273 a 334 en
especial.
24
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs.
Nicaragua, Sentencia de 31 de agosto de 2001 (fondo, reparaciones y costas); Caso comunidad Moiwana
Vs. Surinam, Sentencia de 15 de junio de 2005 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas); Caso comunidad indígena Yakye Axa vs. Paraguay, Sentencia de 17 de junio de 2005 (fondo,
reparaciones y costas); Caso comunidad indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay, Sentencia de 29 de
marzo de 2006 (fondo, reparaciones y costas); Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia del
28 de noviembre de 2007 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas); y Caso comunidad
indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay, Sentencia de 24 de agosto de 2010 (fondo, reparaciones y costas).
La Corte IDH ha emitido adicionalmente dos fallos atinentes a pueblos indígenas y tribales pero que
no se relacionan directamente con el derecho a la consulta previa: Caso masacre Plan de Sánchez vs.
Guatemala, Sentencia de 29 de abril de 2004 (fondo) y caso Yatama Vs. Nicaragua, Sentencia de 23
de Junio de 2005 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Los fallos citados fueron
obtenidos de la página http://www.corteidh.or.cr/casos.cfm
70
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 71
Atinente al primer punto, con el fin de determinar los alcances y las características
del derecho a la consulta previa, así como de los demás derechos de estos pueblos, la
Corte IDH ha recurrido a otros tratados, ratificados por los Estados cuya responsa-
bilidad analiza, como el Convenio 169 de la OIT, el Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas. Lo anterior para garantizar, además, que su interpretación de los
derechos en cuestión no vaya en detrimento del goce y del ejercicio de otros derechos
reconocidos por estos Estados.
25
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay,
Ob.cit., párrafo 60.
26
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad indígena Yakye Axa vs. Paraguay,
Ob.cit., párrafo 63.
27
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad Moiwana vs. Surinam, Ob.cit.,
párrafo 133; y Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafos 85, 85 y 86.
72 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
149. (…) Entre los indígenas existe una tradición comunitaria sobre una
forma comunal de la propiedad colectiva de la tierra, en el sentido de que
la pertenencia de ésta no se centra en un individuo sino en el grupo y su
comunidad. Los indígenas por el hecho de su propia existencia tienen de-
recho a vivir libremente en sus propios territorios; la estrecha relación que
los indígenas mantienen con la tierra debe de ser reconocida y comprendida
como la base fundamental de sus culturas, su vida espiritual, su integridad
y su supervivencia económica. Para las comunidades indígenas la relación
con la tierra no es meramente una cuestión de posesión y producción sino
un elemento material y espiritual del que deben gozar plenamente, inclusive
para preservar su legado cultural y transmitirlo a las generaciones futuras28.
28
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs.
Nicaragua, Ob.cit.
29
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad indígena Yakye Axa Vs. Paraguay, Ob.cit.,
párrafo 137.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 73
Así, en el fallo del caso Saramaka contra Surinam, la Corte indica que las consultas
a los pueblos indígenas y tribales deben ser previas, efectivas, realizarse de buena fe,
a través de procedimientos culturalmente adecuados y con el fin llegar a un acuerdo.
“Este deber requiere que el Estado acepte y brinde información, e implica una comunicación constante
entre las partes”30. La información debe brindarse a los pueblos interesados “en un formato
entendible y públicamente accesible”31.
Las consultas habrán de llevarse a cabo de conformidad con las costumbres y tradiciones
de los pueblos y con los representantes que éstos determinen, según sus mecanismos
internos de toma de decisiones32. Dichos pueblos informarán al Estado quiénes se-
rán sus representantes. Una vez terminadas las consultas, las comunidades o pueblos
concernidos darán a conocer al Estado las decisiones que tomaron sobre los asuntos
objeto de las mismas y las razones que las fundamentan.
Considerando que el deber de consultar está íntimamente ligado a la garantía del de-
recho a la propiedad colectiva y a la identidad cultural de estos pueblos, es claro que
las situaciones en las que debe surtirse y las pautas del mismo están circunscritas a
tales derechos.
30
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafo 133.
31
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia de 12
de agosto de 2008, (interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones
y costas), párrafo 17.
32
“Al declarar que la consulta se debe realizar “de conformidad con sus costumbres y tradiciones”, la
Corte reconoció que es el pueblo Saramaka, y no el Estado, quien debe decidir sobre quién o quiénes
representarán al pueblo Saramaka en cada proceso de consulta ordenado por el Tribunal”, Ibídem,
párrafos 18 y 19.
33
Par la Corte IDH: “1) la posesión tradicional de los indígenas sobre sus tierras tiene efectos
equivalentes al título de pleno dominio que otorga el Estado; 2) la posesión tradicional otorga a los
74 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
de las víctimas, expresado a través de sus representantes (…)”34. Nótese que la Corte Intera-
mericana exige en este caso además de la consulta, el consentimiento informado del
pueblo concernido.
(ii) Cuando no sea posible restituir las tierras ancestrales reclamadas por los pueblos,
por razones justificadas.
Es preciso en esta situación que los Estados en forma consensuada con los pueblos
interesados, elijan y entreguen tierras alternativas de igual extensión o calidad y suficientes
para garantizar el modo particular de vida de la comunidad afectada36, o les otorguen
el pago de una justa indemnización o ambos, conforme a sus propios procedimientos
de consulta y decisión, a sus valores, usos y a su derecho consuetudinario37. En este
evento igualmente, la Corte exige el consentimiento del pueblo o de la comunidad
concernida, en consonancia con el Convenio 169 de la OIT.
misibles al goce de estos derechos, “a) deben estar establecidas por ley; b) deben ser necesarias;
c) deben ser proporcionales, y d) deben hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad
democrática”38.
Los Estados solo podrán restringir la propiedad colectiva sobre los territorios ances-
trales en aplicación de estos parámetros. Sobre la definición legal de los mismos, ésta
deberá estar orientada a satisfacer un interés público imperativo, “siendo insuficiente que
se demuestre, por ejemplo, que la ley cumple un propósito útil u oportuno”39. La proporcionalidad
significa que la restricción debe ajustarse estrechamente al logro de un objetivo legí-
timo de modo que interfiera en la menor medida posible en el efectivo ejercicio del
derecho restringido. “Finalmente, para que sean compatibles con la Convención las restricciones
deben justificarse según objetivos colectivos que, por su importancia, preponderen claramente sobre la
necesidad del pleno goce del derecho restringido”40.
Cuando deban aplicar estos criterios a los conflictos que se presentan entre la propie-
dad privada y los reclamos de reivindicación de propiedad ancestral de los miembros
de comunidades indígenas,
(…) los Estados deben valorar caso por caso las restricciones que resulta-
rían del reconocimiento de un derecho por sobre el otro. Así, por ejemplo,
los Estados deben tener en cuenta que los derechos territoriales indígenas
abarcan un concepto más amplio y diferente que está relacionado con el
derecho colectivo a la supervivencia como pueblo organizado, con el con-
trol de su hábitat como una condición necesaria para la reproducción de su
cultura, para su propio desarrollo y para llevar a cabo sus planes de vida. La
propiedad sobre la tierra garantiza que los miembros de las comunidades
indígenas conserven su patrimonio cultural41.
38
Ibídem, párrafo 144.
39
Ibídem, párrafo 145.
40
Ibídem.
41
Ibídem, párrafo 146.
42
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafo
128.
76 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
Como se indicó previamente, para la Corte IDH el derecho a la propiedad sobre los
territorios ancestrales incluye el derecho sobre los recursos naturales existentes en dichas
tierras y de los cuales deriven los pueblos su subsistencia, “[l]a cultura de los miembros
de las comunidades indígenas corresponde a una forma de vida particular de ser, ver y actuar en el
mundo, constituido a partir de su estrecha relación con sus tierras tradicionales y recursos naturales,
no sólo por ser estos su principal medio de subsistencia, sino además porque constituyen un elemento
integrante de su cosmovisión, religiosidad y, por ende, de su identidad cultural ”46.
43
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay,
Ob.cit., párrafo 284.
44
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafo
194, literal a).
45
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay,
Ob.cit., párrafo 235, y Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafo 194, literal c).
46
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay,
Ob.cit., párrafo 118.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 77
En consecuencia, los pueblos étnicos tienen derecho a ser titulares de los recursos
naturales de los que se han servido ancestralmente en sus territorios. La protección de
este derecho por parte de los Estados es entonces esencial para garantizar que éstos
puedan continuar viviendo según sus costumbres, usos y valores.
De allí se deriva que todo plan de desarrollo, inversión, exploración o extracción que
quiera realizarse en los territorios de los pueblos interesados les deba ser consultado
previamente. La Corte IDH entiende por plan, “(…) cualquier actividad que pueda afectar
la integridad de las tierras y recursos naturales dentro del territorio (…), en particular, cualquier
propuesta relacionada con concesiones madereras o mineras”47. En consecuencia, las decisiones
que los Estados tomen sobre la aprobación y ejecución de tales planes deben estar
precedidas por a) la consulta previa al pueblo concernido; b) la determinación sobre
la forma de compartir los beneficios derivados de los planes; y c) la elaboración de
estudios previos de impacto ambiental y social.
En criterio del tribunal interamericano, “se entiende que los recursos naturales que se encuentran
en los territorios de los pueblos indígenas y tribales que están protegidos en los términos del artículo 21
son aquellos recursos naturales que han usado tradicionalmente y que son necesarios para la propia
supervivencia, desarrollo y continuidad del estilo de vida de dicho pueblo”50. Teniendo en cuenta
el hecho de que existirán planes que en principio tocan recursos que los pueblos no
utilicen para su propia subsistencia pero que pueden afectar otros que en cambio sí son
utilizados por los miembros del pueblo concernido para subsistir y comercializar51, es
preciso igualmente proceder en este evento a la consulta previa.
Ahora bien, acogiendo la doctrina del relator especial de las Naciones Unidas sobre
los derechos de los pueblos indígenas y del Comité de Naciones Unidas para elimina-
ción de todas las formas de discriminación, la Corte Interamericana considera que es
preciso, como mecanismo de protección reforzada, obtener el consentimiento libre,
47
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Ob.cit., párrafo
129, nota de pie de página. La declaratoria de reserva natural de todo o parte del territorio ancestral
de los pueblos indígenas y tribales debe ser incluida en esta acepción, conforme lo expresó la Corte
Interamericana en el caso de la comunidad Xákmok Kásek vs. Paraguay, en los párrafos 158 y 273.
48
Ibidem, párrafo 133.
49
Ibídem.
50
Ibídem, párrafo 122.
51
Ibídem, párrafo 148.
78 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
previo e informado de los pueblos, según sus costumbres y tradiciones, cuando se trate
de planes de desarrollo o inversión a gran escala52. Por tales se definen aquellos “que
tengan un impacto significativo en el derecho al uso y goce de sus territorios ancestrales”53.
En referencia al deber de compartir los beneficios de los proyectos con los pueblos, seña-
lado en los tratados internacionales en la materia, el tribunal interamericano ha indicado
que el mismo es inherente al derecho de indemnización contenido en el artículo 21.2 de la
Convención Americana. En el caso Saramaka, dijo al respecto la Corte IDH lo siguiente:
Acerca de quiénes, en qué condiciones y en qué montos deben recibirse los beneficios
o la indemnización, se trata de asuntos que deberán ser determinados y resueltos en
la consulta, según las costumbres y normas tradicionales del pueblo afectado con el
plan o proyecto54.
52
Ibídem, párrafos 134 a 136.
53
Ibídem, párrafo 136.
54
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia de 12
de agosto de 2008 (interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas), párrafo 27.
55
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia del
28 de noviembre de 2007 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas), párrafo 129. El
pueblo Saramaka conforma una comunidad tribal asentada en la región superior del Río Surinam. La
legislación interna de este país no reconoce el derecho a la propiedad comunal de los miembros de sus
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 79
Los análisis del impacto ambiental y social deben efectuarse, según la Corte IDH,
“conforme a los estándares internacionales y buenas prácticas al respecto, y deben respetar las tradi-
ciones y cultura del pueblo (…)”56, y habrán de servir para determinar el posible daño o
impacto que un proyecto de desarrollo o inversión pueda tener sobre la propiedad y
comunidad en cuestión.
(…) [U]no de los factores que debiera tratar el estudio de impacto social y
ambiental es el impacto acumulado que han generado los proyectos exis-
tentes y los que vayan a generar los proyectos que hayan sido propuestos.
Este análisis permitiría concluir de una manera más certera si los efectos
individuales y acumulados de actividades existentes y futuras pueden poner
en peligro la supervivencia de los pueblos indígenas o tribales57.
En todos los casos, si se decide emprender el plan o proyecto, el Estado tendrá que
implementar todas las medidas que sean pertinentes, tendentes a asegurar que las acti-
vidades no produzcan una afectación mayor en las tierras ancestrales y en sus recursos
naturales58.
Por último, es preciso recordar que las decisiones que se tomen respecto a otorgar
permisos para planes de desarrollo, programas de explotación o extracción de los re-
cursos naturales renovables y no renovables, en tanto comportan restricciones al uso y
goce de los territorios y de sus recursos naturales, deberán estar sujetas a los criterios
analizados en el ordinal (ii) de este acápite respecto a los parámetros para resolver
cualquier tensión entre el derecho a la propiedad colectiva y la propiedad privada y para
pueblos tribales, por lo que al pueblo Saramaka no se le ha garantizado su derecho de propiedad sobre
los territorios que ha habitado ancestralmente según sus tradiciones comunales. Adicionalmente, el
Estado otorgó concesiones madereras y mineras dentro del territorio de los Saramaka sin haberlos
consultado. Por pretermitir los parámetros estudiados, la Corte Interamericana declaró responsable al
Estado de Surinam por violación, entre otros derechos, del derecho a la propiedad sobre los territorios
ancestrales del pueblo Saramaka, consagrado en el artículo 21 de la Convencion Americana en relación
con el artículo 1 de la misma.
56
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia de 12
de agosto de 2008 (interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas), párrafo 41.
57
Ibídem.
58
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia del 28
de noviembre de 2007 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas), párrafo 158.
80 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
Es claro que en algunas hipótesis, los Estados deben obtener el consentimiento pre-
vio, libre e informado y las consultas habrán de ir enfocadas a lograrlo, conforme se
59
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia de 12
de agosto de 2008 (interpretación de la sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas), párrafo 194, literal d).
60
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del pueblo Saramaka vs. Surinam, Sentencia del 28
de noviembre de 2007 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas), párrafos 171 a 174.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 81
Considerando que la Corte IDH no se detiene en particular sobre esta temática, vale
la pena traer a colación lo expresado por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, en adelante Comisión o CIDH, en relación con lo que ella denomina el
deber de acomodo, que implica la obligación de los Estados de “ajustar o incluso cancelar
el plan o proyecto con base en los resultados de la consulta con los pueblos indígenas, o, en defecto de tal
acomodo, el de proporcionar motivos objetivos y razonables para no haberlo hecho”61. No hacerlo,
va en contravía del principio de la buena fe que debe orientar tales consultas. Para la
Comisión, “[d]esde otra perspectiva, las decisiones relativas a la aprobación de estos planes, que
no expresen las razones que justifican la falta de acomodo de los resultados del proceso de consulta,
podrían ser consideradas contrarias a las garantías del debido proceso establecidas por los estándares
del sistema interamericano de derechos humanos”62.
Las decisiones adoptadas, en sentir de la CIDH, “deben estar sujetas a revisión por parte de
las instancias administrativas y judiciales de nivel superior, a través de procedimientos adecuados y
efectivos, que evalúen la validez y pertinencia de dichas razones, así como el equilibrio entre los derechos
e intereses en juego”63.
(…) (a) las decisiones relativas a la aprobación del plan o proyecto, o las
relativas a la consulta previa, incluyendo el acomodo de los resultados
de la consulta y, en su caso, la aplicación del deber estatal de obtener el
consentimiento de los pueblos indígenas; (b) las decisiones relativas a la
aprobación de los estudios de impacto social y ambiental, o la falta de
61
Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó en el año 2009 un informe titulado, Derechos
de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales, Ob.cit., párrafo
324.
62
Ibídem, párrafo 325.
63
Ibídem, párrafo 328.
82 Primera Parte: Normatividad Internacional y Nacional y Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en materia de consulta previa
64
Ibídem, párrafo 364.
segunda Parte
Línea jurisprudencial de la Corte Constitucional
5. La consulta previa en la jurisprudencia
de la Corte Constitucional
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/
65
85
86 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
Lo anterior significa que no se hará un análisis fallo por fallo, ni cronológico, ni evo-
lutivo, si quien lee el presente documento desea profundizar en estos aspectos, en el
anexo podrá encontrar un resumen de cada sentencia y las subreglas respectivas.
66
Corte Constitucional, Sentencias C-169 de 2001, M.P. Carlos Gaviria Díaz; C-891 de 2002, M.P. Jaime
Araujo Rentería y C-620 de 2003 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
67
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
68
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 89
69
Corte Constitucional, Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto Sierra Porto. En el mismo sentido,
Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
90 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
70
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 91
(…)
71
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
92 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
(…)
En resumen, por ser la consulta previa una forma de participación que realiza
el derecho a la libre determinación de las comunidades étnicas e, incluso,
su derecho a la supervivencia como grupo diferenciado, este mecanismo
ha sido protegido por esta Corporación como un derecho fundamental,
tanto en ejercicio del control abstracto de constitucionalidad como en sede
de tutela, cuando se trata de la adopción de medidas normativas o adminis-
trativas que directamente conciernen a dichas comunidades72.
(…) en todos los casos, esta Corte ha considerado que la protección de los
valores culturales, económicos y sociales de los pueblos indígenas y tribales,
que aún subsisten en el territorio nacional, es un asunto de interés general
en cuanto comporta el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de
la nación colombiana, y la existencia misma del Estado social de derecho.
72
Corte Constitucional, Sentencia T-693 de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
73
Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 93
(…) las áreas tituladas, habitadas y explotadas por una comunidad –por
ejemplo bajo la figura del resguardo, sino también aquellas que constituyen
el ámbito tradicional de sus actividades culturales y económicas, de manera
que se facilite el fortalecimiento de la relación espiritual y material de estos
pueblos con la tierra y se contribuya a la preservación de las costumbres
pasadas y su transmisión a las generaciones futuras76.
Bajo esta noción, denominada por el alto tribunal concepto dinámico del territorio
para las comunidades diferenciadas, se considera como parte integrante del mismo:
74
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
75
Ibídem.
76
Corte Constitucional, Sentencia T-693 de 2011, M.P. José Ignacio Pretelt Chalbjub.
94 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
De otra parte, es importante resaltar que en sentir del máximo tribunal de la justicia
constitucional, el derecho a la consulta previa es un mecanismo que permite prevenir
el desplazamiento forzado de las comunidades étnicas y con ello la posible violación
de otros derechos fundamentales asociados a este fenómeno,
Los titulares del derecho a la consulta previa son los pueblos indígenas y las comunida-
des tribales, afrodescendientes y rom, susceptibles de ser afectados de manera directa
con las medidas legislativas o administrativas. Se trata en términos generales de un
derecho colectivo de la comunidad, que no es atribuible a sus integrantes, es decir, no
constituye un derecho individual.
Ibídem.
77
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
78
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 95
artículo 1 del Convenio 169 de la OIT, que define a quienes se aplica el tratado. En
relación con los pueblos indígenas, la Corte Constitucional ha indicado que ostentan
el derecho a ser reconocidos en virtud de su consciencia de identidad cultural diversa,
conforme lo exige el artículo 1.2 del Convenio de la OIT. Esta conciencia de identidad
cultural diferente está determinada “por la permanencia de valores culturales ances-
trales, manifestados en una singular relación del hombre con la naturaleza, pero no
terminados en ella”79. A título de ejemplo, la Corte señaló que los pueblos indígenas
de la Amazonía poseen las condiciones exigidas por el Convenio en mención pues “son
depositarios de condiciones sociales, culturales y económicas que los distinguen de los otros sectores de
la colectividad nacional, están regidos total o parcialmente por sus propias costumbres y tradiciones y
ocupan sus territorios desde antes de la conquista y colonización de las actuales fronteras estatales”80.
(…)
79
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
80
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
81
Para los procesos de titulación y, en su caso, de restitución, la Corte ha ampliado el concepto de
comunidad negra a la población mestiza que ha generado lazos estrechos con las comunidades negras
ancestrales. De este modo, en pie de página del Auto de 18 de mayo de 2010 con ponencia del
magistrado Luis Ernesto Vargas Silva, se aclara que “[s]e entiende que hace parte de las comunidades
afrocolombianas de las cuencas de los ríos Curvaradó y Jiguamiandó, la población mestiza que ha
mantenido por décadas una estrecha relación familiar, cultural y social con la población afrocolombiana,
de tal manera que son reconocidos como parte de las mismas por dichas comunidades y dados los
estrechos vínculos existentes, es imposible hacer una escisión de las mismas sin afectar su autonomía.
Esta situación ya ha sido reconocida en los distintos procesos de titulación colectiva”.
96 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
Por último, es conveniente puntualizar que, para los efectos del proyecto
bajo revisión, el término “comunidades negras”, como lo indica el artículo
1 de la Ley 70 de 1.993 en consonancia con el artículo Transitorio 55 de la
Constitución, se refiere tanto a aquellas que habitan en la Cuenca del Pacífico
colombiano, como a las que estén ubicadas en otros puntos del territorio
nacional y cumplan con los dos elementos reseñados (…)82.
82
Corte Constitucional, Sentencia C-169 de 2001, M.P. Carlos Gaviria Díaz, reiterada en la Sentencia
C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Sobre el reconocimiento de las comunidades
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 97
Para dilucidar el tipo de medidas legislativas que son objeto de consulta previa, y con
fundamento en el Convenio 169 de la OIT, cuyo artículo sexto establece que deberán
ser objeto de consulta previa las medidas legislativas o administrativas que sean suscep-
tibles de afectar directamente a los pueblos indígenas y tribales87, la Corte se detiene a
estudiar lo que debe entenderse por afectación directa.
negras como pueblos tribales titulares del derecho a la consulta previa, véase también la Sentencia
T-955 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
83
Corte Constitucional, sentencias SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis, T-880 de 2006, M.P. Álvaro
Tafur Galvis y T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
84
Véase, Corte Constitucional, Sentencia C-169 de 2001, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
85
Véase, Corte Constitucional, Sentencia C-891 de 2002, M.P. Jaime Araujo Rentería y Sentencia C-620
de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
86
M.P. Rodrigo Escobar Gil.
87
Véase a propósito, el primer capítulo de este escrito.
98 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
de la legislación sea sometida a este proceso. Es claro que la mayoría de las leyes están
dirigidas a toda la población y tienen algún tipo de repercusión en la población indígena
y afrodescendiente, como la ley general de educación, el sistema de seguridad social,
el código penal, entre otros cuerpos normativos, que de ser sometidos al proceso de
consulta previa, desbordarían el contenido del Convenio 169. En ese sentido, la Corte
determina que la consulta previa se aplica a toda medida legislativa y administrativa
que afecte directa y específicamente a los pueblos indígenas y a las comunidades afro-
descendientes. Una medida los afecta de manera directa cuando altera el estatus de la
persona o la comunidad, es decir, cuando le impone restricciones o gravámenes o le
confiere beneficios.
En palabras de la Corte,
Es claro, por otra parte, que lo que debe ser objeto de consulta son aquellas
medidas susceptibles de afectar específicamente a las comunidades indígenas
en su calidad de tales, y no aquellas disposiciones que se han previsto de
manera uniforme para la generalidad de los colombianos. Este criterio surge
no solo de la calidad de directa que se predica de la afectación que produzca
una medida legislativa para que sea imperativa la consulta, sino también
del hecho de la misma procede cuando se trate de aplicar las disposiciones del
Convenio. No obstante que, por la amplitud del objeto del Convenio, cabría
decir que en su artículo 6º se establece un deber general de consulta de to-
das las medidas que sean susceptibles de afectar directamente a los pueblos
indígenas, este enunciado fija una pauta interpretativa sobre el alcance de
ese deber de consulta, del cual, en principio, se sustraen las medidas que
no se inscriban en el ámbito de aplicación del convenio. De este modo, si
bien uno de los aspectos centrales del convenio tiene que ver con la pro-
moción de la participación de los pueblos indígenas y tribales ante todas
las instancias en donde se adopten medidas que les conciernan, no puede
perderse de vista que el propio convenio contempla distintas modalidades
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 99
Las siguientes situaciones han sido consideradas por el alto tribunal como formas de
afectación directa:
(ii) “Cuando la norma tiene como objeto principal de regulación una o varias comunidades indígenas;
o cuando la regulación planteada tiene mayores efectos en las comunidades indígenas que aquellos
que tiene en el resto de la población”91.
(iii) En el evento que una ley regule de manera integral un asunto sobre el cual tienen
intereses específicos las comunidades indígenas y tribales porque se relacionan
con su identidad como pueblos y de la cual no es posible excluirlas, porque el
marco general impuesto termina afectándolas. Este fue el criterio que empleó la
alta corporación para declarar la inconstitucionalidad de la regulación expedida
por el Congreso en materia minera92, forestal93 y de desarrollo rural94. En términos
del alto tribunal,
Ello sucede cuando la materia del proyecto está relacionada con aspectos
que tienen una vinculación intrínseca con la definición de la identidad étnica
de dichos grupos. Por ende, no existirá deber de consulta cuando la medida
legislativa no pueda predicarse de forma particular a los pueblos indígenas y
88
Ibídem.
89
Ibídem.
90
Corte Constitucional, Sentencia C-208 de 2007, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
91
Corte Constitucional, Sentencia C-615 de 2009, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
92
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
93
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
94
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
100 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
tribales y, a su vez, el asunto regulado no tenga relación con aspectos que, razo-
nable y objetivamente, conformen la identidad de la comunidad diferenciada95.
En conclusión, el alto tribunal ha resumido sus criterios para identificar una medida
legislativa que debe ser objeto de consulta en los siguientes tres puntos:
(i) cuando la medida tiene por objeto regular un tópico que, por expresa
disposición constitucional, debe ser sometido a procesos de decisión que
cuenten con la participación de las comunidades étnicas, como sucede con
la explotación de recursos naturales; (ii) cuando a pesar que no se trate de
esas materias, el asunto regulado por la medida está vinculado con elementos
que conforman la identidad particular de las comunidades diferenciadas;
y (iii) cuando a pesar de tratarse de una medida de carácter general, regula
sistemáticamente materias que conforman la identidad de las comunidades
tradicionales, por lo que puede generarse bien una posible afectación, un
déficit de protección de los derechos de las comunidades o una omisión
legislativa relativa que las discrimine96.
En la evaluación de los asuntos que son objeto de control, “en cada caso concreto sería
necesario establecer si opera el deber de consulta, bien sea porque se esté ante la perspectiva de adoptar
una medida legislativa que de manera directa y específica regula situaciones que repercuten en las co-
95
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. En el proceso de
edición y publicación de la presente obra, la Corte Constitucional anunció la decisión adoptada en
la Sentencia C-317 de 2012, M.P. María Victoria Calle, sobre la exequibilidad del Acto Legislativo 5
de 2011 “por el cual se constituye el Sistema General de Regalías, se modifican los artículos 360
y 361 de la Constitución Política y se dictan otras disposiciones sobre el régimen de regalías y
compensaciones”. Según el comunicado de prensa, es posible señalar que al estudiar la necesidad
de agotar la consulta previa, el alto tribunal precisó su doctrina sobre control constitucional de actos
legislativos, al distinguir entre la regulación constitucional del régimen de regalías y su regulación
integral. A partir de esta diferenciación, la Corte consideró que si bien el acto legislativo expedido se
ocupa de una materia que se vincula directa e inescindiblemente con el significado que le atribuyen los
pueblos indígenas y tribales a los recursos naturales, y la política en la materia debe tener un enfoque
diferencial étnico, ello no conlleva una afectación directa, específica y particular para las comunidades
étnicas, pues las normas del acto reformatorio tienen un grado de generalidad tal que no constituyen
un régimen integral, por lo que requerirán de un desarrollo legal en el que se precisarán los detalles
de la regulación integral de regalías, la cual sí deberá ser objeto de consulta previa. Adicionalmente, de
acuerdo con el citado comunicado, en el fallo se establece que esta misma ley no podrá ser regresiva
respecto de los niveles de protección con los que ya cuentan las comunidades étnicas bajo la legislación
anterior; que en la asignación de los recursos de los fondos de compensación deberán tenerse en
cuenta a las comunidades ancestrales; y que las mismas dispondrán de una participación directa en
los recursos provenientes de dichos fondos. Es de destacar que los magistrados Nilson Pinilla Pinilla
y Jorge Ignacio Pretelt Chaljub se apartaron de la decisión de exequibilidad porque estimaron que las
disposiciones contenidas en el acto legislativo si afectan de manera directa a las comunidades étnicas
y no era factible escindir lo normado en el acto legislativo de su posterior regulación legal. Véase,
Corte Constitucional, Comunicado No. 17 de mayo 2 y 3 de 2012.
96
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva..
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 101
munidades indígenas y tribales, o porque del contenido material de la medida se desprende una posible
afectación de tales comunidades en ámbitos que les son propios”97.
Atinente al tipo de medida legislativa que debe ser consultada, el tribunal constitucio-
nal ha dispuesto que por ley habrá de entenderse cualquier norma jurídica de carácter
general y abstracto susceptible de afectar directamente a los pueblos en cuestión. En
criterio de la Corte Constitucional,
97
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
98
Corte Constitucional, Sentencia C-702 de 2010, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
102 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
(i) Actos legislativos. En sentir de la Corte, a las normas de rango superior en la escala
normativa se les debe exigir en mayor medida la consulta a las comunidades diferen-
ciales, pues “la superioridad normativa jerárquica de estas disposiciones, su carácter condicionante
de la validez jurídica de aquellas que las desarrollan y su mayor grado de abstracción y generalidad,
hacen que tengan mayor potencialidad de afectar a las comunidades étnicas de todo el país”99.
99
Ibídem. El Acto Legislativo No. 1 de 2009 modificó el artículo 108 de la Constitución, relativo al
reconocimiento de la personería jurídica de los partidos y movimientos políticos y a la inscripción
de candidatos a elecciones de cargos públicos. Una de las disposiciones de este acto reformatorio se
ocupaba de la facultad conferida a los partidos políticos con personería jurídica de la circunscripción
especial de grupos étnicos para avalar candidatos, con el único requisito de ser afiliado al partido
con una antelación mayor de un año. Esta disposición fue demandada ante la Corte Constitucional
por no haber sido objeto de consulta previa con las comunidades indígenas y étnicas. Vale la pena
indicar que la Corte, en la Sentencia C-317 de 2012, cuyo texto aún no ha sido publicado, marca una
diferencia entre la regulación constitucional de un tema que interesa a las comunidades étnicas pero
que no se ocupa de manera específica de las mismas y la regulación integral de ese tema a través de su
desarrollo legal. En este caso, el acto legislativo no requiere consulta previa, pero la ley sí. Al respecto,
véase nota 95 de este escrito.
100
Corte Constitucional, Sentencia C-490 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
101
Corte Constitucional, Sentencia C-750 de 2008, tratado de libre comercio con Estados Unidos;
Sentencia C-615 de 2009, tratado sobre población indígena Wayúu; Sentencia C-608 de 2010, acuerdo
de libre comercio con Canadá; Sentencia C-915 de 2010, acuerdo sobre medio ambiente con Canadá;
Sentencia C-941 de 2010, acuerdo de libre comercio con los Estados de la Asociación Europea de Libre
Comercio; Sentencia C-027 de 2011, convenio de cooperación técnica con Guatemala; y Sentencia
C-187 de 2011, acuerdo de derechos humanos con Canadá.
102
Corte Constitucional, entre otras, sentencias C-615 de 2009, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto;
C-608 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, C-915 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto; y C-941 de 2010.
103
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
104
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
105
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 103
Para el agotamiento de la consulta previa se requiere que ella cumpla con unos pará-
metros específicos que pueden ser considerados como el contenido de este derecho y
que la Corte Constitucional ha desarrollado de manera detallada así:
Como tal, “es un instrumento jurídico imprescindible para evitar la afectación irreversible de las
prácticas tradicionales de las comunidades diferenciadas, que constituyen sus modos particulares de
sobrevivencia como comunidades diferenciadas”.
Lo que implica que la consulta “para que resulte satisfactoria a la luz del ordenamiento cons-
titucional, debe realizarse de manera que sea efectiva y conducente, pero sin que quepa hablar, en ese
106
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Por esta razón, la
alta corporación declaró la inconstitucionalidad parcial de la norma.
107
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
108
Resulta útil indicar sobre este tema que en la Sentencia C-331 de 2012, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva,
no publicada aún para la época de edición y publicación del presente documento, la Corte estudió
la constitucionalidad de los artículos 106 y 276 de la Ley 1450 de 2011 por la cual se expide el
Plan nacional de desarrollo 2010-2014. El primero de estos artículos prohíbe el empleo de equipos
mecánicos para la explotación minera en territorios que no cuenten con título minero. Dicha norma
fue declarada exequible en razón a que no requería consulta previa, pues se trata de una disposición
de carácter general cuyo propósito es evitar una práctica ilegal que produce daños ambientales y está
destinada a restringir prácticas industriales que no son propias de las comunidades étnicas, de manera
que tal prohibición no las afecta directa y específicamente. Por el contrario, en el mencionado fallo la
Corte declaró inexequibles las previsiones del artículo 276, derogatorias de normas que reconocen
el barequeo con herramientas no mecanizadas como actividad legal propia de los grupos indígenas y
comunidades negras, dado que su contenido no fue objeto de consulta previa con estas comunidades.
Véase, Corte Constitucional, Comunicado No. 18 de mayo 9 de 2012.
104 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
109
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
110
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
111
Corte Constitucional, sentencias C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil; C-461 de 2008, M.P. Manuel
José Cepeda Espinosa; Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; y C-366 de 2011, M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva.
112
Corte Constitucional, Sentencia C-461de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
113
Ibídem.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 105
• La extemporaneidad de la consulta.
Esta noción se refiere a los intentos de consultar medidas cuando la oportunidad apro-
piada para ello ha precluido. En materia de medidas legislativas la misma se presenta
“cuando esta se intenta una vez se ha iniciado el trámite de debate y aprobación en el Congreso. Ello
debido a que, en razón de los principios particulares del procedimiento legislativo colombiano, en especial
la unidad de materia, la identidad flexible y la consecutividad, la participación de las comunidades
diferenciadas resultaría reducida en gran medida en cuanto a los materias en que pudiera incidir”114.
La necesidad de que la consulta previa de normas se agote antes del inicio del trámite
legislativo obedece a que de otra manera no sería posible incluir los acuerdos a los
que se llegare con los grupos étnicos, sin vulnerar los principios de unidad de materia,
consecutividad e identidad flexible, que rigen la actividad legislativa. Tal como lo explica
el tribunal constitucional,
Llevados estos argumentos al caso de la consulta previa, se concluye que la
obligación de realizar este procedimiento con anterioridad a la radicación del
proyecto de ley, es una condición imprescindible para dotar de efectividad e
incidencia material a la participación de las comunidades indígenas y afro-
descendientes en la determinación del contenido de las medidas susceptibles
de afectarles directamente. En efecto, dicho escenario participativo está
diseñado para que se logre una concertación entre las comunidades y las
instancias gubernamentales, lo que implica que las autoridades representativas
de aquéllas deben (i) estar en la posibilidad de formular modificaciones y
adiciones al proyecto de medidas legislativas propuestas por el Gobierno;
y (ii) de lograrse un acuerdo sobre la inclusión de esa modificación, que la
misma tenga la potencialidad de hacer parte del texto definitivo de la ley.
114
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
115
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
106 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
116
Corte Constitucional, Sentencia C-891 de 2002, M.P. Jaime Araújo Rentería.
117
Corte Constitucional, Sentencia C-615 de 2009, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
118
Ibídem.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 107
Por parte del gobierno, deberán intervenir autoridades públicas con capacidad de dis-
cusión y competencia para decidir123.
En palabras de la Corte,
119
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
120
Ibídem.
121
Corte Constitucional, sentencias C-030 de 2008, M.P. Roberto Escobar Gil; y C-608 de 2010, M.P.
Humberto Antonio Sierra Porto.
122
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
123
Ibídem.
108 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
intereses, deberá estar precedido de una consulta acerca de cómo se efectuará el proceso
consultivo”. Ello, en la medida en que la flexibilidad establecida en el Convenio
169 de la OIT, y la diversidad propia de estos procesos, así lo exige: “los
procesos de consulta previa no podrán responder a un modelo único aplicable indistinta-
mente a todos los pueblos indígenas, pues para dar efectiva aplicación al Convenio 169
de la OIT y en especial a lo dispuesto en su artículo 6° y del artículo 7° de la Carta, los
procesos de consulta deberán ante todo garantizar los usos y costumbres de los pueblos
indígenas, respetando sus métodos o procedimientos de toma de decisiones que hubieren
desarrollado”124.
(vi) Reconocimiento del valor especial que para las comunidades tiene el territorio.
El proceso de consulta previa tiene como objetivo principal lograr un acuerdo con las
comunidades étnicas afectadas. Para ello, es necesario que los pueblos afectados tengan
conocimiento de los distintos aspectos del proyecto y de sus consecuencias, cuenten
con la oportunidad de analizarlos y estudiarlos a través de las instancias internas, y
estén en condiciones de formular sus intereses y recomendaciones.
En este ejercicio, las autoridades deben evaluar los siguientes aspectos: las propuestas
que las comunidades formulen, la garantía de los derechos fundamentales de los inte-
grantes de las comunidades y de los demás habitantes, la protección del interés de la
diversidad étnica y cultural, y el interés general del Estado colombiano127.
124
Corte Constitucional, Sentencia C-461de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
125
Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
126
Corte Constitucional, Sentencia C-461de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
127
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 109
En la decisión deben establecerse “los mecanismos necesarios para mitigar, corregir o restaurar
los efectos que las medidas de la autoridad produzcan o puedan generar en detrimento de la comunidad
o de sus miembros”129.
En cualquier caso, la Corte recuerda que la participación, expresada a través
de la consulta previa, es una garantía de orden procedimental encaminada a
respetar los derechos a la subsistencia y la integridad cultural de los grupos
étnicos. Sin embargo, no es el único medio para alcanzar esta finalidad;
de allí que en caso de generarse perjuicios actuales o potenciales para las
comunidades indígenas o afrodescendientes del país como consecuencia
de la realización de proyectos de exploración o explotación de recursos
naturales en sus territorios, sigan abiertas las demás vías provistas por el
ordenamiento jurídico constitucional para la protección de sus derechos
fundamentales colectivos e individuales y el resarcimiento de cualquier
daño causado. Además, y en esto la Sala Plena hace hincapié, la mera rea-
lización de la consulta previa no justifica la violación material posterior de
los derechos fundamentales de los grupos indígenas o afrodescendientes
afectados por un proyecto en concreto130.
128
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
129
Ibídem.
130
Ibídem.
110 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
aplicación o se declare una omisión legislativa, de manera que la ley pueda conservarse
en el ordenamiento jurídico, pero con la adopción de medidas adicionales para la pro-
tección específica de los pueblos indígenas y tribales, en cuyo caso la constitucionalidad
será condicionada131; y (ii) luego de la valoración del contenido general de la ley, de sus
contenidos específicos respecto a los pueblos indígenas y de la finalidad de la ley, sea
posible distinguir las normas y las decisiones u omisiones del legislador con respecto
a los derechos de las comunidades diferenciadas de aquellas que tienen un contenido
general, en cuya eventualidad la constitucionalidad será parcial132.
Ahora bien, para la Corte la falta de la consulta previa no constituye propiamente ha-
blando un vicio de procedimiento en el proceso de aprobación de las leyes, sino una
131
Corte Constitucional, Sentencia C-030 de 2008, M.P. Roberto Escobar Gil.
132
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Los efectos de
la inconstitucionalidad sólo operan, en consecuencia, para las disposiciones específicas de la ley
que puedan afectar de forma directa a las comunidades indígenas y afrodescendientes y para ello,
es suficiente con ordenar la suspensión de la ejecución de tales proyectos hasta tanto se agote la
consulta previa. la Corte aseguró que respecto a la Ley del Plan nacional de desarrollo no opera la
inexequibilidad total en la medida en que “(a) ésta contiene numerosas disposiciones diferentes, con
distintos grados de generalidad, en relación con las cuales no existe un deber estatal de adelantar
consulta previa con los grupos indígenas del país, (b) por ser separables de los artículos que conciernen
directa y específicamente a los pueblos indígenas, y (c) por ser completamente ajenos a su ámbito de
protección”. De modo que, con fundamento en el principio de conservación del derecho, es posible
proteger los derechos afectados con la omisión de la consulta previa, sin declarar la inconstitucionalidad
de todos los artículos de la ley.
133
Esta fue la alternativa por la que optó el alto tribunal en el caso del código minero. Así, difirió su fallo
por dos años, al termino de los cuales si no se ha expedido un estatuto minero en consulta previa con
los pueblos étnicos y con pleno cumplimiento de las pautas jurisprudenciales, la norma saldrá del
ordenamiento jurídico, véase, Corte Constitucional, Sentencia C-366 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas
Silva.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 111
omisión que se proyecta sobre el contenido mismo de la ley. Por lo tanto, el término
de caducidad dispuesto por la Constitución para la acción pública de inconstituciona-
lidad fundamentada en defectos formales no opera cuando una ley es demandada por
haberse obviado la consulta previa. En términos de la Corte,
Con todo, sobre la base de que, como ocurrió en el proceso que condujo a la
Sentencia C-891 de 2002, los cargos en esta oportunidad se dirigen a poner
de presente una omisión que se habría producido antes de que se iniciara
el trámite legislativo propiamente dicho, y que tal omisión se proyectaría
sobre el contenido mismo de la ley, encuentra la Corte que cabe hacer un
pronunciamiento de fondo sobre las pretensiones de la demanda, sin que
haya lugar aplicar el término de caducidad predicable en relación con los
cargos por vicios de procedimiento134.
En relación con los actos legislativos cuyo examen de constitucionalidad está restringido
a vicios de forma en su trámite, la Corte aseguró que la omisión de consulta debe ser
considerada como un vicio de carácter procedimental con implicaciones de naturaleza
sustantiva:
Obsérvese cómo con toda claridad la Corte admite que el control de cons-
titucionalidad sobre las medidas legislativas que afectan a las comunidades
étnicas comporta “la verificación de un procedimiento”, el de la consulta
previa, el cual aunque tiene implicaciones de naturaleza sustantiva sobre
las disposiciones legales que a través de él se aprueben, no lo convierte en
un asunto de índole sustancial exclusivamente135.
Corte Constitucional, Sentencia C-702 de 2010, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
135
112 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
Considerando que el artículo 330 constitucional dispone que la explotación de los re-
cursos naturales en los territorios indígenas se debe hacer sin desmedro de la integridad
cultural, social y económica de las comunidades indígenas y que para la adopción de
las decisiones sobre dicha explotación, el gobierno debe propiciar la participación de
los representantes de las comunidades afectadas, la discusión de la Corte se orienta a
136
Corte Constitucional, sentencias SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-652 de 1998, M.P.
Carlos Gaviria Díaz; y C-418 de 2002, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
137
Corte Constitucional, sentencias SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis; T-955 de 2003, M.P. Álvaro
Tafur Galvis; y T-880 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
138
Corte Constitucional, sentencias T-154 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla; T-769 de 2009, M.P. Nilson
Pinilla Pinilla; T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; T-745 de 2010, M.P. Humberto
Antonio Sierra Porto; T-1045A de 2010, M.P. Nilson Pinilla Pinilla; T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio; y T-693 de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 113
Por lo tanto, son susceptibles de consulta previa todas aquellas determinaciones que
afecten directamente a las comunidades y pueblos diferenciados y a sus territorios,
en los mismos términos señalados en el capítulo precedente sobre el alcance de la
noción de afectación directa140. No obstante, sobre dicha temática vale la pena citar
textualmente estas palabras de la alta corporación que ayudan a precisar la noción en
relación con los proyectos de desarrollo, “[a]sí pues, la idea de afectación directa se relaciona
con la intromisión intolerable en las dinámicas económicas, sociales y culturales abrazadas por las
comunidades como propias”141.
La Corte define así cuatro diferentes tipos de decisiones que deben ser consultadas
previamente, sin que esto pueda considerarse como una enumeración taxativa: a)
decisiones administrativas relacionadas con proyectos de desarrollo: licencias ambien-
tales, contratos de concesión y concesiones mineras; b) presupuestos y proyectos de
inversión financiados con recursos del presupuesto nacional; c) decisiones sobre la
prestación del servicio de educación que afecta directamente a las comunidades; y d)
medidas legislativas143.
139
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
140
Véase acápite 5.2.1. de este escrito.
141
Corte Constitucional, Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
142
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
143
Corte Constitucional, Sentencia T-693 de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
114 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
• Las certificaciones sobre la existencia de grupos étnicos, cuando exista duda sobre
su presencia en la zona de influencia del proyecto144.
• Las decisiones sobre “la prevención de impactos futuros, mitigación de los que ya
se presentaron y los previsibles, compensación por la pérdida del uso y goce de parte
de los terrenos de los actuales resguardos [léase territorios ancestrales], participación
en los beneficios de la explotación de los recursos naturales”145.
• Las licencias y permisos con fines de exploración y explotación de los recursos
naturales de cualquier tipo, renovables o no renovables146 y construcción de in-
fraestructura vial147, eléctrica148 o portuaria149.
• Los estudios y planes de impacto ambiental y arqueológico150.
• La delimitación de zonas mineras dentro de los territorios indígenas151.
• Los programas de fumigación de cultivos ilícitos en territorios ancestrales y la
delimitación de dicho territorio para efectos de tales programas152.
• La reglamentación sobre el manejo de los bosques de los territorios colectivos de
las comunidades afrodescendientes153.
• Las relacionadas con la definición de las instituciones públicas en donde se imparte
educación especial para comunidades étnicas y la designación de sus docentes154.
144
Corte Constitucional, sentencias SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis y T-880 de 2006, M.P. Álvaro
Tafur Galvis.
145
Corte Constitucional, sentencias SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis; T-880 de 2006, M.P. Álvaro
Tafur Galvis; T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; T-1045A de 2010, M.P. Nilson
Pinilla Pinilla.
146
Corte Constitucional, sentencias SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-880 de 2006, M.P.
Álvaro Tafur Galvis; T-769 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla; T-1045A de 2010, M.P. Nilson Pinilla
Pinilla; T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; y T-693 de 2011, M.P. José Ignacio Pretelt
Chalbjub.
147
Corte Constitucional, Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
148
Corte Constitucional, Sentencia T-652 de 1998, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
149
Corte Constitucional, Sentencia T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
150
Corte Constitucional, Sentencia T-880 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis; y T-129 de 2011, M.P. Jorge
Iván Palacio Palacio.
151
Corte Constitucional, Sentencia T-418 de 2002, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
152
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
153
Corte Constitucional, Sentencia T-955 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
154
Corte Constitucional, sentencias C-208 de 2007, M.P. Rodrigo Escobar Gil; T-116 de 2011, Humberto
Antonio Sierra Porto; y T-379 de 2011, Humberto Antonio Sierra Porto. Tema que se desarrollará en el
próximo capítulo.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 115
(ii) “No se admiten posturas adversariales o de confrontación durante los procesos de consulta previa.
Se trata de un diálogo entre iguales en medio de las diferencias”.
En esta medida, “[l]a consulta debe ser pensada como un procedimiento previsto para el equilibrio
de la visión característica de una comunidad minoritaria desde el punto de vista étnico en contraste
con la que la comunidad dominante tiene como suya”156.
155
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
156
Corte Constitucional, Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
157
Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
158
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
116 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
[s]e debe también explicar, (…) que la consulta debe realizarse antes de
adoptar las medidas o emprender o autorizar el proyecto, donde a su vez los
impactos y medidas también deben identificarse dentro de dicho proceso.
Como se indicó en el capítulo anterior, los procesos de consulta deberán contar con la
participación de autoridades públicas con capacidad de discusión y competencia para
decidir y de las autoridades o los representantes de los grupos étnicos debidamente
delegados de acuerdo a sus propios procedimientos de selección165. En caso de existir
159
Ibídem.
160
Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
161
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
162
Corte Constitucional, sentencias SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell y T-1045A de 2010,
M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
163
Corte Constitucional, sentencias T-154 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
164
Corte Constitucional, Sentencia T-1045A de 2010, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
165
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 117
“[E]n las que se ponderen las circunstancias específicas de cada grupo y la importancia para este
del territorio y sus recursos”167. La buena fe implica igualmente informar de manera clara
y completa a las comunidades sobre el proyecto y, especialmente, acerca del impacto
que el mismo puede llegar a tener sobre el territorio de los grupos étnicos afectados
y sobre los usos, prácticas y costumbres que les confieren identidad168. Por ello, como
ya quedó dicho, la Corte exige que se adelanten estudios de impacto ambiental previos
a la realización de la consulta169. A partir de esta información, los pueblos indígenas
o las comunidades afrodescendientes interesadas estarán en condiciones de evaluar el
proyecto, tomar decisiones y formular alternativas respecto del mismo. La información
además permitirá definir en qué casos se requiere el consentimiento libre e informado.
En sentir de la alta corporación, dicho término habrá de adoptarse bajo una estrategia
de enfoque diferencial conforme a las particularidades del grupo étnico y a sus cos-
tumbres170. “En especial en la etapa de factibilidad o planificación del proyecto y no en el instante
previo a la ejecución del mismo”171.
166
Corte Constitucional, Sentencia T-769 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
167
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Valga en este punto
recordar, conforme se ha expresado a lo largo de este capítulo, que la noción de territorio ancestral
es central en el desarrollo de la jurisprudencia constitucional por el valor que éste tiene para las
comunidades étnicas y su significado para la supervivencia de su integridad como grupos diferenciados.
168
Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
169
Corte Constitucional, sentencias T-769 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla y T-1045A-2010, M.P. Nilson
Pinilla Pinilla.
170
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
171
Ibídem.
172
Corte Constitucional, Sentencia T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
118 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
Definir en cada caso los términos en los que se va a llevar a cabo la consulta es un
mecanismo destinado a garantizar la diversidad étnica y cultural, pues cada comuni-
dad tiene sus propios procedimientos y mecanismos de decisión conforme a sus usos
y costumbres. Por esta razón, se excluye la implantación de un procedimiento único
para todas las comunidades y es uno de los criterios con base en los cuales, la Corte
Constitucional ha ordenado la inaplicación del Decreto 1320 de 1998177.
(vii) “Es obligatorio realizar un ejercicio mancomunado de ponderación de los intereses en juego
y someter los derechos, alternativas propuestas e intereses de los grupos étnicos afectados
únicamente a aquellas limitaciones constitucionalmente imperiosas”.
173
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
174
Corte Constitucional, Sentencia T-745 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
175
Corte Constitucional, sentencias SU-383 de 2003. M.P. Álvaro Tafur Galvis y T-547 de 2010, M.P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
176
En la Sentencia SU-383 de 2003, mediante la cual la Corte se pronunció sobre la necesidad de
consultar con los pueblos indígenas de la Amazonía los programas de erradicación de cultivos ilícitos,
la alta coorporación ordenó una preconsulta para delimitar el territorio afectado y solo depués la
consulta previa propiamente dicha.
177
Corte Constitucional, Sentencia T-652 de 1998, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 119
Este espacio debe servir, igualmente, para armonizar las visiones encontradas sobre el
mismo territorio incluso entre comunidades con los mismos derechos:
Corte Constitucional, Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
179
120 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
En esta materia es donde más se observa la diferencia entre los fallos relacionados
con la consulta de proyectos de desarrollo y aquellos sobre medidas legislativas, lo cual
puede explicarse porque el alto tribunal hasta la fecha de elaboración de este texto no
se ha pronunciado sobre medidas legislativas, luego del cambio de estándar en este
sentido181. En efecto, aunque en las dos situaciones se admite que no hay un poder
de veto frente a las decisiones de las autoridades, el desarrollo jurisprudencial vigente
tratándose de tales proyectos obliga expresamente a las autoridades a buscar en todos
los casos el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos étnicos como fin
de la consulta, en los términos exigidos por el Convenio 169 de la OIT, y a la búsque-
da de la alternativa menos lesiva para los derechos de los pueblos diferenciados. En
palabras del alto tribunal,
Pero la Corte va más allá y dispone que ese consentimiento será vinculante en los
siguientes casos:
180
Corte Constitucional, Sentencia T-547 de 2010, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
181
Recuerde el lector que tanto la Corte Constitucional como los órganos internacionales de protección
de los derechos humanos aplican en sus pronunciamientos el principio de interpretación pro personae,
por lo que es de esperarse que el alto tribunal colombiano utilice el estándar a esta materia igualmente,
en consonancia con el Convenio 169 de la OIT.
182
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 121
Ahora bien, para el alto tribunal constitucional, prevalecerán los derechos de los pueblos
diferenciados, “[e]n todo caso, en el evento en que se exploren las alternativas menos
lesivas para las comunidades étnicas y de dicho proceso resulte probado que todas son perjudiciales
y que la intervención conllevaría al aniquilamiento o desaparecimiento de los grupos, prevalecerá la
protección de los derechos de las comunidades étnicas bajo el principio de interpretación pro homine”184.
Por último, cabe recordar que la decisión final de la autoridad debe estar exenta de
autoritarismo y arbitrariedad y debe siempre respetar los principios de objetividad, ra-
cionalidad y proporcionalidad con los derechos de las comunidades étnicas, así como
adoptar las medidas necesarias para mitigar el impacto de la medida en la diversidad
étnica y cultural del pueblo afectado.
Ibídem.
183
Ibídem.
184
122 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
185
Ibídem.
186
Corte Constitucional, Sentencia T-1045A de 2010, M.P. Nilson Pinilla Pinilla. En este fallo, la Corte
señaló que los estudios de impacto ambiental realizados no se efectuaron sobre todos los territorios
afectados y que aún requieren revisión y ajuste. En consecuencia, ordenó al Ministerio de Ambiente
culminar los estudios científicos integrales sobre el impacto ambiental que el proyecto Mandé Norte
pueda producir y difundir sus resultados en las comunidades étnicas que pudieran ser afectadas.
187
Corte Constitucional, Sentencia T-154 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
188
Ibídem.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 123
(x) “Es obligatorio garantizar que los beneficios que conlleven la ejecución de la obra o la explotación
de los recursos sean compartidos de manera equitativa. Al igual que el cumplimiento de medidas
de mitigación e indemnización por los daños ocasionados”.
En aplicación del Convenio 169 de la OIT, la Corte exige, en los procesos de consulta
previa de proyectos de desarrollo, que los beneficios del proyecto que se generen por
la ejecución de la obra o la explotación de los recursos naturales sean compartidos
con las comunidades afectadas de manera equitativa190 y que se aseguren medidas para
mitigar los daños e indemnizar a las comunidades191.
Para la alta corporación, “se debe permitir la participación y compartir de forma razonable los
beneficios del proyecto con el pueblo o la comunidad étnica que sea directamente afectada”192, pues se
le priva del uso y disfrute regular del territorio.
189
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
190
Corte Constitucional, sentencias T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio y T-652 de 1998, M.P.
Carlos Gaviria Díaz.
191
Corte Constitucional, sentencias T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio y T-693 de 2011, M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
192
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
193
Corte Constitucional, Sentencia T-1045A de 2010, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
124 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
(xi) “Es obligatorio que las comunidades étnicas cuenten con el acompañamiento de la
Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación en el proceso de consulta
y búsqueda del consentimiento”.
Incluso es altamente conveniente que los pueblos diferenciados tengan “la posibilidad
de contar con el apoyo de organismos internacionales cuyos mandatos estén orientados a prevenir y
proteger los derechos de las comunidades étnicas de la Nación”194.
(i) Procede la acción de tutela, como mecanismo para evitar un perjuicio irreme-
diable, cuando se ha interpuesto de manera simultánea una acción contencioso
administrativa contra el acto administrativo que concede la licencia ambiental
para la ejecución del proyecto, “porque la una y la otra operan en planos normativos,
194
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. A partir de este fallo,
la Corte estima obligatoria la presencia del Ministerio Público. Véase, también, la Sentencia T-693 de
2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
195
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 125
(iii) Para la Corte, “la acción de tutela resulta improcedente cuando se interpone de manera
extemporánea, esto es, después de haber pasado un lapso razonable desde la ocurrencia de los
hechos que dan lugar a la solicitud de protección, siempre que no medien razones que, frente a
las circunstancias del caso concreto, constituyan explicación sustentada de tal demora”198.
Referente a las consecuencias de la acción tutela cuando ella prospera, según la jurispru-
dencia constitucional, el amparo de los derechos conculcados acarrea la suspensión de
los proyectos, las licencias o las decisiones, hasta que se surta debidamente el proceso
consultivo requerido; y el no inicio de las obras o el no otorgamiento de las licencias,
hasta que se celebre la consulta previa con el lleno de los requisitos legales.
a) Cuando la ejecución del proyecto, cuya consulta se omitió, pone en riesgo el acceso de
la comunidad étnica a su dieta alimenticia básica. En caso de ser irreversible el daño, la
reparación debe permitirles la supervivencia física hasta tanto logren adaptarse a la nueva
configuración del territorio, y la participación en los beneficios por la explotación de los
recursos naturales199.
196
Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
197
Corte Constitucional, Sentencia SU-383 de 2003. M.P. Álvaro Tafur Galvis.
198
Corte Constitucional, Sentencia T-154 de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla. En este caso, la Corte denegó
la tutela presentada por los cabildos gobernadores de los pueblos Kogi, Wiwa, Kankuamo y Arhuaco
de la Sierra Nevada de Santa Marta contra la licencia ambiental otorgada para la construcción del
distrito de riego del río Ranchería. Para el alto tribunal, la acción de tutela se interpuso luego de
transcurridos dos años desde la fecha de expedición del acto administrativo impugnado, de manera
que la mencionada acción incumplió el requisito de inmediatez que la debe caracterizar. El plazo
razonable requerido queda superado para la interposición de la acción, cuando se ha tenido todo el
conocimiento y las facilidades para interponerlo y además ya se ha puesto en marcha el megaproyecto.
199
Corte Constitucional, Sentencia T-652 de 1998, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
126 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
c) En el contexto del conflicto armado que enfrenta el país, el alto tribunal evidencia
la existencia de muchos intereses sobre los recursos mineros en los territorios colec-
tivos, por lo que dispuso una orden especial para la sanción de prácticas violentas en
dichos territorios así,
200
Corte Constitucional, Sentencia T-693 de 2011, M.P. José Ignacio Pretelt Chalbjub.
201
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
202
Corte Constitucional, Sentencia T-693 de 2011, M.P. José Ignacio Pretelt Chalbjub. En este caso
concreto, se trata de la construcción de un oleoducto en territorio ancestral.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 127
Así, en el ámbito de las medidas administrativas que deben ser objeto de consulta
previa con los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas, en criterio de la
alta corporación, habrán de consultarse:
203
Ibídem.
204
Ibídem.
205
M.P. Alejandro Martínez Caballero.
206
Véase el acápite 5.1. en lo relativo a la consulta previa como derecho fundamental y el 5.3.3. sobre los
efectos de la omisión de la tutela de proyectos de desarrollo.
128 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
adelantar el proceso de consulta previa con las partes involucradas según los parámetros
jurisprudenciales y con base en los resultados tomar la decisión que lleve a reconocer
al gobernador del cabildo207.
(…) con las autoridades políticas de las comunidades étnicas e indígenas del
país, respeto (sic) de todas aquellas decisiones que involucren sus interés
(sic), ya sea en sus aspectos políticos, sociales, económicos y culturales,
para lo cual deberá[n] desarrollar mecanismos de consulta que garanticen
la participación directa y activa de todos los miembros de dichas colecti-
vidades208.
207
Corte Constitucional, Sentencia T-737 de 2005, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
208
Ibídem.
209
Corte Constitucional, T-601 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
210
Ibídem.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 129
211
Corte Constitucional, T-116 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. De no darse algún tipo de
acuerdo en el proceso de consulta, la Corte ordenó en este caso que la educación que se imparta en
las instituciones sustraídas deberá respetar los parámetros establecidos en el ámbito internacional en
materia de etnoeducación.
212
Corte Constitucional, T- 379 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
213
Ibídem.
130 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
(iii) La regulación especial que el congreso debe expedir sobre la vinculación de ent-
noeducadores teniendo en cuenta la identidad cultural de las comunidades214. La Corte
llega a esta decisión en el fallo mediante el cual estudió la constitucionalidad del Estatuto
de profesionalización docente, contenido en el Decreto 1278 de 2002, y concluyó que
hubo una omisión legislativa relativa en el mismo ya que guarda silencio absoluto sobre
cómo debe prestarse el servicio educativo en los establecimientos educativos estatales
ubicados en territorio indígena que atienden población indígena.
En este caso, el máximo tribunal de la justicia constitucional optó por emitir una sen-
tencia integradora para superar la inconstitucionalidad presentada con la omisión. En
consecuencia, declaró la constitucionalidad condicionada del estatuto docente, en el
entendido que la Ley general de educación y sus normas complementarias relativas
a la etnoeducación regirán en los establecimientos educativos mientras el legislador
disponga un estatuto docente que regule de manera especial la materia, en consulta
con los pueblos indígenas.
V alga aclarar antes de abordar el tema, que no se trata en este capítulo final de repetir
lo dicho a lo largo de todo el texto, pues justamente los estándares se presenta-
ron de tal forma que fuera tarea fácil para el lector discernirlos y servirse de ellos para
los fines de orientar acciones en relación con el fortalecimiento de la consulta previa
en el país. Lo que se pretende hacer en cambio, es, en primer término, identificar las
conclusiones más importantes por su significado para cualquier proceso de consulta
e intento de reglamentación. En segundo lugar, indicar algunas recomendaciones que
pueden resultar útiles en los esfuerzos que se emprendan para lograr tal reglamentación
en Colombia.
Esta constatación implica que compete al Estado respetarlo y por supuesto garantizar
su goce y su ejercicio y no le está permitido delegar este deber en particulares. Lo que
no significa que los particulares no deban coadyuvar con su actitud responsable a la
131
132 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
plena vigencia de dicha garantía215, ni las comunidades y los pueblos ejercerlo con res-
ponsabilidad igualmente, en los términos del artículo 95 de la Constitución Política216.
La tercera conclusión que merece mención tiene que ver con el ámbito de aplicación
de la consulta previa, en otras palabras, ¿qué debe serle consultado a estos pueblos?
La respuesta contundente es toda medida legislativa, administrativa, todo proyecto,
plan, programa, política o decisión que los afecte directamente, es decir, que tenga la
potencialidad de influir favorable o desfavorablemente, alterar, imponer gravámenes,
obligaciones o beneficios, menoscabar sus vidas, costumbres, valores, usos, tradiciones
y territorios ancestrales, en síntesis, todo aquello que constituye su identidad y los define
como pueblos y comunidades pertenecientes a una determinada etnia.
Así, es posible afirmar que los procesos consultivos que logran realmente el cometido
de protección de la identidad de los grupos étnicos son aquellos caracterizados por la
215
Piénsese en especial en las empresas que explotan o quieren explotar los recursos naturales en los
territorios ancestrales.
216
“Artículo 95. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la comunidad nacional. Todos
están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El ejercicio de los derechos y libertades reconocidos
en esta Constitución implica responsabilidades. Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y
las leyes. Son deberes de la persona y del ciudadano: 1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los
propios; 2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias
ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; 3. Respetar y apoyar a las
autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la independencia y la integridad
nacionales; 4. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica;
5. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país; 6. Propender al logro y mantenimiento
de la paz; 7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia; 8. Proteger los
recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano; 9. Contribuir
al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad”.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 133
buena fe, el ejercicio ponderado de las alternativas a la luz de los derechos e intereses
en juego y con la finalidad de lograr el consentimiento libre, previo e informado de
las comunidades afectadas.
Acerca de lo que significa el principio de la buena fe, las instancias judiciales estudiadas
lo han definido de muchas formas, de las cuales es importante destacar lo que de él
se desprende, esto es, que la consulta previa debe preceder la toma de la decisión o la
medida, o la aprobación del proyecto, licencia, plan u obra de que se trate; y que debe
ser un espacio de comunicación e intercambio entre iguales a pesar de las diferencias.
Este reconocimiento supone para quienes intervienen en la consulta, el mutuo res-
peto, la mutua consideración, la lealtad materializada en información clara, precisa y
detallada de los asuntos que son objeto de la misma, sus implicaciones y efectos para
los grupos étnicos concernidos y la disposición franca a dialogar acerca de los pros,
los contras y las distintas alternativas. Implica también y especialmente, aceptación y
respeto de las formas propias de discutir, decidir y entender la realidad de la comunidad
étnica consultada; tiempo, las decisiones no pueden tomarse a la ligera pero tampoco
demorarse injustificadamente; y la intención seria de llegar a un acuerdo que recoja en
mejor medida los derechos de los pueblos y los intereses de los otros participantes.
Sobre la ponderación de intereses, la consulta deber ser entendida como el espacio para
resolver la tensión entre los derechos de los grupos étnicos y los intereses de quienes
pretenden intervenir de algún modo tales derechos. Y es claro que tal intervención
habrá de ser la menos lesiva para dichos derechos y solo justificada por un interés
constitucionalmente legítimo.
Y finalmente, en relación con la finalidad de la consulta, ésta no debe ser otra que
alcanzar el consentimiento previo, libre e informado del pueblo consultado y hacia
ello debe orientarse todo el procedimiento, en el entendido que si se actúa de buena
fe, se mantiene una comunicación basada en la transparencia de la información y del
proceso, es posible llegar a un consentimiento que refleje la aceptación de la comunidad
porque sus derechos están salvaguardados y porque las autoridades estarán allí para
garantizarles que así será.
6.2. Recomendaciones
Considerando la importancia de regular los procedimientos de consulta previa, por las
razones antes expuestas, las recomendaciones que se presentarán a continuación van
orientadas, en primera instancia, a indicar las que se consideran pueden ser las princi-
pales pautas que deben guiar el proceso de diseño de tal reglamentación. Como en el
caso anterior, no se quiere aquí tampoco repetir lo desarrollado en este documento,
sino retomar los parámetros que se consideran esenciales y cuya omisión resultaría
abiertamente inconstitucional.
134 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
Corte Constitucional, Sentencia T-129 de 2011. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
217
Corte Constitucional, Sentencia C-461 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
218
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 135
Es claro entonces que la reglamentación que se diseñe no puede eludir la pauta juris-
prudencial referida a la necesidad de que el proceso de consulta esté precedido de una
fase de preconsulta en la que los pueblos étnicos interesados, las autoridades y demás
participantes definan las reglas de juego del proceso, con pleno respeto de sus costum-
bres, tradiciones y valores. En consecuencia, dicha regulación habrá de constituir un
marco de referencia general, diseñado con base en las pautas jurisprudenciales, entre
ellas, la necesidad de mantener el requisito de la especificidad cultural de cada consulta
en particular, según el grupo consultado.
senado el conocimiento de los asuntos étnicos y también el trámite de los asuntos referentes a los
derechos, las garantías y los deberes.
136 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
220
Véase capítulo 2 de este escrito.
El derecho fundamental a la consulta previa: línea jurisprudencia de la Corte Constitucional en la materia 137
“Akwé:Kon Guidelines for the Conduct of Cultural, Environmental and Social Impact Assessments
Regarding Developments Proposed to Take Place on, or which are Likely to Impact on, Sacred Sites
and on Lands and Waters Traditionally Occupied or Used by Indigenous and Local Communities” 221.
(ii) Proponer al Ministerio del Interior, direcciones de Consulta previa, Asuntos in-
dígenas, rom y minorías; y Asuntos para comunidades negras, afrocolombianas,
raizales y palenqueras, la implementación de un observatorio legislativo para
que esta cartera, en tanto responsable del tema, acopie, sistematice y mantenga
actualizada la información alusiva a las medidas legislativas que el gobierno en su
conjunto y las demás instancias estatales planean presentar al congreso, a fin de
poder determinar con mayor facilidad los casos en los que procede la consulta e
inicie las gestiones pertinentes.
(iii) Sugerir a la Defensoría del Pueblo que diseñe un protocolo de actuación para el
acompañamiento de los procesos consultivos, como lo ha hecho ya la Procura-
duría. En caso de considerarlo pertinente y útil en su labor, acoger algunas de los
criterios dispuestos en esa guía222. Sería altamente conveniente lograr una acción
coordinada del Ministerio Público para potenciar la protección de los derechos
de los pueblos diferenciados.
221
Véase capítulo 4 de este texto y Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso pueblo Saramaka
vs. Surinam, Sentencia de 12 de agosto de 2008 (interpretación de la sentencia de excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas), párrafo 41.
222
Véase, Procuraduría General de la Nación, Guía de aplicación de la política preventiva de la Procuraduría
General de la Nación en materia de derechos de los grupos étnicos, para la protección del derecho
fundamental a la consulta previa, libre e informada, AHN, Ecopetrol, Bogotá, 2011.
138 Segunda Parte: Línea Jurisprudencial de la Corte Constitucional
ticipar y tomar con mayor conocimiento sus decisiones. En este sentido, el apoyo
de la cooperación internacional podría ser invaluable.
Para terminar, no sobra advertir que una muy buena forma de lograr decisiones pon-
deradas, razonadas y proporcionales, es la participación activa y responsable de los
pueblos indígenas, las comunidades afrocolombianas y rom en los procesos de consulta
previa, lo que supone su presencia y disposición para contribuir a crear un espacio de
diálogo respetuoso y efectivo, en el que sus aportes basados en la riqueza de su sabiduría
ancestral lleven a una adecuada ponderación de intereses y a la mejor defensa de sus
derechos. Por supuesto, por parte de las autoridades estatales, es menester su voluntad
política dirigida a cumplir decididamente los mandatos constitucionales y legales y a
hacerlos cumplir a aquellos particulares y empresas interesados en la explotación de
recursos y la construcción de obras en territorios colectivos.