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− Sinalefa: reunión, en una sílaba métrica, de dos o más vocales contiguas y pertenecientes a palabras
distintas. En la sinalefa pueden entrar dos vocales iguales, dos vocales diferentes, “y grupos de tres, cuatro y
hasta cinco o seis vocales, con tal de que estén dispuestas en orden de progresiva abertura, de progresiva
estrechez, o con las más abiertas en el centro” (Rafael Lapesa).
− Sinafía. Sinalefa entre la sílaba final de un verso que termina en palabra llana y la sílaba inicial del verso
siguiente –que sobra en el cómputo silábico de este verso.
− Cesura: descanso que algunos versos llevan en su interior por razones rítmicas. Se diferencia de la pausa
por permitir la sinalefa y no hacer equivalentes los finales de palabras agudas, graves y esdrújulas.
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La cesura, tras la quinta sílaba de los tres primeros endecasílabos del ejemplo, destaca el acento de la cuarta
sílaba característico del verso sáfico.
−Pausa: Silencio o descanso que se produce al final del verso (pausa versal), entre los hemistiquios de los
versos compuestos (pausa interna) o entre estrofas (pausa estrófica). La pausa interna, contrariamente a la
cesura, impide la sinalefa y hace funcionar los hemistiquios como versos simples en cuanto a su cómputo
métrico. Para observarse el uso que Juan Ramón Jiménez hace de las pausas internas, que llegan a separar
incluso el primer hemistiquio del segundo (verso 11) tras un vocablo átono (que, precisamente por la
colocación de la pausa, debe considerarse agudo). Nótense también los esdrújulos y agudos que, antes de la
pausa, modifican el cómputo:
Los versos de Garcilaso (endecasílabos) y los de José Hierro (alejandrinos combinados con un heptasílabo) se
rigen por la igualdad (Garcilaso) o por la regularidad (José Hierro: 7+7+7) en el número de sílabas métricas.
La versificación regular es el tipo de versificación generalmente empleado por la poesía culta castellana desde
el siglo XVI hasta el siglo XX. Por eso es la clase de versificación que más ha sido estudiada, habiéndose
llegado a confundir, a veces, versificación regular y versificación castellana. Hoy sigue siendo ampliamente
utilizada, aunque ha cedido parte de su terreno a la versificación libre.
José Domínguez Caparrós:
Diccionario de métrica española. Alianza Editorial, Madrid, 2004.
−Isosilabismo
Igualdad en el cómputo silábico de todos los versos de una estrofa y de sus combinaciones con pie quebrado
(el tetrasílabo para el octosílabo, el heptasílabo para el endecasílabo…). El isosilabismo es el tipo de
versificación más utilizado en la métrica española culta desde el siglo XVI hasta el siglo XX. En este último
ha cedido parte de su terreno a los versículos o versos libres.
Ana María Platas Tasende: Diccionario de términos literarios.
−Anisosilabismo
Ametría, versificación irregular. Desigualdad del cómputo silábico entre los versos de una estrofa o de un
poema. Las composiciones con pie quebrado no se consideran anisosilábicas. La ametría es frecuente en la
poesía medieval, en la tradicional y en la culta del siglo XX, en este caso por la irrupción de los versículos o
versos libres.
Ana María Platas Tasende: Diccionario de términos literarios.
−Encabalgamiento
Desajuste producido en la estrofa por la no coincidencia de la pausa versal y la pausa morfosintáctica. Se da
encabalgamiento cuando la pausa versal divide un grupo de palabras que no admite pausa en su interior.
Grupos que no admiten pausa, según A. Quilis, son los formados por: sustantivo y adjetivo; sustantivo y
complemento determinativo; verbo y adverbio; pronombre átono, preposición, conjunción, artículo más el
elemento que les sigue; tiempos compuestos y perífrasis verbales; palabras con preposición; oraciones
adjetivas especificativas. Con todo, hay quienes entienden el fenómeno del encabalgamiento en un sentido
más amplio, y señalan la existencia del fenómeno en casos distintos de los mencionados, como en el de la
separación del verbo y su complemento directo.
MADRIGAL
Y no será una noche
sublime de huracán, en que las olas
toquen los cielos… Tu barquilla leve
naufragará de día, un día claro
en que el mar esté alegre.
Te matarán jugando. Es el destino
terrible de los débiles…
Mientras un sol espléndido
sube al cenit hermoso como siempre.
Manuel Machado
Si se hace la pausa versal, se rompe un grupo sólidamente unido; si no se hace la pausa versal, se rompe la
unidad del verso. Esta tensión es la fuente de los valores estilísticos del encabalgamiento. El conflicto suele
resolverse por un compromiso entre sentido y ritmo. Quizá convenga insistir en que el encabalgamiento es un
fenómeno puramente estilístico, ya que ya que su aparición no está regulada por las normas de la métrica y
solo depende de la voluntad o la intención del poeta. Por eso Navarro Tomás, con razón, lo incluye entre los
complementos rítmicos.
Entre los efectos estilísticos que pueden derivarse del encabalgamiento, cabe señalar: la variedad en el ritmo;
la adecuación para la inserción de la lengua hablada en el verso; cierta sensación de violencia; la relevancia
que adquiere cada una de las partes del grupo dividido. En cada contexto se podrá especificar el valor
concreto.
El uso excesivo del encabalgamiento, dentro de los moldes de una forma métrica tradicional, acaba por
desdibujar el metro de tal forma que puede llegar a producir la sensación de verso libre.
José Domínguez Caparrós:
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Diccionario de métrica española. Alianza Editorial, Madrid, 2004.
−Encabalgamiento abrupto
−Si el encabalgamiento se completa antes de la 5ª sílaba (para unos) o antes de la mitad (para otros) del verso
que sigue, el encabalgamiento es “abrupto”. Si va más allá de estos límites se llama “suave”. Los efectos
enfáticos y rítmicos (rapidez entre un verso y otro, parada brusca en las primeras sílabas del segundo) del
encabalgamiento abrupto superan con mucho a los del suave, pero deben determinarse en cada caso, pues
dependen de las intenciones del poeta y de las connotaciones textuales.
Ana María Platas Tasende: Diccionario de términos literarios.
−Esticomitia
Procedimiento opuesto al encabalgamiento: en las estrofas hay esticomitia cuando coinciden el final de verso
con el final de frase.
Humildes se hacen,
altos se reprueban,
unos se renuevan
y otros se deshacen;
como mueren nacen.
Lope de Vega
Ana María Platas Tasende: Diccionario de términos literarios.
−Verso simple
Verso que no tiene en su interior una pausa que pueda impedir la sinalefa y que pueda hacer equivalentes los
finales agudos, llanos y esdrújulos.
Independientemente de los descansos que el sentido exija en estos versos, no hay pausa en lugar fijo interior,
ni hay equivalencia de finales agudos, llanos y esdrújulos –se cuentan todas las sílabas de las palabras cantó,
capitanes y fístulas, palabras todas ellas cuya sílaba acentuada ocupa la sexta posición del verso.
La existencia del verso simple tiene una base fónica, según Antonio Quilis, en el hecho de que no supera el
grupo fónico medio máximo, que es de once sílabas. Conviene señalar, con todo, que hay versos de diez
sílabas que son compuestos.
Julia Vicuña Cifuentes caracteriza el verso simple como aquel que no tiene sino un acento que influya en su
medida. Pues, efectivamente, sólo el último acento del verso simple hace equivalentes los finales agudo, llano
y esdrújulo.
−Verso compuesto
Verso formado por la unión de versos simples. Se caracteriza porque la pausa que divide los hemistiquios
impide la sinalefa y hace equivalentes los finales agudos, llanos y esdrújulos –es decir, se cuenta siempre una
sílaba después de la última acentuada.
En el ejemplo citado se aprecian tres grupos de cuatro versos cada uno y con el mismo esquema en la
disposición de la rima (ABAB). Hay, pues, tres estrofas. Una de las normas estilísticas de la estrofa aconseja
que en ésta se complete el sentido. En efecto, se considera que la estrofa es la estilización rítmica del párrafo,
y se la tiene, pues, por una unidad sintáctica. El no seguir este principio se debe a una imitación de la poesía
clásica, donde el sentido pasa de estrofa a estrofa.
Otro principio estilístico de la estrofa aconseja que ésta no tenga más de diez versos. En caso contrario, no se
percibe el esquema de la rima, ni se comprende el significado, por la excesiva extensión.