Sie sind auf Seite 1von 14

Acreción del terreno cretáceo y terciario en la Cordillera Occidental de los Andes de Ecuador

Richard A. Hughes a,*, Luis F. Pilatasig b


a
British Geological Survey, Murchison House, West Mains Road, Edinburgh EH9 3LA, UK
b
Dirección Nacional de Geología, Casilla 17-03-23, Quito, Ecuador
Received 30 March 2000; received in revised form 15 September 2000; accepted 15 September 2000

Abstracto
Los nuevos datos de campo, geocronológicos, geoquímicos y bioestratigráficos indican que las partes central y norte de la Cordillera
Occidental de los Andes de Ecuador comprenden dos terrenos. El terreno más antiguo (Pallatanga) consiste en un conjunto de la meseta
oceánica del Cretácico temprano a tardío (?), Turbiditas marinas del Cretácico tardío derivadas de una fuente volcánica andesítica o basáltica
desconocida, y un melange tectónica del Cretácico tardío probablemente. El terreno más joven (Macuchi) consiste en una secuencia
volcanosedimentaria de arco de islas, derivada de una fuente basáltica a andesítica.

Una zona de cizalla dextral previamente no identificada y de importancia regional, denominada zona de cizalla Chimbo Toachi, separa los
dos terrenos. La evidencia regional sugiere que el terreno de Pallatanga se acrecionó al margen continental (la Cordillera Real ya
acrecionada) en el Campaniense, produciendo una melange tectónica en la zona de sutura. El terreno de Macuchi se acumuló al terreno de
Pallatanga a lo largo de la zona de corte Chimbo Toachi durante el Eoceno tardío, probablemente en un régimen de cizalla dextral. La
correlación de las rocas del Cretácico y los eventos de acreción en la Cordillera Occidental de Ecuador y Colombia sigue siendo una
problemática, pero el evento del Eoceno tardío se reconoce a lo largo del margen andino norte. 2002 Publicado por Elsevier Science B.V.

Palabras clave: Ecuador; Colombia; Cretácico; Terciario; Terreno; Acreción; Zona de cizalla.

1. Introducción

La Cordillera Occidental (Cordillera Occidental) de Ecuador forma parte del segmento de los Andes del Norte (Gansser, 1973), y se
caracteriza por la presencia de terrenos alóctonos, que incluyen fragmentos de corteza ofiolítica y oceánica (Feininger y Bristow, 1980;
McCourt et al. 1984), acrecionados al margen sudamericano desde mediados del Cretácico (Goossens y Rose, 1973). Existe un amplio
consenso de que los procesos y eventos de acreción desempeñaron un papel destacado en la historia del Cretácico y el Terciario en el
margen andino septentrional. Sin embargo, el tiempo y los procesos de acreción de la Cordillera Occidental en Ecuador y Colombia son
poco conocidos (Kellogg y Vega, 1995). Los modelos existentes para la Cordillera Occidental de Ecuador incluyen, por ejemplo, la
subducción del Cretácico Inferior al Eoceno (Lebrat et al., 1987), el empuje alpino Cretácico tardío y los eventos de colisión del Oligoceno
(Bourgois et al., 1990), eventos de acreción en el Paleoceno temprano- Eoceno y Eoceno tardío-Oligoceno temprano (Van Thournout et
al., 1992), y eventos de acreción del Cretácico tardío al Paleoceno tardío (Cosma et al., 1998; Pecora et al., 1999). La evolución geodinámica
de la Cordillera Occidental de Ecuador sigue siendo controvertida, pero su comprensión es crítica para la historia del Cretácico y el Terciario
de los Andes del norte.

Entre septiembre de 1995 y marzo de 2000, el Servicio Geológico Británico, conjuntamente con el Ministerio de Minas y Energía del
Gobierno de Ecuador, emprendió el primer programa de mapeo geológico completo y sistemático de la Cordillera Occidental de Ecuador
(Fig. 1). El área de estudio se extiende desde aproximadamente 4°S hasta la frontera colombiana (aproximadamente 1°N), y cubre
aproximadamente 35,000 km2. El mapeo de campo fue respaldado por un importante programa analítico que incluyó micro y
macropaleontología, geoquímica de rocas y geocronología (K-Ar mineral separado, zircón y fission track de apatita). Colectivamente, estos
programas han producido un nuevo conjunto de datos muy grande, lo que permite avances importantes en la comprensión del tiempo y los
procesos de acreción en esta parte poco conocida de los Andes del norte. El modelo presentado aquí es relevante no solo para Ecuador, sino
que es un paradigma para todo el margen andino del norte.

Este documento se centra en la parte central de la Cordillera Occidental, entre 2°30´S y 0°00´ (Fig. 1). El área se representa y se describe
en tres mapas geológicos recientemente publicados a escala 1: 200,000 (BGS-CODIGEM, 1997a, b, 1999; véanse también las referencias
en este documento)

Los estudios previos de la Cordillera Occidental de Ecuador se han visto seriamente obstaculizados por la falta de un marco estructural y
estratigráfico regional confiable. Algunas síntesis regionales han presentado interpretaciones muy engañosas, pero, sin embargo, se han
realizado muchas contribuciones importantes. El trabajo bioestratigráfico realizado por geólogos del "Instituto Francés del Petróleo" a fines
de la década de 1960 (por ejemplo, Sigal, 1968; Faucher y Savoyat, 1973) estableció con éxito las edades de dos secuencias importantes de
las turbiditas cretáceas (las unidades de Yunguilla y Pilatón). Desde mediados de la década de 1970 en adelante, una serie de trabajadores
(Henderson, 1979, 1981, Kehrer y Van der Kaaden, 1979; Lebrat et al., 1985, 1987; Van Thournout et al., 1992) intentaron identificar los
entornos geotectónicos y edades de una serie de secuencias magmáticas y volcánicas del Cretácico y el Terciario dentro de la cordillera
(sobre todo las unidades de Macuchi y Piñón). Sus esfuerzos se vieron frenados por la falta de un marco estratigráfico regional, pero se
lograron avances importantes (a través de la geoquímica de las rocas) al limitar los probables escenarios geotectónicos. Eguez (1986) y
Eguez y Bourgois (1986) realizaron importantes avances estratigráficos, y demostraron que las rocas turbidíticas que anteriormente se
creían completamente de edad maastrichtiana consistían en dos unidades separadas, una maastrichtiana y otra eocena (unidades de
Yunguilla y Angamarca). , respectivamente).

2. Entorno regional

Ecuador se puede dividir en tres regiones fisiográficas principales que reflejan provincias geológicas fundamentalmente diferentes (Fig.
1,). La región andina separa la cuenca del Amazonas u 'Oriente' en el este de la planicie costera o 'Costa' en el oeste. El Oriente es una
cuenca sedimentaria de antepais mesozoica a cenozoica, rica en hidrocarburos que incluye una secuencia de carbonato de plataforma, que
se superpone a un basamento cratónico más antiguo. Las secuencias del basamento y de la cubierta son intruidas por grandes batolitos de
granitoides, principalmente a lo largo de la compleja zona subandina de plegamientos y empujes que se extiende a lo largo del límite entre
el Oriente y los Andes. La Costa es la región baja de la costa del Pacífico al oeste de los Andes y comprende una serie de cuencas del
Cretácico al Cenozoico que contienen hidrocarburos, sustentadas por rocas de corteza oceánica que se exponen localmente en las cordilleras
costeras. En la actualidad, la subducción esencialmente ortogonal de la placa de Nazca debajo de Sudamérica continental se está
produciendo a lo largo de la porción ecuatoriana de este margen activo. La corteza oceánica joven (<20 Ma) producida en el centro de
expansión Nazca-Cocos de la Zona de Rift de Galápagos está siendo subducida en la trinchera ecuatoriana en un ángulo de 25-35°
(Lonsdale, 1978; Freymuller et al., 1993).

En la mayor parte de Ecuador, los Andes constan de dos cordilleras paralelas, las cordilleras Occidental (Cordillera Occidental) y Real
(Cordillera Oriental), separadas por un graben central que está lleno de rocas volcanosedimentarias del Plioceno y Cuaternario (Fig. 1,
mapa inserto). El sótano del graben interandino es poco conocido, pero los datos de gravedad (Feininger y Seguin, 1983) sugieren una
extensión oculta de las rocas de la Cordillera Real (Fig. 2). La Cordillera Real en sí consiste principalmente en cinturones sub-lineales de
rocas metamórficas paleozoicas a mesozoicas, intruidas por granitoides de tipo S y I, y coronadas por cenozoico a volcánicas modernas
(Litherland et al., 1994).

Fig. 1. Ubicación del área de estudio (recuadro) y mapa geológico simplificado de la Cordillera Occidental entre 0°00´ y
aproximadamente 2°30´S. A_B es la línea de sección de la Fig. 2.

La Cordillera Occidental consiste casi en su totalidad de facies no metamórficas (facies sub greenschist), basaltos oceánicos del Cretácico
Cretácico temprano y tardío y rocas ultramáficas, turbiditas marinas del Cretácico superior, una secuencia de arco de la isla oceánica
basáltica a andesítica del Eoceno temprano, una turbidita marina del Paleoceno al Eoceno secuencia de llenado de cuenca, y una secuencia
terrestre del Eoceno-Oligoceno tardío. Estos son intruidos por el Eoceno tardío y por los granitoides de tipo I más jóvenes. Las secuencias
volcánicas mayores del medio eoceno al mioceno y sub-aéreas menores, calcáreas alcalinas continentales ocurren en el sur.

Estructuralmente, el límite oriental de la Cordillera Occidental es la zona activa de falla Pujilí (Figuras 1 y 2), siendo esta la extensión sur
de la falla Cauca-Patía que se puede trazar a través de Colombia hacia el Caribe (Litherland y Aspden, 1992). El límite occidental de la
Cordillera Occidental, para los propósitos de este documento, es la fuerte característica topográfica que separa las laderas empinadas de la
cordillera de las secuencias aluviales llanas de la planicie costera.

Uno de los avances más importantes realizados durante el programa de mapeo geológico BGS es el reconocimiento de que la parte central
y norte de la Cordillera Occidental de Ecuador comprende dos terrenos principales, separados por una zona de cizalla regional, desconocida
previamente, llamada zona de corte Chimbo-Toachi (figuras 1 y 2). El antiguo terreno de Pallatanga consiste principalmente de turbiditas
del Cretácico tardío, con pequeñas pero significativas astillas de basalto limitadas por fallas y rocas ultramáficas interpretadas anteriormente
como una secuencia MORB (por ejemplo, Juteau et al., 1977; Lebrat et al., 1987) y más recientemente como una secuencia de meseta
oceánica (Cosma et al., 1998; Reynaud et al., 1999; Lapierre et al., 2000), y una melange tectónica. El terreno más joven de Macuchi
consiste predominantemente en una secuencia volcanosedimentaria temprana del Eoceno (y posiblemente del Paleoceno tardío) de
composición basáltica a andesítica, la Unidad de Macuchi.

Las secuencias litoestratigráficas de estos dos terrenos se resumen en la Fig. 3, y las características principales de sus principales unidades
de rocas se describen a continuación. Con la excepción de la Unidad Silante (descrita brevemente para aclarar el significado de sus lavas),
las secuencias volcanosedimentarias posteriores a la acreción no se describen en este documento. Para más detalles de estos, se remite al
lector a BGS-CODIGEM (1997a, b, 1999 y referencias allí).

Fig. 2. Sección transversal simplificada a lo largo de la línea A-B indicada en la Fig. 1. Ornamentos de unidades litoestratigráficas
principales como en la Fig. 1; los chevrones indican evidencia de cizalladura dúctil. Exageración vertical X 2.
Fig. 3. Estratigrafía simplificada de los terrenos de Macuchi y Pallatanga, que muestra los principales eventos del Cretácico y el
Terciario. B-edad bioestratigráfica; K-Ar-potasio-edad del argón; F-T-fission-track edad; Edad de Sm-Nd-Samario-Neodimio.

3. El terreno de Pallatanga

El terreno de Pallatanga está delimitado por la zona de corte Chimbo-Toachi al oeste, y al este por la sutura con la Cordillera Real, es
decir, la zona de Falla de Pujilí (Figuras 1 y 2). En contraste con el terreno de Macuchi, el terreno de Pallatanga comprende varias
unidades litoestratigráficas, que se describen brevemente a continuación. Un conjunto de basaltos oceánicos de meseta y rocas
ultramáficas con turbiditas de grano fino relacionadas (la Unidad Pallatanga como se define en BGS-CODIGEM, 1997b) representa
un conjunto oceánico. Un melange tectonico expuesto localmente (la Unidad Pujilí) ocupa una posición estructural a lo largo de la
sutura en el margen oriental de la cordillera entre 0° y 1°S. En realidad, una gran parte del terreno está formada por turbiditas
marinas del Cretácico tardío, las unidades Mulaute, Pilatón y Yunguilla. También está presente dentro del terreno una secuencia
sedimentaria terrestre posterior a la acreción, de edad Eoceno tardía-Oligoceno tardío (la Unidad Silante), derivada de una fuente
volcánica andesítica sub-aérea.

3.1 Unidades Pallatanga y San Juan

Entre el ecuador y 2°S, la Unidad Pallatanga está expuesta principalmente en astillas limitadas por fallas a lo largo del margen
oriental de la cordillera, pero al sur de 2°S, forma un cinturón más ancho que consiste casi en su totalidad de pillow lavas con
hialoclastitas menores. Consiste principalmente en basaltos (conocidos anteriormente como el 'Piñon de la Sierra'), hialoclastitas y
sedimentos marinos profundos de grano fino, aunque las rocas ultramáficas están presentes localmente (BGS-CODIGEM, 1997b;
Mamberti et al., 1999a, b; Lapierre et al., 2000). Se encuentra comúnmente en asociación con turbiditas Maastrichtianas de la Unidad
de Yunguilla.

Lebrat et al. (1985, 1987) y Van Thournout et al. (1992) interpretaron los basaltos de Pallatanga (Fig. 4a) como de composición
MORB. Las afinidades oceánicas de estas rocas (datos presentados en la Tabla 1) se muestran claramente en la Fig. 4b (Ti vs. Zr,
Pearce y Cann 1973), Fig. 5a (Ti vs. Cr, Pearce, 1975), y Fig. 5b (V contra Ti / 1000, Shervais, 1982). Sin embargo, su rango
composicional completo (Tabla 1) se extiende desde N-MORB hasta basalto de meseta oceánica (Neal et al., 1999). Basaltos con
olivino y ricos en clinopiroxeno forman parte de la Unidad Pallatanga en el área de Guaranda (Mamberti et al., 1999a), y de San José
de Minas [coordenadas UTM 788000192] en el norte, hacia la frontera colombiana (observaciones de campo BGS 1998, Mamberti et
al ., 1999a). El principal elemento traza y la geoquímica isotópica de estas rocas ha sido estudiada en detalle por Mamberti et al.
(1999a), Reynaud et al. (1999), y Lapierre et al. (2000), quienes concluyen que son típicos de un escenario de meseta oceánica, y
observan estrechas similitudes geoquímicas entre las rocas de Pallatanga y los basaltos de la meseta oceánica de Colombia y el
Caribe (alrededor de 90 Ma).

En contacto un contacto fallado con la Unidad de Pallatanga al oeste de Quito [7619967] están los ultramáficos, anortositas y gabros
serpentinizados de la Unidad de San Juan (BGS CODIGEM, 1999; Juteau et al., 1977; Lebrat et al., 1985, 1987 Van Thournout y
otros, 1992). Lapierre et al. (2000) presentaron una edad Sm-Nd de 123 ± 12 Ma para los gabros dentro de la Unidad de San Juan, y
(de acuerdo con la interpretación de Cosma et al., 1998) la interpretaron como parte de una zona de raíz máfico-ultramáfica a una
meseta oceánica secuencia.

En resumen, la evidencia sugiere que las secuencias oceánicas de la meseta de al menos dos edades distintas están presentes dentro
del terreno de Pallatanga. Se describen múltiples eventos de pluma desde las suites de basalto de la meseta oceánica contemporánea
del Caribe (Lapierre et al., 2000), y McCourt et al. Han descrito la complejidad de las secuencias de la meseta oceánica cretácica
media a tardía de la Cordillera Occidental de Colombia. (1984), Nivia (1996), Kerr et al. (1996) y Sinton et al. (1998) Es posible, por
lo tanto, que un trabajo más detallado sobre los basaltos de la Unidad Pallatanga revele una mayor complejidad interna de las
secuencias de basalto de la meseta del Cretácico en Ecuador.

La geoquímica de elementos traza contrastante de los basaltos de la Unidad Pallatanga y los basaltos y andesitas de la Unidad
Macuchi se muestra claramente en la Fig. 6a y b. El gradiente generalmente plano del gráfico de elementos múltiples normalizados
para la unidad Pallatanga (figura 6a) es típico de basaltos oceánicos débilmente evolucionados, y contrasta fuertemente con los
basaltos y andesitas de Macuchi más evolucionados y enriquecidos (figura 6b, datos presentados en la Tabla 2) .

3.2 Unidad Pujilí

Esta es un melange tectónica caótica y altamente deformada, presente solo a lo largo del margen oriental de la cordillera occidental
(la falla Pujilí, ver Figuras 1 y 2), y expuesta solo en una pequeña área al noroeste de Latacunga [75 980]. Fue descrito por Litherland
et al. (1994) como la "ofiolita Pujilı". Los tipos de clasto dentro de la melange se derivan tanto de ambientes oceánicos como
continentales, e incluyen material ultramáfico serpentinizado foliado que contiene cromita y magnesita, granitoides foliados de
moscovita (similar al granito Triasico (?) Tipo S de Tres Lagunas de la Cordillera Real; et al., 1994), anfibolitas con fabrica de L-
tectonita (similar a la Unidad Triásica (?) Piedras del complejo El Oro; Aspden et al., 1995), filitas, posibles pilow lavas basálticas, y
limolitas rojas silíceas /lodolitas . La mayoría de estos tipos de rocas exóticas no se conocen en otras partes de la Cordillera
Occidental. La fábrica de corte es común en la matriz e incluyen las milonitas S-C que indican de manera consistente el movimiento
dextral.
Fig. 4. (a) SiO2 vs. Zr / TiO2 * 0.0001 (Winchester y Floyd, 1977) para los basaltos de la unidad Pallatanga (círculos), unidades de
basaltos de Macuchi (diamantes rellenos) y andesitas Macuchi (diamantes abiertos). (b) Ti vs. Zr (Pearce y Cann, 1973) para los
basaltos de la Unidad Pallatanga (círculos), los basaltos de la Unidad Macuchi (diamantes rellenos) y las andesitas de la Unidad
Macuchi (diamantes abiertos).

El melange se interpreta como de origen tectónico, y se cree que se formó en la zona de sutura (Fig. 2) durante la acreción del terreno
oceánico de Pallatanga al margen continental sudamericano (el terreno Chaucha de la Cordillera Real; Litherland et al., 1994), durante el
Cretácico superior (más información a continuación). Los xenolitos metamórficos reportados por Bruet (1987) en lavas del volcán
Pichincha cerca de Quito indican la presencia de rocas metamórficas dentro del sistema de tuberías magmáticas. Es probable, por lo tanto,
que la "melange" esté presente en profundidad a lo largo de otras partes del margen oriental de la cordillera.
Tabla 1

Datos geoquímicos de elementos mayores y traza para los basaltos de una unidad Pallatanga.

Sample M3-312C M3-312D M3-542C P0 1441 P0 1476 P0 1482 P0 1508 P0 196 P0 198 P0 199 P0 208 P0 224 P0 225

UTM 7337 97932 7337 97932 7385 98546 6706 97028 6906 97225 7023 97332 6696 97012 6170 97061 6723 97061 6725 97058 6725 97072 6722 97100 6720 97103

coordinate
s

SiO2 49.08 48.92 51.01 49.87 50.33 48.14 49.11 49.39 49.87 49.93 49.59 48.81 49.64
TiO2 1.37 1.39 1.48 1.51 0.93 1.91 0.98 0.99 1.01 1.23 1.09 0.90 1.20
Al2O3 13.61 14.59 13.44 13.97 14.54 13.79 13.27 13.67 13.72 13.32 14.11 14.07 13.25
Fe2O3 12.15 11.83 13.78 13.49 11.28 15.01 11.26 11.53 11.87 13.48 11.49 10.58 13.40
MnO 0.18 0.20 0.21 0.21 0.18 0.21 0.18 0.19 0.18 0.21 0.17 0.17 0.21
MgO 6.73 7.27 6.64 7.09 8.13 5.68 10.16 7.47 7.50 6.82 7.44 8.28 6.96
CaO 8.54 8.34 10.19 9.50 10.40 11.10 12.80 10.90 10.02 8.84 8.99 12.09 10.31
Na2O 3.80 3.26 1.43 2.59 2.24 1.79 1.58 2.58 2.29 3.26 3.57 2.63 2.37
K2O 0.06 0.10 0.12 0.23 0.34 0.22 0.07 0.09 0.29 0.15 0.48 0.11 0.14
P2O5 0.12 0.12 0.12 0.13 0.08 0.18 0.08 0.07 0.07 0.09 0.07 0.06 0.08
LOI 4.13 3.40 1.20 1.81 1.47 1.63 0.54 2.97 2.98 2.56 2.22 1.82 2.01
Cr 100 120 74 55 202 116 490 179 159 94 156 319 85
Ni 72 99 70 63 82 75 142 81 77 73 87 103 66
Co 47 51 49 57 45 66 53 42 42 45 42 41 43
Sc 31 44 48 46 42 45 51 36 37 38 35 35 39
V 345 358 387 346 289 473 293 268 275 326 270 234 312
K 473 863 980 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Rb 0 0 0 6 4 2 2 1 5 4 7 1 2
Cs 0.00 0.00 0.00 2.00 2.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Ba 49 75 19 28 55 20 57 0 21 0 0 0 0
Sr 47 120 97 116 173 107 114 65 101 100 146 122 93
Nb 6.0 6.0 5.0 7.0 5.0 11.0 4.0 3.0 2.0 4.0 3.0 3.0 3.0
Hf 0.00 0.00 7.00 7.00 3.00 5.00 4.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Zr 77 80 86 90 55 123 57 44 44 56 49 39 53
Ti 8219 8339 8885 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Y 27 28 33 29 19 44 21 17 19 23 21 16 23
Th 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
U 1.00 2.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
La 5.00 0.00 7.00 0.00 6.00 7.00 0.00 0.00 7.00 6.00 4.00 0.00 4.00
Ce 22.00 12.00 16.00 10.00 16.00 55.00 35.00 8.00 9.00 10.00 9.00 8.00 12.00
Nd 8.00 8.00 11.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Sm 0.00 9.00 21.00 0.00 0.00 0.00 6.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
LOI — loss on ignition.
Fig. 5. (a) Ti vs. Cr (Pearce, 1975) para los basaltos de la Unidad Pallatanga (círculos), los basaltos de la Unidad Macuchi (diamantes
rellenos) y las andesitas Macuchi (diamantes abiertos). (b) V contra Ti / 1000 (Shervais, 1982) para unidades basálticas de Pallatanga
(círculos), unidades de basalto Macuchi (diamantes rellenos) y andesitas de la Unidad Macuchi (diamantes abiertos).

3.3 Unidades Pilatón, Mulaute y Yunguilla

La Unidad Pilatón (antes conocida como 'Cayo de la Sierra', renombrada Unidad Pilatón por Eguez, 1986) y la Unidad Mulaute (una
secuencia previamente no descubierta, nombrada por primera vez en BGS-CODIGEM, 1999) comprenden colectivamente secuencias
gruesas de debritas ricas en cristales y líticos, areniscas turbidíticas y lodolitas turbidíticas, derivadas de una fuente volcánica de
basáltica a andesítica submarina. Las facies turbidíticas (unidades BoumaT abc) indican la depositación en posiciones proximal a
medial en un abanico de turbidítico submarino, y un sistema de arco de islas aún no identificado es la probable fuente.

La evidencia fósil (Sigal, 1968; Faucher y Savoyat, 1973; BGS-CODIGEM, 1997b, 1999) indica las edades senoniana y
Campaniense, respectivamente, para las unidades Pilatón y Mulaute.

La Unidad Yunguilla consiste en areniscas de turbidita de grano fino, limolitas y lodolitas (unidades Tbde), y probablemente se
depositaron sobre los basaltos de la corteza oceánica de la Unidad Pallatanga (ver a continuación) después de la acumulación del
terreno Pallatanga. La edad de la Unidad de Yunguilla fue establecida originalmente por Savoyat et al. (1970) y por Faucher et al.
(1971) para ser Maastrichtiense al Paleoceno temprano, sobre la base de la evidencia de foraminíferos. Sin embargo, las listas de
fauna de estos autores han sido reevaluados, y se cree que indican una edad no menor que la del Maastrichtiense (BGS-CODIGEM,
1997a, b, 1999). Las secciones delgadas de la Unidad de Yunguilla entre 0°00´ y 1°S contienen agregados de cuarzo y granos de
anfíbol serpentinizados, lo que indica una fuente metamórfica en parte, mientras que las texturas vitristalinas indican vulcanismo
contemporáneo (BGS-CODIGEM, 1999). Al sur de 1°S, la Unidad Yunguilla contiene minerales máficos que también sugieren un
aporte volcánico desde el área fuente.
Fig. 6. (a) Basaltos de la unidad Pallatanga normalizados contra la composición del manto primitivo (datos del manto de Sun y
McDonough, 1989). (b) Basaltos y andesitas de la unidad Macuchi normalizados contra la composición del manto primitivo (datos
del manto de Sun y McDonough, 1989).

3.4 La Unidad Silante

Esta es una secuencia de sedimentos terrestres, dominada por secuencias fluviales y posiblemente lacustres, de edad Eoceno-
Oligoceno Temprano (BGS-CODIGEM, 1999), derivada de una fuente volcánica andesítica relativamente proximal, probablemente
sub-aérea. Rocas de composición similar y probablemente de edad similar (la Unidad Puñay del Grupo Saraguro, Dunkley et al., En
preparación) se encuentran justo al este del terreno Pallatanga en la parte sur de la cordillera. La Unidad de Silante y sus posibles
correlativos se formaron después de la acreción del terreno de Macuchi, pero aparentemente están ausentes del terreno de Macuchi.
La razón de esto no está clara, pero parece probable que la fuente volcánica calcoalcalina de las rocas de Silante estaba
geográficamente restringida a la corteza ya acrecionada de los terrenos de Pallatanga (y más antiguos) al este. En el extremo
occidental de la sucesión de Silante en la parte norte de la cordillera, cerca de la aldea de Tandapi [746 9953] entre Quito y Santo
Domingo de los Colorados, hay una secuencia de andesitas y brechas andesíticas. Estas rocas fueron denominadas las "Camas
Tandapi" por Kehrer y Van der Kaaden (1979), y la "Unidad Tandapi" por Eguez (1986), Van Thournout et al. (1992), Cosma et al.
(1998), y Reynaud et al. (1999). Estos autores demostraron la naturaleza calcárea-alcalina de estas andesitas y creían que
representaban una secuencia de arco volcánico de finales del Paleógeno al Eoceno (o el Oligoceno tardío por Van Thournout). Eguez
creía que la unidad era una secuencia de lavas andesíticas y brechas en contacto "de transición" con la Unidad Silante. Sin embargo,
las brechas de la 'Unidad Tandapi' fueron reinterpretadas (BGS CODIGEM, 1999 y referencias allí) como peperitas, producidas por
explosivas reacciones hidromagmáticas que ocurrieron cuando los magmas andesíticos calientes inundaron sedimentos húmedos
(areniscas rojas y fango) de la Unidad Silante. Por lo tanto, la "Unidad Tandapi" se interpreta como una secuencia magmática dentro
de la Unidad Silante del Eoceno tardío-temprano Oligoceno, y probablemente representa parte de un episodio magmático más grande
(margen continental?) Que suministró la cuenca depositacional Silante.
Table 2

Datos geoquímicos de elementos mayores y traza pararocas extrusivas basálticas y andesíticas de la Unidad Macuchi.
Sample M3- M3- M3- M3- M3- RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH RH
UTM 201 485 485D 518 761 5 122A 122B 130A 258A 258B 258C 274 276 278B 279B 280B 282B 297 299
coordi- 7002 7128 7128 7056 7044 7164 7171 7171 7305 7096 7096 7096 6886 7200 7249 7261 7277 7219 7313 7219
nates 97847 98730 98730 98713 98729 99024 99675 99675 99657 99432 99432 99432 99314 99685 99654 99655 99653 99650 99439 99428
SiO2 51.40 47.51 48.20 52.18 53.29 60.17 61.90 59.61 62.77 57.13 56.31 57.26 53.87 48.97 48.74 51.13 54.65 52.52 52.69 62.58
TiO2 1.05 0.62 0.65 0.88 1.15 0.48 0.47 0.39 0.87 0.59 0.57 0.63 0.66 0.67 0.74 0.69 0.52 0.63 0.73 0.80
Al2O3 15.12 18.42 19.19 18.59 17.08 11.76 11.59 12.26 14.85 15.96 15.22 15.42 15.75 15.57 17.73 15.41 14.34 15.96 16.65 13.19
Fe2O3 13.78 9.97 9.67 9.70 11.80 6.38 7.46 7.42 7.51 6.96 6.95 8.16 9.53 8.31 7.91 8.46 7.28 8.07 12.10 9.18
MnO 0.19 0.13 0.13 0.18 0.30 0.20 0.20 0.24 0.17 0.17 0.17 0.21 0.17 0.20 0.17 0.16 0.19 0.16 0.13 0.09
MgO 4.43 9.14 8.37 3.29 4.43 2.50 3.67 5.30 3.75 4.57 5.41 6.24 3.78 7.05 8.45 11.00 10.30 7.60 4.54 6.19
CaO 8.01 5.10 6.43 9.02 5.48 11.47 8.23 9.48 1.86 6.32 6.41 5.47 7.91 9.99 8.99 7.42 5.26 8.40 5.89 1.08
Na2O 2.81 1.73 1.12 2.42 3.57 3.60 4.26 4.01 4.39 3.47 4.32 3.31 2.75 3.79 2.38 1.90 3.12 3.63 3.94 2.77
K2O 0.46 0.82 0.71 0.74 0.34 0.11 0.05 0.10 1.08 1.63 0.50 1.03 0.67 0.08 1.32 0.50 0.04 0.15 0.07 0.75
P2O 5 0.13 0.07 0.02 0.17 0.20 0.12 0.10 0.12 0.24 0.18 0.19 0.19 0.10 0.12 0.14 0.12 0.09 0.09 0.41 0.20
LOI 2.36 6.15 5.08 3.03 2.30 3.37 1.73 1.02 2.70 2.63 3.98 2.28 4.47 4.91 3.38 2.98 4.14 2.77 2.38 3.54
Cr 24 33 88 19 18 17 19 31 17 49 35 85 27 286 213 374 374 235 339 14
Ni 11 27 27 9 12 11 11 14 5 19 23 40 21 200 132 243 176 149 78 7
Co 42 38 35 22 31 21 34 32 18 22 26 28 38 37 38 41 36 37 51 26
Sc 49 33 32 29 42 28 37 28 25 30 25 27 32 34 34 39 34 32 40 28
V 454 272 239 248 331 199 232 189 127 233 225 260 261 232 217 217 210 203 274 253
K 3810 6815 5935 6151 2864 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Rb 5 8 5 12 2 0 0 0 8 26 8 15 29 0 43 8 0 3 0 6
Cs 1.00 2.00 1.00 0.00 0.00 1.00 0.00 1.00 1.00 1.00 0.00 0.00 0.00 1.00 0.00 0.00 0.00 1.00 0.00 0.00
Ba 154 204 264 161 85 50 25 36 591 313 108 200 455 53 119 73 59 64 66 570
Sr 283 210 204 313 274 97 86 131 121 156 94 157 397 138 322 231 51 105 161 60
Li 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Ta 2.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 3.00
Nb 3.0 2.0 1.0 4.0 3.0 4.0 3.0 2.0 3.0 2.0 3.0 3.0 2.0 2.0 3.0 3.0 1.0 3.0 2.0 3.0
Hf 9.00 0.00 0.00 6.00 9.00 0.00 6.00 4.00 0.00 0.00 0.00 8.00 4.00 6.00 6.00 4.00 0.00 7.00 14.00 6.00
Zr 47 43 47 71 63 43 33 26 107 53 40 54 53 54 71 49 42 53 55 62
Ti 6319 3711 3927 5294 6912 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Y 25 15 13 22 32 15 12 12 36 20 17 20 20 18 19 20 16 16 44 22
Th 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 2.00 1.00 2.00 2.00 1.00 3.00 2.00 1.00 1.00 2.00 2.00 1.00 1.00 1.00 1.00
U 0.00 0.00 0.00 2.00 0.00 2.00 2.00 0.00 3.00 3.00 2.00 2.00 1.00 3.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
La 0.00 6.00 0.00 8.00 0.00 0.00 6.00 0.00 15.00 10.00 5.00 13.00 7.00 0.00 8.00 6.00 0.00 0.00 13.00 10.00
Ce 9.00 14.00 0.00 0.00 20.00 16.00 0.00 9.00 12.00 0.00 12.00 16.00 15.00 8.00 15.00 0.00 11.00 9.00 19.00 0.00
Nd 9.00 6.00 6.00 12.00 15.00 11.00 5.00 5.00 18.00 12.00 7.00 13.00 13.00 3.00 11.00 10.00 7.00 5.00 12.00 13.00
Sm 7.00 6.00 3.00 7.00 20.00 15.00 7.00 0.00 7.00 7.00 2.00 6.00 11.00 5.00 5.00 0.00 17.00 12.00 0.00 2.00
LOI — loss on ignition.
3.5 Grupo Angamarca

Esta es una secuencia sedimentaria dominada por turbiditas del Paleoceno temprano-medio (BGS CODIGEM, 1997a, b, 1999) hasta
la edad del Eoceno tardío (Eguez y Bourgois, 1986, Bourgois et al., 1990), que contiene una unidad de caliza del Eoceno medio a
tardío (La Piedra Caliza Unacota, Eguez y Bourgois, 1986) (Fig. 3), e incluye las antiguas unidades Apagua y Gallo Rumi. En el área
de Cumanda (por ejemplo, a lo largo de la carretera Cumanda-Pallatanga entre [172 97627] y [7174 97632]), las turbiditas del Grupo
Angamarca comúnmente contienen tobas de flujo de cenizas silícicas correlacionadas con el Grupo Saraguro (BGS-CODIGEM,
1997a). Una tal toba (de [7215 97692]) se dato con edades de 37.8 ± 3.5 Ma (BGS-CODIGEM, 1997a), lo que indica que la
deposición clástica en la cuenca de Angamarca continuó hasta al menos el Eoceno tardío.

En la parte central de la cordillera, la sucesión es una secuencia de relleno de cuencas creciente, y muestra progradación de una
abanico submarino a abanico-delta (BGSCODIGEM, 1999). La piedra caliza de Unacota contiene montículos de estromatolita in
situ, lo que indica una profundidad del agua de <200 m. La piedra caliza probablemente representa una disminución significativa de
la cuenca de depósito de Angamarca, con el desarrollo de montículos de arrecifes de tipo Waulsortian y posible emergencia
temporal. La presencia de calizas de la misma edad dentro de las cuencas terciarias de la Costa (Progreso, Manabí y cuencas del
Borbón, Santos et al., 1986) sugiere una postura eustática regional de bajo nivel del mar a mediados del Eoceno.

Las areniscas de Angamarca son típicamente feldespáticas, ricas en sericita y prácticamente no contienen minerales máficos. Los
conglomerados son polimícticos pero de composición generalmente uniforme, que contienen abundante cuarzo blanco de probable
origen metamórfico, sílex negro, granitoides muscovíticos foliados raros y algunos clastos metasedimentarios (?).

La evidencia estratigráfica indica claramente que el arco de islas de Macuchi estuvo activo durante la deposición del Grupo de
Angamarca. Los estudios de procedencias muestran que el sedimento del Grupo Angamarca fue suministrado desde un área fuente
parcialmente metamórfica. Si esta área de origen fuera la Cordillera Real, implicaría al menos un levantamiento parcial de esa área
en tiempos del Eoceno. También están presentes en el Grupo de Angamarca en el área de Cumanda las tobas de ceniza ácida
derivadas del margen continental Grupo Saraguro (BGS-CODIGEM, 1997a). Colectivamente, esta evidencia sugiere fuertemente que
la cuenca de depósito del Grupo Angamarca ocupó un espacio de ante arco, entre el margen continental terciario temprano y el arco
de la isla de Macuchi en el mar, sobre la corteza perteneciente al terreno de Pallatanga. Esta interpretación está respaldada por la
distribución geográfica del Grupo de Angamarca (Fig. 1), que está a lo largo o alrededor de la sutura entre los terrenos de Macuchi y
Pallatanga.

4. El Terreno de Macuchi.

Excluyendo las secuencias de cobertura posteriores a la acreción, este terreno comprende solo una unidad litoestratigráfica, la unidad
homónima de Macuchi. Forma una proporción sustancial de la cordillera entre 2°30´S y el ecuador, pero se encuentra solo al oeste de la
zona de corte Chimbo-Toachi (Figuras 1 y 2). La secuencia es predominantemente (hasta 90%) volcanosedimentaria, y el resto
comprende pilow lavas y probables intrusiones de diabasas de alto nivel. También contiene al menos dos depósitos de sulfuros masivos
volcanogénicos de importancia económica (en Macuchi [716 9997] y La Plata [7292 99567]).

Según lo definido por Henderson (1979, 1981), se creía que la Unidad de Macuchi era del Cretácico tardío al Eoceno. La interpretación
se basó en parte en la inclusión dentro de su Unidad Macuchi de turbiditas marinas del Cretácico tardío, que ahora se sabe que forman
parte de la Unidad Pilatón (Figura 3). El rango de edad de Henderson para el Cretácico al Eoceno para el Macuchi fue aceptado por
Lebrat et al. (1985, 1987) y Aguirre y Atherton (1987), y ha resultado en interpretaciones muy engañosas de la evolución del Cretácico
tardío al Terciario del margen ecuatoriano. Bourgois et al. (1990) declararon que el arco de la isla de Macuchi estuvo activo durante el
Paleoceno, el Eoceno y el Oligoceno, pero presentaron evidencia bioestratigráfica que solo respalda la edad del Eoceno.

De hecho, toda la evidencia bioestratigráfica y geocronológica disponible para la edad de la Unidad de Macuchi en el área actual indica
una edad del Eoceno. Henderson (1979) reportó foraminíferos del Eoceno de la 'Formación Macuchi' al oeste de Latacunga, pero no se
proporcionaron detalles de localidad. Más confiablemente, Eguez (1986) reportó radiolarios del Eoceno temprano a medio de una
secuencia de turbidita a pocos kilómetros al oeste del área tipo en la aldea Macuchi [716 9997], un foraminífero del Eoceno temprano de
una caliza cercana [7152 99020] dentro de la secuencia.

Eguez (1986) también informó dos edades K-Ar de rocas enteras de 41.6±2.1 y 35.8±1.8 Ma (de mediados a finales del Eoceno) a partir
de láminas de andesita basáltica que intruyen las calizas del Eoceno en la misma área. Un conjunto de plutones granitoides (se trata más
adelante), el más antiguo de los cuales (a partir de los resultados obtenidos hasta la fecha) tiene una edad de hornblenda K-Ar de
38.1±0.39 Ma (Eoceno tardío), también inmiscuye a la Unidad de Macuchi. Aunque la evidencia está lejos de ser abundante,
consistentemente apunta a una edad temprana a mediados del Eoceno para la Unidad Macuchi. Las partes más jóvenes de la secuencia no
pueden ser más jóvenes que el Eoceno tardío, pero es posible (aunque aún no se ha demostrado) que las partes más antiguas se extienden
hasta el Paleoceno.

La unidad Macuchi entre el ecuador y 2°30´S (incluyendo el área tipo alrededor de la mina Macuchi) se redefine aquí como una
secuencia volcanosedimentaria de submarino a mediados del Eoceno, con pilow lavas y cuerpos intrusivos relacionados, derivados de un
arco oceánico de islas a una composición andesítica.
4.1 Facies de la unidad Macuchi

Las facies sedimentarias de la Unidad Macuchi consisten predominantemente en debritas escasamente clasificados, areniscas de
turbidita de grano grueso y hialoclastitas, pero también están presentes las calizas finas y discontinuas. Las debritas son muy
comunes, y comprenden brechas sin sorteo, gruesas y matriz soportadas que contienen clastos de pilow fragmentadas de hasta 1 m de
ancho. Normalmente se asocian con pilow lavas y hialoclastitas. Los clastos analizados tienen la misma composición que las pilow
en la secuencia de Macuchi (véase la discusión de la geoquímica de Macuchi a continuación), y consisten en andesitas basálticas o
andesitas, comúnmente piroxenicas, con bordes vesiculares. Las areniscas son de composición cuarzo-feldespática (plagioclasa) y
ricas en líticos, con abundantes clastos de andesita / andesítica basáltica, altamente vesicular, de grano fino y piroxenos férricos. La
pobre exposición y la recristalización intensa de las calizas dificultan su interpretación; podrían ser lechos discontinuos de piedra
caliza lenticular u olistolitos derivados de un sistema de arrecife fruncido.

Las capas de pilow lavas de basalto, de hasta 50 m de grosor, se intercalan comúnmente con espesores menores de brechas de pilow
matriz soportadas, areniscas de grano grueso, escasamente clasificadas, de composición basáltica e hialoclastitas. Las intercalaciones
sedimentarias comúnmente contienen pilow sueltas, y se derivaron claramente de las mismas fuentes efusivas submarinas que
produjeron las pilow lavas. Las lavas son típicamente de grano fino, ricas en plagioclasas y comúnmente piroxeno-ferricas, con
bordes altamente vesiculares. Los cuerpos diabásicos, en forma de diques y pequeñas intrusiones, probablemente representan
intrusiones de alto nivel. El Dr. Arturo Eguez (comunicación personal, marzo de 1997) informa sobre toba volcánica con flujo de
ceniza del área de La Mana [79 989], a pocos kilómetros del área tipo Macuchi.

Con la excepción de las calizas, todas las facies sedimentarias de la Unidad Macuchi son producto de erupciones submarinas, y la
deposición de los productos eruptivos por procesos de flujo de gravedad. Las pilow, las pilow brechas y las intrusiones de diabasas
representan los productos efusivos, las intrusiones de alto nivel y los posibles conductos de magma.

La presencia de tobas de flujo de cenizas silícicas dentro de la Unidad de Macuchi es importante para la interpretación de la
secuencia, posiblemente indicando erupción subaérea y un entorno de arco de isla. El desarrollo de arrecifes costeros, posiblemente
representados por calizas desarrolladas localmente dentro de la secuencia de Macuchi, se esperaría en un entorno de arco de isla de
baja latitud. Esta interpretación de arco de isla, basada solo en el estilo de facies y mineralización, está fuertemente respaldada por la
geoquímica de rocas.

4.2 Unidad geoquímica de Macuchi

Estudios geoquímicos previos (por ejemplo, Henderson, 1979; Lebrat et al., 1985, 1987; Aguirre y Atherton, 1987; Cosma et al.,
1998) han interpretado la secuencia como un conjunto de toleitas isla volcánica. Lebrat et al. (1987) creían que la unidad Macuchi
contiene astillas de rocas MORB y rocas ultramáficas, pero esta conclusión se basó en una interpretación incorrecta de las relaciones
estratigráficas. Aguirre y Atherton (1987) interpretaron el metamorfismo de bajo grado de la Unidad de Macuchi como indicativo de
un "arco de islas oceánico generado contemporáneamente con una cuenca marginal".

En términos de su composición, las lavas de la Unidad de Macuchi son basaltos y andesitas subalcalinos (Figura 4a, Winchester y
Floyd, 1977), y predominantemente son andesitas y andesitas basálticas. Los datos de Macuchi (Tabla 2) se incluyen en el campo de
la tolehita baja en potasio de la gráfica Ti vs. Zr (Figura 4b) de Pearce y Cann (1973) y la gráfica Ti vs. Cr (Figura 5a) de Pearce
(1975). ), y caen claramente en el campo de arco del gráfico V contra Ti / 1000 (figura 5b) de Shervais (1982).

Sin embargo, un grupo de muestras de basalto de Macuchi (del Río Toachi en La Unión del Toachi [7277 99645]) contiene
concentraciones anormalmente altas de Cr, lo que hace que caigan en el campo de basalto del suelo oceánico (Fig. 5a). Estas
muestras también contienen concentraciones anormalmente altas de MgO, Sr y Ni. Su geoquímica inusual es más típica de los
basaltos de arco primitivo, pero la presencia de grandes cantidades de piroxeno (a partir de la cristalización de acumulados) también
podría explicar los altos valores de Cr, Ni y Mg.

Cuando se normaliza contra una composición de manto primitivo (Fig. 6b), las rocas de Macuchi se caracterizan por un
enriquecimiento relativo en baja intensidad de campo y elementos de tierras raras ligeras como Rb, Ba, K y Sr, y agotamiento
relativo en elementos de alta intensidad de campo tales como Nb, Zr e Y. El gradiente fuertemente negativo de la curva es típico de
los conjuntos de arco de la isla, y contrasta claramente con la curva mucho más plana de los basaltos de Pallatanga (figura 6a).

En resumen, los datos indican un ajuste del arco de la isla para los basaltos y andesitas de la Unidad Macuchi, aunque es posible un
ajuste de cuenca marginal. Estas conclusiones concuerdan ampliamente con las interpretaciones previas de Henderson (1979), Lebrat
et al. (1985, 1987), Aguirre y Atherton (1987), y Cosma et al. (1998).

5. La zona de cizalla Chimbo-Toachi

Esta zona de cizalladura dúctil de bajo grado, previamente desconocida, es la sutura entre los terrenos de Macuchi y Pallatanga. Su trazo
se muestra en la Fig. 1 y su posición estructural dentro de la cordillera en la Fig. 2. A lo largo de su longitud, los indicadores cinemáticos
(Fabricas de milonita S-C, clastos deformados y sombras de deformación) indican de forma consistente el movimiento dextral.

La zona de corte está mejor expuesta (aunque poco) entre Santo Domingo de los Colorados y San Miguel de los Bancos, en el área de los
rıos Macas [7279 99956] y Mulaute [7224 99882] (detalles en BGS-CODIGEM, 1999 y referencias en el mismo). Aquí, tiene al menos
12 km de ancho, y consiste en una zona de alta tensión de desarrollo de una división penetrante, dentro de la cual hay al menos cinco, y
posiblemente más, zonas estrechas de deformación dúctil. Tiene una tendencia aproximadamente de norte a sur y está descendiendo de
manera moderada a abrupta (45-80B) hacia el este y el oeste. Los lineamientos de estiramiento ,suavemente inclinados (que se hunden
hasta 35°), indicativos de un componente del movimiento de deslizamiento, son comúnmente visibles en los planos S1. Las zonas de
deformación dúctil son visibles en el Río Mulaute en [7293 99799] donde el sentido de movimiento es indeterminado, y en el Río Macas
en [992617890] y [7270 99925], donde las fábricas de milonita S-C indican movimiento dextral.

6. Momento y naturaleza de los eventos de acreción


6.1 Acreción del terreno de Pallatanga

El basamento del terreno de Pallatanga consiste en basaltos oceánicos y ultramáficos, localmente expuestos como las unidades de
Pallatanga y San Juan. El grosor inusual y la flotabilidad resultante de la corteza de basalto en la meseta oceánica significa que tales
rocas son comúnmente obducidas o acrecionadas, en lugar de ser subducidas en márgenes convergentes (por ejemplo, Saunders et al.,
1996). La naturaleza misma de la corteza del terreno de Pallatanga es la razón probable de su acreción. Si la correlación inferida
(Mamberti et al., 1999a; Reynaud et al., 1999; Lapierre et al., 2000) de la Unidad Pallatanga con el ca. 90 basaltos Ma de la meseta
oceánica de Colombia y el Caribe demuestran ser correctos, la acreción del terreno de Pallatanga debe haber ocurrido después de ca.
90 Ma; es decir, en Coniacian o en tiempos más jóvenes.

Aspden et al. (1992) propusieron que el restablecimiento generalizado de las edades isotópicas en la Cordillera Real de Ecuador a 85-
65 Ma fue causado por un levantamiento resultante de las primeras etapas de acreción de la Cordillera Occidental. Esto está
respaldado por la evidencia de la deposición de facies sedimentarias muy diferentes en Maastrichtiense a ambos lados de la
Cordillera Real, con turbiditas marinas de la Unidad Yunguilla al oeste, y los lechos rojos de la Formación Tena al este. Esta
evidencia implica el surgimiento de la proto-cordillera por parte del Maastrichtiense (Baldock, 1982), y sugiere que la acreción y la
elevación tuvieron lugar en tiempos premaastrichtianos, probablemente durante el Campaniano. Los estudios de seguimiento de
fisión en la Cordillera Real indican una fase importante de enfriamiento cortical rápido, posiblemente relacionado con un evento de
elevación regional, a 65-60 Ma (Dr. Richard Spikings, ETH-Zurich, comunicación personal, febrero de 2000). La causa exacta de
este enfriamiento crustal es desconocida en la actualidad, pero es tentador especular que el evento estuvo relacionado con la
elevación de Maastrichtiano luego de la acumulación del terreno de Pallatanga en el Campaniano.

Las unidades de Pallatanga y San Juan son fragmentos de la meseta oceánica del Cretácico temprano o tardío, acrecionados durante
el evento del Campaniense. Las unidades Mulaute y Pilatón de Campaniense y Senoniense se depositaron sobre esta corteza oceánica
y se acrecieron durante el mismo evento. Se cree que la Unidad Yunguilla es el sistema turbidítico marino que se desarrolló en la
región de antearco, derivado en parte de la Cordillera Real. Esta interpretación es apoyada por la petrografía de las areniscas de
Yunguilla, que contienen entradas volcánicas subaéreas metamórfizadas y algunas frescas. La unión de la unidad tectónica Pujilí
formó en la zona de sutura (ahora marcada por la zona de falla de Pujilí, ver figura 2) entre el terreno de Pallatanga y el terreno de
Chaucha de la Cordillera Real (Litherland et al., 1994) durante el Evento de acreción del Campaniano.

6.2 Acreción del terreno de Macuchi

La edad de acreción del terreno más joven de Macuchi está más restringida. La evidencia del área entre el ecuador y 1°S sugiere que
el terreno Macuchi se acrecentó en, o antes, el Eoceno tardío (BGS-CODIGEM, 1999). Aquí, las rocas de mayor inclinación de la
Unidad de Macuchi y el Grupo de Angamarca se superponen discordantemente por el Grupo Zumbagua, de edad Miocena, que se
sumerge suavemente. La evidencia indica que un evento tectónico importante ocurrió en algún momento en los últimos tiempos del
Eoceno al Mioceno temprano.

En las partes meridionales de la Cordillera Occidental, un evento de deformación local del Eoceno tardío al Oligoceno temprano, un
hiato en el volcanismo del Grupo Saraguro y un posterior cambio marcado en la composición y el estilo del vulcanismo se atribuyen
al atraque del terreno de Macuchi a fines del siglo XX. Eoceno (BGS-CODIGEM, 1997a; Dunkley et al., En preparación) La
presencia dentro de la secuencia sedimentaria ante-arco del Grupo Angamarca donde las tobas de ceniza derivadas del Grupo
Saraguro, datadas a 37.8±3.5 Ma (BGSCODIGEM, 1997a), implica que la cuenca del antearco entre el terreno de Pallatanga y el
arco de Macuchi que se aproxima permaneció abierta hasta los últimos tiempos del Eoceno.

La edad de cizallamiento a lo largo de la zona de Chimbo-Toachi sigue siendo incierta. Sin embargo, las dioritas altamente foliadas
dentro de la zona de cizalla al este de Santo Domingo de los Colorados contienen agregados de anfíboles que comprenden núcleos de
hornblenda y sobrecrecimientos de actinolita. El análisis K-Ar de un mineral de hornblenda separado de una intrusión dio una edad
de 48.28±0.55 Ma (del Eoceno temprano al medio). Esta edad casi con certeza se restablece, y puede representar las primeras etapas
de cizallamiento dextral durante la acreción del terreno de Macuchi.

Aunque hay abundante evidencia cinemática de cizalla dextral en la zona de sutura entre los terrenos de Pallatanga y Macuchi, la
convergencia inicial del arco de la isla Macuchi y el margen continental fue probablemente por subducción de la corteza oceánica
sobre la cual se fundó el arco de Macuchi. Las partes más antiguas (mitad del Eoceno) del Grupo Saraguro representan el volcanismo
continental generado por este evento de subducción (BGS-CODIGEM, 1997a). No se sabe si la subducción fue ortogonal u oblicua,
pero es razonable sugerir que inicialmente la convergencia oblicua del arco de islas de Macuchi y el margen continental culminaron
en un corte dextral a lo largo de la sutura, ahora representada por la zona de corte Chimbo-Toachi.

7. Discusión

7.1. Correlación con la Costa Ecuatoriana.


Los eventos de deformación del paleógeno se describen a partir de las secuencias sedimentarias del ante arco de la "Costa" ecuatoriana,
pero aquí la situación parece ser más compleja que en la cordillera. Jaillard et al. (1995), por ejemplo, describen los eventos tectónicos del
Paleoceno tardío, Eoceno temprano y Eoceno tardío temprano en la costa sur de Ecuador. De hecho, las secuencias del Cretácico y
Terciario tardío descritas por Jaillard et al. (1995) parecen superficialmente ser bastante diferentes a sus correlativos contemporáneos en
la cordillera, y es tentador especular que sus historias deposicionales y acumulativas no están relacionadas.

Sin embargo, hay algunas similitudes significativas entre las dos áreas. De particular interés es el registro sedimentario del Eoceno medio
a tardío de la costa ecuatoriana, en el cual las calizas transgresoras de la plataforma están cubiertas por turbulencias ascendentes y
conglomerados ascendentes (Jaillard et al., 1995). En términos generales, los eventos principales dentro de esta secuencia son muy
similares a los del grupo Angamarca en la cordillera. Si las dos secuencias son de hecho parte del mismo relleno de cuenca sedimentaria,
podría implicar la acreción del terreno de Macuchi a la mitad del Eoceno (ligeramente antes de lo deducido de otras pruebas presentadas
anteriormente). Se requieren estudios detallados de procedencia sedimentaria para avanzar en esta hipótesis

La fase tectónica del Eoceno tardío descrita en el Ecuador costero como "el resultado de la colisión definitiva del sur de Ecuador con el
margen continental andino" (Jaillard et al., 1995) puede ser parte del evento durante el cual el terreno de Macuchi se acumuló al
continente margen. También es digno de mención que un episodio de inversión transpresiva de principios a mediados del Eoceno se
describe desde la cuenca del Oriente (Baby et al., 1999).

7.2 Correlación con la Cordillera Occidental de Colombia

En general, se cree que las rocas de la Cordillera Occidental en Ecuador y Colombia comparten una historia de acreción similar en el
Cretácico y terciario (por ejemplo, McCourt et al., 1984). Aunque existe un amplio consenso de que las rocas oceánicas se acumularon al
margen continental a finales del Cretácico en ambas áreas (por ejemplo, Bourgois et al., 1990; Kellogg y Vega, 1995), en la práctica, la
correlación detallada de unidades litoestratigráficas y eventos de acreción entre las dos áreas siguen siendo difíciles (ver, por ejemplo, la
discusión en Reynaud et al., 1999).

En términos generales, las rocas máficas-ultramáficas de la Unidad de Pallatanga en Ecuador pueden correlacionarse con los basaltos de
la meseta del Cretácico del "Grupo Diabasa" de la Cordillera Occidental de Colombia (descrito por Millward et al., 1984). Bourgois et al
(1990), por ejemplo, "asumieron" que la Formación Piñon de la Cordillera Occidental de Ecuador (la Unidad Pallatanga de este
documento) era la "prolongación hacia el sur de la cordillera occidental de ofiolitas de Colombia". Aunque la correlación general sigue
siendo válida, los nuevos datos publicados en la última década (Nivia, 1996; Kerr et al., 1996; Sinton et al., 1998; Reynaud et al., 1999;
Lapierre et al., 2000) han destacado importantes diferencias entre las dos áreas. Resumiendo otros trabajos, Reynaud et al. (1999) creen
que al menos tres suites de basaltos oceánicos del Cretácico están presentes en la Cordillera Occidental de Colombia. Estos autores
afirman además que las secuencias de la meseta oceánica de la Cordillera Occidental de Ecuador (las unidades Pallatanga y San Juan de
este documento) son distintas de las de la Cordillera Occidental colombiana y, por lo tanto, no pueden considerarse parte de la meseta
Cretácico oceánica colombiano-caribeño.

Además, aunque a escala regional las dos áreas comparten estructuras corticales principales comunes (por ejemplo, las fallas Cauca-Patía
y Romeral), en detalle parece haber diferencias en el estilo estructural entre las dos áreas. Bourgois et al. (1982, 1987), por ejemplo,
describen una serie de "nappes de estilo alpino" al sudeste que bordea la travesía de Buga Buenaventura de la Cordillera Occidental en el
centro de Colombia. Trabajadores posteriores (por ejemplo, Millward et al., 1984; Kerr et al., 1998) refutaron estas interpretaciones
(Bourgois et al., 1982, 1987). Sin embargo, las interpretaciones estructurales de Kerr et al. (1998) para el margen oriental de la Cordillera
Occidental de Colombia incluyen fallas de empuje hacia el este y un intenso plegamiento de las secuencias del Cretácico. Indican un
grado de complejidad estructural que simplemente no se ve en la Cordillera Occidental de Ecuador. Se ha prestado relativamente poca
atención a las rocas terciarias de la Cordillera Occidental de Colombia, que por lo tanto siguen siendo poco conocidas. Sin embargo, un
evento de acreción de mediados a finales del Eoceno ha sido descrito por la Cordillera Occidental del sudoeste de Colombia por McCourt
et al. (1991). En este caso, la secuencia volcanosedimentaria andesítica de Timbiqui del Eoceno Paleoceno se acrecentó frente a la
secuencia de basalto de meseta del "Grupo Diabasa" del Cretácico. Las similitudes con el evento de acreción de Macuchi en Ecuador son
sorprendentes, y el reconocimiento de un evento de acreción del Eoceno tardío tanto en Colombia como en Ecuador sugiere que el evento
pudo haber afectado la mayor parte del segmento norte andino.

8. Conclusiones
(1) La Cordillera Occidental de Ecuador entre 0° y 2°30´S comprende dos terrenos. El antiguo terreno de Pallatanga consiste
predominantemente en rocas de la meseta oceánica del Cretácico temprano o tardío, una meseta tectónica probablemente del
Cretácico tardío y turbiditas marinas del Cretácico superior. El terreno más joven de Macuchi consiste en una secuencia de arco
de isla temprano (y posiblemente del Paleoceno tardío), basáltica a andesítica y volcanosedimentaria.
(2) La evidencia regional, incluida la reiniciación generalizada de las edades Rb-Sr en la Cordillera Real de Ecuador y Colombia, y
los diferentes ambientes depositacionales maastrichtianos a ambos lados de la Cordillera Real en Ecuador, indica la acumulación
del terreno de Pallatanga a fines del Cretácico (Campaniano) .
(3) La evidencia regional estratigráfica y geocronológica indica la acreción del terreno de Macuchi al terreno de Pallatanga durante
el Eoceno tardío. El Grupo de Angamarca es una secuencia de rellenado de cuenca del Paleoceno medio al final del Eoceno
medio, principalmente turbidítica, que se acumuló en la región del arco frontal entre el terreno de Pallatanga y el arco de la isla
de Macuchi.
(4) La convergencia del arco de islas de Macuchi y el margen continental se produjo inicialmente a través de la subducción oblicua
y dextral de la corteza oceánica. La subducción (y el volcanismo relacionado) cesaron cuando la cuenca del antearco de
Angamarca se cerró debido a la llegada del arco de la isla Macuchi al margen continental a fines del Eoceno. El movimiento
dextral continuo produjo cizalla dextral a lo largo de la zona de cizalla Chimbo-Toachi, desplazando el terreno de Macuchi una
distancia desconocida paralela al margen continental.
(5) La acreción de las secuencias volcanosedimentarias basálticas-andesíticas durante el Eoceno tardío se reconoce en la Cordillera
Occidental de Ecuador y Colombia. Este evento parece, por lo tanto, haber afectado gran parte del margen norte de los Andes

Das könnte Ihnen auch gefallen