Jaime Alfonso Sandoval
La Ciudad de las Esfinges
México: Eciciones $M, 2008
En este su libro de 1999, Jaime Alfonso
Sandoval no se deja nada en el tintero, Se
crea y se recrea en el sello de su literatura:
la originalidad.
Porque no hurta la originalidad. La he-
teda. Le deviene directamente de Julio
Verne y de. Jonathan Swift.
La Ciudad de las Esfinges es, como los de Verne y los de Lemuel Gulliver la
criatura y dlter ego de Swift un viaje extraordinario que tiene la virtud de transmu-
tar el tiempo cotidiano que se emplea en leer el libro en una extraordinaria vivencia.
El mayordomo Theodore Farraday, todo fidelidad, buenas maneras, exquisita cul
tura y sentido del humor ~“Eso ayuda, e! buen humor lo es todo"=, acompatia a los
treceafieros hermanos Diana y Aquiles Astorga, a una singular caceria: la del lemu-
rio racional que hard que los aventajados chicos ganen un concurso de caza y una
inmensa fortuna,
Pero la aventura los resigna: les cambia el signo. De cazadores se convierten en
cazados; de perseguidores de animales en animalias enjauladas por la alucinante so-
cledad de los “murnni”. Como objetos de curiosidad les resulta dificil recuperar su
Condicién de sujetos y desde esa éptica desencajada pueden observar -y hacer ob-
servar al lector~ agigantados los defectos humanos y mirarse en los lémures intel
gentes como en un espejo inverso.
Entre los murnni cubiertos de pelo, el autor crea personajes entrafiables como la
lemuria nifia Innka ~tresunto de la tierna giganta Glumdalclitch de Los Viajes de
Gulliver y el sensatisimo Eewon, persequida mezcla de Galileo y Darwin que aban-
dona su mundo para integrarse a un clan humano: “podria funcionar, més raras fa~
milias se han visto”.
Diana y Aquiles llevan nombres de héroes y de dioses, Y lo son en su privilegiada
condicion infantil, en ese umbral de los trece afios en que todavia no entran las fi-
suras y dudas de la adolescencia, el suefio intacto, la tersa piel, el “s6lo existe el pre-
sente” de los héroes y de los dioses, De los nifios.
Jaime Alfonso Sandoval ha dicho que gusta de construir sus obras en torno de un
eje de ideas. Si los didlogos de Platon respiran a través de su Reptblica Mutante
Ediciones SM, Premio Gran Angular 2002), es la esotérica y decimonénica Teoso-
fia la que tiende su red bajo el texto -siempre humorista y ligero- de La Ciudad de
las Esfinges
Madame Blavatsky, la carismatica lider de la doctrina, es mencionada repetidas
veces en la novela. Si la Teosoffa es la biisqueda de la sabiduria divina, en el enten-
dido de que cada civilizacién, cada manera de ser en el mundo, tiene una porcién
de la verdad, el viaje extraordinario de los hermanos Astorga es también un viaje ini-
ciatico desde el egoismo de la pasion cinegética y el antropocentrismo representado
por el cazador occidental hacia la tolerancia y el respeto a todas las formas de vida.
Narraci6n plagada de hallazgos afortunados, tanto en la historia como en el len-
guaje, La Ciudad de las Esfinges tiene el “no sé qué” invocado por algunos nos-
talgicos cuando aftoran las obras de literatura juvenil del pasado. Pero Jaime Alfonso
Sandoval escribe para jévenes lectores del presente, que se ven envueltos, gustosos
¥y equipados, desde la primera linea de la novela, en un inolvidable viaje extraordi-
nario.
Maria Garcia Esperon
Escitora